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El proceso monitorio llegó a la Argentina, ya se ha receptado en varias provincias y los

tribunales han delimitado sus límites y extraído sus principales características.El objetivo de

este trabajo es precisamente es entender su esencia en relación a las garantías constitucionales

y compararlo con los demás procesos que siempre han regido los estados locales, para ello se

ha utilizado las bondades del método cualitativo.

El resultado obtenido ha brindado conclusiones claras sobre su ejecución en los tribunales

argentinos y los criterios jurídicos de los magistrados para implementarlo.

The order for payment process arrived in Argentina, it has already been received in several

provinces and the courts have delimited its limits and extracted its main characteristics. The

objective of this work is precisely to understand its essence in relation to constitutional

guarantees and compare it with the others. processes that have always governed the local

states, for which the benefits of the qualitative method have been used.

The result obtained has provided clear conclusions about its execution in the Argentine courts

and the legal criteria of the magistrates to implement it.

I
Índice

1. Introducción ........................................................................................................................ pág.1

2.Desarrollo…………………………………………………………..............……………pág.2

2.1.Notas sobre la Jurisdicción y el Procedimiento Monitorio…………...……………….pág.2

2.2Origen y evolución histórica del procedimiento monitorio.Clases


………..............................................................................…………..…pág.3

2.3.Concepto y alcances del procedimiento monitorio.Su


finalidad………………………….……............................................................................pág.4

3. Características y diferencias entre el juicio ejecutivo y el monitorio...........................pág. 7

4.El debido proceso y su relación con el procedimiento monitorio.................................pág.9

5.Los códigos provinciales de forma y su jurisprudencia……......................……….....pág.11

5.1 Análisis de la ley ritual de Río Negro y su jurisprudencia.......................................pág.11

5.2 Análisis de la ley ritual de San Juan y su jurisprudencia.........................................pág.18

5.3 Análisis de la ley ritual de La Pampa y su jurisprudencia.......................................pág.24

5.4 Análisis de la ley ritual de Santa Cruz y su jurisprudencia.....................................pág.30

5.5 Análisis de la ley ritual de Entre Ríos y su jurisprudencia.....................................pág.33

5.6 Análisis de la ley ritual de Chaco y su jurisprudencia............................................pág.38

5.7 Análisis de la ley ritual de Mendoza y su jurisprudencia.......................................pág.42

6.Conclusión la Investigación Descriptiva...................................................................pág.50

7.Bibliografía................................................................................................................pág.58

II
1. Introducción

El presente trabajo se centrará en la aplicación en el derecho argentino del procedimiento


monitorio en el ámbito territorial de las provincias de Rio Negro, Santa Cruz, Mendoza, San
Juan, Chaco, Entre Rios y La Pampa que lo receptaron, ya que el resto de Argentina no lo
admite en su legislación. Solo se tomarán leyes vigentes hacia el 2021.

Debe destacarse que se abordará el problema del derecho de defensa en la práctica de los
tribunales argentinos, y desde luego se responderán a preguntas relativas al mismo como: ¿Se
encuentran satisfechas las garantías de debido proceso en este tipo de juicios?, ¿Qué recaudos
exige la ley para que el actor obtenga una resolución favorable, en la que no participa el
demandado?, ¿Cuándo entienden satisfecha la defensa por parte del demandado los
magistrados?, ¿Qué nuevos planteos defensivos se pueden introducir en el ordinario posterior
por el requerido?, ¿ Qué es el monitorio? ¿Cuáles son sus diferencias con los juicios
ordinarios y ejecutivos?, ¿Cuáles son los supuestos de hecho para abrir el monitorio según los
códigos procesales civiles y comerciales vigentes?, ¿Cuál es la ventaja de este pr oceso sobre
los demás?, ¿Por qué se dilata la contradicción de este proceso?. Existe muy poca elaboración
doctrinaria en estos aspectos.

La investigación aquí desarrollada se hará en torno al tema y problema planteados, y se


utilizará el método cualitativo. Se analizará jurisprudencia, doctrina, legislación vigente y
bibliografía por un lado, y por el otro se arribará al conocimiento pretendido. Se plantean
como objetivos generales: determinar los alcances de las leyes procesales sobre el proceso
monitorio en cada estado provincial y caracterizar sus notas comunes y diferencias. Además
de analizar cómo se ejerce el derecho de defensa del demandado en juicio monitorio. Y como
específicos: se examinará el proceso monitorio en relación con el juicio ejecutivo. Investigar
la garantía constitucional de debido proceso y de defensa en este particular procedimiento.

Además se estudiará el recaudo que se tiene en cuenta en los diferentes códigos procesales
para abrir este proceso.

1
Y una vez inspeccionada la jurisprudencia local en Argentina se confeccionará sobre la misma
las descripciones sobre los criterios sentados por la magistratura, la doctrina pertinente y su
adherencia y/o rechazo a otras.

Es importante destacar que solo se seleccionó jurisprudencia argentina que pueda responder a
las preguntas realizadas en esta investigación.

2. Desarrollo.

2.1 Notas sobre la jurisdicción y el Procedimiento Monitorio.

Debe destacarse que la jurisdicción es una función del Estado mediante la cual los órganos
judiciales administran justicia en los casos litigiosos.

Cuando llega una pretensión a sede judicial entonces, se presentan dos momentos. En el
primero, hay cognición porque se conoce el caso a resolver y por ello se declara el derecho.
En un segundo acto, si correspondiere se produce la ejecución forzada para poder realizar
aquel interés insatisfecho por no haber cumplido de forma voluntaria el vencido el derecho
reconocido en dicho proceso.

De modo que el proceso de ejecución se convierte en una herramienta para que se cumpla con
aquella sentencia dictada por el magistrado.

Por ello en el primer estadio se sustancia el proceso de conocimiento, en donde se abre la


discusión o debate de la cuestión objeto del litigio.

Cerrada la misma se dicta la sentencia definitiva que contiene la declaración de certeza del
derecho y si debiere se condena al demandado. Y la misma es sustancialmente un título
ejecutorio que abre las puertas de la ejecución forzada.

En el supuesto de que el vencido motu propio no satisfaciera el derecho del actor en la


sentencia, puede iniciarse a su costa el proceso de ejecución (coacción).Este es el orden típico
de un juicio.

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Pero se presenta el caso de un proceso denominado monitorio que ya ha sido receptado en
países de Latinoamérica como Brasil, Uruguay, Argentina, Chile y Colombia al igual que en
la Unión Europea donde estas etapas se suceden al revés.

En nuestro país las provincias de Rio Negro, Santa Cruz, Mendoza, San Juan, Entre Ríos, La
Pampa y Chaco ya lo han receptado en sus legislaciones. En Nación solo existe un Proyecto
de Código Civil y Comercial (el Anteproyecto, que lo admite en los arts.400 a 445).

Destacándose que en este especial procedimiento el reconocimiento del derecho del actor en
sede judicial implica una verdadera proeza de velocidad jurisdiccional. Y es precisamente la
finalidad perseguida de este, es decir crear a un título ejecutorio.

2. 2 Origen y evolución histórica del proceso monitorio. Clases.

El término monitorio según el Diccionario de la Real Academia Española, deriva del latín
(monitorius), y es un adjetivo que significa “que sirve para avisar o amonestar”.

En el derecho europeo se ha utilizado indistintamente los términos monitorio o inyunción.


Como observa Sentís Melendo, el término “monitorio no tiene en castellano otro sentido que
en italiano: es advertencia, apercibimiento o requerimiento que se dirige a una persona (en
este caso, al deudor para que pague).La palabra inyunción no figura en el diccionario de la
lengua castellana; pero figura el verbo inyungir, derivado (lo mismo que su correspondiente
italiano) del verbo latino iniungere, que significa mandar, prevenir, imponer”(Loutayf
Ranea,2008).

Aunque sus orígenes parecieran remontarse a la Italia del siglo XIII, el tema del proceso de
estructura monitoria ha tomado actualidad al haber sido receptado en algunos ordenamientos
modernos como es el caso, entre otros, del Código Procesal Civil Modelo para Iberoamérica
(art. 311 y ss.); el Código General del Proceso de la República Oriental del Uruguay (art. 351
y ss.), y el Anteproyecto de Reformas al Código Procesal Civil y Comercial de la Nación (año
1993) redactado por los doctores Roland Arazi, Isidoro Eisner, Mario E. Kaminker y Augusto
M. Morello (Libro III, luego del art. 498), además de Chile, Brasil y Colombia.

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Clases de procesos monitorios.

Existen dos clases de procesos monitorios, el puro y el documental.

En el primero para que el tribunal dicte la sentencia con la orden al demandado para el
cumplimiento de una prestación, no se exige acompañar probanza alguna, sino que se realiza
frente a la sola afirmación no probada del acreedor.

Emitida la sentencia que contiene la orden, se le otorga al demandado un plazo para que
formule su oposición. Esa orden –como ocurre en algunos sistemas como el austríaco– pierde
eficacia por la simple oposición oportuna del deudor –que no necesita ser motivada–,
supuesto en que el asunto sólo podrá sustanciarse a través del proceso de conocimiento
respectivo, y el monitorio ha pasado a ser una forma especial de iniciación del proceso. En el
proceso monitorio puro, entonces, no hay pruebas, ni del actor para formular su demanda, ni
del demandado para sostener su oposición.

En el proceso monitorio documental (que es una institución híbrida producto de la


combinación del procedimiento monitorio puro y el documental del derecho alemán), el juez
sólo despacha la orden de cumplimiento si los hechos alegados por el actor son probados por
medio de documentos auténticos acompañados a su demanda (es lo que ocurre en el Código
Procesal Civil Modelo para Iberoamérica, cuyo art. 312.1 establece como principio que se
requerirá “documento auténtico o autenticado judicialmente en la etapa preliminar
respectiva”).

En este caso, la oposición del deudor debe ser fundada, y tiene por efecto abrir un juicio de
conocimiento para determinar si las defensas opuestas por el deudor demuestran la falta de
fundamento del mandato, o si, por el contrario, éste debe ser mantenido y hecho ejecutorio.
En el proceso monitorio documental, entonces, el actor tiene que aportar pruebas que avalen
su pretensión; y el demandado tiene la carga de probar los hechos en que fundamenta su
oposición(Loutayf Ranea,2008).

2.3. Concepto y alcances del Proceso Monitorio.Alcances. Su Finalidad.

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El monitorio es “aquel que, como el desalojo, no comienza con demanda en sentido formal,
sino con intimación o interpelación al demandado para que realice determinada cosa u oponga
las objeciones que contra tal mandato tenga, bajo apercibimiento de que en caso de no
proceder de tal manera se dictará sentencia en su contra”(Carteau,2001).

Por su parte Carnelutti atribuyendo a Chiovenda la creación de la condena con reserva,


sostiene que la fórmula es la reserva de una o más cuestiones que el juez de la cognición
debería resolver al objeto de declarar la existencia de la obligación pero que son apartadas por
un lado para no retardar la resolución de fuerza ejecutiva. Y son en estas condenas donde se
ubican los procedimientos de “inyunción” que posibilitan la invención de un título ejecutivo,
cuyo contenido la ley le da el nombre precisamente de inyunción en vez de condena porque el
magistrado sobre una observación superficial del material probatorio dado por el actor, y sin
contradicción, no hace otra cosa que pronunciar esa inyuncción suficiente para construir el
titulo ejecutivo.

Este mecanismo se basa con dos principios.El primero es de título legal que exige que se
exhiba un título legal, sin que exista un libre examen el juez debe pronunciarse con la
inyucción.

El segundo es el de contradictorio eventual, y en su virtud quién figura como obligado puede


oponerse contra la providencia, y ahora si por primera vez se inicia el contradictorio, y por
supuesto se configura el proceso de cognición (Carteau,2001).

Dada la exposición de cómo se presentan y se suceden las etapas o estadios en los procesos
civiles y comerciales, en donde primero hay cognición luego ejecución, se advierte que en el
proceso monitorio las cosas suceden al revés, porque se invierten precisamente dichas etapas
ya que el magistrado cuando conoce de la pretensión jurídica del accionante, dicta en primer
lugar y sin previa contradicción la sentencia monitoria ordenando al demandado el
cumplimiento de una determinada prestación. Luego, le otorga a éste la oportunidad para que
formule su oposición en un determinado plazo a tales efectos. Loutayf dice que “se desplaza
la iniciativa del contradictorio al demandado, en cuanto debe este último formular la

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oposición para enervar los efectos de la sentencia monitoria favorable al accionante”(Loutayf
Ranea,2008).

Esta defensa toma ribetes diversos dependiendo si se está frente a un proceso monitorio puro
o un proceso monitorio documental.

El proceso de estructura monitoria es aquel en el cual el tribunal, inaudita parte y con la sola
presentación de la demanda, dicta resolución favorable al actor mediante la cual ordena al
demandado el cumplimiento de una prestación. Pero se condiciona la ejecutividad de dicha
sentencia a la actitud que adopte el demandado; y si el mismo no formula oposición alguna,
queda habilitada la vía de la ejecución forzada. Si bien el actor tiene la iniciativa de la
demanda, al demandado se le traslada la iniciativa del contradictorio, quien puede formular
oposición, o no hacerlo, supuesto este último en que la sentencia producirá todos sus efectos
contra el mismo.

Es decir, al dictarse en un primer momento la sentencia favorable al actor (que ordena al


demandado el cumplimiento de una prestación), y al permitirle a este último en una etapa
subsiguiente oponerse a la sentencia, en la estructura del proceso monitorio no sólo se
pospone el contradictorio para una etapa posterior a la sentencia, sino que también se desplaza
la iniciativa de la controversia, del actor al demandado.

Y el título que sirve de base a la ejecución se alcanza cuando el demandado no formula


oposición a esa sentencia en el plazo que se le ha dado para hacerlo (también, lógicamente,
cuando se rechaza su oposición, en aquellos ordenamientos que legislan un proceso monitorio
en que se admite la controversia, supuesto en que la sustanciación de la misma pasa a ser un
proceso de conocimiento –incompleto o completo, según se lo estructure de una u otra forma).
Es decir, en defecto de oposición, o resuelta ésta por decisión firme, puede ejecutarse la
sentencia monitoria que se dictó como proveído inicial.

El procedimiento monitorio tiene como objeto crear de forma expedita un verdadero título
ejecutorio, al cual se arriba luego de dictarse la sentencia monitoria.

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Desde el cual se observan dos etapas: la primera, donde se admite la pretensión del actor con
la documentación que acompañe a la misma, la autoridad judicial entonces analiza las
condiciones de admisibilidad y por ello admite la sentencia monitoria.

La segunda, consiste en darle al accionado la oportunidad para que pueda oponerse y en una
plazo determinado a efectos de privar de efectos a la sentencia monitoria favorable a su
contraparte.

El presente trabajo estudia el procedimiento monitorio en los diferentes estados loc ales de
nuestra nación, donde se lo admitió en sus respectivos códigos procesales civiles y
comerciales.

Y sus legislaciones respectivas lo contemplan como un proceso donde se admite su


procedencia para los supuestos en que el derecho de actor aparece con un fuerte grado de
verosimilitud. En los casos expresamente enunciados, el juez, ante la presentación del actor,
luego de examinar cuidadosamente el documento con que se acompaña la demanda, dictará,
si corresponde, la sentencia monitoria cuya ejecución está sujeta a la condición de que el
demandado no deduzca oposición o que ésta sea rechazada.

