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ESTUDIANTES:
DOCENTE:
ASIGNATURA:
FISIOLOGÍA ANIMAL.
FACULTAD DE EDUCACIÓN
VII SEMESTRE
GRUPO 34
2022
¿CUÁLES SON LOS PRINCIPALES RECEPTORES SENSORIALES EN
LOS VERTEBRADOS (INCLUYENDO EL HOMBRE) Y SUS
FUNCIONES?
Órganos del hombre:
1. Vista
El órgano sensorial que se encarga de captar la luz en los vertebrados es el ojo. Es una
estructura ovoide formada por varios tipos de tejidos dispuestos de tal manera que permiten
la proyección y enfoque de la luz sobre una capa de células nerviosas que forman la retina,
las cuales convertirán dichos rayos de luz en impulsos nerviosos que viajarán por el nervio
óptico (par nervioso II) fundamentalmente hasta el núcleo geniculado del tálamo y desde
ahí llegará la información a la corteza cerebral visual, localizada en la parte posterior del
encéfalo (Figura 1).
Figura 1. Esquema de la vía visual de mamíferos. Los dos colores de los ojos y de los
nervios ópticos en la imagen de la derecha indican ambos campos visuales y su cruce en el
quiasma óptico.
2. Oído
Lo que se conoce comúnmente como sistema auditivo o simplemente oído está formado por
dos sistemas: auditivo y vestibular. El primero nos permite oír, es decir, captar sonidos,
mientras que el segundo es responsable del equilibrio. El sistema auditivo se divide en tres
compartimentos: oído externo, oído medio y oído interno (Figura 7).
Figura 3. Esquema donde se representan los huesos del oído medio (izquierda) y su relación
con la membrana timpánica y la cóclea a través de la ventana oval (derecha).
La función del oído medio es la conversión de las ondas del aire, que llevan la información
sonora, en un movimiento mecánico de los huesos que se transmitirá al oído interno. El
proceso comienza en la membrana timpánica o tímpano, que vibra junto con las vibraciones
del aire que se transmiten desde el exterior por el conducto auditivo externo. Estas
vibraciones de la membrana se transmiten directamente al hueso martillo, éste mueve al
yunque y éste al estribo. El estribo está en contacto con el laberinto del oído interno (ver
más abajo), donde se transforma ese movimiento en corrientes de fluido líquido. Esta
comunicación entre estribo y el laberinto se hace a través de unos espacios del hueso
denominados ventanas: ventana vestibular (oval) y ventana coclear (redonda). En la
cavidad timpánica hay dos músculos, uno conectado al martillo y otro al estribo. El primero
se encarga de tensar la membrana timpánica y el segundo de compensar el movimiento del
yunque. Ambos son importantes para atenuar las vibraciones en un mecanismo de
protección frente sonidos (vibraciones) muy fuertes.
Oído interno
Está formado por el denominado laberinto (Figura 9). Hay un laberinto óseo y un laberinto
membranoso. El laberinto óseo está contenido en el hueso temporal del cráneo y está
formado por los conductos semicirculares, el vestíbulo y la cóclea. En el centro del
laberinto óseo está el vestíbulo, desde el que parten los canales semicirculares, los cuales
son conductos dentro del hueso con forma semicircular. Hay tres: superior, posterior y
lateral o externo. Las cavidades interiores de los canales semicirculares están conectadas
con la del vestíbulo. Al otro lado de los canales semicirculares se encuentra la cóclea,
también conectada con el vestíbulo. La cóclea o caracol es un conducto enrollado en
espiral.
3. El Gusto
El sentido del gusto es el encargado de percibir sabores de sustancias, sobre todo posibles
alimentos, que entran en la boca. Sin embargo, el sabor se percibe sobre todo por el olor, es
decir, por el sentido del olfato. Las estructuras sensoriales encargadas de detectar el gusto
se denominan botones gustativos y se localizan sobre todo en las papilas de la lengua. Las
papilas son protuberancias de la superficie de la lengua, que pueden ser de tipo filiforme,
foliadas, fungiformes y caliciformes. Los botones gustativos se suelen disponer en el ápice
de las papilas fungiformes y en las partes laterales y profundas de las caliciformes.
Los receptores que se encuentran en los botones gustativos hacen contacto sináptico con
axones sensoriales primarios. Éstos axones entrarán al encéfalo por dos nervios: VII y IX,
que inervarán el núcleo del tracto solitario, éste al núcleos del tálamo y desde ahí la
información llegará hasta la corteza gustativa.
