Está en la página 1de 15

Prejuicios y estereotipos

Los prejuicios y estereotipos son ideas generalmente negativas que se tienen acerca
de un grupo de personas.

La diferencia entre prejuicios y estereotipos es que los prejuicios son creencias que
tenemos sobre una persona, basándonos solamente en el hecho de que pertenece a
un grupo determinado, mientras que los estereotipos son las generalizaciones que
hacemos sobre un grupo.

Tanto los prejuicios como los estereotipos pueden moldear las creencias
individuales y colectivas y fomentar la discriminación en sus diversas
manifestaciones (social, racial, de género, etc.). A su vez, los prejuicios y los
estereotipos pueden ser de diferentes tipos según diversas variables (lingüísticas,
sociales, de género, de edad, etc.).

Prejuicios Estereotipos

Definición Idea u opinión sobre una persona que Representaciones simplificadas


conforma un grupo. sobre un grupo.

Aplicación Aplican a una persona. Aplican a un grupo.

Valoración Pueden ser positivos o negativos, pero Pueden ser positivos o negativos,
generalmente son negativos. pero generalmente son negativos.

Emocional (ira, hostilidad, rechazo). Cognitivo (ideas validadas con


Componente algunos datos).

Ejemplos "Esa persona no me genera confianza. Se ve "Las personas pobres son todas
que es muy pobre y en cualquier momento delincuentes."
me roba algo."

¿Qué es un prejuicio?
Un prejuicio es una idea preconcebida, bien sea positiva o negativa que se tiene
sobre un individuo que forma parte de un grupo.Qué es un prejuicio
Los prejuicios, entonces, son concepciones individuales carentes de toda la
información necesaria para tener una opinión objetiva. De allí que se trate de juicios
sesgados y subjetivos sobre una persona o grupos de personas.

Además, los prejuicios tienen un componente afectivo o emocional, ya que orientan


la conducta en función de aquello que se cree conocer. Como generalmente los
prejuicios suelen ser negativos, el componente afectivo suele expresarse con
hostilidad, desconfianza e incluso odio.

Por ejemplo, alguien está convencido de que las personas de cierta nacionalidad son
estafadoras, aunque no tenga pruebas. Si llega a tener contacto con una persona de
ese país, seguramente su comportamiento se tornará hostil, grosero o evitativo, para
no ser “víctima” de una posible estafa.

Existen varios tipos de prejuicios, dependiendo de si están basados en el estrato


social, el idioma, el género, la orientación sexual, etc.

Tipos de prejuicios
Prejuicios sociales
Son las ideas preconcebidas sobre una persona por pertenecer a una clase social
determinada. Del mismo modo, la creencia de que una clase o estrato social es
superior a otra es un prejuicio social llamado clasismo o prejuicio de clase. Los
prejuicios sociales pueden ser en dos vías: el que está en un estrato considerado
inferior puede tener sesgos contra quién está en un estrato superior.

Ejemplos: la creencia de que alguien próspero seguramente hizo fortuna de forma


ilícita o ser hostil con una persona en condición de pobreza porque se asume que
tiene intenciones delictivas.

Prejuicios lingüísticos
Es una creencia basada en la lengua (idioma) o variación lingüística que utiliza una
persona. Un prejuicio lingüístico, entonces, es creer que porque alguien no habla de
la misma forma que nosotros lo está haciendo mal, tiene algún problema de
pronunciación o de aprendizaje. También lo es creer que existen lenguas mejores
que otras, o más fáciles de hablar que otras.

Ejemplo: creer que una persona de nacionalidad argentina habla mal porque dice
“remera” en vez de camiseta. Esa persona no está haciendo un mal uso de la lengua,
está hablando de acuerdo a la variación lingüística del idioma español que existe en
su país.
Prejuicios basados en discapacidades
Son las creencias sobre personas que tienen una condición de discapacidad, y que
por lo general se expresan con actitudes de rechazo, bajo el supuesto de que son
inferiores a una persona sin discapacidad.

Ejemplo: el rechazo o miedo hacia las personas con Síndrome de Down.

Prejuicios de género
Son los sesgos que existen con respecto a un género determinado. Este tipo de
prejuicios atribuyen cualidades, actitudes,roles y expectativas a una persona
exclusivamente en función de su género, sin considerar otras variables, con lo cual
están limitando su campo de acción y sus potencialidades.

