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Radiografía y propuesta de la

Vida Consagrada
La radiografía de la VC apunta a reconocer lo que está pasando para afrontar
debidamente la situación. En cualquier caso lo que toca es ser templados,
serenos para cuidar y gestionar creativamente el presente; sabios para
enfrentar animosamente el futuro, conjugando a la vez el prever y el confiar;
y realistas y también soñadores en la versión adaptada a lo de las serpientes
y las palomas del evangelio.

El Señor quiere que la VC viva la resurrección. Eso lleva a una forma de


vida creadora de vida. En esa forma de vida tenemos que admitir e impulsar
que se puede soñar y resucitar en la VC. En esa línea nos ha situado la
CLAR en el último trienio.

I. Radiografía- Diagnóstico de la VC
Vamos a llevar a la VC al hospital y hacerla la debida radiografía. Para ello
no nos puede faltar el buen ojo médico para ver por dentro y por fuera

1. ¿Dónde está la VC?

Estamos en el momento que nos toca estar. En él advertimos un declive que


interpela y que obedece a una diversidad de factores. Hay un hecho
incontestable y es que las cosas dentro de la VC y en sus contextos han
cambiado y de manera significativa. No se trata, es verdad, de un giro que
nos lleve a concluir que nada del pasado sirve en este hoy incierto. La VC,
como forma de seguimiento de Jesús, mantiene una vitalidad intacta que la
hace ser posible y contemporánea del Espíritu de Jesús en todas las culturas
y contextos. Esto no significa que no tenga que cambiar, adaptarse o, aún
más, reformarse. Como todas las instituciones con historia tiene dificultades
objetivas para abrazar el presente y relanzarlo y atreverse con lo que viene.
En ella no se deben dejar las cosas como están. Por supuesto, al tratarse de
cambios significativos, el debate sobre la VC no puede ser superficial.
a. Respuesta a la pregunta inicial

Para poder responder a esta pregunta voy a ofrecer algunas de las diferentes
visiones y descripciones que se ven y se escuchan. Lo peor que le puede
ocurrir a la VC es ser sorda o ciega a los clamores, no darse cuenta de lo
que le pasa y de que le falte la capacidad de reflexión y de decisión que le
permita afirmar convicciones y poner por obra decisiones inéditas. Esto se
ha dado y se da en algunas congregaciones religiosas.

b. Posiciones diversas

Diré de entrada que más allá de los juicios pesimistas u optimistas hay un
sano realismo que concluye que la VC:

 está atravesando un momento de crisis


 que se puede convertir en un kairós, una oportunidad.
 si se toman decisiones acertadas en tiempo oportuno
 así habrá futuro

c. Precisiones sobre las crisis

Un juicio muy repetido, por tanto, es que la VC se encuentra en un momento


crítico y está llamada a tomar decisiones y su futuro dependerá de esas
decisiones. Vive tiempos excepcionales en que se está gestando un nuevo
paradigma que debemos delinear en sus rasgos fundamentales y convertir
en una alternativa que la historia, por su propia lógica, acabará
inevitablemente por asumir e imponer.

Son muchas las preguntas y los análisis que se hacen de las personas y
estructuras de la VC y no siempre se sostienen en la esperanza. La realidad
es compleja y en buena parte depende de los ojos con los que se la mira. Son
por tanto diversos los juicios que se emiten. Nos vamos a detener en
describir tres de ellos:

- Pesimistas

Veamos cómo la ven los pesimistas:

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 Ven que está pasando por momentos delicados y usan tres palabras
para definirlo:
o Caos: todo es confusión y no se sabe a dónde se va
o Noche oscura: no se ve nada claro
o Ocaso: la VC tiene sus días contados; camina hacia su fin
 Son muchas las contradicciones que se advierten entre los
religios@s.
 Que solo vale la resignación ya que queda por esperar y vivir la
“ultima fochaccia e poi moriremo”
 Tan solo es cuestión de tiempo.

- Optimistas

Veamos por dónde andan los optimistas que usan las mismas palabras pero
con otro sentido:

 el caos es lo que precede a la nueva creación, a la nueva forma de


vida consagrada; así se habla de caos en el Génesis; en realidad es
un simple modo de expresarse.
 la noche oscura en el sentido que le dan los místicos se trata de un
momento de podadura, de una prueba de la cual la VC rebrotará y
saldrá reforzada.
 El ocaso puede ser una realidad para algunos. No hay duda que
existe una forma de vida consagrada llamada a desaparecer. Pero
esto no quiere decir que la VC tenga los días contados. Para ellos la
VC tiene una buena salud la suficiente para revitalizarse y florecer.
 A veces esa postura nace de una visión poco lúcida de los signos de
vitalidad que se dan en la VC y otras de una falsa complacencia que
ni siquiera le permite percibir lo que la bloquea.

