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RESEÑAS

«en medio» de los objetivos de uno o del


otro, no lo eran tanto.
En esta obra, el profesor de la Uni-
versidad de Yale Timothy Snyder (n.
1969), historiador especialista en el estu-
dio de la historia del centro y el Este de
Europa y del Holocausto, nos habla de una
parte del mundo que, entre los comienzos
de los años treinta y el final de la Segunda
Guerra Mundial, fue escenario de algunas
de las mayores atrocidades de la historia
de la humanidad. Esta región, a la que el
autor estadounidense ya había prestado
una enorme atención en obras anteriores
, es denominada en el libro con el descrip-
tivo nombre de «Tierras de sangre». Debe-
mos tener en cuenta, que no se refiere al
espacio ocupado por un solo país ni por
una nación en concreto, es más, estamos
hablando de un inmenso área situado
entre Berlín y Moscú que, dependiendo de
SNYDER, Timothy, Tierras de sangre. la zona y del momento, viviría diferentes
Europa entre Hitler y Stalin, Barce- situaciones de independencia y ocupación
lona, Galaxia Gutenberg, 2011, 624 pp. de uno u otro país (la Alemania nazi y la
[ISBN: 978-84-810-9949-2] URSS), tan solo en el periodo de cerca de
quince años en el que las vidas políticas de
El mundo de entre guerras quedó
Hitler y Stalin se cruzaron, de una forma
marcado por la existencia de dos persona-
más dramática y relevante de lo que nunca
jes profundamente antagónicos en muchos
habría cabido imaginar. Es importante
sentidos, entre los que la ideología solo
destacar la importante labor documental
sería un elemento más. Para desgracia de la
del autor, que a través de numerosas notas
Humanidad, tanto Iósif Stalin como Adolf
en cada capítulo, muestra la gran ayuda
Hitler, ordenaron llevar a cabo acciones
que, al estudio de estos temas tan duros y
cuyo resultado más tangible fue la muerte
polémicos de la Historia del siglo xx, ha
de millones de personas, perpetrando así
proporcionado la aparición de la extensa
auténticas masacres motivadas por dife-
documentación de los archivos de Europa
rentes objetivos, ordenadas por personajes
Oriental y de testimonios de víctimas y
muy distintos, que, para la inmensa canti-
verdugos.
dad de gente que sufrió los efectos de estar

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El periodo de tiempo al que el autor infierno del destierro que significaba el


hace alusión durante toda la obra com- Gulag ya estaba en funcionamiento mucho
prende, sobre todo, los años en los que Hit- antes que el primer campo de concentra-
ler y Stalin coincidieron al mando de sus ción alemán, Dachau, abierto inmedia-
respectivos países, los años que van desde tamente después de subir Hitler al poder
1933 a 1945, si bien, el autor se traslada en marzo de 1933. Del mismo modo, las
hasta los primeros años de la década de los purgas en el ejército soviético habían apa-
treinta, por ejemplo al hablar de la situación recido como antecedentes de lo que sería
existente en Alemania en los meses ante- el «Gran Terror» de Stalin entre 1937 y
riores a las elecciones de marzo de 1933, 1938, cuando cientos de miles de personas
que alzaron a Adolf Hitler al cargo de can- serían asesinadas por cuestiones de clase o
ciller, en el primero de los capítulos centra- de nacionalidad, dichas purgas tuvieron
les del debate, o al referirse a los planes de lugar tiempo antes de que los nazis ape-
colectivización de Stalin que motivaron la nas hubieran entrado en acción, y mucho
gran hambruna que sufriría Ucrania entre menos desde puestos de poder, ni siquiera
los años 1932 y 1933, tema especialmente llevando a cabo sus particulares purgas,
tratado en el capítulo 1 del libro de Snyder, como las de la «Noche de los cuchillos lar-
al que el autor vuelve a hacer referencia en gos», en 1934.
la conclusión del mismo. El hecho de ana-
lizar precisamente estos años, en los que Es fríamente comprensible, que
ambos dirigentes políticos coincidieron en cuando Hitler empezara a ordenar accio-
el gobierno de sus respectivos países, es el nes similares, lo hiciera con mucha menos
punto de partida a partir del cual el libro sutileza de la que había podido perfeccio-
se adentra en una profunda comparación nar Stalin, con el NKVD como cabeza
entre ambos sistemas, no en cuanto a las del cuerpo ejecutor. Lo cierto, y lo más
políticas generales llevadas a cabo por la impactante, es que la mayor parte de las
URSS de Stalin y la Alemania nazi de Hit- muertes que provocaron de una forma
ler, sino en las medidas que llevaron a la relativamente directa estos líderes políti-
muerte a cerca de catorce millones de per- cos, tuvieron lugar más o menos durante
sonas, tan solo en las «Tierras de sangre». el tiempo en el que ambos coincidieron
en el poder (1933-1945). Éstas fueron
La primera reflexión que se podría muertes producidas por diferentes moti-
hacer al leer el libro viene, de esta forma, vos, en algunos casos estuvieron motivadas
motivada por el tiempo y el espacio esco- por principios ideológicos fundamentados
gido por el autor para el desarrollo de la en la raza, otras veces en la nacionalidad,
obra. Así, es importante tener en cuenta otras muchas en la clase, tema en el que
dos cosas elementales para comprender se profundiza en el capítulo 2 del libro,
dicha selección. En primer lugar, cuando casi todas relacionadas con algún tipo de
Hitler sube al poder en Alemania las atro- política económica. Lo importante que
cidades de Stalin ya habían empezado, el esta obra nos permite reflexionar a partir

