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EN LA ERA POST-MODERNA
Jonathan Salgado
I.
LA POSTMODERNIDAD
La época postmoderna en la que se encuentran actualmente las sociedades
occidentales, se diferencia de la modernidad predecesora por numerosos
aspectos que están repercutiendo directamente en el comportamiento y la
visión del mundo y de las cosas que tiene el ser humano contemporáneo. Si la
modernidad –período histórico comprendido entre el año 1500 d.C. y principios
del siglo XX- fue el tiempo de las grandes utopías sociales y el ser humano se
caracterizó por su confianza en ideales como la libertad, la ciencia, el
progreso, la historia, la propia humanidad e, incluso, el desarrollo de la teología
y la fe en Dios, durante la postmodernidad de fines del siglo XX y principios del
siglo XXI el ser humano en líneas generales, ha perdido la fe en todos estos
valores. Las guerras mundiales, el desencanto de los sistemas socialistas y
capitalistas, las traiciones de la tecnología científica, los desastres ecológicos
así como la miseria, el hambre, la enfermedad y el sufrimiento que todavía
subsiste, sobre todo en los países en desarrollo, constituyen la principal causa
de este tremendo desengaño.
Del enorme agujero negro que fue la Edad Media, para la cultura y la fe
religiosa de Occidente, surgió la modernidad como el estallido de un nuevo
universo cargado de promesas y oportunidades. Toda una gran explosión
provocada por tres acontecimientos fundamentales: el descubrimiento de
América, el Renacimiento de las artes y las ciencias, así como la Reforma
protestante. Gracias a esta última, buena parte de la cristiandad inició un tipo
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de vivencia religiosa más personal, libre y razonada. Los países de tradición
protestante hicieron del trabajo personal un valor principal en la vida de cada
ser humano. La profesión se entendía como un don de Dios que había que
estimar y proteger ya que mediante ella el ser humano se convertía en
colaborador del Creador al “señorear” en el mundo. Esto contrastó con otras
culturas en las que el trabajo se veía como una maldición.
FE Y VALORES EN LA POSTMODERNIDAD
En los últimos años, sin embargo, la mayor parte de estos valores modernos se
ha venido abajo. La razón ha sido sustituida por el sentimiento, la ética por la
estética, los ideales del futuro por las realidades del presente, las ilusiones
colectivistas y solidarias por el individualismo salvaje y egoísta. El esfuerzo, que
fue siempre compañero del trabajador, ha muerto hoy en brazos del
placentero hedonismo. Al espíritu dispuesto a arriesgar todo por sus ideas y en
beneficio de los demás le sustituye el narcisismo postmoderno que sólo sabe
preocuparse por sí mismo. La seriedad de antaño se ha transformado en broma
y sentido del humor como terapia contra tanta desilusión.
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postmodernidad este proceso ha visto su culminación total, ya que la fe ha sido
sustituida por la no-creencia. El nihilismo y agnosticismo han anidado en el alma
humana desterrando de ella la mayoría de los valores religiosos. De ahí que
quizás hoy sea más difícil que nunca predicar el mensaje del Evangelio en la
sociedad occidental. Los métodos apologéticos, que antes persuadían a las
criaturas y proporcionaban buenos resultados en la evangelización, hoy suelen
dejar indiferentes a muchas personas. Esto se debe precisamente a que el
sentimiento ha venido a ocupar el lugar que pertenecía a la razón. La lógica
de las creencias y los argumentos racionales ha perdido puntos frente a las
vivencias y emociones personales que pueden ser detectadas mediante los
sentidos. El sentimentalismo se ha puesto de moda en la postmodernidad.
El segundo camino que originó la Reforma fue mucho más conservador. Todas
las denominaciones protestantes que han llegado hasta nuestros días
rechazaron, en su momento, la religiosidad racional de los filósofos
librepensadores y procuraron mantenerse fieles al mensaje evangélico. Se
propusieron volver al cristianismo primitivo mediante una nueva teología de
estudio sistemático. Asumieron que las Escrituras eran la única norma que debía
estar al alcance del pueblo y empezaron a investigarlas metódicamente y a
traducirlas a los diferentes idiomas. El ser humano solo podía justificarse delante
de Dios por medio de la “sola fe”, mientras que las buenas obras eran siempre
una consecuencia, no un medio o un fin, Jesucristo se empezó a ver como el
único mediador entre Dios y los seres humanos, ninguna persona podía
reemplazarle en su misión salvadora e intercesora. El sacerdocio universal
entendía que cada creyente nacido de nuevo era un sacerdote delante de
Dios y que, por tanto, ningún ser humano debía atribuirse la exclusividad de tal
función. Todos estos principios se han venido manteniendo hasta nuestros días
en las diversas congregaciones protestantes que componen el amplio abanico
de las familias denominacionales. La cuestión ahora es: ¿ha afectado la
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filosofía postmoderna a las iglesias evangélicas surgidas de la Reforma? ¿En
qué manera?
