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Es una bestia cruel y feroz. Odio, ira y mal genio a menudo rigen el
corazón del hombre y no de una manera infrecuente llevan al
asesinato. Ud. puede tratar y aún obtener el control de su mal genio,
por algún tiempo hasta que se pone fuera de control y se manifiesta en
toda su ferocidad. Es mejor admitir que está dentro de su corazón y
pedir a Jesús que le libre. “Que no haya ira en vuestros ojos”
(Gen. 45:5).
“Deja la ira, y desecha el enojo; No te excites en manera alguna a
hacer lo malo” (Sal. 37:8) “Cruel es la ira, e impetuoso el furor; Mas
¿quién podrá sostenerse delante de la envidia?” (Prov. 27:4) “No te
apresures en tu espíritu a enojarte; porque el enojo reposa en el seno
de los necios” (Ecle. 7:9) “Quita, pues, de tu corazón el enojo” (Ecle.
11:10). “Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira,
enojo...” (Col. 3:8).
Muchos tratan de apaciguar su ira con la bebida o con la venganza,
pero “Veneno de serpientes es su vino, Y ponzoña cruel de áspides”
(Deut. 32:33).
La venganza es dulce para el corazón pecaminoso, pero Dios es
nuestro vengador, Jesús dijo: “Ama a tu prójimo como a ti mismo” y
“Amad a vuestros enemigos”.
Dios prometió perdonar nuestros pecados, si nosotros perdonamos a
los que pecan contra nosotros. Un espíritu rencoroso y quejumbroso
es igualmente abominación delante de Dios. La pasión maligna para
derramar sangre y la guerra están en el corazón del hombre, por lo
tanto la paz verdadera debe ser establecida en el corazón y tiene que
ser duradera.
6.-LA SERPIENTE: