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LOS LANZAMIENTOS
Sumario
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1.- El programa de las pruebas de lanzamientos de la Real Federación
Española de Atletismo
En la temporada 2001/2002 la R.F.E.A. ha establecido las diferentes modalidades para
las competiciones al Aire Libre y en las distintas categorías de la siguiente forma:
Hombres:
SENIOR JUNIOR JUVENIL CADETE INFANTIL ALEVÍN BENJAMÍN
PROMESA
Peso (7,260) Peso (6 Kg) Peso (5 Kg) Peso (4 Kg) Peso (3 Kg) Peso (2 Kg) Peso (2 Kg)
Disco (2 Kg) Disco (1,750 K) Disco (1,5 Kg) Disco (1 Kg) Disco (800 gr) Disco (600 gr) Disco (600 gr)
Jabalina (800 g) Jabalina (800 g) Jabalina (700 g) Jabalina (600 g) Jabalina (500 g) Jabalina (400 g) Pelota (200 gr)
Martillo (7,260) Martillo (6 Kg) Martillo (5 Kg) Martillo (4 Kg) Martillo (3 Kg) Martillo (2 Kg) Martillo (2 Kg)
Mujeres:
SENIOR JUNIOR JUVENIL CADETE INFANTIL ALEVÍN BENJAMÍN
PROMESA
Peso (4 Kg) Peso (4 Kg) Peso (4 Kg) Peso (3 Kg) Peso (3 Kg) Peso (2 Kg) Peso (2 Kg)
Disco (1 Kg) Disco (1 Kg) Disco (1 Kg) Disco (800 gr) Disco (800 gr) Disco (600 gr) Disco (600 gr)
Jabalina (600 g) Jabalina (600 g) Jabalina (600 g) Jabalina (500 g) Jabalina (400 g) Jabalina (300 g) Pelota (200 gr)
Martillo (4 kg) Martillo (4 kg) Martillo (4 kg) Martillo (3 Kg) Martillo (3 Kg) Martillo (2 Kg) Martillo (2 Kg)
Adelantábamos, en el capítulo dedicado a las carreras, que “cuanto más joven sea
nuestro atleta más debemos intensificar nuestro papel de educador y menos el de entrenador.
Más debemos mejorar habilidades y menos capacidades condicionales. Antes motivar al
alumno que entrenarle. Antes divertirle que agotarle. Antes conseguir que corra bien y
rápido que conseguir que sea el que resista más vueltas al patio o a la pista de cualquier
forma.” y estas consideraciones son aún más legítimas, si cabe, en el caso de los
lanzamientos donde debemos desterrar la imagen exclusiva de fuerza, de lanzador
voluminoso, de monotonía, de precariedad motriz,... nada más lejos de la realidad del hecho
de lanzar donde el niño relaciona íntimamente objetos factibles de ser lanzados con las
posibilidades propulsoras de su cuerpo y el espacio que le rodea. Y podemos hablar de
educación física, de formación a través del movimiento, de experimentación cinética... antes
que de atletismo oficial.
El niño experimenta su capacidad para sostener y manejar objetos, primero, y para
lanzarlos, hacerlos “volar”, después. Y desarrolla capacidades físicas, y habilidades y
destrezas, y aprende, y se relaciona, y conoce, ... y experimenta.
Y el Monitor de Atletismo propone un variado repertorio de objetos lanzables de
formas, diseños, colores, tamaños, pesos, durezas, etc. con comportamientos planeadores o
no, botadores o no, deformables o no, de los más variado que sus alumnos exploran y lanzan
con una o dos manos, de frente, de lado o de espaldas, girando o no, sobre una superficie
elevada o desde el suelo, sobre apoyos estables o cambiantes,... y pudiendo, además, recibir
después de lanzar. Pelotas, aros, discos, bastones, cuerdas, sacos, sujetos a cuerdas,... y todos
aquellos útiles que permitan descubrir a los alumnos cuál de ellos planea mejor, o cuál bota
más, o con cuál llega más lejos, o con cuál gana en precisión... o cuál le gusta más. Y después
jugamos a imitar a los lanzadores famosos de los Juegos Olímpicos, ¿vale?
Y entrando en los artefactos oficiales de lanzamiento en el Atletismo preferimos el
predominio de la velocidad, del equilibrio y de la técnica (coordinación dinámica) sobre otros
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factores, lo que nos lleva elegir utensilios ligeros y de fácil manejo. De hecho, la nueva
Reglamentación de la RFEA ha disminuido el peso de los artefactos y ha incluido todos los
lanzamientos en todas las Categorías (plausible decisión) de su Programa. Y si la técnica
aparentemente es compleja beneficiará la capacidad de aprendizaje del novel. Es preferible,
permítasenos un ejemplo esperemos que no desajustado, el lanzamiento del martillo al del
peso en los más jóvenes por sus implicaciones de equilibrio, ritmo, coordinación, percepción
espacial, etc. y ausente de riesgo si introducimos una pelota en una bolsa para ejecutar el
lanzamiento.
