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En primer lugar, no quiero de dejar de dar las gracias a la UNED y a HERCRITIA por contar conmigo
en estas interesantes jornadas que honran la filosofía, al legado Heidegger y Vattimo, para nada
agotado, y a la UNED….
Ruptura de lo lineal, apertura del tiempo del ser (cíclico y eterno) y de la multiplicidad sincrónica
A61,
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Heidegger es uno de los grandes autores del tiempo. No sólo por su famoso dasein y su obra Ser y
Tiempo, sino por el giro que daría a esto su segundo periodo, cuya obra Tiempo y Ser ya se torna
en declaración clara de intenciones. [AÑADIR DE EN QUÉ CONSISTE ESTE GIRO, DE LA MANO DE
EXPLICACIÓN DE TERESA]. Como la hermenéutica bien sabe, el tiempo siempre significa, siempre
otorga significado; digamos que todo ocurre enmarcado, influenciado, por unas circunstancias que
contextualizan, que modelan, a aquello que protagoniza un suceso, que caracteriza un evento.
Todo es –también nosotros- en un espacio-tiempo que nos . Aislar una realidad de ello significa
reducirla y manipular su verdadera esencia. Podríamos hasta afirmar que esto tienen una
traducción sencilla en la manipulación. La manipulación siempre descodifica, siempre juega a
olvidar el punto de referencia para resituarlo y resignificarlo desde el lugar que interese a su autor.
Con ello, vemos que la nada y el no de la diferencia muestran un reverso del ser, otro lado
del límite que forma parte del propio ser. Junto con la nada, el desistimiento también se
torna un concepto en el que detenerse a este respecto. Heidegger expone de manera certera
el papel que este desistir alberga, un papel profundamente relacionado también con la
alteridad:
1
HEIDEGGER, M.: "De la esencia del fundamento (1929)", en Hitos. Traducción de H. Cortés Gabaudan y
A. Leyte Coello. Alianza, Madrid, 2018, p. 109.
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El desistimiento tampoco es la suma de negación y aniquilación. Es la propia nada
la que desiste.
Desistir no es un suceso cualquiera, sino que al remitir, en su rechazo, a lo ente que
escapa de su totalidad revela dicho ente, en toda su hasta hora oculta extrañeza, como aquello
absolutamente otro respecto a la nada. 2
Asimismo, el olvido también forma parte del propio ser. Pero procede ir
paso a paso. Por una parte, estamos ante un reconocimiento de la dimensión otra de todo
desvelamiento; porque Estamos ante el reconocimiento de que todo desvelar del ser lleva
consigo ya una parte oculta. Mientras que la metafísica cree que lo desvelado es lo que
equivale a lo real, desde el Segundo Heidegger una de las lecciones magistrales es el
aprendizaje de comprender que lo otro (incluidos el ser y el no-ser), que la alteridad y la
diferencia, no implican separación, sino "simplemente" una llamada a contemplar su co-
pertenencia y su potencia en el sentido de que todo lo desvelado alberga en sí lo no
desvelado, que posibilita una futuridad y encierra en sí el secreto del potencial del presente
de cara a ese futuro. Pero no sólo eso. Porque también lleva consigo el ver cómo toda
concepción lineal del tiempo carece de sentido; porque todo pasado contiene lo no-
revelado, lo oculto y velado, a la espera de un re-encuentro y una escucha. La ausencia y lo
no pensado se constituyen como una de las alteridades más esenciales en la reflexión sobre
el ser, y su posibilidad de enlace pasa por la comprensión de una temporalidad muy
particular. Como señala Teresa Oñate: «Sólo el tiempo como enlazar pasado, presente y
futuro puede alcanzar la presencia-ausencia y permitirla presenciarse: en el espacio-tiempo
acaece la presencia porque ésta la guarda [...]».3
La referencia al espacio y el tiempo no hace sino reclamar el no olvidar que todo pensar del
ser, remite a un plano ontológico que ha de ser historia y lenguaje, porque proponen una
comprensión de la temporalidad a través de ellos. El desvelamiento del ser se produce en un
espacio-tiempo cuyo horizonte supone ya conciencia hermenéutica y apertura a su radical
2
HEIDEGGER, M.: "¿Qué es metafísica? (1929)", en Hitos. Traducción de H. Cortés Gabaudan y A. Leyte
Coello. Alianza, Madrid, 2018, p. 102.