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conducta personal o el trabajo diario no fueran también maneras de alabar a
Dios-. Las antiguas letras de los himnos clásicos que constituían un fiel reflejo del
ambiente moderno del momento, pues eran meditadas, estructuradas y en
general con profundo contenido bíblico han sido sustituidas en las nuevas
melodías cúlticas por frases sencillas, repetitivas, con poco mensaje pero que
permiten una mayor utilización del ritmo y la percusión.
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postmoderna aparentemente irreligiosa no es indiferente a lo espiritual, lo que
ocurre es que se busca la trascendencia en fuentes corruptas que no pueden
saciar la sed espiritual. Ahí reside la misión de los cristianos actuales y la
esperanza del Evangelio. Los creyentes de esta generación necesitamos
sabiduría para poder distinguir los valores de nuestro tiempo a todo aquello que
sea contrario al mensaje de Jesús. Hay que saber reconocer la sencillez en el
corazón de quien la posea, la espontaneidad que caracteriza a muchos
jóvenes, la honradez que algunos buscan con sinceridad, así como la
tolerancia y el respeto a todas las razas y culturas de la tierra. Tenemos que
resaltar lo positivo del mundo postmoderno y utilizarlo para comunicar la Buena
Nueva de salvación. El Evangelio sigue siendo el mismo, no puede cambiar
porque es inmutable, pero la presentación del evangelio al ser humano de hoy,
si que puede ser minuciosamente estudiada y adecuada a nuestro tiempo.
EL HOMO-VIDENS
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todo sin tener que movernos; lo visible nos llega a casa, prácticamente gratis,
desde cualquier lugar. Sin embargo, no era suficiente. En pocas décadas el
progreso tecnológico nos ha sumergido en la edad cibernética, desbancando
– según dicen - a la televisión. En efecto hemos pasado, o estamos pasando, a
una edad "multimedia", en la cual, como su nombre indica, los medios de
comunicación son numerosos y la televisión ha dejado de ser la reina de esta
multimedialidad." (Sartori, Homo videns: La Sociedad Teledirigida, 1997, p. 32).
Todos estos cambios han producido lo que Sartori llama el "video- niño", es
decir, el niño que ha crecido ante un televisor. Este niño se convierte en adulto,
pero, se trata de un adulto sordo de por vida a los estímulos de la lectura y del
saber transmitidos por la palabra escrita y la palabra hablada. Los estímulos
ante los cuales responde cuando es adulto, son casi exclusivamente
audiovisuales. Por tanto, el video-niño, no crece mucho más. A los 30 años es un
adulto empobrecido, un adulto marcado durante toda su vida por una atrofia
cultural.
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decir palabras como casa, mesa, automóvil, etc. o sea, el vocabulario de
orden práctico.
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avances tanto en el mundo de la teología contemporánea como el de la
comunicación. Algunos de los cambios en el estudio y la práctica de la
predicación contemporánea se tienen que dar necesariamente en las áreas
del diseño, el contenido y la presentación del sermón pero tomando siempre
en cuenta la autoridad bíblica y lo central del texto bíblico en la predicación.
Toda estrategia para la predicación debe combinar dos elementos: (1) una
apertura total al Espíritu Santo y (2) labor humana, trabajo duro que requiere
concentración y creatividad. Mantener estos dos elementos unidos y en
equilibrio no es una tarea fácil. La historia de seres humanos presentando la
palabra de Dios revela un sin número de estrategias, muchas de ellas que
involucran una relación compleja entre el Espíritu Santo, la fe, y la cultura.
Cuando consideramos estrategias que se necesitan para presentar la palabra
de Dios a un mundo afectado por la revolución multimedia, estamos realmente
siguiendo con la tradición de nuestros antepasados que adaptaron la
expresión de su fe a nuevas formas y nuevas técnicas de sus días, de una
manera creativa.
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Al movernos a través de los años después de los autores bíblicos, vemos a
diferentes cristianos extendiéndose y desarrollando un sin número de estrategias
hermenéuticas y homiléticas que van desde el uso de alegorías a lecturas más
literales e interpretaciones poéticas, para aclarar conceptos abstractos. En la
Edad Media la presentación de conceptos bíblicos a través de artes visuales
fue algo muy importante que influenció la manera como se predicaba el
evangelio. La homilética visual que se dio en la Edad Media se combinó con el
drama medieval que se entretejía en sermones y material de uso popular
explicado por los predicadores.