Ejemplo: asumir que el hombre tiene que llevar a cabo las tareas físicas porque la
mujer no será capaz de hacerlo. En este caso, el sesgo es doble: se atribuye la
cualidad de fortaleza solo al hombre, mientras que se asigna la cualidad de debilidad
a la mujer.

Prejuicios basados en el origen étnico o la nacionalidad


Se trata de creencias arraigadas en la concepción de que una persona es "superior" o
"inferior" porque pertenece a cierta cultura o nacionalidad. Cuando estos prejuicios
son negativos, dan lugar al racismo y la xenofobia.

Ejemplos: asumir que los ingleses son puntuales y esperar esa cualidad de cualquier
inglés. Por otro lado, creer que las personas afrodescendientes son criminales o
podrían llegar a serlo es un prejuicio negativo bastante común.

Prejuicios religiosos
Son las ideas que tenemos sobre alguien debido a sus creencias religiosas. Es decir,
las cualidades negativas que se le adjudican a los creyentes de una religión o culto se
trasladan a una persona en particular solo porque comparte la misma creencia. Este
tipo de prejuicios da lugar a diferentes formas de discriminación, como la
islamofobia o el antisemitismo.

Ejemplo: la actitud de rechazo hacia un hombre musulmán porque se asume que


tiene ideas fundamentalistas o radicales.

Prejuicios basados en la orientación sexual


Son las cualidades que se le atribuyen a alguien debido a su orientación sexual.
Generalmente, estos sesgos son negativos y están dirigidos hacia la comunidad
LGBTI, generando formas de discriminación como la homofobia, y limitando su
acceso a derechos fundamentales, como el derecho al trabajo, la educación o la
salud.

Ejemplo: el trato agresivo que muchas veces reciben las parejas del mismo sexo
cuando tienen expresiones de cariño en lugares públicos.

Prejuicios basados en la edad


Son los juicios y expectativas asociadas a las personas en función de su edad.
Aunque suele asociarse con la discriminación hacia las personas mayores, ya que es
la forma de expresión más común, en realidad este tipo de prejuicios puede alcanzar
a cualquier persona.

Ejemplos: la idea de que alguien es débil física o mentalmente o que es


incompetente debido a su edad avanzada, o asumir que los jóvenes son rebeldes o
inmaduros para asumir ciertas responsabilidades.

Qué es un estereotipo
Un estereotipo es una simplificación de las características de un grupo de personas,
basadas en creencias generalizadas. Por lo general, los estereotipos se crean a partir
de unas pocas cualidades (positivas o negativas) que un colectivo tiene en común, a
partir de las cuales se establecen relaciones de semejanza con todos los individuos
que pertenecen a ese grupo.

Los estereotipos son consensos colectivos, ya que se trata de representaciones


compartidas por un gran número de personas (familia, comunidad, sociedad).
Además, tienen un componente cognitivo, ya que dicho consenso se toma a partir de
percepciones justificadas y racionalizadas.

Un ejemplo común de estereotipo es la representación mediática de los mexicanos


vestidos como mariachis. El colectivo (la sociedad, los medios de comunicación) los
estereotipa de esa forma porque se racionaliza la idea de que si el mariachi es algo
autóctono de ese país, entonces toda la población puede ser identificada de esa
manera.

Las simplificaciones que dan lugar a los estereotipos varían en función del tipo de
grupo (social, lingüístico, étnico, religioso, etc.), de allí que existan varios tipos.

Tipos de estereotipos
Estereotipos sociales
Son las simplificaciones que se hacen sobre los estratos sociales. Estas
simplificaciones suelen magnificar los posibles rasgos negativos de las clases
sociales menos favorecidas y beneficiar a las clases sociales dominantes.

Ejemplo: la caricaturización de las personas en condición de pobreza, a las que se


suele representar con la ropa rota o sucia, despeinados o sin dientes. Mientras que
los estereotipos de los estratos más altos frecuentemente muestran personas
jóvenes y atractivas.

Estereotipos lingüísticos
Son las generalizaciones que se hacen sobre un grupo, basadas en sus rasgos
lingüísticos y casi siempre asociadas a un rasgo no lingüístico. Esto significa, vincular
actitudes y comportamientos de un colectivo a la lengua (idioma) o variación de la
lengua que hablen.

