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Análisis del turismo en Andalucia - 1
Los andaluces y el turismo

Percepción social del turismo en Andalucía
RODRÍGUEZ GONZÁLEZ, Pablo
Los andaluces y el turismo : percepción social del turismo en Andalucía
/ Pablo Rodríguez González ; colaboradores Ángel Ramírez Troyano... [et
al.]. -- 1ª ed.. -- Sevilla : Consejería de Turismo, Comercio y Deporte, 2007.
-- 232 p. ; 21 cm. -- (Análisis del Turismo en Andalucía ; 1)
Investigación enmarcada en el Convenio de colaboración entre la
Consejería de Turismo, Comercio y Deporte y el Instituto de Estudios
Sociales de Andalucia
D.L. SE-1950-07. -- ISBN 978-84-690-5805-3
1. Turismo 2. Actitud y opinión pública 3. Sociología del turismo 4.
Turismo sostenible 5. Imagen 6. Andalucía I. Andalucía. Consejería de
Turismo, Comercio y Deporte II. Instituto de Estudios Sociales de Andalucía
III. Título IV. Serie
Investigación enmarcada en el Convenio de colaboración entre la Consejería de Turismo, Comercio y

Deporte y el Instituto de Estudios Sociales de Andalucía.
1.ª Ed., 2007
AUTOR:
Pablo Rodríguez González
COLABORADORES:
Ángel Ramírez Troyano (Investigación cualitativa)
Rafael Martínez Cassinello (Investigación cuantitativa)
Carmen Gutiérrez Aranda (Trabajo de campo)
Mª Carmen Abril Vega (Codificación)
Juan Antonio Domínguez Álvarez (Diseño muestral)
Elena Espinosa de los Monteros Pérez (Análisis estadístico)
Rocío Ciria Navas (Gráficos)
EDITA:
Junta de Andalucía
Consejería de Turismo, Comercio y Deporte
PRODUCCIÓN EDITORIAL:
Signatura Ediciones de Andalucía, S.L.
ISBN: 978-84-690-5805-3
DEPÓSITO LEGAL: SE-1950-07
Esta publicación está disponible para la consulta y préstamo en el Centro de Documentación de la

Consejería de Turismo, Comercio y Deporte de la Junta de Andalucía y accesible a texto completo en:
http://www.juntadeandalucia.es/turismocomercioydeporte/publicaciones
Análisis del turismo en Andalucía - 1 Los andaluces y el turismo 5
P resentación
Hoy en día contamos con un rotundo consenso den-

tro del sector turístico sobre la necesidad de orientar el de-
sarrollo turístico de nuestra región por los principios de la
sostenibilidad. Y una de las dimensiones clave de esta sostenibilidad es la sos-
tenibilidad social, que complementa a las dimensiones ambiental y económica.
Desde el punto de vista de la sostenibilidad social, se entiende que la activi-
dad turística debe producir efectos positivos para el conjunto de la sociedad que
recibe a los turistas. Es decir, contribuir a la distribución de la riqueza, al bienes-
tar colectivo y al desarrollo personal de la población receptora. Tan importante
como la existencia objetiva de este conjunto de beneficios sociales es la percep-
ción subjetiva por parte de la población de los efectos del turismo, aspecto al
que se orienta el trabajo que presentamos aquí.
Hasta ahora, rara vez se había prestado atención a la opinión de los propios
andaluces con respecto a los efectos que produce el paso de los más de veinte
millones de turistas que cada año visitan nuestra región.
Esta investigación, realizada con los elevados estándares de calidad científi-
ca del Instituto de Estudios Sociales Avanzados de Andalucía (IESA-CSIC), nos
muestra una imagen muy detallada y completa de la percepción y actitudes de
los andaluces respecto del turismo y sus efectos en la sociedad andaluza. Es
especialmente relevante la positiva opinión que se detecta entre los andaluces
sobre el turismo y sus efectos sociales, así como su preferencia por la conserva-
ción y protección del patrimonio cultural y natural andaluz para orientar en el
futuro el desarrollo turístico.
La población andaluza es protagonista esencial de la oferta turística de nues-
tra región, toda vez que la hospitalidad y el trato se encuentran entre nuestros
principales activos turísticos. Por ello, los resultados de esta investigación y el
campo de estudio que abre resultan de singular importancia para el conocimien-
to de la realidad turística de Andalucía y sus perspectivas de futuro.
SERGIO MORENO MONROVÉ
Consejero de Turismo, Comercio y Deporte
I ndice
Presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
1ª Sección: Aspectos teóricos y metodológicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11

1.1 Las opiniones sobre el turismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
1.2 Estado de la cuestión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33
1.3 Indicadores sobre el estado de la cuestión en Andalucía . . . . . . . . . . 37
1.4 Planteamiento de la investigación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43
2ª sección: Interés, conocimiento y valoración del turismo en Andalucía. 51

2.1 Los discursos sobre el turismo y su importancia en Andalucía . . . . . . 53
2.2 Conocimiento e interés por el turismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 73
2.3. Evaluación de la situación del turismo en Andalucía . . . . . . . . . . . . . 79
2.4. Evaluación de la política turística de la Junta de Andalucía . . . . . . . . 83
3ª sección: Turismo y sociedad en Andalucía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89

3.1. Los relatos sobre las interacciones de los andaluces con los turistas 91
3.2. Interacción con los turistas en la encuesta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 97
3.3. Comportamientos respecto a los turistas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 101
3.4. Vinculación personal con el turismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 103
3.5. Los discursos sobre el turismo de los trabajadores turísticos y su
relación con otras variables . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 107
3.6. Prestigio social de las profesiones turísticas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 117
3.7. Preocupación ambiental . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 119
8 Los andaluces y el turismo Análisis del turismo en Andalucía - 1
3.8. Análisis de género . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 123

3.9. Los discursos sobre Andalucía como destino turístico . . . . . . . . . . . . 129
3.10. Comportamiento turístico de los andaluces . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 133
4ª sección: El impacto social del turismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 139

4.1 Los impactos del turismo en los grupos de discusión . . . . . . . . . . . . . 143
4.2. Percepción de los impactos sociales del turismo en Andalucía . . . . . 165
4.3. Relación entre la vinculación personal con el turismo y
la percepción de los impactos sociales del turismo . . . . . . . . . . . . . . . 173
4.4. La actitud como constructo. Relaciones entre las distintas
dimensiones de la actitud hacia el turismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 177
4.5. Determinantes de las distintas actitudes.
Perfil de los pertenecientes a los distintos segmentos . . . . . . . . . . . . 193
Conclusiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 197
Anexo I: Documentación de la fase cualitativa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 205
Anexo II: Cuestionario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 213
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 223
I ntroducción
En este libro se presentan los resultados de una investigación llevada a cabo

en el IESA-CSIC sobre la opinión de los andaluces sobre el turismo. Andalucía
lleva más de 40 años recibiendo un importante flujo de turistas, que en el año
2005 alcanzó los 23,6 millones de visitantes, según las estimaciones realizadas
por la Consejería de Turismo, Comercio y Deporte. Este desarrollo turístico ha
tenido y tiene considerables efectos en la economía, el paisaje y en la propia
configuración de la sociedad andaluza.
Dado que el objeto de esta investigación es conocer la opinión de la po-
blación sobre el turismo en Andalucía, se considera relevante estudiar cómo
son percibidos y valorados los efectos de la interacción entre los turistas que
visitan nuestra región y sus anfitriones (es decir, los propios andaluces) por estos
últimos. La relevancia del tema de investigación viene avalada por numerosos
estudios que resaltan la importancia de la mutua aceptación entre turistas y an-
fitriones (la población local) para la buena marcha de una actividad, como la
turística, cuyo protagonismo en la economía andaluza es fundamental.
Un ejemplo claro de esta relevancia es que la Organización Mundial del
Turismo, la agencia de la ONU competente en materia turística, sitúa el “Bien-
estar de las comunidades receptoras” en el primer apartado de su propuesta de
indicadores de desarrollo sostenible para los destinos turísticos (OMT, 2005).
Este énfasis en la sostenibilidad social del turismo también está presente entre
los objetivos del Plan General de Turismo Sostenible de la Junta de Andalucía,
donde se recoge que el plan debe desarrollar “estrategias y políticas turísticas
que garanticen un modelo turístico sostenible desde el punto de vista social,
ambiental y económico basado primordialmente en la diferenciación” (CTCyD,
2006/a, las cursivas son nuestras).
En esta obra se presenta una aproximación a ese punto de vista “social”, reca-
bando las opiniones de la población sobre el fenómeno turístico en su conjunto
y sus impactos en la sociedad andaluza. En la investigación se plantea desde
distintos enfoques la cuestión de hasta qué punto los andaluces perciben que
el turismo contribuye a su bienestar colectivo, tanto en sentido global como a
través de las distintas dimensiones de esa contribución. Para ello se emplean las
herramientas teóricas y metodológicas propias de la Sociología, recurriendo a
la teoría del intercambio social como esquema teórico sobre cómo las personas
interpretan y evalúan la realidad social, y a los grupos de discusión y la encuesta
como métodos de investigación con los que obtener información objetiva sobre
dichas interpretaciones.
La recogida de los datos y su primer análisis se realizaron entre octubre de
2005 y junio de 2006 en virtud de un convenio de colaboración firmado entre
el Instituto de Estudios Sociales Avanzados de Andalucía y la Dirección General
de Calidad, Innovación y Prospectiva Turística de la Consejería de Turismo, Co-
mercio y Deporte de la Junta de Andalucía.
Este libro consta de cinco secciones. En la primera sección, Aspectos teóricos
y metodológicos, se realiza una revisión de la bibliografía científica sobre el tema
de las actitudes de la población residente hacia el fenómeno turístico y se deta-
llan las características del diseño de la investigación.
En las tres secciones siguientes se recogen los resultados de la investigación.
En la segunda sección, Interés, conocimiento y valoración del turismo en Anda-
lucía, se plantean los aspectos generales de la opinión de los andaluces sobre
el turismo.
En la tercera sección, Turismo y sociedad en Andalucía, se detallan los resul-
tados sobre distintos aspectos en los que el sistema turístico entra en contacto
directo con la sociedad andaluza. Lo que lleva a tratar temas como la interacción
entre los andaluces y los turistas, la vinculación económica con la actividad tu-
rística y las percepciones de la población sobre el empleo turístico, los efectos
ambientales del turismo, sus repercusiones en el campo de la igualdad de géne-
ro y sobre las cualidades de Andalucía como destino turístico.
En la cuarta sección, El impacto social del turismo, se presentan las distintas
percepciones de los andaluces sobre los efectos del turismo en la región que
han sido identificadas en la investigación, tanto desde una perspectiva cualitati-
va como cuantitativa. Por último, en la quinta sección se plantean las conclusio-
nes generales de este trabajo.
El autor quiere agradecer sinceramente la colaboración de las siguientes per-

sonas: Ángel Ramírez Troyano, Rafael Martínez Cassinello y Rocío Ciria Navas,
miembros del equipo de investigación sobre Turismo y Sociedad en el IESA-CSIC
que contribuyeron en distinto grado a la redacción y presentación de los infor-
mes de investigación. El personal de la Unidad Técnica de Estudios Aplicados
del IESA-CSIC, que llevó a cabo una impecable labor en el trabajo de campo,
codificación y tabulación de los resultados. Por último, el profesor Eduardo Mo-
yano, responsable científico del proyecto que realizó acertadas observaciones y
correcciones sobre los distintos textos de esta investigación.
1ª Sección
Aspectos
teóricos
y metodológicos
En este capítulo se presenta, en primer lugar, un panorama de las distintas

aproximaciones teóricas y empíricas a este tema de investigación, elaborado a
partir de la revisión de los numerosos trabajos científicos sobre el tema que se
realizó en la fase preliminar del estudio. A continuación, se exponen algunos
datos objetivos sobre la importancia y los efectos del turismo en Andalucía, tal
y como se recogen en distintas fuentes secundarias. Esta primera aproximación
a la realidad del fenómeno servirá para contrastar posteriormente las visiones
subjetivas que sostenga la población. Por último, expondremos las distintas de-
cisiones metodológicas que, en virtud de la información anterior, se han tomado
en el diseño de las fases cualitativa y cuantitativa de la investigación.
1.1 Las opiniones sobre el turismo.

Relevancia y planteamientos teóricos
Una primera cuestión que cabe aclarar es por qué resultan importantes las
opiniones de la población local sobre el turismo. En primer lugar, cabe respon-
der que el conocimiento de la opinión pública sobre los aspectos que afectan
cotidianamente a la población es por sí mismo un tema de investigación relevan-
te en todas las sociedades democráticas. Con lo que, en principio, las opiniones
de la población sobre el turismo tienen tanto interés como pudieran tener las
opiniones acerca de otros sectores de actividad económica como la sanidad o
el comercio. A esto habría que añadir que el turismo tiene una importancia eco-
nómica y unas repercusiones en la sociedad y el territorio andaluz que, sin duda,
justifican por sí solas la pertinencia de esta investigación.
Pero además hay que llamar la atención sobre determinadas especificidades
del turismo que hacen que la opinión y la actitud de la población que recibe a
los turistas tenga una importancia fundamental para el buen funcionamiento de
la actividad. Siguiendo a Cohen (1984) y Urry (2000), es preciso tener en cuenta
la importancia de las interacciones entre turistas y población local en los servicios
turísticos. El producto turístico consiste en un conglomerado de servicios, mu-
chos de los cuales son producidos en presencia del consumidor, con lo que la
interacción entre consumidor (turista) y productor (empleado local) forma parte
del propio producto turístico. De hecho, la calidad de la interacción es una de
las fuentes donde se genera el valor añadido en los servicios.
Por otra parte, la consideración del producto turístico como un agregado
de servicios implica que, junto a los componentes principales (transporte, alo-
jamiento), la producción turística implica a multitud de actores del destino que
prestan servicios de carácter comercial (taxis, bares, guías, comercios, etc.) o no
(información y orientación casual, servicios públicos). Esta distinción es relevan-
te porque, mientras que entre los empleados del alojamiento y otros servicios
especializados la atención está profesionalizada y suelen existir unos estándares
de trato incorporados a las tareas, en los servicios no especializados y en las inte-
racciones no comerciales dichos estándares no existen, con lo que la calidad del

trato dependerá de la actitud general y el clima de confianza hacia los turistas
que impere entre la población local. 1
Desde una perspectiva económica, hay dos premisas comunes tanto a los
investigadores de marketing que reclaman la comercialización de los destinos
turísticos como “experiencias integrales” como a los que, desde la dirección es-
tratégica, señalan que la “calidad total” debe implicar una mejora de la imagen
de la empresa en su entorno. La primera es que, como hemos comentado, el
turista confiere valor al trato que recibe. La segunda es que esta valoración del
trato no se circunscribe exclusivamente al alojamiento y las partes centrales del
producto turístico, sino que se ve afectada por el conjunto de interacciones que
se llevan a cabo durante el viaje1. Por tanto, las actitudes de la población ten-
drán una importancia fundamental en el desempeño de los destinos turísticos,
siguiendo la secuencia ideal del Gráfico 1.
Gráfico 1
Relación entre actitud de la población local y desempeño de los destinos
Actitud positiva de la Interacciones Satisfacción Valor añadido

población local hacia positivas entre del turista al destino
el turismo turistas y locales a raíz del trato turístico
Tras estas consideraciones sobre la importancia del tema, será preciso ex-
poner cómo se plantea en la literatura científica el estudio de las opiniones y
actitudes de la población local hacia el turismo y los turistas. Este tema ha sido
analizado empíricamente desde distintas perspectivas teóricas y en multitud de
1. Esta importancia se ve reforzada, en primer lugar, por las tendencias recientes hacia una mayor inde-
pendencia del turista (Urry, 2000), ya que los turistas optan cada vez más por interacciones no profesio-
nalizadas. En segundo lugar, la preferencia por destinos con mayor seguridad y predictibilidad (Fernández
Güell et al, 2005), que hace que las expectativas de trato e interacción positiva con los locales ganen peso
en la evaluación de destinos.
destinos turísticos de todo el mundo2. En los años 60 del pasado siglo se publican
los primeros estudios sobre el impacto del turismo en las sociedades receptoras,
que plantean una visión fundamentalmente optimista centrada en los efectos
económicos del turismo (riqueza, empleo) en las sociedades desarrolladas y sus
potencialidades para el desarrollo de los países del tercer mundo.
Esta visión optimista y economicista sería ampliamente criticada a partir de
la segunda mitad de los años 70 en una doble vertiente. Por una parte, partien-
do de la teoría de la dependencia y el neocolonialismo, se pondría en duda la
existencia de beneficios económicos reales para las sociedades receptoras en
los países subdesarrollados (Singh et al, 1989; para el caso español, Gaviria,
1974). Por otra parte, desde perspectivas antropológicas y sociológicas se plan-
teó que el turismo no solo producía un impacto económico en las sociedades
receptoras, sino que también desencadenaba cambios socioculturales (Smith,
1977, McCannell, 2003) y ambientales no deseados y, con frecuencia, de carác-
ter negativo. En esta etapa surge lo que Jafar Jafari define como la “plataforma
precautoria sobre el turismo” (Jafari, 2005), una larga serie de estudios que inda-
gan sobre los efectos del desarrollo turístico prestando particular atención a sus
posibles efectos negativos.
Dentro de esta corriente, Doxey plantea su tesis del Irritation Index, que pos-
teriormente se ha enmarcado en las investigaciones sobre el ciclo de vida de los
destinos turísticos (Butler, 1980). Esta línea de investigación aplica el concepto de
ciclo de producto al desarrollo de los núcleos turísticos, planteando una serie ideal
de estadios a partir de sucesivos cambios en la demanda (volumen, capacidad
económica, actitud ante los recursos locales) y la oferta (volumen, participación
local, posición en el mercado internacional). Estos estadios son: introducción (ex-
ploración e implicación), crecimiento, madurez (consolidación y estancamiento)
y post-estancamiento (declive o rejuvenecimiento). La hipótesis de Doxey plantea
que los distintos estadios del desarrollo ocasionan un aumento de las fricciones
entre la actividad turística y la población local, dando lugar a un deterioro acumu-
lativo de las relaciones entre turistas y locales, con sucesivos estados de euforia,
2. Una búsqueda de los términos host (anfitrión) o resident (residente) en las cinco revistas internaciona-
les sobre turismo con mayor impacto (Annals of tourism research, International journal of tourism resear-
ch, Journal of hospitality and tourism research, Journal of travel research, Tourist Management) localizó en
septiembre de 2006 un total de 261 artículos, la mayor parte de ellos publicados a partir de los años 90.
apatía, enojo y antagonismo (Doxey, 1976). Se trata de una tesis controvertida y

compleja sobre la que volverán algunos estudios posteriores.
Gráfico 2
Esquema planteado por Brougham y Butler (1981)
Características de
los turistas: Perfil
sociodemográfico y
turístico
Impactos:
-Culturales Percepción de
Interacciones
-Económicos la población
-Ambientales
Características de
Actitudes hacia
la población: Perfil
el turismo
socioeconómico
A inicios de los años 80, Brougham y Butler (1981) aplican un análisis de

segmentación de las actitudes sobre el turismo a la población de la isla escocesa
de Skye, planteando una primera sistematización de este campo de estudio y
sintetizando algunas aportaciones anteriores (Pizam, 1978; Rothman, 1978). En
el esquema teórico que presentan estos autores (ver Gráfico 2), la naturaleza de
las interacciones entre turistas y anfitriones, condicionada por sus respectivas
características sociodemográficas y patrones espaciales, da lugar a una serie
impactos sociales (económicos, culturales y ambientales). Éstos, en función de
cómo sean percibidos y valorados por la población, darán lugar a las actitudes
hacia el turismo.
Aparecen aquí varias ideas que se mantendrán en investigaciones posteriores
y que conviene retener:
- La actitud hacia el turismo dependerá del impacto que tenga el turismo
en la zona estudiada. De esta forma distintos modelos turísticos, con distin-
tos niveles de impacto, producirán actitudes diferentes.
- Los impactos por sí solos no generan la actitud, es la percepción que

tiene la población de esos impactos la que da lugar a las actitudes. Se pone
énfasis en la percepción subjetiva de los impactos como determinante cla-
ve en la actitud.
- El tipo de relación (o interacción) con los turistas modificará las per-
cepciones sobre el turismo. Caben tipos e intensidades muy diversas de
relación con los turistas (de proximidad residencial, económicas directas o
indirectas, encuentros puntuales, etc.) que, en virtud de los distintos grados
de exposición a los impactos del turismo, darán lugar a percepciones y
valoraciones diferentes de los efectos del turismo.
Sin embargo, estas ideas, tal y como comenta John Ap (1990), no serán
planteadas de forma explícita y sistemática en las distintas investigaciones lleva-
das a cabo durante los años 80. El diagnóstico que realiza este autor sobre el
estado de la cuestión a inicios de los 90 es concluyente: si bien existen una serie
de impactos sociales claramente identificados y algunas relaciones empíricas
ampliamente contrastadas, no existe una comprensión teórica ni una concep-
tualización clara del problema, lo que lleva a una diversidad de planteamientos
de las investigaciones que dificulta la comparabilidad entre estudios. Este autor
también señala algunos problemas en los métodos de muestreo y en las técnicas
de análisis empleados en los estudios de esta década.
También en 1990 se publica un artículo que plantea un esquema teórico
más claro, centrado en conocer las relaciones entre las percepciones del impac-
to social del turismo y el apoyo de la población al desarrollo turístico (Perdue,
Long y Allen, 1990). Se trata de una encuesta en 16 localidades rurales del es-
tado norteamericano de Colorado, en el que se estudian una serie de hipótesis
formuladas a partir de los hallazgos empíricos anteriores. Entre estos hallazgos
cabe citar: que la alta concentración turística lleva a percepciones negativas
hacia el turismo y los turistas (Pizam, 1978); que los residentes empleados en el
turismo tienden a ser más favorables que los no empleados (Milman y Pizam,
1988; Brougham y Butler, 1981); y que, en general, la población reconoce im-
portantes impactos positivos del turismo (Liu y Var, 1986).
Gráfico 3
Esquema planteado por Perdue, Long y Allen (1990)
Percepción de
impactos positivos
del turismo
Características de Beneficios del Apoyo al desarrollo

los residentes desarrollo turístico turístico
Percepción de
impactos negativos
del turismo
Estos autores plantean que, hasta entonces, uno de los aspectos controver-
tidos de la investigación sobre las actitudes hacia el turismo había sido el papel
de los factores sociodemográficos en la percepción de sus impactos positivos o
negativos, minusvalorándose el papel de la dependencia económica respecto al
turismo. En el modelo que someten a prueba, la percepción de que se reciben
beneficios personales del turismo influye en la percepción de impactos positivos
y negativos, lo que a su vez tendrá repercusión en las actitudes y conductas, que
estos autores miden a través del apoyo a determinadas medidas políticas. Este
esquema teórico remite a la teoría del intercambio social (Homans, 1961; Blau,
1964) que estudia los intercambios de recursos entre grupos e individuos en
procesos de interacción social. Esta teoría mantiene una perspectiva utilitarista
e individualista, según la cual, en las relaciones de intercambio social, los indivi-
duos actúan optimizando las recompensas o costes respecto a los recursos que
se intercambian.
El trabajo de John Ap (1992) profundiza en este planteamiento teórico del
intercambio social. Su tesis es que la población local evalúa el turismo en tér-
minos del intercambio social que supone, es decir, en función de los beneficios
esperados o los costes obtenidos a cambio de los servicios que se prestan y los
recursos que se aportan al intercambio. Asume, por tanto, que los residentes
locales buscan el desarrollo turístico de su localidad para satisfacer sus necesi-
dades sociales, económicas y psicológicas y para mejorar el bienestar en su co-

munidad. El desarrollo turístico se plantea como una forma de intercambio entre
dos tipos de actores, los agentes turísticos (inversores, touroperadores, turistas)
y los residentes locales, en el que se establecen flujos de recursos de diversos
tipos (económicos, sociales, psicológicos, simbólicos).
Su modelo tiene un componente dinámico, dando cuenta del inicio y la for-
mación del intercambio entre turistas y anfitriones, así como de la evaluación
posterior que realizan estos últimos. De esta forma, tiene en cuenta tanto las
motivaciones para iniciar el intercambio como los antecedentes (condiciones de
partida) y situaciones de distribución de recursos (poder) que pueden dar lugar
al intercambio entre actores turísticos y residentes locales, identificando los múl-
tiples factores que pueden incidir en su continuación a través del tiempo. Asimis-
mo, introduce la influencia del poder relativo de los actores en la evaluación del
proceso de intercambio y las conductas de refuerzo o retirada del intercambio.
A grandes rasgos, este modelo se plasma en el Gráfico 4, estando recogidas sus
hipótesis en la Tabla 1.
Gráfico 4
El proceso de intercambio social en el desarrollo turístico. John Ap (1992)
RELACIÓN DE INTERCAMBIO
Antecedentes
Satisfacción de Forma de la Consecuencias
-Racionalidad
necesidades relación de del intercambio
-Beneficios
- Motivos: intercambio - Rendimiento
satisfactorios
necesidades - Equilibrio - Acciones
-Reciprocidad
sociales, - Desequilibrio - Resultados
-Principio de
económicas y - Simetría
justicia
psicológicas
Evaluación negativa: Retirada
No intercambio
Evaluación positiva: Refuerzo conducta
INICIO FORMACIÓN EVALUACIÓN

Algunas de las tesis que plantea John Ap vienen avaladas por investigaciones
previas, como pudiera ser la influencia de la dependencia económica respecto
al turismo en la mejora de las percepciones (Pizam, 1978; Perdue et al, 1990).
Otras se han visto confirmadas en investigaciones posteriores, como pudiera ser
la relación entre la capacidad de influencia en el proceso de desarrollo turístico
percibida por los anfitriones y sus actitudes y comportamientos respecto al sec-
tor (Madrigal, 1993; Kayat, 2002), aunque también es posible encontrar algunos
estudios que señalan evidencias contrarias (McGehee y Andereck, 2004; Teye
et al, 2002). En términos generales, puede decirse que este marco teórico es
actualmente el más fructífero en el campo de la investigación de las actitudes
hacia el turismo de la población anfitriona, habiendo alcanzado cierta posición
dominante en la literatura (Harrill, 2004; Andriotis, 2005).
Tabla 1
Hipótesis sobre la relación entre intercambio social y actitud
hacia el turismo. John Ap (1992)
Momento
Dimensión Hipótesis
del proceso
Cuanto mayores sean las recompensas percibidas del
Racionalidad turismo, más positivas serán las percepciones sobre el
turismo de los actores locales (P1a)
Un actor local asignará un valor o actitud positiva hacia
Beneficios
el turismo si los beneficios alcanzan un nivel de satis-
satisfactorios
facción aceptable fijado por el actor (P2a)
Cuando el intercambio de recursos entre residentes y
actores turísticos es recíproco (equilibrado), los efec-
Antecedentes Reciprocidad
tos del turismo se percibirán positivamente por ambos
del intercambio
(P3a)
Cuando el valor de los recursos intercambiados entre
los anfitriones y los actores turísticos es aproximada-
mente igual, la transacción será probablemente perci-
Principio bida como justa (P4a)
de justicia
Cuando la transacción de recursos es percibida como
justa, el anfitrión probablemente tendrá percepciones
positivas del turismo (P4c)
Los antecedentes de la relación de intercambio deben

Formación del intercambio corresponderse favorablemente para que se forme la
relación de intercambio (P5a)
Si los actores anfitriones y turísticos mantienen
Inicio del una relación [de poder] equilibrada, cualquiera
intercambio de los dos tiene las mismas probabilidades de ini-
ciar el intercambio (P6a)
Cuando la forma de la relación de intercambio es
cohesiva y el nivel de poder de ambos actores es
elevado, las percepciones de los anfitriones hacia
el turismo serán positivas (P6c)
Cuando la forma de la relación de intercambio es
Forma de la
cohesiva y el nivel de poder de ambos actores es
relación
bajo, las percepciones de los anfitriones hacia el
de intercambio
Poder - turismo serán negativas (P6d)
dependencia Cuando la forma de la relación de intercambio
implica un desequilibrio y es asimétrica, las per-
cepciones hacia el turismo del anfitrión aventaja-
do serán positivas (P6e)
Cuando la forma de la relación de intercambio
implica un desequilibrio y es asimétrica, las per-
cepciones hacia el turismo del anfitrión en des-
ventaja serán negativas (P6d)
Un actor anfitrión percibirá positivamente el tu-
Consecuencias Evaluación del rismo cuando las consecuencias del intercambio
del intercambio intercambio provean experiencias que refuercen el intercam-
bio (P7a)
Otra corriente teórica de relevancia se centra en el papel de la vinculación

comunitaria (Community Attachment) en la formación de las actitudes hacia el
turismo, planteándose un enfoque comunitario (Murphy, 1985). Dicho enfoque
tiene sus raíces en los estudios sobre la dualidad tradición-modernidad, una co-
rriente de la teoría sociológica con una larga trayectoria (Tönnies, Simmel, Dur-
kheim, Escuela de Chicago). Una idea central aquí es que las actitudes hacia el
turismo y el desarrollo turístico se forman en las redes sociales de carácter local,

dentro de comunidades que antes de la llegada del turismo mantenían estilos
de vida tradicionales basados en economías de subsistencia. Es por ello que, tal
y como señala Harrill (2004), este enfoque se ha aplicado principalmente al es-
tudio de localidades turísticas (o en vías de serlo) del mundo subdesarrollado o
a localidades de países desarrollados en las que el turismo se plantea como una
estrategia de diversificación económica ante el declive de los sectores agrícola
o industrial.
Se trata de una corriente teórica con multitud de ramificaciones, que van
desde la antropología a la economía del desarrollo, pasando por la sociología
posmoderna, la ciencia política o las iniciativas de participación ciudadana en
el planeamiento urbanístico. Trataremos aquí con cierto detalle las propuestas
derivadas de las investigaciones empíricas cuantitativas y comentaremos más
adelante algunos aspectos de las investigaciones cualitativas sobre los impactos
culturales del turismo. Dentro de la corriente cuantitativa, el argumento central
es que el nivel de vinculación comunitaria incidirá positivamente en las actitudes
hacia el turismo. En una localidad turística, los individuos con mayores vínculos
con el colectivo de habitantes valorarán de forma más positiva a los turistas y el
desarrollo turístico. Esta tesis pretende explicar un resultado empírico generaliza-
do: el alto grado de apoyo que recibe el turismo aún entre quienes no dependen
económicamente de él.
Sin embargo, no existe un acuerdo en torno a qué es exactamente la vincu-
lación comunitaria ni cómo medirla. En algunos casos se consideran variables
objetivas, como la distinción entre locales e inmigrantes, el tiempo de residencia
en la localidad o la etnicidad (Um y Crompton, 1987). Otros autores miden la
vinculación a través de variables subjetivas, como la percepción de la calidad de
vida o la satisfacción con la localidad (Jurowski, 1998), combinando estas medi-
das con la implicación en organizaciones locales (Jurowski y Brown, 2001). En
el trabajo ya comentado de Perdue, Long y Allen (1990), la valoración del nivel
de desarrollo de la localidad incidía en el apoyo al crecimiento de las llegadas
turísticas. Gursoy y Rutherford (2004) encontraron una intensa relación entre la
valoración positiva de los impactos económicos y sociales y la vinculación a la co-
munidad, entendida como una combinación entre el tiempo de residencia en la
localidad, el grado de preocupación por su desarrollo y la vinculación emocional

a ella. Desde la growth machine theory, otros autores se centran en las actitudes
hacia el desarrollo y el crecimiento entre las élites locales (Madrigal, 1993).
Además de esta diversidad conceptual, las investigaciones que parten de este
enfoque muestran una alta sensibilidad al contexto específico del destino estu-
diado, algo muy común en gran parte de las investigaciones turísticas. Particular-
mente relevantes parecen ser las diferencias con respecto al grado de desarrollo
del destino turístico, con una peor valoración de los impactos del turismo en los
destinos con mayor grado de desarrollo. En términos generales, se confirma la
tesis de Doxey (1976) y Pizam (1978) de que con el crecimiento de la presión
turística sobre una zona, los costes sociales superan a los beneficios económicos
de la actividad turística, como prueban, por ejemplo, Smith y Krannich (1998) a
partir de un estudio en localidades rurales de las Montañas Rocosas con distin-
tos niveles de desarrollo turístico.
Estas variaciones pueden interpretarse dentro del esquema del intercambio
social como cambios en el equilibrio entre costes y beneficios y en los antece-
dentes de la relación, pero desde el punto de vista de la vinculación comunita-
ria, introducen importantes problemas teóricos. Por una parte, con el desarrollo
turístico se alteran las redes sociales, debido tanto a la llegada de inmigrantes y
turistas de larga estancia como al efecto de los cambios productivos en las ins-
tituciones sociales (familia, división del trabajo, distribución de la riqueza, etc.).
Esto obliga a introducir nuevos criterios para medir el papel de la vinculación
comunitaria, como hacen Jurowski y Brown (2001) al atender a la pertenencia
a organizaciones, que ellos toman como un indicador de involvement desde el
marco conceptual del empowerment, aunque también puede vincularse con las
teorías del capital social (Moyano, 2001).
Por otra parte, con el desarrollo turístico se producen cambios culturales en
las localidades turísticas, sean éstos derivados de la propia actividad turística o
del proceso general de modernización de las sociedades anfitrionas. Se trata de
un tema ampliamente estudiado en las investigaciones antropológicas sobre los
efectos del turismo y que juega también un papel relevante en los trabajos socio-
lógicos de corte posmoderno. La aproximación metodológica al cambio cultural
derivado del turismo ha sido fundamentalmente cualitativa, mediante etnogra-
fías, estudios de caso, entrevistas en profundidad u observación participante.