- Realistas

Existe un tercer grupo: el de los realistas; el más numeroso.

 Estos usan la palabra crisis. La VC está en crisis, es decir en un


momento en el que tiene que tomar decisiones y cambiar de

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estrategia a nivel teológico y de discernimiento y llegar a una
reflexión mucho más realista y capaz de plantear y resolver los
problemas y no de esconderlos y solucionarlos ligeramente.
 La crisis puede ser negativa o positiva; depende de las decisiones
que se tomen
 Yo querría encontrarme en este grupo. La VC está en un momento
crítico; tiene que tomar decisiones importantes. Todo está en juego.
El futuro lo veo con esperanza. Pero hay que pagar el precio por un
presente que tenga futuro.

Hace bien recordar cuáles son las etapas de la vida de una Congregación
(Jesús Álvarez). Así como una persona tiene etapas también la vida de una
congregación o de una provincia las tiene: fundación, expansión,
estabilización, declive y revitalización. Creo que es importante recordar que
la VC no tiene que tener miedo a morir. Tiene que tener miedo a no
aprender a vivir el Misterio Pascual con el mejor invento impulsador de
vida. Está claro, las Congregaciones y los grupos de Iglesia tenemos tres
posibilidades: morir, sobrevivir o renovarse.

2. ¿Qué es lo que me apena de la VC?

Espero poder ayudar a ver con más claridad la situación, describiendo con
más detalle mi posición para clarificar la del que puede leer estas páginas.

 Me da pena una vida consagrada:


o Autorreferencial, muy vuelta sobre si, muy preocupada de la
sobrevivencia
o Más obsesionada del número que de su significatividad
evangélica
o Más centrada en la seguridad- se ha hecho siempre así- que
de preocuparse de las fronteras existenciales
o Más en búsqueda de la continuidad que de vivir el presente
con pasión por Cristo y por la humanidad y el futuro con
esperanza
o Más marcada por la mediocridadparalizantee incapaz de
soportar el sentido de la contradicción y de la cruz.

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o Una VC sin mística, desmotivada, movida por la rutina que
lleva a vivir vidas mediocres y que no consigue el
entusiasmo y dar el encanto que corresponde a la vida y a la
misión.
o Una VC demasiado profesionalizada y que no logra suscitar
pasión, esperanza y alegría.

3. ¿Qué es lo que me preocupa?

¿Cuáles son los hechos preocupantes?

 Preocupan las muchas salidas de la VC. 3000 al año; les hay que
nos abandonan en la mejor edad de su vida. Razones: falta de fe,
crisis de vida comunitaria, crisis afectivas; y los que permanecen en
la VC pero divorciados de la vida del Instituto.
 Me preocupan, también, el número de congregaciones
“comisariato”, 39 en este momento, por autoritarismo muy fuerte,
forma preconciliar de vida, temas económicos, temas afectivos y
sexuales.
 El que se haya paralizado la creatividad misionera y la misión se
haya convertido, con alguna frecuencia en rutina o en trabajo
agotador.
 El inadecuado ejercicio de la autoridad y la falta de personas
disponibles y capaces de ejercer el servicio de una animación
revitalizadora. En lugar de ir todos a una se marcan las diferencias;
hay unos egos demasiado protagonizado res.
 La forma de vivir la VC que no garantice el futuro porque no
garantiza el presente.
 La mundanidad: una VC con fuerte consumismo y confort; que
busca poder y placer.
 El activismo alienante que rompe la vida comunitaria y una vida
comunitaria insatisfactoria en la que se marcan mucho las
diferencias y los “egos” quieren tomar mucho espacio.
 El significativo descenso en la capacidad de reclutamiento
vocacional

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 La fuerte secularización interna que han sufrido las formas de vida
de los religios@s y las instituciones regidas por consagrados.
 Que los jóvenes estén distantes de la VC. Estos buscan el verdadero
interior, el sentido profundo de la vida, el equilibrio vital, la
solidaridad generosa, la afirmación del propio valor y todo esto tiene
que estar encarnado en modelos y no siempre los encuentran en la
VC. No es bueno que los jóvenes vuelvan la espalda y busquen su
futuro en ideologías y propuestas de salvación que permitan llenar el
espacio que los miedos de la misma Iglesia han dejado vacíos. No
siempre la VC les ayuda a responder a estas preguntas:
o Quiénes son
o Qué quieren
o Qué necesitan
o Qué sueñan
 Los problemas culturales e institucionales se reflejan y refuerzan
también a nivel personal lo que acaba provocando una espiral
negativa de la que es cada vez más difícil salir.