4. Olfato
El olfato es probablemente el más antiguo de los sentidos. Afecta a la alimentación,
relaciones sociales, comportamiento predador, orientación espacial, maternidad, improntas
parentales, etcétera. La importancia es clara puesto que cuando este sistema se lesiona (en
roedores) se producen deficiencias en los patrones de sueño, sexuales, de agresividad,
cuidado maternal y produce comportamientos similares a los estados de ansiedad. Los
componentes básicos de la olfacción se han mantenido constantes durante millones de años.
Es interesante observar que la organización del sistema olfativo en insectos es similar al de
vertebrados, al menos en los elementos iniciales, y molecularmente es donde hay más
semejanzas.
La olfación comienza en el epitelio olfativo, que se encuentra en una zona de la cavidad
nasal próxima al cráneo (Figura 14). El epitelio olfativo está formado por neuronas que
poseen receptores que son estimuladas por las moléculas olorosas y que agrupan sus axones
en el nervio olfativo (nervio I). Este nervio cruza el cráneo por la denominada placa cribosa
y sus axones llegan al bulbo olfativo, parte rostral del encéfalo. Aquí, los axones de este
nervio se dividen en grupos y terminan formando unas estructuras denominadas glomérulos
olfativos, donde se transmite la información olfativa primaria a otras neuronas, sobre todo a
las células mitrales. Desde el bulbo olfativo se envía la información olfativa a otras
estructuras encefálicas más profundas donde se interpreta y se confronta con el estado de
información del individuo. Por ejemplo, el olor a comida no tiene el mismo efecto si se
tiene hambre que si se está saciado.
5. Sentidos cutáneos
En la piel, el órgano sensorial más grande que tenemos, hay una serie de receptores que
permiten obtener información del medio externo: estímulos mecánicos (tacto, presión,
vibración), térmicos y dolorosos (daños mecánicos y químicos). Al contrario que en otros
sentidos donde los receptores están concentrados en un órgano, estos tipos de información
son captados por prolongaciones nerviosas terminales, libres o encapsuladas, que se
distribuyen por toda la piel del cuerpo con diferente densidad según la zona. El mecanismo
funcional es similar en todos ellos, un estímulo provoca deformación o cambios en la
membrana del nervio que desencadena un cambio en la potencial de membrana que genera
un potencial de acción que se transmite hasta el soma de la neurona, y desde ahí al sistema
nervioso central.
Los ojos de los reptiles presentan una amplia gama de colores, y según los hábitos
presentan variaciones en la forma de la pupila. En el caso de organismos nocturnos como
algunas especies de serpientes y lagartos la pupila es elíptica. En organismos de hábitos
completamente diurnos las pupilas son generalmente redondas. En la retina encontramos
otra diferenciación con respecto a los hábitos de vida. En reptiles nocturnos se encuentran
generalmente gran cantidad de bastones, los cuales son células encargadas de absorber la
luz proveniente del medio. En el caso de reptiles de hábitos diurnos, la cantidad de bastones
disminuye y se encuentra una mayor cantidad de conos, los cuales son otro tipo de células
fotosensibles, encargadas de percibir los colores y absorber mayor cantidad de luz.
En los reptiles se puede encontrar un par de parpados móviles que pueden estar fusionados
como en el caso de muchos lagartos, o no, como en los cocodrilos. También pueden
presentar los parpados fijos y transparentes. Adicionalmente, como órganos de los sentidos
de los reptiles, se puede encontrar una estructura llamada membrana nictitante, que hace la
función de un tercer parpado, protegiendo los ojos. A diferencia de los parpados, la
membrana nictitante le permite al individuo conservar su rango de visión, principalmente
debajo del agua, como es el caso de los cocodrilos.
En los reptiles los sonidos generalmente son percibidos por la vibración del tímpano gracias
al aire, de ahí que en muchos grupos de reptiles la membrana timpánica se visualice sobre
la superficie de la cabeza. En el caso las serpientes, la ausencia de oído externo, tímpano y
trompa de Eustaquio hace que estos reptiles sean casi sordos, sin embargo son sensibles a
las vibraciones del suelo ya que presentan un oído medie e interno que les permite captar
este tipo de estímulos.