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2.- Algunas consideraciones cinemáticas y metodológicas aplicadas a los
lanzamientos.
Ya hemos visto que hay cuatro modalidades de lanzamiento sin distinción del sexo del
lanzador:
Aunque todos ellos tienen como objetivo lanzar el artefacto lo más lejos posible, por
su biomecánica los dos últimos (disco y jabalina) estarán influidos por factores
aerodinámicos que los convierten en artilugios “voladores”.
En la asignatura de Física del Bachillerato hemos estudiado, en el capítulo de
balística, el tiro parabólico o trayectoria parabólica de los proyectiles que bien pueden
aplicarse a los lanzamientos en el Atletismo.
En los objetos aerodinámicos (jabalina y disco) la resistencia del aire es importante,
pero en los no aerodinámicos podemos considerarla, en la práctica, igual a cero. De modo que
prescindiendo, de momento, de este elemento, la distancia alcanzada por el artefacto a lanzar
por el atleta dependerá de las mismas variables que determinan a los proyectiles:
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En los cuatro lanzamientos, al realizar el gesto global, siempre se debe considerar al
conjunto que forman el atleta y el artefacto como un TODO en el que desde el inicio del
gesto hasta que el artefacto ha sido lanzado siempre serán las acciones ejecutadas por los
miembros inferiores las que crearán las condiciones óptimas para llegar correctamente a la
colocación final, así como la iniciación del esfuerzo final. A pesar de reconocer todo el
movimiento conducente al lanzamiento como una unidad motriz y propulsora, para su estudio
solemos diferenciar cuatro fases: situación de inicio, desplazamientos del lanzador, final del
movimiento o “disparo” y vuelo del artefacto con su caída consiguiente.
La enseñanza de los lanzamientos se desarrollará mediante:
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3.- La técnica en el lanzamiento del peso.
OBJETIVO: ALCANZAR LA MAYOR VELOCIDAD DE SALIDA DE LA BOLA
SOLTANDO EL PESO EN LA MAYOR ALTURA POSIBLE.
Aunque algunos atletas, imitando los movimientos del lanzador de disco ( a partir de
la actuación del soviético Baryschnikov) se desplazan en rotación, nosotros explicaremos,
muy brevemente, la técnica más usual difundida por el norteamericano O’Brien (campeón
Olímpico en Helsinki-52 y Melbourne-56) y que consiste en un desplazamiento lineal que
inicia de espaldas a la zona de caídas.
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Final.- Se inicia, inmediatamente, tras la llegada de los pies, casi simultáneamente al suelo
(el lanzador debe buscar el “doble apoyo”). El pie, la pierna y el muslo atrasados y
flexionados impulsan y se extienden rotando hacia delante y arriba e intentando llevar el peso
hacia la pierna adelantada, que se encuentra en oposición, al tiempo que adelantan las
caderas. El tronco deshace su torsión y se extiende para colocarse con las caderas y los
hombros al frente. En ese momento se bloquea todo el lado izquierdo (como el eje de
bisagras de una puerta) para que el peso siga en línea recta y ascendente, al tiempo que ambas
piernas, primero, y el tronco, después se extienden. Seguidamente lo hace el brazo lanzador y
la mano acelerando al máximo la velocidad de la bola. La vista sigue la trayectoria de la bola
al objeto de mantener los hombros altos. Tras esta acción se realiza un cambio de pies con el
fin de mantenerse dentro del círculo.
• Cogiendo un balón medicinal, o la bola de peso, con las dos manos, los dedos enfrentados
entre sí y los codos casi a la misma altura que los hombros y las manos, lanzar el balón o
la bola extendiendo las piernas y los brazos hacia delante y arriba en un ángulo de unos
45º. Las manos acaban abiertas hacia fuera y la vista sigue la bola en su trayectoria
ascendente.
• El mismo ejercicio pero iniciando con una rotación y alejamiento de la bola a uno de los
lados. Después repetir por el otro costado .
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• Coger el balón del suelo con las dos manos y colocarlo entre el cuello y el pecho. Las
piernas están semiflexionadas, en especial la del lado lanzador, y el tronco también
flexionado y en línea con la pierna adelantada, más estirada. Extender y rotar la pierna,
cadera y tronco hacia la zona de tiro y acabar el lanzamiento. Si lo efectuamos sobre un
banco mejoraremos la equilibración dinámica (figura 6).