4. ¿Qué es lo que me alegra?

Hay muchas cosas que a uno le alegran en este momento al contemplar la


realidad de la VC. Yo es ahora que quiero vivir la VC y como se vive ahora y
no como era cuando llegué a ella en los años sesenta.

 La coherencia y la fidelidad de muchos consagrados. En la VC como


en el bosque el árbol que cae hace mucho ruido, en cambio al que
crece no se le oye nada.
 La espiritualidad de comunión que ha nacido en la VC y por ella se
lucha en la misma VC
 El deseo de una VC con más radicalidad evangélica, carismática y
apasionada que uno advierte en bastantes religios@s.
 Una VC, sobre todo femenina que es puente y enlace entre pueblo,
gente de la calle e Iglesia.
 Una VC preocupada de la formación integral y de una manera
especial de una formación humana completa y que humaniza
humanizándose.
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 Una VC que mira el mundo no como un peligro o amenaza sino
como su más adecuado claustro.
 Que sirve a los pobres y es inserta en ese contexto
 Escuchar voces y ver testimonios proféticos en algunos religiosos
que proceden en sus vidas con sencillez y transparencia.
 Que crea sinergia y ayuda a crecer en intercongregacionalidad,
interculturalidad e intergeneracionalidad.
 Ver a religiosos y sobre todo a religiosas que tienen todo el cariño de
la gente.
 Una VC marcada por la eclesialidad sin renunciar a la fuerza
profética que le es propia.
 Que comparte vida y misión con los laicos
 Que tiene claros signos de vitalidad y que corresponden a la calidad
de vida evangélica que se traduce en un positivo impacto eclesial y
en su capacidad de convocar.
 Los carismas que son cauce de presencia y de acción para tiempos
nuevos y algunas nuevas y maravillosas fundaciones que a su vez
son fundaciones nuevas.

II. Propuestas de la VC
La VC necesita precisar sus urgencias y también los ejes de sus
propuestas.

1. Urgencias

¿Dónde están las urgencias de este momento en relación con la VC?

Estas urgencias nacen tanto de lo que va bien en la VC como de lo que


bien debiera ir. Son unas reales pautas para la innovación de la VC en
el siglo XXI

 Una VC que esté en continua configuración con Jesús. Una VC que


se centra en el Señor y en los elementos fundamentales de los
carismas religiosos; en el fondo, una VC bien enganchada con el
carisma.

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 Que tenga sed de Dios y viva una espiritualidad profundamente
apostólica
 Que sea mística y profética, testimonial y misionera; que se lleve la
dimensión contemplativa a la vida apostólica y la dimensión
apostólica a la vida contemplativa.
 Que sea capaz de “primerear”, es decir, de abrir senderos, iniciar
caminos, reconocer las posibilidades y no solo los problemas, que
hable con signos y no solo con palabras.
 Que sea una VC en “salida” y sabiendo a dónde va; que sabe el
camino y dónde llegar; una VC samaritana y que responde a las
situaciones de emergencia. Que sale de sí y va al encuentro del que
sufre.
 Que sea capaz de recalcular y reprogramar sus actividades en
armonía con sus fuerzas. Hay Congregaciones que no se dan cuenta
que su número disminuye y la edad avanza y quieren continuar con
sus mismas actividades.
 Que sea capaz y lúcida para pasar de una mentalidad de
mantenimiento a una con gran capacidad de renovación e
innovación.
 Que sea capaz de descubrir la auténtica sobriedad y de decirlo y
compartirlo comunitariamente.
 Que sabe estar codo a codo con la gente, con su vida diaria y ser ahí
anuncio gozoso de Jesús.
 Que ha elegido tres verbos: anuncia, denuncia y renuncia. Con las
acciones de ellos derivadas se convierte en una vida consagrada
profética.
 Que “no se deja robar la esperanza” y “no se deja robar la gratuidad”
(EG) sino que la profundiza y la contagia, la multiplica y la
fortalece.
 Que no se deja robar la fuerza misionera y la alegría de la
evangelización.
 Que no se deje robar el espíritu y el evangelio ya que todos tenemos
“raíces de evangelio” (VD 83).
 Que lleva una vida comunitaria marcada por el perdón y la fiesta
 Que sale de sí y se deja evangelizar por los jóvenes
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 Que cuida la visibilidad condición necesaria, pero no suficiente,
para la revitalización.

