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Historiografía
Siglo XIX - Desde la estrechez de miras, en cuanto a la política nacional, propia de la Edad
Media europea, el Imperio bizantino parecía algo carente de importancia; y desde la estrechez
conceptual clasicista, algo doblemente despreciable por «oriental» y «decadente».
Area de dominio
En Bizancio influyeron en su historia ciertos factores geográficos. Las fronteras del Estado
bizantino correspondieron, en un principio, a las del Imperio romano oriental creado por
Teodosici en el año ·395 al hacer su división del Imperio. Esta división no pudo deberse a un
simple capricho administrativo. El oriente griego y el occidente latino se diferenciaban con
toda claridad desde hacía mucho tiempo, tanto en la estructura y protundidad de su cultura
como en su situación económica y demográfica'. Mayores reservas humanas y una fuerza
productiva superior confirieron ·a la parte oriental del Imperio una fuerza y capacidad
regeneradora más elevada, situación que resultó fundamental en d desarrollo de la historia
bizantina. La primitiva área de dominio bizantino estuvo sujeta a continuas transformaciones y
finalmente a un drástico proceso de contracción.
Economía
era evidente una clara diferencia económica. Desde hacía tiempo el centro de gravedad de la
productividad industrial, el capital y la potencia tributaria se hallaba en las provincias
orientales, con su mayor densidad demográfica y una estructura más desarrollada. Estas
provincias poseían, y no en última instancia , gracias a las estrechas relaciones existentes con
los países limítrofes de Oriente, los centros más importantes de la industria y el comercio. La
banca y los servicios de crédito se hallaban aquí más desarrollados que en las provincias
occidentales, que más bien hacían las veces de mercados y actuaban como suministradores de
materias primas. La crisis producida por la invasión de los bárbaros aumentó aún más la
superioridad económica y consolidó la estabilidad de la parte oriental del Imperio. La
descomposición de la administración tardorromana hizo estragos en Occidente. El comercio, la
industria y la política financiera se vieron seriamente disminuidas. .Sin embargo, en Asia
Menor, Siria y Egipto la situación económica de la agricultura, así como la de los grandes
centros urbanos, apenas si se vio influida por tal acontecimiento.
Política
El Estado bizantino heredó, a la par que el mundo político de Roma, los graves problemas de
Imperio concernientes a política exterior. Ciertas regiones limítrofes de vital importancia para
Bizancio estaban situadas en dos áreas tradicionalmente críticas: el curso bajo del Danubio y
Siria-Armenia. La guerra bifronte se convirtió en una constante de la historia bizantina, tras
varios siglos de continua presión político militar en estas zonas. En un principio se logró desviar
en la frontera del Danubio el empuje de la migración germana hacia el oeste: Pero en el siglo vi
el asentamiento eslavo en los Balcanes resultó ser un foco de peligros de mayor envergadura,
además de continuo. El mundo romano poseía desde hacía mucho tiempo una tupida red de
relaciones económicas y culturales con el este. Pero al mismo tiempo se hallaba confrontado
con ·el reino persa de los Sasánidas, un estado altamente civilizado y severamente organizado,
cuya pretensión de dominar el control político del área siria y de Asia Menor tenía que
provocar, necesariamente, un conflicto permanente. Con la destrucción del reino sasánida por
el Califato el siglo vii, cambió tan sólo el rival y no la constelación política.
Los coraceros persas fueron reemplazados por los ejércitos árabes y, más tarde, por los
turcos. Dos factores ·geográficos amenazaban principalmente la estabilidad y la resistencia del
Imperio bizantino ante estas constantes estratégicas y de política exterior: la situación
limítrofe de las zonas más ricas y fecundas (África del Norte, Egipto y Siria) y la falta de
barreras naturales que hubiesen facilitado una defensa eficaz de los frentes del Imperio tanto
en el Danubio como en el desierto sirio y africano. Estos dos aspectos resultaron definitivos en
la rápida pérdida de las provincias orientales y de África en el siglo VII, así como también en el
menoscabo de la situación económica, originalmente próspera, del Imperio. Por el contrario,
demostraron ser factores positivos las favorables condiciones geográficas existentes para la
creación de una soberanía marítima en el Mediterráneo y, fundamentalmente, la sólida
situación defensiva de Asia Menor, que junto con Tracia constituía la reserva humana más
importante. La altiplanicie de Asia Menor estaba protegida hacia el · sudeste por la barrera
constituida por los Montes Tauro, así como por escarpados acantilados en la amenazada costa
meridional.