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Radiografía VC
Radiografía VC
Vida Consagrada
La radiografía de la VC apunta a reconocer lo que está pasando para afrontar
debidamente la situación. En cualquier caso lo que toca es ser templados,
serenos para cuidar y gestionar creativamente el presente; sabios para
enfrentar animosamente el futuro, conjugando a la vez el prever y el confiar;
y realistas y también soñadores en la versión adaptada a lo de las serpientes
y las palomas del evangelio.
I. Radiografía- Diagnóstico de la VC
Vamos a llevar a la VC al hospital y hacerla la debida radiografía. Para ello
no nos puede faltar el buen ojo médico para ver por dentro y por fuera
Para poder responder a esta pregunta voy a ofrecer algunas de las diferentes
visiones y descripciones que se ven y se escuchan. Lo peor que le puede
ocurrir a la VC es ser sorda o ciega a los clamores, no darse cuenta de lo
que le pasa y de que le falte la capacidad de reflexión y de decisión que le
permita afirmar convicciones y poner por obra decisiones inéditas. Esto se
ha dado y se da en algunas congregaciones religiosas.
b. Posiciones diversas
Diré de entrada que más allá de los juicios pesimistas u optimistas hay un
sano realismo que concluye que la VC:
Son muchas las preguntas y los análisis que se hacen de las personas y
estructuras de la VC y no siempre se sostienen en la esperanza. La realidad
es compleja y en buena parte depende de los ojos con los que se la mira. Son
por tanto diversos los juicios que se emiten. Nos vamos a detener en
describir tres de ellos:
- Pesimistas
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Ven que está pasando por momentos delicados y usan tres palabras
para definirlo:
o Caos: todo es confusión y no se sabe a dónde se va
o Noche oscura: no se ve nada claro
o Ocaso: la VC tiene sus días contados; camina hacia su fin
Son muchas las contradicciones que se advierten entre los
religios@s.
Que solo vale la resignación ya que queda por esperar y vivir la
“ultima fochaccia e poi moriremo”
Tan solo es cuestión de tiempo.
- Optimistas
Veamos por dónde andan los optimistas que usan las mismas palabras pero
con otro sentido:
- Realistas
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estrategia a nivel teológico y de discernimiento y llegar a una
reflexión mucho más realista y capaz de plantear y resolver los
problemas y no de esconderlos y solucionarlos ligeramente.
La crisis puede ser negativa o positiva; depende de las decisiones
que se tomen
Yo querría encontrarme en este grupo. La VC está en un momento
crítico; tiene que tomar decisiones importantes. Todo está en juego.
El futuro lo veo con esperanza. Pero hay que pagar el precio por un
presente que tenga futuro.
Hace bien recordar cuáles son las etapas de la vida de una Congregación
(Jesús Álvarez). Así como una persona tiene etapas también la vida de una
congregación o de una provincia las tiene: fundación, expansión,
estabilización, declive y revitalización. Creo que es importante recordar que
la VC no tiene que tener miedo a morir. Tiene que tener miedo a no
aprender a vivir el Misterio Pascual con el mejor invento impulsador de
vida. Está claro, las Congregaciones y los grupos de Iglesia tenemos tres
posibilidades: morir, sobrevivir o renovarse.
Espero poder ayudar a ver con más claridad la situación, describiendo con
más detalle mi posición para clarificar la del que puede leer estas páginas.
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o Una VC sin mística, desmotivada, movida por la rutina que
lleva a vivir vidas mediocres y que no consigue el
entusiasmo y dar el encanto que corresponde a la vida y a la
misión.
o Una VC demasiado profesionalizada y que no logra suscitar
pasión, esperanza y alegría.
Preocupan las muchas salidas de la VC. 3000 al año; les hay que
nos abandonan en la mejor edad de su vida. Razones: falta de fe,
crisis de vida comunitaria, crisis afectivas; y los que permanecen en
la VC pero divorciados de la vida del Instituto.
Me preocupan, también, el número de congregaciones
“comisariato”, 39 en este momento, por autoritarismo muy fuerte,
forma preconciliar de vida, temas económicos, temas afectivos y
sexuales.
El que se haya paralizado la creatividad misionera y la misión se
haya convertido, con alguna frecuencia en rutina o en trabajo
agotador.
El inadecuado ejercicio de la autoridad y la falta de personas
disponibles y capaces de ejercer el servicio de una animación
revitalizadora. En lugar de ir todos a una se marcan las diferencias;
hay unos egos demasiado protagonizado res.