• Con el peso, y abandonamos los balones provisionalmente, sujeto con las dos manos
debajo de la barbilla, separamos la mano no lanzadora y colocamos el peso entre el cuello
y la mandíbula, haciendo presión con la mano, y manteniendo el codo detrás de la bola.
La otra mano queda delante de la cara como si “mirásemos la hora en el reloj”. Repetimos
los tres ejercicios precedentes.
• Al lanzar con una sola mano el novel puede caer en el error de adelantar el codo a la bola.
Para evitarlo practicaremos lanzamientos de la bola directamente hacia el suelo
• Lanzamientos de frente, a dos manos, con tres pasos previos o de impulso: el primer paso
será natural, el segundo más largo y el tercero corto y rápido: “1, 2...¡3!”, buscando un
apoyo doble o casi simultáneo de los pies al final del desplazamiento.
• El mismo ejercicio pero el lanzamiento acabará en una posición lateral previa al tiro final
tras los tres pasos. Las piernas avanzan hacia el frente pero el tronco se va quedando
retrasado y girado hacia el lado del brazo lanzador.
• Lanzamiento partiendo de la posición de espaldas, con dos manos y con una, con tres,
cuatro o cinco pasos previos andando. Las piernas avanzan en la dirección del
lanzamiento dejando el tronco retrasado. Al llegar al último paso, en el que ha de
coincidir la pierna del lado lanzador retrasada, se inmovilizará el costado no lanzador y la
pierna, cadera, tronco y brazo del lado del peso girarán hacia la dirección del tiro
acabando en una enérgica extensión que lanza velozmente la bola o el balón. A
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continuación los pasos se efectuarán en forma de carrera de espaldas, en los que resalte
una clara impulsión o extensión contra el suelo, hasta llegar, potra vez, a colocar el pie
del brazo lanzador debajo de la bola con la pierna semiflexionada y el otro más
adelantado y estirado, en cuyo momento debemos efectuar el lanzamiento. Acabar con
dos únicos pasos de carrera hacia atrás avanzando primero el pie del lado lanzador.
• De espaldas a la dirección del lanzamiento, efectuar uno o varios saltos “a pata coja”
sobre la pierna del lado que sujeta el peso. Apoyar rápidamente el otro pie a la vez que el
pie del brazo lanzador inicia una rotación hacia la zona de lanzamientos que provocará la
rotación y extensión de las piernas y del tronco, acabando con la extensión del brazo
hacia delante y arriba.
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5.- La técnica en el lanzamiento del disco.
Realizando un giro y medio con el cuerpo (una rotación completa sobre el pie del lado
lanzador y tres cuartos sobre el otro) se trata de transmitir al disco la mayor fuerza centrífuga
posible (velocidad resultante), gracias a la posibilidad de aplicar el impulso desarrollado
mediante la rotación, al disco mismo. Es decir, mientras el lanzador gira con el disco éste
alcanza una notable velocidad cuya tendencia natural es la de seguir una trayectoria
rectilínea, tangente al círculo, (fuerza centrífuga) a la cual el lanzador se resiste con el
frenado de sus dedos de la mano (fuerza centrípeta); cuando el atleta deja de ejercer esa
fuerza centrípeta y suelta el disco la dirección de la velocidad deja de modificarse y el disco
se desplaza siguiendo la dirección tangente al círculo del giro comentada.
Pero la forma del disco provoca que durante el vuelo influyan ciertas fuerzas
aerodinámicas. Sabemos que la resistencia del aire provoca pérdidas de velocidad y ello nos
hace comprender que proyectiles delgados y afilados por su parte delantera se vean
favorecidos en su avance por su efecto “aerodinámico”. No será difícil pensar, por
consiguiente, que ángulos “de ataque” agudos (disco cerca de la horizontal) podrán prolongar
el vuelo del disco y que, por el contrario, ángulos de ataque grandes (el disco más vertical)
frenen su velocidad. Es más, el viento relativo puede aumentar la verticalidad del disco al
encontrar a éste en un ángulo de ataque grande y frenarle aún más.
Durante el vuelo del disco, éste girará, o rotará, sobre su centro (efecto giroscópico)
mejorando la estabilidad durante el desplazamiento.
La morfología más adecuada para esta especialidad son los atletas longilineos altos,
de gran envergadura, con grandes manos y, por supuesto, veloces y bien coordinados.
