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EL DIBUJO EN LOS NIÑOS

¿Qué es dibujo?
El dibujo es una forma de expresión gráfica que consiste en plasmar imágenes sobre un espacio plano a
través de distintos tipos de instrumentos de dibujo. Dibujar implica delinear imágenes de forma manual
sobre un material de dibujo. El concepto de dibujo refiere tanto al proceso mismo como al producto final.

El dibujo infantil no es solo una actividad expresiva, sino que va parejo al desarrollo del niño. A través de él
podemos observar fácilmente la evolución cognitiva y la madurez de la psicomotricidad fina. Asimismo, el
dibujo establece las bases que permitirán, más adelante, el dominio de la escritura.

El dibujo infantil es un modo de expresión que favorece la imaginación, el sistema psicomotriz, fomenta la
creatividad y ayuda a los más pequeños a expresar cómo se sienten. El primer garabato suele aparecer
alrededor de los 18 meses, cuando los niños tienen la suficiente capacidad para sujetar y manejar las
pinturas. El dibujo evoluciona a la par que el desarrollo de los propios niños y es importante dejarles a su
aire para que vayan experimentando por sí mismos. Podemos encontrar varias etapas:

El dibujo infantil: Dibujar no es una simple actividad placentera, un medio de diversión o de


entretenimiento. El dibujo es un medio de representación como lo es el lenguaje, las imágenes metales, la
imitación diferida o el juego. Esto quiere decir que permite utilizar significantes en lugar de significados,
que abre una posibilidad al pensamiento y su forma de actuar sobre la realidad. El niño ya no tiene que
hacer las cosas de verdad, sino que puede evocar cosas pasadas y anticipar lo que ocurrirá (o cree que
ocurrirá) en el futuro.

Hasta el final del estadio sensorio motor (18 meses aproximadamente) según Piaget, el niño necesitaba
actuar sobre las cosas o situaciones materialmente. Pero a partir de esta etapa, el niño ya puede utilizar
medios simbólicos para referirse a cosas o situaciones sin tener que hacer las cosas en realidad. Es decir,
el niño ya está preparado para utilizar palabras (puede hablar de objetos que no tiene presentes), aparece
el juego simbólico (una piedra le puede servir de coche), empieza a imitar en diferido (imita cosas que ha
visto con anterioridad que no están presentes)…

¿Por qué es importante el dibujo infantil?

Dibujar no es hacer una copia de la realidad, es más que eso, aunque el niño intenta imitar la realidad, al
dibujar hace uso de imágenes internas (de lo que sabe) y nos muestra cómo percibe las cosas y las
comprende.

Como en el juego simbólico, el dibujo también cuenta con un componente afectivo, reflejando lo que le
interesa, preocupa o desea. Es una forma de expresión.

Según Luquet y sus estudios (1913 y 1927) el dibujo infantil atraviesa una serie de etapas en las que
busca sobre todo el realismo. No vamos a hablar de edades, sino de una sucesión de etapas, estas etapas
tampoco son lineales por lo que se encuentran continuos avances y retrocesos (sobre todo cuando el niño
encuentra una dificultad y vuelve a estrategias de etapas anteriores para solucionarlo). Teniendo en cuenta
la dificultad que esto supone ya que el niño está percibiendo una realidad en 3 dimensiones que debe
pasar a un papel bidimensional.
1.- Garabateo
Es una prolongación de la actividad motora, reproduce los movimientos de la mano. Los trazos que realiza
sobre el papel son huellas de sus movimientos, pero importantes para poder avanzar por el resto de
etapas. Para empezar a controlar el trazo, debe de ser capaz de inhibir que este se le escape de la hoja.
Debido a la ley Próximo distal, el niño se desarrolla desde el centro del cuerpo hasta la punta de los dedos,
por eso al principio sus movimientos son amplios con grandes segmentos corporales y progresivamente se
van afinando hasta conseguir coger un lápiz correctamente, controlar el trazo, realizar letras…

