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NECESIDADES PSICOLÓGICAS, PSICOSOCIALES Y ESPIRITUALES DE LOS

PACIENTES CON DIAGNÓSTICO DE CÁNCER EN PUERTO RICO, SEGÚN EL


SIGNIFICADO DE UN GRUPO DE PROFESIONALES DE LA SALUD

Por:

YAMIL RIVERA FIGUEROA

Disertación Doctoral Sometida al Colegio de Ciencias de la Conducta y Asuntos de la


Comunidad de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico Para Optar por el Grado de
Doctor en Filosofía (Ph.D.) con Especialización en Psicología Clínica

Diciembre 2020
NECESIDADES PSICOLÓGICAS, PSICOSOCIALES Y ESPIRITUALES DE LOS
PACIENTES CON DIAGNÓSTICO DE CÁNCER EN PUERTO RICO, SEGÚN EL
SIGNIFICADO DE UN GRUPO DE PROFESIONALES DE LA SALUD

Por

Yamil Rivera Figueroa


Nosotros, los miembros del Comité de Disertación Doctoral del estudiante Yamil Rivera
Figueroa, certificamos que la investigación sometida por éste, cumple con los requisitos de
rigurosidad para las disertaciones doctorales establecidos por el Colegio de Ciencias de la
Conducta y Asuntos de la Comunidad de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico, y
para que así conste firmamos certificando la aprobación de la misma.

​ ​ ​ ​
Dra. Margarita Maldonado Galarza ​ ​Fecha
Directora del Comité ​

​ ​ ​ ​
Dra. Norma García Trava ​ ​Fecha
Segundo Miembro del Comité ​

​ ​ ​ ​
Dra. Marian Álvarez Torres ​ ​ ​Fecha
Lectora del Comité ​

​ ​ ​ ​
Dra. Ninza Márques Saavedra ​ ​Fecha
Directora Departamento de Psicología
Psicología Nivel Graduado ​

​ ​ ​ ​
Dra. Ilia Rosario Nieves ​Fecha
Decana Interina del Colegio de Ciencias
de la Conducta y Asuntos de la Comunidad ​

CERTIFICACIÓN DE AUTORÍA

Yo, Yamil Rivera Figueroa, certifico que la disertación doctoral titulada, Necesidades
Psicológicas, Psicosociales y Espirituales de los Pacientes con Diagnóstico de Cáncer en Puerto
Rico, Según el Significado de un Grupo de Profesionales de la Salud, la cual presento como
requisito para optar por el Grado de Doctor en Filosofía (Ph.D.) con especialidad en Psicología
Clínica del Colegio de Ciencias de la Conducta y Asuntos de la Comunidad del Departamento de
Psicología Clínica de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico, es el producto de mi
labor investigativa. Así mismo, doy fe de que este trabajo es uno original e inédito.

​ Yamil Rivera Figueroa

SUMARIO

Uno de cada tres individuos nacidos en Puerto Rico, corren el riesgo de padecer cáncer en el
trascurso de su vida. Para el 2014, 15,734 puertorriqueños fueron diagnosticados con cáncer, el
cual puede presentar un impacto emocional y psicológico en las personas diagnosticadas (Torres-
Cintrón, et al., 2017). Es por ello, que el objetivo principal que tuvo esta investigación fue
conocer las necesidades psicológicas, psicosociales y espirituales de los pacientes con
diagnóstico de cáncer en Puerto Rico, según el significado de un grupo de profesionales de la
salud. La investigación tuvo un enfoque cualitativo, donde participaron 6 profesionales de la
salud, seleccionados por muestreo no probabilístico. Se obtuvo la información atreves de una
hoja de datos personal y una entrevista semi-estructurada. El diseño del estudio se fundamentó
en el análisis de contenido (Wolcott, 1994) de los relatos ofrecidos por los participantes. Los
hallazgos reflejaron la presencia de necesidades psicológicas, psicosociales y espirituales en los
pacientes oncológicos. En la identificación de indicadores de necesidades, se encontraron
indicadores emocionales, psicológicos y cognitivos de necesidades. La mayoría de los
participantes no realizan ningún procedimiento para la identificación de estos. En cuanto a la
relevancia de atender las necesidades, se reconoció la importancia del trabajo interdisciplinario
para nutrir los procesos de recuperación del enfermo y mejorar el bienestar emocional. Por tanto,
se concluyó la importancia de la inclusión del Psicólogo Clínico, dentro del equipo
interdisciplinario de oncología, para: facilitar un mejor afrontamiento, una red de apoyo y
complementar los servicios para esta población.
Palabras claves. Significado. Profesionales de la Salud. Cáncer. Nececidades psicológicas,
nececidades psicosociales y nececidades espirituleas. Psicólogo Clínico.

DEDICATORIA

A Dios sobre todas las cosas.


Por darme la fuerza, el conocimiento y permitirme no claudicar a pesar del largo y arduo
camino recorrido para culminar este grado.

En memoria de Genaro Rivera Soto.


Papi, te fuiste muy pronto, hoy con lagrimas en los ojos me duele que no estes presente, para ver
completada esta meta. Gracias por cada momento, por cada palabra, y por cada no. Todo fue
importante para ser la persona que soy hoy día.

A ti mami.
Por tu amor incondicional, comprensión y apoyo.
Gracias por cada rodilla doblada y oración elevada para no desfallecer y seguir adelante.

Yamil Rivera Figueroa


AGRADECIMIENTOS

Durante este largo y arduo camino recorrido para llegar a este momento, han sido muchos los
contratiempos vividos, que me hicieron desfallecer y ver lejos esta meta hoy alcanzada. Durante
esta carrera doctoral han llegado, permanecido y pasado personas que han sido de fortaleza,
apoyo y crecimiento personal como profesional. Por lo que agradezco primeramente a Dios por
haberme dado la fortaleza y el conocimiento necesario para completar este Doctorado. Por
demostrarme su amor por medio de mis seres querido, amigos y compañeros para no rendirme.

Agradezco a mis padres, quienes me dieron vida, educación, y consejos sobre lo que es el
sacrificio y luchar para obtener mis sueños. ¡¡¡Gracias mami!!!. ¡¡¡Gracias papi!!! que desde el
cielo conmigo estas. A mis hermanos: Lisandra, Glorimar, Lismar, Joel G. y Marilyn, gracias por
su apoyo durante este proceso, los quiere mucho. A mis sobrinos: Felix X., Ursula L., Nahomi,
Naholimar, Fabián J. y Daniela N., gracias por servir de inspiración y motivación en cada etapa
de este proceso. Tío los ama.

También comparto este logro con mi familia extendida que la vida me regalo durante estos
años de formación académica. Ustedes mis hermanos, amigos y colegas: Marlene Caban,
Carmen Rodríguez, Joan Acosta, Richelys Tejero, José Lucca, y Yanira Concepción. Gracias por
tantos momentos de alegría, de aventuras y apoyo en momentos de dificultad en mi vida.

Con mucho respeto y admiración, agradezco a mi comité de disertación, la Dra. Margarita


Maldonado Galarza, gracias por su dirección y mentoría para lograr completar esta Disertación
Doctoral. A la Dra. Norma García Traval y a la Dra. Marian Álvarez, gracias por su apoyo
incondicional y enseñanzas durante este proceso.

Agradezco también a los participantes de esta investigación, por su disponibilidad y


colaboración para hacer esto posible.

A todos mis profesores y compañeros de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico en


Ponce, no solo aquellos que estuvieron en el proceso dentro de lo cual fue mi carrera doctoral, si
no, a todos los de la vida, porque cada uno de ellos aportó a formar parte de lo que soy. Son
parte fundamental de este crecimiento como persona y como profesional. ¡Gracias por brindarme
todos sus conocimientos!

¡Solo queda decir gracias y bendiciones a todos y todas!


Yamil Rivera Figueroa

TABLA DE CONTENIDO
Página
Aprobación ii
Certificación de Autoría iii
Sumario iv
Dedicatoria v
Agradecimiento vi
Tabla de Contenido vii
Índice de Apéndice xii
Capitulo I: Introducción 1
Trasfondo Histórico del Cáncer 2
Planteamiento del Problema Bajo Estudio 7
Objetivos Generales del Estudio 10
Justificación y Relevancia de la Investigación 12
Marco Conceptual 15
Objetivos Específicos 19
Dimensiones Bajo Análisis 20
Definición De Términos Importantes ​ 21
Capítulo II: Revisión de Literatura 25
La Relación Mente y Cuerpo en la Comprensión del Cáncer 26
La Significación Desde la Psicología 30
¿Qué es el Cáncer? 32
Causas de Riesgo para el Desarrollo del Cáncer 33
Cáncer en Puerto Rico, su Incidencia, Sobrevivencia y Mortalidad 34
Tipo de Cáncer con Mayor Incidencia en la Población Puertorriqueña 35
Tratamiento más Utilizado para el Cáncer 36
Implicaciones del Diagnóstico de Cáncer en el bienestar Psicológico, Psicosocial, y
37
Espiritual en el Paciente
Aspectos Psicológicos del Cáncer Sobre el Paciente 38
Etapa Diagnóstica 39
Etapa de Tratamiento 39
Etapa Post-Tratamiento 41
El Cáncer y los Trastornos Psicológicos 41
Aspectos Psicosociales del Cáncer Sobre el Paciente 42
Etapa De Diagnóstico 43
Etapa De Tratamiento 44
Etapa Post-Tratamiento 45
Aspectos Espirituales del Cáncer Sobre el Paciente 47
Espiritualidad y Religión 48
La Espiritualidad en la Salud 49
Necesidad del Paciente Oncológico 52
Aportación y Relevancia de la Intervención del Psicólogo en el Ambiente
Oncológico 53
Investigaciones Sobre la Intervención Psicológico en Pacientes con Diagnóstico de
Cáncer 55
Capitulo III: Metodología 59
Diseño de Investigación 59
Participantes de la Investigación 61
Descripción de los Participantes 62
Participante 1 62
Participante 2 62
Participante 3 62
Participante 4 62
Participante 5 63
Participante 6 63
Métodos de Recopilación de Información 64
Hoja de Información Personal 64
Entrevista Semi-Estructurada 64
Procedimiento Realizado Para la Investigación 66
Análisis de Contenido 69
Capitulo IV: Hallazgos 73
Dimensiones y Categorías de Análisis 74
Primera Dimensión: Significado de Necesidad 76
Segunda Dimensión: Significado de Indicadores 89
Tercera Dimensión: Relevancia de Atender las Necesidades Psicológicas,
Psicosocial y Espiritual 98
Cuarta Dimensión: Inclusión del Psicólogo Clínico 109
Capítulo V: Discusión, Conclusión y Recomendación 115
Discusión de los Objetivos, Dimensiones y Categorías de Análisis 117
Primera Dimensión: Significado de Necesidades ​ 119
Necesidades Psicológicas 120
Necesidades Psicosociales 123
Necesidades Espirituales 126
Segunda Dimensión: Significado de Indicadores 128
Indicadores Emocionales 129
Indicadores Psicológicos 130
Indicadores Cognitivos 133
Tercera Dimensión: Relevancia de Atender las Necesidades 136
Bienestar Físico 137
Bienestar Emocional 140
Calidad de Vida 142
Cuarta Dimensión: Inclusión del Psicólogo Clínico 145
Abordaje de la Sintomatología Psicología 146
Identificación de Estrategias de Afrontamiento 147
Redes de Apoyo en la Adaptación del Diagnóstico 149
Complementa los Servicios a la Población Oncológica 150
Conclusiones 155
Aportaciones 160
Aportación a la Comunidad Investigativa 160
Aportación para Profesionales de la Salud 161
Aportación a la Comunidad Psicológica de Puerto Rico 162
Aportación a la Comunidad Oncológica 163
Limitaciones 164
Recomendaciones 165
Para Futuras Investigaciones 165
Política Publica y Salud en Puerto Rico 167
Para el Quehacer Psicología 168
Referencias 171
Apéndices 189
ÍNDICE DE APÉNDICES ​
Página
Apéndice A: Autorización de la Junta de Revisión Institucional de la PUCPR 190
Apéndice B: Certificación de Investigador CITTI Program: Biomedical Research 192
Apéndice C: Certificación de Investigacion CITTI Program: RCR-Responsible
Conduct of Research 194
Apéndice D: Cetificación HIPPA 196
Apéndice E: Carta Informativa a Participantes 198
Apéndice F: Autorización de la Agencia donde se llevó a cabo la Investigación 200
Apéndice G: Hoja de Consentimiento Informado 202
Apéndice H: Hoja de Informacional Personal 206
Apéndice I: Hoja de Autorización de Grabación en Audio de Entrevista 208
Apéndice J: Entrevista Semiestructurada 211

115

CAPÍTULO I
Introducción
En las últimas décadas han sobrevenido muchos avances en el tratamiento para
prevenir, tratar y erradicar la enfermedad del cáncer en las personas. Por ejemplo, se
ha logrado el desarrollo de medicamentos y terapias dirigidas a atacar a las células
cancerosas. De acuerdo con el Instituto Nacional del Cáncer (NCI) (2019),
dependencia principal del gobierno de los Estados Unidos para diseminar el
desarrollo de investigación relacionada a los nuevos avances sobre cáncer. Reportan
la creación de fármacos para tumores con características genéticas especificas,
fármacos de inmunoterapia para detectar y destruir células tumorales. Además de
terapias de radiación para tratar el dolor causado por las metástasis óseas. Sin
embargo, el cáncer ha mostrado un comportamiento preocupante, presentando un
aumento en los diagnósticos a nivel mundial (Organización Mundial de la Salud,
2018) donde Puerto Rico no es la excepción. Viendo esto hoy en día, la sociedad
puertorriqueña enfrenta cada vez más, diagnósticos de cáncer y el afrontarlo conlleva
a una desorganización en todos los aspectos de la vida de la persona que lo padece
(Ramírez-Perdomo et al., 2018). Ante tales efectos, en la revisión de literatura
realizada para la investigación, se ha encontrado estudios en torno a las implicaciones
psicológicas del diagnóstico de cáncer en los individuos. Investigaciones como:
estrategias y estilos de afrontamiento, calidad de vida, ajuste psicosocial, desarrollo
de perfiles de pacientes oncólogos y modelos de intervención, siendo algunos de los
temas investigativos que se recogen en las investigaciones realizadas en Puerto Rico
(Rodríguez Loyola, 2010; Figueroa Morales, 2013; Casanova Arroyo, 2010; Guiliani
Toro, 2009; Ortiz Correa, 2013; Torres Torres, 2004; Pieraldi-Matos, 2006). Por otra
parte, la mayoría de estas investigaciones la poblacion estudiada con frecuencia son
los pacintes oncologicos y féminas sobrevivientes de ​
1

seno. El presente capítulo expone el trasfondo histórico del cáncer, partiendo de su


etimología y su función como materia de estudio. Además, se presenta el
planteamiento del problema, los objetivos generales y específicos de la investigación,
la justificación y su relevancia social. En adición, se puntualiza en el enfoque y
marco teórico, además de incluir las definiciones de términos importantes
involucrados en el tema de investigación.
Trasfondo Histórico del Cáncer
Al realizar una búsqueda sobre los orígenes del cáncer, encontramos en la historia que ha sido
uno de constantes estudios e investigaciones a partil del siglo XIX para tratar la enfermedad
(Camargo Bohórquez, et al., 2014). Sin embargo, los mismos no se remontan a este tiempo, sino
a miles de años atrás, cuando la historia y la antropología presentan al hombre primitivo de hace
3 millones de años, que sobrevivían a una corta edad de 20 a 30 años. Ante un ambiente hostil y
agresivo, el hombre se enfrentó a enfermedades como el cáncer para sobrevivir desde la época
del Pithecantrbopus erectus. Además, dio paso a que el hombre comenzara a agruparse y a
organizarse en sociedad, para asegurar su subsistencia al comenzar a controlar y cambiar el
medio ambiente (Graña Aramburú, 2015; Bulnes, 2005).
Por otra parte, en el Continente Americano se reportan evidencias de civilizaciones que
enfrentaron un ambiente hostil para sobre vivir, similares al del hombre primitivo del otro lado
del mundo. Cultura como la meso-américa (indio como se le conocía) mostraban conocimientos
de la estructura ósea y del cuerpo, por lo que conocían muchas enfermedades entre ellas el
cáncer, al que nombraron “Cualcoar” según algunos historiadores (Valle, 1951). Por
consiguiente, es que se recoge evidencia del cáncer en el antiguo Egipto, y en el continente
americano (Graña Aramburú, 2015; Bulnes, 2005). Ante estos hallazgos, a continuación se
presenta una mirada al origen del cáncer y las conceptualizaciones dadas a lo largo de la historia
de la humanidad y sus descubrimientos hasta hoy día.
La representación más primitiva que se tiene del cáncer, se remonta a las primeras
civilizaciones en Sumeria y Egipto, en la cual culpaban a los dioses por los canceres (Mandal,
2019). Se evidencia en la literatura médica que data alrededor de 3000 a.C., dos de los llamados
“papiros médicos” en el cual ya se reconocía el cáncer. Esta evidencia encontrada en el papiro
de Edwin Smith, habla de lesiones ulcerosas, que no muestran tendencia alguna a mejorar o
empeorar (Salverry, 2013). Por otro lado, en el papiro de Ebers, se hace referencia a tumores de
mama, correspondiente a lesiones ulceradas tratados con cauterización con una herramienta
llamada el simulacro de incendio. Además, de evidencias de cáncer en momias humanas con
tumores óseos fosilizados, en animales domésticos y destrucción ósea de cráneo como se ve en el
cáncer de la cabeza y de cuello (Graña Aramburú, 2015; American Cancer Society, 2012).
Luego de varios miles de años, en el siglo IV a.C., se encuentra en los escritos hipocráticos las
primeras descripciones y el origen etimológico de la palabra cáncer. En el Corpus
Hippocraticum, se describen unas lesiones ulcerosas crónicas, desarrollándose gradualmente y
sin control, propagándose por los tejidos (Tratados Hipocráticos, 1988, citado en Salaverry,
2013). Hipócrates comparó dicha propagación con las patas de un cangrejo, que posteriormente
dicha palabra pasa al latín como “cancer” (en latín sin acento). Esto a su vez consolidó el
término “cáncer” como un término médico para un tipo determinado de lesiones. Su tratamiento
consistía en uno local, herbolario o en otras circunstancias no hacer nada (Salaverry, 2013). La
explicación dada por Hipócrates para estas lesiones ulcerosas consistía que el cuerpo tenía cuatro
humores (fluidos corporales): sangre, flema, bilis amarilla y bilis negra. Sugiriendo que un
desbalance de estos humores con un aumento de la bilis negra en diferentes lugares del cuerpo
podría provocar cáncer (Mandal, 2019).
De acuerdo con Keil (1950), otra palabra que guarda relación con el cáncer en el vocablo
médico griego es, raíz o hinchazón. Las mismas se leen oncos, y fue utilizada en la antigüedad
para referirse a hinchazón o edema. Posteriormente se traduciría en latín como “tumor”, y
utilizada por Celso (25 a.C. –50 d.C.) en su obra: De re medica libri octo, como uno de las cinco
señales de la inflamación. Para mediados del siglo XIX, aparece un neologismo de esta palabra:
oncología como el estudio de los tumores.
El médico griego, Galeno (129-157 d.C.) para el siglo II d.C., publicó un libro dedicado solo a
los tumores, titulado: De tumorisbus praeter naturam adams, en el cual expone diferentes casos
de lesiones de tumores (Galeno, 1947). Dentro de la teoría humoral, Galeno expuso que los
tumores cancerosos son la consecuencia de una alteración del humor “bilis negra”. Ante esto, el
tratamiento dado era por cauterización con fuego con una herramienta llamada el simulacro de
incendio. Esto permitía eliminar el “humor alterado, logrando la recuperación del individuo
(Graña Aramburú, 2015; American Cancer Society, 2012).
De acuerdo a Mandal (2019), con la llegada del siglo XIX, surgen números cambios en las
ciencias, tomado fuerza el término “científico”. Una de las grandes figuras destacadas en este
siglo lo fue el médico alemán Rudolf Virchow (1821-1902); Creador de la patología celular y
considerado el padre de la patología moderna, ayudó a refutar las creencias de los humores
propuesta por Hipócrates. Fundó las bases para el estudio patológico de cánceres bajo el
microscopio y correlacionó la patología microscópica con la enfermedad, además de desarrollar
estudios de los tejidos, luego de ser removidos de una intervención quirúrgica.
Según Stockwell (1983), Salverry (2013), Mandal (2019), otros científicos que aportaron al
conocimiento del cáncer lo fueron: Henri François Le Dran, para el año 1757 observó la
dispersión por los nódulos linfáticos y luego pasando a la circulación general; Wilhelm
Waldeyer, descubrió el papel de los émbolos sanguíneos pasando del tumor a los vasos y a los
vasos linfáticos para el año 1800; Johannes Müller, para el año 1832 observó el perfil
desorganizado de las células cancerosas; Thomas Beatson, en el año1895 sentó las bases para el
uso de la terapia hormonal, para prevenir el cáncer de mama; Wilhem Conrad Roentgen, para el
año 1896 descubrió y presentó las propiedades de los rayos X, que posteriormente fuera utilizado
para el diagnóstico y tratamiento del cáncer.
Mandal (2019) indica, que para principios del siglo XX, se dio paso a la historia con el
comienzo de los exámenes del Papanicolaou y la mamografía, como herramientas para la
detección temprana del cáncer. El Examen del Papanicolaou, fue creado por George
Papanicolaou como técnica para investigar el ciclo menstrual en la mujer. Es para el año 1923
que se presentó como ayuda en la detección del cáncer del cuello uterino precoz, siendo la
American Cancer Society (ACS), la que promovió la prueba durante la década de los 60. En
adición, Mandal indica que para finales de dicha década se desarrollaron las técnicas hoy
utilizadas para la detección del cáncer de mama y la mamografía aprobada oficialmente en el
1976. De acuerdo a Graña Aramburú (2015), y Camargo Bohórquez, et al. (2014), otros avances
y descubrimientos que se fueron dando a lo largo del mundo para dar paso a la detención del
cáncer lo fue: el desarrollo de la cirugía, la radioterapia, la quimioterapia, la terapia con
hormonas y el desarrollo de la inmunoterapia.
Torres-Cintrón, et al. (2017), documentan que para marzo de 1950, se estableció en la isla el
Registro Central de Cáncer de Puerto Rico (RCCPR). El mismo es la entidad responsable de
recoger, analizar y difundir los casos diagnosticados con cáncer entre los residentes del
Archipiélago de Puerto Rico. Dicho registro es considerado uno de los más antiguos de américa
por la Ley Núm. 28 del 20 de marzo de 1951. Cabe destacar, que la Ley Núm. 28 fue
remplazada, por la Ley Núm. 113 del 30 de julio de 2010, la cual establece que toda institución
médica pública y privada tiene la responsabilidad compulsoriamente de notificar todos los casos
de cáncer atendidos. Por lo tanto, esta nueva Ley trae al RCCPR estadísticas más precisas al
reporte electrónico de casos de cáncer en Puerto Rico.
El RCCPR comenzó su participación en el Programa Nacional de Registros de Cáncer en
octubre de 1997. Este programa trabaja en coordinado por los Centros para el Control y la
Prevención de Enfermedades del Departamento de Salud y Servicios Humano de los Estados
Unidos. Esto permitió que los datos recopilados a través de las notificaciones electrónicas por el
RCCPR comenzaran a actualizarse, mejorando así a través de los años los datos sobre el cáncer
de un 95% de la totalidad de los casos desde el 2010. En adición para el 2014 inauguró el
RCCPR una página de internet: www.rcpr.org (Torres-Cintrón, et al., 2017). Por lo tanto, el
RCCPR, es una herramienta confiable de información que permite el estudio del cáncer y sus
causas, y que ayuda en la planificación a las oficinas y agencias de la salud pública en la
evaluación de los programas preventivos del cáncer (Registro Central de Cáncer de Puerto Rico,
2013).
Según Graña Aramburú (2015), y Solidoro Santisteban (2006), con la llegada del siglo XXI,
han surgido cada vez más cambios demográficos, nutritivos, económicos y ambientales que han
tocado todos los aspectos de la vida, y entre estos cambios la incidencia de enfermedades como
el cáncer. Ante tantas variaciones y trasformaciones que sea han dado a lo largo de estos últimos
dos siglos en el campo de la salud, ha permitido que se elaboren nuevas concepciones sobre las
enfermedades. De acuerdo a Céspedes (2014), esto ha obligado a que los sistemas de salud giren
la vista a enfoques holísticos, implicando que se analicen los paradigmas vigentes y que se
reformulen nuevos modelos conceptuales. Ante esto, Céspedes (2014) indica:
La finalidad es recapacitar acerca de la necesidad de un enfoque paradigmático
integral u holístico que genere consciencia de un ser humano inmerso en el cosmos, con
la interdependencia necesaria del uno para el otro, desde el enfoque sistémico,… y
finalmente donde confluyan los aportes de la interdisciplinariedad científica, dentro de lo
que la disciplina psicológica juega un papel de gran importancia, porque esta disciplina es
la que de forma precisa estudia al ser humano en su comportamiento, lo que
inevitablemente se relaciona con la integridad del ser humano en su totalidad (p. 45).
A lo ante expuesto, es pertinente puntualizar a continuación el planteamiento del problema de
la investigación. Esto permite, conocer comprender y entender la pertinencia y relevancia de la
investigación realizada.
Planteamiento del Problema Bajo Estudio
De acuerdo al Registro Central de Cáncer de Puerto Rico (RCCPR), cada año el diagnóstico
de cáncer toca las puertas de los hogares puertorriqueños, siendo la enfermedad que causa mayor
número de mortalidad en la Isla. Según esta organización, el cáncer es la segunda causa de
muerte en Puerto Rico y provoca alrededor de 5,309 muertes cada año. Durante el año 2014,
último año reportado por esta organización, aproximadamente 15,734 puertorriqueños fueron
diagnosticados con algún tipo de cáncer (Torres-Cintrón, et al., 2017).
El cáncer es una enfermedad que conlleva el desarrollo descontrolado de células anormales,
por la pérdida de las capacidades de comunicarse con otras células, de regular su crecimiento y
controlar su división. Como consecuencia, se forman los tumores benignos, que son aquellos no
cancerosos y que una vez extirpados no vuelven a crecer, ni a expandirse. Los tumores
malignos, por el contrario, son cancerosos y se pueden esparcir a otras partes del cuerpo (Marín
López, et al., 2010).
Surbone et al. (2010), destacan el éxito de los nuevos tratamientos que se han creado para
contrarrestar los síntomas causados por el cáncer en todas sus manifestaciones, además de la
prolongación de vida y en curar la condición. Sin embargo, los autores puntualizan que otros
tratamientos tradicionales como lo es el biomédico, no prestan atención a los aspectos
psicosociales, neuropsicológicos o ambientales. Siendo poco o irrelevantes los factores
psicológicos, emocionales, y sociales al darle importancia al componente físico cuando se
diagnostica a un paciente con cáncer. Los autores plantean, que tanto las dificultades médicas y
psicosociales relacionadas a la condición, tienen su origen al momento del diagnóstico y su
tratamiento. Por lo que recomiendan que se atienda estas particularidades desde el primer
encuentro con el paciente.
De acuerdo a Sala (2006), cuando una persona recibe un diagnóstico de cáncer, el mismo
irrumpe en la vida de la persona como algo inesperado que lo altera en todos los aspectos. Por lo
que se espera el comienzo de un proceso durante el cual el individuo tendrá que enfrentarse a
diferentes y numerosos estresores que interfieren en su vida normal. Además, de cambios a nivel
fisiológico, psicológicos, sociales y espirituales que tiene que ver con la calidad de vida del
paciente afectado por los efectos secundarios derivado de los diferentes tratamientos sometidos.
Estos efectos secundarios varían de acuerdo al tratamiento, al tipo de cáncer, el curso de la
enfermedad y de las particularidades individuales del sujeto. De acuerdo a Scharf (2005),
algunos efectos que pueden surgir de los diferentes tratamientos oncológicos se encuentran: la
alteración en la imagen corporal, fobias a los instrumentos utilizados en lo tratamientos,
disfunciones sexuales, malestar físico, ansiedad, dolor, entre otros. Siendo estos algunos de los
efectos que pueden generar dificultades en la adherencia al tratamiento, por lo que terminan
abandonando el mismo.
Ante tales efectos y las necesidades que enfrenta el paciente oncológico diagnosticado con
algún tipo de cáncer, se pretendió en la investigación realizar una mirada desde el significado de
un grupo de profesionales de la salud. Aquellos profesionales inmersos en el tratamiento y
cuidado del paciente oncológico en el cual deben distinguir las dificultades periódicas que
caracterizan la adaptación de los pacientes con diagnóstico de cáncer, para así trazar una
correspondencia eficaz entre las necesidades de los pacientes y las intervenciones para el
tratamiento (Villegas Moreno, 2009).
Según Font Guiteras (2003; citado en Rivero Burgo et al., 2008), en la comunidad científica
hay un consenso amplio referente a que las intervenciones psicológicas dentro del área clínica y
de la salud aportan al mejoramiento de la calidad de vida de los pacientes oncológico. Siendo
eficaz la terapia psicológica para minimizar cambios emocionales y de forma positiva la
adaptación a los nuevos cambios que surgen. Por lo que facilita el paso por la enfermedad con
un menor desgaste psicológico y contribuye a una mayor recuperación en todos los niveles,
físicos, psicológicos y sociales.
Sin embargo, el modelo médico sigue prevaleciendo en la comunidad médica reduciendo los
aspectos psicológicos, sociales y espirituales a causa bioquímicas, descartando la psicología en la
intervención con el enfermo. Oblitas (2008) expone que la filosofía que acompaña al modelo
médico involucra un reduccionismo en el cual todo fenómeno biológico se deben a causas
bioquímicas. Ante esto, el autor afirma que el dualismo mente-cuerpo sostiene que las causas
somáticas y psicológicas de la enfermedad se descartan, siendo el cuerpo y la mente dos
entidades diferentes.
De acuerdo a Serra (2005; citado en Henriques, 2011), para el bienestar de los pacientes
oncológicos, considera fundamental que los médicos y enfermeros/as tengan la capacidad de
comprender y respetar los diferentes significados, interpretaciones y expresiones del dolor. Que
tengan las destrezas de reflexionar en aquellas áreas de necesidad, valores internos y como estos
se encuentran en las referencias sociales y culturales de los pacientes oncológico. El autor
resalta que las percepciones de los profesionales y de los pacientes pueden ser divergentes, pero
deben valorarse y considerarse para poder prestar cuidados apropiados y de efectividad, tanto al
paciente oncológico como a la familia.
Ante estos argumentos y posturas, lleva a considerar la importancia de investigar el
significado de un grupo de profesional de la salud inmerso en el trabajo oncológico sobre
aquellas posibles áreas de necesidades que surgen en el proceso del diagnóstico y tratamiento del
paciente. Esto permitirá aportar información importante desde una perspectiva clínica que ayude
a la mejoría psicológica, social y espiritual de los pacientes con cáncer, a obtener mayor
información centrada en el paciente e información relevante que permita realizar intervenciones
según las necesidades.
Objetivos Generales de la Investigación
Debido a estos planteamientos, surge la necesidad de realizar investigaciones en torno al tema
del cáncer con una mirada hacia el significado de los profesionales de la salud, en cuanto a las
implicaciones de la enfermedad en el paciente con diagnóstico de cáncer. La investigación tuvo
como objetivo primordial, conocer las necesidades psicológicas, psicosociales y espirituales de
los pacientes con diagnóstico de cáncer en Puerto Rico, según el significado de un grupo de
profesionales de la salud (inmersos en el tratamiento y cuidado del paciente oncológico), como
resultado de sus circunstancias individuales, emocionales, experienciales y su contexto de
trabajo. Por lo tanto, la investigación permitió aportar de forma positiva a las intervenciones que
se realizan con esta población desde la medicina. Además, nuevos conocimientos a los
profesionales de la salud, con información que ayuda a optimizar el proceso de atención al
paciente oncológico.
Por otra parte, se entiende que el conocer y analizar el significado, permite acercarnos a la
experiencia y comprensión del profesional de la salud, generando conocimiento que apoye la
necesidad de promover la inclusión y abordaje de la psicología clínica en el proceso de atención
e intervención del paciente oncológico. Ratificando un espacio y reconocimiento de la función
del psicólogo clínico en el equipo interdisciplinario para el tratamiento del cáncer. Tomando en
consideración el impacto emocional del cáncer en el enfermo y su entorno, las necesidades y
demandas a las que están expuestos, como lo señalan investigaciones en Puerto Rico (Pons-
Madera, et al., 2014; Costas Muñiz, 2010; Rodríguez Loyola, 2010) y en otras partes del mundo
(Llinares Insa, et al., 2010; Palacios-Espinosa y Ocampo-Palacio, 2011; Olivero Aríza, et al.,
2010), se debe establecer atención de calidad al enfermo de cáncer desde la integración mente-
cuerpo bajo el modelo bio-psico-socia-espiritual.
Permite el desarrollo de nuevos conocimientos, ampliando los existentes para una mejor
atención y comprensión de las implicaciones ante un diagnóstico de cáncer en el área
psicológica, social y espiritual para el paciente oncológico. Ofreciendo una mejor calidad de
vida y bienestar, al promover nuevas herramientas que permitan trabajar sus necesidades desde el
significado del profesional.