En los órganos de los sentidos de los reptiles, el olfato juega un papel importantísimo, ya
que este le favorece a la hora de capturar sus presas. Las serpientes tienen el órgano de
Jacobson (también conocido como órgano vomeronasal), el cual es el encargado de analizar
las moléculas dispersas en el ambiente que capta la lengua bífida. En lagartos también se
presenta este órgano, permitiéndoles el reconocimiento de presas, enemigos y compañeros
sexuales. En las tortugas este órgano confluye con la cavidad nasal y es vestigial en el caso
de los cocodrilos.
En los anfibios modernos, los ojos pueden variar desde grandes y prominentes hasta
pequeños e inconspicuas estructuras; los cuales, se encuentran ubicado en la cabeza, ya sea
en los laterales o dorso lateralmente. En la mayoría de los vertebrados, los ojos son
estructuras esféricas recubiertas en su interior por una capa sensorial, la retina, que se está
conformada por células fotorreceptoras. En anfibios, la luz entra al ojo a través del iris y se
enfoca en la retina por medio de la córnea, que se encuentra expuesta y reemplaza al
cristalino en su tarea de refracción. No obstante, el enfoque de objetos se realiza por el
movimiento del cristalino, cuando esta relajado se encuentra enfocando objetos distantes,
mientras que al moverse se enfocan los objetos cercanos.
Los anfibios presentan cuatro tipos de receptores de luz: dos tipos de bastones (rojos y
verdes) y dos tipos de conos (cortos y largos). Los conos son las células receptoras
encargadas de percibir el color, gracias a que poseen pigmentos especializados y sensibles a
las ondas de luz con un rango estrecho; cuando la luz incide en estos pigmentos, su estado
químico es capaz de cambiar y esta señal es interpretada por el cerebro como colores. Los
bastones, en cambio, son los encargados de registrar la presencia o ausencia de luz, y
absorben todos los rangos de ondas de la luz. En los anfibios se encuentran dos tipos de
bastones, siendo los bastones verdes exclusivos de los órganos de los sentidos en anfibios,
es decir, son los únicos vertebrados que los presentan.
Órganos cutáneos
Al igual que los peces, algunos anfibios cuentan con un sistema de línea lateral, debido a
que su función es localizar y detectar objetos en un medio liquido por cambios en la presión
y el movimiento del fluido, este tipo de órganos sensoriales se encuentra en su mayoría en
las larvas y en los adultos de especies cuyos estilos de vidas están adaptados
completamente al medio acuático, entre ellas destacan algunas salamandras, cecílidos y
ranas pipídas, y comprenden parte de los órganos de los sentidos en anfibios. Se identifican
en la superficie de la piel como pequeños poros en la cabeza y a lo largo del cuerpo, está
compuesta por órganos mecanorreceptores o neuromastos, dispuestos individualmente o
linealmente. Cada neuromasto cuenta con un conjunto de pequeños cilios que se proyectan
a la superficie externa, estos cilios se doblan en un solo eje y es así como detectan los
cambios en la presión del agua.
Órganos ampulares
Las orejas u oídos, son estructuras similares en la mayoría de los tetrápodos y cumplen dos
funciones: la audición y el equilibrio. En ambos casos, los receptores encargados de
percibir los distintos estímulos auditivos o de movimiento son los neuromastos, estos se
encuentran ubicados en el oído interno del animal, y difieren un poco de los que se
encuentran en el sistema de línea lateral, aunque su forma de registrar los movimientos de
los fluidos es similar. Las orejas son estructuras pares, ubicadas en los laterales de la
cabeza, y está compuesto por un oído interno, un oído medio y un oído externo poco o nada
desarrollado.
La nariz (olfato)
En anfibios, el olfato se lleva a cabo por medio de órganos nasales que se encuentran
ubicados en las narinas y por el órgano vomeronasal u órgano de Jacobson. Los órganos
nasales se abren al exterior por medio de la nariz externa e internamente hacia la cavidad
bucal de la choana (nariz interna). Entre ambas aberturas, los anfibios presentan una
cavidad olfativa principal, así como varias cámaras accesorias que se extienden lateral y
ventralmente, en una de esas cámaras se encuentra el órgano de Jacobson. Estas cámaras se
encuentran recubiertas por células de soporte y mucosas, revestidas de un epitelio ciliado o
neuroepitelio. Este neuroepitelio ciliado se encuentran distribuido en tres parches: el
primero ocupa el techo, la pared medial y el extremo anterior de la cavidad principal; un
segundo parche pequeño y sobresaliente se ubica en el medio del piso de la cavidad
principal, finalmente un tercer parche está presente en la cámara del órgano vomeronasal.