II.
LIBERAR LA PREDICACIÓN DE AUTORIDADES EXTRA-BIBLICAS
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claramente interpelados aquí, donde vivimos. Se explican actitudes y acciones
modernas específicas, se plantean bien problemas y opciones actuales y se
escucha parte del evangelio. No podemos escapar y no vernos involucrados
en el dilema personal y social de las realidades importantes genuinas y del
urgente llamado que se detecta en el sermón. Pero la autoridad de ese sermón
que nos involucró y que demandó algo de nosotros no tenía autoridad bíblica.
El sermón tenia veracidad y poder convincente, nos hizo decidir y actuar, pero
no porque fuimos instados por la autoridad del pasaje de la biblia.
ESTUDIO DE UN CASO
El texto se leyó en I Crónicas 21, donde se refiere al rechazo de David en
aceptar el lugar de la parcela de Ornán como un regalo para ser usado para
hacer sacrificios. Se resaltó el discurso de David que dice: “no daré como
ofrenda al Señor algo que nada me cuesta”. El sermón tenía un tema claro y
simple. “el sacrificio que cuesta es más genuino que el que es barato”. El
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sermón se organizó con tres puntos claramente marcados: La Adoración
Pública, la Adoración Práctica y la Adoración Privada. Utilizando buenos
materiales apropiados a cada uno y claramente relevantes a otros, se
desarrolló cada punto. La Adoración Pública se dividió en los componentes del
servicio (adoración, oración, atención al mensaje, etc.). La Adoración Práctica
se refirió a la adoración de Dios por medio del servicio a la humanidad, lo que
fue bien desarrollado con preocupaciones genuinas e importantes de servicio.
La adoración Privada o la vida devocional fueron consideradas al usar
excelentes extractos literarios. Más adelante, como una subdivisión, cada
punto fue desglosado en contraste a la adoración fácil, barata, meramente
convencional, con la adoración profundamente dedicada, genuinamente
costosa y sacrificial. El breve bosquejo presentado aquí es incapaz de
representar la vitalidad del sermón. Evocó una respuesta excelente. Al oírlo,
decidimos adorar y servir más en serio porque fuimos concientizados de nuestra
convencionalidad y poca profundidad en la adoración. Fue un buen sermón
que tenia objetivos que valían la pena y que dieron resultado. Pero no fue un
sermón bíblico, aun cuando se intentó que fuera, y quienes escucharon
pudieron pensar que había sido un sermón bíblico.
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fortuita y no el resultado del egoísmo de David; no se dieron razones del porque
Ornán le hizo la oferta y lo que él esperaba lograr al hacerlo, ni cómo la
respuesta de David se relacionaba con eso. O sea, no oímos ninguna de las
dimensiones detalladas del evento bíblico registrado para nosotros y que
pudieron haber proporcionado una introducción vital al dramático cuadro de
los eventos humanos -- quizá como los eventos de nuestra vida-- David, en el
sermón, no fue un humano real con una historia real que estaba viviendo en un
evento real, confrontado con opciones reales, nutrido con relaciones reales. En
el sermón David solo fue un “héroe” nombrado rápidamente, dicho en la forma
más breve posible, que ha hizo algo “virtuoso”. Debido a que David y el evento
registrado en el texto no fueron vistos por nosotros como que si fueran reales, no
podían ejercer ninguna demanda de autoridad sobre nosotros.
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efectiva y funcional epistemológicamente hablando es la biblia --
normalmente un texto específico -- cuya demanda dinámica es vital para
nosotros los seres humanos en el siglo XXI .Eso es lo más importante del sermón.
Pero pensemos, ¿qué otras autoridades son las que probablemente toman el
lugar importante que debe tener el texto bíblico en los sermones? ¿Qué
autoridades suplantan la autoridad del texto?
Para ser especifico, en el sermón acerca del sacrificio de David, el tema “lo
costoso es mejor que lo barato” no se mostro que surgió de una experiencia
que realmente tuvo David (no aprendimos nada de su experiencia porque no
fuimos confrontados con ella). El tema, que fue el texto real del sermón y que
determino su contenido, su forma y su móvil, sólo se basó en la autoridad de
que dábamos por hecho que era una enseñanza cristiana, una construcción
teológica apropiada, un poquito de sabiduría cristiana tradicional ya
aceptada. La prueba de esto está en el hecho de que el tema y mucho del
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sermón pudieron también estar basados en otros textos, como por ejemplo el
pasaje de la ofrenda de la viuda en el Nuevo Testamento, que se podría decir,
apoya el mismo tema.
