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1-4
Por Daniel Sosa 21/11/2021
1Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no
andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.
2Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y
de la muerte.
3Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios,
Hoy vamos a estudiar estos primeros 4 versículos, pero antes veamos brevemente el
contexto. En romanos 7 pablo mostró a través de su ejemplo la lucha que el cristiano
verdadero, con el pecado que todavía mora en él.
Es cierto que ya estamos libres de la ley y del pecado, pero el pecado aun sigue siendo
nuestro enemigo sin tregua. Un enemigo que nos ataca desde dentro de nosotros.
Y contra el cual de ninguna forma puede ser derrotado en nuestras propias fuerzas,
Y esa esa dura realidad la que lleva a Pablo a decir, o gritar en el v.24 ¡Miserable de mi ¿Quién
me librara de este cuerpo de muerte?!
A lo que de inmediato responde Pablo GRACIAS A DIOS, por Jesucristo Señor Nuestro.
¿Quién me libertara?
¿Quién nos librara de este cuerpo de muerte?
Gracias a Dios por Jesucristo
Pablo pasará casi de inmediato a explicar que el hecho de que no seamos condenados
se debe a la acción de Dios de condenar nuestro pecado en Cristo
Barth insiste en que esta ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús es la ley de Dios
reestablecida por la gracia. El nuevo poder activo del Espíritu que reside en mi, me
mueve a obedecer.
A fin de ubicar las palabras de Pablo en su perspectiva más amplia posible haremos
bien en recordar otra vez la promesa antiguo testamentaria del Espíritu
Ezequiel 36:26-27
26Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de
vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. 27Y pondré dentro de
vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los
pongáis por obra
Por el don del Espíritu somos emancipados de la ley del pecado y de la muerte.
El Espíritu restaura la ley de Dios una vez más
como una ley que es “santa, y justa y buena”
Así Dios nos justifica a través de su Hijo y nos santifica a través de su Espíritu
Ahora bien, nuestro verso no solo dice que la ley no pudo, sino que Dios lo hizo, al
enviar a su Hijo.
Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado,
condenó al pecado en la carne
Cinco expresiones que Pablo usa para describir esta gran verdad
Primero envió a su propio Hijo bien podría querer indicar que había disfrutado de
vida anteriormente en intimidad con el Padre; por cierto, que expresa el amor
sacrificado del Padre al enviarlo (ver 5:8, 10 y 8:32).
La verdad de que nunca se puede aplicar la pena de muerte eterna a los creyentes es el
fundamento del capítulo octavo de Romanos.
Si el tribunal más alto y la corte más suprema en el universo entero nos justifica,
¿quién puede declararnos culpables?
“Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?” (Ro. 8:31),
y de nuevo: “¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica” (v. 33).
El conflicto del cristiano con el pecado no termina hasta que va a estar con el Señor
para siempre. No obstante, ninguna condenación hay para él, porque la deuda y el
castigo por todos los pecados de su vida han sido pagados por Cristo y aplicados al
creyente por la gracia.
Para intro
Todo verdadero cristiano, al igual que Pablo,
mantiene a lo largo de su vida una interminable batalla
contra el pecado que mora en él.
Su naturaleza adámica (sujeta al pecado) está en constante conflicto
con su nueva naturaleza (sujeta a la ley de Dios).
A pesar de que el creyente será libre del pecado cuando muera, con todo, su salvación
no será completa hasta que su cuerpo resucite (cf. Romanos 8:22, 23).
Ninguna condenación hay para los que están en Cristo. Pero si aun no estas en Cristo,
todo el peso de la ira de Dios esta sobre ti.
¿Qué esperas para venir en arrepentimiento y fe?
Tus obras no te pueden ayudar, la ley de Dios no pudo
Tus méritos son trapos de inmundicia para Dios, manchados con pecado
Solo Cristo, su vida perfecta y santidad completa, pueden ayudarte.