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¿Qué son las aguas subterráneas?

Según su definición, las aguas subterráneas son aquellas que se localizan


bajo la superficie terrestre y ocupan los poros y las fisuras de las rocas. En
estos emplazamientos, el agua tiene la capacidad de mantener una
temperatura constante y similar al de la zona donde se encuentra. No
obstante, en determinadas regiones frías, es frecuente encontrar esta agua
congelada.

Las aguas subterráneas son una las fuentes principales de agua apta para
el consumo humano para casi la mitad de la población mundial. Además de
utilizarse en sectores como la agricultura, las aguas subterráneas son
fundamentales para la sostenibilidad de una amplia variedad
de ecosistemas del planeta.
Sin embargo, la actividad humana y el cambio climático están afectando
notablemente a los recursos de aguas subterráneas en el mundo. La
extracción en exceso de este recurso o los cambios en el uso de la tierra
explican la tendencia decreciente de estas fuentes de agua. Igualmente,
cabe destacar la expansión urbana y su impacto en los acuíferos.
¿Cómo se forma el agua subterránea?

Por definición, las aguas subterráneas surgen debido al filtrado de las


precipitaciones de agua a través de los poros del terreno. Estas
precipitaciones pueden ser de lluvia o nieve. Cabe destacar que pueden
mantenerse ocultas durante millones de años y según su profundidad será
más sencillo localizarlas y acceder a ellas. Cabe resaltar la gran importancia
que tienen ya que un gran porcentaje de la población se abastece de ellas.
Además, son útiles para la industria y la agricultura, y tienen capacidad para
poder albergar numerosas formas de vida.

¿Cuánta agua subterránea hay en la Tierra?

Según estudios contrastados, la superficie de la Tierra alberga una cifra


próxima a los 1386 millones de kilómetros cúbicos de agua. Hablando de
porcentajes, podríamos afirmar que un 70% de nuestro planeta es agua.
Durante un período de más de dos mil años, esta cifra se ha mantenido
estática: no se ha visto reducida y tampoco ha aumentado.

De estos 1386 millones de km3 de agua, un 96,5% es agua salada. la


cantidad de agua dulce que hay en la Tierra representa tan solo
el  3.5% del total. Un 90% de estos recursos se encuentran en la Antártida.
Del restante, solo el 0.5% de agua dulce se encuentra en depósitos
subterráneos y el otro restante (0.01%)  en ríos y lagos. Por tanto, la
cantidad de agua subterránea en la Tierra es bastante escasa, si la
comparamos con la cantidad de agua que se encuentra en la Antartida.

Actualmente, como consecuencia de la actividad del hombre se están


sobre-explotando y contaminando, lo que acarrea serios problemas para
poblaciones que dependen de estas aguas. El ritmo de extracción de agua
de estas fuentes se está realizando a un ritmo muy superior al de infiltración
o de recarga natural.

Las consecuencias son notables, puesto que la reducción de este escaso


recurso produce un encarecimiento de la producción o problemas en los
cursos de agua. De la misma manera, la calidad del agua de estas fuentes
subterráneas se ve afectada. Si la situación continuara, podríamos llegar al
punto de tener que ver cómo estos preciados acuíferos se agotan.

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