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APRECIABLE HERMANO, ES IMPORTANTE QUE ANTES DE INICIAR CADA LECCION

RECUERDES QUE EL MOTIVO DE ESTAS LECCIONES NO ES JUZGAR, SEÑALAR O


CRITICAR A LAS PERSONAS QUE PROFESAN TAL RELIGION, SINO MAS BIEN, PODER
CONOCER SUS DOCTRINAS PARA PODER APOYARLES CONFORME A LA BIBLIA.

EL MORMONISMO
El origen del mormonismo se da con un joven de 14 años llamado José Smith, nacido el 23 de
diciembre del año 1805, en Vermont, Estados Unidos de América. Se cuenta que en la primavera
del año 1820, oró en una arboleda cercana a su casa en Palmyra, Nueva York, para saber a cuál
iglesia debía unirse. En medio de esta oración, Dios el Padre y Jesucristo le aparecen en un pilar de
luz y le dicen que no debía unirse a ninguna de las iglesias existentes. 

En el año 1827 anunció que un ángel de nombre Moroni, se le apareció en visión para informarle
sobre unas tablas de oro inscritas en hieroglíficos egipcios reformados. De igual forma las dos
piedras cristalinas Urim y Tumim para poder descifrar el mensaje de las tablas. En ese año inicia la
traducción, la cual duró dos años y en marzo de 1830 publica la traducción con el título  El Libro
Del Mormón.

Olivero Cowdery, David Whitmer y Martín Harris, mediante declaración jurada, testificaron haber
visto las tablas de oro; sin embargo, años después los tres abandonaron a José Smith confesando
que sus declaraciones fueron falsas. 

La primera edición del Libro de Mormón fue financiada por Martín Harris, quien fue el primer
seguidor del mormonismo de José Smith. Martín Harris tenía fama de ser lunático ya que aseguraba
haber viajado a la luna. A los dos meses de la publicación del Libro de Mormón, José Smith, ya
contaba con unos cuarenta seguidores y se organizó la primera iglesia. 

Los títulos tomados por José Smith fueron: Vidente, traductor, profeta, apóstol de Jesucristo,
anciano de la iglesia mediante la voluntad de Dios el padre, y la gracia del Señor Jesucristo. Según
él, siguió recibiendo revelaciones que le comunicaron el carácter y las metas de la naciente iglesia.
A los cinco meses de organizar la primera iglesia, José Smith envió en busca de la nueva Jerusalén,
ya que supuestamente se encontraba en las fronteras de los lamanitas, una tribu ficticia de los indios
malos. 

José Smith anunció en el año 1829 que los apóstoles Pedro, Juan y Santiago, le visitaron con el
propósito de darle autoridad sacerdotal y, de esta forma, estar capacitado para iniciar una nueva
época del evangelio (Enciclopedia Collier´s, Tomo XIV, Pág 157), por lo cual se dice que fue
ungido sacerdote por los apóstoles. 

¿LA HISTORIA DEL ORIGEN DEL MORMONISMO ES CREÍBLE?


De esta forma nace la religión del mormonismo, pero no hay pruebas de que existan o hayan
existido las tales tablas de oro encontradas por José Smith en la colina Cumorah, en el estado de
Nueva York. Los tres hombres que figuraban como testigos, tiempo después se retractaron de sus
declaraciones. Además, es importante recordar que cuando a Moisés se le dieron las tablas de los
diez mandamientos fueron enseñadas a todo el pueblo. 
Según el mormonismo, los nefitas procedieron de Jerusalén, por lo tanto, se deduce que de haber
existido, eran Israelitas, y no egipcios. ¿Por qué escribir en egipcio reformado si eran Israelitas?,
esta lengua de egipcio reformado es otro invento, pues los lingüistas han identificado tantos
idiomas, lenguas y dialectos, y en ninguno de ellos figura el raro egipcio reformado. 

Algunos escritores han llegado a comentar que posiblemente el Libro del Mormón haya sido una
influencia de la novela titulada El Manuscrito Encontrado de Salomón Spaulding. Es una novela
sobre los indios de América, una historia intrigante que los identificaba con los descendientes de las
diez tribus perdidas de Israel. Fue presentada como una traducción de un manuscrito de un miembro
de una tribu india antigua y encontrado en una colina de Norte América. La novela nunca fue
publicada; sin embargo, cuando se publicó El Libro Del Mormón en 1830, la viuda de Spaulding,
secundada por otras personas que tenían conocimiento de la novela, declaró que las dos obras eran
similar en su historia. 

