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3 Parte de La Independencia
3 Parte de La Independencia
Argumentos y características[editar]
El idioma[editar]
En lo que se refiere a los argumentos, el idioma de la nación suele ser un elemento clave,
puesto que se trata de una característica propia y diferenciadora del estado del cual se quiere
independizar. Este es el caso del independentismo
puertorriqueño, catalán, vasco, gallego, quebequés, entre otros, y en menor medida del
caso irlandés, donde el idioma tiene una menor implantación en la sociedad4 y no se cita
generalmente como elemento importante para la justificación de la independencia.
En opinión de determinados independentistas, el idioma constituye una prueba de las
diferencias (sean éstas históricas, culturales o de otra índole) que existen entre la nación que
desea independizarse y el estado en el cual se circunscribe y con el cual no comparte dicho
idioma.
Además, para algunos independentismos, el desarrollo y mantenimiento de un idioma requiere
la independencia de la nación, sin la cual dicho idioma estaría destinado a desaparecer a
corto o largo plazo.
La religión[editar]
Las diferencias religiosas entre diversas zonas de un país pueden motivar el surgimiento de
un nacionalismo, especialmente si una de las religiones existentes en el país tiene privilegios.
Uno de los casos más destacados fue la Revolución belga de 1830, en que las
regiones católica del sur de los Países Bajos se separaron del gobierno dominado por
el protestantismo. La revolución dio origen a Bélgica, como un estado católico. Sin embargo,
el conflicto religioso más sangriento de Europa fueron las guerras yugoslavas, en donde los
pueblos bosnio, croata y serbio, étnicamente procedentes de la misma raíz y que hablan el
mismo idioma, se diferenciaban entre ellos por sus creencias religiosas (musulmanes los
primeros, católicos los segundos y cristianos ortodoxos los terceros). La guerra posteriormente
se extendió a Kosovo, en donde al componente religioso se unió también el étnico.
Un caso más reciente es el surgimiento de Sudán del Sur. El anuncio del entonces presidente
sudanés Yaffar al-Numeiry, en el año 1983, del establecimiento de un estado islámico y la
aplicación de la sharia en todo el país, provocó el levantamiento de la población del sur del
país, mayormente animista y cristiana, teniendo como consecuencia el estallido de la Segunda
Guerra Civil Sudanesa. Tras años de enfrentamiento, el conflicto terminó oficialmente con la
firma de un acuerdo de paz en enero de 2005 entre el gobierno de Sudán y el Ejército de
Liberación del Pueblo de Sudán (ELPS).En el establecimiento del acuerdo pudo influir la
retirada de ciertas sanciones por parte de Estados Unidos al gobierno de Sudán. El acuerdo
restableció el gobierno autónomo sursudanés hasta por seis años, tras lo cual se realizaría un
referendo sobre una posible secesión. Este referendo se realizó en enero de 2011 que otorgó
una abrumadora mayoría de un 98,83% a la opción independentista. Tras esos resultados, el
gobierno sudanés de Omar al-Bashir aceptó la división del país, la que se llevó a cabo el 9 de
julio de 2011 cuando se proclamó oficialmente la República de Sudán del Sur.