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La disolución de la Unión Soviética y la caída del muro de Berlín.

Introducción
Fue el fallido intento de golpe de Estado contra Gorbachov, ocurrido entre el 19 y el 21 de
agosto de 1991, lo que aceleró el proceso de desintegración de la URSS. El 25 de
diciembre la disolución fue oficial.

A su vez el 9 de noviembre de 1989, de manera pacífica y sin derramar sangre o disparar


un arma de fuego, la población alemana derribó el Muro de Berlín.

Desarrollo
El 25 de diciembre de 1991, Mijaíl Gorbachov se transformó en el último gobernante de la
Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). Ese día anunciaba en un discurso
televisado al país y al mundo que oficialmente esta superpotencia comunista dejaba de
existir.
De esta forma, la Unión Soviética desaparecía tras casi 70 años y al mismo tiempo se ponía
término a más de cuatro décadas de Guerra Fría.
Sin embargo, fue el fallido intento de golpe de Estado contra Gorbachov, ocurrido entre el
19 y el 21 de agosto de 1991, lo que acabó por acelerar el proceso de desintegración de la
URSS. Mijaíl Gorbachov, quien se encontraba de vacaciones en Crimea con su esposa y su
nieta, fue retenido en contra de su voluntad en su residencia. Mientras tanto, en Moscú, un
autoproclamado Comité para el Estado de Emergencia aseguraba que Gorbachov había
abandonado su cargo por motivos de salud y que ahora ellos conducían el país.

El golpe fracasó, en gran medida porque Boris Yeltsin, quien en ese entonces era
presidente del Sóviet Supremo de la República Socialista Federativa Soviética de Rusia,
llamó a la población y a las Fuerzas Armadas a enfrentar a los golpistas.

De esta forma, los golpistas fueron neutralizados y Gorbachov fue liberado. Pero durante
esos tres días, las repúblicas que conformaban la Unión Soviética habían tomado la
decisión de separarse y declarar sus independencias. De modo que cuando Gorbachov
retomó el control, solo le quedó guiar al país hacia su desaparición oficial. De esta manera
se cerró uno de los capítulos más relevantes de la historia del siglo XX.

El 9 de noviembre de 1989, de manera pacífica y sin derramar sangre o disparar un arma


de fuego, la población alemana derribó el Muro de Berlín. Esta estructura dividió la capital
alemana por casi tres décadas. Su demolición posibilitó la reunificación de Alemania y
simbolizó, con ello, el fin de la Guerra Fría y la construcción de un nuevo orden mundial,
cuyas consecuencias aún acontecen. Después de que el bando de los Aliados grupo de
países occidentales, incluidos Reino Unido, los Estados Unidos, Francia y la Unión
Soviética consiguió derrotar al régimen nazi y, con ello, poner fin a la Segunda Guerra
Mundial (1939-1945), se llevaron a cabo las conferencias de Yalta y Potsdam. Las potencias
vencedoras acordaron dividir a Alemania en cuatro zonas de ocupación: Gran Bretaña,
Francia y los Estados Unidos ocuparon el oeste, el noroeste y porciones del sur, y la Unión
Soviética tomó posición de la región este. Las secciones ocupadas por Gran Bretaña,
Francia y Estados Unidos se convierten en la Alemania Occidental República Federal de
Alemania (RFA) y para escudarse militarmente crearon la Organización del Atlántico del
Norte (OTAN). La región de influencia soviética, la Alemania Oriental pasó a llamarse la
República Democrática Alemana (RDA). En la Alemania Occidental se concretó el modelo
capitalista impulsado por los Estados Unidos, el cual favoreció a las empresas y a la
economía privada bajo un sistema político democrático liberal de gobierno. En la Alemania
Oriental se organizó un sistema socialista y se propulsó una economía centralizada con
modelo en la Unión Soviética, donde el Estado controlaba todos los servicios y los medios
de producción.