3
OÑATE Y ZUBÍA, T.: Materiales de Ontología Estética y Hermenéutica. Los hijos de Nietzsche en la
posmodernidad, I. Editorial Dykinson, Madrid, 2009, p. 73.
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capacidad transformativa por su enorme potencial posibilitador de lecturas (y re-lecturas)
de la realidad.
Este modo de asomarse a la noción de Tiempo se muestra incompatible, como antes mencionaba,
con la concepción lineal, teleológica, que entiende el tiempo como un trazado unidireccional que
va siempre hacia un “adelante” que, desde la Ilustración, se nos dice que es siempre “progreso”.
Para Nietzsche, romper con esta lectura es también imprescindible. No ya sólo a través de su
célebre eterno retorno, sino por la llamada que esa temporalidad circular, en apertura con los
pasados, los presentes, los futuros, hace hacia el propio mundo de la vida. En Nietzsche, el tiempo
parece estar de continuo siendo una puerta de acceso, un puente, que remite a no entenderlo
nunca como algo objetivable, monosémico, medible (cosa que Heidegger también reivindicaría),
sino algo estrechamente ligado al devenir –siempre creativo- de la realidad, y de nosotros en ella.
La temporalidad Nietzscheana, pues, se erige como un lugar desde el cual afirmar la vida en su
tragicidad y su naturaleza artística. Tragicidad porque constituye un continuum vivencial de sus
claroscuros sin tratar de cegarse o evadirse a los mismos. Artística porque supone un eterno
ejercicio de crear y re-crear abierto a múltiples posibilidades no reducibles a un sentido
unidireccional del tiempo.
, pero ellos solamente puede ser vislumbrado por espíritus no esclavos. G55
Asimismo, en sus obras también relacionaría el tiempo con el sujeto que lo vive y lo interpreta
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La cuestión de la Historia recorre a su vez el pensamiento de estos filósofos y protagoniza lecturas
interesantes desde la ontología hermenéutica. Me centraré especialmente en dos: la que deriva
de la problematicidad de la exaltación de la dimensión científico-historiográfica y aquella que
acompaña a la propia cuestión de la historia de la metafísica.
Nietzsche tiene una profunda preocupación acerca del modo en el que se elabora y se percibe lo
histórico. De acuerdo con él, uno de los problemas –llega a hablar de “enfermedad histórica”- de
nuestro tiempo es, precisamente, cómo la elaboración de una Historia al servicio de objetivos
cienticistas y moralizantes ha debilitado la fuerza plástica de la vida. Es decir; para Nietzsche, la
Historia también tiene que brotar, tiene que estar en directa conexión, con lo vital 4. El haber
seguido un camino historicista ha traído el conservadurismo del discurso respecto del pasado. Este
se observa como un algo petrificado, desfasado respecto a un presente mejor, superior. La crítica a
la noción de progreso que esta perspectiva supone pasa por entender cómo este se transforma en
un discurso legitimador de una perspectiva dogmática, anquilosada, que anula la fuerza y la
creatividad de la realidad histórica. Pero no sólo eso; también su grandeza y su eternidad. Como él
llega a afirmar,
CITA B135-B136 enfermedad histórica, exceso de historia ha debilitado fuerza plástica de la vida.
No comprende eñ servici del pasado como un alimento vigorizante. Ciencia sólo considera las
cosas en virtud de su verdad y corrección, ve en todas partes algo que deviene, algo que es hist
´´orico, pero no algo que “es”, algo eterno. Se contradice con los poderes eternizantes del arte y
de la religión.
Así, la reivindicación de la Historia es una hermenéutica de la misma que sólo puede ser realizada
por seres “de experiencia superior y más vasta” que sean capaces de hacerlo desde la fuerza más
poderosa del presente. Una fuerza que desde la grandeza de lo vital y de lo creativo, se asoma a
evaluar el pasado con la gran meta de construir futuro. Sólo así se consigue “dominar el
desbordante impulso analítico” de la historiografía tradicional y dar pie a una reflexión histórica
que posibilite un “pacífico crecimiento y maduración”, afirma (p.93, 94,95).
