Está en la página 1de 7

Linea del tiempo

Relato de un Naufrago
(Gabriel Garcia Marquez)

Nombre: Antonella Arancibia


Curso: 2°A
Docente: Tiare Oliva
Prologo
El 28 de febrero de 1955 se conoció la noticia de que ocho miembros de la tripulación del destructor
«Caldas», de la marina de guerra de Colombia, habían caído al agua y desaparecido a causa de una
tormenta en el mar Caribe. La nave viajaba desde Mobile, Estados Unidos, donde había sido sometida a
reparaciones, hacia el puerto colombiano de Cartagena, a donde llegó sin retraso dos horas después de la
tragedia. La búsqueda de los náufragos se inició de inmediato, con la colaboración de las fuerzas
norteamericanas del Canal de Panamá, que hacen oficios de control militar y otras obras de caridad en el
sur del Caribe. Al cabo de cuatro días se desistió de la búsqueda y los marineros perdidos fueron
declarados oficialmente muertos.

Una semana más tarde, sin embargo, uno de ellos apareció moribundo en una playa desierta del norte de
Colombia, después de permanecer diez días sin comer ni beber en una balsa a la deriva. Se llamaba Luis
Alejandro Velasco. Lo que no sabíamos ni el náufrago ni yo cuando tratábamos de reconstruir minuto a
minuto su aventura, era que aquel rastreo agotador había de conducirnos a una nueva aventura que
causó un cierto revuelo en el país, que a él le costó su gloria y su carrera y que a mí pudo costarme el
pellejo. Colombia estaba entonces bajo la dictadura militar y folclórica del general Gustavo Rojas
Pinilla, cuyas dos hazañas más memorables fueron una matanza de estudiantes en el centro de la capital
cuando el ejército desbarató a balazos una manifestación pacífica, y el asesinato por la policía secreta de
un número nunca establecido de taurófilos dominicales, que abucheaban a la hija del dictador en la
plaza de toros.

La prensa estaba censurada, y el problema diario de los periódicos de oposición era encontrar asuntos
sin gérmenes políticos para entretener a los lectores. Había sido condecorado, había hecho discursos
patrióticos por radio, lo habían mostrado en la televisión como ejemplo de las generaciones futuras, y lo
habían paseado entre flores y música por medio país para que firmara autógrafos y lo besaran las reinas
de belleza. Mi primera sorpresa fue que aquel muchacho de 20 años, macizo, con más cara de
trompetista que de héroe de la patria, tenía un instinto excepcional del arte de narrar, una capacidad de
síntesis y una memoria asombrosa, y bastante dignidad silvestre como para sonreírse de su propio
heroísmo. En 20 sesiones de seis horas diarias, durante las cuales yo tomaba notas y soltaba preguntas
tramposas para detectar sus contradicciones, logramos reconstruir el relato compacto y verídico de sus
diez días en el mar.

No fue sólo por eso, sino también porque nos pareció justo, que acordamos escribirlo en primera
persona y firmado por él. Esta es, en realidad, la primera vez que mi nombre aparece vinculado a este
texto. La segunda sorpresa, que fue la mejor, la tuve el cuarto día de trabajo, cuando le pedí a Luis
Alejandro Velasco que me describiera la tormenta que ocasionó el desastre. La verdad, nunca publicada
hasta entonces, era que la nave dio un bandazo por el viento en la mar gruesa, se soltó la carga mal
estibada en cubierta, y los ocho marineros cayeron al mar.

Estaba claro que el relato, como el destructor, llevaba también mal amarrada una carga política y
moral. La historia, dividida en episodios, se publicó en catorce días consecutivos. El propio gobierno
celebró al principio la consagración literaria de su héroe. Buscando el modo de sustentar nuestros
cargos, le pedimos a Luis Alejandro Velasco la lista de sus compañeros de tripulación que tuvieran
cámaras fotográficas.

Aunque muchos pasaban vacaciones en distintos lugares del país, logramos encontrarlos para comprar
las fotos que habían tomado durante el viaje. Una semana después publicada en episodios, apareció el
relato completo en un suplemento especial, ilustrado con las fotos compradas a los marineros. Al fondo
de los grupos de amigos en alta mar, se veían sin la mejor posibilidad de equívocos, inclusive con sus
marcas de fábrica, las cajas de mercancía de contrabando. La dictadura acusó el golpe con una serie de
represalias drásticas que habían de culminar, meses después, con la clausura del periódico.