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del periodo de tiempo en el que se centra nas. Sobre todo por estar en los momentos
es cómo la coincidencia de dos personajes de las sociedades de masas, en la que los
como Stalin y Hitler, con objetivos aparen- líderes políticos de la talla y el carisma de
temente tan diferentes entre sí, pudo cris- Hitler y Stalin, aprovechaban todo tipo de
talizar en la toma de una serie de medidas acontecimiento o medida tomada por el
cuyo común denominador fue la muerte régimen rival que pudiera ser utilizada con
de seres humanos. cierta manipulación. Al mismo tiempo, se
llegó a aprovechar la situación para seña-
Esta reflexión lleva a otro de los lar a cualquier enemigo del régimen como
puntos que destaca al leer el libro, la pre- comunista o fascista según el bando que
sencia en la Europa del momento (y puede correspondiera. El propio autor relaciona
que en el mundo entero) de una situación esta situación con la Guerra Civil española,
que se observaba de una forma simplista y coincidiendo con las teorías que subrayan
bipolar, sobre todo en la esfera de la alta su importancia a nivel internacional como
política de países como la URSS o Ale- escaparate bélico de las tensiones ideológi-
mania. Con esto se puede entrever el con- cas de los años treinta.
cepto del «tiempo de contrarios», en el que
fascismo y comunismo se perfilaban como Se puede considerar muy acertado
las dos alternativas, antagónicas entre sí, a por parte del autor el papel destacado que
la democracia, que según ambas no podía otorga al efecto que tenía esta simplifica-
ser el sistema político ideal , y al propio ción del «contrario» o del «enemigo» en
capitalismo. Al mismo tiempo, la coexis- la sociedad de la Europa de entre guerras.
tencia de ambos sistemas sirvió para una La presentación de un «chivo expiatorio»
retro alimentación cada vez mayor de la para justificar las desgracias o los fracasos
concepción que se tenía del otro sistema. de un sistema que como el de la URSS o
Especialmente después de la creación como el de la Alemania nazi, era extremo y
del Frente Popular, concebido como una novedoso, sirvió genial tanto para otorgar
manera de luchar contra el fascismo por estabilidad al sistema como para posicio-
parte de los comunistas del mundo, que nar a la mayor parte de la población frente
aceleró, a su vez, la consecución del Pacto al que se suponía que era el auténtico ene-
Antikomintern, entre Alemania y Japón, migo. Pero, al mismo tiempo, fue una de
posicionando a dos países que serían alia- las causas fundamentales que llevaron a las
dos durante la Segunda Guerra Mundial terribles matanzas ocasionadas por ambos
en contra de la Internacional Comunista, lados. Tanto Hitler como Stalin fueron
encabezada por el régimen de Stalin. unos especialistas en la creación de «ene-
migos» del sistema perfecto que preten-
No es esta retro alimentación diplo- dían crear, ya fueran por principios raciales
mática a la que mayor atención presta como el del enemigo judío de la Alema-
Snyder, que destaca el papel de la retro ali- nia nazi, o por principios de clase como
mentación de acciones violentas que acabó los kulaks de la URSS de Stalin. Sumado
sistemáticamente con millones de perso-

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a todo este proceso de creación de un ene- Los historiadores, a través de obras de este
migo señalado, debemos tener en cuenta estilo desde nuestra fría lectura y nuestra
que ambos sistemas siempre se presentaron fría pluma podemos y debemos darlos algo
como víctimas, el líder político el primero de voz sin manipularlos, para comprender
de ellas, de dichos enemigos mortales, lle- por qué y para qué murieron. Esta es la
gando así a aprovechar acontecimientos forma, polémica pero a la vez necesaria,
del periodo como señales «inequívocas» de de que el ser humano nunca se olvide de
la presencia activa de estos rivales. las atrocidades que es capaz de cometer,
y, sobre todo, para que no vuelva a caer
Es, sin duda, una idea polémica la nunca por segunda vez en la «piedra» de
que defiende a ultranza el autor de asimi- la autodestrucción moral, ética y física de
lar y comparar a Stalin con Hitler, pero la especie.
necesaria. No porque el Holocausto sea el
crimen más famoso de ese periodo fue el Daniel Justo Sánchez
único, ni Hitler fue el único que mintió a
todo un pueblo, o que llenó sus mentes de
ideales cuya aplicación práctica llevaron a
millones de personas a la tumba.
En conclusión, la obra de Timothy
Snyder es una apuesta ambiciosa y necesa-
ria por mostrar las atrocidades que tuvie-
ron lugar en los cerca de trece años que
Hitler y Stalin coincidieron en el poder. Es
necesario subrayar la individualidad que se
esconde tras las cifras que comúnmente se
sacan a coalición al hablar del Holocausto
o de los crímenes cometidos por el régi-
men soviético de Stalin o simplemente de
cualquiera de las atrocidades que se come-
tieron ya no solo en las regiones en las que
se centra este estudio. Como afirma el pro-
pio autor, «ambos regímenes, tanto el nazi
como el soviético convirtieron a las per-
sonas en números», no solo eso, sino que
lo hicieron asesinándolas. Todas esas per-
sonas que conforman los cerca de catorce
millones de exterminados en apenas doce
años ahora ya no pueden hablar, más que
a través de unos pocos testimonios que
quedarán para la memoria de los hombres.

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