2. Ejes de una VC con futuro

a. ¿Tiene futuro la VC?

“La VC tiene sus días contados” Obs. Romano 2009, Obispo religioso.
Benedicto XVI respondió sin responder pocos días después: “La VC ha sido
querida por Cristo y acompañará a la Iglesia hasta el final de los tiempos”
(A los Obispos de Brasil).

Pero es verdad que no toda la VC tendrá futuro. Lo tendrá la VC que sea


profecía clara del Reino, que se ponga al servicio de los pobres y de la
evangelización. La que sea capaz de vivir una forma de vida alternativa y
contracultural; la que sea capaz de innovar a innovarse; que no busca ser
“anti”, sino “contra”. El Papa habla mucho de ir contracorriente. Hay valores
de la VC que no son moneda corriente en esta cultura pero no podemos
renunciar a ellos; por ejemplo los votos. Tiene futuro:

 Una VC que repiensa la herencia recibida en nuestra época


postmoderna. No se trata de romper con nuestra tradición sino de
reactualizarla y retraducirla. Tiene que hacer una opción clara por la
innovación.
 Una VC que se preocupa de innovar y más que obsesionarse de
crecer o disminuir. La innovación de una nueva forma de VC
supone ponerla en este tiempo nuevo. La novedad está en el
lenguaje, las estructuras, la espiritualidad, los modelos formativos,
las nuevas formas de comunidad, el liderazgo y, sobre todo, el nuevo
paradigma de misión.
 Una VC que se sabe planetaria, global, en colaboración con el
Espíritu y la historia contemporánea. La definen los encuentros y las
relaciones. La innovación es una realidad holística.
 Una VC que sabe que al ser innovadora es rupturista y vuelve
obsoletas e inservibles muchas ideas, actividades y métodos en los
que antes nos basábamos. Esto tiene que estar reflejado en el texto
constitucional que supondrá una nueva forma de orar, de animar,
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una nueva conciencia ética, una mejor manera de relacionarse con
la sociedad…
 Una VC que llega a la innovación a través de la invención y para
ello hay que activar el ingenio humano, la creatividad y sus mil
facetas dentro de la VC.
 Una VC en la que se llevan adelante procesos de innovación sus
líderes serán por bastante tiempo incomprendidos y lo deben
aceptar y asumir.
 Una VC innovadora tiene sentido y da sentido; no se trata de la
innovación por la innovación, ni de la simple innovación para
sobrevivir. Es una innovación para la fecundidad y para anticipar la
otra Ciudad. Una innovación sin rumbo es peligrosa y no es la que
tenemos que intentar.
 Una VC innovadora lucha por el bien; no se deja paralizar por el
miedo y las visiones catastróficas; una VC madura afrontando y
superando lo oscuro y viviendo la fe a la intemperie.
 Tiene futuro una VC que asuma con fuerza este período delicado de
cambios y lo viva como un kairós de purificación y una ocasión
apropiada para volver a lo esencial.
 Tiene futuro “una VC vivida con radicalidad y sin protagonismo, en
clara kenosis” (Benedicto XVI).
 Tiene futuro una VC que se distinga por la calidad de vida sin caer
en la tentación del número y de la eficacia.
 Tiene futuro una VC que vuelva a calentar los corazones. “No hay
santidad en la tristeza por lo cual no se puede llevar adelante el
Evangelio con cristianos tristes, desanimados, sin esperanza” (Papa
Francisco). La fe para que no sea fatigosa tiene que ser un fruto de
una gran felicidad interior, cordial y visceral. La VC tampoco puede
ser algo exterior, puramente mental, que anule el sentir intuitivo
profundo. Bien se la puede comparar a la lámpara que guía en la
noche nuestros pasos.
 Tiene sentido y futuro una VC que sigue el estupendo consejo del
Prefecto de la SCRIS a los superiores generales: “el Señor está
pidiendo a todos, a vosotros padres y madres generales… algo
nuevo: hacer algo que quizás no pensaban hacer”.