Pero también ha sido incorporada a los estudios mediante encuesta a través de
ítems que miden el impacto percibido del turismo en determinados aspectos de
la cultura local (costumbres sociales, tradiciones, artesanía y pequeña industria
local, empleo de lenguas y dialectos vernáculos, etc.). Brunt y Courtney (1999)
ofrecen una recopilación de los impactos socioculturales del turismo identifica-
dos en la literatura, que agrupan bajo tres grandes categorías: cambios sociales
asociados al desarrollo turístico, a las interacciones entre turistas y anfitriones
y cambios culturales. Reproducimos en las Tablas 2 a 4 la síntesis que realizan
estos autores:
Tabla 2
Cambios en la estructura social asociados al desarrollo turístico.
Brunt y Courtney, 1999
Autor Tema / Impacto
El turismo modifica la estructura interna de la comunidad, divi-

Mathieson y Wall (1982)
diéndola entre los que tienen o no interacción con los turistas.
El turismo tiene características colonialistas, sustrae autonomía a
Krippendorf (1987)
la población local
Niveles bajos o moderados de desarrollo turístico tienen más pro-
Allen et al (1988)
babilidades de ser beneficiosos
Crompton y El empleo en el turismo demanda trabajo flexible, erosionando la
Sanderson (1990) segregación por géneros.
Hay más oportunidades para las mujeres en el turismo, provee a
Urry (1991)
muchas mujeres de un mayor grado de independencia económica.
El turismo provee nuevas oportunidades, provocando cambios
Harrison (1992)
sociales.
El desarrollo turístico conlleva una preferencia por la inversión en
McKercher (1993) centros de beneficios (p.e. piscinas) que de costes (p.e. alcanta-
rillado)
Las oportunidades laborales y la presencia de visitantes atraen a

los jóvenes a las áreas de desarrollo turístico.
El turismo convierte el comercio al por menor en tiendas de
Sharpley (1994)
souvenirs.
El turismo mejora la calidad de vida a través de las mejoras en
infraestructuras.
Por una parte, el turismo conlleva beneficios socioeconómicos,
pero por otra crea dependencia y refuerza las discrepancias so-
ciales.
Burns y Holden (1995) El problema más importante es la congestión o masificación.
La presión hacia el cambio es iniciada políticamente dentro de
la localidad (intracultural) por políticos o emprendedores en res-
puesta a la presión comunitaria.
Como vemos, la variedad de temas tratados es muy importante. Sin embar-

go, cabe identificar un tema central a todas estas investigaciones. El turismo es
identificado como una fuerza que transforma y habitualmente quebranta las
relaciones sociales preexistentes, lo que es particularmente grave en aquellos
destinos turísticos cuyo atractivo se deriva en alguna medida de su carácter na-
tural o tradicional (paisajes, folclore, patrimonio histórico-cultural). Es la llamada
paradoja del turista, que acaba destruyendo aquello que venía a visitar (Cohen,
1984, 2005).
Desde el punto de vista de los anfitriones, resulta relevante la noción de
“autenticidad escenificada” que planteó Dean MacCannell (2003, ed. original
inglesa de 1976) en los años 70. Para este autor, los turistas solo acceden al
“escenario” de los lugares que visitan, una suerte de fachada estereotipada entre
cuyos bastidores la población lleva a cabo una vida social totalmente distinta
a la que se escenifica para los turistas. Numerosos autores harán énfasis en las
contradicciones entre las relaciones sociales que se establecen delante y detrás
del escenario.
Tabla 3
Cambios sociales asociados a la interacción entre turistas y anfitriones.
Brunt y Courtney, 1999

Modelo IRRIDEX: Efecto de deterioro acumulativo de las actitu-
Doxey (1976)
des de los anfitriones hacia los turistas.
La naturaleza del contacto (tipos ideales de situaciones de inte-
De Kadt (1979) racción) puede influenciar las actitudes, conductas y valores hacia
el turismo.
El turismo es una fuente de ingresos para la Iglesia local.
Mathieson y Wall (1982)
La percepción de la seguridad puede verse afectada por el turismo.
Pizam et al (1982) El turismo es un determinante potencial de la delincuencia.
Los jóvenes locales son los más susceptibles al efecto demostra-
Murphy (1985)
ción causado por el turismo.
La interacción entre turistas y anfitriones raramente produce com-
Krippendorf (1987)
prensión o comunicación “real”.
Ryan (1991) Erosión de los dialectos o lenguajes locales.
Siempre hay probabilidad de que se de cierto grado de conflicto
McKercher (1993) entre turistas y anfitriones, debido a la incompatibilidad de sus
demandas y expectativas respecto a la interacción.
El turismo acentúa la interacción social dentro de la comunidad
anfitriona.
Contribuye a la conservación de edificios históricos y religiosos.
Los anfitriones adoptan los idiomas extranjeros debido a la nece-
Sharpley (1994)
sidad.
Los anfitriones desarrollan actitudes estereotipadas hacia los tu-
ristas.
Mercantilización de la religión, que puede dar lugar a conflictos.
Los anfitriones desarrollan conductas de rechazo y evitan el con-
Burns y Holden (1995)
tacto con los turistas siempre que pueden.
La mezcla social entre turistas y anfitriones es la situación más
favorable, pero no la única posible. Surge resentimiento por parte
McIntosh et al (1995) de los anfitriones por:
- Crecimiento de los gaps económicos entre unos y otros.
- Subidas en los precios.
Tabla 4
Cambios culturales asociados al desarrollo turístico. Brunt y Courtney, 1999
White (1974) El alojamiento hotelero es una amenaza sociocultural importante

De Kadt (1979) El arte, la artesanía y la cultura local pueden revitalizarse
El comportamiento de los anfitriones puede transformarse tempo-
Collins (1978)
ralmente
Se da un proceso de aculturación entre los anfitriones, del cual el
Murphy (1985)
cambio de actitud es un indicador.
La mercantilización de la cultura local. Algunos impactos negati-
Cohen (1988)
vos son asumidos por los anfitriones.
Suelen ocurrir procesos de aculturación en los que las dos culturas
Núñez (1989)
toman aspectos de la otra.
Browne (1993) El turismo destruye la cultura británica tradicional
La cultura local “auténtica” se adapta con el tiempo a las necesi-
dades del turismo.
Sharpley (1994) El significado (la autenticidad) no se pierde necesariamente.
La aculturación está vinculada a la naturaleza de los encuentros
entre turistas y anfitriones.
Burns y Holden (1995) La cultura se convierte en un recurso comercial.
El resultado de las transformaciones en lo escenificado (la cultura local) ha

recibido multitud de calificativos en distintos contextos. Se ha interpretado críti-
camente como mercantilización cultural en un sentido neomarxista (Fox, 2002)
como aculturación a través del “efecto demostración” desde posturas antropoló-
gicas, con la erosión de la cultura local como resultado más frecuente (Murphy,
1985). Algo menos críticos son los autores de orientación posmoderna, cuyas
interpretaciones del cambio cultural asociado al turismo se emparentan con la
tesis de la emergencia de las identidades posmodernas: así, tanto Cohen (2005)
como Urry (2000) aluden a procesos de revitalización endógena de la identidad
cultural de los anfitriones, tildados en algunos casos como “glocales” (Salazar,
2005); también es posible encontrar aproximaciones en las que las localidades
turísticas son definidas como laboratorios culturales en los que se experimentan

nuevos aspectos de las identidades y las relaciones sociales (Löfgren, 1999) y en
los que surgen estilos de vida e identidades “fluidas” a partir de las relaciones e
intercambios de roles entre turistas de corta y larga duración, inmigrantes labo-
rales y residentes locales “de toda la vida” (Sherlock, 2001).
Resulta inviable examinar en detalle la abundante producción de los estudios
culturales del turismo, máxime cuando muchas de sus conclusiones resultan de
difícil generalización, tanto por la orientación local de sus metodologías como
por la dispersión conceptual a que conducen las prácticas interpretativas pro-
pias de esta corriente. No obstante, dos de los temas examinados constituyen
aspectos relevantes para esta investigación. En primer lugar, será preciso son-
dear la existencia de impactos culturales asociados al turismo y su asociación
con las actitudes y conductas, lo que dentro del esquema conceptual del inter-
cambio social implica incluir una dimensión adicional de impactos culturales a la
medición de los costes percibidos del desarrollo turístico, como hacen Gursoy
y Rutherford (2004). Mayor alcance tiene la noción común a toda esta literatu-
ra de que la interacción entre turistas y anfitriones se produce en un contexto
cultural específico, en el que los anfitriones pueden adoptar roles y conductas
distintas de las que esperan los turistas. Puede resultar de interés examinar hasta
qué punto la actitud hospitalaria hacia los turistas está racionalmente motivada o
mantiene vínculos con esquemas y normas culturales de trato con los extraños.
1.2 Estado de la cuestión en España
La investigación sobre las actitudes locales hacia el turismo y los turistas en

España es bastante escasa, si lo comparamos con la importancia que tiene en
nuestro país esta actividad. Una de las razones de ello está en que, en buena me-
dida, el desarrollo turístico ha seguido en España una dinámica top-down, sobre
todo en sus inicios, cuando sus principales impulsores eran empresas internacio-
nales y empresarios locales vinculados a las élites gobernantes. La opinión de
la población no era una dimensión que preocupara en absoluto en el contexto
político de los años 60 y 70 del pasado siglo. Encontramos, no obstante, algunos
estudios antropológicos que aportan testimonios más o menos relevantes de
esta época, como el estudio de las interacciones entre la población local de Los
Cristianos (Tenerife) y los primeros turistas suecos realizado por Moore (2005,
ed. original de 1970) o los trabajos de Pi-Sunyer (1977) sobre los cambios en la
cultura tradicional de las localidades costeras de la Costa Brava en Cataluña.
El panorama reciente muestra una escasa relevancia del tema. Si bien la acti-
tud hacia el desarrollo turístico se ha contemplado en numerosos estudios orien-
tados al desarrollo rural, el tratamiento del tema ha sido secundario respecto
a otras dimensiones. No obstante, se encuentran tres trabajos recientes en los
que el tema de las actitudes hacia el turismo de la población local constituye el
objetivo principal de la investigación.
En primer lugar, el trabajo de Aguiló y Rosselló (2005) identificando grupos
con distintas opiniones sobre el turismo de la población de las Islas Baleares. En
dicho trabajo los autores recogen en una encuesta postal (n=791) las dimen-
siones básicas del esquema teórico del intercambio social, mediante un cues-
tionario que recoge las opiniones de la población sobre los efectos positivos y
negativos del turismo en las islas de carácter económico, social y ambiental; las
preferencias por distintas medidas de política turística; las problemáticas de ám-
bito general en las islas; el acuerdo respecto a determinadas afirmaciones sobre
el turismo y su efecto en el bienestar; así como las variables sociodemográficas
de clasificación de la población.
Los resultados generales de este estudio apuntan a un elevado grado de reco-

nocimiento entre la población de los positivos efectos económicos del turismo
en el archipiélago balear (empleo, inversiones, desarrollo empresarial endóge-
no) y, en menor medida, sobre algunos beneficios sociales (incremento de las
oportunidades recreativas) o culturales (forma de pensar local), aunque también
detectan percepciones negativas sobre sus efectos en el incremento del nivel
de precios, la saturación de los servicios y el tráfico y en el deterioro medioam-
biental. Más de la mitad de la población estudiada (54%) tiene una percepción
positiva del turismo, aunque se registra cierta preocupación por el nivel de de-
sarrollo alcanzado, con una fuerte oposición (71%) al crecimiento de la oferta
hotelera y la preferencia por que los turistas paguen, mediante impuestos, los
costes ambientales derivados de sus visitas.
Mediante un análisis cluster, los autores identifican cinco grupos con opinio-
nes diferenciadas respecto al turismo: a) Partidarios del desarrollo (11%), con
un apoyo incondicional y muy baja percepción de efectos negativos; b) Promo-
tores prudentes (26%), favorables al turismo, pero conscientes de sus efectos y
partidarios de establecer ciertos controles; c) Ambivalentes y precavidos (24%),
reconocen algunos efectos positivos pero dan mucha importancia a los costes
ambientales y sociales, siendo partidarios de limitar o incluso reducir el turismo;
d) Proteccionistas (20%), son muy críticos con los efectos del turismo y optan
claramente por reducir la actividad turística; e) Promotores alternativos (18%),
reconocen mayormente efectos positivos del desarrollo turístico pero creen que
el sector debe reorientar su modelo (turismo rural, de invierno). Los autores no
indagan en este trabajo sobre los distintos aspectos ambientales que pueden
llevar a pertenecer a uno u otro grupo.
El artículo de Marrero (2006) plantea una aproximación cualitativa al tema
de las actitudes hacia el turismo de la población anfitriona, a partir de entrevistas
semiestructuradas a usuarios de puertos deportivos en las costas de Tenerife. El
objetivo de la autora es mostrar cómo aparece el discurso de rechazo al turismo
en la población local, en qué argumentos se sustenta y qué vínculos mantiene
con la posición en la estructura social de la persona que lo emite. Entre los
entrevistados, el discurso de rechazo al turismo se apoya en tres argumentos
complementarios: uno de carácter maltusiano (existencia de importantes costes
asociados a la alta densidad turística insular), otro económico (el desarrollo turís-
tico no beneficia a la población local) y otro de carácter sociocultural (el tipo de
turista –”de paquete”– que visita la isla genera conflictos). Dado que todos los
entrevistados son practicantes de actividades náuticas, los conflictos derivados
de la competencia por las instalaciones marítimas, las costas y el mar también se
plantean como base para el rechazo a los turistas.
A la hora de explicar por qué surgen los discursos de rechazo al turismo, la
autora señala que actúa primariamente la dependencia o vinculación económi-
ca al mismo, que incide particularmente en la valoración de los resultados eco-
nómicos del desarrollo turístico. Con lo que puede señalarse que sus resultados
se ajustan a lo establecido por el esquema del intercambio social. De hecho, la
misma construcción del argumento del rechazo al turismo plantea la lógica del
intercambio, aludiendo a los amplios costes derivados (congestión, conflictos)
y minusvalorarando los beneficios (empleo de mala calidad, importancia del
empleo y empresariado foráneo). Adicionalmente, la autora identifica otros an-
clajes sociales de estos argumentos. Así, plantea que el discurso maltusiano se
ve ampliamente refrendado en el debate político y mediático de las islas, lo que
favorece su consolidación. Por otra parte, la connotación negativa de la calidad
de los turistas se ve reforzada por las propias definiciones sociales que maneja la
población local acerca del turismo que, siguiendo los planteamientos de Callejo
(2004), identifica el turismo masivo con un consumo de ocio de bajo prestigio.
El último trabajo que reseñaremos aquí es el de Paniza (2005) sobre la Per-
cepción social del Golf en Andalucía. Esta investigación es la más próxima a
nuestro objeto de investigación, en la medida en que una de las dos encuestas
realizadas por el autor tiene como universo de referencia la población adulta
andaluza. Sin embargo, el autor indaga fundamentalmente en la percepción del
golf y, sólo de forma lateral, en su influencia en el turismo. No obstante, en la
medida en que el desarrollo reciente de este deporte en Andalucía se asocia con
el desarrollo turístico de forma muy visible en la percepción colectiva, algunos
de los resultados obtenidos constituyen un referente de considerable interés
para nuestro tema de estudio.
Así, vemos que el 83,6% de los encuestados está de acuerdo o muy de
acuerdo con que “El golf favorece el turismo y la economía en Andalucía”. Que
un 65,3% no está de acuerdo con que “El golf es un deporte orientado sólo a
los turistas” y un 64,3% con que “El golf incide poco en el desarrollo económi-
co de la zona”. Por último, un 58,3% de los encuestados estaría a favor de los
Ayuntamientos utilizaran sus terrenos rústicos de escasa rentabilidad para crear
campos de golf públicos. Como puede observarse, este estudio detecta un im-
portante consenso respecto al desarrollo del golf como recurso recreativo con
repercusiones turísticas y económicas que son percibidas como provechosas
para la población local. Los resultados de nuestro estudio confirman que esta
actitud positiva y favorable se extiende a la valoración general del desarrollo
turístico en Andalucía.
1.3 Indicadores sobre el estado de la cuestión

en Andalucía
El territorio andaluz, con más de 87.268 km cuadrados, supone un destino

turístico de una extensión algo inferior a la de Portugal y por encima de países
como Austria o Irlanda. Esta inmensa realidad territorial se articula turísticamen-
te en una intrincada red de núcleos urbanos y espacios naturales con una gran
variedad paisajística y con una densidad muy alta de atracciones turísticas de
carácter histórico-monumental, etnográfico, costero, naturales, etcétera. La di-
versidad de los núcleos urbanos andaluces en cuanto a tamaño poblacional y
capacidad de atracción de turistas es muy elevada: tanto en la gran aglomera-
ción metropolitana de Sevilla como en la pequeña aldea de Almonte pueden
encontrarse atracciones turísticas que atraen a una gran cantidad de visitantes.
Asimismo, existe un gran número de municipios en los que la actividad turística
es muy escasa o inexistente.
Por tanto, la variedad de niveles de aprovechamiento turístico va a tener
como resultado situaciones de interacción e intercambio muy diferentes a lo lar-
go de todo el territorio. Como puede verse en Gallego et al (2002), sólo cuatro
municipios concentraban el 25% de las plazas turísticas andaluzas, estando casi
la mitad concentradas en trece municipios. Asimismo, en el estudio que realizan
estas autoras se detecta un importante grupo de municipios con una elevada
especialización funcional en el turismo, merced a su elevada densidad de plazas
turísticas regladas por habitante. La concentración de la actividad alojativa en el
litoral (9,06 plazas por 100 habitantes) contrasta con la mayor dispersión de la
oferta turística cultural (2,81) y natural (3,44) en localidades que acogen a un
mayor porcentaje de la población (Gallego et al, 2002: 16).
Entre los análisis realizados para el diseño de la muestra hemos elaborado
una distribución de la población según el tipo de zona turística de residencia,
que puede consultarse en la Tabla 53. Vemos que sólo el 17,5% de la población
reside en el litoral, pese a la importante concentración de la oferta turística que
3.- El procedimiento de cálculo se detalla en el apartado siguiente al comentar el diseño de la muestra.

se produce en esta zona. Sólo un 9,0% de la población reside en las zonas de

playa con alta densidad turística, mientras que casi la mitad de los andaluces resi-
de en zonas urbanas, con alta (27,4%) o baja (19,8%) densidad de alojamientos
turísticos. Conviene retener estas cifras, ya que esta clasificación será utilizada
ampliamente en la exposición a la hora de analizar las variaciones que el tipo de
modelo turístico con el que conviven los encuestados introduce en los resulta-
dos de la encuesta. A los efectos de este apartado, cabe retener la importante
presencia del sistema turístico por todo el territorio andaluz (solo un 5,9% de la
población reside en municipios sin alojamientos) que tendrá como correlato una
alta visibilidad y presencia cotidiana en la sociedad andaluza.
Tabla 5
Distribución de la población andaluza según tipo y densidad de los alojamientos
turísticos presentes en su municipio
Baja densidad Alta densidad Total

Rural 19,3% 10,1% 29,4%
Urbano 19,8% 27,4% 47,2%
Playa 8,5% 9,0% 17,5%
Total (alta/baja) 47,6% 46,4%
Sin alojamientos 5,9% 100,0%
Fuente: Elaboración propia a partir de datos del RTA e INE.
Pasemos ahora a describir someramente las características del turismo en An-

dalucía y su evolución reciente, lo que proveerá información objetiva con la que
contrastar las percepciones de los andaluces sobre esta actividad. Los datos del
Balance del Año Turístico en Andalucía, 2005, (CTCyD, 2006c) ofrecen pruebas
claras del innegable protagonismo del turismo en la economía andaluza. En el
año 2005 se recibieron en Andalucía un total de 23,6 millones de turistas, con
un incremento del 7,4% respecto al año anterior, lo que supuso un ingreso de
14.460 millones de euros y una contribución total a la producción andaluza de
casi 19.000 millones de euros (CTCyD, 2006c: 18). El empleo total directo e in-
directo asociado al turismo se estimó en 206.491 empleos directos e indirectos
(CTCyD, 2006c: 21), un 8,1% del empleo total que se recoge en el marco input-
ouput del Instituto de Estadística de Andalucía (IEA, 2006a).
Resulta relevante que buena parte de la gran cantidad de movimientos turís-
ticos en Andalucía sean realizados por españoles: 14,2 millones de los turistas
son nacionales, el 45,8% de ellos andaluces. Por el contrario, los 9,4 millones de
turistas extranjeros constituyen el 39,9% del total de turistas recibidos (CTCyD,
2006c: 52). Como veremos en los resultados de la encuesta, se trata de una
realidad que la población andaluza no percibe de forma acertada, dando mayor
protagonismo a los extranjeros en su caracterización de los turistas. Como pue-
de apreciarse en el Gráfico 5, la evolución del número de turistas en los últimos
seis años ha sido marcadamente positiva, con un incremento neto para el total
del periodo de 5,1 millones de turistas y con una previsión de rozar los 25 mi-
llones para el 2006.
Gráfico 5
Evolución del número de turistas en Andalucía según procedencias. 1999-2005
Fuente: Elaboración propia a partir de IEA, 2006b.

No obstante, no pueden dejar de apreciarse algunos comportamientos que

apuntan hacia un cambio de modelo. En primer lugar, el retroceso en el núme-
ro de turistas extranjeros en los años 2002 a 2004, recuperándose en 2005 el
punto máximo alcanzado en 2001. Por otra parte, el mucho mayor dinamismo
de las clientelas andaluza (que aumenta un 52% durante el periodo) y española
(27%) frente al comportamiento más estable de los extranjeros.
Otro indicador relevante del cambio de modelo lo tenemos en la evolución
reciente de los indicadores del alojamiento hotelero. Es posible apreciar que en
los últimos años la oferta ha crecido en mayor medida que la demanda, ya que
aunque el número de clientes hoteleros no ha dejado de crecer desde 1999,
la tasa de ocupación ha descendido desde el 56,5% en 2000 al 50,7 en 2005
(Gráfico 6). En términos generales, junto a la crisis puntual de los años posterio-
res al 11-S, encontramos una tendencia de mayor calado al desplazamiento de
la demanda hacia el alojamiento extrahotelero, particularmente hacia el turismo
residencial, así como cierta pérdida de peso de la demanda extranjera frente a la
pujanza de los turistas nacionales.
Gráfico 6
Clientes hoteleros y nivel de ocupación por plazas en Andalucía. 1999-200
Fuente: Elaboración propia a partir de CTCyD, 2005, 2006c.

En términos generales, los resultados del sector son positivos: año tras año
crece el número de turistas y de pernoctaciones y aumentan la oferta alojativa
y los ingresos de la economía andaluza, aunque no hay que perder de vista la
progresiva pérdida de valor nominal de los ingresos turísticos con la inflación
(CTCyD, 2006c: 18). Sin embargo, este diagnóstico positivo no concuerda con
los mensajes de incertidumbre que emiten los distintos colectivos protagonistas
del sector (empresas, sindicatos) ni, como veremos, con la apreciación de una
parte no desdeñable de los andaluces que conviven día a día con el turismo.
Un último aspecto que querríamos incluir aquí es la percepción de los turistas
acerca de la interacción con los andaluces ya que, en definitiva, esta variable
responde sobre el resultado práctico que, de forma complementaria al bienestar
de los anfitriones, se persigue al investigar este tema de las actitudes hacia el
turismo de la población local. En principio, si los turistas están satisfechos con
la atención recibida por parte de la población local y los anfitriones están satis-
fechos con los resultados del negocio turístico, la situación de intercambio se
encuentra en la mejor de las situaciones posibles. Tal y como se aprecia en la
Tabla 6, las puntuaciones de los turistas que visitan nuestra región sobre la hos-
pitalidad de los andaluces han experimentado un ligero retroceso en los últimos
años, aunque no parece que tenga amplias repercusiones en la imagen general
del destino si atendemos a los resultados que se desprenden de los estudios de
mercados de origen que se exponen en el capítulo 2 del BATA 2005 (CTCyD,
2006c). Los resultados de estos estudios situaron la hospitalidad y el trato entre
los tres primeros aspectos mejor valorados de la oferta turística andaluza entre
sus visitantes recientes de Gran Bretaña, Francia y Alemania. Los resultados fue-
ron aún mejores entre la clientela del resto de España (CTCyD, 2006c: Cap. 2).
Tabla 6
Puntuaciones (1-10) a la hospitalidad y el trato según procedencia de los turistas
2002 2003 2004 2005

Españoles 8.4 8.1 8.0 8,0
Extranjeros 8.2 8.2 8.0 7,9
Fuente: Elaboración propia a partir de IEA, 2006b.

1.4 Planteamiento de la investigación
En este apartado analizaremos con cierto detalle los elementos que pueden
ser más relevantes para la correcta interpretación de los datos obtenidos en la
encuesta y en los grupos de discusión4. El diseño del programa investigador ha
seguido la estrategia denominada de triangulación (o convergencia), según la
cual el objeto de estudio –en este caso, las actitudes, percepciones y comporta-
miento de los andaluces hacia el turismo– es analizado con dos métodos dife-
rentes (uno, de base cualitativa, y otro, de base cuantitativa), lo que permite un
enriquecimiento de los resultados y mayores alternativas a la hora de interpre-
tarlos, a la vez que se refuerza su validez. Esta estrategia dual se ha concretado
en una fase cualitativa, basada en grupos de discusión, y una fase cuantitativa,
basada en encuestas. Ambas comparten los mismos objetivos, pero, como es
propio a la condición de cada una de ellas, aportan datos de distinto carácter.
Gráfico 7
Diseño de la investigación
Técnicas Objetivos
Marco teórico
Fase Preliminar Revisión bibliográfica
Variables a estudiar
Identificación de los
Fase Cualitativa 6 Grupos de discusión discursos y actitudes
sobre el turismo
Cuantificación de la
Encuesta presencial
Fase Cuantitativa presencia social de los
(N=3.200)
discursos y actitudes
4. El guión de los grupos de discusión y las instrucciones de contactación se incluyen en el Anexo I

1.4.1 Diseño de la fase cualitativa
El objetivo de la investigación cualitativa ha sido caracterizar las posiciones de

la población andaluza respecto del fenómeno turístico, utilizando sus resultados
para orientar el diseño de la fase cuantitativa que se realizó posteriormente. Por
tanto, a la hora de analizar la información cualitativa nos centramos en delimitar
los posicionamientos significativos de la opinión pública en torno a este tema,
unos posicionamientos cuyo alcance real en la sociedad andaluza se cuantifican
mediante la encuesta a la población, midiendo la importancia de cada grupo de
opinión y definiendo su correspondiente perfil sociológico.
Aunque los objetivos pretendidos en esta fase cualitativa han sido aborda-
dos con una clara jerarquía –opinión pública andaluza y turismo; estudio del
fenómeno turístico en los distintos tipos de destino; análisis de la opinión de los
trabajadores del sector turístico y perspectiva de género– su diversidad nos ha
llevado a optar por un diseño metodológico plural, asumiendo cierta dosis de
riesgo. Hemos partido de la base de que el tipo e intensidad de la actividad turís-
tica presente en el nivel de cada localidad determina de forma clara el impacto
del turismo en la vida cotidiana de la correspondiente comunidad y, a partir de
ese impacto, determina también el modo como lo percibe la población autóc-
tona, así como sus actitudes y comportamientos respecto a la actividad turística
en general y a los turistas en particular.
De ahí que hayamos asumido que el tipo de destino turístico resulta especial-
mente discriminante de las posiciones de la población respecto al turismo, siendo
esa variable sobre la que se ha basado el diseño y ubicación geográfica de los seis
grupos realizados. Siguiendo este planteamiento, establecimos dos ejes de clasifica-
ción de los destinos turísticos en función de su temática (litoral, rural, urbano) y de
su grado de madurez (emergentes, maduros), dando lugar a la siguiente matriz:
Tabla 7
Ubicación de los grupos de discusión
EMERGENTES MADUROS
RURAL Cómpeta Grazalema
URBANO Úbeda Granada
LITORAL Barbate Torremolinos
Para asegurar que los grupos fueran diversos y heterogéneos en su compo-

sición interna y complejos en términos discursivos, se buscó un cierto equilibrio
entre las variables sociales más explicativas en temas de opinión pública (como
el género, la edad, el nivel de estudios o la ocupación), dándole, sin embargo,
una mayor importancia a la variable ocupacional, de modo que estuvieran so-
brerrepresentadas las personas vinculadas al sector turístico (en torno a un 40%
de los integrantes de los grupos pertenecen a este sector).
1.4.2 Diseño de la fase cuantitativa
1.4.2.1 Tamaño y composición de la muestra

Tal como corroboran los estudios identificados en la revisión bibliográfica en
los que se tiene en cuenta esta variable5 y fue confirmado para Andalucía en la
fase cualitativa de nuestra investigación, el grado de actividad turística (tipo de
destino, zona turística) constituye un elemento clave para la interpretación de
los resultados.
Por ello, la muestra de la encuesta se ha diseñado para poder captar, con
significación estadística, las variaciones que, en relación con las actitudes y per-
cepciones de la población acerca del turismo, pueden producirse según el tipo
e intensidad de la actividad turística existente en el municipio de residencia de
los encuestados6.
Para poder captar de forma objetiva el efecto del modelo turístico con el que
conviven los encuestados, en la primera fase del muestreo polietápico, se han
elaboraron estratos de municipios definidos por la orientación preferente de la
oferta turística de cada municipio y por la densidad de la oferta alojativa respec-
to a la población local. Para definir estos estratos, se ha realizó una explotación
5. Ver Lindberg y Johnson (1997); Aguiló y Roselló (2005); Bramwell (2003); Haley, Snaith y Miller (2005)
o los estudios precedentes que citan Williams y Lawson (2001) en su estudio sobre distintos destinos en
Nueva Zelanda.
6. La ficha completa de la encuesta puede verse en el Volumen de Resultados de Investigación, pag. 267.
específica del Registro de Turismo de Andalucía (RTA)7. El procedimiento ha

sido el siguiente:
- Se depuró la contabilidad de plazas de los establecimientos alojativos
inscritos en el RTA (hoteles, apartamentos, casas rurales,…) de los distintos
municipios. Para ello, se ha imputado a los establecimientos en los que no
constaba el número de plazas, la media recortada8 del número de plazas de
los establecimientos de su misma tipología y categoría.
- Se calculó el total de plazas inscritas por municipio para cada uno de los
tres ámbitos (rural, urbano o playa) que distingue el RTA. También se identi-
ficaron aquellos municipios que no tenían ninguna plaza inscrita en el RTA,
etiquetados en la muestra como “sin alojamientos”.
- Se imputó un ámbito preferente (rural, urbano o playa) a cada municipio
en función del ámbito que tenía un mayor número de plazas en el municipio.
- Adicionalmente, se tuvo en cuenta el tamaño de la población del mu-
nicipio para incluir en el ámbito rural a aquellos municipios de pequeño
tamaño que tienen la mayor parte de sus plazas en el núcleo urbano del
municipio (en el pueblo, pero categorizadas en el RTA como ciudad) y no
dispersas (que son categorizadas como rural).
- Para cada uno de estos ámbitos, se calculó la “densidad de habitantes
por plaza turística”, y a partir de esa “densidad”, se dividieron los municipios
de cada ámbito en dos grupos: “alta densidad turística” y “baja densidad
turística”. El punto de corte entre unos y otros se sitó en la mediana de las
densidades, con lo que se ha dispuesto de igual número de municipios en
ambos tipos. En el siguiente cuadro pueden verse los distintos estratos según
la densidad turística:
7. Datos proporcionados por la Consejería de Turismo, Comercio y Deporte. Plazas a 1 de enero de

2006. Un antecedente de este tipo de explotaciones podemos encontrarlo en Gallego et al. (2002), ya
citado en el Apartado 1.3.
8. Excluyendo casos extremos de establecimientos con un gran número de plazas.

Estratos
Playa baja densidad
Playa alta densidad
Urbano baja densidad
Urbano alta densidad
Rural baja densidad
Rural alta densidad
Municipios sin alojamientos
Para cada uno de esos estratos, se ha recogido una muestra suficiente para
conseguir un error menor o igual al 5%. La distribución final de la muestra en los
distintos estratos ha sido la siguiente:
Tabla 8
Distribución de la muestra según estratos
Rural 488 384 872
Urbano 496 680 1.176
Playa 488 384 768
Total (alta/baja) 1.368 1.448 2.816
Sin turismo 384 3.200
Con estos tamaños muestrales, los niveles de error en cada estrato, para una
probabilidad p=q=0,5 y un intervalo de confianza del 95%, han sido los siguientes:
Tabla 9
Niveles de error muestral y por estratos

Rural ±4,4% ±5% ±3,3%
Urbano ±4,4% ±3,7% ±2,8%
Playa ±4,4% ±5% ±3,5%
Total (alta/baja) ±2,7% ±2,6% ±1,8%
Sin turismo ±5% ±1,8%
Dentro de cada estrato, se han determinado aleatoriamente las secciones

censales que han actuado como conglomerados. La selección de las unidades
últimas de muestreo (individuos) se ha realizado mediante rutas aleatorias, utili-
zando cuotas de sexo y edad proporcionales a la población del estrato corres-
pondiente.
1.4.2.2 Estructura del cuestionario

Tal como se ha señalado, los resultados de la fase cualitativa han servido de
base para orientar y fijar los temas a incluir en el cuestionario de la Encuesta9. En
primer lugar, nos han permitido conocer el conjunto de cuestiones en torno a las
cuales la población andaluza expresa sus opiniones sobre el turismo, cuestiones
que han orientado la formulación de las preguntas relativas a las dimensiones
que intervienen en las actitudes de los andaluces hacia el turismo y los turistas
(dimensión afectiva, dimensión cognitiva y dimensión conductual). Más concre-
tamente, y dentro de la dimensión cognitiva, la información proporcionada por
los grupos de discusión nos ha permitido determinar qué impactos del turismo
cuentan con un apoyo cualitativamente relevante entre la población andaluza.
Estas dimensiones nos ofrecen el mapa de variables dependientes que deben ser
explicadas en la Encuesta, variables a las que también hemos añadido determi-
nados indicadores habituales en los estudios de opinión pública (valoración de
la situación del turismo y de la política turística).
En segundo lugar, los resultados de la fase cualitativa nos han permitido iden-
tificar una serie de dimensiones que hipotéticamente podrían actuar como va-
riables independientes con influencia en las actitudes de la población hacia el
turismo. Entre estas dimensiones destacan las siguientes: vinculación personal
con el turismo, grado de interacción con los turistas y nivel de preocupación
ambiental.
Adicionalmente, se han introducido otras dimensiones relevantes de cara a la
confirmación de algunas hipótesis identificadas en el estudio cualitativo, como
pudiera ser el comportamiento turístico (permite contrastar si la realización de
9. El cuestionario completo puede consultarse en el Anexo II.

viajes influye en las percepciones y actitudes respecto al sector) y la vinculación

con la comunidad (permite contrastar si una mayor o menor vinculación introdu-
ce variaciones en la percepción de los impactos del turismo).
Las relaciones hipotéticas entre todas estas dimensiones se muestran de for-
ma esquemática en el Gráfico 8.
Gráfico 8
Dimensiones incluidas en el cuestionario y sus relaciones
Tipo de destino Aspectos afectivos de la

actitud hacia el turismo
Interacción con los turistas
Aspectos cognitivos de la
Vinculación con la comunidad
actitud hacia el turismo
Preocupación ambiental Percepción de los impactos

sociales del turismo
Vinculación personal en Andalucía
con el turismo
Aspectos conductuales de la
Comportamiento turistico actitud hacia el turismo
Características
sociodemográficas
Evaluación de la situación del
turismo en Andalucía
Evaluación de la política turís-

tica de la Junta de Andalucía
La secuencia explicativa del modelo parte de que el tipo de destino en que

se reside y determinadas características sociodemográficas (edad, nivel de es-
tudios, etc.) configuran la situación de la población local en lo que se refiere a
su vinculación con el turismo, a la interacción que desarrollan con los turistas
o a la preocupación que manifiestan sobre los efectos medioambientales de la
actividad turística. A su vez, estas variables intermedias tendrán influencia sobre
las distintas dimensiones de la actitud hacia el turismo y, en último término, se
expresarán a través de las valoraciones globales que hace la población sobre
la situación del turismo en Andalucía y la política turística desarrollada por las
instituciones públicas.
2ª Sección
Interés,
conocimiento y
valoración del
turismo
en Andalucía
2.1 Los discursos sobre el turismo

y su importancia en Andalucía
Al analizar la actitud general de los andaluces ante el turismo hemos procura-

do conocer sus opiniones respecto a la importancia de esta actividad en Anda-
lucía, analizando los términos en los que expresan tal valoración. Para abordar
este análisis hemos estudiado las expectativas que tienen los participantes en los
grupos sobre la función que desempeña el turismo en el desarrollo económico
y social de la región y en la realidad de su localidad.
En este sentido cabe señalar que, al haber situado los grupos en zonas con
cierto grado de actividad turística, la valoración del turismo ha tenido un claro
sentido positivo, al menos en términos de su impacto económico sobre la loca-
lidad, no existiendo posiciones que cuestionen frontalmente este sector de acti-
vidad. En ningún grupo de discusión se ha encontrado un discurso crítico con el
turismo, ni se ha planteado una estrategia económica alternativa. En resumen, el
turismo no es percibido como problema en las seis zonas estudiadas.
La vinculación del turismo con la realidad económica se ha manifestado de
forma espontánea en casi todos los grupos. Ha existido coincidencia en la fun-
ción central del turismo en las estrategias económicas de las distintas localidades
estudiadas (si bien con diferente grado de intensidad), así como en la necesidad
de que así siga siendo. El argumento utilizado de forma casi exclusiva por los
participantes para justificar su positiva valoración es el beneficio económico que
la actividad turística genera en cada localidad, aunque también se han puesto
de manifiesto otros impactos positivos de índole no económica. Este resultado
está en consonancia con uno de los temas centrales de la bibliografía, a saber,
el vínculo entre las actitudes favorables de los ciudadanos hacia el turismo y la
percepción de su impacto positivo sobre la economía (Brunt y Courtney, 1999;
Harrill, 2004).
HOMBRE 1 (H1): Trabajamos con turistas.
MUJER 1 (M1): Por un lado o por otro, los tocamos.
MUJER 2 (M2): Todos los tocamos.
HOMBRE 2 (H2): La realidad que tenemos en Torremolinos es turismo, central…

(Grupo Torremolinos)
M: Pues yo no lo veo así [...] hay que dar las gracias que por lo menos viene
el turismo a Granada y de eso se come en un montón de familias...
H1: Pero no estamos diciendo que el turismo sea malo
H2: No, yo no estoy diciendo eso, estoy diciendo que solamente hay eso
[turismo]
(Grupo Granada)
H: El turismo en Barbate, pues tiene mucho futuro Barbate para el turismo.
Creo que tiene, vamos, más que otros pueblos puede tener Barbate. Porque
tiene la base que tiene unas playas, tiene monte también para hacer turismo.
No hace falta que sea turismo de verano, sino de invierno. Y lo que hace
falta en Barbate es plazas hoteleras, hoteles, es una cosa que es un punto
importantísimo de aquí...
(Grupo Barbate)
M: Yo opino más o menos como [H1]... la parte positiva que le veo yo al
turismo aquí en Grazalema, como dice [H2], muchos puestos de trabajo, sí,
está muy bien, de acuerdo, después, eh..., casas de alquiler por parte de los
vecinos, pues muy bien porque así hay un montón que han puesto casas de
alquiler, pues está muy bien, porque eso es beneficio para los vecinos del
pueblo, para algunos vecinos...
(Grupo Grazalema)
M1: Yo en concreto, es que vivo del turismo, pero creo que en Cómpeta in-
directamente todos... vivimos del turismo, desde mi punto de vista. Porque si
hay turistas pues... hay movimiento para todos, para el supermercado, para los
bares, para... yo creo que para todo tipo de negocios y... Pienso que hoy día en
Cómpeta, lo que mueve Cómpeta, es el turismo, si no hubiera turismo...
H: Estaría abajo.
M2: No tendríamos vida
(Grupo Cómpeta)
Esta actitud favorable hacia el turismo debe, no obstante, matizarse por dos
razones. En primer lugar, porque en los grupos se han identificado algunos as-
pectos problemáticos de la actividad turística, de distinto tipo y gravedad, aun-
que siempre con una importancia mucho menor de la que se le ha dado a los
aspectos positivos. En segundo lugar, porque ha habido grupos de participantes
que se han manifestado a favor del turismo de manera forzada, aceptándolo,
como quien dice, a regañadientes (“solamente hay eso”), y asumiendo la cen-
tralidad de la actividad turística con una connotación de “sector refugio” ante la
pérdida de importancia de otros sectores (agrícola e industrial).
H: La transformación que está pasando a Barbate como le paso a Chiclana.
A Chiclana le pasaba igual, estaba con la vendimia, siempre con la uva y
entonces no salían de allí y estaban metidos en la uva y venga la uva, venga
la uva y llegó el momento del turismo y dio un boom el turismo, y allí esta
Chiclana, veis como esta Chiclana
(Grupo Barbate)
M1: Hombre, el turismo da más trabajo que la pesca
M2: Es que los tiempos han cambiado, antes se vivía de la pesca y ahora del
turismo
H: Hoy en día, ya no quiere la juventud no quiere mar, la juventud no quiere
mar, no quiere barco, ni pesca, los jóvenes lo tienen muy claro.
(Grupo Barbate)
H:... Que dependamos una ciudad como Granada sólo y exclusivamente
del turismo ¿no?, creo que estamos capacitados los granadinos para hacer
muchas más cosas ¿no? económicamente, pienso, es mi opinión y a partir
de ahí ya...
(Grupo Granada)
Asimismo, los discursos han dejado entrever cierto fatalismo, resultado tal
vez de una consideración del turismo como un sector menor en comparación
con otros, al ser generador de empleos de baja calidad, es decir, menos cualifi-
cados y de peores condiciones laborales.
M: Aunque no nos gusta a los jóvenes, qué remedio. Es lo que da dinero por-
que tú te vas de niñera y no ganas ni 100.000 pesetas al mes, a cuidar a niños
gamberros. Sin embargo, tú en la hostelería trabajas las mismas horas y ¡vamos!,
te cunde más, el doble, te... hasta para ayudar a tus padres, fíjate.
(Grupo Barbate)
H: Pero es que la industria normalmente los que trabajan son normalmente

gente de aquí dentro. Tú de turismo puedes coger a cuatro alemanes, te
los traes para acá y son los que, por ejemplo, trabajan de guías. ¿Por qué?,
porque tienen más cultura y saben más idiomas que nosotros, por ejemplo,
y tú, normalmente, los guías que ves aquí en Granada casi ninguno es de
Granada, por ejemplo. Y eso es el trabajo que da el turismo que sí... que lue-
go los camareros de los hoteles, que la gente que trabaja..., pero claro, son
los trabajos peores. Los de menos cualificación son los que se les dan a los
granadinos y son para los que servimos los granadinos. ¿Por qué?, porque los
granadinos por “h” o por “b” no somos cualificados.
(Grupo Granada)
2.1.1. Eje urbano-rural
En lo que se refiere a las matizaciones antes señaladas, se han observado

diferencias relevantes según el tipo de destino turístico. Así, en las zonas rurales
es mucho menor la connotación negativa del turismo que en las zonas urbanas
o de litoral. Como desarrollaremos más adelante, la principal causa de estas di-
ferencias reside en el distinto grado de madurez y de utilidad marginal que, en
términos económicos, tiene la actividad turística en cada zona. Por ejemplo, en
los destinos maduros (entendiendo por tales aquellas localidades donde el turis-
mo tiene ya una larga tradición) los impactos negativos de la actividad turística
son más evidentes, a la vez que se detecta cierta percepción de agotamiento
del turismo como modelo de desarrollo. En los grupos realizados en estas zonas
se han observado recurrentes llamadas de atención sobre la pérdida de calidad
del turismo y los riesgos de agotamiento, un tema sobre el que tendremos que
volver más adelante.
MODERADOR (MOD): ¿Cómo veis el sector turístico en cuanto a la capa-
cidad que tenga para tirar de la economía de Torremolinos? ¿Cómo lo veis
en general?
M: Yo lo veo pobre.
H1: Yo lo veo mal.

