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REQUISITOS HABILITANTES
NOTA: recuérdese que también pueden ejercer el notariado los contemplados en los artículos 5 y 6 del código
de notariado.
Se conocen como causas de inhabilitación, aquellas que impiden el ejercicio del notariado a una persona, este
impedimento es total o absolutos, para los que se encuentren en los siguientes casos: Art. 3 del Código de
Notariado.
1. Los civilmente incapaces. Ver Art. 9 Código Civil
3. Los ciegos, sordos o mudos, y los que adolezcan de cualquier efecto físico, o mental que les impida el
correcto desempeño de su cometido.
4. Los que hubieren sido condenados por alguno de los delitos de insolvencia fraudulenta, cohecho, e
infidelidad en la custodia de documentos y en los casos de prevaricato y malversación.
LA FUNCIÓN NOTARIAL.
DEFINICIÓN. La función notarial es el que hacer notarial; en sentido jurídico la función notarial es la verdadera
y propia denominación que cabe aplicar a las tareas que realiza el notario en el proceso de formación del
instrumento publico.
La Función Notarial la podemos encuadrar en el ejercicio liberal de la profesión, en la actividad del Estado y
en forma mixta.
En el ejercicio liberal de la profesión, es el verdadero campo en que el notario ejercita su función, ya que
desarrolla su actividad sirviendo a los particulares.
En la actividad del Estado, es cuando encontramos al notario como asesor, consultor, escribano de gobierno,
desempeñando un cargo o empleo público.
Por último el sistema mixto, en que el profesional se desempeña en un empleo para el Estado de tiempo parcial,
y la otro parte del tiempo ejerciendo libremente la profesión en virtud de que la ley guatemalteca, permite el
ejercicio cuando el cargo no sea de tiempo completo. Art. 5 numeral 2 del Código de Notariado.
CONTENIDO:
Se entiende por contenido lo que comprende la función notarial, y al respecto podemos decir que son varias
sus funciones o actividades que comprende:
a. Función receptiva: escuchar al cliente.
b. Función asesora: orientar o dirigir al cliente sobre el negocio en particular
c. Función modeladora: plasmar la voluntad de las partes en el instrumento público.
d. Función calificadora: se califica la licitud del acto.
e. Función legitimadora: establecer si las partes son titulares del derecho.
f. Función preventiva: al finalizar el instrumento se hacen las advertencias correspondientes.
g. Función autenticadora: estampar la firma en el instrumento público.
El cliente así como tiene derecho a que el notario le preste un buen servicio, tiene varias obligaciones, entre
ellas la de informar correctamente al profesional, aportando todos los datos y/o documentos que fueran
necesarios; adoptar las soluciones que el profesional le presente y por último pagarle sus honorarios.
Por su parte el notario tiene la obligación de estudiar el caso y dar al cliente la correcta y adecuada solución al
caso y como contraprestación el derecho de cobrar sus honorarios y que le sean reintegrados los gastos
efectuados.
HONORARIOS Y ARANCEL.
En Guatemala existe la libre contratación y por ende los sujetos de la relación notarial pueden estipular el pago
de los honorarios, sin embargo a falta de estipulación, esta se cubre con el arancel que contiene el Código de
Notariado en los artículos 106 y 109, inclusive. También lo establece nuestro código civil, al regular lo relativo a
servicios profesionales en el artículo 2027. Salvo que no se hubieran pactado los honorarios previamente se
debe cobrar conforme arancel artículo 2028 del Código Civil
Constituye COMPETENCIA DESLEAL, el cobro de honorarios por debajo de lo fijado en el arancel. El arancel
del notario esta contenido dentro del Código de Notariado en el titulo XV, artículos 106 a 109 y data del año
1975, como es natural con el transcurso del tiempo y el costo de vida se hace necesaria su revisión y
actualización.
Normal: cuando el notario ha cumplido a cabalidad con su cometido y le han sido pagados sus honorarios.
Anormal: cuando por causa ajena el notario no finaliza su trabajo por quedar impedido de seguir ejerciendo o
cuando el cliente desiste o cambia de notario.
En ambos casos tiene derecho a cobrar honorarios, solo que en el segundo caso el derecho queda reducido a
la labor efectuada. Ambos casos están regulados en el Código Civil en el artículo 2029 y 2035.
Por ejemplo, si una persona es nombrada para un cargo público de los establecidos en el Artículo 4º. Del Código
de Notariado no podrá ejercer el notariado en tanto dure el nombramiento.
En el caso del numeral 1º. que prevé la existencia de auto de prisión por los delitos a que refiere el inciso 4º.
del Artículo 3, el notario tiene incompatibilidad de ejercer su profesión en tanto esclarezca la situación. Si es
profesional de manera plena.