El origen del tema del sermón puede ser la piedad y las prácticas de la iglesia.
Considere por ejemplo temas como la oración en el altar, la confesión privada
a un sacerdote, la penitencia, la presencia de Cristo (real ó simbólica) en la
eucaristía, la práctica del bautismo, la confirmación, el llamado a la
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mayordomía, los énfasis evangelísticos, las celebraciones cristianas como el Día
de Acción de Gracias o el Día de la Madre. En estos días se predican todos
esos temas con varios materiales bíblicos usados como “textos”, pero descubrir
su génesis en las Escrituras es un poco problemático. Se puede argüir, por
supuesto, que la autoridad detrás de tales ideas va de acuerdo con la
intención de la biblia, y que ésta los justifica. Pero esta forma de predicación, si
es constante, vuelve a las personas bíblicamente analfabetas, a quienes nunca
se les confronta profundamente con realidad del libro que es la fuente de la
fe, y que solo son expuestas a la así llamada intención por medio de una
proposición teológica (o tema) de segunda mano. Lamentablemente esto
puede también empobrecer al predicador, quien nunca estudia realmente las
escrituras y se conforma sólo con comentarios secundarios de lo que los textos
significan.
LA METODOLOGIA RACIONAL-EMPIRICA
Las proposiciones teológicas pueden interponerse entre nosotros y el texto y
constituir la autoridad central en el sermón tanto como para reunir otros
materiales que apoyen sus demandas. Hay otro recurso para estos materiales,
que constituye una segunda base epistemológica en la que la autoridad de
mucha predicación se basa: es el método racional-empírico y toda la
información que conlleva. No tenemos intención de decir que necesitamos una
predicación irracional, o eliminar el testimonio de la experiencia humana de la
predicación. Pero es una cosa buscar con detenimiento consejo y dirección
en las Escrituras (preguntando después si la experiencia y la razón están de
acuerdo), y otra cosa es encontrar las ideas básicas del sermón en las
disciplinas humanistas y luego lanzar unos cuantos versículos para bautizar
dichas ideas. Por lo general eso es lo que sucede.
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Por ejemplo: al tratar temas como la soledad, la ansiedad y la culpa, es casi
siempre la autoridad de los psicólogos y consejeros que explican la situación y
prescriben la terapia, tanto curativa como preventiva. Si se trata del mal de la
opresión en el mundo, la pobreza y las injusticias sociales, son los políticos, los
sociólogos y aun los antropólogos culturales, quienes aparecen como las
fuentes del entendimiento y las guías con autoridad al respecto. Esto sugiere el
escogimiento de temas de moda, o los últimos libros escritos sobre esos temas y
es lo que determina que las autoridades racionales empíricas dominen en el
sermón. Aun los temas “religiosos” como el pecado y el perdón, se tratan con
percepción empírica y racional más que bíblica, ya sea por un evangelista
cuyas historias de conversión de personas que han sido “salvas” por medio de
su predicación es predominantemente la prueba empírica, o por un devoto del
pensamiento positivo, cuyas pruebas descansan similarmente en la experiencia
humana documentada. Cuando somos confrontados por tales argumentos en
la predicación, no es la biblia la que ha ejercido la mayor influencia y
autoridad en nuestras vidas, pero es una autoridad racional y empírica.
OTRAS AUTORIDADES
Una variedad de demandas de autoridad pueden ser funcionales en la
predicación, y pueden ser evocadas a tal grado que eclipsan las demandas
de la autoridad bíblica. Se podría decir que estas son variaciones de las ya
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mencionadas como los impulsos teológicos y la prueba empírico-racional, pero
es bueno mencionarlas por separado.
Sí, necesitamos una predicación creativa, que eche mano de los recursos de la
literatura, el teatro y el cine, pero si el poder de persuasión descansa
principalmente en el poder de la historia, no tenemos un sermón bíblico, aun
cuando presente ideas cristianas.
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puede ser admirada por alguien por ser “relevante”, uno no puede dejar de
notar que no siempre ayuda a establecer o explicar el significado o propósito
de la vida.
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He mostrado estas diversas demandas de autoridad y podría dar la impresión
que tendemos a escoger una u otra en el proceso de elaborar sermones,
eclipsando así la autoridad de la biblia. En realidad, la situación es peor. Lo que
hacemos por lo general inconscientemente, es aceptar y usar todas estas
autoridades en cantidades variadas en un solo sermón, y muchas veces la
autoridad bíblica se ignora, aunque se use un texto bíblico como base para el
sermón que se predica.