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ESTUDIO DEL LANZAMIENTO: FASE PREPARATORIA, DESPLAZAMIENTO Y
FINAL.
No hemos de olvidar que el objetivo del gesto técnico es soltar el disco con la máxima
velocidad de salida posible, además de en un ángulo óptimo y el resto de los condicionantes
aerodinámicos que seguiremos comentando. Para lograrlo, el atleta gira y se desplaza en el
círculo intentando desarrollar el máximo de velocidades angular y lineal que es capaz de
controlar. Para lograr esas altas velocidades en el disco el brazo del lanzador se desplaza
relajado, estirado y muy separado del cuerpo ya que la velocidad lineal del disco será mayor
cuanto más alejado esté el disco del eje de rotación del atleta.
Además de desplazar el disco muy alejado del cuerpo, ha de moverse retrasado con
respecto al tronco para buscar el beneficio elástico de la musculatura protagonista del
lanzamiento y aumentar el momento de inercia de la parte superior del cuerpo en relación con
el eje común.
Fase preparatoria.- El disco se sujeta sobre las primeras falanges de los dedos (yemas),
excepto el pulgar, sin pretender agarrarlo. El lanzador se coloca de espaldas a la dirección del
lanzamiento con las piernas algo más separadas que su anchura de hombros y ligeramente
flexionadas. Tras algún balanceo previo con amplias torsiones del tronco y traslado peso del
peso del cuerpo de un pie a otro, se inicia rotando el tronco, con los brazos en cruz, hasta
retrasar el disco hacia la espalda y a la altura de los hombros desplazando el peso del cuerpo
hacia el pie del lado del disco.
Final.- Una vez apoyados los dos pies en el suelo, casi simultáneamente, el disco debe
encontrarse muy retrasado, pero con el tronco equilibrado y el peso corporal sobre el pie
derecho. El movimiento de rotación y de extensión de los pies y la pierna seguirá hasta
encontrarse frente a la zona de tiro y, por este orden, dará paso a las caderas, en tronco y la
cabeza (la vista queda fija en la dirección prevista para el lanzamiento) y en último lugar el
brazo que transporta, horizontalmente, al disco. El pie adelantado y toda la parte izquierda del
cuerpo (en el caso del lanzador diestro) se frenan en su desplazamiento y se bloquean para
acelerar a la parte lanzadora y al disco en un efecto de “bisagra” o “portazo” donde se
“desenrosca” la parte superior del cuerpo, adelantando el pecho, y, por último, el brazo
lanzador acelerando al disco en un plano casi horizontal que es en el que debe ser soltado. El
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empuje final lo realizan la muñeca y los dedos índice y corazón que se desplazan veloces
hacia atrás para hacer girar al disco hacia fuera.
El disco se desplazará con un ángulo de lanzamiento, o proyección, de unos 35 a 40º y
el propio disco en un ángulo de ataque, o de actitud, bajo (25 a 35º) más cerca de la
horizontal que de la vertical lógicamente. En el último momento en que los dedos de la mano
hacen girar al disco hacia fuera en su vuelo deben mantenerlo plano evitando temblores o
bamboleos.
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6.- La didáctica del lanzamiento del disco
OBJETIVO DEL PRIMER PROCESO: ADAPTAR EL DISCO A LA MANO Y DOMINAR
SU MANEJO.
• Apoyaremos el disco en las primeras falanges de la mano abierta, con los dedos
separados, y efectuaremos péndulos con el brazo extendido, “ochos”, giros con el cuerpo
y desplazamientos en rotación.
• Tras explicar el beneficio del efecto giroscópico, según la física, en la estabilidad del
vuelo frente al viento, pediremos que se haga rodar el disco por el suelo hacia delante,
hacia arriba de una mano a otra, hacia arriba en la misma mano y en el aire en diagonal y
hacia arriba procurando una posición estable y equilibrada del disco. Los dedos de la
mano se desplazarán hacia atrás para hacer girar al disco hacia delante (dibujo 1).
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OBJETIVO DEL SEGUNDO PROCESO: DOMINAR LAS POSIBILIDADES
AERODINÁMICAS DEL DISCO.
• Con cualquier artefacto factible para planear: tubos de goma, aros, bolsas, etc. de frente
primero, y de lado después, llevar el brazo hacia atrás y lanzar los útiles horizontalmente
“planeando”. Es importante fijar la vista en un punto de la zona de tiro y muy útiles los
lanzamientos de precisión buscando acertar en un blanco (dibujo 2).