1. Los que tengan auto de prisión motivado por alguno de los mismos delitos a que se hizo mención en párrafos
anteriores. De dictarse una sentencia condenatoria, esta prohibición de tipo temporal se convertiría en definitiva,
como ya vimos.
2. Los que desempeñen un cargo público que lleve aneja jurisdicción.
Etimológicamente aneja significa Anexo; y jurisdicción: Derecho o facultad legal de ejercer autoridad. Esta
prohibición estriba, en que los funcionarios, que además de desempeñar cargo público de tiempo completo,
tienen también funciones de dirección o mando en un grupo determinado, están impedidos de ejercer el
notariado mientras permanezcan en esos cargos.
3. Los funcionarios y empleados de los Organismos Ejecutivo y Judicial y de las Municipalidades, que
devenguen sueldos del Estado o del Municipio y el Presidente del Congreso de la República. La ley no hace
distinción entre las diferentes instituciones, sean autónomas o no, centralizadas o descentralizadas, etc.,
prohíbe el ejercicio del notariado a funcionarios y empleados el Ejecutivo. Los funcionarios y empleados del
Organismo Judicial, también tienen prohibición de ejercer el notariado.
4. Los notarios que hayan incumplido durante un trimestre del año civil o más, con las obligaciones que impone
el Artículo 37 del Código de Notariado, relativa a testimonios especiales y avisos. Ya que mientras no se pongan
al día están impedidos de ejercer, y sólo podrán expedir los testimonios especiales atrasados para subsanar el
impedimento.
Esta es una adición al Artículo 4 del Código de Notariado, efectuada en 1984, según Artículo 1 del Decreto Ley
Número 35-84 del Jefe de Estado.
Por aparte, también debe tenerse presente la importante función que más tarde se estableció en el Decreto 2-
89 del Congreso de la República, Ley del Organismo Judicial, Artículo 43, en cuanto a la autorización para que
el notario guatemalteco pueda ejercer su profesión en el extranjero, para el caso de actos y contratos que hayan
de surtir efectos en Guatemala, con la condición de que los instrumentos que autorice deberán ser
protocolizados en el territorio nacional por el mismo notario autorizante o por un colega.
2. Los abogados (notarios) consultores, consejeros o asesores, los miembros o secretarios de las comisiones
técnicas, consultivas o asesoras de los organismos del Estado, así como los directores o redactores de las
publicaciones oficiales, cuando el cargo que sirvan no sea de tiempo completo.
4. Los miembros de las Corporaciones municipales que desempeñen sus cargos ad honores, excepto el alcalde.
5. Los miembros de las Juntas de Conciliación de los Tribunales de Arbitraje y de las Comisiones Paritarias que
establece el Código de Trabajo, y los miembros de las Juntas Electorales y de los Jurados de Imprenta.
6. Así como los Jueces de Primera Instancia, los Cónsules y los Empleados Especiales, como lo es el Escribano
de Gobierno.
Manifiesta Dante Marinelli, en su obra Las responsabilidades del notario y su régimen en el Derecho
guatemalteco: “es conveniente que el notario esté capacitado, intelectual y moralmente, para lograr eficazmente
su función, sin generar resultados dañosos, tanto para los particulares como para él mismo, de allí donde
descansa o que se conoce como Responsabilidad Notarial, que no se circunscribe a una sola, sino a un
conjunto de responsabilidades que darán por resultado, su buena observancia, a un instrumento público pleno
y perfecto, evitando resultados negativos para la vida de éste.”
El notario, desde que es requerida su actuación, desarrolla un complejo de actividades que tienen por objeto
canalizar el potencial de energía jurídica que tiene su instrumento
EL ARCHIVO GENERAL DE PROTOCOLOS
Antecedentes históricos del Archivo General de Protocolos
El Archivo General de Protocolos fue creado según Decreto 257 que contenía la Ley Orgánica y Reglamentaria
del Poder Judicial, emitida durante el gobierno del General Justo Rufino Barrios.
Inicialmente, fue creado para que en él fueran depositados los tomos de protocolos de notarios fallecidos,
notarios que fallecieran a partir de la emisión de dicho decreto, notarios suspendidos en el ejercicio de la
profesión y notarios que se encontraran radicando fuera del país.
La primera sede fue el Archivo de las Salas de Justicias de la Ciudad de Guatemala, presidido por el Secretario
de la Primera Sala de Justicia. Dentro del personal se contaba con un solo escribiente encargado de realizar lo
que se le solicitara, permaneciendo en el Archivo los días y horas de audiencia ordinaria de la Primera Sala de
Justicia; así mismo, estaba a cargo de llevar el control de un libro de registro o índice por orden alfabético de
cada protocolo depositado, con expresión del año o años que comprendían y el número de folios que lo
formaban.
