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COSTILLA
Su vocación por los estudios se debió a su familia, ya que a la edad de 12 años fue
trasladado junto con su hermano a Valladolid, hoy ciudad de Morelia, para estudiar en el
colegio jesuita de San Francisco Xavier, donde cursó las materias de gramática y retórica.
En 1767 decidió su vocación por la religión, por lo que ingresó al Colegio de San Nicolás
Obispo para iniciar su carrera eclesiástica; estudió filosofía y teología, así como francés,
griego latín e italiano. En 1770 se graduó como Bachiller en Teología.
Enseguida laboró como profesor en el Colegio de San Nicolás, donde figuró como rector
hasta 1792; un año después fue trasladado como cura a San Felipe Torres mochas, donde
inició su preocupación por mejorar las condiciones de vida de sus seguidores.
El trabajo para orientar a una mejor vida a su pueblo radicó en crear e instalar una fábrica
de loza y otra de ladrillos, así como introducir el cultivo de la vid y la tuna, además de las
moreras para la producción de seda.
Otro eje fundamental para el desarrollo de su sociedad fue promover la expresión artística a
través de la producción de obras teatrales y espectáculos musicales, también numerosas
actividades literarias y artísticas; el cura era amante de las artes y tocaba el violín.
Hidalgo y Costilla tenía más actividad del tipo de trabajo social que en ejercer como
sacerdote, por lo que fue denunciado ante la Inquisición.
En 1803 murió su hermano, el sacerdote Joaquín Hidalgo y Costilla, por lo que Miguel fue
promovido a cura principal de la Parroquia de Dolores, en Guanajuato. Empezó a tener
conflictos debido al régimen de gobierno de la Nueva España, por lo que perdió las
haciendas que eran de su familia.
Debido a las injusticias y agravios que los conquistadores realizaban en sus habitantes, en
1808 iniciaron las conspiraciones en el estado de Querétaro para independizar a la Nueva
España, hoy México, de la corona española, actividades a las que fue invitado el cura.
Sin embargo, los líderes rebeldes fueron traicionados y capturados en Acatita de Bajan,
Coahuila, por las fuerzas del militar Ignacio Elizondo el 21 de marzo de 1811; el cura
Hidalgo fue trasladado al estado de Chihuahua para someterlo a juicio.
El 29 de julio de 1811 fue destituido de su cargo sacerdotal y al día siguiente el caudillo fue
sacado de su celda y llevado a un patio para su ejecución, junto con otros rebeldes.
Con una mano en el corazón para indicar el sitio exacto a donde debía disparar el pelotón,
recibió tres descargas y el tiro de gracia; posteriormente su cadáver fue expuesto en la plaza
y luego decapitado por un indio tarahumara.