Así, la esclavitud hacia los hechos, incapaces de vislumbrar con perspectiva lo que acontece
globalmente y de atender a los que se enmascara tras ellos, es una tiranía para una ontología
hermenéutica de la Historia. Obliga a un mero acomodarse, sin ponerse al “servicio de la vida
aprendida”. La Historia siempre ha de estar regida por un impulso de dirigirse a una meta de
4
B65 perspectivas monumental, anticuaria y crítica respecto a la historia, al servicio de la vida.
Enjuicia el pasado.
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futuro mejor, de fundación de posibilidades. Ha de buscar una meta de grandeza y nobleza,
independientemente del éxito. Y la cultura que de ella se deriva, aspirar a esa conjugación entre –
y cito textualmente- entre vida, pensamiento, apariencia y voluntad. Esto es, se rompe con una
acepción como una especie de capa que se le añade a la historia, o como un nivel de ella
simplemente; no, la cultura se encuentra imbricada, sin separaciones metafísicas, siendo pura
parte de la propia physis. Es esta integración la que Nietzsche defiende.
Por su parte, con Heidegger encontramos una crítica semejante a los límites de la calculabilidad
del cientifismo que acompañan al saber historiográfico CITA LIMITES CALCULABILIDAD ZOLLIKON
p.210. Aquí se observa de fondo muy bien mucho esa defensa que realiza también del
conocimiento más humanístico, artístico, cualitativo. Heidegger, en numerosas ocasiones a lo
largo de su segundo periodo tras la Kehre, insiste en cómo la técnica está definiendo la realidad
óntico, profundizando en todas las dimensiones de nuestro estar-en-el-mundo. Y de ello tampoco
se escapa la historia. CITA CUADERNOS NEGROS AZUL p.117
Con la diferencia de ser que aquí se menciona, llegamos a uno de los temas centrales de la filosofía
heideggeriana. Es interesante ver cómo se interconecta ésta con la cuestión histórica y con la
evidenciación de que hay una apertura a la alteridad de la interpretación hermenéutica como
fruto de esta interconexión.
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Véase al respecto: HEIDEGGER, M.: "Anotaciones a la Psicología de las visiones del mundo de Karl
Jaspers (1919 -1921)", en Hitos. Traducción de H. Cortés Gabaudan y A. Leyte Coello. Alianza, Madrid,
2018, p. 35.
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caracterización de modos de existencia específicos como si el modo concreto del ser que
representan fuera coextensivo a los demás, siendo visto con "el sentido que es". Hilado a la
reflexión en torno al yo, al Mismo y a la existencia, se evidencia el modo en el que el yo
está imbricado con la Historia. ¿Cómo? Podría que afirmarse que en tres puntos; por una
parte mediante la experiencia que radica en la propia concreción del yo y que cuenta con
una extensión histórica en el pasado que contribuye a la conformación de un horizonte de
expectativas que se anticipa a sí mismo el propio yo. Es decir, anima a entender la
experiencia vital como un fenómeno que se cumple históricamente. Por otra parte, se deja
fuertemente señalada cómo sólo desde lo histórico es posible atender a la multiplicidad de
sentidos que pueden configurar la propia comprensión del yo. Una comprensión del yo que
parte de la preocupación de uno mismo para vivir el contexto de la experiencia desde una
perspectiva activa y plenamente consciente de su aspiración histórica. ¿De qué historia se
está pretendiendo hablar aquí? Heidegger afirmará que
"[...] para nosotros, la norma para el diálogo con la tradición histórica es la misma,
en la medida en que se trata de penetrar en la fuerza del pensar anterior. Sólo que nosotros no
6
HEIDEGGER, M.: "Anotaciones a la Psicología de las visiones del mundo de Karl Jaspers (1919 -1921)",
en Hitos. Traducción de H. Cortés Gabaudan y A. Leyte Coello. Alianza, Madrid, 2018, p. 38.
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buscamos la fuerza en lo ya pensado, sino en un impensado del que lo pensado recibe su
espacio esencial.7
Esta visión se distancia del modo que tiene Hegel de pensar la historia
desde la superación y desde la dialéctica; se trata de un retorno, un repliegue, un diálogo
con un pasado no pronunciado en el que la fuerza de lo otro, del ser de las diferencias no
acontecidas y las alteridades ocultas puedan ser escuchadas y posibilitadas.
