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la ESPANTOSA
ciudades del mañana
k a rol B eltr á n Henry James
John Ruskin The Princess Casamassina
Letters to the Clergy on the Lordls Prayer and the (1886)
Church (1880) «¿A qué tipo de gente te refieres?» se permitió
Las grandes ciudades de la tierra (...) se han preguntar Hyacinth.
«Oh, gente rica, los que lo tienen todo».
convertido (...) en repugnantes lugares de
«No se les llama gente» observó Hyacinth, dándose
fornicación y codicia -el humo de sus pecados sube cuenta al momento de que su comentario era un tanto
hacia el cielo como el horno de Sodoma; y su primitivo.
«Supongo que tú los llamarás miserables,
contaminación está pudriendo y atacando los sinvergüenzas» sugirió Rose Muniment, riendo
huesos y las almas de los aldeanos que las rodean, alegremente.
como si cada una fuera un volcán cuyas cenizas «Todo lo que tú quieras, pero no tienen cerebro»,
replicó su hermano.
causaran llagas sobre el hombre y la bestia. «No, claro. Qué estúpidos son, ¿verdad? dijo su
señoría. «De todas maneras no creo que se vayan al
extranjero.
«¿Al extranjero?»
«Quiero decir como los nobles franceses que huyeron.
La reacción ante los barrios pobres
Se quedarán en casa y lucharán; será mucho más que
de la dudad del siglo XIX: una pelea. Creo que lucharán muy duro».
Londres, París, Berlín, Nueva York,
1880-1900
LA COMISION REAL
BRITANICA DE 1885
AMARGO SITUACION DE LAS CIUDADES
GRITO
POBREZA
NUEVA YORK: el
tumor en la viviendas
ley~ antiguas), Como en Berlín, este nuevo diseno .mejorado_ no sólo quitaba la luz
Dumbbtlls en Nueva York (ViViendas de alquiler construidas según las
LACIUDAD POBRE
y el alfl' sino que fomentaba el exceso de población.
EN AUROPA
VIVIENDAS