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TRABAJO DE FISIOLOGÍA ANIMAL.

ESTUDIANTES:

BRANDY VANESSA ESCORCIA RODRÍGUEZ.

JORGE LUIS PÉREZ JIMÉNEZ.

MARIANELA MENA RUIZ.

LEONAERDA DOMÍNGUEZ TRUYOL.

SANTIAGO JOSE TORRENEGRAVALENCIA.

DOCENTE:

EMIL ENRIQUE GARCIA FLOREZ.

ASIGNATURA:

FISIOLOGÍA ANIMAL.

UNIVERSIDAD DEL ATLÁNTICO

FACULTAD DE EDUCACIÓN

PROGRAMA LICENCIATURA EN CIENCIAS NATURALES

VII SEMESTRE

GRUPO 34

2022
 ¿CUÁLES SON LOS PRINCIPALES RECEPTORES SENSORIALES EN
LOS VERTEBRADOS (INCLUYENDO EL HOMBRE) Y SUS
FUNCIONES?
 Órganos del hombre:

1. Vista
El órgano sensorial que se encarga de captar la luz en los vertebrados es el ojo. Es una
estructura ovoide formada por varios tipos de tejidos dispuestos de tal manera que permiten
la proyección y enfoque de la luz sobre una capa de células nerviosas que forman la retina,
las cuales convertirán dichos rayos de luz en impulsos nerviosos que viajarán por el nervio
óptico (par nervioso II) fundamentalmente hasta el núcleo geniculado del tálamo y desde
ahí llegará la información a la corteza cerebral visual, localizada en la parte posterior del
encéfalo (Figura 1).

Figura 1. Esquema de la vía visual de mamíferos. Los dos colores de los ojos y de los
nervios ópticos en la imagen de la derecha indican ambos campos visuales y su cruce en el
quiasma óptico.
2. Oído
Lo que se conoce comúnmente como sistema auditivo o simplemente oído está formado por
dos sistemas: auditivo y vestibular. El primero nos permite oír, es decir, captar sonidos,
mientras que el segundo es responsable del equilibrio. El sistema auditivo se divide en tres
compartimentos: oído externo, oído medio y oído interno (Figura 7).

Figura 2. Partes del oído.


Oído externo
Está formado por el pabellón auricular u oreja y por el conducto auditivo externo, el cual
comunica el medio externo con la membrana timpánica. El pabellón auricular es externo,
de forma ovalada y formado principalmente por cartílago elástico y tegumento. Está
recubierto por una epidermis fina y con numerosos folículos pilosos, aunque depende de la
especie. El conducto auditivo externo tiene forma de tubo que empieza en el pabellón
auricular y termina en la membrana timpánica. Posee una parte más externa que se continúa
con el pabellón auricular y otra más interna encastrada en el cráneo. La parte externa posee
numerosas glándulas denominadas ceruminosas. Estas glándulas liberan sustancias cerosas
que se mezclan con las secreciones de las glándulas sebáceas y en conjunto forman la cera
del oído o cerumen. A media que el conducto es más interno ambos tipos de glándulas van
disminuyendo en número.
Oído medio
Se encuentra a continuación del conducto auditivo externo y es una cavidad, denominada
cavidad timpánica, enclavada en el hueso temporal del cráneo. Está separada del conducto
auditivo por la membrana timpánica. En la cavidad timpánica se encuentran tres huesos,
denominados martillo, yunque y estribo, y los músculos responsables de su movimiento
(Figura 3). Al oído medio también pertenece la trompa de Eustaquio, la cual conecta la
cavidad timpánica con la faringe, y permite equilibrar la presión del aire de la cavidad oral
(atmosférica) con la del oído medio. Medialmente está separada del siguiente elemento del
sistema auditivo por el hueso del oído interno.

Figura 3. Esquema donde se representan los huesos del oído medio (izquierda) y su relación
con la membrana timpánica y la cóclea a través de la ventana oval (derecha).
La función del oído medio es la conversión de las ondas del aire, que llevan la información
sonora, en un movimiento mecánico de los huesos que se transmitirá al oído interno. El
proceso comienza en la membrana timpánica o tímpano, que vibra junto con las vibraciones
del aire que se transmiten desde el exterior por el conducto auditivo externo. Estas
vibraciones de la membrana se transmiten directamente al hueso martillo, éste mueve al
yunque y éste al estribo. El estribo está en contacto con el laberinto del oído interno (ver
más abajo), donde se transforma ese movimiento en corrientes de fluido líquido. Esta
comunicación entre estribo y el laberinto se hace a través de unos espacios del hueso
denominados ventanas: ventana vestibular (oval) y ventana coclear (redonda). En la
cavidad timpánica hay dos músculos, uno conectado al martillo y otro al estribo. El primero
se encarga de tensar la membrana timpánica y el segundo de compensar el movimiento del
yunque. Ambos son importantes para atenuar las vibraciones en un mecanismo de
protección frente sonidos (vibraciones) muy fuertes.
Oído interno
Está formado por el denominado laberinto (Figura 9). Hay un laberinto óseo y un laberinto
membranoso. El laberinto óseo está contenido en el hueso temporal del cráneo y está
formado por los conductos semicirculares, el vestíbulo y la cóclea. En el centro del
laberinto óseo está el vestíbulo, desde el que parten los canales semicirculares, los cuales
son conductos dentro del hueso con forma semicircular. Hay tres: superior, posterior y
lateral o externo. Las cavidades interiores de los canales semicirculares están conectadas
con la del vestíbulo. Al otro lado de los canales semicirculares se encuentra la cóclea,
también conectada con el vestíbulo. La cóclea o caracol es un conducto enrollado en
espiral.

Figura 4. Partes del oído interno.