Pero no por ello, debemos de quitarle importancia a esta etapa, ya que sienta las bases motoras, por lo
tanto es interesante ofrecerles superficies amplias sobre las que pintar (en vertical, en horizontal)
proporcionarles diferentes medios para ello: al principio pintura de dedos, ya que sus movimientos serán
de grandes grupos musculares, moviéndose al mismo tiempo el brazo, la muñeca, la mano… necesitando
toda la mano para pintar, para progresivamente y mientras el niño vaya dominando, pasar a pintar con el
dedo y después con otros instrumentos que son la prolongación de su cuerpo, como son las ceras,
pinturas, pinceles…
2.- Realismo Fortuito
Conforme van perfeccionando el trazo, llega un momento en el que tras dibujar y mirar lo que han hecho,
el propio niño encuentra coincidencias entre lo que ha dibujado y algo de la realidad. Es un hecho a
posteriori, no lo ha planificado. Pero le motiva para volver a intentarlo una y otra vez, llegando ya a
planificarlo.

3.- Realismo frustrado


El niño ya intenta dibujar pero se encuentra con 2 grandes obstáculos:
-El motor: quiere llegar con el trazo hasta un punto determinado, pero no puede detenerlo.
-La atención: por su carácter limitado y discontinuo, solo dibuja algunos detalles, que aparecen grandes y
sin guardar proporciones (dedos muy largos…). Aunque si les indican que faltan, los añaden.

Esta es la etapa de los famosos cefalópodos o cabezudos, en las que empieza a aparecer la figura
humana de una manera característica, suelen ser grandes cabezas con brazos y piernas.
Los niños tienen una incapacidad todavía de guardar la orientación, la proporción… Apareciendo cosas
separadas, juntas, flotando…

4.- Realismo intelectual


Es ya un dibujo realista, pero no dibuja lo que ve, sino lo que
sabe. Como podemos ver en el dibujo al verse las raíces de
las plantas, o en el otro dibujo al verse lo que lleva la niña
dentro de la bolsa, este fenómeno se denomina
transparencia.
Aparece también el abatimiento, como cuando vemos los 2
pies de perfil, la nariz de perfil… Esto implica un exceso de
síntesis, ya que el niño tiene en cuenta todos los puntos de vista (no lo que ve, sino lo que sabe).
5.- Realismo visual
Esta última etapa ya es el inicio hacia el dibujo más “adulto” donde empieza a dominar las reglas de la
perspectiva y se atiende al modelo.

LAS ETAPAS DEL DIBUJO EN LOS NIÑOS


El dibujo infantil favorece la escritura, la lectura, la creatividad, ayuda al niño a tener más confianza en sí
mismo y a expresar sus sentimientos. Y tan importante es la habilidad, que consigue con el trabajo y la
práctica habitual, como el talento innato que un niño pueda tener para el dibujo infantil. La espontaneidad,
la utilización de los colores, la grafía, la disposición de los elementos son sólo algunos de los matices que
analizan los psicólogos para que los dibujos de los niños nos hablen de su personalidad y emociones.

El dibujo y las etapas gráficas de los niños


A través de los dibujos los niños dicen muchas cosas de sí mismos. Puede ser que ésta sea la razón por la
cual muchos padres están cada día más interesados por los dibujos que hacen sus hijos. El dibujo se
puede convertir, en algunos casos, en el termómetro del estado de ánimo del niño, ya que traduce lo que el
niño siente, piensa, desea, o lo que le inquieta y le hace estar alegre o triste.
Cada niño es su mundo y sus circunstancias eso se ve en sus dibujos. Si pides a un grupo de niños que
dibuje a una casita en el campo, todos los dibujos serán distintos. Pueden parecerse en algo, pero jamás
serán iguales. Además de estas particularidades, hay que considerar que los dibujos también siguen
algunas etapas que podríamos señalar como:

