Está en la página 1de 4

Redalyc

Sistema de Información Científica


Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal

Escobar, Felipe;Salamanca, Yesid


Reseña de "De Macondo a Mancuso: Conflicto, violencia política y guerra psicológica
en Colombia" de E. Barrero
Universitas Psychologica, Vol. 8, Núm. 3, septiembre-diciembre, 2009, pp. 882-884
Pontificia Universidad Javeriana
Colombia

Disponible en: http://redalyc.uaemex.mx/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=64712155023

Universitas Psychologica
ISSN (Versión impresa): 1657-9267
lopezw@javeriana.edu.co
Pontificia Universidad Javeriana
Colombia

¿Cómo citar? Número completo Más información del artículo Página de la revista

www.redalyc.org
Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto
Reseña del libro: una política que respete las diferencias, donde el
Barrero, E. (2006). De Macondo a Mancuso: Con- papel del Estado y la estructura social son vitales en
flicto, violencia política y guerra psicológica en Colom- la consideración del conflicto político. El segundo
bia. Bogotá: Desde Abajo. fenómeno es la Violencia Política, definido, por el
autor, como todo exceso de fuerza hacia otro en
Reseñado por: pro de intereses económicos, militares e ideológi-
Felipe Escobar y Yesid Salamanca, Universidad cos que se ejerce bajo dos condiciones: ideologías
Católica de Colombia, Grupo de Investigación en políticas distintas y el Estado como actor referente.
Psicología Social No obstante, autores como Aróstegui (1994), plan-
tean que además de esos elementos, la violencia es
El texto, que nos presenta Edgar Barrero, nos un fenómeno de una universalidad histórica tan
conduce por un recorrido donde la historia de la irrestricta, que encierra factores tanto etológicos
violencia, surgida en la segunda mitad del s. XX como psicológicos, simbólico-culturales y políticos,
en Colombia, confluye con conceptos y explica- entre otros. El tercer fenómeno social, que mencio-
ciones, desde la perspectiva psicosocial crítica, na el autor, es la Guerra Psicológica, que junto con la
a sus implicaciones en la población, y el manejo violencia política tienen como finalidad el control
de diversas facetas de la guerra por parte de los y el dominio de la subjetividad, utilizando parti-
actores, para, finalmente, plantear una propuesta cularmente los medios masivos de comunicación
ética desde perspectivas como las de Martín-Baró que llegan a convertirse en agentes educadores
y Michael Foucault. inmersos en las formas de pensar del colombiano,
El autor inicia su libro haciendo un particular e incluso reestructurar la mirada que se tiene sobre
paralelo de la sociedad colombiana con la obra la violencia. Es así como la guerra psicológica busca
culmen de Gabriel García Márquez, Cien años de no sólo generar afectos hacia quienes pretenden
soledad, argumentando que las relaciones sociales, ciertos ideales, sino que también intenta suscitar
la difícil convivencia e intolerancia a la diferencia, sentimientos de inseguridad y desviar la atención
tan presentes en esa sociedad Macondiana, per- de aquellos aspectos generadores de malestar so-
miten reconocer la desesperanza que se genera en cial; más, en el contexto colombiano, donde se
un país donde dialogar da lo mismo que hacer la necesita distracción que permita tranquilidad para
guerra, siendo esta última la que se ha perpetua- vivir, mientras se olvida el conflicto. Es así como la
do en la historia colombiana. En medio de este guerra psicológica en Colombia se ha constituido
particular contexto la interacción, el diálogo y el en un escenario propicio, para plantear múltiples
reconocimiento del otro son trabajados por Ba- explicaciones desde diferentes disciplinas y para-
rrero, a través de tres tipos de fenómenos sociales digmas, entre otras razones, por las cada vez más
que el autor determina como acompañantes de las profundas consecuencias de la guerra tanto para
construcciones y realidades sociales. El primero la estructura psicológica de las personas como para
de ellos, Conflicto Político, puede ser visto como el tejido social.
generador de oportunidades y cambio, o como un Estos tres fenómenos han sido parte de la his-
agente disfuncional y alterador del orden, pero, toria en Colombia durante décadas. Partiendo de
en cualquier caso, con la posibilidad de dejar 1946, cuando el país entra en una etapa de radi-
resentimientos y dolores que hacen necesario to- calización y polarización, es decir en un clima de
marlo como un fenómeno social, donde se puede violencia generalizada, sin obviar que en el país la
reconocer claramente la afección que produce. violencia ha sido una constante, el autor plantea
Todo lo anterior enmarcado en tres dimensiones: que fue en este periodo cuando se comenzó a hacer
las tensiones permanentes por ciertos intereses, la evidente la violencia política, utilizando estrategias
lucha por el poder y las pretensiones de verdad; psicológicas, sociológicas y de comunicación. So-
agregándole la falta de garantías en el ejercicio de bre ese tema, Salcedo (1999), teniendo en cuenta

