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AGRICULTURA

SOSTENIBLE EN
HOLANDA (PAÍSES
BAJOS)
La agricultura en Holanda:
■ Holanda es muy buen ejemplo de cómo conseguir una agricultura más productiva con
menos agua, menos insumos y en tierras pobres. Holanda, un país más pequeño que
la Comunidad Autónoma de Aragón, es capaz de exportar más productos
agroalimentarios que España, Italia y Portugal juntas (aproximadamente 90.000
millones de euros al año en alimentos).
■ Holanda es centro de distribución en Europa y una parte de esas exportaciones son
alimentos que previamente han sido importados. Incluso teniendo en cuenta esos
datos, las exportaciones de los alimentos de producción propia siguen siendo las
más elevadas de Europa. Su climatología adversa, característica del norte de Europa,
tampoco es un problema para ser una potencia mundial en el cultivo de patatas,
cebollas, tomates o fresas. La agricultura en Holanda consigue la máxima
producción de hortalizas en espacios reducidos con suelos pobres, es decir, el doble
de comida con la mitad de recursos.
Características de la agricultura en
Holanda:
■ Tomando una vista aérea se puede comprobar que las zonas agrícolas de los Países
Bajos están cubiertas por modernos invernaderos y politúneles (con forma de túnel y
cubiertas de plástico o cristal). Se trata de espacios de cultivo climatizados que
reflejan la luz solar por el día y se iluminan por la noche mediante iluminación LED,
creando microclimas artificiales que permiten el cultivo durante las 24 horas. La
falta de nutrientes en los suelos pobres se contrarresta con el cultivo de plantas que
actúan en simbiosis con ciertas cepas bacterianas (inoculadas en las raíces) y que
generan su propio fertilizante.
■ Estas técnicas novedosas requieren una cantidad inferior de agua (tecnología
hidropónica) y de productos químicos respecto a los cultivos tradicionales, lo que
hace que se esté multiplicando la productividad. Por ejemplo, en cultivos de patatas,
por cada 4.000 metros cuadrados, producen más de 20 toneladas. En cultivo
tradicional, la producción de un kilogramo de tomates requiere 60 litros de agua,
mientras que en Holanda, con estas técnicas de cultivo y tierra enriquecida, solo se
necesitan 15 litros de agua.
Producción sostenible de huevos:
■ También innovan en ganadería, ya que son capaces de producir huevos sin generar
ninguna emisión de CO2. Lo hacen a partir de gallinas ponedoras blancas (más
eficientes y que necesitan menos pienso). Utilizando energías limpias (paneles
solares que abastecen de energía a las granjas) y con la alimentación procedente de
desechos de la industria alimentaria para el pienso de las aves (excedentes de
cosecha no aptos para el consumo humano, restos procedentes de la industria del
aceite vegetal…). También aplican técnicas veterinarias punteras que previenen
enfermedades antes de curarlas. El uso de pienso producido a partir de los residuos
alimentarios es una técnica a tener en cuenta, pues no requiere de tierra, reduce
costes de producción y tiene un impacto reducido en el cambio climático. Además,
Holanda exporta tecnología para el control de la seguridad alimentaria y para el
desarrollo de las granjas urbanas.
Holanda “el nuevo granero del mundo”
■ Holanda se ha convertido en el nuevo ‘granero del mundo’. Y lo ha hecho aplicando la
más sofisticada tecnología a la agricultura. Ya exporta tantos alimentos como Italia,
Portugal y España juntos.
■ En Westland, a las afueras de La Haya, no hay un solo centímetro cuadrado de tierra
desaprovechada. Es un impresionante mar de paneles solares. Están instalados sobre
los enormes tejados de los cientos de invernaderos que ‘tapizan’ la localidad. Por la
noche se iluminan como si de una gran instalación artística se tratara, aunque en
realidad las luces led de su interior se encargan de que los tomates, las cebollas o las
patatas crezcan a un ritmo vertiginoso. Mientras tanto, los drones se ocupan de
monitorizar los progresos de las plantas o la calidad de la tierra. Y las inclemencias
del tiempo han dejado de ser una preocupación para los agricultores de la zona.
Este es el aspecto de una granja en Westland
(Holanda). Están rodeadas de invernaderos que
funcionan con tecnología punta y que dan un aspecto
futurista al campo holandés.

A pesar de las ganancias para el país y de las ayudas


públicas, los críticos alegan que perjudica a los pequeños
agricultores que no pueden hacer grandes inversiones en
tecnología.
“food valley”:
■ En Holanda, el viejo oficio de plantar frutas, vegetales y hortalizas ha dejado de ser un
trabajo arcaico. De hecho, muchos jóvenes emprendedores escogen este sector para
montar sus start-ups. Este es el espíritu que impregna Food Valley, un proyecto que
ha conseguido convertir los Países Bajos en una auténtica potencia agrícola. Con
apenas 41.000 kilómetros cuadrados de territorio, 17 millones de habitantes y una de
las mayores densidades del planeta (más de 500 habitantes por kilómetro cuadrado),
los Países Bajos son el segundo exportador de productos agroalimentarios del
mundo después de Estados Unidos. En concreto, esta industria mueve unos 80.000
millones de euros al año. Más o menos lo que España, Italia y Portugal producen
conjuntamente. Y, además, lo hacen ahorrando agua, eliminando progresivamente el
uso de pesticidas, consiguiendo desterrar los antibióticos de la dieta de los pollos y
tratando de evitar que sus cultivos tengan un alto impacto medioambiental.