A pesar de las presiones, las amenazas y las más seductoras tentativas de soborno, Luis Alejandro
Velasco no desmintió una línea del relato. Antes de dos años cayó la dictadura y Colombia quedó a
merced de otros regímenes mejor vestidos, pero no mucho más justos, mientras yo iniciaba en París este
exilio errante y un poco nostálgico que tanto se parece también a una balsa a la deriva.
Realidad cultural
En el año 2020 empezó una pandemia nivel mundial
Este año comenzó una guerra entre Rusia y Ucrania
Llego la nueva pandemia VIRUELA DEL MONO
En chile hubo un Estallido social en el año 2019
Resumen del
libro
Este libro, Relato de un
náufrago, tal como lo dice el
título, narra la historia de un
oficial de bajo rango de la Marina de Guerra de Colombia, que sufre un
accidente a bordo del destructor A.R.C. Caldas y pasa diez días en una
balsa en alta mar.

Opinión del libro


A mi parecer el texto no me gusto ya que era demasiado lento y eso lo
hacia aburrido y era muy complicado entenderlo

Hecho político: en Colombia ocurría en ese tiempo un golpe de estado


militar.
Hecho histórico: ocurría la guerra de los civiles llamado la guerra de los
mil días duro 1899 hasta 1902.
DIA 5

Pero pronto me di
cuenta que me
había equivocado el DIA 9
avión no venía hacia
DIA 7 El día empezó a
la Balza, Pero pasó
muy distante y a una Tomo una de las dar avisos de
altura desde la cual aves y la tempestad, pero
era imposible que despedazo para no llovía, llevaba
me vieran "Estaba satisfacer el siete días en el
agobiado por la sed hambre, pero no mar el oleaje era
y divisó otro avión pude comerla y la mucho mas fuerte
que se dirigía hacia tiro al mar de el día del
la balsa, y hasta imagino que su accidente no
logró “distinguir” a familia lo habría sentía hambre y
un hombre que lo dado por muerto. tomaba con
observaba con El hambre lo hizo frecuencia sorbos
Dia 3
binóculos desde la sacar una tarjeta de agua de mar el
En la media cabina, ¡me han de almacén de 7 de marzo se
Dia 1 noche se les visto!, exclamó La Alabama que percato de que el
ordena a los claridad del guardo en los agua cambia de
Zarparon tripulantes color azul a verde
amanecer sustituyó bolsillos. Deseaba
hacia hacer podría identificar
las luces del puerto masticar las botas
Cartagena contrapeso y el limite de los dos
DIA 4 estaba delirando DIA 6 esa noche pudo DIA 8 DIA 10
DIA 2
1955 estabilizar dormir colores
En la Una tormenta El naufrago comenzó Intento en vano Al llegar la noche, la
Un grupo de mañana hundió al destructor a perder la memoria, agarrar un pescado, balsa se deslizaba
marineros llegaron al Caldas de la armada aunque contaba los pero los peces lo suavemente la
llevaban golfo de de Colombia, la días que pasaba en atacaron produciénd- gaviota que se había
ocho meses México noticia de este hecho el mar, llego a ole pequeñas heridas posado, en la
en tierras de corrió rápidamente confundir la cuenta en la piel estimulados mañana, continuando
Alabama Por la tarde la fuerza en la noche volvió a por la sangre de las allí se acostó boca
de la brisa disminuyo ver a su amigo heridas de los abajo no sentía dolor
Se dio cuenta que Manjarrez, quien le tiburones se y si una indiferencia
tenia una herida que señalo las luces de arremolinar-on al total hacia la vida se
le había sangrado y un barco. Se alegro rededor de la Balza acostó dispuesto a
ya estaba seca, cuando se dio cuenta arremetiendo contra morir pero antes le
estaba oscuro y el de que siete gaviotas los peces en eso un dio un beso a la
estaba distraído sobrevolaban la pez grande tratando medalla de la VIRGEN
mirando al cielo paso Balza era señal de la de huir salto y cayo en DEL CARMEN nunca
su primera noche en cercanía a la costa la Balza perseguido supo de donde salió
el mar solo en el por el tiburón que aquella extraña raíz
caribe pensó en lo había saltado dentro que vio en el piso de
que haría si viera un de la Balza la Balza
avión en la zona

También podría gustarte