LA ESTÉTICA DE LO FEO DENTRO DEL ARTE DEL CARIBE COLOMBIANO.
SHEYLA MARCELA CANTILLO IBARRA
ELVIA SANDRID CANEDO PEREZ
ESTÉTICA
III SEMESTRE 2022-1
FAC. BELLAS ARTES
UNIVERSIDAD DEL ATLÁNTICO
BARRANQUILLA 2022 LA ESTÉTICA DE LO FEO DENTRO DEL ARTE DEL CARIBE COLOMBIANO. La estética es uno de los principales campos de estudio del arte y la filosofía, pues contribuye a la categorización de las propuestas artísticas con cualidades similares ya sea en los aspectos técnicos/formales o conceptuales. Entre estas categorías estéticas destacan lo bello, lo sublime, lo cómico, lo feo, lo trágico y lo grotesco; sin embargo, con el pasar del tiempo y las evoluciones sociales se siguen creando nuevas categorías estéticas que engloban obras con nuevas características comunes. En esta oportunidad se analizarán dos obras cuyos autores se desenvuelven en el arte caribe colombiano y, teniendo en cuenta que el concepto de belleza y fealdad está totalmente relacionado al contexto en el que se desarrolla el observador y su propia subjetividad, se expondrán los motivos por los cuales la obras seleccionadas podrían considerarse como parte de la categoría estética de lo feo dentro del arte de la región. La primera obra a considerar es creación del artista Norman Mejía un barranquillero cuyo trabajo artístico se caracteriza por representar de manera expresionista el amargo sufrimiento que causa la violencia sociopolítica colombiana; siendo, en su mayoría, figuras femeninas las protagonistas la agonía y tribulación de sus desgarradoras pinturas. Siendo que el arte caribeño se caracteriza por presentar propuestas llenas de los colores y la coloquialidad que identifica a esta zona del país, la obra de Mejía causó gran repudio en esta zona, pues el público e incluso las personas del círculo artístico no se sentían identificados con sus pinturas llenas de violencia, tonos sangrientos, desnudos y fragmentaciones. La obra a analizar en este caso por sus Ilustración 1. Norman Mejía. La horrible cualidades estética es titulada “La horrible mujer castigadora (1965) mujer castigadora” 1965 (ver Ilustración 1), pintura con la que Mejía ganó el primer premio en el salón nacional en 1965. La pintura maneja tonos monocromáticos con algunas leves manchas de rojo y presenta la figura de una mujer gorda distorsionada y fragmentada con desgarradoras pinceladas que denotan la violencia y la sensación de dolor que buscaba transmitir el artista. Partiendo de la premisa de que la belleza y la fealdad son dependientes mutuamente, no podría existir belleza sin fealdad y viceversa. En "La horrible mujer castigadora" Mejía compone la obra partiendo del cuerpo de una mujer voluminosa, que en sí misma ya representa belleza. Sin embargo, se clasifica como fea por la deformación salvaje que se le hace a dicho cuerpo, desfigurándolo, fragmentándolo, mutilándolo e incluso multiplicándolo para transmitir sensaciones de la agonía y angustia que solo quien ha experimentado el sufrimiento y la violencia en carne propia podría entender. Y esto es parte fundamental de la fealdad artística, pues no presenta lo feo en sí mismo, sino que representa de manera plástica algo que siendo feo en sí mismo no podría ser percibido por un público por diferentes motivos. En este caso se trata de las brutales escenas viscerales de la violencia no solo contra la mujer sino en todos sus diferentes aspectos. A demás, lo feo tiene una relación con lo moral, es por eso que desde el medioevo se relaciona a la oscuridad, lo monstruoso, lo desfigurado, lo demoniaco y lo sangriento con lo malo y por lo tanto con lo feo; que es lo opuesto a lo luminoso, prolijo, limpio y angelical que representa lo bueno y lo bello. Es esta la razón por la que el artista utiliza tonos oscuros, saturados y con pinceladas violentas y expresionistas, creando una atmósfera disonante que se asocia con el miedo y la desesperación y viéndolo desde un punto moral con lo malo y por tanto feo. Norman Mejia utiliza este estilo estético en esta y muchas otras de sus obras relacionadas con la violencia, pues reconoce que la combinación de estos factores son los idóneos para transmitir a la audiencia la repugnancia y el fuerte efecto de choque negativo que sienten las víctimas de violencia. Así mismo, conoce que es la combinación de todos estos factores los que producen dicho quiebre, pues trozos aislados de la estética de lo feo no conseguiría formar imágenes con tanto impacto visual. Esta obra puede sin duda ser catalogada dentro de la estética de la fealdad, aún mas si en toma en cuenta que en el contexto caribeño en el que Mejía empezó a realizar sus propuestas, esos colores y estilos monstruosos eran considerados feos por salirse de los cánones