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¿Qué es un sistema de numeración?

Un sistema de numeración es un conjunto de símbolos y de normas a


través del cual pueden expresarse la cantidad de objetos en un conjunto,
es decir, a través del cual pueden representarse todos los números válidos.
Esto quiere decir que todo sistema de numeración contiene un conjunto
determinado y finito de símbolos, además de un conjunto determinado y
finito de reglas mediante las cuales combinarlos.

Los sistemas de numeración fueron una de las principales


invenciones humanas en la antigüedad, y cada una de las
civilizaciones de antaño tuvo su propio sistema, relacionado con su
modo de ver el mundo, o sea, con su cultura.

A grandes rasgos, los sistemas de numeración pueden clasificarse en


tres tipos distintos:

● Sistemas no posicionales. Son aquellos en los que a cada


símbolo le corresponde un valor fijo, sin importar la posición
que ocupe dentro de la cifra (si aparece primero, a un lado o
después).
● Sistemas semi-posicionales. Son aquellos en los que el valor
de un símbolo tiende a ser fijo, pero se puede modificar en
situaciones particulares de aparición (aunque suelen
constituir más bien excepciones). Se entiende como un
sistema intermedio entre el posicional y el no posicional.
● Sistemas posicionales o ponderados. Son aquellos en los que
el valor de un símbolo está determinado tanto por su propia
expresión, como por el lugar que ocupe dentro de la cifra,
pudiendo valer más o menos o expresar distintos valores
dependiendo de dónde se encuentre.

También es posible clasificar los sistemas de numeración en base a la


cifra que utilizan de base para sus cálculos. Así, por ejemplo, el
sistema occidental actual es decimal (pues su base es 10), mientras
que el sistema de numeración sumerio era sexagesimal (su base era
60).
Puede servirte: Lenguajes formales

Sistemas de numeración no posicionales

Los sistemas no posicionales eran fáciles de aprender pero requerían numerosos


símbolos.

Los sistemas de numeración no posicionales fueron los primeros en


existir y tuvieron las bases más primitivas: los dedos de las manos,
nudos en una cuerda u otros métodos de registro para coordinar
conjuntos numéricos. Por ejemplo, si se cuenta con los dedos de una
mano, luego se podrá contar en manos enteras.

En estos sistemas los dígitos tienen un valor propio,


independientemente de su ubicación en la cadena de símbolos, y
para formar nuevos símbolos, deben sumarse los valores de los
símbolos (por eso se les conoce también como sistemas aditivos).
Estos sistemas eran sencillos, fáciles de aprender, pero requerían de
numerosos símbolos para expresar grandes cantidades, de modo
que no eran del todo eficientes.

Son ejemplos de este tipo de sistemas los siguientes:

● El sistema de numeración egipcio. Surgido alrededor del III


milenio a. C., tenía como base la decena (10) y empleaba
jeroglíficos diferentes para cada orden de unidades: uno para
la unidad, uno para la decena, uno para la centena y así
sucesivamente hasta el millón.
● El sistema de numeración azteca. Propio del imperio mexica,
tenía la veintena como base (20) y empleaba objetos
concretos como símbolos: una bandera equivalía a 20
unidades, una pluma o unos cabellos equivalían a 400, una
bolsa o costal a 8000, entre otros.
● El sistema de numeración griego. Específicamente el jónico,
fue inventado y difundido en el Mediterráneo oriental a
partir del siglo IV a. C., en sustitución del sistema acrofónico
preexistente. Era un sistema alfabético, que empleaba letras
para significar números, haciendo coincidir la letra con su
lugar cardinal en el alfabeto (A=1, B=2). Así, se asignaba a
cada cifra del 1 al 9 una letra, a cada decena otra letra
específica, a cada centena otra más, hasta emplear 27 letras:
las 24 del alfabeto griego y tres caracteres especiales.