El Libro del Mormón es presentado como otro evangelio de Jesucristo, pero recordemos las
palabras del apóstol Pablo “más si aún nosotros, o un ángel del cielo os anunciare otro evangelio
diferente del que os hemos anunciado, sea anatema” (Gálatas 1:8). El verdadero evangelio fue
anunciado por los apóstoles, pues se nos dice que Dios los “…llamaba para que les anunciásemos el
evangelio” (Hechos 16:10).
ES REALMENTE EL MORMONISMO UNA RELIGIÓN CRISTIANA EVANGÉLICA?
Para contestar esta pregunta de una manera correcta e imparcial, tendremos que comparar
cuidadosamente las doctrinas principales del mormonismo con las doctrinas principales del
cristianismo evangélico y bíblico.

Nuestra posición de la representación mormona proviene de las varias escrituras y obras doctrinales


publicada por la iglesia de Jesucristo de los santos de los últimos días. Las obras citadas incluyen:
Principios del evangelio (edición de 1988), cómo lograr un matrimonio celestial (1992), Enseñanzas
del profeta José Smith (1982), Artículos de fe (1980), y Doctrina de salvación, tres tomos (1979).
Hagamos ahora esta comparación en diez áreas fundamentales de doctrina.
1) La Biblia enseña que hay solo un Dios, vivo y verdadero, y que aparte de él no hay otros dioses
(Deuteronomio 6:4; Isaías 43:10-11; 44:6,8; 45:21,22; 46:9; Marcos 12:29-34). En contraste la
iglesia mormona enseña que hay múltiples dioses (La perla de gran precio – El libro de Abraham
4:3), y que nosotros, como seres humanos, podemos llegar a ser dioses y diosas en el reino celestial
(Como lograr un matrimonio celestial, Pág. 130). Enseña también que los que se convertirán en
dioses tendrán hijos espirituales, quienes adorarán y orarán a ellos así como nosotros adoramos y
oramos a nuestro padre celestial (Principios del evangelio, Págs. 9, 11, 283).

2) La Biblia enseña que Dios es Espíritu (Juan 4:24: 1 Timoteo 6:15-16), que no es un hombre
(Números 23:19; Oseas 11:9; Romanos 1:22-23), y que siempre (eternamente) ha existido como
Dios omnipotente, omnipresente y omnisciente (Salmo 90:2; 139:7-10; Jeremías 23:24; Malaquías
3:6; Apocalipsis 19:6).

En contraste, la iglesia mormona enseña que Dios el padre fue un hombre como nosotros, y que él
progresó hasta llegar a ser un dios, y tiene un cuerpo de carne y hueso (Doctrina y convenios
130:22). José Smith dijo: “Dios una vez fue como nosotros, ahora es un hombre glorificado y está
sentado sobre su trono allá en los cielos (Enseñanzas del profeta José Smith, Pág. 427; principios
del evangelio, Pág. 6). Además la iglesia mormona enseña que Dios el padre tiene un padre, y un
abuelo, y así hasta lo infinito (Enseñanzas del profeta José Smith, Pág. 464).
3) La Biblia enseña que Jesús es el mismo Dios del antiguo testamento que se manifestó en un velo
de carne (Juan 1:1,14; 10:30; Colosenses 2:9). En el tiempo indicado puso a un lado su gloria (Juan
17:4-5; Filipenses 2:6-11) y fue hecho semejante a los hombres para lograr nuestra salvación; su
encarnación se hizo realidad cuando fue concebido sobrenaturalmente por obra del Espíritu Santo, y
nació de la virgen María (Mateo 1:18-23; Lucas 1:34-35).
En contraste, la iglesia mormona enseña que Jesucristo es nuestro hermano mayor, y que progresó
hasta llegar a ser un dios. Él fue procreado en espíritu por medio del padre celestial, y fue concebido
físicamente por el padre celestial y la virgen Maria (como lograr un matrimonio celestial, pág.
9,53). La doctrina mormona afirma que Jesús y Satanás son hermanos (Principios del evangelio,
pág. 15-16).

4) La Biblia enseña que el Espíritu Santo es Dios y es omnipresente (Salmo 139:7-8; Hechos 5:3-4).