III.
LIBERAR LA PREDICACIÓN DE LA HOMILETICA CONVENCIONAL
Otra cosa que hace que la predicación sea no bíblica, aún cuando tratamos
de hacer sermones bíblicos, es nuestro mal entendido y mal uso de lo que se
llama “interpretación” y “aplicación”. Se asume generalmente que el texto es
una cosa y el sermón es otra.
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tarea es encontrar formas interesantes y efectivas de comunicarlo. Buscamos
lenguaje contemporáneo, imágenes y experiencias modernas, tratamos
diferentes géneros literarios – diálogos, historias, dramas – empleando
materiales y métodos de todas partes, menos del texto.
Lo que quiero recalcar es que este tipo de esfuerzo creativo está mal ubicado y
frecuentemente es usado demasiado pronto en el proceso de construcción del
sermón. Por supuesto, la predicación debe hacer uso de toda nuestra
creatividad para hacer que el mensaje sea claro en la vida moderna. Debe
utilizar lenguaje, imágenes y materiales contemporáneos, géneros variados de
literatura y métodos de comunicación. Pero en los sermones bíblicos, primero
tenemos otra tarea más básica, y esa es oír el texto. La primera pregunta
cuando nos enfrentamos al texto no es “¿Cómo puedo decir mejor lo que está
en el texto?”, sino “¿Cómo puedo oír de este texto una palabra adecuada
para nuestra situación?”
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inductivamente de particularidades observadas al descubrimiento y
reconocimiento de una verdad. Puede estar compuesto de argumento lógico
o narrativa descriptiva. Puede tener tres puntos claros y memorables
marchando a una conclusión irrefutable, o moverse libremente entre su
material y culminar en una sugerencia provocativa abierta. Puede ser un
monólogo o un diálogo, adoptar una posición paternal, de superioridad, ser
prescriptivo o coercitivo hacia sus oyentes, o articular el estado interior y las
luchas internas del oyente en el contexto del evangelio. Puede utilizar los
recursos de literatura o el arte. Es obvio que los asuntos antes mencionados
requieren cierta creatividad vital para la predicación, pero no la clase de
creatividad primaria a la que nos referimos aquí. La forma y los materiales de
apoyo del sermón deberían tener una atención creativa más adelante, el
trabajo de la interpretación creativa del texto básicamente es oír qué más
tiene que decir el texto, cuando la mayoría de la gente de la iglesia piensa que
ya sabe qué dice y lo que significa.
El enfoque autoritario del texto tampoco es claro ni automático solo por nuestra
comprensión de los significados de las palabras y las oraciones que son
traducidas, ni por nuestro entendimiento del lenguaje bíblico del texto. Menos
aun, está contenido en lo que la tradición piadosa popular y la predicación a
través de los años han dicho acerca de lo que el texto enseña. Quiero ubicar la
problemática de la interpretación creativa justamente en el punto de lo que el
texto nos dice a nosotros los predicadores y no en el punto del significado
supuestamente claro del texto que les comunicamos a nuestras
congregaciones. Es mi convicción que esto último ha sacado a lo primero; que
hemos aceptado la parte por el todo. Hemos olvidado que la razón básica
para la interpretación creativa es que el texto literal puede no ser efectivo
cuando simplemente se lee (aún por nosotros profesionales) no puede ser
efectivo cuando simplemente se interpreta de una forma convencional y
tradicional. Olvidando eso, hemos cambiado nuestra labor hacia una mera
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creatividad “instrumental”, la cual usamos para dirigimos a nuestra
congregación y comunicar lo que creemos saber completamente y que se ha
escuchado muchas veces, y que la congregación ya sabe que dice el texto.
La pregunta de esta creatividad instrumental es “¿Cómo puedo decir de una
forma más productiva lo que está en el texto?”. Pero la creatividad básica y
primordial de la interpretación es la que nos debe llevar a la pregunta:
“¿Cómo puedo oír más en el texto? ¿Más de lo que ya sabemos?”
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sacrificio, porque otros predicadores han dicho eso y se ha convertido en la
interpretación convencional. El predicador ya no escucha el texto, ni siquiera
pone atención a prácticas y asuntos antiguos que por sentido común
podríamos darnos cuenta que son importantes y diferentes. El texto, si se le
escucha, nos habría dicho que no hay nada que hable de la adoración
cristiana dominical en la experiencia de David. No es que David va al templo
el sábado, o que participa de un festival religioso. Más bien es un esfuerzo
desesperado y especial de David por expiar un gran pecado. El texto al ser
explorado y escuchado nos habría dicho que no hay nada allí que hable de
servir a la gente como una forma de adoración a Dios; David está tratando de
persuadir a Dios a no castigar al pueblo por lo que él hizo. El texto, si se le pone
atención, nos hubiera mostrado que no hay nada en la experiencia de David
que habla de devociones personales. Sus acciones, como rey, no pueden ser
meramente personales. Los efectos son tan automáticamente públicos que
caen sobre otros que son inocentes.