• Con los discos efectuar lanzamientos, partiendo de una posición lateral con el disco
retrasado, y lanzar con los brazos horizontales sacando el disco paralelo al suelo
haciéndole volar planeando y girando hacia fuera. Buscar la amplitud de los movimientos
de los brazos y las posibilidades aerodinámicas del disco antes que pretender grandes
distancias de tiro.
• Aumentar el recorrido de aceleración del disco aumentando la amplitud de la rotación
desde muy atrás: peso sobre pie derecho y el tronco muy girado, hasta adelante y arriba
frenando al final la parte izquierda del cuerpo. Recordar que la extensión comienza en el
pie derecho y que la última parte del cuerpo en imprimir velocidad al disco serán los
dedos de la mano.
• Partiendo lateralmente, efectuar un giro completo pivotando sobre los metatarsos, con los
brazos en cruz y avanzando en la dirección del tiro.
• Repetir el ejercicio con el disco llegando al final con los pies casi a la vez al suelo y
dejando el disco muy retrasado, el tronco rotado hacia atrás y el peso sobre la pierna
derecha, flexionada. Una referencia visual alejada favorecerá el equilibrio y evitará
accidentes.
• Buscar un ritmo progresivo donde se inicia con amplitud y sin prisas, se empuja con
intensidad hacia delante y los pies, cerca del suelo, se desplazan rápidos buscando caer
poco espacio de tiempo entre ambos: “empujar con el izquierdo...¡caer derecho +
izquierdo!”
• Lanzamiento de espaldas, completo, en busca del ritmo y aceleración progresiva idóneos
asegurando un largo recorrido del disco, en un giro amplio y alejado del cuerpo.
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OBJETIVO DEL CUARTO PROCESO: PERFECCIONAR LA TÉCNICA Y EL RITMO
DEL LANZAMIENTO COMPLETO
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7.- La técnica en el lanzamiento de la jabalina.
OBJETIVO: ALCANZAR CON LA JABALINA LA MÁXIMA DISTANCIA. PARA ELLO
HA DE SER LANZADA CON LA MAYOR VELOCIDAD POSIBLE Y EN LAS
CONDICIONES AERODINÁMICAS MÁS FAVORABLES.
En este lanzamiento podemos distinguir, tras la posición de partida inicial, una fase de
carrera lineal y cíclica donde el atleta va consiguiendo la mayor velocidad de carrera
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controlable, otra fase de carrera acíclica donde la jabalina y el brazo lanzador se retrasan y se
busca la posición de lanzamiento propiamente dicho, es decir el doble apoyo de los pies en
suelo, y el momento final o lanzamiento propiamente dicho que finaliza cuando la jabalina
abandona la mano. De la perfecta coordinación de los movimientos durante el doble apoyo
final dependerá, fundamentalmente, la distancia alcanzada en el lanzamiento.
Fase de carrera.-
La jabalina se coloca sobre la palma de la mano, abierta hacia el cielo, y sobre la
cabeza con la jabalina paralela al suelo o con la punta ligeramente más baja que la cola. Los
dedos pulgar e índice, o anular, agarran el extremo de la encordadura dejando el resto en
diagonal a lo largo de la mano. El brazo se mantiene flexionado por el codo y dirigido al
frente.
Fig. 17: Agarre de la jabalina
Se inicia una carrera de velocidad progresiva manteniendo los hombros y las caderas
perpendiculares a la dirección del lanzamiento durante 7 a 12 pasos que será más breve
cuanto más neófito sea el atleta.
Fase preparatoria.- Ahora se prepara la jabalina para ser lanzada con el máximo de eficacia.
Para ello la jabalina se irá retrasando mientras el cuerpo avanza a lo largo de 4 a 7 pasos. Los
hombros giran hasta colocarse en la dirección del lanzamiento mientras el brazo se extiende
hacia atrás y arriba manteniendo la jabalina por encima del hombro lanzador y ligeramente
hacia el interior. Los apoyos son más activos y la velocidad se incrementa de forma notable
adelantando los pies al tronco. Las caderas también giran casi tanto como los hombros
mientras las zancadas pasan a ser cruzadas.
• Después de estas prácticas del gesto global podemos reforzar los aprendizajes con
algunos ejercicios analíticos que nos aseguren el apoyo de ambos pies, el soporte de la
bola con al palma hacia arriba, el sacar la pelota por encima del hombro con el codo y las
manos altos, el desplazar el peso del cuerpo sobre la pierna atrasada e ir retrasando el
brazo y girando los hombros.
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Fig. 19: Ejercicios para el brazo de lanzamiento
• Lanzamientos con picas (palos) o jabalinas flexibles procurando que vuelen planos.