estéticos comunes en el ámbito sociocultural caribeño. En segundo lugar para analizar está la obra del también barranquillero Ángel Loochkartt, artista que trabaja una pintura de vigorosa gestualidad tomando como tema los ángeles perversos, los animales domésticos, las etruscas, su autorretrato o los congos del Carnaval de Barranquilla. La mayoría de la obra de Loochkartt fue realizada con una técnica que los conocedores en arte llaman “a la prima”, pues las primeras pinceladas que realiza el artista son únicas, definitivas y no tienen corrección. Así mismo, fue realizada en ciclos temáticos que iban desde la experimentación con la abstracción y las texturas a principios de la década de 1960, figuras humanas en autorretratos, retratos de familia y personajes populares como La Pepita, bruja y adivina como muñeca vieja, o La Sibila de trazo amplio y rotundo; así como bodegones en composiciones libres que enfatizan la luz y su sombra, hasta los temas eróticos en el contexto de un paisaje surrealista, los guerrilleros, travestis, las muchedumbres esquematizadas y sus congos en ambiente de carnaval caribeño que trabaja desde 1977. La serie de “La Pepita” iniciada en 1963 (ver Ilustración 2 y 3) es la escogida para el análisis de su obra dentro de la categoría estética de lo feo. Esta es una serie protagonizada por un personaje ficticio llamado Pepita a quien el artista le dedica todas las etapas de la vida, desde su adultez hasta su muerte, de niña. Esta mujer representa todo lo carnal, y mundano con enfoque en la cotidianidad caribe con una poderosa carga erótica, dotadas de composición y movimiento, que buscan retratar el microcosmos que se esconde en las tinieblas. En esta serie se encuentra una variación del color, solamente producto de su relación con el trópico, con el caribe y empieza a Ilustración 2 Angel Loochkartt. De la serie La Pepita. Desde 1963. explorarla al principio de manera abstracta, licenciosa y pícara que no es otra cosa que la metáfora de lo que el carnaval mismo refiere. Sin embargo, nos encontramos con una paleta de colores que, dentro del imaginario caribe, tiende a ser medio sobria, con una atmosfera nocturna ligada a un ambiente de alcohol, drogas, sexo. El artista domina el uso de los colores de manera que la variedad de colores que pueden ser vistos en un entorno cotidiano no se asocien con escenas de este tipo, sino que se reserven para entornos moralmente oscuros. Los cuerpos que no manejan simetría, figuras amorfas, los rostros desproporcionados con sensación monstruosa y una perspectiva bastante alterada en comparación con la realidad. Esto presenta características de fealdad formal, pues el artista intencionalmente acapara lo feo desde lo no armonioso y sin proporción con su propósito expresionista que, al ser percibido desde la mirada crítica, seria cuestionado y comparado con el entorno juzgando lo feo y lo bello intuitivamente dentro de la obra. A su vez es importante relacionar también lo feo desde la esencia moral ya que Ángel Loochkartt, comentaba abiertamente que decidió darle vida a un personaje femenino que tuviera tal y cual características físicas y con la condición de ser una mujer que satisficiera todos sus caprichos y placeres y fue así como le dio vida a La Pepita. Siendo entonces un acto para sexualizar el cuerpo femenino desde el interés propio representando todo lo carnal y pecaminoso del capricho mismo, que opuesto a la pureza puede ser también considerado feo. Es así como Loochkartt recoge en su pintura de estirpe expresionista una tradición Ilustración 3 Angel Loochkartt. De la serie La Pepita. Desde 1963. que había pasado desapercibida para la mayoría de los artistas costeños radicados en aquella ciudad. Y juega con los colores y las escenas introduciendo en ellos ciertos aspectos que denotan características de la estética de la fealdad en comparación con sus contemporáneos. Al analizar estas obras se puede concluir que es necesario adquirir conocimientos de las características estéticas de la fealdad para lograr reconocer estas características en las obras que se estudien, pues en toda obra de arte que se analice siempre se podrán conseguir aspectos de lo feo debido a que la belleza y la fealdad son dependientes una de la otra. Analizar obras de personas que se desenvolvían en el contexto caribe colombiano es un gran ejemplo de esto, pues se podría estigmatizar que la obra de los artistas provenientes de dichos territorios precisamente por sus influencias sociales no tendría rasgos estéticos de fealdad. Sin embargo, con esto se puede comprobar como el arte es un medio perfecto para derrumbar barreras y romper estigmatizaciones en técnicas, temáticas y hasta categorías estéticas.