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La empresa en Roma aparece entre el siglo III a.c al III a.c, periodo marcado por el
imperialismo y el gran apartado que tuvo el ager publicus. Se caracterizo además
por una evolución en materia agrícola y un aumento de la esclavitud (que se
convirtió en la predominante fuerza de trabajo). Al pasar a su siguiente periodo los
pretores (magistrado mayor, elegido por los comicios) tanto urbanos (quienes
juzgaban en los caso de ciudadanos romanos) como los peregrinos (creado para
resolver conflictos entre ciudadanos romanos y peregrinos o solo entre estos
últimos) se encargaron de la economía referida al comercio donde buscaban
organizar de manera jurídica los fenómenos económicos y tenían competencia en
materia civil.
Aparece el peculio el cual era un fenómeno empresarial que era propiedad del Pater
o Dominus, el peculio era el patrimonio que se obtenía al expandirse
económicamente la actividad económica. Andrea Di porto creo y propuso la creación
de la empresa dentro de Roma, expresando que, al no existir antes la persona
jurídica, cada que uno iniciaba la labor y fracasaba cargaba con unas
responsabilidades ilimitadas, lo que hacía que el sui iuris o aliena iuris pueda
devenir a condición de esclavo por fraude o deudas. Por ello es que plantea que fue
el Dominus junto con un esclavo comerciante quienes crearon a la persona jurídica,
es decir, que ahora las responsabilidades serían limitadas y sea que esta empresa
fracase o pierda, la culpa sería asumida por la persona jurídica, más no por las
naturales. Mas adelante esta figura sería estipulada y formalizada en las leyes
romanas como la «actio de peculio re inverso».