Otros quimiorreceptores son los conformados por las papilas gustativas u órganos
gustativos, los cuales se presentan en todos los anfibios, aunque se han estudiado
principalmente en ranas. Se pueden identificar dos tipos de órganos:
Comprende el oído interno y la línea lateral y su función es captar las ondas acústicas y de
presión y el mantenimiento del equilibrio. El oído interno, el único que tienen los peces,
es responsable de mantener el equilibrio y de la percepción de los sonido. Está formado por
una serie de huesos y por el laberinto, donde se encuentran los canales semicirculares
(horizontal, anterior y posterior) y tres cámaras denominadas utrículo, sáculo y la lagena.
Éstas intervienen en el equilibrio, principalmente el utrículo, mientras que las otras dos
también actúan como órganos auditivos. En el interior de las cámaras hay unas estructuras
de carbonato cálcico denominadas otolitos, los cuales vibran al recibir las ondas acústicas
estimulando las células sensoriales.
La vista
El grado de luminosidad en el mar varía en función de la turbidez del agua y,
especialmente, de la profundidad. Para adaptarse a estos cambios, los peces han
desarrollado diferentes estrategias. Una de ellas consiste en el incremento del tamaño de los
ojos a medida que aumenta la profundidad. En las siguientes imágenes se puede apreciar
como los ojos de la pintarroja, muy abundante en nuestro litoral hasta unos 100 m de
profundidad, son mucho más pequeños que los del negrito, que vive a mayor fondo.
Electrorrecepciòn
Los elasmobranquios presentan unos órganos capaces de detectar los campos eléctricos. Se
denominan “ampollas de Lorenzini” en honor de Stefano Lorenzini que en el siglo XVII las
describió por primera vez. Son unas pequeñas ampollas que se encuentran dentro de la piel
y conectadas al exterior a través de conductos rellenos de una sustancia gelatinosa.
Los tiburones también poseen las denominadas criptas sensoriales que sirven para detectar
los movimientos del agua sobre el cuerpo, de forma que obtienen información sobre la
velocidad, posición, corrientes, etc.
Vista
Es bien conocido que las aves tienen una excelente vista, con ojos más desarrollados y
grandes que los mamíferos, llegando en algunos casos a comprender hasta 1/3 del peso total
de la cabeza del animal. Las aves tienen más células receptoras de luz que un humano, lo
que resulta en una gran agudeza visual, que le permite, entre otras cosas, girar y cambiar de
dirección mientras vuela, esquivar depredadores o atrapar presas. La visión nocturna está
muy desarrollada, tanto en las especies de hábitos nocturnos como aquellas que tienen la
costumbre de migrar después del anochecer. Algo que también destaca en la mayoría de las
aves es que tienen retinas altamente sensibles a los colores, lo que le permite, a algunos
ejemplares como el colibrí, detectar la luz ultravioleta.
Anatómicamente, el oído de un ave se encuentra ubicado detrás y debajo de los ojos, oculto
bajo el plumaje. A pesar de esto, la audición resulta de suma importancia para su
supervivencia, debido al papel que juega en la comunicación vocal, bien sea para poder
emitir o detectar señales de alarma, propias de la especie o de algún depredador, así como
para percibir los cantos de cortejo e identificar a sus crías o padres. Además de escuchar,
una parte del oído les permite controlar el equilibrio cuando vuelan, saltan o nadan. En
consecuencia, desde el punto de vista de los sentidos de las aves, es muy relevante. Su
aparato auditivo, es estructuralmente similar al humano, sin embargo las aves escuchan con
mayor resolución y tienen un sentido de la audición mucho más sensible. Son capaces de
reconocer una nota combinada con armonías, lo que les permite responder frente a una
variedad de sonidos. Mientras que el humano escucha solo un sonido, un ave es capaz de
escuchar hasta 10 notas separadas al mismo tiempo.
Órganos de los sentidos de las aves: el olfato
Todos las aves respiran a través de orificios nasales o narinas ubicados en la base del pico.
Aparte de respirar también pueden percibir los olores a través de ellos, incluso aquellas
aves que presentan un bulbo olfatorio (parte del cerebro que procesa los olores) pequeño.