Se advierte que se optó por el monitorio documentado en las diferentes provincias. Es decir
que para que pueda accederse a él, quien demanda debe presentar instr umento público o
instrumento privado judicialmente reconocido o cuya firma estuviere certificada por escribano
público, de cuyo contenido surja el derecho en que se funda la acción. El demandado, al ser
notificado de la sentencia, no puede limitarse a negar el derecho del actor sino que tiene la
carga de destruir la presunción que surge del instrumento acompañado; si no deduce
oposición no es necesario trámite alguno y se pasa a la etapa de ejecución de la sentencia.

3. Características y diferencias entre el juicio ejecutivo y el monitorio.

Para poder ingresar a la vía ejecutiva, primero se necesita un titulo hábil. Es decir, que el
documento debe ser autosuficiente, y debe desde su simple lectura ( y aún cuando sea
necesario acudir a la via ejecutiva) contener un reconocimiento autonómo de deuda líquida y
exigible de parte de quien es el sujeto pasivo de la acción.

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De modo que según las normas procesales traen aparejada tal ejecución los instrumentos
públicos y privados, la confesión de deuda en sede judicial, los títulos de crédito, los créditos
de alquileres de bienes inmuebles y demás títulos que tuvieren fuerza ejecutiva por ley y que
no tengan un procedimiento especial. Es decir que aquí una vez abierta la instancia judicial, el
siguiente paso es darle al actor el embargo sobre los bienes del deudor y darle la posibilidad al
mismo de oponer excepciones además de intimarlo al pago.Dicho en otros términos, permitir
desde el inicio del proceso la llamada bilateralidad o contradicción, porque aquí hay una
posibilidad de contradecir para el deudor.

Camps (2004) al analizar el juicio ejecutivo sostiene que este se trata de una vía procesal por
la cual se canalizan las pretensiones de ejecución que se sustentan en un título ejecutivo
extrajudicial no administrativo que contiene una obligación de dar sumas de dinero.Porque lo
que ha buscado el legislador es facilitar el tráfico de bienes y la prestación de servicios
onerosos permitiéndoles a las partes que contraten sobre créditos cuya percepción judicial sea
fácil obtener.

En este juicio, continúa se persigue una rápida satisfacción de aquel crédito mediante el
dictado inmediato de medidas que significan inmovilizar los bienes del demandado y su
ulterior venta, y así se obtienen los recursos para pagar al acreedor ejecutante.

Sobre el conocimiento a que se llega en este juicio, el autor destaca que el mismo es acotado
porque solo se permite conocer una parte del conflicto, es decir que sólo recae en el aspecto
externo del título (su existencia y validez) y el mismo se realiza en un plazo determinado y
con limitaciones sobre su prueba.Quedando fuera entonces, los asuntos relacionados al
negocio subyacente al título que abrió la ejecución.

Y es por esto, que las defensas que el deudor no puede oponer en este proceso las puede
viabilizar en el ordinario posterior, lo que salvaguarda su derecho de defensa.

De modo que existe contradicción desde el inicio pero acotada al título ejecutivo.Todas las
demás defensas y excepciones que no permitan la ley esgrimir en esta vía se postergan para el
proceso ordinario posterior.

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Pero en el monitorio, la mencionada bilateralidad está postergada al momento en que la
sentencia se notifica al demandado. Ya que aquí hay una faz cognitiva inicial judicial que
consiste en el examen del documento arrimado por el actor, y si satisfacen los recaudos
legales entonces se abre este especial proceso y se dicta condena.En el caso, que no hubiere
cumplimiento voluntario de la sentencia monitoria, solo después se transforma en un título
ejecutivo judicial.

Se vislumbra que no hay limitaciones de ningún tipo en torno a las defensas posibles del
deudor, pero sí hay una contradicción que se dilata.

Cabe entonces, hacer una comparación entre el monitorio, el ordinario y el ejecutivo para
destacar sus diferencias.

El primero no es bilateral nunca, en realidad tampoco podría ser un proceso, ya que en el


inicio no hay contradicción .Pero aun así respeta la garantía constitucional de debido proceso
y de defensa porque posibilita aunque diferida la oposición, y la traslada al demandado. Debe
remarcarse que una vez notificada la sentencia monitoria, es decir requiriendo al
cumplimiento de la misma al accionado allí termina este procedimiento. Sólo cuando este
abra, inicia el contradictorio nace el proceso en sí. Por ello, desarrollado este nuevo juicio el
trámite a seguir será según las normas del sumario o ejecutivo porque el monitorio terminó.

Tanto el ordinario como el ejecutivo dependen para que pueda dictarse la sentencia es que
exista bilateralidad o contradicción(aunque en éste último hay un conocimiento acotado), nota
característica fundamental para diferenciarlo del monitorio, porque en éste la sentencia se
dicta inaudita pars.

4. El debido proceso y su relación con el procedimiento monitorio.

El denominado constitucionalismo moderno buscó como eje organizar al Estado en defensa


de las libertades y los derechos del hombre. Asegurando, entonces al hombre frente al estado
(Novellino,2003).

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Es correcto afirmar que todo el ordenamiento jurídico garantiza estas libertades y derechos, en
su acepción mas restringida de lo que es una “garantía” señala que es a la disponibilidad que
tiene la persona para movilizar al estado en procura de su protección, ya sea con la finalidad
de restablecer la situación previa al ataque, o para compensarle el daño sufrido, y sin dejar de
lado la sanción al transgresor.

El art.18 de la Constitución Nacional consagra que “es inviolable la defensa en juicio de la


persona y de los derechos”, esta frase condensa el contenido fundamental del debido proceso,
que es un aspecto del derecho a la jurisdicción y a la tutela judicial efectiva.

Es decir, que esta garantía implica que todo justiciable tiene derecho a un procedimiento
“debido”, y que durante su desarrollo este tenga disponible la oportunidad de participar
útilmente y con suficiencia, que si no hay ley razonable que no tenga establecido el debido
proceso entonces el magistrado debe arbitrarlo, que cuando las partes tengan derechos o
pretensiones en disputa este debido proceso debe permitir la bilateralidad o contradicción,
para que estas tengan el derecho de defensa y control de los actos procesales propios y
ajenos,también implica que la sentencia debe ajustarse al principio de congruencia por lo que
las pretensiones articuladas por las partes marca el contenido de la misma, no pudiendo
excederse ni omitir lo pretendido por ellas (Bidart Campos, 2004).

Lo esencial en el procedimiento monitorio en relación a este debido proceso es que luego de


dictada la sentencia del mismo, se le debe notificar al demandado de ésta para que por primera
vez exista contradictorio, que sólo se posterga pero no se impide.

Abriéndose la posibilidad de poder enervar o destruir la fuerza del documento que abrió este
procedimiento, es una carga procesal.De no hacer esto la sentencia queda en pie.Es aquí
donde se satisface la garantía mencionada ut supra.

Porque cuando se presenta el accionado a oponerse a la sentencia monitoria y es donde el


magistrado comienza a oírlo, entonces, técnicamente se inicia el contradictorio, que se inicia
desde aquí debido a que el primero de los proceso termina precisamente con la interpelación
al deudor.

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5. Los códigos provinciales de forma y su jurisprudencia.

5.1 Análisis de la Ley Ritual de Rio Negro y su jurisprudencia.

La ley 4142 (publicada en el boletín oficial el 18 de enero de 2007 y comenzó a regir el 1 de


junio del mismo año) incorpora a el monitorio y lo regula en el Libro III en los artículos 487 a
494. Disponiendo que cuando la controversia verse sobre obligación exigible de dar
cantidades de cosas o muebles, o desalojo urbano y rural o división de condominio o
restitución de lo dado en comodato, e incluso está previsto para los procesos de ejecución, se
habilita el monitorio.

Como comenta Arazi sobre la procedencia del mismo en los casos contemplados en las
normas se trata de un monitorio documental y no uno puro. Es decir, que el derecho del actor
aparece con un fuerte grado de verosimilitud y es el demandado quien tiene la carga procesal
de destruir dicha presunción que surge de la documentación de su contraparte(Arazi,2007).

Siguiendo las etapas del procedimiento, se observa que el primer paso es del accionante que
consiste en presentar un instrumento público o privado reconocido judicialmente (o cuya
firma estuviere certificada por escribano público) de cuyo contenido surja claramente el
derecho en que se funda la acción.

Es el juez quien debe luego determinar si ante el pedido de abrir el monitorio corresponde
admitirle al título la verosimilitud del derecho. Si así lo fuere entonces dicta la sentencia
monitoria.

La que se notifica al demandado a su domicilio real con las copias de la demanda y la


documental. Solo aquí podrá deducir su oposición, ya sea en el derecho o en los hechos, es
una carga procesal de él.

Cuando la oposición no funde ni ofrezca prueba que sea tendiente a destruir la eficacia
probatoria del documento que fue base de la sentencia monitoria deberá rechazarse “in
limine”.

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En ningún caso la prueba podrá basarse únicamente en testigos en ninguno de los supuestos.
Pero cuando se trate de un desalojo de bienes inmuebles urbanos y rurales por vencimiento de
plazo contractual o por falta de pago siempre que se hubiere justificado por medio fehaciente
la interpelación al locatario, solo se admite prueba documental, la declaración de la contraria
y la pericial para fundar la oposición.

En el caso que no existiere oposición o quedara firme el rechazo a la oposición podrá pedirse
la ejecución de la sentencia según los arts.499 y ss.

Jurisprudencia de Rio Negro.

a) La Cámara de Apelaciones en lo Civil, Comercial, Familia y Minería de Cipolletti dictó


sentencia el 12 de agosto de 2015 en autos “Reservado sobre Desalojo (Monitorio)”.

En esta causa el actor Arroyo (en carácter de heredero y administración de la sucesión


Arroyo) promovió el monitorio para desalojar a Jauregui Automotores S.A por no haber
pagado los canones locativos.

Por imperio de los arts. 487 y 670 CPCCRN se llegó a sentencia monitoria que acogió la
pretensión.

Pero el demandado se opuso, alegando que el actor no tenía legitimación activa, y que
tampoco se había intimado en los términos del art.5 de la ley 23.091 (que establece que
“Previamente a la demanda de desalojo por falta de pago de alquileres el locador deberá
intimar fehacientemente el pago de la cantidad debida, en un plazo no menor a 10 días desde
la intimación”).Además dijo que el contrato era nulo por haber sido suscripto por el arriba
nombrado, cuya aptitud legal para contratar desconocen.

Sobre todas estas defensas el juez las desestimó y confirmó la sentencia monitoria. Afirmó
que sobre la falta de legitimación activa no corresponde admitirla porque para iniciar el juicio
de desalojo lo que se busca es retenerlo y esto consiste en un acto de administración qu e hace
a la conservación del bien.Asimismo sobre la falta de intimación legal dijo que no hacía falta

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ya que hubo mora automática. Finalmente en el caso de la nulidad sostuvo que el proceso en
que se estaba no es apto para discutirla.

El demandado se agravió y apeló. Continuó defendiendo las mismas oposiciones que ya había
planteado ante el a quo, pero la Cámara dijo que en nuestro derecho es aceptado que el
administrador de la sucesión pueda iniciar el proceso del acervo hereditario, porque es un acto
que tiende a la conservación del patrimonio; también aclaró que el contrato fue suscripto por
ambos, por ello no procede la nulidad.

La intimación de la ley 23.091 es un recaudo formal o preparatorio de la acción, hace al


aspecto procesal de la demanda de desalojo. Ni siquiera en la mediación la demandada pago
la deuda. Por unanimidad la Cámara rechazó la apelación.

b) La Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de Bariloche dictó sentencia el 17 de


junio de 2011 en “Asociación Cooperadora Inta c/Sandoval Oscar s/Monitorio”.

El magistrado a quo hizo lugar a la incompetencia opuesta por el ejecutado. La actora apeló.

Existiendo pagarés cuyo lugar de pago era “Las Golondrinas” en Chubut, el actor demandó en
el domicilio del deudor en El Bolsón, y allí se lo notificó. Y es donde precisamente vivía.

Pero el magistrado entendió que debía regir en los autos la ley específica, es decir el lugar de
pago determina la jurisdicción.

La Cámara sostuvo que importa un abuso procesal ampararse para repeler la acción ejecutiva
en la rigidez de las normas cambiales, sin dar razón alguna o indicar cuál es el perjuicio que le
causa el ser demandado en la jurisdicción de su propio domicilio, concluyó que es deber de la
judicatura vigilar la buena fe y lealtad en la tramitación de las causas.

Determinó de forma total que no puede haber agravio en el demandado por ser interpelado por
los tribunales de su propio domicilio.

Por unanimidad los jueces rechazaron la apelación porque comprendieron que el lugar de
pago fija la competencia territorial (art.5 inc.3 CPCCRN).

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c) La Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de Bariloche dictó sentencia el 23 de
septiembre de 2014 en autos “Wimbley Company S.A c/ Bardenix S.A y Otro s/Desalojo
(Monitorio)”.

Wimbley demandó a Bardenix y a Peñón del Lago S.A el desalojo del inmueble donde
funciona el complejo comercial “Peñón del Lago” en Bariloche, ya que el 16 de abril de 2003
lo dio en concesión comercial (con opción de compra del 50% indiviso del inmueble) hasta el
31 de agosto de 2005 pero que luego, se prorrogó hasta el 1 de marzo de 2006 a Bardenix,
quién luego cedió sus derechos a Peñón del Lago.

Nunca se ejerció la opción de compra ni devolvieron el inmueble luego de expirado el plazo


contractual.

El Juzgado le imprimió a la pretensión el proceso monitorio para ello citó a las demandadas a
reconocer sus firmas. El 29 de septiembre de 2008 se dictó sentencia monitoria ordenando el
desalojo del inmueble.

Pero Peñón del Lago se opuso a la sentencia monitoria porque según su vis ión la pretensión
del caso no puede, en virtud de su causa, procesarse en un juicio de desalojo, ni sumarísimo ni
monitorio; ni ella tiene obligación de restituir ya que el contrato no previó el desalojo y, en
todo caso, ante cualquier incumplimiento correspondería un juicio de cumplimiento o
resolución del vínculo; ni ese vínculo está vencido ya que la prórroga dependía en definitiva
de otro contrato celebrado con un tercero, sujeto a su vez a las obligaciones incumplidas por
la propia demandante (nacionalizarse e inscribir el inmueble a su nombre), quien prestó
conformidad con ese contrato y omitió mencionar, además, un convenio de operatoria
celebrado entre las partes para una venta conjunta; ni Wimbley ha cumplido con una
obligación dineraria asumida en la misma concesión.

El 12 de noviembre de 2010 la resolución de primera instancia rechazó todas estas defensas y


mantuvo la sentencia monitoria. Debido a que la sentencia consideró, entre otras que el título
del monitorio confiere fuerte verosimilitud al derecho del demandante y provoca una
sentencia monitoria de “tintes cautelares” que pone en cabeza del demandado la carga de
desvirtuarla; pero sin permitirle cuestionar el cumplimiento o incumplimiento de obligaciones

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eventualmente condicionantes del reclamo, por no tratarse de un proceso sumarísimo ni
ordinario e implicar un abuso del derecho.