Ejemplo: las asociaciones que se hacen entre el idioma alemán y el carácter seco o
poco afectivo de sus hablantes. Los sonidos que componen la lengua alemana
pueden sonar complicados o "rudos" para quien no está familiarizado con ellos, y de
allí surge la asociación.

Estereotipos basados en las discapacidades


Son las representaciones que se hacen con respecto a las personas con
discapacidad. Estas generalizaciones no solo generan discriminación, sino que
tienen una incidencia directa en la planificación de políticas que puedan
garantizarles el acceso a sus derechos.

Ejemplos: imágenes o representaciones que las muestran como personas enfermas,


inútiles, poco capaces, sin posibilidad de vincularse emocionalmente o violentas (en
el caso de los pacientes psiquiátricos).

Estereotipos de género
Son el conjunto de generalizaciones que se hacen con respecto a un grupo según su
género. En función de ello, se le asignan características, comportamientos, actitudes
y expectativas que forman parte del imaginario social y que se utilizan para
representarlos.

Ejemplos: las representaciones de la mujer como ama de casa o cuidadora, mientras


que al hombre se le representa como una figura de autoridad, profesional y con
fuerza física.
Estereotipos sobre la etnia o nacionalidad
Son las representaciones sobre un grupo en función de su origen étnico o
nacionalidad. Estos consensos colectivos muchas veces incentivan el prejuicio, al
promover la categorización de las personas según sus características fenotípicas o su
lugar de origen.

Ejemplos: la representación de los españoles en los medios de comunicación como


personas que bailan flamenco (en el caso de las mujeres) o que se visten de toreros
(en el caso de los hombres).

Estereotipos religiosos
Son todas las generalizaciones con respecto a un grupo que profesa cierta religión o
creencia. Esto da lugar a representaciones reduccionistas que usualmente, atribuyen
cualidades negativas a los grupos religiosos minoritarios y cualidades positivas al
grupo dominante.

Ejemplos: las representaciones de musulmanes como terroristas y de judíos como


codiciosos o usureros.

Estereotipos sobre la orientación sexual


Son el conjunto de creencias sociales con respecto a cómo es un grupo según la
orientación sexual de sus integrantes. En este caso, se categoriza al grupo en función
de características como forma de vestir, de hablar, uso de ciertos colores,
desempeño en ciertas profesiones u oficios, etc.

Ejemplo: la caricaturización en los medios de comunicación de hombres


homosexuales, presentándolos con rasgos y actitudes femeninas, especialmente con
fines humorísticos.

Estereotipos basados en la edad


Son todo el conjunto de percepciones sociales con respecto a las cualidades,
actitudes y comportamientos esperados según el grupo etario. Y aunque los
estereotipos de edad tienen representaciones en diferentes etapas vitales, en las
sociedades occidentales las cualidades negativas suelen atribuirse casi siempre a la
etapa de la vejez.

Ejemplo: las representaciones que muestran a las personas de la tercera edad en un


rol pasivo, olvidadizas, débiles y en soledad.

Un prejuicio es una valoración mental inconsciente respecto a un objeto,


colectivo humano o situación específicos, que proviene no del contacto directo
o la experiencia, sino de una consideración previa que, a menudo, distorsiona
la percepción de lo prejuzgado. Por ejemplo: prejuicios raciales, prejuicios de
género, prejuicios religiosos.

En otras palabras, se trata de un juicio anticipado, por lo general de naturaleza


hostil o negativa, basado en preconcepciones afectivas e infundadas en lugar
de experiencias directas.

Dichos prejuicios a menudo se hallan enquistados en la cultura dominante de


una sociedad, reforzando paradigmas de exclusión y superficialidad en torno a
colectivos minoritarios o a los individuos pertenecientes a ellos. Cuando eso
ocurre, pueden producirse dinámicas de malestar y enfrentamiento sociales, en
caso de que el prejuicio gane terreno y devenga en una práctica social, política

