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La Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas, conocida como la URSS por sus siglas, fue una

nación federal y de sistema marxista-leninista (comunista) que existió entre 1922 y 1991, y
que fue uno de los dos países más poderosos del mundo durante la llamada Guerra Fría
(1947-1991)

Durante el fin de la Segunda Guerra Mundial en 1945 y la caída de la Unión Soviética en


1991 se dictaminó un periodo donde el mundo se encontraba bajo dos grandes fuerzas, el
capitalismo por parte de Estados Unidos y el comunismo por parte de la URSS. Este periodo
se lo denominó la Guerra fría por ser un enfrentamiento político, ideológico, informativo,
etc. entre estas superpotencias.

Cuando el último presidente de la URSS, Mijaíl Gorbachov, llegó al poder en 1985, impulsó
una serie de reformas liberalizadoras y democratizadoras que desencadenaron una oleada
de revoluciones independentistas y anti comunistas en países del bloque oriental,
encabezadas por la caída del Muro de Berlín en 1989, y que se extendieron a la propia Rusia.

En el año 1949, Alemania se había convertido en dos países separados: la República Federal
de Alemania (Alemania Occidental), siguiendo el modelo capitalista, y la República
Democrática Alemana (Alemania Oriental), en la órbita de la Unión Soviética, con un sistema
socialista y de economía centralizada, donde el Estado controla todos los servicios y medios
de producción.

En 1961, las autoridades comunistas ordenaron que se construyera un muro que dividiera el
este y el oeste de Berlín para evitar que la gente cruzara de un lado a otro. Los alemanes del
Este comenzaron a exigir que se les permitiera cruzar hacia la Alemania Occidental y para el
gobierno comunista fue cada vez más difícil detener esos llamados.
La caìda del Muro
La caída del Muro es la culminación de todo ese proceso de reformas de Gorbachov, ya que
se consigue llegar al muro porque la defensa del mismo está en descomposición, y ya no
reacciona como lo hacía antes.

Finalmente Gorbachov renunció a su cargo y la URSS se disolvió en diciembre de 1991,


abriendo paso a una época de hegemonía estadounidense.
En el centro de este proceso estuvieron las políticas de perestroika (reestructuración) y
glasnost (apertura) encaradas por Gorbachov.
Gorbachov puso en marcha un plan de políticas para potenciar el desarrollo económico del
país y su democratización al estilo occidental. Entre ellas, destacaba la perestroika: una
reforma económica destinada a desarrollar una nueva estructura interna en la Unión
Soviética.
Con esta reestructuración, Gorbachov construyó una nueva base económica más abierta al
mercado internacional y a la libertad de empresa. Pese a ser un régimen comunista, la URSS
permitió cierta autonomía local y autorizó la propiedad privada en artículos personales
básicos.
Con glasnost Gorbachov intentó aliviar las tensiones políticas internas y abrir las puertas a
una democratización: se sacó de prisión a disidentes políticos, se permitió la venta de libros
hasta entonces prohibidos y se apostó por la libertad de prensa, el pluralismo político y la
transparencia informativa, rebajando el control político sobre los medios de comunicación.
La liberalización económica y política pretendían adaptar al país a la realidad internacional,
por eso Gorbachov y sus reformas obtuvieron el respaldo de los países occidentales. Sin
embargo, estas medidas no fueron bien recibidas en el Partido Comunista, la KGB y grupos
sociales favorables al régimen.
Y una de sus consecuencias inesperadas fue impulsar el nacionalismo allí donde la URSS: la
glasnost creó llamados cada vez más fuertes a la independencia de los países bálticos y otras
repúblicas soviéticas a fines de la década de 1980.

Ahora bien, una vez que se disuelve la URSS, comenzaron a surgir al respecto múltiples
opiniones. Por ejemplo, el politólogo estadounidense Francis Fukuyama sacó un libro, en el
año 1992, titulado "El fin de la historia y el último hombre". En este texto, Fukuyama plantea
una hipótesis muy criticada, donde dice que la historia, refiriéndose a la lucha de ideologías,
ha terminado, con un mundo final basado en una democracia liberal, el capitalismo, que se
ha impuesto tras el fin de la Guerra Fría. Tal como se mencionó, este planteo fue muy
criticado, entre estas personas podemos encontrar al politólogo Samuel Huntington, el cual,
en contraposición, dice que todavía queda mucho por vivir, porque en un futuro los
enfrentamientos internacionales no tendrán motivaciones únicamente en el ámbito
económico o ideológico, sino que tendrán mucho peso las divergencias culturales,
calificando el pensamiento de Fukuyama como ingenuo y simplista.

https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-50214151 (lo del muro de berlìn)


https://posmodernia.com/huntington-contra-fukuyama/

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