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¿Por qué se le permitió a Judas que siguiera como discípulo? ¿Cómo se sentiría
Jesús respecto de la presencia de aquel que lo traicionaría?
Pensemos cómo debe de haberse sentido el Señor Jesucristo mientras lavaba los
pies de Judas. Este discípulo se había ya entrevistado con los sacerdotes y
estaba listo para traicionar al Señor. Judas había seguido al Señor como los
demás. Sin duda había experimentado el gozo de la predicación de las buenas
nuevas de ver a enfermos sanados, de que los demonios se le sujetasen. Y ahora
estaba dispuesto a vender al Señor y Maestro por treinta piezas de plata, el
precio que regía en aquellos días para un esclavo bueno y de buena salud.
LA TRAICIÓN PREDICHA.
Luego entonces, Pedro le hizo una señal al discípulo que estaba en el sofá de la
mano derecha de Jesús. Sin duda se trataba de Juan. Pedro quería que le
preguntara en voz baja a Jesús quien lo traicionaría. El Señor respondió diciendo
que él daría el pan mojado al traidor. Y se lo dio a Judas. Se trataba de una
cortesía que el anfitrión por lo general le proporcionaba a un huésped agasajado.
De manera que fue el último llamado de Jesús hecho al amor de Judas. Pero
Judas lo rechazó y hasta simuló quedar tan sorprendido como los demás que no
se daban cuenta de lo que pasaba. Sin embargo, Satanás los sabía y se
aprovechó de este rechazo final para apoderarse por completo de Judas. Pero los
discípulos solamente pensaron que era enviado a fin de que comprara algo para
la fiesta o diera alguna limosna a los pobres. La fiesta de la pascua continuaba
normalmente durante siete días. Y Judas se internó en la oscuridad eterna.
Mientras Jesús pronunciaba las palabras finales dirigidas al discípulo antes de los
sufrimientos del Getsemaní y el calvario, se dirigió a ellos con la frase hijitos.
Esta expresión es un vocablo traducido de la palabra teknion. Se ha señalado
que se trata éste de un vocablo afectivo, empleado a veces por un maestro al
dirigirse a sus alumnos cuando las circunstancias. El apóstol Juan emplea este
vocablo con mucha frecuencia. Con mucha ternura el Señor Jesús se dirige de
nuevo a sus discípulos como hijitos. Aunque la ley mandaba que el hombre
amara a su prójimo y hasta al extranjero. Ni aun el amor de David y Jonatán
podría compararse con el amor demostrado en el calvario.
QUE NOS ENSEÑA LA BIBLIA.