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Las renuncias recaudatorias pueden presentar diversas formas, entre las que se

encuentran:

a) deducciones

b) exenciones

c) tasas reducidas

d) diferimientos

e) créditos fiscales.

Adicionalmente, existen regímenes sectoriales que implican una pérdida


recaudatoria y facilidades administrativas que tienen el mismo efecto.

Las deducciones y las exenciones afectan la integración de la base gravable del


impuesto, en tanto que las tasas reducidas y los créditos fiscales impactan
directamente el monto del impuesto que se debe pagar. Los diferimientos son
esquemas a través de los cuales se evita o reduce el pago del impuesto en el
presente. Los regímenes sectoriales pueden afectar todos los componentes de la
estructura de un impuesto. Finalmente, las facilidades administrativas que se
incluyen en este documento se desvían de la estructura “normal” del impuesto, ya
que constituyen excepciones al cumplimiento de obligaciones formales que
impactan la integración de la base del impuesto.

Se consideran beneficios fiscales cualquier reducción, eliminación o diferimiento


temporal de una contribución. Esto incluye los alcanzados a través de
deducciones, exenciones, no sujeciones, no reconocimiento de una ganancia o
ingreso acumulable, ajustes o ausencia de ajustes de la base imponible de la
contribución, el acreditamiento de contribuciones, la recaracterización de un pago
o actividad, un cambio de régimen fiscal, entre otros.
Tasas reducidas

Como sabemos, a la hora de pagar un impuesto, este suele calcularse mediante la


aplicación de un determinado tipo impositivo sobre una base imponible. De esta
forma, si de nuestros ingresos tenemos que pagar el 18%, la base imponible sería
el cómputo de ingresos a lo largo del año, mientras que el impuesto a pagar sería
el 18% de dicha base imponible. Sin embargo, dado que tenemos gastos que
cubrir, como una casa o la pensión futura, existen las reducciones fiscales.

Por tanto, las reducciones fiscales son objeciones que contempla el sistema
tributario para evitar que se paguen impuestos por determinados beneficios que,
en realidad, no lo son. O que se paguen impuestos por conceptos por los que no
debe pagarse. En general, reducciones de una base imponible sobre la que,
finalmente, se calculará el impuesto a pagar. Así, la reducción disminuye la base
imponible y, por tanto, el impuesto.

En algunos casos, los gobiernos reducen los impuestos durante un período de


tiempo específico para estimular la economía con un recorte de impuestos que
desaparece en el siguiente año tributario.

Ejemplo de reducción de tasas

En el Impuesto Sobre la Renta se aplica un régimen sectorial especial a las


empresas y personas físicas dedicadas exclusivamente a la agricultura,
ganadería, pesca o silvicultura. Este régimen consiste en una exención para un
primer tramo de ingresos y una reducción del impuesto para un segundo tramo de
ingresos, cuya aplicación da como resultado que el ISR a cargo de los
contribuyentes de este sector económico sea menor que el del resto de los
contribuyentes. Asimismo, se reporta la renuncia recaudatoria consistente en la
reducción del 30% del ISR para las personas morales del derecho agrario con
ingresos de hasta 5 mdp y que provengan de la industrialización y
comercialización de productos del sector primario al menos en 80%.
Exención de Impuestos

La exención o condonación es el hecho de que el gobierno o la ley excluyan de la


obligación de pago a los sujetos pasivos del impuesto. La exención que conceda
el gobierno puede o no ajustarse a lo jurídico; si la ley es auténtica, la segunda sí
satisfará la juridicidad.
De lo dicho se desprende que habrá que distinguir el caso en que el gobierno con
fundamento legal condone las contribuciones de quien sin tal fundamento lo haga.
El segundo caso, evidentemente implica responsabilidad para el funcionario que
otorga el perdón; al primero constituye una aplicación de la ley y a que el
contribuyente que se ubica en la situación prevista tiene derecho.

Entonces, la exención en términos tributarios es considerada como una técnica


con la que (sin alterar los elementos tributarios como lo son el sujeto, la base, la
cuota, tasa o tarifa) se aminora o libera, según sea el caso, la obligación de pago
de impuestos a determinadas personas, ya sean estas físicas o jurídicas.
Su objetivo es establecer una distribución equitativa de la carga tributaria para
incrementar el bienestar de los contribuyentes y de su capacidad económica. Y,
del mismo modo, impulsar actividades que sean útiles para el desarrollo del país.

Esta figura jurídica tributaria se aplica por diversas razones, puede ser por
equidad, conveniencia y/o política económica. Cuando se trata de equidad, cada
ciudadano deberá contribuir al pago de impuestos en función de su capacidad
económica.
En el caso de conveniencia, aquí será según sea adecuado o no la aplicación
general del impuesto, y por último, política económica, esta es de acuerdo a las
directrices que adopte el Gobierno.

Algunas de las características de la exención son:

1. Tiene carácter excepcional


2. Está vinculada a la existencia de dos normas. (Una de sujeción a tributación
a determinados supuestos y personas, y la otra que exime de la misma a
algunos de estos.