Justificación y Relevancia de la Investigación


Una de las enfermedades más preocupante y alarmante que afecta a los seres humano hoy día,
es el cáncer. De acuerdo a las estadísticas del National Cancer Institute (2018), el cáncer es
considerado como la principal causa de muerte en todo el mundo, reportando para el año 2015,
una cifra de 14,1 millones de nuevos casos, y 8.2 millones de muertes. Palacio-Espinosa y
Ocampo-Palacio (2011) destacan un comportamiento epidemiológico mostrando un aumento
gradual de los casos a nivel mundial. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud
(2018), se estima que para el año 2030 haya un pronóstico de 23,6 millones de casos nuevos de
cáncer, y de estos 17 millones podrían ser mortales, de no tomar medidas adecuadas.
Ante esta realidad, en Puerto Rico el cáncer es considerado la segunda causa de muerte en
hombres y mujeres causando el mayor número de muertes prematuras, siendo uno de los
principales problemas de salud pública (Pons-Madera, et al., 2014). Los datos presentados por
los autores: Torres-Cintrón, et al. (2017), señalan que en la Isla murieron alrededor de 5,407
personas en el 2014 (último año reportado), por esta condición, 188 muertes más que en el año
2013. Se destaca, que para el año 2012 se reportó la mayor cantidad de fallecimientos reportados
en la Isla.
Los hombres muestran la tasa más alta de fallecimiento por cáncer que en las mujeres. Para el
año 2014 se reportaron 3,025 (55.9%) hombres fallecidos y 2,382 (44.1%) mujeres. La mediana
edad de fallecimientos reportados es de 73 años en hombre y 72 años en mujeres (Torres-
Cintrón, et al., 2017). Los pueblos del sur de Puerto Rico reportan la mayor cantidad de
fallecimiento por cáncer (Registro Central de Cáncer de Puerto Rico, 2015; Zavala-Zegarra,
2015).
Desde 1987 al 2014, se ha reportado un aumento en la incidencia de cáncer en hombres y en
mujeres. En hombre se reporta un aumento que va de 319.8 a 408.1 por 100,000 habitantes y en
mujeres de 224.2 a 323.5 por cada 100,000 habitantes. Es decir, el aumento de la tasa de
incidencia de cáncer, mostró un incremento anual de todo tipo, de 0.6% en hombres y 1.5% en
mujeres aproximadamente por año, durante 17 años, siendo estadísticamente significativo. Para
el 2014, último año reportado, 15,734 puertorriqueños fueron diagnosticados con algún tipo de
cáncer en la Isla (Torres-Cintrón, et al., 2017). Se destaca, que la mayor cantidad de diagnósticos
de cáncer en la isla, fueron los municipios del área sur para el periodo que comprende del 2008
al 2012 (Registro Central de Cáncer de Puerto Rico, 2015; Zavala-Zegarra, 2015).
Las personas con mayor incidencia están entre las edades de 65 a 79 años con un 40.8%. El
cáncer prostático es el de más incidencia en hombre con un 35.5 %, el cáncer de seno en las
mujeres con un 27.7 % y en segundo lugar el cáncer de colon y recto en hombres como en
mujeres, representando el 12.9% y el 11.6% respectivamente para el año 2014 (Torres-Cintrón, et
al., 2017).
Por lo tanto, se evidencia que son cada vez más las personas que son diagnosticadas con algún
tipo de cáncer y por consiguiente que estén en riesgo de estar expuestas a que su bienestar
psicológico, psicosocial y espiritual se vean afectadas. De acuerdo a Torres-Cintrón et al.,
(2017) 1 de cada 3 individuos nacidos en Puerto Rico hoy, corren el riesgo de padecer algún tipo
de cáncer en el trascurso de su vida. A esto se le añade que el cáncer tiene una representación
social negativa, donde es vista como una de las enfermedades más graves de nuestros tiempos
debido a su elevada prevalencia, morbilidad y mortalidad, además de su impacto psicológico y
emocional. En este sentido, la consideración de conocer otras posturas y conocimientos en
cuanto a las necesidades presentadas por los pacientes con cáncer desde el significado de los
profesionales de la salud inmersos en el tratamiento y en su cuidado, son fundamentales para el
manejo integral y multidisciplinario del fenómeno oncológico.
La investigación realizada, aportó a la comprensión y entendimiento de los procesos que el
enfermo de cáncer experimenta en el trascurso de su diagnóstico, tratamiento y enfermedad.
Además, la creación, adopción e incursión por parte de los profesionales de la salud y otras
disciplinas involucradas en el tratamiento y cuidado del paciente oncológico, de herramientas,
medidas, y acciones a seguir que aporten en el beneficio y tratamiento con el fin de optimizar el
proceso de atención de estos pacientes. Es decir, permitió abonar a la exploración, descripción y
comprensión de las necesidades psicológicas, psicosociales y espirituales que atraviesa un
enfermo con diagnóstico de cáncer durante su proceso de enfermedad.
Por otro lado, en cuanto a la aportación al campo de la psicología clínica como disciplina, cabe
destacar que la investigación en el quehacer psicológico supone analizar y explorar marcos
conceptuales más amplios a partir de las experiencias de un grupo de profesionales de la salud.
Creando nuevas posturas que brinden y ayuden en la creación y desarrollo de estrategias de
intervención más efectivas para trabajar con esta población que va en aumento. Además de
promover otras investigaciones donde se tome en consideración a los profesionales en oncología
y otras disciplinas. Considerando que en Puerto Rico la literatura y las investigaciones
encontradas referente al significado de los profesionales de la salud en torno al cáncer son muy
pocas. Se han realizado principalmente, tesis, disertaciones doctorales y estudios sobre:
necesidades psicológicas (Rodríguez Loyola, 2010); estilo de afrontamiento (Figueroa Morales,
2013); calidad de vida (Casanova Arroyo, 2010); ajuste psicosocial (Guiliani Toro, 2009);
procesos de adaptación (Ortiz Correa, 2013); modelos de intervención (Torres Torres, 2004);
perfiles psicológicos, sociales y espirituales de los pacientes oncológicos adultos (Pieraldi-
Matos, 2006). Nos, resulta meritorio brindar mayor atención general, sobre aquellas necesidades
que experimenta el paciente cuando es diagnosticado con cáncer y su proceso de adaptación, de
manera saludable y los cambios que subyacen de esta.
Marco Conceptual
Se recoge en la literatura que los factores que están involucrados en la aparición y curso de la
enfermedad del cáncer son tan variados y diversos como complejos (Narro Robles, 2011; Zarate
Méndez, 2011; Aguilar Cordero, et al., 2012). Factores biológicos, ambientales, alimentarios,
psicológicos, sociales y espirituales, pueden ejercer de forma directa e indirecta o ambas, y
afectar el curso y pronóstico del cáncer (Tschuschke, 2011). Es por tal razón, que entendemos
que el cáncer debe ser abordado como una enfermedad compleja en la cual intervienen múltiples
factores que afectan al individuo que lo padece. Es por ello, que para poder atender las
demandas que manifiesta el paciente oncológico desde el primer día de su diagnóstico de forma
eficaz, se debe tomar un marco teórico que considere aquellos factores involucrados que afectan
al paciente. Ante esto, se identificó como el marco conceptual para la investigación realizada, el
modelo Bio-psico-social de la psicología de la salud propuesto por George L. Éngel. El mismo
permite explicar, abordar y conceptuar las necesidades psicológicas, psicosociales y espirituales
de los pacientes con diagnóstico de cáncer en Puerto Rico, según el significado de un grupo de
profesionales de la salud.
De acuerdo a la literatura, las bases teóricas del modelo bio-psico-social sobre la salud fueron
presentadas por George L. Éngel, psiquíatra norteamericano en el año 1977. El modelo surgió
como necesidad ante el modelo biomédico, el cual imperaba a mediados del siglo XX en las
sociedades industrializadas (Comisión Nacional de Formación Asociación Proyecto Hombre,
2015). En el cual, el ser humano es analizado como máquina desde sus partes y la enfermedad es
vista como la falla de los mecanismos biológico. Es por lo tanto, que el trabajo del médico es
intervenir química o físicamente para modificar las irregularidades de un mecanismo especifico
(Vinaccia Alpi y Quiceno Sierra, 2006). Ante esto, separa la mente del cuerpo y las emociones
del individuo, sin tener alguna interacción entre ambos. En adición, criticó la postura de un
modelo de causa y efecto, ya que consideraba más complejo al interactuar unos con otros una
serie de sistemas en el individuo (Comisión Nacional de Formación Asociación Proyecto
Hombre, 2015).
Sperry (2008, citado en Juárez, 2011) indica que el modelo bio-psico-social se apoya de la
teoría general de sistema propuesta por Von Bertalanfy, el cual acepta la multiplicidad de causas
en la salud. Es por lo tanto, que plantea una integración y conocimiento metodológico de los
niveles, biológicos, psicológicos y sociales que involucran al ser humano. Esto permite la unión
de representaciones muy diversas en un pensamiento holístico dentro del modelo bio-psico-
social según el autor. Este modelo enfatiza la influencia de los factores psicológicos y sociales
por encima de los factores biológicos, además del mantenimiento de la salud, el desarrollo y el
curso de la enfermedad (Rodríguez Suárez, et al., 2006). Esto permite una gran flexibilidad en la
comprensión de la salud y la libertad para explicar los múltiples factores presentes en la salud de
los individuos.
El modelo bio-psico-social desde la psicología de la salud presenta como objetivo de estudio
el comportamiento humano incluyendo sus cogniciones, respuestas fisiológicas y sus conductas
manifiestas (Vinaccia Alpi y Quiceno Sierra, 2006). Bishop (1995) define el modelo bio-psico-
social como un acercamiento integral de la enfermedad enfatizando una dependencia reciproca
de los factores físicos, psíquicos y sociales que contribuyen en ella, además de abordar la
enfermedad en todas sus etapas. De acuerdo a León Rubio, et al. (2004), autores del libro:
Psicología de la salud y de la calidad de vida, el modelo bio-psico-social promueve un enfoque
salutogénico para la salud y no, un enfoque patogénico como promueve el modelo biomédico.
Estos autores destacan que el enfoque salutogénico del modelo bio-psico-social, considera más
la variedad de factores causales para explicar la enfermedad, rechazando el reduccionismo y el
origen patológico de la enfermedad que promueve el modelo biomédico. El cual, no considerar
la interacción de otros factores causales involucrados en el origen de la enfermedad, viendo la
misma como una causa especifica (León Rubio, et al., 2004). Vinaccia Alpi, et al. (2006),
resaltan que la salud y la enfermedad en el ser humano está determinada en gran parte por los
ecosistemas en los que se encuentran inmersos y en los ambientes que se mueve (social y físico).
El enfoque salutogénico que promueve el modelo bio-psico-social, permite abordar y conocer la
interacción de factores biológicos, psicológicos, sociales y espirituales en el individuo con
diagnóstico de cáncer y como esto influye en su tratamiento desde el significado de los
profesionales de la salud.
El modelo bio-psico-social rechaza el dualismo mente-cuerpo al destacar la importancia de la
presencia de las diferentes conexiones de los sistemas biológicos, psicológicos, sociales, y otros
en el individuo. Por lo que, si estos sistemas son afectados o presentan un desequilibrio en uno o
cualquiera, afectará a todos los demás, inferior o superiores (León Rubio, et al., 2004). Para
propósitos de la investigación, permite conceptualizar que ante un diagnóstico de cáncer en el
individuo, en alguna parte del cuerpo producirá un cambio a nivel de tejido en la persona,
afectando el sistema celular que corresponde al nivel inferior (biológico). A su vez, tiene una
repercusión a nivel superior correspondiente a su persona, (en carácter emocional, sociales y
espirituales). Desde ese punto de vista, la actitud y el estilo de vida son factores importantes que
inciden en el comienzo o desarrollo de la enfermedad.
Para León Rubio, et al. (2004), el modelo bio-psico-social está orientado en alcanzar un
equilibrio en el funcionamiento de cada sistema a través de la autorregulación, esto quiere decir
que a nivel físico seria la homeostasis, y a nivel psicosocial la salud. Ante esto, los autores
resaltan que el individuo tiene inherencia y responsabilidad en todo lo relacionado a su salud,
siendo esto diferente a lo que propone el modelo biomédico. Añaden, que el modelo bio-psico-
social promueve la interacción activa del individuo en la responsabilidad de su salud y no se
limita sólo a factores patológicos específicos que producen la enfermedad, sino que considera
otros factores no biológicos. Vinaccia Alpi, et al. (2006) destacan que el nivel de salud de un
individuo, es en parte responsabilidad de la conducta de la persona al estar condicionada por
características biológicas, psicológicas y por el ecosistema propio del individuo. Por lo que la
conducta del individuo interactúa mutuamente con su propia salud.
Por otra parte, el modelo bio-psico-social destaca la importancia de la salud y la enfermedad al
darse ambos en un mismo proceso. Promueve la prevención de la enfermedad y la promoción de
la salud. Favorece un afrontamiento multi-intersciplinariedad ante los problemas de salud, en
este caso el cáncer para el bienestar del enfermo. Además, considera la salud como problema
social y político, en el cual es inherente de la comunidad profesional para su planteamiento y
solución (León Rubio, et al., 2004).
Ante lo expuesto, queda claro que el hombre es un sistema complejo por múltiples factores
que influyen entre sí, y no por un factor único. El modelo bio-psico-social permite plantear que
hay factores que afectan la salud y el desarrollo del individuo, al trasmitirse la salud y la
enfermedad de forma continua y simultánea. Por consiguiente, se puede conceptualizar que el
componente biológico busca comprender cómo el cáncer se desarrolla y se comporta en el
organismo. El componente psicológico encuentra causas psicológicas, para la desestabilidad
emocional, con síntomas de: depresión, ansiedad, tristeza, desesperanza, miedo, entre otros. El
aspecto social investiga cómo los diferentes factores sociales, como la familia, la cultura,
recursos económicos, la comunidad y la religión, puede influir en la recuperación y curso de la
enfermedad. Por lo que los recursos biológicos, psicológicos, sociales y espirituales que tenga el
individuo será clave en la capacidad de adaptación a su ecosistema y a las exigencias del mismo
(León Rubio, et al., 2004).
En conclusión, la comprensión de la salud como bienestar de un organismo como tal, está
relacionada con las características de los aspectos biológicos, del ecosistema en el que está
sumergido el individuo (aspectos sociales), de sus experiencias personales (aspectos
psicológicos), por lo que se la salud se manifiesta a través del comportamiento (Vinaccia Alpi, et
al., 2006).
Objetivos Específicos
Luego de analizar los hallazgos encontrados en la revisión de literatura referente al cáncer, las
implicaciones del diagnóstico en el bienestar del paciente y la inherencia del psicólogo clínico en
el tratamiento oncológico, se tomaron en consideración los siguientes objetivos específicos, los
cuales permitieron comprender el tema de investigación. Estos son:
1. Describir las necesidades de los pacientes con diagnóstico de cáncer, según el
significado otorgado por un grupo de profesionales de la salud.
2. Identificar indicadores de necesidades en los pacientes con diagnóstico de cáncer
según el significado otorgado por un grupo de profesionales de la salud.
3. Evaluar el significado que le otorgan un grupo de profesionales de la salud, a la
relevancia y prioridad de atender las necesidades psicológicas, psicosociales y
espirituales en el tratamiento que se le ofrece al paciente con diagnóstico de cáncer.
4. Conocer las ideas u opiniones que tienen un grupo de profesionales de la salud, en
torno a la inclusión del psicólogo clínico como parte del tratamiento y equipo
interdisciplinario que reciben los pacientes con diagnóstico de cáncer.
Estos objetivos específicos permitieron identificar las dimensiones de análisis, que a
continuación se presentan.
Dimensiones Bajo Análisis
Para entender la importancia de la investigación realizada, se presenta a continuación las
dimensiones y categorías bajo análisis para obtener una amplia comprensión de los objetivos y
propósito del estudio.
1. Significado de necesidades
Esta dimensión permite explorar y conocer los significados que le otorgan un grupo de
profesionales de la salud a las necesidades de los pacientes oncológicos de Puerto Rico,
según el reconocimiento, interpretación y significado elaborado a partir de su juicio,
simbolización y experiencia laboral en las siguientes categorías: necesidades psicológicas,
necesidades psicosociales y necesidades espirituales.
2. Significado de indicadores de necesidades
La dimensión permite recoger de un grupo de profesionales de la salud, aquellos
indicadores observados en los pacientes oncológicos como parte de su proceso de
enfermedad en las siguientes categorías: indicadores psicológicos, indicadores
emocionales e indicadores cognitivos.
3. Relevancia de la atención de las necesidades psicológicas, psicosociales y espirituales
Esta dimensión permite que los participantes puedan brindar su opinión en torno a la
relevancia y prioridad de la atención de las necesidades en el tratamiento de los pacientes
con diagnóstico de cáncer en Puerto Rico, como parte de su tratamiento oncológico en las
categorías: bienestar físico, bienestar emocional y calidad de vida.
4. Inclusión del psicólogo clínico en el tratamiento oncológico
La dimensión permite conocer las ideas, opiniones y experiencias que tienen los
participantes en torno a la inclusión e inherencia del psicólogo clínico en el ambiente
oncológico en las siguientes categorías: abordaje de la sintomatología psicológica,
identificación de estrategias de afrontamiento, red de apoyo en la adaptación del
diagnóstico y complementa los servicios brindado a la población oncológica.
Definiciones de Términos Importantes
A continuación, se presentan las definiciones de los aspectos importantes relacionados a la
investigación realizada:
1. Necesidades Psicológicas
Significado otorgado por los participantes concernientes a las necesidades psicológicas
que sugieren la presencia de ciertas características repetidas, expresiones afectivas y
cognitiva de los pacientes atendidos con diagnóstico de cáncer, como: seguridad,
aceptación, comprensión, protección, libertad, etc. En otras palabras, todas aquellas
reacciones físicas, conductuales y emocionales que manifiesta una persona cuando se
percibe en peligro, utilizando entonces sus recursos internos para afrontar la situación
presente, el cáncer (Centeno-Girona et al., 2013; Rodríguez Loyola, 2010; Yélamos et al.,
2009).
2. Necesidades Psicosociales
Se refiere al significado otorgado por los participantes en relación a las necesidades
observadas que sugiere la presencia de ciertas características repetidas, expresión afectiva
y verbalizaciones de los pacientes atendidos diagnosticados con cáncer.
Se consideran los aspectos sociales que por lo generan fluctúan a través del tiempo. A
partir de estas, se reconocen como necesidades psicosociales: dificultades económicas,
asistencia financiera para manejar los costos del tratamiento, apoyo familiar al cuidador,
vida social (cambio en el desempeño de actividades laborales, del hogar, matrimonial y
relaciones con otras personas), redes de apoyo, etc. (Surbone, et al., 2010).
3. Necesidades Espirituales
Será la experiencia dada por un grupo de profesionales de la salud, en relación a las
necesidades identificados de los pacientes diagnosticados con cáncer. Que sugieran la
presencia de ciertas conductas y verbalizaciones repetidas vinculadas a una práctica
espiritual y religiosa que lleve al paciente a cuidar, entender o recuperar sus creencias o
fe, con el objetivo de cubrir unas necesidades en su interior.
En estas se contemplan las siguientes necesidades espirituales: la necesidad de
comprender la enfermedad o la muerte, la esperanza, el significado de la vida, y fortalezas
interiores para manejar el sufrimiento provocado por el diagnóstico de cáncer. Además,
de la utilización de la fe y la espiritualidad como herramienta de consuelo, para obtener y
conservar una calidad de vida que permita al paciente oncológico alcanzar sus metas y
superar los desafíos de salud que debe afrontar, practicar actividades espirituales (lectura
religiosas, música religiosa, mensajes religiosos, oraciones, entre otras) (Centeno- Girona,
et al., 2013, p.23; Quintero Laverde, 2000; Galvis-López y Pérez-Giraldo 2011; Rivera
Ledesma, et al., 2014).
4. Indicadores Psicológicos
Significado otorgado por los participantes sobre aquellas manifestaciones presentadas con
mayor frecuencia, identificadas en los pacientes oncológicos que reflejen síntomas
psicológicos en respuesta a su diagnóstico de cáncer, tales como: cambios en el estado de
ánimo, síntomas depresivos, síntomas de ansiedad, estrés, problemas adaptativos,
angustia, problemas del sueño, alimentarios, actividades hipocondríacas, etc. (Torres
Torres, 2004; Velázquez Martínez, et al., 2007; Yélamos y Fernández, 2011; Villegas
Moreno, 2009).
5. Indicadores Emocionales
Significado dado por los participantes sobre aquellas manifestaciones observadas del
paciente oncológico como consecuencia de su diagnóstico de cáncer tales como: miedo,
temores, tristeza, enojo, hostilidad-irritación, disgusto, etc. (Zorrilla Ayllón, 2016; Baravo
González, 2010).
6. Indicadores Cognitivos
Significado otorgado por un grupo de profesionales de la salud, sobre aquellas
verbalizaciones del paciente oncológico que reflejen: deterioro cognitivo, pensamientos
de desesperanza, pensamiento de muerte, baja autoestima, culpa, etc. (Zorrilla Ayllón,
2016; Cruzado Rodríguez, et al, 2011).

7. Cáncer
Se define el cáncer, como el desarrollo de células anormales fuera de control que pierden
su capacidad de comunicarse con otras células, de regular su crecimiento y controlar su
división y por consecuencia se forman los tumores (Estrada-Merly, et al., 2017).
8. Paciente Oncológico
El término paciente oncológico será utilizado para nombrar a toda persona que padece
físicamente de cualquier tipo de cáncer y que al momento de la investigación reciba
cualquier tratamiento y atención médica de un profesional de la salud.
9. Profesional de la Salud
Todo profesional de la salud inmerso en el tratamiento y cuidado de pacientes
oncológicos, que disponga de una licencia, que esté acreditado o certificado por las
entidades correspondientes, que le permita ejercer la práctica en la cual pueda ofrecer
determinados servicios de cuidado de la salud según disponen las leyes estatales y
reglamentos correspondiente de Puerto Rico, (Oficina de Comisionado de Seguridad del
Estado Libre Asociado de Puerto Rico, s.f.).
10. Psicólogo Clínico
Todo individuo que posea licencia o esté autorizado por la Junta Examinadora de
Psicólogo a ejercer la práctica de la psicología en Puerto Rico. Dentro de esta práctica se
considera la especialidad del psicólogo clínico, concerniente al área de la aplicación de
principios, métodos y procedimientos para conocer, evaluar, tratar y prevenir disfunciones
o incomodidades de naturaleza intelectual, emocional, psicológica o conductual. Los
servicios se ofrecen en una variedad de escenarios (Junta Examinadora de Psicología de
Puerto Rico, 2013).
CAPÍTULO II
Revisión de Literatuara
A través de la literatura se evidencia el desarrollo y evolución que ha tenido la ciencia para
con el hombre. Ciencia, que se ha fundamentado en un pensamiento mecanicista en el cual los
individuos son tratados como máquinas complejas, siendo el foco principal del modelo
biomédico. Modelo, que tiene una visión en la recuperación física del cuerpo de la persona, más
que en las diferentes reacciones psico-afectivas que pueden presentar las personas durante el
desarrollo de la enfermedad (Jiménez, 2005). Este autor sin embargo, resalta y puntualiza, que a
partir de la segunda mitad del siglo XX, se abre una brecha dentro del paradigma científico
natural de la medicina, para la consideración científica de los aspectos psicológicos, sociales y
espirituales de la enfermedad y la curación.
Estos cambios paradigmáticos, han permitido que se consideren las aportaciones de la
psicología en el tratamiento del cáncer y que se reconozca la atención profesional de los aspectos
psicológicos, psicosociales y espirituales, durante el trascurso de la enfermedad. Esto, ante
alteraciones psicológicas y psicosociales que afectan y reducen la calidad de vida del paciente, la
baja adhesión a los tratamientos médicos, además de conductas poco saludables, dificultad para
cuidarse así mismo, cambios en las funciones neuroendocrinas e inmunitarias, que pueden
ayudar al aceleramiento del cáncer (García-López, et al., 2008; Antoni, 2003, citado en Pocino,
et al., 2007).
Por otra parte, en el aspecto espiritual se ha encontrado evidencia que en momentos de
enfermedad, las personas tienden a buscar de un ser espiritual o un Dios, aunque en su diario
vivir no practiquen una vida religiosa (Quiceno y Vinanccia, 2009). Estos autores atribuyen a la ​
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atribuyen a la búsqueda de sentido de la vida, al enfrentar situaciones estresantes como lo puede


ser un diagnóstico de cáncer. Por consiguiente, los aspectos espirituales-religiosos son utilizados
como herramienta de afrontamiento ante la enfermedad, que puede ayudar al enfermo a mejorar
su calidad de vida, a tener bienestar emocional-psicológico, felicidad, disminución de niveles
altos de depresión, y de ansiedad, disminución de conducta adictiva y suicida, puntualizan estos
autores.
El presente capítulo se desarrolló con la finalidad de recopilar literatura relacionada al tema de
investigación, las necesidades psicológicas, psicosociales y espirituales de los pacientes
diagnosticados con cáncer en Puerto Rico, según el significado de un grupo de profesionales de
la salud. Presenta literatura sobre aspectos generales relacionados al paradigma mente y cuerpo,
y como la experiencia y el significado construyen la percepción. Información que permite
comprender y entender el cáncer, desde su definición hasta las implicaciones ante el diagnóstico
en la persona y en adición investigaciones en torno a las dimensiones bajo estudio.
La Relación Mente y Cuerpo en la Comprensión del Cáncer
La relación mente-cuerpo es un paradigma que ha tenido a lo largo de la historia del hombre
muchas interrogantes desde los antiguos griegos hasta el presente, que ha llevado a la creación de
diferentes respuestas para explicar dicha relación (Czerlowski, 2008). De acuerdo a Céspedes
(2014), la comprensión sobre los orígenes de los paradigmas, han denotado cambios y
transformaciones. Estos cambios han generado pasos a nuevos modelos y formas de entender los
fenómenos de la salud y la enfermedad, para comprender y entender al ser humano y su
psicología. Esto ha generado discusiones que han sugiriendo modelos holísticos, que permitan
una mejor comprensión del ser humano en el contexto de salud y enfermedad. Esto, a raíz de
asociaciones entre el estado físico-psicológico del ser humano y el curso de las enfermedades
(Lemos Hoyos, et al., 2008). Es por ello, que a continuación se propone revisar el trasfondo
histórico sobre los paradigmas concernientes al dualismo mente y cuerpo para la comprensión
del cáncer.
Entre las figuras más destacadas que aportaron al pensamiento humano y al conocimiento para
comprender la relación entre la mente y el cuerpo, se encuentra la persona de Hipócrates (400
a.C.). Considerado el padre de la medicina clínica, comenzó a inferir sobre las causas
concernientes al origen natural de la salud y de la enfermedad. Consideraba que las bases para
una buena salud en un individuo estaban en tener una vida sana, con moderación en sus
actividades, en armonía con la naturaleza y la enfermedad se debía a un desequilibrio físico o
psíquico (Forero Caballero, 2003).
Para Katz Bercovitz (2007), Hipócrates introduce en la ciencia el conocimiento de la conexión
entre la salud física y las emociones, concluyendo que la enfermedad es el producto de la
respuesta del cuerpo ante la existencia de un desequilibrio emocional y mental en el ser humano.
Por lo que la enfermedad como patología general, tiene como etiología causas internas y
externas. Siendo uno de los principios del método hipocrático, el estudio del paciente y no de la
enfermedad, considerando el sufrimiento del paciente lo más importante para un médico.
Por otra parte, en siglo IV a. C. Platón (469-399 a. C.) filósofo griego dice lo siguiente:
Nunca intentarás curar el cuerpo sin curar el alma, está es la razón por lo que los médicos
de la Hélade desconocen la cura de muchas enfermedades, pues ignoran el todo, que
también debe ser estudiado. Este es el gran error en nuestros días en el tratamiento del
cuerpo humano: los médicos separan el alma del cuerpo (Guerrero y León, 2008, p. 621).

Rene Descarte (1596-1650) presentó un universo que trabaja de forma mecánica.


Considerando al universo la máquina de un reloj, por lo que la naturaleza no tenía alma y se
encontraba muerta. Isaac Newton (1643-1727) acentuó la importancia del reduccionismo,
estableciendo que la vida se puede determinar y reducir sus partes para una mejor comprensión.
Subrayó que el estudio de la naturaleza debe ser únicamente objetiva y con la observación se
debe lograr un reflejo exacto de lo observado. Bajo esta postura científica-mecanista, se
comenzó a ver al universo y el cuerpo humano como una máquina. Surge una nueva ontología,
al verse todo fragmentado, y el utilizar una metodología que separa el todo en partes. Es por ello,
que al universo además de ser analizado como máquina, se concibió como tal (Vargas Téllez,
2005).
Durante el siglo XVIII, el paradigma newtoniano-cartesiano estableció una forma diferente de
ver al mundo. Postularon un mundo reduccionista, mecánico, separado y fijo, no existiendo nada
de vida o espiritualidad en la materia. Una rigurosa separación entre lo que es la mente y el
cuerpo, introduciendo el pensamiento de que el cuerpo humano es una máquina. Esto llevo a los
médicos a concentrase en el cuerpo olvidando los aspectos psicológicos, sociales y ambientales
de la enfermedad (Céspedes, 2014).
Capra, (1992, p.135), indica que la visión mecanicista introducida en la biología, dio paso a un
cambio en la forma de ver la salud y la enfermedad en los médicos. Siendo de influencia en el
pensamiento médico, resultando en el llamado modelo biomédico, origen de la medicina
moderna. El cuerpo humano era visto como una máquina que puede ser estudiado en partes, por
lo que la enfermedad era vista como la alteración de la máquina y por ende, la función del
médico era corregir dicha disfunción.
De acuerdo a Herrero Uribe (2008), a comienzos de siglo XX se presenta un nuevo paradigma
ante el surgimiento de la teoría de la relatividad en el 1905 por Albert Einstein y la introducción
de la física cuántica por Max Planck para el 1900. Estos trajeron consigo cambios de un mundo
mecanista propuesto por Descartes y Newton hacia una visión sistémica. Cambios que
generaron movimientos que trasformaron las ideas mecanista que veían al ser humano desde sus
partes, por una holística y ecológica. Llevando nuevas formas de pensar alineados hacia una
visión del hombre interrelacionado con aspectos biológicos, sociales, psicológicos y espirituales,
donde todo tiene que ver con todo.
Según Vanegas García y Gil Obando (2007), para el año 1977, surge el modelo Biosicosocial,
elaborado por George Engel, donde plantea un paradigma que incluye científicamente la
influencia del ser humano en la enfermedad. Por otro lado, para ese mismo año otras
concepciones surgían, el paradigma de la complejidad, la cual proyectaba un enfoque integrar de
la naturaleza y la sociedad (Romero Pérez, 2010). Otros modelos y teorías dentro de la
complejidad que permitieron entender el comportamiento del ser humano visto como un sistema
dinámico-complejo, lo es la Teoría del Caos y la Teoría de los Fractales. Estas teorías plantean
que la enfermedad no es sólo un fenómeno único de la biología y que los recursos terapéuticos
no se deben limitar solamente al fármaco e intervenciones orgánicas directas. Por lo que se debe
sustituir el reduccionismo y lo simple por un pensamiento complejo, donde se plantee la esencia
de los aspectos físicos, biológicos y sociales de la enfermedad (Chávez Grimaldi y Chávez
Grimaldi, 2006).
Para García-Rodríguez y Rodríguez-León (2009), el siglo XXI propone una perspectiva
integradora sin evitar su naturaleza compleja. Se pretende abordar la salud desde un sentido
holístico, sociocultural, para atraer a la naturaleza cósmica al ser humano, en su conexión con la
sociedad y la naturaleza. En adición, estos autores consideran un discurso de la salud abierto a
ideas integrales que promuevan el bienestar físico, psicológico y social del individuo.
Concluyen en el desarrollo de enfoques holísticos que integren la salud y que sirvan en la
integración de las partes al todo y del todo a las partes, ante la escasez de un mundo sistémico y
complejo.
La Significación Desde la Psicología
El estudio de la percepción se ha investigado en las últimas décadas dentro del campo de la
psicología, sociología, la antropología y otras disciplinas. Vista como un fenómeno complejo
con implicaciones tanto biológicas, sociales y culturales para su comprensión. Siendo objeto de
mucho interés e interpretaciones para designar y explicar aspectos psíquicos, fisiológico y
sociales. En esta última, ha permitido explicar aspectos del mudo de los grupos sociales como lo
son: las creencias, valores, y actitudes de los individuos, saliendo de lo que al principio solo era
sensorial y fisiológico (Vargas Melgarejo, 1994).
Para propósito de esta investigación se explora este término desde la psicología para tener una
mejor comprensión y entendimiento del significado que le otorgan un grupo de profesionales de
la salud a las necesidades psicológicas, psicosociales y espirituales de los pacientes con
diagnóstico de cáncer, a raíz de sus experiencias. Experiencia que dan paso a la elaboración de
significados, creencias y juicio, construyendo percepciones sobre fenómenos sociales como el
cáncer.
Según Oviedo (2004), la percepción en la psicología fue unos de los temas iniciales que dio
paso a la misma como ciencia, siendo objeto de múltiples intentos para lograr su explicación.
Siendo el movimiento Gestalt uno de los trabajos más integrales y ricos que produjo sus
principios explicativos. Surgió en las primeras décadas del siglo XX, en Alemania por los
investigadores Wertheimer, Koffka y Köhler. Donde consideraban la percepción como el
proceso primordial de la actividad mental, por lo que las actividades psicológicas como: la
memoria, el pensamiento, el aprendizaje, etc., depende del funcionamiento adecuado del proceso
de organización perceptual.
De acuerdo a Carterette y Friedman (citado en Arias Castilla, 2006), la Gestalt planteó la
percepción como el proceso por el cual se inicia la actividad mental, causando una revolución
copernicana en la psicología. La misma se fundamenta en la teoría filosófica de Kant, la cual
consideró la percepción subjetiva, mediante el cual se llevan a cabo una abstracción de hechos
relevantes o del mundo exterior. Además, planteó el supuesto que afirma que la acción mental
no es el resultado del mundo percibido, sino como el proceso de separación y selección de la
información relevante. Información que se encarga de formar un estado de entendimiento
consiente, permitiendo el funcionamiento coherente con el mundo circundante (Oviedo, 2004).
De acuerdo a Vargas Melgarejo (1994), la definición dada por la psicología para la percepción
es el proceso cognitivo de la conciencia en la cual se reconoce, interpreta y significa para
elaborar un juicio a base de las sensaciones adquiridas del ambiente físico y social. En adición,
intervienen otros procesos psíquicos como: la memoria, el aprendizaje y la simbolización. Este
autor sostiene que los estudios de la percepción desde la psicología y la filosofía han permitido
plantear el juicio como una de las características primordial de la misma. Dentro de los procesos
intelectuales consientes, la formulación del juicio es un modelo lineal en el cual la persona recibe
el estímulo, provocando una sensación y la intelectualiza en la formación de juicios u opiniones,
limitando a la percepción a la mente consciente. Más allá de un estímulo y respuesta, para
Vargas Melgarejo la percepción no se considera un proceso lineal sobre el individuo.
Corresponde a una serie de procesos, en el cual el individuo y la sociedad tiene un papel activo
en la conformación de percepciones particulares a cada grupo social.