El tribunal dijo que no todo trámite o procedimiento (sucesión de actos ordenados,


consecutivos y vinculados entre sí) constituye un proceso si no reúne sus características
definitorias, por más que esté previsto en una ley o código procesal. Por ejemplo, el
procedimiento sucesorio no es puramente un proceso aunque a menudo se lo llame así, porque
no comporta una discusión bilateral, sin perjuicio de los verdader os procesos incidentales que
puedan suscitarse al tramitarlo. Mientras no consista en discusión bilateral o permita tal
discusión, es un simple procedimiento (género) en vez de un proceso (especie).

Seguidamente sostuvo que ...”Todo litigio judicial entre un pretendiente y un resistente debe
finalmente tramitar por imperativo constitucional en un proceso, es decir en un procedimiento
bilateral e igualitario debidamente reglado ante una autoridad imparcial e independiente. Por
ello, ante un litigio no es válido cualquier procedimiento: es imprescindible un proceso, un
legítimo proceso, un debido proceso.

El trámite monitorio es justamente un procedimiento (no un proceso) cuyo objeto es la


obtención rápida de un título ejecutorio u orden de ejecución directa (la sentencia monitoria)
que traslada al condenado la carga de iniciar después el contradictorio (verdadero proceso) si
lo desea.

El procedimiento monitorio propiamente dicho consta de dos etapas: a) la etapa de admisión


que se abre con la petición del acreedor fundada en un documento y se cierra con la sentencia
monitoria que admite o deniega la ejecución directa (artículos 488 y 489 del CPCCRN); y b)
la etapa de requerimiento al deudor que consiste en notificarle la sentencia (artículo 490 del
CPCCRN) para que adopte alguna de las tres conductas posibles que, en cualquiera de sus
casos, concluye el procedimiento monitorio: b.1) atender el requerimiento y satisfacer la
pretensión del acreedor, lo que naturalmente implica terminar el procedimiento monitorio por
cumplimiento del objeto (artículo 542 del CPCCRN); o b.2) oponer defensas a la pretensión
del acreedor, lo que implica terminar el procedimiento monitorio para abrir un proceso
contradictorio -ahora sí- de diverso conocimiento -según el caso- (artículos 491 a 494 del

15
CPCCRN); o b.3) desatender el requerimiento sin oponer defensas, lo que implica terminar el
procedimiento monitorio para cumplir la ejecución del título ejecutorio creado (artículo 494
del CPCCRN)”.

Por ello según los magistrados “el trámite monitorio no es bilateral en ningún caso, ni es por
lo tanto un proceso cabal. Pero guarda validez constitucional porque permite la promoción -
aunque diferida- de un auténtico proceso cuya carga de inicio se traslada al propio condenado.
Es que el procedimiento monitorio concluye estrictamente con el requerimiento y no debe
confundirse con el proceso contradictorio que eventualmente se abre con posterioridad a
instancias del supuesto deudor.”

d) Superior Tribunal de Justicia de Rio Negro, en autos “Agencia de Recaudación Tributaria


c/Verón, Juan Pablo s/Ejecución Fiscal s/Casación“, 11 de mayo de 2017.

La actora interpuso casación ante el Superior Tribunal de Justicia contra la sentencia del 5 de
abril de 2014 por la cual modificó la sentencia monitoria del 8 de octubre de 2015 en virtud
de la apelación interpuesta al solo efecto de establecer que su notificación a la ejecutante
opera personalmente o por cédula, confirmando en todo lo demás en cuanto fue apelado.

Es decir, que se confirmó que la sentencia monitoria del juez de primera instancia debía
notificarse al ejecutado en su domicilio con copias.

La ART se agravia porque hay dos normas que regulan idénticas circunstancias, por un lado
la ley del CPCC art.339 y 340 (promulgado el 19 de diciembre de 2006) y el art.128 ter del
Código Fiscal (Ley 4815, sancionado el 28 de diciembre de 2012).

La Cámara se apartó de lo normado por el art.128 del código fiscal.

Para el Tribunal la cuestión a dilucidar es determinar a donde se notifica la sentencia


monitoria de ejecución fiscal.

Primero debe señalarse que el art.490 del CPCCRN ordena que la sentencia monitoria debe
notificarse en el domicilio real del ejecutado, años después el código fiscal señaló que estas

16
mismas sentencias por ejecuciones fiscales se efectuaran mediante notificaciones al domicilio
fiscal del contribuyente.

Por ello los jueces dijeron que el citado código fiscal es una ley posterior y especial en
comparación con el código procesal civil. Por ello la sentencia debe notificarse seg ún la
primer ley.

Aunque de todas formas, si se notificara en el domicilio real y no fiscal, no menoscaba el


derecho de defensa.

e) Superior Tribunal de Justicia de Rio Negro, en “Agencia de Recaudación Tributaria


c/Lagos del Sur SRL s/ Ejecución Fiscal”, dictó sentencia el 30 de noviembre de 2015.

La Cámara rechazó la apelación interpuesta por la Agencia de Recaudación, confirmando la


sentencia monitoria que desdoblara el título ejecutivo que se ejecuta.

Esta parte alegó violación del art.623 CC.

La cuestión a resolver es si es correcto el desdoblamiento del título entre las sumas del capital
e intereses según el art.623 CC o por el contrario según las normas fiscales tributarias
provinciales (art.122,123 y 127 de la Ley I 2686 y 604 del CPCC).

El juez de primer instancia y la Cámara condenaron a Lagos del Sur a pagar $44.345,68 pesos
en concepto de deuda y por el otro a $22.172,00 por intereses y costas del juicio.

El Superior Tribunal dijo que es potestad del Fisco crear el título ejecutivo (con capita l e
intereses) según la ley I 2686.Pero el a quo desdobló el título, por un lado capital y por el otro
intereses, basándose para ello en el art.623 CC.

El STJ dijo que de oficio no se puede desdoblar la deuda porque dicho título es un acto
administrativo que goza de presunción de legitimidad y ejecutoriedad. El juez no puede
modificarlo ya que el mismo emana del Estado.

17
“Es que, si bien la ley obliga al juez un examen cuidadoso del título en forma previa al
dictado de una sentencia monitoria que mande adelante la ejecución (art.531 CPCC) ese
examen debe circunscribirse a controlar que se encuentre entre los enumerados en los
arts.523,524 del CPCC y otras leyes especiales; como así también si se cumplen los
presupuestos procesales (suma liquida y exigible).

Desdoblar el título, primero capital y por otro lado los intereses es distorsionar la naturaleza
jurídica del monitorio de ejecución”.

3.2 Análisis de la Ley Ritual de San Juan y su jurisprudencia:

La ley 9880 sanciona el Código ritual sanjuanino el 19 de noviembre de 2014 y este comienza
a regir el 16 de marzo de 2015, que contempla el monitorio en los arts. 453 a 459.

El primer artículo indicado establece que “ Se aplicarán las normas del presente título a las
controversias que versen sobre: 1) Obligación exigible de dar cantidades de cosas o valores
mobiliarios o de dar cosas muebles ciertas y determinadas.2)División de
condominio.3)Restitución de la cosa dada en comodato. 4)Desalojo de bienes inmuebles
urbanos y rurales por falta de pago, siempre que se hubiere justificado por medio fehaciente la
interpelación al locatario que establecen las leyes vigentes.5)Desalojo de bienes inmuebles
urbanos y rurales por vencimiento del plazo contractual o falta de plazo de restitución,
siempre que en éste último caso se acredite la intimación fehaciente a restituirlo.6)Obligación
de otorgar escritura pública.7)Obligación de transferir automotores.8)Cancelación de prenda o
hipoteca.9)Los procesos de ejecución, en los casos autorizados por este Código u otras leyes,
con excepción de la ejecución de sentencia.”

Será requisito para acceder al proceso monitorio, al igual que el código anterior que el actor
presente instrumento público, o instrumento privado reconocido judicialmente, o cuya firma
estuviere certificada por escribano público, de cuyo contenido surja el derecho en que se
funda la acción.

18
Solicitada la apertura del procedimiento monitorio, el Juez examinará cuidadosamente si el
título cumple con los recaudos legales. Si así fuere, dictará sentencia monitor ia conforme la
pretensión deducida, con las particularidades que en cada caso establezca la ley.

La sentencia monitoria se notificará por cédula en el domicilio real o el contractual o especial


convenido por instrumento público o privado con firma certificada o reconocida, agregándose
las copias de la demanda y documental acompañada. Si se ignorase el actual domicilio del
destinatario de la notificación, ésta se practicará por edictos que se publicarán por una vez en
el Boletín Oficial y en un diario, previa acreditación de los recaudos previstos en el Artículo
145.

En el plazo de diez días de notificado, el demandado, podrá deducir oposición, dando los
argumentos de hecho y de derecho en que se funda, y ofreciendo la totalidad de la prueba de
la que intenta valerse. Al oponente le incumbe la carga de la prueba. De la oposición se
correrá traslado al actor quien podrá ofrecer los medios de prueba que pretenda producir en el
plazo de cinco días.En todo lo que no se encuentre específicamente modificado regirá el
trámite establecido en el proceso abreviado.

Deberá rechazarse sin sustanciar aquella oposición que, sobre el fondo de la cuestión, carezca
de fundamento o no ofrezca prueba tendiente a desacreditar la eficacia probatoria del
documento que fue base de la sentencia monitoria.

La resolución será apelable sin efecto suspensivo salvo disposición fundada del Juez.

La prueba a ofrecer para fundar la oposición planteada no podrá limitarse, exclusivamente a la


declaración de testigos, en ninguno de los supuestos.En los casos de los Incisos 4) y 5) del
Artículo 453, sólo se admitirá para fundar la oposición prueba documental, la absolución de
posiciones de la contraria y pericial.

Si no hubiese comparecido el demandado, se lo declarará rebelde en los términos del Artículo


58 en lo que fuere aplicable a este proceso, y será notificada juntamente con el primer
proveído de la ejecución de la sentencia cuando ésta se promoviere.Si no hubiese oposición
dentro del plazo establecido en el Artículo 469 o quedara firme su rechazo, podrá pedirse la

19
ejecución de la sentencia de conformidad con lo dispuesto en el Capítulo I del Libro IV del
Código. La falta de oposición no obstará a la impugnación de la condena en costas y la
regulación de honorarios mediante el recurso de reposición con o sin apelación en subsidio,
que tramitará por vía incidental sin suspender la ejecución.

Jurisprudencia de San Juan.

a) Corte de Justicia Sala Primera en “Prieto Gímenez, Juan Angel c/Orellano Cristina Esther
s/Proceso Monitorio” del 25 de noviembre de 2019.

En primer instancia el magistrado ordenó en la sentencia monitoria al accionado a firmar la


escritura pública de transferencia de dominio de un inmueble. Orellano se opuso, el juez
acogió la misma y revocó entonces su anterior sentencia porque dicho bien no era pasible de
escrituración por falta de documentación para ser transmitido al actor (faltaba plano de
mensura y la subdivisión de lotes con la nomenclatura catastral), imponiendo las costas a la
parte actora.

La misma interpuso recurso de inconstitucionalidad y casación.

El a quo dijo que “, el tribunal comienza por señalar que el proceso de estructura monitoria,
consagrado en el artículo 453 del Código de Procedimientos Civil (CPC) fue incorporado para
determinados supuestos y para dar mayor celeridad a la solución de los conflictos, siempre
que se cumplieran los recaudos correspondientes. Destaca, que el proceso está previsto para
casos específicos que por su naturaleza son de expedita tramitación, sin perjuicio de la vía
ordinaria posterior. Agrega que el proceso monitorio es una vía rápida y sencilla, que goza de
las garantías propias del debido proceso legal, y que beneficia al justiciable y a la
administración de justicia con una resolución eficiente y eficaz de los conflict os que no
necesitan de amplitud de debate y prueba.”

El ad quem rechazo el recurso porque no existía ninguna sentencia definitiva por lo tanto,
cabia la posibilidad de proseguir con las vías aptas procesales para dar lugas a la pretensión de
la actora.

20
Repetidamente ha dicho el Tribunal, sobre el particular, que el criterio para determinar si un
pronunciamiento es o no definitivo está dado por la supervivencia de la acción. No hay
definitividad cuando esta subsiste; sí, en cambio, cuando la acción se ag ota con la sentencia
recurrida (PRE 1973-215). En la misma línea, ha señalado que “No hay definitividad si se
resuelve una cuestión procesal que no (...) decide sobre el fondo del asunto, y por el contrario
deja expresamente a salvo otra vía para discutir sobre ello” (PRE S1 l992-I-l46; S2 l989-I-37,
l987-III-414, l985-II-308; etc.).

En el caso, la sentencia no se expide sobre el fondo del asunto y, por el contrario, alude a la
posibilidad de plantear una acción de escrituración ordinaria. Ello implica dejar abierta esa vía
procesal, lo cual –en función de las pautas fijadas en la jurisprudencia enunciada– significa
que la acción subsiste. Esto, a su vez, hace que la decisión no sea definitiva a los fines de los
recursos extraordinarios.

b)Cámara de Apelaciones en lo Civil, Comercial y Minería Sala Segunda en autos “López,


Adriana Balbina c/Bastante, Carlos Rubén s/Escrituración” del 18 de diciembre de 2018.

El a quo rechazó darle a la pretensión del actor el trámite monitorio pero le imprimió el
proceso ordinario. Dijo que no se acreditó la verosimilitud en el derecho ya que el demandado
no corresponde con el titular del derecho según el Registro Inmobliario.

La actora se agravió porque la documentación en que fundó su demanda de escrituración (con


firmas certificadas por escribano público) habilita el monitorio según el Código Procesal
Civil.

El ad quem afirmó que “El proceso de estructura monitoria fue incorporado al Código de
Procedimientos en lo Civil, Comercial y Minería de San Juan (arts. 453 a 459, CPCCyM),
vigente desde el mes de febrero del año 2010 (actual Ley Nº 988-O), con la finalidad de
alcanzar una mayor celeridad en la solución de determinados conflictos y evitar, de esa
manera, su tramitación en un proceso de conocimiento de estructura más c ompleja. Con
relación a ello, se puede indicar que se diferencia del proceso de conocimiento porque ante la
presentación del escrito de demanda por la parte accionante y sin previo contradictorio en el
caso de que se cumplan los requisitos de admisibilidad, el Juez dicta la sentencia monitoria en

21
la que ordena a la parte demandada el cumplimiento de una prestación de dar y/o de hacer
(art. 453, CPCCyM). Pero antes de que esta sentencia quede firme o consentida, se le da a la
parte demandada la posibilidad de plantear su oposición a la sentencia monitoria. De esta
manera, en el caso de que se plantea dicha oposición a la sentencia monitoria, el
contradictorio se invierte, pues solo con dicha oposición se puede detener los efectos de la
sentencia monitoria favorable a la parte accionante hasta que se defina si resulta o no
procedente dicha oposición. Y la falta de oposición determina que la resolución dictada
inicialmente adquiera la calidad de cosa juzgada y pueda ser ejecutada en caso de
incumplimiento… Las técnicas monitorias no son sino un desprendimiento o simplificación
del proceso de conocimiento ordinario. Integran técnicas que terminan conformando
procedimientos especiales que se fueron gestando con el tiempo para tutelar derechos de
clases, grupos o intereses determinados”.

Seguidamente afirmó que “… la técnica monitoria debe respetar determinados parámetros


para que se salvaguarde el debido proceso: principalmente la notificación fehaciente, la
comunicación adecuada al requerido advirtiendo sobre las consecuencias de su inacción en
determinado plazo y facilitarle la realización del acto de oposición. De tal manera, su derecho
de defensa se garantiza brindándole oportunidad para ser oído y oponerse”.