MOD: ¿En comparación por ejemplo con otros sectores? ¿Industriales?
H2: Yo creo que el problema es que no hay una base…
H1: Ahí está
H2: …Como no hay base, pues entonces aquí hace todo el mundo lo que le
da la gana. Pero si aquí ponen una base, un principio, pues igual todo iría me-
jor ¿no? Tienen que partir de algo, pero es que aquí no parten absolutamente
de nada, aquí van tirando del turismo, pues como viene.
M: …siempre ha habido turistas, lo que pasa es que sí es verdad que el turista
aquí, pues que viene a Granada y va a otros sitios, ya no son tantos. Y ya
preguntan cuánto valen las cosas...
H: Ya se están convenciendo, pensaban que era más barato
M: … era más barato, pero ahora ya...cosas, todo el mundo se espabila. Va-
mos, que no estamos en los años sesenta, que venías aquí...
H: La verdad es que esto antes era un paraíso…
(Grupo Granada)
Por el contrario, en los destinos rurales y en los destinos emergentes en zo-
nas urbanas o de litoral prevalecen expectativas muy positivas respecto a las
posibilidades del desarrollo turístico, merced a una clara toma de conciencia de
la incapacidad de las actividades agrícolas o pesqueras tradicionales para prota-
gonizar el desarrollo económico de sus localidades.
H:... pero pensad que pueblos de la comarca, no voy a decir nombres, pero...
Hay un pueblo por ejemplo que en los últimos cuatro años, 300 personas se
han dado de baja en el padrón municipal y se han ido a trabajar a la Costa
del Sol, no tienen turismo como nosotros. Entonces, el hecho de que haya
un desarrollo turístico como el que hay encarece la vivienda, pero también
crea puestos de trabajo.
(Grupo Grazalema)
Una segunda línea de explicación de estas diferencias puede situarse en las
menores expectativas de empleo de calidad que ofrecen las actividades alterna-
tivas al turismo en el medio rural. Tal percepción explicaría que los participantes
hayan valorado positivamente el sector turístico por su influencia en la genera-
ción de empleo, aun a sabiendas de que es un empleo poco cualificado. En el

análisis sectorial profundizaremos en ello.
H: Yo cuando se dice hay fiestas, para mí es...
M1: Más trabajar ¿no?
H: …más trabajo, es que hay puentes, hay fiestas, hay yo no se qué, es más
gente, más trabajo, más jaleo...
(…)
M2: Pero alegría para nosotros, porque si no hay gente y no hay trabajo ya
nos estamos yendo a Marbella o a vivir a otro sitio, a trabajar, y eso sí que es
malo, o sea que...
(Grupo Grazalema)
2.1.2. Dos visiones del desarrollo turístico
Además de este eje urbano/rural, que en cierta medida se superpone al eje

destino emergente/destino maduro, se han observado diferencias significativas
en función de otras variables sociológicas, aportando nuevos matices a la valo-
ración positiva del turismo. Atendiendo a la concepción y expectativas respecto
del desarrollo turístico, detectamos dos discursos, hasta cierto punto contra-
puestos: uno, que podríamos denominar desarrollista clásico; y otro, que podría-
mos calificar de integrador.
Los participantes que se sitúan en el discurso desarrollista clásico maximizan
la opción de desarrollo económico y la consiguiente generación de puestos de
trabajo, siendo reacios a establecer límites culturales o ecológicos a la expansión
turística. Manifiestan que el empleo es su principal preocupación y entienden
ilegítima la influencia que determinados grupos sociales tienen en el cuestiona-
miento de los proyectos turísticos basándose en supuestos impactos culturales
negativos o perjuicios sobre el medio ambiente. Este breve diálogo entre un tra-
bajador granadino y una joven de esa ciudad ejemplifica la posición de los que
hemos definido como desarrollistas:
H: ¡Ah no, no! yo quiero que venga todo el mundo a Granada, yo quiero
que Granada sea un segundo Madrid, que pase el ferrocarril a las dos de la
mañana…
M: Pues yo no
H: …y que te despierte y todo eso, eso es lo que yo quiero.
M: Yo no
(Grupo Granada)
Las referencias explícitas al movimiento ecologista han sido frecuentes, y han

estado marcadas por una connotación peyorativa del mismo, al que algunos
de los participantes tachan de minoritario y carente de representatividad. Sin
duda, la postura ecologista constituye la posición social más polarizada respec-
to al turismo que hemos encontrado en el debate público sobre este tema en
Andalucía, si bien los resultados de nuestro estudio no permiten desarrollar los
argumentos del sector ambientalista al no haber estado representado en ningu-
no de los grupos10.
H: Pero lo que decías de si el medioambiente es un problema, claro que es
un problema…
M: Sí, sí, sí
H: Porque, por ejemplo, un motor económico que tiene Granada es la sierra
y ¿qué pasa? Por ejemplo, no dejan que construyan nuevas pistas de esquí
¿por qué? Porque como se supone que lo de atrás es parque nacional… No,
parque nacional hay ahí para que se vayan los... todos los que quieran a
andar y se pierdan, y se pierdan… El año pasado o el anterior, la promotora
de lo que es la sierra ¿eh?, esa quiso poner dinero para ecología y para hacer
dos pistas más, bueno ecología, montar él los terrenos y hacer dos pistas más,
pero llegaron los Verdes y los de Greenpeace y no sé qué. Que aquí yo no se
qué voz tienen esos porque luego llegan las elecciones y nadie vota
M: Y nadie los vota
(Grupo Granada)
10. En cualquier caso, son públicos y notorios los posicionamientos discursivos ecologistas y su postura
crítica acerca del desarrollo turístico.
Hemos encontrado discursos similares en los destinos emergentes, particu-

larmente en los que existe una visión “victimista” del atraso económico de la
localidad, como Barbate o Cómpeta.
MOD: … ¿Creéis que hay algún aspecto negativo del desarrollo urbanístico
y turístico?
H: No, al contrario
M: Hombre, pérdidas en realidad sí que ha habido, lo que pasa es que al prin-
cipio nos da igual. A mí me da igual que haya una viña, si van a hacer una casa
y eso va a traer más gente pues es más interesante, después la pérdida, sí.
(Grupo Cómpeta)
H: Mira por lo menos, si hacen dos [hoteles], dos, si hacen tres, tres, si hacen
uno, uno. Pero que hagan, que se empiece por uno, que Chiclana empezó
por uno. Chiclana no empezó por todos, Chiclana empezó uno. Que yo me
acuerdo que antes por Chiclana daba pena entrar por donde estaban los ho-
teles, y esta allí en medio, un hotel de 4 estrellas. Y mira cómo está Chiclana.
Que empiece por uno, ya vendrán los demás…
(Grupo Barbate)
El discurso que hemos calificado de integrador tiene mayor presencia entre los
jóvenes (edades inferiores a 35 o 40 años) con alto nivel de formación, adquirien-
do cierto protagonismo entre las mujeres. Este grupo apoya el desarrollo turístico,
pero lo condiciona a la compatibilidad con criterios de sostenibilidad ambiental y
cultural (tanto al respeto del patrimonio material, como de las identidades locales).
Su discurso podría resumirse en la frase “se puede proteger y ganar dinero a la
vez”, recogida en el comentario de una mujer joven del grupo de Barbate:
M: La gente lo que tiene es mucha envidia, porque la playa por lo menos la
tenemos cuidada, ¿entiendes? No están descuidadas, ni muchos menos, las
playas están limpias, ¿sabes? Y, bueno, y el pinar que tenemos. Mira que se
puede hacer parques naturales y se puede ganar dinero a la vez porque… Y
aparte, si tú quieres montar en el campo, “No hace falta construir, no hace
falta destruir”, ahí… paseos a caballo y haces cosas para los jóvenes y, ¿sabes?,
villas turísticas y enseñar lo que tenemos, el acantilado y tal y cosas, ¿entien-
des? que no hace falta destruirlo para hacer hoteles.
(Grupo Barbate)
En los grupos han sido frecuentes los diálogos intensos entre estos dos discur-
sos, apareciendo el integrador como un discurso minoritario y con dificultades
para convertirse en hegemónico en el transcurso de las discusiones. Respecto a
este discurso integrador cabe señalar, anticipando los resultados de la encuesta,
que su respaldo en el conjunto de la sociedad andaluza es más amplio del que
se ha registrado en los grupos y que, en virtud de los argumentos en que se sos-
tiene, a largo plazo tiene más posibilidades de consolidarse. Esto es así porque
una gran parte de sus argumentos gira en torno a dos ideas de fuerte poder de
convicción, a saber: que una estrategia conservacionista “es lo que quiere el
turista” porque eso significa “calidad”, y que si se ofrece “calidad” a los turistas,
se mejora la situación de la población local.
En la expresión de ambos discursos sobre el turismo intervienen las expe-
riencias personales de los participantes, experiencias que, de un modo sintético,
podemos resumir en las dos siguientes: por un lado, la de los trabajadores del
propio sector turístico, que, por su propia ocupación profesional, entran en fre-
cuente interacción con los turistas, manteniendo con el turismo una relación
instrumental e interesada; por otro lado, la experiencia del resto de la población
autóctona, cuya relación con los turistas que visitan su localidad es una relación
esporádica y no mediatizada por el interés inmediato.
En el primer caso, la importancia del turismo se valora en un contexto laboral
(la importancia de los turistas se mide en términos de los ingresos económicos
que genera y de las molestias que provoca el hecho de tener que atenderle y
prestarle los servicios que demanden). Si bien no se puede decir que esta postu-
ra instrumental respecto al turismo haya sido asumida por todos los trabajadores
del sector turístico que han participado en los grupos, lo cierto es que la afirma-
ción más repetida ha sido la de que “el mejor turista es el que más gasta”.
MOD: ¿Y hay algunos que veáis mejores que otros o...?
H1: Sí, el que traiga dinero (risas).
M: Los alemanes son muy tranquilos.
H2: No dan muchos problemas, son gente que no da problemas.”
(Grupo Granada)
En el segundo caso (la población que no trabaja en el sector turístico), los
participantes en los grupos han hablado a partir de su experiencia de interacción
esporádica y desinteresada con los turistas (son percibidos como visitantes que
hacen preguntas o se les ve por la calle). Tal experiencia influye en sus valoracio-
nes del turismo al no haber implicación personal con el sector turístico. A dife-
rencia del grupo anterior, las ventajas que del turismo puede obtener este grupo
de anfitriones que no trabajan directamente en actividades turísticas son obtener
recompensas indirectas de tipo social, más que ventajas económicas directas.
De ahí que su comportamiento positivo ante los turistas se base en un acto de fe
en las bondades del turismo para la sociedad que los recibe (se le percibe como
una actividad que proporciona bienestar al conjunto de la comunidad y, en con-
secuencia, bienestar personal) y en un ejercicio de reciprocidad con la sociedad
emisora, cuyo corolario sería “hay que tratar a los turistas como queremos que
nos traten a nosotros cuando hacemos turismo en otras regiones o países”.
En este contexto se plantea el proceso dinámico del intercambio social que
se produce en torno al turismo. Si las recompensas no son percibidas por la
población autóctona (porque no ven en el sector turístico una oportunidad de
mantener o mejorar el bienestar personal y el de la comunidad), es lógico que
los miembros de dicha población (anfitriones) se sientan poco incentivados a
mostrarse favorables al turismo y a adoptar un comportamiento positivo en su
interacción con los turistas. Hay también un panorama de expectativas basado
en la experiencia y que explican algunas de las diferencias observadas. Como
veremos más adelante, la opinión más extendida en todos los grupos es que
al turista se le trata muy bien en Andalucía (incluso “demasiado bien”), lo que
puede implicar que la población de los núcleos receptores de turismo llegue a
considerar que, si le ha dado mucho al turista, también debe recibir mucho a
cambio.
Otro aspecto relevante de la teoría del intercambio, que ha sido observado
en las intervenciones de la población anfitriona dentro de los grupos y que va
más allá de la consideración meramente instrumental del turismo, es la empatía
con el turista. Los anfitriones se ponen en el lugar de los turistas y combinan la
percepción de “lo que le gustaría al turista” con el sentimiento de “lo que me
gustaría a mí” para elaborar un significativo discurso sobre la calidad turística11. De
11. Existe aquí un acusado contraste con la visión de los tinerfeños sobre la ‘mala calidad’ de la oferta
turística de su isla que aparece en el estudio de Marrero (2006).
esta forma, a la vez que tienen en cuenta las preferencias del turista (guiados por
“lo que preguntan”), ponen en juego sus propias preferencias, como residentes
y como turistas. Esta experiencia es importante, ya que los andaluces son actores
significativos de su propia oferta turística al ser la principal clientela de Andalucía.
De ahí que su nivel de exigencia hacia el turismo (como proveedor de riqueza y
generador de experiencias sociales y culturales) se base en su propia experiencia
turística, influyendo en su visión de lo que debe ser un producto de calidad y en
su apoyo a las iniciativas encaminadas a conseguirlo. Podemos ver una muestra
clara en el siguiente párrafo del grupo de Granada, en el que se manifiesta el in-
terés conservacionista (“que no estropeen Granada”), la actitud positiva hacia el
turismo (“hacerla una ciudad más turística”) y el recurso a la experiencia turística
propia (“ir a [y comparar], las playas de Málaga o Granada”) para documentar el
argumento clave de autoridad (“darle al turista lo que quiere”).
M: Yo soy totalmente contraria a que Granada la estropeen, porque Grana-
da para mí es una ciudad turística, por mucho que los granadinos se pongan
de que no hay industrias, no hay inversiones […]. Entonces Granada, lo que
sí [te] tienes que centrar es para hacerla turística. Pero no lo saben hacer por-
que, por ejemplo, tú te vas a las playas de Granada y para encontrar una du-
cha te puedes morir de asco, pero tú te vas a Málaga y cada diez pasos tienes
una ducha... O sea, saben, han aprendido a darle al turista lo que quiere…
(Grupo Granada)
Comparar la experiencia en la propia localidad con otros destinos turísticos
no sólo es utilizado por los participantes para evaluar los recursos turísticos de
la oferta local, sino también para evaluar los costes y/o beneficios del desarrollo
turístico en general. Aunque en el ejemplo que se cita a continuación uno de los
participantes (del grupo de Barbate) compara su experiencia con la del entorno
más próximo (la provincia de Cádiz), también se han registrado en otros grupos
comparaciones con destinos nacionales (Mallorca, Valencia,…) o internacionales
(Alemania, Marruecos,…).
M: Tú date cuenta: Conil, Chiclana, cualquier parte de Cádiz está montada
de que hay turismo, que se ve más gente, se ven más cosas… ¡coño! Que hay
más futuro que aquí.
(Grupo Barbate)
Recapitulando, los participantes identificados con ambos discursos (el inte-

grador y el desarrollista) presentan posturas divergentes respecto al desarrollo tu-
rístico, apoyándose en percepciones claramente diferentes de lo que debe ser la
actividad turística y el modo de aprovechar los recursos ligados al turismo. Estas
diferencias pueden verse en las propuestas de mejora de los recursos turísticos
que han planteado algunos participantes en los grupos de Úbeda (integrador) y
Granada (desarrollista).
M: El interior, que fuera tan bonito por dentro que te apeteciera verlo; o que
estuviera tan bien puesto que te apeteciera verlo, que no dijeras “ay si muy
bonito, no sé qué, no se cuanto”, […] Pero si esos sitios [edificios históricos
del centro] estuvieran, creo yo, pues bien conservados o se le diera un uso
bonito, no solamente como hotel, porque los hoteles al fin y al cabo el que
va es a acostarse o a dormir y pagar, sino se le diera un uso… No sé, todavía
que le empujara, le empujara a más gente a verlo, ¿no?, Pues no lo sé, o
simplemente que fuera, pues no lo sé, o galería de arte, bueno, de arte, sí,
de arte o de pintura. Una cosa que dice eso, que te empujara a entrar por
la curiosidad. […] Yo creo que hay que seguir por ahí porque ya está hecho,
lo que está es lo que está, ya no van a construir más, ¿no? Porque si van a
construir sería como lo de Valencia, pero como lo de Úbeda no…
(Grupo Úbeda)
H: Porque es que volvemos otra vez a lo mismo, si aquí tuviéramos zonas de
ocio, grandes salas de fiestas, grandes teatros, grandes cosas...
H: Grandes inversiones en una palabra, es lo que quiere decir, grandes in-
versiones, hacer un… [gesticula indicando algo muy grande] que vaya de la
Sierra a Motril, y que de Motril vaya a la Sierra, que aquí tengas tus pistas de
patinar...
(Grupo Granada)
Estas dos posiciones se pueden explicar a partir de dos perspectivas diferen-
tes: una, basada exclusivamente en la existencia de distintos intereses respecto
a los productos del desarrollo turístico, y otra, que prestaría mayor atención a
los cambios culturales, fundamentalmente los que han tenido lugar en la esfera
de los valores.
En lo que se refiere a la primera línea argumental, y de acuerdo con los plan-

teamientos teóricos que venimos utilizando en este análisis, creemos que, entre
los grupos sociales sustentadores de los dos discursos reseñados, se produce
distinto aprovechamiento del intercambio social que supone la actividad turísti-
ca en Andalucía; o al menos la percepción de que esto es así. Por ejemplo, los
trabajadores del sector turístico identifican el turismo con una actividad inten-
siva en mano de obra, poco cualificada y generadora de empleos en el ámbito
de la prestación de servicios personales, identificación aún más fuerte cuando
se percibe que la fuente generadora de empleo es el binomio desarrollo turísti-
co/construcción12 y cuando se espera que de este tipo de empleo se beneficien
principalmente los grupos sociales que proveen de mano de obra al sector de
la construcción. En cambio, la población con altos niveles de formación que
no tiene vínculos directos con el turismo, no introduce en sus valoraciones las
recompensas económicas que, en forma de empleo, proporciona la actividad
turística, ya que apenas obtiene beneficios laborales de ese sector, por lo que
se puede permitir ser más exigente, e incluso crítica, con el desarrollo del turis-
mo. Esto aparece claramente ilustrado en las opiniones de dos trabajadores del
grupo de Barbate al criticar la actitud contraria al desarrollo turístico por parte
de algunos colectivos de alto nivel de formación y sin vinculación directa con
el turismo:
H: Ellos, como tienen su vida resuelta…. Ellos son maestros casi todos, el 80%
son maestros y si no, son funcionarios. Y todos tienen su vida resuelta.
M: Como les está pagando el Estado, a ellos les da igual. Y nosotros, que
vivimos del pueblo, no nos da igual.
(Grupo Barbate)
Una explicación alternativa de las raíces sociológicas de las posiciones más
tibias de los integradores pasaría por la ya clásica tesis de R. Inglehart (1991),
sobre el auge de los valores postmaterialistas en las sociedades contemporáneas
como resultado del cambio técnico y económico ocurrido en su seno. El grupo
social que sostiene el denominado discurso integrador reúne las características
12. El binomio turismo/construcción está muy presente en los discursos como dos actividades que se
retroalimentan. Con especial énfasis aparece dicho binomio en el medio rural, donde se valora más el
empleo en la construcción que en el turismo, aunque se ve este último como generador del primero.
descritas por Inglehart para los que se identifican en mayor medida con dichos
valores postmaterialistas. Asimismo, los asistentes integradores de los grupos de
discusión plantean preferencias turísticas que remiten a los argumentos de los
turistas posmodernos contra el turismo masivo (Camarero, 2002; Callejo et al,
2004).
Al analizar los resultados de la encuesta se arrojará más luz sobre este asunto.
Se delimitará la extensión social de los grupos que sustentan los dos discursos
observados (el desarrollista y el integrador), identificando las variables que más
explican tal diferenciación y definiendo el perfil sociológico de cada grupo. A
partir de los resultados cualitativos y del consenso encontrado en la bibliografía,
parece claro que no sólo deberán tenerse en cuenta las variables sociodemográ-
ficas habituales (género, edad y nivel de estudios), sino que también habrá que
examinar la influencia de la dependencia económica de cada grupo respecto
del sector turístico. El problema de la identificación con los valores materialis-
tas o postmaterialistas en asuntos relacionados con el desarrollo económico no
podrá ser examinado con suficiente profundidad ya que la dificultad para obte-
ner datos cuantitativos sobre valores (Tranter y Western, 2004) hizo inviable su
inclusión entre los objetivos analíticos de la encuesta. La única dimensión que
mantiene cierta relación con los temas postmaterialistas es la preocupación am-
biental, que analizaremos en el Apartado 3.7.
2.1.3. Eje destino emergente-destino maduro
Las principales diferencias en torno a la valoración de la actividad turística

se dan en función de la madurez del destino y la dimensión del mismo. Como
apuntamos al tratar el eje rural-urbano, en las ciudades de litoral o de interior
con tradición turística los participantes en los grupos de discusión han manifes-
tado cierta falta de confianza en la potencialidad del turismo como motor de
desarrollo. Tal desconfianza se basa en la percepción de que se está alcanzan-
do una situación de rendimiento decreciente en la actividad turística, situación
manifestada en la cada vez más baja calidad del turismo que vista Andalucía. Se
trata del discurso de la pérdida de calidad del turismo, un discurso que se ha ex-
presado de modo recurrente en los grupos celebrados en los destinos maduros
de turismo litoral (Torremolinos) y urbano de interior (Granada)13. Se percibe
que el turista “gasta menos y molesta más”, deslizándose también referencias a
otros impactos negativos del turismo, tales como el distanciamiento cultural o la
generación de determinados costes sociales o ecológicos.
M1: … el turismo que viene es desgraciadamente cada vez es más de bingo…
H: Más barato
M1: …y más desagradable, y más violento. Es un turismo de [gesticula indi-
cando mala calidad]
H: Más barato, turismo de patatas fritas
M2: Y de ir a los congelados de los supermercados.
M1: … hay un turismo que nada más viene a dar guerra […] como en su país
está prohibido estar en la calle hasta las cuatro de la mañana, viene aquí a
pegar voces, a tratarnos como si fueras una zapatilla. Y te miran con una cara
como diciendo yo soy el grande y tú eres la...
M2: Yo soy de un país más rico, vaya
M1: Con menos dinero, pero de un país más rico. (ríe) Te tratan como si
fueras una zapatilla…
H: Uno se siente así, es verdad.
M1: Vas a preguntarle qué quiere y te hace así [gesto despectivo] ¿qué pasa?,
a mí no me hagas así...
M1: Ayer estuve en el mercadillo, que supuestamente es mercadillo. Te su-
ben una barbaridad los precios y dices: “¿barato?, lo compro en la tienda”…
M2: Y entonces no van ni los turistas ni los españoles
M3: No van los turistas ni van los españoles
H: Y con todo y con eso, yo pienso que gastamos nosotros más que ellos
(varios asienten).
13. Valga como indicador de esta mayor presencia el dato de que fueron codificados como alusivos a la
‘pérdida de calidad del turismo’ el 24% y el 16% de los fragmentos de discurso codificados en los grupos
de Torremolinos y Granada, respectivamente, mientras que en el resto de destinos, sólo Grazalema (el
otro destino maduro seleccionado) llegó al 5%.
M2: Nosotros gastamos mucho más que ellos.

M: No, además nos mandan la morralla, la morralla, la morralla, la morralla…
H: ¿Qué quieres decir con eso de la morralla?
M: …la morralla quiere decir que nos mandan al turismo pobre, al turismo de
la bolsa del supermercado [se refiere a las bolsas de pic-nic en las excursiones
organizadas] […] Y si no, va al supermercado. Si va a pernoctar una noche o
dos, van al supermercado, llenan la bolsa y a la habitación. Eso es morralla.
(Grupo Granada)
H: … Antes, si venían y les ponías medio pollo de tapa y se asustaban. Ahora
les pones medio pollo y dicen: “¿nada más?”.
(Grupo Granada)
Por tanto, se identifica en los destinos turísticos maduros una triple fuente
de insatisfacción: económica (disminución de la rentabilidad de la actividad tu-
rística y, por tanto, desigualdad en el intercambio entre turistas y anfitriones);
cultural (comportamiento inadecuado de los turistas respecto a las costumbres
de la comunidad), y ecológica (generador de costes ambientales, como el ruido).
En todo caso, el argumento más utilizado ha sido el de que ya no genera los
beneficios económicos que generaba antes, siendo este argumento el que sirve
de base para sustentar las críticas más fuertes contra el turismo en estas zonas.
Los participantes en los grupos consideran que la disminución de la calidad del
turismo que visita Andalucía es el principal problema del sector, por lo que han
planteado como principal estrategia de futuro la búsqueda de turistas con más
poder adquisitivo. En definitiva, en los destinos turísticos maduros, los grupos
se han mostrado preocupados por la saturación a la que ha llegado el turismo
en sus respectivas localidades, teniéndose la impresión de que ha tocado techo
y de que hay serias dificultades para mantener la intensidad de su crecimiento,
especialmente en lo relativo al sector de la construcción.
Por el contrario, en los grupos realizados en destinos emergentes (Cómpeta,
Barbate y Ubeda) los participantes han manifestado que el futuro de sus locali-
dades se basa en la actividad turística, percibiendo una mejora en la calidad del
turismo respecto al de antaño (“antes sólo venían cuatro hippies”). La estrategia
planteada en estos grupos se centra en la posibilidad de captar, mediante un
nuevo ciclo de desarrollo turístico, a nuevos tipos de turistas: los que pernoctan
(frente a los excursionistas de un día), el turismo hotelero (frente a los alquileres
estivales extrahoteleros) y el turista que gasta más (frente al turista “que se deja
todo el dinero en su casa”).
H: El turismo que venía a lo primero…
M: Sí, sí, ha habido cambios, ¿verdad?
H: …no estaba preparado.
M: Hasta julio eran todos pintores de estos...
H: Eran cuatro hippies, cuatro que venían a la buena ventura. Para llevar... Yo
pienso que hoy en día el turismo está más preparado. […]
M: Además, Competa ya tiene unos precios que no puede cualquiera arri-
marse a muchos carteles.
(Grupo Cómpeta)
H: …antes la gente venían a alquilar los pisos. Lo que pasa que llegó un mo-
mento que los pisos los alquilaban, por decir, un sevillano, y ahora llegaba el
sevillano y después venia el padre, el tío, el hermano, el cuñado… se metían
doscientos ahí. Ya tenían hasta el coto, traían todo comprado, aquí no iban a
ningún lado, ni para los locales. Lo traían todo comprado. Este turismo no me
interesaba, a Barbate le interesa el turismo que le deje dinero y cree puestos
de trabajo
(Grupo Barbate)
M: …el turista claro que ha experimentado yo, creo, un auge. Un gran auge,
como decía, y que… bueno, que después se han abierto negocios; que de-
bido a eso tenemos una infraestructura hotelera mucho más importante que
la que teníamos. Antes teníamos dos hoteles, ¿no? y ahora tenemos muchos
hoteles. ¿Por qué? Por la demanda que hay, debido al turismo sobre todo.
Que también es verdad que, desgraciadamente, el turismo lo tenemos muy
puntualmente todavía. Que son los fines de semana esporádicos, algunos
meses concretos y los puentes y los puentes y luego el resto… que se debería
vivir mucho más de esto, no se vive.
(Grupo Úbeda)
Tanto en Cómpeta como en Barbate se ha detectado mayor presencia del
discurso desarrollista clásico y, en sintonía con él, una actitud hasta cierto punto
crítica con la política de protección ambiental de los espacios rurales y naturales,

en la medida en que se percibe como un factor limitador de las posibilidades
de desarrollo turístico y, por ende, del crecimiento económico de estas zonas.
El hecho de que “no dejen construir” en suelo rural o que se limite la expansión
turística en los espacios protegidos ha sido valorado por los participantes como
un freno al desarrollo de estas localidades.
El caso de Grazalema exige un análisis específico. En nuestro diseño, este
destino se tomaba como representativo de los destinos rurales maduros. No
en balde, el Parque Natural de la Sierra de Grazalema fue el primer espacio
natural que recibió esta calificación en Andalucía. Sin embargo, la percepción
que tienen los habitantes de este municipio y los datos relativos a su evolución,
apuntan a que se trata de un caso diferente al de los otros destinos maduros
seleccionados en este estudio (Granada y Torremolinos). Esta diferencia puede
ser explicada en términos del modelo del ciclo de vida de los destinos turísticos
de Butler (1980), según el cual mientras que Granada y Torremolinos podrían
situarse en la fase final de estancamiento-rejuvenecimiento, Grazalema parece
encontrarse al final de su fase de consolidación, próxima a alcanzar su madurez
como destino turístico.
En el grupo de Grazalema hemos captado una visión sumamente optimista
de la situación turística, que contrasta con la pesimista observada en Torremoli-
nos o Granada. En Grazalema se observa cómo el discurso integrador tiene una
posición singularmente relevante: los participantes del grupo explican el éxito
turístico de este municipio por haber sabido compatibilizar calidad y sostenibi-
lidad. La actitud de este grupo hacia la protección ambiental es radicalmente
diferente a la del grupo de Competa (“no importa que se pierdan las viñas si
construyen y viene más gente”) o Barbate (“aquí los ecologistas no quieren que
hagamos nada”).
H1: He oído un par de veces en Canal Sur Radio hacer referencia a Graza-
lema como el Marbella de la sierra…
H2: Exactamente
H1: Y eso es significativo de que se desvirtúa lo que es el turismo rural, de
tranquilidad y eso. Es como un sitio que está de moda, que hay sitios buenos
para comer, sitios buenos para alojarte, hoteles de cuatro estrellas, alojamien-
tos rurales con todos los requisitos. Y entonces, eso es significativo, porque ya
el paso siguiente será hacerse un campo de golf y eso ¿no? (varios asienten).
Si nos comparan con Marbella, pues imagínate. Tenemos la suerte de que el
primer paso fue el parque natural y eso ha protegido mucho...
H2: Sí, el medio...el entorno, digamos.
(Grupo Grazalema)
No obstante, también hemos encontrado en el grupo de Grazalema las fric-
ciones inherentes a los destinos maduros. Así, algunos de los participantes han
señalado como impactos negativos del turismo en Grazalema su masificación,
remitiéndose al ya citado discurso de la pérdida de calidad del turismo presente
en los demás destinos maduros, un discurso que refleja cierta incapacidad de la
demanda para responder (cualitativa o cuantitativamente) al crecimiento de la
oferta turística. Asimismo, se han mostrado preocupados por los costes cultura-
les y ecológicos del desarrollo turístico, poniendo de manifiesto la existencia de
conflictos entre el uso residencial (por parte de la población autóctona) y el uso
turístico del espacio local.
H: …Yo iba a que no dejan, los que vienen, estos que vienen y dan ruido y no
salen ni compran, ni nada. Éstos no dejan dinero en el pueblo, ¿comprendes?
Nada más que el alquiler de la casa, y luego que es una… es ficticio, porque
si se han metido quince en esa casa, al dueño de la casa le interesa porque
como pagan por habitación, ¿comprendes?, pero que no han consumido, ni
han ido a un restaurante, ni ha ido al bar, ni ha... No ha dejado nada en el
pueblo.
(Grupo Grazalema)
H: O sea que vienen como a desahogarse, a..., o sea, que no vienen tampoco
digamos a disfrutar, que muchos vienen a disfrutar pero otros vienen a gam-
berrear, o a las cuatro de la mañana dando voces en la calle un grupo... Yo
qué se, que si van de disco pubs...
(Grupo Grazalema)
2.2 Conocimiento e interés por el turismo
Tras esta primera aproximación cualitativa a la percepción y evaluación del

turismo, pasemos a analizar los resultados de la encuesta sobre este particular.
Como señalábamos al principio del apartado 2.1, al estar ubicados los grupos
de discusión en zonas turísticas, los discursos sobre el turismo emergían espon-
táneamente, pero esto no tiene por qué ser así en el conjunto de la sociedad
andaluza. Para ver hasta qué punto se produce esto, hemos seleccionado aquí
una serie de ítems para medir el nivel de conocimiento e interés de la población
andaluza por el turismo. Se incluye una evaluación del interés explícitamente
manifestado por el turismo y un análisis del campo conceptual que evoca el
término “turismo” (recogiendo elementos asociados espontáneamente con ese
término), así como una serie de indicadores dirigidos a evaluar algunos cono-
cimientos específicos y a valorar la relevancia de determinados estereotipos o
estados de opinión respecto a la situación del sector turístico andaluz. Se consi-
dera relevante tomar en cuenta esta dimensión cognitiva evaluando los niveles
de no respuesta e identificando el perfil de encuestados cuyas opiniones y acti-
tudes sobre el turismo se expresan desde un mayor desinterés.
Variables relacionadas:
- Preocupación por los temas relacionados con el turismo P2
- Elementos espontáneamente asociados al turismo P3
- Nivel de conocimiento del Consejero de TCyD P13
- Importancia de algunos estereotipos respecto al turismo en Andalucía P28
Entrando en el análisis de los datos de la encuesta, vemos que el nivel de in-

terés (preocupación) por los temas relacionados con el turismo es relativamente
bajo. La mayoría de los andaluces (57%) manifiesta estar poco o nada preocupa-
dos por los temas relacionados con el turismo, frente a un 42% que señala tener
bastante o mucha preocupación.
Gráfico 9
Preocupación por temas relacionados con el turismo
Fuente: IESA E-0602
Como referencia, puede compararse este dato con los resultados obtenidos
en el estudio Opinión pública, agricultura y sociedad rural en Andalucía (IESA E-
0508), acerca del interés y preocupación de los andaluces por los temas rurales
(53,6% dice preocuparse mucho o bastante) o por los temas relacionados con la
agricultura (68,1% se manifiesta interesado). Podría pensarse que el turismo no
despierta la preocupación que le correspondería en virtud de su peso económi-
co, pero a continuación veremos que esta falta de preocupación está relaciona-
da con una baja percepción de aspectos problemáticos asociados al turismo.
La mayor parte de los andaluces asocia espontáneamente el turismo con sus
aspectos recreativos, antes que con su significación como actividad económica.
De esta forma, el 42% de las respuestas alude expresamente al término “sol y
playa”, un 24,3% identifica el turismo con otros recursos (campo, monumentos,
esquí, etc.) y un 28,5% señala términos que aluden al ocio o las vacaciones en
sentido general.
Gráfico 10
Cuestiones asociadas con el turismo (agregación de respuestas espontáneas)
Fuente: IESA E-0602
Por el contrario, sólo un 18,4% relaciona el turismo con el desarrollo eco-

nómico y la creación de riqueza, y un escasamente significativo 7,7% lo iden-
tifica con la creación de empleo. Un 19,3% asocia el turismo con la llegada
de extranjeros e inmigrantes. Valga como indicador complementario de la baja
problematicidad del turismo que sólo un 2,7% de los encuestados menciona
espontáneamente algún aspecto negativo relacionado con el turismo. Estos as-
pectos negativos se detallan en el Gráfico 11.
Un 13,9% de los encuestados conoce el nombre del Consejero de Turismo.
Este resultado no recoge el nivel de conocimiento de Paulino Plata en cuanto
político, sino la identificación de su labor específica en el ámbito turístico. Este
bajo nivel de conocimiento del principal responsable autonómico en materia de
política turística es un indicador complementario de la baja preocupación por el
turismo que se detecta a nivel general en el conjunto de la sociedad andaluza.
Gráfico 11
Aspectos negativos espontáneamente asociados con el turismo
Fuente: IESA E-0602
Profundizando en las opiniones mayoritarias en la población sobre el sector, es

posible ver que la percepción que tienen buena parte de los andaluces acerca del
funcionamiento del turismo en Andalucía está orientada por algunos estereotipos
poco fundados. El 66,9% piensa que los turistas que acoge Andalucía son mayor-
mente extranjeros, y prácticamente existe unanimidad (94,2%) en torno a la idea
de que la mayor parte de los turistas visitan nuestra región por el sol y la playa.
En cambio, es posible ver que la percepción de deterioro y recesión en el
sector detectada en los grupos de discusión está bastante menos extendida. Por
una parte, la mitad de los andaluces no considera que se haya producido un
descenso en el número de turistas que visitan nuestra región. Aún así, un 23,3%
considera que se ha producido una pérdida de turistas, cifra que sube hasta el
34,7% en las zonas de litoral con alta densidad de alojamientos. Por otra parte,
en lo que se refiere al gasto turístico, predomina la percepción de que los turis-
tas gastan cada vez menos (42,2%). En ambos casos debe tenerse en cuenta,
no obstante, que en torno a una cuarta parte de los encuestados no sabe qué
responder. Tal y como sugerían los resultados cualitativos, la visión pesimista de
la pérdida de calidad del turismo es más acentuada en las zonas de litoral con
alta densidad turística, como puede apreciarse en el Gráfico 13.
Gráfico 12
Importancia de distintos estereotipos sobre el funcionamiento del turismo en Andalucía
Fuente: IESA E-0602
Gráfico 13
Percepciones negativas sobre la situación del turismo según zonas turísticas
Fuente: IESA E-0602