En el interior de estas cavidades óseas que forman el laberinto óseo se encuentra el


laberinto membranoso. En el vestíbulo se encuentran el sáculo y el utrículo. La cavidad del
utrículo está conectada con las cavidades del laberinto membranoso que recubren
internamente a las cavidades de los canales semicirculares. Utrículo más conductos
semicirculares membranosos forman el laberinto vestibular. Por otra parte la cavidad del
sáculo está conectada con el conducto coclear que se extiende por el interior de la cóclea.
Sáculo más conducto coclear forman el laberinto coclear. Todas estas cavidades contienen
un líquido denominado endolinfa en su interior. La perilinfa, por otra parte, rellena los
canales, o rampas, timpánicas y vestibular.
Existen regiones del laberinto membranoso con células receptoras responsables de
responder al movimientos de aceleración, posición y, en el caso del órgano de Corti, al
sonido (mediado por los huesos del oído interno) (Figura 10). Estas células transforman el
movimiento del líquido en el que se encuentran en señales eléctricas, lo que se hace gracias
a prolongaciones apicales a modo de cilios denominados estereocilios, que en realidad son
microvellosidades modificadas, y un cilio verdadero denominado quinocilio. En las crestas
ampulares, localizadas entre los conductos semicirculares y el utrículo, estas células
receptoras captan movimientos angulares de la cabeza gracias a la flexión de sus
estereocilios ante movimientos de la endolinfa, lo que se convierte en señales eléctricas. En
el epitelio del sáculo y utrículo también hay áreas con receptores que captan la gravedad
(posición erecta o tumbada) y la aceleración lineal del cuerpo.

3. El Gusto
El sentido del gusto es el encargado de percibir sabores de sustancias, sobre todo posibles
alimentos, que entran en la boca. Sin embargo, el sabor se percibe sobre todo por el olor, es
decir, por el sentido del olfato. Las estructuras sensoriales encargadas de detectar el gusto
se denominan botones gustativos y se localizan sobre todo en las papilas de la lengua. Las
papilas son protuberancias de la superficie de la lengua, que pueden ser de tipo filiforme,
foliadas, fungiformes y caliciformes. Los botones gustativos se suelen disponer en el ápice
de las papilas fungiformes y en las partes laterales y profundas de las caliciformes.
Los receptores que se encuentran en los botones gustativos hacen contacto sináptico con
axones sensoriales primarios. Éstos axones entrarán al encéfalo por dos nervios: VII y IX,
que inervarán el núcleo del tracto solitario, éste al núcleos del tálamo y desde ahí la
información llegará hasta la corteza gustativa.
4. Olfato
El olfato es probablemente el más antiguo de los sentidos. Afecta a la alimentación,
relaciones sociales, comportamiento predador, orientación espacial, maternidad, improntas
parentales, etcétera. La importancia es clara puesto que cuando este sistema se lesiona (en
roedores) se producen deficiencias en los patrones de sueño, sexuales, de agresividad,
cuidado maternal y produce comportamientos similares a los estados de ansiedad. Los
componentes básicos de la olfacción se han mantenido constantes durante millones de años.
Es interesante observar que la organización del sistema olfativo en insectos es similar al de
vertebrados, al menos en los elementos iniciales, y molecularmente es donde hay más
semejanzas.
La olfación comienza en el epitelio olfativo, que se encuentra en una zona de la cavidad
nasal próxima al cráneo (Figura 14). El epitelio olfativo está formado por neuronas que
poseen receptores que son estimuladas por las moléculas olorosas y que agrupan sus axones
en el nervio olfativo (nervio I). Este nervio cruza el cráneo por la denominada placa cribosa
y sus axones llegan al bulbo olfativo, parte rostral del encéfalo. Aquí, los axones de este
nervio se dividen en grupos y terminan formando unas estructuras denominadas glomérulos
olfativos, donde se transmite la información olfativa primaria a otras neuronas, sobre todo a
las células mitrales. Desde el bulbo olfativo se envía la información olfativa a otras
estructuras encefálicas más profundas donde se interpreta y se confronta con el estado de
información del individuo. Por ejemplo, el olor a comida no tiene el mismo efecto si se
tiene hambre que si se está saciado.

Figura 5. Esquema de los elementos que participan en la olfación de humanos.


Las neuronas encargadas de captar las moléculas olorosas localizadas en la cavidad olfativa
se dividen en varios grupos. La mayoría de ellas están en el denominado epitelio olfativo
principal, el que está próximo a la placa cribosa. Sin embargo, la olfación también se
produce en el denominado órgano vomeronasal, situado en humanos en una foseta ósea del
septo de la cavidad nasal, aunque los peces carecen de esta estructura. En vertebrados
existen otras estructuras olfativas primarias como son el órgano septal de Masera y el
ganglio de Grueneberg (Figura 15). Se cree que cada estructura lleva información olfativa
diferente, aunque no está claro.

5. Sentidos cutáneos
En la piel, el órgano sensorial más grande que tenemos, hay una serie de receptores que
permiten obtener información del medio externo: estímulos mecánicos (tacto, presión,
vibración), térmicos y dolorosos (daños mecánicos y químicos). Al contrario que en otros
sentidos donde los receptores están concentrados en un órgano, estos tipos de información
son captados por prolongaciones nerviosas terminales, libres o encapsuladas, que se
distribuyen por toda la piel del cuerpo con diferente densidad según la zona. El mecanismo
funcional es similar en todos ellos, un estímulo provoca deformación o cambios en la
membrana del nervio que desencadena un cambio en la potencial de membrana que genera
un potencial de acción que se transmite hasta el soma de la neurona, y desde ahí al sistema
nervioso central.

Figura 6. Tipos de receptores y distribución en el tegumento. Nótese que los receptores no


están a escala.
Los receptores que transmiten dolor son de calibre muy pequeño y son estimulados por
moléculas liberadas desde las zonas dañadas. Los analgésicos actúan evitando esta
activación a diferentes niveles según el fármaco.
Receptores encapsulados. Son aquellos en los que el terminal nervioso se rodea de capas
formadas por otras células , sobre todo del conectivo, a modo de hojas de cebolla.
Normalmente actúan como mecanorreceptores, pero hay algunos termorreceptores, y se
suelen localizar en la dermis.

Órganos de los sentidos de los reptiles según grupos o individuos

La percepción sensorial es la manera como los organismos interpretan los estímulos


provenientes de su ambiente. Estos estimulan el sistema nervioso y generan señales que les
permite a los organismos generar respuestas adecuadas a tal estimulo, por ejemplo, la
capacidad de huir al escuchar o percibir una amenaza. Los órganos de los sentidos de los
reptiles son casi los mismos de otros vertebrados. El ojo, el oído, el olfato y el tacto, hacen
parte de la producción de los estímulos, sin embargo, en los diferentes grupos unos órganos
están más desarrollados que otros. Adicionalmente encontraremos otras capacidades
sensoriales como la termorrecepción y la quimiorecepción, todos relacionados con la
activación del sistema nervioso autónomo.