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OBJETIVO DEL TERCER PROCESO: PERFECCIONAR LA COLOCACIÓN
RETRASADA DE LA JABALINA Y EL RITMO DE LOS MOVIMIENTOS LLEGANDO
HASTA LA POSICIÓN FINAL DE LANZAMIENTO.
• Andando, y después con carrera lenta, adelantar el hombro izquierdo a la vez que se
amplía el paso o la zancada. Volver a la posición de partida y repetir.
• Colocar una señal en el suelo a la que nos acercamos corriendo. Al llegar impulsamos
más intensamente con la pierna izquierda e iniciamos la colocación que culminará tras
cuatro pasos de fuertes y rápidos empujes contra el suelo. La jabalina se mantiene lo más
horizontal posible, la palma de la mano hacia arriba, la vista al frente, los pies por delante
de los hombros y una amplia torsión de los hombros y las caderas.
• Lanzar con dos manos sobre la cabeza hacia un blanco situado en el suelo.
• Repetir el ejercicio anterior pero con una sola mano y el pie izquierdo adelantado.
Pretenderemos acompañar a la jabalina el mayor tiempo posible completando el
lanzamiento con el antebrazo, la mano y los dedos.
• Manteniéndonos con el pie izquierdo adelantado lanzar procurando que la jabalina planee,
es decir que vuele plana.
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• Situado de lado, adelantar el pie izquierdo, para apoyarlo con firmeza en el suelo, y lanzar
después de adelantar las caderas, los hombros, el codo y desplazar la mano alta.
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9.- La técnica en el lanzamiento del martillo.
OBJETIVO: ALCANZAR CON EL MARTILLO LA MÁXIMA DISTANCIA.
El atleta se sitúa de espaldas al lanzamiento y con los pies en el borde del círculo. Las
rodillas ligeramente flexionadas. Los brazos extendidos pero relajados.
Con dos volteos previos a los giros se pretende acelerar los suficiente al martillo para
iniciar eficientemente los giros. Normalmente el martillo se encuentra colocado en el suelo o
a la derecha del atleta que lo balancea llevándolo a su derecha y abajo mientras desplaza el
peso del cuerpo también a la pierna derecha. Desde ahí el martillo es llevado, con los brazos
extendidos, hacia delante, arriba y a la izquierda desplazando el peso corporal al pie
izquierdo. Llegado el martillo al punto alto se flexionan los brazos dejando caer el martillo a
la derecha pasando las manos delante de la cara y volver a realizar otro volteo.
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Fig. 27: Giro y final
del lanzamiento de
martillo
Fase final.- Con la llegada del pie derecho al suelo tras el tercer o cuarto giro, se
inicia la acción final en la que el pie derecho sigue empujando y girando sobre el metatarso
mientras que el izquierdo se apoya con firmeza.
Estando el martillo en el punto bajo y atrás se extienden las piernas y el tronco hacia
arriba y a la izquierda dejando la pierna izquierda como fijadora. El movimiento de los brazos
sigue siendo lo más amplio posible.
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10.- La didáctica del lanzamiento del martillo
OBJETIVO DEL PRIMER PROCESO: LANZAR OBJETOS DE FÁCIL MANEJO
IMITANDO LOS MOVIMIENTOS DEL LANZAMIENTO DEL MARTILLO
Balones, bolsas, picas, porciones de mangueras, bates de béisbol... han de ser lanzados
en rotación desde parados, con volteos y con giros previos variando la velocidad de ejecución
y prestando mucha atención al equilibrio dinámico. Utilizar las variables de precisión y
distancia en los lanzamientos.
• Con los brazos en cruz o extendidos al frente con un palo o bolsa, girar correteando sobre
el sitio, a derecha e izquierda, buscando el equilibrio en los giros. Variar la flexión de las
piernas.
• Hacer ejercicios similares al primer ejercicio con volteos previos y después con giros.
• Después de estas prácticas del gesto global podemos reforzar los aprendizajes con
algunos ejercicios analíticos que nos aseguren la enseñanza de los volteos, los giros y el
movimiento final.
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Fig. 29: Voltear mientras se anda
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OBJETIVO DEL CUARTO PROCESO: OPTIMIZAR LA ACCIÓN FINAL DE
LANZAMIENTO
• Lanzamiento con dos manos, según el gesto final, con balón medicinal.
• Lanzamiento con una pica efectuando solo el final, después con un volteo previo y al final
añadiendo un giro.
• Efectuar un volteo, un giro y realizar el movimiento final con martillos ligeros.