2.2.1. Relación entre la vinculación personal con el turismo y el conocimiento

e interés por la actividad turística.
Evidentemente, el nivel de preocupación por los temas turísticos será mayor
entre aquellos cuyo trabajo tiene mayor relación con el sector. Esta relación
directa (a mayor relación laboral, mayor preocupación) puede apreciarse en el
Gráfico 14. Idéntica relación encontramos para toda la población en función
de la percepción de que se obtienen beneficios personales del turismo: sólo el
29,3% de los que creen que el turismo no les beneficia nada muestra algún gra-
do de preocupación por el turismo, mientras que entre los que opinan que les
beneficia mucho, esta proporción llega al 75,1% (ver Gráfico 15)14.
Gráfico 14
Nivel de preocupación por temas turísticos según relación de su trabajo con el
turismo. Encuestados económicamente activos.
Fuente: IESA E-0602
14. La distribución de la población en relación con estas variables explicativas se trata en el Apartado 3.4.
Gráfico 15
Nivel de preocupación por temas turísticos según percepción de beneficios
personales de la actividad.
Fuente: IESA E-0602
Hay otros aspectos en los que la vinculación con el turismo introduce varia-
ciones significativas:
- Respecto a los términos asociados espontáneamente con el turismo,
los que afirman que su trabajo tiene mucha relación con el turismo señalan
la creación de empleo o de empresas con el doble de frecuencia que el
conjunto de la muestra, a costa de los aspectos recreativos del turismo, que
pierden peso entre este colectivo.
- La vinculación laboral al turismo no se corresponde con planteamien-
tos más realistas frente a los estereotipos que definen al sector como orien-
tado al turismo extranjero y de sol y playa: su grado de acuerdo respecto a
estas cuestiones es muy similar al del conjunto de la población.
- Más preocupante es el hecho de que entre los trabajadores más vin-
culados al turismo se detecte un mayor apoyo a las afirmaciones sobre el
deterioro del sector: un 39,5% de los que están muy vinculados piensa que
ha disminuido el número de turistas que visita Andalucía (frente al 25,7%
del total) y un 56,2% piensa que los turistas gastan cada vez menos dinero
(frente al 45,9% del total). Se trata de un resultado concordante con lo
registrado en los grupos de discusión sobre el mayor pesimismo de los tra-
bajadores turísticos acerca de la evolución reciente del turismo.
- Sin embargo, esta percepción no se traduce en una peor valoración
global de la situación del turismo en Andalucía, tal y como se verá en el
siguiente apartado. Si bien es cierto que los trabajadores más vinculados al
turismo son ligeramente más pesimistas que el conjunto de la población en
estas evaluaciones, también hay que señalar que las diferencias son muy
reducidas. De hecho, la única diferencia que obtiene significación estadís-
tica es la mayor tasa de no respuesta tanto de la población que opina que
el turismo no le beneficia nada como de los trabajadores que no tienen
ninguna relación con el turismo.
2.3 Evaluación de la situación del turismo en Andalucía.
En este apartado analizamos una serie de preguntas orientadas a conocer

la opinión general de los andaluces sobre el turismo. Se trata de una batería de
preguntas con amplios precedentes en multitud de estudios de opinión pública,
que permitirá contrastar los resultados con los obtenidos acerca de otros secto-
res y áreas de gestión política. Los datos sobre las zonas rurales y la agricultura
provienen del estudio Opinión pública, agricultura y sociedad rural en Andalucía.
2005 (IESA, E-0508). Los datos sobre medio ambiente provienen del Ecobaróme-
tro de Andalucía. 2005 (IESA, E-0506)
- Percepción del protagonismo económico del turismo en la economía andaluza P1
- Valoración general de la situación del turismo en Andalucía
- Valoración de la situación del turismo andaluz P5
- Percepción respecto a otras regiones españolas P6
- Percepción de la evolución reciente P7
- Actitud hacia el desarrollo turístico en Andalucía P10
Casi dos tercios de la población andaluza sitúan al turismo entre las tres activida-
des económicas más importantes en Andalucía, prácticamente al mismo nivel que
la agricultura (65%) y la construcción (65%). Prácticamente uno de cada cuatro
andaluces (23,8%) considera que es la primera actividad económica de la región
(Gráfico 16).
Por otra parte, existe una percepción sumamente optimista acerca de la si-
tuación del turismo en Andalucía. Tres de cada cuatro andaluces califican como
buena o muy buena la situación general de las zonas turísticas de su región.
En comparación con otras regiones de España, los encuestados creen que las
zonas turísticas andaluzas se encuentran en una situación bastante o mucho
mejor (43%). Cabe reseñar, no obstante, que casi una cuarta parte piensa que la
situación de nuestros destinos turísticos es similar a la de los restantes destinos
españoles (22,4%). Por último, en referencia a la evolución experimentada en

los últimos cinco años, la percepción mayoritaria (72,9%) es que las zonas turís-
ticas han mejorado en algún grado.
Gráfico 16
Actividades más importantes en la economía andaluza
Fuente: IESA E-0602
Gráfico 17
Comparación entre la percepción de la situación del turismo y de otras actividades
Gráfico 18
La situación del turismo y de otras actividades respecto a otras regiones españolas
Fuente: IESA E-0602; E-0508; E-0506
Estos resultados respecto a la evaluación global de la situación del sector

turístico apuntan a una percepción muy optimista si los comparamos con las
opiniones de los andaluces respecto a otros ámbitos de relevancia pública que
se desprenden de otros estudios realizados por el IESA (ver Gráficos 17 y 18).
La mayoría de los andaluces (60,2%) considera que la cantidad de turistas
que visitan nuestra región es apropiada. La relevancia de esta pregunta viene
dada porque permite cuantificar a la población disconforme con la actual pre-
sión turística en el territorio andaluz, que podemos identificar con el 11,1% que
señala que Andalucía recibe una cantidad “excesiva” de turistas (Gráfico 19).
Significativamente, esta cifra de disconformes aumenta hasta el 18,3% en las
zonas de litoral con alta densidad turística (Tabla 10). Esto nos proporciona una
nueva indicación de las zonas en las que se van a encontrar los resultados más
problemáticos, en línea con las conclusiones obtenidas de la información cuali-
tativa. Como contrapartida, se detecta un apreciable 19,3% de encuestados que
considera insuficiente la afluencia turística actual. Aunque las diferencias no son
muy significativas, resulta igualmente relevante por su coherencia con los datos
cualitativos que esta cifra sea mayor en las zonas de baja densidad turística que
en las más desarrolladas turísticamente.
Gráfico 19
Opinión sobre el volumen de turistas en Andalucía
Fuente: IESA E-0602
Tabla 10
Opinión sobre la cantidad de turistas en Andalucía según zona turística
Excesiva Apropiada Insuficiente NS/NC Total N
Playa baja densidad turística 10,7 56,8 25,0 7,6 100,0 384
Playa con alta densidad
turística 18,3 54,1 21,0 6,6 100,0 377
Urbano con baja densidad
turística 10,1 63,2 19,6 7,1 100,0 535
Urbano con alta densidad
turística 10,3 65,3 17,3 7,1 100,0 591
Rural con baja densidad
turística 10,1 58,7 20,4 10,8 100,0 535
Rural con alta densidad
turística 13,9 54,2 18,8 13,1 100,0 382
Munipicios sin alojamientos
turísticos censados 13,3 56,7 14,9 15,1 100,0 383
TOTAL 11,5 60,2 19,3 8,9 100,0 3.187
Fuente: IESA E-0602
2.4 Evaluación de la política turística

de la Junta de Andalucía
Al ser la finalidad última de esta investigación proporcionar conocimientos

que sirvan para orientar las políticas públicas, resulta indispensable introducir
una serie de indicadores que permitan conocer la opinión de la población a la
que van dirigidas dichas políticas. Se trata de indicadores sumamente relevan-
tes, teniendo en cuenta que una de las directrices del Plan General de Turismo
Sostenible,15 actualmente en periodo de elaboración, incide en la necesidad
de formular políticas diferenciadas para los distintos tipos de ámbitos turísticos
(ciudades, litoral, rural).
- Evaluación de la política turística de la Junta de Andalucía
- Percepción del grado de responsabilidad de las instituciones políticas
en la situación turística P8
- Valoración general de la política turística P11
- Valoración de los recursos empleados en política turística P12
- Preferencia por distintas medidas políticas en relación con el turismo
P14
Los andaluces identifican a la Junta de Andalucía como la institución con

mayor responsabilidad en la situación actual del turismo andaluz, un 89,2% le
atribuye bastante o mucha responsabilidad. Las corporaciones locales se situa-
rían en segundo lugar (83,4%), quedando a cierta distancia el gobierno central
(76,1%). (Gráfico 20)
Por otra parte, algo más de la mitad de los andaluces valoran positivamente
las políticas de la Junta de Andalucía para atraer turistas a la región. El apoyo de
15. La formulación de este Plan, actualmente en proceso de elaboración, está disponible en http://www.
juntadeandalucia.es/turismocomercioydeporte/ctcd-docs/planificacion/221_529_formulacion.pdf.
la población a estas políticas resulta incuestionable, toda vez que tan solo un
9,5% de los encuestados mantiene una opinión negativa. (Gráfico 21)
Gráfico 20
Responsabilidad en la situación del turismo de las distintas instituciones
Fuente: IESA E-0602
Gráfico 21
Valoración de las políticas turísticas de la Junta de Andalucía
Fuente: IESA E-0602

Sin embargo, no puede obviarse que buena parte de la población no entra

a valorarlas (un 18% no se pronuncia a favor ni en contra) o las desconoce (un
19,9% no sabe). En comparación con la evaluación de los otros ámbitos de
actuación pública de la Junta de Andalucía que venimos considerando, nueva-
mente se detecta una opinión mucho más positiva en el ámbito turístico: el por-
centaje de andaluces que valora positiva o muy positivamente las políticas de la
Junta para atraer turistas supera en más de 20 puntos a los que se registran para
la Agricultura (29,7%) o el Medio Ambiente (32,9%) (ver Gráfico 22).
Los encuestados estiman que la cantidad de recursos destinados por la Junta
de Andalucía para promover el turismo resultan suficientes (47,4%), aunque exis-
te un importante colectivo partidario de que la Administración realice un mayor
esfuerzo inversor (24,3%). Al igual que sucedía en la pregunta anterior, se detecta
un amplio colectivo que desconoce el papel que ha de adoptar la Junta.
Entre las medidas que los andaluces valoran como más importantes para
mejorar el turismo cabe destacar la restauración y la conservación del patrimo-
nio y monumentos (52,8%), la mejora de la seguridad ciudadana en las zonas
turísticas (49,2%), y la mejora de los servicios públicos de las zonas turísticas
(41,7%). (Gráfico 23)
Gráfico 22
Comparación del nivel de aceptación de las políticas turísticas
Fuente: IESA E-0602; E-0508; E-050

Gráfico 23
Preferencia por distintas medidas para mejorar el turismo
Fuente: IESA E-0602
Resulta relevante que casi la mitad de la población (47,7%) asocie la protec-

ción del medio ambiente y las costas con la mejora del turismo. Esta preferencia
proteccionista parece tener un cariz moderado: si bien existen pocos partidarios
de favorecer la construcción de nuevos hoteles (21,7%), menos apoyo aún re-
cibe la opción más radical de limitar la construcción de viviendas en el litoral
(18,1%).
3ª Sección
Turismo
y sociedad
en Andalucía
3.1 Los relatos sobre las interacciones de los andaluces con

los turistas.
Ya hemos hecho referencia a la interacción entre turistas y anfitriones a la

hora de ver el tipo de argumentos en los que se basaban los dos discursos en
liza en torno al desarrollo turístico. Comentamos que existía un tipo de interac-
ción más instrumental y mercantilizada (propia de los trabajadores del sector) y
otra más desinteresada (entre la población que mantiene encuentros ocasiona-
les con los turistas). Se trata de un asunto sumamente relevante, en la medida en
que pasamos del nivel de las percepciones y las actitudes, al de las conductas y
comportamientos específicos que se adoptan con los turistas. Una vez analiza-
da las actitudes hacia el intercambio con los turistas, que se fundamenta en el
modo cómo la población autóctona percibe los resultados de dicho intercam-
bio, veremos a continuación cómo se traducen esas actitudes en conductas que
refuerzan u obstaculizan la dinámica del desarrollo turístico.
Las referencias que han hecho los participantes de los grupos de discusión a
las interacciones entre turistas y población autóctona16 se han analizado con la
finalidad de delimitar los términos en que se valora dicha interacción y mostrar
las características comunes que presentan en los distintos destinos turísticos. En
general, las discusiones han girado en torno a distintas concepciones de lo que
se entiende por hospitalidad y los motivos para ejercerla, identificándose varias
situaciones típicas de interacción en las que, aparte del sentido valorativo (posi-
tivo o negativo), se consideran otros aspectos.
- Interacciones positivas. Son mayoría las referencias a situaciones en las que
la interacción se valora en términos positivos. Se trata de un contacto lateral y
anónimo (los turistas preguntan, se cruzan por la calle), al que la población pare-
ce estar positivamente predispuesta (se sonríe, se es amable, “se trata bien a todo
el mundo”). Se ha detectado un relato recurrente en los grupos celebrados en
destinos emergentes y que es muy representativo de la hospitalidad que, como
16. Mientras que las interacciones de los trabajadores turísticos están basadas en su experiencia laboral,
con unos roles muy claros, en el resto de participantes existe una mayor movilidad de roles. En muchos
casos se ocupa el rol de anfitrión en las interacciones, pero en otras ocasiones se alude a experiencias
como turistas con otros anfitriones, andaluces o no.
ideal a seguir, se plantea en las interacciones con los turistas. Este relato ideal
hace referencia a una situación en la que, ante una pregunta del turista, el anfi-
trión no solo indica, sino que le acompaña personalmente al lugar que busca.
M1: Sin embargo aquí te para cualquier turista y te dicen tal y tal. Y si hace
falta que te lleven, te llevan, porque yo lo hecho un montón de veces.
M2: A mi hija le han dicho “¿dónde es tal sitio?” y ha ido a llevarlo por la calle.
M1: Te dicen “no entiendo” y yo le digo: “espérate, por aquí, por aquí” y lo
llevo. Y por otro sitio no lo encuentra ni de coña.
M2. Sí que es verdad.
M1: Es que le dejo con la palabra en la boca y me lo meto para dentro.
(Grupo Barbate)
- Implicación ciudadana. Sin embargo, los motivos para mantener este com-
portamiento hospitalario han variado mucho entre los distintos grupos. En los
grupos realizados en municipios menos desarrollados los participantes han resal-
tado una norma de hospitalidad generalizada y con tintes tradicionales (la hos-
pitalidad esencial del andaluz: “somos hospitalarios por naturaleza”), mientras
que en los que se han realizado en localidades con mayor grado de desarrollo
han surgido dos normas diferenciadas de hospitalidad: una, flexible y basada
en la reciprocidad (“trato según me traten”); y otra, generalizada y basada en la
responsabilidad social (“hay que tratar bien a los turistas porque va en beneficio
de todos”). Esta última se aplica a situaciones de implicación activa de la po-
blación en conductas cívicas, tendentes no sólo a mejorar la experiencia de los
visitantes, sino también a elevar la calidad del entorno de la población (reciclar,
conservar el patrimonio,…). En los siguientes fragmentos podemos ver ejemplos
de los distintos tipos identificados.
Hospitalidad generalizada “tradicional”
M: Yo me esfuerzo bastante por entenderlos a ellos y les explico las cosas
muy bien.
H: Tú y cualquiera, porque somos de esa forma, que no nos cuesta trabajo.
(Grupo Cómpeta)
Hospitalidad recíproca
H: Yo cuando salgo fuera intento tratar como yo quiero que me trate la gen-
te. Quiero que me traten bien, es normal, pero sin llegar a la hipocresía y a
querer ser yo mas que tú. “Porque yo soy turista y tú eres trabajador”. Bueno,
tú mañana eres un trabajador al igual que yo.
(Grupo Barbate)
Hospitalidad generalizada “responsable”
M: … Estamos mentalizados para atenderles bien porque sabemos lo que hay
detrás de eso que, como decía, es una fuente económica importante…
(Grupo Úbeda)
- Interacciones profesionalizadas. Es el tipo de interacción que plantean los
trabajadores del sector turístico. Aquí la norma de hospitalidad viene dada por
una ética de la “profesionalidad” que intenta buscar equilibrios entre distintos
principios de racionalidad económica. Por una parte, la necesidad de atender
a los clientes en condiciones de saturación obliga a ejercer una hospitalidad
flexible, “según sea el cliente”, que implica tratar mejor “al que gaste más”. Y
por otra, a largo plazo se entiende que debe imperar una norma generalizada
de buen trato, tanto porque la satisfacción del cliente produce su fidelización,
como por el propio “orgullo” profesional por desempeñar adecuadamente el
trabajo de atender a los turistas.
M: Déjame una buena propina, todos queremos una buena propina. Verás
como te atiendo mejor, más simpática, un poco atenta…
(Grupo Barbate)
M: Y aunque no te den propina, a ti te gusta ser amable con los demás.
H1: Cada uno sabe cuál es su trabajo […] es porque eso va ya por ti, ser agra-
dable, ser simpático, hablar con uno, con otro…
H2: Hablar con el público es mucho de psicología.
M: Y tratar con la gente, ellos lo agradecen. Hay muchos turistas y les gusta
que la gente se relacione con ellos.
(Grupo Barbate)
- Interacciones negativas. Como contraejemplos de las situaciones anterio-
res, han surgido a lo largo de los debates ciertos relatos sobre interacciones va-
loradas como “desagradables” o “problemáticas”. Hay dos situaciones: una, en
que se responsabiliza a los turistas por no mostrar respeto, vulnerando la norma
de reciprocidad en la interacción; otra, propia de los trabajadores turísticos, en
la que falla la atención a los turistas debido a las malas condiciones laborales en
que realizan su trabajo (precariedad, mala formación, saturación,…).
MOD: [¿Está empeorando el trato a los turistas?]

M1: Claro, porque ellos vienen peores.
M2: Porque ellos vienen con menos educación, entonces si me entra usted
en un sitio avasallándola, pues ya tienen que contestarle casi borderías.
M1: Tú, como eres española, tienes que saber, porque esto es turístico, tienes
que saber inglés, francés, alemán, holandés y lo que venga bien. Ahora, tú vas
a Holanda y tú tienes que hablar el holandés porque si no, no te contestan.
H: No, yo creo que cada vez, va a ir a peor trato puesto que, um... la gente
te llega, hay gente que te llega muy amable, muy agradable, muy simpática,
pero la gran mayoría de la gente que llega no son simpática, amables y agra-
dables...
(Grupo Grazalema)
M: La hostelería está muy mal pagada y se puede dar el caso de que haya
camareros, mi caso es... Creo que puede ser el caso de camareros de que,
como no están bien pagados, pues...
H: Hago eso [atender mal]
M: Llega un día que haya discutido con un jefe o lo que sea… No lo hace
tampoco con...
H: Mala fe
M: Pero lo hace. Y es porque está muy mal pagado, echamos muchas horas
y está muy mal pagado, se echan muchas. Y luego, días de fiestas, tenemos
pocos días para descansar.
(Grupo Úbeda)
- Situaciones conflictivas. Aunque no se han planteado en los grupos situa-
ciones explícitas con gran potencial conflictivo17, los participantes han hecho en
ocasiones referencia a algunas de las conductas que la literatura especializada
analiza como reacciones de la población local hacia los costes negativos del
turismo, a saber: evitar la interacción y el contacto con los turistas abandonando
las zonas turísticas18; privilegiar a los residentes locales frente a los turistas en los
17. Como ocurrió, por ejemplo, con la inmigración, véase el apartado 4.1.2.
18. La segregación entre escenario y trastienda (MacCannell, 2003) o la retirada de los espacios turísticos.
(Cohen, 1984; Urry, 1991).
precios de los comercios y atracciones turísticas19, o llegar a pensar que “se es

demasiado” amable con los turistas.
M: …es que antes venía el extranjero y nosotros nos volcábamos...
H: Y nos quitábamos la gorra. Y ahora viene un extranjero y ¿qué querrá éste,
qué querrá éste?, te das la vuelta, por el saco y hasta luego
M: En el tema de precios, como ocurre en casi todos los sitios, se aprovechan.
Se aprovechan en los restaurantes, se aprovechan en el bar, se aprovechan…
Si, se aprovechan, quizás no todo el mundo…
(Grupo Úbeda)
M1: La gente, así, normal, de vecinos como, como yo. Normalmente tratamos
yo creo que muy bien [remarca mucho la expresión] a la gente, muy bien
H1: Se les considera demasiado...
M1: Sí, somos muy tontos y muy buenos y damos más de lo que podemos dar
y ofrecer, y perder más tiempo del que debíamos perder, entre comillas ¿no?
M2: yo estoy de acuerdo con ella
M1: Ahora en... varios vecinos, [que] si han pasado una mala noche con los
cuatro, entre comillas, colgados que les han molestado. La otra que si le ha
dado un choque al coche y ni siquiera le ha dado, se le ha explicado… Enton-
ces, conforme van pasando cosas así, sí se pone la cosa mal [remarca mucho
la palabra mal], entre comillas. Pero normalmente la gente del pueblo, yo la
veo muy bien, bastante bien con la gente de afuera, nos portamos mucho.
(Grupo Grazalema)
19. Comportamiento tipificado como conducta ‘depredadora’ hacia el turista por Sutton (citado en Co-
hen, 1984).
3.2 El nivel de interacción con los turistas en la encuesta
Resulta una dimensión explicativa de sumo interés, toda vez que la frecuen-
cia de los encuentros con los turistas va a marcar de forma importante la expo-
sición a sus efectos y, en consecuencia, las actitudes. El cuestionario mide la
distribución temporal de las interacciones, así como el contexto (cotidiano o va-
cacional) en que se producen. Adicionalmente, se ha medido la evaluación que
los andaluces realizan de su propio papel en dichas interacciones. Por último, se
han dispuesto tres ítems basados en diferenciales semánticos, que sondeaban
las opiniones de los andaluces sobre el comportamiento de los turistas, a la vez
que permite realizar una aproximación a la dimensión afectiva de la actitud de
los andaluces hacia el turismo.
- Intensidad de los encuentros con los turistas
- Estacionalidad P15
- Frecuencia cotidiana P16
- Ubicación espacial P17
- Valoración del trato de los andaluces a los turistas P17
- Evaluación del comportamiento de los turistas P19 (1 a 3)
El contacto cotidiano de la población andaluza con los turistas es muy fre-

cuente, a tenor de los resultados obtenidos: el 53,9% de los andaluces se en-
cuentra con turistas todos o casi todos los meses del año. Entre los que se
encuentran en algún momento del año con turistas (93% de la población), estos
encuentros ocurren en la localidad en la que reside (73,6%) y con una frecuen-
cia prácticamente diaria (62,8%).
En lo que respecta a la evaluación de estas interacciones, la inmensa mayoría
de los andaluces considera que el trato que se da en nuestra región a los turis-
tas es bueno (66,7%) o muy bueno (26,9%). Tan solo un 3,8% percibe que sea
malo o muy malo. En correspondencia con lo anterior, también la percepción
del comportamiento de los turistas es sumamente positiva: más de dos terceras

partes de los andaluces considera que los turistas son respetuosos o muy respe-
tuosos (69,6%) y que son agradables o muy agradables (69,4%). Existe, por el
contrario, un menor consenso en cuanto a su capacidad de gasto, sólo un 33,9%
piensa que los turistas que visitan Andalucía gastan bastante o mucho. En con-
sonancia con las conclusiones obtenidas a partir de la información cualitativa, se
detecta un mayor número de percepciones negativas sobre el comportamiento
de los turistas en los destinos de litoral con alta densidad turística.
Gráfico 24
Fuente: IESA E-0602

3.2.1 Relación entre el tipo de zona turística y el nivel de interacción con

los turistas
Resulta evidente que en las zonas con una actividad turística más intensa, la
población tendrá muchas más posibilidades de encontrarse con turistas que en
las que esta actividad tiene menor presencia. Los datos confirman claramente
esta hipótesis, viniendo a avalar la bondad del diseño muestral realizado. En las
tres variables empleadas, el porcentaje de población con mayor nivel de interac-
ción con los turistas es siempre más alto en las zonas de playa, seguidas de las
zonas urbanas y las zonas rurales, dándose los menores niveles de interacción
en las zonas sin alojamientos turísticos. Asimismo, dentro de cada tipo de desti-
no, siempre es mayor la interacción en las zonas que hemos identificado como
alta densidad turística frente a las de baja intensidad. Los resultados respecto a
la frecuencia diaria pueden consultarse en la Tabla 11.
Tabla 11
Frecuencia en la interacción con los turistas según tipo de zona turística
Tipo de destino turístico

Munici-
Playa Playa Urbano Urbano Rural Rural
pios sin
baja con alta con baja con alta con baja con alta
aloja-
densidad densidad densidad densidad densidad densidad
miento
turística turística turística turística turística turística
TOTAL turístico
Raramente 20,4% 11,7% 1,9% 20,5% 12,9% 37,7% 27,0% 37,9%
Sólo los fines
de semana 16,1% 13,3% 3,5% 17,8% 17,1% 14,2% 24,6% 23,5%
Todos o casi
todos los
días 62,8% 74,0% 94,4% 61,1% 69,3% 47,5% 47,5% 37,6%
NS/NC 0,7% 1,1% 0,3% 0,6% 0,7% 0,7% 0,9% 1,0%
Fuente: IESA E-0602
3.3 Comportamientos respecto a los turistas
Sin duda, el aspecto más relevante del concepto de actitud es que propor-
ciona una herramienta para comprender el vínculo existente entre pensamiento
y acción. Entendemos la actitud como el sistema de interacciones entre conoci-
mientos, emociones y orientaciones o preferencias hacia las conductas a ejercer
respecto al objeto de la actitud. Hemos incluido dos preguntas que permiten
obtener una aproximación a dichas orientaciones conductuales, con vistas a co-
nocer la predisposición e implicación de los andaluces respecto a la interacción
con los turistas.
- Predisposición a la interacción con los turistas P18
- Implicación personal con la mejora de la experiencia turística
- Preferencia por comportamientos favorables al turismo P21
Un primer aspecto sería la influencia de la presencia de turistas extranjeros

en la elección de lugares para visitar, lo que permite una aproximación indirecta
al tema de la competencia y segregación espacial entre turistas y residentes.
Tan solo un 13,6% de los andaluces señala que evita visitar las zonas donde hay
más turistas extranjeros, frente a un 73,7% señala que la presencia de turistas no
influye en su comportamiento turístico.
En lo referente a la implicación de los propios andaluces en la mejora del
turismo, los encuestados atribuyen especial importancia a dos comportamien-
tos relacionados con el patrimonio turístico: cuidar los monumentos y paisajes
(67,3%) y conocer el patrimonio turístico andaluz para saber indicárselo a los
turistas (45,1%).
Las zonas de litoral con alta densidad turística muestran una mayor preferen-
cia que el resto de zonas por otros dos comportamientos relevantes: valorar más
a los que trabajan en el sector turístico (35,3% frente a 26,7% en el conjunto de
la muestra) y esforzarse por aprender idiomas (30,2% frente a 19,7%).
Gráfico 25
Comportamientos más importantes para mejorar el turismo
Fuente: IESA E-0602

3.4 Vinculación personal con el turismo
Ya hemos tratado la influencia de esta dimensión sobre el interés por los te-
mas turísticos en el Apartado 2.2.1. Se trata de un aspecto que, desde la teoría
del intercambio social, actúa como mecanismo explicativo clave. Aquí tratare-
mos la vinculación personal con el turismo como una posición de intereses
derivados de la dependencia o vinculación laboral directa o indirecta con esta
actividad y de la percepción de que se obtienen beneficios personales directos
o indirectos o, subsidariamente, de que existe un beneficio colectivo.
- Percepción de la importancia económica del turismo en la localidad P9
- Percepción de beneficios personales del turismo P29
- Vinculación laboral al sector turístico
- Situación laboral P30
- Vinculación directa P31
- Vinculación indirecta P32
Existe un alto grado de concienciación entre la población andaluza en torno

a la importancia económica del turismo, tanto a nivel regional20 como a nivel
local. Dos de cada tres andaluces considera que el turismo es bastante o muy
importante para la economía de su localidad.
Las variaciones entre los distintos tipos de zonas turísticas en que se ha divi-
dido la muestra en el porcentaje de encuestados que señalan que el turismo es
muy importante vienen a confirmar nuevamente la idoneidad del diseño mues-
tral: esta cifra va desde el 69% en las zonas de litoral con alta densidad turística
hasta el 4,2% en los municipios sin alojamientos turísticos, pasando por valores
en torno al 40% en las zonas de litoral con baja densidad turística y en las urba-
nas con alta o baja densidad.
20. Ya hemos visto en el Apartado 2.3 que dos de cada tres andaluces sitúa al turismo entre las tres acti-
vidades económicas más importantes de la región.
Gráfico 26
Importancia económica del turismo en su localidad
Fuente: IESA E-0602
Sin embargo, las cifras se reducen bastante si atendemos a la vinculación

personal de los andaluces con el turismo. Si bien un 22,5% de los andaluces
opina que el turismo le beneficia personalmente en algún grado, más de la mitad
(53,5%) de los encuestados no ven ningún beneficio del turismo para sí mismos
y un 23,1% contesta que los beneficios son pocos (ver Gráfico 27).
Gráfico 27
Percepción de beneficios personales del turismo
Fuente: IESA E-0602

Adicionalmente, un 20,9% de los andaluces económicamente activos perci-

be que su profesión tiene mucha o bastante relación con el turismo. Este dato
contrasta con el indicador utilizado habitualmente para cuantificar el empleo
turístico que, tal y como vimos en el Apartado 1.3, sitúa el empleo directo e
indirecto generado por el turismo en el 8,1% del total del empleo andaluz, re-
velando un importante volumen de empleo en ramas no turísticas pero que,
en función de la percepción de los propios trabajadores, tiene relación con la
actividad. Vemos, por tanto, que el efecto indirecto del turismo en el empleo es
sumamente importante, con un alcance presumiblemente mayor del que arrojan
las estimaciones macroeconómicas.
Ambos indicadores (obtención de beneficios personales del turismo y vincu-
lación laboral) presentan importantes variaciones en función del tipo de zona
turística en que residen los encuestados.
- En las zonas de litoral con alta densidad turística los que perciben be-
neficios personales del turismo en algún grado y los que están vinculados
laboralmente a la actividad duplican el porcentaje general: un 41,9% de
los encuestados percibe que el turismo les beneficia bastante o mucho y
un 42,4% de los activos señalan que su profesión tiene bastante o mucha
relación con el turismo.
- En las zonas turísticas rurales, donde se detectan menos beneficios o
relación laboral con el turismo, hay una clara diferencia entre las zonas con
mayor densidad turística (el 22% percibe algún tipo de beneficio personal
y el 18,9% de los activos están vinculados al sector) frente a las de menor
densidad (15,9% y 13,6%).
- Habría que llamar la atención aquí sobre el resultado en las zonas urbanas
con alta densidad turística. En algunos casos la vinculación con el turismo es
menor o igual a la que se da en las zonas urbanas con baja densidad. Esto se
debe en gran medida al tipo de municipios que se incluyen en este estrato,
dado que entran aquí todas las capitales provinciales. Se trata de municipios
en los que, aunque el turismo tenga una mayor presencia cuantitativa, su
relevancia en términos productivos es menor, debido a la presencia de otras
actividades de servicios (finanzas, sector público, educación superior) con
las que no cuentan las ciudades de menor entidad.
Gráfico 28
Vinculación laboral con el turismo según zona turística
Fuente: IESA E-0602

3.5 Los discursos sobre el turismo de los trabajadores

turísticos y su relación con otras variables
En lo expuesto hasta aquí sobre la información recogida en los grupos de

discusión se ha podido comprobar que el tipo de destino (y el modelo turístico
que le acompaña) es la variable que mejor explica las distintas posiciones socia-
les respecto del turismo: la población valora la rentabilidad del intercambio con
los turistas según el modelo turístico con el que convive, ya que éste delimita
la intensidad de sus interacciones con los turistas (y sus potenciales fuentes de
conflicto) y le permite comparar la importancia relativa de los recursos turísticos
frente a otras fuentes alternativas de riqueza. Sin embargo, la influencia de la
variable ocupación no ha sido suficientemente analizada. Por eso, dedicaremos
este apartado a profundizar en las relaciones de esta variable con las actitudes
de la población respecto al turismo. Esto nos llevará a tratar los discursos de los
trabajadores del sector, que inevitablemente remiten a sus experiencias labora-
les, por lo que también nos permiten realizar una aproximación a los discursos
sobre el empleo turístico.
3.5.1. El discurso de los trabajadores turísticos

Según la literatura especializada, el hecho de estar o no ocupado en el sec-
tor turístico genera posiciones más o menos favorables al turismo de acuerdo
con la ya citada lógica del intercambio. En nuestro caso, la ocupación no se ha
mostrado en los grupos como una variable muy significativa a la hora de iden-
tificar actitudes más positivas hacia el turismo de las del resto de la población.
La información recogida nos permite apuntar que el hecho de estar ocupado en
el sector turístico refuerza posiciones favorables previas, en línea con los plan-
teamientos teóricos de nuestra investigación. Sin embargo, es preciso realizar
importantes matizaciones.
En algunos grupos, los participantes vinculados al sector turístico se han
mostrado más preocupados por el futuro que el resto, expresando expectativas
poco favorables respecto a la capacidad de crecimiento del propio sector y una

visión más crítica de cómo funciona actualmente. En este sentido cabe señalar
que los trabajadores del sector turístico son los principales emisores del discurso
de la pérdida de calidad del turismo y los que, en mayor medida, se refieren a
las interacciones negativas con los turistas.
H: ¿Dónde has visto tú un hotel de cuatro estrellas con todo incluido? Eso
es increíble, a mí me da frío cuando veo eso. Los hoteles de cuatro estrellas
los ves, o sea, despampanantes ¿no?, con todas sus reglas ¿no?, con toda su
decoración ¿no? en regla y te quedas flipado ¿no? Es que hasta aquí hemos
llegado ¿no?, hasta este punto ¿no?
(Cocinero, Torremolinos)
M: Mi cuñado trabaja en el [Hotel XX] y vienen con todo incluido, y ves la
hamburguesa en la piscina, como va todo incluido, o sea es como... La co-
mida puesta, comiendo paella y tiran la hamburguesa a la piscina porque ya
están... la bebida la van tirando por las macetas, pero bueno, ¡coge lo que te
vayas a comer!... ¿vas a ir tirando? ¿porque yo vengo y lo tengo todo incluido
voy a tirar la comida por todas partes?
Igualmente, este grupo de participantes es el que ha hecho mayor referencia
a la precariedad laboral como el condicionante principal del posible deterioro
de la atención al turista. Ya lo hemos visto anteriormente en las respuestas de
dos trabajadores de la hostelería de Úbeda a la pregunta de por qué puede ha-
ber empeorado el trato al turista (Apartado 3.1). Asimismo, son los que tienen
una visión más crítica del fenómeno de congestión provocado por el turismo,
dado que son los que trabajan en el sector los que sufren las consecuencias (“te
cambia la persona en sí”).
H:...Está bien que haya gente, pero ya mucha... no es bueno ¿no? Porque,
aparte de perder el encanto... ya... El turismo, a la hora de trabajar, no es igual
que tú trabajes a… tratar con 20 personas, o con 30, o con 40, que tengas
que tratar a 100 o 200 personas ¿no? Te cambia el... la persona en sí, que...
Ya a la hora de aguantar, no aguantas tanto, no..., El trabajo quizás te cansa
un poco más porque es demasiada la gente que te llega.
(Camarero, Grupo Grazalema)
3.5.2. El discurso de los trabajadores turísticos según destino

En esta cuestión, como en otras que estamos analizando, las diferencias más
significativas las encontramos entre los distintos destinos turísticos, según el gra-
do de madurez que alcanza el turismo en cada localidad. Así, los grupos don-
de los trabajadores del sector turístico han expresado un discurso más crítico
han sido los de Torremolinos y Granada, mientras que en Cómpeta, Grazalema,
Úbeda y Barbate, los trabajadores se han mostrado satisfechos con sus condi-
ciones laborales y el desarrollo del sector en general. Por tanto, el hecho de ser
localidad con una larga tradición turística parece ser la variable más determi-
nante para explicar la disconforme actitud de los trabajadores del sector con la
evolución del mismo, mientras que el carácter emergente o rural del turismo en
la localidad hace que las posiciones sean menos críticas.
En las dos localidades mencionadas, las críticas más frecuentes son las si-
guientes: el descenso en la calidad del turismo; la ausencia de políticas públicas
que apuesten por la calidad; la dureza y precariedad de las condiciones labora-
les, y la competencia desleal que hace la población inmigrante. De ellas, sólo la
relativa a la dureza y precariedad de las condiciones laborales ha sido referida
en los otros destinos.
La actitud ante el empleo en el sector turístico sigue una lógica similar. Se
percibe que los empleos disponibles para la población local son los menos cua-
lificados y los que se ofrecen en condiciones más duras21. La falta de políticas
públicas que apuesten por la calidad y la competencia de los inmigrantes em-
peoran las condiciones laborales, por lo que, entre los trabajadores del sector tu-
rístico, la actitud sobre el futuro del sector es más bien pesimista. Esta sensación
ha sido claramente expuesta en el grupo de Torremolinos, mientras que en el de
Granada los participantes han mostrado algo más de optimismo.
Ha sido precisamente en el grupo de Torremolinos donde los participantes
vinculados de algún modo con el turismo han manifestado con más claridad
la percepción de agotamiento y decadencia del modelo turístico, aunque ello
no significa que su valoración sobre la importancia económica del sector sea
negativa. De hecho, los trabajadores turísticos de Torremolinos perciben con
21. Ver cita al respecto del grupo de Granada en el Apartado 2.1 (Pag 54).
nitidez que el futuro de su economía local está vinculado al turismo y demandan

transformaciones que produzcan un nuevo auge del sector en la localidad. A
modo de hipótesis podríamos avanzar que esta posición es un rasgo común a
los destinos turísticos que fueron pioneros en las zonas de litoral y que, tras un
largo ciclo, presentan síntomas de agotamiento. Es una posición característica,
por tanto, de un área limitada de la geografía andaluza, pero muy importante
desde el punto de vista de la oferta turística, ya que es donde se ubican los prin-
cipales núcleos receptores de visitantes.
Se ha observado también entre los trabajadores turísticos de Torremolinos
una crítica generalizada a la falta de políticas de calidad y a la precarización del
empleo en el sector. En lo que se refiere a la ausencia de una política de calidad,
consideran que es una necesidad no realmente asumida por el empresariado,
que utiliza el discurso de la calidad sólo como estrategia comercial; en el grupo
se han hecho referencias explícitas a la “Q de calidad” como “una simple pegati-
na en la puerta del hotel”. En relación a la precariedad laboral, se ha criticado la
sustitución de profesionales con experiencia y alto nivel de formación por otros
más jóvenes, en muchas ocasiones inmigrantes y de menor cualificación, lo que
habría provocado, según los participantes vinculados al sector turístico, una de-
valuación del destino (en este caso, de Torremolinos como destino turístico),
que “ha dejado de estar de moda desde el año 92, aproximadamente”.
H: La Q de calidad, por ejemplo, la Q de calidad, te meten, o sea, te meten
empresas que se ocupan de eso ¿no?, que las pagan, por ejemplo los hoteles
pagan la Q de calidad y la ponen en la puerta, queda muy bonita la Q de
calidad, pero luego la calidad no existe,…
(Trabajador hotelero, Grupo Torremolinos)
En el grupo de Granada hemos encontrado valoraciones similares, pero con
matices. Cabe señalar, en primer lugar, que los participantes no se han mani-
festado con el mismo nivel de gravedad que en Torremolinos; probablemente,
las diferencias en el tipo de visitante y en el modelo de actividad turística expli-
carían esta variación. En este sentido, hay que tener en cuenta que la econo-
mía granadina está más diversificada y no tiene una dependencia tan alta del
turismo como Torremolinos. Parte de los servicios utilizados frecuentemente
por los turistas en Granada lo son también por la población autóctona y por
los estudiantes de la Universidad. En segundo lugar, la estructura ocupacional

de la población granadina también presenta características diferentes; frente a
la importancia del empleo en hoteles y restaurantes del litoral malagueño, en
Granada es mayor la importancia de pequeñas empresas locales destinadas a
actividades no turísticas. En tercer lugar, existen también diferencias en cuanto
al modelo turístico. Las motivaciones de los turistas que visitan la ciudad de
Granada son más variadas, y los grandes operadores ejercen menor control
sobre los flujos de visitantes; asimismo, la infraestructura hotelera de Granada
funciona con un menor nivel de ocupación22. En todo caso, el problema de la
disminución de la capacidad de gasto de los turistas también ha sido citado en el
grupo de Granada, al igual que se ha hecho referencia a la presión que supone
la presencia de inmigrantes.
Probablemente relacionado con el fenómeno que citamos está la preferen-
cia por el turismo nacional manifestada, tanto por la población como por los
trabajadores de los grupos de Granada y Torremolinos, al contrario de lo que
ha ocurrido en los grupos realizados en el resto de localidades turísticas. Como
es sabido, el turista nacional recurre en menor medida que el extranjero a los
paquetes turísticos, aportando mayor rentabilidad a los hoteles y demás estable-
cimientos; asimismo, también realiza un gasto diario mayor en otros conceptos
como restaurantes y compras23.
H: Porque no es el mismo turista que venía antes, es que no es el mismo
turista. O sea, esas personas no han venido nunca aquí ni han estado nunca
en este sitio, estamos hablando de que son gente nueva, son gente que, el
turismo barato, las agencias lo traen.
Estas diferencias también han aparecido cuando los trabajadores del sector
turístico han intentado explicar dentro del grupo un hipotético deterioro en el
trato ofrecido al cliente. Ese deterioro es reconocido en Torremolinos, en me-
nor grado en Grazalema y negado en el resto de los destinos estudiados, salvo
22. Ello disminuye, durante la mayor parte del año, los problemas de congestión y saturación de tareas,
propios de los altos niveles de ocupación de la temporada alta en los alojamientos de litoral.
23. Según la ECTA, los turistas del resto de España tienen el mayor gasto medio diario en Andalucía
(BATA, 2005).
anécdotas aisladas. De nuevo, la madurez del destino parece explicar este fe-
nómeno, al que ya hemos aludido al tratar las interacciones negativas y sobre
el que volveremos cuando tratemos la percepción de los impactos del turismo.
También hemos comentado las dos causas aducidas: la dureza de las jornadas
de trabajo en determinadas fechas, y el peor trato protagonizado por determi-
nados tipo de turistas.
La primera causa (la dureza de las condiciones laborales) se ha vinculado
al colapso o congestión que sufren determinados servicios (las referencias son
frecuentes a los restaurantes y cafeterías) en ciertas fechas del año y a la insufi-
ciencia de las plantillas de trabajadores para atender el consiguiente incremento
de clientes.
La segunda causa, con mayor incidencia en el grupo de Torremolinos y un
poco menor en los de Granada y Grazalema, responde, según los trabajadores
del sector turístico, al inadecuado trato que determinados turistas dan al per-
sonal laboral, trato que ha sido atribuido al bajo nivel cultural y educativo de
los turistas y a unas expectativas de servicio no realistas. Los trabajadores han
comentado que los turistas tienen, en ocasiones, una percepción muy negativa
del nivel cultural y económico de España (una imagen más propia de nuestro
país en los años 60 o 70) y manifiestan exigencias que no se corresponden con
la realidad actual de Andalucía. Esto, a veces, provoca una respuesta hostil por
parte de los empleados y, por tanto, un servicio inadecuado, deteriorando la
imagen del sector.
M: El turismo está bien por eso, porque vienen y te dejan unos ingresos y
estamos mantenidos de eso. Pero después yo pienso que son muy poco
respetuosos, yo pienso que tienen un sentido de nosotros como... no sé, los
españolitos de la época de Franco. Que somos más...apartados, que estamos
más encerrados, más ignorantes, más brutos, más... que parece que...
(Grupo Cómpeta)
En el caso del grupo de Torremolinos, el deterioro excede el ámbito estricta-
mente laboral y está presente en las relaciones cotidianas del resto de la pobla-
ción con los turistas. Según los participantes, en los últimos años se ha produci-
do un distanciamiento entre la población autóctona (anfitriones) y los turistas.
Hasta principios de los años 90, era frecuente que los anfitriones entablaran
relaciones personales con los turistas y compartieran su tiempo de ocio. A partir

de ese momento, que los participantes identifican como un punto de inflexión
en el ciclo alcista del sector turístico, las relaciones entre turistas y anfitriones
comienzan a ser menos frecuentes.
MOD: ¿Y en el trato [...] diario que tenéis con los turistas, bien profesional-
mente, en vuestro caso, o bien en general...?
M: La relación es mala. El trato, la relación entre turista y los nativos no es
buena, no es buena.
H: Yo hace unos años que estaba trabajando... buena. Buena, porque vivía
de ellos, pero que últimamente para la clase de turistas que vienen, indife-
rente, o sea… Pero antes era bastante buena, porque yo me relacionaba con
ellos, trabajaba con ellos, salía con ellos, pero ya...
Muy distinto es lo que se ha observado en los grupos realizados en munici-
pios rurales y en las ciudades pequeñas de litoral o interior, donde los participan-
tes perciben que, desde el inicio del fenómeno turístico, en cada uno de estos
destinos ha mejorado la calidad de los visitantes. En términos generales afirman
que cada vez presentan mayor capacidad adquisitiva y un respeto mayor a la
comunidad local, siendo especialmente valorados los visitantes extranjeros24.
M: Sí, los extranjeros lo respetan.
H: Pero porque están educados...
M: Que no, que no..., que están más, los mismos hoteles se notan, una ha-
bitación que esté un señor a una habitación de uno de nuestra tierra, eso se
nota al cien por cien.
(Grupo Grazalema)
24. Resulta difícil precisar si aquí la negativa percepción de los turistas nacionales se refiere a los turistas
del resto de España o a los andaluces. En ocasiones se usa el término genérico ‘los españoles’, pero en
otras se emplea el término ‘los de aquí’ o se hace referencia a ‘los sevillanos’ o a turistas procedentes de
otras capitales andaluzas.
3.5.3. El discurso de la población no vinculada laboralmente al turismo

