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El árbol mágico.

Hace mucho mucho tiempo, un niño paseaba por un prado en cuyo centro encontró un árbol
con un cartel que decía: soy un árbol encantado, si dices las palabras mágicas, lo verás.

El niño trató de acertar el hechizo, y probó con abracadabra,


supercalifragilisticoespialidoso, tan-ta-ta-chán, y muchas otras, pero nada. Rendido, se tiró
suplicante, diciendo: "¡¡por favor, arbolito!!", y entonces, se abrió una gran puerta en el
árbol. Todo estaba oscuro, menos un cartel que decía: "sigue haciendo magia". Entonces el
niño dijo "¡¡Gracias, arbolito!!", y se encendió dentro del árbol una luz que alumbraba un
camino hacia una gran montaña de juguetes y chocolate.
El niño pudo llevar a todos sus amigos a aquel árbol y tener la mejor fiesta del mundo, y
por eso se dice siempre que "por favor" y "gracias", son las palabras mágicas.

Los juguetes ordenados.


Érase una vez un niño que cambió de casa y al llegar a su nueva habitación vió que estaba
llena de juguetes, cuentos, libros, lápices... todos perfectamente ordenados. Ese día jugó
todo lo que quiso, pero se acostó sin haberlos recogido.
Misteriosamente, a la mañana siguiente todos los juguetes aparecieron ordenados y en sus
sitios correspondientes. Estaba seguro de que nadie había entrado en su habitación, aunque
el niño no le dio importancia. Y ocurrió lo mismo ese día y al otro, pero al cuarto día,
cuando se disponía a coger el primer juguete, éste saltó de su alcance y dijo "¡No quiero
jugar contigo!". El niño creía estar alucinado, pero pasó lo mismo con cada juguete que
intentó tocar, hasta que finalmente uno de los juguetes, un viejo osito de peluche, dijo:
"¿Por qué te sorprende que no queramos jugar contigo? Siempre nos dejas muy lejos de
nuestro sitio especial, que es donde estamos más cómodos y más a gustito ¿sabes lo difícil
que es para los libros subir a las estanterías, o para los lápices saltar al bote? ¡Y no tienes ni
idea de lo incómodo y frío que es el suelo! No jugaremos contigo hasta que prometas
dejarnos en nuestras casitas antes de dormir"
El niño recordó lo a gustito que se estaba en su camita, y lo incómodo que había estado una
vez que se quedó dormido en una silla. Entonces se dio cuenta de lo mal que había tratado a
sus amigos los juguetes, así que les pidió perdón y desde aquel día siempre acostó a sus
juguetes en sus sitios favoritos antes de dormir.

El perro y su reflejo
Un perro muy hambriento caminaba de aquí para allá buscando algo para comer, hasta que
un carnicero le tiró un hueso. Llevando el hueso en el hocico, tuvo que cruzar un río. Al
mirar su reflejo en el agua creyó ver a otro perro con un hueso más grande que el suyo, así
que intentó arrebatárselo de un solo mordisco. Pero cuando abrió el hocico, el hueso que
llevaba cayó al río y se lo llevó la corriente. Muy triste quedó aquel perro al darse cuenta de
que había soltado algo que era real por perseguir lo que solo era un reflejo.

Moraleja: Valora lo que tienes y no lo pierdas por envidiar a los demás.

La mosca y la polilla.
Una noche cualquiera, una mosca se posó sobre un frasco rebosante de miel y
comenzó a comerla alrededor del borde. Poco a poco, se alejó del borde y entró
desprevenida en el frasco, hasta quedar atrapada en el fondo. Sus patas y alas se habían
pegado con la miel y no podía moverse
Justo en ese momento, una polilla pasó volando y, al ver la mosca forcejear para liberarse,
dijo:
—¡Oh, mosca insensata! ¿Era tanto tu apetito que terminaste así? Si no fueras tan
glotona estarías en mejores condiciones.
La pobre mosca no tenía cómo defenderse de las certeras palabras de la polilla y siguió
luchando. Al cabo de unas horas, vio a la Polilla volando alrededor de una fogata, atraída
por las llamas; la polilla volaba cada vez más cerca de estas, hasta que se quemó las alas y
no pudo volver a volar.
—¿Qué? —dijo la mosca—. ¿Eres insensata también? Me criticaste por comer miel;
sin embargo, toda tu sabiduría no te impidió jugar con fuego.

Moraleja: Piensa en tus propios errores antes de criticar a los demás.

