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La deontología como instrumento en la elaboración del estatuto del ejercicio de la

abogacía.

Indiscutiblemente, el trasegar de una época a otra nos permite avanzar, hacia un mejor
mañana, nos permite elevar expectativas de un determinado tema, narrar historias reales
facilita a no caer en el mismo error, la humanidad en el trascurso de épocas, imperios,
desigualdades, esclavitudes, feudalismos, guerras, ha dado pasos abismales a lo que éramos
300 años antes, todo lo anterior es gracias a la prehistoria, edad antigua, edad media, edad
moderna y por último la edad contemporánea, la cual se ha destacado por su innovación y
se caracteriza por su esencia humana que está a flor de piel en el mundo entero.
Implícitamente la sociedad aplica el sistema de la dogmática pues, este aplica las normas
positivas para crear una teoría sistemática, así mismo pasa, con el decreto 196 de 1971 y la
ley 1123 de 2007, un decreto que ciertamente describen aspectos generales del ejercicio de
la abogacía, que tímidamente genera conceptos llenos de ciertos vacíos normativos,
inclusive, es un decreto que reúne cierto desorden estructural frente a su contenido por otra
parte la ley 1123 del 2007 brinda una organización estructural más atrevida, que brinda
conceptos más sólidos, en general es una ley que goza de principios generales,
constitucionales y legales para una mayor efectividad.

Cuando se haba del decreto 196/97 se abren tres grandes vertientes, una se dirige hacia un
punto profesional, la otra a un punto personal y por ultimo le da un espacio a aquellas
personas que no ejercen la abogacía, en el punto de vista profesional, sanciona a aquella
persona infractora dependiendo de su caso, este puede ser amonestado, censurado y
excluido, si bien es cierto, aporta un pequeño concepto pero no logra ser concreto y exacto
para tal efecto amonestar es la represión privada del infractor por la falta cometida artículo
57, censurado y excluido representan lo mismo conceptualmente según los artículos 58 y 59
del presente decreto, todo lo anterior perite que no esté claro o este dado por que me puedan
amonestar, en qué casos estoy frente a una censura, pero si precisa que cualquiera persona
podrá denunciar ante las autoridades competentes y en ese escenario la persona puede
denunciar por cualquier diferencia que exista entre las personas intervinientes, la persona
afectada en este caso el abogado debe enfrentarse a una exclusión simplemente por un
chisme de pasillo. En la vertiente del punto personal establecen ciertos paradigmas como la
embriagues consuetudinarias, frecuentar lugares garitos, lenocinios u otros lugares de mala
reputación, articulo 48 numeral 1 y 2, son conceptos valga la redundancia personales, son
investiduras intimas de la personas, es decir, si un abogado sagradamente tiene por
costumbre salir todos los viernes después de su horario de trabajo y estar bajo los efectos
del alcohol estaría cometiendo una falta contra la dignidad de la profesión, por el simple
hecho de embriagarse, así pues observamos como este decreto implementa ciertas
incoherencias, cuando improvisa y su manera de aplicar efectividad de una manera
empírica, esta, deja vacíos normativos muy grande y por último, cuando le da paso a
personas que no son abogados y los juzga como si fuese una persona que abarca ciertos
conocimientos, experticia de la profesión están violando principios como el debido proceso,
la dignidad humana entre otros.

