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“LOS CHIMPANCÉS”

El chimpancé es nuestro pariente vivo más próximo, con el que compartimos el 98% de nuestro código
genético. Por esta razón la apariencia y algunos comportamientos son muy similares a las de los humanos. 

La primera de las similitudes entre humanos y chimpancés es que comparten la misma manera de caminar,
erguidos sobre dos patas y con una morfología esquelética. 

Estos primates pueden sonreír en silencio, desternillarse de risa o reír a carcajada limpia, una gama y
flexibilidad en la comunicación de las emociones positivas que hasta ahora se creía exclusiva de los
humanos. Todo apunta a que las expresiones faciales vinculadas a la risa estaban presentes en nuestros
ancestros simios, y que aparecieron mucho antes de que los humanos evolucionaran.

Los chimpancés poseen metacognición, es decir, pueden reflexionar acerca de sus propios pensamientos y
procesos mentales, tal y como demostraron hace poco investigadores de varias universidades
estadounidenses. Según los autores, estos primates tienen conciencia de lo que saben y de lo que
desconocen, y basándose en eso son capaces de mostrar más o menos confianza en sus respuestas y
comportarse en consecuencia. Y esto les permite tomar decisiones inteligentes.

El juego es un comportamiento muy extendido entre los mamíferos, que se sabe tiene importantes
consecuencias para el desarrollo de los individuos. Un estudio reciente sobre chimpancés jóvenes ha
demostrado ahora que estos animales juegan y se desarrollan de manera muy similar a los niños. Tanto
durante la infancia como en la juventud, los chimpancés disfrutan de juegos, igual que lo hacemos los
humanos. Esta actividad, cuyo único objetivo es el entretenimiento, permite a ambas especies establecer y
forjar las relaciones sociales con los animales que comparten juegos y desarrollar capacidades de lógica,
imaginación y cooperación. 

Otra de las similitudes entre humanos y chimpancés es que estos animales cultivan la amistad tal y como
hacemos nosotros. Comparten comida, se entretienen, colaboran e incluso se consuelan entre ellos. Pero no
cualquier miembro de la especie puede ser un buen amigo, como ocurre con los humanos, los chimpancés
también tienen ciertas preferencias a la hora de hacer amigos, basadas en rasgos de personalidad parecidos.
Los tímidos tienden a congeniar mejor con los tímidos, por ejemplo.

En resumen, el chimpancé es el primate más cercano genéticamente al ser humano, compartiendo el 98% de
su ADN, por este motivo no es de extrañar que tengamos muchas cosas en común con estos animales.

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