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“versos lonccos”, es un género literario propio de la provincia de Arequipa, departamento homónimo del Perú. Esta
manifestación literaria refleja el carácter típico del “loncco” o chacarero, que no es sino el campesino de los
alrededores de la ciudad de Arequipa.
Esta poesía en sus inicios nace como una suerte de piropo improvisado que el loncco, estando en la chacra, crea
para cortejar a su amada, utilizando las palabras que él ha aprendido en el campo: los “arequipeñismos”, que en
muchos casos son barbarismos del castellano graciosamente hablados y que, combinados con el “voseo” que aún
se utilizaba en Arequipa a finales del siglo XX, dan origen a la fabla o dialecto llamado “loncco” o “lonqquismo” , tal y
como se aprecia en las siguientes frases: ¡Oy, pa’nde vais!, ... (haciendo una llamada para preguntar ¿Oye, a dónde
vas?) ¡Qui’acís mirándome tite¡ (inquiriendo a una persona que se queda mirando quietamente a alguien)1¡Qué huiri
huiri, ni huiri huiri, ¡carajo¡ (haciendo referencia al BBD, marca de ropa interior, que se refiere a una camiseta interior
que en Perú se ha castellanizado como “bibirí”)2
Los autores eran anónimos, se convierten en “dichos” o “versos”, y se amplían en su temática a recitarle a la
naturaleza, a los animales y finalmente a su querida ciudad de Arequipa.
Dicción y pronunciación
Para el efecto de redactar un poema, el poeta loncco se ha tenido que valer de artificios fonéticos y lingüísticos para
poder expresar con acierto su mensaje, para ello ha optado por crear dos fonemas inexistentes en
el lenguaje español: la doble “CC”, que representa el sonido quechua o aymara explosivo, producto de la fusión de
dos consonantes juntas: K+J, que dan lugar al sonido “Kj” fonemizado como “CC”. Por ejemplo, la
palabra “ccatatar” (arrastrar) se pronunciará como “kjatatar”. Por afinidad, la “qq” representa el mismo sonido cuando
la vocal que antecede es la “e” o la “i”. Ejm.: “Chaqquena” = chakjena ; “lonqquito” = lonkjito. Inclusive, hay
palabras castellanas que son más aceptadas como barbarismo que como una palabra bien hablada. Por
ejemplo, “cuetero”, jamás sería aceptada y utilizada como “cohetero”. Por ello es que esta forma de hablar, en su
momento, llegó a tener nivel de dialecto.