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Lima, 11 de octubre del 2022

Estimados vecinos del edificio Aliaga,

Soy Alberto Conde propietario del departamento 1501, y ante los sucesos ocurridos el sábado
08 de octubre, les debo una explicación de los hechos, lo cual paso a explicar recién hoy, porque
previamente necesité revisar información que me permita ser lo más objetivo y preciso posible.

En principio, ofrecer disculpas a todos los vecinos que se vieron afectados por los percances
ocurridos ese día, en verdad, no fue nuestra intención ocasionar todo aquello y menos aún,
afectarlos.

La reunión se planeó para un grupo de 20 amigos de mi hija, compañeros de la universidad, para


festejar los 18 años que había cumplido una semana antes. Sin embargo, esto no se dio de
acuerdo a lo planeado, ya que algunos de los invitados llegaron con un grupo mayor de amigos,
y varios, sin la invitación respectiva, ocasionando todo el problema que se presentó
posteriormente.

Situación que asumo, y como mencioné a la junta, es de mi entera responsabilidad, y para ser
claro en ello, recalco que ni el administrador, ni el personal de DIAR, deberían estar inmiscuidos
en el asunto, menos aún, ser afectados por lo ocurrido. Cuando hice pago de la reserva, se me
comunicó sobre el aforo, el nivel de ruido, y el máximo horario en que se podría realizar la
reunión, si se incumplió en algunos de estos puntos, la responsabilidad es enteramente mía, y
si en la norma de convivencia del edificio está establecida alguna sanción o penalidad
económica, que se cumpla según lo estipulado.

También aclarar, que los invitados a la reunión fueron jóvenes que ya han pasado la mayoría de
edad, 18, 19 e incluso 20 años, o en su defecto, algunos que están a punto de cumplir los 18, y
si en el lugar hubo alguien menor a esas edades (16), fue un familiar directo que vino con 2
señoritas, y que no vinieron por la reunión en sí, sino para ver a mi otro hijo Rodrigo, quien
actualmente está lesionado. Esto lo aseguro, porque me tomé el tiempo de revisar todas las
cámaras, tanto del edificio como de los edificios vecinos, para identificarlos uno por uno.

Acarar que sí estuvieron tomando licor en el piso 19, se evidencia por las botellas encontradas,
y en esto, quiero ser lo más sincero y transparente con ustedes, y es una posición personal, a
esa edad, siendo universitarios, es muy difícil controlar que no tomen licor, más aún, si están en
una reunión social y entre amigos.

Que hayan estado bebiendo licor en la calle, eso es mentira, ustedes rápidamente pueden
verificar ello revisando las cámaras del lugar, por lo menos yo no encontré evidencia alguna, y si
sucedió, lo cual no avalo, escapó de mi control.

También quiero asegurar que, en ningún momento, alguno de estos jóvenes se puso malcriado
con algún vecino, o con el serenazgo que vino al lugar. SI en cierto que hay una pequeña
discusión con uno de los jóvenes, pero esta no fue a mayores, y desde mi óptica, más fue por la
mala decisión del sereno, que se puso a grabar con su celular al joven directamente, como si
estuviera haciendo algo malo, por el sólo hecho de estar parado en la calle, ninguna persona
tiene derecho a grabarme sin mi autorización, eso está mal, pero en fin, cada quién tendrá su
posición.
Asegurar también, que cuando vi el real contexto de la situación, tomé la decisión inmediata de
suspender la reunión, y antes de las 11 de la noche, las 28 personas que estaban en el piso 19,
se retiraron del lugar.

No quisiera terminar esta comunicación, sin antes mencionarles lo siguiente; existe un grupo de
WhatsApp del edificio al cual no pertenezco, pero mi esposa si, en el que pude evidenciar
algunos comentarios muy exagerados y mal intencionados, sé que cada uno tiene su verdad,
pero creo que debemos ser más empáticos, o por lo menos, entender bien el asunto, antes de
escribir algo. Tengamos prudencia en ello, nadie es perfecto en este mundo, y siempre se
comenten errores, y no está bien el cargamontón, algunas personas pueden salir afectadas por
algo que de pronto, no es tan cierto como parece.

En fin, Les vuelvo a reiterar mis disculpas, y la de mi familia, no tuvimos ninguna intención de
generar esta situación, sin embargo, se generó, y es enteramente nuestra responsabilidad,
reconozco que se nos salió de control, especialmente en el tema del aforo, me dicen que esto
suele suceder en reuniones de este tipo, con jóvenes de esas edades, por lo general uno de los
invitados trae toda la collera o simplemente se aparecen sin la invitación respectiva, eso en su
momento no lo vi, y ello, es una lección aprendida que no me volverá a ocurrir.

Termino deseándoles lo mejor y agradeciéndoles por la atención.

Saludos cordiales.

Alberto Conde Del Aguila


Propietario departamento 1501

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