Menos diferencias se han observado en las posiciones de los participantes no
vinculados al sector turístico. En este sentido, podemos apuntar líneas de análisis
que expliquen tal uniformidad de percepciones y actitudes. Lo primero a señalar
es que el predominio del sector servicios en la economía andaluza hace que
exista una perspectiva común de intereses que difumina las diferencias entre las
distintas actividades. El hecho de que las actividades y servicios tengan como
destino a la población turística o a otro tipo de población no afecta sustantiva-
mente el carácter de tales actividades ni los planteamientos de los ocupados en
ellas. Es por ello que existe una mayoría social que coincide en su percepción
positiva del fenómeno turístico (con los matices vinculados a las diferencias en-
tre desarrollistas e integradores) y que ha ejercido suficiente liderazgo dentro de
los grupos de discusión.
En los grupos realizados en las zonas rurales y de litoral se han hecho intere-
santes observaciones a la hora de tratar la relación del turismo con los sectores
agrícola y pesquero. En términos generales, se considera que estos dos tipos de
actividad están en un proceso de regresión por causas ajenas a la competencia
turística, por lo que se entiende que el turismo sea hoy una prioridad estratégica
en estas zonas. En el caso de la pesca, y con la grave recesión que está sufriendo
el sector en Andalucía, los participantes en los grupos entienden que este sector
puede cumplir una función complementaria de gran utilidad si se integra como
uno de los componentes de la oferta turística (caso del grupo de Barbate).
Los agricultores que han participado en los grupos consideran que la impor-
tancia de su actividad en los espacios turísticos estudiados es ya residual, y en-
tienden, por tanto, que se apueste por la actividad turística como nuevo motor
de la economía local. El problema de la competencia en algunos territorios entre
una agricultura intensiva de alta rentabilidad y el uso turístico del suelo ha sido
apuntado en algún grupo, pero requeriría de un análisis específico que escapa a
los objetivos de esta investigación.
H: Mira, cuando yo empecé a trabajar, que tenía veinte años, que empecé
a trabajar, yo no conocía en toda la zona de Cómpeta una viña que no es-
tuviera trabajada. A partir de ahí para atrás, ya una, otra, otra, otra y hoy, lo
que no conoces es una viña que esté trabajada en condiciones. Pero hace
veinte años todas trabajadas, y se comía de eso y era cuando ya se empezaba

el tema de la construcción. Claro, que no ha sido la construcción lo que ha
echado el campo por alto, ha sido el precio de la aceituna…
(Agricultor, Grupo Cómpeta)
3.5.4 El papel de la edad y la formación

Otras variables, como la edad o el género, que analizaremos específicamen-
te más adelante, requieren algún comentario. La edad, en sintonía con otras
investigacioes, parece significativa, y lo es especialmente cuando concurre con
un alto nivel de estudios. Entre los menores de 35-40 años con alto nivel de
estudios surge el discurso integrador ya referido, discurso que, desde una acti-
tud positiva, condiciona el desarrollo turístico al respeto a valores ambientales
y socioculturales.
Esta relación de las variables edad y nivel de estudios con las percepciones
y actitudes de los andaluces, está en sintonía con otros estudios realizados en
Andalucía, siendo, de hecho, uno de los elementos explicativos de la actual rea-
lidad sociológica de nuestra región, a saber: la coincidencia en la sociedad anda-
luza de varias generaciones (en torno a tres) caracterizadas por distintos niveles
formativos y con percepciones diferentes sobre la situación de la región. Lo que
algunos autores denominan la paradoja de la satisfacción (Pérez Yruela, 2002)
podría explicar algunos de los comentarios recogidos en los grupos respecto al
desarrollo turístico de Andalucía, particularmente en lo referido a la atribución
de intereses dispares entre los que sostienen el discurso integrador (“son funcio-
narios”) y el discurso desarrollista.
3.6 Prestigio social de las profesiones turísticas
Esta dimensión no está directamente relacionada con el tema de la actitud

hacia el turismo, pero aporta una medición de la valoración que realiza la po-
blación andaluza del empleo turístico que, tal y como veremos en la cuarta
sección, es uno de los impactos positivos más relevantes del desarrollo turístico.
Asimismo, resulta relevante ya que, como hemos visto, los trabajadores turís-
ticos expresan una opinión bastante negativa de sus empleos y reclaman una
mayor consideración hacia su trabajo por parte del conjunto de la sociedad, per-
cepción que se ve asimismo refrendada por los posicionamientos de la patronal
turística (EXCELTUR, 2006).
Para ello, hemos diseñado una pregunta que busca comparar las puntua-
ciones otorgadas a profesiones turísticas de distinto nivel con las que obtienen
profesiones no turísticas con un nivel equivalente de prestigio social según el
International SocioEconomical Index (ISEI) y su adaptación para España en la
escala PRESCA2c25.
Variable relacionada:
- Percepción del prestigio social de las profesiones turísticas P26
Los resultados generales acerca del prestigio social percibido para las profe-
siones turísticas arrojan una mejor valoración que la que obtienen profesiones
equivalentes en actividades no turísticas. Este mayor prestigio de las profesiones
turísticas es especialmente relevante en las ocupaciones de alto nivel, donde un
director/a de hotel obtiene 0,63 puntos más de valoración que un empresario
de la construcción y un propietario/a de restaurante obtiene 0,47 puntos más
que un propietario/a de un comercio textil. En los niveles intermedios la situa-
ción es menos pronunciada, los guías turísticos obtienen 0,15 puntos más que
su profesión equivalente, los recepcionistas obtienen 0,85 puntos más que los
empleados de seguros, mientras que los camareros/as son los únicos profesio-
25. Sobre el ISEI, consultar Ganzeboom y Treiman (1996). Sobre la escala PRESCA, Carabaña y Gómez
Bueno (1996).
nales turísticos cuya profesión equivalente (dependiente de comercio) obtiene

mejor puntuación (6,76 frente a 6,48). Por último, vemos que también en los
niveles inferiores (limpiador/a de hotel) el prestigio social percibido es mayor
(6,12) que en su equivalente no turístico (5,76).
Gráfico 29
Prestigio social de profesiones turísticas y no turísticas equivalentes
Fuente: IESA E-0602
Estas diferencias se mantienen o incluso mejoran al cruzar el prestigio social

de las profesiones turísticas por el grado de vinculación laboral con el turismo.
Estos resultados nos permiten llegar a la conclusión de que las percepciones de
los trabajadores turísticos son, si no erróneas, al menos poco fundadas en la me-
dida en que no se basan en comparaciones equilibradas. Es decir, ciertamente
un camarero o un limpiador de hotel están peor valorados socialmente que un
propietario de un comercio textil o un electricista, pero se trata de profesiones
que requieren formación o capital para su ejercicio, pero cuando equilibramos
ambos requisitos vemos que la valoración se iguala o incluso son preferibles las
ocupaciones turísticas.
3.7 Preocupación ambiental
Actualmente, la preocupación por la conservación del medio ambiente se

ha convertido en un valor de singular importancia para explicar determinados
posicionamientos políticos e ideológicos. En el caso de esta investigación, la fase
cualitativa señaló la existencia de dos posicionamientos discursivos (desarrollis-
mo clásico e integrador) con posturas divergentes sobre el modelo de desarrollo
turístico que debe seguir Andalucía. Hemos incluido en el cuestionario un indi-
cador del nivel de preocupación ambiental proveniente de la Encuesta Mundial
de Valores26 que permite identificar el posicionamiento de los encuestados en-
tre ambas opciones discursivas. Por otra parte, determinadas opciones de otras
preguntas del cuestionario apuntan directamente a conocer la valoración de los
costes ambientales del turismo.
- Posicionamiento entre desarrollismo y conservación P25
- Complementariamente, algunos de los ítems de las preguntas 4, 13 y 22
Dos de cada tres andaluces se muestran partidarios de priorizar la protección

del medio ambiente frente al desarrollo económico y la creación de empleo (ver
Gráfico 27). Sin embargo, ya hemos visto (Apartado 2.4) que este alto grado
de conciencia ambiental no se traduce en el apoyo a propuestas abiertamente
ecologistas, como pudiera ser la limitación del crecimiento urbanístico en el
litoral. Tal y como se desprende de las investigaciones del Ecobarómetro de
Andalucía (Moyano y Jiménez, 2005) la mayor parte de los andaluces mantiene
una “conciencia ambiental difusa” en la que, pese al amplio consenso en torno
a los temas ambientalistas más generales, existe mucha menor predisposición al
compromiso con conductas pro-ambientales que requieran mayor implicación
o esfuerzo.
26. http://www.worldwatch.org/ ; también puede consultarse Inglehart (1991).

En este sentido, tanto las preferencias respecto a las medidas políticas a apli-
car para la mejora del turismo como las conductas que se considera que deben
adoptar los andaluces respecto al turismo (Apartado 3.3) tienen un claro sentido
proteccionista, aunque entendemos que en el sentido que marca el discurso
integrador (“se puede crecer y proteger a la vez”) antes que en un sentido de
abierto rechazo al uso turístico de los recursos naturales y patrimoniales.
Gráfico 30
Posicionamiento entre desarrollo económico y protección ambiental.
Fuente: IESA E-0602
3.7.1. Relación entre las características sociodemográficas y el nivel de pre-

ocupación ambiental
En línea con los resultados de otras investigaciones realizadas en este Institu-
to, el nivel educativo y la edad aparecen como las variables con mayor influencia
en las opiniones sobre cuestiones ambientales. Atendiendo al nivel de estudios,
podemos ver que la proporción de encuestados que piensa que es preciso prio-
rizar la protección del medio ambiente frente al desarrollo económico pasa del
58,5% entre la población sin estudios al 80,4% entre los universitarios. Por otra
parte, se detecta que cuanto mayor es el nivel de cualificación, existe una mayor
sensibilidad al impacto negativo del turismo en el medio ambiente. Con respec-

to a la edad, se produce una menor preferencia por la conservación del medio
ambiente entre los encuestados de más de 60 años (57,6%) frente al resto de
grupos de edad más jóvenes, que presentan valores en torno al 70%.
Contrastando la influencia sobre la preocupación ambiental de estas variables
sociodemográficas con la que tiene el tipo de destino turístico, vemos (Tabla 12)
que es mayor la influencia de estos factores que la del tipo de destino turístico.
Tabla 12
Nivel de interacción entre variables sociodemográficas
y la preocupación pro-ambiental
GRUPOS DE NIVEL Tipo de

EDAD EDUCATIVO destino turístico
Protección Chi-cuadrado 24,494 63,886 12,710
ambiental vs.
gl 3 3 6
desarrollo
económico Sig. ,000(*) ,000(*) ,048(*)
Phi 0,161 0,182 0,113
Resultados basados en filas y columnas no vacías en cada subtabla.

* El estadístico Chi-cuadrado es significativo al nivel 0,05.
Fuente: IESA E-0602

3.8 Análisis de género
3.8.1 El papel del género en los grupos de discusión

En los grupos de discusión, la variable género por sí misma muestra relativa-
mente poca importancia en la diferenciación de las posiciones observadas en
los grupos. No obstante, podemos analizar su influencia desde distintas perspec-
tivas. En primer lugar, analizándola como variable autónoma y comprobando si
la mitad de la muestra teórica (compuesta por mujeres) presenta variaciones en
cuanto a las opiniones y actitudes respecto del desarrollo turístico. En segundo
lugar, analizando cómo se comportan las mujeres cuando se asocian a otras
variables, como nivel de formación o edad. Y en último lugar, analizando sus
actitudes en tanto agentes del sector turístico, bien actuales, bien potenciales.
Del primer análisis no es fácil extraer conclusiones significativas. En términos
generales, las mujeres que han participado en los grupos comparten las opinio-
nes del conjunto y no muestran diferencias sustantivas. Respecto a la influencia
de las variables edad y nivel de estudios, hemos detectado una particularidad,
ya referida, y es la de que las mujeres jóvenes y con altos niveles de estudio
se implican más que los hombres en la defensa de las posiciones integradoras
respecto al turismo. Las limitaciones de la información recogida no permiten ser
concluyente en este aspecto.
En cuanto a las mujeres como agentes reales o potenciales del sector turísti-
co y las perspectivas de empleo que despierta en ellas, el análisis debe diferen-
ciar el ámbito urbano del ámbito rural. En el ámbito urbano, donde se da una
mayor diversidad ocupacional, las mujeres perciben que el sector turístico les
ofrece oportunidades similares a las de los hombres. Reproducimos un diálogo
muy significativo sobre el tema que tuvo lugar en el grupo de Torremolinos: pri-
mero intervienen tres hombres (dificultad de ciertas mujeres para intervenir en
el debate público) y luego se expone la posición de las mujeres.
MOD: ¿En el sector turístico se emplean, qué percepción tenéis, más fácil-
mente hombres, mujeres o...?
H1: Hoy en día indiferente, antes eran hombres.
H2: Hoy en día ya...
H3: Una mujer te coge una caja de coca colas o un saco de patatas, o sea
que, hoy en día eso ya no...
H2: No es un problema.
M1: Y ya cuando vas con la caja de coca colas te dice el hombre: “no, no,
yo la cojo”, y hoy te dice: “ve tú”, ya no te lo dice, ya tienes que ir tú ¿no
queríamos igualdad?
M2: Y sobre todo en [cadena de supermercados X].
H2: Yo de ahí no voy a hablar ¿vale?, me abstengo.
M2: Sí, porque las muchachas allí trabajan ¿eh?
M1: No, trabajan en todas partes.
M2: Sí, trabajan en todos los sitios.
H2: El dicho típico de qué bonito se ve todo detrás de la barrera...
Caso distinto ha sido el de los grupos realizados en los municipios rurales,
donde se ha producido una clara diferenciación de las posibilidades profesio-
nales según el género. La construcción es la ocupación más probable para los
hombres, y la hostelería y restauración para las mujeres. Las referencias que
hacen las mujeres en estos ámbitos rurales están circunscritas a funciones de
limpieza, cocina y servicios en restaurantes. De alguna forma, son actividades
que extienden al sector turístico las que protagonizan las mujeres en el ámbito
doméstico. En muchos casos aparece como complemento de renta, más que
como ocupación principal (ej. la limpieza de las casas de alquiler en Grazalema,
normalmente realizada dentro de la economía informal por personas de la fami-
lia propietaria de la misma o su entorno).
M: Sí, pero claro, yo tengo una casa para alquilar y la limpio yo, que tengo
tres, pues si yo soy muy mayor, pues llamo a aquella muchacha, o llamo a
aquella. Pero normalmente cada uno intenta limpiarse su casa para no gastar-
se más dinero, pero después una mujer en general si tiene muy pocas salidas
de trabajo aquí… Aquí lo tenemos muy mal, muy mal las mujeres, aquí un
hombre..., sale, no quiere estudiar un niño de catorce años o dieciséis años,
no quiere estudiar, de peón, albañilería, de camarero, pero las mujeres…
(Grupo Grazalema)
3.8.2 Aspectos relacionados con el género en la encuesta

De forma complementaria al análisis de las variaciones por sexo en todas las
restantes dimensiones incluidas en el cuestionario, hemos incluido dos variables
relativas a la percepción que tienen los andaluces del papel del empleo femeni-
no en el sector turístico. Por una parte, se indaga sobre la percepción de si las
profesiones turísticas están feminizadas o no. Por otra parte, se profundiza en la
calidad del empleo que desempeñan las mujeres en el sector turístico respecto
al de los hombres.
- Percepción de la presencia laboral femenina en el turismo P27
- Valoración del trabajo femenino en el turismo P22.8
- En todas las variables se examina el cruce por sexo
Algo más de la mitad de la población considera que no existen diferencias en-

tre hombres y mujeres a la hora de acceder a las oportunidades de trabajo que
brinda el turismo. Los que piensan que el turismo ofrece mayores oportunidades
laborales a las mujeres (20,4%) tienen prácticamente el mismo peso que los que
tienen la opinión contraria (19,1%) (Gráfico 31).
En este tema, un menor número de mujeres piensa que exista igualdad de
oportunidades en el empleo turístico (51,2% frente a 55% los hombres), per-
cibiendo en mayor medida que el sector ofrece más oportunidades laborales
a los hombres (22% frente a 17,9%). Entre los hombres se da el resultado in-
verso: son más los que piensan que las oportunidades femeninas son mayores
(22,9%).
Como veremos al tratar la percepción de los impactos negativos del turismo
(Apartado 4.2) las mujeres también presentan una opinión algo peor que los
hombres respecto a la calidad del empleo turístico femenino.
Por otra parte, es preciso realizar aquí algunas reflexiones sobre las peculia-
ridades de los resultados que se producen al cruzar las distintas variables del
cuestionario por sexo. Atendiendo al grado de preocupación de las mujeres por
los temas relacionados con el turismo, vemos que las mujeres presentan cierta
menor preocupación por el turismo (60,5% poco o nada preocupadas frente a

54,1% los hombres).
Gráfico 31
Oportunidades de trabajo en el turismo y género
Fuente: IESA E-0602
En la base de esta menor preocupación puede estar su menor vinculación

personal con la actividad: el 57,4% de las mujeres opina que el turismo no le
beneficia nada personalmente frente al 49,5% de los hombres. Asimismo, pre-
sentan una menor tasa viajera (50,7% frente a 55% los hombres) y un menor
nivel de interacción cotidiana con los turistas (se encuentran diariamente con
turistas el 65,8% de los hombres frente al 59,9% de las mujeres).
Atendiendo a estas circunstancias, no debe extrañar que la principal caracte-
rística diferencial de las mujeres en la mayor parte de las variables tratadas sea
su mucha mayor inclinación por el No Sabe. En la mayor parte de las cuestiones
sobre la situación del turismo, la política turística o los impactos asociados al
turismo, el nivel de desconocimiento de las mujeres está próximo a duplicar al
de los hombres.
Esta característica requiere, no obstante, una puntualización muy importante.
Debemos señalar que las otras características de la muestra que revelan ele-
vados niveles de desconocimiento apuntan a las personas de mayor edad, sin

nivel de estudios y jubilados. Nos encontramos con un aspecto singular de la
población andaluza, en el que confluyen la feminización de la población en
edades avanzadas con el atraso educativo de la historia andaluza reciente, que
se manifiesta muy claramente en estas generaciones.
Excluyendo este efecto, los resultados presentan escasas diferencias entre
hombres y mujeres. Analizando los cruces por sexo para las variables más rele-
vantes excluyendo a la población mayor de 60 años, la no respuesta presenta
claras similitudes por sexos, a la vez que se difuminan las diferencias en cuanto
a las opiniones emitidas.
3.9 Los discursos sobre Andalucía

como destino turístico
Si bien no ha sido objetivo de este trabajo analizar cómo percibe la pobla-

ción andaluza a Andalucía como destino turístico, la información proporcionada
por los grupos de discusión permite tratar este asunto aunque sólo sea de forma
colateral. Al analizar las actitudes y conductas de los andaluces hacia el turismo
se ha comprobado que el propio comportamiento turístico influye en los juicios
que se hace la población sobre el tipo de desarrollo que aporta el turismo y so-
bre el tema central de la “calidad turística”.
El primer aspecto a destacar es que Andalucía ha aparecido en los grupos
como la referencia de destino turístico más frecuente. Normalmente, los discur-
sos de valoración de destino oscilan entre la evaluación de la localidad y la de
la región. El valor que más se repite al definir Andalucía como destino turístico
es su integralidad, es decir, la amplitud de su oferta. Han sido frecuentes las
referencias a las variadas ofertas de ocio que ofrece Andalucía en radios accesi-
bles para el visitante (sol, playa, montaña, ciudades con patrimonio cultural,…).
Otros valores importantes mencionados por los participantes en los grupos han
sido son la calidad de la atención que reciben los turistas y la hospitalidad de la
población andaluza.
H: Es que lo tenemos todo, el andaluz lo tenemos todo. Tú dime a mí ¿qué pro-
vincia española o qué región española tiene todo lo que tenemos nosotros?
(Grupo Granada)
En ambos aspectos cabe hacer matizaciones. Si bien, en general, los andalu-
ces aprueban el nivel de calidad de la oferta turística andaluza y consideran que
la atención que prestan a los turistas los trabajadores del sector es buena, es tam-
bién cierto que los propios trabajadores de los destinos turísticos maduros ha-
cen algunas matizaciones. Así, en el grupo de Torremolinos (y no sólo entre los
trabajadores del sector turístico) se tiene la impresión de que, mientras la calidad
de la oferta turística mejora, la calidad de la demanda (los turistas) empeora, lo
que lleva a definir la situación actual como de declive o de falta de perspectivas
futuras para el turismo. Estas posiciones también se han manifestado en el grupo

de Granada, aunque con menor intensidad.
El caso del grupo de Grazalema ha sido algo diferente. Aquí, las críticas re-
lacionadas con la calidad de la oferta turística han sido menos fuertes y se han
mantenido en un tono coherente con el alto grado de implicación que existe en
la población respecto al modelo de desarrollo turístico de la localidad, aspecto
ya comentado en otros apartados. En primer lugar, se ha criticado la falta de
calidad de un buen número de las viviendas de alquiler que la población autóc-
tona oferta a los turistas; muchas de ellas, afirman, no cumplen las exigencias
mínimas que debería cumplir un destino turístico altamente valorado como es
Grazalema, con lo que producen un perjuicio a la imagen de la localidad. En
segundo lugar, se ha criticado también la falta de coordinación de la oferta de
restaurantes, especialmente en horarios y días de apertura. Y por último, se ha
denunciado la insuficiente dotación de personal de los restaurantes en los mo-
mentos de actividad turística intensa.
En términos generales, y a la luz de la información proporcionada por los gru-
pos, puede decirse que hay una valoración positiva de Andalucía como destino
turístico, basada en la diversidad y calidad de su oferta. La mayoría de los partici-
pantes han manifestado pasar sus vacaciones en Andalucía, y para justificar esta
elección, aparte de la positiva valoración del producto turístico andaluz, han
citado también razones económicas. Pero en el grupo que conoce más el sector
y que está más implicado en el mismo, se han observado posiciones más críticas.
En el caso del turismo en las zonas rurales, tales críticas se han formulado en un
tono de autoexigencia y en un contexto optimista y de crecimiento (Grazalema);
mientras que en las zonas de litoral la preocupación se ha centrado en los sínto-
mas de deterioro y agotamiento del modelo (Torremolinos).
Como señalamos en el Apartado 2.1, se observa una vinculación entre la ac-
titud hacia el turismo y la propia experiencia turística de la población autóctona.
Esto es así por el doble uso que perciben de los recursos y atractivos turísticos
(“son usados tanto por los turistas como por la población autóctona”) y por la
forma que tiene de valorar las actuaciones sobre dichos recursos a partir de sus
propios criterios estéticos y sus preferencias turísticas. Ambos elementos dan
forma al discurso de la calidad turística presente entre los participantes que no
trabajan en el sector turístico.
Respecto al doble uso de los recursos turísticos, hay que señalar que las situa-
ciones de competencia entre anfitriones y turistas son puntuales y poco proble-
máticas27, con lo que, tal y como señalamos al hablar de los impactos positivos
del turismo, la población autóctona valora positivamente lo que podríamos de-
nominar la turistización del espacio local. Respecto al aspecto valorativo de las
actuaciones que se hacen sobre los recursos turísticos, creemos que las expecta-
tivas respecto a las políticas turísticas van a estar más condicionadas por el nivel
de exigencia (la imagen de la calidad turística), que por contenidos relativos a la
dinámica interna del sector turístico. En cualquier caso, estamos sugiriendo un
vínculo entre, de un lado, la imagen y expectativas turísticas de los andaluces
respecto a Andalucía y, de otro, las actitudes de la población hacia el turismo y
la política turística en general, vínculo cuyo análisis requeriría de una atención
más detallada de la que es posible dedicar en este trabajo.
27. Este factor es señalado en otros estudios, pero parece ser una característica de los destinos insula-
res (para Malta, Bramwell, 2003; para Baleares, Aguiló y Roselló, 2005; para Canarias, Marrero, 2006)
donde las playas y otros recursos son más escasos, o de destinos con determinados recursos turísticos
muy limitados (pesca fluvial, caza: Smith y Krannich, 1998). En nuestro estudio, las únicas situaciones
similares se refieren al cobro de la entrada en determinados monumentos y museos. En los grupos en los
que se comentó este hecho, la opinión dominante era que sólo los turistas debían pagar, puesto que los
monumentos eran patrimonio de la población local. No surge la percepción de que estas entradas, en
realidad, sufragan la conservación de estos monumentos o, al menos, la hacen menos onerosa para las
arcas públicas.
3.10 Comportamiento turístico de los andaluces
En la fase cualitativa se planteó la posibilidad de que la evaluación de la si-

tuación del sector turístico andaluz y la orientación acerca de sus posibilidades
de mejora cualitativa estuvieran relacionadas con el comportamiento turístico
llevado a cabo. Para evaluar esta posibilidad, se han incluido en la encuesta al-
gunos indicadores generales del comportamiento viajero (tasa y frecuencia) y de
la movilidad turística (destino más lejano visitado). También se han incluido dos
variables para controlar el uso de segundas residencias turísticas.
Estos datos permiten obtener una primera aproximación al comportamiento
turístico de los andaluces y han sido ampliamente complementados con un es-
tudio específico realizado posteriormente a esta investigación28.
- Tasa viajera de los andaluces P33
- Frecuencia viajera
- Viajes largos P34
- Viajes cortos P35
- Viajes de fin de semana P36
- Movilidad turística intraregional e interregional
- Viajes largos P34.1 (intrarregional) P34.2 (interregional)
- Viajes cortos P35.1 (intrarregional) P35.2 (interregional)
- Viajes de fin de semana P36.1 (intrarregional) P36.2 (interregional)
- Acceso a segundas residencias turísticas
- Acceso a segundas residencias P37
- Ubicación de las segundas residencias P38
28. Cf. El comportamiento turístico de los andaluces, IESA CE-0606, investigación llevada a cabo en el
marco de un Convenio de Colaboración entre el IESA y Turismo Andaluz, SA.
El 52,9% de los andaluces realizó al menos un viaje de ocio durante el año

2005. Esta proporción es algo más baja que la tasa viajera del resto de españo-
les que, tal y como se estableció en el estudio Percepción de la Imagen Turísti-
ca de Andalucía (IESA, CE-0505)29, se situaba en 2004 en el 58,3%. En términos
generales, este indicador muestra la misma sensibilidad a los condicionantes
sociales del comportamiento turístico ya señalados en dicho informe para el
resto de la población española y que trataremos en el siguiente subapartado
(3.10.1).
Los andaluces realizan un promedio de casi seis viajes al año. Más de la mitad
de estos viajes son salidas cortas de fin de semana (3,03 viajes de 1 o 2 noches).
Entre los viajes más largos, los andaluces presentan una mayor frecuencia viajera
en desplazamientos de 5 noches o más (1,75 viajes) que en los viajes de 3 o 4
noches (1,23). Esta frecuencia viajera es bastante similar a la que llevan a cabo
los españoles, tal y como puede apreciarse en la Tabla 13.
Tabla 13
Número de viajes realizados según duración y lugar de residencia
Andalucía Resto de España

Viajes de fin de semana (1-2 noches) 3,03 3,89
Viajes en puentes y festivos (3-4 noches) 1,23 1,14
Viajes largos (5 y más noches) 1,75 1,29
Total viajes anuales 5,91 6,32
Fuentes: Andalucía: IESA E-0602; Resto de España: IESA CE-0505.
En una primera aproximación a los flujos turísticos en Andalucía, podemos

ver (Tabla 9) que existe una clara relación entre la duración del viaje y la distan-
cia recorrida. Las salidas fuera de nuestra región son mucho más frecuentes en
los viajes largos (un 67,7% de los que realizaron viajes largos en 2005 salieron
fuera de Andalucía) que en los viajes de menor duración (50,8% en puentes y
31,6% en fines de semana). Con los viajes dentro de la propia provincia ocurre
29. Algunos de los resultados de este estudio se detallan en el Capítulo 2 del BATA 2005.
lo contrario: son mucho más frecuentes en los viajes de fin de semana (19,6%)
que en los viajes de mayor duración30.
Un 36,2% de los andaluces que viajaron en 2005 tuvo acceso a una segunda
residencia de su propiedad o de su familia. La mayor parte de estas segundas resi-
dencias están ubicadas en la costa (54,4%), seguidas a bastante distancia por las
ubicadas en el campo (21,8%) o en localidades del interior andaluz (13,3%).
Tabla 14
Destino más lejano visitado según duración del viaje
% sobre los que realizan viajes

de cada tipo
% que realiza
Dentro de A otra viajes de cada
su propia provincia Fuera de tipo sobre
provincia andaluza Andalucía población total
Viajes de fin de semana
(1-2 noches) 19,6% 48,6% 31,6% 30,1%
Viajes en puentes y
festivos
(3-4 noches) 8,6% 40,6% 50,8% 26,1%
Viajes largos
(5 y más noches) 4,4% 27,9% 67,7% 45,6%
Fuente: IESA E-0602
30. En todo caso, debemos hacer una advertencia metodológica respecto a este indicador, que no debe
confundirse con una distribución de los viajes totales. El porcentaje de población que realiza viajes dentro
de la propia provincia identifica a aquellos que no han viajado ni una sola vez a otra provincia o fuera de
Andalucía. Sin embargo, esto no quiere decir que los que sí han salido de su provincia no hayan realizado
también viajes dentro de ella. Lo mismo ocurre con los viajes fuera de Andalucía: la proporción señala
a aquellos que han realizado al menos un viaje fuera de nuestra región, pero pueden haber viajado por
Andalucía en el resto de los viajes del año.
Gráfico 32
Ubicación de las segundas residencias
Fuente: IESA E-0602
3.10.1. Relación entre las características sociodemográficas y el compor-

tamiento turístico
Se trata de una relación ampliamente documentada en numerosos estudios
sobre turismo31. La realización de viajes turísticos varía sustancialmente con:
- La edad: la tasa viajera pasa del 66,5% entre los menores de 30 años al 34%
entre los mayores de 60.
- El nivel educativo: pasa del 30,7% entre la población sin estudios al 81,3%
entre los universitarios.
- La actividad económica: encontramos valores por debajo del 40% entre los
pensionistas (35,2%) e incapacitados (39,9%); muy próximos al 50% encontra-
mos a los parados (49,4%) y personas dedicadas a labores del hogar (45,6%);
con el mayor nivel de actividad turística encontramos a los ocupados (62,8%) y
estudiantes (74%).
31. Para el contexto internacional, ver Cohen (1984); para el caso español, véase Álvarez Sousa (1994)
o Callejo et al. (2004).
Tabla 15
Tasa viajera según categorías profesionales
Realizó viaje de ocio el año pasado

Sí No NS/NC Total
% fila % fila % fila % fila N
Dirección de empresas y Admo-
68,4% 31,6% ,0% 100,0% 147
nes. Públicas
Técnicos y Profesionales Científi-
83,4% 16,2% ,4% 100,0% 213
cos e Intelectuales
Técnicos y Profesionales de apoyo 70,9% 28,9% ,2% 100,0% 241
Empleados de tipo administrativo 73,4% 26,6% ,0% 100,0% 141
Restauración, Personales, Protec-