Sistemas de numeración semi-posicionales

Los sistemas semi-posicionales respondían a las necesidades de una economía más


desarrollada.
Los sistemas de numeración semi-posicionales combinan la noción
del valor fijo de cada símbolo con ciertas normas de posicionamiento,
por lo que pueden entenderse como un sistema híbrido o mixto
entre posicionales y no posicionales. Gozan de facilidades para
representar cifras grandes, manejando el orden de los números y
procedimientos formales como la multiplicación, de modo que
representan un paso adelante en complejidad respecto de los
sistemas no posicionales.

En buena medida, el surgimiento de los sistemas semi-posicionales


puede entenderse como el tránsito hacia un modelo más eficiente
de numeración que pudiera satisfacer las necesidades más
complejas de una economía más desarrollada, como la de los
grandes imperios de la antigüedad clásica.

Son ejemplos de este modelo de numeración:

● El sistema de numeración romano. Creado en la antigüedad


romana, sobrevive hasta nuestros días. En este sistema se
construían las cifras usando ciertas letras mayúsculas del
alfabeto latino (I = 1, V = 5, X = 10, L = 50, etc.), cuyo valor era
fijo y operaba en base a la adición y la sustracción,
dependiendo del lugar de aparición del símbolo. Si el
símbolo se hallaba a la izquierda de un símbolo de igual o
menor valor (como en II = 2 o en XI = 11), se debían sumar los
valores totales; mientras que si el símbolo estaba a la
izquierda de un símbolo de mayor valor (como en IX = 9, o IV
= 4), debían restarse.
● El sistema de numeración chino clásico. Sus orígenes se
remontan aproximadamente al 1500 a. C. y es un sistema
muy estricto de representación vertical de los números a
través de símbolos propios, combinando dos sistemas
distintos: uno para la escritura coloquial y cotidiana, y otro
para los registros comerciales o financieros. Era un sistema
decimal que disponía de nueve signos diferentes que
podían ubicarse uno junto al otro para sumar sus valores, a
veces intercalando un signo especial o alternando la
ubicación de los signos para indicar una operación
específica.
Sistemas de numeración posicionales

El sistema de numeración actual proviene del sistema indoarábigo.


Los sistemas de numeración posicionales son los más complejos y
eficientes de los tres tipos de sistema numeral que existen. La
combinación del valor propio de los símbolos y el valor asignado por
su posición les permite construir con muy pocos caracteres cifras
muy altas, sumando y/o multiplicando el valor de cada uno, lo cual
los hace sistemas más versátiles y modernos.

Generalmente, los sistemas posicionales emplean un conjunto fijo de


símbolos y a través de su combinatoria se produce el resto de las
cifras posibles, hasta el infinito, sin necesidad de crear nuevos signos,
sino inaugurando nuevas columnas de símbolos. Desde luego, esto
implica que un error en la cadena altera también el valor total de la
cifra.

Los primeros ejemplos de sistemas de este tipo surgieron en el seno


de los grandes imperios o las culturas antiguas más exigentes en
materia cultural y comercial, como el Imperio babilónico del milenio
II a. C. Son ejemplos de este tipo de sistema de numeración:

● El sistema decimal moderno. Con apenas los dígitos del 0 al


9 permite construir cualquier cifra posible, añadiendo
columnas cuyo valor se suma conforme se avanza hacia la
derecha, teniendo como base la decena (10). Así, añadiendo
símbolos a 1 podemos construir 10, 195, 1958 o 19589. Es
importante aclarar que los símbolos que emplea provienen
de la numeración indoarábiga.
● El sistema de numeración indoarábigo. Inventado por los
antiguos sabios de la India y heredado luego por los árabes
musulmanes, llegó a Occidente a través del Al-Ándalus y
acabó reemplazando a los números romanos tradicionales.
En este sistema, similar al decimal moderno, se representan
las unidades del 0 al 9 mediante glifos específicos, que
representaban mediante líneas y ángulos el valor de cada
uno. El sistema de funcionamiento de este sistema es
básicamente el mismo que el sistema decimal moderno
occidental.
● El sistema de numeración maya. Fue creado para medir el
tiempo, en lugar de para hacer transacciones matemáticas, y
su base era vigesimal (20) y sus símbolos se corresponden
con el calendario propio de esta civilización precolombina.
Las cifras, agrupadas de 20 en 20, se representan con signos
básicos (rayas, puntos y caracoles o conchas); y para pasar a
la siguiente veintena, se añade un punto en el siguiente nivel
de escritura. Además, los mayas fueron de los primeros en
utilizar el número cero.

