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El 

camarón patiblanco o langostino vannamei en España (Penaeus vannamei)


es una especie de camarón de la familia Penaeidae, orden Decapoda. Es nativo
del oriente del Océano Pacífico, desde el estado de Sonora, México, hasta el
noroeste del Perú[2].[3]

Índice
 1 Hábitat
 2.Descripción
 3 Pesca y acuicultura
 3.1 Enfermedades
 4 Vulnerabilidad
 5 Referencias

Hábitat
Es una especie característica de las aguas con fondos lodosos (o arenas con lodo)
entre 5 y 72 m de profundidad. Los adultos se encuentran en ambientes
netamente marinos, mientras que la cría y levante se desarrollan en los estuarios
y lagunas salobres.[1] Es una especie propia de aguas con temperaturas medias
anuales de unos 20 °C.[4]

Descripción
Presenta un cuerpo que tiende a ser cilíndrico o comprimido lateralmente, tiene
un cefalotórax definido y porta un rostro aserrado con forma de quilla, su
anatomía externa se caracteriza por un tronco compuesto de 14 segmentos más
el telson de los cuales los ocho primeros forman el tórax y los últimos seis el
abdomen; todos los segmentos portan apéndices, los que se encuentran en el
abdomen anterior son llamados pleópodos y son usados para nadar y los
posteriores son llamados periópodos que son usados para caminar en el fondo [5].

Posee una boca en posición ventral y el aparato digestivo se ensancha a lo largo


del dorso, para formar una glándula digestiva grande llamado hepatopáncreas
que excreta enzimas digestivas. El cordón nervioso se extiende a lo largo del
vientre. Su órgano excretor es la glándula antenal que lanza sustancias de
desecho al exterior. El sistema circulatorio es abierto y compuesto por vasos
sanguíneos que transportan la hemolinfa la cual posee cobre y transporta el
oxígeno, por la que desarrolla un color azuloso, el oxígeno y el dióxido de
carbono es transportado desde y hasta las agallas donde se realiza el intercambio
gaseoso[5]

Pesca y acuicultura
Durante todo el siglo XX esta especie fue muy importante para la pesca en la
región.

En 1973, fue introducida en Florida para la acuicultura, con ejemplares


capturados en Panamá. Los cultivos de L. vannamei se extendieron luego en el
sudeste de Asia[6] y en Latinoamérica,[1] donde los picos de producción se han
registrado durante los años cálidos de El Niño y las caídas de producción durante
los años fríos de La Niña o como resultado de la presencia de enfermedades.[4]

Para 2004 la producción global de L. vannamei alcanzó 1'116.000 toneladas.[4][1]

Enfermedades
En los cultivos se ha detectado la presencia de agentes patógenos tales como
los virus Baculovirus penaei, de la baculovirosis tetraédrica; el virus de la
mancha blanca (Nimaviridae); el virus de la necrosis infecciosa hipodermal y
hematopoyética (Novirhabdovirus); el virus de la vacuolización del órgano
linfoide y el Aparavirus del síndrome de Taura.;[4] enfermedades bacterianas
como: vibriosis sistémica, erosión bacteriana del caparazón, síndrome zoea II,
enfermedad de las luminiscencias, necrosis del hepatopáncreas bacteriana (NHP-
B) y las bacterias filamentosas (Leucothrix mucor); enfermedades causadas por
protozoarios parásitos como: gregarinas, haplosporidios y microsporidios;
enfermedades micóticas, como: micosis larval por Laginidium spp., Sirolpidium
spp. y micosis por Fusarium solani; y la enfermedad causada por cianofitas
llamada enteritis hemocítica.[7]

Vulnerabilidad
En 2010, Greenpeace incluyó el camarón blanco a su lista roja de pescados y
mariscos que se venden comúnmente en los mercados del mundo y que "tienen
un riesgo muy alto de que se obtengan a partir de la pesca no sostenible". [8] Según
Greenpeace fueron "destruidas grandes áreas de manglares en muchos países
para pescar el camarón juvenil en el medio silvestre y abastecer las granjas de
camarón y ocurrieron significativas violaciones de los derechos humanos". [8]

Además de las evidencias de sobreexplotación del recurso camaronero en el


Pacífico, la degradación de los ambientes costeros también amenaza las
poblaciones naturales de L. vannamei, con actividades como la tala
indiscriminada de bosques, la explotación maderera y la minería, entre otras,
que generan gran cantidad de sedimentos y de contaminantes químicos y
orgánicos que se acumulan en las aguas salobres en las cuales es común
encontrar larvas y juveniles de L. vannamei.[1]

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