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Gutiérrez Rodríguez Xilonen Deni 23/Octubre/2020

Taller de investigación Secc: D09


Estructura de textos científicos

- Introducción
- Justificación
- Antecedentes
- Objetivos
- Hipótesis
- Metodología
- Índice
- Citas
- Referencias bibliográficas

Texto N°1: Científicos demuestran que corazón puede autor repararse con ayuda.

Científicos británicos lograron transformar un tipo similar a las células madre en


corazones de ratones adultos para que funcionen como músculo cardíaco, en una
investigación que prueba que ese órgano porta células reparadoras latentes que
pueden ser reactivadas. Aunque el estudio aún debe trasladarse a los humanos y
se encuentra en estadios muy iniciales, los resultados sugieren que en el futuro
podría desarrollarse un medicamento para hacer que corazones dañados por un
infarto se reparen por sí solos. "Puedo imaginar un paciente que se sabe que corre
riesgo de ataque cardíaco tomando una tableta oral, que prepare a su corazón para
que si sufre un infarto el daño pueda ser reparado", dijo Paul Riley, del University
College de Londres, quien dirigió el estudio. Importantes avances en la ciencia
médica llevados a cabo en los últimos años ayudaron a reducir la cantidad de
personas que mueren por ataques cardíacos, aunque el daño que produce un infarto
(cuando las células cardíacas mueren ante la falta de oxígeno) actualmente es
permanente. Si se forma suficiente tejido muerto, los pacientes pueden desarrollar
insuficiencia cardíaca, una condición debilitante en la cual el corazón no puede
bombear la suficiente cantidad de sangre al cuerpo. Científicos de todo el mundo
están investigando diversas formas de regenerar el tejido cardíaco, pero por ahora
las personas con insuficiencia cardíaca severa deben usar dispositivos mecánicos
o esperar un trasplante. El equipo de Riley, cuyo estudio fue publicado el miércoles
en la revista Nature, apuntó a un tipo específico de células que se encuentran en la
cubierta más superficial del corazón, llamada epicardio. Células progenitoras Estas
células, denominadas células progenitoras derivadas del epicardio (EPDC por su
sigla en inglés), son capaces de transformarse en una serie de células específicas
en los embriones en desarrollo, incluidas las del músculo cardíaco. Los científicos
creían anteriormente que la capacidad de transformación de las EPDC se perdía en
la adultez, pero en este estudio el equipo de Riley halló que tratando corazones
saludables de ratones adultos con una molécula llamada timosina beta 4, podían
"preparar" al corazón para que se autorrepare tras un daño. Luego de causar
ataques cardíacos en los ratones preparados, los investigadores también les
administraron una dosis de refuerzo de timosina beta 4 y eso hizo que las EPDC se
transformaran en cardiomiocitos y se integraran al músculo existente. "Estos
cardiomiocitos pueden ingresar al músculo cardíaco existente y alojarse en el área
de la lesión", dijo Riley a periodistas en una conferencia de prensa en Londres. "Y
también se acoplan estructural y funcionalmente al corazón y por lo tanto
representan una fuente auténtica de nuevo músculo cardíaco", añadió el autor. Riley
explicó que en este estudio la técnica de preparación y refuerzo logró mejorar un 25
por ciento la función de los corazones dañados de los roedores, una mejora que
significaría una diferencia drástica para los pacientes con insuficiencia cardíaca si
logra trasladarse a las personas. En estudios previos, la timosina beta 4 demostró
alentar la regeneración de vasos sanguíneos y mejorar la función cardíaca tras
lesiones en ratones, pero ésta es la primera vez que los investigadores la usan para
regenerar el funcionamiento del músculo cardíaco. Riley dijo que su equipo estaba
siguiendo de cerca a este químico y que evaluaría miles de otros candidatos para
posibles fármacos, para ver si podrían tener un efecto similar sobre las EPDC.
Texto N°2: ¿Estarían los microorganismos evolucionando para poder sobrevivir en
un ecosistema lleno de plásticos?

He nacido y crecido en la playa. Uno de mis momentos favoritos de la semana es


cuando dejo la bata colgada, me alejo de la ciudad, y me paro en cualquier playa
para pasear, meditar, aislarme del mundo y sentir esa armonía que sólo consigue
transmitirte el sonido de las olas. Ese sonido por el que te dejas acunar hasta
alejarte de todos los problemas que dejaste olvidados junto a la cotidianidad de tu
día a día.

Sin embargo, recibo mil mensajes de alarma que, extrañamente, no llegan de


ninguna de las aplicaciones de mi smart phone. Vienen desde la orilla, con sus
colores chillones, otros transparentes, con etiquetas que aún cuelgan, o
completamente desnudas. Son botellas de plástico que la sociedad se había
encargado de tirar sobre aquel lienzo de arena para que vinieran absorbidas por el
agua con el vaivén de sus olas.

En ese momento, sientes varias cosas: Impotencia, rabia y náuseas.

¿Qué es lo que hago ahora?

Llego a casa, me preparo una taza de café y enciendo mi portátil para hacer una
búsqueda exhaustiva sobre el problema de la contaminación, las cantidades de
producción de plásticos y cómo, posiblemente, llegamos tarde para salvar nuestro
querido -aunque no lo parezca por nuestros actos- planeta. De esta forma, me topo
con un montón de información sobre el tema.

Vayamos por partes. Empecemos explicando qué es el PET.