Por último, la historia en relación con el nihilismo se convierten también en cuestiones a no olvidar
de la filosofía de Nietzsche y Heidegger al respecto. En el nihilismo, la verdad del ser no aparece; y
la nuestra es una epocalidad profundamente afectada por el nihilismo: CITA CAMINOS DE BOSQUE
P.197
7
HEIDEGGER, M.: Identidad y diferencia. Identität und Differenz. Anthropos Editorial, Barcelona, 1990, p.
111.
8
OÑATE Y ZUBÍA, T.: El retorno teológico-político de la inocencia. Los hijos de Nietzsche en la
posmodernidad, II. Editorial Dykinson, Madrid, 2010, p. 339.
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Tras todo esto, se encuentra también un particular luz en ambos que invita a caminos otros. La
Historia para ambos es un eje, un punto de referencia que sirve de inspiración para apuntar
futuros otros, realidades que transformar del actual. Una (o unas) Historia otra es posible: ésta no
se encuentra agotada. Tanto la creatividad y la grandeza como el ser y el ámbito de lo otro no
revelado o calculable se convierten en guías para ello.
https://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0185-24502007000100011
https://revistas.uma.es/index.php/myp/article/view/5332
https://institucional.us.es/revistas/themata/57/4.Bily.pdf
https://filosofiaenlared.com/2022/04/el-tiempo-en-nietzsche/
https://www.circulobellasartes.com/humanidades/ciclo-lecturas-contemporaneas-tragico/
https://www.youtube.com/watch?v=2LDdi7SxH50&ab_channel=NadieSabeNadaPodcast
https://www.youtube.com/watch?v=IagxyYK_W2M&ab_channel=Vulture
https://www.properstar.fr/suisse/acheter/maison/3p-chambres?price.max=910000
https://www.properstar.fr/listing/83367908
No científica
No metafísica
D854 representatividad
B116 el tiempo actual se siente superior respecto a los demás. Antropocentrissmo y dogmatic
historiográfica trae endiosamiento. Crítica a noción de progreso
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B65 perspectivas monumental, anticuaria y crítica respecto a la historia, al servicio de la vida.
Enjuicia el pasado.
B93-94-95 solo desde la fuerza mñas poderosa del presente puede interpretarse el pasado.
Require experiencia superior y más vasta. La Historia es escrita por el hombre experimentado y
reflexivo. Sólo el ue construye el futuro tiene derecho a juzgar el pasado. Marcar una gran meta en
el futuro se domina el desbordante impulso analítico que devasta el presente e imposibilita
cualquier pacífico crecimiento y maduración.
B121 La tarea de la historia consiste en ser la mediadora de los espíritus en las alturas, `prestando
sus fuerzas y roporcionndo cada vez más un lugar para la producción de grandeza. No, la meta de
la humanidad no puede ubicarse en el final, sino sólo en sus más excelsos ejemplares.
B125 El éxito histórico del Cristianismono demuestra nada respecto a la grandeza de su fundador.
Lo grande no debe depender del éxito.
B128-B130 Los excesos del actual exceso histórico se fomentan y utilizan intencionalmente. No
permite actuar ni sentir de manera no histórica y por ello se retira y repliega sobre sí mismo.
Pudiendo ser inteligente, pero no sabio. Se acomoda a los hechos, no se subleva. Se debe
aprender a vivir y utilizar la historia únicamente al servicio de la vida aprendida.
B139 La cultura no como decoración de la vida, continuo fingimiento e hipocresía, sino, como los
griegos, como physis, sin interior, exterior, convencionalismo o fingimiento: la cultura como
homogeneidad entre vida, pensamiento, apariencia y voluntad.
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Que refleje el impulso, la fuerza, la capacidad
H-N: C355
A273,
CONSECUENCIAS
Conectar la historia con la vida; llamar a las humanidades frente al mero pensar del dato…. y lo
que ello conlleva. Lahistoria instruye y nos atraviesa (hasta en el genoma)
Afirmar sin dominar, transformar como intento continuo de mejora en realidad imperfecta
Relación con el mundo; apertura a lo otro y a lo múltiple sin que afecte al “fundamento”---
constructivo
ZOLLIKON = A
2ª INTEMPESTIVA = B
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CUADERNOS NEGROS AZUL = C
NIETZSCHE DE H=D
TIEMPO Y SER = E
HITOS=F
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