NÚMEROS ROMANOS Y EL SISTEMA DE


NUMERACIÓN ROMANO
Los números romanos se siguen utilizando hoy día, por lo que es fundamental

que sepas cómo leer los números romanos, cómo se escriben los números

romanos del 1 al 100 y los trucos que os pueden ser útiles para que no os

confundáis a la hora de escribirlos o leerlos correctamente. Así son los Números

romanos y el sistema de numeración romano.


Además, hemos preparado unos ejemplos prácticos para que sean más fáciles de

aprender y comprender los números romanos, que junto con este vídeo

explicativo creemos que tendréis toda la información necesaria para aprobar

vuestro próximo examen sobre los números romanos. Seguid leyendo y veréis

cómo aprender a dominarlos es mucho más fácil de lo que parece.

EL SISTEMA DE NUMERACIÓN ROMANO


Durante todo el Imperio Romano se utilizó este sistema numérico,
números romanos, que fue desarrollado en la antigua Roma y que
todavía podemos ver en las fachadas de algunos edificios antiguos.
Este sistema de numeración proviene del etrusco, ya que se han
encontrado tallas antiguas que demuestran que los romanos cogieron
los símbolos que utilizaban los etruscos para representar cantidades y
las adaptaron a su alfabeto.

Podríamos decir que está considerado como un sistema de numeración


no posicional en el cual se emplean ideogramas simples, siete letras
mayúsculas que cada una de ellas se corresponde con un valor
numérico.

A pesar del tiempo que ha pasado, todavía hay referencias en las que
se sigue utilizando este sistema numérico, bien es cierto que no se
utiliza de forma cotidiana y que no es lo más usual pero todavía se
mantiene para determinados aspectos como puede ser para nombrar el
siglo en el que nos encontramos, lo podemos ver en multitud de relojes
para marcar las horas, en los capítulos de los libros, etc.

Una de las curiosas diferencias que encontramos frente a otra de las


grandes numeraciones de la historia, la numeración egipcia, los
símbolos romanos se escriben y se leen de izquierda a derecha,
siempre se encuentran de mayor a menor valor.

NÚMEROS ROMANOS DEL 1 AL 100


numeros-romanos
Como decimos, los números romanos están formados por una serie de
letras. Estas son:

I=1
V=5
X = 10
L = 50
C = 100
D = 500
M = 1.000
NÚMEROS ROMANOS DEL 1 AL 1000
Numeros romanos 1 1000

Ahora, ¿cómo representar números muy grandes en números


romanos? Según este sistema, nunca se podría llegar a 4.000, de hecho
el mayor número al que se podría llegar sería MMMCMXCIX (3000 + 900
+ 90 + 9 = 3.999. ¿Cómo podríamos llegar a 4.000?

Muy sencillo, simplemente se añade una línea horizontal encima del


número para indicar que ese número se multiplica por mil. Así, para
representar el número 4.000 con números romanos se por IV con una
línea horizontal por encima.

¿Cómo haríamos entonces para poner un número mucho más grande,


por ejemplo 525.700? Muy sencillo, lo único que hay que hacer es
colocar una línea encima a la parte «525» y hacer la parte de «700» de
la manera habitual. De esta manera, quedaría:

numeros romanos grandes

Pero todavía hay más. Entonces, ¿cómo se hace para representar un


millón en números romanos? Sería tan sencillo como colocar una línea
horizontal encima de la M. Sin embargo,, vuelve a surgir el mismo
problema. Una vez lleguemos a 3.999.999 no podríamos seguir
sumando, a no ser que exista otra manera de poder llegar a los
4.000.000 (recuerda que no puedes poner 4”M” seguidas). La solución,
en este caso, el colocar la línea por debajo del número. De esa forma,
para poner 4 millones bastaría con poner un IV con una línea por
debajo.