¿Qué es el Cáncer?
El cuerpo humano dispone de diferentes tipos de células para un funcionamiento óptimo y
saludable, por lo que es muy importante que las células crezcan, se dividan y se reproduzcan.
Sin embargo, en ocasiones las células no funcionan como deben, por lo que este proceso se
descontrola y se dividen cuando no es necesario (American Society of Oncology, s.f.). Cuando
una célula se divide sin control, crece por miles, millones, y por billones dando paso al desarrollo
de una masa a la que se le conoce como tumor. Estos tumores pueden clasificarse como:
benignos o malignos (Centeno et al., 2013).
Según Centeno et al. (2013), los tumores benignos son aquellos que crecen
proporcionalmente, no son agresivos, no invaden, ni hace metástasis a otros tejidos u órganos. A
su vez, crecen de malignidad, pero no son una amenaza para la salud de la persona y en algunos
casos, luego de ser removidos no aparecen. Por otro lado, los tumores malignos son células
anormales que se dividen sin control, por lo que se consideran cancerosos al invadir y dañar
otros órganos y tejidos a su alrededor, por su capacidad de crecer rápidamente y de forma
descontrolada. Por lo que estas células se separan y entran al torrente sanguíneo, o vasos
sanguíneos del sistema linfático (Silver, et al., 2013), proceso llamado metástasis, en el cual el
cáncer se extiende del lugar de inicio a otras partes del cuerpo, como los nódulos linfáticos u
otros órganos (Centeno et al., 2013).
De acuerdo a la National Cancer Institute (2015.) existen aproximadamente 100 tipos de
cáncer que pueden llegar a afectar diferentes partes del cuerpo humano. Estos tipos de cáncer
son únicos, con características que los diferencian en sus sintomatologías, causas y tratamientos,
siendo algunos más comunes que otros. En su mayoría, se nombran de acuerdo al nombre del
órgano o de las células donde se originan. La American Society of Oncology (s.f.) clasifica el
cáncer en cinco tipos principales: el carcinoma, el sarcoma, la leucemia, el linfoma y por último
el melanoma.
Según clasifica el cáncer la American Society of Oncology (s.f.) y Centeno et al. (2013),
describen el carcinoma como el cáncer que comienza en los pulmones, la piel, las mamas,
además de los tejidos que cubren los órganos internos y glándulas, siendo este el más común. El
cáncer que comienza en los huesos, los cartílagos, los músculos, la grasa, los vasos sanguíneos o
cualquier otro tejido que proporcione soporte al cuerpo, es el sarcoma. La leucemia es el cáncer
que se origina en los tejidos que desarrolla la sangre, como la medula ósea y a su vez hace que se
produzca un gran número de glóbulos anormales, que entran al torrente sanguíneo. El cáncer
que se origina en el sistema inmunológico, es el linfoma y el mieloma múltiple. Por último, el
melanoma da origen en las células que componen los pigmentos de la piel.
Causas de Riesgo Para el Desarrollo del Cáncer
La Organización Mundial de la salud (OMS) (2018) expone, que la etiología del cáncer está
relacionada con ciertas características genéticas y agentes externos de las personas como:
carcinógenos físicos, químicos y biológicos. Para Díaz Díaz y Jerez Lorca (2013) no existe una
sola razón para la explicación de las causas del cáncer, por lo que se han desarrollado varias
teorías que han dado paso a la etiología del cáncer. Según estos autores, se ha encontrado
muchos factores que predisponen o que son de riesgo en el desarrollo de la enfermedad del
cáncer.
De acuerdo a la OMS (2015) y la Sociedad Americana Contra el Cáncer (20018), el consumo
del tabaco, alcohol, la poca ingesta de frutas y hortalizas, el sedentarismo, la obesidad, y algunos
virus y bacterias (papiloma humano y hepatitis B y C) son predictores para el desarrollo del
cáncer. De igual forma, el historial familiar, la edad, factores ambientales como: exposición a
químicos, radiaciones, rayos Ultra Violeta y factores internos como: el uso de ciertas hormonas,
mutación genética y condiciones inmunólogas son predictores para el cáncer (Departamento de
Salud, 2014).
Cáncer en Puerto Rico, su Incidencia, Sobrevivencia y Mortalidad
De acuerdo a Torres-Cintrón, et al., (2017) la incidencia del cáncer en la Isla a partir 1987
hasta el 2014 (último año reportado), muestra un incremento anual estadísticamente
significativamente (p<0.05), a razón de 0.6% en hombres y de 1.5% en mujeres
aproximadamente. La tasa de incidencia en hombres fue de 319.8 por 1000,000 en 1987 a 408.1
en 2014 y en las mujeres, aumentó de 224.2 por 100,000 en 1987 a 323.5 en 2014. Para el año
2014, el cáncer de mama figuró el más diagnosticado en mujeres con el 27.7%
aproximadamente, en hombres el cáncer de próstata con un 35.5 % aproximadamente y el cáncer
de colon y recto ocupo el segundo puesto de incidencia en hombres (12.9%) y mujeres (11.6%),
según el informe anual de Registro Central de Cáncer de Puerto Rico 2010-2014.
Se destaca, que para el periodo que comprende del 2008 al 2012, los municipios del área sur
de Puerto Rico, presentan la mayor cantidad de diagnósticos de cáncer en la isla. La mayor
incidencia de cáncer reportado es en hombres y aumenta con la edad, 8 de cada 10 casos
aproximadamente ocurren en personas mayores de 65 años de edad (Registro Central de Cáncer
de Puerto Rico, 2015).
Ante estas incidencias de cáncer en la Isla, las personas diagnosticadas sobreviven como
confirma la guía de Sobrevivientes de Cáncer en Puerto Rico, del Registro Central de Cáncer
(Centeno-Girona, et al., 2013). De acuerdo con la guía, la prevalencia de sobreviviente de cáncer
en Puerto Rico se estima a partir del 1ro de enero de 2010 y se reportaron un total de 61,928
sobrevivientes de cáncer, de los cuales 31,820 fueron hombres y 30,108 mujeres. Los
sobrevivientes por cáncer de mama en mujeres fueron 12,397, para el cáncer de próstata en
hombres 18,620 y para el cáncer de colon y recto 3,444 fueron hombres y 3,321fueron mujeres.
Por otra parte, el Informe de la Salud en Puerto Rico, del Departamento de Salud (2015),
reporta el cáncer como la segunda causa de muerte en la Isla. Para el periodo comprendido entre
los años 2010-2014, se reporta una tendencia mayor de fallecimiento por cáncer en Puerto Rico
en hombres 14,848 (55.9%) que en mujeres 11,694(44.1%), para un total de 26,542 muertes. El
registro anual de muertes para el año 2014, último reportado, el total lo fue de 5,309
fallecimientos, 2,970 en hombres y 2,339 en mujeres. La población de la tercera edad (65 años o
más), con una media de 73 años es la que más fallecimiento por cáncer se reporta, ocupando el
71.2 % del total de las muertes de cáncer en Puerto Rico (Torres-Cintrón, et al., 2017).
Tipos de Cáncer con Mayor Incidencia en la Población Puertorriqueña
Según el reporte anual del Registro Central de Cáncer de Puerto Rico, para el 2014, último año
reportado, se diagnosticaron aproximadamente 15,734 nuevos casos en la Isla. Del total de
casos, el 52.4% fueron diagnosticados en hombres y el 47.6% en mujeres (Torres-Cintrón, et al.,
2017). A continuación, se esbozan los tres tipos de cáncer con mayor incidencia en la población
puertorriqueña y sus síntomas.
El cáncer de mama, son células anormales (tumores malignos) que crecen de forma
descontrola en el tejido mamario. El carcinoma ductal, es el cáncer más común el cual se origina
en los conductos que trasportan la leche de la mama al pezón. Otro tipo de cáncer menos
frecuente es el carcinoma lobulillos, el cual se encargan de producir la leche materna. Los
síntomas más frecuentes en el cáncer de mama se pueden encontrar: cambios en la apariencia de
la mama y el pezón (protuberancia), dolor constante en un punto específico y secreción del pezón
que no sea leche materna. Para su detención, la prueba de Cernimiento más utilizada es la
mamografía que ayuda a detectar tumores muy pequeños para palpar (Silver, et al., 2013; Ortiz,
et al., 2008).
El cáncer de próstata se origina en la glándula prostática del sistema reproductivo masculino.
Es un cáncer de crecimiento lento, el cual se dispersa rápido a otros órganos. En ocasiones
puede ser un cáncer agresivo y no presentar síntomas, por lo que la detención temprana es
fundamental. Algunos síntomas en los hombres que lo padecen son: problemas para orinar,
dolor o ardor al orinar, frecuencia orinaría, sangre o semen en la orina, dolor en: la espalda,
cadera o pelvis y eyaculación dolorosa (Centeno-Girona et al., 2013; Registro Central de Cáncer
de Puerto Rico, 2008).
El cáncer del colon es el cáncer que afecta al intestino grueso y pocas veces al intestino
delgado. Constantemente se desarrolla lentamente en un espacio de 10 a 15 años, comenzando
con un pólipo no canceroso. Se considera los tumores del colon y del recto el mismo cáncer. La
prueba de Cernimiento utilizada para su detención temprana es la colonoscopia. Los síntomas
más frecuentes al padecer cáncer de colon se encuentran: diarrea o estreñimiento, presencia de
sangre en la excreta, sensación de estar lleno o hinchado, náuseas, vómitos y pérdida de peso sin
razón aparente (American Cancer Society, 2014).
Tratamientos más Utilizados Para el Cáncer
Las opciones de tratamiento para combatir el cáncer son mediante cirugía, radioterapia y
quimioterapia comúnmente. Dependerá del tipo de cáncer, la etapa en la que se encuentre, la
edad y salud del paciente, además de sus necesidades personales. La cirugía es utiliza para
diagnosticar tumores primario y secundario, además de la remoción de tumores y tejidos con
células cancerosas. La cirugía tiende hacer mucho más eficaz cuando el tumor no se ha
expandido a otros órganos o áreas del cuerpo. Por otra parte, la radiación y la quimioterapia se
pueden combinar con la cirugía y administrase antes o después de la misma (Instituto Nacional
del Cáncer, 2015).
La radioterapia es un tratamiento local el cual se administra de varias maneras. Va dirigido a
penetrar al cuerpo de la persona producido daño a las células malignas y en la reducción del
tamaño de los tumores. En conjunto con la cirugía y la quimioterapia, la radioterapia es
considerada de suma importancia en el tratamiento para erradicar el cáncer (Alonso García,
2011; Vázquez Quiroz, 2011).
La quimioterapia son tratamientos que se administran por vía oral, de manera subcutánea o
intravenosa para detener o erradicar el cáncer. Estos medicamentos viajan por el torrente
sanguíneo, razón por el cual se emplea para tratar cánceres que se han esparcido por todo el
cuerpo. La quimioterapia es utilizada luego de que un tumor ha sido extirpado mediante una
cirugía para evitar la aparición nuevamente del cáncer. Además, ayudar en la reducción del
tumor antes del proceso quirúrgico (Zárate Méndez, 2011; Centeno-Girona et al., 2013).
Implicaciones del Diagnóstico de Cáncer en el Bienestar Psicológico, Psicosocial y
Espiritual en el Paciente
Según Broche Pérez y Medina (2011), los resultados que desembocan de un diagnóstico de
cáncer en una persona se han considerado que trascienden más allá de factores físico-orgánicos,
sino a nivel bio-psico-social y espiritual en el individuo. Por lo que la percepción que guarda el
cáncer en las personas se traduce a dolor, sufrimiento, mutilación y muerte, además de producir
cambios y alteraciones familiares, laborales, sociales, económicas, sexuales y otras, sostienen
estos autores. Ante esto, a continuación se esbozan literatura e investigaciones dirigidas a los
aspectos psicológicos, psicosociales y espirituales del cáncer sobre el paciente oncológico, con el
fin de tener un panorama amplio sobre estas categorías planteadas para esta investigación.
Aspectos Psicológicos del Cáncer Sobre el Paciente
De acuerdo a Pons-Madera et al., (2014) han surgido en los último 20 años un sin número de
adelantos para tratar el cáncer. Esto ha permitido una mejor detención temprana y nuevos
tratamientos que han generado el aumento de los sobrevivientes por cáncer en todas las edades.
En Puerto Rico por ejemplo, se estimaron 31,820 hombres y 30,108 mujeres sobrevivientes por
cáncer para el año 2010, último año reportado (Centeno-Girona et al., 2013). Pons-Madera y
colaboradores, coinciden que a pesar del aumento de sobrevivientes por los últimos adelantos
para tratar el cáncer, se ha vinculado implicaciones colaterales a largo plazo como pueden ser: la
ansiedad, la depresión, el delirium y trastorno adaptativo, que interfiere en las actividades del
diario vivir del paciente. En adición, puntualizan otras características que aportan al malestar
emocional y que afectan la capacidad de afrontamiento de estos pacientes como: ciertos
medicamentos, implicaciones fisiológicas del cáncer, diagnósticos psicológicos y psiquiátricos
previos al diagnóstico.
La prevalencia de trastornos psicológicos en pacientes con cáncer suele ser difícil de
establecer, por sus dificultades de diagnóstico. Ejemplo de esto son, tumores que pueden generar
patologías psiquiátricas y sustancias que se dispersan por el torrente sanguíneo (Zorrilla Ayllón,
2016). Sin embargo, National Comprehensive Cancer Network (2009) señala que no importa el
tipo de cáncer o etapa en la que se encuentre el paciente oncólogo, desarrollará alguna
sintomatología psicológica como parte del diagnóstico, de las implicaciones de la enfermedad, su
tratamiento y sobrevivencia. Los autores sostienen que hay pacientes que llegan a experimentar
niveles altos de síntomas psicológicos por lo que es importante su detención e intervención a
tiempo. Ante estas dificultades de diagnóstico, Villoría y Lara (2018), realizaron un estudio para
validar la versión española de la Escala Hospitalaria de Ansiedad y Depresión. La misma es
empleada para evaluar trastornos psicológicos en pacientes oncológicos. Utilizaron 215
participantes con cáncer para evaluar sus propiedades psicométricas, (valides y confiabilidad)
para ser utilizado como “screnning” ante síntomas de depresión y ansiedad de importancia
clínica en pacientes oncológicos. Los resultados encontrados por estas auroras reflejan en el
análisis factorial realizado a la Escala de Ansiedad y Depresión Hospitalaria, una prevalencia del
30% para el trastorno del estado de ánimo, seguido por el trastorno de ansiedad, con un 20% de
los participantes.
Estos trastornos o efectos psicológicos se pueden presentarse en cualquier etapa de la
enfermedad. Zoriila Ayllón (2016) esboza las distintas etapas en el transcurso de la enfermedad
y sus manifestaciones psicológicas presentadas. Estas son:
Etapa Diagnóstica. En la etapa de diagnóstico, es un momento que genera en la persona un
impacto emocional y mental. Experimentando un bloqueo mental temporal que impide aceptar
la realidad, generando angustia, ansiedad, hostilidad-irritación, miedo, baja autoestima,
sentimientos de culpa, etc. (Zorrilla Ayllón, 2016; Bravo González, 2010). Un estudio
cualitativo realizado por Cantú Guzmán y Álvarez Bermúdez (2009), tuvo como objetivo
conocer el impacto emocional de cinco participantes ante el diagnóstico de cáncer. Los
participantes fueron cuatro mujeres y un hombre a los que se les realizó una entrevista. Los
resultados encontrados corroboran el impacto negativo del diagnóstico de cáncer en la persona,
emociones negativas iniciales tales como: depresión, enojo, preocupación y nerviosismo. Sin
embargo, la depresión fue la reacción emocional que se destacó en los pacientes al enterarse del
diagnóstico de cáncer.
Etapa de Tratamiento. En la etapa de tratamiento, Zorrilla Ayllón (2016) sostiene, que
pueden ocurrir alteraciones psicológicas y conductuales en los pacientes de acuerdo con la
técnica terapéutica utilizada. En la cirugía, el paciente puede generar temores y dolores ante,
durante y luego del proceso. Entre los cuales se destaca cambios en la imagen corporal,
imposibilidad en realizar tareas diarias, dificultades en el área social, baja autoestima, por lo que
puede necesitar ayuda psicológica. En la radioterapia, surgen temores relacionados con la
maquinaria, miedo a la duración de las sesiones, a la soledad, a la inmovilización, crisis de dolor
durante la sesión y miedo a los efectos secundarios. En la quimioterapia se puede ver afectada la
autoestima por los cambios en la imagen corporal como consecuencia de la misma, depresión,
estrés psicológico, ansiedad y deterioro cognitivo sostiene la autora.
Lo antes expuesto queda evidenciado en una investigación realizada en Puerto Rico por Torres
Torres (2004), que tuvo como finalidad conocer la importancia de los servicios psicológicos para
pacientes que han sido diagnosticadas con cáncer de mama y que pasarían por el proceso de
cirugía. En el estudio participaron 25 féminas entre las edades de 30 a 75 años de edad. Los
resultados del estudio concluyeron que las féminas presentaron síntomas de un estado de ánimo
deprimido, presente antes y después del proceso quirúrgico por cáncer de mama. El 48% de los
participantes describieron su estado de ánimo como triste, un 52% lo describió como deprimido
y un 64% preocupado antes del proceso quirúrgico. El 36% de las féminas, describió su estado
de ánimo triste luego de la cirugía, el 40% deprimido y el 52% como preocupado. El 20%
identificó sentimientos de desesperanza luego de la cirugía.
En cuanto al tratamiento de quimioterapia, Hermelink y Münzel (2011) realizaron entre los
años 2003 al 2005 un estudio longitudinal sobre el deterioro cognitivo en la terapia del cáncer de
mama en las mujeres. Contó con más de 100 féminas con cáncer de cuatro clínicas
ginecológicas, en la cual una tercera parte obtuvo resultados por debajo en las pruebas
neuropsicológicas antes de la quimioterapia. Posterior al recibir la quimioterapia, el 27% de las
féminas presentaron deficiencia en la memoria y en la concentración. Sin embargo, el 28%
mejoraron y un 45% no mostró cambio alguno.
Otro estudio longitudinal sobre el deterioro cognitivo por la quimioterapia es el realizado por
los investigadores, Cruzado Rodríguez, et al. (2011). Contó con una muestra de 46 pacientes con
cáncer de colon que fueron evaluados en su memoria verbal, la función ejecutiva y las
habilidades psicomotoras en tres instantes diferentes (antes y después de la quimioterapia y
posterior a seis meses). Los hallazgos comprobaron un deterioro cognitivo por debajo a lo
esperado en la memoria verbal, la función ejecutiva y habilidades psicomotoras antes, durante y
en algunos casos durar por espacio de seis meses.
Etapa Post-Tratamiento. En las etapas posteriores al tratamiento como lo son: pos-
tratamiento, la recaída, la fase final y paliativa y supervivencia pueden surgir alteraciones
psicológicas. Entre las cuales se destacan: ansiedad ante el temor a la recaída, actividades
hipocondriacas, depresión, rabia, hostilidad, miedo, temor a morir ante asuntos familiares,
económicos y profesionales que no sean resulto (Zorrilla Ayllón, 2016).
Entendemos, que estas investigaciones, permiten comprender y entender las implicaciones
emocionales y psicológicas que trascienden del diagnóstico de cáncer en la persona durante cada
etapa de la enfermedad y las implicaciones de sus tratamientos. Dentro de estas implicaciones,
las investigaciones reportan relación entre el cáncer y problemas psicopatológicos como: la
depresión, la ansiedad, el trastorno adaptativo y el delirium en pacientes con cáncer (Velázquez
Martínez, et al., 2007; Yélamos y Fernández, 2011; Villegas Moreno, 2009). Cada uno de estos
autores sostiene que características personales, de tratamiento y de enfermedad son predictores
para presentar depresión. A continuación se presenta literatura e investigaciones que asocian el
cáncer y el desarrollo de psicopatología como producto del diagnóstico.
El Cáncer y los Trastornos Psicológicos
Para Velázquez Martínez et al. (2007), la depresión es tres veces más alta en los pacientes con
cáncer que en la población general y dos veces más alta que en los pacientes hospitalizados por
otro diagnóstico. La ansiedad es experimentada por los pacientes con cáncer por los eventos
situacionales de la enfermedad, los tratamientos recibidos para contrarrestar la enfermedad y/o la
exacerbación preexistente del trastorno. El trastorno adaptativo, es otra de las afecciones que
frecuentemente se manifiesta en los pacientes con cáncer, puesto que se sienten sobrepasado por
los acontecimientos y son incapaces de adaptarse a las circunstancias. Por último, el delirium
que es considerada como la segunda enfermedad psiquiátrica más frecuente en los pacientes con
cáncer después de la depresión, puntualizan estos autores y colaborados.
Gil Moncayo et al. (2008), realizaron un estudio con el objetivo principal de establecer la
prevalencia de los trastornos mentales en una muestra de 400 pacientes con cáncer. Los
resultados de dicha investigación reflejaron que el 24% de los pacientes oncólogos exhibieron
criterios para un diagnóstico psicopatológico. De los mismos el más presente lo fue el trastorno
adaptativo con un 77%, el trastorno por ansiedad con un 7%, la distimia con un 5%, depresión
mayor con un 4%, y el trastorno por estrés postraumático un 2%.
Otro estudio que comprueba las relaciones que guarda los trastornos psicológicos y el cáncer,
es el de realizado por Pocino et al. (2007). Estos investigadores analizaron la incidencia de
alteraciones psicológicas (depresión, ansiedad, y la alexitimia) en una muestra de 26 mujeres con
diagnóstico de cáncer de mama, entre las edades de 35 a 60 años y de un grupo control de 18
féminas que no presentaban diagnóstico de cáncer. Los resultados indican, que fue mayor la
presencia de depresión leve y moderada en el grupo de féminas con diagnóstico de cáncer, que
las féminas que no tenían diagnóstico de cáncer. En el caso de la ansiedad, las féminas con
diagnóstico de cáncer mostraron un 53% de ansiedad y 28% las féminas sin diagnóstico de
cáncer. En la alexitimia se observó en las féminas del grupo control, un estado moderado y en
las féminas con cáncer severo. Por lo tanto, estos autores concluyen en su investigación, que las
mujeres con cáncer de mama manifiestan significativamente alteraciones psicológicas que las
mujeres sin diagnóstico de cáncer.
Aspectos Psicosociales del Cáncer Sobre el Paciente
En adición a los factores psicológicos antes mencionados, el paciente de cáncer se enfrenta a
factores psicosociales como consecuencia de su enfermedad. Estos desafíos psicosociales se
pueden manifestarse a lo largo de la enfermedad. A continuación se pretende esbozar estos
factores en las distintas etapas de la enfermedad y sus consecuencias.
Etapa de Diagnóstico. Para Die Trill (2006), la persona que recibe un diagnóstico de cáncer
puede sufrir cambios psicosociales significativos como es su estructura familiar, social, laboral,
económica, personal, entre otras. Estos cambios dependerán del diagnóstico recibido, el tipo de
tratamiento administrado y su red de apoyo. Ante esto, la autora sostiene que los efectos
psicosociales generan caos en la persona y en su entorno familiar. Por ejemplo, la desconfianza
al sistema hospitalario, a los procesos médicos (laboratorios, pruebas, tratamientos), el miedo al
rechazo de los amigos, familiares y del cónyuge, al no poder cumplir con sus responsabilidades
de cuidado y de su matrimonio. Además, aumenta el temor al abandono por parte del cónyuge o
pareja y así el temor a la soledad y aislamiento de familiares y amigos.
En una revisión teórica realizada por Vinaccia Alpi y Quiceno Sierra (2006), tuvo como
objetivo conocer el impacto que tiene en las personas las enfermedades crónicas en las variables
psicosociales sobre su calidad de vida. Estos autores concluyen en su trabajo que el diagnóstico
de una enfermedad crónica como lo es el cáncer, tendrá implicaciones psicológicas y sociales
complicadas. En cuanto a lo social, crea dificultades económicas, altera la visión que la persona
tiene de sí misma, afecta las relaciones con los miembros en la familia (hijos, cónyuge) y
amigos.
Estos resultados son cónsonos con el estudio realizado en Puerto Rico por Rodríguez Loyola
(2010), que tuvo como objetivo principal identificar las necesidades emocionales, psicosociales y
espirituales de un grupo de mujeres puertorriqueñas diagnosticadas con cáncer de mama. Para el
mismo, la muestra estuvo conformada de nueve mujeres sobrevivientes de cáncer y seis
profesionales de la salud. Los hallazgos destacaron que las implicaciones del diagnóstico de
cáncer de mama, no químicos o físico corresponden a: problemas económicos, responsabilidades
familiares, el miedo al rechazo y la vergüenza.
Por otra parte, Cantú Guzmán y Álvarez Bermúdez (2009) realizaron un estudio cualitativo
con el objetivo de conocer el impacto de los aspectos psicosociales en la persona con cáncer.
Realizaron una entrevista a cinco pacientes con diagnóstico de cáncer, que al momento
estuvieran en proceso de tratamiento. Estos autores concluyen que el cáncer es un suceso vital
que cambia la percepción del enfermo, amenaza las actividades diarias, altera las tareas en el
hogar, el de sus integrantes y en la sociedad, llevando al enfermo a realizar ajustes en su
conducta.
Etapa de Tratamiento. Durante la etapa de tratamiento, Die Trill (2006) destaca que el
enfermo de cáncer enfrenta en su vida cambios significativos. En ocasiones los tratamientos que
reciben los pacientes con cáncer no alteran del todo sus actividades diarias, laborales o
domésticas. Sin embargo, la autora sostiene que los efectos secundarios de la quimioterapia, la
radioterapia y las citas constantes al médico, en algunos casos pueden generar alteraciones en las
relaciones con el cónyuge, familiares y amigos. Por ejemplo, ante los ajustes por la enfermedad
crece el miedo a la ruptura de la relación de la pareja, causado por dificultades en la
comunicación, en la relación sexual, incapacidad sentimental y tristeza. Por otra parte, expone
que el enfermo que no tiene cónyuge o pareja, crece su angustia de no ser amado en el futuro.
Sin embargo, afirma que no existe evidencia empírica que sustente que el cáncer y sus
tratamientos sean la causa del rompimiento en las relaciones de pareja. Por el contario, puede ser
un detonante pero no la causa principal de la ruptura.
Ante esto, Rodríguez Loyola (2010) encontró en su estudio que la mayoría de las féminas con
cáncer de mama que participaron, señalaron la sexualidad y la intimidad con la pareja, se vio
afectada a partir del diagnóstico. Siendo la disminución en la frecuencia de las relaciones
sexuales y la falta de deseo, la queja principal como consecuencia de los efectos secundarios del
tratamiento y la reconstrucción del seno afectado.
En la dinámica familiar los roles pueden alterarse si es la madre la afectada, probablemente su
cónyuge y los hijos tengan que asumir las responsabilidades del hogar durante la administración
del tratamiento (Die Trill, 2006). Rodríguez Loyola (2010) en su estudio encontró que las
mujeres con diagnóstico de cáncer de mama, afectó su desempeño en las tareas y roles en el
hogar. Tareas como: limpiar, cocinar, cuidar a los hijos, etc., son dificultades que enfrenta ante
los efectos secundarios del tratamiento, confrontando conflicto ante la demanda de la pareja e
hijos que esperan que las tareas del hogar continúen realizándose sin ninguna dificultad.
Etapa Post-Tratamiento. Al finalizar el tratamiento, Die Trill (2006) destaca que la persona
comienza su etapa de recuperación, la cual puede estar en marcada en sentimientos de felicidad
al a ver sobrepasado la enfermedad. Sin embargo, para otras personas es una experiencia que
amenaza su vida y la misma puede permanecer por un largo periodo. A su vez, puede
experimentar una alta presión de su entorno (por la familia, pareja, cónyuge, amigos,
compañeros de trabajo) para retomar sus actividades diarias, laborales y sociales de manera
inmediata.
De acuerdo a la guía de sobrevivientes de cáncer de Puerto Rico, Centeno-Girona et al. (2013),
destacan que los sobrevivientes de cáncer pueden afectarse por cambios en su vida social en
función a sus tareas del hogar, de trabajo y relaciones con otras personales. Por la falta de red de
apoyo comprensible por parte de sus familiares, pareja, amigos, etc., se recomienda la búsqueda
de ayuda para trabajar con temores presentes y lograr su integración a su vida diaria, laboral y
social.
Por otra parte, los resultados del estudio de Rodríguez Loyola (2010) reflejó en cuanto a las
condiciones de trabajo remunerado, como las demandas del cáncer de mama interfieren en el
desempeño de las tareas del hogar y laboral, por lo que pueden representar estresores para el
proceso de recuperación. Además, el estudio examinó las dificultades económicas de las
participantes, la cual reflejó ser unas de las mayores preocupaciones al sentirse restringidas en su
funcionamiento laboral. Por lo que se ven afectadas en la reducción de jornadas de trabajo y de
su ingreso económico, a la vez que los costos de tratamiento aumentan.
Otro aspecto psicosocial a destacar durante todo el proceso de la enfermedad que es
importante mencionar son las redes de apoyo. Broche Pérez et al. (2011), resaltan la importancia
que tiene las redes de apoyo en las personas con cáncer en el aspecto psicosocial. Brindando a
través de estas redes de apoyo una herramienta para el paciente enfrentar y sobrellevar el proceso
de la enfermedad con sus implicaciones físicas y emocionales. El autor sostiene que el apoyo
social a través de las redes sociales cuenta con: miembro de la familia (pareja, cónyuge, hijos,
padres, etc.), amigos, compañeros de trabajo, otros pacientes, instituciones religiosas,
profesionales de la salud, grupos de apoyo, entre otros.
No obstante, es imperativo mencionar que a pesar de la importancia del apoyo según la
literatura, también hay literatura que destaca lo contrario. Rodríguez Loyola (2010) destaca en
su estudio, que el apoyo no deseado aumenta la angustia psicológica en vez de disminuirla. Por
ejemplo, un esposo o hijos no siempre serán en la persona afectada un apoyo, ya que podría
convertirse por el contrario una fuente de estrés. Por otro lado, Centeno-Girona et al. (2013),
enfatizan que los sobrevivientes de cáncer en Puerto Rico pueden verse afectados en su vida
social con otras personales, por la falta de comprensión de sus redes de apoyo más inmediatas
como lo puede ser la familia y amigos.
Aspectos Espirituales del Cáncer Sobre el Paciente
Otro aspecto a considerar para la investigación que se pretende realizar es la espiritualidad.
Según Espíndula, et al. (2010), la enfermedad puede ser vista y significada por la persona como
una amenaza a su vida, alcanzando su totalidad biopsicosocial y espiritual. Ante esto, estos
autores consideran importante que la ayuda brindada al paciente oncólogo se tome en cuenta la
dimensión espiritual.
Zwingmann, et al. (2008), indican que los pacientes se enfrentan a estresores como: miedos,
temores, e incertidumbre, luego de un diagnóstico de cáncer. Ante esto, requieren de estrategias
para afrontar la enfermedad que les permitan el sentido de control, de esperanza, de significado y
propósito de la vida. Según Finck Barboza y Forero Forero (2011), la religión y la espiritualidad
son pieza clave para enfrentar una crisis, como lo puede ser un diagnóstico de cáncer. Por lo
tanto, para estos autores las creencias religiosas y sus prácticas son utilizadas con frecuencia
como recursos para obtener algún tipo de sosiego ante la enfermedad.
Se documenta en la historia que desde siglos atrás, había una estrecha relación en la medicina,
la espiritualidad y la religión al considerar a los dioses como el origen para toda sanidad y una
vida sana Ukaski (2008). Con el nacimiento de la Modernidad, la religión y la espiritualidad
comenzaron a verse como obstáculos para el desarrollo científico de la medicina. Al
considerarla sin valor para tratar la enfermedad, comenzó a verse como supersticiones y
costumbres de la época. Dejando a los médicos frente a conflictos humanos no tratables desde el
punto de vista científico, rechazando todo aquello que no sea explicado científicamente
(Jiménez, 2005).
A partir del siglo XX, según Díaz Díaz y Jerez Lorca (2013), nace el interés del estudio de la
espiritualidad desde la psicología. Con el desarrollo del paradigma científico natural de la
medicina, permitió una apertura a la atención científica de los aspectos espirituales y
psicológicos de la enfermedad y la salud (Jiménez, 2005). Esto ha permitido en las últimas
décadas el surgimiento de investigaciones que aborden la relación de la salud y la espiritualidad
(Rivera Ledesma, et al., 2014; Puchalski, 2012; Valiente-Barroso y García-García, 2010; Galindo
Madero, 2010; Quiceno y Vinaccia, 2009). Finck Barboza et al., (2011) señalan que la
espiritualidad y la religión, son importantes como recursos para obtener consuelo y fuerza ante
momentos de crisis como lo es una enfermedad.
Espiritualidad y Religión. La espiritualidad, es un fenómeno universal por lo que tiene
múltiples definiciones de acuerdo de quien lo discuta o lo exprese (Galvis-López y Pérez-
Giraldo, 2011), por lo que se hace complejo su definición (Núñez, et al., 2011). En adición, cada
individuo de forma distinta experimenta la espiritualidad de acuerdo a sus creencias religiosas,
visión, cultura, filosofía, prácticas entre otras (Galvis-López et al., 2011). Se recoge en la
literatura un sinnúmero de definiciones dadas para espiritualidad. Para Quintero Laverde (2000),
se constituye de valores y creencias el cual no está encerrado a iglesias, templos, o ritos. Por lo
que la espiritualidad se caracteriza por la relación con el yo, con el otro, con la naturaleza y con
la vida. Siendo una energía que brinda a la persona un sentido a la vida, además frente a
circunstancias de enfermedad y muerte adquiere una mayor importancia y significado.
Por otra parte, el concepto religión y espiritualidad se deben diferencial. Núñez et al. (2011),
distinguen que la espiritualidad no se refiere a religión, a pesar que ambos conceptos se
relacionan el uno con el otro. Para Burkhart y Solari-Twadell (2001), la religión y la
espiritualidad son separadas y no cambiables. Para Galvis-López et al. (2011), definen la
religión como un fenómeno cultural y social, donde lo espiritual es personal e individual y la
religión un sistema ordenado de creencias y prácticas en el cual un determinado grupo
comparten. De igual forma, Núñez y colaboradores (2011) la definen como un conjunto de
creencias, prácticas y valores, en el cual un grupo de personas, comunidad, comparten en común
acogidos por una institución organizada.
La Espiritualidad en la Salud. De acuerdo a Valiente-Barroso y García García (2010) y
Galvis-López, et al. (2011), se han realizado un sin números de estudios, que han investigado la
importancia médica de la espiritualidad, con el cuidado y tratamiento de la salud. Se ha
documentado la relación existente entre la espiritualidad y la recuperación satisfactoria de la
salud para enfrentar el estrés generado por una enfermedad crónica como lo puede ser el cáncer.
Por lo tanto, los estudios reflejan y sostienen que el utilizar recursos espirituales (oraciones,
lecturas espirituales, meditación, pertenecer a un grupo religioso, etc.) es un medio que puede
permitir enfrentar y superar satisfactoriamente una enfermedad, al proporcionar propósito acerca
de la vida.
Valiente-Barroso et al. (2010), realizaron una revisión extensa de estudios que relacionan la
religiosidad, con la salud y el bienestar, en enfermedades orgánicas como psicológicas. Exponen
las diferentes explicaciones psicofisiológicas dadas para justificar dicho fenómeno. Además,
hacen referencia al modelo biopsicosocial como alternativa sistemática a la espiritualidad del
paciente oncólogo, ante la relación directa de la espiritualidad y la salud. Comprueban el
beneficio de la práctica religiosa o espiritual como factor que ayuda a la salud y el bienestar de
las personas enfermas.
De igual modo, Vespa, et al. (2011), coinciden en su estudio el cual consideraron la
espiritualidad en términos interpersonal, transpersonal e intrapsíquicos. Se dieron a la tarea de
determinar si una perspectiva espiritual se relaciona con las habilidades de afrontamiento y los
procesos intrapsíquicos más eficaces. Por lo cual, realizaron una investigación en la cual
encontraron una relación significativa entre el índice de espiritualidad, bienestar y afrontamiento
al cáncer. Estos autores concluyeron, que los sujetos con mayores niveles de espiritualidad
pueden enfrentar de forma más adecuada, altos niveles de estrés y cuidarse adecuadamente. Por
otro lado, aquellos con niveles bajos de espiritualidad no se cuidan adecuadamente, presentan
problemas para el manejo de situaciones, por lo que están en riego de sufrir depresión. Ante
estos hallazgos, concluyen que ante una dimensión espiritual, puede ser de gran ayuda a los
pacientes para una adaptación satisfactoria en el tratamiento del cáncer.
En Puerto Rico, Rodríguez Loyola (2010) presentó en los resultados de su estudio, la
dimensión que recogía los aspectos espirituales de las pacientes de cáncer de mama. Los
hallazgos reflejaron que la espiritualidad es fundamental para la mujer puertorriqueña que
atraviesa una enfermedad como el cáncer. Las participantes indicaron depositar en Dios toda su
fe para enfrentar la enfermedad, además de ser una guía para la toma de decisiones referente a su
salud. Se encontró que el rito y su creencia religiosa les ayuda a luchar con la muerte y a tener
una actitud positiva frente al cáncer. Otro aspecto encontrado en el estudio, es que adoptan la
enfermedad como un propósito de vida y de crecimiento personal dada por un ser divino.
Por otro lado, un estudio realizado por Galvis-López et al. (2011), tuvo como objetivo
contrastar la representación espiritual de las mujeres con cáncer de: ovario, seno, y útero, con
otros tipos de cáncer padecidos en ambos géneros. Para este estudio la muestra fue conformada
por 100 mujeres en tratamiento de cáncer. Los resultados reflejaron una moderada
representación espiritual de las mujeres con cáncer propio de su género y otros tipos de cáncer.
Estos autores resaltan la aportación de nuevos métodos para el cuidado de las mujeres con
cáncer, que sirvan de potencial para su cuidado integral, un mejor afrontamiento y trascendencia
de su enfermedad. En que el profesional de enfermería reconozca sus objetivos en el cuidado de
la mujer como un ser total, más que ser vista por el tipo de cáncer diagnosticada.
Siguiendo esta línea de recomendaciones a profesionales, Espindula, et al. (2010), ponen de
manifiesto el reconocimiento de la importancia de la espiritualidad por parte de los profesionales
de la salud. Su estudio tuvo como objetivo, entender como los profesionales de la salud
significan la fe y la religiosidad de los pacientes de cáncer atendidos y como éstos perciben su fe
y religiosidad. Fue una investigación con un enfoque cualitativo-descriptivo, bajo el diseño
fenomenológico, el cual permitió conocer en un todo al ser humano en tres dimensiones: física,
psíquica y espiritualmente. Los hallazgos que se desprendieron del estudio, reflejan que los
profesionales de la salud coinciden que la espiritualidad se encuentra en todo ser humano siendo
inherente a él. Por lo que la espiritualidad es vista como protección divina y la religiosidad como
ayuda y sustento para el paciente, como para el familiar a la hora de enfrentar el diagnóstico de
una enfermedad.
A diferencia de las investigaciones presentadas, hay autores que sostiene que la espiritualidad
puede afectar negativamente al individuo. Ante un diagnóstico de cáncer, considerado como una
crisis vital en el ser humano, hay personas que deciden vivir de forma negativa su espiritualidad
y religiosidad, experimentando perdida de la fe, incertidumbre y desesperanza (Díaz Díaz et al.,
2013). Núñez, et al. (2011), plantean que la espiritualidad puede interferir negativamente a la
hora de tomar decisiones en etapas avanzadas, e influir en la calidad de vida de los pacientes.
Puede generar malestar y aumentar la carga emocional del cáncer, por sentirse rechazado,
abandonado o castigado por Dios. Por lo que surgen dudas del poder de Dios y pensamientos de
que el demonio es el culpable del cáncer. En el estudio realizado por Rodríguez Loyola (2010),
menciona que muchas féminas presentan sentimientos de rabia, coraje y frustración al sentir que
Dios las ha abandonado al condenarlas a sufrir de cáncer.
Finck Barboza et al. (2011), realizaron un estudio que tuvo como propósito investigar la
relación entre la espiritualidad y los niveles de ansiedad y depresión de mujeres con cáncer de
seno. Los hallazgos encontrados no reflejan diferencias en cuanto a espiritualidad entre mujeres
sanas y mujeres con cáncer de seno. No encontraron diferencias en los niveles de ansiedad y
depresión en los grupos de mujeres con cáncer y en las mujeres sanas. Por lo que el estudio
reflejó una baja relación entre los niveles de espiritualidad y la depresión, que explican que a
mayor nivel de espiritualidad, menor depresión.
Necesidades del Paciente Oncológico
A partir de los factores psicológicos, psicosociales y espirituales expuestos en esta revisión de
literatura, el paciente desarrolla unas necesidades psicológicas, psicosociales y espirituales
durante su enfermedad. Estas necesidades pueden ser distintas en la persona de acuerdo al tipo
de cáncer, la fase en la que se encuentre la enfermedad y sus tratamientos. Por lo tanto, el
enfermo de cáncer desarrolla a lo largo de todo el proceso de la enfermedad necesidades físicas,
emocionales, psicosociales y espirituales que deben ser detectadas y compensadas para una
mejor calidad de vida (Yélamos et al., 2009).
Entre las necesidades que se pueden extraer de la literatura y las investigaciones expuesta, se
pueden destacar la necesidad de seguridad, por parte de la familia, y cuidadores de no abandono.
Por ejemplo, los resultados del estudio de Rodríguez Loyola (2010), crece el temor del
abandono de la pareja por los efectos secundarios del tratamiento que les imposibilitan cumplir
con sus compromisos de mujer, esposa y madre. Otra necesidad es la de sentirse aceptado/a y
comprendido/a: por ejemplo, pueden experimentar falta de apoyo al no ser comprendido/a por su
familia ante los cambios en su vida social como consecuencia de la enfermedad (Centeno-Girona
et al., 2013). La necesidad de amar y ser amado/a: puede crecer la angustia en el enfermo de
cáncer de no ser amado/a en el futuro por las implicaciones de los tratamientos (Rodríguez
Loyola, 2010). La necesidad de pertenecía, la necesidad de sentirse útil e importante, y la
necesidad de acudir a un ser divino que le permita tomar decisiones sobre su bienestar (Yélamos
et al., 2009). ​
Aportación y Relevancia de la Intervención del Psicólogo en el Ambiente Oncológico
Se recoge en la literatura, estudios científicos que evidencian la inherencia del psicólogo en el
ambiente oncológico. Donde su incorporación a ayudado al ajuste emocional, la disminución de
síntomas asociados a los tratamientos, a la depresión, a la ansiedad y otras alteraciones productos
del diagnóstico del cáncer en la persona. Así, dando paso a una recuperación y una mejor
calidad de vida al enfermo y a sus familiares, (Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid, 2003;
Masson, 2016). Además de brindar al ambiente médico, evaluaciones psicológicas que permiten
y proporcionan herramienta para determinar diagnósticos diferenciales, tratamientos y lograr una
mejor prognosis para el enfermo (Nunes Baptista, et al., 2006).
Por otro lado, se encuentra en la literatura planteamientos divergente que reduce los aspectos
psicológicos, sociales y espirituales a causa bioquímicas, descartando la psicología en la
intervención con el enfermo. Oblitas (2008) expone, que a través del modelo biomédico se
puede explicar la enfermedad de forma medible biológicamente. Por lo que el modelo
biomédico rechaza categóricamente que la conducta social y psicológica pueda surgir del
proceso de enfermedad, sino que se explican a través de procesos somáticos, biomédicos o
neurofisiológicos. Es decir, la filosofía que acompaña al modelo médico involucra un
reduccionismo en el cual sostiene que todo fenómeno biológico se debe a causas bioquímicas.
Ante esto, el autor indica que el dualismo mente-cuerpo sostiene que las causas somáticas y
psicológicas de la enfermedad se descartan, siendo el cuerpo y la mente dos entidades diferentes.

Sin embargo, Aguilar García (2010) en su estudio concluye, que son muchos los roles del
psicólogo en el trabajo con pacientes oncólogos. Según el autor, las consecuencias psicológicas,
psicosociales y espirituales que genera el cáncer en la vida de la persona hacen inherente la
inclusión de profesionales en psicología durante el trascurso de toda la enfermedad. Esto
permite minimizar las alteraciones emocionales, mejorar la adaptación de la enfermedad para dar
paso a menor desgaste psicológico, mayor recuperación física, psicológica, social y espiritual.
Ante las incidencias de cáncer, se sugiere la importancia de las intervenciones del psicólogo en
programas preventivos con el objetivo de disminuir y concienciar a la ciudadanía de los riesgos y
garantizar una mejor adaptación y afrontamiento del paciente en su enfermedad. Esto, ante
síntomas y trastornos psicopatológicos que se presentan en el trascurso de la enfermedad que
deben ser identificados y trabajar en ellos. Siendo un área a mejorar en la práctica, dado que los
pacientes cuando son referidos o buscan la ayuda psicológica presenta cuadros avanzados de
psicopatología (Aguilar García, 2010).
Ante esto, se han desarrollado estrategias y métodos que buscan integrar técnicas
psicoterapéuticas para brindar una mejor intervención al paciente oncólogo. A continuación se
exponen algunas investigaciones encontradas en la literatura, que ponen de manifiesto resultados
satisfactorios de la integración e intervención de terapias psicológicas a pacientes con cáncer.
Investigaciones Sobre la Intervención Psicológica en Pacientes con Diagnóstico de Cáncer

Estudios dirigidos a implementar estrategias psicoterapéuticas en programas hospitalarios se


encuentra el trabajo realizado por Sanz y Modolell (2004), en el cual desarrollaron un proyecto
que buscaba integrar las tareas del psicólogo en los equipos médicos de oncología en España.
Estos autores, implementaron dos modelos (interconsulta y funcional) para desarrollar la
relación entre la psicología y la oncología en un hospital. El modelo interconsulta, se basó en el
que el médico oncólogo evalué a través de un instrumento que pondera la sintomatología
psicológica, ayuda a detectar necesidades y referir al psicólogo de ser necesario. El segundo
modelo es el funcional, basado en la integración del psicólogo en la unidad oncológica.
Los autores concluyeron, que el modelo interconsulta promueve una separación entre el
psicólogo y los médicos, física y emocionalmente afectando la calidad de los servicios ofrecidos.
Por el contrario, el Modelo Funcional integra ambos profesionales siendo continua e inherente
por lo que reduce la percepción negativa de los tratamientos psicológicos, permite un alto
beneficio laboral y bienestar de todos los involucrados. Por lo tanto, Nunes Baptista, et al.
(2006), sostienen que es inherente la presencia de profesionales que trabajen
interdisciplinariamente, para el bienestar del paciente en el cual se consideren las áreas
emocionales, sociales y espirituales.
Otro estudio en esta dirección, se encuentra el realizado en Puerto Rico en la Ponce Health
Sciences University, por Pons-Madera et al. (2014), el cual tuvo como objetivo principal evaluar
el impacto de un programa en pacientes con cáncer del Hospital Auxilio Mutuo en la Isla. El
programa fue desarrollado para atender las necesidades ambientales, psicológicas, sociales y
espirituales del paciente oncólogo. El diseño de la investigación fue uno pre-experimental (pre y
post-prueba) en un grupo de 23 pacientes diagnosticados con cáncer, entre las edades de 21 a 80
años de edad. Los hallazgos encontrados sugieren que el programa utilizado tuvo resultado
positivo estadísticamente significativo en los pacientes en su bienestar psicológico, logrando la
disminución de indicadores de depresión y ansiedad, alcanzando una recuperación satisfactoria.
Por otra parte, investigaciones dirigidas atender al paciente en terapia individual, se
encuentran el estudio realizado por Pocino et al. (2007), en la cual buscaban examinar las
frecuencias de cambios psicológicos en personas con diagnóstico de cáncer de mama y su
posibilidad de modificar a través de intervenciones psicosociales mediante un tratamiento
cognitivo-conductual. Los resultados de la investigación reflejaron, que las intervenciones
psicosociales a estos pacientes con cáncer de mama establecieron una baja significativa en los
niveles de ansiedad y de depresión. Por lo que estos autores concluyeron que el cáncer no es
propio de las ciencias médicas solamente, sino que la psicología tiene su inherencia ante la
misma, ya que mueve a ciertos pensamientos, creencias y emociones que afectan en el trascurso
de la evolución y recuperación de la enfermedad. Por lo tanto, recomiendan una atención
multidisciplinaria en el tratamiento oncológico, para atender las necesidades físicas,
psicológicas, sociales y espirituales del paciente con cáncer.
Para Bravo González (2010), la enfermedad de cáncer conlleva un impacto emocional en la
persona cuando se le comunica su diagnóstico, por lo que genera una crisis. En esta dirección,
este autor realizó un estudio de caso de una fémina de 42 años de edad, diagnosticada con cáncer,
en la cual fue intervenida en crisis. Al concluir la intervención, en la participante se observaron
cambios significativos en conducta. Es por lo tanto, que se entiende la relevancia de la inclusión
del paciente oncólogo en programas psicológicos que permitan obtener y usar estrategias de
afrontamiento que ayuden al enfermo en su adaptación y tratamiento de la enfermedad.
De igual forma los resultados del estudio de Rodríguez Loyola (2010), indicaron la
importancia de considerar los aspectos psicológicos en la persona ante el impacto a largo plazo
del diagnóstico. Por lo que las participantes de su estudio recomendaron el desarrollo de terapias
de grupo con el fin de brindar apoyo emocional para sobrellevar el diagnóstico. De acuerdo a la
autora afirma:
…la importancia del trabajo interdisciplinario en el Sistema de Salud de Puerto Rico y,
critica el pensar la salud mental y física como dos cosas totalmente separadas una de la
otra. Esta investigación sugiere que es importante trabajar con la calidad de vida de la
población que padecen de enfermedades que amenazan su vida y que es necesario
acercarnos a los problemas de salud desde una visión comprensiva y compleja del ser
humano. Obviar lo mental y lo psicológico de una mujer enferma con cáncer de mama es
negar una parte importante del proceso de enfermedad y recuperación de esa paciente.
En Puerto Rico se necesita ampliar la visión pobre que se tiene sobre la Salud con el
propósito de integrar y mejorar los servicios que se ofrecen a la población (p. XXV).
Sánchez (2006, citado en Plaza Montero, 2008) señala, que la ayuda psicológica brinda a los
pacientes de cáncer, en particular al de mama en Puerto Rico es muy poca, al destacar más el
cuidado médico, su tratamiento y en ciertas áreas a grupos de apoyo. Por lo que el autor sostiene
la importancia de establecer grupos multidisciplinarios de profesionales de la salud que brinden
sus servicios desde el momento del diagnóstico hasta después de terminado el tratamiento
médico.
La revisión de literatura discutida previamente permite conocer, identificar y analizar los
estudios e investigaciones que al momento se han realizado en Puerto Rico y otros países del
mundo sobre el impacto del cáncer en la persona. Permite conocer e identificar las necesidades
que presentan los pacientes oncológicos en las áreas psicológicas, psicosociales y espirituales.
La importancia de atender la misma, desde la psicología bajo un modelo interdisciplinario para
asegurar una mejor calidad de vida y de afrontamiento de la enfermedad al paciente. En adición,
esta literatura permite realizar marcos comparativos desde las dimensiones del estudio a través
de las respuestas de los profesionales de la salud oncológica sobre sus experiencias y creencias
de acuerdo a los objetivos establecidos para esta investigación.
•​
212

CAPÍTULO III
Metodología
El presente capítulo corresponde a la metodología que se utilizó para el desarrollo de la
investigación. En el mismo, se plantea el proceso que permitió la elaboración del
método que ayudó a explorar las necesidades psicológicas, psicosociales y
espirituales de los pacientes con diagnóstico de cáncer en Puerto Rico, según el
significado de un grupo de profesionales de la salud. Esto desde una visión general,
donde se pretendió conocer las ideas y significaciones que un grupo de profesionales
le otorgan a las mismas.
Por lo tanto, para tener una mayor comprensión de este proceso investigativo, el presente
capítulo describe de forma ponderada la metodología que se utilizó, partiendo del diseño,
descripción y selección de los participantes. Así mismo, se presenta el procedimiento,
documentos administrados y la técnica utilizada para la recopilación de la información, además
de los análisis realizados de las narrativas recopiladas de los participantes.
Diseño de Investigación
La investigación tuvo un enfoque cualitativo con el propósito de conocer el significado que le
otorgan un grupo de profesionales de la salud inmersos en el tratamiento y cuidado de los
pacientes con diagnóstico de cáncer, a las necesidades psicológicas, psicosociales y espirituales.
El enfoque cualitativo según lo definen Lucca Irizarry y Berríos Rivera (2009), es un campo del
inquirir en las relaciones sociales y humanas. Se trata de un grupo de conocimientos que
conforman los diseños y estrategias de investigación que producen datos o información de
naturaleza textual, visual o narrativa, los cuales son analizados, a su vez mediante medios no
matemáticos. El foco principal de este tipo de estudio es la cualidad de las acciones, las​
212

relaciones, los materiales, las situaciones, los procesos o las ideas. Este enfoque consta
generalmente de un escrito extenso, en el que prima la narrativa analítica, cuyo propósito es
brindar un cuadro interpretativo del fenómeno bajo escrutinio, apoyando en citas textuales y
ejemplos de la información obtenida en el proceso del inquirir.
Del mismo modo, Creswell (2014) describe el enfoque cualitativo como la esencia de
comprender y profundizar el fenómeno, explorándolo desde la perspectiva de los participantes en
un ambiente natural y en relación al contexto. Es decir, examinar la forma en que los individuos
perciben y experimentan los acontecimientos que les rodean profundizando en sus puntos de
vista, interpretaciones y significados. Su elección responde a la necesidad del investigador de
describir un problema, honrar las voces de los participantes, realizar un mapa de la complejidad
de la situación y transmitir o dar a conocer las múltiples perspectivas existentes en los
participantes.
A su vez, el marco cualitativo según Creswell (2014), permite tener una impresión inicial
acerca del fenómeno a partir de su naturaleza epistemológica. Examinar la forma en que los
sujetos experimentan, perciben y significan un evento, profundizando en los puntos de vista de
los participantes. Este enfoque implica asumir posturas abiertas y complejas a medida que se
indaga y profundiza en el tema. Requiriendo entonces, mayor flexibilidad en la interacción entre
el participante, el investigador y el contexto, lo que es posible mediante la técnica de entrevista
cualitativa. Esta flexibilidad permitió al investigador generar preguntas con el fin de adentrarse a
espacios que ofrecen una información más específica. Esto es, personificar la información más
allá de los datos numéricos en los que se mantiene en silencio la voz de los actores.
Este enfoque, utiliza el diseño fenomenológico con el propósito de explorar las experiencias
de las personas con respecto al fenómeno. Por lo tanto, su esencia descansa en la caracterización