Primera etapa (entre 1 y 3 años). Garabateo descontrolado: los garabatos no están dibujados con una
intención predeterminada. Mediante estos primeros dibujos exploran su yo interior, es una forma más de
experimentar. Los niños disfrutan trazando estas líneas en el papel y les resulta agradable el movimiento
que tienen que hacer. En esta primera etapa el dibujo consiste en una actividad psicológica más que física
que ayuda al desarrollo del sistema motor. Cada trazo es distinto y parece que los pequeños no son
conscientes de la capacidad que tienen, al principio apenas se concentran y muchas veces estarán
mirando a otro lado mientras pintan. Dentro de esta primera fase también se produce un desarrollo
importante: entre los 2 y 3 años los garabatos ya son más coordinados porque los niños empiecen a ser
conscientes de la vinculación entre sus movimientos y los trazos que aparecen en el papel. Al principio los
dibujos solo consistirán en líneas rectas pero a poco a poco se irán introduciendo nuevos trazados como
círculos, espirales, ondas…

Segunda etapa (entre los 3 y 4 años).


Garabateo con nombre: en esta etapa los niños empiezan a darle nombre a sus dibujos aunque estos aún
no tengan ningún sentido. Los niños ahora serán capaces de controlar sus movimientos para dibujar lo que
ellos pretenden, asimismo, el uso de los colores también será intencionado, aunque sobre el papel no
tenga sentido. Los garabatos no suelen diferir demasiado de la primera etapa, solo que ahora estarán
distribuidos por toda la página y los pequeños introducirán nuevas formas cerradas como círculos o
cuadrados. Es una etapa importante en el desarrollo de los niños que explica que el cerebro ha
evolucionado: ahora hay una intención previa a la acción.
Al principio son trazos desordenados, sin nunguna lógica ni mayor intención que la de rellenar el papel.
Poco a poco el niño va controlando más la fuerza y dirección del trazo y a sus garabatos les otorga una
intenció. Es cuando los niños dicen: 'es un perro', aunque nosotros sólo veamos un círculo garabateado.

Etapa pre-esquemática (de los 4 a los 7 años): la representación que harán en esta fase será más
parecida a la realidad. Los trazos serán más definidos y una persona adulta ya podrá reconocer la
intención que tenía el niño al pintar. Los colores también tienen más parecidos con la realidad aunque
muchas veces siguen escogiendo el que les apetece sin tener en cuenta el color verdadero. En esta fase la
representación por excelencia es la figura humana pero también dibujan otras cosas presentes en su
entorno: casas, coches, flores, soles y nubes, etc.
Es importante dejar a los niños pintar a su aire sin marcarles pautas o mandándoles que pinten algo en
concreto. Los primeros dibujos son una forma de experimentar de los más pequeños y serán ellos los que
poco a poco vayan definiendo solos sus nuevos trazos. Lo ideal es que los padres animen a los más
pequeños a dibujar y que desde bien pequeños tengan acceso a hojas y pinturas.
En esta etapa, los niños ya empiezan a buscar una forma definida a la hora de dibujar, y consiguen
aproximarse al dibujo que pretenden representar. Al principio las piernas y los brazos sólo serás unas
líneas. Poco a poco irán tomando forma e incluso les pintarán los dedos y algunos detalles.

- La etapa esquemática: de los 7 a los 9 años de edad. En esta etapa, las formas al fin se ven definidas.
Incluso dibujan muchos detalles. Los niños ya no dibujan las figuras flotando. Aparece una línea horizontal
que simboliza el suelo y los dibujos se acompañan por varias personas y objetos que llenan el espacio.

- La etapa de realista: de los 9 a los 12 años de edad. Los niños comienzan a buscar el modo de
representar lo que ven tal y como lo ven. Por eso, intentan reproducir las dimensiones reales de los
objetos, así como las luces y las sombras.

- La etapa de la representación espacial: a partir de los 13 años de edad. Las personas ya muestran
diferentes rasgos y se interesan más por las proporciones de los objetos.

