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del periodo de tiempo en el que se centra nas. Sobre todo por estar en los momentos
es cómo la coincidencia de dos personajes de las sociedades de masas, en la que los
como Stalin y Hitler, con objetivos aparen- líderes políticos de la talla y el carisma de
temente tan diferentes entre sí, pudo cris- Hitler y Stalin, aprovechaban todo tipo de
talizar en la toma de una serie de medidas acontecimiento o medida tomada por el
cuyo común denominador fue la muerte régimen rival que pudiera ser utilizada con
de seres humanos. cierta manipulación. Al mismo tiempo, se
llegó a aprovechar la situación para seña-
Esta reflexión lleva a otro de los lar a cualquier enemigo del régimen como
puntos que destaca al leer el libro, la pre- comunista o fascista según el bando que
sencia en la Europa del momento (y puede correspondiera. El propio autor relaciona
que en el mundo entero) de una situación esta situación con la Guerra Civil española,
que se observaba de una forma simplista y coincidiendo con las teorías que subrayan
bipolar, sobre todo en la esfera de la alta su importancia a nivel internacional como
política de países como la URSS o Ale- escaparate bélico de las tensiones ideológi-
mania. Con esto se puede entrever el con- cas de los años treinta.
cepto del «tiempo de contrarios», en el que
fascismo y comunismo se perfilaban como Se puede considerar muy acertado
las dos alternativas, antagónicas entre sí, a por parte del autor el papel destacado que
la democracia, que según ambas no podía otorga al efecto que tenía esta simplifica-
ser el sistema político ideal , y al propio ción del «contrario» o del «enemigo» en
capitalismo. Al mismo tiempo, la coexis- la sociedad de la Europa de entre guerras.
tencia de ambos sistemas sirvió para una La presentación de un «chivo expiatorio»
retro alimentación cada vez mayor de la para justificar las desgracias o los fracasos
concepción que se tenía del otro sistema. de un sistema que como el de la URSS o
Especialmente después de la creación como el de la Alemania nazi, era extremo y
del Frente Popular, concebido como una novedoso, sirvió genial tanto para otorgar
manera de luchar contra el fascismo por estabilidad al sistema como para posicio-
parte de los comunistas del mundo, que nar a la mayor parte de la población frente
aceleró, a su vez, la consecución del Pacto al que se suponía que era el auténtico ene-
Antikomintern, entre Alemania y Japón, migo. Pero, al mismo tiempo, fue una de
posicionando a dos países que serían alia- las causas fundamentales que llevaron a las
dos durante la Segunda Guerra Mundial terribles matanzas ocasionadas por ambos
en contra de la Internacional Comunista, lados. Tanto Hitler como Stalin fueron
encabezada por el régimen de Stalin. unos especialistas en la creación de «ene-
migos» del sistema perfecto que preten-
No es esta retro alimentación diplo- dían crear, ya fueran por principios raciales
mática a la que mayor atención presta como el del enemigo judío de la Alema-
Snyder, que destaca el papel de la retro ali- nia nazi, o por principios de clase como
mentación de acciones violentas que acabó los kulaks de la URSS de Stalin. Sumado
sistemáticamente con millones de perso-
a todo este proceso de creación de un ene- Los historiadores, a través de obras de este
migo señalado, debemos tener en cuenta estilo desde nuestra fría lectura y nuestra
que ambos sistemas siempre se presentaron fría pluma podemos y debemos darlos algo
como víctimas, el líder político el primero de voz sin manipularlos, para comprender
de ellas, de dichos enemigos mortales, lle- por qué y para qué murieron. Esta es la
gando así a aprovechar acontecimientos forma, polémica pero a la vez necesaria,
del periodo como señales «inequívocas» de de que el ser humano nunca se olvide de
la presencia activa de estos rivales. las atrocidades que es capaz de cometer,
y, sobre todo, para que no vuelva a caer
Es, sin duda, una idea polémica la nunca por segunda vez en la «piedra» de
que defiende a ultranza el autor de asimi- la autodestrucción moral, ética y física de
lar y comparar a Stalin con Hitler, pero la especie.
necesaria. No porque el Holocausto sea el
crimen más famoso de ese periodo fue el Daniel Justo Sánchez
único, ni Hitler fue el único que mintió a
todo un pueblo, o que llenó sus mentes de
ideales cuya aplicación práctica llevaron a
millones de personas a la tumba.
En conclusión, la obra de Timothy
Snyder es una apuesta ambiciosa y necesa-
ria por mostrar las atrocidades que tuvie-
ron lugar en los cerca de trece años que
Hitler y Stalin coincidieron en el poder. Es
necesario subrayar la individualidad que se
esconde tras las cifras que comúnmente se
sacan a coalición al hablar del Holocausto
o de los crímenes cometidos por el régi-
men soviético de Stalin o simplemente de
cualquiera de las atrocidades que se come-
tieron ya no solo en las regiones en las que
se centra este estudio. Como afirma el pro-
pio autor, «ambos regímenes, tanto el nazi
como el soviético convirtieron a las per-
sonas en números», no solo eso, sino que
lo hicieron asesinándolas. Todas esas per-
sonas que conforman los cerca de catorce
millones de exterminados en apenas doce
años ahora ya no pueden hablar, más que
a través de unos pocos testimonios que
quedarán para la memoria de los hombres.