La Cámara cita a Pérez Ragone, en lo referente a las características de este proceso o


procedimiento, y son las siguientes: “El procedimiento monitorio no se asienta – ni conviene
hacerlo– sobre el requisito de la urgencia/ periculum in mora o de la verosimilitud del
derecho/ fumus bonis iuris. No pertenece a los denominados procesos de urgencia. Dicho
encasillamiento entorpece el funcionamiento mismo del instituto confundiéndolo inútilmente
con mecanismos procesales tales como las medidas cautelares o las llamadas medidas
autosatisfactivas; b) Tampoco es un proceso de ejecución ni se confunde o debe confundirse
con aquel. Es un proceso especial fuera de los procesos de ejecución. Pertenece más bien a
una faz cognitiva y no ejecutiva. El objetivo de las formas monitorias es acceder a un título
ejecutivo judicial que permita la apertura de la ejecución. Similar al proceso de conocimiento
se hace valer una pretensión de contenido condenatorio para obtener un título ejecutivo
judicial. El monitorio es el pórtico a la ejecución, no la ejecución misma.; c) No ex iste una
forma única de procedimiento monitorio. Histórica y actualmente no puede hablarse de una

22
técnica que se manifiesta mediante diversas formas procedimentales desde el siglo V para
unos, desde el XIII para otros; d) No se confunden la técnica monitoria con la condena con
reserva. En el monitorio no existe contradictorio ni proceso posterior de conocimiento, sino
apenas la posibilidad sobre la base de la decisión única del requerido de oponerse y poder
discutir la pretensión del requerido en un proceso de conocimiento; e) Las formas monitorias
tienen elementos esenciales que las caracterizan y diferencian como tales, a saber: una técnica
o modo de funcionamiento (del secundum eventum contradictionis ) y una estructura
procedimental propia (inversión del contencioso/inversión du contentieux) (Elementos
esenciales). La inversión en realidad no lo es del “contradictorio", sino de la "iniciativa de
contradicción" que cae en quién puede hacer valer una oposición, el requerido, intimado o
demandado por monitorio; y f) Igualmente pueden existir otros elementos (accidentales) que
permitan predicar la existencia de variedades de formas monitorias. No hacen a su esencia,
sino más bien influyen en su funcionalidad. Por ejemplo si se requiere o no prueba
documental, si es necesaria una cognición judicial sumaria o no, si es informatizado o no, qué
tipos de pretensiones pueden hacerse valer, si está estructurado en una o más fases de
requerimiento de pago”.

El tribunal dijo que un modelo con prueba documental -como se implementó en el CPCCyM
de San Juan-, que exija a priori acreditar la pretensión monitoria, podría llegar a excluir un
gran número de acreedores que debieran tener acceso al procedimiento monitorio. En función
de la interpretación que se haga de este requisito, solo podrían ser admitidos aquellos que
logren probar íntegramente la obligación y entenderlo, entonces, de esta forma debe
considerarse un atentado contra la naturaleza y finalidad del procedimiento monitorio En
realidad, como sostiene Pérez Ragone, en el monitorio no hay un tema de prueba, sino un
examen de admisibilidad y plausibilidad de la petición monioria. Y agrega que lo contrario
implicaría que el documento que se acompaña a la demanda deba considerarse como plena
prueba que sobrepase la mera apariencia de la deuda, de tal manera que el Juez, secretario u
otro funcionario para acoger la demanda a tramitación estaría efectuando un verdadero
análisis de cognición acerca de la certeza del crédito. Entonces, según indica este autor y se
comparte, la única deducción lógica posible es pensar en que para admitir la demanda a
tramitación basta que existan documentos que le sirven de fundamento. No es el momento en

23
que el juez debe evaluar el mérito de los mismos, y, así se radica por tanto, toda la fuerza
probatoria del procedimiento en la eventual oposición del deudor.

Analizando el sistema instaurado en el código de forma, los magistrados sentenciaron que el


modelo documental, está hecho no para acreditar la obligación que se hace valer, sino como
garantía de seriedad de la afirmación del crédito que se alega contra demandas infundadas.
Entonces, exigir un mayor examen por parte de los jueces sobre la petición monitoria podría
desnaturalizar el funcionamiento del instituto y en realidad los documentos son útiles aunque
complementarios, ya que la fuerza probatoria del procedimiento monitorio proviene
precisamente del -posible- silencio del deudor. Éste es lo que realmente otorga fuerza y
sustento al derecho del que, en principio solo se tenía una apariencia, pues las instituciones
procesales deben ser creadas, interpretadas y aplicadas con la óptica dirigida a que su fin es la
efectividad de los derechos sustanciales.

Por todo lo expuesto la Cámara revocó la sentencia anterior y ordenó que la demanda transite
el proceso monitorio.

3.3 Análisis de la Ley Ritual de La Pampa y su jurisprudencia:

El Código Procesal Civil y Comercial de esta provincia fue sancionado el 29 de marzo del
2001,y en su art. 463 ordena que se aplicarán las normas del presente título a las controversias
que versen sobre: a) obligación exigible de dar cantidades de cosas o valores mobiliarios o de
dar cosas muebles ciertas y determinadas; b) división de condominio; c) restitución de la cosa
inmueble dada en comodato; d) desalojo de bienes inmuebles urbanos y rurales por
vencimiento del plazo contractual; e) desalojo de bienes inmuebles urbanos y rurales por falta
de pago, siempre que se hubiere justificado por medio fehaciente la interpelación al locatario
que establecen las leyes vigentes; f) obligación de otorgar escritura pública y transferencia de
automotores; g) cancelación de prenda o hipoteca; h) los procesos de ejecución, en los casos
autorizados por este código u otras leyes, con excepción de la ejecución de sentencia.

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Para acceder al proceso monitorio, a excepción del supuesto contemplado en el artículo 463
inciso h), el actor deberá presentar instrumento público o instrumento privado reconocido
judicialmente o cuya firma estuviere certificada por escribano público, de cuyo contenido
surja el derecho en que se funda la acción.

Solicitada la apertura del procedimiento monitorio, el juez examinará cuidadosamente si el


título cumple con los recaudos legales.En caso afirmativo, dictará sentencia monitoria
conforme la pretensión deducida.

La sentencia monitoria se notificará en el domicilio real mediante cédula o acta notarial,


agregándose las copias de la demanda y documental acompañada. En caso que se ignorase el
actual domicilio del destinatario de la notificación, ésta se practicará por edictos que se
publicarán por una vez en el Boletín Oficial y en un diario.

En los supuestos previstos por los incisos a), f) y g) del artículo 463, la oposición deberá
deducirse en la forma y en el término previsto por los artículos 320, 328 y 339 ofreciendo la
prueba que haga a su derecho.

De ser procedente, se correrá traslado al actor por el término de cinco días quien podrá ofrecer
su prueba, continuándose la tramitación conforme las normas del proceso ordinario.En los
demás casos, la oposición, que deberá ser acompañada con el ofrecimiento de la prueba, se
formulará dentro de los cinco días. De ser procedente, se correrá traslado por igual término al
actor, quien podrá ofrecer prueba.La continuación del trámite se regirá por las normas que
este Código específicamente prevé en cada supuesto.

Deberá rechazarse "in limine" aquella oposición que, sobre el fondo de la cuestión, no la
funde ni ofrezca prueba tendiente a desacreditar la eficacia probatoria del documento que fue
base de la sentencia monitoria.Las prescripciones del párrafo anterior no se aplicarán a los
procesos de ejecución, los que se regirán por sus normas específicas.

La prueba a ofrecer para fundar la oposición planteada no podrá limitarse, en ninguno de los
supuestos,exclusivamente a la declaración de testigos.En los casos de los incisos d) y e) del
artículo 463, sólo se admitirá el ofrecimiento de prueba documental, la declaración de la

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contraria y la pericial para fundar la oposición. En defecto de oposición, firme la sentencia, se
continuará con la ejecución aplicándose en cuanto fuere compatible con la naturaleza de la
prestación debida. La falta de oposición no obstará a la impugnación de la condena en costas
y la regulación de honorarios mediante el recurso de reposición con apelación en subsidio,
que tramitará por vía incidental sin suspender la ejecución.

Jurisprudencia de La Pampa.

a) Cámara de Apelaciones en lo Civil, Comercial Laboral y de Minería en autos “Zappa,


Celina Beatriz y Otro c/La Abuelita S.A y Otro s/Desalojo”del 27 de mayo 2005.

Se inició el monitorio para desalojar a La Abuelita S.A y a Onora Agropecuaria S.A por
vencimiento del contrato. Ambos alegaron fuerza mayor (sequía) y falta de certificación de
firmas de ambas.

Aludieron a que no se había dado cumplimiento del art.464 CPCC.

La Cámara dijo que “La falta de certificación de una firma en un documento privado que sirve
para acceder al monitorio, no puede ser invocado por el codemandado cuya firma este
efectivamente certificada”.

En el proceso ante el magistrado en primera instancia la demandada reconoció el negocio


jurídico y reconoció que esa firma que faltaba certificar era de su representante. Aquí
“reconoció judicialmente el documento” que es el acto supuesto del art.464 CPCC.

La Cámara rechaza el recurso, y confirma la sentencia monitoria.

b) Cámara de Apelaciones en lo Civil, Comercial, Laboral y Mineria de La Pampa en autos


“Club Sportivo Realicó c/Peralta Rogelio Carlos s/Desalojo” del 15 de marzo de 2012.

El Club promovió proceso monitorio para desalojar a Peralta por vencimiento de contrato.

Era un comodato con firmas certificadas (art.463 inc.e y 464 CPCC).El juez dictó sentencia
monitoria y ordenó el desalojo. El demandado se opuso, alegando falta de legitimación activa

26
y desconoció la documental de la actora. El contrato con firma certificada estaba en otro
proceso laboral entre las mismas partes.

El demandado apeló porque dijo que el juez suplió la carga de la actora de presentar
documental original de personería. Se agravió de que se dictó la sentencia monitoria sin haber
presentado dicho contrato omitiendo los recaudos del art.464 de la ley de forma.

El ad quem dijo que “. El nuevo Código Procesal Civil y Comercial de la Provincia de La


Pampa, sancionado por ley 1.828 y que entró en vigencia el día 01/04/2001, entre sus
novedades incorporó en el Libro III los llamados procesos de "estructura monitoria", procesos
que ninguna identificación tiene con los procesos de ejecución, regulados en partir del Libro
IV del mismo código. La idea del legislador al introducir este tipo de procesos, fue procurar
mejorar la administración de justicia, siempre criticada por su extremada lentitud,
proponiendo solucionar determinados conflictos judiciales de forma rápida, con la mayor
celeridad posible, de modo que el acreedor, en casos sencillos y cuyo derecho surja de un
título de un modo claro y en apariencia prácticamente indiscutible por el eventual
contradictor, obtiene desde el inicio una sentencia favorable que se expide sobre el fondo de
la cuestión, y no deba tener que soportar todo el trámite de un proceso judicial convencional,
para recién obtener el reconocimiento del derecho que reclama. El procedimiento de
"estructura monitoria" resulta aplicable a las controversias previstas en el art. 463 del Cód.
Procesal, y en el inciso c) se refiere a las controversias que versen sobre la "restitución de la
cosa inmueble dada en comodato". "Para acceder al proceso monitorio... el actor ‘deberá’
presentar el instrumento público o instrumento privado reconocido judicialmente o cuya firma
estuviese certificada por escribano público, y de cuyo contenido surja el derecho en que se
funda su acción (art. 464, Cód. Procesal). Corresponde afirmar que la presentación del título
en los términos del art. 464 del Cód. Procesal resulta ser un requisito esencial e ineludible, un
requisito que hace a la admisibilidad de la pretensión, para el actor que pretende acceder al
proceso monitorio, puesto que merced a ese título obtendrá una sentencia monitoria c onforme
la pretensión deducida, es decir una sentencia dictada ‘inaudita parte’ que se expide sobre el
fondo del asunto. Se ha dicho que para marcar una nota identificatoria del monitorio (o
injunción) que a diferencia de ‘la estructura contradictoria normal del proceso común o simple
-en la que el juez escucha a ambas partes y después decide- se invierte, pues oído el actor (el

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ejecutante, por caso) el juez dicta sentencia monitoria acogiendo su demanda, abriéndose
entonces, no antes, el contradictorio, para luego (condicionada) mantener o no una sentencia’
(conf. Ríos Gustavo A.: ‘La injucción santafecina’, en JS, ‘Revista de Doctrina y
Jurisprudencia de la Provincia de Santa Fe’ (director Dr. Jorge W. Peyrano), ps. 27 -35; edit.
Panamericana, nº 3, 1993; véase Martínez Oscar J. ‘Procesos de estructura monitoria’, citado
en el libro sobre los relatos nacionales argentinos e informes generales a las ‘XIV Jornadas
Iberoamericanas de Derecho Procesal’, ps. 239/266; La Plata, 1994; autores citados por
Morello - Sosa - Berizonce: ‘Códigos Procesales...’, Tomo VI-B, nº 790 bis, ps. 532/533; edit.
Librería Editora Platense, 1996). En el mismo sentido se señala que el proceso monitorio
supone una estructura, caracterizada por una decisión inicial sobre el fondo -solicitada por el
actor- y sin audiencia de la contraparte. El demandado puede oponerse en un plazo
determinado, generándose el clásico procedimiento dialéctico, manteniéndose o no la primera
resolución. La falta de oposición hace que aquélla adquiera la calidad de cosa juzgada. En
consecuencia, la decisión inicial constituye una verdadera sentencia definitiva condicionada a
su impugnación en término perentorio" (conf. Teitelbaum Jaime: ‘Proceso monitorio y
ejecutivo’, en Curso sobre el CGP, Tomo II, p. 129; Montevideo, 1992; citado por Falcón
Enrique en: ‘Tratado de Derecho Procesal...’, Tomo V, p. 165; edit. Rubinzal Culzoni, 2006).
Promovido el proceso monitorio y presentado el título con los requisitos exigidos por el art.
464 de la ley ritual, el juez debe limitarse a examinar cuidadosamente si el título cumple con
los recaudos legales, y en tal sentido debe ser sumamente restrictivo, y si los cumple, dictará
la sentencia monitoria conforme a la pretensión deducida (art. 465, Cód. Procesal).”

“La ‘prueba’, más bien el ‘título’ que da derecho a este particular proceso (art. 465), ya tiene
que estar incorporado desde un principio, para que pueda dictarse la sentencia
monitoria.”Agregó además , que la demandante agregó un telegrama según el cual Peralta
debía desalojar el inmueble por haberse roto la relación laboral y dijo que acompañaba en
copia debidamente certificada un contrato de comodato, cuyo original se halla agregado al
exp. "Peralta, Rogelio Carlos c/Club Sportivo Realicó s/Proceso laboral" y tiene "las firmas
debidamente certificadas conforme lo exigido por los arts. 463 inc. e y 464 del C. P. C. C.";
pese a ello, no acompañó la copia certificada. De modo que, si quien quiere acceder a un
proceso de estructura monitoria por desalojo no tiene en su poder el título necesario para ello,

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por estar agregado a otro expediente judicial, debe al menos incorporar una copia auténtica,
como dijo hacerlo la actora (y admitió el demandado a fs. 16v. que podría haber hecho).

Por ello al no haberse incorporado al proceso el contrato con firma certificada no puede el
demandado ejercer eficazmente se derecho de defensa.