Ejemplos de prejuicios
1. Prejuicios de origen. Consisten en privilegiar un grupo humano por
encima de otros, o en rechazar alguno a priori, simplemente por compartir
su lugar de origen o nacionalidad, o por desestimar la nacionalidad de
dicha persona. Por ejemplo, en América Latina algunas nacionalidades son
desfavorecidas, como la colombiana, asociada al tráfico de drogas y el
sicariato.
2. Prejuicios raciales. Basan su apreciación de las colectividades o los
individuos en sus rasgos fenotípicos o su color de piel, atribuyéndoles
determinadas características mentales, físicas o culturales. Por ejemplo, a
menudo se afirma que los afrodescendientes son buenos para actividades
físicas pero no para las mentales, o que los hombres negros tienen penes
grandes.
3. Prejuicios de género. Proponen valoraciones de los individuos o los
colectivos de acuerdo a su género biológico, masculino o femenino.
Muchos roles sociales se determinan en base a esta naturaleza prejuiciosa.
Por ejemplo, que las mujeres no saben conducir un automóvil, o que son
más emocionales y menos racionales, o que los hombres son básicos en
su emotividad y no deben nunca llorar.
4. Prejuicios sexuales. Semejantes a los de género, se fundamentan en la
orientación sexual y los roles sexuales tradicionales, para validar o
rechazar a priori algún colectivo o conducta. Por ejemplo, se afirma a
menudo que los homosexuales son promiscuos o que son más propensos
a enfermedades, adicciones o conductas delictivas que los heterosexuales.
5. Prejuicios de clase. Atribuyen a los individuos de las distintas clases
sociales alguna característica ética, moral o conductual específica, a
menudo derivando hacia el clasismo. Por ejemplo, afirmar que los pobres
son más propensos a delinquir sólo por serlo.
6. Prejuicios políticos. Fundamentan su apreciación de una persona o una
colectividad en su adherencia a un sector político determinado o sus
ideales sociales. Por ejemplo, creer que por ser comunista se es flojo o no
se quiere trabajar, o que se es violento y peligroso.
7. Prejuicios de apariencia. A menudo expresan rechazo por un individuo
cuya apariencia derive de los cánones aceptados, atribuyéndole conductas,
preferencias o defectos. Por ejemplo, se suele decir que las mujeres rubias
son tontas o que los gordos son simpáticos.
8. Prejuicios de edad. Suele atribuirse características a los individuos en
base a su edad, ignorando que el desarrollo psíquico y social varía de
acuerdo a otros factores que el crecimiento cronológico. Por ejemplo, el
lugar común de que los ancianos son inofensivos y bondadosos, o
desapasionados e inocentes.
9. Prejuicios étnicos. Semejantes a los raciales, pero juzgan a partir
de costumbres culturales, gastronómicas, musicales, a un conjunto humano
determinado. Por ejemplo, se dice que los asiáticos comen perros y gatos,
mientras que los franceses son buenos cocineros.
10. Prejuicios profesionales. Atribuyen a un individuo o a su colectividad
profesional alguna condición específica, a menudo vinculada con una
apreciación de otra naturaleza, ya sea sexual, moral o de género. Por
ejemplo, que las secretarias se acuestan siempre con sus jefes, o que los
arquitectos suelen ser homosexuales, o los abogados ladrones fríos e
inescrupulosos.
11. Prejuicios religiosos. Cercanos a los étnicos, rechazan o aprueban a
priori a quienes profesen algún tipo de terminado de religiosidad o
misticismo. Por ejemplo, se acusa a los protestantes de puritanismo, a los
católicos de hipocresía y a los budistas de imperturbabilidad.
12. Prejuicios educativos. Fundamentan su discrecionalidad en el nivel de
educación formal de un individuo. Por ejemplo, que ir a la universidad
garantiza inteligencia y honradez, o que las personas educadas son
aburridas y frígidas.
13. Prejuicios lingüísticos. Atienden a la manera específica de hablar de un
individuo o un colectivo humano: los neologismos empleados, la
entonación, etc. Por ejemplo, en ciertos lugares se privilegia el español
castizo al latinoamericano, o se prefiere alguna variante dialectal local por
encima de otra.
14. Prejuicios con animales. A menudo se tiene también una actitud
prejuiciosa respecto a grupos de animales o a las personas que interactúan
con ellos o que los prefieren. Por ejemplo, se dice que los dueños de perros
son de una manera y los dueños de gatos de otra, que las mujeres solas
prefieren a los gatos, etc.
15. Prejuicios de otra naturaleza. Existen prejuicios puntuales de otra
naturaleza, vinculados a tribus urbanas, gustos estéticos, preferencias
personales o conductas de consumo que, si bien no entran del todo en
ninguna de las categorías anteriores, son también movilizadoras del
imaginario social. Por ejemplo, a menudo se piensa que las personas
tatuadas son más propensas al vicio.

