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do en la manera en que las mujeres norte- los roles de la teoría funcionalista de Par-
americanas intentan vivir hoy día sus vidas. sons. Incluso las niñas tienen asignaturas
La autora norteamericana intenta descu- especiales para ellas solas en las que el ho-
brir cuál es el origen del mal que no tiene gar es lo importante. En esta situación, las
nombre. La situación que plantea es la si- chicas abandonan sus estudios y ayudan a
guiente: después de la segunda guerra mun- sus novios a finalizar los suyos a pesar de
dial, las mujeres americanas han vuelto al que algunas profesoras intentan evitar este
hogar, viven en casas unifamiliares en ba- tipo de educación segregada y aseguran que
rrios acomodados, tienen todos los electro- las chicas pueden alcanzar un desarrollo
domésticos que puedan desear, están en apa- intelectual elevado y llegar a doctorarse.
riencia sanas, tienen tres o cuatro hijos igual- Pero al sistema no le interesaba la promo-
mente sanos, disponen de coche para ción intelectual de las mujeres. Ellas habían
transportar a sus hijos al colegio y luego al tenido que hacerse cargo de los trabajos que
centro comercial, van a la compra con sus los varones no podían hacer porque esta-
amigas y leen revistas femeninas en las que ban en la guerra pero al acabar la contien-
se les explica qué deben hacer para estar más da, se vuelve a confinar a las mujeres en
atractivas para sus maridos. Son, en definiti- sus casas. Se les explicó que su papel era
va, mujeres que se dedican en cuerpo y alma fundamental para lograr una gran América,
al cuidado de sus familias. Pero son profun- que debían cuidar a sus maridos e hijos al
damente desgraciadas. Están atrapadas en lo tiempo que se las animaba a tener una prole
que Friedan llama la mística de la femini- numerosa. Ahí comienza también proble-
dad. Sin interés por nada, sin fines propios, ma de millones de mujeres: baja autoes-
acaban por acudir al psiquiatra, que tampo- tima, conductas sexuales desviadas, proble-
co consigue ayudarlas y sólo ven la salida en mas psicológicos, tendencias suicidas, ex-
medicarse con tranquilizantes. cesiva blandura en las chicas...
Friedan analiza las revistas femeninas Friedan es tajante con respecto a la solu-
para las que ella misma trabaja y el modelo ción de este estado de cosas: la instrucción.
que éstas proponen. La división entre mu- En 1969, seis años más tarde que el libro de
jeres ya no es la que se establece entre mu- Betty Friedan, aparece Política sexual de
jeres buenas y mujeres desviadas sino entre Kate Millett. Este libro influyó poderosa-
mujeres como deben ser y mujeres instrui- mente en el movimiento feminista y Millett
das. Las revistas femeninas, ejercen un con- será considerada una de las teóricas más
trol riguroso acerca de lo que debe ser o no influyentes en el feminismo del siglo XX.
una mujer y en qué debe interesarse. El re- Heredera intelectual de El Segundo Sexo
sultado es la crisis de la personalidad de las de Simone de Beauvoir, parte del supues-
mujeres. Las mujeres son seres humanos, to de que el patriarcado es el sistema bási-
no son muñecas de trapo, no son animales. co de dominación sobre el que se edifica-
(Op. cit. p. 101) dice en un arranque de ra- rán los demás sistemas de dominio. Ade-
bia. Y concluye que las mujeres necesitan más, afirmará que el patriarcado es una
un modelo de personalidad adulta, en la que política sexual que consiste en el dominio
la búsqueda de un hombre o el cuidado de de los varones sobre las mujeres. A Kate
los demás, no sea lo único importante. Millett se debe la frase de lo personal es
La educación, a la que Friedan dedica un político que poco después se convertirá en
capítulo entero, se basa en esta mística. Los el lema del feminismo de los setenta.
psicólogos y pedagogos están encantados Millete comienza poniendo al descubier-
con las teorías de la complementariedad de to lo que se esconde tras los relatos sobre la
sexualidad. Los grandes autores de litera- mujeres. Los varones, que acusan a las mu-
tura erótica como D.H. Lawrence, Henry jeres de mantenerse en guerra porque no se
Miller, Norman Mailer y Jean Genet, son someten, han creado incluso un Dios a su
sometidos a su crítica y descubre lo que a propia imagen. La religión, cualquier reli-
partir de entonces resulta evidente: la mi- gión, coloca a las mujeres en un lugar su-
soginia está en la literatura y facilita activa- bordinado y la prueba son los modelos de
mente que las mujeres sufran menosprecio mujer como Lilith y Eva. La misoginia es
en la sociedad. Estos autores dibujan a las un dato fundacional de las religiones. Un
mujeres como seres perversos, sexualmen- manual como el Malleus maleficarum es un
te insatisfechas e insaciables, sin cerebro, ejercicio de misoginia, que no ha sido
masoquistas y sádicas, y a la vez resaltan censurado en ningún momento por las je-
sus propias altas virtudes, las de los varo- rarquías eclesiásticas. De otro lado, Eva
nes. Sin embargo, el sexismo y la misogi- Figes al igual que Friedan, analiza la edu-
nia no son tenidos en cuenta a la hora de cación y la sociedad americana, llegando a
calificar un texto como obra maestra en su las mismas conclusiones que ella.