Entonces si el actor omitió adjuntar el título, que en un presentación dijo acompañar, como
ocurrió en el caso, el juez de primera instancia debiendo actuar con el criterio restrictivo
indicado, sin más trámite debio rechazar la pretensión introducida, puesto que el actor no
cumplió con el principal requisito de admisibilidad para que su pretensión sea admitida por la
vía de un proceso de estructura monitoria.

La Cámara admitió la apelación y revoca la sentencia monitoria..

c) Cámara de Apelaciones en lo Civil, Comercial, Laboral y Minería en autos “De Franco


Antonio y Otros c/ Renard, Francis Jean Pierre s/Escrituración” del 16 de febrero de 2011.

La magistrada de primer instancia constató que el contrato de permuta fue firmado por las
partes y certificadas las mismas ante escribano público, todo conforme al art.464 CPCC. Dicta
sentencia monitoria, haciendo lugar a la acción promovida y fija un plazo de 30 días a fin que
el demandado realice los trámites pertinentes para la suscripción de las correspondientes
escrituras en los términos del contrato suscripto en fecha 16/09/09.

El demandado es notificado de la sentencia y opone falta de acción e incumplimiento


contractual. La jueza las rechazó porque al contrato permuta no se le destruyó su eficacia
probatoria. El condenado se agravia y apela la misma, ya que no se le corrió traslado de la
documental ofrecida por la actora.

“Debe recordarse que el presente es un proceso de estructura monitoria que tiene por finalidad
obtener la satisfacción de un crédito que la ley presume existente en virtud de la peculiar
modalidad que reviste el documento que lo comprueba. En consecuencia, dado que en la
hipótesis el objeto de la litis se sustenta en lograr la escrituración que da cuenta el contrato de
permuta suscripto por las partes con firma certificada por escribano público, correspondía al

29
demandado demostrar que su incumplimiento respondía a cuestiones objetivas, serias,
fundadas en vicios o inidoneidad del título base de la sentencia monitoria dictada”.

"La denominada ‘sentencia monitoria’, que se dicta con la sola demanda es una resolución
que carece de efectos inmediatos, ya que éstos quedan sujetos a la condición suspensiva
negativa (artículos 545 y 548, Cod. Civ.) de la incomparecencia o no oposición del deudor. El
ejercicio por éste de su derecho a contradecir la pretensión del actor priva a la orden de pago
de toda eficacia ejecutiva, generando la necesidad de promover un juicio de conocimiento,
como si nunca hubiera sido emanada la orden de pago, o abriendo una etapa cognoscitiva
amplia destinada a confirmar o revocar la sentencia monitoria..." .

En el presente caso el demandado se opuso a la sentencia monitoria, de forma fundada y


ofreció prueba tendiente a acreditar que no tenía obligación a escriturar (ya que el contrato no
contenía ningún plazo para escriturar, ergo no hay plazo vencido).

La Camara dijo que el nulidicente debió indicar concretamente cuáles fueron las defensas que
se vió privado de oponer por la falta de traslado de la documental acompañada por el actor en
la oportunidad prevista por el art. 467, 1er. párr. del CPCC; lo que no ha hecho.

Entonces se le deniega el recurso intentado.

3.4 Análisis de la Ley Ritual de Santa Cruz y su jurisprudencia.

El Código Procesal Civil de esta provincia (incorporó el monitorio por ley Nº3453 el 13 de
octubre de 2015) contempla los supuestos de hecho para abrir el procedimiento monitorio y
son para las controversias que versen sobre:1º. Obligación exigible de dar cantidades de cosas
o valores mobiliario o de dar cosas ciertas y determinadas;2º. Desalojo de bienes inmuebles
urbanos y rurales por incumplimiento de convenios de desocupación celebrados con
posterioridad a la causal que dio origen a ellos, y por las causales de vencimiento de contrato
y falta de pago; en este último supuesto deberá justificarse por medio fehaciente la
interpelación al locatario que establecen las leyes vigentes;3º. División de condominio;4º.

30
Restitución de la cosa dada en comodato;5º. Los procesos de ejecución, de conformidad con
las normas que regulan esos procesos.

Para acceder al proceso monitorio, salvo en los casos previstos en el Inciso5º del artículo
anterior, el actor deberá presentar instrumento público o instrumento privado reconocido
judicialmente o cuya firma estuviera certificada por escribano público, de cuyo contenido
surja el derecho en que funda la pretensión.

Solicitada la apertura del procedimiento monitorio, el Juez examinará cuidadosamente si el


título cumple con los recaudos legales para la procedencia de esta clase de procesos. En caso
afirmativo dictará sentencia monitoria conforme la pretensión deducida.

La sentencia monitoria se notificará en el domicilio real del demandado, o en el constituido, si


correspondiese, mediante cédula o acta notarial, con copias de la demanda y de la
documentación acompañada. Deberá cumplirse con lo dispuesto por el Artículo316, 2º Parte.
Se aplicará en lo pertinente lo dispuesto en el Libro II, Título II, Capítulo II.

Dentro del plazo de diez días a partir de la notificación, el demandado podrá deducir
oposición por escrito, dando los argumentos de hecho y de derecho en que la funda y
ofreciendo la totalidad de la prueba de la que intenta valerse. El oponente tiene la carga de la
prueba. Si el Juez considera formalmente admisible la oposición, correrá traslado al actor
quien podrá ofrecer los medios de prueba que pretenda producir. En todo lo que no se
encuentre expresamente modificado, para el trámite de la oposición se aplicarán las normas
establecidas para el proceso sumarísimo.

Se rechaza in límine la oposición que no se funde en hechos concretos y no se ofrezca prueba


idónea para desacreditar la eficacia probatoria del documento que fue base de la sentencia
monitoria.La resolución será apelable.

La prueba ofrecida para fundar la oposición no podrá limitarse, en ninguno de los supuestos,
exclusivamente en la declaración de testigos.En los casos previstos en el Inciso 2º del
Artículo464 sólo se admitirá la prueba documental, la declaración de la parte contraria y la
pericial.

31
Si no hubiese habido oposición dentro del plazo establecido en el Artículo 468 o quedare
firme el rechazo de la oposición podrá pedirse la ejecución de la sentencia de conformidad
con lo dispuesto por los Artículos 477 y siguientes.

La falta de oposición no obstará a la impugnación de la condena en costas y la regulación de


honorarios mediante el recurso de reposición con o sin apelación en subsidio, que tramitará
por vía incidental sin suspenderla.

Jurisprudencia de Santa Cruz.

a)El Juzgado Provincial de Primera Instancia Nº2 en lo Civil, Comercial, Laboral y Minería
de Rio Gallegos, resolvió en los autos caratulados “Banco Santa Cruz S.A c/ A.Florencia
s/Monitorio” el 27 de agosto de 2019.

La entidad bancaria se presenta en sede judicial y solicita la preparación de la vía ejecutiva


por la suma adeudada por la demandada de ochenta y seis mil doscientos treinta con dieciocho
centavos.

Tal pretensión se basa en un certificado de deuda , a lo que el magistrado cita a la deudora


para reconocer su firma, pero no se presento por lo cual se hizo efectivo el apercibimiento.

Asimismo se le imprimió al proceso el tramite del monitorio y como el documento base de la


acción es el que trae aparejada ejecución conforme al art.464 inc.5, 499, 502 del código de
forma se dictó llevar adelante la ejecución por dicha suma.

Al dictarse esta sentencia el juez ordena que “Hagase saber al oficial de justicia que en
oportunidad de practicar la diligencia encomendada deberá hacer constar expresamente que el
deudor reside en el domicilio que fuera denunciado por la actora en el escrito de inicio,
asimismo, deberá dar cumplimiento con lo establecido en el art.316 segundo párrafo del
código de rito”. Y a continuación agrega que “para el caso de la frustración de la diligencia
ordenada en el punto 6º, librese oficio- en su caso en los términos de la ley 22.172- con los
recaudos de estilo, por el termino y bajo apercibimiento de los arts.376, 377, y con las
facultades otorgadas por el art.378 del CPCC si fuera menester, debiendo transacribirse su

32
parte pertinente, a la AFIP, DGI , Registro Civil y Capacidad de las Personas Provincial y
Nacional , a las Empresas Claro, Personal y Movistar – a fin de que se sirvan informar el
ultimo domicilio del demandado”.

Debe destacarse que el art.316 al que se refería la sentencia monitoria establece que cuando el
demandado reside en la jurisdicción del juzgado se le notifica por medio de cedula que se le
entrega en su domicilio real, y en el caso de que este no fuere habido se le deja aviso para que
espere al día siguiente y si aun no se le encontrare entonces, se le entrega tal documento a otra
persona de la casa.

También se ordenó que en el caso de que se frustrare la notificación personal o por cedula del
demandado debe librarse oficio a la AFIP, DGI, Registro Civil y Capacidad de las Personas
Provincial y Nacional, a las Empresas Claro,Personal y Movistar a fin de que se sirvan
informar el ultimo domicilio del demandado.

Lo que evidencia que aun cuando no se hallare al demandado en su domicilio el juez ordena
notificarlo aun cuando se sepa su domicilio, protegiendo su derecho de defensa.

3.5 Análisis de la Ley Ritual de Entre Ríos y su jurisprudencia.

La ley 9776 sancionada el 20 de junio de 2007 (publicada en el boletín oficial el 24 de julio


del mismo año) modifico el código procesal civil y comercial de esta provincia, incorporando
el monitorio. A su vez dispuso que entraría en vigencia 180 días después de su publicación
oficial.

Esta ley en su art. 472 dispuso los supuestos de hecho que abrirían el monitorio y son:

1. Obligación exigible de dar cantidades de cosas o valores mobiliarios o de dar cosas


muebles ciertas y determinadas, 2. División de condominio, cuando la división en especie
fuera imposible, 3. Restitución de la cosa mueble dada en comodato, 4. Desalojo de bienes
inmuebles urbanos y rurales por vencimiento del plazo contractual, 5. Desalojo de bienes
inmuebles urbanos y rurales por falta de pago, siempre que se hubiere justificado por medio

33
fehaciente la interpelación al locatario, 6. Obligación de otorgar escritura pública y
transferencia de automotores; 7. Cancelación de prenda o hipoteca, 8. Los procesos de
ejecución, en los casos autorizados por este código u otras leyes, con excepción de la
ejecución de sentencia.

Para acceder al proceso monitorio, a excepción del caso contemplado en el artículo 472 inciso
8, el actor deberá presentar instrumento público o instrumento privado reconocido
judicialmente o cuya firma estuviere certificada por escribano público, de cuyo contenido
surja el derecho en que se funda la acción.

Asimismo podrá prepararse este proceso pidiendo previamente el interesado que sea
reconocido el instrumento privado. La citación al futuro demandado para que efectúe el
reconocimiento de su firma se hará en la forma prescripta en los artículos 326 y 327 bajo
apercibimiento de que si no compareciere o no contestare categóricamente se tendrá por
reconocido el documento.

Solicitada la apertura del procedimiento monitorio, el juez examinará cuidadosamente si el


título cumple con los recaudos legales. En caso afirmativo, dictará sentencia monitoria
conforme a la pretensión deducida y a las particularidades que en cada caso establece la ley.

La sentencia monitoria se notificará en el domicilio real mediante cédula, acta notarial o


medio equivalente, que permita la adjunción y entrega de las copias de la demanda y
documental acompañada. En caso que se ignorase el actual domicilio del destinatario de la
notificación, ésta se practicará por edictos que se publicarán por una vez en el Boletín Oficial
y en un periódico, cumpliéndose los recaudos previstos por los artículos 142, 143 y 144.

En los supuestos previstos por los incisos 1, 6 y 7 del artículo 472, el demandado podrá
articular oposición, la que deberá deducirse en la forma y en el término previstos por los
artículos 325, 332 y 342, ofreciendo toda la prueba de que intente valerse. De ser procedente,
se correrá traslado al actor por el término de cinco días quien podrá ofrecer su prueba.

En los demás casos, la oposición, que deberá ser acompañada con el ofrecimiento de la
prueba, se formulará dentro de los cinco días.

34
De ser procedente, se correrá traslado por igual término al actor, quien podrá ofrecer prueba.
La continuación del trámite se regirá por las normas que el código específicamente prevé en
cada supuesto o las leyes que regulen el procedimiento de que se trate.

En todo lo no establecido para el caso específico, el trámite de la oposición se regirá por las
normas del proceso sumarísimo. No se requerirá decisión expresa sobre la admisibilidad de
las defensas o excepciones. La sentencia que resuelva la oposición tendrá los efectos qu e
correspondan conforme la naturaleza procesal y sustancial de la pretensión deducida por vía
monitoria.

Deberá rechazarse "in limine" aquella oposición que, sobre el fondo de la cuestión, no la
funde ni ofrezca prueba tendiente a desacreditar la eficacia probatoria del documento que fue
base de la sentencia monitoria.

Las prescripciones del párrafo anterior no se aplicarán a los procesos de ejecución, los que se
regirán por sus normas específicas.

La prueba a ofrecer para fundar la oposición planteada no podrá limitarse a la declaración de


parte.

En defecto de oposición o resuelta ésta por decisión firme, se continuará con la ejecución de
la sentencia monitoria, aplicándose en cuanto sean compatibles con la naturaleza de la
prestación debida, las normas del Libro III, Título I, Capítulo I del código. La impugnación de
la regulación de honorarios mediante el recurso de reposición con apelación en subsidio
tramitará por vía incidental sin suspender la ejecución.

La sentencia que resuelva la oposición será apelable en relación cuando:

1. Las defensas articuladas hubieran sido declaradas inadmisibles, 2. Cuando las defensas
hubieran sido tramitadas como de puro derecho, 3. Cuando se hubiera producido prueba
respecto de las opuestas, 4. Cuando versaren sobre puntos ajenos al ámbito natural del
proceso monitorio o causaren gravamen irreparable en el juicio de conocimiento ulterior.-

Jurisprudencia de Entre Ríos.

35
a) Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial Sala III en autos “Superior Gobierno de la
Provincia de Entre Ríos c/Eckert Oscar Hugo s/Monitorio Ordinario” del 12 de diciembre de
2018.

En primera instancia se denegó la vía monitoria para cobrar una suma de dinero (art.472
CPCC) porque la documentación acompañada no cumplía con la instrumentalidad exigida por
la ley (no tenía firma certificada).El quejoso aduce que si la via elegida no es la correcta
según el magistrado, entonces por las facultades de saneamiento y dirección debió
readecuarla.Lo que no ocurrió, ya sea monitorio u ordinario.

El ad quem afirmó que “No debe soslayarse el carácter de procesos de conocimiento que
revisten tanto el trámite ordinario como el monitorio cuando se pretende una acción de este
tipo, cobro de pesos, siendo el proceso contradictorio tradicional la base a la que debe caudar
toda acción monitoria ejercida a tenor del art.472 inc.1º y que resulta inadmisible”.

La resolución por mayoría de la cámara fue no se le admitieron los agravios pero dijeron que
a fin de dilatar aun mas, evitar desgaste jurisdiccional, y ademas por economía procesal
corresponde admitir la reconducción procesal solicitada por el actor. Ordenando a la instancia
de origen que a la pretensión se le de la via procesal de conocimiento que corresponda.

b) Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial Sala I en autos “Nuevo Banco Entre Ríos
S.A c/Barrios Stella Maris y Otros s/Monitorio” del 10 de septiembre de 2020.