¿Cómo haríamos entonces para representar un número mucho más


grande como 525.700.125? La respuesta es muy sencilla:

millones numeros romanos

También se pueden añadir dos rayas horizontales superiores en lugar


de una inferior.

Evidentemente, los números son infinitos y tiene que haber una


manera de poder representarlos ilimitadamente. La hay, y es colocando
más y más rayas. Cada raya colocada encima del número significa que
la cifra se multiplica por mil.

TRUCOS PARA APRENDER LOS NÚMEROS ROMANOS


Numeros romanos 1 1000

El sistema de los números romanos es fácil de aprender y de utilizar,


simplemente es coger el truco que se obtiene con la práctica y la
atención, puedes tomártelo como un juego y hasta si eres creativo,
hacer tu propio lenguaje secreto con los demás con los números
romanos como base de éste.

Para conseguir aprenderlo de forma rápida, lo único que necesitas es


conocer los diferentes símbolos y qué representa cada uno de ellos
para poder escribirlos y leerlos con facilidad. Para ello, en este cuadro
te indicamos los números básicos sobre los que se van construyendo el
resto de numeraciones:
Una vez que hayas conseguido aprender esta simbología, prepárate
para descubrir toda una combinación de números que te abrirán las
puertas a un mundo lleno de sabiduría y comprensión, es una cuestión
de agilizar la mente. Para hacer más fáciles las cosas, hablemos de
como se construyen el resto de números que no están descritos en este
recuadro:
Cuando leemos dos números romanos juntos tenemos que prestar
atención a una sencilla cuestión: si el número de la izquierda es más
grande que el de la derecha entonces están sumando. Por ejemplo, el
número 6 se escribe VI->V+I. Pero lo mismo ocurriría cuando vemos
números que son iguales como el 2 que se corresponde al II->I+I.

numeros romanos tallados

Cuando leemos dos números romanos juntos y el de la derecha es más


grande que el número que se encuentra en la izquierda, lo que se está
haciendo es una resta. Por ejemplo, el número 4 sería IV-> I-V.

Esta misma regla se mantiene con todos los números que te imagines,
tenga la cantidad de cifras que tenga. Cuanto más largo te llevará un
poquito más de tiempo pero realmente no es complejo, sólo tienes que
tener un poco de paciencia para que te resulte más sencillo y rápido.
Por ejemplo, el número 30 sería el XXX, si quisiéramos decir 31 sería
XXXI (está sumando) pero si quisiéramos decir 34 diríamos XXXIV.

En el caso de que entre dos cifras o más, te encuentres una cifra menor
ésta restará su valor al siguiente. Por ejemplo, siglo XIX, es el siglo 19.

Es importante tener en cuenta que el orden en que se ponen los


números romanos debe ser siempre de mayor valor a menor valor:
primero los millares, luego las centenas, luego las decenas y luego las
unidades.

Por otra parte, hay que tener en cuenta que nunca se pueden repetir
las letras más de tres veces seguidas. Hay una serie de letras en la
numeración romana que no se pueden repetir, pero otras que sí, hasta
un máximo de 3 veces.

numeros romanos

Las letras que sí se pueden repetir son la I (1), la X, (10), la C (100) y la M


(1.000). No se pueden repetir seguidas la V (5), la L (50), o la D (500). La
explicación es sencilla. No tendría sentido repetir estas letras cuando
ya hay otras que sirven para representar el doble de su valor (por
ejemplo, repetir dos veces «L» para representar el número 100 es
absurdo cuando se puede representar con una C.
Cabe destacar que durante diversos períodos históricos se mantuvo la
costumbre de permitir el uso de más de 4 símbolos iguales seguidos,
es decir, el número IV se podía representar como IIII, o el número 40
como XXXX en vez de XL. Esta práctica se extendió en el tiempo hasta
entrada la Edad Media. Incluso el Rey Luis XIV afirmaba preferir esa
forma de representar la numeración.