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el texto está diciendo. Lo que la gente aprendió ese día no fue lo que el texto
intentaba decir, aún cuando de seguro no fue hecho a propósito.
Cuando nos ponemos a trabajar como este predicador lo hizo, asumiendo que
ya tenemos la esencia del texto en la mano – el tema que la tradición ha
indicado- y ejercitamos nuestra creatividad sólo para desarrollarlo y aplicarlo a
nuestra situación actual, nuestra homilética asume el control y más que eso, nos
ensordece y nos ciega al texto.
Un tema tan inclusivo y casi casi universal y tan aforísticamente atractivo como
para hacer caso omiso a un análisis crítico del texto, es responsable de dos
errores: 1. Se olvida fácilmente la riqueza detallada del texto que ha esperado
tener y resumir, y 2. Arriesga, en su afán de dar un pronunciamiento general,
perder de vista la demanda verdadera y muy específica que se encuentra en
el texto. Ya hemos mostrado que el sermón que nos sirve de ejemplo perdió
mucho del detalle rico del texto. También perdió de vista la verdad que David
sí experimentó.
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perdona a los pecadores penitentes” llevan a cualquier lugar muy lejos del
texto. Un tema como “confesar la lujuria por la esposa de un vecino es más
correcto que meterse al ejército para escapar a sus coqueterías” por la misma
especificidad y particularidad del detalle sacado del texto, sirve de provecho
para la exactitud textual del sermón, tiene mucho más peso y autoridad
bíblica, y es más probable que le requiera al predicador que continúe
consultando su pasaje para saber cómo desarrollar el sermón. El uso de
generalizaciones y abstracciones en los temas de los sermones debe ser
evitado. Es mejor especificar o particularizar. El modo concreto, histórico de la
Escritura es también más efectivo.. ¿Puede realmente un sermón demostrar y
hacer creible que “Dios enjugará toda lágrima de todo ojo?”. Tal vez si, tal vez
no. Pero lo que sí se puede demostrar y hacer claro en un sermón es que “Dios
puede secar una lágrima que surge de una situación muy dolorosa hoy, una
lagrima ocasionada por una herida muy específica en este momento.” Y si esa
herida y esa ayuda nos han sido claramente mostradas por el texto, ¡tenemos
un sermón bíblico! Aún cuando ninguna demanda universal se haya hecho,
ese sermón tendrá autoridad bíblica y relevancia para el momento actual.
La forma del sermón que nos sirve de ejemplo, muestra que la homilética
convencional se interpuso y ya no se escucho la palabra disponible en el
texto. ¿Por qué es que el sermón tiene tres puntos? ¿Hay algo en el texto que
sugiera tres cosas? Supongamos, aunque no es así, que el tema del
predicador, “adoración”, es el tema del texto. ¿por qué desarrollar el sermón
de esa forma? La adoración en Israel es un asunto del que sabemos algo. Pero
en el caso que estudiamos fue la adoración como un asunto de nuestra
experiencia moderna la que la homilética del predicador le ha enseñado a
manejar. Todos sabemos que la adoración puede ser pública y privada, así que
él divide el asunto de esa manera. ¿Pero por qué es que el predicador lucha
para lograr su segundo punto un tanto raro? ¿Por qué la triada “público –
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práctico – privado”? Por seguro un punto más generalmente opuesto para
“práctico” es “impráctico“ o ”teórico”; pero de todos modos él lo aparea con
“público” y “privado” porque la homilética tradicional y convencional le dice
que un sermón necesita tres puntos, y mejor aún en este caso ¡si los tres
principian con la letra P!
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victoria humana real. Solamente hay exhortaciones basadas en verdades
conocidas.
¿Por qué un texto que da testimonio de una excitante lucha interna, que se
desarrolla hacia un clímax victorioso, es presentado desde el púlpito en un
sermón que es estático, analítico y abstracto en la mayor parte de su
contenido, y exhortativo en su objetivo?, ¿No es porque el predicador asume
que la forma y el movimiento son más asuntos “homiléticos” (no substanciales) y
que pueden ser escogidos por su atractivo moderno o por estar de acuerdo
con la predicación tradicional y convencional?
III.