212

de una experiencia compartida. De acuerdo con Creswell (2014), el mismo se fundamenta en las
siguientes premisas: pretende entender los fenómenos desde la mirada de los participantes y
desde la perspectiva construida colectivamente. Se basa en el análisis de discurso y temas,
además de la búsqueda de posibles significados. En el mismo, el investigador confió en la
intuición, imaginación y en las estructuras universales para comprender las experiencias de los
participantes.
En adición, el investigador contextualiza las experiencias en términos de su temporalidad,
espacio, corporalidad y contexto relacional. También, se conceptualiza como un enfoque más
flexible, centrado en la interpretación de la experiencia humana permitiendo definir, describir,
descubrir, categorizar, reflexionar, e interpretar (Hernández, Fernández y Batista, 2014, p. 494),
las necesidades que presenta un paciente con diagnóstico de cáncer a partir desde el significado
de los participantes.
Participantes de la Investigación
Para lograr los objetivos planteados de la investigación realizada, se consideraron para la
misma seis participantes. Hernández, et al. (2014, p. 384), refieren que el diseño cualitativo se
ajusta a un individuo, grupo, comunidad, entre otro, permitiendo obtener los datos sin que
necesariamente sea representativo del universo o población general a estudiarse. Estos
participantes, fueron seis profesionales de la salud, de ambos géneros, inmersos en el tratamiento
y cuidado del paciente con diagnóstico de cáncer, que realizan la práctica profesional en Puerto
Rico. Entre los criterios de inclusión para la selección de los participantes, se establecieron los
siguientes: en primer lugar, que al momento disponga de una licencia profesional, y certificado
por las entidades correspondientes, para ejercer la práctica en la cual pueda ofrecer los servicios
de cuidado de la salud según disponen las leyes estatales y reglamentos correspondientes de
Puerto Rico. En segundo lugar, deben tener por lo menos un año de experiencia como mínimo
con población oncológica en Puerto Rico. Por último y, en tercer lugar, que al momento estén
inmerso en la práctica privada o pública en el país.
Descripción de los Participantes
A continuación, se destacan las descripciones de los participantes de la investigación, donde se
incluyen la información personal obtenida durante la realización de la entrevista
semiestructurada a los sujetos, que permitió caracterizar la misma. Salvaguardando la integridad
del proceso investigativo bajo el principio de confidencialidad, se procedió a brindar información
descriptiva de los participantes, los cuales se nombraron como: P1, P2, P3, P4, P5 y P6.
Participante 1 (P1). Fémina de 40 años de edad. Profesional en el área de la enfermería,
posee un bachillerato en esta disciplina con 8 años de experiencia para la población oncológica
adulta. Su trabajo lo ha desempeñado para un hospital en el Sur de la Isla.
Participante 2 (P2). Mujer de 57 años de edad. Posee un bachillerato en enfermería, con 26
años de experiencia, con adultos y adultos mayores en oncología. Trabaja para una oficina
privada localizada en el área Sur de Puerto Rico.
Participante 3 (P3). Hombre de 31 años de edad. Cuenta con una preparación académica a
nivel doctoral, con especialidad en Psicología Clínica. Posee 3 años de experiencia en oncología
para la población pediátrica y adulta, en una organización sin fines de lucro para el área el Sur de
la Isla.
Participante 4 (P4). Hombre de 59 años de edad. Posee un Doctorado en Medicina, (Md),
con especialidad en Hematología Oncológica. Ofrece práctica privada para la población de
adultos y adultos mayores en la ciudad de Ponce, Puerto Rico, con 21 años de experiencia.
Participante 5 (P5). Mujer de 62 años de edad, del área sur de la Isla. Cuenta con un
doctorado en Psicología Clínica, una maestría en Salud Mental y un bachillerato en enfermería.
Posee 29 años de experiencia con la población oncológica y trabajando para un centro
especializado de cáncer para la población adulta hace 7 años.
Participante 6 (P6). Participante varón de 26 años de edad, es enfermero Graduado con un
Meinor en psicología, y un Master en oncología. Su experiencia de trabajo con pacientes de
oncología ha sido por 5 años para la población adulta, en un centro hospitalario ubicado en el Sur
de la Isla.
En resumen, la disponibilidad del grupo de profesionales fue de: tres (3) enfermeros, dos (2)
psicólogos, y un (1) hematólogo oncólogo. Cabe señalar que dos de los participantes cuenta con
más de una preparación, como es el caso del participante 5: es enfermera graduada, y psicóloga
clínica. Por otra parte el participante 6: es enfermero graduado, con sub especialidad en
psicología y oncología. Las descripciones de los participantes siguen el mismo orden en que se
llevaron a cabo las entrevistas.
El proceso utilizado para la identificación de los participantes, fue la técnica de muestreo no
probabilístico por referido o bola de nieve. Martínez-Crespo y Salamanca Castro (2007),
mencionan que en el muestreo no probabilístico consiste en elegir aquellos elementos que mejor
se adaptan a las conveniencias del investigador. La técnica por referido o bola de nieves es
utilizada por los investigadores cuando se va a estudiar a una población a la que es muy difícil
acceder al pertenecer a un subgrupo muy pequeño de la población, como lo son profesionales en
el área de oncología. El investigador conoce algún componente de la misma y a través de ellos
va completando a los participantes. Este tipo de técnica de muestreo funciona en cadena, donde
al participante se le pide ayuda a la identificación de otros participantes con rasgos similares. El
investigador observa a los sujetos designados y sigue de la misma manera hasta obtener el
número suficiente de sujetos.
Métodos de Recopilación de Información ​
Para llevar a cabo la investigación de enfoque cualitativa, es meritoria la utilización de
diferentes métodos e instrumentos para la recopilación de la información. En términos
generales, estos procedimientos permiten al investigador enmarcar el fenómeno a investigar a
partir de las ideas y significaciones de los participantes, además de abordar temáticas específicas
de interés. A continuación, se explican los métodos y documentos utilizados en la investigación
realizada, para la recolección de la información con sus descripciones y propiedades.
Hoja de Información Personal
Para fines de esta investigación, se desarrolló una hoja de información personal que permitió
recoger información relevante de los participantes, con el propósito de describirla y
caracterizarla. Esta hoja consistió en siete (7) premisas de auto informe, fácil de completar. La
misma fue diseñada para recolectar información referente a: el género, edad, años de experiencia
con pacientes oncológicos, población de impacto, preparación académica, especialidad y si ha
presentado diagnóstico de cáncer o familiar cercano. Este documento fue de fácil aplicación, la
cual podía ser cumplimentado por el participante o el propio investigador, con un tiempo
aproximado de tres a cinco minutos (véase Apéndice H).
Entrevista Semi-Estructurada
Para la recolección de la información de la investigación realizada, se seleccionó la técnica
cualitativa, entrevista semi-estructurada. La misma corresponde al segundo acercamiento entre
el participante y el investigador, una vez fue completada la documentación. La investigación
constituye el abordaje más complejo dado al contenido subjetivo esbozado en las verbalizaciones
de los participantes. De esta manera, se pretendió explorar y conocer de forma específica e
íntima, las necesidades psicológicas, psicosociales y espirituales de los pacientes con diagnóstico
de cáncer en Puerto Rico, según el significado de un grupo de profesionales de la salud, ante la
carencia de investigaciones dirigidas a estos fines, desde el contexto de los profesionales de la
salud.
Lucca Irizarry et al. (2009), sugirieron que en las entrevistas semi-estructuradas hay más
libertad cuando se comparan con las entrevistas estructuradas. Aunque existe una guía de
preguntas, el orden de estas puede ser variado. Lo que podría implicar la falta de secuencia en el
orden de las preguntas, pero sin perder de perspectiva que estas deben responder a los objetivos
previamente establecidos. Moustakas (1994) precisó un desarrollo de una atmósfera informal,
donde la interacción entre los participantes fluye con libertad y en la cual se plantean preguntas
abiertas y se permite comentar libremente. El verdadero objetivo consiste en descubrir las
experiencias, las visiones y los sentimientos del participante, desde su propia perspectiva.
Por su parte Hernández et al. (2014), indican que una entrevista semi-estructurada está
definida por un guía de preguntas que el investigador tiene la libertad de modificar, añadir o
reconstruir para precisar conceptos u obtener mayor información sobre las dimensiones deseadas.
Es decir, no todas las preguntas están predeterminadas. Las entrevistas abiertas se fundamentan
en una guía general de contenido y el entrevistador posee toda la flexibilidad para manejarla, por
lo tanto, él o ella es quien controla el ritmo, la estructura y el contenido de los ítems.
En contraste, Creswell (2014) propone que las entrevistas semi-estructuradas de preguntas
abiertas permiten al investigador recolectar data sin categorías o escalas predeterminadas, sin
limitar las posibles respuestas del participante. Esto, facilita el que los participantes expresen de
la mejor manera sus experiencias, sin ser influenciados por la perspectiva del investigador o por
los resultados de estudios anteriores, permitiendo así que las categorías de respuestas sean
generadas por los mismos entrevistados.
En la investigación realizada, la entrevista semi-estructurada estuvo constituida por dieciocho
(18) preguntas abiertas (véase Apéndice J). Las mismas tuvieron como objetivo, obtener una
impresión inicial sobre las significaciones, interpretaciones, prácticas, observaciones e ideas que
tienen un grupo de profesionales de la salud, en cuanto a las necesidades psicológicas,
psicosociales y espirituales de los pacientes oncológicos atendidos. Además de las
verbalizaciones emitidas, se elaboraron inferencias en torno a este fenómeno social y sus
implicaciones en la población de hombres y mujeres diagnosticados con algún tipo de cáncer en
Puerto Rico.
Procedimiento Realizado Para la Investigación
Este apartado corresponde a la descripción detallada de los pasos realizados para la realización
de la recopilación de la información para la investigación de enfoque cualitativo. En ella se
presenta los procesos que exige la rigurosidad de las investigaciones para la realización del
estudio; Además de la selección de los participantes, el trato a los mismos, la elección de las
técnicas para la recopilación de la información, así como la interpretación y análisis de las
verbalizaciones extraídas de los participantes.
Como parte de los requerimientos en los procesos investigativos, se solicitó la autorización de
la Junta de Revisión Institucional (JRI) de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico
(PUCPR), Recinto de Ponce (véase Apéndice A). Se presentó la documentación requerida,
incluyendo laS certificaciones de investigador, de CITI Program, guía para comprender mejor y
poder cumplir con las leyes, lineamientos y políticas institucionales que regulan las actividades
de las investigaciones con seres humanos y animales (véase Apéndice B y C); La certificación de
HIPPA, como medida para salvaguardar los derechos y el bienestar de las personas que
participen en investigaciones realizadas por profesores y estudiantes (véase Apéndice D).
Una vez obtenidos los permisos del JRI, se procedió a la identificación de los profesionales de
la salud que conformaron los participantes del estudio. Se identificaron a través del internet,
centros de servicios en la zona sur de Puerto Rico tales como: clínicas privadas, oficinas médicas
y centros hospitalarios en donde se ofrezcan servicios oncológicos. Esto permitió desarrollar una
lista con nombres, números de teléfonos, correos electrónicos, direcciones y horarios de
servicios. A partir de esta información, se realizó un acercamiento personalmente en cada uno de
estos centros, con el propósito de identificar a los participantes. Se procedió a la entrega por
escrito de una carta informativa de la investigación e información de contacto del investigador
principal para aquellos profesionales interesados en participar de la misma (véase Apéndice E).
Una vez identificados los seis participantes que cumplieron con los criterios de inclusión
establecidos, se procedió con la realización de la investigación. Se coordinaron citas en común
acuerdo con el participante estableciendo el día, hora y lugar para la realización de la entrevista
de acuerdo a su disponibilidad y preferencia. Las entrevistas se llevaron a cabo en la oficina del
Dr. José A. Lucca Rodríguez, PhD. Psicólogo Clínico; la misma se encuentra ubicada en la Urb.
Perla del Sur, Calle Carlos Cartagena 4009 Suite B-Ponce, Puerto Rico (véase Apéndice F).
Se discutió y se ofreció la descripción general sobre los objetivos de la investigación.
Además, se facilitó una Hoja de Consentimiento Informado a los participantes. Dicha hoja es un
documento de carácter ético-legal. La misma pretendió responder a las inquietudes del
participante, de salvaguardar sus derechos a la vez que se conserva la integridad del proceso
investigativo. Esta hoja presenta las características y afiliación del investigador, los propósitos
generales del estudio, los documentos o procesos a realizarse, declaratoria de riesgo menos
mínimo, además de ser notificado que no recibirán remuneración económica y que pueden
abandonar la investigación de entenderlo pertinente, en cualquier momento (véase Apéndice G).
En adición, se garantizó el respeto, la confidencialidad, dignidad, creencias y privacidad del
participante contemplado en el Código de Ética de la Junta Exaninadoea de Psicologia de Puerto
Rico (2013), principio V y en el Codigo de Etica de la Asociación de Psicología de Puerto Rico
(1988), principio 16.
Una vez culminado este proceso, los participantes de forma voluntaria consintieron su deseo
de participar en la investigación, accediendo a que se les realizara una entrevista semi-
estructurada que podría ser gravada en audio por el investigador. La misma fue transcrita en un
periodo máximo de una semana y posteriormente será destruida la grabación para garantizar la
privacidad del participante. Las trascripciones y apuntes surgidos de las entrevistas se guardarán
en la residencia del investigador bajo llave por espacio de cinco años. Luego de pasado los cinco
años, se procederá a desechar utilizando una máquina trituradora, como medida para garantizar
la confidencialidad de los participantes.
Se procedió a completar la hoja de información personales (véase Apéndice H) y la hoja de
autorización de grabación en audio de la entrevista (véase Apéndice I) . En esta sección se
leyeron las instrucciones y se les brindó un tiempo aproximado entre 3 a 5 minutos para
contestar. Para esta fase de la investigación, se utilizó un sobre manila tamaño carta, en los que
se depositaron los documentos enumerados, con la finalidad de salvaguardar la integridad y
confidencialidad del proceso investigativo. Al completarse la fase administrativa se procedió a
la realización de la entrevista semi-estructurada (véase Apéndice J). Para esta etapa se necesitó
de una hoja de papel, libreta, lápiz y equipo de audio. Es decir, en esta etapa el entrevistador
realizó las notas necesarias y grabó en audio la totalidad del proceso de la entrevista, de aquellos
participantes que así lo autorizaron. El proceso se llevó en un lugar tranquilo libre de
distractores y personas que pudieran influenciar en las respuestas del entrevistado. La entrevista
tuvo una duración aproximadamente de una hora. Finalizada el proceso de entrevista, se
procedió a revisar los documentos para luego ser colocados en el sobre manila.
Luego de ser recopiladas las narrativas obtenidas por medio de las entrevistas semi-
estructuradas, se transcribieron a mano y se analizaron. La técnica de análisis de información
utilizada para la investigación lo fue el análisis de contenido. La misma se basó en las respuestas
de los participantes, obtenidas de la entrevista semi-estructurada. A continuación se presenta una
explicación más detallada de este proceso.
Análisis de Contenido
Una investigación de enfoque cualitativo, por lo general implica la utilización de diversas
técnicas para la recolección, como el análisis de la información. De acuerdo con Creswell
(2014), este proceso podría efectuarse en uno o varios momentos de la investigación,
dependiendo de los objetivos y el diseño establecido por el investigador. En un estudio cuyo
diseño es fenomenológico, requiere que se tenga la totalidad de los relatos para luego realizar el
análisis de estos de forma individual y ponderada. Por lo tanto, una vez finalizada la recolección
de la información, se organizó el contenido a partir de las dimensiones y sus categorías, que
permitieron comprender, describir, e integrar las representaciones o significaciones que
ofrecieron los participantes a través de sus verbalizaciones.
Para analizar las narrativas ofrecidas por los participantes en respuestas a las preguntas
realizadas por el investigador durante la entrevista semi-estructurada, se utilizó el análisis de
contenido. Técnica que permite estudiar y analizar la comunicación de una forma objetiva y
sistemática. El análisis de contenido es una técnica de investigación que permite realizar
inferencias válidas y confiables, además de ser útil para analizar los procesos de la comunicación
en diversos contextos. Se puede utilizar en cualquier forma de comunicación. Las
verbalizaciones ofrecidas por los participantes permiten realizar un análisis y una descripción
precisa de la información obtenida (Hernández et al., 2014).
Sin embargo, Lucca Irizarry y Berrio Rivera (2009) exponen que la información que se
obtienen en las investigaciones cualitativas puede ser tanta, que si no se cuenta con las
herramientas necesarias se puede perder la información recopilada de los participantes. Es por lo
tanto, que la información obtenida no habla por sí sola, por lo que cientos de páginas de
transcripciones de entrevistas y de observaciones, contienen demasiados detalles y
probablemente muchas repeticiones o material que no es pertinente al problema de investigación.
Ante esto, para analizar la información recopilada, su buscó transformarla como lo explicó
Wolcott (1994); es decir, reducirla y expresarla en otros términos, con lógica, coherencia y de
manera sistemática. Mediante el análisis la información se reduce buscando resaltar los asuntos
medulares y temas centrales o sustantivos establecidos en dimensiones y categorías. Las
interacciones entre los tópicos medulares van al centro mismo de lo que constituye el análisis
para Wolcott (Lucca Irizarry & Berrio Rivera 2009).
El modelo Wolcott consta de tres componentes principales: la descripción, el análisis y la
interpretación. La descripción se refiere al relato de lo que ocurrió y se observó. Se trata de una
relación de hechos, de la identificación de los personajes que participaron en estos, sus atributos
y comportamientos. En el sentido más estricto, la descripción es el relato “objetivo” que
contesta la pregunta ¿qué está ocurriendo? Sin embargo, sabemos que en la investigación
cualitativa no basta con describir; también hay que analizar. En el análisis se contestará la
pregunta: ¿qué relación guardan unos elementos con otros y cómo interactúan para producir un
fenómeno? Por otro lado, la interpretación responde a la pregunta ¿Cuál es el significado de eso
y para qué sirve? El significado y el contexto están íntimamente trabados en el proceso de
interpretar, de manera que los significados no se interpretarán en el vacío.
De forma consistente, Lucca Irizarry y Berríos Rivera (2009) sugirieron que este tipo de
análisis facilita el proceso de reducción de la información. Además, de agilizar la descripción,
imponerle estructura al análisis y facilitar la interpretación, el investigador deberá desarrollar
unas dimensiones y categorías de análisis. El propósito de las dimensiones y categorías es
agrupar la información del material narrativo, cuyo contenido sea semejante, bajo una misma
clasificación.
Dentro de la investigación realizada las dimensiones y categorías fueron las siguientes:
Primera dimensión: significado de necesidades - categorías: necesidades psicológicas,
necesidades psicosociales y necesidades espirituales. Segunda dimensión: indicadores de
necesidades – categorías: indicadores psicológicos, indicadores emocionales e indicadores
cognitivos. Tercera dimensión: relevancia de atención de las necesidades psicológicas,
psicosociales y espirituales – categorías: bienestar físico, bienestar emocional y calidad de vida.
Cuarta dimensión: inclusión del psicólogo clínico en el tratamiento oncológico – categorías:
abordaje de la sintomatología psicológica, identificación de estrategias de afrontamiento, red de
apoyo en la adaptación del diagnóstico y complementa los servicios brindado a la población
oncológica.
Luego de codificar todas las verbalizaciones dadas por los participantes en la entrevistas en
cada una de las dimensiones y categorías sugeridas, Lucca Irizarry y Berrio Rivera (2009)
recomiendan que se debe reevaluar el uso de las dimensiones y categorías para determinar si las
que se usaron son las más adecuadas. Si unas deben sustituirse por otras, o crear nuevas
dimensiones y categorías, o si se deben unir dimensiones o categorías que en un origen parezcan
diferentes. Al completar esto de manera satisfactoria, el investigador se adentró en las fases de
descripción, análisis e interpretación de la investigación.
Finalmente, el rol del investigador en este tipo de análisis cualitativo, fue describir de forma
genuina las percepciones, opiniones y representaciones de los participantes. En ese sentido, el
investigador estableció de formas inclusivas para descubrir las diversas visiones de los
participantes y adoptar papeles más interactivos (Creswell, 2014).

CAPÍTULO IV
Hallazgos
En el presente capítulo se recopila la información que se desprende de las entrevistas
semiestructuradas realizadas a un grupo de profesionales de la salud, participantes del estudio.
La investigación estuvo dirigida a identificar, describir, conocer y analizar el significado de un
grupo de profesionales de la salud, a través de sus verbalizaciones. Esto, con la finalidad de
conocer aquellas necesidades presentadas en los individuos con diagnóstico de cáncer en Puerto
Rico, desde el significado dado por cada profesional de la salud entrevistado, como resultado de
sus circunstancias individuales, emocionales, experienciales y su contexto de trabajo.
A continuación se enfatizará de manera detallada en aquellos fragmentos relevantes de cada
entrevista semiestructurada, que responden a las categorías y dimensiones de análisis utilizadas
durante la investigación, que permite presentar los hallazgos. Esto permite una visión
construccionista del fenómeno bajo estudio y los encontrados en la revisión de literatura. Para
este proceso investigativo se realizaron 6 entrevistas individuales a un grupo de profesionales de
la salud con servicio directo con la población oncológica. De éstos, cuatro fueron enfermeros, un
psicólogo, y un hematólogo oncólogo. Cabe señalar que uno de los participantes, cuenta con dos
preparaciones profesionales: enfermera graduada y un grado Ph.D. en psicología clínica. Es a
través de estos seis participantes que se obtuvieron las verbalizaciones que posteriormente
fueron sometidas a análisis siguiendo el mismo orden en que se llevaron a cabo las entrevistas.
Ssalvaguardando la integridad del proceso investigativo bajo el principio de confidencialidad, se
presentan las verbalizaciones brindadas por los participantes, los cuales se nombrarán como: P1,
P2, P3, P4, P5, y P6.

Dimensiones y Categorías de Análisis


Se analizaron cada una de las narrativas ofrecidas por los participantes en las entrevistas
semiestructuradas realizadas. Las mismas corresponden a las dimensiones y categorías
establecidas en la investigación. El Significado de Necesidades, fue la primera dimensión del
estudio. El objetivo de esta dimensión fue, conocer el significado dado por un grupo de
profesionales de la salud sobre aquellas necesidades presentes en los pacientes oncológicos. Las
categorías de esta dimensión fueron: necesidades psicológicas, necesidades psicosociales y
necesidades espirituales. La segunda dimensión de la investigación correspondió al Significado
de los Indicadores de Necesidades. Esta dimensión buscó conocer aquellos indicadores
manifiestos en los pacientes con cáncer. Sus categorías fueron, los indicadores psicológicos,
emocionales y cognitivos. De otro lado, la tercera dimensión persiguió estudiar la relevancia de
atender las Necesidades de los pacientes oncológicos. En esta dimensión se analizaron
categorías que acercaran hacia la comprensión de atender las necesidades tales como: bienestar
físico, bienestar emocional y calidad de vida de los pacientes con cáncer. La cuarta y última
dimensión del estudio, buscó conocer la importancia de la Inclusión del Psicólogo Clínico en el
tratamiento de cáncer. Las categorías analizadas fueron: abordaje de la sintomatología
psicológica, identificación de estrategia de afrontamiento y redes de apoyo en la adaptación del
diagnóstico.
Se presenta a continuación, las dimensiones de análisis y categorías utilizadas en la
investigación para organizar las verbalizaciones suministradas por los participantes.
I. Dimensión - Significado de Necesidades
Categorías:
a. Necesidades Psicológicas
b. Necesidades Psicosociales
c. Categoría - Necesidades Espirituales
II. Dimensión - Significado de Indicadores de Necesidades
Categorías:
a. Indicadores Psicológicos
b. Indicadores Emocionales
c. Indicadores Cognitivos
III. Dimensión - Relevancia de Atender las Necesidades
​Categorías:
a. Bienestar Físico
b. Bienestar Emocional
c. Calidad de Vida
IV. Dimensión - Inclusión del Psicólogo Clínico
Categorías:
a. Abordaje de la Sintomatología Psicológica
b. Identificación de Estrategia de Afrontamiento
c. Redes de Apoyo en la Adaptación del Diagnóstico
d. Complementa los Servicios a la Población Oncológico
A continuación, se destacan los fragmentos más relevantes obtenidos de las respuestas
ofrecidas por los participantes de la investigación. Estas dimensiones y categorías permitieron
organizar los hallazgos y simplificarlos para presentar los resultados obtenidos de los
participantes.