Beneficios del dibujo en los niños


El dibujo es una actividad espontánea y, como tal, hay que respetarla y considerarla como la gran obra de
los niños. Si el niño tiene ganas de dibujar, anímale siempre a que lo haga. Lo ideal es que todos los niños
pudiesen tener, desde la más temprana edad, algún contacto con el lápiz y el papel para aprender a
dibujar. Empezarán con garabatos, y luego seguirán dibujando formas más reconocibles. Cuanto más
dibujen los niños, mejor dibujarán, y más beneficios notarán en su desarrollo. El dibujo facilita y hace
evolucionar el niño en:
1. Psicomotricidad fina
2. Escritura y la lectura
3. Confianza en sí mismo
4. Expresividad de emociones, sentimientos y sensaciones
5. Comunicación con los demás y consigo mismo
6. Creatividad
7. Formación de su personalidad
8. Madurez psicológica

Cómo ayudar a niños a hacer bosquejos y dibujos de observación


Un bosquejo es un dibujo rápidamente producido que representa características interesantes de algo
observado. Un dibujo, por otro lado, usualmente se produce a través de un proceso más cuidadoso que
incluye prestar más atención a los detalles. Toda acción de dibujar implica el uso de habilidades, técnicas y
herramientas elementales a las artes visuales, pero hacer bosquejos o dibujos de observación no es
necesariamente un proceso artístico. También pueden hacerse para representar datos recogidos durante
un estudio o una investigación.
En muchos casos, los niños preescolares se sienten más cómodos que los adultos representando ideas
usando dibujos. Sin embargo, los niños pequeños probablemente tengan más experiencia de dibujar
usando la imaginación o la memoria que de dibujar lo que observan en su entorno. A un niño preescolar, el
aprender a “dibujar lo que ve” puede aportarle estrategias importantes de comunicación, comprensión y
documentación. Puede resultar muy útil especialmente para aquellos que todavía no han aprendido a
escribir.

¿Tiene relación el dibujo con la escritura?


Los niños pequeños, cuando todavía no dominan la escritura, prefieren expresarse mediante el dibujo que
mediante la escritura. Aunque ambas, exigen un dominio motor parecido. Al principio para el niño, las
letras son dibujos (es curioso cuando son pequeños y todavía no conocen la escritura, como hacen unos
pequeños trazos con picos de izquierda a derecha y te dicen que han escrito, o que han puesto su nombre)
Podríamos decir que el dibujo infantil es el primer paso hacia la alfabetización.
Otro aspecto importante del desarrollo del dibujo infantil es la posibilidad de conocer el mundo interior de
los niños a través de su dibujo

Los problemas más comunes en el desarrollo infantil que se aprecian a través de un dibujo
 Baja autoestima. Suelen aparecer tachaduras y borrones continuamente, los cuales indican que el niño
no se siente seguro o que teme a la valoración que los demás hagan sobre su dibujo, lo cual le lleva a ir
sobre sus pasos continuamente.
 Discapacidad intelectual. Los dibujos suelen ser pobres, no contienen la cantidad de detalles o la
precisión que se espera para su edad. Se suele apreciar una tendencia a repetir los mismos dibujos, sin
introducir cambios significativos.
 Déficit de atención e impulsividad. El dibujo es desorganizado y carece de detalles. Es común que el
niño dibuje solo los elementos que le interesan con figuras que aparecen muy distorsionadas. En estos
casos, es común que ocupen todo el espacio en el papel y en muchos casos no les basta.
 Agresividad. Las figuras suelen tener dientes muy destacados, brazos demasiado largos y dedos con
forma de garras. De hecho, los dibujos de personas con trazos demasiado rectos suelen denotar cólera
y ofuscación.
 Ansiedad y temor. En este caso, aparecen rasgos nerviosos, o el niño se puede dibujar dentro de un
espacio cerrado en el que busca refugio. Las caras de las figuras suelen ser poco expresivas, con
expresiones neutras.
 Depresión. Cuando el niño está atravesando una situación conflictiva que le genera tristeza, suele
elegir colores como el gris, negro y marrón. Además, suele dibujarse con una expresión neutra o triste y
con los brazos pegados al cuerpo.
No obstante, al analizar el dibujo infantil, lo más importante es tener en cuenta que no se trata de una
ciencia exacta, por lo que cualquier detalle solo puede conducir a hipótesis que luego se deben
contrastar en la realidad.

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