• Realizar lanzamientos completos con uno, dos y tres giros en velocidad creciente y
buscando el perfeccionamiento del movimiento global y del ritmo. Aún siendo el ritmo y
el gesto completo lo más importante, hemos de prestar atención a la posición equilibrada
y vertical del tronco y a la amplitud en los giros del martillo así como a evitar un final
anticipado por precipitación y acortamiento del radio de giro.
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11.- La introducción al entrenamiento de los lanzadores
El entrenamiento del lanzador, o incluso podríamos decir del futuro lanzador, en sus
etapas de iniciación, valdría plantearla con los siguientes objetivos:
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3. Para desarrollar la condición física general:
• Flexibilidad, movilidad articular y elasticidad general y especial.
• Aptitudes de velocidad: de reacción, de acción, de desplazamiento (lisos, vallas,
pendientes, cambios de dirección,...), frecuencia de movimientos, agilidad...
• Resistencia: juegos, carreras, circuitos, deportes,...
• Fuerza: saltos, lanzamientos, gimnasias, sobrecargas, trepas, circuitos, cuestas y
escaleras, ...
• Aptitud atlética básica: carreras de vallas y de relevos, saltos, marchas,...
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Fig. 31: El lanzador joven lanza, salta, corre, trepa, repta, esquiva,...
El trabajo de velocidad en todas sus variantes ha de estar presente en todas sus etapas
de formación y además ha de entrenar su velocidad especial. Todas las aptitudes de
velocidad: de reacción, de acción ante situaciones previstas e imprevistas, de frecuencia de
movimientos, de traslación,... y también su velocidad especial, esa velocidad aplicada a la
ejecución de movimientos muy parecidos a sus lanzamientos y del mismo gesto de lanzar
específico. Ambas velocidades son imprescindibles.
La fuerza en las primeras etapas sería deseable fomentarla unida a una cualidad motriz:
fuerza + equilibrio, fuerza + precisión, fuerza + ritmo, fuerza + flexibilidad, fuerza + ... todas
las habilidades motrices. Pero también hemos de desarrollar su fuerza rápida o explosiva y,
de nuevo, de forma general y especial. La fuerza general aumentará sus posibilidades de
rendimiento motor pero será insuficiente si no se acompaña de la fuerza especial, de la fuerza
adaptada a los lanzamientos, a todos los movimientos específicos del lanzador tanto en la
forma (imitación) como en el tiempo de ejecución (rapidez).
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Y, aunque parezca una perogrullada, el futuro lanzador ha de ser, ante todo, un atleta.
Un ATLETA con mayúsculas y con toda su riqueza física y motriz.
Si lo que nos importa es el rendimiento habrá que partir desde la búsqueda de los
mejores talentos. Aquellos niños con las óptimas características morfológicas, físicas y
psicomotrices que quieran dedicar una parte importante de su tiempo actual y futuro a los
lanzamientos.
La formación de un lanzador (Jesús P. Durán: Manual Básico de Atletismo. Tomo
II: Lanzamientos) se estructura en cuatro etapas:
1ª etapa de formación atlética básica. Formación deportiva multilateral y formación
polivalente en carreras saltos y lanzamientos.
2ª etapa de formación en lanzamientos. Aprendizaje de la técnica global de los cuatro
lanzamientos y desarrollo de la fuerza veloz.
3ª etapa de especialización en un lanzamiento. Mediante el perfeccionamiento de la
técnica y un entrenamiento técnico y físico más específico.
4ª etapa de perfeccionamiento en un lanzamiento. El entrenamiento es totalmente
específico de acuerdo a las exigencias del alto nivel y se intentará obtener la mejor marca
posible.
Que resulta algo más precisa que, en el momento de plantear las etapas de formación
dividimos tan solo en etapas de básica, de formación atlética básica y de formación en
lanzamientos que es útil como planteamiento general.
Artículo 180
Cada concursante puede disponer de varios ensayos de calentamiento que deberán
efectuarse por el orden del sorteo. En la competición los participantes deberán competir en el
orden sorteado.
Donde haya más de ocho competidores se permitirán tres intentos a cada uno, y a los
ocho con mejor marca válida se les permitirá efectuar tres intentos adicionales.
El orden de competición para las últimas tres series será en orden inverso al de la
clasificación lograda con sus registros realizados en los tres primeros ensayos.
El número de intentos podrá reducirse. Esto se decidirá por el organismo que tenga a
su cargo el control de la competición.
El Juez responsable debe indicar al participante que todo está dispuesto para que
inicie su intento y dispondrá de un tiempo de un minuto para comenzar.
En caso de empate el segundo resultado mejor de los competidores empatados decidirá el
desempate; si éste continúa, el tercer resultado y así sucesivamente.
