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Mateo Villacorta Ruiz de Chavez 4ºC

1.- “El barroco novohispano no fue un estilo homogéneo. En cada


región se adaptó a las posibilidades materiales así como a la
mentalidad de la sociedad colonial. Por ello, se dio una gran diversidad
de técnicas, recursos y temas para decorar fachadas e interiores.
Por ejemplo, en cuanto a la arquitectura, la permanente amenaza de
sismos, deslizamientos y hundimientos, obligó al uso de materiales
constructivos livianos y económicos. Se prefirieron, pues, los recursos
locales para las estructuras. El aspecto de estos materiales inspiró
singulares y muy diversas soluciones estéticas para los acabados. En
algunas iglesias, se usaron relieves para las fachadas. En otras, se
usaron azulejos policromados o hasta simples ladrillos de color.
Culturalmente, el barroco novohispano expresa la importancia que
adquirió la ciudad sobre el campo en la época virreinal. En este
contexto, se dio el crecimiento y estabilización de la aristocracia criolla.
Por ende, el barroco novohispano representa a la sociedad criolla,
aspirante a la universalidad por medio del arte y la literatura.
La expresión más importante del barroco novohispano fue la
arquitectura, especialmente la religiosa. También hubo un notable
desarrollo de construcciones civiles”
Opinión de Andrea Imaginario, especialista en artes, literatura e
historia cultural
https://www.culturagenial.com/es/barroco-novohispano/

2.- “Un gran número de las pinturas virreinales con tema religioso se
ha conservado hasta hoy y constituye una fuente de gran riqueza para
el historiador. La pintura refleja las creencias religiosas de la sociedad
de su tiempo, ya que los programas iconográficos que contiene eran
sugeridos y supervisados por los comitentes, en su mayoría las
instituciones eclesiásticas.4 Los pintores debían seguir lineamientos
sobre cómo pintar los asuntos religiosos, con el fin de evitar que se
propagaran creencias equivocadas entre los fieles”
Opinión de Gisela von Wobeser, investigadora del Instituto de
Investigaciones Estéticas de la UNAM
https://historicas.unam.mx/publicaciones/publicadigital/libros/
503/503_04_09_MasAllaPintura.pdf
3.- “el Barroco tuvo un desarrollo particular en América, fue practicado
tanto por indígenas como por los demás grupos sociales novohispanos
como una forma de apropiarse de la cultura occidental y redefinirse
como mestizos”
Opinion de Bolívar Echeverría, historiador del arte
http://espai-marx.net/elsarbres/wp-content/uploads/2020/04/
Echeverria-Bolivar-La-Modernidad-De-Lo-Barroco.pdf

4.- El sentido litúrgico de los retablos barrocos de acercar las


imágenes sagradas a los fieles para transmitir los contenidos de la fe y
los valores espirituales en la Nueva España aún persiste en nuestros
días. Los retablos dependen de su imagen principal; por ejemplo, si el
templo conserva uno de la Virgen de la Soledad y la comunidad tiene
devoción a ella, su retablo sigue vigente; también hemos notado que
se han adaptado a las necesidades espirituales, al incluir otras
imágenes a las que se les rinde culto, como ciertas advocaciones del
Niño Dios
Opinión Franziska Neff, del Centro de Extensión Oaxaca, del Instituto
de Investigaciones Estéticas (IIE).
https://unamglobal.unam.mx/el-arte-novohispano-esta-presente-en-la-
actualidad/

5.- En la región poblana se construyeron de los primeros y más


fastuosos retablos dorados y policromados de la Nueva España.
Estamos hablando de los retablos mayores de los exconventos
franciscanos de Huaquechula, Huejotzingo, Tecali y Cuauhutinchan.
Desgraciadamente, de los múltiples retablos que pudieron haberse
construido durante el siglo XVI en territorio novohispano, se conservan
muy pocos; la mayoría de ellos fueron destruidos, renovados por las
modas estilísticas o reducidos a simples fragmentos. Por fortuna, es
en Puebla que se conservan estos cuatro majestuosos retablos que,
durante muchos años, han llamado la atención del público y
especialistas nacionales y extranjeros. Se trata de obras sumamente
valiosas, no sólo por sus características plásticas, sino porque fueron
manufacturadas en un contexto cultural único.
Opinión de Andrea Cordero Zorrilla, Estudiante de Maestría de la
BUAP Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.
https://repositorioinstitucional.buap.mx/handle/20.500.12371/2191

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