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 Tiene futuro una VC que opta por la liminariedad y es capaz de
convertirse en expresión de contraste, en formas alternativas de vida
y en modelos de vida distintos de los de la mayoría
 Tiene futuro la VC con capacidad de movilización de cara a la
evangelización y sobre todo de y con los pobres; con una actitud
activa y de encuentro con los alejados.
 Tiene futuro una VC que afirma la sana tensión de vida evangélica
que pone en la existencia de los consagrad@s la pobreza- cercanía a
los pobres y sencillez de vida-, la castidad-no tanto privación como
capacidad de don- y la obediencia-dentro de la fraternidad y a favor
de la misma.

b. Ejes que la VC tiene que formular y explicitar

I Sabemos lo que somos pero no lo que seremos ser: en búsqueda

Si vuelvo a un pensamiento y posición personal bien puedo decir que estoy


y encuentro a muchos religiosos en búsqueda. Vivir en búsqueda es mucho y
muy exigente. Hay que innovar. Uno parte de unos “por qué” claros y de
unas metas precisas. El problema está en dar con los “como”. No es un
tiempo fácil para dominar los cambios; se trata de servir y acompañar la vida
que el Señor suscita.

Estamos comprendiendo la dirección a tomar pero no hemos identificado las


soluciones concretas. Estamos buscando los “como”. En un tiempo el secreto
de la continuidad venía dado por la inmutabilidad; en este período de la
historia la sobrevivencia vendrá de la capacidad de montar un presente que
tenga futuro y sin que sea una repetición del pasado; es decir, de la
innovación. Para tener un futuro hay que tener un presente; para echar un
paso hacia adelante hay que tener otro bien firme y apoyado atrás como
afirma Maturana.

Tenemos que llegar a saber buscar y proponer la alternativa y para ello entrar
en el espíritu de la fidelidad creativa. Los cambios interpelan pero también
nos mueven hacia lo que se debe ser.

No hay duda que lo que puede dar credibilidad y fecundidad a la VC es el


carisma profético cuando brota con fuerza del mismo Jesús. Con él se llega
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a “una mística de los ojos abiertos”. No hay duda que esto permitirá
convertirse en una red con la que los carismas mantienen viva en la Iglesia la
dimensión de radicalidad evangélica que se nos invita a vivir.

Eso que seremos hay que leerlo en una línea de discontinuidad con lo que
somos y por tanto como en tiempo de Francisco de Asís habrá que pagar el
precio por las formas de vida y de presencia cristiana diferentes de las que
prevalecen en los circuitos oficiales. En el fondo se trata de seguir el camino
de Jesús que vencido por el amor dio su vida por amor.

Para dar estos pasos tenemos que leer los signos de los tiempos y los signos
de incertidumbre de este tiempo como una oportunidad. Está naciendo una
situación nueva en la cual el hombre y la mujer de nuestros días se sitúa en
ruptura con la herencia pasada. Esto nos urge a ir en una doble dirección: por
una lado la del desarrollo y cuidado de la fraternidad y por otro la de no dar
nada por supuesto y no tomar puntos de partida de principios culturales o
religiosos sabidos pero que no existen. Frente al contexto en el que estamos
se precisa generar respuestas creativas, lúcidas y responsables. En una
palabra, no debemos empeñarnos en conservar odres que no pueden dar
cabida al vino nuevo. Hay muchos signos y presencias que hoy no se
entienden. Hay también estilos y estructuras de misión que responden a un
ayer social y eclesial que hoy ya no existe.

ii. Renovar la institución VC. Si no innovamos nos morimos.

Con mucha frecuencia en la Iglesia y en la VC la fuerza de la inercia es más


fuerte que el empuje de la novedad. La inercia lleva a ofrecer a las preguntas
de hoy las respuestas del pasado; así todo se convierte en una escena de
teatro sin alma. La rutina arruina la VC. En ese caso la disciplina nace del
orden pero hay que apostar para conseguir caminar con toda la fuerza de la
fe y de la caridad. Desinstitucionalizar la VC significa privilegiar las
personas que son el verdadero sujeto y no las organizaciones. Tiene que
contar mucho la vida afectiva y fraterna, el trabajo, la fiesta, la fragilidad, el
ser ciudadano, el compromiso cívico, la mística y la profecía. No hay duda
que las instituciones se encuentran en fase de debilidad.