Órganos de los sentidos de los reptiles: la visión

Los ojos de los reptiles presentan una amplia gama de colores, y según los hábitos
presentan variaciones en la forma de la pupila. En el caso de organismos nocturnos como
algunas especies de serpientes y lagartos la pupila es elíptica. En organismos de hábitos
completamente diurnos las pupilas son generalmente redondas. En la retina encontramos
otra diferenciación con respecto a los hábitos de vida. En reptiles nocturnos se encuentran
generalmente gran cantidad de bastones, los cuales son células encargadas de absorber la
luz proveniente del medio. En el caso de reptiles de hábitos diurnos, la cantidad de bastones
disminuye y se encuentra una mayor cantidad de conos, los cuales son otro tipo de células
fotosensibles, encargadas de percibir los colores y absorber mayor cantidad de luz.

En los reptiles se puede encontrar un par de parpados móviles que pueden estar fusionados
como en el caso de muchos lagartos, o no, como en los cocodrilos. También pueden
presentar los parpados fijos y transparentes. Adicionalmente, como órganos de los sentidos
de los reptiles, se puede encontrar una estructura llamada membrana nictitante, que hace la
función de un tercer parpado, protegiendo los ojos. A diferencia de los parpados, la
membrana nictitante le permite al individuo conservar su rango de visión, principalmente
debajo del agua, como es el caso de los cocodrilos.

Órganos de los sentidos de los reptiles: la audición

En los reptiles los sonidos generalmente son percibidos por la vibración del tímpano gracias
al aire, de ahí que en muchos grupos de reptiles la membrana timpánica se visualice sobre
la superficie de la cabeza. En el caso las serpientes, la ausencia de oído externo, tímpano y
trompa de Eustaquio hace que estos reptiles sean casi sordos, sin embargo son sensibles a
las vibraciones del suelo ya que presentan un oído medie e interno que les permite captar
este tipo de estímulos.

Órganos de los sentidos de los reptiles: El olfato

En los órganos de los sentidos de los reptiles, el olfato juega un papel importantísimo, ya
que este le favorece a la hora de capturar sus presas. Las serpientes tienen el órgano de
Jacobson (también conocido como órgano vomeronasal), el cual es el encargado de analizar
las moléculas dispersas en el ambiente que capta la lengua bífida. En lagartos también se
presenta este órgano, permitiéndoles el reconocimiento de presas, enemigos y compañeros
sexuales. En las tortugas este órgano confluye con la cavidad nasal y es vestigial en el caso
de los cocodrilos.

Órganos de los sentidos de los reptiles: la termorrecepción

Adicionalmente a la quimiorecepción, las serpientes tienen a parte de los órganos de los


sentidos de los reptiles stricto sensu, otro sentido muy importante: la termorrecepción. Esta
habilidad sensorial les permite a las serpientes identificar sus presas o un posible predador
al detectar su calor corporal. Los receptores de termorrecepción se ubican en fosetas
alrededor de las narinas en vipéridos y en la zona labial en boas.

Órganos de los sentidos de los reptiles: El gusto


El sentido del gusto también forma parte de los órganos de los sentidos de los reptiles, este
es similar al del resto de los vertebrados, actuando a través de la quimiorecepción, de
manera similar al olfato, pero esta vez a través de papilas gustativas en la lengua y otras
regiones de la boca. Encontramos este sentido muy desarrollado principalmente en
cocodrilos.

Órganos de los sentidos en anfibios

Para poder sobrevivir y llevar a cabo sus funciones, los


animales necesitan de un continuo flujo de información
sobre el medio que los rodea, esta información puede
percibirse por medio de órganos especializados para la
recepción de estímulos ambientales. Estos órganos
sensoriales se encargan de transformar la energía producida por los estímulos en impulsos
nerviosos; que, a su vez, serán procesado por el encéfalo para generar una interpretación del
mundo exterior para beneficio del animal. En el mundo animal podemos encontrar
diferentes estructuras sensoriales, con distintos niveles de desarrollo, desde pequeños
receptores a órganos complejos. Los órganos de los sentidos en anfibios, responden a un
crecimiento y desarrollo mayor del encéfalo en comparación con los peces, que
particularmente se debe al cambio de vida terrestre desde el medio acuático durante su
evolución; lo cual ocasionó una reorganización total de los receptores sensoriales que
presentaban sus ancestros.

Órganos de los sentidos en anfibios: ojos

En los anfibios modernos, los ojos pueden variar desde grandes y prominentes hasta
pequeños e inconspicuas estructuras; los cuales, se encuentran ubicado en la cabeza, ya sea
en los laterales o dorso lateralmente. En la mayoría de los vertebrados, los ojos son
estructuras esféricas recubiertas en su interior por una capa sensorial, la retina, que se está
conformada por células fotorreceptoras. En anfibios, la luz entra al ojo a través del iris y se
enfoca en la retina por medio de la córnea, que se encuentra expuesta y reemplaza al
cristalino en su tarea de refracción. No obstante, el enfoque de objetos se realiza por el
movimiento del cristalino, cuando esta relajado se encuentra enfocando objetos distantes,
mientras que al moverse se enfocan los objetos cercanos.

Los anfibios presentan cuatro tipos de receptores de luz: dos tipos de bastones (rojos y
verdes) y dos tipos de conos (cortos y largos). Los conos son las células receptoras
encargadas de percibir el color, gracias a que poseen pigmentos especializados y sensibles a
las ondas de luz con un rango estrecho; cuando la luz incide en estos pigmentos, su estado
químico es capaz de cambiar y esta señal es interpretada por el cerebro como colores. Los
bastones, en cambio, son los encargados de registrar la presencia o ausencia de luz, y
absorben todos los rangos de ondas de la luz. En los anfibios se encuentran dos tipos de
bastones, siendo los bastones verdes exclusivos de los órganos de los sentidos en anfibios,
es decir, son los únicos vertebrados que los presentan.