882 U n i v e r s i ta s P s y c h o l o g i c a V. 8 No. 3 septiembre-diciembre 2009


que según los analistas Colombia nunca ha estado facilitó nuevas formas de organización y moviliza-
en paz, plantea que el tipo de guerra actual, desde ción social. Esta condición es una de las múltiples
la aparición de la revolución comunista en nuestro causas que dan origen a las Fuerzas Armadas Re-
país, no difiere en cantidad ni en calidad de la vio- volucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército
lencia de etapas previas de nuestra historia, desde de Liberación Nacional (ELN), que marcan un
la Colonia hasta el presente, y todas con el mismo nuevo mapa político, militar e ideológico, dando
factor común de lucha enmascarado en el con- lugar a nuevos procesos de identidad. Por otro la-
texto ideológico del momento: poner en marcha do, surgen las Autodefensas Unidas de Colombia
la carrera hacia el poder por todos los medios, lo (AUC), más conocidas como grupos paramilitares,
que, supeditándose a la definición de Barrero, sería como respuesta contrainsurgente que, en opinión
considerado también violencia política. Por otro de Cortés (2001), no deben ser consideradas como
lado, según el estudio expuesto por Marín (2005) movimientos que responden a una corriente de
en el que se recogieron opiniones de colombianos populismo autoritario de extrema derecha, pues
sobre su percepción del conflicto, se concluye que ello implicaría olvidar los orígenes auténticos de di-
en las ciudades el conflicto actual ha traspasado chos grupos constituidos con el solo fin de ponerle
las fronteras del núcleo social para establecer una coto al libre accionar de la guerrilla en Colombia.
situación de crisis sin precedentes en la historia Además de la importancia de los antecedentes
nacional. Sin embargo, esta conclusión hay que históricos e ideológicos, los grupos que recurren
considerarla, dado que un proceso de urbanización a la violencia con el fin de transformar o mante-
nacional (y tan fuerte como el colombiano) conlle- ner el orden social, se apoyan en la utilización de
va intrínsecamente un cambio de escenario en el los medios de comunicación con el propósito de
ejercicio de la violencia, que responde de manera establecer un vinculo con el pueblo y un control
natural al movimiento de las poblaciones. Por lo subjetivo que, según Rozintchnert (citado por
anterior, aseverar que estamos en un hito histórico Barrero) se logra a través de la acción sugestiva
sin precedentes, es olvidar el cambio contextual que actúa en las emociones y sentimientos de la
al que nos ha llevado la historia misma, y bajo la gente; y la acción compulsiva afecta el inconscien-
que debería juzgarse la situación actual, a la hora te de las personas originando una representación
de “nefastizarla”. social que repercute en el sentido y significado de
Retomando los planteamientos de Barrero, con las prácticas humanas. Esto, en Colombia, genera
la revisión de hechos históricos sobre la violencia, incapacidad de aceptar o reconocer opiniones
la muerte y los asesinatos estatales basados en la contrarias, sentimientos de angustia y pesimismo
ideología como factores reconocidos y legítimos permanente, entre otros.
para ejercer violencia, se caracteriza la década Finalmente, y luego de exponer la problemáti-
de 1950 por ser una época de terror y violencia ca, Barrero propone la creación de una ética de la
enmarcada como afirma Samayoa (citado por resistencia frente a la guerra psicológica, funda-
Barrero) por procesos de deshumanización, des- mentándose en los planteamientos de Foucault,
ensibilizacion frente al dolor y desesperanza, que donde el significado universal reivindica el dere-
tienen consecuencias dramáticas, tanto para el cho a la diferencia y el rechazo a las tecnologías
individuo como para los grupos humanos que ter- del poder por encima de la condición humana.
minan cayendo en la resignación y la postración Sin embargo, este punto se presenta limitado para
alienante. Se refleja, así, un miedo colectivo que, nuestro contexto, puesto que las dinámicas sociales
en palabras de Elizabeth Lira, incluye: sensación que ha engendrado el conflicto en Colombia, no
de vulnerabilidad, estado exacerbado de alerta, pueden sanarse solamente con manejos del respeto
sentimiento de impotencia y una alteración del a la diferencia. Las heridas que ha dejado la guerra
sentido de realidad. Este clima de violencia y vul- en los colombianos, hacen necesario un proceso
nerabilidad generó un estado de descontento que largo y profundo que logre replantear la estructura