Primera Dimensión: Significado de Necesidad


Esta dimensión buscó analizar los relatos dirigidos a conocer, el significado atribuidos a las
necesidades de los pacientes con cáncer. Entre las contestaciones brindadas por los participantes,
describieron las experiencias de trabajo con la población oncológica como una de las mejores
experiencias y satisfacciones profesionales, además de ser enriquecedora y gratificante. Por otra
parte, comparten experiencias no tan buenas, negativas y fuertes emocionalmente.
La primera pregunta para esta dimensión fue la siguiente: ¿Cuál ha sido su experiencia
trabajando con pacientes diagnosticados con cáncer? A continuación, se presentan las
verbalizaciones realizadas por los participantes.
P1: […] “la mejor experiencia como profesional de enfermería… experiencias tanto buenas,
como no tan buenas… Buenas en el aspecto, cuando tú ves que un paciente sale vencedor de
esta enfermedad tan triste. Mala, cuando hay recurrencias, cuando son personas jóvenes,
cuando vienen sin ningún tipo de conocimiento, aviso… desconocimiento total porque llegan
ahí. Es fuerte como enfermera, es fuerte emocionalmente… estar en ese momento en compañía
del médico y darle el diagnóstico”.
P2: “A pesar de que es fuerte… uno se identifica con los pacientes… pues eso le afecta a uno.
Es una satisfacción para mí… ayudarlos, estar con ellos en todo el proceso, desde que se les
diagnostica hasta que Dios se los lleva… soy bien sentimental”, (Sonríe y se afecta).
P3: “La experiencia es bien personal en ese sentido. El contacto cuando se trabaja con este
adulto o con niño con algún tipo de cáncer llega ese recuerdo, uno nunca se separa de su
persona, por lo cual para mi es bien importante el trato… No irme muy condescendiente con el
ay bendito… El adulto necesita sentirse que es productivo, que es funcional, que tiene esperanza
de vida. El ay bendito le resta esa oportunidad… teniendo esa experiencia de vida con personas
cercanas me ayuda, a tratar de evitar esos errores que cometemos y creemos que estamos
validando… la percepción de que cáncer es igual a muerte, cuando no es así; Sino, que el
cáncer es una condición”.
P4: “En general, tiene cosas buenas y cosas menos buenas… hoy día se curan de muchas
condiciones, se ha progresado en el área de medicamentos, que en este sentido es algo positivo y
bueno para mi… No hay duda que hay experiencias negativas, pacientes que tú te envuelves con
ellos y fallecen… a pesar que tienen los medicamentos que necesitan. Que son dos facetas, una
buena y otra no tan buena”.
P5: “La experiencia ha sido bien enriquecedora en el aspecto de que el paciente de cáncer, es
una persona más preocupada por su salud, comparada con otros pacientes que tiene otros tipos
de condiciones. Enriquecedora a nivel de adquirir conocimiento, de entender y tener este
contacto con los pacientes. Sin embargo, llega el momento en que tú te solidarizas con ellos y
sientes como ellos. Te embarca una tristeza, en momentos como falta de desesperanza”.
P6: “Bueno, mi experiencia…, si lo fuera a decir de cierta manera, seria un poco gratificante,
porque entiendo yo, que he podido poner mi granito de arena en la vida de estos pacientes. A la
misma vez, ha sido un poco triste, porque lo que se vive no es nada fácil, tanto para el familiar
como para el profesional. Tener que lidiar con ese sufrimiento y a la misma vez con el dolor, y
los síntomas de la condición de la enfermedad. Difícil por las emociones, el sufrimiento que
estos pacientes tienen y el no poder resolverle a todos, porque no todos se curan, no todo el
mundo se salva, no todos tiene una calidad de vida adecuada”.
La segunda pregunta buscó identificar la presencia de necesidades y de qué tipo, en los
pacientes con cáncer, se encontraron respuestas como: necesidades económicas, de apoyo
familiar, de trasportación, de ser escuchados, necesidades psicológicas y espirituales. La
pregunta formula fue la siguiente: ¿Cree usted que los pacientes diagnosticados con cáncer
presentan necesidades como parte de su proceso de diagnóstico y enfermedad? ¿Si/No? ¿Cuáles?
A continuación las verbalizaciones ofrecidas por los participantes:
P1: “Muchas necesidades… necesidades económicas, el apoyo de la familia, mucha denegación
de los planes médicos, son tratamientos costosos, a veces la transportación, viven distantes del
área donde se le va a dar el tratamiento, y la necesidad espiritual”.
P2: “Si. Primeramente, muchos pacientes que dependen para trasportación, están solos y no
tiene quien los traiga… económicamente tiene muchos problemas, hay algunos que han dejado
el tratamiento por el problema económico, por trasportación, por no tener apoyo familiar… y
psicológicamente también. De verdad que el paciente de oncología necesita mucha ayuda en
todos los aspectos: económico, psicológico y social”.
P3: “Todo el mundo cuando pasa por un proceso de diagnóstico de condición crónica tiene unas
necesidades… Hay personas… que necesitan más apoyo, al no entender el proceso, no solo el
apoyo es suficiente, sino desde la perspectiva del tratamiento psicológico, que no sea solo a
nivel individual, terapia de familia, intervenciones a la comunidad, en el trabajo [que terrible,
no va hacer productivo]… a veces esas necesidades vienen antes del diagnóstico. Viene de
cómo prevenir el llegar hasta ahí… el varón tiende a esperar más y aguantar más el dolor,
malestar, el manejo de los síntomas… Están esas necesidades al momento del diagnóstico…
Además de la perspectiva, de cómo la persona maneja a nivel económico, de cómo yo ahora voy
a costear un tratamiento que es tan caro. Entonces adaptarme a los cambios, en que van a ver
días de necesidades de productividad de logros. Que ya no me siento tan productivo como antes,
porque la quimio o la radioterapia es terrible… Si la relación era mala o a lo mejor esto no va
a funcionar y como quiera hay personas que hemos visto le dan el diagnóstico de cáncer y dos
días después la persona lo dejo… y esa fue la gotita para colmarla o que la persona no está
preparada para manejar tan impactante como lo es diagnóstico de cáncer y lo que conlleva las
pruebas, evaluación, el diagnóstico, el tratamiento primario, las revisiones, las recaídas, etc. Y
a veces son relaciones fuertes, buenas y estables, pero cuando llega ese momento, paso algo que
se sienten vulnerables”.
P4: “Si claro… La parte psicológica de los pacientes no se atiende. Aquí el psicólogo de los
pacientes soy yo, y entiendo que mis compañeros también… muchas veces el paciente lo único
que necesita es que lo escuchen y que dialoguen y que lo orienten, el miedo al diagnóstico es
peor que la misma enfermedad… la parte psicológica estamos atrás, bien pero bien atrás… La
palabra cáncer, aunque al final te curas, sigue siendo un tabús, voy a morir”.
P5: “Si. Definitivamente y mucha. Apoyo en todos los sentidos, tanto de las instituciones, como
de la familia y amistades. Muchos de ellos sienten que están solos, o muchas personas cuando
le dan el diagnóstico se alejan. A nivel de instituciones: medicamentos, necesidades
económicas. Esta condición exige que el paciente, para su recuperación amerite de muchos
servicios que no están disponibles para ellos. En el aspecto espiritual debe ser el número uno.
Muchas de las instituciones no consideran que estos pacientes se les ofrezcan servicios por
ejemplo, psicológicos para que atiendan sus emociones. Esa tarea se le están asignado al
Trabajador Social y hay tenemos unos de los escoyos por lo que el servicio no se complementa,
no se de efectivamente. No es que diga que el trabajador Social lo valla a dar erróneo, no, no es
lo mismo tener un profesional dentro de esa especialidad que pueda manejar o ayudar a ese
paciente a entender muchas cosas y manejar dentro de sus oportunidades que tiene. El
trabajador Social tiene otras áreas de enfoque, la intervención con ese paciente es para un
momento de crisis que pueda surgir. ¿Pero entonces, donde esta el mantenimiento, la
continuidad a estos pacientes luego de la crisis?”.
P6: “Si. Yo entiendo que la mayor necesidad que presentan es psicológica. En el sentido, que los
pacientes tienen tanto que contarle al profesional de enfermería, que el tiempo es tan limitado,
que considero yo, que con ayuda psicológica seria más llevadero para ellos, poder aceptar,
comprender el diagnóstico. Otra necesidad que he observado es la económica, el paciente tiene
mucho problema de trasportación para llegar a los centros para recibir el tratamiento. Mucho
de estos pacientes están pasando unas necesidades económicas extremadamente grandes, que
solo tiene un carro para quedarse en su área, en su pueblo. No pueden llegar a Ponce si son de
Yauco, Utuado, por ejemplo. […] el apoyo familiar cuando no pueden mantener esa
comunicación entre el paciente y la familia, porque hay pacientes que tienen esta situación de
que el familiar no quiere qué se de tratamiento, pero el paciente quiere darse tratamiento.
También están los planes médicos que no quieren autorizar ciertos tratamientos a los
pacientes”.
La tercera pregunta, fue formulada para conocer las expresiones emocionales y cognitivas de
los pacientes con cáncer, según el significado de los participantes. Se encontraron contestaciones
tales como: coraje, tristeza, enojo, irritabilidad y hostilidad. Además, incertidumbre,
desesperanza, pensamientos o ideas suicidas, temor a morir, baja autoestima, depresión, y
ansiedad. Se les preguntó lo siguiente: ¿Puede mencionar qué experiencias emocionales y
cognitivas son referidas con mayor frecuencia por los pacientes oncológicos?
A continuación se presentan cada uno de los verbalizaciones dadas por los participantes:
P1: “Mucha depresión, ansiedad, miedo, tristeza, incertidumbre [...]”.
P2: […] desde que el paciente viene para el diagnóstico, muchos no están preparados para un
diagnóstico de cáncer… es una mutilación para la mujer que le quiten un seno, por ejemplo.
Que se le caiga el pelo. Y yo creo que ahí, es cuando más necesitan una persona para ellas
expresarse, algunos salen llorando, algunas caen en depresión… no hablan con nadie. Te voy a
decir una experiencia que tuve. Yo tuve una paciente de cáncer de seno… Esa paciente, tuvo 3
ciclos conmigo de tratamiento y ella se sentaba, se ponía una gorra y no hablaba con nadie.
Para el último ciclo… yo la saludo. Nunca me había hablado y me hablo ese día y seguí con
mis pacientes, cuando alguien dice, perdóname… [Espacio de silencio de 7 segundos, se
afecta]… se tiró una señora de las escaleras [espacio de silencio], y yo voy y cuando miro era
ella, [silencio] eso fue horrible… [Voz quebrantada] El esposo estaba con ella, pero él se iba y
la dejaba, se veía que no había una relación… por eso te digo que las pacientes de cáncer
necesitan mucha ayuda… pierden la autoestima, su feminidad, para ellas eso están
importante… tienen temor a morir y los hombres también. Pero los hombres no expresan tanto,
los hombres como que hablan de otros temas y no quieren hablar de la condición… no hablan
del tratamiento, ni de cómo se sienten, las mujeres son más expresiva a sus temores: que si mis
hijos, que si no me quiero morir, que si mi casa […]. Para los hombres casi siempre es el
trabajo, que, si tengo que ir a trabajar, que no puedo faltar. En eso ellos se afectan, el no poder
trabajar al ser el sustento del hogar”.
P3: “Coraje. Para mí el coraje es bien significativo, porque el coraje es la emoción de
expresión, para muchos aspectos que oculta o que guarda detrás de ello otra emoción. […] la
manifestación de tristeza, depresión, desesperación. […] el coraje, si lo vemos desde Kubler
Ross, cuando habla de esas etapas de duelo, después que la persona ya no está negando la
condición típicamente cae en coraje. [… ] el coraje que detrás de ellos guarda tristeza y guarda
esta emoción de desesperanza en muchas ocasiones”.
P4: “Las expresiones emocionales yo lo pongo en una palabra, depresión. Todos se deprimen,
tienen una etapa de depresión, que puede ser antes, durante y después del tratamiento… cuando
están en el tratamiento es que realmente caen en tiempo, es cáncer lo que tengo, viene la
depresión y la depresión que a veces con enfermedades curables no quieren seguir con el
tratamiento. […] me voy a morir”.
P5: Depresión y ansiedad son las más comunes y cualquier otra que puedan estar presentes no
se identifican porque no tienes al profesional para que las identifiques. Las expresiones no se
manejan, solo se identifican si está ansioso o depresivo pero como lo manifiestan si es con
coraje, si es con enojo, si es con pensamientos o ideas suicidas, se queda en el aire. Es complejo
la identificación de estas expresiones emocionales y cognitivas por la falta de profesionales con
la preparación o calificación, ya que no se reclutan a nivel operacional de estas áreas de
servicios de oncología, esta parte como que la excluyen”.
P6: “No me voy a dar el tratamiento, porque como quiera me voy a morir. Esa es la frase
número uno que utilizan. Desde que ellos son diagnosticados con cáncer, están en un proceso de
duelo. Ellos se están preparando mental y psicológicamente y preparando a la familia para ese
momento. Ante un diagnóstico ellos ven una sentencia de muerte. Más allá de la falta de
orientación en algunos pacientes, dependiendo la magnitud del cáncer y cuan regado este. Por
ejemplo, pacientes de próstata, estos pacientes se curan, no mueren de cáncer”.
La cuarta pregunta fue dirigida a conocer qué cambios manifiestan los pacientes en el área
psicosocial. Se encontraron respuestas que confirman cambios en el área psicosocial a a nivel
personal, matrimonial o de pareja, hogar, familiar, laboral y en la comunidad. La pregunta
realizada fue la siguiente: ¿Considera usted, que los pacientes oncológicos como parte de su
proceso de enfermedad presentan cambios significativos en su desempeño familiar, matrimonial
y laboral? Si/No ¿Por qué?
Las respuestas brindas por los participantes fueron las siguientes:
P1: “Si. Entiendo que cuando una persona es diagnosticada con cáncer, se mezcla como uno
dice, sus compañeros de trabajo, su núcleo familiar y los vecinos. Ya que es una enfermedad,
que prácticamente toca la familia que están alrededor del paciente… tenemos esa pareja que
está allí para dar el 100%, pero también hay pareja que no están. Muchas veces simple y
sencillamente el paciente se queda solo y opta por alejarse o irse y esto ocurre mayormente con
muchas mujeres. Tienen sus esposos y en ocasionen si reciben el apoyo 100 % y en ocasiones
no. […] la mujer apoya más al hombre”…
P2: “Si. Presentan cambios significativos en cada una de estas áreas. He visto que hombres
dejan a sus esposas durante el tratamiento de quimio, por todos los cambios que atraviesa.
También he visto que los une como familia y matrimonio. Los cambios en el trabajo lo podemos
ver en el ausentismo por los tratamientos. Esto lleva a la persona a sentirse que no son
productivos y les afecta emocionalmente. En el hombre le produce mucha preocupación por las
responsabilidades del trabajo, por ser el proveedor de la familia. En fin, un diagnóstico están
difícil que cambia la vida de la persona y todos a su alrededor.
P3: […] “el diagnóstico cambia, no necesariamente tiene que ser algo drástico, pero la
dinámica en el hogar va a tener un cambio. […] aunque sea en el micro, o en sus interacciones
laborales, comunidad, etc. Una persona con cáncer que diga que no hay cambio yo lo pongo en
dudas. A nivel de pareja es lo mismo, como la pareja acepte este proceso, como se convierte en
un proceso de acompañamiento vs como a veces la pareja se rompe o pierde ese proceso o
estabilidad que existía. A nivel de familia se siente cuando hay niños, el que papá o mamá va a
experimental unos cambios y que estos cambios a veces en cuestión del temperamento, cambio
de humor y que el niño vea de que papi no quiere jugar, mami no quiere jugar porque algo hice
malo, porque hice esto, hice lo otro y por esa razón no puedo jugar más con mami o papi. O que
de momentos estén de mal humor, salí de radioterapia, estoy molesto por la incomodidad del
tratamiento, papi siempre está molesto, siempre esta aparte. Así que, ese proceso con el niño es
importante trabajarlo, como ayudarlos a entender, como ayudarlos a procesar lo que es el
diagnóstico de un padre. Ante esto, muchas veces se lo guardan, hay personas que son más
abiertas y están dispuestas a trabajarlo. Hay otras personas que aun en el tratamiento esta
internamente en negación por lo que expresarlo sería aceptar una realidad que no quiero
aceptar. Entonces se aguantan no quiero trabajarlo, esto no es necesario, hay otras cosas que
son más importante. Posiblemente un profesional se le haría difícil reconocer estas necesidades.
No es un término real, es el efecto payaso, esta persona que está expresando internamente esta
mascara diferente a lo que siente internamente. Por lo que una persona puede decir que está
bien y por dentro se está muriendo, esta gritando ayúdame, pero no quiero decirlo porque así lo
ha aceptado. Dentro de ese proceso uno identifica, ciertas características, ciertos cambios, el
que a veces dentro del proceso de entrevista hay ciertas fibras que tu sabes que a la persona lo
tocan. Por el no verbal, te cambiaron el tema, o lo minimizan. Tú sabes cuando estas
características ocurren [...]. Por lo que no lo descarto, puede que sea significativo, solo que
tengo que aprender cómo manejar, como ir alrededor del problema para ver hasta dónde puedo
llegar con la persona. Por lo menos una enfermera o enfermero que esté trabajando en
oncología o un oncólogo, yo creo que son de los profesionales de la salud que más conectados
están con necesidades emocionales de la persona. Por la dimensión de la percepción de lo que
es la enfermedad vs un endocrinólogo, un fisiatra, … los oncólogos que yo he conocido, están
bien consiente de este componente emocional y tratan de hacer una exploración, aunque sea
básica y con todo eso que tengan la exploración básica y que no hay datos significativos o
información que pueda indicar que hay algo malo ocurriendo, (los que he conocido) tiene la
costumbre de explorar con otros profesionales: llaman al psicólogo, mira tengo esta persona
aparenta estar bien, pero me gustaría que lo viera para descartar. Que desde esa perspectiva, el
oncólogo tiene una mirada más interdisciplinaria como trabajar con un paciente de cáncer.
P4: “Les afecta en todo, tienen cambios significativos, de echo le afecta en todo: en la vida
personal, hombres que dejan mujeres porque tienen cáncer, mujeres que dejan hombre porque
tiene cáncer, mujeres y hombres que no quieren involucrar a la familia y se quedan con la carga
completa del tratamiento. Afecta en todo en el desempeño del trabajo, vuelvo y te repito cáncer
es una palabra bien pesada por decirlo así […]”.
P5: “Si. No solo el paciente, el familiar que esta más cercano se desestabiliza también, se
agotan emocionalmente. [...] Tú escuchas a la Trabajadora Social mencionado: el apoyo
principal de este paciente es su esposo, la hermana,… y luego dicen: ellos están agotados. No
saben como manejar para que ese paciente se sienta bien, darle ánimo, ellos no tienen las
herramientas, porque nadie le ha podido ofrecer, orientar de cómo adquirirla. Las
preocupaciones son grandes en los pacientes que tienen diagnóstico y más cuando tienen que
cumplir con unas responsabilidades de trabajo, se tienen que ausentar con frecuencia,
especialmente cuando están en tratamiento de quimo. Algunos quimos son semanales, dos veces
en la semana”.
P6: “¡Si, todo se afecta! Se ven afectado porque al caer en una depresión, como pasa con la
mayoría de los pacientes ya no están funcionando de la misma manera en el trabajo. Por el
tratamiento tienen que descontinuar su horario normal de trabajo… en los matrimonios he
tenido pacientes de cáncer de próstata que me expresan la deje, porque no le funciono como
hombre”.
La quinta pregunta implicó la atención de la espiritualidad para tratar el cáncer. Se
encontraron respuestas que sugieren la espiritualidad como una necesidad de atención, que
brinda apoyo y positivismo al enfermo; que permite sobrellevar el diagnóstico, bloquear muchas
cosas en la mente, el desarrollo de la fe y la esperanza; fomenta el proceso de recuperación y
sanación en la persona. Por otra parte, está el que no desean saber de la religión, y culpan a Dios
por su diagnóstico.
La pregunta formulada a los participantes fue la siguiente: ¿Considera usted la espiritualidad
como una necesidad de atención para la comprensión y recuperación del proceso diagnóstico y
de tratamiento para enfrentar el estrés generado en el enfermo de cáncer? Si/No, ¿Por qué?
A continuación las verbalizaciones ofrecidas por el grupo de profesionales:
P1: “Si… con el apoyo espiritual que en ocasiones le brindaban los demás pacientes y los
mismos familiares, pues uno tiene que agarrase de la mano de Dios para poder sobrepasar esta
enfermedad con mayor positivismo”.
P2: “Fíjate sí. […] casi siempre antes de comenzar digo unas palabras de aliento y ellos le
gusta eso. Hay algunos que no, no le hacen mucho caso a eso, pero a la mayoría sí. Buscan a
Dios. […] yo he tenido pacientes que han dicho que no quieren saber de la religión, bueno
maldicen. […] se ponían tan de mal humor, odian al mundo… […] es importante, pero yo, no
presiono con eso de la espiritualidad”.
P3: […] “lo utilizan como una forma positiva o no positiva… Una persona que es teocéntrica,
que tiene una filosofía de fe, sea católica, dentro del cristianismo, dentro del budismo, puede
utilizarlo a su forma. Dentro del cristianismo general, vamos a ver ciertas miradas cristiana
que van a fomentar el proceso de recuperación y sanación acompañado del tratamiento. Hay
otros que literalmente, su pastor le ha dicho que confié en Dios que es el que lo va a sanar, que
no hay médicos, que el médico por excelencia es Dios”.
P4: “¿Que si hace falta?, ¡definitivamente! yo entiendo que parte de cómo tú puedas sobre
llevar esto, es la parte religiosa o cristiana dependientemente de la religión que sea, te va a
ayudar muchísimo, por lo menos para poder sobrellevar la carga o por lo menos aceptar el
porque te dio eso. Hay muchos pacientes que le echan la culpa a Dios, de que tiene cáncer. […]
no hay duda de que un sacerdote, un ministro, que te oiga que te ayude a comprender esta etapa
tan difícil para cualquiera”.
P5: “Si. Es esencial. Es una pregunta clave que se les hace a los pacientes cuando entran a
estos servicios. Si ellos desean la visita de algún pastor, que tipo de religión ellos profesan.
Dentro del proceso hay un espacio al paciente si así lo desea para lo espiritual y no a lo
emocional”.
P6: “Yo entiendo que si. La espiritualidad ayuda al paciente a bloquear muchas cosas en su
propia mente. Porque el paciente esta tan agobiado de tratamiento, de tanta información, y de
los comentarios de pasillo, que cuando llega ese momento se envuelve la fe. Esa esperanza es
más llevadera para ellos, adicional que bloquean mucho pensamiento. En adición he visto
muchos milagros. Un paciente tenía una masa en el mesenterio, cuando el cirujano realiza el
procedimiento de tinta china para identificar la masa en el proceso quirúrgico, no encontraron
la tinta china, ni la masa cuando lo fueron a operar. Por otra parte, están los pacientes Testigos
de Jehová. Estos en ocasiones se niegan a recibir los tratamientos por sus creencias”.
La sexta y última pregunta correspondiente a esta dimensión, fue formulada para corroborar
las necesidades propuestas y sustentadas por la literatura. Las respuestas de los participantes del
estudio coinciden e indican la importancia de las necesidades psicológicas, psicosociales y
espirituales. Por lo que indicaron que se debe considerar cada una de las necesidades
presentadas en el paciente y no separarlas al ser humano de sus diversas dimensiones.
La pregunta planteada fue la siguiente: ¿En adición a las necesidades mencionadas, consideras
usted que las necesidades psicológicas, psicosociales o espirituales son igual de importantes?
Si/No, ¿por qué?
Las respuestas esbozadas por los participantes del estudio fueron:
P1: […] “uno tiene que verlo en todo los aspecto, tanto espiritual, psicológico y social, por lo
que es importante”.
P2: “Si, son importantes. Porque todas afectan el paciente, si una falla, ya tú te afecta”.
P3: “Tu nunca puedes separar al ser humano de sus diversas dimensiones, tenemos necesidades
fisiológicas, pero también tenemos emociones sociales y espirituales… Yo creo que sería un
error, como profesionales que descartáramos, las otras dimensiones de lo que es un ser
humano… el yo entrar a separar la persona, me va a llevar a separar su proceso y no es
posible, cada proceso va a interactuar, va interrelacionado con el otro. Mi dolencia física me
puede llevar a una dolencia emocional, como puede ser que no, puede ser que esa persona tenga
unas fortalezas, puede ser que una persona viene a que esa dolencia física puede llevarse a que
yo me aísle de las personas. Otras personas se arraigan más y dependan más de la otra
persona. Decimos que impacta físicamente y socialmente no impacta nada, siempre va a ver
una interacción, yo lo veo así”.
P4: “Si la hay… grupos de apoyo donde los pacientes puedan compartir sus experiencias. […]
los pacientes con cáncer necesitan distraer la mente, no pueden estar metidos en su casa todo el
tiempo, aunque hay algunos que no pueden. […] hay que liberar la mente, buscar cosas para
hacer”.
P5: “Si, todas. Deben ir de la mano y a un mismo nivel. Todas son importantes para que ese ser
humano este estabilizado en la medida que se pueda, que se cumplan todas las necesidades en
esas áreas, tu vas a tener un ser humano estabilizado. Pero si una de ellas que te falle no vas a
conseguir lo que deseas probablemente”.
P6: “Si. Nosotros somos holísticos, cuando digo holístico envuelve lo Bio-sico-social y
espiritual. Si una de las áreas falla, ya esta el paciente fallando en todo el sentido de la palabra.
Por lo que hay que complementar cada área por completo, lo Biológico, psicológico, social y
espiritual”.
Segunda Dimensión: Significado de Indicadores
Esta dimensión permitió realizar un acercamiento dirigido a conocer el significado otorgado
por un grupo de profesionales sobre aquéllos indicadores de necesidades observados en los
pacientes con cáncer, como parte de su proceso de enfermedad. A continuación, se recogen las
ideas y opiniones generales de cada uno de los participantes de acuerdo con sus observaciones,
para evaluar las categorías de análisis establecidas para esta dimensión.
La primera pregunta buscó conocer si los pacientes con cáncer manifiestan indicadores de
necesidad, y se encontró que todos los participantes coincidieron en que se presentan indicadores
psicológicos, emocionales y cognitivos. En adición, se recogen respuestas como: tristeza, temor,
confusión, miedo de morir, aislamiento, y pensamiento de desesperanza. Por otro lado, pueden
manifestar ansiedad, depresión, y suicidio.
La primera pregunta formulada para esta dimensión fue la siguiente: ¿Cree usted que los
pacientes oncológicos, como parte de su proceso de enfermedad, manifiestan indicadores
psicológicos, emocionales y/o cognitivos? ¿Si/No?
Las respuestas brindas por los participantes del estudio fueron las siguientes:
P1: “Te podría decir depresión, ansiedad, tristeza, temor, confusión… es un temor por el mero
hecho de tu estar diagnosticado con cáncer, pues eso es como igual a muerte… ellos expresan
todos esos sentimientos negativos y se pueden observar claramente.”[…] siempre tratábamos
que el paciente estuviera lo más informado posible, tanto el como la familia. Al estar más
informado de los procesos sentían más seguridad del tratamiento y aceptación”.
P2: “Si. Ellos lo manifiestan. […] ya tú sabes el estado de ánimo de la persona. Y si, le afecta y
lo dicen, que tengo miedo de morir, tengo miedo de dejar la nena, que si hice el testamento. […]
Pueden están preparados para la muerte, pero lo tienen en la mente. Que si las nauseas, los
vómitos, ¡ay Dios mío que malo es vomitar!, eso también les afecta. Son muchas cosas, el miedo
el temor, el suicidio. Yo tengo uno que trató de suicidarse. Lamentablemente eso no lo dicen, no
lo expresan”.
P3: “Claro que hay indicadores. Hay personas que saben ocultarlo bien, esa resistencia de que
algo va a pasar. Hay personas que lo manejan bastante bien, por lo que la persona lo que
necesita es un acompañamiento y no necesariamente, de un terapeuta. Otras personas si van a
manifestar estos temores, ¿tengo cáncer?, ¿qué va a hacer de mi vida ahora?, ¿es que yo soy
joven?, ¿y mis hijos quien los va a cuidar? Si no el pensamiento de la persona que es pesimista
completamente, entonces llega: se va a cavar el mundo, esto no se va a solucionar, me voy a
morir, por más que trato, el tratamiento no va a resultar, vs la negociación de: es que yo trato, si
yo me curo de esto prometo que voy hacer mejor padre, etc. Comienza a realizar esas promesas
como búsqueda para darle sentido al proceso y tratar de superarlo. A nivel social hay personas
que se aíslan, hay personas que conectan más con personas, hay familias que con un diagnóstico
de cáncer las ha unido auténticamente”.
P4: “Si”. “Todos presentan estos problemas en algún momento de su enfermedad, pensamientos
de desesperanza, sentimientos emocionales como el miedo y la tristeza. Y sin dejar la depresión
y la ansiedad que es básate común”.
P5: “Si”.
P6 “Si, las manifiestan”.
La segunda pregunta, buscó identificar qué tipo de indicadores son presentados por los
pacientes con cáncer. Se encontraron contestaciones tales como: tristeza, inseguridad,
incertidumbre, temores, miedo, desesperanza y pensamiento derrotista. Por otra parte,
sentimientos de coraje, enojo, irritabilidad, hostilidad pensamientos de muerte, y pesimismo. En
adición, manifiestan síntomas de depresión y ansiedad.
Se preguntó a los participantes lo siguiente: ¿Mencione qué indicadores puede identificar de los
pacientes con diagnóstico de cáncer según su experiencia de trabajo?
A continuación se presentan cada una de las verbalizaciones dadas por el grupo de
profesionales a la pregunta:
P1: “Van con mucha inseguridad mucha incertidumbre, temor y muchas veces te expresan que no
desean seguir con el tratamiento, muchas veces como decimos por acá, se quitan. […] yo creo
que el cáncer como tal tiene su proceso dentro de la enfermedad, que el paciente está obligado a
pasar por todo eso. Sabes la noticia, está el proceso de negociar, el proceso de negación, está el
proceso de aceptación, así que todo es un proceso al principio sobre todo es lo más difícil que
uno tiene que trabajar con ellos, pero más bien, es mucho más psicológico, lo que uno puedo
observar en ellos.”
P2: “Todos.” Miedo, coraje, depresión, ansiedad, pensamientos de muerte, etc. Somos un
pequeño grupo de trabajo, en mi experiencia te puedo decir, que el que empieza por primera vez
conmigo, puedo identificar si llegan deprimido, ansioso o tranquilos […]”.
P3: “Indicadores hay, la cuestión es como las personas lo demuestran. Depende de la persona
estos indicadores se pueden identificar. Hay personas que tú puedes decir, esa persona le pasa
algo, con los varones es más difícil en ese sentido, los varones tienden a aguantar mucho por el
contexto sociocultural en el que vivimos. El varón es el macho, el que aguanta, el macho no
expresa emociones, porque eso de expresar emociones es de mujeres. En cuestión de pacientes
féminas, son más abiertas a expresar lo que está pasando y a demostrar estos cambios, que se
vean los síntomas a nivel de depresión, ansiedad, etc. vs al varón que tienden a aguantar más y
usualmente tienden a expresar más con la irritabilidad, la hostilidad y el coraje o posiblemente
negación pura. […] yo te diría que es el pensamiento pesimista de lo que es el proceso, este las
emociones como la tristeza, el que la persona deja de establecer metas en el momento, o por lo
menos lo ve desde una perspectiva derrotista. Ya no voy a poder ver a mis nietos, ya no voy a
poder terminar, ya no voy a poder hacer esto. Y es por el simple hecho de escuchar la palabra
cáncer en muchas ocasiones. Hay otras que ya han escuchado la palabra, pero cuando
escuchan estadio 4, esto está en todos lados, esto está regado en todo el cuerpo. La posibilidad
de recuperarse es mucho menor, hay unos que llegan al punto de que llegan a aceptarlo y
comienzan a prepararse para ese proceso. Pero en esencia lo más que vamos a ver es el
pensamiento automático que viene, que cáncer es muerte, por lo cual no hay recuperación, no
voy a hacer funcionar, voy a morir, voy a perder, voy a dejar de tener experiencias de vidas, no
voy a ver mis hijos, etc.”
P4: “Todos los pacientes pueden presentan enojo, tristeza, aceptación de la condición, otros se
van por la parte religiosa, le voy a pedir mucho a papito Dios. Todos tienen sus problemas.”
P5: “Presentan: Miedo, temores, tristeza, enojo, desesperanza. Uno más que otro y no es que un
paciente los presente todos. El miedo es el más que presentan los pacientes. Que a su vez los
lleva a la ansiedad y a la depresión”.
P6: “Por lo generar los pacientes comienzan con movimientos de manos y piernas. Miran
mucho para el piso, comienzan a bajar de peso, porque no se esta alimentando como debe ser.
O la misma depresión entiendo yo, hace que dejen de alimentase, esto según observado.
Verbalizado esta el paciente que te va a decir que no quiere darse el tratamiento, porque se va a
morir […]”.
La tercera pregunta se realizó para conocer que tipo de procedimientos si alguno, son
utilizados para la identificación de los indicadores. De acuerdo con las respuestas esbozadas, los
resultados indican que no todos los participantes realizan algún tipo de procedimiento que
permita identificar indicadores de necesidad. Aquellos utilizados destacan, el inventario de
ansiedad y desesperanza, el Millon Behaviour Medical Inventory, el PHQ-9, oraciones
incompletas y el TAT. Otro procedimiento utilizado es la terapia de aceptación y compromiso.
Se preguntó a los participantes del estudio lo siguiente: ¿De acuerdo a su práctica de trabajo
con pacientes con diagnóstico de cáncer, realiza algún procedimiento que le permita identificar
indicadores de necesidad de estos pacientes? Si/No ¿Cuál?, ¿Explica? Sus respuestas fueron las
siguientes:
P1: “No. Algunas situaciones las podíamos dialogar y manejar nosotros en el momento, si no,
como te había informado, se le notifica a la trabajadora social. […] también hay mucho apoyo
espiritual, mucho voluntario y muchos grupos de iglesias que van a orar por los pacientes. En
ocasiones se les solicitaba a ellos y si ellos aceptaban entraban los religiosos y oraban por ellos
y las familias. Además, se realizaban observaciones y se referían a la trabajadora social”.
P2: “No, no contamos con ningún cernimiento para identificar estos indicadores. Lo único que
yo puedo hacer, es hablar con ellos. Yo observo y me acerco a la persona y le voy hablando, y
así puedo saber en sí, que es lo que le preocupa.”
P3: “Si. Se utilizan instrumentos para recoger datos, el inventario de ansiedad, en otros casos
en el cual es más específicos usamos el Millon Behavior Medical Inventory, que ayuda a buscar
estos cambios que vienen a nivel conductual asociados a la enfermedad. […] cuando hay
personas que no están tan clara de lo que está pasando se administra los inventarios más
pequeños como el PHQ-9, como algo rutinario. Al administrar el Millon es que necesito algo
más a complementar. Los inventarios más pequeños: PHQ-9, el inventario de ansiedad, … el de
desesperanza, administrar oraciones incompletas me lleva a algo más proyectivo, se utiliza
también el TAT, para comenzar a ver como la persona ven el proceso. Es bien interesante las
historias que los pacientes de cáncer hacen con el TAT. Oraciones incompletas dan una ventana
de lo que la persona posiblemente va a proyectar y que no expresa de primera instancia. En
cuanto a metodología, hay la terapia de aceptación y compromiso es bien útil, y es que me
permite después que la persona ve la sintomatología totalmente de salud mental, el comenzar a
entender el significado que les da a los diferentes procesos de su vida. Que una persona
entienda significar sus procesos, lo va a ayudar acercarse a él. Por ejemplo: una persona que
es diagnosticada con depresión usualmente la etiqueta es una persona depresiva. Entonces
asume la depresión como parte de su identidad como persona y rol del terapeuta es sacar a la
persona de asumir una postura depresiva a sumir un proceso en el cual es no es la persona que
soy, pero estoy sintiendo síntomas de depresión. En el cáncer vamos a lo mismo, la persona no
es cancerosa, si no una persona que está pasando por un proceso de cáncer, y que la persona
pueda significar esto y salirse de la enfermedad y no identificarse como un enfermo. Pero para
eso requiere entender comprender… como yo adaptarme mi funcionalidad de acuerdo con mi
estado de salud. Pero que esto no define lo que yo soy, soy un ser enfermo que eventualmente
voy a morir porque tengo cáncer…. La metodología que nos ofrece TAT, nos permite el sacar
esta información, esta narrativa, ir poco a poco con la persona. Es cuestión que la persona
acepte lo que está ocurriendo y se apodere de él. Y una vez que la persona se apodere de él, es
más viable poder manejar los diferentes aspectos de lo que es las etapas del proceso de cáncer:
evaluación, diagnóstico, tratamiento, etc., etc.”
P4: “Un procedimiento como tal, yo no lo hago. […] cuando hacemos la primera entrevista, el
historial y el físico... en el diálogo intercambiamos pensamientos, dependiendo como yo lo vea
dirigirme a ver si realmente está deprimido, si realmente está molesto con la enfermedad, si está
molesto con Dios. Pero que lo haga como procedimiento no, es que sale en la entrevista con el
paciente.”
P5: “Si. Un procedimiento cuando los pacientes comienzan el tratamiento de la quimo, en los
hospitales de oncología, los estándares que ofrecen las agencias reguladoras indican que cada
hospital de oncología debe tener lo que ellos le llaman un “navegation”. La función del
navegador es dirigir a ese paciente hacia cualquier necesidad que presente y como se le puede
suplir esa necesidad. Es una función parecida al del Trabajo Social. Entonces, lo que es el
navegador y la Trabajador Social utilizan las guías que las agencias establecen como
herramientas para medir cualquier sintomatología relacionada al trastorno emocionales. Esas
herramientas le pueden dar a ellos pies si el paciente tiene pensamiento o ideación suicida, si
tiene miedo, ansiedad, depresión, hasta ahí. Es una herramienta mandatorio la cual se
administra en la primera intervención. Pero ahí es que vamos, donde esta el seguimiento, solo
lo hacen de entrada. Probablemente tienes un paciente de hace dos años y se le hizo una sola
vez. Se hace por cumplir, porque es un requerimiento y ¿después que? Quien va a manejar esos
resultados que da esa herramienta. Lo que procede, como los hospitales no tienen al profesional
para manejar esos resultados comienzan a referir fuera. Si el plan no te lo aprueba, o que no
tengas accesible un profesional de salud mental, entonces eso se pierde.”
P6: “No realizo ningún procedimiento. Y en el hospital tampoco se hace.”
La cuarta y última pregunta formulada para esta dimensión, fue dirigida a conocer las
opiniones de los participantes sobre la importancia de los indicadores. Las contestaciones
brindas se recoge a groso modo, que los participantes coinciden y reconocen la importancia de
los indicadores manifestados por los pacientes con cáncer. Se le preguntó al grupo de
profesionales, participantes del estudio lo siguiente: ¿Qué importancia le otorga usted a estos
indicadores manifestados por los pacientes oncológicos?
Las respuestas verbalizadas por los participantes leen como siguen:
P1: “Bueno, si no son expresadas como uno puede ayudarle, así que uno trataba de darle la
confianza para que ellos vieran a uno como ente de ayuda también y así poder nosotros buscar
la ayuda. […] si ellos no lo expresan como lo vamos a conocer.”
P2: “Mucha importancia. […] aquí en Puerto Rico no hay ese acercamiento, de cuando el
paciente va por primera vez al médico oncólogo, tener la facilidad de tener un psicólogo al lado.
Se supone, que haya alguien, que este con esa persona para cuando le dan la noticia, darle una
ayuda y no dejarlo ir así. Porque tú no sabes lo que está pensando esa persona. Ese primer
acercamiento es bien importante. Ese día que te dicen tienes cáncer. Porque de ahí depende
como tu vas a aceptar lo demás. La pérdida de un miembro, la pérdida del pelo, y todo lo
demás.”
P3: […] “yo trato de ir a la par, con la importancia que le de la persona. Es identificar cuál de
estos indicadores son significativos y la persona los minimice… estas mostrando unos
indicadores de depresión, vamos a trabajarlo e identifícalos para poder manejarlos. No para
que te quedes con el pensamiento estoy deprimido. Yo entiendo que esto es un proceso a la par,
porque si lo fuerzo, es un acto de violencia contra la persona. Acéptalo que estas así! El
proceso del terapeuta es de acompañamiento y que trabaje con la persona, si se identifica a la
par con la persona y si los identifica es por algo. No es que me dio la gana, y no quiero
aceptarlo, sino porque haya un temor, un miedo y si se identifica me vea vulnerable, etc.”
P4: “Mucha. Lo peor que tú puedes tener en un paciente, no con cáncer, con cualquier otra
enfermedad es que este deprimido. Porque se deprime el sistema inmunológico, se deprime todo
nuestro cuerpo. Que es algo psicológico que te va afectar el sistema inmunológico. Así que
tiene mucha importancia, un paciente positivo, esto ya está escrito en la literatura va a durar
más que un paciente que este en depresión y/o negativo”.
P5: “Definitivamente es importante, darles un lugar a estos indicadores, por las repercusiones
negativas que tiene en las personas recibir un diagnóstico de cáncer. El problema en ocasiones
es por la naturaleza del trabajo y lo mecánico que se torna, no se da el espacio adecuado para
atender estos indicadores. Y al no contar con profesionales calificados para atender estos se
hace difícil”.
P6: “El paciente se refiere al psicólogo, a un profesional de la salud de ser necesario. Casi
siempre estos pacientes vienen de un psicólogo, o psiquiatra. Pero si hay que hacer alguna
gestión se recomienda al paciente, un psicólogo. […] son los pocos los que buscan ayuda
psicológica, porque entiendo yo, que el paciente cuando entran a mi centro de radio terapia, el
paciente es tratado tan bien, y es manejado de una manera tan especial y única, que la mayoría
no va un psicólogo. O están estos pacientes que si son candidatos para ir a un psicólogo, pero
no van por lo drenante que es estar en diferentes oficinas médicas, que lo más que ellos puedan
descansar no lo van hacer. Y en este caso el psicólogo no es obligatorio para ellos”.
Tercera Dimensión: Relevancia de Atender las Necesidades Psicológicas, Psicosociales y
Espirituales
Para este análisis se realizó un acercamiento dirigido a conocer las opiniones elaboradas por
los profesionales de la salud, de acuerdo a su experiencia laboral, sobre la relevancia y prioridad
de atender las necesidades de los pacientes con diagnóstico de cáncer en Puerto Rico.
Paralelamente, se buscó conocer como es la atención de las necesidades psicológicas,
psicosociales y espirituales y a su vez cómo la atención, presenta algún beneficio en el paciente,
en su bienestar físico, emocional y su calidad de vida, siendo estas las categorías de análisis
establecida para esta dimensión.
A continuación se reseñan los fragmentos de las respuestas ofrecidas por los participantes de la
investigación, a cada una de las preguntas esbozadas para esta dimensión. La primera pregunta
realizada en esta sección fue dirigida a conocer si cuentan con la presencia de un profesional que
atienda las necesidades presentadas por el paciente oncológico, como parte de su proceso de
enfermedad. Las respuestas ofrecidas por los participantes reflejan que la mitad de ellos, cuentan
con profesionales de la salud tales como: trabajadores sociales, psicólogos y psiquiatras, con
servicio directo o por referido.
La pregunta formulada lee como sigue: ¿Cuenta con algún profesional de la salud preparado
para atender las necesidades psicológicas, psicosociales y espirituales de los pacientes? ¿Si/No,
cual?
A continuación las contestaciones brindas por los participantes fue la siguiente:
P1: “Si. El personal está preparado para darle ese apoyo emocional, más contamos con el
personal de Trabajo Social y pues con el personal que lleva mucho tiempo también que tiene
experiencia y prácticamente ese apoyo lo tienen de parte de nosotros”.
P2: “No, no tenemos”.
P3: “Si. Ese trabajo interdisciplinario, asociado a la salud, esa interacción, ese contacto
constante va a permitir que fluya mejor el tratamiento. Aun así, uno como terapeuta dentro de
esta perspectiva uno cuenta con otros compañeros, que trabaja full lo que es la psico-oncología
y tiene otras experiencias y le consulto… Lo que es esta área de la psico-oncología, ha habido
más apresto a esta interacción vs otras áreas de la salud. Ha habido más apertura a esta
interacción entre profesionales, y esto ha nutrido el proceso de recuperación de la persona, si no
vamos a tener esta comunicación y funciona. Hay algunos oncólogos que conozco que ya lo
convierten parte de su plan de tratamiento. Vamos a trabajar esto, pero con todo esto, vas a
tener una cita con el psicólogo. No es que si quieres hacerlo, no, si tú quieres que esto funcione
esto es parte de tratamiento que vamos a ejecutar.”
P4: “Si cuento, el problema es la disponibilidad. Hay psiquiatras, psicólogos, en este edificio
hay una oficina de cinco psicólogos, pero hay otras cosas externas al estar disponibles que son
las que van a prevalecer. Por ejemplo: puedo tener 15 psicólogos, pero si ninguno coge el plan
médico, se dificulta los servicios. […] la disponibilidad, probablemente yo te puedo decir que
faltan más psicólogos, que hace falta más psiquiatra, que hace faltan más psicólogos y
psiquiatras que se dediquen al campo de la oncología nada más.”
P5: “No. No hay.”
P6: “No. Nosotros no contamos con nadie. Nosotros conocemos varios profesionales en
psicología que podemos referirlo fuera del hospital.”
La segunda pregunta pretendió conocer cuáles son las consideraciones tomadas por los
profesionales de la salud para atender las necesidades de los pacientes con cáncer. Los
participantes coinciden en la importancia y cuán necesario es considerar cada una de las
necesidades presentadas por los pacientes oncológicos en las áreas psicológicas, psicosociales y
espirituales. Consideran la necesidad de apoyo emocional por la carga que conlleva y promover
una buena actitud. Por otro lado, los costos de tratamiento, la denegación de los planes médicos,
y los altos costos de deducible es un factor que prevalece para atender las necesidades
presentadas por los pacientes. Además, la falta de profesionales especializados para atender estas
necesidades psicológicas, sociales y espirituales. La pregunta formulada a los participantes fue
la siguiente: ¿Cuán necesario es para usted, que los profesionales de la salud consideren las
necesidades psicológicas, psicosociales y espirituales de los pacientes con diagnóstico de cáncer,
como resultado de su diagnóstico y tratamiento oncológico?
Las respuestas brindas por el grupo de profesionales de la salud fueron:
P1: “Es muy necesario, uno tiene que ver como sufren las personas que están pasando por un
momento extremadamente difícil que necesitan de mucho apoyo emocional y sobretodo incluir a
la familia en este proceso. Se trabaja para que la persona pueda salir muchas veces airosa de la
enfermedad, porque en ocasiones la persona se quedaba con un negativismo todo el tiempo. Se
ha dicho que la enfermedad, tanto el cáncer como otras, hay que ser lo más positivo posible.
Ver las cosas por el lado bueno, que yo pienso la manera que la persona lo puede recibir e
involucrarse en su condición positivamente. La actitud que tenga la persona influye mucho. Y
muchas veces, ellos ven que otros pacientes están contentos o de manera positiva se contagia
por lo menos en la sala cuando estábamos allí. Evitamos que ese paciente estuviera triste,
siempre había alguien en la sala que veía las cosas de un lado más jocoso, positivo, y pienso que
la actitud positiva, tiene que ver mucho para que la persona pueda vencer, afrontar estas
situaciones.”
P2: “Todas esas necesidades son importantes cubrirlas para que el paciente se sienta bien.
Porque si unas de esas necesidades fallan se afecta lo demás... los escucho, le doy consejos y si
tienen que llorar, que lloren, también es parte de la vida, ... Brindarle el espacio para que ellos
se desahoguen y digan cómo se sienten y cuando viene con la familia.”
P3: “Es importante que los profesionales lo contemplen, más desde la perspectiva no sólo del
paciente, si no, la carga emocional que es trabajar con pacientes de cáncer. En los adultos
vemos esta perspectiva, vemos como hay personas que están en ese proceso de trabajar lo que es
cáncer, y necesitan que estos equipos de profesionales que están trabajando con ellos, vean estos
cambios, estas necesidades a nivel emocional.”
P4: “Par mi es sumamente necesario, de hecho, una vez yo trate de que un psiquiatra viniera
aquí, una vez a la semana. Los pacientes que pudiera identificar que tuvieran problemas de
depresión, de tristeza o cualquier trastorno por el diagnóstico, pero es difícil. Volvemos a lo
mismo, yo tenía un psiquiatra que venía, pero no coge el plan, la consulta son 40 o 50 dólares.
Mucho de los pacientes hoy día no tiene el dinero para pagar el deducible, imagínate. Desde
ese punto de vista, el factor económico prevalece.”
P5: “Muy necesarias. Pero nos topamos con la realidad que cada profesional se enfoca en
cuales son sus funciones, o las ejecutorias que tiene que realizar. Tiene que ser un profesional
en el área de la salud mental… como el nutricionista, que se enfoca en tener a ese paciente bien
nutrido. Por tanto, es necesario que dentro del tratamiento que recibe tengan un profesional en
el área que atiendan estas necesidades psicológicas, sociales y espirituales.”
P6: “Lo considero muy necesario. Es muy necesario ayudar a estos pacientes, en todo el sentido
de la... […] estos pacientes ante el diagnóstico y tratamiento están sensitivo que si una de las
áreas no se cubre se van a sentir abandonas, más triste, se vuelven touching como dicen”.
La tercera pregunta formulada para esta sección, se realizó para conocer cómo podría mejorar
en la calidad de vida de los pacientes con diagnóstico de cáncer cuando son atendidas las
necesidades que podrían surgir como parte de su proceso de enfermedad.
Entre las contestaciones brindadas por los participantes, coinciden que con ayuda, los pacientes
pudieran tener una mejor experiencia de vida. Al estar fortalecido, el proceso es más fácil,
afrontaría la enfermedad de manera más saludable, evitaría la depresión, la baja autoestima y se
tendría mayor adherencia al tratamiento oncológico. Además, de proporcionar herramientas para
trabajar en momentos difíciles y tomar mejores decisiones en su vida.
Se les formuló la siguiente pregunta a los participantes: ¿Mencione cómo contribuiría a la
calidad de vida de los pacientes oncológicos, atender sus necesidades psicológicas, psicosociales
y espirituales como resultado de su diagnóstico, tratamiento y recuperación?
Las respuestas ofrecidas se exponen a continuación:
P1: “Si uno esta mentalmente fortalecido, claro en la información que uno recibe, que conoce lo
que estás pasando, ese proceso es más fácil y podrá tener una mejor calidad de vida. Entiendo
que psicológicamente todos los pacientes deben recibir un tipo de ayuda, entrevista para
entonces saber, con qué tipo de situaciones estamos tratando de trabajar, si realmente necesita
una ayuda, poderla referir, o simplemente basta dialogar con ellos como tal.”
P2: “Sería magnífico poder llenar esas necesidades de los pacientes. Como te dije, no caerían
en una depresión, no se sentirían con la estima baja. Hay que cubrir también esas necesidades
porque hay algunos, que dejan el tratamiento. Al dejar el tratamiento, ya no hay más nada que
hacer. Ya hay algunos que lo han dejado y cuando regresan ya tiene metástasis, ya no hay
tratamiento que valga. Por eso es que hay que cubrir desde un principio, las necesidades del
paciente, áreas que no se está cubriendo.”
P3: “Si una persona que está pasando por un proceso de diagnóstico y tratamiento de cáncer,
con ayuda de estos profesionales que manejan estos indicadores, la persona pudiera tener una
mejor experiencia de vida. Porque, porque va a tener herramienta para trabajarlas. Va estar
preparada para momentos fáciles y momentos difíciles, para trabajar momentos de alegría,
como momentos de tristeza. Porque ya está acompañada en ese proceso, vs otra persona que no
necesariamente este haciendo atendida, a lo mejor no va a tener las herramientas, por lo cual el
impacto a nivel de calidad de vida es mucho mayor. Por qué entonces el choque va a afectar
muchas áreas de funcionalidad de la persona. No solo a nivel personal, si no a nivel de
relaciones interpersonales, a nivel laboral, a nivel funcional (lo que como, no como, lo que
hago, lo que no hago, de conducta de riesgo, etc.) Al tener la oportunidad de estar acompañado
por profesionales que identifiquen estas características y las manejen, a pesar de que todo no va
a hacer hermoso, ni color de rosa, pero cuando estos momentos difíciles ocurran, que tengan
herramientas para manejarlo, que tengan el pensamiento, la comodidad de reconocer de que no
estoy sólo en este proceso, de que tengo unas personas que están detrás de mi apoyándome y
ayudándome, tanto a nivel profesional, como a nivel familiar. La importancia de trabajar con la
familia para ayudar a esa calidad de vida pueda fluir. El identificar sistemas no se limita
únicamente a la familia consanguínea, si no a estos grupos de apoyo que están con la persona
que pudiera llevar a un mejor acercamiento sobre lo que es la condición, el diagnóstico y
tratamiento, sobre todo.”
P4: “Un paciente que yo tenga positivo, un paciente que va a durar, responder mejor y va a
tolerar mejor al tratamiento. Un paciente que este en depresión, yo te puedo dar un ejemplo: de
pacientes que están deprimidas y llegan al “parking” y comienzan a vomitar. Eso no es la
quimioterapia porque no ha cogido la quimioterapia. Eso probablemente es la depresión, el
miedo toda la ansiedad que tengan. Si tu logras a la par, bregar con eso y el tratamiento de
cáncer, probablemente es un paciente que… si está el porciento de curabilidad va a hacer en el
porciento mayor y si está en el porciento que la sobre vida sea mayor, va hacer del porciento que
va a sobrevivir”.
P5: “Como dicen los teóricos, tu no puedes cortar la cabeza y despegarla del cuerpo de la
sintomatología física vs la sintomatología cognitiva y emocional. Eso tiene que ir a la par, una
cosa influye en la otra y si no hay una estabilidad en lo emocional yo creo que no debemos
pretender que lo físico llegue a una normalización, por lo que el paciente no tendría una calidad
de vida adecuada.”
P6: “Ayuda al paciente a tomar mejores decisiones en su vida. Ayuda al paciente a motivarse
durante el tratamiento, ayuda al paciente afrontar la enfermedad de una forma más llevadera.
Ayuda al paciente a que se pueda alimentarse, a que pueda tomarse los medicamentos como
deben ser y acudir al centro de tratamiento, de esa y muchísimas otras maneras”.
La cuarta pregunta formulada a los participantes del estudio, fue dirigida a conocer la opinión
y el conocimiento de los participantes sobre el bienestar físico y la atención de necesidades de
los pacientes con cáncer. Las respuestas ofrecidas por el grupo de profesionales, participantes del
estudio, coinciden que con ayuda los pacientes pudieran presentar mejor bienestar físico. Al
atender las necesidades, se logra un bienestar completo en el paciente, mejores resultados y
motivación al tratamiento, bienestar emocional y calidad de vida. La pregunta formulada fue la
siguiente: ¿Cree usted que el atender las necesidades (psicológicas, psicosociales y espirituales)
de los pacientes oncológico, contribuye satisfactoriamente al bienestar físico (salud física) del
paciente en su adherencia al tratamiento y recuperación?
Las respuestas brindadas para dicha respuesta se describen a continuación:
P1: “Entiendo que sí, que es importante. Aunque en ocasiones lo físico, muchas veces es por el
mismo tratamiento que a veces es tan fuerte, que aunque traten de mantenerse optimista, muchas
veces el mismo tratamiento hace que su cuerpo se deteriore y físicamente no se vean bien y
saludable. […] No es fácil porque suben y bajan… la caída de cabello ocurre a los 14 días, y ya
entonces especialmente en las mujeres, es bien difícil para ellas y triste, el ver que están
perdiendo su cabellera y no están preparadas para eso. En dos semanas que tomes un
tratamiento y que rápidos comiences a ver los cambios, es un poco frustrante, aparte de las
náuseas y los vómitos. En ocasiones tratamos de estimularlas que sigan comiendo, pero a veces
es fuerte recibir un tratamiento y que constantemente estén con sus nauseas, vomito, diarreas,
con su dolor, con sus mareos. Aunque ellos traten estar con una actitud positiva, pues sabemos
que el medicamento tiene sus reacciones y contra indicaciones. […] La mujer, creo que tiene
más fortaleza. Muchas veces cuando el hombre es diagnosticado, sabes que siempre se ha dicho
que el hombre no le gusta ir al médico, y la mujer le gusta prevenir y a tiempo buscar la
solución, la cura a su enfermedad. A pesar de toda, ellas son más valientes que ellos (risa),
ellas tienen más fortaleza.”
P2: “Si. […] hay que cubrir todas las necesidades mentales y físicas. […] nosotros aquí
hacemos talleres con la Asociación Americana de Cáncer de maquillaje y ellas se sienten tan
bien físicamente, que le ayuda en su área emocional. […] permite que puedan desahogarse y
expresar como se sienten, salen bien contenta, se les olvida lo que tienen, brindado mejor
calidad de vida durante el proceso de enfermedad.”
P3: “[…] el proceso terapéutico es efectivo siempre y cuando la persona tenga un nivel de
aceptación o por lo menos adherencia… A veces no es necesariamente la intervención del
psicólogo, hay personas resistentes al diagnóstico. ¿Para que un psicólogo? yo no tengo cáncer,
no es algo malo o crítico esto…. Hay otros que el efecto es más chévere, de que han venido
porque usualmente buscan ese componente de acompañamiento emocional. A la medida que el
terapeuta va de la mano de la persona caminando el camino, tendrá mejor resultados, los cuales
se podrían ver reflejados en su tratamiento, su bienestar emocional dando paso a que la persona
tenga mejor calidad de vida. Se supone como terapeuta no le diga: esto es lo que tienes que
hacer, si no vamos a ver, hacia dónde quieres dirigirte…”
P4: “Bienestar Físico. Claro que sí, eso es lo que dicen los estudios. Pacientes que están
positivos le va mejor que a los que están negativos.”
P5: “Definitivamente si. Al atender de manera efectiva y a tono con las necesidades del
paciente podemos lograr un bienestar completo en el paciente”.
P6: “Ayuda al paciente a tomar mejores decisiones en su vida, ayuda al paciente a motivarse
durante el tratamiento, ayuda al paciente a frontal la enfermedad de una forma mas llevadera,
ayuda al paciente a que se alimente, a que si pueda tomarse los medicamentos como deben ser y
acudir al centro de tratamiento, de esa y muchísimas otras manera.”
La quinta y última pregunta para esta sección, estuvo dirigida a conocer el número de personas
atendidas que se encontraban al momento, recibiendo algún tipo de servicios psicológicos y los
beneficios reportados. Las respuestas ofrecidas por los participantes a groso modo reflejaron,
que la mitad de los pacientes recibía algún servicio psicológico. Los resultados observados son
notables ya que nutren el proceso de recuperación en beneficio del paciente, brindan
herramientas para sobrellevar el diagnóstico y sus implicaciones físicas, emocionales y sociales.
Por lo tanto, la pregunta formulada fue: ¿De los pacientes oncológicos atendidos/as por usted,
reciben algún servicio psicológico? Si/no ¿cuántos aproximadamente? Y ¿cuáles han sido los
resultados observados y obtenidos por usted en su bienestar emocional?
Las respuestas recogidas para la pregunta fueron las siguientes:
P1: “Sí, reciben servicios de grupos de apoyo, del grupo espiritual y del trabajador social. […]
la ayuda esta para el que la desea. Son más los que reciben la ayuda. Cada cierto tiempo se
dan charlas educativas, motivacionales, para que todos participaran de la clínica. […] las
personas más positivas ayudan a los que son pesimistas por decirlo así. En ocasiones se
convencían a participar también de las actividades. […] es un sube y baja de emociones,
porque en ocasiones puedes ver que el tratamiento está siendo efectivo, pero en ocasiones vez
también que no está haciendo efectivo. Entonces ellos están con la esperanza de terminar su
tratamiento de quimioterapia y que todo esté bien. […] en ocasiones cuando terminan sus
quimioterapias y toman descansos de una semana, tiene que volver para realizarse estudios,
pues hay lamentablemente, vemos que las cosas no han ido bien. Y es un sube y baja de
emociones tanto para ellos como para nosotros. Porque uno siempre espera que todos estén
bien, que todo funcione y son personas que muchas veces… son más allegado a uno, más que
otros. Uno los siente como parte de una familia, como un allegado, acuérdate que son
tratamiento por meses largos y no siempre la familia está. Allí el paciente uno lo ve a diario,
por tiempo, tiempo, tiempo, y entonces hay momentos en que sus emociones están bien, como
hay momento como no la están.” Lamentablemente con los envejecientes, pues había menos
apoyo de la familia, casi siempre son personas que están solitas, que los hijos viven fuera de
Puerto Rico, pero son los menos.”
P2: “Que yo tenga conocimiento, No.”
P3: “Si. En el lugar de trabajo como parte del proceso de diagnóstico, tratamiento y
recuperación cuentan con psicólogos. Por lo que todos son evaluados en algún momento y otros
reciben servicios terapéuticos, según la evaluación realizada. Recibo referido de compañeros
oncólogos para terapia. Ha habido más apertura a esta interacción como te indique. Los
resultados son notables ya que nutre el proceso de recuperación en beneficio del paciente. Estos
procesos brindan herramientas para sobrellevar el diagnóstico y las implicaciones emocionales,
físicas y sociales. La clave para cualquier proceso terapéutico recae en el nivel de compromiso
y aceptación del tratamiento para así lograr buena adherencia y obtener buenos resultados.”

