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Metodología de la investigación

Pregunta – problema: ¿Cómo se manifiesta la relación entre innovación y educación


popular?

¿Qué es esa cosa llamada ciencia? Una valoración de la naturaleza y el estatuto de


la ciencia y sus métodos.
A la ciencia se le ha dado un papel privilegiado en la sociedad, tanto es así que se utiliza
el nombre de ciencia para validar cualquier cosa o estudio que se pretenda presentar y
demostrar su total eficacia en el mundo. A principios de siglo XVII Francis Bacon
propuso que la finalidad de la ciencia es la mejora de la suerte del hombre en la tierra; y
aunque esta ha ayudado en mucho al desarrollo de la humanidad en varios aspectos,
también vale mencionar que ha sido la causante de grandes desgracias; y se afirmaba
que la ciencia se lograría recogiendo hechos a través de la observación organizada y
derivando de ellos teorías (Chalmers 1990, 6). Aspecto que será debatido en el presente
escrito.
A primera vista se piensa que al conocimiento científico es la verdad absoluta, que este
incluye, hechos, teorías, conceptos y experiencias que las adquirimos a través de los
sentidos como son la observación, el tacto, el gusto entre otros; de tal manera, se piensa
que la ciencia es objetiva y que posee la verdad, cosa totalmente errónea y que será
clarificada a continuación.
Vale empezar señalando que un enunciado observacional es a lo que llegamos por
medio de los sentidos, estas observaciones están libre de prejuicios; mientras que un
enunciado singular es un determinado acontecimiento o estado de cosas en un
determinado lugar y momento. En consecuencia, los enunciados observacionales serán
enunciados singulares, ya que proceden de la utilización que hace el observador de sus
sentidos en un lugar y un momento determinado.
Para que un enunciado observacional tenga el carácter de válido, el mismo deberá pasar
por tres etapas: en la primera etapa deberá tener un gran número de observaciones, esto
permitirá justificar cualquier generalización que se haga; en un segundo momento la
observación debe pasar por una variedad de condiciones, todas ellas deberán ser
cumplidas; finalmente, la tercera etapa se refiere a que ningún enunciado observacional
aceptado debe entrar en contradicción con la ley universal derivada, es decir,
contraponerse al enunciado primario, en otras palabras, todos deberían coincidir. A todo
esto se lo denomina razonamiento inductivo.
Pero, aunque exista una gran número de observaciones en los que resulte favorable el
principio de inducción, esto no significa que se puede proceder de la misma manera
siempre, ya que puede haber un cambio o una variabilidad en el hecho o circunstancias
del observador y de lo observado, y no todas las veces va arrojar resultados idénticos.
Cabe recalcar que realizar la observación en repetidas ocasiones, aumentará la
probabilidad que las generalizaciones resultantes sean verdaderas.
Por otra parte, para un inductivista, la fuente de la verdad no es la lógica, sino más bien
la experiencia, la misma que es dada a través de los sentidos, principalmente el de la
observación. El inductivista ingenuo asegura que la ciencia comienza con la
observación, esta proporciona una base segura sobre la que se puede construir el
conocimiento científico, y el conocimiento científico se deriva mediante la inducción,
de los enunciados observacionales (Chalmers 1990, 27).
Además, el inductivista ingenuo se basa en dos supuestos que dan validez a la
observación, uno de ellos se refiere a que la ciencia comienza con la observación, y el
otro se refiere a que esta observación proporciona la base de la cual parte el
conocimiento (Chalmers 1990, 39). Dos puntos de vista errados si tomamos en cuenta
que para que exista una observación consecuente y sin prejuicios, debe existir una teoría
previa del objeto o hecho observado, es decir, no se puede anteponer la observación al
conocimiento.
Si analizamos la postura de dos observadores que ven un mismo objeto, desde el mismo
lugar y en las mismas circunstancias físicas, no tendrán necesariamente una experiencia
visual idéntica, ya que la experiencia de haber visto determinado objeto y el resultado
de la misma, dependerá en gran medida del conocimiento que posea cada observador
con respecto al objeto que se acaba de visualizar, conocimiento que nunca será igual en
sus más mínimos detalles. Como ejemplo podemos analizar el significado de la una cruz
esvástica, mismo que no tiene diferentes significados tanto en oriente como occidente.
De esta manera se llega a la deducción que con lo único que el observador está en
inmediato y directo contacto es con sus experiencias. Las experiencias no están dadas de
modo unívoco ni son invariantes, sino que cambian con las expectativas y el
conocimiento del observador. Lo que viene unívocamente dado por la situación física es
la imagen formada en la retina del observador, pero el observador no tiene contacto
perceptual directo con la imagen (Chalmers 1990, 45).
En conclusión, la ciencia no comienza por la observación, como afirman los
inductivistas, sino por la teoría, de tal manera, los enunciados observacionales dependen
de la teoría, siempre y cuando esta sea precisa y esté claramente formulada, solo así
constituirá un requisito previo para un enunciado observacional preciso (Chalmers
1990, 45). Por consiguiente, se concluye que la observación, o mejor dicho, los
enunciados resultantes de la observación, están influenciados por la teoría, es decir, todo
lo contrario a la propuesta de los inductivistas.

Referencias:
Chalmers, Alan. ¿Qué es esa cosa llamada ciencia?, 3-56. México, XXI, 11°
Edición, 1990.

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