59,8% 39,9% ,3% 100,0% 480
ción y Vendedores de comercio
Trabajadores cualificados en agri-
34,4% 64,7% 1,0% 100,0% 88
cultura y pesca
Artesanos, T. Cualificados en Ma-
50,2% 49,6% ,3% 100,0% 447
nufacturas, Construcción, Minería
Operadores de Instalaciones y
51,2% 48,8% ,0% 100,0% 161
Maquinaria, Montadores
Trabajadores no cualificados 36,0% 64,0% ,0% 100,0% 755
NC 47,7% 52,3% ,0% 100,0% 37
Fuente: IESA E-0602
- El nivel profesional: por último, vemos cómo entre los ocupados, la tasa
viajera es muy baja entre los trabajadores cualificados de la agricultura y la pesca
(34,4%) y entre los trabajadores no cualificados (36%). A un nivel intermedio,
encontramos a los trabajadores cualificados de la industria y la construcción
(50,2%) y a los operadores de maquinaria (51,2%), quedando ligeramente por
arriba los trabajadores del sector servicios (59,8%). Por último, los trabajadores
con mayor nivel de cualificación presentan valores en torno al 70%.
Por otra parte, mediante la comparación de los valores del Chi cuadrado y
Phi (Tabla 11), es posible establecer que estos factores sociodemográficos, par-
ticularmente el nivel educativo, tienen mucha mayor influencia en el comporta-
miento turístico que el tipo de zona turística de residencia, que, aún marcando
diferencias significativas, presenta una relación menos intensa.
Tabla 16
Nivel de interacción entre variables sociodemográficas y la tasa viajera
Tipo de
GRUPOS DE NIVEL
destino
EDAD EDUCATIVO
turístico
Realizó viaje Chi-cuadrado 194,468 453,147 38,406
de ocio el año
gl 3 3 6
pasado
Sig. ,000(*) ,000(*) ,000(*)
Phi 0,248 0,419 0,123
Resultados basados en filas y columnas no vacías en cada subtabla.
* El estadístico Chi-cuadrado es significativo al nivel 0,05.
Fuente: IESA E-0602
4ª Sección
El impacto
social del
turismo
Entramos en esta sección en el tema clave de esta investigación, a saber,

la percepción que tienen los andaluces del efecto que tiene el turismo en la
región. Esto requiere, en primer lugar, saber hasta qué punto son conscientes
los andaluces de que los cambios, positivos o negativos, acontecidos en su en
su entorno cotidiano tienen relación con la actividad turística. En segundo lu-
gar, habrá que determinar si estos efectos del desarrollo turístico son valorados
positiva o negativamente y qué nivel de preocupación pueden llegar a generar
en la sociedad andaluza o en los segmentos de ella que mantengan actitudes
más “precautorias” (Jafari, 2005). Por último, es interesante continuar indagando
sobre los factores sociales que intervienen en la percepción de los impactos del
turismo y, por extensión, en las actitudes vinculadas a dichas percepciones.
Será inevitable para ello retomar temas que han sido expuestos en las sec-
ciones anteriores de este libro. Así, la identificación del turismo como fuente
de riqueza y empleo, que fue tratada al ver la percepción de la importancia del
turismo; u otros aspectos como el empleo turístico o la necesidad de compati-
bilizar desarrollo y conservación, ya examinados como fenómenos en los que
turismo y sociedad interactúan de forma intensa.
Por otra parte, al combinar fuentes cualitativas y cualitativas se ha podido
recurrir a distintas estrategias complementarias de análisis. Mediante el análisis
y codificación minuciosa de los discursos sobre los efectos sociales del turismo
se han refinado los ítems sobre el impacto del turismo que posteriormente se in-
cluyeron en la encuesta, adaptando las escalas de impacto social del turismo de
la bibliografía a la realidad social andaluza. Paralelamente, el planteamiento en
la encuesta de distintas vías de medición del impacto del turismo (identificación
espontánea, efectos generales sobre aspectos significativos de la realidad anda-
luza, impactos puntuales) enriquece considerablemente nuestra comprensión
de las percepciones de los andaluces sobre los efectos del turismo, a la vez que
permite emplear técnicas de análisis multivariable para comprender la interac-
ción entre las distintas percepciones y su confluencia en grupos (o segmentos)
de opinión diferenciados dentro de la sociedad andaluza.
4.1 Los impactos del turismo en los grupos

de discusión
La actitud generalmente positiva hacia el turismo se fundamenta en la impor-

tancia que los participantes en los grupos de discusión dan a los efectos benefi-
ciosos que esta actividad tiene en la sociedad andaluza. En los distintos destinos
se percibe de forma claramente positiva la repercusión del turismo en la genera-
ción de empleo y en el desarrollo de la economía regional y local, dándose en
casi todos los grupos expectativas positivas respecto a los impactos futuros que
pueda generar el turismo en Andalucía.
Esto no quiere decir que no se perciban los efectos o impactos negativos del
turismo. Como se ha planteado en el Apartado 2.1, en todos los grupos se han
señalado los costes e inconvenientes del desarrollo turístico y, en algunos casos,
hasta se han manifestado serias inquietudes respecto a las posibilidades futuras
del turismo como motor del desarrollo económico (caso de Torremolinos). Sin
embargo, la conclusión general que cabe extraer de los grupos es que las con-
secuencias positivas del turismo tienen mucha más influencia en las actitudes de
la población, que los impactos negativos de esta actividad.
Como ya hemos señalado, no existe una sensibilidad extendida en las loca-
lidades estudiadas que perciba el turismo como problema y que esté especial-
mente preocupada por los impactos negativos de la actividad turística ni en el
territorio (entendido en su sentido físico) ni en la convivencia ciudadana a nivel
de cada localidad. Los fenómenos de impacto negativo sociocultural y de cho-
que cultural han sido percibidos como poco significativos, y con mucho menor
peso en la opinión de los participantes, que la rentabilidad económica generada
por la actividad turística.
No obstante, estas conclusiones de carácter general requieren algunas mati-
zaciones. Por un lado, cabe señalar que, en función de los dos discursos identi-
ficados (desarrollista e integrador), se aprecian distintas sensibilidades a la hora
de evaluar los costes del turismo. A diferencia del desarrollista, el discurso in-
tegrador plantea la necesidad de evitar los impactos negativos de la actividad
turística, sobre todo en el patrimonio arquitectónico y en el entorno natural de

cada localidad, aunque esto se ha planteado dentro de los grupos de discusión
en un tono moderado y sin cuestionar el actual estado de cosas, es decir, sin ir
acompañado de propuestas radicales. De hecho, en ningún grupo han apare-
cido referencias concretas a actuaciones urbanísticas cuestionables, sino sólo
referencias vagas e imprecisas en su formulación.
M: No, no. Granada se vende sola, vamos a ver, [solo] tienes que [ver] el
turista que viene. Nosotros los granadinos también somos muy especiales,
porque en Granada no entran... Yo por ejemplo no quiero que vengan de
una industria y que me quiten el monumento no se qué para hacer un edifi-
cio de no se cuánto...
(Grupo Granada)
A la hora de analizar los impactos del turismo, también hay que tener en
cuenta que cada tipo de destino (maduro o joven) tiene una situación diferente,
en virtud del distinto nivel de desarrollo turístico alcanzado y a la mayor o menor
incidencia de la actividad turística en la vida cotidiana de cada localidad.
4.1.1. Impactos negativos

Para el caso de los impactos negativos que ocurren de forma esporádica en
la localidad cabe señalar, a la luz de los resultados obtenidos en los grupos de
discusión, que son impactos asumidos por la población. Se trata de impactos
que han aparecido en el discurso grupal cuando el desarrollo de las discusiones
estaba relativamente avanzado, habiendo sido “forzados” por las preguntas del
coordinador y no mencionados espontáneamente por los asistentes. Esto indica
que tales impactos negativos tienen escasa importancia en la población ya que,
de haberla tenido, hubieran surgido en las primeras fases de las discusiones del
grupo y de forma espontánea. El Gráfico 33 muestra los distintos tipos de impac-
tos negativos del turismo, tal como han sido expresados en los grupos de discu-
sión, impactos que serán analizados con algo más de detalle a continuación32.
32. La distribución de las referencias a los distintos impactos en las localidades turísticas estudiadas puede
consultarse en la Tabla 17. Véase también la nota 35.
Gráfico 33
Impactos negativos
Impacto negativo
es un es un es un es un
Distancia cultural Costes sociales Altos precios Impacto ambiental
asocia a asocia a es un es un es un es un
Congestión Ruido nocturno
Carencia infraestructura Vivienda
Distancia cultural (46 referencias). Se trata de impactos negativos motiva-

dos por los que los participantes en los grupos entienden que es resultado de
la falta de adaptación de las costumbres y comportamiento de los turistas a la
vida local de la comunidad anfitriona. En algunos casos, perciben situaciones
de desprecio y superioridad por parte de los turistas (“no tienen educación”,
“no te tratan con respeto”), que usan estereotipos negativos de los españoles o
los andaluces (“nos dicen que somos atrasados, vagos, impuntuales”). Se trata
de percepciones que entroncan fácilmente con el ya comentado discurso de la
pérdida de calidad del turismo. En otros casos, los participantes en los grupos
han hecho referencia a situaciones de más calado y complejidad, afirmando
que los turistas y los residentes extranjeros forman una “sociedad aparte” de la
población local.
M1:... Están haciendo bares para holandeses y nada más que van holandeses...
M2: Pues ya está, las colonias, las colonias.
M1:... porque no puedes. No puedes [relacionarte] porque no te hablan.
M2: Ellos quieren abrir sus colonias, los finlandeses, los holandeses... Y yo co-
nozco gente que lleva aquí veinte años y todavía no saben hablar español.
H: Porque sólo se relacionan con ellos, entre ellos y para ellos

Carencia de infraestructuras (41 referencias). Este impacto hace alusión a las
deficiencias en las infraestructuras (carreteras, hospitales, zonas verdes y otras
obras públicas urbanas) y en los servicios básicos (limpieza, seguridad ciudada-
na, transporte público, etc.) para hacer frente a la demanda turística. Se trata de
una queja bastante frecuente sobre la situación de las zonas turísticas, aunque
en raras ocasiones este problema ha sido relacionado directamente con el de-
sarrollo turístico en sí mismo, sino que se ha atribuido a una deficiente gestión
política municipal o regional. De hecho, en los grupos de los destinos emergen-
tes los participantes han incluido los hoteles y los servicios turísticos dentro de
las carencias percibidas en la localidad.
H: Pero es uno de los fallos también que tiene Granada, es que el turista,
como acaba de decir, el turismo es que se va fuera de la ciudad [se refiere a
que no pernoctan]. Pero el venir aquí es... ¿por qué? porque no hay un estu-
dio luego de por qué no... Lo tenemos que echar fuera...
M: Claro, mira los malagueños qué bien se lo han montado
H: Pero perdona un momentito, si no se trata de eso. Se trata de que aquí
en Granada no tenemos una sala de fiestas en condiciones, no tenemos un
teatro en condiciones, o sea, qué te iba a decir, que no hay inversión, que no
hay dinero, no quieren...
(Grupo Granada)
Ruidos nocturnos (16 referencias). Se trata de un impacto negativo en el
que se alude a las molestias ocasionadas por el ocio nocturno de los turistas. Es
un impacto localizado sobre todo en las áreas donde se superponen los usos
turísticos y residenciales, siendo particularmente importante en los núcleos ur-
banos de los destinos rurales de pequeñas dimensiones. Se trata de un impacto
que enlaza, hasta cierto punto, con lo descrito sobre la distancia cultural y la
falta de adecuación de los comportamientos de los turistas a las costumbres de
la comunidad local33. Junto al ruido, también se citan, aunque a menor escala,
otros impactos puntuales (basuras, suciedad, gamberrismo,…) que son igualmen-
te achacados a la falta de civismo y educación de los turistas.
33. Se ha detectado que conductas relativamente indisociables del ocio turístico de determinados grupos
de individuos (por ejemplo, ocio nocturno y jóvenes) son atribuidas a características nacionales estereoti-
padas tal y como apunta Crick (1996) que ocurre cuando aumenta el número de turistas.
M: ¿[Efectos negativos] de turistas?, que vengan y en su país no puedan pegar

voces a las tres de la mañana porque llaman a la policía, y tú estés acostado y
te tengas que pegar un salto porque estaban pegando porrazos, voces....
Congestión (26 referencias). En los grupos se han manifestado distintos pro-
blemas relacionados con la afluencia masiva de turistas a determinados espa-
cios. Se registran quejas sobre las dificultades para transitar por algunas zonas
urbanas, pero también sobre la saturación de los recursos recreativos (plazas
y playas abarrotadas, bares y restaurantes repletos) y de las infraestructuras de
acogida (carencia de aparcamientos). En los destinos rurales se manifiesta cierta
preocupación por que esta congestión pueda acabar con el “encanto” y la tran-
quilidad del pueblo, aspectos éstos que son valorados por los residentes como
recursos turísticos de primer orden en la oferta de su localidad34.
M: Yo también pienso que si se masifica mucho, si viene muchísima, muchí-
sima gente, no puede ser tampoco muy positivo para lo que es el pueblo
porque al final...viene muchísima gente y...
H: Pero hablamos del turismo, gente que viene y se marcha ¿no?, entonces
la gente...
M: Sí, sí, de turismo, de turismo, gente que viene y se marcha, sí. Pero si viene
mucha gente, no se, pienso que...al final...esto pierde lo auténtico que tiene.
Es que es un pueblo y...bueno y porque Cómpeta es de una manera que...
Cómpeta está muy arraigada a sus cosas...
(Grupo Competa)
H: Los meses de julio-agosto, el mercado de Barbate es inaccesible.
M: Es horroroso.
H: A pleno
(Grupo Barbate)
Otro aspecto relevante del impacto de la congestión es que los residentes rehu-
yen o evitan los espacios turísticamente saturados. Se trata de un tipo de compor-
34.Ya hemos visto en Grazalema esta interesante vinculación entre carácter rural (“la vida en el pueblo
es mejor”, la defensa de la esencia o el carácter “del pueblo”) y calidad del producto turístico. La inquie-
tud por que el turismo pueda alterar la forma de vivir en zonas no desarrolladas turísticamente aparece
etiquetada como coste cultural.
tamiento claramente documentado en la literatura científica sobre la relación entre

turistas y anfitriones35, pero que en los grupos no ha tenido mucha relevancia.
H1: Los que vivimos en Granada no solemos comprar donde compran los
turistas [...]
H2: Pero porque es zona turística y lo que te molesta es llegar y no poder
pasar. Porque está así, empetado de gente o de grupos. Entonces, como tú
sabes que hay en otros sitios, pues vas a otros sitios, pero no porque las tete-
rías sean más caras
(Grupo Granada)
Vivienda (10 referencias). Aunque existe conciencia en que la carestía de la
vivienda es un fenómeno que se produce en todo el país, en varios grupos ma-
nifestaron que en las zonas turísticas el elevado precio de la vivienda se debe a
la presión turística y el turismo residencial (la “demanda exterior”).
H1: Si en España está complicado... [...] aquí está el doble...
M1: Aquí está muy mal eso.
H1:... por la demanda exterior. Yo... he tenido conocimiento de unas 300
personas, que yo sepa, yo...no soy, tampoco los conozco a todos los que
tienen... 300 personas de fuera buscando casa, pero es que aquí no hay 300
casas... [...]
H2: Casas hay. Y hay familias que tienen cuatro casas y cinco casas y esas no
las venden ¿Por qué?, porque...
H1:...es que es más complicado...
H2: Porque quieren dedicarlas al turismo.
H1: Nadie quiere vender, quieren alquilar... [...] Es que te piden el 300 por
100, tres veces más de lo que vale [...], porque puede venir alguien que te
lo de o alquilarla, que eso es lo que pasa..., aquí para comprar una casa
nueva...
(Grupo Grazalema)
M1: Bueno, típico, yo, por ejemplo, me dedico a alquiler de casas ¿no? Una
casa pertenece a un inglés, aquí la han comprado por, por 20 millones,
120.000 euros...eh, 120.000 euros [...] Esa misma casa en Inglaterra pues
35. Ver Cohen (1984) o Gursoy y Rutherford (2004).

resulta que [...] les costaría 240.000, el doble, entonces ¿qué pasa? Me vie-
nen para alquilar la casa y ahora me piden por la casa...pues no se, ya te
digo, pues 1.000 o 2.000 euros, burradas, burradas pero descojonantes por
alquilar la casa [...] Y entonces, esta casa la has comprado tú aquí, la estás
explotando aquí, ponla...
H:...a razón de... a razón de aquí
M2: No de allí
M1: Pero no pretendas ponerla a razón de allí, o sea, a la hora de pagar, pa-
gan el precio de aquí, a la hora de cobrar, cobran el precio de allí.
(Grupo Cómpeta)
Altos precios (24 referencias). Se trata de otra problemática que los asisten-
tes a los grupos han vinculado de forma clara con el turismo. En la mayor parte
de los grupos, a excepción de Granada, se considera que la demanda de los
turistas encarece los precios, afectando negativamente a los residentes. En casos
como el de Úbeda, un destino urbano emergente, esta inflación se ha detectado
únicamente en la oferta de restaurantes de la zona turística, mientras que, en
otros destinos, ha sido planteado en términos de mayor repercusión general en
el coste de la vida.
M:... luego ponen los precios más caros porque hay los turistas y nos lo po-
nen a nosotros, como los supermercados...
H: Claro, como le cobran al turista más caro...
M:... como vivimos en una zona turística, pues se nos ponen los precios, nos
suben los precios para los turistas, pero nosotros no somos turistas, somos
trabajadores.
M: Hombre, es por los extranjeros, porque vienen a comprar y ya está. Y
como no discuten el precio, pues ya está. Y es también en cierto sentido
porque, claro, ellos al final van a comprar a la costa. Porque los extranjeros
se van al [gran superficie X], se van al [gran superficie Y], se van a todos lados.
Y al final pues nos toca a nosotros comprar; porque, claro, ellos o están resi-
dentes que no están trabajando, o están de vacaciones, entonces pues van
un día. Y nosotros, que estamos trabajando, no podemos estar todo el día en
la costa comprando.
(Grupo Competa)
M1:... Hay otro sector que puede ser que se resienta, es el tema de los ser-
vicios. Los servicios sobre todo, en el tema de precio. Como ocurre en casi
todos los sitios, se aprovechan, se aprovechan en los restaurantes, se aprove-
chan en el bar, se aprovechan... Sí, se aprovechan, quizás, no todo el mun-
do... Vamos que van a llevar en cuenta que tú estás tomando una cosa en
un grupo aquí y este grupo está aquí de extranjeros y le meten la, vamos, la
estocada. Eso es la picaresca esta, española...
M2: Eso es en extranjeros y en andaluces también.
H: También, también, también.
M2: Porque lo hacen para Córdoba, para Sevilla y para comer nosotros,
porque cuando...
M3: Sí, también, también...
(Grupo Úbeda)
Costes sociales (11 referencias). Aparte de los impactos sociales que se han
tratado de forma separada, se recogen en distintos grupos referencias a otros im-
pactos puntuales (aprovechamiento de la cobertura sanitaria española y evasión
de impuestos por parte de los turistas, mala imagen mediática,…) o a impactos
demasiado generales
H: La gente que viene, causa impactos, ¿no?, siempre hay un montón de
cosas que afectan…
(Grupo Grazalema)
Impacto ambiental (21 referencias). Ya hemos dicho que los costes ambien-
tales del turismo se perciben como poco significativos, y que, cuando se men-
cionan, es para señalar que pueden ser evitados (discurso integrador) o dejados
a un lado (discurso desarrollista) si se interponen en el desarrollo turístico. En este
sentido, se han planteados dos tipos de impactos ambientales: por una parte, el
daño que los turistas pueden hacer en sus visitas a los espacios naturales pro-
tegidos (ensuciándolos, provocando incendios,…); y por otra, la alteración que
determinadas infraestructuras turísticas pueden provocar de forma irremediable
en dichos espacios.
Como ya hemos dicho, el nivel de desarrollo de la actividad turística introduce
claras diferencias en la percepción social de los efectos del turismo, diferencias
que pueden aplicarse igualmente a la hora de analizar los impactos negativos. En
la Tabla 17 se contabilizan los impactos percibidos en cada uno de los destinos

turísticos, pudiéndose detectar importantes diferencias36.
Tabla 17
Percepción de impactos negativos según destinos
Destinos maduros Destinos emergentes
Códigos Torremo- Total
Granada Grazalema Barbate Úbeda Cómpeta
linos
Distancia cultural 8 1 12 0 0 25 46
Coste cultural 0 0 3 0 1 1 5
Vivienda 2 2 3 1 0 2 10
Ruido nocturno 3 2 3 2 0 6 16
Altos precios 6 4 7 0 3 4 24
Congestión 1 3 13 5 3 1 26
Carencia infraestructuras 15 10 3 3 6 4 41
Costes sociales 5 1 4 1 0 0 11
Turismo e inmigración 5 14 0 4 3 18 44
Impacto ambiental 0 1 5 9 3 3 21
Citas referidas a impactos
negativos 45 38 53 25 19 64 244
Presencia de los impactos
negativos 42% 31% 47% 26% 27% 59% 39%
Total de citas codificadas 106 123 113 97 70 109 618
Fuente: IESA, EC-0506
36. Hay que realizar advertencias respecto a la información que se presenta en esta tabla. El porcentaje
de citas referentes a impactos negativos (39%) respecto al total de citas puede parecer muy elevado y
contradictorio con la conclusión de la actitud generalmente positiva hacia el turismo. Debe entenderse
que el indicador que aquí comentamos (presencia de los impactos negativos) mide la cantidad de re-
ferencias a impactos negativos, pero no su fuerza discursiva ni su capacidad para generar consensos.
Únicamente quiere decir que ‘se habló’ más de impactos negativos que de impactos positivos, pero hay
que insistir en que esto fue así porque los impactos positivos no generaron debate (eran unánimemente
reconocidos) y porque el coordinador de los grupos incidió particularmente en el tema de los impactos
negativos a la hora de orientar el debate.
En los grupos realizados en dos de los destinos considerados como madu-

ros, los participantes se han referido con bastante frecuencia a los impactos
negativos del turismo: Torremolinos (42%) y Grazalema (47%), mientras que en
Granada las referencias negativas han sido menores (31%), estando centradas
en dos aspectos que sólo tangencialmente se relacionan con el turismo: la ca-
rencia de infraestructuras y la problemática relación entre inmigración y turismo.
Veremos este caso con mayor detalle en el siguiente apartado.
En el grupo de Torremolinos las quejas respecto a los precios y las infraes-
tructuras y servicios urbanos (espacios verdes, aparcamientos, tráfico, seguridad
ciudadana,…) fueron abundantes; la referencia a la distancia cultural de los tu-
ristas y al ruido nocturno que provocan se produjo vinculándola a los visitantes
actuales (relacionándolo así con la sensación de que se está perdiendo calidad
en el turismo que visita Andalucía).
Aunque en Grazalema han sido abundantes las referencias a impactos nega-
tivos del turismo, la situación de esta localidad merece un comentario adicional.
Tales referencias indican que existe en este municipio mayor exposición a la pre-
sencia de turistas (y, por tanto, mayor relevancia de los impactos) que en otras
localidades, como Úbeda o Barbate, donde la presencia de los turistas no se ve
como una constante cotidiana37. Los asistentes al grupo de Grazalema han aludi-
do a problemas derivados de la congestión, los ruidos nocturnos y el alto coste
de la vivienda. Pero el volumen de referencias no indica el carácter de éstas, ya
que los impactos negativos han sido planteados más como riesgos a evitar en el
futuro (y, por tanto, impactos asumibles con una adecuada política de ordena-
ción territorial), que como problemas realmente existentes hoy en la localidad.
H: El turismo en sí es un... una cosa que es casi incontrolable. Se puede decir
¿no? Hombre, lo puedes controlar mediante las instalaciones esas que tienes
y todo el jaleo ¿no? Pero cuando la gente viene, se queden o no se queden,
causan un... un impacto a la hora de llegar aquí al pueblo. Desde que te
37. No en vano, Grazalema soporta una altísima densidad turística: cuenta con una plaza turística por
cada cuatro habitantes, sólo el doble que Torremolinos (2 habitantes/plaza). El resto de destinos están
en torno a los 20 habitantes/plaza (casos de Granada, Barbate y Cómpeta) o en valores muy superiores
(caso de Úbeda: 83 habitantes/plaza). Estos datos se basan en las plazas registradas en el RTA, por lo que
la densidad turística de Grazalema (y la de Torremolinos) puede ser aún mayor, al existir una considerable
oferta turística no reglada.
dejan, compran algo, hasta que entran al servicio, hasta que tiran un papel al
suelo...que hay un...un montón de cosas que afectan...
(Grupo Grazalema)
H1: …Yo veo muy bien que entre el turismo porque yo sé que el pueblo
prácticamente está viviendo del turismo.
H2: Inconsciente o conscientemente le afecta a todo el mundo el turismo. Le
afecta a los que trabajan directamente y a los que no trabajan directamente
de...
H3: A algunos les afecta para bien y a otros..., por ejemplo, también ha enca-
recido las casas […] Porque tienes un beneficio y también por otra parte…
(Grupo Grazalema)
Otro impacto cualitativamente interesante que se ha registrado en el grupo
de Grazalema es la percepción del coste cultural que ha provocado el gran cre-
cimiento turístico de un pueblo rural que “hace 20 años vivía de la agricultura y
la ganadería” y ahora vive del turismo. Se trata de manifestaciones respecto a la
pérdida de tranquilidad, que, según señalan los participantes, han conducido a la
población autóctona a adoptar comportamientos poco habituales en las zonas
rurales, como “tener que cerrar las puertas por las noches”, “no poder aparcar
delante de tu casa” o encontrar los comercios “llenos de gente de fuera”. Po-
demos interpretar que, en el fondo, estas quejas aluden a una disrupción de su
estilo de vida “tradicional”. Sin embargo, son conscientes de que no tienen una
opción mejor, ya que la otra opción (laboral) es “irse fuera del pueblo” renun-
ciando precisamente a ese estilo de vida.
H1: Antes era todo más tranquilo, ahora hay mucho movimiento de coches
y... completamente cambiado...
H2: Es que antes estaba el pueblo tranquilo todo el año hasta que llegaban
las fiestas. Salía la gente, hay mucho ajetreo...
H1: Yo creo que a raíz de que el pueblo se dedica al sector turismo, pues...
todo va, se mezcla todo ¿no? Quiero decir que, que ya la gente, las fiestas
no se viven como tal fiesta de arreglamiento del pueblo ¿no?, sino que la
gente, la gente viene, vienen a un sitio de fiesta, un sitio donde siempre hay
ambiente, donde...
(Grupo Grazalema)
Por el contrario, llama la atención que sea Cómpeta el destino en el que

se registró un mayor número de opiniones críticas (59%). Hay que señalar, no
obstante, que, si bien se ha incluido a Competa en el diseño como un destino
emergente, el desarrollo reciente del turismo residencial y la presión de la Costa
del Sol han aumentado de forma importante la magnitud de los impactos en
esta localidad. En el grupo se ha observado la existencia de un consenso entre la
población en torno a que el turismo ha provocado inflación, masificación, ruido
nocturno y fenómenos de extrañamiento cultural, relacionando algunos de estos
problemas con la distancia cultural de los turistas y las relaciones problemáticas
entre turismo e inmigración.
En contraste con el caso de Cómpeta, en los otros destinos emergentes (Bar-
bate y Úbeda) los impactos percibidos son casi inexistentes, no sólo por su
escasa presencia en los debates (26% y 27%), sino también debido a que apa-
recen más como efectos a evitar (dentro de las argumentaciones de la postura
integradora) que como constataciones de consecuencias negativas realmente
presentes en ambas localidades. En el grupo de la localidad jienense de Úbeda
los participantes se han referido a algunas actuaciones urbanísticas realizadas
con un estilo contemporáneo criticándolas como agresiones al patrimonio. Se
trata, hasta cierto punto, de un debate más estético o urbanístico (uso del espa-
cio urbano), que estrictamente turístico. De hecho, en términos generales, los
participantes ven en el turismo una oportunidad para recuperar el patrimonio
histórico de Úbeda poniéndolo en valor con nuevos usos, más que una ame-
naza. Manifiestan su acuerdo con algunas intervenciones ya realizadas de con-
versión de viejos palacios en instalaciones hoteleras, y defienden su extensión a
otros edificios históricos, ahora sin uso público. Algo similar ha ocurrido con el
planteamiento de los impactos ambientales por parte de los asistentes al grupo
de Barbate.
4.1.2. Turismo e inmigración

En el grupo de Granada, y creemos que podría ser representativo de las
grandes ciudades andaluzas, se ha observado un fenómeno complejo y de gran
interés por su vinculación con el turismo. Se trata de la coexistencia en las zo-
nas históricas degradadas (abandonadas por los habitantes autóctonos, que se
instalan en el extrarradio de la ciudad) de inmigrantes y turistas con diferentes
niveles adquisitivos, fenómeno éste bastante frecuente en la mayor parte de las
capitales españolas con interés turístico, aunque en cada una de ellas con su
propia singularidad.
Las relaciones entre inmigración y turismo requerirán estudios específicos,
dada la celeridad con que se están desarrollando los fenómenos migratorios
y el asentamiento de buena parte del contingente de inmigrantes en áreas
con alta presencia turística. El alto dinamismo económico de estas áreas se
nutre en buena medida de mano de obra poco cualificada, especialmente
atractiva a la población inmigrante; asimismo, la presencia de infraestructuras
internacionales de transporte y el contexto multicultural que se forma en las
ciudades turísticas suponen un espacio laboral especialmente adecuado para
los inmigrantes.
Esta relación entre turismo e inmigración ha sido percibida de forma crítica
en los grupos de Granada y Torremolinos, en el sentido de achacar al turismo la
llegada de inmigrantes. En términos del esquema teórico del intercambio social,
si la creación de empleo y riqueza es percibida como el principal efecto positivo
del turismo, la llegada de población inmigrante se considera no sólo una merma
de ese beneficio (el empleo lo aprovechan los inmigrantes), sino un fenómeno
que acarrea costes de seguridad, alteración de la convivencia y problemas de
integración38. Creemos que ésta es una vía interesante de análisis para conocer
mejor ambos fenómenos y las nuevas configuraciones urbanas y culturales que
se generan en el litoral andaluz.
38. Según los datos del OPIA 2005 (Opinión Publica e Inmigración en Andalucía, IESA CE – 0506), los
tres principales efectos negativos de la inmigración que percibe la población en Andalucía son los siguien-
tes: el aumento de la inseguridad (39,8%); la competencia que hacen los inmigrantes a los andaluces a
la hora de buscar trabajo (19,7%), y el hecho de que lleguen de forma incontrolada, sin papeles (17,9%).
Sólo un 12% de los andaluces opina que la inmigración no tiene ningún efecto negativo.
El caso de Granada tiene connotaciones muy particulares en este tema. El

fenómeno de la presencia de población inmigrante se localiza en un territorio
establecido por el eje Albaicín Bajo-Plaza Nueva, donde coexisten comunidades
musulmanas de distinto origen nacional y gran visibilidad, inmigrantes laborales
magrebíes, transeúntes39 y turistas, en una zona de ocio nocturno urbanística-
mente degradada. Esta peculiar acumulación genera fenómenos de alteridad,
extrañamiento cultural e inseguridad en la población. No es este libro el lugar
apropiado para analizar dicho fenómeno en profundidad, pero sí para llamar
la atención de la visión crítica que sectores de la población tienen sobre el
mismo40.
El asentamiento, ya antiguo, de una comunidad musulmana, intensificado
con la llegada en los últimos años de nuevos inmigrantes magrebíes, provoca
recelos en sectores la población, tal como se ha reflejado en los grupos. Tales
recelos se producen sobre todo porque la población inmigrante se localiza de
modo significativo en el enclave simbólicamente central de la Granada histórica,
haciéndolo, además, con una gran visibilidad. A esta zona de la ciudad con-
curren además transeúntes, provocando cierto extrañamiento de la población
autóctona, rechazo de la microcultura que allí se desarrolla y sentimientos de
inseguridad. Respecto al tema de la inseguridad inciden los acontecimientos de
terrorismo internacional y el carácter fuertemente simbólico que Granada tiene
para las comunidades islámicas. En términos generales, puede decirse que este
tipo de preocupaciones han sido expresadas por los participantes más identifi-
cados con el discurso desarrollista, mostrando la existencia latente o manifiesta
de distanciamientos potencialmente conflictivos.
H1: Ahora hay chaguarma y antes había bocadillerías. Ahora no hay nada
más que chaguarma desde el Alto de Elvira hasta... chaguarma y...
M1: La verdad es que esa zona es masoca, ¿eh?
H1 Ahí es donde ha empezado la nueva invasión económica [...]
39. A falta de un término mejor, hemos denominado ‘transeúntes’ a los turistas o residentes de bajo nivel
adquisitivo, que practican determinadas formas de mendicidad en este entorno. La población local los
denomina ‘mochileros’ o ‘pies negros’ y los diferencia de los turistas, tal y como hace formalmente la
OMT (2001).
40. Puede consultarse una interesante investigación cualitativa sobre las perspectivas de las distintas cate-
gorías de residentes en el Albayzin y su visión sobre el turismo en Troitiño (2002).
M1: Yo soy granadina y era de mis zonas favoritas y sobre todo en verano. Yo
no voy. ¿Por qué no voy? Porque tengo miedo...
(Grupo Granada)
H1:...los chavales que están en régimen de acogida [...] se iban a Plaza Nueva...
M1: A dar palos...
H1:... donde está todo el gueto marroquí, porque llamémosle gueto marroquí...
H2: Él lo ha dicho, gueto marroquí.
H1:...Se iban allí, se esnifaban su pegamento en sus bolsas [...] y luego se
dedicaban a [...] robarle a extranjeros y a granadinos
(Grupo Granada)
Cabe destacar que, en el grupo de Granada, la única voz discordante con
la crítica a este fenómeno se produjo por parte de uno de los participantes que
había emigrado por motivos laborales, contrastando su opinión con la del resto
de los componentes, todos ellos nacidos en Granada y residentes en esta ciudad
durante toda su vida. Las experiencias de movilidad geográfica se han mostrado
como una variable relevante a la hora de explicar ciertas actitudes y percepcio-
nes más tolerantes y favorables al desarrollo turístico sostenible.
M: Mira yo pienso que la tierra... la tierra nos la ha dado Dios para todos
(hablan todos a la vez) si un árabe vive en Granada ¿eh? entonces tendrá que
trabajar en Granada, lo mismo que si yo me voy a Arabia y trabajo allí.
(Grupo Granada)
En el grupo de Torremolinos, los participantes han centrado el impacto ne-
gativo de la inmigración en la competencia desleal que, en su opinión, produce
en el ámbito laboral (“los inmigrantes están dispuestos a trabajar con peores
condiciones laborales”), y en la discriminación positiva que, entienden, la Admi-
nistración realiza con ellos (al ser más flexible con ellos en el cumplimiento de
los trámites para desarrollar una actividad económica).
MOD: ¿Qué otro efecto negativo tiene para la población de aquí creéis que
puede tener el turismo?, Éste de los precios es uno...
H: El de los inmigrantes cuando rondan..., yo no soy racista ni mucho menos,
[varias mujeres asienten]. Yo lo veo injusto que venga un venezolano, cuba-
no, de color, chino, me da igual. Abre un negocio ilegal y no pasa nada; lo
monto yo y me vienen inspecciones de todos los colores

H:...y en la cocina tienen a cuatro inmigrantes. ¿Por qué? Porque yo voy y pido,
por decir algo, doscientas mil pesetas, y viene el inmigrante por cien mil. [va-
rios asienten] Y el empresario quiere gente barata, ¿qué da?, servicio barato.
(Cocinero, Grupo Torremolinos)
En el grupo de Cómpeta hemos encontrado una crítica a la tendencia de los
extranjeros residentes a crear una “comunidad dentro de la comunidad”, una es-
pecie de sociedad aparte en la que intercambian bienes y servicios excluyendo a
la población autóctona y adoptando prácticas desleales de competencia. Servi-
cios inmobiliarios, agencias de viajes o transporte de pasajeros, son, entre otros,
servicios ofrecidos por los propios inmigrantes europeos, apoyados en redes de
sus países de origen. Estas redes de servicios permiten a los turistas residentes
ser autosuficientes y no tener necesidad de integrarse con la población autóc-
tona. Se critica así el escaso esfuerzo de integración de la población extranjera,
viéndose en el idioma una barrera significativa. Esta “comunidad dentro de la
comunidad” también fue criticada en el grupo de Torremolinos, aunque más
vinculada al control de touroperadores internacionales y agentes inmobiliarios.
M: Y hay personas que opinan de que el turismo, pues, no conviene. Por-
que... ellos mismos forman su inmobiliaria y ahora un extranjero viene y no
viene a una inmobiliaria de un español, sino que ellos mismos van forman-
do... El electricista, pues un extranjero que vive en Cómpeta, pues va a por el
electricista inglés, al que conoce que es con el que se puede comunicar bien,
no va en busca de...se va.... Yo no opino así, porque si en Cómpeta no hubie-
ra turismo, no hubiera el nivel de vida que tenemos. Pero muchas personas
que hablas y que piensan que el turismo no es bueno para Competa por eso,
porque va a llegar un momento en que van a ser todos ellos, y yo no opino
así, pero es la opinión que tiene mucha gente.
(Grupo Competa)
4.1.3. Impactos positivos

A continuación, analizaremos la otra cara de la evaluación que hacen los an-
daluces del impacto del turismo en Andalucía, observándose las mismas pautas
de opinión ya señaladas a la hora de analizar la actitud general hacia el turismo.
Entre los impactos positivos del turismo, los participantes de los grupos han va-
lorado sobre todo sus efectos sobre la actividad económica, especialmente en
lo que se refiere a la creación de empleos directos y a la generación de riqueza,
y han puesto de manifiesto los vínculos entre la actividad turística y el desarrollo
del sector de la construcción.
M: Yo en concreto, es que vivo del turismo, pero creo que en Competa indi-
rectamente todos...vivimos del turismo. Desde mi punto de vista, porque si
hay turistas pues... hay movimiento para todos, para el supermercado, para los
bares, para... yo creo que para todo tipo de negocios y... Pienso que hoy día en
Competa, lo que mueve Competa, es el turismo, si no hubiera turismo...
(Grupo Competa)
Gráfico 34
Impactos positivos
Impacto positivo
es un
Beneficios economicos
del Turismo
es un es un
es un es un
Creación de empleo
Binomio Mejora
Mejora infraestructuras
Turismo-Construcción recursos culturales
Al igual que hicimos con los impactos negativos, el Gráfico 34 muestra los
principales impactos positivos identificados en los grupos de discusión, que pa-
samos a comentar a continuación:
Creación de empleo (19 referencias). No insistiremos aquí sobre este tema,

ya tratado extensamente en el Apartado 3.5 por ser el antecedente más inme-
diato de la actitud hacia el turismo.
Binomio turismo-construcción (34 referencias). El empleo en el sector de la
construcción ha sido citado con frecuencia como el empleo más directamente
relacionado con el desarrollo turístico. Pero la asociación entre ambas ramas de
actividad tiene raíces más profundas, puesto que no se percibe una separación
entre la construcción de viviendas residenciales y turísticas, dada la presión del
turismo residencial. Lo urbanístico y lo turístico se mezclan constantemente en
los debates, sobre todo en los destinos emergentes (en las localidades rurales y
de litoral). De esta forma, se habla de “construir” más hoteles (en lugar de abrir-
los) y se critican las restricciones urbanísticas, porque “deberían dejar construir,
para que vengan más turistas”.
Beneficios económicos del turismo (16 referencias). Junto a la particulariza-
ción del impacto económico en el empleo, la percepción de los efectos del de-
sarrollo turístico en la economía local tiene un espectro muy amplio: los comer-
cios recaudan más, los jóvenes no emigran, “entra más dinero”…; en resumen,
el “turismo trae riqueza y futuro”. Se trata del impacto social que los andaluces
asocian de forma más clara al turismo, tal y como se verá a nivel cuantitativo en
el próximo apartado.
Mejora de infraestructuras y servicios (18 referencias). Este impacto ha sido
asociado débilmente al desarrollo turístico, aunque ha aparecido en los gru-
pos de casi todos los destinos. Al turismo se le atribuye cierta influencia en la
creación y mejora de infraestructuras (tanto de transporte como equipamientos
urbanos) que también aprovechan la propia población autóctona. Igualmente,
los participantes han aludido, aunque de forma vaga, a la mejora de los servicios
públicos inducidos por la presencia del turismo41.
H1: … el hecho de que se explote [el parque natural] ayuda porque, hombre,
lo tienes ya… que tú también lo puedes disfrutar. Porque a mí me gusta el
monte, es bonito.
H2: A todo el mundo le gusta irse a la sierra un día.
41. Debido a que el tema del turismo fue introducido en los grupos por el moderador, no disponemos
de una visión equilibrada de hasta qué punto la población percibe que estas mejoras son destinadas a
los turistas (aunque la población autóctona también las aproveche) o son fruto de la riqueza que trae el
turismo (que revierte a los ciudadanos mediante recursos públicos).
H1: Si tú no tienes aquello que puedas acceder pues... Y ahora, con el acceso
fácil que hay gracias a que se está explotando desde el punto de vista turísti-
co, pues también lo podemos disfrutar nosotros cuando nos venga bien.
(Grupo Cómpeta)
H: Ya Los Caños es un valor seguro. Si se hacen los hoteles, a la vuelta de 10
años tenemos ya hasta buena carretera hacia Los Caños. Igual que esta pasan-
do con Chiclana, que tiene 5 entradas ya a la zona turística en La Barrosa ¿eh?
¡Fijaros qué bonita!
(Grupo Barbate)
M: Está claro que el tema de la obra, que sí, nos perjudica a todos. Pero a la
larga cuando tengamos la calle del Real, que esté entera arreglada, que se as-
falte... Nos beneficia a todos, al turismo y a todo el mundo.
(Grupo Úbeda)
Mejora de los recursos culturales (16 referencias). Otro impacto positivo
que ha sido expresado por los participantes de algunos grupos es la mejora en la
oferta y recursos culturales que acompaña a la llegada del turismo. Aparte de la
referencia específica a la restauración y puesta en valor del patrimonio arquitec-
tónico y monumental y a la celebración de actos culturales con fines turísticos
(festivales, exposiciones,…), hay una referencia más general a la influencia que
tiene el turismo en la mejora del “ambiente general” de la localidad.
M1: Yo creo que se han potenciado las fiestas ¿verdad?
M3: Sí, bastante, ¿no?
V5: Sí, en estos últimos años, sí. Pero las fiestas aquí las vivimos nosotros, las
fiestas del pueblo las vivimos nosotros. El extranjero, bueno, alguno que otro,
pero...
V: Pero ese ambiente también les gusta a ellos...
(Grupo Cómpeta)
M: Nosotros, los que íbamos a Pedro Antonio de Alarcón, crecimos y quería-
mos otras cosas y entonces se abrió la parte turística que este señor dice que
no hay, empezaron a poner pubs en el Paseo de los Tristes, en calle Elvira, en
poner cosas ya guapas, de categoría, de pubs...
H: Efectivamente
M:...que yo me voy a la calle Elvira y veo un montón de extranjeros bebiendo
copas, bailando y pasándoselo muy bien.
(Grupo Granada)
M: …pero es una pena que muchos [palacios monumentales]... se han tenido

que cerrar y que se han destruido porque no lo han mantenido...
H: Exacto.
M: Y porque no se ha podido, porque no hay dinero, si se pudiera dar un uso
turístico…
H: Pues se le daba
M: Pero es lo que decíamos antes, es lo que decíamos antes, una entrada deja
dinero, una entrada de visitante deja dinero. Ese dinero, iría destinado a…
(Grupo Úbeda)
En términos generales, la valoración de los impactos positivos de la actividad
turística ha sido más relevante en los grupos realizados en los zonas rurales,
que en los de las áreas urbanas o localidades del litoral (con excepción de Bar-
bate, donde el carácter emergente de la actividad turística parece influir más
en las posiciones, que su carácter de litoral). Podría decirse que, cuanto menos
desarrollado está el destino, mayores son las expectativas acerca del desarrollo
turístico y más se aprecian los impactos positivos del turismo. Probablemente,
la cercanía temporal del desarrollo turístico aumenta la percepción de sus im-
pactos positivos, en contraste con lo que ocurre en las zonas de larga tradición
turística, donde la población ha nacido, como quien dice, con el turismo y lo
tienen incorporado a su propia biografía personal.
A modo de conclusión, y en línea con las teorías referidas, el análisis de los
impactos del turismo puede representarse en un sistema de coordenadas, en
cuyos extremos encontramos características diferenciales. En el eje vertical (o de
ordenadas) se representa la madurez del destino (desde el emergente al madu-
ro), y en el horizontal (o de abcisas) el continuo rural-urbano-litoral, mostrándose
en el Gráfico 32 la distribución de los destinos en el sistema de coordenadas42.
42. Quizás sea preciso justificar la ordenación que sigue este continuo. Aparte de las diferencias temáti-
cas en los recursos turísticos que poseen los tres tipos de destinos (naturaleza, patrimonio cultural, playa
y ocio), cabe señalar las diferencias en la densidad turística (plazas y turistas por habitante) y en el nivel de
generación de rentas de los distintos destinos. Consideramos que los destinos urbanos pueden absorber
un mayor número de turistas y generar mayor cantidad de rentas turísticas que los rurales, pero estos flu-
jos nunca tendrán la importancia que tienen en las ciudades turísticas del litoral. Esto tiene consecuencias
en la mayor o menor cantidad de espacios sociales no turísticos (laborales y recreativos) disponibles para
los anfitriones, que difuminarán o acentuarán los impactos percibidos. No obstante, cuando los destinos
alcanzan la madurez turística, estas condiciones tenderán a igualarse.
El tipo de impacto varía a lo largo del eje. De la práctica inexistencia de

impactos negativos, pasaríamos a una mayor importancia de los impactos en la
vida cotidiana (ruido, congestión,…), para concluir en el extremo del continuo
con la aparición de fenómenos de distancia cultural. En el Gráfico33 mostramos
de forma ideográfica como se ubicarían los impactos en este continuo. El sen-
tido de la flecha indica la intensidad de los impactos (cuando se perciben), de
forma que, para un mismo impacto negativo, cabría esperar menor intensidad
en un destino rural emergente que en un destino maduro del litoral.
Gráfico 35
Matriz de destinos
Maduro Torremolinos
Grazalema
Granada
Rural Urbano Litoral
Cómpeta
Barbate
Úbeda
Emergente
Gráfico 36
Ubicación de los impactos negativos
Maduro Inflación
Congestión Ruidos
Inflación Costes sociales
Ruidos Infraestructura Distancia cultural
Infraestructuras
Distancia cultural
Rural Urbano Litoral

