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Formando Adoradores
Orgullo
Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no
tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con
cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno. Romanos 12:3
Y cuando oras, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en las sinagogas,
y en los cantones de las calles en pie, para ser vistos de los hombres: de cierto os digo,
que ya tienen su pago. Mateo 6:5
Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no
tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con
cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno. Romanos 12:3
- Critica constante
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Mi nombre es orgullo, soy un tramposo. Te privo del destino que Dios te dio, porque tu
demanda las cosas a tu manera. Te privo del contentamiento porque “mereces más que esto”.
Te privo del conocimiento, porque tu “ya lo conoces todo”. Te privo de la sanidad, porque
estas demasiado lleno de mi como para perdonar. Te privo de la santidad, porque te rehúsas a
admitir cuando te equivocas. Te privo de tu visión, porque prefieres mirar en un espejo que
atreves de una ventana. Te privo de tu genuina amistad, porque nadie conocerá realmente
quien eres. Te privo del amor, porque el verdadero romance demanda sacrificio. Te privo de
las grandezas del cielo, porque te rehúsas a lavar los pies de otros en la tierra. Te privo de la
gloria de Dios, porque te convenzo de buscar la tuya propia. Mi nombre es orgullo, soy un
tramposo, yo te agrado porque piensas que siempre te cuidare, pero no es cierto. Yo procuro
hacerte quedar como un tonto, Dios tiene mucho para ti, lo admito, pero no te preocupes. Si
permaneces a mi lado nunca te darás cuenta
Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el
Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu,
para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los
quebrantados. Isaías 57:15
Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino del cielo. Mateo 5:3
Igualmente, jóvenes, estad sujetos a los ancianos; y todos, sumisos unos a otros,
revestíos de humildad; porque: Dios resiste a los soberbios, Y da gracia a los
humildes.1 Pedro:5:5
Como el calor en lugar seco, así humillarás el orgullo de los extraños; y como calor
debajo de nube harás marchitar el renuevo de los robustos. Isaías 25:5
“Lo que no aprendamos por las buenas, lo aprenderemos por las pruebas “
¿Acaso olvidaron las palabras de aliento con que Dios les habló a ustedes como a
hijos? Él dijo: “Hijo mío, no tomes a la ligera la disciplina del Señor
y no te des por vencido cuando te corrige. Pues el Señor disciplina a los que ama
y castiga a todo el que recibe como hijo» Al soportar esta disciplina divina, recuerden
que Dios los trata como a sus propios hijos. ¿Acaso alguien oyó hablar de un hijo que
nunca fue disciplinado por su padre? Si Dios no los disciplina a ustedes como lo hace
con todos sus hijos, quiere decir que ustedes no son verdaderamente sus hijos, sino
que son ilegítimos. Ya que respetábamos a nuestros padres terrenales que nos
disciplinaban, ¿acaso no deberíamos someternos aún más a la disciplina del Padre de
nuestro espíritu, y así vivir para siempre? Pues nuestros padres terrenales nos
disciplinaron durante algunos años e hicieron lo mejor que pudieron, pero la disciplina
de Dios siempre es buena para nosotros, a fin de que participemos de su
santidad. Ninguna disciplina resulta agradable a la hora de recibirla. Al contrario, ¡es
dolorosa! Pero después, produce la apacible cosecha de una vida recta para los que
han sido entrenados por ella. Hebreos 12:5-12
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Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de
corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Mateo 11:29