El Banco apeló una sentencia que acogió la oposición a la sentencia monitoria y lo condenó al
pago de las costas.

El juez de primera instancia entendió que la tasa de interés pactada entre las partes era
excesivamente onerosa por ello, ejerció la facultad que le da el art.771 del CCCN y la fijó a
una que no supere una vez y media de la TABNA. Imponiendo el total de las costas al
acreedor.

El actor se agravió en relación a este último ítem, ya que consideraba que solo se había fijado
un tope para el interés –nunca los redujo- lo que implicaba que la parte demandada no era el

36
vencedor en el proceso. La oposición planteada en realidad, no fue admitida en aquella
instancia por ello era injusto imponerle las costas. Por su parte, los ejecutados dijeron que si
habían resultado vencedores en su oposición a la sentencia monitoria, ya que el magistrado
ejerció una facultad que le es propia y redujo considerablemente la tasa de interés, reduciendo
la deuda exigida.

La Cámara dijo que “el Código vigente…incorporó el procedimiento monitorio, de tipo


documentado. Según el art.477, una vez dictada la sentencia y notificada al demandada, éste
puede ‘oponerse’ a ella…’Tras lo cual la continuación del trámite se regirá por las normas que
este Código específicamente prevé en cada supuesto’…”.

El art.478 establece que la sentencia que resuelva la oposición tendrá los efectos que
conforme a la naturaleza procesal y sustancial de la pretensión deducida por vía monitoria. El
ad quem añade que la estructura procedimental diseñada por el legislador admite que se
articule una defensa por el accionado y en virtud de esta, el magistrado revoque o modifique
por contrario imperio la sentencia monitoria ya dictada.Esto se debe a que la prueba que
introdujo el actor cambia precisamente por la oposición del demandado.

El presente caso se trata de un título de crédito (pagare) impago cuya tasa de interés asciende
al 198 %.Cuando el demandado se presenta al monitorio se opone y el juez reduce dicha tasa.

“Lo resuelto por el juez en la resolución apelada, no se ajusta al tramite del proceso monitorio
en donde,al admitir la oposición parcial de la ejecutada, debió revocar-parcialmente-la
sentencia monitoria del 5 de noviembre de 2019 dictando nueva sentencia en conformidad a
lo decidido, readecuando los honorarios allí regulados como las costas impuestas”, porque si
bien la sentencia monitoria debe contener las costas al demandado,esta desición al igual que la
de fondo se encuentra condicionada a la ulterior actitud de este ultimo.

Si no formula oposición, entonces las costas adquirirá firmeza. Pero si la formula, lo referido
a las costas quedara supeditado a lo que se pronuncie sobre tal oposición.

Al modificar la primera resolución judicial el juez debió mandar llevar adelante la ejecución
por la deuda informada e imponer costas en una proporción mayor que al ejecutante. Por ello

37
la Cámara revocó la sentencia e impuso las costas en un 85% a la deudora y en un 15 % al
Banco para la primer instancia.

5.6 Análisis de la Ley Ritual de Chaco y su jurisprudencia.

Esta provincia sanciona la ley Nº2559-M el 19 de diciembre de 2016 que modifica su código
de forma (el 1 de agosto de 2018 entra en vigencia) y de esta manera se incorpora el
monitorio. Estableciendo que para abrir este procedimiento se predisponen las siguientes
controversias que versen sobre:

1) Obligación exigible de dar cantidades de cosas o valores mobiliarios, o de dar cosas


muebles ciertas y determinadas, 2)División de condominio, 3) Restitución de la cosa dada en
comodato, 4)Desalojo de bienes inmuebles urbanos y rurales por falta de pago, siempre que se
hubiere justificado por medio fehaciente la interpelación al locatario que establecen las leyes
vigentes, 5)Desalojo de bienes inmuebles urbanos y rurales por vencimiento del plazo
contractual o falta de plazo de restitución, siempre que en éste último caso se acredite la
intimación fehaciente a restituirlo, 6)Obligación de otorgar escritura pública., 7)Obligación de
transferir automotores, 8)Cancelación de prenda o hipoteca., 9)Los procesos de ejecución, en
los casos autorizados por este Código u otras leyes, con excepción de la ejecución de
sentencia, en cuanto a lo que no esté regulado en las normas específicas.

Será requisito para acceder al proceso monitorio, salvo en los casos del inciso 9), que el actor
presente instrumento público, o instrumento privado reconocido judicialmente, o cuya firma
estuviere certificada por Escribano Público, de cuyo contenido surja el derecho en que se
funda la acción. En los supuestos de los incisos 1), 6) y 7), la controversia tramitará por
proceso monitorio, o por el trámite sumario, según lo determine el Juez, mediante resoluc ión
debidamente fundada, atendiendo a la complejidad de la causa. Dicha resolución será
inapelable. En el supuesto que se resuelva continuar como proceso de conocimiento, dentro
del término de cinco días deberán las partes adecuar sus escritos de demanda y contestación a
fin de cumplir con los requisitos establecidos en este Código para el proceso de que se trate.

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Solicitada la apertura del procedimiento monitorio, el Juez examinará cuidadosamente si el
título cumple con los recaudos legales. Si así fuere, dictará el despacho monitorio conforme la
pretensión deducida, dentro del plazo de quince días.

El despacho monitorio se notificará por cédula o acta notarial, en el domicilio especial


convenido por instrumento público o privado con firma certificada o reconocida. En ausencia
de éste, en el real, o el contractual, según corresponda, agregándose las copias de la demanda
y documental acompañada, con las formalidades establecidas en el artículo 341. Si se ignorase
el actual domicilio del destinatario de la notificación, ésta se practicará conforme las normas
de este Código para la notificación de personas inciertas o con domicilio o residencia
ignorados o desconocidos.

Dentro del plazo de diez días de notificado, el demandado, podrá deducir oposición, dando los
argumentos de hecho y de derecho en que se funda, y ofreciendo la totalidad de la prueba de
la que intenta valerse. Al oponente le incumbe la carga de la prueba. Si se considera admisible
la oposición se correrá traslado al actor quien podrá ofrecer los medios de prueba que
pretenda producir, en el plazo de cinco días. En todo lo que no se encuentre específicamente
modificado regirá el trámite establecido en el proceso sumarísimo.

Deberá rechazarse sin sustanciar aquella oposición que, sobre el fondo de la cuestión, carezca
de fundamento o no ofrezca prueba tendiente a desacreditar la eficacia probatoria del
documento que fue base del despacho monitorio. La resolución será apelable. Cuando el actor
diere fianza de responder de lo que percibiere si la sentencia fuese revocada el recurso se
concederá en efecto no suspensivo. Las prescripciones del párrafo anterior no se aplicarán a
los procesos de ejecución, los que se regirán por normas específicas.

La prueba a ofrecer para fundar la oposición planteada no podrá limitarse, exclusivamente a la


declaración de testigos, en ninguno de los supuestos. En los casos de los incisos 4) y 5) del
artículo 475, sólo se admitirá para fundar la oposición prueba documental, la declaración de la
contraria y pericial.

Si no hubiese oposición dentro del plazo establecido en el artículo 478 o quedara firme su
rechazo, el despacho monitorio adquirirá el carácter de sentencia y podrá pedirse la ejecución

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de la misma de conformidad con lo dispuesto en el Capítulo I del Título I del Libro V del
Código. La falta de oposición no obstará a la impugnación de la condena en costas y la
regulación de honorarios mediante el recurso de reposición con o sin apelación en subsidio,
que tramitará por vía incidental sin suspender la ejecución.

Jurisprudencia de Chaco.

a) Superior Tribunal de Justicia en autos “Edic S.R.L c/Perini, Pedro Eduardo y Ramírez,
Elva s/Ejecutivo” de 23 de septiembre de 2013.

En primera instancia se había dictado sentencia monitoria (condenando el pago de 6.975,50


pesos), a lo que el demandado se opuso aduciendo prescripción. Luego planteó caducidad de
instancia. El magistrado la rechazó. La demandada apeló y se revocó la sentencia del a quo.

La ejecutante se agravia, sosteniendo que en el proceso monitorio no hay posibilidad de


decretar la caducidad luego de dictada la sentencia monitoria.

No conforme con ello, Edic planteó recurso de inconstitucionalidad ante el STJ.

Este último dijo que el instituto de la caducidad debe ser aplicado de forma restrictiva porque
es un modo de terminación de los procesos. Adhiriéndose a la jurisprudencia de la CSJN.

El STJ dijo que es que, no obstante no existir normativa expresa en la ley 6002, no resulta de
aplicación a los fines de resolver el entuerto, como lo hizo las sentenciantes, en forma
supletoria, de las normas del juicio ejecutivo (Libro II del Código Procesal citado),toda vez
que no se da el supuesto aprehendido en el art.23 in fine de la mencionada ley, pues aquella
normativa deviene incompatible con la naturaleza del proceso de estructura monitoria, ni es
acorde, por otra parte, con la etapa en que transita el procedimiento de marras. Es de destacar,
entonces que dado sus características especiales y al no estar previsto en la legislación que lo
regula, el instituto de la caducidad de instancia, ciñéndonos asimismo a su ratio, en el sentido
de que toda perención debe juzgarse con criterio restrictivo, entonces es arbitrario el
pronunciamiento de la Alzada, la que a su vez aplico de forma supletoria normativa del juicio
ejecutivo al monitorio.

40
“Es que la estructura del proceso monitorio se opone a la del ejecutivo, donde en primer lugar,
existe un debate de la cuestión litigiosa y luego se dicta sentencia definitiva; contrariamente al
monitorio, donde el contradictorio ausente en la primera etapa, en la que el juez resuelve
inaudita pars, se desplaza al demandado, en oportunidad de la oposición que prevé, quien
consecuentemente carga con el impulso de la misma, relevando en este sentido al actor. Así lo
entendió el magistrado en primer instancia no puede pedir caducidad quién está obligado a
instar.

En este sentido resulta necesario puntualizar, en el marco que nos convoca, que la parte
accionante cuenta con una sentencia condicional a su favor, originada con la promoción del
juicio monitorio, quedando abierta la etapa del contradictorio, por lo que deviene la
imposibilidad para el ejecutado de acusar la caducidad.

b) Superior Tribunal de Justicia en autos ”Ferreira, Jorge Alberto c/ Casalanguida, Ricardo


s/Ejecutivo” de 4 de noviembre de 2013.

La Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial dictó una reposición “in extremis” por la
cual cambió su anterior resolución (por la cual revocaba la sentencia de primer instancia y
decretaba la caducidad de la misma).

Es decir, que ella confirmó el rechazo de perención por entender que había actos impulsorios
del actor.

El juez de la primer instancia comprendió que en la etapa de oposición de la sentencia


monitoria, la carga del impulso le corresponde al ejecutado.

El demandado se agravia porque la alzada resistió al planteo de caducidad, aunque la misma


antes la había aceptado.

El STJ dijo que se comprueba del escrito de expresión de agravios que el ejecutado-apelante
cuestionó que la jueza de primer instancia puso a su cargo el impulso del proceso. Ya en
“Edic S.R.L c/Perini, Pedro Eduardo y Ramírez, Elsa Elva s/Ejecutivo” se sentó
jurisprudencia sobre la caducidad en el monitorio.

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Quedando postulado que, no puede pedir la caducidad quien está obligado a instar el proceso.

3.7 Análisis de la Ley Ritual de Mendoza y su jurisprudencia.

El 30 de agosto de 2017 se sanciona la ley 9001 en esta provincia y de esta manera comienza
a regir el proceso monitorio. Pero la misma dispuso que entraría en vigencia el 1 de febrero de
2018 para todos los nuevos casos que se promuevan.

La ley de forma habilita su apertura en su art.232 y siguientes, y cuando las controversias


versen sobre:

a) Obligación exigible de dar cantidades de cosas o valores mobiliarios o de dar cosas


muebles ciertas y determinadas; b) Las obligaciones de dar sumas líquidas de dinero
derivadas de contratos de locación de inmuebles, ya sea de alquileres o por cualquier otro
concepto. c) Desalojo de bienes inmuebles urbanos y rurales por vencimiento del plazo
contractual y/o por falto de pago de los cánones locativos siempre que se hayan cursado las
intimaciones fehacientes que en su caso dispongan las normas pertinentes.d) Restitución de la
cosa inmueble o mueble dada en comodato siempre que se hayan cursado las intimaciones
fehacientes que en su caso dispongan las normas pertinentes; e) Los títulos ejecutivos, en los
casos autorizados por el Código u otras leyes, con excepción de la ejecución de sentencia.f)
Títulos emitidos en moneda extranjera.g) Deudas por expensas comunes. h) Deudas por
tarjetas de crédito) El saldo deudor de cuenta corriente bancaria.j) Los demás títulos que
tuvieran fuerza ejecutiva por ley o por convención privada y no estén sujetos a un
procedimiento especial. k) Fletes de transportes, acreditados con la póliza de fletamiento o
conocimiento, o carta de porte o documento análogo, en su original, y en su caso, el recibo de
las mercaderías) Ejecución de sentencia por prescripción adquisitiva Ley 14.159.

Puede preparase la vía monitoria, pidiendo: I.- Que el requerido reconozca como suya la firma
puesta en instrumento privado, o la firma de su causante. A tal efecto se le citará bajo
apercibimiento de tener por reconocida la firma, si no compareciere injustificadamente o
compareciendo, no contestare categóricamente. 1) Si el requerido no reconociera la firma que
se le atribuye, el Juez, a pedido del ejecutante, previo dictamen de un perito designado de
oficio, declarará si la firma es auténtica. Si lo fuere, se tendrá por preparada la vía y se

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impondrá al ejecutado las costas y una multa a favor del ejecutante, equivalente al monto de la
deuda, que aquél deberá dar a embargo como requisito de admisibilidad de las excepciones,
que quisiera plantear. Si no las opusiere, el importe de la multa integrará el capital a los
efectos del cumplimiento de la sentencia de remate. La resolución que declare la autenticidad
de la firma o imponga la multa, será apelable. 2) Tratándose de la firma de su causante, podrá
manifestar que ignora si es auténtica. Reconocida la firma, el documento adquiere fuerza
ejecutiva, aunque se niegue o impugne su contenido. Si fuere negada la firma, el proceso
tramitará como de conocimiento.II. - Si la firma hubiera sido puesta por autorización que
conste en instrumento público se indicará el registro donde se haya otorgado. Pedido y
agregado testimonio se citará al mandatario en la forma prevenida.III.- Que el requerido
manifieste si es o ha sido locatario y en caso afirmativo, exhiba el último recibo. Citado en la
forma señalada en el inciso precedente, si no cumpliere el requerimiento quedará preparada la
vía. Si negare su carácter de locatario el proceso tramitará como de conocimiento.IV. - Que el
Juez señale plazo para el cumplimiento, si el instrumento en que consta la obligación no lo
señalare. En tal caso el Juez convocará a los interesados a una audiencia, bajo apercibimiento
de realizarla con quien concurra, oirá lo que se exprese respecto al plazo y resolverá en el
acto.

Si el instrumento privado hubiese sido firmado por autorización o a ruego del obligado, y
dicha autorización no resultara de instrumento público, quedará expedita la vía monitoria si,
citado el autorizante, declarase que otorgó la autorización o que es cierta la deuda que el
documento expresa. Si la autorización resultare de un instrumento público, bastará citar al
autorizado para que reconozca la firma.