CÓMO LIBERAR LA PREDICACIÓN
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Si uno le preguntara aún a los miembros laicos más estudiosos de las iglesias,
qué piensan de la nueva hermenéutica y si su predicador hizo uso de ella,
podría uno encontrarse con casi una incomprensión universal. Y creo que una
encuesta hecha a pastores revelaría que muchos tienen solo una vaga idea
que el tema es discutido en la comunidad académica.
Puedo hacer una aclaración a este punto. No creo que haya nada nuevo en
la “nueva” hermenéutica. Entiendo que en un contexto diferente y con
diferentes categorías, es un nuevo encuentro con lo que la exégesis y la
interpretación responsables siempre han estado bregando. Debo opinar, sin
embargo, que tal trabajo responsable ha sido raramente apreciado en o
entendido en su totalidad – y mucho menos practicado – en el púlpito. Es la
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práctica de tal exégesis e interpretación por parte de los predicadores en la
iglesia lo que cada vez más reclama mi atención y nutre mi motivación.
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para probar la existencia de Dios -- simplemente da por hecho que Dios existe -
- así que lo que ese texto está tratando de decirle al predicador y a través de
él a nosotros, no está siendo oído. Después que hemos escuchado su sermón,
¡todavía no sabemos qué es lo que el salmo 19 está tratando de decir!
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integridad escritural precisamente es algo que no se hace a propósito. Sucede
sin darnos cuenta. ¿Qué nos pasa en el proceso de preparación de un sermón
que causa tal incongruencia entre nuestro sermón y el texto del que
supuestamente predicamos? ¿Qué factores contribuyen?
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felizmente el arrepentimiento de un pecador; ¿por qué estás tú enojado y
resentido y sintiéndote superior a los pecadores?”
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Comparemos eso con la forma de hablar de los observadores en una
exhibición de pinturas: “¿Qué te parece?”, “¿Qué te dice?” o “No me dice
nada”. De alguna forma esperamos que una pintura al igual que una sinfonía
sea activa, que nos llegue y evoque un dialogo. Pero la actitud hacia el texto
es que está allí, esperando que nosotros hagamos algo con él.
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mi amante” como las “palabras de Jesús al creyente”, y luego hacer la misma
suposición que el texto sólo está allí, verdadero, pero inerte, esperando nuestra
interpretación y nuestra aplicación a la vida contemporánea.
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Una buena regla para evitar tales violaciones al texto es, que cuando un texto
parezca dividirse en partes muy nítidas para nuestro bosquejo, consideremos la
posibilidad de que es así porque estábamos buscando un bosquejo y no aún
no hemos escuchado al texto.
¿DESCUBRIMIENTO O REVELACION?
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puede enseñar mucho, a pesar de que el alumno tiene el deseo de “aprender”
y se va con más de lo que trajo a la clase.
Sabemos de los peligros propuestos por las actitudes y acciones descritas con
anterioridad. Deseamos escuchar al texto y darle la bienvenida para construir el
sermón en sociedad. Pero lo que no hacemos puede todavía evitar que
suceda. ¿Estoy con mis capacidades exegéticas, descubriendo qué es lo que
el texto dice? ¿Saco mis comentarios, léxicos y herramientas críticas y procedo
a disecar el texto, como un científico capacitado y con buen instrumental
procede para descubrir qué es lo que produce que un insecto haga ruido?
¿Desempaco el texto y descubro a que se refiere?
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mantendrá en el carril apropiado para descubrir en el texto los matices de
significado y las ideas y actitudes un tanto obscuras de su tiempo. Puedo
escuchar claramente lo que el texto le decía a quienes primero lo escucharon.
Pero mis herramientas no son las apropiadas para ayudarme a escuchar qué es
lo que el texto me está diciendo a mí en el siglo XXI. Al concebir mi tarea como
descubrimiento y al buscar con mis herramientas exegéticas lo que el texto me
dice hoy, podría enfocar mis esfuerzos equivocadamente.
Aun cuando estoy ansioso de aprender lo que el texto tiene que decir hoy,
llevo conmigo, en mi búsqueda y en mi tarea de descubrimiento, toda clase
de limitaciones, prejuicios y deseos; y al grado que me veo a mi mismo como
un profesional capacitado, estoy inclinado a no reconocer esas limitaciones en
mí mismo.
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PREPARANDONOS PARA LA REVELACIÓN
Pongamos algunas suposiciones con las cuales trabajar y algunas cosas que
hacer en la preparación del sermón, que pueden equiparnos para tener una
sociedad creativa y expectante con el texto.
Suposición número dos: la verdad no existe, sucede. El texto no solo está allí –
como un objeto que está esperando mi esfuerzo para poder aprender de él.