Durante mucho tiempo se tuvo poco conocimiento acerca del sentido del olfato de las aves,
por lo que algunos autores pensaban que no era significativo como órgano de los sentidos
de las aves de cara a su supervivencia. Sin embargo, estudios actuales demuestran que a
través del olfato, las aves pueden orientarse geográficamente, reconocer a sus parientes, así
como encontrar pareja y alimento.
Gusto
En relación al sentido del gusto, las aves no parecen ser indiferentes a este, a pesar de que
algunos autores consideran que es menos desarrollado que en los mamíferos. Algo que ha
llamado la atención sobre las aves, es que a pesar de tener pocas papilas gustativas en la
lengua, se piensa que reciben suficiente información para identificar los distintos sabores.
El sentido del gusto, les va a permitir evaluar la composición química del alimento,
provocando reacciones de aceptación o rechazo, a manera de asegurar la ingestión de
nutrientes, en lugar de sustancias toxicas o venenosas.
El tacto parece jugar un papel importante en cuanto a los sentidos de las aves. Actualmente
se sabe que las aves, al igual que las personas detectan calor, frío, presión y dolor, ya que
presentan terminaciones nerviosas a nivel de la piel, a través de las cuales envían señales al
cerebro sobre su entorno. Además poseen plumas sensoriales (filo-plumas), alrededor de
los ojos, fosas nasales, pico y boca, lo que les va a permitir sentir y sujetar las presas o el
alimento.
RECORRIDO EN HUMANOS DE LAS VÍAS NERVIOSAS VISUALES,
AUDITIVAS, GUSTATIVAS Y OLFATIVAS.
Bases neurológicas
Alteraciones de la memoria
Hay cambios degenerativos en forma y funcionamiento que impiden un desempeño
adecuado del cerebro, estos cambios producen un deterioro en la función cognitiva que son:
Juicio memoria, orientación, atención e inteligencia.
En el adulto mayor se puede presentar una incapacidad para adquirir nuevas habilidades y
conocimiento, hay dificultad para la toma de decisiones para nuevos aprendizajes y para la
adaptabilidad al medio social.
El deterioro de la memoria asociada con la edad es un trastorno bastante común, ya que está
vinculado con el proceso del envejecimiento normal y el incremento de la expectativa de
vida en nuestro medio.
Es importante la detección oportuna de los trastornos de memoria para evitar una
disminución en la calidad de vida del adulto mayor.
Las principales complicaciones son Demencia y Alzheimer
La lateralización está compuesta por las funciones y procesos que son propios de cada
hemisferio y, por tanto, las capacidades que se realizan predominantemente a través de un
hemisferio se diría que están lateralizadas.
Integración interhemisfércia
Hay investigaciones científicas que han descubierto que también hay acciones que se
realizan por mediación de ambos hemisferios. Esto se lleva a cabo por medio de diversos
canales de comunicación que se encuentran en el cuerpo calloso y que permiten que estén
interconectados. Este tipo de operaciones, que hacen partícipes a ambos hemisferios, son
conocidas como integraciones hemisféricas.
La integración interhemisférica entra en funcionamiento a la hora de realizar determinadas
tareas, para las cuales es necesario que haya esa interacción entre regiones especializadas
que se encuentran en ambos hemisferios del cerebro.
Es sabido que a la hora de realizar actividades, que se han atribuido normalmente a la
especialización hemisférica, se ha podido comprobar posteriormente que, aunque sea en
menor medida, también llega a intervenir el otro hemisferio.
Por ejemplo, a la hora de comprender una metáfora o un refrán, al ser tareas de
razonamiento lingüístico, se conocía que para ello intervenía el hemisferio izquierdo; sin
embargo, posteriormente se descubrió que también interviene el hemisferio derecho.
Lo mismo ocurre con las habilidades visoespaciales (p. ej., diferenciar entre izquierda y
derecha), que son típicamente asociadas al hemisferio derecho, aunque también participa el
hemisferio izquierdo.
¿CÓMO ES LA ORGANIZACIÓN
ANATÓMICA Y FUNCIONAL DEL
SISTEMA NERVIOSO AUTÓNOMO
(SNA)?
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.
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Reimpresión. Argentina: Editorial Medica Panamericana; 2004. p. 21-22.
https://psicologiaymente.com/neurociencias/especializacion-hemisferica
Curtis, H., Barnes, S., Schneck, A. y Massarini, A. (2008). Biología. Editorial
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Bierman y Carr. 2015
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LYTHGOE, J. y G. LYTHGOE, 1991. Guía de los Peces de Mar del Atlántico Norte y del
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