Para acceder al proceso monitorio, el actor deberá presentar título con fuerza ejecutiva
conforme la legislación de fondo, instrumento público o privado reconocido judicialmente o
cuya firma estuviere certificada por escribano público y que de su contenido surja el derecho
en que se funda la acción.

Solicitada la apertura del procedimiento monitorio, el Juez examinará cuidadosamente si el


título cumple con los recaudos legales. En caso afirmativo, dictará sentencia monitoria en el
plazo de cinco días conforme a las particularidades que en cada caso establecen las leyes. La

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sentencia mandará seguir la ejecución adelante conforme la naturaleza de cada pretensión,
ordenando las medidas pertinentes. En caso de sumas de dinero deberá fijar la cantidad que
estime provisoriamente para responder a intereses y costas. En la misma decisión, en caso de
corresponder, ordenará trabar embargo conforme a las normas del Código.

La sentencia monitoria se notificará en el domicilio que corresponda del demandado,


agregándose las copias de la demanda y documental acompañadas por medio del oficial de
justicia, o por notificación electrónica si fuese posible.

El ejecutado podrá solicitar, dentro del plazo de cinco días de haber tomado conocimiento,
que se declare la nulidad del trámite monitorio.

Dentro del plazo de cinco días, salvo disposición en contrario, el demandado podrá articular
oposición mediante escrito. La deberá fundar en los hechos y el derecho, incumbiéndole la
carga de la prueba. Las defensas y excepciones oponibles por el demandado y las pruebas
admisibles para acreditar los hechos en que las funde se rigen por lo establecido en cada caso
por el Código o las leyes especiales según el supuesto de que se trate. Salvo disposición
especial, las únicas excepciones admisibles son: 1) Incompetencia.2) Falta de personería en el
ejecutante, en el ejecutado o en sus representantes, por carecer de capacidad civil para estar en
juicio o de representación suficiente.3) Litispendencia.4) Falsedad o inhabilidad del título con
que se pide la ejecución. La primera podrá fundarse únicamente en la falsedad material o en la
adulteración del documento; la segunda se limitará a las formas extrínsecas del título, sin que
pueda discutirse la legitimidad de la causa. Si hubiera mediado reconocimiento expreso de la
firma no procederá la excepción de falsedad. Estas excepciones son inadmisibles si no se ha
negado la existencia de la deuda.5) Prescripción.6) Pago total o parcial suficientemente
documentado. 7) Compensación de crédito líquido que resulte de documento que traiga
aparejada ejecución.8) Quita, espera, remisión, novación, transacción, conciliación o
compromiso documentados.9) Cosa juzgada.

Deberá rechazarse sin más trámite aquella oposición que, sobre el fondo de la cuestión, no sea
fundada o no ofrezca prueba tendiente a desacreditar la eficacia del documento que fue base

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de la sentencia monitoria. Las disposiciones del párrafo anterior no se aplicarán a los procesos
de ejecución de resoluciones judiciales, los que se regirán por sus normas específicas.

La prueba para fundar la oposición planteada no podrá limitarse, en ninguno de los supuestos,
exclusivamente a la declaración de testigos. En los casos del inciso c) del Art. 232, sólo se
admitirá el ofrecimiento de prueba documental y la pericial para fundar la oposición.

Vencido el plazo y no existiendo oposición a la sentencia monitoria, se considera firme y se


continuará con su ejecución aplicándose en cuanto fuere compatible, las normas
correspondientes según la naturaleza de la prestación debida. La falta de oposición no obstará
a la impugnación de la condena en costas y la regulación de honorarios mediante el recurso de
apelación.

Admitida formalmente la oposición, el Juez deberá ordenar suspender la ejecución monitoria,


sin levantamiento de las medidas ordenadas y correrá traslado de la oposición al actor, quien
podrá contestar en el plazo de cinco días, ofreciendo toda la prueba. Pronunciado el Tribunal
sobre la admisión de las pruebas, fijará una audiencia para su sustanciación en la que deberán
agregarse y producirse todas las pruebas admitidas. El plazo para la audiencia será fijado
prudencialmente por el Juez a la mayor brevedad, conforme las circunstancias de cada caso.

La sentencia que resuelva la oposición deberá dictarse en el plazo de diez días de quedar en
estado la causa y tendrá los efectos que correspondan conforme la naturaleza procesal y
sustancial de la pretensión deducida por vía monitoria. Rechazada la oposición por decisión
firme, se continuará con la ejecución de la sentencia monitoria por el proceso de ejecución de
resoluciones judiciales previsto en el Código. En caso de rechazo de la oposición, al ejecutado
que hubiese litigado con temeridad o malicia u obstruido el curso normal del proceso con
articulaciones manifiestamente improcedentes, o que de cualquier manera hubiese demorado
injustificadamente el trámite, se le impondrá una multa a favor del ejecutante, cuyo monto
será fijado entre el cinco y el treinta por ciento del importe de la deuda, según la incidencia
de su inconducta procesal sobre la demora del procedimiento. En caso de acogerse la
oposición se impondrá igual multa al ejecutante que hubiese litigado con temeridad o malicia.

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Este mismo código regula en un capítulo especial a los procesos monitorios especiales, y en la
sección primera a los desalojos.

El que se sustancia:a) Entre locador y el locatario de inmuebles y los sucesores de uno y otros
a título singular o universal cuya obligación de restituir se haya hecho exigible. Asimismo, a
opción del locador podrán ser demandados los garantes por las costas.b) Entre usufructuante y
usufructuario y comodante y comodatario cuya obligación de restituir sea exigible por haber
vencido el contrato y cualquier ocupante.

El proceso por desalojo se rige por las normas del proceso monitorio con las siguientes
modificaciones:

Para acceder al proceso monitorio por falta de pago o vencimiento de contrato en las
locaciones urbanas o rurales y por vencimiento de contrato en los comodatos y usufructo, el
actor deberá acompañar instrumento público, privado cuya firma esté reconocida o hubiera
sido certificada por escribano público, de cuyo contenido surja el derecho en que funda la
acción y constancia de intimación fehaciente de desocupación. Además, deberá denunciar la
existencia de sublocatarios u ocupantes, según corresponda.

Solicitada la apertura del procedimiento monitorio, el Juez examinará cuidadosamente los


instrumentos acompañados a fin de verificar si cumplen con los recaudos legales y en caso
afirmativo dictará sentencia monitoria en el plazo de cinco días conforme la pretensión
deducida, ordenando el desahucio en quince días.

Se notifica en el domicilio real o especial según corresponda del demandado por intermedio
del oficial notificador, agregando copia de la demanda y documental acompañada. En caso de
que el domicilio locado no coincida con el real, deberá notificarse en ambos.

El oficial notificador deberá hacer conocer la sentencia monitoria a cada uno de los
subinquilinos u ocupantes presentes, aunque no hubieren sido denunciados, previniéndoles
que la sentencia producirá sus efectos contra todos ellos. En el mismo acto los emplazará para
que ejerzan los derechos que estimen corresponder dentro del plazo fijado para el
lanzamiento. El oficial notificador deberá identificar a los presentes e informar al Juez el

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carácter que invoquen. Asimismo, informará acerca de otros sublocatarios u ocupantes cuya
presunta existencia surja de las manifestaciones de aquéllos. Aunque existieren sublocatarios
u ocupantes ausentes en el acto de la notificación, no se suspenderán los efectos de la
sentencia de desalojo. Para el cumplimiento de su cometido, el notificador podrá requerir el
auxilio de la fuerza pública, allanar domicilios y exigir la exhibición de documentos de
identidad u otros que fueren necesarios.

Si en el inmueble residen niños, niñas o adolescentes, el Juez comunicará al Organismo local


de protección de derechos a fin de que disponga las medidas administrativas que estime
corresponder. Asimismo dará intervención al Ministerio Público de la Defensa y Pupilar en
los términos del Art. 103 del Código Civil y Comercial de la Nación.

Si faltare la chapa indicadora del número del inmueble donde debe practicarse la notificación,
el oficial notificador procurará localizarlo inquiriendo a los vecinos. Si obtuviese indicios
suficientes, requerirá en el inmueble así localizado, la identificación de los ocupantes,
pidiéndoles razón de su relación con el demandado. En este caso, si el notificador hallase al
demandado personalmente y lo identificase, le notificará. En caso contrario devolverá la
cédula informando el resultado de su diligencia. En caso de no existir oposición quedará firme
la sentencia monitoria y se procederá el desahucio.

En el plazo otorgado por la sentencia para proceder al desalojo, el locatario, garante y


ocupante, podrán oponer defensas, las cuales deberán ser documentadas o surgir
expresamente de la instrumental acompañada.

De ser formalmente procedente la oposición, se correrá traslado por cinco días al actor, quien
podrá ofrecer prueba tendiente a desacreditar la misma, quedando suspendida la ejecución de
la sentencia monitoria.

El plazo para resolver la oposición será de diez días a partir de que quede firme el decreto que
llama auto para resolver.

La sentencia se hará efectiva contra todos los que ocupen el inmueble, aunque no hayan sido
mencionados en la diligencia de notificación o no se hubieren presentado en el juicio. La

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sentencia no prejuzga sobre el dominio, posesión o preferente derecho que puedan alegar los
interesados o terceras personas.

La demanda de desalojo podrá interponerse antes del vencimiento del plazo convenido para la
restitución del bien o del vencimiento del plazo legal de la locación. Las costas serán
soportadas en el orden causado si el demandado se allanare de inmediato a la demanda, o no
la contestare, cumpliendo además en término, en ambos casos con su obligación de restituir el
bien en el plazo convenido o al vencimiento del plazo legal.

El auto que rechaza o que hace lugar a la oposición será apelable en el plazo de tres días. El
recurso se concederá en forma abreviada y con efecto suspensivo. Denunciado por parte
interesada que el ocupante ha abandonado el inmueble sin dejar quien haga sus veces, el Juez
mediante constatación verificará el estado de abandono y dispondrá averiguaciones entre los
vecinos para saber de la existencia y paradero de su ocupante. Si no lo obtuviere ordenará la
entrega definitiva del inmueble y dará por resuelto el vínculo contractual con la salvedad
establecida en la segunda parte del inc. 14 del Art. 237.

Si no se pudiere optar por el procedimiento monitorio, la acción de desalojo de inmuebles


urbanos y rurales se sustanciará por el procedimiento establecido para el proceso de
conocimiento con las especificaciones pertinentes del proceso monitorio que fueren
compatibles con aquél, en cuanto a la citación de los ocupantes y/o terceros posiblemente
afectados.

Jurisprudencia de Mendoza.

a) Suprema Corte de Mendoza en autos “Mainardi Jorge Eduardo y Otros c/Adelantar S.A
s/Ejecución Cambiaria” del 27 de junio de 2018.

Jorge Eduardo y Jorge Daniel Mainardi promovieron demanda ejecutiva por ochocientos
noventa y ocho mil doscientos cincuenta y ocho pesos contra Adelantar S.A. Se dictó
sentencia de ejecución y embargo.

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El demandado opuso inhabilidad de título y caducidad de la acción cambiaria. Luego el
magistrado hace lugar a la caducidad de instancia. La actora apeló.

Atento a que el 1 de febrero de 2018 comenzó a regir el nuevo Código Procesal Civil,
Comercial y Tributario de la Provincia de Mendoza.

El nuevo texto legal dispone que “II- Los procesos de estructura monitoria son susceptibles de
caducar hasta la notificación de la sentencia monitoria; notificada ésta, sólo será susceptible
de perención el trámite eventual de oposición que dedujere el ejecutado, hasta la admisión de
pruebas” (art. 78 ap. II in fine).

A la luz del nuevo texto legal, el tribunal consideró que la norma es clara en cuanto a que el
dictado del auto de admisión de pruebas cierra definitivamente la posibilidad de que el
proceso monitorio caduque, resolución que ya había recaído en el caso analizado. En
consecuencia, de conformidad con la nueva normativa, el pleito no sería susceptible de
perimir, por cuanto la caducidad se ha acusado luego de dictado el auto de sustanciación de
pruebas.

Corresponde entonces, dijo el tribunal resolver el caso de autos aplicando las normas que
sobre la materia contiene el nuevo Código de Procedimientos Civiles y Tributario, el cual
establece la incaducidad de los procesos monitorios luego de dictado el auto de sustanciación
de pruebas, como así también la legitimación activa para solicitarla; pues no puede pedir la
caducidad de instancia quien está obligado a instar.

La cuestión relativa a la legitimación, continua el tribunal, en este tipo de procesos se evalúa


desde la operatividad de la caducidad, por ello resulta efectiva la inversión (o traslado) de la
iniciativa del contradictorio. Así el proceso caducará, en definitiva, en perjuicio de aquella
parte que tenía a su cargo el impulso procesal en el momento en que se registró la inactividad
procesal, en conclusión no puede plantear la caducidad de instancia aquella parte que tiene a
su cargo el deber de instar el proceso. Razón por la cual la legitimación activa para acusar la
caducidad cuando ha existido en el proceso monitorio el planteo de excepciones; corresp onde
a la actora que promovió el proceso monitorio y sólo se puede acusar hasta la admisión de
pruebas.

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Ello así por cuanto la estructura procedimental monitoria se opone a la del proceso ejecutivo,
donde en primer lugar, existía el debate de la cuestión litigiosa y luego se dictaba la sentencia
definitiva; contrariamente al monitorio, donde el contradictorio, ausente en la primera etapa
(el Juez decide inaudita pars) se desplaza al demandado y éste en oportunidad de la oposición
(excepciones) carga a partir de aquí con la carga de impulsar aquella oposición planteada,
relevando en tal sentido al actor que incoó el proceso monitorio

4. Conclusión de la Investigación Descriptiva.

Analizando todos los códigos procesales provinciales se vislumbra que los supuestos de
apertura son similares. Algunos tienen un núcleo básico sin grandes diferencias y otro grupo
en las que se amplían considerablemente las controversias. El primer caso es Río Negro y
Santa Cruz que abren este proceso en los casos donde exista obligación exigible de dar
cantidades de cosas o muebles, o cuando se trata de desalojos –urbano o rural-, división de
condominio, restitución de lo dado en comodato, y para los supuestos de procesos de
ejecución. Por otro lado, San Juan, La Pampa, Entre Ríos, y Chaco tienen los mismos
supuestos de hecho para el inicio del monitorio, pero se agregan la obligación de otorgar
escritura pública, de transferir automotores, y cancelar prendas o hipotecas.

Pero Mendoza, es un caso especial ya que reguló de manera detallada tanto los casos de
procedencia de áquel como el procedimiento a seguir en el desalojo. Al igual que el resto de
las provincias permite la apertura del monitorio cuando el pleito verse sobre obligación de dar
cantidades de cosas o valores mobiliarios o cosas muebles ciertas y determinadas, como
también el desalojo de bienes inmuebles urbanos o rurales (por vencimiento del plazo o falta
de pago), y restitución de lo dado en comodato (bien mueble o inmueble).No prevé ni división
de condominio, ni otorgar escrituras públicas o de transferir rodados y tampoco cancelar
deudas gravadas con prenda o hipotecas.

Pero si consideró aquellos litigios que generalmente son del proceso ejecutivo, es decir las
deudas que consten en títulos ejecutivos (salvo ejecución de sentencia), deudas por expensas
comunes, el saldo deudor de cuenta corriente en cuenta bancaria, las deudas provenientes de

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contratos de locación de inmuebles, también cuando se trate de un título que tengan fuerza
ejecutiva por ley o por convención privada y no tengan un procedimiento especial para ellos.