Está aquí de verdad, activo, penetrante, escudriñador, listo para involucrarme.
No es que yo encuentro la verdad, la verdad me sucede. Más aun, yo no
encuentro la verdad en el texto y luego la traspaso a la congregación, y la
aplico (generalmente presentando una ley o un principio moral) a la vida
moderna por medio de mi sermón. Las Escrituras contienen un record de que la
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verdad sucedió – le sucedió a Nicodemo o a la mujer Samaritana. No le
sucedió (o quizá le sucedió otra verdad) al joven rico y a la mayoría de los
fariseos. La verdad no es lo que cualquiera de esas personas dijo ni lo que la
Escritura o el sermón dicen acerca de ellos. La verdad es lo que sucedió, y lo
que nos sucede a nosotros hoy cuando el texto nos involucra, y nos confronta
con sus experiencias dentro de nuestros propios contextos personales. La
predicación no es tratar de articular la verdad, pero tratar de que la verdad
nos suceda.
1.- Rechace tan completamente como sea posible, todas las comprensiones
familiares en cuanto a lo que se refiere el texto, qué es lo que dice del tema y
como se aplica a la vida moderna. Esto también quiere decir rechazar
activamente el tratar de buscar puntos para el bosquejo, formas provocativas
que funcionarían bien retóricamente, o inventar tretas que podrían usarse para
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organizar los materiales del sermón. Trate de escuchar como si fuera una nueva
palabra, no oída antes, cuya intención no se conoce aún, cuyos puntos claves
importantes aun no se han diferenciado de los menos importantes, e
incidentales.
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ya habían supuesto y que de seguro sabían, por las claras enseñanzas de su ley,
que era malo pagar tributo? ¿Nos ayuda a oír el texto si encontramos su lucha
de conciencia entre la ley clara que ellos quieren obedecer
desesperadamente, y las realidades socio-políticas que parecían obligarles a
entrar en componendas y por lo cual se sentían culpables? O ¿nos ayuda, al oír
la historia del rico y Lázaro, saber que no solo muchos suponían que la pobreza
era resultado del pecado y la riqueza resultado de la rectitud, pero que
también muchos esperaban “la gran reversión” en la nueva era, cuando el
primero sería el último, el rico sería pobre y viceversa? Es obvio, al considerar mi
descripción de las suposiciones, que estoy dando por hecho que deben ser
empleadas todas las herramientas de exégesis responsable.
Esa expectativa puede abrirnos al texto. Por supuesto no todos los pasajes nos
van a alarmar así; muchos van a servir para afirmar y profundizar lo que ya está
dentro de nosotros, pero rara vez oiremos lo inesperado si, sin pensar, buscamos
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sólo la afirmación de, y más iluminación sobre, nuestras comprensiones
presentes.
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CREATIVADAD EN LA COMUNICACIÓN DEL MENSAJE
a). Asumir que hay más en la historia: Este es un esfuerzo por pintar un cuadro
más amplio de lo que se encuentra en el texto. Un esfuerzo por dar más
detalles donde hacen falta detalles y llenar lagunas. Esfuerzos que no alteran la
teología del pasaje, pero que ayudan a descubrir más claramente cómo el
Espíritu de Dios se revela en el pasaje, en la historia, en el cuadro que se está
pintando. Obviamente se requiere mucha creatividad. La predicación de los
negros en los Estados Unidos presenta buenos ejemplos de esta estrategia. La
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forma de como describen los colores, los sabores, los olores, las situaciones con
lenguaje comprensible para la congregación y que les obliga a usar la
imaginación.
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e) Analizar un tema contemporáneo: Muy unido a estrategia anterior, está la
CONCLUSIÓN
Así que, "la fe es por el oír" – escribió Pablo – "y por el oír la palabra de Dios"
(Romanos 19:7). Al referirse a la relación de Dios con el ser humano, la Biblia usa
habitualmente el término oír, más que ver. No encontramos a Dios mediante la
visión abierta de lo místico. Dios se da a conocer por medio de lo que habla. El
modo más eficaz para que Dios hable es mediante la proclamación de su
palabra por los seres humanos que han dedicado su vida a esa misión.
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Por supuesto, lo dicho anteriormente sólo es cierto cuando las predicadoras y
los predicadores han escuchado lo que dice el texto bíblico y permiten que el
texto sea un socio activo en la preparación y la presentación del sermón.
Cuando se predica la Biblia y se deja libertad de expresión al Espíritu Santo
mediante las palabras y las técnicas del predicador o la predicadora, la
predicación se convierte en el modo más eficaz de comunicación de Dios con
los seres humanos.
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