Congestión
Inflación Congestión
Ruidos
Emergente
Tabla 18
Recapitulación de impactos positivos y negativos según destinos
Destinos maduros Destinos emergentes

Torremolinos
Granada
Grazalema
Barbate
Úbeda
Cómpeta
Impactos positivos
Creación de empleo
Binomio turismo-construcción
Beneficios económicos del

turismo
Mejora de infraestructuras y
servicios
Mejora de los recursos culturales
Impactos negativos
Distancia cultural
Carencia de infraestructuras
Ruidos nocturnos
Congestión
Vivienda
Altos precios
Costes sociales
4.2 Percepción de los impactos sociales del turismo en

Andalucía
A la hora de plantear este aspecto crucial en la encuesta, hemos incluido

en el cuestionario una batería de preguntas específicamente orientada a cuan-
tificar los impactos, estableciendo previamente una jerarquía entre los distintos
ámbitos identificados en la fase cualitativa. Esto permite ponderar la percepción
(positiva o negativa) del efecto producido por el turismo según la importancia
atribuida a los distintos ámbitos donde se manifiesta dicho impacto. Adicional-
mente, se han incluido algunos de los ítems que son utilizados habitualmente
para identificar las actitudes negativas hacia los impactos sociales del turismo en
los estudios consultados y que, al mismo tiempo, coinciden con percepciones
que han demostrado cierta relevancia en los grupos de discusión.
- Valoración del impacto social del turismo en Andalucía.
- Importancia otorgada a distintos aspectos sociales P4 (1 a 10)
- Valoración del impacto del turismo en distintos aspectos sociales P4a (1 a 10)
- Percepción de impactos negativos del turismo P22
- Mención espontánea de los principales efectos positivos del turismo P23
- Mención espontánea de los principales efectos negativos del turismo P24
Los resultados obtenidos en la encuesta indican que los andaluces perciben

de forma abrumadoramente mayoritaria que el turismo tiene efectos positivos
sobre la creación de nuevos puestos de trabajo, sobre la generación de riqueza
y crecimiento económico y sobre la mejora de las infraestructuras y de la oferta
cultural y de ocio. En todos estos aspectos, más de las tres cuartas partes de los
encuestados señalaron que la influencia del turismo era algo, bastante o muy
positiva, mientras que los que perciben algún tipo de consecuencia negativa en
estos aspectos no llegan al 5% de la muestra (Gráfico 37).

La contención de los precios es el único aspecto para el que se detecta
una percepción mayoritaria de impactos negativos del turismo (46,8% frente a
33,9% que percibe efectos positivos). También se encuentran porcentajes rele-
vantes de opiniones negativas acerca de los efectos sobre la disponibilidad de
viviendas asequibles (34%) y la conservación del medio ambiente (26,5%), que
resulta ser el tercer impacto más negativo.
Gráfico 37
Efectos del turismo sobre distintos aspectos
Fuente: IESA E-0602
Sin embargo, aparte de la percepción de la influencia del turismo en cada

uno de estos aspectos, se considera necesario tener en cuenta la importancia
relativa que puedan tener cada uno de ellos para los encuestados, ya que hasta
aquí hemos considerado los distintos efectos del turismo como equivalentes.
Pero en la percepción de la población no tendrá la misma relevancia un impacto
muy negativo en un aspecto que es poco importante que en un aspecto que
se considera crucial y muy importante. En consecuencia, hemos elaborado una
jerarquía de impactos derivados del turismo mediante una escala43 que va desde
–30 (impacto muy negativo en un aspecto muy importante) hasta +30 (impacto
muy positivo en un aspecto importante) (ver Gráfico 38).
Gráfico 38
Percepción de los impactos del turismo
(ponderados por la importancia de cada aspecto)
Fuente: IESA E-0602
De esta forma, podemos ver la presencia social, ya sea preocupación o re-

conocimiento, que tienen en la población andaluza los distintos impactos (Grá-
fico 38). Vemos como los impactos del turismo en el empleo, la generación de
riqueza y la mejora de las infraestructuras se perciben como efectos positivos
relevantes, situados por encima de la mitad teórica del lado positivo de la escala
(+15). Para los aspectos que se sitúan entre el +15 y el 0, los efectos del turis-
mo son percibidos como menos importantes. Al comparar los gráficos 14 y 15
43. Esta escala se ha construido multiplicando las puntuaciones a la importancia que daban a cada as-
pecto los individuos (P4.1 a P4.10) por las evaluaciones (P4A.1 a P4A.10, recodificadas con los valores
-3 muy negativo a +3 positivo) sobre la repercusión que tenía sobre ellos el turismo. Esta escala de 10
elementos tiene un Alfa de Cronbach de 0,859, lo que indica una adecuada fiabilidad de la escala (Levy
y Varela, 2003).
vemos que no existen diferencias importantes en la jerarquía de impactos, pero

la versión ponderada resulta más sintética, permitiéndonos apreciar el sentido y
la intensidad de los impactos. Es posible ver que el efecto sobre los precios es
el único impacto que los andaluces sitúan en el polo negativo de esta escala,
aunque con un valor muy próximo a cero (-1,18), mientras que la creación de
empleo se sitúa en 19,22 puntos.
En otro orden de cosas, aunque los efectos positivos del turismo gozan de
una gran visibilidad y aceptación, hay determinados impactos negativos pun-
tuales que son reconocidos por amplias capas de la población (ver Gráfico 39).
Son mayoritarias las percepciones acerca de la excesiva dependencia del sector
turístico andaluz de empresas del exterior y sobre la peor calidad del empleo
femenino en el turismo. Además, más de un tercio de la población reconoce
aspectos negativos como la mala calidad del empleo turístico, su apropiación
por parte de los inmigrantes o el deterioro del carácter tradicional andaluz en
las zonas turísticas; aunque en estos casos, los que no suscriben estos efectos
negativos son mayoría.
Gráfico 39
Grado de acuerdo respecto a impactos puntuales del turismo
Fuente: IESA E-0602

Respecto a la calidad del empleo turístico, el 51,2% está bastante o muy de

acuerdo en que es de buena calidad, aunque un 38,1% se manifiesta en des-
acuerdo. Esta última opinión está menos extendida en las zonas rurales con baja
intensidad turística y en los municipios sin alojamientos turísticos. Esta percep-
ción más favorable del empleo turístico ya fue relacionada en la fase cualitativa
con la falta de alternativas de empleo en otros sectores económicos por el decli-
ve de las actividades tradicionales.
En relación con la posibilidad de que se produzca una pérdida del carácter
tradicional asociada al desarrollo turístico, un 38,7% está bastante o muy de
acuerdo, mientras que un 49,8% manifiesta una opinión contraria.
La posibilidad de que el empleo turístico sea aprovechado mayormente por
población inmigrante también es descartada por la mayor parte de los encuesta-
dos: la mitad de la población (50,5%) se manifiesta poco o nada de acuerdo con
esta afirmación, aunque un 36,9% la suscriba en alguna medida.
Tampoco goza de gran aceptación la percepción de que el desarrollo tu-
rístico haya supuesto un deterioro en el litoral: el 64,8% de los andaluces está
bastante o muy de acuerdo con que la construcción de hoteles y apartamentos
ha mejorado mucho las costas. No obstante, en las zonas directamente implica-
das en este desarrollo el acuerdo con esta mejoría es significativamente menor,
descendiendo hasta el 58,3% en las zonas de litoral con baja densidad turística
y al 57,6% en las de alta densidad.
Existe un mayor grado de acuerdo en torno a la percepción de que la rique-
za que genera el turismo no beneficia a empresas andaluzas (38,9% de acuerdo
frente a 29,9% en desacuerdo), aunque aquí hay que contar con un importante
porcentaje de población que no se pronuncia al respecto (30,9% no sabe).
Asimismo, está muy extendida la percepción de que el empleo femenino en
el turismo es de peor calidad que el masculino, tan solo un 26,1% muestra algún
acuerdo con la afirmación de que las mujeres consigan mejores trabajos que los
hombres. Esta percepción negativa se agudiza algo entre las mujeres: el porcen-
taje de mujeres que creen que los empleos femeninos en el turismo son mejores
que los de los hombres desciende al 23,1%.
Por último, en referencia a la percepción detectada en la investigación cuali-
tativa acerca de un posible deterioro reciente del turismo en Andalucía, es posi-
ble ver que más de la mitad de los andaluces opina que la calidad de los turistas
ha mejorado en los últimos años. Confirmando la hipótesis planteada entonces,
vemos que la pérdida de calidad de los turistas es una opinión mucho más co-
mún en las zonas de litoral con alta densidad turística, donde los que no están
de acuerdo con la mejoría en la calidad de los turistas alcanza el 37,7%, más de
diez puntos por encima del 26,2% que se registra en el total de la muestra.
Otro aspecto relacionado con la pérdida de calidad del turismo era el refe-
rido a la calidad de la oferta turística andaluza. Cuatro de cada cinco andaluces
(81,7%) está poco o nada acuerdo con que esta oferta sea de mala calidad44.
Con el objeto de obtener una aproximación alternativa al impacto social del
turismo, en el cuestionario se dispuso que, una vez planteada toda la variedad
de impactos mediante las distintas preguntas cerradas, los encuestados señalaran
por su cuenta los tres impactos más positivos y los tres más negativos, recogién-
dose sus respuestas literalmente. Estas respuestas fueron posteriormente codifica-
das según las categorías y tipos de impactos reconocidos (Gráficos 40 y 41).
Gráfico 40
Efectos más positivos del turismo en Andalucía
Fuente: IESA E-0602
44. Véanse, no obstante, los comentarios sobre las peores opiniones que manifiestan los encuestados con
mayor vinculación al sector en el apartado siguiente.
Más de dos tercios de la población andaluza señala el desarrollo económico

y la creación de riqueza entre las consecuencias más positivas del turismo para
Andalucía. Con menor nivel de respuestas encontramos la creación de empleo,
que señala un 41,2%. Se confirma nuevamente la conclusión principal de la fase
cualitativa que señalaba la centralidad del impacto económico del turismo en la
valoración y percepción de la actividad.
La consecuencia no económica que obtiene mayor apoyo es la capacidad del
turismo para mejorar la cultura o la educación de los andaluces, que es señalada
por uno de cada cinco encuestados (20,4%). Se trata de un aspecto que no había
sido tomado en cuenta en las preguntas cerradas y que en los grupos de discu-
sión se había insinuado al tratar los beneficios económicos de carácter general
(“futuro”, “riqueza”). Sin embargo, vemos aquí que una quinta parte de la pobla-
ción prioriza en esta pregunta aspectos que vinculan el turismo con la moderni-
zación y la superación del atraso cultural. Este impacto, que cabría caracterizar
como “beneficio cultural” (Gursoy y Rutherford, 2004), tiene mayor peso en la
opinión pública que la mejora de las infraestructuras, que sólo es incluida entre
los principales efectos positivos por el 8,7% de los encuestados, al mismo nivel
que otro aspecto intangible (publicidad, imagen exterior, 9,0%), que alude a la
capacidad del turismo para poner en valor la identidad andaluza en el exterior.
En contraste con el amplio consenso que sitúa al desarrollo económico y el
empleo entre las consecuencias positivas, los encuestados tienen muchas difi-
cultades para señalar consecuencias negativas de la actividad turística. Más de
la mitad de la población no percibe consecuencias negativas, bien porque consi-
dera que no existen (16,2%) o porque las desconocen (un 38,6% responde que
no sabe a esta pregunta). Entre los que mencionan algún aspecto, tan solo dos
obtienen más de un 10% de las respuestas: los problemas de convivencia con los
turistas (10,7%) y la percepción de la masificación en los espacios turísticos como
un efecto negativo (11,2%).
Llama la atención que a continuación aparezcan la delincuencia y los pre-
cios, donde se incluye también la especulación. Los resultados de los grupos
de discusión no indicaban la delincuencia fuera tan relevante como coste social
del turismo. Sin embargo, entre la realización de los grupos de discusión y la
encuesta tuvo lugar la Operación Malaya. Este acontecimiento, de gran impac-
to mediático, trajo al primer plano del debate público algunos problemas aso-
ciados al desarrollo turístico (crecimiento incontrolado, corrupción urbanística,
capitales opacos). Otras preguntas de esta encuesta apuntan la importancia que

la delincuencia tiene en las percepciones negativas del turismo. Así, aunque la
mayor parte de la población reconozca, en términos generales, que el turismo
ha tenido un efecto positivo en la seguridad ciudadana, ya vimos que la mejo-
ra en este aspecto es la segunda medida que reclaman un mayor número de
andaluces (49,8%, Gráfico 23, Apartado 2.4). Evidencias más que suficientes
de que el problema de la seguridad, aunque no tenga un impacto que afecte
significativamente al balance global de los efectos del turismo, no puede dejar
de considerarse un factor relevante
Gráfico 41
Efectos más negativos del turismo en Andalucía
Fuente: IESA E-0602

4.3 Relación entre la vinculación personal con el turismo

y la percepción de los impactos sociales del turismo
A nivel general, la vinculación personal produce valoraciones más positivas

de los impactos del turismo, lo que viene a avalar las tesis del intercambio social
que han servido de marco teórico a la investigación. En casi todos los aspectos
la puntuación de los que se benefician mucho del turismo está por encima de la
media del conjunto de la población (Tabla 19).
Los que más beneficios reciben del turismo perciben más positivamente que
el resto sus efectos económicos (empleo, riqueza), pero también valoran mejor
algunos de sus efectos sociales. Las diferencias son significativas45 para la crea-
ción de nuevos puestos de trabajo (21,94), la generación de riqueza y crecimien-
to económico (19,90), la mejora de la oferta cultural y de ocio (15,98) y de la
calidad de vida en su localidad (10,52).
Sin embargo, aunque no aporte mayor sustento a nuestra hipótesis, el hecho de
que en los restantes aspectos las diferencias no sean significativas y que hablemos
de un margen tan estrecho de variación en las diferencias que sí lo son (algo más
de tres puntos entre el mayor y el menor, en el mejor de los casos) permite obtener
una conclusión muy relevante: la existencia de una amplia visibilidad de los efectos
del turismo y de un consenso muy amplio en torno a las ventajas de la actividad, de
forma que incluso la población que percibe que el turismo no le beneficia en nada
reconoce multitud de efectos económicos y sociales bastante positivos.
45. Se han realizado pruebas T de significación de la diferencia de medias entre los valores de las distintas
columnas para cada aspecto. En los cuatro aspectos que se mencionan, los resultados del grupo a los que
el turismo beneficia mucho son significativamente mayores que los de los grupos a los que beneficia poco
o nada, con una probabilidad de error del 5%.
Tabla 19
Valoración del impacto del turismo en distintos aspectos según vinculación con
el turismo.
El turismo le beneficia...
Nada Poco Bastante Mucho Total
Creación de nuevos puestos de trabajo 18,78 18,12 21,13 21,94 19,24
Mejora de las infraestructuras 16,14 15,03 17,01 17,03 16,08
Generación de riqueza y crecimiento económico 17,62 16,74 18,74 19,90 17,77
Conservación del Medio Ambiente 5,43 5,64 7,79 8,23 6,08
Mejora de la oferta cultural y de ocio 13,66 13,41 14,56 15,98 13,94
Mejora de la calidad de vida en su localidad 7,51 7,67 9,78 10,52 8,14
Aumento de la seguridad ciudadana 9,84 9,18 11,02 11,31 9,98
Disponibilidad de viviendas asequibles 2,33 1,04 2,58 3,75 2,18
Contención de los precios -1,97 -,39 -,30 -,17 -1,19
Mejora de los servicios públicos 13,98 12,40 14,54 13,91 13,67
Nota: Escala de -30 (Impacto muy negativo en un aspecto muy importante a +30 Impacto muy positivo
en un aspecto muy importante)
Fuente: IESA E-0602
Un último aspecto respecto a la relación entre estas dos dimensiones son las
diferencias que se producen en torno a la percepción de los impactos negativos
puntuales según el grado de vinculación con la actividad. Una de las conclusio-
nes de la fase cualitativa fue la identificación en los destinos maduros de litoral
de una percepción crítica entre los trabajadores del sector turístico acerca de la
calidad del sector, los problemas asociados con la inmigración y el deterioro de
los núcleos receptores.
Los resultados del cruce entre estos impactos y la percepción de beneficios
personales del turismo confirman esta situación más crítica, aunque también la
matizan (Tabla 20). Si bien la mayor parte de los encuestados más vinculados
al turismo mantienen posiciones moderadas respecto a estos aspectos, el grupo
de los que mantienen posiciones más críticas tiene mucho más peso (dentro de
su reducido tamaño) que entre los encuestados con menor vinculación para las
siguientes afirmaciones:
- La pérdida del carácter tradicional de las localidades desarrolladas turística-
mente. Un 14,9% de los que opinan que el turismo les beneficia mucho está
muy de acuerdo con esta frase, frente a valores en torno al 7% entre los que
perciben menos beneficios.
- La apropiación por parte de los inmigrantes de la mayor parte del empleo
turístico. Un 16,5% de los muy beneficiados por el turismo está muy de acuerdo,
frente a valores del 8,5% o inferiores entre el resto de la población.
- La mejoría de las costas andaluzas con la construcción turística. Un 16,9%
de los muy beneficiados por el turismo no está nada de acuerdo con esta mejo-
ría, frente a valores del 12% o inferiores en el resto.
- La apropiación por parte de empresas no andaluzas de la riqueza turística.
Un 23,3% de los encuestados a los que el turismo les beneficia mucho está muy
acuerdo, frente a valores por debajo del 12% entre los restantes.
- La mala calidad de la oferta turística andaluza. Un 22,1% están bastante o
muy de acuerdo con que la oferta es de mala calidad, mientras que los valores
en el resto de grupos están por debajo del 12,3%.
Tabla 20
Percepción de impactos puntuales según vinculación con el turismo
El turismo le beneficia...
Nada Poco Bastante Mucho Total
Nada de acuerdo 8,2% 6,9% 9,1% 13,0% 8,5%
Los empleos que genera Poco de acuerdo 32,6% 38,8% 35,6% 29,0% 34,2%
el turismo son de buena
calidad Bastante de acuerdo 52,8% 44,9% 45,5% 47,1% 49,2%
Muy de acuerdo 6,4% 9,4% 9,8% 10,9% 8,1%
Nada de acuerdo 16,6% 14,6% 16,6% 19,4% 16,4%
Las localidades en las que
se ha desarrollado el turis- Poco de acuerdo 39,9% 45,4% 38,4% 26,8% 39,8%
mo han perdido su sabor Bastante de acuerdo 36,4% 33,5% 37,7% 39,0% 36,1%
tradicional
Muy de acuerdo 7,1% 6,5% 7,4% 14,9% 7,7%
Nada de acuerdo 16,6% 16,4% 18,3% 19,6% 17,1%
La mayor parte de los pues-
tos de trabajo que crea el Poco de acuerdo 41,4% 40,7% 42,5% 34,6% 40,8%
turismo son ocupados por Bastante de acuerdo 35,7% 36,9% 30,7% 29,4% 34,6%
inmigrantes
Muy de acuerdo 6,4% 6,1% 8,5% 16,5% 7,5%
Tabla 20 (continuación)
Nada de acuerdo 8,8% 11,0% 12,0% 16,9% 10,5%

Las costas andaluzas han
mejorado mucho por la Poco de acuerdo 18,8% 24,7% 20,1% 15,6% 20,1%
construcción de hoteles
y apartamentos para el Bastante de acuerdo 60,9% 51,0% 54,7% 46,3% 56,3%
turismo
Muy de acuerdo 11,5% 13,4% 13,2% 21,1% 13,1%
Nada de acuerdo 10,2% 11,5% 13,5% 8,7% 10,9%
La mayor parte de la rique-
za que genera el turismo Poco de acuerdo 32,4% 31,5% 37,0% 31,0% 32,8%
en Andalucía beneficia a
empresas que son de fuera Bastante de acuerdo 48,8% 45,2% 40,1% 37,0% 45,3%
de la región
Muy de acuerdo 8,7% 11,8% 9,4% 23,3% 11,0%
Nada de acuerdo 24,9% 25,1% 27,3% 23,3% 25,2%
Las mujeres consiguen Poco de acuerdo 46,2% 47,8% 39,1% 38,7% 44,8%
mejores trabajos que los
hombres en turismo Bastante de acuerdo 23,9% 20,8% 27,2% 26,4% 23,9%
Muy de acuerdo 5,0% 6,3% 6,4% 11,6% 6,1%
Nada de acuerdo 8,6% 8,3% 9,2% 12,9% 9,0%
La calidad de los turistas
que visitan Andalucía ha Poco de acuerdo 23,6% 25,2% 23,9% 22,3% 23,9%
mejorado en los últimos Bastante de acuerdo 59,6% 56,1% 58,9% 53,4% 58,0%
años
Muy de acuerdo 8,2% 10,3% 8,0% 11,3% 9,0%
Nada de acuerdo 50,9% 47,4% 51,1% 49,3% 49,9%
La oferta turística de Anda- Poco de acuerdo 41,1% 43,4% 36,6% 28,7% 39,9%
lucía (hoteles, restaurantes)
es de mala calidad Bastante de acuerdo 6,8% 7,5% 9,8% 16,5% 8,3%
Muy de acuerdo 1,3% 1,7% 2,5% 5,6% 1,9%
Fuente: IESA E-0602

4.4 La actitud como constructo. Relaciones entre las

distintas dimensiones de la actitud hacia el turismo.
Al diseñar el cuestionario, hemos dispuesto un importante número de varia-

bles destinadas a medir diferentes dimensiones de la actitud hacia el turismo.
Hemos recogido el posicionamiento de los andaluces respecto a una dimensión
cognitiva del turismo, que distingue su mayor o menor preocupación por temas
turísticos, su evaluación global de la situación del turismo y su nivel de acuerdo
con la existencia de distintas consecuencias negativas del desarrollo turístico.
Por otra parte, se ha recogido la evaluación emocional que hace la población
residente del comportamiento de los turistas. Por último, el cuestionario recoge
las preferencias de los andaluces por distintos comportamientos, tanto persona-
les como referidos al apoyo a determinadas medidas políticas.
Detrás de esta multiplicación de indicadores subyace la tesis de que, aún exis-
tiendo diferencias entre individuos en torno a la posición en aspectos puntuales,
en general los distintos componentes de la actitud se van a situar en una misma
dirección, en la medida en que son manifestaciones de un mismo aspecto laten-
te –la actitud– en distintos planos de expresión (afectiva, cognitiva, conductual).
Es decir, cabe esperar que aquellos individuos cuyos conocimientos apunten a
una situación negativa del turismo, tengan mayor probabilidad de experimentar
sentimientos negativos hacia los turistas y se inclinen con mayor frecuencia por
comportamientos y medidas políticas destinadas a regular o limitar la actividad.
Para comprobar esta hipótesis, hemos realizado un análisis de segmentación
para conocer los distintos posicionamientos actitudinales de la población an-
daluza. La decisión de segmentar frente a otros enfoques más frecuentes en el
análisis de las actitudes ha venido dada por la mayor adecuación al tipo de datos
recogidos (variables nominales y ordinales) y por la mayor simplicidad y utilidad
de los resultados obtenidos46.
46. Para estudiar las actitudes es habitual el recurso a modelos de regresión o de ecuaciones estructura-
les, en combinación con análisis factoriales o de componentes principales. En este tipo de estudios, habi-
tuales en Psicología Social, se utiliza como variable dependiente un indicador general de la actitud, que
es explicado mediante ecuaciones de regresión en función las distintas dimensiones latentes (cognitiva,
Esta segmentación se ha realizado mediante un análisis de conglomerados

en dos fases, una técnica que permite identificar grupos homogéneos de casos
en función de distintas características seleccionadas. Para obtener esta homo-
geneidad el algoritmo agrupa los individuos que tienen resultados similares en
las variables seleccionadas y divergentes respecto a los individuos situados en
los otros grupos (menor distancia intra-grupos y mayor distancia entre grupos).
Este método de conglomeración no tiene las desventajas de los métodos de
conglomeración jerárquicos (elevado número de conglomerados con muestras
grandes) y no jerárquicos (necesidad de determinar a priori el número de con-
glomerados)47.
4.4.1. Formulación del modelo

Al realizar un análisis de segmentación, debemos escoger a priori las varia-
bles que se van a tener en cuenta a la hora de formar los grupos. En este caso,
tras estudiar distintos combinaciones de variables, hemos optado por agrupar a
la población andaluza en función del interés por el turismo (P2), la evaluación
de la situación y evolución del turismo (P5 y P6), las variables afectivas sobre la
interacción con los turistas (P19) y la percepción de los impactos negativos del
turismo (P22). Con esta selección, la segmentación cubrirá los aspectos afecti-
vos y cognitivos de la actitud hacia el turismo.
afectiva, conductual) extraídas mediante análisis factorial de los ítems actitudinales del cuestionario.
Frente a este enfoque, aquí hemos optado por clasificar a los individuos en función de su mayor proxi-
midad respecto a un conjunto multidimensional de indicadores de la actitud, obteniendo los posiciona-
mientos actitudinales comunes o típicos en distintos grupos de la población. Los resultados obtenidos
son muy accesibles, dado que permiten identificar el nivel de presencia social de un número limitado
de grupos con perfiles de opinión diferenciados en lugar de aportar información sobre la importancia
de esta o aquella dimensión en el resultado global de la actitud que aportan los confusos coeficientes
de regresión.
Asimismo, al emplear únicamente variables categóricas, evitamos tener que cumplir con los requisitos
de normalidad y heterocedastacidad que plantean las técnicas más complejas. Los resultados de los
estudios de opinión pública raramente cumplen estos requisitos –las respuestas no suelen distribuirse
normalmente, ya que no es inusual que existan posturas asimétricas o polarizadas- con lo cual nuestro
enfoque, si bien tiene menor potencia estadística, ofrece un modelo más robusto.
47. Puede encontrarse una descripción más detallada de esta técnica en Rodríguez González y Molina
(2006).
Tabla 21
Variables incluidas en el análisis de segmentación
Variables
Interés – evaluación del turismo en Andalucía
Preocupación temas turísticos
Situación zonas turísticas andaluzas
Evolución reciente zonas turísticas andaluzas
Respeto de los turistas
Agrado de los turistas
Gasto de los turistas
Impactos negativos del turismo
Calidad del empleo turístico
Impacto del turismo sobre el carácter tradicional
Relación entre turismo e inmigración
Efecto general del turismo en la costa andaluza
Aprovechamiento endógeno de la riqueza turística
Calidad del empleo turístico femenino
Antes de proceder al cálculo de los conglomerados, las variables del modelo

fueron recodificadas agrupando las respuestas de forma que cada una admitiera
tres valores:
- positivo (bastante o mucho; bastante o muy de acuerdo; atributos positivos
en las escalas afectivas; buena o muy buena; ha mejorado bastante o mucho),
- negativo (poco o nada; poco o nada de acuerdo, atributos negativos; ha
empeorado bastante o mucho) e
- indiferente (formado por el no sabe y los valores centrales: normal, regular,
sigue igual, etc.).
Se invirtieron las respuestas en las preguntas en las que una respuesta afirma-
tiva suponía el reconocimiento de un aspecto negativo.
Hasta cierto punto, este tratamiento de los datos prefigura los resultados
que vamos a obtener. Al usar solo tres posibles posturas en todas las variables
que nos describen un mismo fenómeno (la actitud), una técnica de clasificación
que forme grupos homogéneos internamente y diferentes entre sí tendrá como
resultado más plausible aquel que diferencie los individuos en función de su ten-
dencia a adherirse con mayor frecuencia a cada uno de los tres posibles estados
de las distintas variables de clasificación.
4.4.2. Resultados de la segmentación

En el análisis se utilizaron 3.105 casos, quedando sin procesar 79 casos (un
2,5% del total) debido a la ausencia de respuesta en alguna de las variables
utilizadas. En buena medida, el que el análisis pueda contar con un número tan
elevado de casos es consecuencia de haber reasignado una de las modalidades
de no respuesta –el no sabe– a la categoría central48. Se trata de una decisión
justificada, toda vez que, tal y como quedó establecido en el apartado 2.2, la
preocupación de la población por el turismo dista mucho de ser homogénea y
más de la mitad de la población afirma que el turismo le preocupa poco o nada.
Esta falta de interés supone una postura relevante dentro del conjunto de la opi-
nión pública y constituye, de por sí, un elemento clave de la actitud de una parte
importante de la población. De hecho, el primer conglomerado que identifica
el algoritmo de segmentación es el que distingue a aquellos que se sitúan en
posiciones centrales o responden que no saben con mayor frecuencia del resto
de la población, que se pronuncia –en sentido negativo o positivo– en la mayor
parte de los ítems empleados.
Veamos estos resultados con detalle. El análisis identificó tres conglomera-
dos, que se corresponden, grosso modo, con las tres posiciones descritas algo
más arriba para las variables de clasificación (ver Tabla 22):
1. Indiferentes. Suponen el 20,4% de los casos clasificados. Se caracterizan
porque se sitúan en la posición central o responden no sabe en mayor medida
que los restantes grupos. Vemos que, por término medio, los integrantes de este
segmento se sitúan en esta posición en 5,03 de las 12 preguntas, frente a 3,03 y
48. Esta amplia cobertura (97,5%) de la segmentación debe considerarse otra de las ventajas de esta
estrategia de análisis. Cuando calculamos el modelo usando solo los casos válidos que respetaban la
formulación ordinal de estas mismas variables, la segmentación solo pudo clasificar el 52,4% de los casos.
Un modelo con un número más reducido de variables (8 frente a 12) pudo clasificar al 76,4%.
1,10 en los otros dos grupos. Por otra parte, cuando no son indiferentes, se pro-
nuncian fundamentalmente por posturas positivas hacia el turismo: responden
positivamente a 5,04 preguntas y negativamente a 1,92.
2. Escépticos. Con el 26,8% de los casos clasificados, este grupo es el que
formula con mayor frecuencia respuestas negativas. Responden de esta manera
en 4,03 de las doce preguntas, frente a 3,11 o 1,92 en los otros grupos. Si bien
estas diferencias no son demasiado amplias, se complementan con una mayor
tibieza en la valoración del turismo, situándose en las posturas centrales en 3,03
ocasiones frente a 1,10 en el grupo siguiente. No obstante, aún mantienen un
importante apoyo al turismo, que impide calificarlos como críticos, puesto que
manifiestan posturas positivas en casi cinco de las preguntas.
3. Optimistas. Suponen el colectivo mayoritario en la población andaluza,
con más de la mitad de la muestra (52,2%). Manifiestan en mayor medida que
los indiferentes y escépticos una actitud positiva hacia el turismo, respondiendo
positivamente a 7,79 ítems.
Tabla 22
Media de respuestas positivas, centrales y negativas en los distintos segmentos
Indiferentes Escépticos Optimistas Total

Número de respuestas negativas 1,92 4,03 3,11 3,12
Número de respuestas centrales/no sabe 5,03 3,03 1,10 2,43
Número de respuestas positivas 5,04 4,94 7,79 6,45
Peso de cada conglomerado (N=3.105) 20,4% 26,8% 52,2% 100%
Fuente: IESA E-0602
4.4.3 Características de los distintos segmentos

A partir de esta clasificación de la población, es posible obtener información
muy pormenorizada. Aquí ofreceremos un perfil de las opiniones y rasgos más
característicos de los distintos segmentos y dejaremos para el apartado siguiente
el estudio del perfil sociológico de cada segmento.
4.4.3.1. Indiferentes
Atendiendo a la importancia de las distintas variables en la clasificación den-
tro de este grupo (Gráfico 42), es posible ver que el patrón de respuesta a los
impactos es el que introduce mayores valores en el Chi-cuadrado. En dos de
estos aspectos, la dependencia exterior de la riqueza turística y la relación entre
turismo e inmigración, el porcentaje de no sabe supera con creces a las otras
respuestas (85,4% y 49,3%), manteniéndose en niveles altos en los restantes im-
pactos49. En estos aspectos en los que existe mayor grado de conocimiento, los
integrantes de este grupo se inclinan mayoritariamente hacia las evaluaciones
positivas del impacto del turismo.
Gráfico 42
Importancia de las distintas variables para la clasificación como Indiferente
Fuente: IESA E-0602
49. Los resultados de los distintos segmentos respecto a las variables actitudinales empleadas en el mo-
delo de segmentación pueden verse en la Tabla 26.
Detrás de la percepción de los impactos, el aspecto que mayores diferencias

introduce en este grupo es el nivel de preocupación por temas turísticos, que apun-
ta nuevamente a la menor implicación e interés de este grupo con la actividad. En
este caso no existen valores centrales, pero vemos que el 82,4% de los indiferentes
afirma estar poco o nada preocupado por estos temas, frente al 58,8% de los es-
cépticos y el 47,0% de los optimistas. Respecto a la situación actual y la evolución
reciente del sector en Andalucía, se sitúan en una posición optimista: el 70,5% con-
sidera que la situación es buena o muy buena, existiendo una amplia conciencia
de que esta situación se mantiene desde hace algún tiempo (64% opina que sigue
igual o no sabe). En lo que atañe a los aspectos afectivos de la percepción de los
turistas, vemos que su valoración es muy positiva, casi tres de cada cuatro integran-
tes de este grupo piensa que los turistas son respetuosos y agradables.
4.4.3.2 Escépticos
Las variables de carácter afectivo introducen las mayores variaciones en el
perfil actitudinal de este grupo, tal y como se aprecia en el Gráfico 43. Casi la
totalidad de los que señalaron que los turistas eran en alguna medida irrespe-
tuosos o desagradables se clasifican en este grupo, aunque su peso dentro del
grupo no sea demasiado grande (14,9% y 11,3%). La mayor parte de los restan-
tes integrantes señalan que su comportamiento es normal en ambos aspectos
(70,5% y 75,6%), mientras que en los otros dos grupos la mayor parte se sitúa
en el lado positivo de la escala.
Estos factores afectivos son los que más determinan la pertenencia a este
grupo, con valores de Chi-cuadrado superiores a 1.200, frente a los valores por
debajo de 200 que se registran en las restantes variables. Sin embargo, las di-
ferencias en el resto de dimensiones actitudinales también son significativas,
situándose por encima del valor crítico que marca la línea azul en el gráfico.
Tal y como se aprecia en la Tabla 26, los miembros de este grupo coinci-
den, además de en esta peor evaluación afectiva, en un mayor acuerdo en
torno a la existencia de impactos negativos como la mala calidad del empleo
turístico (51,1% reconoce este impacto negativo), la pérdida del carácter tradi-
cional en las localidades turísticas (48,4%), la relación entre turismo e inmigra-
ción (45,8%) y la existencia de un deterioro en las costas andaluzas (37,7%).
Asimismo, un 21,2% considera que el turismo ha empeorado en los últimos

años, frente a valores del 16,8% y 6,1% entre los optimistas e indiferentes,
respectivamente.
Un último aspecto a destacar es el mayor peso que tienen dentro de este
grupo las percepciones negativas acerca del aporte económico que realizan los
turistas: el 34,7% de los escépticos consideran que los turistas gastan poco o
muy poco, más del doble que en los restantes grupos.
Gráfico 43
Importancia de las distintas variables para la clasificación como Escéptico
Fuente: IESA E-0602