El 9 de octubre de 1989, una multitud de alrededor de setenta mil personas se manifiesto


pacíficamente en el centro de Leipzig exigiendo libertad de paso. Estas personas se
atrevieron a pasar por primera vez por la temida sede de la Stasi, la policía secreta de la
República Democrática Alemana. "Wir sind das Volk!", cantaban: "¡Somos el pueblo!". Una
semana después, más de cien mil personas abarrotaron de nuevo el centro de Leipzig. Las
protestas pronto se extendieron por toda Alemania oriental. El 4 de noviembre, otros cientos
de miles de personas se manifestaron en Alexanderplatz, Berlín oriental, pidiendo una
reforma democrática: esta fue una de las movilizaciones más importantes en la RDA por su
capacidad de congregación. Finalmente, cinco días después, el 9 de noviembre, un militar
de alta graduación anunció que se darían pases para cruzar hacia la república Federal de
Alemania. “La gente puede ir, no hay problema”, declaró. Un periodista le preguntó: “¿A
partir de cuándo, señor?”, cuya respuesta fue: “A partir de ahora”. En poco menos de dos
horas, una multitud se volcó hacia el muro. Los guardias se vieron superados por el
entusiasmo, por lo que simplemente no hicieron nada.

Un año más tarde, el 3 de octubre del año 1990 se hizo efectiva la Reunificación de
Alemania, poniendo fin a un país dividido por la Guerra Fría. Se firmó el Tratado de
Unificación, que hizo que las cuatro potencias (los Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y
la Unión Soviética) renunciaran a sus derechos en el país germano. De esta manera se
logró la reunificación definitiva y la constitución nuevamente de una sola nación. A raíz de
este acontecimiento, cada 3 de octubre se celebra en el país el Día de la Unidad Alemana.

Conclusión
La Caída del Muro de Berlín es uno de los principales sucesos del siglo XX y de los últimos
tiempos. Marcó el fin de una era tanto en la historia alemana como en la historia europea y
mundial. Este cambio tan radical después de casi tres décadas de división impulsó
decisivos cambios en el rumbo ideológico, político y económico no únicamente de Alemania,
sino también de muchos países europeos. En la primera elección conjunta a finales de 1990
resultó ganador el político Helmut Kohl. La unificación trajo consigo la disminución de la
tensión militar de la zona y la reducción de los gastos en esa área por la salida de los
ejércitos extranjeros y las representaciones militares en territorio alemán. En el plano
económico, se iniciaron las privatizaciones de empresas estatales en la RDA y se generaron
cuantiosos subsidios para paliar las debilidades en la economía y para mejorar el nivel de
vida de los alemanes radicados en la RDA. Todo esto implicó un periodo de transición muy
difícil para las finanzas de la naciente república ya reunificada: se elevó la tasa de
desempleo y la inflación, así como el Producto Interno Bruto cayó de manera significativa.
Durante los años siguientes, la diferencia de los trabajadores alemanes continuó. Por
ejemplo, en la ex RDA persistió la inflación, la desocupación y la diferencia salarial en
relación con la parte occidental. Las condiciones laborales y económicas de los trabajadores
de ambas áreas permitieron a los países imperialistas (sobre todo a Gran Bretaña y a los
Estados Unidos) imponer lo que se denomina ahora como “neoliberalismo”.

Las transformaciones políticas en Alemania continúan. Aún puede notarse una división
invisible que dejó el antiguo muro; sin embargo, la sociedad ha apostado por el reencuentro
de ambas partes, aun cuando en la actualidad han surgido de manera preocupante
expresiones nacionalistas afines a las que tanto dolor causaron en el pasado. Grandes
sectores de la sociedad todavía resienten las cicatrices de la división; no obstante, han
encarado las dificultades actuales con resiliencia y buscando una convivencia pacífica entre
ellos, como con el resto de Europa y el mundo.

Bibliografía

https://www.cndh.org.mx/noticia/caida-del-muro-de-berlin-0
https://www.pauta.cl/internacional/los-30-anos-del-fin-de-la-union-sovietica-causas

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