P4: “Bien pocos, si te digo que son un 5% es mucho, está bien por debajo de eso. En cuanto a
los resultados observados y obtenido, depende cuando el psiquiatra logra bregar con sus
problemas sí. Por otra parte, hay gente que estando con el psiquiatra siguen en depresión y no,
(silencio) como podría decirlo sin que se oiga un poco duro, pero no tiene quizás, no seria la
inteligencia, la mentalidad para dejarse llevar por lo que le dice el psiquiatra o el psicólogo y
ponerlo en práctica. Van te oyen, pero se quedan sin hacer nada. Seria un proceso de actitud
del paciente para recibir los servicios del psiquiatra o el psicólogo y seguir sus
recomendaciones.”
P5: “No, no tengo pacientes que se encuentren recibiendo servicios psicológicos al momento.”
P6: “Si. Son pocos los que reciben servicios psicológicos. Los resultados siempre serán
positivos por que van en beneficios del paciente. Se le está brindado herramientas para que
ellos puedan afrontar su diagnóstico y tener calidad de vida. Por otro lado, atienden su parte
emocional, o sea, los sentimientos de tristeza, de miedo e incluso la depresión y ansiedad que la
mayoría presenta cuando tienen este diagnóstico”.
Cuarta Dimensión: Inclusión del Psicólogo Clínica
Esta dimensión buscó analizar los relatos dirigidos a conocer, las ideas u opiniones que tienen
los participantes en torno a la inclusión e inherencia del psicólogo clínico en el ambiente
oncológico. A continuación, se presentan cada una de las narrativas realizadas por los
participantes para evaluar las categorías de análisis de esta dimensión.
La primera pregunta se dirigió a conocer la presencia de los servicios psicológicos en el área
laboral para el tratamiento de los pacientes con cáncer. Los hallazgos encontrados, indican que
solo uno de los participantes (psicólogo) describe ser parte del equipo de salud mental a nivel de
oncología. Por otra parte, los participantes señalan, que no han considerado al psicólogo dentro
del plan operacional y algunos cuentan con trabajadores sociales. La pregunta formulada lee
como sigue: ¿Cuenta usted con algún psicólogo clínico en su equipo de trabajo o centro de
servicios para la población oncológica? Si/No ¿Por qué?
Estas fueron las respuestas esbozadas por los participantes:
P1: “No hay psicólogos clínicos, pero está la Trabajadora Social. […] como te indique, ella
tiene muchos grupos de apoyos. […] muchas veces se refiere a su médico de cabecera, y el
médico de cabecera lo refiere al psicólogo. Por lo menos allí, mientras se pudiera, cuentan con
los servicios de la trabajadora social y sus grupos de apoyo, que son sobreviviente y familias de
sobrevivientes […]”.
P2: “No. […] nunca el doctor lo ha pensado, ni yo. Pero es importante. […] eso si, cuando el
paciente se observa deprimido y necesita ayuda emocional, se le hacen referidos al psicólogo”.
P3: “[…] los lugares que conozco que trabajan a nivel de oncología, usualmente tienen un
psicólogo clínico. El hospital oncológico tiene su equipo de salud mental, en San Juan. No sé si
está presencial, pero si no es por consulta, están presentes. San George, que es a nivel
pediátrico tiene un equipo de salud mental. Esta presencia cada vez se está haciendo más
llevadera, incluyendo en como la comunidad médica, específicamente esta viendo el beneficio
del tratamiento psicológico... […] este enfoque, el efecto que han tenido en la recuperación
física, el pasar por un proceso de salud mental ha llevado a la comunidad médica ha estar más
informada. El oncólogo, el tipo de población que trabaja esta más a tono con los cambios a
nivel emocional y social. Esto contribuye a un más lo que es el psicólogo dentro de este
escenario interdisciplinario”.
P4: “No”.
P5: “No, aquí no hay porque no lo han considerado dentro de su plan operacional en el área de
recurso humano, por lo que esa plaza no esta creada”.
P6: “No, no lo tenemos. En el caso de nosotros solo atendemos el centro de radio terapia. […]
nosotros referimos al paciente a otro profesional para atender esa área emocional”.
La segunda pregunta realizada a los profesionales de la salud, tuvo como finalidad conocer la
importancia del papel del psicólogo en el tratamiento oncológico. Todos los participantes
coincidieron que sería necesaria la inclusión de los servicios psicológicos, como parte del equipo
interdisciplinario para el tratamiento que reciben los pacientes con diagnóstico de cáncer. La
pregunta formulada a los participantes fue: ¿Considera usted necesario, la inclusión del
psicólogo clínico como parte del equipo interdisciplinario para el tratamiento que reciben los
pacientes con diagnóstico de cáncer?
Las respuestas dadas por el grupo de profesionales, participantes del estudio fueron las
siguientes:
P1: “Lo creo necesario. Debería de haber en centros, clínicas, oficinas médicas, un psicólogo.
[…] se refiere siempre al psicólogo aquellas personas, que el mismo médico oncólogo entienda
y el médico de cabecera. La mayoría de ellos te podría decir que estaban medicados para la
ansiedad, para poder descansar, porque a veces no podía dormir bien, para disminuir los niveles
de ansiedad. Donde trabajo no hay psicólogos, pero contamos con la Trabajadora Social, que
realmente funge con ese tipio de apoyo emocional”.
P2: “Si, súper necesario. Como te dije anteriormente, los diagnósticos son fuertes y más para la
mujer. Porque nosotras somos fuertes, pero en esa parte somos débiles. Y yo encuentro que
para la primera visita, para una buena evaluación, debe tener un servicio de psicólogo”.
P3: “Si, … a pesar de que el oncólogo le dedica tiempo a la persona para que se exprese y
pueda aclarar sus dudas, el proceso psicológico se convierte en esa extensión de espacio con el
oncólogo. El ventilar emociones, el entender los proceso, a veces es psico-educación como que
no es que el oncólogo no ha querido explicarle, sino, que la persona no se atreve a preguntarle
al oncólogo. El proceso terapéutico es un proceso de psico-educación, por lo cual ayuda a
aclarar esas dudas que se quedan en el aire a nivel de lo que es el tratamiento”.
P4: “Cien porcientos, por todo ese estado emocional que tiene el paciente por el diagnóstico, o
por la palabra cáncer que lo tira al piso en todo el sentido de la palabra. Yo te puedo decir sin
fallarte, de cada diez, ocho pacientes, necesitan ese “support” emocional a mayor y a menor
grado. Para mí lo necesitan el 100%, al que está bien hay que darle “support”.
P5: “Si. Hasta la trabajadora Social lo ha identificado. Que es necesario el profesional dentro
del hospital. Sin embargo, tenemos aquí un programa llamado paliativo. Ese programa
paliativo esta dirigido por una doctora en medicina, para manejar las emociones, el dolor, todas
esas necesidades presentes en el paciente oncológico, como resultado del tratamiento de la
quimioterapia. Pero ella no entra en el área de salud mental, porque no es un profesional de
salud mental. Ella trabaja otras áreas por lo que se queda coja otras áreas esenciales”.
P6: “No puedo decirte que no porque seria una falta de consideración al paciente. Y tengo que
decir la verdad, si hace falta, siempre va a hacer falta para todo lugar de tratamiento. En el
caso de que el paciente en ese momento colapse y no haya una persona que le pueda dar ese
apoyo”.
La tercera pregunta para esta dimensión, se formuló para conocer la opinión de los
participantes de los servicios psicológicos para la población oncológica. Las opiniones de los
participantes coinciden en el beneficio que tienen los pacientes con cáncer el recibir los servicios
de un psicólogo clínico como parte de su tratamiento oncológico. Además, los hallazgos reflejan
el beneficio, como herramienta para sobrellevar el diagnóstico y el tratamiento.
La pregunta formulada a los participantes lee como sigue: ¿Qué beneficio si alguno, considera
tiene o tendría para los pacientes con diagnóstico de cáncer, recibir los servicios de un psicólogo
clínico como parte de su tratamiento oncológico?
A continuación las respuestas dadas por el grupo de profesionales fueron las siguientes:
P1: […] “Pienso que ese aspecto debe ser evaluado por un psicólogo, tal vez tenga otro tipo de
tratamiento, otro tipo de terapia distinta a lo que ofrece un Trabajador Social. Porque tal vez,
un Trabajador Social puede llenar unas necesidades, te puede referir, pero tal vez no tome tanto
de su tiempo como para sentarse individualmente con cada uno de ellos, o hacer una terapia en
grupo debería estar también en el equipo de trabajo”.
P2: “De verdad como te dije, súper importante, súper importante. Porque uno no sabe cuándo
el paciente sale tranquilo por ahí, pero luego ya va pensando, cuando venga la próxima vez va
bajando, va bajando, va bajando y cuando tu vienes a ver, pasa lo que pasa, yo encuentro que es
muy importante una evaluación”.
P3: “La ventilación es un espacio bien necesario para la persona. Y hay personas que dicen yo
ventilo con la familia, pero la familia no está preparada para esa ventilación. Por lo cual, ese
acompañamiento es chévere y no sólo la necesidad individual, sino es atender esa necesidad de la
familia y necesidad de la comunidad, ahí es donde el psicólogo hace el enlace con el Trabajador
Social, bien importante tanto con la familia, como con la comunidad. […] por lo menos un
proceso de salud que lleve tiempo trabajando con lo que es oncología, esta consiente que la
familia es un componente que se debe incluir. A menos el explorar como esta funcionado la
persona esta una hora en terapia conmigo una semana, yo quiero ver cómo está funcionando y
como ese proceso, esa dinámica familiar va a ayudarme a la recuperación de la persona o que la
persona eche para atrás. Usualmente se realiza una intervención familiar para saber cómo todos
trabajan, cuando se identifican indicadores en la familia para atender, se extienden estos
procesos”.
P4: “El beneficio va hacer en conjunto, va hacer en respuesta, actitud al tratamiento, va hacer en
tolerabilidad al tratamiento, en todo. Yo entiendo que un psicólogo, por lo menos donde yo me
entrene estaba ese “teen” de psicólogo, de psiquiatra de oncólogo, se trataba al paciente como un
“teen”. Y tú lo vez porque hasta el paciente, contra que chévere el oncólogo me envió para el
psicólogo, el psicólogo me está ayudando en esta parte, el oncólogo no solamente no se interesa
solo por el cáncer, se está interesando por mi salud emocional. Es cien porciento positivo para el
paciente y para el médico también”.
P5: “Estos pacientes comprenderían y se les ayudaría a que entiendan que todas aquellas
emociones que están experimentando son normales, si se pueden llamar normales que incluye su
diagnóstico. El psicólogo esta ahí para ayudarle a manejar y buscar las herramientas para que
puedan manejar y puedan sobrellevar su diagnóstico y su tratamiento”.
P6: “Tendría muchos beneficios. Se sentirían apoyados, motivados, que le sirvan de support a la
persona ante el diagnóstico por decirlo así. Si el paciente cubre todas esas áreas estamos
hablando de que estamos haciendo un buen trabajo”.
Obtenido el grueso de los relatos y sus representaciones, en el siguiente capítulo, el
investigador procede a discutir e interpretar los hallazgos encontrados en el estudio de las
necesidades psicológicas, psicosociales y espirituales de los pacientes diagnosticados con cáncer.
A este propósito, se integran investigaciones previas que se atañen a la presente investigación,
así como otras referencias que contribuyen al estudio de este fenómeno. Además, se anexan
material relacionado a las limitaciones, conclusiones, aportaciones y recomendaciones para
investigaciones venideras.

212

CAPITULO V
Discusión, Conclusiones y Recomendaciones
Como se ha destacado en los capítulos anteriores, el objetivo general de la investigación
estuvo dirigida a conocer el significado de un grupo de profesionales de la salud, sobre aquellas
necesidades presentadas en los individuos con diagnóstico de cáncer en Puerto Rico. Enlazado
al propósito de identificar, describir y conocer a través de las verbalizaciones de los participantes,
las necesidades psicológicas, psicosociales y espirituales de los pacientes oncológicos. Por ende,
se caracteriza desde el significado dado por los participantes, como resultado de sus
circunstancias individuales, emocionales, experienciales y su contesto de trabajo con dicha
población.
De acuerdo a Serra (2005, citado en Henriques, 2011), para el bienestar de los pacientes
oncológicos, es fundamental considerar que los médicos y enfermeros/as tengan la capacidad de
comprender y respetar los diferentes significados, interpretaciones y expresiones del dolor. Que
tengan las destrezas de reflexionar en aquellas áreas de necesidad y como estos se encuentran en
las referencias sociales y culturales de los pacientes oncológico. El autor resalta que las
significancia de los profesionales y de los pacientes pueden ser divergentes, pero deben valorarse
y considerarse para poder prestar cuidados apropiados y de efectividad, tanto al paciente
oncológico como a la familia.
Por lo tanto, para lograr un análisis profundo del significado del grupo de profesional de la
salud, se establecieron cuatro objetivos específicos. Estos objetivos permitieron en primer lugar,
describir las necesidades de los pacientes con diagnóstico de cáncer. Identificar indicadores de ​
necesidades. Evaluar la relevancia y prioridad de la atención de las necesidades psicológicas,
psicosociales y espirituales en el paciente con diagnóstico de cáncer. Además, conocer las ideas
u opiniones de la inclusión del psicólogo clínico como parte del equipo multidisciplinario en el
tratamiento de los pacientes con diagnóstico de cáncer.
Para ello, el método de análisis utilizado fue uno cualitativo, lo que permitió acceder a la
información que es difícil de recopilar a través de otras metodologías, profundizando en la
comprensión del significado otorgado a las necesidades psicológicas, psicosociales y espirituales
de los pacientes diagnosticados con cáncer. Las narrativas dadas por los participantes fueron
examinadas mediante el programa de análisis de contenido de Wolcott (1994), permitiendo
describir de forma organizada la información recopilada por el investigador. Esta estructura
facilitó observar y analizar la información, considerando las dimensiones y categorías
propuestas. Se destacó del análisis, aquellas narrativas consideradas más sobresalientes de cada
una de las entrevistas semiestructuradas realizadas a cada participante. Por lo tanto, se resaltaron
con esta técnica las conjeturas o deducciones realizadas por el investigador, fundamentadas en
las observaciones, narrativas y significados atribuidos por los participantes sobre las necesidades
psicológicas, psicosociales y espirituales del paciente con diagnóstico de cáncer. Esta estrategia,
favoreció la creación de una visión construccionista de este fenómeno y sus hallazgos, en
triangulación con la revisión de literatura.
De otra parte, se inicia a continuación la discusión de los hallazgos y sus posibles
implicaciones para el conocimiento y la práctica de la psicología. Además, se examinará cómo
se significa las necesidades de los pacientes con diagnóstico de cáncer. Se analizará y
profundizará en las narrativas partiendo del modelo Bio-psico-social de la psicología de la salud
el cual fue creado por el psiquíatra norteamericano George L. Éngel en el año 1977, quien
plantea una integración y conocimiento metodológico de los niveles, biológicos, psicológico, y
sociales que involucran al ser humano; Permitiendo una flexibilidad en la comprensión de la
salud y la libertad para explicar los múltiples factores presentes en la salud de las personas
(Sperry, 2008, citado en Juárez, 2011), así también, desde la revisión de literatura previamente
expuesta. A su vez, se expondrán las conclusiones con los resultados más significativos y las
limitaciones que se confrontaron durante el proceso. Por último, se comparten las aportaciones
de la investigación y recomendaciones para futuras líneas de investigación relacionadas a este
fenómeno, recomendaciones para la política pública, salud, y el quehacer psicológico.
Se destaca, que dado al tipo de enfoque cualitativo es preciso reconocer que este estudio no
aspira a establecer ideas, comparaciones o verdades absolutas que pudieran generalizarse y
reducir la complejidad de lo que supone del fenómeno estudiado. Es decir, que las
verbalizaciones aquí deben entenderse como una aproximación a las infinitas explicaciones que
pudieran surgir de los hallazgos. Precisamente por ello, se seleccionó este acercamiento
cualitativo, dado a la flexibilidad de conjeturas que pudieran plantearse desde la individualidad y
diversidad humana, para describir la experiencia de un fenómeno compartido.
Discusión de los Objetivos, Dimensiones y Categorías de Análisis
En el estudio se analizaron las diferentes verbalizaciones de los participantes con el fin de
obtener la información requerida para comprender las necesidades psicológicas, psicosociales y
espirituales de los pacientes diagnosticados con cáncer en Puerto Rico. En el mismo estudio se
propusieron cuatro objetivos específicos, los cuales permitieron comprender el tema de
investigación. El primer objetivo estuvo propuesto para describir las necesidades de los
pacientes con diagnóstico de cáncer, según el significado de un grupo de profesionales de la
salud. El segundo objetivo, se propuso para identificar indicadores de necesidades de los
pacientes con diagnóstico de cáncer según el significado de un grupo de profesionales de la
salud. El tercer objetivo propuesto fue para evaluar el significado que le otorgan un grupo de
profesionales de la salud, a la relevancia y prioridad de atender las necesidades psicológicas,
psicosociales y espirituales en el tratamiento que se le ofrece al paciente con diagnóstico de
cáncer. El cuarto objetivo y último fue para conocer las ideas u opiniones que tienen un grupo de
profesionales de la salud en torno a la inclusión del psicólogo clínico, como parte del tratamiento
y equipo interdisciplinario que reciben los pacientes con diagnóstico de cáncer.
Estos objetivos específicos permitieron identificar las dimensiones y categorías de análisis
para obtener una amplia comprensión del fenómeno bajo estudio. La primera dimensión
permitió explorar y conocer los significados que le otorgan un grupo de profesionales de la salud
a las necesidades de los pacientes oncológicos de Puerto Rico, según el reconocimiento,
interpretación y significado elaborado a partir de su juicio, simbolización y experiencia laboral
en las siguientes categorías: necesidades psicológicas, necesidades psicosociales y necesidades
espirituales.
La segunda dimensión permitió, recoger de un grupo de profesionales de la salud, aquellos
indicadores observados en los pacientes oncológicos como parte de su proceso de enfermedad en
las siguientes categorías: indicadores psicológicos, indicadores emocionales e indicadores
cognitivos.
La tercera dimensión permitió, que los participantes puedan brindar su opinión en torno a la
relevancia y prioridad de la atención de las necesidades en el tratamiento de los pacientes con
diagnóstico de cáncer en Puerto Rico, como parte de su tratamiento oncológico en las categorías:
bienestar emocional, bienestar física y calidad de vida.
La cuarta dimensión permitió, conocer las ideas, opiniones y experiencias que tienen los
participantes en torno a la inclusión e inherencia del psicólogo clínico en el ambiente oncológico
en las siguientes categorías: abordaje de la sintomatología psicológica, identificación de
estrategias de afrontamiento, red de apoyo en la adaptación del diagnóstico y complementa los
servicios brindado a la población oncológica.
Ahora bien, teniendo en cuenta lo anterior, se procede a discutir los hallazgos a partir de la
literatura, las dimensiones y categorías previamente seleccionadas para análisis en la
investigación.
Primera Dimensión: Significado de Necesidades
A partir de las verbalizaciones ofrecidas por los participantes a las preguntas correspondientes
a esta dimensión, Significado de Necesidades, se desprenden de las narrativas las ideas,
conocimientos, opiniones, interpretaciones y significados construidos desde el contexto íntimo
de cada uno, a partir de sus experiencias laborales. Ante esto, se identifican las categorías de
análisis establecidas para esta dimensión.
A tono con las verbalizaciones realizadas por los participantes en el estudio de las necesidades
de los pacientes con cáncer, se observó que el grupo de profesionales coincidieron en sus
experiencias de trabajo. Destacaron que la misma ha sido una de las mejores experiencias y
satisfacciones obtenidas como profesionales. De igual manera coincidieron en que se viven
experiencias no tan buenas, (cuando es positivo el diagnóstico, cuando es recurrente, cuando la
persona es joven, y mueren) cuando el profesional se solidariza con el paciente y siente con ellos
la condición. El lidiar con el sufrimiento, el dolor, los síntomas y no lograr que tengan una
calidad de vida adecuada, afecta como profesional. Estas experiencias esbozadas por los
participantes del estudio se asemejan a las encontradas en el estudio realizado por los autores:
Vivar, et al. (2019). Estas autoras llevaron acabo un estudio cualitativo trasversal, con el
objetivo de conocer las experiencias de un grupo de enfermeras en el cuidado de pacientes
oncológicos. La muestra del estudio fue conformada por 14 enfermeras. Los resultados
obtenidos reflejaron la complejidad del cuidado del paciente durante el diagnóstico y
tratamiento. Concluyendo, que los profesionales de enfermería se enfrentan a pacientes
desconfiados ante el tratamiento, desesperanzados y con miedo ante una posible muerte.
Partiendo de lo antes expuesto, a continuación se presenta la discusión de las narrativas de los
6 participantes, que muestran coincidencia en las necesidades manifestadas por los pacientes
diagnosticados con cáncer, como parte de su diagnóstico, tratamiento y recuperación. Ante esto,
surgió la primera categoría de análisis, para esta dimensión: necesidades psicológicas.
Necesidades Psicológicas
La primera necesidad identificada por los participantes del estudio correspondió a la
psicológica. Dicha categoría recogió aquellas verbalizaciones dadas por los participantes, sobre
todas aquellas expresiones afectivas y cognitivas que evocan un grado de preocupación y/o
malestar emocional afectando a una persona cuando se percibe en peligro. Al auscultar en
aquellas expresiones emocionales y cognitivas referidas por los pacientes, los participantes del
estudio coincidieron que el coraje es bien significativo. Es la emoción de expresión para muchos
aspectos que oculta o guarda detrás de ello otras emociones como: miedo, tristeza, enojo,
irritabilidad y hostilidad. Además, pueden sentir cierta incertidumbre, desesperanza, y presentar
pensamientos o ideas suicidas. Dichas necesidades coincidieron con las encontradas por los
autores Zorrilla Ayllón (2016); Baravo González, (2010) y Zwingmann, et al. (2008), donde
refirieron que los pacientes se enfrentan a manifestaciones como: miedos, angustia, hostilidad,
temores, incertidumbre, y baja autoestima luego de un diagnóstico de cáncer.
Para el participante 2, los hombres son más reservados a la hora de expresar las emociones y
no las manifiestan abiertamente, a diferencia de las mujeres que son más expresivas a sus
temores. Los temores más recurrentes expresados por las féminas, de acuerdo con el participante
2, son entorno a: morir, sus hijos, y la familia. Por otra parte, el participante 3, señaló que
preguntas como: ¿qué va a hacer de mi vida ahora?, ¿es que soy joven?, ¿mis hijos quien los va a
cuidar? son bastante comunes. Esto concuerda con Spalek, et al. (2015), en la cual realizaron
una investigación para conocer la relación existente entre las emociones manifestadas por las
féminas y los caballeros y la capacidad de recordar las mismas en ambos. Sostuvieron que las
féminas reconocen con facilidad sus emociones en comparación con los hombres, en cuanto al
miedo y el disgusto. Esto evocando que las féminas y los hombres desarrollen condiciones
mentales diferentes al manejarlas sus emociones de forma distinta. Según Spalek y
colaboradores concluyeron que los hombres son más propensos a desarrollar trastornos
antisociales y manifestar abuso de sustancias; mientras las féminas son más vulnerables a
manifestar trastornos depresivos y de ansiedad.
De acuerdos a estos hallazgos obtenidos en esta investigación y los resultados encontrados por
Spalek et al. (2015), destacan claramente en que las féminas son más expresivas en sus
emociones que los hombres. Esto permite conocer que ante estas diferencias y el avance en los
temas de perspectiva de género, es importante considerar y puntualizar lo concerniente a la salud.
Se recoge en la literatura, que un diagnóstico de cáncer es una carga emocional (Correa
Rodríguez, 2017; Martínez-Basurto et al., 2015; Hernández y Cruzado, 2013; Aguilar García,
2010; Bravo González, 2010) y para los autores Spalek y colaboradores, destacaron que el cáncer
afecta emocionalmente diferente a los hombres de las mujeres. Es por lo tanto, que resulta
importante y meritorio considerar estas diferencias para un mejor acercamiento y atención de
estas necesidades presentas por hombres y mujeres con diagnostico de cáncer.
En cuanto al pensamiento, el participante 3 verbalizó que hay personas que adoptan una
actitud completamente pesimista, con creencias tales como: el mundo se va acabar, no hay
solución, me voy a morir, el tratamiento no tendrá efectividad, no recibiré el tratamiento, como
quiera voy a morir. En cuanto a esto, los autores Pastells y Font (2014), realizaron un estudio
sobre la correlación existe entre el optimismo y la disposición al pesimismo en el proceso de
oncología con diferentes aspectos en la calidad de vida. Concluyeron que el detectar el
optimismo o el pesimismo desde el momento inicial del diagnóstico en las personas con cáncer,
permite establecer ayudas y anticipar ciertos problemas físicos, sociales, y emocionales. Ante
esto, una persona que adopta una actitud pesimista, y que se centrada en los síntomas,
reaccionará negativamente cuando se expresan de su enfermedad con los demás, afectando su
calidad de vida. En adición, una persona pesimista tendrá una percepción subjetiva de menor
grado de apoyo familiar y social. Esto probablemente haga que los pacientes no acudan a recibir
sus servicios por la creencia de que no tendría ningún beneficio. Por lo tanto, los profesionales
de la salud podrían aportar a identificar estos cambios en los pacientes con cáncer y brindar
psico-educación que permita disminuir estos pensamientos pesimistas. Además de brindar
estrategias y acciones a pacientes optimistas, con el propósito de proporcionar una mejor
satisfacción para una mejor calidad de vida.
Por otra parte, los participantes de esta investigación, identificaron parte de las etapas de duelo
propuesta por Külber Rose como es la negación, y la negociación (“si yo me curo de esto,
prometo que voy hacer el mejor padre”, etc.) donde realizan promesas como búsqueda para darle
sentido al proceso y tratar de superarlo. Morales de la Rubia y Miaja Ávila (2015), realizaron
una investigación con el objetivo de describir el significado otorgado al cáncer y la correlación
existente a respuestas psicológicas del duelo en pacientes con diagnóstico de cáncer. La muestra
fue conformada por 145 participantes de las cuales 125 fueron mujeres y 25 hombres. Los
hallazgos encontrados reflejaron diferencias estadísticamente significativas en las etapas de
promesas y negociación con un ser supremo. Estos autores sugirieron, que aquellos individuos
que lograron encontrar un propósito a su diagnóstico de cáncer para su crecimiento como
persona, utilizaron menos las promesas y la negociación con Dios o ser supremo, a cambio de
obtener la salud. Por otro lado, los individuos que significaron el diagnóstico de cáncer con la
finalidad de la vida, son los que durante el proceso de tratamiento hacen más promesas y
realizaron negociaciones a favor de su recuperación. Estas conductas podrían sugerir la
presencia de múltiples situaciones adversas al tratamiento y rasgos de personalidad que refuercen
conductas pesimistas y negativas. No obstante, para Büssing y Koening (2010), el apoyo
religioso, podría asumir un retraso en la persona sobre su proceso de duelo, al ser la religión un
amortiguador ante el miedo y el negativismo.
Se destaca, que el participante 5 enfatizó la complejidad que puede ser la identificación de
estas necesidades psicológicas. La falta de profesionales con la preparación o cualificación
necesaria, dificulta la identificación de estas expresiones emocionales y cognitivas en el paciente.
Resaltando que a nivel operacional no se reclutan a profesionales para asistir en estas áreas de
servicio en oncología. En un estudio realizado por las autoras Vivar, et al. (2019), identificaron
que los profesionales de enfermería enfrentan con frecuencia obstáculos que dificultan sus
labores como profesionales de la salud. Concluyeron que la carga de trabajo presenta un
problema en el tiempo para dedicarle a cada paciente, además de la falta de conocimiento en
áreas para abordan las necesidades emocionales de los pacientes son los principales escoyos
encontrados.
Necesidades Psicosociales
En esta segunda categoría para esta dimensión, se hace énfasis en las descripciones que
realizaron los participantes de las necesidades psicosociales a partir de las observaciones,
conocimientos, opiniones, ideas e interpretaciones construidas desde su experiencia de trabajo.
Se presta interés en los relatos y ejemplos que ofrecieron el grupo de profesionales para
describir las necesidades psicosociales ante un diagnóstico de cáncer. Al profundizar en los
relatos dados sobre las necesidades vinculadas al aspecto social, concuerdan en que los pacientes
con cáncer atraviesan unos cambios significativos que les afecta a nivel de pareja, de familia, y
laboral. Como indica Die Trill (2006), la persona que recibe un diagnóstico de cáncer puede
sufrir cambios psicosociales significativos como los encontrados en la investigación.
El diagnóstico de cáncer cambia la dinámica del hogar. Cantú Guzmán y Álvarez Bermúdez
(2009), sostienen que hay alteraciones en las tareas en el hogar. A nivel de matrimonio se puede
observar situaciones que se producen por el proceso de enfermedad que trastocan la relación,
como lo afirma Die Trill (2006), donde describió que crece un temor a la ruptura de la relación
de la pareja, causado por dificultades en la comunicación, en la relación sexual, incapacidad
sentimental y tristeza.
Por otra parte, los participantes de la investigación indicaron que ante un diagnóstico de cáncer,
puede llevar a la pareja a convertirse en el acompañamiento para la otra en su enfermedad; o por
el contario, terminar ese acompañamiento y dejar a su pareja sola durante el proceso de
tratamiento o abandona el hogar. También, se da el caso que no involucran en el proceso a la
pareja y/o la familia. En el hombre, se facilita la dinámica de que prefieren pasar el proceso de
enfermedad solos. Asimismo, se identifica que el hombre tiende a abandonar a la mujer cuando
esta es la paciente, vs la mujer, que apoya más al hombre cuando es éste el paciente. En los
matrimonios, el participante 6 destacó que hay pacientes de cáncer de próstata que dejan a sus
esposas, porque no le pueden corresponder como hombre. Es importantes mencionar que a pesar
de que la literatura evidencia la importancia del acompañamiento en el proceso de enfermedad,
Rodríguez Loyola (2010) destacó en su estudio, que el acompañamiento no deseado aumenta la
angustia psicológica en vez de disminuirla. Por lo tanto, ante esto se puede concluir que una
pareja no siempre será para el paciente de cáncer, un buen acompañamiento sino una fuente de
estrés durante el proceso.
Por otra parte, a nivel de familia, el diagnóstico trasciende y trastoca los lazos familiares que
rodean al paciente destacó el participante 3. Cuando hay menores en el hogar, surge la dinámica
donde papá o mamá experimentarán cambios como parte del proceso de diagnóstico, tratamiento
y recuperación. Estos cambios en el temperamento y en el humor, son vistos por los niños como
que papá o mamá no desean jugar, porque algo hizo malo, según las creencias de estos menores.
Así que, ese proceso con menores de edad, es importante atenderlo, para la comprensión del
diagnóstico de papá o mamá. Esto concuerda con lo encontrado por Vinancia Alpi y Quiceno
Sierra (2006), donde concluyeron que el impacto que tiene en las personas las enfermedades
crónicas en la familia, afecta las relaciones con sus hijos y cónyuges. De igual forma Cantú
Guzmán y Álvarez Bermúdez (2009), realizaron un estudio cualitativo con el objetivo de conocer
el impacto de los aspectos psicosociales en la persona con cáncer. Concluyeron que el cáncer es
un suceso vital que amenaza y altera las tareas en el hogar y el de sus integrantes, llevando al
enfermo a cambios de conductas.
Por otra parte, los participantes del estudio coincidieron que un diagnóstico puede ocasionar
en la familia una separación a nivel de pareja, repercutiendo en el componente familiar. Sin
embargo, también es el caso que ante un diagnóstico la familia permanece unida. Para Die Trill
(2006), Rodríguez Loyola (2010), el proceso de diagnóstico y tratamiento puede generar
alteraciones en las relaciones conyugales. Ante los ajustes por la enfermedad puede crecer el
miedo a la ruptura de la relación de la pareja por la falta de intimidad y sexualidad a partir del
diagnóstico. Sin embargo, es importante destacar que al momento de realizar la investigación no
se encontró evidencia empírica que afirme que el cáncer sea causa de la separación de los
cónyuges. Hay autores que sostienen e indican que puede ser un detonante, pero no así, la causa
principal de una separación o divorcio.
Por otro lado, con respecto al nivel laboral, los relatos obtenidos por los participantes del
estudio en este tema reflejaron, que en efecto afectan todo el desempeño en el trabajo ante las
preocupaciones de los pacientes que giran en torno al cumplimiento de unas responsabilidades de
trabajo. Estas responsabilidades se ven afectadas como parte del proceso de tratamiento que
causan efectos físicos en la persona y afecta la productividad laboral relacionada al ausentismo
frecuente. Esto a su vez, trae preocupaciones en las personas cuando es el sustento del hogar, no
poder trabajar, y la economía se ve afecta por los altos costo de tratamiento.
De acuerdo con Rodríguez Loyola (2010), el aspecto laboral es uno que se ve afectado con las
demandas del cáncer. Su estudio examinó las dificultades economías de las participantes, y
concluyó que es una de las mayores preocupaciones al sentirse restringidas en su funcionamiento
laboral. Por lo que esto ocasiona que se vea afectada la reducción de la jornada de trabajo y a su
vez se afecte el ingreso económico, y por los costos del tratamiento y las dificultades de los
planes médicos son algunos de los escoyos encontrados en estos procesos.
Necesidades Espirituales
Esta última categoría para la dimensión de Significado de Necesidades, presta interés en
obtener por medio de las verbalizaciones de los participantes, ideas, opiniones y significados
atribuidos a las Necesidades Espirituales. En referencia en aquellas verbalizaciones que sugieran
la presencia de una práctica espiritual y religiosa que lleve al paciente a cuidar, entender o
recuperar sus creencias o fe, con el objetivo de cubrir unas necesidades en su interior. A este fin,
los participantes del estudio coinciden que para sobrellevar la enfermedad, el cristianismo o
cualquier otro tipo de religión serán de ayuda. Dentro del cristianismo en general, se va a
fomentar el proceso de recuperación y sanación acompañado del tratamiento. El
acompañamiento espiritual permite sobrepasar la condición de cáncer de una forma más positiva.
Teniendo fe y la convicción, descansan en la sanación por el médico por excelencia, Dios. Los
hallazgos son semejantes a los encontrados al estudio realizado por García-Alandete y
Hernández-Jiménez (2018), donde concluyen que promover la religiosidad y la espiritualidad
ayuda a los individuos a desarrollar un bienestar psicológico, un mejor afrontamiento a la
ansiedad y al dolor crónico generado, esto como un mejor estilo de vida y otras variantes de
bienestar para el paciente oncológico. Por otra parte, si no son cubiertas, esta dimensión
espiritual se asocia a una reducción del bienestar de la persona y efectos negativos en la calidad
de los servicios que recibe y por ende, de su vida.
La espiritualidad es un apoyo en medio del proceso que permite al paciente canalizar y aceptar
la condición. Le sirve como herramienta para mantener la estabilidad emocional, el positivismo
ante el diagnóstico, el tratamiento y la recuperación. De acuerdo con Valiente-Barroso y García
García (2010) y Galvis-López y Pérez-Giraldo (2011), sostienen que el utilizar recursos
espirituales como herramienta es un medio que puede permitir enfrentar y superar
satisfactoriamente una enfermedad, al proporcionar propósito acerca de la vida. Compartieron
los participantes de esta investigación, que en ocasiones el acompañamiento espiritual lo reciben
de sacerdotes, pastores y ministros, que ayudan a comprender y sobre llevar el proceso que es
considerado como una etapa difícil para la persona y la familia.
Los participantes indicaron que la ayuda brindada espiritualmente en sus áreas de trabajo es
una voluntaria, respetando las creencias de cada cual. En ocasiones este acompañamiento es
visto de manera positiva y en otro lado, negativo. Durante el proceso se identifican personas que
prefieren esa ayuda espiritual y otras no. También el que negó o rehusó recibir el tratamiento,
debido a sus creencias.
Ante lo expuesto, se encontraron ideas, opiniones y significados de manera divergente. Los
participantes describieron que hay personas que no desean saber de la religión en estos procesos
y manifestaron repudio a cualquier ayuda o acercamiento espiritual. Hay pacientes que culpan a
Dios de su diagnóstico y del proceso que están viviendo. Por lo tanto, es esencial y un aspecto
clave conocer si profesan alguna religión, si son personas espirituales, ya que dentro del proceso
hay espacio para esta dimensión de la espiritualidad.
De la misma forma, Díaz Díaz y Jerez Lorca (2013), sostienen que la espiritualidad puede
afectar negativamente al individuo. Ante un diagnóstico de cáncer, considerado como una crisis
vital en el ser humano, hay personas que deciden vivir de forma negativa su espiritualidad y
religiosidad, experimentando perdida de la fe, incertidumbre y desesperanza. Para Núñez, et al.
(2011), puede generar malestar y aumentar la carga emocional del cáncer, por sentirse rechazado,
abandonado o castigado por Dios. En el estudio realizado en Puerto Rico por Rodríguez Loyola
(2010), menciona que muchas féminas presentan sentimientos de rabia, coraje y frustración al
sentir que Dios las ha abandonado al condenarlas a sufrir de cáncer.
Segunda Dimensión: Significado de Indicadores
Ante las respuestas brindadas por los participantes del estudio para conocer el significado
otorgado a los indicadores manifestados por los pacientes de oncología, coinciden las opiniones e
interpretaciones construidas por los 6 participantes a partir de su experiencia de trabajo. Los
relatos de los participantes reflejaron, que los pacientes con diagnóstico de cáncer podrían
reflejar, indicadores emocionales, psicológicos y cognitivo como parte de su proceso de
enfermedad. A partir de las verbalizaciones realizadas por los participantes surgió la primera
categoría de análisis, para esta dimensión: indicadores emocionales.
Indicadores Emocionales
Esta primera categoría de análisis hizo énfasis en los significados dados por los participantes
sobre aquellas reacciones emocionales evocadas en el paciente en su proceso de enfermedad bajo
sus servicios profesionales. Las verbalizaciones esbozadas por los participantes, coincidieron en
manifestaciones recurrentes como parte de su diagnóstico. Se identificaron emociones en los
pacientes tales como: tristeza, temor y miedo, acompañado de llanto ante el diagnóstico. Por lo
que les produjeron inseguridades, confusiones e incertidumbre al proceso de tratamiento, que los
llevó a no continuar con el tratamiento por el miedo que le produjo.
Cabe destacar que los participantes reiteraron que por el hecho de estar diagnosticados con
cáncer, manifiestan diferentes emociones las cuales pueden ser unas más que otras y no todas
presentadas por una misma persona. Sin embargo, el participante 5 reconoció el miedo como la
emoción más manifestada por los pacientes. Para el participante 3, el coraje fue bien
significativo durante el proceso de enfermedad, ya que es la emoción de expresión que da paso a
otras emociones. Estas emociones descritas por los participantes del estudio, concuerdan con los
resultados obtenidos en cada una de las investigaciones realizados por Zorrilla Ayllón (2016);
Bravo González (2010) y Cantú Guzmán y Álvarez Bermúdez (2009). Cada uno de estos autores
concluyó en sus investigaciones que la persona manifiesta unas emociones en respuesta al
diagnóstico de cáncer recibido. Otras alteraciones emociones descritas por estos autores se
encuentran: la angustia, hostilidad-irritación, enojo, rabia, preocupación y nerviosismo.
El participante 3, describió que estos pacientes con cáncer pasan por un proceso de duelo. Por
lo que el coraje, debe ser visto desde las etapas de duelo de Kübler -Ross, donde después que la
persona ya no está negando la condición típicamente cae en un coraje. El coraje que detrás de
ellos, guarda tristeza y desesperanza en muchas ocasiones. Para el participante 6, desde que la
persona recibe la noticia de su diagnóstico de cáncer, entra en un proceso de duelo. Para la
American Cancer Society (2019), el trascurso del duelo, como las etapas propuestas por Kübler-
Ross, inician antes del fallecimiento de una persona. El duelo anticipado ocurre por ejemplo,
ante un diagnóstico de cáncer y el mismo sea uno avanzado, el individuo podrían presenciar
cambios significativos de su estado emocional durante el duelo. Estos cambios según la
American Cancer Society podrían manifestarse en la persona como en: aislamiento social,
dificultad para concentrarse, ansiedad, depresión, pérdida del apetito, tristeza, problemas para
reconciliar el sueño, inquietud por la muerte, búsqueda de razones por la pérdida,
distanciamiento de las otras personas, ira, entre otras, son experimentados, algunos o todos, por
un individuo que se encuentre bajo un proceso de duelo.
Indicadores Psicológicos
La segunda categoría giró en torno a las ideas, opiniones y significados atribuidos por los