En contraste, la iglesia mormona enseña que el Espíritu Santo es un espíritu con la forma de un


hombre. El Espíritu Santo tiene forma y dimensiones. El no llena la inmensidad del espacio y no
puede estar presente en todas partes al mismo tiempo, personalmente. Solo su poder se manifiesta
en todo lugar al mismo tiempo (Doctrina de salvación, Tomo I, págs. 36,38; Principios del
evangelio pág. 34)

5) La Biblia enseña que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo no son personas distintas dentro de la
deidad sino manifestaciones de un solo Dios. 
En contraste, la iglesia mormona enseña que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo constituyen tres
personajes distintos y tres dioses (Enseñanzas del profeta José Smith, 460), y que el Hijo y el
Espíritu Santo son ambos la prole literal del padre celestial y una esposa celestial (Joseph Fielding
McConkie, Encyclopedia of Mormonism “enciclopedia del mormonismo”, Vol. 2 pág. 649).

6) La Biblia enseña que la caída de Adán fue un gran mal, y que por medio de dicha caída, el
pecado entro al mundo, poniendo a todo hombre bajo la condenación y la muerte. Aunque todos los
hombres nacen con una naturaleza pecaminosa, serán juzgados individualmente por los pecados que
cometan (Ezequiel 18:1-20; Romanos 5:12-21).

En contraste, la iglesia mormona enseña que la caída fue un paso necesario para el plan de vida y
causa de grandes bendiciones para toda la humanidad (Principios del evangelio, 31; Doctrina de
salvación, 1:108; Libro del Mormón 2 Nefi 2:25). 

7) La Biblia enseña que el propósito principal de la expiación de Jesucristo es proveer la solución al


problema del pecado que trae muerte a cada hombre. Tomando los pecados personales a todos los
hombres (Pasado, presente y futuro) en su cuerpo en la cruz (1 Pedro 2:24).
El señor Jesucristo, como el cordero de Dios sin mancha, cumplió cabalmente con las demandas de
justicia divina en cuanto a nuestros pecados. De esta manera podemos ser perdonados y restaurados
a la comunión con Dios (2 Corintios 5:21). 

En contraste, la iglesia mormona enseña que por la expiación de Jesucristo todos los hombres son
redimidos de la muerte física y de la tumba sin importar que una persona reciba a Jesucristo por la
fe (Doctrina de salvación, 1:118).

La muerte de Jesucristo solamente garantiza que todo hombre resucitara, y la obra redentora de
cristo no es suficiente en si misma para dar la vida eterna. La iglesia mormona enseña que para
tener vida eterna tenemos que añadir nuestras buenas obras (Principios del evangelio, 68, 346-347;
Artículos de fe, 92, 95-98).

8) La Biblia enseña que somos salvos solamente por gracia, y esto es completamente aparte de
cualquier obra (Efesios 2:8-9). Los diez mandamientos fueron dados para que el hombre se diese
cuenta de su incapacidad total de satisfacer las demandas de un Dios justo (Romanos 3:20; 5:20;
7:7-8; Gálatas 3:19). 
En contraste, la iglesia mormona enseña que las obras son necesarias para obtener suma salvación
(lo que ellos llaman exaltación). Para poder morar en la presencia de Dios hay que obedecer todas
las leyes y ordenanzas de la iglesia mormona. Esto es porque “la expiación de Cristo hace posible
que seamos salvos de nuestros pecados si hacemos nuestra parte” (Principios del evangelio, 68,
284-285; Tercer artículo de fe en La Perla de gran precio; Libro de mormón – 2 Nefi 25:23).

9) La Biblia enseña que ella es la única, final e infalible palabra de Dios (2 Timoteo 3:16; Hebreos
1:1-2; 2 Pedro 1:20-21) y que permanecerá para siempre (1 Pedro 1:23-25). Vemos la mano de Dios
en la preservación providencial del texto de la Biblia, cosa que fue confirmada de una manera
maravillosa por el descubrimiento de los rollos del mar muerto.

En contraste, la iglesia mormona enseña que se han perdido muchas verdades de la Biblia, y que la
Biblia es corrupta y no contiene la plenitud del evangelio (Enseñanzas del profeta José Smith, 4-5,
404; Libro del Mormón 1 Nefi 13:26-29).

10) La Biblia enseña que la iglesia verdadera fue establecida por Jesús con su divino poder, y por
esto la iglesia nunca pudo ni podrá desaparecer de la tierra (Mateo 16:18; Juan 17:11; 1 Corintios
3:11). Los cristianos admiten que ha habido corrupción en la iglesia de vez en cuando, pero creen
que siempre ha existido un remanente de personas quienes han guardado los principios del
evangelio.

En contraste, la iglesia mormona enseña que hubo una gran y total apostasía en la iglesia
establecida por Jesucristo; este estado de apostasía continúa hasta hoy, excepto entre aquellos que
han llegado a un conocimiento del evangelio restaurado por la iglesia mormona (Doctrina de
salvación, 3:249-273; Principios del evangelio, 97).

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