Las atribuciones del Archivo se ampliaron con la emisión del Decreto No. 271 del 20 de febrero de 1882, en el
sentido de que también debía de procederse a depositar los protocolos cuando los notarios voluntariamente
quisieran hacerlo; cuando se vencía el término de la fianza y no lo renovaban, se extendía por un término
de dos años, o bien no acreditaran que poseyeran una propiedad raíz por valor de dos mil pesos; cuando en
contra de algún notario se hubiera dictado interdicción judicial o auto de prisión; cuando se promoviera a un
notario de un empleo que llevara anexa jurisdicción con goce de sueldo y cuando por cualquier razón los notarios
se ausentaran del país.
La legislación notarial puesta en vigor por parte del gobierno de Justo Rufino Barrios, estuvo vigente en el país
por mucho tiempo, siendo el Decreto No. 271 uno de los cuerpos legales que presenta tal característica, al que
casi ninguna reforma se le hiciera, hasta que fue abrogada (DEROGADA) por una nueva Ley de Notariado
durante el gobierno del General Jorge Ubico, Decreto No. 1563 del 20 de agosto de 1934.
La Nueva Ley Notarial dedicaba el capítulo XIII al Archivo General de Protocolos y demás Registros Notariales,
comprendido del Artículo 59 al 62. En dicho decreto se establece que el Archivo continuaba siendo dependencia
de la Presidencia del Poder Judicial, indicando que el mismo se conocería con el nombre de Archivo General
de Registros Notariales y se requería ser notario hábil para el ejercicio de la profesión para optar al cargo de
director del mismo.
El 8 de octubre de 1935, el General Jorge Ubico promulga una segunda Ley Notarial, según Decreto No. 1744;
capítulo XV dedicado al Archivo General de Protocolos en los Artículos del 60 al 64. Se establece que el Archivo
a partir de esa fecha depende de la Corte Suprema de Justicia y no de la Presidencia del Organismo Judicial,
como lo legislaba la ley notarial derogada.
El 21 de abril de 1936, el Presidente Jorge Ubico emitió nueva ley de notariado, según Decreto 2154 de la
Asamblea Legislativa sin embargo en esta nueva ley el Archivo General de Protocolos no sufre ningún tipo de
reforma o innovación.
Diez años más tarde el 30 de noviembre de 1946 el Congreso de la República promulgó el Decreto No. 314
que contiene un cuerpo legal que los congresistas titulan CÓDIGO DE NOTARIADO, el cual fue promulgado
por el Organismo Ejecutivo el 10 de diciembre del mismo año y entró en vigencia el uno de enero de 1947.
El Decreto No. 314 del Congreso de la República es el que actualmente rige la actuación del Archivo General
de Protocolos ya que específicamente regula en el título XI lo referente a éste, así como el Acuerdo de la Corte
Suprema de Justicia 12-2002 el cual contiene el Arancel del Archivo General de Protocolos así como los
Acuerdos 54-2000 y 55-2000 de la misma Corte Suprema de Justicia.
El Archivo General de Protocolos no es un simple archivo, sino por el contrario es la instancia pública que
garantiza la seguridad jurídica documental del país.
En la actualidad este Registro cuenta con tres Subdirecciones:
1. Subdirección de la Unidad del Archivo de Protocolos, cuyas funciones son revisar y custodiar los testimonios
de los protocolos;
2. Subdirección del Área de Testimonios Especiales, donde se custodian los testimonios especiales ordinarios,
los implicados, y sus respectivas microfilmaciones;
3. Subdirección de Registro de Archivos, entre los que se encuentran el de Notarios, Firmas y Sellos, y de
Poderes.
Además, en el Archivo General de Protocolos y dependiendo del Director General, pero sin relación laboral,
asisten Delegados del Colegio de Abogados y Notarios, que verifican el cumplimiento del timbre notarial.
Adicionalmente, cuenta con una asesoría jurídica, secretaría administrativa, finalmente, los juzgados de
instancia civil en los departamentos, tienen funciones de control notarial y recepción de avisos.
Es posible puntualizar como funciones generales del Archivo General de Protocolos las siguientes:
a) registro;
b) archivo;
c) supervisión notarial.
Entre las funciones de Registro, se lleva un triple registro de los siguientes aspectos:
1. Registro de notarios: con información general identificativa de cada notario, nombre, sede notarial, fecha de
graduación, determinación del depositario del protocolo en caso de ausencia o fallecimiento;
2. Registro de firma y sello de notario: actualmente en cuatro libros físicos, pero en proceso de digitalización.
A la fecha existen unas 7,000 inscripciones de notarios, sin embargo, no todos ejercen debido a que fungen en
cargos públicos, se encuentran ausentes del país por más de un año, o por fallecimiento, de tal manera que se
puede calcular en 4,500 los notarios habilitados y en ejercicio. (Estos datos no son exactos)
Además, existen anotaciones relacionadas con cancelaciones, identificación de Personas; y
3. Registro de poderes y de sus modificaciones. Se encuentra en proceso de automatización, de forma que las
razones puedan ser expedidas a la mayor brevedad posible.