¿Qué son los prejuicios?


Un prejuicio es una idea u opinión preconcebida (y generalmente negativa) respecto de
algo o alguien, es decir, un juicio formado antes de tener la oportunidad de
experimentar la realidad directamente. Quienes son dados a este tipo de opiniones o
puntos de vista, son llamados prejuiciosos.

×
Los prejuicios forman parte de los procesos mentales inconscientes del ser humano,
que modifican subjetivamente su capacidad de percibir la realidad. Han sido estudiados
ampliamente por la psicología, dada su importancia en la formación de
movimientos, políticas y personalidades extremistas, fanáticas e intolerantes a lo largo
de la historia.

Ello se debe a que, a diferencia de otras formas de razonamiento, los prejuicios suelen


tener raíces en lo afectivo y a través de ellas refuerzan ideas infundadas, que poco o
nada tienen que ver con lo que puede experimentarse en la vida real.

Es frecuente que traigan consigo sensaciones de miedo, desprecio, aversión u hostilidad,


que a menudo conducen a acciones del mismo tipo. No obstante, es posible también que
se trate de lo contrario: de actitudes de favoritismo y aceptación previa.

Por último, los prejuicios son axiomáticos: se aceptan o se rechazan, pero es difícil
discutirlos racionalmente, dado que carecen de argumentos de ningún tipo, basándose
más bien en un reacción emocional, irracional, subjetiva.

Ver también: Preconcepto

¿Cómo nacen los prejuicios?


Los prejuicios se desprenden de la necesidad de anticiparse a la realidad para
responder rápidamente, un mecanismo natural de pensamiento del ser humano. Es decir
que forma parte de los mecanismos de defensa de nuestra mente primitiva, cuyo sentido
es protegernos de posibles peligros en base al conocimiento previo.

Esto, sin embargo, no significa que los prejuicios sean “naturales”, ni mucho menos. Si
bien se explican a través de una respuesta biológica, son enteramente
culturales: normalmente tienen su origen en la crianza, a menudo en la cultura que
heredamos o aprendemos de nuestros progenitores, o también en traumas personales,
sociales o históricos.

Por ejemplo, es posible que una persona nacida en una nación que posee una historia de


enfrentamientos y guerras con su nación vecina, aprenda desde una edad muy temprana
a pensar lo peor de cualquiera que tenga la nacionalidad enemiga.

Esa persona puede pensar que son agresivos, altaneros, odiosos, y asociar con ellos
ciertas tendencias negativas, especialmente si ello le sirve para justificar los errores
propios o para no tener que pensar en las propias dificultades que enfrenta su nación, su
vida o su cultura.
También es posible que, al hacerlo, sacrifique potenciales relaciones de amistad o de
compañerismo, al no darse la oportunidad de conocer a esas personas
independientemente de su nacionalidad.

Ejemplos de prejuicios
El racismo es un prejuicio que perjudica a todos los integrantes de una raza.
Son típicos caso de prejuicio:

 El racismo. Esto es, la valoración positiva y negativa de ciertas razas, en


lugar de las personas individuales según sus acciones y conductas.
 La xenofobia. Es decir, los sentimientos de aversión y desconfianza hacia lo
extranjero o lo perteneciente a otras culturas, sin que haya razón alguna más
que, posiblemente, la inseguridad o la compensación de una
baja autoestima a través de discursos nacionalistas.
 La homofobia. Lo cual significa el desprecio y la aversión por las personas
homosexuales, encajonándolas en un perfil predeterminado en lugar de
tenerlas por individualidades.

Prejuicios y estereotipos
Los estereotipos son patrones sociales previos que, paradójicamente, cumplen al
mismo tiempo un papel importante en nuestra organización de la humanidad en
categorías, para responder rápida y ágilmente a las situaciones de interacción social, y
un papel negativo pues contribuyen a la formación de prejuicios.

Los estereotipos son simplificaciones y generalizaciones, que tienden a pensar a los


individuos en base a las colectividades a las que pertenecen, en lugar de sus
pensamientos, acciones y su personalidad individual (por ejemplo: los negros, los
homosexuales, los mexicanos, los blancos, etc.).