Órganos cutáneos

Sistema de línea lateral

Al igual que los peces, algunos anfibios cuentan con un sistema de línea lateral, debido a
que su función es localizar y detectar objetos en un medio liquido por cambios en la presión
y el movimiento del fluido, este tipo de órganos sensoriales se encuentra en su mayoría en
las larvas y en los adultos de especies cuyos estilos de vidas están adaptados
completamente al medio acuático, entre ellas destacan algunas salamandras, cecílidos y
ranas pipídas, y comprenden parte de los órganos de los sentidos en anfibios. Se identifican
en la superficie de la piel como pequeños poros en la cabeza y a lo largo del cuerpo, está
compuesta por órganos mecanorreceptores o neuromastos, dispuestos individualmente o
linealmente. Cada neuromasto cuenta con un conjunto de pequeños cilios que se proyectan
a la superficie externa, estos cilios se doblan en un solo eje y es así como detectan los
cambios en la presión del agua.

La piel y los receptores

La piel de los anfibios es altamente glandular, además contiene un gran número de


receptores que son capaces de percibir el impacto del medio ambiente en el cuerpo del
animal, es decir, registran el dolor y la temperatura. Estos receptores consisten en
terminaciones nerviosas que pueden estar libres o encapsuladas; en su mayoría se
encuentran ubicada en la dermis, aunque algunas pueden extenderse hasta la epidermis.
Estos mecanorreceptores son sensibles a la presión y al tacto, pero algunos también pueden
detectar los cambios de temperatura. Entre los órganos de los sentidos en anfibios, la piel
comprende la totalidad del cuerpo de los animales, siendo el órgano más grande y de gran
importancia en la percepción e interpretación del ambiente por parte de cada espécimen.

Órganos ampulares

Algunas salamandras y larvas de cecílidos presentan electrorreceptores en forma de


órganos ampulares, estos se encuentran en la cabeza y yacen en filas paralelas a los
neuromastos. Estos órganos son sensibles a los campos eléctricos que rodean a la larva o a
las salamandras, y les permiten identificar objetos estacionarios o móviles en su entorno
cercano.

Órganos de los sentidos en anfibios: el oído

Las orejas u oídos, son estructuras similares en la mayoría de los tetrápodos y cumplen dos
funciones: la audición y el equilibrio. En ambos casos, los receptores encargados de
percibir los distintos estímulos auditivos o de movimiento son los neuromastos, estos se
encuentran ubicados en el oído interno del animal, y difieren un poco de los que se
encuentran en el sistema de línea lateral, aunque su forma de registrar los movimientos de
los fluidos es similar. Las orejas son estructuras pares, ubicadas en los laterales de la
cabeza, y está compuesto por un oído interno, un oído medio y un oído externo poco o nada
desarrollado.

La nariz (olfato)

En anfibios, el olfato se lleva a cabo por medio de órganos nasales que se encuentran
ubicados en las narinas y por el órgano vomeronasal u órgano de Jacobson. Los órganos
nasales se abren al exterior por medio de la nariz externa e internamente hacia la cavidad
bucal de la choana (nariz interna). Entre ambas aberturas, los anfibios presentan una
cavidad olfativa principal, así como varias cámaras accesorias que se extienden lateral y
ventralmente, en una de esas cámaras se encuentra el órgano de Jacobson. Estas cámaras se
encuentran recubiertas por células de soporte y mucosas, revestidas de un epitelio ciliado o
neuroepitelio. Este neuroepitelio ciliado se encuentran distribuido en tres parches: el
primero ocupa el techo, la pared medial y el extremo anterior de la cavidad principal; un
segundo parche pequeño y sobresaliente se ubica en el medio del piso de la cavidad
principal, finalmente un tercer parche está presente en la cámara del órgano vomeronasal.

Otros órganos de los sentidos en anfibios

Otros quimiorreceptores son los conformados por las papilas gustativas u órganos
gustativos, los cuales se presentan en todos los anfibios, aunque se han estudiado
principalmente en ranas. Se pueden identificar dos tipos de órganos:

Órganos papilares: los cuales se encuentran ubicados en la superficie externa de la lengua,

Órganos no papilares: que se encuentran en toda la cavidad bucal con excepción de la


lengua.

Los órganos de los sentidos de los peces:

El sistema acústico lateral

Comprende el oído interno y la línea lateral y su función es captar las ondas acústicas y de
presión y el mantenimiento del equilibrio. El oído interno, el único que tienen los peces,
es responsable de mantener el equilibrio y de la percepción de los sonido. Está formado por
una serie de huesos y por el laberinto, donde se encuentran los canales semicirculares
(horizontal, anterior y posterior) y  tres cámaras denominadas utrículo, sáculo y la lagena.
Éstas intervienen en el equilibrio, principalmente el utrículo, mientras que las otras dos
también actúan como órganos auditivos. En el interior de las cámaras hay unas estructuras
de carbonato cálcico denominadas otolitos, los cuales vibran al recibir las ondas acústicas
estimulando las células sensoriales.

La vista
El grado de luminosidad en el mar varía en función de la turbidez del agua y,
especialmente, de la profundidad.  Para adaptarse a estos cambios, los peces han
desarrollado diferentes estrategias. Una de ellas consiste en el incremento del tamaño de los
ojos a medida que aumenta la profundidad. En las siguientes imágenes se puede apreciar
como los ojos de la pintarroja, muy abundante en nuestro litoral hasta unos 100 m de
profundidad, son mucho más pequeños que los del negrito, que vive a mayor fondo.

Electrorrecepciòn

Los elasmobranquios presentan unos órganos capaces de detectar los campos eléctricos. Se
denominan “ampollas de Lorenzini” en honor de Stefano Lorenzini que en el siglo XVII las
describió por primera vez. Son unas pequeñas ampollas que se encuentran dentro de la piel
y conectadas al exterior a través de conductos rellenos de una sustancia gelatinosa.

Poros de las ampollas de Lorenzini de una tintorera Prionace glauca

Los tiburones también poseen las denominadas criptas sensoriales que sirven para detectar
los movimientos del agua sobre el cuerpo, de forma que obtienen información sobre la
velocidad, posición, corrientes, etc.

Sentido de las aves:

Las aves como la mayoría de los animales se valen de los


sentidos para su supervivencia, sin embargo no todos los
sentidos están igualmente desarrollados. Se tiene referencia que muchos de ellos han ido
evolucionando de acuerdo a las demandas del entorno.

