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Shultz: Arquitectura Barroca

Durante el Renacimiento el cosmos unificado y


jerárquicamente organizado se había desintegrado,
dejando paso a la idea de libre albedrío que venía de la
mano del Humanismo.
Sin embargo no se había dejado de lado la idea de
universo ordenado, y se esperaba que la libertad fuese
dentro de aquel orden. Cuestión que no duró mucho por las
continuas idas y vueltas políticas y sociales, que
desarrollaron un estilo de transición, entre el Renacimiento
y el Barroco, conocido como manierismo.
Es importante tener en cuenta las ideas de Descartes sobre
que la única certeza es la “duda”, puesto que esto permitirá
que haya pluralidad (alternativas religiosas, filosóficas,
económicas, políticas diferentes entre las que podía el
hombre elegir). Sin embargo todas las alternativas tendían
a la búsqueda de llegar a ser sistemas completos basados
en dogmas apriorísticos (ideas absolutas innatos, que
vienen de antes).
En medio de este juego, entre pluralidad y absolutos, se
erigirá una época unitaria conocida como “Época Barroca”.
En la cual el hombre amplio las posibilidades de estructurar
su propia vida pero dentro de una limitación, en las
elecciones, dada su situación inmediata. Es decir que cada
elección que tomase estaría sujeta a su posición social y a
la zona geográfica que habitase.
Asimismo, el periodo Barroco se caracterizó por su
sistematismo y su dinamismo dado en simultaneo, lo que
posibilitó la expansión y la especialización en las distintas
actividades humanas. Todas las disciplinas buscaron definir
un campo propio, y el arte no fue ajeno a ello.

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En este campo aconteció una ruptura entre arte y ciencia,
(conceptos unidos y universales en el Renacimiento), el
artista ya no necesitaba ser científico o filosofo.
Y el fundamento principal de este periodo era la
“persuasión”, que buscaba la participación de todos en el
sistema. De hecho se considera que el Barroco fue un
“gran teatro”, donde cada cual tenía un papel fijo.
Pero para que se pueda dar aquella persuasión se debía
apelar a la imaginación, la cual se fomentó desde el arte.
Ya que éste con imágenes vivaces, de situaciones reales y
naturales, podía alcanzar incluso a los analfabetos.
Los términos “sistema”, “centralización”, “extensión”,
“movimiento” son aplicables no sólo a la vida Barroca sino
también a la arquitectura Barroca. De ahí que París y sus
alrededores transforme su paisaje en una red de sistemas
centralizados que tienen una extensión infinita.
Si bien en el Renacimiento también se habla de
centralización en cuanto a edificación, no es el mismo tipo
que vemos en el Barroco. La del Renacimiento tenía más
un carácter estático y cerrado, presentando limites fijados y
con elementos aislados. Además se daba una acentuada
individualidad de la que carecerá el Barroco, puesto que
sus elementos se subordinaran recíprocamente hacia un
centro dominante.
El barroco, en su arquitectura, contará con una unidad
fundamental; la ciudad capital. Sus calles tenderán a ser
anchas y rectas, permitiendo un intenso transito de
personas y vehículos de acuerdo con la intención de
“participación”.
A su vez las edificaciones perdieron su individualidad en
pos de una unificación, ya que se intentaba una

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continuidad edilicia tendiente a que resalte el centro (un
edificio dominante).
Aquel centro en ocasiones era determinado por
monumentos u obeliscos, mientras que en otros casos los
centros eran edificios “monumentales” (generalmente
palacios e iglesias, por considerarse la manifestación de los
dos poderes principales de la época).
En conjunción con estos centros cobró importancia, en lo
espacial, la “plaza”. Con este orden espacial, todos los
edificios periféricos quedaban conectados por calles a los
edificios monumentales u obeliscos del centro,
conformando así una centralización jerárquica.
Focalizando en la Iglesia que fuese el centro no es algo
nuevo, ya que lo era también desde el siglo XV. La
novedad radica más bien en alternancia, entre dos distintas
plantas (plano estructural) en base a las que se construirán
los edificios religiosos. Una central alargada (más circular
pero que tienen a extenderse) y otra centralizada
longitudinal (en forma de cruz). La primera será más
utilizada por las capillas, mientras que la segunda será la
preferida de las grandes Basílicas. Las cuales se
apoyaban, a su vez, en el eje dado por las cupulas que
podían apreciarse desde fuera en la plaza y marcaban el
centro dominante.
En cuanto al palacio, debemos tener en cuenta que hay
tres tipos: El palacio de la ciudad (palacio, hotel), La
residencia campestre (villa) y La villa suburbana (una
combinación de los otros dos estilos).
Estos estilos tienen su sustento en tres “ambientes”
importantes para el hombre que en esta época se
relacionaran entre sí: El mundo privado de las viviendas, el
mundo público de la ciudad y el mundo “natural” de los
jardines y el paisaje.
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Debemos tener en cuenta que el castillo, de la época
feudal, es sustituido por el palacio urbano al que se le suma
una casa complementaria en el campo. Y dicho palacio
urbano era la residencia familiar, el mundo privado pero
individual y se diferenciaba de la villa porque su decoración
era más sencilla y recatada.
Entre tanto la villa, (casa campestre), era más libre en
cuento a la decoración y por ende presentaba un estilo más
individualizado.
Para quienes no podían acceder a tener estos dos estilos
por separados, se les abrió la posibilidad de la combinación
en edificios conocidos como Chataux (villas suburbanas).
Los cuales eran palacios algo más chicos que los urbanos
pero que incorporaban jardines, que tendían a expandirse y
llenarse de objetos “paganos” y “sacros (santos)”.
De todo lo expuesto se puede sacar en limpio que todo
modo de vivir tiene su consecuencia espacial, y eso
también puede verse en la época barroca. En efecto, el
hombre desde su infancia crea una imagen espacial del
medio ambiente considerada “espacio existencial”. Éste
tiene ciertas propiedades fundamentales que son públicas
con el fin de posibilitar la participación y la integración
social.
En otras palabras, la estructura de ese espacio existencial
se analiza en función de “lugares”, “recorridos” y “ámbitos”.
Los lugares son los centros de las actividades del hombre,
los recorridos sus posibilidades de tomar posesión de su
ambiente y los ámbitos son las zonas delimitadas.
Asimismo estos elementos se presentan en niveles
ambientales. Siendo el mas amplio el que comprende el
paisaje (integración del hombre con su medio natural). Le
sigue el nivel urbano, donde se da la interacción social. Y

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por último el nivel casa, que es el espacio privado dentro
del ámbito urbano.
Estos niveles se relacionarán dentro de la dualidad
“interior” – “exterior” y definirán al espacio arquitectónico
como la materialización del espacio existencial. El cual en
la época barroca consistió en un sistema claro de lugares,
recorridos y ámbitos organizados con la intención de formar
una jerarquía enfocada hacia un “centro dominante”
(Grandes Iglesias, Palacios del soberano, Obeliscos).

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Planta centraliza longitudinal o en cruz de una Iglesia del
Barroco.

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Fachada Iglesia Barroca de Italia.

7
Fachada Iglesia Barroca de España.

8
Planta central alarga de una Iglesia del Barroco.

9
Interior de una Iglesia del Barroco.

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Villa Suburbana

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Palacio Urbano

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Villa (casa campestre)

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