La forma de vivir la VC que no garantice el futuro porque no
garantiza el presente.
La mundanidad: una VC con fuerte consumismo y confort; que
busca poder y placer.
El activismo alienante que rompe la vida comunitaria y una vida
comunitaria insatisfactoria en la que se marcan mucho las
diferencias y los “egos” quieren tomar mucho espacio.
El significativo descenso en la capacidad de reclutamiento
vocacional
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La fuerte secularización interna que han sufrido las formas de vida
de los religios@s y las instituciones regidas por consagrados.
Que los jóvenes estén distantes de la VC. Estos buscan el verdadero
interior, el sentido profundo de la vida, el equilibrio vital, la
solidaridad generosa, la afirmación del propio valor y todo esto tiene
que estar encarnado en modelos y no siempre los encuentran en la
VC. No es bueno que los jóvenes vuelvan la espalda y busquen su
futuro en ideologías y propuestas de salvación que permitan llenar el
espacio que los miedos de la misma Iglesia han dejado vacíos. No
siempre la VC les ayuda a responder a estas preguntas:
o Quiénes son
o Qué quieren
o Qué necesitan
o Qué sueñan
Los problemas culturales e institucionales se reflejan y refuerzan
también a nivel personal lo que acaba provocando una espiral
negativa de la que es cada vez más difícil salir.
II. Propuestas de la VC
La VC necesita precisar sus urgencias y también los ejes de sus
propuestas.
1. Urgencias
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Que tenga sed de Dios y viva una espiritualidad profundamente
apostólica
Que sea mística y profética, testimonial y misionera; que se lleve la
dimensión contemplativa a la vida apostólica y la dimensión
apostólica a la vida contemplativa.
Que sea capaz de “primerear”, es decir, de abrir senderos, iniciar
caminos, reconocer las posibilidades y no solo los problemas, que
hable con signos y no solo con palabras.
Que sea una VC en “salida” y sabiendo a dónde va; que sabe el
camino y dónde llegar; una VC samaritana y que responde a las
situaciones de emergencia. Que sale de sí y va al encuentro del que
sufre.
Que sea capaz de recalcular y reprogramar sus actividades en
armonía con sus fuerzas. Hay Congregaciones que no se dan cuenta
que su número disminuye y la edad avanza y quieren continuar con
sus mismas actividades.
Que sea capaz y lúcida para pasar de una mentalidad de
mantenimiento a una con gran capacidad de renovación e
innovación.
Que sea capaz de descubrir la auténtica sobriedad y de decirlo y
compartirlo comunitariamente.
Que sabe estar codo a codo con la gente, con su vida diaria y ser ahí
anuncio gozoso de Jesús.
Que ha elegido tres verbos: anuncia, denuncia y renuncia. Con las
acciones de ellos derivadas se convierte en una vida consagrada
profética.
Que “no se deja robar la esperanza” y “no se deja robar la gratuidad”
(EG) sino que la profundiza y la contagia, la multiplica y la
fortalece.
Que no se deja robar la fuerza misionera y la alegría de la
evangelización.
Que no se deje robar el espíritu y el evangelio ya que todos tenemos
“raíces de evangelio” (VD 83).
Que lleva una vida comunitaria marcada por el perdón y la fiesta
Que sale de sí y se deja evangelizar por los jóvenes
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Que cuida la visibilidad condición necesaria, pero no suficiente,
para la revitalización.
“La VC tiene sus días contados” Obs. Romano 2009, Obispo religioso.
Benedicto XVI respondió sin responder pocos días después: “La VC ha sido
querida por Cristo y acompañará a la Iglesia hasta el final de los tiempos”
(A los Obispos de Brasil).
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Tiene futuro una VC que opta por la liminariedad y es capaz de
convertirse en expresión de contraste, en formas alternativas de vida
y en modelos de vida distintos de los de la mayoría
Tiene futuro la VC con capacidad de movilización de cara a la
evangelización y sobre todo de y con los pobres; con una actitud
activa y de encuentro con los alejados.
Tiene futuro una VC que afirma la sana tensión de vida evangélica
que pone en la existencia de los consagrad@s la pobreza- cercanía a
los pobres y sencillez de vida-, la castidad-no tanto privación como
capacidad de don- y la obediencia-dentro de la fraternidad y a favor
de la misma.