La frontera que separa los estereotipos de los prejuicios es muy delgada, pero comienza
en el momento en que pensamos que un estereotipo es cierto o verdadero, en lugar de
entender que se trata de una generalización útil y que nadie encaja a la perfección en
ella.

Prejuicio y perjuicio
Aunque estas dos palabras suenen de modo muy similar, se trata en realidad de términos
y significados muy distintos. Ya hemos visto que un prejuicio es un juicio a priori
respecto de algo o alguien. En cambio, la palabra perjuicio es sinónimo de daño, en
el sentido de “perjudicar”: causar un perjuicio, o sea, ocasionar un daño o una pérdida
de algún tipo. Es una palabra muy empleada en el argot legal o jurídico.

La semejanza se debe a que ambas palabras provienen de un mismo término en


latín: praeiudicium, que era usado en la Antigua Roma para los juicios de primera
instancia, o sea, los interrogatorios previos a que un juicio se llevara a cabo. La
diferenciación entre “prejuicio” y “perjuicio” se dio posteriormente a lo largo de la
historia.

Cómo eliminar los prejuicios y


 

estereotipos
Desde el punto de vista filosófico, la verdad es una de las
principales metas del conocimiento. No todo objeto de
estudio puede ser analizado como un objeto científico.
¿Qué ocurre con los hechos humanos? Sin duda, los
prejuicios y los estereotipos son una manifestación de la
visión distorsionada de la realidad por parte del ser
humano.
Cuando observas desde tus propios prejuicios a alguien o
cuando tú eres visto desde esta perspectiva, no existe
objetividad en la observación del modo de ser ajeno. Un
acto de libertad interior y de sabiduría vital es tener la
disposición para no quedar encasillado en esos
estereotipos tan desdibujados. ¿Cómo eliminar los
prejuicios y estereotipos?
7 consejos para superar los
prejuicios y estereotipos
Para poder eliminar los prejuicios y estereotipos es
importante que hagas una reflexión profunda acerca de tu
mentalidad y tus ideas preconcebidas. Aquí te mostramos 7
consejos que seguro te ayudarán:
1.Evita extraer conclusiones anticipadas cuando
conoces a un grupo nuevo de gente. Por ejemplo,
cuando te apuntas a un curso y conoces a tus nuevos
compañeros de clase. Es fundamental que te des
tiempo porque a partir de tu propia experiencia vas a
descubrir cómo en la convivencia cotidiana con esas
personas haces nuevas amistades. Sin embargo, no
puedes precedir desde el primer día de clase quiénes
van a ser tus mejores amigos a partir de las primeras
impresiones que son tan imprecisas.
2.Humildad. Para ser más prudente a partir de ahora,
intenta pensar en las ocasiones anteriores de tu vida
en las que viviste la situación real de darte cuenta de
que la opinión que tenías sobre una persona era
totalmente equivocada. Así ocurre en aquellas
ocasiones en las que una persona tuvo un
comportamiento ejemplar que te dio una lección a ti.
3.Empatía. ¿Cómo te sientes tú cuando sabes que te
están juzgando sin darte la oportunidad de conocerte
de verdad? La medicina de la empatía es
fundamental para corregir este tipo de
comportamiento. ¿Qué actitudes has observado en
quienes han actuado contigo de este modo en algún
momento de tu vida? Identifica esos comportamientos
para evitarlos. Aquí te descubrimos algunos rasgos
de una persona que tiene poca empatía para que
aprendas a detectarlas.
4.Observa las excepciones a la norma. Frente al
funcionamiento propio de los prejuicios que muestran
una visión distorsionada de la realidad, confronta la
realidad de un dato objetivo que rompe con esa
información. Por ejemplo, si una persona tiene el
prejuicio de creer que la diferencia de edad en la
pareja afecta de forma negativa al amor, seguro que
puede observar a su alrededor algún caso de dos
personas que, más allá de la diferencia de edad,
proyectan su felicidad a su alrededor.
5.Alimenta tu mente con estímulos de cultura. La
educación constante es la mejor medicina para
reducir el impacto que los prejuicios y los estereotipos
pueden producir en nuestra vida. La cultura alimenta
el sentido crítico y reflexivo, es decir, nos ayuda a
pensar. Algo importante porque los estereotipos nos
llevan al punto contrario de extraer conclusiones
precipitadas. Por tanto, herramientas como la lectura,
la filosofía, el cine, el teatro, el arte y las
conversaciones con amigos son especialmente
educativas para alcanzar la profundidad del
conocimiento.
6.Tener amigos en grupos diferentes. Por medio de la
experiencia práctica de las habilidades sociales
también puedes superar el prejuicio de los
estereotipos. Si tienes la oportunidad de establecer
lazos de amistad con distintas personas, este hecho
te ayuda a crecer. Cuando además de tu grupo de
amigos de la infancia o la adolescencia, disfrutas de
planes con compañeros de trabajo y personas de la
universidad, por ejemplo, amplías tu marco de
conocimiento porque cada ser humano es irrepetible.
7.Reconoce cuáles son tus prejuicios. Muchas
personas los reprimen y cuando actúan de este modo
no se dan la oportunidad de cambiar. Por el contrario,
al asumir aquellas ideas limitantes que te
condicionan, eres más consciente de cuándo estás
actuando a partir de este criterio interno y tienes más
oportunidades de corregirte a ti mismo porque el
pensamiento es una inspiración constante para el
obrar.