Vista

Es bien conocido que las aves tienen una excelente vista, con ojos más desarrollados y
grandes que los mamíferos, llegando en algunos casos a comprender hasta 1/3 del peso total
de la cabeza del animal. Las aves tienen más células receptoras de luz que un humano, lo
que resulta en una gran agudeza visual, que le permite, entre otras cosas, girar y cambiar de
dirección mientras vuela, esquivar depredadores o atrapar presas. La visión nocturna está
muy desarrollada, tanto en las especies de hábitos nocturnos como aquellas que tienen la
costumbre de migrar después del anochecer. Algo que también destaca en la mayoría de las
aves es que tienen retinas altamente sensibles a los colores, lo que le permite, a algunos
ejemplares como el colibrí, detectar la luz ultravioleta.

Sentidos de las aves y el oído

Anatómicamente, el oído de un ave se encuentra ubicado detrás y debajo de los ojos, oculto
bajo el plumaje. A pesar de esto, la audición resulta de suma importancia para su
supervivencia, debido al papel que juega en la comunicación vocal, bien sea para poder
emitir o detectar señales de alarma, propias de la especie o de algún depredador, así como
para percibir los cantos de cortejo e identificar a sus crías o padres. Además de escuchar,
una parte del oído les permite controlar el equilibrio cuando vuelan, saltan o nadan. En
consecuencia, desde el punto de vista de los sentidos de las aves, es muy relevante. Su
aparato auditivo, es estructuralmente similar al humano, sin embargo las aves escuchan con
mayor resolución y tienen un sentido de la audición mucho más sensible. Son capaces de
reconocer una nota combinada con armonías, lo que les permite responder frente a una
variedad de sonidos. Mientras que el humano escucha solo un sonido, un ave es capaz de
escuchar hasta 10 notas separadas al mismo tiempo.
Órganos de los sentidos de las aves: el olfato

Todos las aves respiran a través de orificios nasales o narinas ubicados en la base del pico.
Aparte de respirar también pueden percibir los olores a través de ellos, incluso aquellas
aves que presentan un bulbo olfatorio (parte del cerebro que procesa los olores) pequeño.

Durante mucho tiempo se tuvo poco conocimiento acerca del sentido del olfato de las aves,
por lo que algunos autores pensaban que no era significativo como órgano de los sentidos
de las aves de cara a su supervivencia. Sin embargo, estudios actuales demuestran que a
través del olfato, las aves pueden orientarse geográficamente, reconocer a sus parientes, así
como encontrar pareja y alimento.

Gusto

En relación al sentido del gusto, las aves no parecen ser indiferentes a este, a pesar de que
algunos autores consideran que es menos desarrollado que en los mamíferos. Algo que ha
llamado la atención sobre las aves, es que a pesar de tener pocas papilas gustativas en la
lengua, se piensa que reciben suficiente información para identificar los distintos sabores.
El sentido del gusto, les va a permitir evaluar la composición química del alimento,
provocando reacciones de aceptación o rechazo, a manera de asegurar la ingestión de
nutrientes, en lugar de sustancias toxicas o venenosas.

Tacto en las aves

El tacto parece jugar un papel importante en cuanto a los sentidos de las aves. Actualmente
se sabe que las aves, al igual que las personas detectan calor, frío, presión y dolor, ya que
presentan terminaciones nerviosas a nivel de la piel, a través de las cuales envían señales al
cerebro sobre su entorno. Además poseen plumas sensoriales (filo-plumas), alrededor de
los ojos, fosas nasales, pico y boca, lo que les va a permitir sentir y sujetar las presas o el
alimento.
 RECORRIDO EN HUMANOS DE LAS VÍAS NERVIOSAS VISUALES,
AUDITIVAS, GUSTATIVAS Y OLFATIVAS.

 ¿CUÁLES SON LAS BASES NEUROLÓGICAS Y LAS PRINCIPALES


ALTERACIONES DE LA MEMORIA?

Bases neurológicas

En la actualidad la desregulación afectiva puede ser estudiada y comprendida haciendo uso


de los estudios destinado a conocer el funcionamiento del cerebro.
Siegel (2007) reúne aportaciones actuales que pueden ser utilizadas para explicar el
desarrollo del cerebro, y en concreto cómo las diferentes estructuras y su funcionamiento
pueden servir para comprender el origen de la desregulación emocional.
Partiendo de las tres estructuras cerebrales implicadas en el desarrollo de la mente,
podemos inferir lo que ocurre dentro de un proceso de desregulación emocional: el tronco
encefálico, el sistema límbico y neocortex.
La primera de ellas, el tronco encefálico, es considerada la estructura que modula la
excitación y regula el sistema nervioso autónomo. Se consideraría el “fondo fisiológico de
la mente” (Schore, 2003). Los niveles elevados de excitación activarían la rama del sistema
nervioso simpática, los bajos niveles de excitación se asocian con la activación del sistema
nervioso parasimpático.
De esta estructura, el tronco encefálico, partiría el nervio vago que puede, en condiciones
de seguridad, atenuar o frenar al sistema nervioso simpático calmando al cuerpo. Este
sistema vagal tiene el control primario no solo de los órganos viscerales como corazón sino
de la musculatura de la cara, cuestión importante para comunicar emociones.
Clásicamente el sistema nervioso simpático y el sistema nervioso parasimpático han sido
entendidos como una simbiosis donde, ante la activación del primero, el segundo
respondería provocando aquellas reacciones contrarias que permitiesen la calma del
individuo.
Porges (2001) añade a esa visión clásica, una importante división del sistema nervioso
parasimpático. Defiende dentro de su Teoría Polivagal, la existencia dentro del sistema
nervioso parasimpático, además de un sistema ventral del nervio vago, un sistema dorsal
del nervio vago. El sistema ventral del nervio vago, un vagal mielinizado, llamado por el
autor de “involucramiento social”. Es un sistema de comunicación social, con opciones
para la autorregulación y el autososiego. Está compuesto por componentes visceromotores
(control de bronquios y corazón) y componentes somatomotores (nervio facial, laríngeo,
faríngeo, y del oído medio), entre otros.
Cuando el niño vive en la relación con los otros significativos un fracaso de este sistema de
conexión social o involucramiento social, el bebé no encuentra en el otro la oportunidad de
ser calmado, y no desarrolla la oportunidad de obtener la seguridad y la protección
necesaria. El sistema de involucramiento social se encontrará infradesarrollado. Sin la
capacidad de frenado desarrollada a través del vagal ventral o de involucramiento social, el
sistema nervioso simpático (o sistema de movilización /hiperactivación) se verá activado en
un primer momento para pasar en segundo término a ser “equilibrado” por el sistema
nerviosos parasimpático, esta vez la rama dorsal del nervio vago (o sistema de
inmovilización/hipoactivación).