U n i v e r s i ta s P s y c h o l o g i c a V. 8 No. 3 septiembre-diciembre 2009 883


conforme al conflicto. Para Foucault, esto implica Reseña del libro:
a la ética con el reconocimiento del ser humano Robledo-Gómez, A. M. & Rodríguez-Santana, P.
como una construcción en la que se involucran (2008). Emergencia del sujeto excluido. Aproxima-
varios elementos, lo que permite la posibilidad del ción genealógica a la no-ciudad en Bogotá. Bogotá:
fortalecimiento, desde la construcción de discursos Pontificia Universidad Javeriana.
desenmascaradores frente a ciertas circunstancias,
y además el del saber sobre sí mismo. Reseñado por:
En este mismo desarrollo del planteamiento de Luz Teresa Gómez de Mantilla
una ética resistente, Barrero se remite a Martín-
Baró quién plantea la liberación desde la concien- El libro Emergencia del sujeto excluido. Aproximación
cia del individuo visto como sujeto histórico, que se genealógica a la no-ciudad en Bogotá, nos remite a la
constituye en relación dialéctica con la sociedad, condición genética de un problema central rela-
siendo el saber un resultado de la acción y del cionado con las tensiones entre saber y poder, en
pensamiento tanto individual como colectivo. Este la ciudad de Bogotá. Las autoras no lo hacen como
concepto se acerca más a las necesidades del con- lucubración teórica, sino atenidas a la realidad
texto colombiano, puesto que permite reconocer el histórica de nuestra compleja urbe y su laberíntico
proceso histórico, además de su manejo dialógico, proceso de formación.
y la incidencia que tienen éstas en la construcción El libro presenta distintos hilos conductores
de realidad. Todo lo anterior, con miras a exponer para reflexión. Uno de connotación histórica, ri-
la ética de la resistencia como método de contri- gurosa, articulada al nacimiento de las ciudades y
bución a la solución de los problemas de violencia a su consolidación en el siglo XV, que se trasmite
y conflicto, en Colombia. Al final del texto, el de manera directa a las colonias, como ciudad
autor emplea un aparte para hacer un llamado a pensada y trazada, según el deseo y el mandato de
la Psicología Social en Colombia, examinando su los reyes españoles, pero que tiene que atenerse a
origen y su papel en la construcción de lo social, y las condiciones geográficas del poblamiento indí-
concluye con el planteamiento de Jesús Ibáñez de gena. Pero simultáneamente a la postura histórica,
que el ponerse a pensar desde una postura política, el libro va construyendo otros argumentos de traza
no es más que una práctica reflexiva y comprome- más compleja, que dejan emerger una geografía ur-
tida. Estos aportes ponen de manifiesto la crisis bana fragmentada y discontinua, de la que surge la
social que vive Colombia y la necesidad de diseñar ciudad de Bogotá, con sus contextos económicos y
estrategias orientadas al cambio y de nuevas formas sociales, como una condición primigenia.
de ver el país y el conflicto. El libro propone una estrategia de develamien-
tos sucesivos. En mi lectura, encuentro el hilo del
Referencias tiempo que sostiene en mojones precisos el reco-
rrido. Pero, éste es solo un pretexto una “aproxi-
Aróstegui, J. (1994). Violencia, sociedad y política: mación genealógica”, como lo llaman las autoras.
la definición de la violencia. Ayer, 13, 17-55. Devolviendo el camino uno se encuentra con
Cortés, R. (2001). Paramilitares: violencia política unas preguntas de fondo: ¿Qué es una ciudad? O
en Colombia. Aldea Mundo, 5(10), 25-32. ¿Quién es la ciudad? Porque actuando como sujeto
Marín, D. (2005). Percepciones, repercusiones cumple funciones precisas como conjunto, para
y solución de la violencia en Colombia, Mirada articular las prácticas y los saberes de su tiempo e ir
Popular. Perfiles Libertadores, 3. convirtiendo la retícula primera en Red social que
Salcedo, G. (1993). ¿Sobrevivirá la democracia en cuela, separa, jerarquiza y divide, desde el primer
América Latina? Miami: Publicaciones Violeta. momento, con sofisticados procesos de distinción
(que son procesos de distribución). Mirando más
detenidamente la retícula se convierte en “ceda-

884 U n i v e r s i ta s P s y c h o l o g i c a V. 8 No. 3 septiembre-diciembre 2009

También podría gustarte