participantes a partir de sus experiencias de trabajo con la población oncológica sobre aquellos
indicadores psicológicos manifestados por la condición de cáncer. A partir de las verbalizaciones
ofrecidas por los participantes, estos coincidieron en cambios bien comunes en el estado de
ánimo, síntomas de depresión y ansiedad. Pons-Madera et al. (2014), coinciden, que se vinculan
implicaciones colaterales en pacientes con cáncer, donde se ha identificado a largo plazo
trastornos de ansiedad, depresión, delirium y trastorno adaptativo, que interfieren en las
actividades del diario vivir de los pacientes. En adicción, puntualiza otras características que
aportan al malestar emocional y que afecta la capacidad de afrontamiento de estos pacientes.
Por otra parte, Pocino et al. (2007), concluye en un estudio la relación que guarda la ansiedad,
la depresión y el cáncer. Estos investigadores analizaron la incidencia de depresión, ansiedad y
la alextimia (la incapacidad para reconocer las emociones propias) en una muestra de 26 mujeres
con diagnostico de cáncer entre las edades de 35 a 60 años y un grupo control de 18 féminas sin
diagnóstico de cáncer. Los hallazgos encontrados en el estudio indican la presencia de depresión
fue mayor en el grupo de féminas con cáncer, un 53 % de ansiedad en las féminas con cáncer vs
un 28% del grupo de féminas sin diagnóstico de cáncer. Por lo tanto, estos autores concluyeron
en su investigación, que las mujeres con cáncer de mama manifiestan significativamente
alteraciones psicológicas que las mujeres sin diagnóstico de cáncer.
El participante 4, reconoció que todos presentan síntomas de depresión con manifestaciones
antes, durante y después del tratamiento. Dicho hallazgo, fueron similares con los resultados
presentados por Velázquez Martínez et al. (2007), donde en su estudio encontró que la depresión
es tres veces más alta en los pacientes con cáncer que en la población general y dos veces más
alta que en los pacientes hospitalizados por otro diagnóstico. Estos síntomas evocan en
ocasiones, no continuar con el tratamiento. Para el participante 6, se identifican al observar
movimientos de manos y piernas, mirada perdida, y pérdida del peso consideradamente por falta
de alimentación adecuada. El participante 1, reconoció que se identifican por igual el proceso de
duelo en los pacientes, como lo es la negación, negociación y la aceptación.
El duelo se compone de cinco etapas las cuales han sido trabajabas por otros autores con
pequeñas variaciones. Kübler-Ross (2008, 2007, 2000) las clasifica en negación y aislamiento,
ira y agresividad, negociación o pacto, depresión y aceptación. Observando estas etapas desde
un individuo con diagnóstico de cáncer, podemos ver la negociación y aislamiento, desde el
momento del conocimiento del diagnóstico de cáncer. Luego de conocer el diagnóstico, se
experimenta la ira y la agresividad hacia toda aquella persona que rodea al individuo. La tercera
fase es la negociación o pacto con un ser supremo que realiza el individuo con el propósito de
prolongar la vida. Luego se da la depresión y comprensión de la enfermedad y por último la
aceptación de la muerte.
Martínez Sola y Siles González (2010), destacaron que las reacciones ante el duelo son unas
diversas y varían de persona a persona. De forma general identificaron cinco reacciones básicas
en: físicas, emotivas, mentales, negativas, y depresivas. En las reacciones físicas se pueden
observar manifestaciones tales como: insomnio, anorexia, nauseas, y vómitos. En las
emocionales, sentimientos de culpa, temor y rechazo, son observadas con frecuencia.
Pensamientos autodestructivos, autoreproches, pensamiento e ideas suicidas son las reacciones
más comunes mentalmente. En las reacciones negativas vemos comportamiento de negación de
la pérdida, incapacidad para sustituir esa perdida, dificultad para mantener la concentración en
otros estímulos y por último vemos las reacciones depresivas como: tristeza, llanto, aislamiento y
otras.
Por otro lado, ante lo expuesto el participante 5, coincidió con que la depresión y la ansiedad,
son los síntomas que mayor presentan los pacientes. Cantú Guzmán y Álvarez (2009), sostienen
que la depresión es la reacción emocional más significativa en una persona al enterarse de un
diagnóstico de cáncer. Estos autores concluyeron esto, luego de realizar un estudio cualitativo
que tuvo como objetivo conocer el impacto emocional de cinco participantes ante el diagnóstico
de cáncer.
Sin embargo, el participante 5 no estuvo de acuerdo con el resto de los demás al reconocer que
los indicadores presentados por los pacientes pueden presentar otros indicadores y no
identificarse por falta de profesionales preparados para su identificación. Esta preocupación
indicada por este participante, es presentada también en un estudio realizado en Puerto Rico por
las autoras Pérez Ramírez, et al. (2017), en la cual realizaron un estudio de corte trasversal
descriptivo, con una muestra de 113 estudiantes graduados matriculados en programas
académicos relacionados a la salud. De acuerdo con estas autoras, refieren que para los años
1990 al 2010, en Puerto Rico, la incidencia de cáncer aumentó progresivamente para todo tipo, a
razón de 0.3% siendo estadísticamente significativo por cada año. Por igual, se observaron
aumentos en las personas sobrevivientes a razón de un 1% a 2%. Por lo que ha provocado un
aumento de los servicios integrados, por la importancia y su papel en el proceso de
sobrevivencia. Al presente, los tratamientos oncológicos son más complejos y especializados.
Por lo que lleva a que haya una gran necesidad de educar a profesionales de la salud para
atender aquellas necesidades psicosociales de los pacientes y sobrevivientes de cáncer. No
obstante, son limitado o inexistentes las capacitaciones en psico-oncología en Puerto Rico, por lo
que los hallazgos muestran la necesidad de elaborar nuevas alternativas y oportunidades de
capacitación en esta área.
Indicadores Cognitivas
Esta última categoría de análisis correspondiente a esta segunda dimensión, exploró aquellos
pensamientos verbalizados por los pacientes a los participantes de la investigación. A partir de
las ideas y opiniones basados en sus experiencias de trabaja para con esta población oncológica,
coincidieron en la presencia de indicadores a nivel cognitivo, como parte del proceso de
diagnóstico.
El razonamiento y la comprensión de un diagnóstico de cáncer en ocasiones son difíciles para
la persona y la familia. Ante esto, el proceso es uno que lleva a la persona a ver el diagnóstico
como una sentencia de muerte. Presentando malestar emocional como pensamiento de
desesperanza, pensamientos negativos de los que seria el proceso de enfermedad. Esto lo lleva a
tener un pensamiento derrotista (ya no voy a ver a mis nietos, yo no voy a poder terminar…, no
voy a poder hacer…).
Por otra parte, reportaron la presencia de baja autoestima por los cambios físicos en su cuerpo,
la creencia de perder su feminidad, pensamientos, e ideas suicidas y suicidio. Cabe destacar que
ante los intentos o suicidios, se dificulta su identificación al no contar con el profesional
calificado. Esto concurre con lo expuesto por los autores Hernández y Cruzado (2013), donde
refieren que el principal problema que se enfrentan hoy en día para detectar el malestar
emocional de los pacientes oncológicos, son los profesionales de la salud, debido a la confusión
que se genera por los efectos de la enfermedad, y los tratamientos. Se piensa que son reacciones
normales presentar cambios en el estado de ánimo como: tristeza, llanto, insomnio,
preocupación, miedo ante los efectos del diagnóstico y tratamiento, que se pasa por alto la
detección de síntomas psicológicos presentados. Considerando más importante la atención
médica al tratamiento de la enfermedad, restando importancia al malestar psicológico presentado
por el paciente.
Por otro lado, al indagar sobre el uso de algún procedimiento para la identificación de
indicadores de necesidades, los participantes 1, 2, 4, y 6 refirieron no realizar ningún
procedimiento estandarizado para la identificación de indicadores de necesidad para sus
pacientes. Solamente se limita, a la realización de una entrevista inicial, destacó el participante
4, y conversaciones con el paciente, familiares y observaciones. Al no llevar acabo un
procedimiento para la identificación de indicadores de necesidades, esto puede ocasionar que se
pase por alto las mismas, por la falta de recursos, y de condiciones adecuadas que permitan que
se lleven acabo prácticas adecuadas. Como también la cantidad de demanda o la carencia de
materiales y/o la falta de preparación de los profesionales, lleva a que no se brinde una adecuada
evaluación psicológica por la gravedad de su condición física, o por la dificultad para la
identificación de un diagnóstico diferencial entre síntomas que pueden ser físicos o emocionales
(Hernández y Cruzado, 2013).
De manera divergente a lo expuesto por los participantes, 1, 2, 4 y 6, el participante 3 expresó
la utilización de varios instrumentos e inventarios para la identificación de necesidad o
indicadores que requiera atención. El inventario de ansiedad y desesperanza, el Millon Behavior
Medical Inventory, con el propósito de buscar cambios a nivel conductual asociados a la
enfermedad. También se administra de forma rutinaria el PHQ-9, cuando hay personas que no
están tan claros de lo que está pasando. La administración de oraciones incompletas como
método proyectivo de lo que la persona posiblemente proyecta y no expresa de primera instancia.
Otra prueba proyectiva utilizada es el TAT, como forma de auscultar como la persona se
proyecta durante el proceso de enfermedad. En adición a los inventarios e instrumentos, otro
procedimiento utilizado es la terapia de aceptación y compromiso, la cual permite que la persona
no sea vea como canceroso, si no, una persona que está pasando por un proceso de cáncer, y que
la persona pueda significar esto y salirse de la enfermedad y no identificarse como un enfermo.
El participante 5 expresó, como parte del procedimiento requerido cuando una paciente
comienza un tratamiento de quimioterapia, tenga un navegador en el hospital de oncología. La
función del navegador es dirigir a ese paciente en cualquier necesidad que presente y suplir la
misma. Esta herramienta permite identificar si el paciente tiene pensamiento o ideación suicida,
miedo, ansiedad, depresión, etc. Sin embargo, la dificultad encontrada en este procedimiento, es
que la misma se administra en la primera intervención y luego no se brinda seguimiento a estos
indicadores.
Otra situación presentada y que reconoció el participante 5 es la falta de profesionales en los
hospitales para manejar esos resultados, por lo que refieren a profesionales de salud mental y si
el plan no aprueba, estos indicadores no son atendidos. Dicho argumento lo comparten
Hernández y Cruzado (2013), al concluir en su estudio que la principal dificultad es la
identificación de algún malestar emociona y/o psicológico y no se pueda atender. Esto por la
problemática existente de no contar con un especialista en esta área, para que estas necesidades
identificadas sean atendidas adecuadamente. Es por lo tanto, que están surgiendo iniciativas para
trabajar estas dificultades y obstáculos observados.
Para Hernández et al. (2013), estas situaciones están propiciando a que cada vez psicólogos y
psiquiatras se vean a la tarea de invertir tiempo en la preparación de equipos en áreas de
psicopatología y en la creación de instrumentos adecuados para la realidad del paciente.
Detectar de forma correcta los problemas emocionales, con la finalidad de ayudar a los pacientes
en la orientación y ayuda psicológica desde las etapas más tempranas del tratamiento médico.
Minimizar los costos de cuidados de salud y programar la atención médica para los pacientes
con un alto malestar psicológico sin la necesidad de exponerlos a largas entrevistas diagnósticas
o extensos cuestionarios. Cabe destacar que la mayoría del grupo de profesionales de la salud
entrevistado, no realiza ningún procedimiento de cernimiento para la identificación de algún tipo
de malestar psicológico. Este aspecto puede deberse a la falta de desconocimiento y/o
preparación por parte de estos profesionales.
Tercera Dimensión: Relevancia de Atender las Necesidades
A tono con las narrativas realizadas por los participantes para conocer la relevancia de atender
las necesidades psicológicas, psicosociales y espirituales, tercera dimensión de este estudio. Se
analizaron las opiniones e ideas construidas por los participantes producto de sus años de trabajo
con la población oncológica. Se obtienen relatos que permiten conocer la relevancia de atender
las necesidades de los pacientes con cáncer. A continuación, se reseñan los hallazgos
encontrados de las narrativas de los participantes que permitieron identificar las categorías de
análisis para dicha dimensión.
En este sentido, las valoraciones realizadas y los resultados encontrados para esta dimensión
señalan, que los participantes 1, 3 y 4 sostuvieron que cuentan con profesionales que atienden
cada una de las necesidades que pueda presentar un paciente. Uno de ellos identificó la labor del
Trabajador Social, dos participantes cuentan con servicios psicológicos y uno de éstos con
psiquiatra. Por otra parte, los participantes 2, 5 y 6 no cuentan con profesionales que atienda
estas necesidades. Cabe destacar que estos participantes al no contar con profesionales en su
escenario de trabajo, realizan referido cuando es meritorio para atender estas necesidades
identificadas.
Las narrativas recopiladas de los participantes coincidieron en la importancia y necesidad de
atender cada una de las necesidades presentadas por el paciente. Esto, para brindar un mejor
bienestar físico, emocional y proporcionar una mejor calidad de vida en su proceso de
enfermedad. Masson (2016), plantea que el atender las necesidades del paciente oncólogo a
permitido un ajuste emocional, las disminuciones de síntomas asociados a los tratamientos, la
depresión, la ansiedad y otras alteraciones productos del diagnóstico del cáncer en la persona.
Dando paso así, una recuperación y una mejor calidad de vida al enfermo y a sus familiares. En
conformidad con lo ante expuesto por los participantes del estudio, se dio paso a la primera
categoría para esta tercera dimensión: bienestar físico.
Bienestar Físico
Esta categoría hizo énfasis en las descripciones que realizaron los participantes del bienestar
físico observado de los pacientes atendidos en oncología en su entorno de trabajo. Se presta
interés en aquellos relatos emitidos que ponen de manifiesto el bienestar del paciente cuando son
atendidas las necesidades presentadas. Los participantes coincidieron, que un trabajo
interdisciplinario asociados a la salud, la integración e interacción de diferentes disciplinas,
permite que fluyan adecuadamente los tratamientos. Esto provee más oportunidad y nutre los
procesos de recuperación de las personas, dejando atrás la división de los servicios físicos y
mentales y dando paso a la integración de equipos de trabajos multidisciplinarios.
Ante estos hallazgos, cabe mencionar que para una mejor pronta respuesta y manejo de cada
uno de los indicadores de necesidad en el paciente oncológico, se debe contar con una mayor
presencia e integración del psicólogo en el equipo interdisciplinario de salud. Es un área que
debe continuar siendo estudiada, para que puedan ser identificada en el individual cualquier
malestar psicológico producto de su diagnóstico, tratamiento y recuperación y que aquéllos que
los necesiten, puedan acudir a un profesional de salud mental (Hernández y Cruzado, 2013).
El participante 3, destacó y reconoció que el proceso terapéutico va hacer efectivo siempre y
cuando la persona tenga un nivel de aceptación o adherencia. A su vez, según se va dando el
proceso de la mano, esto permitirá mejores resultados reflejados en su proceso de tratamiento
para el cáncer; Siendo notables en el proceso de recuperación en beneficio del paciente.
De igual manera, los participantes 2, 4, 5 y 6 verbalizaron que el bienestar físico es el
resultado de una buena actitud positiva ante el afrontamiento de la enfermedad. Otras de las
experiencias compartidas por uno de los participantes, indicaron que el recibir talleres para
trabajar los aspectos físicos en la persona como resultado de su proceso de enfermedad, permite
mejoramiento tanto física como emocionalmente. Esto contribuye a que la persona tenga buena
adherencia al tratamiento, y se alimente correctamente para su bienestar físico. Estos resultados
guardan relación con el estudio cualitativo realizado a cuatro féminas y dos varones en una
unidad de cáncer, por Ramírez-Perdomo et al. (2018). Estos autores buscaron describir el
significado de la experiencia de los pacientes ante un diagnóstico de cáncer en la construcción de
la realidad individual y subjetiva desarrollada. Estos autores encontraron que los participantes
mostraron un afrontamiento apropiado ante el diagnóstico, el tratamiento y el curso de la
enfermedad, al adoptar una actitud optimista y positiva. Al desarrollar sentimientos optimistas y
actitud positiva ante la enfermedad, el dolor y el sufrimiento, permitió al paciente tener el control
de la enfermedad, obteniendo el mejor provecho del tiempo, mejor estabilidad emocional y
valorar por cada momento de la vida.
Por otra parte, en contraste a lo antes expuesto, se encentran posturas divergentes como la
planteada por el participante 1, donde reconoció la importancia de la atención de las necesidades
presentadas por los pacientes, pero resaltó que el deterioro físico es resultado del proceso normal
del tratamiento para tratar la enfermedad. Por lo que reiteró, que ante una actitud optimista y
positiva, los medicamentos para el tratamiento hace que el cuerpo sufra unos cambios
físicamente y haga que el paciente no se vea bien y saludable. Esto concurre con lo expuesto por
Fonseca et al. (2013), donde concluyeron en su estudio, que entre el 14 y el 96% de los pacientes
oncológicos que se encuentran recibiendo tratamiento presentaron falta de energía o cansancio
crónico y luego del tratamiento se reporto entre el 19 y el 82 % en los pacientes. Otras
consecuencias reportadas por estos autores como parte del tratamiento, destacan las nauseas,
acompañadas en ocasiones de vómito, que puede producir problemas metabólicos, nutricionales
y anorexia. Ante esto, provoca en la persona deterioro físico, mental, problemas esofágicos, y
cambios en su capacidad funcional que hace que el individuo detenga su tratamiento. Por lo
tanto, consideran que el 80 % de los pacientes diagnosticado con cáncer presentara en el
trascurso de su enfermedad algún tipo de dolor.
Bienestar Emocional
Esta segunda categoría hace énfasis en el bienestar emocional presentado por los pacientes
dentro del proceso del tratamiento oncológico cuando son abordadas o identificadas las
necesidades por los profesionales. A este propósito los participantes reconocieron que los
pacientes necesitan el apoyo emocional necesario para sobre llevar su diagnóstico de cáncer. El
mismo es un proceso difícil el cual se debe considerar la familia en el proceso. El mismo es un
sube y baja de emociones cuando el tratamiento no resulta en lo esperado. Se trabaja para que la
persona pueda sobrellevar la condición, y pueda adoptar una actitud positiva y necesaria para el
proceso de afrontamiento indica el participante1. Para el participante 4, es importante tener al
paciente positivo, porque responderán mejor al tratamiento. Esto coincide con lo expuesto por
los autores Garcías-Alandete y Hernández-Jiménez (2018), donde plantean que el diagnóstico de
cáncer provoca en el que lo padece todo un sin número de emociones negativas, adicionales a
aquellos síntomas físicos consecuente del tratamiento. La ira, la tristeza, la ansiedad, la
depresión, el miedo, entre otras, son algunas de las emociones reportadas que pueden dificultar
en el afrontamiento de la enfermedad, y dificultar su bienestar y calidad de vida de la persona
que lo padece. Es por lo tanto, que la intervención sobre las emociones negativas son importante
para minimizar las mismas, pero también hay que ir sobre las emociones positivas para lograr
conservarlas y fortalecerlas. Una persona con un diagnóstico de cáncer no debe pensar que
estará condenado a un estado emocional negativo, sino al contario, tiene aspecto de su vida
llenos de motivos y alternativas posibles para crear, disfrutar y gozar la vida.
Los participantes 2, 4 y 6 reconocieron la importancia del espacio donde puedan desahogarse
y expresar sus sentimientos. Dado que esto permite que el paciente esté motivado durante el
tratamiento y pueda ver la enfermedad más llevadera. Por lo que abordar estas necesidades
desde el día uno, cuando es diagnóstico con cáncer, sería importante, pero la realidad es otra,
según indicó el participante 2. Estos pacientes, ante el diagnóstico y el proceso de tratamiento,
son afectados emocionalmente, por lo que es necesario que dentro del tratamiento que reciben
tengan un profesional para atender cada necesidad psicológica, social y espiritual. Para el
participante 5, estos procesos no se dan, por falta de profesionales y los especialistas se enfocan
en sus funciones médicas. Estos resultados concuerdan con los obtenidos en la investigación
realizada por Miranda Braga, et al. (2012), donde concluyeron que para una persona con
diagnóstico de una enfermedad crónica como lo puede ser el cáncer, experimentarán una
alteración emocional con variaciones en intensidad y forma. La falta de conocimiento del
diagnóstico, el tratamiento, el proceso de hospitalario, el distanciamiento (de la familia, el hogar,
vida cotidiana), y las altas expectativas de salir con bien de la enfermedad, causan en el enfermo
dificultades emocionales. Ante estos cambios experimentados por el individuo, no cuentan con
el apoyo emocional necesario que le permitan expresar sus temores, inseguridades, ansiedades
con relación a lo que están viviendo. Por lo tanto, el apoyo emocional es considerado como un
desafío hoy en día al exigir cambios en los paradigmas de los servicios ofrecidos a la población
hospitalaria que permita un cuidado integral.
Es así, que Miranda Braga, et al., (2012) consideraron que el apoyo emocional debe ser
considerado como una herramienta de cuidado, cuya meta sea brindar: atención, comodidad y
bienestar al individuo. Además de considerar la totalidad y complejidad del ser humano y de la
enfermedad, para presentar atención a sus dimensiones físicas, psicológicas, sociales y
espirituales como promueva el modelo Biopsicosocial. Logrando alcanzar una estabilidad física,
emocional y social en la persona para promover una buena adherencia al tratando y calidad de
vida.
Cabe destacar, de acuerdo a los hallazgos de esta investigación, que no todos reciben el
acompañamiento de un profesional para abordar las necesidades presentes. Los participantes 1,
3, 4, y 6 reconocieron que sus pacientes reciben servicios psicológicos para atender la parte
emocional. Los participantes 4 y 6 reconocieron que el número de personas que reciben servicios
psicológicos son muy poco y no llega a un 5%. Por otra parte, los participantes 2 y 5 reiteraron
que sus pacientes no reciben ningún servicio psicológico.
Ante esto, es importante destacar que las autoras Ramírez-Perdomo et al. (2018), consideran al
individuo como un ente biopsicosocial que se encuentra lejos de su estado de equilibro ante un
diagnóstico de cáncer. La incertidumbre generada por el diagnóstico, trastoca todos los aspectos
de su vida, pasando de la negación a la aceptación, en la medida que va asimilando la
enfermedad como parte de su realidad. Esto a su vez, permite que la persona desarrolle un
estado de salud y bienestar aceptable. Estas autoras concluyeron en su estudio, que la familia,
los seres queridos y el equipo de profesionales de la salud son fuente clave de apoyo para que el
individuo logre enfrentar su diagnóstico de cáncer. El personal de salud juega un papel
importante en el cuidado holístico del paciente, en el desarrollo de estrategias positivas que
permitan la construcción de la realidad de su enfermedad y pueda tener una mejor calidad de
vida, bienestar físico y emocional que permita una estabilidad biopsicosocial en el individuo.
Calidad de Vida
Esta última categoría para esta dimensión, corresponde a la calidad de vida de los pacientes
cuando sus necesidades psicológicas, psicosociales y espirituales son abordadas por
profesionales en su proceso de enfermedad. En la misma, se recogen las opiniones e ideas de los
participantes producto de sus observaciones y años de experiencias trabajando con la población
oncológica.
Las opiniones de la mayoría de los participantes coincidieron, en que una persona que está
pasando por un proceso de diagnóstico y tratamiento de cáncer, con ayuda de profesionales para
atender las necesidades presentadas, la persona pudiera tener una mejor experiencia de vida.
Como se ha reiterado, que ante un diagnóstico de cáncer, las personas presentan un impacto que
afecta muchas áreas de su funcionamiento a nivel personal, de pareja, laboral, y funcionar
(alimentación, decisiones, conducta, etc.) el tener un profesional de la mano permite un
acompañamiento que identifique estas características y las pueda manejar. Además, pueda tener
el pensamiento, la capacidad de reconocer que el proceso es uno difícil, pero que hay
profesionales de la mano para brindarle ayuda, tanto individual, familiar y grupal. Se identifica,
que trabajar con la familia y estos grupos de apoyo permiten y brinda que la calidad de vida en la
persona sea mucho mejor. El enfermo de cáncer desarrolla a lo largo de todo el proceso de la
enfermedad necesidades físicas, emocionales, psicológicas y espirituales que deben ser
detectadas y compensadas para una mejor calidad de vida (Yélamos y Fernández et al. 2009).
Ejemplo de lo antes expuesto, es lo que comparte el participante 5, que indica que no se puede
cortar la cabeza y despegarla del cuerpo la sintomatología física vs la sintomatología cognitiva y
emocional. Eso tiene que ir a la par, una cosa influye en la otra y si no hay una estabilidad en lo
emocional, no habrá un mejoramiento en lo físico, por lo que el paciente no tendría una calidad
de vida adecuada. Este argumento concuerda con los resultados encontrados en la investigación
realizada por Pocino et al. (2007), donde concluyeron que el cáncer no es propio de las ciencias
médicas solamente, sino que la psicología tiene su inherencia ante la misma, ya que mueve a
ciertos pensamientos, creencias y emociones que afectan en el trascurso de la evolución y
recuperación de la enfermedad.
Comparten estos participantes, que al tener cubiertas estas necesidades tendrán mejor
adherencia al tratamiento evitando así que abandonen el mismo y evitando que su condición
empeore y tengan mejor calidad de vida. Por lo que cubrir estas necesidades brinda al paciente
herramientas que podrá utilizar en momentos buenos, difíciles, de alegría, como en momentos de
tristeza. Esto permite que el impacto a nivel de calidad de vida sea menor.
Otra herramienta importante es el conocimiento que la persona pueda tener sobre su
condición. Esto permitirá que la persona esté mentalmente fortalecida, al tener claro su
condición, su proceso, su tratamiento y podrá desarrollar seguridad que le brindará calidad de
vida. A partir de esto, se entiende que, ayuda al paciente a tomar mejores decisiones en bienestar
de su vida. Al estar motivado durante el tratamiento, ayuda a afrontar la enfermedad de una
forma saludable y llevar su tratamiento. Esto concurre con Ramírez-Perdomo et al. (2018),
donde señala que ante un diagnóstico de cáncer, una inadecuada comunicación entre el médico y
el paciente contribuye a un sufrimiento mayor e incertidumbre por el desconocimiento de la
enfermedad. Concluyeron en su estudio, deficiencia en la comunicación entre el médico y el
paciente, por lo que mejorar la comunicación y la información por parte de los profesionales de
la salud, permitirá a la persona un bajo nivel de incertidumbre por el conocimiento recibido por
parte del equipo de salud. Esto, se deberá a que se reduce la incertidumbre al aumentar el
conocimiento existente de la enfermedad que esta padeciendo la persona. Dicha información
ofrece al enfermo una reformulación cognitiva, que ayuda a la disminución de la incertidumbre
generado por el diagnóstico de cáncer.
Considerando los hallazgos, es de suma importante que los profesionales de la salud inmersos
en el tratamiento oncológico, brinden una información clara y precisa, que le permita al paciente
comprender el proceso que está por comenzar o atravesando. El proporcionar una información
adecuada que des-construya las ideas, pensamiento y mito falsos de la condición, que sean parte
de la toma de decisiones de acuerdo con su capacidad y proporcionar orientación sobre el
cuidado y futuro según sus necesidades. Cada uno de ello contribuye a una atención
individualizada al paciente por parte del profesional de salud.
Cuarta Dimensión: Inclusión del Psicólogo Clínica
A partir de las verbalizaciones brindadas por los participantes para esta última dimensión, se
auscultaron y analizaron las narrativas dadas a base de las ideas, opiniones y significados
atribuidos desde sus experiencias de trabajo con la población oncológica. Se recogieron relatos
que permitió conocer la presencia del psicólogo en los escenarios oncológicos en el área Sur de
la Isla.
A este propósito los participantes 1, 2, 4, 5 y 6 sostuvieron que no cuentan con Psicólogo
Clínico en sus respectivas áreas de trabajo para atender esta población oncológica. Sin embargo,
el participante 3 describió que en los lugares en que trabaja a nivel de oncología, cuentan con
equipos de salud mental, siendo este, parte de esos grupos.
Los participantes 1, 2, 3 y 6 reportaron referir al Psicólogo a aquellos pacientes que presentan
y/o observen cambios en el estado de ánimo, como consecuencia del diagnóstico y/o tratamiento
de quimioterapia. No obstante, todos los participantes coincidieron en la importancia de la
inclusión del Psicólogo Clínico, como profesionales dentro del equipo interdisciplinario de
oncología. Masson (2016), sostiene que es inherente la presencia de profesionales que trabajen
interdisciplinariamente, para el bienestar del paciente en el cual se consideren las áreas
emocionales, sociales y espirituales. Ante esto, y las respuestas brindadas por los participantes
surge la primera categoría de análisis, para esta dimensión: el abordaje de la sintomatología
psicológica.
Abordaje de la Sintomatología Psicológica
Esta categoría enfatiza sobre aquellos relatos de los participantes, que permiten conocer la
importancia del Psicólogo Clínico como parte del equipo interdisciplinario. Permitiendo así,
atender la sintomatología psicológica presentadas por los pacientes con diagnóstico de cáncer
como resultado de su proceso de enfermedad. Dichas descripciones se circunscriben a las
observaciones y experiencias de trabajo durante los años de servicios con esta población. Los
participantes coincidieron que la presencia del psicólogo es fundamental para abordar la
sintomatología emocional desarrollada por el diagnóstico, la cual abordan trastornos de ansiedad,
y depresión. Lo ante expuesto coincide con Masson (2016) donde plantea la inherencia del
psicólogo en el ambiente oncológico. Reitera que su incorporación beneficia en el ajuste
emocional, en la reducción de síntomas asociados a la depresión, ansiedad y otras, cambios
productos del diagnóstico de cáncer en la persona. Contando con un abordaje en la
sintomatología psicológica brinda una recuperación y una mejor calidad de vida al enfermo y a
sus familiares.
Para el participante 5, cada uno de los síntomas emocionales causados, “por todo ese estado
emocional que tiene el paciente, por el diagnóstico o por la palabra cáncer que lo tira al piso en
todo el sentido de la palabra”, es necesario tomar en cuenta estos aspectos que son ignorados.
Por lo que la integración de psicólogos en ambientes, sistemas y equipos de trabajo
multidisciplinarios es fundamental para atender estos nuevos retos para el mejor servicio a favor
del paciente. En un estudio realizado por Aguilar García (2010), concluyó que son muchos las
aportaciones del psicólogo en el trabajo con pacientes con cáncer. De acuerdo al autor, las
consecuencias psicológicas, psicosociales y espirituales que genera el cáncer en la vida de la
persona hace inherente la inclusión de profesionales en psicología durante el trascurso de toda la
enfermedad. Esto permite minimizar las alteraciones emocionales, mejorar la adaptación de la
enfermedad para dar paso a menor desgaste psicológico, mayor recuperación física, psicológica,
social y espiritual.
Cabe destacar, que a pesar que los participantes reconocen y coinciden en la importancia del
psicólogo clínico para abordar los cambios que surgen a raíz del diagnóstico de cáncer en el área
emocional y social, señalan no contar con un profesional preparado en esta área en su lugar de
trabajo. Es por lo tanto, que al no contar con el personal correspondiente para atender esta área
en particular de la salud mental, refieren para evaluación y/o atender la ansiedad y/o depresión.
El mismo es uno voluntario, por lo cual la persona decide si o no recibir estos servicios, restando
así la importancia de la sintomatología psicológica.
Este pensamiento sobre los servicios psicológicos, se recoge en la literatura planteamientos que
reducen los aspectos psicológicos, sociales y espirituales a causas bioquímicas, descartando el
tratamiento psicológico. Oblitas (2008) expone, que a través del modelo biomédico se explica la
enfermedad, rechazando categóricamente que la conducta social y psicológica pueda surgir del
proceso de enfermedad. Por lo que se explica a través de procesos somáticos, biomédicos o
neurofisiológicos, descartando el dualismo mente-cuerpo siendo el cuerpo y la mente dos
entidades diferentes.
Identificación de Estrategias de Afrontamiento
Esta segunda categoría presta interés en conocer por medio de las narrativas recopiladas de los
participantes, otra área de integración interdisciplinaria del Psicólogo Clínico. Los participantes
reconocen que la integración del Psicólogo Clínico permite al paciente con cáncer, identificar
estrategias de afrontamiento. Esta identificación, permite un espacio al paciente a que pueda
ventilar sus emociones, comprender los procesos de la enfermedad y sus tratamientos. Siendo la
ventilación un espacio necesario para el paciente durante el proceso. De igual manera, el mismo
no debe quedarse a nivel individual, si no que debe trascender a los familiares más cercanos y la
comunidad, con el Trabajador Social como enlace. Para Bravo González (2010), la enfermedad
de cáncer conlleva un impacto emocional en la persona cuando se le comunica su diagnóstico,
por lo que genera una crisis. En esta dirección, este autor realizó un estudio de caso de una
fémina de 42 años de edad, diagnosticada con cáncer, en la cual fue intervenida en crisis. Al
concluir la intervención, se observó en la participante, cambios significativos en conducta. Es
por lo tanto, que se entiende la relevancia de la inclusión del paciente oncólogo en programas
psicológicos que permitan obtener y usar estrategias de afrontamiento que ayuden al enfermo en
su adaptación y tratamiento de la enfermedad.
Asimismo, la psico-educación permite al paciente entender los procesos físicos y emocionales
que surgen como resultado de su diagnóstico, tratamiento y recuperación. Procesos que en el
campo de salud no se están dando o no son efectivos. Por lo que la integración en estos
escenarios permite nuevas destrezas de afrontamiento a través de herramientas con la finalidad
de sobrellevar el diagnóstico de cáncer. Esto coincide en un estudio trasversal con una muestra
de 173 participantes realizado por Ayala de Calvo y Sepulveda-Carrillo (2017), donde tuvo como
objetivo valorar las necesidades de ayuda inidentificadas por el paciente, para favorecer su
cuidado. Esto según con las necesidades más apremiantes, permitirá de manera que ayude a la
prevención o disminución de situaciones a través de intervenciones tempranas y adecuadas. De
las cinco necesidades identificadas en la investigación, el sistema de salud y la información fue
una de las más importantes. El 50 % de los participantes expresaron presentar la necesidad de
obtener información escrita sobre lo que necesitan conocer del cuidado y como manejar la
condición y sus efectos secundarios. Por lo que concluyen estos autores, que estas necesidades,
deben ser notificadas de manera clara a todo paciente en tratamiento oncológico. La misma no
debe limitarse solo de forma verbal, sino de manera escrita, por el profesional de salud que
atiende a ese paciente. Esto permitirá al paciente ir sobre la información cuando así tenga alguna
duda, recordar aspectos importantes para su cuidado, que de otra forma pueda no hacer u olvidar.
Redes de Apoyo en la Adaptación del Diagnóstico
Esta categoría se centra en describir y recoger aquellos significados y experiencias de trabajo
de los participantes, sobre cómo la integración del Psicólogo Clínico sirve de red de apoyo en la
adaptación del diagnóstico para los pacientes con cáncer. Siendo el diagnóstico de cáncer un
momento fuerte en la persona, los participantes 1, 2, 3, 4 y 6 reconocen al psicólogo como una
fuente de apoyo ante la enfermedad. Por lo que la presencia de los servicios psicológicos es
fundamental, según describen. Esto concuerda con lo expuesto por los autores: Garcías-Alandete
y Hernández-Jiménez (2018), donde describe que el paciente oncológico, en adición al
tratamiento médico recibido para atender su enfermedad de cáncer, tendrá la necesidad de apoyo
psicoterapéutico para afrontar de una forma positiva y madura la angustia generada por el
diagnóstico.
Uno de los participantes refiere, que durante el proceso de enfermedad del paciente, es
recomendado que tengan apoyo emocional para sobrellevar el diagnóstico, y así brindar mejor
adherencia al tratamiento. Al no contar con un profesional de la salud mental para ello, el
Trabajador Social funge con ese tipo de apoyo emocional. Por otra parte, un participante
describió que el apoyo del psicólogo es un acompañamiento beneficioso que no solo debe
limitarse al paciente, sino que debe considerar y atender otras necesidades como lo es la familia
y la comunidad que se trastocan por la enfermedad. Es así, que tal acompañamiento o apoyo
emocional es necesario a un 100%, no importando si la persona se observa sin necesidades en el
proceso de enfermedad. Por lo que el apoyo debe darse siempre a menor o mayor grado. Esto,
como menciona otro de los participantes, a causa del proceso de enfermedad, los pacientes
sucumben a un estado emocional y no cuenten con redes de apoyo importantes para un
acompañamiento saludable. Es entonces, cómo la integración del psicólogo clínico en estos
procesos, lograría un apoyo motivacional que le sirva ante el diagnóstico, permitiendo al
paciente que pueda cubrir con todas sus áreas de necesidad, ayudando en su adaptabilidad de su
condición. Aguilar García (2010) sostiene, que ante incidencia de cáncer, se sugiere la
importancia de las intervenciones del psicólogo con el objetivo de disminuir y concienciar los
riesgos y apoyar en la adaptación y afrontamiento del paciente en su enfermedad. Esto, ante
síntomas y trastornos psicopatológicos que se presentan en el trascurso de la enfermedad.
Complementa los Servicios a la Población Oncológica
En esta última categoría explorada, se destacan las ideas y/o concepciones que los
participantes tienen con respecto a la complementación de los servicios para la población
oncológica de la inclusión del psicólogo clínico. Es a partir de las verbalizaciones de los
participantes 1, 2, 3, 4, y 6, en torno a esta categoría que se describe, que el psicólogo clínico se
está haciendo más presente en la comunidad médica, al notar y reconocer los beneficios que
presenta un paciente cuando se encuentra en tratamiento psicológico. Esto a permitido y
contribuido aun más, que el psicólogo clínico esté siendo participe dentro del escenario
interdisciplinario como extensión entre el proceso psicológico y el oncólogo indica el
participante 3.
Para el participante 1, reconoció que dentro de los servicios ofrecidos por el Trabajador Social
pueden llenar unas necesidades específicas, pero se puede limitar por factor de tiempo el servicio
individual, con cada paciente a ventilar sus emociones y sentir del proceso como resultado de su
enfermedad. Es entonces como el psicólogo entra en esa complementación de servicios y brinda
el espacio necesario que una enfermera no puede dar por disponibilidad de tiempo o
conocimiento. De manera similar, el participante 2, reconoció la importancia en la
complementación de estos servicios por lo difícil y fuerte que puede ser un diagnóstico de
cáncer, por lo que tener la presencia de los servicios psicológicos, brindaría una mejor
complementación de los servicios evaluativos para los pacientes.
Por otra parte, el beneficio del psicólogo, va a hacer en conjunto y en respuesta a la actitud
adoptada por el paciente hacia el tratamiento. Reconociendo al psicólogo como parte esencial en
beneficio del paciente, dando el espacio a la parte emocional y no solo a la física. Por lo que es
100% positivo para el paciente y para el médico, porque asiste al especialista a un desempeño en
conjunto de forma integrada en el contexto de la salud. Abordando así, el aspecto físico,
emocional, social y espiritual de los pacientes, según refirió el participante 4.
Por otro lado, el participante 5 expuso que profesionales dentro de los servicios de oncología,
han identificado la necesidad de los servicios de psicología dentro de los hospitales. A pesar de
los programas paliativos dirigidos a manejar las emociones, el dolor y todas las necesidades
presentes en el paciente de oncología como resultado de su tratamiento. Estos cuidados
paliativos no trabajan áreas dentro la salud mental, solo se enfocan en aspectos emocionales, no
patológicos.
Cada una de las expresiones brindas por los participantes entorno a esta categoría, concuerda
con lo propuesto por Bravo González (2010) en su estudio. Concluyó, que la intervención luego
de un diagnóstico de cáncer, se observan cambios significativos, por lo que la relevancia de la
inclusión del paciente con cáncer en programas psicológicos permite estrategias de
afrontamiento que ayuda al enfermo en su adaptación y tratamiento. Además de proporciona al
servicio médico, evaluaciones psicológicas que permiten y proporcionen herramientas para
determinar diagnósticos diferenciales, tratamientos y lograr una mejor prognosis para el enfermo.