Cuando se estudia la ley 1123 del 2007, estamos frente al mejoramiento del proceso a
través de normas sustanciales, como la celeridad, oralidad, idoneidad brindándole garantía
al ejercicio de la profesión, se encuentra principios filosóficos aplicables al procedimiento,
actuaciones disciplinarias que se adelantan contra un abogado es decir lo que busca es
dignificar la profesión, claramente si este se encuentra inmiscuido en alguna falta
disciplinaria estaría frente a componentes específicos de dolo y culpa, adicionalmente la ley
1952 desarrolla esos conceptos y da significado a su interpretación, como se dijo con
anterioridad, esta ley busca enaltecer la profesión, por ende se exponen situaciones,
comportamientos que acentúan en el campo profesional, si la observancia del componente
personal, de igual forma constituyen la utilización de elementos procesales para que la
persona infractora garantice la realización del debido proceso y ya en ultima puede terminar
sancionado, así mismo, se puede decir que el derecho disciplinario es una disciplina
bastante compleja y de bastante cuidado porque cualquiera persona disciplinable puede
incurrir en las manos de la procuraduría y quedar en la total oscuridad sin embargo, los
principios son esa fuente que alimenta el proceso debido a que, si la persona es abogada
debe garantizar un comportamiento en el ejercicio de la profesión, y razón del cliente,
estado y la justicia, por eso los actos que estén por fuera del ejercicio de la profesión no le
interesa al derecho disciplinario.
En retrospectiva el decreto 196 de 1971, establecen directrices, donde los estudiantes de
consultorio jurídico, podían ejercer ciertos procesos penales, civiles, de menor cuantía,
donde la jurisprudencia en causa dicho artículo, estableciendo que los consultorios jurídicos
junto con sus estudiantes no serán sancionados de la misma manera que un abogado en
profesión, pero estos estarán sujetos a las reglas de la universidad, la jurisprudencia hace
énfasis cuando la ley 196, hace alusión a universidades oficialmente reconocidas artículo
31, en la ley 1123, se les quita esa discriminación y simplemente hace alusión a
universidades que presten dicho servicio, en ese ámbito, cuando se expide el decreto, y
como todo en la vida, se piensa en las consecuencias y su aprobación, se presenta la figura
de la moral y la ética en un sentido personal que profesional, donde la moral del abogado
tenía unos estándares muy altos, y las consecuencias al momento de una apertura de un
proceso disciplinario eran en contra del disciplinado sin importar su calidad, pues la
sanción si o si estaban discriminadas como la gravedad, modalidad y circunstancia de la
falta, motivos determinantes, articulo 61 del decreto 196 de 1971, en ese sentido ético
moral con las personas que juzgaban lo hacían según su arbitrio luego la jurisprudencia y
doctrina, hacen un paréntesis, denotan que esta ley incurre en vacíos y exporta en materia
sustancial requerimientos para tener en cuenta, se crea la ley 1123 del 2007 y esta es más
moderna, establece parámetros de proporcionalidad al momento de sancionar, porque
previene de dos formas un sentido correctivo y un sentido sancionador haciendo un
ejercicio de advertencia para que el cuerpo de la abogacía no incurra en dichas faltas,
entonces trata de cubrir espacios que la anterior norma dejo, adicional a esto se ve una
estructura adecuada a la necesidad de enaltecer la profesión pues a la luz de los principios
como legalidad, favorabilidad, antijurídica, culpabilidad, la corte a dicho en el sentido
estricto del debido proceso que a la persona se le debe garantizar mínimos, como por
ejemplo que debe ser juzgado por las leyes existentes o preexistentes por el funcionario
competente.

En definitiva, el código disciplinario es la constitución de una dogmática positiva, que se ha


encargado de plasmar elementos importantes para garantizar derechos inherentes a la
persona, sin importar su profesión, creería que una mejora es que esta se aparte un poco del
tecnicismo del derecho penal, porque en un momento la ley 1123 de 2007 quiere proponer
sus propios términos y practicidad, termina involucrada innecesariamente en términos
penales, entiendo que culpabilidad, culpa dolosa, lesividad, antijuricidad no le es inherente
propiamente al derecho penal, lo que sí es claro o lo que se debe realizar mediante la
dogmática, es el estudio exhaustivo de textos, normas jurídicas para extraer teorías nuevas
y claramente para que el legislador pueda crear definiciones y conceptos propios esto con la
finalidad que el código disciplinario no se vuelva una hermana gemela o sea el apéndices
del derecho penal, quiero establecer en mi criterio que el derecho disciplinario es
independiente, por su naturaleza, valorización y justificación, sin embargo este utiliza
elementos que lo unen con el derecho penal y que otras ramas del derecho no lo utilizan, es
decir que entre más quieran alejar y establecer diferencias las similitudes, se denotan un
poco más. Para diferenciarse, se logra mediante la dogmática y su estudio a las normas
positivas y se sustrae otros predicados manifestando su importancia y su propia casuística,
quizás muchos doctrinantes dejen de observar este tema, como un accesorio al derecho
administrativo o penal.

Así mismo, el código disciplinario es un referente importante ya que nos brinda mínimos
vitales a la hora de un proceso como estos donde esta se atreve a explorar e independizar
sus propias reglas a instrumentalizar la oralidad y celeridad, para tratar de llevar algunos
postulados éticos, morales al contexto del derecho ya que tienen la capacidad de exigir un
cumplimiento, si no se cumple se impone una sanción, debido a que las reglas éticas,
morales llevados al sentido amplio de concepción de normas, y en este contexto general lo
que busca es proteger la acción disciplinaria no es al abogado, lo que busca realmente es
salvaguardar el ejercicio de la profesión, por eso de un tiempo para acá ha tenido un grado
de autonomía a partir de establecer su naturaleza .

Bibliografías.

Decreto 196 de 1971.

Ley 1123 del 2007.

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