Gráfico 44
Importancia de las distintas variables para la clasificación como Optimista
Fuente: IESA E-0602
4.4.3.3 Optimistas
Este último grupo es el más numeroso. Las evaluaciones afectivas también
son sumamente importantes en la clasificación dentro de este grupo, aunque
aquí adoptan el sentido contrario al de los escépticos: el 97,9% de los optimistas
califican a los turistas como respetuosos o muy respetuosos y el 98,6% como
agradables o muy agradables.
En el resto de los aspectos actitudinales empleados en la segmentación, las
diferencias con respecto a los escépticos son menos abruptas. Aún así, muestran
claramente un perfil más positivo y una actitud más favorable hacia el desarrollo
turístico, así como un menor reconocimiento de sus posibles impactos negativos.
De esta forma, muestran una mayor preocupación por temas turísticos (el
52,3% señala bastante o mucha preocupación), opinan mayoritariamente que
la situación del turismo es buena o muy buena (83,6%) y que ha mejorado en
los últimos años (51,3%). También perciben en mayor medida que los turistas
gastan bastante o mucho (46,4%) y son más reacios a reconocer impactos ne-
gativos del turismo. En este sentido, valga señalar que dentro de este grupo, el
70,2% rechaza que el turismo haya empeorado la situación de las costas anda-
luzas y el 57,8% no cree que genere empleos de mala calidad.
Para finalizar esta primera aproximación a la actitud hacia el turismo median-

te la segmentación, cabe señalar que esta diferenciación tiene efectos relevan-
tes en otros aspectos de interés que no han sido incluidos en el modelo, como
pudiera ser la evaluación general de la política turística o las preferencias por
determinadas medidas políticas y comportamientos ciudadanos hacia la mejora
del turismo.
Vemos en la Tabla 23 que la visión optimista del turismo se asocia claramente
a una evaluación positiva de la actuación de la Consejería de Turismo, Comercio
y Deporte en este ámbito: un 61,3% de los optimistas valoran bastante o muy
positivamente las políticas de la Junta de Andalucía para atraer turistas, frente al
45% de los escépticos.
Tabla 23
Evaluación de la política turística según segmentos
Segmentos
Indiferentes Escépticos Optimistas
La cantidad de Excesiva 8,4 15,5 10,6
turistas recibe
Apropiada 53,4 55,9 65,5
Andalucía es...
Insuficiente 15,5 21,2 20,0
NS/NC 22,2 7,4 3,9

Valoración políti- Muy negativamente 0,5 2,0 0,9
cas de la Junta de
Bastante negativamente 3,8 10,6 9,0
Andalucía para
atraer turistas Ni pos. ni neg. 10,6 25,1 17,0
Bastante positivamente 36,1 39,7 53,3
Muy positivamente 4,3 5,3 7,9
NS/NC 44,7 17,3 12,0

Recursos que Insuficientes 8,2 29,1 28,5
dedica la Junta de
Suficientes 36,1 46,8 52,2
Andalucía
Excesivos 1,9 3,7 3,2
NS/NC 53,7 20,4 16,2

Fuente: IESA E-0602
Tabla 24
Preferencia por distintas medidas políticas para mejorar el turismo según segmentos
Segmentos
Mejorar los servicios públicos de las zonas
13,9 13,8 14,7
turísticas
Mejorar la seguridad ciudadana en las zonas
15,5 16,3 17,6
turísticas
Favorecer la construcción de nuevos hoteles 8,8 6,4 7,5
Restaurar y conservar el patrimonio y los monu-
17,4 18,9 17,8
mentos
Proteger el medio ambiente y las costas 15,5 17,3 16,3
Limitar la construcción de viviendas en el litoral 5,5 7,4 5,9
Promocionar a Andalucía como destino turístico
11,2 12,2 13,0
en el exterior
Ayudar a las empresas turísticas a modernizarse 4,8 5,5 5,5
NS 7,4 2,2 1,8
Fuente: IESA E-0602
Tabla 25
Comportamientos para favorecer el turismo según segmentos
Segmentos
Cuidar sus monumentos y paisajes 63,6 68,8 68,3
Ser más educados con los turistas 27,9 20,0 25,3
Esforzarse por aprender idiomas 14,1 19,4 22,5
Conocer el patrimonio turístico e indicárselo a los
turistas 36,6 47,1 47,9
Valorar más a los que trabajan en el sector turís-
tico 20,3 32,1 26,5
Otros 1,8 1,1 1,3
NS 23,9 7,9 6,3
Fuente: IESA E-0602
En lo referente a las medidas políticas a adoptar, los optimistas muestran

cierta inclinación hacia medidas destinadas a la mejora y desarrollo de las zonas
turísticas, siendo más partidarios que los escépticos de mejorar sus servicios
(43,6% frente a 40,9%) y la seguridad (52,1% frente a 48,5%), así como de
favorecer la creación de hoteles (22,3% frente a 19,1%) (Tabla 24). Por el con-
trario, los escépticos optan en mayor medida por la protección y conservación:
tanto del patrimonio histórico andaluz (55,9% frente a 52,7%) como del medio
ambiente (51,2% frente a 48,5%). En esta misma línea, encontramos entre los
escépticos un mayor número de partidarios de limitar la construcción de vivien-
das en el litoral (21,9% frente a 17,4%).
Por último, en lo que respecta a los comportamientos ciudadanos para la
mejora del turismo, vemos que los optimistas muestran mayor inclinación por
ser más educados en el trato al turista (25,3%) que los escépticos (20,0%). És-
tos, por el contrario, preferirían que se valorara más a los trabajadores turísticos
(32,1% frente a 26,5%) (Tabla 25).
Como se habrá advertido, las diferencias entre escépticos y optimistas no son
particularmente importantes; salvo en lo que atañe a la valoración general de la
política turística, ninguna de las diferencias comentadas en los dos últimos párra-
fos supera el 5%. Se trata de diferencias de grado o de inclinaciones puntuales
dentro de un fondo de opinión generalmente favorable al turismo. Sin embargo,
tomadas en conjunto dan una imagen definida de las preferencias de ambos
grupos, cuyas orientaciones apuntan en el mismo sentido que los dos posicio-
namientos discursivos detectados en la fase cualitativa: desarrollistas, favorables
al desarrollo turístico a toda costa, e integradores, partidarios de un desarrollo
compatible con la conservación y protección del patrimonio artístico y natural.
Tabla 26
Posicionamiento de los segmentos en las distintas variables de clasificación
% de columna de cada segmento

Aspectos generales
Nada – Poca 82,4 58,8 47,0
Preocupación temas
turísticos NS 1,5 0,2 0,7
Bastante – Mucha 16,1 41,0 52,3
Mala - muy mala 0,3 4,8 3,2
Situación zonas
Regular – NS 29,2 27,8 13,1
turísticas andaluzas
Buena - Muy buena 70,5 67,4 83,6
Peor - Mucho peor 6,1 21,2 16,8
Evolución reciente
zonas turísticas Igual – NS 64,0 41,0 31,9
andaluzas
Mejor - Mucho mejor 29,9 37,8 51,3
Irrespetuosos 0,5 14,9 0,3
Respeto de los turistas Normal – NS 25,0 70,5 1,7
Respetuosos 74,5 14,6 97,9
Desagradables 0,1 11,3 0,0
Agrado de los turistas Normal – NS 25,5 75,6 1,4
Agradables 74,4 13,1 98,6
Gastan poco o muy
poco 9,0 34,7 17,7
Gasto de los turistas Normal – NS 66,6 47,2 35,8
Gastan bastante o
mucho 24,4 18,1 46,4
Impactos negativos del turismo

Impacto negativo 15,7 51,1 40,2
Calidad del empleo
NS 39,8 4,5 2,0
turístico
Impacto positivo 44,5 44,4 57,8
Impacto del turismo
sobre el carácter NS 43,9 4,0 2,2
tradicional
Relación entre
NS 49,3 5,1 1,8
turismo e inmigración
Efecto general del
turismo en la costa NS 27,1 1,9 0,4
andaluza
Aprovechamiento
NS 85,4 19,5 15,3
endógeno de la riqueza
turística Impacto positivo 6,0 33,1 37,9
NS 45,9 6,1 3,7
Calidad del empleo
turístico femenino Impacto positivo 40,3 67,4 65,5
4.5 Determinantes de las distintas actitudes.

Perfil de los pertenecientes a los distintos segmentos.
Esta clasificación de la población en función de sus actitudes hacia el turismo

no estaría completa si no ofreciéramos información sobre los factores sociales
que determinan o explican la pertenencia a uno u otro grupo. Plantearemos aquí
dos líneas de análisis complementarias. Por una parte, el perfil sociodemográfico
de los miembros de cada grupo servirá fundamentalmente para identificar las
características de los indiferentes. Por otra, la vinculación al turismo (personal
o laboral) y el tipo de destino turístico en el que se reside permitirán establecer
algunos criterios para identificar a escépticos y optimistas.
En lo que se refiere al perfil sociodemográfico de los distintos grupos (Ta-
bla 27), vemos que entre los indiferentes hay mayoría de mujeres (65,4%), de
mayores de 60 años (41,5%), población sin estudios (55%) y de pensionistas
(33,8%) y amas de casa (25,5%). Al tratar los aspectos relacionados con el gé-
nero (Apartado 3.8), ya comentamos la confluencia de estas características en la
estructura social andaluza a la hora de explicar el menor interés de las mujeres
por el turismo.
Cabe comentar, asimismo, algunas características diferenciales de los es-
cépticos frente a los optimistas: mayor porcentaje de mujeres (50,9% frente a
45,1%), mayor peso del grupo de 30 a 44 años (36,1% frente a 33,1%) y de
universitarios (16,2% frente a 13,6%).
Tabla 27
Perfil sociodemográfico de los distintos segmentos
Segmentos (% col) Total

Indiferentes Escépticos Optimistas % col N
Hombre 34,6 49,1 54,9 49,1 1527
SEXO
Mujer 65,4 50,9 45,1 50,9 1580
Menos de 30 años 16,7 24,2 25,9 23,6 733
GRUPOS DE De 30 a 44 años 19,6 36,1 33,1 31,2 969

EDAD De 45 a 59 años 22,2 21,5 21,4 21,6 672
60 años o más 41,5 18,2 19,5 23,6 734
Sin estudios 55,0 28,1 27,6 33,3 1036
Primarios 26,0 32,0 31,1 30,3 942
NIVEL EDU-
Secundarios... 12,8 23,6 27,4 23,4 727
CATIVO
Universitarios 5,6 16,2 13,6 12,7 395
NC 0,6 0,2 0,2 0,3 9
Ocupados 26,2 50,2 50,0 45,2 1405
Parados 8,0 11,5 10,5 10,3 319
RELACIÓN Incapacitado 1,6 2,3 1,5 1,7 53
CON LA
Estudiantes 4,1 4,0 6,3 5,2 162
ACTIVIDAD
ECONÓMICA Pensionistas, jubilados 33,8 14,6 17,8 20,2 627
Labores del hogar 25,5 16,8 13,7 17,0 527
Otros inactivos 0,8 0,5 0,3 0,5 14
Fuente: IESA E-0602
Se detectan evidencias de que existe cierta influencia de la vinculación con

el turismo en la actitud hacia el turismo que, si bien apuntan en el sentido
esperado en función de la teoría del intercambio social que ha servido como
referencia teórica a lo largo de toda la investigación, tampoco ofrecen un apoyo
concluyente, puesto que las diferencias no son excesivamente amplias.
Así, vemos que los escépticos perciben una menor importancia económica
del turismo en su localidad de residencia (64,1%) que los optimistas (73,5%), se
ven menos beneficiados personalmente por el turismo (22,4% frente a 28,5%
los optimistas) y, entre los que están activos económicamente, tienen menor vin-
culación laboral con esta actividad (19,7% frente a 23,7%) (Tabla 28). Por tanto,
en todos los casos se confirma que a mayor vinculación con el turismo, mayor
probabilidad de que se den actitudes positivas hacia la actividad. Sin embargo,
atendiendo a los resultados de los indiferentes en la Tabla 28 podría apuntarse
que la vinculación con el turismo parece tener mayor capacidad para explicar
las posturas de indiferencia, antes que las actitudes positivas o negativas, en la
misma línea apuntada en el apartado 4.3.
Tal y como se ha visto a lo largo del libro, muchas respuestas negativas res-
ponden a factores más complejos, en los que se combina la vinculación al turis-
mo con el tipo de destino turístico y la intensidad o madurez de la actividad en
la zona. De hecho, como se aprecia en la Tabla 29, el tipo de producto turístico
en que se especializa la localidad produce diferencias más o menos relevantes,
con el mayor porcentaje de escépticos en las zonas de playa (31,9%) y el menor
en las zonas de turismo urbano (25,9%). Por último, en las zonas de turismo
rural lo que destaca es el elevado porcentaje de indiferentes (26,4%), algo que
debemos achacar, visto el perfil por edades de este segmento, al mayor enveje-
cimiento en estas zonas.
Tabla 28
Vinculación con el turismo de los distintos segmentos
Segmentos (% col) Total

Indiferentes Escépticos Optimistas % col N
Importancia Nada-poca 39,5 35,9 26,5 31,6 969
económica local
del turismo Bastante-Mucha 60,5 64,1 73,5 68,4 2092
Nada-poco 91,7 77,6 71,5 77,2 2375
El turismo le
beneficia... Bastante-Mucho 8,3 22,4 28,5 22,8 701
Relación de su Nada-poco 84,8 77,4 73,6 76,1 1270
trabajo con el
turismo (activos) Bastante-Mucho 10,5 19,7 23,7 20,8 347
Fuente: IESA E-0602
Tabla 29
Peso de los distintos segmentos según oferta turística predominante
Tipo de destino (% col)
Playa Urbano Rural Sin alojamiento

Indiferentes 16,0 17,6 26,4 17,1
Escépticos 31,7 25,9 27,9 25,7
Optimistas 52,3 56,4 45,6 57,2
Total 100,0 100,0 100,0 100,0
N 548 623 911 845
Fuente: IESA E-0602
Conclusiones
La principal conclusión de esta investigación es la buena valoración que ha-

cen los andaluces sobre el turismo y sus efectos sobre el desarrollo de la región.
En efecto, a lo largo del estudio se ha podido constatar que las opiniones favora-
bles hacia la actividad turística son mayoritarias, existiendo un elevado nivel de
acuerdo sobre los importantes beneficios que aporta el turismo a la economía
andaluza, así como sus efectos positivos en el ámbito sociocultural. No obstan-
te, los andaluces son conscientes de que la actividad tiene costes para la región
al producir efectos negativos que deben ser mitigados a través de las acciones
públicas pertinentes.
Este balance general requiere algunas matizaciones debido a la diversidad de
las realidades turísticas que existen en Andalucía y que tiene importantes conse-
cuencias en la gestión del sistema turístico y en la optimización de sus impactos en
la sociedad andaluza. En este apartado de conclusiones se comentarán los resulta-
dos más relevantes de la investigación y se expondrán algunas de las claves meto-
dológicas que han servido de guía para la recogida de la información empírica.
En el plano metodológico, se han combinado dos niveles de análisis a la hora
de recoger evidencias empíricas sobre el estado de la cuestión en Andalucía. En
un primer nivel de análisis, se han utilizado técnicas cualitativas para conocer
de forma detallada y con cierto nivel de profundidad las opiniones que sobre el
turismo tienen los andaluces que viven en zonas turísticas y que, por tanto, expe-
rimentan como anfitriones los efectos de la actividad turística en sus respectivas
localidades. Con esa finalidad se han realizado varios grupos de discusión en
municipios andaluces (urbanos, rurales e intermedios) donde la actividad turísti-
ca tiene una importancia significativa como estrategia de desarrollo, lo que nos
ha permitido estudiar la relación existente entre los distintos modelos turísticos,
las diversas actitudes de la población y sus diferentes impactos en el ámbito
socioeconómico (tipo de empleo generado, nivel de cualificación exigido,…). En
un segundo nivel de análisis, y mediante técnicas de tipo cuantitativo (encues-
tas), se ha medido la importancia relativa que las distintas opiniones acerca del
turismo tienen en la sociedad andaluza, tanto a nivel general de la región, como
atendiendo a la realidad específica de las diversas zonas turísticas en que se ha
dividido el territorio andaluz según el tipo de oferta predominante (litoral, urba-
na, rural) y la densidad alojativa con respecto a la población.
En lo que se refiere a los resultados de la investigación, es altamente positi-

va la opinión de los andaluces sobre el turismo y su contribución al desarrollo,
tanto de la región en general, como de las distintas zonas turísticas. Una amplia
mayoría de los andaluces considera que la situación de las zonas turísticas de
Andalucía es buena y que ha mejorado en los últimos años: casi dos terceras
partes de la población consideran que el turismo es una de las tres principales
actividades económicas andaluzas, y una proporción algo mayor considera que
se trata de una actividad bastante o muy importante en su localidad de residen-
cia. Sólo uno de cada diez andaluces considera excesiva la presión turística en
la región, mientras que seis de cada diez opina que es apropiada, y casi dos de
cada diez cree incluso que es insuficiente y que sería bueno que aumentara el
número de turistas que recibe Andalucía.
Coincidiendo con otras investigaciones realizadas en distintos países turísti-
cos de mundo, el estudio del caso de Andalucía confirma la relación existente
entre la valoración positiva que recibe el turismo por parte de la población local
y los efectos económicos generados por esta actividad (sobre todo en lo relativo
a la creación de empleo). En efecto, más del 80% de los andaluces reconocen
que el turismo tiene efectos positivos sobre la creación de empleo y la genera-
ción de riqueza y crecimiento económico.
Además de los importantes beneficios económicos del turismo, dos de cada
tres andaluces reconocen otros positivos efectos en el ámbito sociocultural,
como la mejora de las infraestructuras y equipamientos, el aumento de la ofer-
ta cultural y de ocio, la mejora de los servicios públicos, el incremento de la
seguridad ciudadana y en general la mejora de la calidad de vida en las zonas
turísticas. Se percibe, en definitiva, que el turismo tiene capacidad de proporcio-
nar beneficios colectivos que revierten al conjunto de la comunidad, siendo un
excelente medio para extender la imagen de Andalucía en el exterior. Se trata de
una serie de beneficios culturales que permiten entender mejor la profunda rai-
gambre que tiene el turismo en la opinión pública andaluza, que va mucho más
allá de la mera consideración instrumental sobre sus beneficios económicos.
Esta actitud general positiva y su asociación con las distintas categorías de im-
pactos no es óbice para que también se hayan recogido opiniones críticas sobre
el turismo y se reconozcan impactos negativos de esta actividad. Los efectos del
turismo sobre los precios de los bienes y servicios, así como en el coste de la
vivienda, son el problema más citado: uno de cada tres andaluces considera que
el turismo tiene efectos negativos en este sentido, siendo esta percepción algo
mayor en aquellas localidades donde el turismo es una actividad emergente y
donde la oferta de viviendas se ve presionada por una demanda extranjera con
mayor poder adquisitivo que la población local.
El problema de la masificación de las zonas turísticas y los costes que eso re-
presenta en la calidad de vida es otro de los efectos citados por la población, si
bien es una opinión muy localizada y restringida a aquellas zonas donde el turis-
mo ha alcanzado un mayor nivel de desarrollo (sólo uno de cada diez andaluces
considera que la masificación es una de las principales consecuencias negativas
del turismo). La citada masificación, junto al problema de convivencia, la expre-
san los andaluces en sus quejas sobre ruidos, vandalismo, suciedad de las calles,
congestión del tráfico o deficiencias en las infraestructuras, siendo expresada de
forma más rotunda en los municipios de litoral con alta densidad turística.
Otro de los problemas percibidos se enmarca en la compleja relación en-
tre turismo y medio ambiente. Es verdad que la magnitud del problema no es
grande si lo medimos por el reducido peso que tiene en la población estas
opiniones (uno de cada cuatro andaluces considera que el turismo ha tenido
efectos negativos en la conservación del medio ambiente, pero casi la mitad
cree que esos efectos han sido positivos), pero es también verdad que este
tema es objeto de controversia en la población y que su relevancia en los
debates públicos se incrementa. En términos generales, la población andalu-
za se muestra partidaria de primar la protección del medio ambiente frente
al crecimiento económico y sitúa en primer lugar medidas conservacionistas
(“conservar y restaurar el patrimonio y los monumentos”) en sus preferencias
por actuaciones políticas y ciudadanas dirigidas a mejorar el turismo. Sin em-
bargo, vemos que esta opinión conservacionista no se sitúa en posiciones
extremas, sino intermedias, extendiéndose una posición integradora a favor
de un turismo sostenible donde el desarrollo turístico tenga en cuenta los
efectos de esta actividad sobre la conservación del valioso patrimonio cultural,
paisajístico y ambiental de Andalucía. Cabe señalar cómo en esta opinión inte-
gradora subyace la convicción de que la calidad del turismo está asociada a la
conservación del paisaje natural y urbano, y de que son estos recursos los que
realmente atraen a los turistas.
Como hemos señalado, la valoración generalmente positiva del turismo en
Andalucía se acompaña de ciertas variaciones entre las distintas zonas del te-
rritorio. Es evidente que el tipo de zona turística (y el modelo que le sirve de
base) influye en la opinión que tiene la población local sobre el turismo. Así, en
algunas localidades de tradición industrial o agrícola hoy en declive, se percibe
el turismo como un “sector refugio” que sustituye a esas otras actividades al no
existir alternativas diferentes de desarrollo. En zonas de litoral con alta densidad
turística predomina la opinión de que existe una crisis profunda en el sector,
asociada al declive del modelo turístico de masas que ha estado vigente en estas
zonas desde hace mucho tiempo.
Otra variable que incide en las opiniones de los andaluces sobre el turismo es
la mayor o menor vinculación laboral con esta actividad, confirmando lo que ya
han señalado otros estudios sobre este tema en diversos países y zonas turísticas
del mundo. La influencia de esta variable es incluso mayor que las que habitual-
mente se mencionan en los barómetros de opinión pública (sexo, edad, nivel de
estudios, renta,…), lo que demuestra su potencial explicativo a la hora de anali-
zar las actitudes de la población ante el turismo. Sin embargo, dicha influencia
no es simple y directa (a mayor vinculación con el turismo, más positiva es la
valoración de esta actividad), sino que se expresa con cierta complejidad, dado
que su incidencia se produce en un determinado contexto. Así, por ejemplo,
en contextos en los que se percibe que el sector turístico está en crisis al haber
perdido rentabilidad y cuota de mercado, es más acentuada entre las personas
vinculadas directamente con el turismo la percepción de que la oferta turística
es de baja calidad. Algo similar ocurre con los problemas de convivencia y otros
aspectos negativos asociados a la masificación (ruido, congestión del tráfico, su-
ciedad,…), que son más citados por la población vinculada al turismo en aquellas
zonas donde es mayor la dependencia respecto de esta actividad.
En este mismo sentido, se observan opiniones pesimistas sobre el principal
beneficio percibido del turismo, a saber, la creación de empleo. Casi dos de
cada cinco andaluces consideran que el empleo que genera el turismo es de
mala calidad. Se trata de una percepción que se agudiza entre la población más
directamente vinculada con el turismo, especialmente entre los trabajadores del

sector turístico que residen en los llamados destinos maduros. Además, los anda-
luces relacionados con esta actividad reclaman, en mayor medida que el resto,
más respeto hacia los profesionales del sector turístico.
De los resultados de esta investigación cabe extraer algunas interesantes
consecuencias prácticas. Ante todo, la positiva percepción de la situación del
turismo y el alto nivel de valoración de las políticas turísticas representan un
claro apoyo de los andaluces a las actuaciones llevadas a cabo por la Junta de
Andalucía. Sin embargo, los aspectos problemáticos expresados con esa misma
claridad por la población deben ser tenidos en cuenta para abordarse sin dila-
ción, antes de que alcancen mayor gravedad.
En este sentido, parece necesario, en primer lugar, fomentar entre los anda-
luces una mayor conciencia de la importancia de la actividad turística para la
región, logrando una mayor implicación activa de la población en estos asuntos
de tanta significación para el desarrollo de Andalucía.
En segundo lugar, parece oportuno fomentar las posturas integradoras en
las zonas de turismo emergente, donde la falta de dinamismo de las activida-
des económicas tradicionales puede inducir a la población a apoyar desarrollos
turístico-residenciales incontrolados. Esto implica aumentar la visibilidad de las
medidas de conservación adoptadas y sus positivas consecuencias para la con-
solidación de una oferta turística sostenible económica y socialmente y para la
consolidación de espacios recreativos para la propia sociedad andaluza.
En tercer lugar, se considera de especial importancia atender a las problemá-
ticas específicas de las zonas de litoral, particularmente aquellas que mayores
dificultades están teniendo, y van a tener, a la hora de reposicionar su oferta. La
demanda de una mayor seguridad ciudadana parece la más relevante en este
sentido, pero también se reclama de forma relevante la mejora de los servicios
públicos en estas zonas turísticas.
En cuarto lugar, consideramos que es necesario prestar mayor atención a
las nuevas configuraciones sociales que se están produciendo en las zonas tu-
rísticas como consecuencia del asentamiento de importantes contingentes de
inmigrantes con perfiles muy diferenciados: trabajadores turísticos y de la cons-
trucción, procedentes de países menos desarrollados, y residentes mayores (por
lo general jubilados) provenientes de países más desarrollados (geronturistas).

Vemos que tanto en las grandes ciudades turísticas, como en los municipios
pequeños con crecimientos acelerados, estos procesos de movilidad pueden
conducir a la creación de microcosmos extranjeros dentro de la sociedad local,
dando lugar a problemas de integración que, a la larga, podrían acarrear conflic-
tos importantes.
Un último aspecto sería la necesidad de mejorar la imagen social de los tra-
bajadores turísticos. Para ello se considera urgente y perentorio reforzar el papel
de estos profesionales como actores fundamentales en el buen funcionamiento
de la actividad turística, y fomentar medidas para evitar la excesiva temporali-
dad, la sobrecualificación y las bajas remuneraciones salariales.
Creemos oportuno finalizar estas conclusiones señalando la importancia de
la dimensión social del turismo, una dimensión que ha servido de guía a esta in-
vestigación y que constituye su principal aportación a los estudios sobre turismo
en Andalucía. Un turismo sostenible sólo es posible si se enmarca en las nece-
sidades y preocupaciones de la ciudadanía y si recibe el apoyo de la población
local. Andalucía es una región donde existe una buena interacción entre turismo
y ciudadanía, pero esa relación está permanentemente sometida a presiones
internas y externas que deben ser anticipadas por los responsables políticos y
por los profesionales del sector, realizando buenos y rigurosos diagnósticos de
la situación y estudiando con seriedad las tendencias futuras.
Anexo I
Documentación
de la fase
caualitativa
CONFIGURACIÓN de los GRUPOS DE DISCUSIÓN
1- LOCALIZACIÓN DE LOS GRUPOS

a- Torremolinos (20 de octubre)
b- Barbate (25 de octubre)
c- Granada (19 de octubre)
d- Úbeda (27 de octubre)
e- Grazalema (2 de noviembre)
f- Cómpeta (3 de noviembre)
2- DISEÑO DE LOS GRUPOS

- GRUPO C- GRANADA- (19 octubre)
1- Trabajador del sector de la hostelería (H/M) (25-55)
2- Trabajador del sector de la restauración (H/M) (25-55)
3- Trabajador sector servicios vinculado al turismo (H/M) (25-55)
4- Trabajador sector industrial/construcción/pequeño comercio (no turístico)
(H) (25-55)
5- Trabajo doméstico (M) (30-55)
6- Funcionario (no universitario) o sector servicios no vinculado al turismo
(banca, agente comercial u otros). (H/M) (30-55)
7- Estudiante (FP 2 ó 3/universitario) (H/M) (18-25)
8- Anciano (no ha trabajado en el sector turístico) (H/M) (+65)
- GRUPO A- TORREMOLINOS- (20 octubre)
3- Sector servicios vinculado al turismo (H/M) (25-55)
4- Sector industrial/construcción/pequeño comercio (no turístico) (H) (25-55)
8- Anciano (no ha trabajado en sector turístico) (H/M) (+65)
- GRUPO B- BARBATE- (25 octubre)

4- Sector pesquero (en activo o en paro) (H/M) (25-55)
- GRUPO D- ÚBEDA- (27 octubre)
4- Sector industrial/construcción/pequeño comercio (H/M) (25-55)
Otras especificaciones:
- El ámbito geográfico de selección es Úbeda y Baeza.
- GRUPO E- GRAZALEMA- (2 noviembre)
4- Sector agrícola (H/M) (25-55)
7- Estudiante (FP 2 ó 3/universitario) (H/M) (-25)
- GRUPO F- CÓMPETA- (3 noviembre)

4- Sector agrícola (H/M) (25-55)
7- Estudiante (FP 2 ó 3/universitario) (H/M) (-25)
3- ESPECIFICACIONES DE LOS PERFILES

Las especificaciones que se dan a continuación deben cumplirse en todos los
grupos, salvo excepción expresa en la especificación.
- Los géneros rondarán el 50% de la composición de cada grupo.
- Dos miembros de los no ocupados en el sector turístico residirán en zona
turística de la localidad (entendida ésta en un sentido amplio). Esta exi-
gencia es innecesaria para los grupos de zonas rurales (Cómpeta y Gra-
zalema).
- Los trabajadores del sector hotelero no deben ser empresarios ni directivos.
- Por trabajadores vinculados al turismo se entienden aquellas profesiones
del sector servicios que sin estar directamente implicadas en el alojamien-
to y restauración tienen un contacto directo con la realidad turística: guías
turísticos, dependientes o propietarios de pequeños comercios turísticos,
personal de museos y otras atracciones turísticas, artistas de espectáculos
turísticos, conductores y chóferes, personal de agencias de viajes, etc.
- El número de personas con estudios superiores (incluido el estudiante) no
debe superar el número de dos
- En el perfil 4 de algunos grupos se dan distintas opciones ocupacionales.
Se puede elegir entre ellas, pero en el total de los seis grupos deben estar
representadas todas las opciones descritas.
- Uno o dos miembros por grupo pueden encontrarse en este momento en
situación de desempleo.
4- PRESCRIPCIONES TÉCNICAS DE LA CONTACTACIÓN

- Durante la contactación a los asistentes se les informará de que van a parti-
cipar en una reunión de grupo para hablar sobre las posibilidades de desarrollo
económico de su localidad, dentro de un estudio para la Junta de Andalucía.
- Los asistentes a los grupos no deben haber participado con anterioridad en
ningún otro grupo de discusión.
- Los asistentes a los grupos no deben conocerse entre ellos. En los grupos
de zonas rurales (F y E) puede relajarse este criterio, procurando que no sean
cercanos en la red social; no sean familiares; ni compartan intereses.
GUIÓN de los GRUPOS DE DISCUSIÓN
A- PLANTEAMIENTO DEL GRUPO:

La realidad económica / el desarrollo económico / el futuro económico de
tu ciudad.
B- ACTITUDES
El objeto central de los grupos es analizar las actitudes y comportamientos
de los andaluces respecto al turismo. Del análisis de la bibliografía existente se
deducen una serie de variables explicativas o precedentes de las actitudes frente
al turismo. Las que planteamos que pueden tener relevancia en Andalucía son
las siguientes.
Variables explicativas.
Vinculadas a intereses.
Dependencia económica del turismo.
Nivel de contacto con los turistas.
Distancia del hogar respecto de las zonas turísticas.
Usos / competencia por recursos recreativos (playas, plazas y paseos, hoste-
lería, etc.).
Vinculadas a valores.
Preocupación y vinculación emocional con la comunidad.
Nacimiento en la comunidad y tiempo de residencia.
Sensibilidad ambiental.
Sociodemográficas.
Edad.
Género.
Formación.
Hipotéticamente, las actitudes relacionadas con dichas variables se manifes-

tarán en el posicionamiento en torno a una serie de ítems que agrupamos en
torno a tres conjuntos:
ITEMS
1. Respecto del CARÁCTER de la actividad:
La valoración del sector turístico como actividad económica, especialmente
en relación o competencia con otros sectores.
Valoración del turismo como estrategia de desarrollo.
- Connotaciones de la misma en base a la importancia en el sector de la pres-
tación de servicios personales y el “prestigio” de dichas labores.
- Integración de dicha actividad en las estrategias de desarrollo económico y
social elaboradas por la población.
- Percepción de la compatibilidad y prioridad con otros sectores y usos de
los recursos.
Percepción / evaluación del impacto económico del turismo.
- ¿Creen que es capaz de generar riqueza (distinguir el pasado de las pers-
pectivas futuras)?
- ¿Es considerado un sector económico equiparable al resto?
- ¿Qué papel esperan / desean que juegue el turismo en su localidad y en
Andalucía? (actitud hacia un incremento futuro en el número de turistas
recibidos).
- Comparación y compatibilidad con otros sectores económicos.
- ¿Qué tipo de empleo genera?
2. Respecto de PECULIARIDADES de la actividad
Consecuencias de la distancia cultural con el extranjero.
- Posibles relaciones de superioridad-inferioridad.
- Actitud frente al guiri (variables: cercanía al sector, nivel cultural, lugar resi-
dencia).
- Complejo de superioridad/inferioridad.
- Tolerancia con las costumbres del turista.
3- Respecto de IMPACTOS de la actividad:
Efectos percibidos por la ciudadanía en el entorno, la vida cotidiana y la
identidad colectiva, producidos por la actividad turística.
Impactos socioculturales negativos.
- Sensación de alteridad respecto de la propia ciudad.
- Afección a los intereses de determinados colectivos.
- Impacto sobre las identidades colectivas y la vida cotidiana
- Cambios de uso de los espacios y afección en la vida cotidiana; Segregación
de espacios.
- Problemas derivados de la masificación y congestión de las zonas turísticas
(tráfico, limpieza, delincuencia, ruidos).
Impactos socioculturales positivos.
- Transformaciones de la ciudad por causa del turismo (revitalización de espa-
cios históricos, creación de nuevos recursos recreativos, etc.).
- Reafirmación de la identidad cultural a partir del interés turístico (revitaliza-
ción de las artesanías y tradiciones culturales).
C- COMPORTAMIENTOS
- Tipos de interacción con los turistas y predisposición hacia dicha interacción
(comercial, lateral /”de paso”, frente a frente).
- El contacto profesional y el “rol de servicio” (formación, satisfacción, con-
cienciación…).
- Compartir los espacios.
- El cicerone casual.
D- ANDALUCÍA COMO DESTINO TURÍSTICO
-Percepción de las distintas zonas de Andalucía como destino turístico.
¿Qué aspectos creen que resultan atractivos?
¿Qué carencias ven en su oferta?
¿Qué papel juegan ellos (los vecinos) en esa oferta?
Anexo II
Cuestionario
215
216
217
218
219
220
221
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Análisis del turismo en Andalucia - 1

Los andaluces y el turismo

Investigación enmarcada en el Convenio de colaboración entre la Consejería de Turismo, Comercio y

1.ª Ed., 2007

Esta publicación está disponible para la consulta y préstamo en el Centro de Documentación de la

Hoy en día contamos con un rotundo consenso den-

1ª Sección: Aspectos teóricos y metodológicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11

2ª sección: Interés, conocimiento y valoración del turismo en Andalucía. 51

3ª sección: Turismo y sociedad en Andalucía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89

3.8. Análisis de género . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 123

4ª sección: El impacto social del turismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 139

En este libro se presentan los resultados de una investigación llevada a cabo

El autor quiere agradecer sinceramente la colaboración de las siguientes per-

En este capítulo se presenta, en primer lugar, un panorama de las distintas

1.1 Las opiniones sobre el turismo.

racciones no comerciales dichos estándares no existen, con lo que la calidad del

Actitud positiva de la Interacciones Satisfacción Valor añadido

apatía, enojo y antagonismo (Doxey, 1976). Se trata de una tesis controvertida y

A inicios de los años 80, Brougham y Butler (1981) aplican un análisis de

- Los impactos por sí solos no generan la actitud, es la percepción que

Características de Beneficios del Apoyo al desarrollo

dades sociales, económicas y psicológicas y para mejorar el bienestar en su co-

Evaluación positiva: Refuerzo conducta

INICIO FORMACIÓN EVALUACIÓN

Los antecedentes de la relación de intercambio deben

Otra corriente teórica de relevancia se centra en el papel de la vinculación

turismo y el desarrollo turístico se forman en las redes sociales de carácter local,

localidad, el grado de preocupación por su desarrollo y la vinculación emocional

fías, estudios de caso, entrevistas en profundidad u observación participante.

Autor Tema / Impacto

El turismo modifica la estructura interna de la comunidad, divi-

Las oportunidades laborales y la presencia de visitantes atraen a

Como vemos, la variedad de temas tratados es muy importante. Sin embar-

Autor Tema / Impacto

Autor Tema / Impacto

White (1974) El alojamiento hotelero es una amenaza sociocultural importante

El resultado de las transformaciones en lo escenificado (la cultura local) ha

turísticas son definidas como laboratorios culturales en los que se experimentan

1.2 Estado de la cuestión en España

La investigación sobre las actitudes locales hacia el turismo y los turistas en

Los resultados generales de este estudio apuntan a un elevado grado de reco-

1.3 Indicadores sobre el estado de la cuestión

El territorio andaluz, con más de 87.268 km cuadrados, supone un destino

3.- El procedimiento de cálculo se detalla en el apartado siguiente al comentar el diseño de la muestra.

se produce en esta zona. Sólo un 9,0% de la población reside en las zonas de

Baja densidad Alta densidad Total

Fuente: Elaboración propia a partir de datos del RTA e INE.

Pasemos ahora a describir someramente las características del turismo en An-

Fuente: Elaboración propia a partir de IEA, 2006b.

No obstante, no pueden dejar de apreciarse algunos comportamientos que

Fuente: Elaboración propia a partir de CTCyD, 2005, 2006c.

2002 2003 2004 2005

Fuente: Elaboración propia a partir de IEA, 2006b.

1.4 Planteamiento de la investigación

4. El guión de los grupos de discusión y las instrucciones de contactación se incluyen en el Anexo I

1.4.1 Diseño de la fase cualitativa

El objetivo de la investigación cualitativa ha sido caracterizar las posiciones de

Para asegurar que los grupos fueran diversos y heterogéneos en su compo-

1.4.2 Diseño de la fase cuantitativa

1.4.2.1 Tamaño y composición de la muestra

específica del Registro de Turismo de Andalucía (RTA)7. El procedimiento ha

7. Datos proporcionados por la Consejería de Turismo, Comercio y Deporte. Plazas a 1 de enero de

8. Excluyendo casos extremos de establecimientos con un gran número de plazas.

Baja densidad Alta densidad Total