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La innovación nos debe llevar a cambios políticos, económicos,
socioculturales y religiosos; afecta todas las dimensiones de nuestra vida; la
deben conducir innovadores con gran capacidad para el agradecimiento y la
esperanza; supone un superar el “status quo”; lleva a su máximo nivel la
creatividad; por ella el sueño se convierte en realidad. No podemos olvidar
que tantas veces el miedo termina, lamentablemente con la innovación. El
verdadero innovador rompe moldes, allana caminos y ofrece nuevas
posibilidades. En nuestro caso lleva a hacer realidad una “forma nueva de
VC”. Por ello necesitamos mucho invocar al Espíritu creador que nos lleva a
“repensar la herencia recibida” y a impulsar la innovación.

En fin, innovar no consiste en repetir lo que ya existe y en repetirlo


continuamente. Supone la invención de lo nuevo en los diferentes dominios
de la producción. Lo nuevo en educación, política, comunicación,
transmisión de la fe pide novedad. La innovación es una original y vital
experiencia humana y de las que originan cambios ininterrumpidos. Por lo
mismo, la innovación tiene mucho de rupturista. Por tanto con ella, algo nace
y algo muere. La innovación ha sido fuerte en el campo de la tecnología;
pero está ausente, con alguna frecuencia, del de la ética, la religión, la
política. Sin embargo no puede faltar ya que el sistema de valores
tradicionales se ha ido desmoronando y apareciendo otro. No hay duda que
la sociedad ha redescubierto el valor de la sexualidad y el modo de vivirla.
No hay duda, tampoco, que la innovación nos hace más libres en relación
con las más diversas realidades.

Por supuesto, la innovación pide, ni más ni menos, invención. Esta es un


indispensable componente de la innovación. Para conseguirlo no se puede
olvidar que la realidad esconde secretos y sorpresas y tiene que llegar
alguien que vea donde otros no ven, un inventor, un profeta. La resignación,
la pereza, la falta de creatividad, la costumbre nos pueden llevar a vivir
miserablemente en un mundo lleno de posibilidades y recursos. La llamada
de la VC a la innovación es clara y precisa y la respuesta indispensable.

La VC tiene un poder innovador; en su ADN hay inventividad y creatividad.


Todo esto es normal que se transforme en decisiones. Después de un tiempo
de análisis sincero de una estructura que se mostraba caduca los religios@s
han sido capaces de crear otra; y ello aunque suponga ruptura ya que se
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juntan la originalidad, la debilidad, la creatividad, la frugalidad y la sencillez
que hacen de hogar y taller de lo nuevo.

iii. Vida fraterna

Este aspecto está necesitado de evangelio y de inventiva. Fraternidad quiere


decir familia, la única capaz de generar y regenerar la vida. El encuentro y
la relacionalidad son claves. Esto vincula y crea empatía y simpatía y
también sinergia; no soporta máscaras sino auténticos rostros humanos que
comunican y se dejan comunicar. Solo así nace una auténtica comunidad de
fe que educa a personas a salir de sí y a servir.

Es urgente multiplicar y crear fraternidad; es urgente reafirmar y cuidar los


vínculos comunitarios, los que consolidan el “nosotros”. Son muchas las
actividades y actos de la VC que refuerzan el yo personal y para nada
afectan el nosotros de la fraternidad. Necesitamos volver a unos límites de
la fraternidad que se han de describir en comunidad.

Es tiempo de comunidad y de gran comunidad, de la que aglutine, una y


conmueva; en esa dirección hay que caminar. Se precisa romper con las
fórmulas. Parte de los cielos nuevos y de la tierra nueva de las que hablamos
cuando nos referimos a la VC revitalizada es la vida comunitaria sana,
transparente, alegre, en salida, acogedora. El corazón del religioso es
comunitario y mundial y hay que posibilitarlo y así recrearlo y conducirlo.
Tenemos que llegar a agrandar ese corazón y centrar el afecto en el otro
“considerándolo como uno consigo” (EG 199).

Todo esto nos debería llevar a una reubicación mística que nos haga
renunciar a puestos, estilos, cargos y presencias que no son de nuestra
vocación de consagrados. Los dones carismáticos lo son para “renovar y
edificar”.

iv. Pastoral vocacional

El discurso sobre pastoral vocacional tiene que ser revisado y en la


perspectiva de la invención. En él hay muchos tópicos, algunos gérmenes de
voluntarismo y una salsa de ingenuidad generosa. No existe la fórmula
mágica ni la palabra definitiva sobre este tema. Solo un gran
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convencimiento: en ningún idioma o familia religiosa ha dicho Dios que ya
no llama. Si esto es así y así es, la gran pregunta sería ¿cómo estamos
viviendo y posibilitando el mañana de nuestras familias religiosas? En todo
esto algo parece evidente: si seguimos viviendo lo mismo tenemos
garantizado lo que vendrá… lo mismo, lo que ya conocemos. Eso no es
presente ni futuro.