Se destaca, una atención multidisciplinaria en el tratamiento oncológico, para atender las


necesidades físicas, psicológicas, sociales y espirituales del paciente con cáncer, son
fundamentales. Más allá, cuando esto permite que se puedan realizar una detención temprana,
evitando que cuando se soliciten los servicios psicológicos ya el paciente presenta síntomas de
depresión, ansiedad, etc. La falta de profesionales especializados en salud mental, conlleva que
se agudice los síntomas y afrontamiento de la enfermedad. También es importante destacar que la
atención psicológica debe ser una prioridad en los servicios de cuidado paliativo para aumentar
el bienestar del paciente. Además, la enfermedad del cáncer es una multifactorial (Rodríguez
Milla, et al., 2017), por lo que los tratamientos deben ser unos multidisciplinario e integrales,
donde la medicina y la psicología se integran a favor del bienestar del paciente, al integrar los
aspectos biomédicos, psicológicos y sociales (Gómez Delgado, et al., 2017). Cabe destacar, que
una atención inadecuada a los servicios psicológicos en un paciente puede ocasionar que su
condición física empeore.
Luego de discutir y analizar cada dimensión y categoría de acuerdo a las verbalizaciones
ofrecida por el grupo de profesionales de la salud, participantes de la investigación, es meritorio
puntualizar y reconocer la complejidad que envuelve la salud en el individuo. Los aspectos
psicológicos, sociales y espirituales están presentes de igual manera que los aspectos
biológicos/físicos en la enfermedad. Por lo que dejar a un lado estos aspectos para solo atender
los físicos/bilógicos de la condición, deja a un lado la evaluación de las necesidades, las
preocupaciones e inquietudes del paciente, producto de su enfermedad.
Los resultados de esta investigación reflejan, las necesidades de abordar cada dimensión del
ser humano (Biológica, psicológica, social y espiritual) para trabajar su enfermedad y brindar un
mejor bienestar y calidad de vida durante el proceso de su diagnóstico, enfermedad, tratamiento
y recuperación. Por lo que se debe, dirigir a un cambio de paradigma, donde se deje atrás el
reduccionismo y el origen patológico de la enfermedad, a aspectos solo biológicos y físicos que
promueve el modelo biomédico. Comenzar a reconocer y considerar la interacción de otros
factores causales involucrados en el origen de la enfermedad, viendo la misma multi- factorial
(León Rubio, et al., 2004). Es por ello, que se deben adoptar nuevos paradigmas de la salud,
reconociendo que el ser humano es un sistema complejo, donde hay una múltiplicidad de
factores que influyen entre sí, y no por un factor único.
Por consiguiente, de acuerdo con el marco teórico propuesto para esta investigación,
promueve a que la enfermedad debe ser abordada desde la integración de los aspectos biológicos,
sociales y psicológicos. Por lo tanto, el modelo biopsicosocial plantea una integración y
conocimiento metodológico de los niveles, biológicos, psicológicos y sociales que involucran al
ser humano. Esto permite la unión de representaciones muy diversas en un pensamiento
holístico, además de abordar y conocer la interacción de factores biológicos, psicológicos,
sociales y espirituales en el individuo con diagnóstico de cáncer y como esto influye en su
tratamiento (Sperry, 2008, citado en Juárez, 2011).
Por último, como parte de la obtención de los hallazgos, durante el proceso de entrevista
realizada al grupo de profesionales de la salud, participantes de la investigación, que aceptaron
colaborar, se realizaron unas observaciones de campo. Estas observaciones fueron realizadas
para registrar cualquier conducta física y/o emocional expresada por los participantes a las
preguntas o cometarios añadidos por parte del investigador como parte del proceso de obtención
de los datos, que pudieran servir de información valiosa para el análisis de las verbalizaciones
emitida por los participantes de la investigación. Las observaciones se presentan continuación.
Durante el proceso de entrevista se observó, que los participantes no mostraron dificultad a la
hora de deponer sus experiencias, conocimiento, ideas, opiniones e interpretaciones de lo que ha
sido sus experiencias de trabajo con pacientes con diagnóstico de cáncer. En general, los
participantes se mostraron interesados en el proceso de entrevista y conforme avanzó la misma,
se percibió un ambiente más cálido y de confianza.
Al momento de comenzar con la entrevista, se le aseguró y se les brindó a los participantes la
mayor trasparencia e integridad del proceso investigativo. En adición, se le proporcionó el
espacio adecuado para expresar en cualquier momento del proceso aquellas dudas, preguntas,
recomendaciones o sugerencias durante la entrevista. Es meritorio resaltar que cada participante
fue trabajado de manera única tomando en consideración su preparación académica. Es decir, se
estimó en los años de experiencia, escenario de trabajo, y percepciones para la conducción
adecuada de la entrevista. Por lo que fue necesario brindar tiempo adicional para clarificar,
reformular, explicar conceptos necesarios para la comprensión de cierta información,
permitiendo así que este no tuviera duda para brindar sus respuestas.
Durante en el proceso de entrevista, se destaca en las verbalizaciones brindadas por los
participantes relatos de experiencias vividas que fue necesario dar espacio a dos profesionales
féminas para que pudieran reponerse y continuar, ante quebranto de voz, debido al recordar
vivencias con pacientes fallecidos y/o que cometieron suicidio. A estas dos participantes se
sintieron en la libertad de solicitar que se detuviera la grabación cuando fuese pertinente,
situación que no ocurrió durante el proceso investigativo. Indudablemente estas medidas
afianzan y sustentan la riqueza de los relatos suministrados por los participantes durante el
proceso de entrevista.
Conclusiones
Sin lugar a duda, el cáncer es uno de los desafíos para la salud pública más significativo que se
enfrenta hoy en día (Cajamarca Barón, 2014). En Puerto Rico el cáncer es considerado la
segunda causa de muerte en hombres y mujeres causando alrededor de 5,309 muertes cada año
(Torres-Cintrón, et al. 2017; Pons-Madera, et al. 2014). Las personas al ser diagnosticadas con
cáncer pueden presentar un fuerte impacto, teniendo un alcance en su salud emocional
(depresión, ansiedad, estrés, desconfianza, etc.). Se destaca el miedo como síntoma normal ante
la complejidad del cáncer y los cambios físicos que padecerá la persona en el trascurso de la
enfermedad. Estos cambios físicos en el cuerpo, resultado del tratamiento (quimioterapia o
radioterapia), afectan a la autoestima, la seguridad y la confianza del paciente. En adición a los
cambios físicos y los cambios emocionales, se trastocan los roles familiares existentes y las
relaciones laborales ante la angustia generara por los efectos del tratamiento, y las reacciones al
mismo (nauseas, vómitos, el miedo a la muerte) causando mucha angustia e impotencia de
aquellos que rodean al enfermo (Escobar Delgado, et al. 2019).
Ante estos argumentos, se llevó acabo esta investigación, con el objetivo de conocer el
significado de un grupo de profesional de la salud, inmerso en el trabajo oncológico sobre
aquellas posibles áreas de necesidades que surgen en el proceso del diagnóstico y tratamiento del
paciente en Puerto Rico. Se concluyó, que dentro del significado de necesidades cada uno de los
participantes, reconocen y coinciden con la literatura en la existencia de necesidades en los
pacientes diagnosticados con cáncer. Estas necesidades manifestadas es el producto del proceso
de enfermedad desde el diagnóstico, tratamiento y recuperación. Cada uno de los participantes
concurre con la literatura sobre la identificación y categorización de estas necesidades a nivel
psicológica, psicosocial y espiritual.
Se concluyó, que los hallazgos encontrando reflejan que a nivel psicológico hay
manifestaciones de coraje, miedo, tristeza, enojo, irritabilidad, hostilidad, incertidumbre,
desesperanza, y pensamiento o ideas suicidas. A nivel psicosocial, se encontró cambios
significativos en los pacientes, que afecta su relacione de pareja, familiares y laborales. A nivel
espiritual los participantes coinciden que para sobrellevar la enfermedad el acompañamiento
espiritual permite sobrepasar la condición de cáncer de una forma más positiva.
El segundo objetivo establecido para la investigación, consistió en identificar indicadores de
necesidades en los pacientes con diagnóstico de cáncer. Se concluyó, que los participantes
parecen tener ideas convergentes, sobre los indicadores emocionales, psicológicos y cognitivos
presentes en pacientes con diagnóstico de cáncer como parte de su proceso de diagnóstico,
tratamiento y recuperación. Dentro de los indicadores emocionales se observó la tristeza, el
temor, el coraje y el miedo. En adición, puedo verse reflejadas la negación, la ira y la depresión
en los pacientes, parte de las etapas del duelo propuestas por Kübler Ross.
Por otra parte, se observaron ciertas consistencias con la literatura en los indicadores
psicológicos identificados, los cuales reflejan cambios en el estado de ánimo, síntomas de
depresión y ansiedad. A nivel cognitivo se identifican pensamientos de muerte por la visión del
cáncer es igual a muerte, pensamiento de desesperanza, y de derrota. Además, se observó baja
autoestima ante los cambios físicos que atraviesa el cuerpo por los tratamientos. Se identificaron
pensamientos e ideas suicidas que en ocasiones lleva a la persona al suicidio, situaciones que son
difíciles de identificar por la falta de profesionales calificados en áreas de salud mental.
En adición, se encontraron ciertas divergencias en torno a la forma y procedimientos a realizar
para la identificación de estos indicadores manifestados por parte de los profesionales de la salud
hacia los pacientes con cáncer. Se concluyó, que son muy poco los que utilizan instrumentos e
inventarios para la identificación de necesidades (2 de los participantes). Por otra parte, la
mayoría de los profesionales no realiza ningún tipo de procedimiento o la utilización de algún
instrumento estandarizado para la identificación de indicadores de necesidades (4 de los
participantes). En contraste, se reconoce la falta de profesionales en los hospitales para manejar
esos resultados, por lo que refieren a otros profesionales de la salud mental. Encontrando que en
ocasiones los deducibles de los planes médicos son elevados, o simplemente, no cuentan con los
ingresos por los altos costos del tratamiento oncológico, por lo que es una opción para el
enfermo tomar la decisión de comenzar un tratamiento para atender estas necesidades.
Cualquiera que sea la situación, estos indicadores identificados dejan de ser atendidos. Siendo
esto, uno de los escoyos encontrados con frecuencia para poder ofrecer un tratamiento
multidisciplinario, y holístico. Hay que comenzar a ver las enfermedades más allá de un
deterioro físico de la salud del individuo. Las enfermedades involucran factores biológicos,
ambientales, alimentarios, psicológicos, sociales y espirituales que ejercen de forma directa e
indirecta y afectar el pronóstico y/o la trayectoria de la enfermedad (Tschuschke, 2011). Es por
tal razón, que el tema del cáncer debe ser abordado como una enfermedad compleja en la cual
intervienen múltiples factores que afectan al individuo que lo padece.
El tercer objetivo, buscó evaluar el significado otorgado por los participantes (profesionales de
la salud) la relevancia y prioridad de atender las necesidades psicológicas, psicosociales y
espirituales en el tratamiento que se le ofrece al paciente con diagnóstico de cáncer. Se concluyó
que las opiniones e ideas construidas por los participantes, producto de sus años de trabajo, giran
en torno a la importancia de atender las necesidades para un bienestar físico. Reconocen la
importancia del trabajo interdisciplinario donde brinda mayores oportunidades y nutre los
procesos de recuperación del enfermo, minimizando la división de los servicios físicos y
mentales dando paso a la integración. Esto permite mejores resultados en el tratamiento para el
cáncer, siendo notables en el proceso de recuperación. Otra de las conclusiones llegadas es que
permite un mejor bienestar emocional necesario para sobre llevar el diagnóstico de cáncer. Se
trabaja para que la persona pueda sobrellevar la condición, y pueda adoptar una actitud positiva y
necesaria para el proceso de afrontamiento. Esto permite una mejor calidad de vida en el
individuo, cuando se cuenta con ayuda de profesionales para atender las necesidades,
permitiendo en la persona una mejor experiencia de vida. Cubiertas cada una de estas
necesidades tendrán mejor adherencia al tratamiento evitando así que abandonen el mismo y
evitando que su condición empeore y tenga mejor calidad de vida.
Cabe destacar, que a pesar que los participantes reconocen la relevancia de atender las
necesidades, no todos reciben el acompañamiento de un profesional para abordar las mismas.
Solo el 50 % de los participantes refirieron contar con profesionales que atiendan las
necesidades surgidas, mientras que la otra mitad no cuenta con un profesional, por lo cual
realizan referidos a otros profesionales de ayuda, que en ocasiones, estas necesidades no son
atendidas, por falta de seguimiento.
El cuarto y último objetivo de esta investigación pretendió conocer las ideas u opiniones de los
participantes en torno a la inclusión del psicólogo clínico como parte del tratamiento y equipo
interdisciplinario de los pacientes con diagnóstico de cáncer. Se concluyó, que los participantes
coinciden con la literatura sobre la importancia de la inclusión del Psicólogo Clínico, como
profesionales dentro del equipo interdisciplinario de oncología.
Dentro de la importancia de la inclusión del psicólogo clínico, se concluye que permite el
abordaje de la sintomatología psicológica desarrollada por el diagnóstico, la cual abordan
trastornos de ansiedad, y depresión; La identificación de estrategias de afrontamiento, que
permite un espacio al paciente a que pueda ventilar sus emociones, comprender los procesos de
la enfermedad y sus tratamientos; Como redes de apoyo en la adaptación del diagnóstico, para
sobrellevar el mismo, y así brindar mejor adherencia al tratamiento; Además, complementar los
servicios oncológicos, dentro del escenario interdisciplinario como extensión de recursos para el
tratamiento oncológico.
Mas allá de los hallazgos y las aportaciones teóricas o simbólicas, es preciso puntualizar que
esta investigación solo representa algo somero de la complejidad en la que se debe abordad la
enfermedad en el ser humano. Dejando atrás el reduccionismo y el origen patológico de la
enfermedad que promueve el modelo biomédico, el cual no considera la interacción de otros
factores causales involucrados en el origen de la enfermedad, viendo la misma como una causa
especifica (León Rubio, et al., 2004). Se recomienda comenzar a dar paso a nuevos paradigmas
de la salud, permitiendo abordar y conocer la interacción de otros factores involucrados en la
enfermedad. Queda claro que el hombre es un sistema complejo por múltiples factores que
influyen entre sí, y no por un factor único. Por lo que se concluye, que la enfermedad debe ser
abordada partiendo de que hay diferentes factores que afectan la salud y el desarrollo del
individuo, al trasmitirse la salud y la enfermedad de forma continua y simultánea. Por lo que el
modelo bio-psico-social y espiritual permite comprender la enfermedad desde el factor biológico
cómo el cáncer se desarrolla y se comporta en el organismo. El factor psicológico encuentra
causas psicológicas, para la desestabilidad emocional; El aspecto social permite conocer cómo
los diferentes factores sociales, como la familia, la cultura, recursos económicos, la comunidad y
la religión, puede influir en la recuperación y curso de la enfermedad. Por lo que los recursos
biológicos, psicológicos, sociales y espirituales que tenga el individuo será clave en la capacidad
de adaptación a su ecosistema y a las exigencias del mismo (León Rubio, et al., 2004).
Aportaciones
A continuación se presentan las aportaciones más relevantes de esta investigación para la
comunidad investigativa, profesionales de la salud, psicólogos y población oncológica de Puerto
Rico. Este estudio es el primero que apunta a la valoración de las necesidades especifica que
enfrentan los pacientes con diagnóstico de cáncer, como parte de su proceso de enfermedad,
tratamiento y recuperación. En esta ocasión desde un situar diferente, menos estudiado y
trabajado, desde las voces de un grupo de profesionales de la salud. Esta investigación intentó
identificar, describir y comprender aquellas necesidades psicológicas, psicosociales y espirituales
de los pacientes diagnosticados con cáncer en Puerto Rico.
Aportación a la Comunidad Investigativa
Una de las aportaciones relevante de este estudio es para el campo investigativo, aportando al
conocimiento poco estudiando sobre las necesidades presentadas por los pacientes con cáncer,
desde la significancia del profesional de la salud. La realización de este estudio cualitativo,
permitió recoger y analizar la realidad desde las voces de seis (6) profesionales puertorriqueños,
inmersos en el tratamiento y cuidado del paciente de oncología.
Es decir, esta investigación permitió conocer las opiniones, ideas y conocimiento construido, a
través de sus años de experiencias trabajando con la población oncológica, sobre aquellos
indicadores y necesidades psicológicas, psicosociales y espirituales presentes en el paciente. Al
utilizar la metodología cualitativa para el desarrollo de la investigación, permitió elaborar una
entrevista semi-estructurada, donde el investigador proporcionó unas series de preguntas guías,
que a su vez facilitaba la posibilidad de explorar otros aspectos traídos por el grupo de
profesionales de la salud. Dando el espacio a responder según sus propios términos y dentro de
su marco de referencia, para conocer particularidades de cada una de estas necesidades que
presenta un individuo cuando es diagnosticado con cáncer.
Así que, este estudio dio la oportunidad a los profesionales de la salud, a expresar sus
significados sobre aquellas necesidades e indicadores presentes en un paciente con cáncer y
cómo es abordado, de acuerdo a su preparación y conocimiento. Al momento de llevar a cabo la
revisión de literatura, no se pudo identificar trabajo alguno de naturaleza empírica o cualitativa,
cuyo tema abarcara la temática de las necesidades del paciente oncológico desde el significado
del profesional de ayuda, por lo que este trabajo contribuiría como referencia, a otras
investigaciones que sigan la misma línea de investigación. Actualmente los principales estudios
realizados, van entorno al paciente con cáncer y no considerando la opinión de los profesionales
en oncología y otras disciplinas. Se han realizado principalmente, tesis, disertaciones doctorales
y estudios sobre: necesidades psicológicas (Rodríguez Loyola, 2010); estilo de afrontamiento
(Figueroa Morales, 2013); calidad de vida (Casanova Arroyo, 2010); ajuste psicosocial (Guiliani
Toro, 2009); procesos de adaptación (Ortiz Correa, 2013); modelos de intervención (Torres
Torres, 2004); perfiles psicológicos, sociales y espirituales de los pacientes oncológicos adultos
(Pieraldi-Matos, 2006).
Aportación Para Profesionales de la Salud
Esta investigación permitió, acercarse un poco más a la comprensión y conocimiento de los
procesos que el enfermo de cáncer experimenta en el trascurso de su diagnóstico, tratamiento y
enfermedad desde el significado otorgado por un grupo de profesionales de la salud. Es ahí, que
otra aportación de esta investigación, va dirigida a estos profesionales que día a día trabajan
mano a mano en la recuperación y estabilización física del paciente oncológico, más haya del
conocimiento biológico de la enfermedad y cómo atender las mismas. Esto permitirá ubicar al
profesional en respecto al abordaje de estas necesidades e indicadores identificados en el
paciente.
Por lo tanto, se reconoce la falta de preparación y herramientas de cernimiento, como medida
de identificación de síntomas psicológicos y emocionales en el paciente con cáncer. Cuando el
profesional logra identificar los indicadores y/o las necesidades, el paciente tiene unos síntomas
emocionales desacerbados y no se atienden de forma preventiva. La evaluación integral y
holística de las necesidades debe ser parte de la atención primaria proporcionada a los pacientes
con cáncer, por parte de los profesionales de la salud, para garantizar una mejor calidad de vida
en el individuo.
Ello permitirá, saber dónde deben ser dirigidos los esfuerzos de capacitación, para aportar a la
planificación de intervenciones de cuidado y desarrollo de programas para el personal de salud.
Se considera, en muchas ocasiones, están vulnerables en la identificación de síntomas
emocionales y de otros recursos, limitando al paciente a solo una hoja de referidos para un
especialista de la conducta humana. Encontrando, por los hallazgos de esta investigación, son
muy poco los pacientes que reciben estos servicios y a aquellos que los reciben entendemos, no
se le brinda en su mayoría, el debido seguimiento.
Aportación a la Comunidad Psicológica de Puerto Rico
En cuanto a la aportación al campo de la psicología clínica en Puerto Rico como disciplina,
cabe destacar que la investigación aporta al quehacer psicológico en el análisis y exploración de
marcos conceptuales más amplios a partir de estos hallazgos. Al conocer a través del significado
de los participantes (profesionales de la salud), permite de-construir esquemas conceptuales
existentes, sobre cuáles son en realidad, las necesidades e indicadores manifiestos en el paciente
oncológico. Nos permite situar al profesional de la psicología sobre aquéllas demandas, áreas sin
atender y/o vulnerables de estos pacientes oncológicos en la Isla. Dando así, pié para comenzar a
construir nuevas posturas, paradigmas, que permitan y ayuden en la creación y desarrollo de
estrategias de intervención más efectivas para trabajar con esta población, que entendemos va en
aumento.
Resultará meritorio brindar mayor atención general, sobre aquellas necesidades que
experimenta el paciente, cuando es diagnosticado con cáncer y su proceso de adaptación, de
manera saludable y los cambios que subyacen de esta. Como se recoge en las apreciaciones de
estos participantes, las necesidades y la importancia de atender e identificar las mismas,
presentan dificultades hoy día, por la falta de profesionales calificados y con conocimiento en
estas áreas, que se encuentren inmersos en el ámbito hospitalario y oncológico. Opinamos, que
es de suma importancia la presencia de psicólogos preparados y con conocimiento en áreas de la
psicología de la salud, y en escenario médicos. Al moverse a estos escenarios de trabajo, se
entiende que, garantizan un tratamiento holístico e integral de la enfermedad, al propiciar un
ambiente multidisciplinario que provea, un mejor bienestar físico, emocionar, psicológico, social
y espiritual para el paciente.
Aportación a la Comunidad Oncológica
La investigación realizada, aportó a la comprensión y entendimiento de los procesos que el
enfermo de cáncer experimenta en el trascurso de su diagnóstico, tratamiento y enfermedad.
Permitió conocer desde las voces de los participantes la significancia de aquellas necesidades e
indicadores manifiestos en el paciente oncológico. Esto añade y abona al conocimiento existente
para la creación, adopción, incursión de nuevos paradigmas, nuevas formas de abordar y ver la
enfermedad, para brindar un mejor cuidado al paciente. Para el desarrollo de mejores
herramientas, medidas y acciones a seguir que aporten en el beneficio y tratamiento con el fin de
optimizar el proceso de atención de estos pacientes que tanto lo necesitan.
Es decir, permite abonar más conocimiento a la exploración, descripción y comprensión de las
necesidades psicológicas, psicosociales y espirituales que atraviesa un enfermo con diagnóstico
de cáncer durante su proceso de enfermedad. Esto desde una perspectiva multidisciplinar, al
contar con opiniones y experiencias diversas que permiten un conocimiento enriquecedor,
brindado una información valiosa no solo para el enfermo, sino para el mismo profesional de
ayuda.
En conclusión, permitirá obtener un conocimiento más abarcador para trabajar con esta
población desde un enfoque holístico que explore considerar los aspectos físicos, psicológicos,
sociales y espirituales. Por lo tanto, una evaluación holística ve todos estos aspectos como un
todo, en lugar de ver un objetivo en sí mismo. Este tipo de evaluación garantiza que las
preocupaciones e inquietudes que presente el paciente sean identificadas y atendidas con
prioridad, a la par a su tratamiento. Se entiende que ello permitirá una mejor aceptación y
adhesión al tratamiento que garantice un estado físico, psicológico y social, óptimo para una
mejor vivencia y calidad de vida en el individuo.
Limitaciones
Durante el desarrollo de esta investigación se identificaron algunas limitaciones que es
importante destacar. Una de las principales limitaciones encontradas corresponde, al marco
exploratorio y metodológico. Entre las limitaciones de orden exploratorio se identificó la
ausencia de marcos comparativos y de referencia para el conocimiento histórico de este
fenómeno estudiado en Puerto Rico. Debido a la escasa información y las insuficientes
investigaciones realizadas en la Isla, sobre las necesidades de los pacientes con diagnóstico de
cáncer, desde la mirada de los profesionales de la salud.
Por otra parte, se identificaron limitaciones dentro del marco metodológico. En primer lugar,
se encuentran aquellas limitaciones que hacen referencia a la identificación y disponibilidad de
los participantes para coordinar las entrevistas, por la naturaleza de su trabajo. Además, se
identificaron limitaciones implicadas con los criterios de inclusión establecidos para la
investigación. Se estableció en los participantes no tener o haber tenido diagnóstico de cáncer o
algún familiar cercano. Cada uno de los participantes del estudió, reportó tener un familiar
cercano con diagnóstico de cáncer.
Recomendaciones
A lo largo de esta investigación que recoge las experiencias y significados de un grupo de
profesionales con respecto a las necesidades psicológicas, psicosociales y espirituales de los
pacientes diagnosticados con cáncer en Puerto Rico. Se vislumbran espacios que pudieran
denotar la amplitud del fenómeno abordado. Situación que facilita la identificación de aspectos a
mejorar o líneas a seleccionar para explorar en investigaciones venideras y lograr el desarrollo
continuo de conocimiento, que contribuyan al bienestar social y progreso de una sociedad
saludable.
Para Futuras Investigaciones
Como parte del paradigma científico, se recomienda para investigaciones venideras en el área
exploratoria, identificar una representación mayor de profesionales de la salud, que permita
obtener una idea más amplia, a razón de un mayor número de disciplinas, y considerar que no
estén o tengan familiares cercanos con diagnóstico de cáncer. También parece interesante que
pueda ampliarse este tema a otras condiciones crónicas como: enfermedades del corazón,
diabetes, artritis, alzhéimer, y otras. Así como también, considerar el grupo familiar como parte
de los participantes de investigación. Es importante que en Puerto Rico, se continúe generando
investigaciones en este tipo de tema, para continuar desarrollando nuevos conocimientos
científicos y descubrimientos, en el mejor interés de las personas con condiciones crónicas, sus
familiares y la sociedad.
Como elementos metodológicos pudieran adoptarse otros enfoques tales como: cuantitativos o
mixtos. En los que se integre otras estrategias o técnicas como la observación naturalista, la
comparación de muestras o sujetos. También se sugiere, la identificación o elaboración de
herramientas o instrumentos de medición que permitan obtener perfiles para tener impresiones
más acertada y objetivas de las necesidades e indicadores psicológicos, emocionales y cognitivo,
de las personas con estas condiciones crónicas; Que permitan a los profesionales de la salud
identificar y conocer inmediatamente, necesidades psicológicas, sociales y espirituales. Esto
permitiría tratar de inmediato, la problemática presentada por los pacientes para mejorar su
bienestar físico, emocional y la calidad de vida de las personas que buscan ayuda. A su vez, se
tendría un instrumento de medición valioso dirigido para la población, el cual pudiera integrarse
a los poco existentes, como método evaluativo en el tratamiento multidisciplinario de las
personas con condiciones crónicas.
Como investigador, me parece pertinente que aquéllos investigadores inmersos en temas
concernientes a condiciones crónicas, tanto en la rama de la psicología como de otras disciplinas,
que aporten en la elaboración de perfiles mediante la publicación de estadísticas concernientes a
esta práctica. De la misma forma, se insta a futuros investigadores en el tema, generar nuevos
modelos teóricos o prácticos que permitan definir culturalmente la manifestación de estos
fenómenos. Esto con el propósito de comprender y dar mejores explicaciones a los hallazgos
encontrados en nuestra población o participantes, y a su vez romper con los esquemas
establecidos por otros modelos, que se distancian de nuestra realidad sociocultural.
Política Pública y Salud en Puerto Rico
En el contexto de la política pública y salud, como investigador de la conducta humana, hay
mucho por aportar al bienestar social e individual. Las aportaciones deben darse desde los
procesos a los contenidos y de lo individual a lo colectivo. Por lo tanto, es importante considerar
desarrollar y estimular más atención desde un enfoque Mente-Cuerpo, a las condiciones crónicas
como es el cáncer. Las condiciones crónicas no pueden ser abordadas como un fenómeno
únicamente biológico, por lo que los recursos terapéuticos no solo deben ser intervenciones
farmacológicas o intervenciones operatorias. Para esto, se debe dar paso a un cambio de
paradigmas de pensamientos reduccionistas y simplistas, a un pensamiento complejo. En donde
se proponga trabajar bajo un enfoque interdisciplinario, holístico y considerar los aspectos
biológicos, sociales, psicológicos y espirituales del individuo. Dando paso a un fenómeno
diverso y multicausal creando así nuevos tratamientos para abordar las condiciones crónicas en
Puerto Rico y promover un bienestar físico, emocional y social. Que permita una mejor
accesibilidad a los servicios y herramientas salubres para el bien y mejoramiento de la calidad de
vida de la población oncológica.
Ante esto, la comunidad profesional y médica debe ir moviéndose al reconocimiento que la
separación de los servicios de salud física y los de salud mental, no ha logrado buenos resultados.
Cada día los profesionales de la salud en Puerto Rico se enfrentan a escenarios de trabajo con
muchos retos, por lo que se recomiendan nuevos conocimientos en la forma de brindar servicios
a la población oncológica.
Por lo que es esencial comenzar a ver la salud mental como un igual en el tratamiento y
abordaje del diagnóstico, y se le reconozca la importancia de la inclusión del psicólogo en los
centros de tratamiento y hospitalario. De-construir mitos, alrededor de la salud mental y llevar
un mensaje de su importancia en la salud. Que se desarrollen educación continua para la
capacitación de profesionales inmerso con estas poblaciones vulnerables, para el mejoramiento
de los servicios ofrecidas al momento de una forma integrada en el contexto de la salud.
Para el Quehacer Psicológico
Finalmente, y no menos importante, se considera relevante para la práctica de la psicología
clínica, promover un servicio orientado a mejorar la calidad de vida de las personas, siendo esto
la finalidad de todo profesional de ayuda. Es por ello, que se recomienda que todo psicólogo o
psicóloga, atienda con diligencia, responsabilidad y compromiso, este fenómeno de necesidades
presentes en los pacientes diagnosticados con cáncer, como un asunto prioritario y salubrista.
Se recomienda el tomar adiestramientos, certificaciones y educación continua, de instituciones
académicas acreditas y reconocidas, dirigidas a la preparación de profesionales que se
desempeñen o busquen desempeñarse de una forma integrada en el contexto de la salud. Esto
con la finalidad de tener el conocimiento y familiaridad con nuevos modelos y cuidados,
buscando una integración y práctica de las destrezas necesarias para llevar a cabo una
intervención con las competencias requeridas para la práctica de la psicología clínica en Puerto
Rico. Garantizando así, a cada individuo con alguna condición crónica como el cáncer, un
servicio psicológico, con las mejores herramientas para manejar cada una de las necesidades
psicológicas, sociales y espirituales presentes.
Como profesionales en el servicio hacia los más vulnerables, se recomienda reconocer la
importancia de la profesión de la psicología en centros hospitalarios o centros de oncología.
Defender la importancia de la labor del trabajo del psicólogo en los procesos de ajuste, mediante
la inclusión de aspectos que integren la psico-educación de aquellas áreas no tratadas en torno a
las condiciones crónicas como el cáncer, esto a través de planes de tratamiento y/o mediante la
incorporación de la espiritualidad y la familia, como parte del proceso de sanación. Hay que
reconocer que los espacios se están dando, pero todavía queda mucho por recorrer.
Se recomienda, que la Asociación de Psicología de Puerto Rico, dirija esfuerzo y trabajo, en la
creación de espacios para el adiestramiento y competencias destinadas a trabajar con la
población oncológica.
Se recomienda apoyar en el desarrollo de programas posdoctorales en psicología clínica de la
salud y psico-oncología, que aporten específicamente en las unidades del contexto hospitalario
de Puerto Rico y sensibles a la cultura puertorriqueña.
Se recomienda educación continua, adiestramientos y recursos de capacitación en líneas que
permitan mantener a los psicólogos con una alta preparación para una práctica competente dentro
del escenario hospitalario y centros de oncología. Puede ser que haya en Puerto Rico
instituciones educativas que estén brindando adiestramientos, certificaciones o cursos en estas
áreas de interés, pero no cuentan con la accesibilidad correspondiente para que profesionales y
estudiantes en formación reciban este conocimiento.
Se recomienda nuevos espacios que permitan continuar desarrollando la integración de
estudiantes practicantes de psicología clínica en hospitales y centros de tratamientos oncológicos,
donde todavía es un espacio predominantemente médico. Por otra parte, que se puedan
compartir las aportaciones que la psicología tiene por ofrecer en estos escenarios.
Cabe destacar, que cada una de las recomendaciones presentadas en las áreas investigativa,
salud pública, salud y para el quehacer psicológico, deben ser consideradas por el gobierno, el
Departamento de Salud, los hospitales generales, la comunidad médica, los psicólogos, y las
instituciones de educación graduadas del país. Se ha adelantado camino, pero resta camino por
recorrer para el bienestar físico, social y psicológico de los pacientes con condiciones crónicas
como el cáncer. Para promover una salud sin barreras donde haya una cultura multidisciplinaria
y holística dejando a tras una salud fragmentada para dar paso a una más inclusiva.

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APÉNDICES
APÉNDICE A
Autorización de la Junta de Revisión Institucional de la PUCPR
APÉNDICE B
Certificación de Investigador CITTI Program
Biomedical Research
APÉNDICE C
Certificación de Investigador CITTI Program
Responsible Conduct of Research
APÉNDICE D
Certificación HIPPA
APÉNDICE E
Carta Informativa a Participantes
COLEGIO EN
CIENCIAS DE LA CONDUCTA Y ASUNTOS DE LA COMUNIDAD

Fecha:____________

Yamil Rivera Figueroa


Investigador Principal

Actualmente me encuentro realizando estudios conducentes al grado Doctoral en Psicología Clínica en la


Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico, recinto de Ponce. Como requisito del grado, debo
realizar una disertación que implica llevar a cabo una investigación.

He diseñado una propuesta para explorar las necesidades psicológicas, psicosociales y espirituales de los
pacientes con diagnóstico de cáncer en Puerto Rico, según el significado de un grupo de profesionales de
la salud, como resultado de sus factores individuales, emocionales, experienciales y su contexto de
trabajo. Al realizar esta investigación permitirá aportar información importante desde una perspectiva
clínica que ayude a la mejoría psicológica, social y espiritual de los pacientes con cáncer. A optimizar los
procesos de atención y contribuir al desarrollo de más y mejores servicios destinados a estos pacientes,
esto desde la mirada del profesional de la salud.

Por lo que he identificado su centro de servicio para poder identificar los participantes de la investigación.
Los mismos deberán ser profesionales con servicio directo con más de un año de experiencia con
pacientes con diagnóstico de cáncer tales como: médicos, enfermeros/as, psicólogos, entre otros. El
desarrollo posterior de la investigación se realizará por cuenta del investigador y la participación de los
participantes se coordinará para que no afecte en ningún sentido los servicios que ofrece en su centro.
La investigación consiste en que los participantes respondan a una entrevista realizada por el investigador
de forma voluntaria. La misma estará dirigida al significado de las necesidades psicológicas, psicosociales
y espirituales de los pacientes oncológicos, la identificación de indicadores, la relevancia de la atención
de dichas necesidades y la importancia de la inclusión del psicólogo clínico como parte del equipo de
trabajo en el tratamiento del paciente con diagnóstico de cáncer. Terminada la investigación, estaré en la
mejor disposición de compartir los hallazgos y facilitar copia de la investigación a la institución de ser
solicitado.

Agradezco su atención y colaboración que pueda presentar a esta solicitud. Estaré disponible para aclarar
cualquier duda a los interesados en participar de la investigación sobre este proceso comunicándose al
teléfono (787) 318-3919 o vía e-mail a: yamilrivera@pucpr.edu

Atentamente,

Yamil Rivera Figueroa ​Dra. Margarita Maldonado Galarza, MA., Psy. D.


Estudiante Graduado en Psicología Clínica ​Directora de Disertación Doctoral
2250 Boulevard Luis A. Ferrer
Ponce, PR 00717-9997
Teléfono: (787) 841-2000 Ext. 2410/ Fax: (787) 651-2011
Email: yamilrivera@pucpr.edu

APÉNDICE F
Autorización de la Agencia donde se llevó a cabo la Investigación
Dr. José A. Lucca Rodríguez
Urb. Perla del Sur
Calle Carlos Cartagena 4009 Suite B
Ponce, P.R. 00717
APÉNDICE G
Hoja de Consentimiento Informado

JUNTA DE REVISIÓN INSTITUCIONAL


HOJA DE CONSENTIMIENTO INFORMADO PARA PARTICIPANTES

Formulario-IRB-F-02

Instrucciones: Favor de completar la Hoja de Consentimiento Informado en su totalidad. La hoja de Consentimiento


Informado debe firmarse en tinta azul y no digitalizada. Esta Hoja de Consentimiento Informado puede contener información que
usted no entienda. Por lo tanto, diríjase al Investigador para aclarar dudas o inquietudes.
Título de la Investigación
Necesidades psicológicas, psicosociales y espirituales de los pacientes con diagnóstico de cáncer en
Puerto Rico, según el significado de un grupo de profesionales de la salud.

Nombre del Investigador Principal


Yamil Rivera Figueroa

Nombre del Presidente, Director, Mentor o Profesor que Dirige la Investigación


Dra. Margarita Maldonado Galarza, MA, Psy. D.

I. Introducción
Usted ha sido invitado/a para participar en la investigación cuyo título está en la parte superior de
este documento. Antes de que decida participar en la misma, por favor, lea este documento
cuidadosamente. Puede hacer todas las preguntas que tenga para asegurarse de que entiende
el proceso de esta investigación.

II. Propósito de la Investigación


El objetivo principal del estudio es conocer las necesidades psicológicas, psicosociales y
espirituales del paciente con diagnóstico de cáncer en Puerto Rico, según el significado de un
grupo de profesionales de la salud, como resultado de sus factores individuales, emocionales,
experienciales y su contexto de trabajo.

III. Procedimiento para llevar a cabo la investigación


La investigación consiste en que respondan a una entrevista semi-estructurada realizada por el
investigador de forma voluntaria, con un tiempo aproximado de 60 minutos para su
cumplimentación. En adición se le solicitará completar una hoja de datos personales (Ej.
género, edad, preparación académica, entre otras).

IV. Incentivos para los Participantes de la Investigación


Su participación en esta investigación es libre y voluntaria. Accede a la misma sin recibir
compensación económica.

V. Nivel de Riesgo
La investigación no presenta riesgo para la persona participante. Sin embargo, de surgir alguna
situación que resulte en incomodidad para él o la participante, el Investigador posee las
destrezas y recursos pertinentes para afrontar la misma. No obstante, el Investigador contará
con la Clínica Interdisciplinaria de Servicios a la Comunidad de la Pontificia Universidad
Católica de Puerto Rico como recurso de apoyo para servicios psicológicos. Si presenta
alguna incomodidad con alguna de las preguntas, tiene derecho a no responder la

Consentimiento Informado para Participantes


misma. Usted tiene derecho de declinar su participación en la investigación en el momento que
así lo considere pertinente sin que reciba alguna penalidad.

VI. Aportación de la Investigación


Su participación contribuirá a aportar información importante desde una perspectiva clínica que
ayude a la mejoría psicológica, social, y espiritual de los pacientes con diagnóstico de cáncer,
optimizar los procesos de atención y contribuir al desarrollo de más y mejores servicios
destinados al paciente de cáncer.

VII. Tipo de Colaboración y Cooperación de los Participantes de la Investigación


El tipo de colaboración y/o cooperación que se solicita a través de dicha investigación es
responder a una entrevista semi-estructurada, la cual tomara aproximadamente unos 60
minutos en completarse, pudiendo variar este tiempo de persona a persona.

VIII. Privacidad (Anonimato), Seguridad y Confidencialidad de la Información


El Investigador asume una postura de respeto a la confidencialidad, por lo cual garantiza que su
identidad y la información que pueda comprometerlo, permanecerán ajenas al documento
final de la investigación. La información que usted provea se manejará confidencialmente
según establece el Departamento de Salud y Servicios Humanos (DHSS) y el Código de Ética
de los Psicólogos y las Psicólogas en Puerto Rico. Además, se reconoce la confidencialidad
de la información bajo las leyes estatales y federales.

Tanto el Investigador y el equipo de investigación tendrán acceso a la información que le


identifique directa o indirectamente, incluyendo este documento de consentimiento. El
Investigador guardará este documento, las trascripciones y apuntes bajo llave por un periodo
de cinco años, a tenor con las disposiciones de la Junta de Revisión Institucional (JRI) de la
PUCPR. Posterior a este periodo, se procederá a desechar y decomisar los documentos.

La información que se obtenga de esta investigación se utilizará con fines didácticos e


investigativos. Los resultados de la investigación pueden ser publicados en revistas científicas
arbitradas o divulgados en la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico. También, estos
resultados pueden ser presentados en distintos foros profesionales, nacionales o
internacionales, sin que su identidad sea divulgada.

IX. Contacto en Caso de Preguntas


Si usted desea conocer información adicional o se le presenta alguna inquietud relacionada al
estudio, puede contactar al investigador principal, Yamil Rivera Figueroa, estudiante del
Colegio en Ciencias de la Conducta y Asuntos de la Comunidad, vía correo electrónico
(yamilrivera@pucpr.edu) o vía telefónica al 787-318-3919.

X. Compensación por Daños


Tanto el Investigador como la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico se abstienen de
proveer alternativas de pago u otra forma de compensación por posibles daños relacionados
con su participación en esta investigación, tales como pérdida de tiempo laboral, salarios no
devengados u otros. Sin embargo, al firmar la autorización de participación, usted mantiene
todos sus derechos legales.

Formulario -IRB-F-02
Consentimiento Informado para Participantes

XI. Contacto sobre los Derechos como Participante de la Investigación


La Junta de Revisión Institucional adscrita a la Vicepresidencia de Asuntos Académicos tiene
información disponible sobre los derechos de los participantes en una investigación. Sus
inquietudes puede remitirlas a la dirección 22550 Boulevard Luis A. Ferré, Suite 545, Ponce,
Puerto Rico 00717-9997.

Cordialmente,

Yamil Rivera Figueroa ​ ​yamilrivera@pucpr.edu


Nombre del Investigador ​ Firma del Investigador ​ ​ Correo electrónico

AUTORIZACIÓN Y CONSENTIMIENTO PARA REALIZAR LA INVESTIGACIÓN

Yo ​
, mayor de 21 años, certifico que he leído el
procedimiento
Nombre del Participante
para llevar a cabo la investigación titulada: Las necesidades psicológicas, psicosociales y espirituales
de los pacientes con diagnóstico de cáncer en Puerto Rico, según el significado de un grupo de
profesionales de la salud.

El Investigador me explicoó el propósito de su investigación y contestó mis preguntas


relacionadas a la misma. Estoy de acuerdo en participar de la investigación sobre este tema.
Además (Favor marcar en el encasillado en las que apliquen):

☐ Certifico que se me hizo entrega de una copia de la Hoja de Consentimiento Informado.


☐ Certifico que se me suministró la oportunidad de tener una copia de la Hoja de
Consentimiento
Informado, pero no es de mi interés retenerla.
____________________________ ​ ​_________ _______
Firma ​ original del participante ​Fecha
2250 Boulevard Luis A. Ferré Aguayo, Suite 571
Ponce, PR 00717-9997
Teléfono 787-841-2000 Ext. 1210
Fax (787) 651-4029
Correo Electrónico: jrinstl@pucpr.edu

“Se releva al Departamento de Educación de Puerto Rico de toda responsabilidad por cualquier
reclamación que pueda surgir como consecuencia de las actividades del estudio y de la información que se
solicite y provea por medio de este. El Departamento de Educación de Puerto Rico no se hace
responsable de cualquier daño y perjuicio o reclamación producto del proceso de realización, o del
resultado de la investigación; se releva, así, de cualquier obligación y responsabilidad al Departamento de
Educación de Puerto Rico, sus empleados y funcionarios en cualquier reclamación, pleito o demanda que
se presente relacionada, directa o indirectamente a esta investigación. La misma es una independiente no
auspiciado por el Departamento de Educación de Puerto Rico. El Departamento de Educación de Puerto
Rico no se solidariza necesariamente con los resultados de la investigación. “
Carta Circular Núm.

APÉNDICE H
Hoja de Informacional Personal del Participante
COLEGIO EN
CIENCIAS DE LA CONDUCTA Y ASUNTOS DE LA COMUNIDAD

HOJA DE INFORMACIÓN PERSONAL DEL PARTICIPANTE


Participante: #_______ ​
Fecha:__________________________

Investigación: Necesidades psicológicas, psicosociales y espirituales de los pacientes


diagnosticados con cáncer en Puerto Rico, según el significado de un grupo de profesionales de
la salud.

Instrucciones: Favor de completar la Hoja de Información Personal en su totalidad.

I. Género: [ ] Masculino ​[ ] Femenino


II. Edad: ​
III. Años de experiencia con pacientes oncológicos:

IV. Población de impacto: _____________________________________________
V. Preparación académica
[ ] Asociado ​[ ] Doctorado
[ ] Bachillerato ​[ ] MD
[ ] Maestría ​[ ] Otro

VI. Especialidad: ​______ ​

VII. Ha presentado diagnóstico de cáncer o familiar cercano:

[ ] SI [​ ] NO

GRACIAS
2250 Boulevard Luis A. Ferré Aguayo, Suite 571
Ponce, PR 00717-9997
Teléfono 787-841-2000 Ext. 1210

APÉNDICE I
Hoja de Autorización de Grabación en Audio de Entrevista
COLEGIO EN
CIENCIAS DE LA CONDUCTA Y ASUNTOS DE LA COMUNIDAD

HOJA DE AUTORIZACIÓN PARA GRABAR EN AUDIO


Participante: # ​ ​

I. Información acerca de la grabación en audio


La presente investigación en la cual ha sido invitado/a a participar, titulada: Necesidades
psicológicas, psicosociales y espirituales de los pacientes con diagnóstico de cáncer en
Puerto Rico, según el significado de un grupo de profesionales de la salud, requiere la
realización de una entrevista. La misma debe ser grabada en audio con el propósito de
facilitar la recopilación de la información y de apoyo a la hora de transcribir la entrevista.

II. Uso y confidencialidad de la información


La información que se obtenga de su participación será transcrita en un periodo mínimo de
una semana. Una vez completado este proceso, la grabación será borrada para garantizar
su privacidad. Sin embargo, la transcripción será guardada en custodia del investigador
por un periodo de cinco años. Luego de culminado este tiempo, el documento será
decomisado en una máquina trituradora, con el objetivo de preservar la confidencialidad
del participante.

III. Declaración de consentimiento

Yo ​, mayor de 21 años, certifico que he leído en su


​Nombre del Participante
totalidad la información de este documento y haber sido orientado sobre la utilidad, preservación
y decomización de la grabacion en audio y contestó mis preguntas relacionadas a la misma.
Estoy de acuerdo en que la entrevista sea grabada.

_________________________ ​________________________
_ ​
Firma original del participante ​ ​ Fecha ​

2250 Boulevard Luis A. Ferré Aguayo, Suite 571


Ponce, PR 00717-9997
Teléfono 787-841-2000 Ext. 1210
Correo Electrónico: yamilrivera@pucpr.edu

APÉNDICE J
Entrevista Semiestructurada
COLEGIO EN
CIENCIAS DE LA CONDUCTA Y ASUNTOS DE LA COMUNIDAD

Preguntas:
I. Significado de Necesidades - otorgado a:

a. Necesidades psicológicas- expresiones afectivas y cognitivas: seguridad,


aceptación, comprensión, protección, etc.
b. Necesidad psicosocial -dificultades económicas, familiares, laborales, redes de
apoyo
c. Necesidad espiritual -utilización de la fe y la espiritualidad como herramienta de
consuelo).

1. ¿Cuál ha sido su experiencia trabajando con pacientes diagnosticados con cáncer?


2. ¿Cree usted que los pacientes diagnosticados con cáncer presentan necesidades como parte
de su proceso de diagnóstico y enfermedad? ¿Si/No? ¿Cuáles?
3. ¿Puede mencionar qué expresiones emocionales y cognitivas son referidas con mayor
frecuencia por los pacientes oncológicos?
(Expresiones emocionales- miedo, temores, tristeza, enojo, hostilidad-irritación, disgusto)
(Expresiones cognitivas- pensamiento de muerte, baja autoestima, etc.)

4. ¿Considera usted, que los pacientes oncológicos como parte de su proceso de enfermedad
presentan cambios significativos en su desempeño familiar, matrimon
5. ial y laborales? Si/no ¿Por qué?

6. ¿Considera usted la espiritualidad como una necesidad de atención para la comprensión y


recuperación del proceso diagnóstico y de tratamiento para enfrentar el estrés generado
en el enfermo de cáncer? si/no ¿Por qué?

7. ¿En adición a las necesidades mencionadas, considera usted que las necesidades
(psicológicas, psicosociales o espiritual) son igual de importantes? Si/no por qué?

COLEGIO EN
CIENCIAS DE LA CONDUCTA Y ASUNTOS DE LA COMUNIDAD

II. Significado de Indicadores –otorgado a:


a. Indicadores emocionales: Miedo, temores, tristeza, enojo, hostilidad-irritación,
disgusto.
b. Indicadores Psicológicos: Cambio en el estado de ánimo (ansiedad, depresión,
estrés).
c. Indicadores Cognitivos: Pensamientos de desesperanza, pensamiento de muerte,
baja autoestima, culpa, etc.)

1. ¿Cree usted que los pacientes oncológicos como parte de su proceso de enfermedad
manifiestan indicadores psicológicos, emocionales o cognitivos? ¿Si/No?

2. ¿Mencione que indicadores puede identificar de los pacientes con diagnóstico de cáncer
según su experiencia de trabajo?
3. ¿De acuerdo a su práctica de trabajo con pacientes con diagnóstico de cáncer, realiza algún
procedimiento que le permita identificar indicadores de necesidades de estos pacientes?
Si/no ¿Cuál?, ¿Explica?

4. ¿Qué importancia le otorga usted a estos indicadores manifestados por los pacientes
oncológicos?

III. Relevancia de atender las necesidades psicológicas, psicosociales y espirituales


1. ¿Cuenta con algún profesional de la salud preparado para atender las necesidades
psicológicas, psicosociales y espirituales de los pacientes? ¿Si/no, cuál?

2. ¿Cuán necesario es para usted, que los profesionales de la salud consideren las necesidades
psicológicas, psicosociales y espirituales de los pacientes con diagnóstico de cáncer,
como resultado de su diagnóstico y tratamiento oncológico?
Formulario -IRB-F-02
3. Menciona cómo contribuiría a la calidad de vida de los pacientes oncológicos, atender sus
necesidades psicológicas, psicosociales y espirituales como resultado de su diagnóstico,
tratamiento y recuperación.

4. ¿Cree usted que el atender las necesidades de los pacientes oncológicos (psicológicas,
psicosociales y espirituales), contribuye satisfactoriamente al bienestar físico (salud
física) del paciente en su adherencia al tratamiento y recuperación?

5. ¿De los pacientes oncológicos atendidos/as por usted, reciben algún servicio psicológico?
Si/no ¿Cuantos aproximadamente? Y ¿Cuáles han sido los resultados observados y
obtenidos por usted en su bienestar emoción?

COLEGIO EN
CIENCIAS DE LA CONDUCTA Y ASUNTOS DE LA COMUNIDAD

IV. Inclusión del Psicólogo Clínico


1. ¿Cuenta usted, con algún psicólogo clínico en su equipo de trabajo o centro de servicios
para la población oncológica? Si/No ¿Por qué?

2. ¿Considera usted necesario, la inclusión del psicólogo clínico como parte del equipo
interdisciplinario para el tratamiento que reciben los pacientes con diagnóstico de cáncer?
Si/ No ¿Explique?

3. ¿Qué beneficio si alguno, considera tiene o tendría para los pacientes con diagnóstico de
cáncer, el recibir los servicios de un psicólogo clínico como parte de su tratamiento
oncológico?

2250 Boulevard Luis A. Ferré Aguayo, Suite 571


Ponce, PR 00717-9997
Teléfono 787-841-2000 Ext. 1210
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