Incluso para los fletes de transporte que estén acreditados por póliza de fletamiento o
conocimiento (o carta de porte u documento análogo) y el recibo de mercaderías. Y por
último la prescripción adquisitiva.

Pero todas las legislaciones optaron por un monitorio documentado, excluyendo al puro. Es
decir, que el actor debe presentar en sede judicial un instrumento público o privado
reconocido judicialmente o al menos que su firma este certificada por escribano público para
que del mismo pueda observarse el derecho en que funda la acción. Exceptuando claro,
cuando el derecho corresponda al de los procesos de ejecución.

Mendoza incluso comparte el mismo criterio pero además, admite que el actor presente el
título con fuerza ejecutiva de un instrumento privado, para que el deudor conteste en sede
judicial si es suya o de su causante. Así se prepara la vía ejecutiva.

En el caso de que no la reconociere entonces el juez designa un perito –designado de oficio-


que determinará si la misma es auténtica. Si es del ejecutado entonces se tiene por preparada
la vía, siguiendo el proceso hacia adelante.

En cambio, cuando la firma es de su causante entonces, el demandado podrá expresar si es


auténtica o no.Pero si se reconoce la firma entonces el documento adquiere firmeza ejecutiva.
En el caso del inquilino se le exige que, manifieste si lo es o no.Si no cumpliere con el
requerimiento, queda preparada la vía ejecutiva. En cambio, si lo negare se abre el proc eso de
conocimiento.

En el caso de que la obligación no tuviere plazo, entonces el magistrado llama en audiencia a


los interesados y en el mismo acto lo fija.

En definitiva, todos los códigos optaron por un monitorio documentado y todos notifican la
sentencia monitoria en el domicilio del demandado, acompañando la sentencia y la
documental (el título base de la acción).Rio Negro lo hace en el domicilio real del accionado.

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Por su parte La Pampa, Chaco y Entre Ríos añade que se hará en su domicilio real mediante
cedula o acta notarial, con la misma documental que la anterior provincia. Pero si no se
conociere el domicilio, entonces se le notifica por edictos en el boletín oficial y en el diario.

San Juan agrega además del domicilio real, el contractual o especial convenido en
instrumento privado con firma certificada (o reconocida) o público, al igual que Santa Cruz.

Y Mendoza tiene una especial regulación porque además de notificar en el domicilio real del
deudor agrega que de ser posible es viable la notificación electrónica.

Sobre las decisiones de los órganos jurisdiccionales de estas provincias pueden advertirse las
siguientes notas caracterizantes.

En la jurisprudencia de Río Negro puede observarse que la notificación de la sentencia debe


ser hecha en el domicilio del demandado, ya que esto permite el ejercicio del derecho de
defensa en juicio. Solo un perjuicio a esta puede dar lugar a una excepción de incompetencia.
Es decir, que es de vital importancia en el procedimiento en cuestión que se le c orra traslado
de la documentación y sentencia monitoria para que pueda abrirse por primera vez la
oposición (un verdadero acto de defensa) a la misma; ya sea desvirtuando el documento base
de la acción o planteando algún asunto referido a lo procesal.

Pero cuando exista una ley posterior y especial que cambie lo regulado sobre la mencionada
notificación de la sentencia monitoria en el domicilio del ejecutado debe aplicarse la ley fiscal
, precisamente por ser especial y haberse sancionado después.

Cabe concluir entonces, que más allá de las expresas normas sobre esta situación lo
importante es que se notifique al accionado para que efectivamente pueda defenderse de lo
resuelto en su contra.

En el fallo Wimbley c/Bardenix quedó sentado que estamos en presencia de un verdadero


procedimiento y no un proceso monitorio. Ya que el primero implica tener bilateralidad en el
mismo, lo que no sucede en el monitorio. Porque en este solo se retrasa o difiere la oposición
del demandado ante una condena. La pregunta sobre si se encuentra satisfecha la defensa en

52
juicio aquí, es sí porque el trámite monitorio no es bilateral en ningún caso, ni es por lo tanto
un proceso cabal. Pero guarda validez constitucional porque permite la promoción -aunque
diferida- de un auténtico proceso cuya carga de inicio se traslada al propio condenado. Es que
el procedimiento monitorio concluye estrictamente con el requerimiento y no debe
confundirse con el proceso contradictorio que eventualmente se abre con posterioridad a
instancias del supuesto deudor.

Debe destacarse que no deben ser rechazadas ninguna de las defensas que articule el
requerido ya que el monitorio termina con el requerimiento, en esta etapa ya estamos bajo
algunas de las modalidades de un auténtico proceso de conocimiento (ordinario, sumario o
sumarísimo) o ejecutivo.

Los tribunales de San Juan,por su parte, recalcaron que a pesar de que se haya abierto en un
momento la instancia monitoria puede luego de la oposición del accionado dejar sin efecto lo
resuelto en la sentencia. Quedando subsistente la vía ordinaria posterior.

Además de afirmar que el tipo de monitorio documental al cual la provincia adhirió no exige
que el documento que abre esta vía haga una plena prueba de la obligación a cargo del deudor
solo se trata de un sustento instrumental que torne viable y creíble el derecho del actor. En
otras palabras, que sea “garantía de seriedad de la afirmación del crédito que se alega” para no
dar lugar a demandas infundadas. Exigir un mayor examen del órgano jurisdiccional sobre la
petición monitoria podría desnaturalizar el funcionamiento del instituto. El juez no puede ir
más allá de lo regulado en la ley, exigiendo más allá de lo previsto.

Por ello el procedimiento monitorio no se asienta en la verosimilitud del dere cho (una nota
típica de las medidas cautelares), y no se trata de una urgencia el objeto de los mismos. El fin
es, acceder a un título ejecutivo judicial de forma rápida y sencilla, simplificando los trámites.
Lo que debe inferirse que este es el pórtico de la ejecución pero no es un proceso ejecutivo en
sentido estricto.

En la provincia de La Pampa quedo zanjada la discusión de como abrir el procedimiento


monitorio. Solo un instrumento público o privado con firmas certificadas o que este último
sea reconocido en sede judicial da lugar a esta vía procesal.

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El juez nunca puede dictar sentencia supliendo la carga que le incumbe al actor de acompañar
con la demanda dicho documento.

La ‘prueba’, más bien el ‘título’ que da derecho a este particular proceso (art. 465 CPCCLP),
ya tiene que estar incorporado desde un principio, para que pueda dictarse la sentencia
monitoria.

Las defensas que esgrima el demandado pueden destruir la presunción de título fundado del
actor, por eso cuando el primero demuestre que no existe una obligación a su cargo
precisamente del título base de la acción, la sentencia monitoria debe ser revocada por
contrario imperio abriéndose, como correspondiere el proceso ordinario que la ley establezca.

Entre Ríos afirmó que solo los casos expresamente contemplados en la ley de forma son los
que determinan la apertura al monitorio, el poder judicial no puede abrirla sin que se observen
los recaudos legales al efecto.

También que la oposición del deudor y su admisión o rechazo por el magistrado determina
que la pretensión del acreedor sea considerada vencedora o perdedora.

De esto último depende la imposición de las costas, las que deben responder exactamente a la
proporción de la victoria de cada una de las partes en el procedimiento. El pr incipio general
de las costas del proceso contradictorio no cambia para el procedimiento monitorio.

En Chaco el Superior Tribunal de Justicia dijo que la caducidad de instancia debe ser aplicada
de forma restrictiva, pero en lo referente al procedimiento monitorio cuando se notifica la
sentencia correspondiente al demandado éste tiene la carga procesal de instar la oposición por
ello nunca puede pedir la caducidad. No puede aplicarse las normas del proceso ejecutivo al
monitorio porque su naturaleza es diferente, ya que en el primero hay contradicción o
bilateralidad desde el inicio, cosa que no ocurre en el segundo donde el magistrado dicta
sentencia inaudita pars.

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También se discutió la caducidad de instancia en el Tribunal Cimero de Mendoza donde
específicamente su código procesal civil, comercial y tributario establece en qué etapa se
puede plantear la misma.

Son susceptibles de caducar hasta la notificación de la sentencia monitoria; notificada ésta,


sólo será susceptible de perención el trámite eventual de oposición que dedujere el ejecutado,
hasta la admisión de pruebas.

Por ello el dictado del auto de admisión de pruebas cierra la posibilidad de que el proceso
monitorio caduque, resolución que ya había recaído en el caso analizado. En consecuencia, de
conformidad con la nueva normativa, el pleito no sería susceptible de perimir, por cuanto la
caducidad se ha acusado luego de dictado el auto de sustanciación de pruebas.

Ahora bien luego del estudio de la doctrina, la jurisprudencia y la ley pueden responderse a
las preguntas que inicialmente se formulara en el presente trabajo.

En lo referente a la cuestión de si estaba satisfecha la garantía constitucional de defensa en


juicio en el monitorio, se observa que para que se respete la misma, primero debe notificarse
fehacientemente la sentencia acompañando, desde luego la documental correspondiente (que
consiste en el título que abrió esta instancia).También debe informarse al ejecutado que
consecuencias trae su inacción al requerimiento judicial en determinado plazo, además de
facilitarle el acto de la oposición. Todas estas medidas hacen que pueda ser oído, teniendo
entonces la posibilidad de defenderse y también de que se le proporcionen los elementos
documentales para que pueda contrarrestar el derecho del actor.

Es un requisito imprescindible que el documento base de la pretensión monitoria deba estar


incorporado a la causa desde el primer momento, de esto depende que el demandado conozca
luego de anoticiado de la sentencia condenatoria cuál es el derecho que esgrime su contraparte
y con qué grado de fuerza cuenta (o certeza). De lo contrario, sin esta pieza fundamental en el
expediente el accionado no podría defenderse eficazmente ante la resolución judicial. El juez
no puede suplir la carga del actor de incorporarlo, ni tampoco dictar la sentencia y hacer
referencia al mismo en la misma indicando que tal título esta ya incorporado en otro

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expediente. Porque entonces, no puede el accionado leerlo, entenderlo, o tenerlo desde el
primer momento desde que es condenado en el monitorio.

El demandado una vez condenado en el procedimiento monitorio, puede ejercer todas las
defensas y excepciones que tenga en contra del actor, y que puedan destruir la eficacia del
documento de la acción, de esta forma podría lograr que el magistrado revoque la sentencia
monitoria. Y en un ordinario u otro proceso puede ejercer todas las defensas que destruyan el
derecho del accionante.

Y en lo referente a los criterios jurídicos sobre como se encuentra ejercida eficazme nte la
defensa ante la sentencia monitoria, los magistrados exigen que el demandado cuente con el
documento que abrió la vía monitoria en sus manos cuando se le notifica dicha resolución
judicial (acompañando a la misma el mencionado instrumento) y que ésta llegue a su
domicilio, ya sea real, constituido, especial o incluso fiscal. Lo importante sobre esto último
es que el lugar le permita ser anoticiado de lo ocurrido absolutamente.

El demandado puede oponer absolutamente todas las defensas que estime correcto, si alguna
de estas no fueren admisibles en el procedimiento monitorio entonces podrá hacerlas valer en
el ordinario, sumario u otra vía procesal idónea a tal fin.

Los tribunales han dejado en claro que el momento en que el condenado por la sentencia
monitoria debe ejercer su derecho de defensa es cuando se le notifica la misma. Desde este
momento la carga procesal de ello recae en él, por eso es inadmisible que el mismo plantee en
esta etapa la caducidad de instancia. Y es precisamente en esta oportunidad, este momento del
proceso donde puede defenderse y los jueces –tanto de Chaco como de Mendoza- lo han
entendido así, y no admiten que esta parte plantee la caducidad, ya que de hacerlo así no
podría defenderse.

Sobre el asunto de qué requisitos se exigen en la ley para que el actor cuente con una
resolución judicial favorable, se vislumbra que en general que el documento debe
ser‘especial’, o sea uno que sea un instrumento público o privado recocido judicialmente, o
que su firma este certificada por escribano público porque así, el derecho aparece con cierto

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grado de certeza, de seriedad. No se trata de una prueba absoluta sino tan sólo de contar con
cierta seriedad sobre el derecho pretendido por el actor.

Ahora bien, ya concluido este procedimiento monitorio, se pueden introducir nuevos planteos
en el ordinario posterior y aquí no hay ninguna limitación legal al respecto por supuesto que
deben guardar relación con la causa del procedimiento.

Cabe concluir, que en general las provincias han tenido similares criterios al momento de
permitir la apertura del monitorio, o sea lo habilita para casos donde puedan existir pocas
controversias en lo referente ciertos derechos documentados. Es el caso del desalojo, de la
división del condominio, restitución de lo dado en comodato y para los procesos de ejecución.
Otro grupo agregó transferencia de automotores u otorgamiento de escritura pública. Incluso
se previó en unas pocas, la cancelación de prendas e hipotecas. Pero un caso único es el de
Mendoza que los supuestos de hecho que son típicos de los juicios ejecutivos (títulos de
créditos, saldo deudos en cuenta corriente bancaria, créditos por expensas comunes, etc.) los
movió al monitorio. Es para considerar que una provincia que tiene una economía agrícola tan
desarrollada al igual que su logística haya previsto que los fletes de transporte con póliza o
conocimiento (o carta de porte, y recibo de mercadería) haya favorecido el reaseguro de estos
créditos en este procedimiento tan ágil y sin la tan criticada lentitud de los procesos judiciales
típicos. Precisamente esta es la fortaleza del monitorio, se destaca por su agilidad, y por la
certeza de contar con una resolución favorable para hacerse del crédito que no fue satisfecho
en su totalidad y en su plazo, y así obtener aquello que no es debido y nuestro.

Al no tener que esperar que el demandado se presente y sea oído para que se dicte la sentencia
que dirima en conflicto se obtiene de forma rápida lo que es querido. Aunque desde luego la
contradicción se dilata, porque luego el deudor es notificado de la misma junto con la
documental para que tenga la posibilidad de defenderse. Esto obedece a la estructura misma
del monitorio, a diferencia de un juicio ordinario u otro donde la bilateralidad ocurre ab initio.

Un análisis superficial del objetivo del monitorio puede terminar en la afirmación de que el
mismo es muy ágil, pero en un país en vías de desarrollo donde lamentablemente los
presupuestos nacionales no son se caracterizan por su inversión en áreas sensibles y

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trascendentales como la administración de justicia, la cuál es vista por la ciudadanía por su
onerosidad y lentitud esta via procesal se convierte en una de las soluciones de la
problemática actual.Obviamente no lo resuelve todo en todos los casos, pero para los litigios
donde un justiciable necesite que su crédito se le devuelva en un procedimiento judicial
rápido, sin tener que esperar años para ello satisface la legítima causa del mismo.

Ahora bien, puede concluirse que mientras más posibilidades haya para la apertura de éste
procedimiento menos litigios correrán hacia los diferentes ordinarios, ejecutivos o incluso
apremios lo que generaría menos acumulación de causas en los tribunales.

Por eso, sería positivo adherirse a la solución de las provincias que permitieron mayor
volumen de casos en el monitorio.

No cabe duda de que estamos ante un monitorio que promete y permite una solución a los
conflictos de los particulares entre sí e incluso para las deudas originadas en el fisco,
aprovechar sus bondades sería beneficioso para los justiciables.

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