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Artículo 187
Los competidores pueden usar un cinturón de cuero en todos los lanzamientos, una
venda en la muñeca en el lanzamiento del peso, una protección para el codo en el
lanzamiento de la jabalina y guantes para el martillo.
La longitud del pasillo de impulso para la jabalina no deberá exceder de 36,5 m ni ser
inferior a 30 m. Estará señalado con dos líneas paralelas de 5 cm de anchura, trazadas a 4 m
una de otra. El lanzamiento se efectuará detrás de un arco de círculo trazado con radio de 8 m
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Fig. 33: Pasillo y sector para el
lanzamiento de jabalina
En los lanzamientos de peso, disco y martillo los artefactos deberán ser lanzados
desde un círculo y la jabalina desde un pasillo. En el caso de lanzamiento desde un círculo, el
competidor tiene que comenzar desde una posición estacionaria dentro del círculo.
El lanzamiento será considerado nulo si el competidor suelta indebidamente el peso o
la jabalina o si después de haber penetrado en el círculo e iniciado el lanzamiento toca con
cualquier parte de su cuerpo el exterior del círculo o del pasillo de jabalina.
Para que un lanzamiento sea válido el artefacto tendrá que caer al interior al interior
de los bordes internos de las líneas blancas que delimitan el sector de caída.
Un competidor no puede salir del círculo o pasillo hasta que el artefacto haya tocado
el suelo.
Para los lanzamientos hechos desde un círculo, cuando el competidor salga ha de
hacerlo detrás de la línea que está trazada fuera del mismo y pasa por el centro del círculo. En
el caso de la jabalina debe hacerlo detrás de las líneas dibujadas detrás de las extremidades
del arco.
Artículo 188
El peso debe tocar el cuello o la barbilla y será lanzado desde el hombro con una sola
mano. El peso no puede llevarse más atrás del plano de los hombros.
El peso tendrá forma esférica y se ajustará a los siguientes diámetros mínimos y
máximos:
7,26 Kg 6 Kg 5 Kg 4 Kg
110 mm 105 mm 100 mm 95 mm
130 mm 125 mm 120 mm 110 mm
Artículo 189
El borde del círculo deberá ser circular. El perfil será diseñado de forma que a partir
del comienzo de la curva de la llanta, el espesor del disco aumentará de una manera regular
hasta un espesor máximo D a partir del cual y hasta el eje central Y el espesor del disco será
constante.
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Fig. 34: Características reglamentarias del disco
El diámetro del anillo metálico exterior tendrá las siguientes dimensiones mínimas y
máximas:
2 kg 1,75 Kg 1,5 Kg 1 kg
219 mm 210 mm 200 mm 180 mm
221 mm 212 mm 202 mm 182 mm
Artículo 191
En el lanzamiento del martillo no se considerará como lanzamiento nulo si la cabeza
del martillo toca el suelo toca el suelo cuando el competidor hace los volteos o los giros,
pero si después de haber tocado el suelo detiene el lanzamiento para comenzarlo de nuevo se
le contará como un intento nulo.
Si el martillo se rompe durante el lanzamiento o por la indicada circunstancia un
competidor pierde el equilibrio o comete una falta, no se contará como intento nulo y se
concederá un nuevo intento.
El martillo consistirá de tres partes: una cabeza metálica, un cable y una empuñadura.
La cabeza, de forma esférica, tendrá un diámetro mínimo de 110 mm para hombre y 95 mm
para mujeres. El cable será de 3 mm de diámetro como mínimo. La empuñadura tendrá forma
de triángulo equilátero y la parte del agarre será recta y tendrá 115 mm de longitud.
Los pesos mínimos, las longitudes del martillo (medidas desde el interior de la
empuñadura) y los diámetros de la cabeza mínimos y máximos para ser admitidos en
competición y aceptación de récord serán:
7,26 Kg 6 kg 5 kg 4 kg
Longitud 1175 mm 1175 mm 1165 mm 1160 mm
1215 mm 1215 mm 1200 mm 1195 mm
Diámetro 11 mm 105 mm 100 mm 95 mm
130 mm 125 mm 120 mm 110 mm
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Fig.35: Nueva empuñadura del Martillo
Artículo 193
La jabalina tendrá que cogerse por la encordadura y deberá lanzarse por encima del
hombro o de la parte superior del brazo utilizado para su lanzamiento y no debe ser lanzada
en un movimiento de rotación.
Un lanzamiento será válido únicamente si la punta de la cabeza metálica toca el suelo
antes que cualquier otra parte de la jabalina.
La jabalina se compondrá de tres partes: una cabeza, un asta y una empuñadura de
cuerda.
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