Un día con mis amigos pensábamos que el profe iba a faltar. Mis compañeros y yo nos
pusimos a bailar sobre las mesas. De repente llega el profe y pone una cara de asombro.
Pensamos que nos iba a regañar, pero no, él también se subió a su escritorio y bailó.
Estaba un día en mi casa alistándome para salir a la escuela, pero ya se me hacía tarde, así
que me cambie de ropa como sea. Tomé cualquier cosa y me la puse. Al llegar a clases me
di cuenta, que mis medias eran diferentes. Cuando me decían ¿qué paso? yo simplemente
les respondía "es la nueva moda"

El origen del sol y la luna (mito azteca).


En un momento no existían ni el sol ni la luna y los dioses se reunieron para decidir quién
iba a iluminar el universo. Tecuciztécatl dijo que él tenía que hacerlo, los dioses aceptaron
esta propuesta y dijeron que Nanahuatzin se convertiría en la luna.
Los dioses decidieron que, para convertirse en Sol, Tecuciztécatl tenía que arrojarse al
fuego, pero el dios tuvo miedo y no lo pudo hacer. En su lugar, Nanahuatzin se tiró al fuego
y, por su acto valiente, se transformó en el sol. Tecuciztécatl se avergonzó por su actitud y
decidió tirarse al fuego y, entonces, se transformó en la luna.
Thor y su martillo (mito nórdico).
El martillo que tenía Thor era mágico, porque cuando el dios lo lanzaba daba en el blanco y
después volvía a su mano. Pero un día, Thor se despertó y su martillo no estaba.
Thor se enteró de que Thrym, el rey de los gigantes, tenía el martillo. Este rey le dijo a Thor
que se lo devolvería solo si se casaba con la diosa Freyja, pero ella no quería. Thor y otros
dioses acordaron que Thor se disfrazaría de Freyja, para simular que se casaría con Thrym,
y así podría recuperar el martillo.
Thor se disfrazó de Freyja, y en la celebración, Thrym pidió que trajeran el martillo para
bendecir la ceremonia. Pero Thor lo tomó, mató a Thrym y entonces pudo recuperar su
martillo.

La Llorona.
Es una leyenda común en muchos países de Latinoamérica. Cuenta la historia de una mujer
que aparece en las noches llorando por sus hijos fallecidos, especialmente en calles o
caminos solitarios.
Los motivos de su pérdida varían según la localidad, ya que en unas versiones se asegura
que fue ella misma quien los ahogó en un río, mientras que en otras versiones fue el padre
de los niños y ella vaga buscando venganza.
Leyenda de la Mojana.
Según la leyenda colombiana, la Mojana es una mujer diminuta que rapta a los niños que se
acercan a sus dominios. Vive en una casa de piedra, debajo del agua, es blanca y tiene
larguísimos cabellos dorados.
Para proteger a los niños de la Mojana, es necesario atarlos con un cordón.

la noticia:
es un relato de un acontecimiento de actualidad, que despierta el interés del público.
Biografía:
La biografía es la historia de la vida de una persona narrada por otra persona.
Atrápame si puedes. Esta película dirigida por Steven Spilberg retrata la vida del
estadounidense Frank Abagnale Jr., un estafador que, a partir de los 19 años se hace pasar
por piloto de avión, médico y abogado, y amasa así una importante fortuna. Además, este
personaje (encarnado por Leonardo DiCaprio) apela a la falsificación de cheques, con una
destreza tal que termina siendo reclutado por el FBI como asesor. El filme fue estrenado en
2002 y recibió dos nominaciones al Oscar, en las categorías de Mejor Actor de Reparto
para Christopher Walker y Mejor Banda Sonora para John Williams.

Obra de teatro: Mateo no quiere ponerse los calcetines.