 Alteraciones de la memoria
Hay cambios degenerativos en forma y funcionamiento que impiden un desempeño
adecuado del cerebro, estos cambios producen un deterioro en la función cognitiva que son:
Juicio memoria, orientación, atención e inteligencia.
En el adulto mayor se puede presentar una incapacidad para adquirir nuevas habilidades y
conocimiento, hay dificultad para la toma de decisiones para nuevos aprendizajes y para la
adaptabilidad al medio social.
El deterioro de la memoria asociada con la edad es un trastorno bastante común, ya que está
vinculado con el proceso del envejecimiento normal y el incremento de la expectativa de
vida en nuestro medio.
Es importante la detección oportuna de los trastornos de memoria para evitar una
disminución en la calidad de vida del adulto mayor.
 Las principales complicaciones son Demencia y Alzheimer

¿Cómo se manifiestan las alteraciones de la memoria?

1. Incapacidad para aprender y recordar nueva información.


2. Disminución en la capacidad para realizar actividades sociales y laborales.
3. Dificultad para recordar nombres de personas conocidas.
4. Pérdida paulatina de la memoria
5. Dificultad para recordar actividades de la vida cotidiana.
6. Dificultad para ubicarse en tiempo y lugar

 ¿CÓMO ES LA ESPECIALIZACIÓN FUNCIONAL Y MOTORA DE LOS


HEMISFERIOS CEREBRALES?

 La especialización hemisférica es el conjunto diferencias anatómicas y neuroquímicas,


además del conjunto de diferentes funciones que realiza el hemisferio izquierdo con
respecto al derecho y viceversa. La especialización hemisférica también se conoce con el
concepto de lateralización.

La lateralización está compuesta por las funciones y procesos que son propios de cada
hemisferio y, por tanto, las capacidades que se realizan predominantemente a través de un
hemisferio se diría que están lateralizadas.

La especialización hemisférica o lateralización, de algunas funciones del cerebro, se basa


en la idea de que hay unas regiones concretas en el cerebro que se encargan de llevar a cabo
unas acciones especializadas.
Otro concepto relevante en el campo de la especialización hemisférica es la lateralidad, que
no se debe confundir con la lateralización. La lateralidad es la predominancia en el manejo
de las extremidades derechas o, por el contrario, las de la parte izquierda del cuerpo. Por
ejemplo, tener una lateralidad derecha es lo que coloquialmente se conoce como “ser
diestro” o, “ser zurdo”, en el caso de poseer una lateralidad izquierda; habiendo una
mayoría de personas diestras.

Bases anatomofisiológicas: las áreas corticales primarias (motora, auditiva, visual,


somatosensorial) son totalmente simétricas y la representación funcional se da de manera
contralateral al sitio de la estimulación: el área visual primaria (superficie interna y una
pequeña porción de la externa del lóbulo occipital) está encargada de detectar los puntos
luminosos y oscuros específicos, las orientaciones de las líneas y los bordes en la escena
visual. El área auditiva (circunvolución temporal superior), por su parte, detecta los tonos
específicos, intensidad y otras características del sonido. Con relación a las sensaciones
somestésicas (presión, tacto, dolor, temperatura) el área sensitiva primaria (lóbulo
temporal) recibe señales en forma directa de los diferentes receptores sensitivos ubicados
en el cuerpo. Esta área puede distinguir los tipos específicos de sensación en regiones
discretas del cuerpo; en el área motora, la corteza motora, está implicada en el control de
los movimientos específicos del cuerpo, especialmente los movimientos finos como los del
índice y pulgar; el labio y la boca, y en menor grado los movimientos específicos de los
pies y los dedos. (Guyton, 2004)

 Especialización hemisferio derecho


El hemisferio derecho se encarga de controlar y recibir las sensaciones del lado izquierdo
del cuerpo de la persona. Según las teorías más aceptadas sobre la especialización
hemisférica, el hemisferio derecho es capaz de procesar la información que le llega de
forma global y poco metódica, haciendo hincapié en las relaciones espaciales y visuales.
Por ello, el hemisferio derecho es considerado como la parte creativa e intuitiva del cerebro.
Este hemisferio permite desempeñar destrezas como la de tener un pensamiento holístico o
global en nuestra mente, que se basa en tener ideas abstractas y también en poder ver de
forma global un conjunto de elementos que están relacionados entre sí (p. ej, a la hora de
pintar un cuadro, tenemos la capacidad de imaginarnos una imagen en su conjunto y
después proceder a pintar, paso a paso, cada una de las partes que lo componen).
El hemisferio derecho también nos posibilita la capacidad de intuición, captar las señales no
verbales que nos transmite otra persona, visualizar las emociones que expresan otros,
desempeñar nuestra creatividad artística y musical y fantasear.

 Especialización hemisferio izquierdo


El hemisferio izquierdo controla y percibe las sensaciones de la parte corporal derecha.
El hemisferio izquierdo realiza un procesamiento de la información de forma gradual,
analítica y sistemática. Este hemisferio hace hincapié en las relaciones episódicas o
temporales. Por estas características se conoce que el hemisferio izquierdo compone la
parte analítica y racional del cerebro humano.
El hemisferio izquierdo es la parte del cerebro que permite llevar a cabo el razonamiento
lógico, resolver problemas y cálculos matemáticos, llevar a cabo pensamientos lineales y
secuenciales, pensamientos a través del lenguaje y recordar hechos del pasado, así como
también pensar en el futuro.