A continuación te mostramos una serie de ejemplos prácticos con los


que puedes ver mejor lo que te hemos explicado y entender cómo se
representan los números romanos:

EJERCICIOS NÚMEROS ROMANOS 1 ESO


Para que podáis verlo de una forma más visual y aclaréis vuestras
dudas hemos preparado estos ejemplos:

8 se escribe VIII (sería 5 + 1 + 1 + 1 = 8)


36 se escribe XXXVI (sería 10 + 10 + 10 + 5 + 1 = 36)
752 se escribe DCCLII (500 + 100 + 100 + 50 + 1 + 1 = 752)
2011 se escribe MMXI (1000 + 1000 + 10 + 1 = 2011)
El mismo criterio se utiliza para formar el número 9 que se escribe IX (o
sea 10 menos 1). La regla general indica que cuando un número menor
está antes de uno de mayor valor, éste se resta. Más ejemplos que
clarifican esta regla:

4 se escribe IV
9 se escribe IX
14 se escribe XIV
19 se escribe XIX
40 se escribe XL
49 se escribe IL
90 se escribe XC
99 se escribe IC
900 se escribe CM
Ahora solo te queda ponerte a practicar, descargarte una tabla de
números romanos y tratar de escribir los números de forma correcta. Y
si alguna vez te equivocas no te preocupes ni te agobies, tómate tu
tiempo para aprenderlos, práctica y verás como en poco tiempo los has
aprendido.

CURIOSIDADES SOBRE LOS NÚMEROS ROMANOS


Reloj con números romanos

Los Números Romanos también tienen una serie de curiosidades, sobre


todo asociadas a su uso a lo largo de las diferentes épocas de la
historia.

Cabe destacar que, si bien este sistema numérico ha sido básico y fácil
de emplear, numerosos errores fueron acontecidos a lo largo de la
historia, dando así varios deleites curiosos. Muchos de ellos se
relacionan con el mal empleo del número 4 que vemos en multitud de
relojes, en el que podemos ver cómo han escrito IIII para señalar toda la
simbología que representa este número en el tiempo, mientras que el
número romano correcto es el IV. Pero, ¿Sabes por qué se comete este
«error» de forma deliberada?

Se dice que un relojero suizo creó un reloj que su soberano le había


encargado cometiendo el error de representar el número 4 como IIII y
no utilizando la combinación IV. El desafortunado relojero fue
ejecutado por la ira del monarca, y desde ese momento, a modo
homenaje, todos sus colegas comenzaron a utilizar el IIII en vez de IV.

Por otro lado, el IIII era la disposición preferida por los romanos en la
antigüedad, influyendo también la coincidencia con el nombre del
importante dios romano, Júpiter. En latín, este nombre se escribía
como IVPITER, siendo los caracteres IV no apropiados como modo de
uso numérico.

Por último cabe destacar que uno de los monarcas de Francia, Luis XIV
prefería la disposición IIII sobre IV, por lo que ordenó a todos sus
relojeros construir relojes con IIII en lugar de IV, generando una
costumbre que perduró durante siglos.

Seguro que os habréis dado cuenta que los números romanos


empiezan a contar desde uno y no tenían ningún símbolo para
representar el «0». Esto sucede porque los romanos no necesitaban el
cero al tener un sistema de numeración aditivo y no posicional. Es
decir, en los número romanos las cifras se suman y valen siempre lo
mismo, mientras que en nuestro sistema actual el valor de los números
depende de la posición en la que esté el número (por es lo mismo el
valor del “3” en el número “13” que en “3.500.000”, en cambio la “L” o la
“D” siempre valen lo mismo.

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