Existen diferentes tipos de exenciones, los cuales son:

 Exenciones objetivas: Se conceden en razón a la materia o al objeto de gravamen,


e impiden el nacimiento de la obligación tributaria.
 Exenciones subjetivas: Pretenden que ciertas personas no queden obligadas a
contribuir aunque pueda nacer la obligación por ley. Es decir, individuos
determinados no tienen por qué pagar el impuesto.
 Exenciones temporales: Son aquellas que producen el efecto excluyente de la
obligación tributaria sólo durante un plazo limitado, que se fija en el momento de
su creación. En otros términos, el impuesto no se abona en un periodo de tiempo
concreto.
 Exenciones permanentes: Representan a aquellas que no aparecen limitadas en
el tiempo.
 Exenciones totales: Definen a las que impiden el nacimiento de la obligación
tributaria para unos determinados hechos o para ciertos sujetos. O sea, el tributo
no se paga en circunstancias concretas.
 Exenciones parciales: Las que no impiden el nacimiento de la obligación, pero
reducen la cuantía de la deuda. O lo que es lo mismo, sólo hay que pagar una
parte del impuesto.

Derivado de esto, es importante mencionar que, nuestra Constitución Política de


los Estados Unidos Mexicanos prohíbe la exención de impuestos en el artículo 28,
que en el texto original indicaba escuetamente "En los Estados Unidos Mexicanos
quedaban prohibidos (as) [...] las exenciones de impuestos".

Así, el artículo 39 del Código Fiscal de la Federación, que expresamente indica:

El Ejecutivo federal mediante resoluciones de carácter general podrá:


I. Condonar o eximir, total o parcialmente, el pago de contribuciones y sus
accesorios, autorizar su pago a plazo, diferido o en parcialidades, cuando se haya
afectado o trate de impedir que se afecte la situación de algún lugar o región del
país, una rama de actividad, la producción o venta de productos, o la realización
de una actividad, así como en casos de catástrofes sufridas por fenómenos
meteorológicos, plagas o epidemias [...]

Se considera que es sano lo establecido por el Código Fiscal, pues la justicia


exige que en los casos previstos dejen de pagarse las contribuciones, lo contrario
seguramente que provocaría consecuencias no deseadas de diversa índole en la
economía del país.
Como en el caso del parcialmente transcrito artículo 39 del Código Fiscal, otras
leyes también, en diversas circunstancias, exentan del pago de contribuciones a
ciertas entidades cuya situación satisface los requisitos legales.

El artículo 31 de nuestra Constitución federal establece a los mexicanos la


obligación de contribuir para los gastos públicos de la manera proporcional y
equitativa que establezcan las leyes.
Existe uniformidad de criterio en indicar que la calificación de las contribuciones de
proporcionales y equitativas dan en conjunto el sólo significado de justas.
Esta justicia debe manifestarse con la amplitud que se conoce desde siempre, sin
hacer distingos de si se trata de justicia distributiva conmutativa o legal, si bien el
precepto constitucional alude a la manifestada en la ley; más véase que da por
entendido que la ley que ha de cumplirse en el pago de la contribución ha de ser
justa, es decir, la Constitución reduce la obligación a la que establezca una ley
justa.
Lo contrario a lo que establece el precepto constitucional implica la exención de
impuestos; es decir, si no se satisface justicia en el cobro de la contribución, debe
exentarse de la misma.
Por otra parte, la justicia de las exenciones ha de ser dejada al legislador o a quien
las conceda, pues frecuentemente la estipulación de la misma es muy laxa; se
dice al respecto que "debe justificarse la exención", como en el caso de las
previstas en el artículo 39 del Código Fiscal de la Federación, y no pretender
buscarla de otra manera.
De acuerdo con Flores Zavala, "con la expresión proporcional y equitativa sólo se
busca la justicia en los impuestos". El mismo autor señala que el principio de
justicia aludido "requiere la realización de dos principios: el de generalidad y el de
uniformidad". Estos dos principios también deben cumplirse cuando se establece
la exención; lo contrario pone en entredicho la disposición que la prevea.

Otro principio constitucional que debe satisfacerse al aplicar la ley, es el de no


retroactividad. Este principio deberá cumplirse siguiendo el criterio derivado de los
artículos 6o. y 7o. del Código Fiscal.
El primero de los mencionados artículos establece que las contribuciones se
causan conforme se realizan las situaciones jurídicas o de hecho, previstas por las
leyes fiscales vigentes durante el lapso en que ocurran y agrega que las mismas
se determinan conforme a las disposiciones vigentes al momento de su causación.
Luego el artículo 7o., que complementa al anterior, señala que salvo que los
mismos señalen fecha posterior, las leyes fiscales, los reglamentos y las
disposiciones administrativas de carácter general entrarán en vigor en toda la
república, al día siguiente de su publicación en el Diario Oficial de la Federación.
De acuerdo con lo indicado, el derecho a la exención nace al darse las
circunstancias que la ley prevea; luego no puede hacerse valer contra
contribuciones que se produjeron antes de la existencia de las condiciones legales
aludidas.
Por lo que mira a la aplicación del artículo 7o. del Código Fiscal, tomando en
cuenta el contenido del 14 constitucional y la letra del 39 del mismo Código Fiscal,
sí es posible que se haga aplicación retroactiva, pues éste indica.

Ejemplo de exención de impuestos


Un ejemplo sería el de horas extras; Para un trabajador de salario mínimo se
exenta el total de los ingresos por horas extras, siempre que éstas no excedan de
9 horas a la semana. Para el resto de los trabajadores, la exención es de 50% de
las horas extras sin exceder de 9 horas a la semana ni 5 UMAs por cada semana
de servicio (Fracción I del Artículo 93 de la LISR). No se considera renuncia
recaudatoria, la exención a las prestaciones distintas del salario que perciben los
trabajadores con ingresos de 1 UMA, así como la exención de 9 horas a la
semana por concepto de horas extras otorgada a dichos trabajadores, dado que la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos no permite gravarlos.

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