CAMBIAR LOS ESTEREOTIPOS


¿Qué puedes hacer para combatir los prejuicios?
- Descubre y reconoce tus propios prejuicios. Habla con otras personas para descubrirlos. ¿Qué

beneficios has obtenido al discriminar a otros? Si te han discriminado alguna vez, ¿qué has

sentido?

- Combate activamente estas creencias prejuiciosas. ¿En qué te basas para pensar así? ¿A

cuantas personas pertenecientes al grupo prejuzgado conoces? Puedes descubrirte pensando

que los inmigrantes marroquíes son delincuentes y agresivos, pero sólo podrías considerar
cierta esa información si vieras un estudio que demostrase que el porcentaje de delincuentes
es mayor en este grupo que en el tuyo. Recuerda que la mayoría de los estereotipos son falsos
o exagerados. Busca información que te demuestre que son insostenibles o erróneos.

- Mantén contacto con miembros del grupo discriminado. Busca lo que tenéis en común,

participad en proyectos comunes, infórmate sobre dicho grupo y sobre las falsas creencias que

hay sobre él.


- Comprométete a cambiar.

- Sé consciente de lo que te dices a ti mismo acerca de otros grupos. ¿Qué piensas de los

gitanos, los gays, las lesbianas, los negros, los inmigrantes, los enfermos de SIDA, los

discapacitados, los marroquíes, los enfermos mentales...?

- Hazte la siguiente pregunta: ¿Cómo reaccionarías si, siendo de raza blanca, alguien te dijera

que quiere saber cómo es la gene de tu raza? Probablemente dirías que eso es absurdo, ya que

entre los blancos hay de todo. ¿Por qué entonces no piensas lo mismo de la gente de otra raza,

religión, orientación sexual, etc.? ¿Ellos son todos iguales pero vosotros no?

- Sentirse bien con uno mismo es importante a la hora de aceptar a los que son diferentes,
pues no tendrás que utilizarlos para aumentar tu autoestima. Muchas veces se proyecta la
culpa en aquellos que son diferentes.

- La necesidad de saber actuar y responder rápidamente en una situación dada (como en

encuentros con miembros del grupo prejuzgado) y la incapacidad de aceptar la incertidumbre

está asociada con la conducta prejuiciosa. Si tienes miedo a estar indeciso es posible que te

dejes llevar por lo primero que aparezca en tu mente, es decir, el estereotipo aprendido en la

infancia y automatizado.

- Desarrolla la empatía. Significa ser capaz de ponerse en el lugar del otro y saber qué está

sintiendo.

- Valora la diversidad en todos los sentidos. Piensa que cuánto más variado sea tu ambiente,

mayor será tu creatividad; tendrás la posibilidad de ampliar tus conocimientos y puntos de


vista,enriqueciendo así tu personalidad; posibilidad de aprender de la sabiduría de otras
culturas; aumento de la libertad al no tener que someterse a roles estrechos acordes con
estereotipos...

- Acepta que no lo vas a entender todo ni lo vas a compartir todo. Cada grupo tiene sus

costumbres. Piensa que puede que haya alguien por ahí que no entienda que tú (o personas

También podría gustarte