 Integración interhemisfércia
Hay investigaciones científicas que han descubierto que también hay acciones que se
realizan por mediación de ambos hemisferios. Esto se lleva a cabo por medio de diversos
canales de comunicación que se encuentran en el cuerpo calloso y que permiten que estén
interconectados. Este tipo de operaciones, que hacen partícipes a ambos hemisferios, son
conocidas como integraciones hemisféricas.
La integración interhemisférica entra en funcionamiento a la hora de realizar determinadas
tareas, para las cuales es necesario que haya esa interacción entre regiones especializadas
que se encuentran en ambos hemisferios del cerebro.
Es sabido que a la hora de realizar actividades, que se han atribuido normalmente a la
especialización hemisférica, se ha podido comprobar posteriormente que, aunque sea en
menor medida, también llega a intervenir el otro hemisferio.
Por ejemplo, a la hora de comprender una metáfora o un refrán, al ser tareas de
razonamiento lingüístico, se conocía que para ello intervenía el hemisferio izquierdo; sin
embargo, posteriormente se descubrió que también interviene el hemisferio derecho.
Lo mismo ocurre con las habilidades visoespaciales (p. ej., diferenciar entre izquierda y
derecha), que son típicamente asociadas al hemisferio derecho, aunque también participa el
hemisferio izquierdo.

 ¿CÓMO ES LA ORGANIZACIÓN
ANATÓMICA Y FUNCIONAL DEL
SISTEMA NERVIOSO AUTÓNOMO
(SNA)?

ANATOMIA Y FUNCIONALIDAD DEL


SISTEMA NERVIOSO AUTÓNOMO (SNA)
El sistema nervioso autónomo (SNA o sistema
nervioso vegetativo) es una división funcional del
sistema nervioso que se encuentra estructuralmente
ubicado tanto en el sistema nervioso central (SNC) como en el sistema nervioso periférico
(SNP). Se encarga de controlar las glándulas y el músculo liso de todos los órganos internos
(vísceras) de manera inconsciente. Es por esto por lo que también es denominado sistema
nervioso visceral. La otra división funcional del sistema nervioso es el sistema nervioso
somático, que se encarga de las respuestas voluntarias del cuerpo. En conjunto con las
glándulas, el sistema nervioso autónomo influencia importantes funciones corporales sin
que sea necesaria la intervención de la corteza cerebral (Dds, 2022)
Morfológicamente hablando, el sistema nervioso autónomo se puede dividir en una parte
central y otra periférica. Mientras que funcionalmente, se puede subdividir en una parte
simpática (SNS) y una parte parasimpática (SNPS). El sistema nervioso autónomo inerva:
 Músculo liso (paredes de los vasos sanguíneos, paredes de los órganos cavitados)
 Músculo cardíaco
 Células glandulares
La parte central del sistema nervioso autónomo está conformada por centros dentro del
tronco encefálico y la médula espinal, mientras que la parte periférica está formada por
fibras autónomas y ganglios del sistema nervioso periférico. Los centros del sistema
nervioso simpático se ubican dentro de los segmentos torácicos y lumbares de la médula
espinal, debido a lo cual se denomina también división toracolumbar. Por otra parte, los
centros del sistema nervioso parasimpático se encuentran en el tronco encefálico y en los
segmentos sacros de la médula, por lo cual también es llamada división craneosacra.
Las fibras nerviosas del SNA pertenecen al sistema nervioso periférico, y pueden ser
eferentes o aferentes. Las fibras aferentes viscerales (sensitivas) conducen los impulsos
nerviosos provenientes de los órganos internos hacia los centros del SNS y SNPS. De
acuerdo con la información que traen, los centros autónomos entonces emiten impulsos por
medio de las fibras eferentes viscerales (motoras) hacia los órganos internos, como
respuesta a los estímulos, regulando así constantemente su funcionamiento. Estos impulsos
son conducidos a través de los ganglios y fibras nerviosas pre y postganglionares.
Las neuronas preganglionares (primer orden) se encuentran dentro de la sustancia gris del
sistema nervioso central. Sus axones (fibras preganglionares) hacen sinapsis con los
cuerpos de las neuronas postganglionares (de segundo orden), ubicadas fuera del sistema
nervioso central las cuales se encuentran en los ganglios autónomos. Un ganglio autónomo
es un conjunto de cuerpos o somas neuronales ubicados fuera del sistema nervioso central,
formado por los somas de estas neuronas de segundo orden cuyos axones (fibras
postganglionares) proporcionan inervación autónoma a los órganos.
Los ganglios del SNS se encuentran cercanos a sus centros en el SNC a diferencia de los
ganglios del SNPS, los cuales se ubican alejados de sus centros y más cercanos al órgano
diana. En otras palabras, las fibras preganglionares del SNS son cortas, mientras que las
postganglionares son largas porque les queda más camino por correr para llegar a sus
órganos diana. En contraparte, las fibras preganglionares del SNPS son largas y las
postganglionares son cortas.
Algo que ocurre únicamente en las dos divisiones del SNA es que siempre la conducción de
impulsos desde los centros hasta el órgano diana tiene lugar a lo largo de dos neuronas, en
vez de una sola, como sucede en el sistema nervioso somático. En el sistema nervioso
autónomo, una neurona de primer orden, o preganglionar, se encuentra en los centros del
sistema nervioso autónomo, y sus axones hacen sinapsis con una neurona de segundo orden
ubicada dentro de los ganglios autónomos.
En términos de la fisiología de los sistemas, hay un par de aspectos importantes:
 Todas las fibras preganglionares del sistema nervioso autónomo liberan acetilcolina
como neurotransmisor.
 Las fibras postganglionares del sistema parasimpático liberan acetilcolina mientras
que las fibras postganglionares del sistema nervioso simpático liberan
norepinefrina (excepto por aquellas que inervan las glándulas sudoríparas, que
liberan acetilcolina también).
SISTEMA NERVIOSO SIMPÁTICO
En el SNC, los cuerpos celulares del sistema
nervioso simpático se encuentran dentro de las
columnas intermediolaterales de la sustancia gris
medular a nivel de T1-L2/L3. En un corte
transversal de la médula, las columnas
intermediolaterales pueden ser observadas como
las astas laterales de la médula. Los centros del
sistema nervioso simpático dan origen a fibras
preganglionares, las cuales hacen sinapsis con los cuerpos celulares que conforman los
ganglios simpáticos. El sistema simpático posee dos grupos de ganglios autónomos:
paravertebrales y prevertebrales.
 Tronco simpático izquierdo (Truncus sympathicus sinister); Imagen: Yousun Koh
 Tronco simpático derecho (Truncus sympathicus dexter); Imagen: Yousun Koh
 Tronco simpático izquierdo
 Truncus sympathicus sinister
Los ganglios paravertebrales se encuentran a la izquierda y derecha del cuerpo, paralelos
a la columna vertebral (de ahí su nombre), y se encuentran unidos formando a cada lado
una estructura longitudinal denominada cadena o tronco simpáticos izquierdo y derecho.
Ambos troncos se unen a nivel del coxis y conforman el ganglio impar.
Los ganglios prevertebrales (colaterales o preaórticos) se encuentran ubicados delante de
la columna vertebral, formando numerosos plexos alrededor de las ramas principales de la
aorta, como los ganglios celíacos alrededor del tronco celíaco.
Las fibras preganglionares abandonan la médula espinal a través de las raíces y ramos
anteriores de los nervios espinales para luego emerger en los ramos comunicantes blancos
que hacen sinapsis ya sea con los ganglios prevertebrales o paravertebrales. Las fibras
postganglionares provenientes del tronco simpático forman los ramos comunicantes grises
que ingresan a los ramos de los 31 nervios espinales.
Puntos clave sobre la inervación simpática de los órganos internos