En su función de supervisión notarial, realiza una revisión e inspección de Protocolos, en el caso de los
departamentos, dicha función se ejerce a través de los Juzgados de Instancia del Ramo Civil, según el Acuerdo
55-2000 de la Corte Suprema de Justicia.
En aquellos departamentos con más de un juzgado, en los. El secretario del juzgado es el encargado de recibir
la documentación.
LA REVISIÓN DE LOS PROTOCOLOS NOTARIALES Se realiza por sorteo aleatorio, citando al notario a
revisión ordinaria (empastado, foliado, razón de testimonios y otras). En caso de anomalías, se fija de mutuo
acuerdo un plazo de subsanación, siempre que la deficiencia o error sea subsanable.
Los juzgados de instancia civil departamentales a raíz de los Acuerdos de la Corte Suprema de Justicia,
números 54 y 55-2000, se encuentran coordinados a los efectos de supervisión notarial a la Dirección General
del Archivo de Protocolos, con lo que se interpreta el Artículo 37 del Código del Notariado, teniendo funciones
de clasificación, distribución y envío de protocolos, testimonios especiales, índices, los cuales según el Código
del Notariado deben enviarse inmediatamente.
En dichos juzgados se encuentran fungiendo delegaciones del Archivo General de Protocolos, un caso típico
de revisión frecuente es el supuesto de testimonios especiales de testamentos o donaciones mortis causa
cerrados que no van en plica, o de sus modificaciones o revocaciones.
A raíz de los decretos del Congreso de la República números 82-96 y 34-2000, se exoneró a los notarios del
pago de las multas por no cumplir con la obligación tributaria generadora por testimonios especiales.
Con el Decreto 25-2001, tras haberse vencido los respectivos plazos se abrió una nueva prórroga para la
regularización tributaria (timbre notarial), del uno de agosto de 2001 al 28 de febrero del 2002.
Los notarios que no se encontraban solventes, fueron colocados en una lista pública, que diez días hábiles
después de vencido dicho plazo, publicó la Corte Suprema de Justicia, quedando inhabilitados, hasta que
regularizaran su situación tributaria.
Con relación a lo anterior existe la posibilidad de que el Colegio de Abogados y Notarios requiera
convencionalmente de su pago.
La ley aplicable es la de la fecha del instrumento público, es decir la fecha de autorización del instrumento
público, no importando la fecha de extensión del testimonio.
El siguiente cuadro recoge las principales actividades que realiza el Archivo General de Protocolos con relación
a la función notarial:
Los supuestos son: número de testimonios y fecha del último autorizado; número y fecha del último cancelado;
mención de que no autorizó ningún testimonio en el trimestre.
Situación actual del Archivo General de Protocolos: problemática y sus consecuencias dentro del
Archivo General de Protocolos ante la inobservancia del notario respecto a la obligación posterior de
enviar los expedientes fenecidos de jurisdicción voluntaria.
A pesar de que existe la obligación como tal, se deja abierta o discrecional para realizarla y en muchas ocasiones
sin temor a equivocarme no se cumple con la misma, cuestión que genera una situación de inseguridad jurídica
para los sujetos quienes acudieron ante el profesional del derecho para iniciar, tramitar y resolver una situación
que trasciende del ámbito jurídico y que tiene efectos hacia el futuro, los cuales deben ser protegidos y
perpetuados por una institución jurídica que para el caso de Guatemala la constituye el Archivo General de
Protocolos.
El Archivo General de Protocolos como ya se explicó en el apartado anterior, tiene a su cargo diversas
funciones, tales como resguardar y conservar documentos notariales con la finalidad de otorgar certeza,
permanencia y seguridad jurídica; y los expedientes fenecidos de jurisdicción voluntaria no son la excepción.
Sin embargo según, lo manifestado por el propio Director del Archivo General de Protocolos, lo que hace falta
para controlar la actividad notarial es un cambio en la legislación notarial; de tal manera que al enfatizar sobre
esta problemática consideré necesario realizar una propuesta que genere un cambio y que obligue al notario a
cumplir en un plazo determinado la remisión de expedientes fenecidos de jurisdicción voluntaria para los casos
en los cuales no existe el mismo y de no hacerlo imponer sanciones que generen obligatoriedad, así como una
instancia capaz de ejercer control sobre la imposición y cumplimiento de dicha sanción, esto con el único
propósito de generar certeza, seguridad y permanencia jurídica las cuales son finalidades propias del derecho
notarial el cual fundamenta la creación y el funcionamiento de la jurisdicción voluntaria.