No hay duda que queremos nuestra Congregaciones llenas de vida, de


personas realizadas y movidas por la fe y esperanza, apasionadas por Cristo
y por la humanidad y para ello hasta la experiencia social de reorganización
nos dice que hay que adecuar la estructura para que llegue a abrazar el
mañana y abrir el horizonte para posibilitar consagrados de este tiempo. No
hay duda que la pastoral vocacional es misterio y ministerio de encuentro y
de contagio entre personas y con personas.

Por lo mismo la pastoral vocacional nueva está llamada a ser activa y


efectiva. Consiste, sobre todo, en expresar la felicidad de estar vivos y
movidos por una gran causa, en celebrar y transmitir la esperanza que nos
sostiene. De ahí nace una gran claridad y decisión. La transmisión
vocacional se asienta en la sorpresa, el misterio y lo extraordinario. Esto se
tiene o no se tiene. Nace espontáneamente en hombres y mujeres que tienen
itinerario y visión, frutos de la contemplación, la comunidad, el silencio, la
formación y no del show.

v. Un modo personalizado de vivir la VC

Al entrar en este tema no queremos reducir el individuo a sí mismo sino


reafirmar sólidamente la unión entre los miembros de la misma comunidad.
Ya Y Congar afirmó que el cristianismo había dado mucho espacio al rol de
la autoridad, a la regla impuesta, a la uniformidad y ello había dificultado las
expresiones del principio personal de lo auténticamente personalizado. Hoy,
con mucha frecuencia se escucha decir a los jóvenes religiosos que tienen
que “buscarse” dentro de sí; que quieren reposar sobre si mismos y dejarse
guiar por aquello que toma fuerza desde dentro. Hay que dar espacio y
sentido a una sana subjetividad; la que humaniza plenamente. Ya JB Metz
afirmaba que el Concilio proclamó el paso del derecho a la verdad y del

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derecho de la persona a la verdad de su conciencia”. Todo sale de dentro y
se sitúa fuera.

Para nada al referirnos a este aspecto estamos apuntando o proponiendo un


narcisismo autocomplaciente que deshumaniza y atomiza las relaciones
personales e institucionales del ser humano y de los grupos. Más bien,
estamos alertando sobre él, ya que puede estar más presente de lo que
podríamos pensar. Por supuesto este narcisismo paraliza todo el crecimiento
interno que es el verdadero nexo con la misión de la comunidad.

La tarea es inmensa. Promover una nueva humanidad y redefinir el bienestar


regenerándolo con la fraternidad que lleva a multiplicar y compartir. Esto
nos conduce a incorporar otros elementos importantes. El religios@ no debe
tener miedo a la ternura que da y que recibe y a la misericordia que le
mueve. No le puede faltar el coraje de dejarse amar y de amar ya que el amor
recibido y dado suscita vida y genera el don gratuito. Para ello hay que ser
capaz de establecer el estupendo y revitalizador diálogo entre la vida y la
muerte.

NO hay duda que la VC está dispuesta a renovarse, revitalizarse,


reorganizarse y reestructurarse para responder a la nueva propuesta de
evangelización y para dar vida a comunidades ilusionadas, soñadoras,
solidarias, alegres, conectadas con la realidad que vivimos y en profunda
comunión con el Padre. Todo esto pide, una vez más, innovación. Contribuir
más y mejor a reducir los sufrimientos de la humanidad supone recrear la
VC; es cierto que su esencia permanecerá; sin embargo, la manera de vivirla
y proponerla precisa de otros lenguajes, otras formas, otros estilos. Nos
toca esperar el mañana viviendo con auténtica pasión el presente.