Tenemos que llegar a saber buscar y proponer la alternativa y para ello entrar
en el espíritu de la fidelidad creativa. Los cambios interpelan pero también
nos mueven hacia lo que se debe ser.
Eso que seremos hay que leerlo en una línea de discontinuidad con lo que
somos y por tanto como en tiempo de Francisco de Asís habrá que pagar el
precio por las formas de vida y de presencia cristiana diferentes de las que
prevalecen en los circuitos oficiales. En el fondo se trata de seguir el camino
de Jesús que vencido por el amor dio su vida por amor.
Para dar estos pasos tenemos que leer los signos de los tiempos y los signos
de incertidumbre de este tiempo como una oportunidad. Está naciendo una
situación nueva en la cual el hombre y la mujer de nuestros días se sitúa en
ruptura con la herencia pasada. Esto nos urge a ir en una doble dirección: por
una lado la del desarrollo y cuidado de la fraternidad y por otro la de no dar
nada por supuesto y no tomar puntos de partida de principios culturales o
religiosos sabidos pero que no existen. Frente al contexto en el que estamos
se precisa generar respuestas creativas, lúcidas y responsables. En una
palabra, no debemos empeñarnos en conservar odres que no pueden dar
cabida al vino nuevo. Hay muchos signos y presencias que hoy no se
entienden. Hay también estilos y estructuras de misión que responden a un
ayer social y eclesial que hoy ya no existe.
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La innovación nos debe llevar a cambios políticos, económicos,
socioculturales y religiosos; afecta todas las dimensiones de nuestra vida; la
deben conducir innovadores con gran capacidad para el agradecimiento y la
esperanza; supone un superar el “status quo”; lleva a su máximo nivel la
creatividad; por ella el sueño se convierte en realidad. No podemos olvidar
que tantas veces el miedo termina, lamentablemente con la innovación. El
verdadero innovador rompe moldes, allana caminos y ofrece nuevas
posibilidades. En nuestro caso lleva a hacer realidad una “forma nueva de
VC”. Por ello necesitamos mucho invocar al Espíritu creador que nos lleva a
“repensar la herencia recibida” y a impulsar la innovación.
Todo esto nos debería llevar a una reubicación mística que nos haga
renunciar a puestos, estilos, cargos y presencias que no son de nuestra
vocación de consagrados. Los dones carismáticos lo son para “renovar y
edificar”.
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derecho de la persona a la verdad de su conciencia”. Todo sale de dentro y
se sitúa fuera.
No hay duda que no nos queda tiempo para la espera; urge inaugurar el
tiempo nuevo y hacer el giro y el anuncio de una reorganización mística
acorde con la lectura creyente del momento. Urge dar con el paradigma
nuevo sabiendo que paradigmas totalmente limpios no existen ya que como
nos dice la historia de la VC que a lo largo de los tiempos los siguientes que
aparecieron bebieron de los anteriores y los superaron.
Son muchos los frentes abiertos. Podemos esperar mucho y bueno de las
progresiones bien hechas que llevan a transiciones históricas. Urge alimentar
la esperanza de una nueva vida consagrada que no vemos quienes la vivimos
pero que se está fraguando allí donde hay profecía, mística y servicio. Vida
consagrada que en el tema que nos ocupa se ha evolucionado en más de 90
grados. Con el Concilio se pasó de una eclesiología piramidal a una
eclesiología de comunión.
La mejor oración que puede salir de la boca de una religioso este año es:
“Dios, restáuranos, que brille tu rostro en nosotros y nos salve”. María está a
nuestro lado para nacer a nueva vida. Nos lo dice el Papa Francisco: “A los
pies de la Cruz… todo parece verdaderamente acabado; toda esperanza
podría decirse que está apagada… Pero María por su fe ve nacer el futuro
nuevo y espera con esperanza el mañana de Dios… ¿Sabemos esperar el
mañana de Dios? ¿O queremos el hoy? El mañana de Dios para ella es el
alba de la mañana de Pascua… La única lámpara encendida en el sepulcro de
Jesús es la esperanza de la madre, que en ese momento es la esperanza de la
humanidad… En nuestras comunidades ¿está aún encendida esta lámpara?...
¿Se espera el mañana de Dios?” (Papa Francisco, 21 nov. t2013,
Benedictinas camaldulenses). Ha llegado el momento de avivar el fuego de
esta lámpara. Para que así sea tenemos que estar implicados y
comprometidos con un presente que tenga futuro y darle futuro al presente.
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