género, algo impensable si los contenidos Hay que subrayar que en el análisis que
fueran racistas o totalitarios. Millet no se hace de la obra de Rousseau, Figes saca la
queda tan solo en el ámbito literario, sino conclusión de que la obra de este pensador
que hace un excelente recorrido por el pen- supuso un engaño para aquellas mujeres
samiento, poniendo de manifiesto la revo- revolucionarias, que jugaron un papel de-
lución sexual, sus defensores y sus detrac- cisivo en la Revolución Francesa, pues se
tores. En este sentido, es también de desta- utilizó su potencial revolucionario, sus ideas
car el sentido histórico que muestra al y sus acciones para conseguir un nuevo ré-
estudiar al movimiento feminista. La solu- gimen basado en la igualdad. La filosofía
ción para los problemas de las mujeres, se- política de Rousseau se apoyaba en la idea
gún Millett, pasa por el fin del patriarcado. de que todos eran ciudadanos independien-
Mientras éste perdure, la emancipación de temente del nacimiento, excepto las muje-
las mujeres será imposible. res, a las que se les impide el acceso a la
Eva Figes con su libro Actitudes patriar- ciudadanía por su sexo. Sin embargo, no es
cales: las mujeres en la sociedad, de 1970 Rousseau el único autor que analiza. Tam-
también contribuyó decisivamente a la for- bién hace un repaso a Darwin, el naturalis-
mación del pensamiento feminista. Su pun- ta, que como Rousseau considera que las
to de partida es que la imagen de las muje- mujeres son naturaleza frente a la cultura
res ha sido creada por los varones y resulta que él mismo representaría. También hace
lesiva para los intereses de las mujeres. Sólo un apunte sobre los autores Schopenhauer,
se puede ser o no ser, pues de no seguir la Fichte, Weininger, Reich.
norma se pagarán las consecuencias: Y esta Capítulo especial dedica a Freud. La suya
es una de las razones por las cuales la ima- le parece una teoría peligrosa para las mu-
gen masculina de la mujer suele aparecer jeres, pues tiene la capacidad de contar re-
escindida en dos, en negro y blanco, Vir- latos que son admitidos como verdades cien-
gen María y Mujer Escarlata, ángel mise- tíficas. Para Freud el sexo femenino es un
ricordioso y prostituta, compañera amable sexo defectivo ya que no sólo no tiene pene,
e intolerable marisabidilla. (op. cit., p. 16) sino que el clítoris sería un pene defectuo-
Pese a que se habla mucho de la guerra de so. Todo ello nos pone ante la realidad de
los sexos, en realidad lo que podemos cons- que las mujeres son inferiores. Pronto la niña
tatar es la guerra de los varones contra las quiere ser varón y al no conseguirlo desa-
(LOE) establece mecanismos que obligan explica los puntos débiles de las teorías in-
a tomar medidas para evitar el sexismo. terculturales y del multiculturalismo. En el
Como nos recuerda Alicia Miyares, el fin momento actual el debate entre los femi-
de la educación es la formación de las y los nismos, blanco o de color, no debe hacer-
ciudadanos, de ahí la preocupación genera- nos perder el objetivo del pensamiento fe-
lizada por la educación de los distintos es- minista: «La diversidad cultural y las ideas
tados. Y de las distintas maneras de pensar. multiculturalistas son aceptables sólo si
La educación de las mujeres es un tópico amplían la libertad y la igualdad de los in-
antiguo en el que se toman posiciones, en dividuos. Por ello hay que discriminar en-
contra y a favor, aunque en la actualidad y tre las prácticas y valores culturales que es-
en el mundo desarrollado, la educación se tán al servicio de sistemas de dominación y
percibe como la base para la ciudadanía aquellos que no vulneran los derechos indi-
plena. Superadas las reticencias con respec- viduales. [...] la argumentación anterior des-
to a la coeducación, el problema que se plan- emboca en la urgente necesidad de cons-
tea actualmente es que en las sociedades truir colectivamente criterios éticos univer-
multiculturales, el conjunto de creencias y sales que resten legitimidad a todos los
prácticas de los distintos grupos sociales que valores y las prácticas basados en la domi-
conviven en un territorio no tiene los mis- nación y la discriminación. Los derechos
mos fundamentos intelectuales. Las exigen- humanos son, sin duda, el punto de parti-
cias de los varones, sobre todo los jóvenes, da» (p. 30)
se van acentuando en los países de acogi- En la escuela es cada vez más evidente
da, porque para estos jóvenes las mujeres la presencia de personas de otras culturas y
son las piezas fundamentales para la cohe- religiones, y tenemos que poder dar respues-
sión, para la identidad de grupo, y como ta a las exigencias que plantean. En nom-
consecuencia extreman las medidas coer- bre de la tradición, la escuela no puede per-
citivas contra ellas. Pero no solo surgen los mitir que las niñas sean obligadas a seguir
conflictos por la inmigración, sino también la «ley del padre» cuando ésta atenta contra
por los nacionalismos o la religión. los principios consagrados en la Declara-
La multiculturalidad, la interculturalidad ción Universal de los Derechos Humanos,
y el multiculturalismo son objeto de inves- declaración sobre la que el feminismo fun-
tigación por parte de Rosa Cobo, quien nos damenta su aportación al debate.