Cabeza y Ramos de los plexos carotídeos (T1-T3)


cuello
Tórax Nervios esplácnicos cardiopulmonares (T4-T6)
Abdomen Nervios esplácnicos torácicos mayor, menor e imo o mínimo (T7-T11)
Pelvis Nervios esplácnicos lumbares (T13-L3)
La inervación simpática de la cabeza y el cuello proviene de las fibras postganglionares del
ganglio cervical superior del tronco simpático y forma múltiples plexos periarteriales
alrededor de las ramas de las arterias carótidas. La inervación simpática de las vísceras
torácicas proviene de los nervios esplácnicos cardiopulmonares, los cuales contribuyen a
los plexos cardíaco, esofágico y pulmonar. Son fibras postganglionares del tronco
simpático.
La inervación para el abdomen y la pelvis proviene de los nervios esplácnicos torácicos y
lumbares, los cuales incluyen a los nervios esplácnicos torácicos mayor, menor e imo o
mínimo (T7-T11), y los nervios esplácnicos lumbares (T12-L3). Los nervios simpáticos
abdominales y pélvicos son fibras postganglionares de los ganglios prevertebrales. Forman
plexos periarteriales que rodean las ramas de la aorta.
SISTEMA NERVIOSO PARASIMPÁTICO
Puntos clave sobre el sistema nervioso parasimpático
Cuestionario de la tabla
Distribución Nervio oculomotor (III par) - iris, músculos ciliares
craneal Nervio facial (VII par) - glándulas lacrimales, nasales;
glándulas salivales palatinas, faríngeas, sublingual y
submandibular.
Nervio glosofaríngeo (IX par) - glándula parótida
Nervio vago (X par) - corazón, laringe, tráquea, bronquios,
pulmones, hígado, vesícula biliar, estómago, páncreas, riñón,
intestino delgado, intestino grueso proximal
Distribución sacra Nervios esplácnicos pélvicos - colon descendente, colon
(S2-S4) sigmoideo, recto, vejiga, clítoris.
Los cuerpos celulares del sistema nervioso parasimpático están en el tronco encefálico y en
los segmentos S2 a S4 de la médula espinal. Los ganglios del SNPS se encuentran ubicados
cerca de los órganos diana del abdomen y anexados a los
ramos de algunos nervios craneales.
El tronco encefálico es el encargado de proporcionar la
distribución parasimpática craneal. Las fibras
preganglionares del sistema nervioso parasimpático se
anexan a los nervios craneales oculomotor (III), facial
(VII), glosofaríngeo (IX) y vago (X). Hacen sinapsis con
los ganglios del sistema parasimpático, los cuales
proporcionan fibras postganglionares a las estructuras de
cabeza y cuello. Los ganglios parasimpáticos son:
 Ganglio ciliar - anexo al nervio oculomotor (III)
 Ganglio pterigopalatino - anexo al nervio facial (VII)
 Ganglio ótico - anexo al nervio glosofaríngeo (IX)
 Ganglio submandibular - también anexo al nervio facial (VII)
FUNCIONES DE LAS DIVISIONES DEL SNA
Puntos clave acerca de las funciones de las divisiones del SNA
Ojos SNS: midriasis (dilatación de la pupila)
SNPS: miosis (contracción de la pupila)
Piel SNS: “piel de gallina”, vasoconstricción, sudor
SNPS: no la inerva, no hay efectos
Glándulas salivales y SNS: disminuye la secreción
lacrimales SNPS: incrementa la secreción
Corazón SNS: aumenta el ritmo y fuerza de la contracción
SNPS: disminuye el ritmo y fuerza de la contracción
Vasos sanguíneos SNS: contrae su músculo liso
SNPS: sin efectos
Pulmones SNS: broncodilatación, disminuye secreción de glándulas bronquiales
SNPS: broncoconstricción, aumenta secreción de glándulas bronquiales
Sistema digestivo SNS: inhibe la peristalsis, contrae sus vasos sanguíneos y redirige la sangre al
músculo esquelético, contrae esfínteres anales.
SNPS: estimula la peristalsis y la digestión, relaja los esfínteres anales.
Hígado y vesícula biliar SNS: estimula la degradación de glucógeno a glucosa - liberación de energía
SNPS: estimula la producción y almacenamiento de glucógeno - preservación
de energía
Sistema urinario SNS: disminuye la producción de orina, contrae el esfínter interno de la uretra
SNPS: normaliza la producción de orina, contrae el músculo detrusor de la
uretra, relaja el esfínter uretral interno.
Aparato genital SNS: orgasmo, eyaculación
SNPS: erección de genitales externos (pene♂, clítoris y bulbos del vestíbulo♀)
Glándula suprarrenal SNS: estimula la liberación de epinefrina (adrenalina) hacia la sangre
SNPS: sin efectos.

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