¿Cuál sería la respuesta de los Fundador@s después de haber transcurrido


cien o cientos de años del comienzo de la comunidad religiosa? Nos dirían
con voz fuerte y firme que la VC precisa de nuevos modos de expresarse y
formularse y eso es, precisamente, la refundación. Es una verdadera falacia
pensar que muere en Europa y renace en África o Asia. El tema de fondo es
la conversión carismática y una apertura sincera a la misión. Ambas
nacidas de la inquietud evangélica y no de la complacencia de lo que
hacemos.
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vi. Un nuevo liderazgo es indispensable

No hay duda que no nos queda tiempo para la espera; urge inaugurar el
tiempo nuevo y hacer el giro y el anuncio de una reorganización mística
acorde con la lectura creyente del momento. Urge dar con el paradigma
nuevo sabiendo que paradigmas totalmente limpios no existen ya que como
nos dice la historia de la VC que a lo largo de los tiempos los siguientes que
aparecieron bebieron de los anteriores y los superaron.

Son muchos los frentes abiertos. Podemos esperar mucho y bueno de las
progresiones bien hechas que llevan a transiciones históricas. Urge alimentar
la esperanza de una nueva vida consagrada que no vemos quienes la vivimos
pero que se está fraguando allí donde hay profecía, mística y servicio. Vida
consagrada que en el tema que nos ocupa se ha evolucionado en más de 90
grados. Con el Concilio se pasó de una eclesiología piramidal a una
eclesiología de comunión.

Esto está en el origen de un nuevo liderazgo en la VC. Liderazgo orientado


no a conservar y guardar sino a impulsar la misión y la comunidad y que a la
vez sane las heridas del hombre y la mujer religiosa. Le toca ser capaz de
provocar la libertad y responsabilidad de cada uno. Pondrá a la VC en
líneas arriesgadas, proféticas y clarividentes que terminen con toda
burocracia vacía. Esta VC tiene en sus entrañas el ser siempre nueva y
provocadora; a veces acumula años y siglos pero resulta sorprendente e
inquietante en sus proposiciones y ofrendas. Eso lo consigue el buen líder
dialogando, dando pistas y, sobre todo, escuchando. Fue el camino seguido
por Jesús, el del liderazgo evangélico.

La VC no puede sino mirar a Jesús y estar donde se juega lo humano. A ella


hemos llegado no para sobrevivir sino para dar la vida. Solo seremos creíbles
si viviendo el evangelio contagiamos esperanza, sentido, ternura y alegría.
No falta la cruz en esta forma de vida cristiana y en ella y desde ella se
autentifica y estamos llamados por el Espíritu a nacer de nuevo si acertamos
a quedar enraizados en los esencial. Al mismo tiempo podemos ser reto a
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muchos falsos valores de nuestra sociedad. Consigue esta provocación
cuando llega a descubrir la cierta identidad que se puede descubrir en el
momento presente y se sitúa no en el centro de la sociedad ni de la Iglesia
sino en la periferia.

Muchos de los valores de la VC no son moneda corriente pero no podemos


renunciar a ellos. Con ellos y desde ellos permanecemos como religiosos en
medio de admirables transformaciones y a pesar de algunas horribles
deformaciones. Podemos permanecer si acertamos a ser una bocanada de
aire fresco, un grito de auténtica libertad y de verdad y un abrazo
misericordioso al mundo. Solo así logrará atreverse a asumir lo que viene e
innovar la VC.

La palabra de orden para la VC en este momento es testimonio, profecía,


oración, confrontarse con la Palabra, consejos evangélicos, estilo de vida
sencilla, fraternidad, evangelización. Así cada religios@ y cada comunidad
se convertirán en una VC más auténtica y fecunda. Se trata de evangelizar
nuestra propia vocación. La nueva primavera le llegará y, sobre todo, gracias
al impulso del Espíritu.

La mejor oración que puede salir de la boca de una religioso este año es:
“Dios, restáuranos, que brille tu rostro en nosotros y nos salve”. María está a
nuestro lado para nacer a nueva vida. Nos lo dice el Papa Francisco: “A los
pies de la Cruz… todo parece verdaderamente acabado; toda esperanza
podría decirse que está apagada… Pero María por su fe ve nacer el futuro
nuevo y espera con esperanza el mañana de Dios… ¿Sabemos esperar el
mañana de Dios? ¿O queremos el hoy? El mañana de Dios para ella es el
alba de la mañana de Pascua… La única lámpara encendida en el sepulcro de
Jesús es la esperanza de la madre, que en ese momento es la esperanza de la
humanidad… En nuestras comunidades ¿está aún encendida esta lámpara?...
¿Se espera el mañana de Dios?” (Papa Francisco, 21 nov. t2013,
Benedictinas camaldulenses). Ha llegado el momento de avivar el fuego de
esta lámpara. Para que así sea tenemos que estar implicados y
comprometidos con un presente que tenga futuro y darle futuro al presente.

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