Gracias a sus estudios, Holanda produce más tomates por kilómetro cuadrado que cualquier otro
país en el mundo. Delphy es un centro de desarrollo dedicado a la investigación agropecuaria y
financiado entre la universidad y el sector privado.
La universidad, detrás de la granja:
■ Pero este pequeño milagro agrícola no es fruto de la casualidad.
Hace dos décadas, el Gobierno holandés se propuso convertir el
país en un referente de la agricultura sostenible bajo un lema
ambicioso: «El doble de alimentos con la mitad de recursos».
Sin embargo, Food Valley (bautizado así en un claro guiño a la
meca tecnológica californiana) nunca hubiera cristalizado si no
fuera por una institución clave: la Universidad de Wageningen,
considerada uno de los centros académicos especializados en
agricultura más punteros del mundo.
Los invernaderos:
Uno de los invernaderos más grandes del mundo,
destinado a crear las condiciones óptimas para el
cultivo de lechugas y otros vegetales de hoja
verde. La innovación también ha transformado los
pesticidas y los fertilizantes, cuyo uso se ha
reducido. Ahora, por ejemplo, para acabar con los
arácnidos usan ácaros; y las lombrices protegen a
los champiñones de las moscas.
■ En Wageningen se utilizan fotobiorreactores para producir microalgas, y sus
instalaciones incluyen un museo que custodia más de 1200 muestras de
tierra de todo el mundo. El centro cuenta con especialistas de disciplinas
muy variadas (desde veterinarios e ingenieros medioambientales hasta
economistas) de más de cien nacionalidades. Por eso, no es extraño que
sus alumnos acaben ocupando puestos de responsabilidad en los
ministerios de Agricultura de países asiáticos, africanos o
latinoamericanos. De hecho, Wageningen tiene más de 140 proyectos en
países en vías de desarrollo que están ayudando, por ejemplo, a mejorar la
calidad del agua en Bangladés o la de las patatas en Etiopía.
“el futuro”:

■ Pero además de solucionar los problemas cotidianos de regiones agrícolas de todo el


mundo, los científicos de Wageningen piensan también en términos
semiapocalípticos. En concreto, en las estimaciones poblacionales que prevén que
en 2050 habrá diez mil millones de personas en el planeta. Y la conclusión está
clara: con el aumento de la demanda de alimentos, o producimos más con menos, o
nos enfrentamos a hambrunas de dimensiones desconocidas. Eso implica ahorrar
agua, reducir las emisiones de CO2 y plantar más en un terreno cada vez más
exiguo. Pero ¿cuánto más? Tanto que los números marean. «Habrá que producir más
comida en las próximas cuatro décadas que todas las cosechas de los últimos ocho
mil años», le contaba recientemente Ernst van den Ende, director del grupo de
Ciencia de las Plantas del instituto de investigación de Wageningen.
Nueva alimentación de ganado:
■ La buena noticia es que en el Food Valley holandés trabajan a destajo para resolver
el problema. Sea diseñando soluciones imaginativas al problema de las sequías
extremas africanas o ideando nuevas formas de alimentar al ganado. Al parecer,
es más fácil, más barato y más sostenible cultivar grillos que soja. También
aportan soluciones imaginativas como hacer crecer tomates en fibra de basalto y
yeso, en lugar de echando raíces en la tierra.
En Koppert Cress están especializados
en berros, que se cultivan bajo una
específica luz y temperatura. Pero se
dedican también a microvegetales para
restaurantes, especialmente los que
buscan aportar a la mesa una
‘arquitectura aromática’.

El inhóspito clima holandés obliga a que la mayoría de las cosechas ocurran bajo el techo
de ultramodernos invernaderos. Y eso también tiene sus ventajas. Por un lado, la
iluminación led hace que los cultivos funcionen 24 horas al día aumentando
notablemente la producción.
■ Gracias a este tipo de innovaciones, los agricultores holandeses han
conseguido auténticas hazañas en los últimos 20 años. Por ejemplo,
producir más tomates por kilómetro cuadrado que cualquier otro
país en el mundo. Y utilizando muchos menos recursos. Estados
Unidos necesita 127 litros de agua para producir un kilo de tomates;
China, 284. Holanda, apenas 9. Algo parecido pasa con las cebollas,
las patatas o las fresas. En solo 10 años, los recursos para cultivar
estas últimas se han reducido a la mitad mientras que su producción
ha aumentado casi un 50 por ciento.
“UF de Schilde”:

Se llama UF De Schilde y es uno de los


más grandes tejados dentro de una
ciudad reconvertidos en huerto que hay
en todo planeta. El edificio, antes una
fábrica de televisores Philips, se ha
convertido en un icono de La Haya,
hasta el punto de que lo llaman el ‘Times
Square agrícola’

Y su vocación universal: Food Valley opera ya en África, Sudamérica y


China. Quieren, dicen, compartir sus secretos con el mundo. Porque de
eso podría depender el sustento del planeta superpoblado del futuro.

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