Esta obra de teatro corta cuenta la historia de un niño pequeño llamado Mateo quien
aprendió a ponerse los calcetines él solito cuando apenas era un bebé. Resulta que nuestro
amigo Mateo era muy perezoso y también muy ingenioso, así que, como nunca le apetecía
ponerse sus calcetines, le hizo creer a sus papás que se le había olvidado cómo hacerlo.
¿Qué creéis que pasará? ¡Vamos a descubrirlo!
- Personajes: Mateo, su mamá y su papá.
- Lugar en el que transcurre la acción: una casa.
Se abre el telón. Se ve a Mateo en su habitación justo antes de tener que salir a la escuela.
Se le ve hablando él solo.
Mateo: ¡Qué pereza! No tengo ganas de ponerme los calcetines, ni los zapatos... (Da vueltas
de un lado para otro de la habitación pensativo). ¡Ya sé lo que puedo hacer! Les haré a
creer a mamá y papá que no sé ponerme solo los calcetines ni los zapatos. (Coge su calzado
y va a la cocina donde están sus padres haciendo el desayuno).
Papá: Hola, hijo, ¿aún no te has vestido?
Mateo: Es que me cuesta mucho ponerme los calcetines.
Mamá: ¿Lo has intentado? Si antes sí sabías hacerlo.
Mateo: (Pone cara triste) Es que me cuesta mucho.
Papá: No pasa nada yo lo haré por ti.
Mateo: (Pone cara feliz pues ha logrado su objetivo).
En la siguiente escena, Mateo está en casa de un amigo. Para poder jugar sobre la alfombra
ha de ponerse unos calcetines de andar por casa.
Mateo: (coge los calcetines y se los pone) ¡Ya estoy listo! Vamos a jugar.
Mamá: (pone cara de 'te he pillado') ¿No decías que no sabías ponerte tu calzado?
Mateo: (Se ruboriza pues han descubierto su mentira) Lo siento, no debí mentir, es que hay
veces que me da pereza hacer las cosas.
Mamá: Lo sabemos, pero has de ser responsable de tus cosas y solo pedir ayuda cuando en
verdad lo necesitas. (Le da un beso a su hijo y este se va a jugar con su amigo).

Obra de teatro: Una noche en la granja.


En esta obra de teatro los profesores de un colegio organizan una salida a la granja para que
los niños se diviertan y también aprendan a hacer cosas ellos solos como vestirse, hacer la
cama o lavarse los dientes.
- Lugar en el que transcurre la acción: una casa o una escuela.
- Personajes: Almudena en el papel de profesora, Alba, Lucas, Carlota y Andrés. Se puede
adaptar para incluir a cuantos más niños mejor.
Almudena: Chicos, es hora de subir al autobús, decir adiós a los papás. Estaremos de vuelta
mañana a la hora de comer.
Alba: ¡Qué emoción!
Lucas: Yo estoy contento, pero también un poco nervioso. Tendremos que hacer las cosas
nosotros solos.
Almudena: (Está al lado de los niños) No os preocupéis ya veréis que no es tan difícil.
Los niños y los profes llegan a la granja dispuestos a pasárselo en grande.
Carlota: (Abre su maleta) ¡Voy a ordenar mi ropa!
Andrés: Yo me voy a lavar los dientes y a ponerme las botas para salir al campo.
Alba: Yo ya casi estoy, solo me queda atarme los cordones de los zapatos, pero no se
hacerlo bien, ¡siempre se me desatan!
Lucas: No pasa nada, yo te ayudo.
Almudena: Lo veis chicos, ¿a qué no es tan complicado hacer estas cosas? Además,
siempre podéis pedir ayuda como acaba de hacer Alba.
Carlota: Tienes razón, lo que pasa es que hay veces que pensamos que no lo podemos hacer
bien y al final nos ponemos nerviosos.
Andrés: A mí también me pasa, sobre todo cuando me tengo que poner el pijama y estoy
súper cansado.
Almudena: Os entiendo, a mí de pequeña me sucedía lo mismo, por eso una salida a la
granja ayuda mucho, es divertido y tenéis la oportunidad de hacer cosas como los mayores.
Los amigos se van a hacer las actividades en la granja. Salen de escena.

Sustantivos concretos.
Silla
Mesa
Jarrón
Cama
Pluma
Casa
Teléfono
Nube
Mano
Pie
Sustantivos colectivos.
Piara
Ramo
Rebaño
Enjambre
Bosque
Flota
Equipo
Gente
Teclado
Biblioteca

Sustantivos comunes
amor
café
equipo
explosión
guitarra
plástico
librería
perros
lámpara
flor
sustantivos propios.
parís
arcoíris
Camila
Ferrari
Barranquilla
Azul
Bogotá
Pedro
Campeón
Rio Nilo

Sustantivos abstractos.
Tristeza
Amor
Odio
Ansiedad
Esperanza
Miedo
Desagrado
Maldad
Honradez
Espiritualidad.
Adjetivos
Pocos
Alta
Corto
Dulce
Bonita
Lluvioso
Pequeño
Negro
Soleado
Redonda
Rápido
Lento
Fuerte
Pesado
Amarga

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