El PET (Polyethylene terephthalate en inglés) es un tipo de plástico muy usado en


envases de bebidas y textiles. Resulta que en 2013 se produjeron alrededor de 56
millones de toneladas de PET, suponiendo un gravísimo problema para los
ecosistemas de todo el mundo. Entonces sigo buscando, y llego a una publicación
de la revista Science en 2016: Un estudio de Yoshida y colaboradores sobre una
bacteria que degrada y asimila el PET. ¿Qué es lo que hizo el grupo dirigido por
Yoshida? Resulta que recogieron hasta 250 muestras en todo tipo de medios
contaminados por partículas de PET (como suelos, sedimentos, aguas residuales,
etc), y analizaron cada una de ellas en busca de microorganismos que utilizasen el
plástico como principal fuente de carbono para alimentarse y crecer. Y… ¡Tachán!

Llega nuestra salvadora. Llega la que cariñosamente llamaré Zampa-plas.

Ideonella sakaiensis, la zampa-plas y cómo podría salvarnos

Ideonella sakaiensis es una bacteria del género ideonella y de la familia


comamonadaceae. Yoshida y su grupo consiguieron identificar una enzima de la
bacteria que puede degradar casi en su totalidad una lámina delgada de PET tras
seis semanas a una temperatura de 30ºC, para transformarlo en compuestos
derivados (glicol de etileno y ácido tereftálico) que usará como fuente de carbono y
energía. En ese momento, supongo que Yoshida, su grupo y demás, sabían que
habían encontrado el diamante en bruto para la industria de los plásticos, para
salvar miles de ecosistemas que se encuentran en peligro y poder dejar a nuestros
hijos un mundo que no está en putrefacción por nuestras ansias de especie
dominante que no valora lo que la Madre Naturaleza nos regala. Era de esperar
que, una vez se identificara la enzima responsable de la degradación de PET, se
quisiera ir más allá: En 2018 se publicó un estudio sobre el análisis funcional y
estructural de la enzima con el fin de entender mejor cómo funciona y, por qué no,
tomarla como molde y diseñar proteínas a partir de ella con un mayor rendimiento,
pues como se ha dicho anteriormente, tardaría unas seis semanas en degradar una
lámina de dicho compuesto a 30ºC. Es por ello, y hablando siempre desde el
absoluto desconocimiento sobre el tema, que podría ser necesario sintetizar
proteínas “zampa-plas” que consiguieran trabajar en menos tiempo y/o a
temperaturas inferiores.
Dicho de otro modo, y quizás de una forma más sencilla, los residuos de plástico
que desechamos parecen ser un elemento de la cadena trófica y, como había
enunciado Gregg Beckham tras tal descubrimiento:

“Es probable que los microbios evolucionen más rápido y mejoren sus estrategias
para descomponer los plásticos hechos por el hombre. Parece que la naturaleza
está evolucionando en soluciones”.

¿Y los residuos que deja el plástico?

Cómo ya sabemos, y hemos visto en muchísimos videos, documentales y fotos, los


plásticos son perjudiciales para las especies acuáticas. Pero ¿qué pasaría con los
compuestos químicos que los plásticos desprenden a los ecosistemas? Resulta que
los residuos de plásticos contienen zinc, manganeso y níquel, entre otros. Estos
compuestos también afectarían a otros organismos que residen en dichos
ecosistemas. Encontramos así una publicación de Communications Biology en
2019, donde investigadores pudieron ver cómo éstos afectan los genes y, como
consecuencia, el oxígeno que producen microorganimos fotosintéticos que habitan
en los océanos, como es el caso de las Prochlorococcus.

Da todo un poco de miedo, ¿no? Estamos cargándonos especies del mundo marino
y no parece que todo esto consiga concienciarnos. ¿Cómo es posible que existan
bacterias, como el caso de Ideonella sakaiensis, que consigan evolucionar para
poder vivir en El Nuevo Mundo que estamos creando y nosotros no podamos aportar
nuestro granito de arena para cambiar el destino del planeta? ¿Haremos lo de
siempre y miraremos para otro lado? Aunque exista la bacteria Zampa-plas, no
podemos quitarnos responsabilidades. Tal vez es hora de entender que, aunque
duela, somos la especie más inútil en la Tierra.

Así que no queda otra que, señoras y señores, ponernos en marcha para cuidar lo
que tanto nos da y no pide nada a cambio.
Referencias:

A bacterium that degrades and assimilates poly(ethylene terephthalate). Science,


2016

Protein Crystallography and Site‐Direct Mutagenesis Analysis of the Poly(ethylene


terephthalate) Hydrolase PETase from Ideonella sakaiensis. ChemBioChem, 2018

Plastic leachates impair growth and oxygen production in Prochlorococcus, the


ocean’s most abundant photosynthetic bacteria. Communications Biology, 2019

Referencias:

- Fernández, A. (Octubre 22, 2020). ¿Estarían los microorganismos


evolucionando para poder sobrevivir en un ecosistema lleno de plásticos?
MasScience: https://www.masscience.com/2020/10/22/estarian-los-
microorganismos-evolucionando-para-poder-sobrevivir-en-un-ecosistema-
lleno-de-plasticos/
- A. (Junio 8, 2011). Científicos demuestran que corazón puede autor
repararse con ayuda. El comercio:
https://www.elcomercio.com/tendencias/salud/cientificos-demuestran-
corazon-autorrepararse-ayuda.html

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