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EL CONTROL JUDICIAL DE LA ADMINISTRACIÓN: LA

JURISDICCIÓN CONTENCIOSO-ADMINISTRATIVA.
TEMA 8
CURSO 2020-21
ÍNDICE

1. Extensión y límites de la Jurisdicción contencioso-


administrativa.

2. La planta judicial contencioso-administrativa.

3. Las partes del proceso: capacidad, legitimación y


postulación.

4. El objeto del recurso.


1.- EXTENSIÓN Y LÍMITES DE LA JURISDICCIÓN CONTENCIOSO-ADMINISTRATIVA

¢ Toda la actuación de la Administración, tanto la declarativa (= actos o resoluciones administrativas)


como la ejecutiva (actividad de la administración) e, incluso, los supuestos de inactividad o vía de
hecho, está sometida a la tutela jurisdiccional.
¢ El control judicial de la potestad reglamentaria y de la legalidad de la actuación administrativa y
el sometimiento de esta a los fines que la justifican está atribuido constitucionalmente a La
Jurisdicción contencioso-administrativa, integrada por Jueces y Tribunales (especializados por
razón de la materia). Dicha Jurisdicción se integra (junto con la civil, penal o social) en el Poder
Judicial (cuyo máximo órgano de gobierno es el Consejo General del Poder Judicial).
¢ Ese control jurisdiccional es una consecuencia del Estado de Derecho, en cuanto garantiza:
 La sujeción del Poder Ejecutivo al Derecho -principio de legalidad- (art. 9.3 y art. 106. 2 CE) ;
 Y el derecho fundamental a la tutela judicial efectiva de los ciudadanos ante las actuaciones de
las Administraciones públicas (art. 24 CE).
¢ Esa tutela judicial es compatible con el principio de autotutela administrativa.
¢ Es una tutela siempre externa a la propia Administración (heterotutela).
¢ El modelo jurisdiccional que se sigue en nuestro país es de origen francés, al atribuirse el control
judicial de la Administración, a los Jueces y tribunales contencioso-administrativos.
¢ F rente al sistema de “common law”, que rige en los países anglosajones, que atribuye el control
judicial de la Administración a los jueces ordinarios.
1.- EXTENSIÓN Y LÍMITES DE LA JURISDICCIÓN CONTENCIOSO-ADMINISTRATIVA

¢ La existencia de un control jurisdiccional de la legalidad de la actuación administrativa por Jueces y


Tribunales especializados por razón de la materia, es el resultado de una larga evolución.

¢ La CE de 1978 consagra el Estado de Derecho (art. 1.1), y con él, el sometimiento pleno de la
Administración a la Ley y al Derecho (art. 103.1 de la CE), encomendando el control de su actuación a los
Jueces y tribunales contencioso-administrativos (art. 106 y 153 de la CE).

¢ La regulación de esta materia se contiene en = La Ley 29/1998, de 13 de julio, reguladora de la


Jurisdicción Contencioso-administrativa (LJCA), siendo supletoria la LEC, porque el Orden Civil es el orden
jurisdiccional común.

¢ La LJCA supuso un gran avance, al prever como objeto del recurso contencioso-administrativo no sólo los
actos y disposiciones generales previamente adoptadas por la Administración, sino también su inactividad
y las actuaciones materiales en vía de hecho.

¢ Se configura como una autentica instancia jurisdiccional en la que se da cauce al control pleno de la
legalidad de la actuación administrativa, superando el carácter meramente revisor y, por ende, anulatorio
de épocas anteriores.

¢ C onsiguientemente, se admite cualquier pretensión de las partes fundada en Derecho, tanto la anulatoria,
como la de restablecimiento de la situación individual, y de condena a la Administración.

¢ Rige el principio de congruencia, según el cual el fallo debe ser congruente con las pretensiones de las
partes, sin perjuicio de que puedan plantearse por el Tribunal nuevos elementos de juicio, siempre que se
sometan previamente a las partes para que aleguen lo que consideren en Derecho.
1.2. Extensión y límites de la Jurisdicción contencioso-administrativa (I)

¢ La LJ define el ámbito de la jurisdicción Contencioso-administrativa conforme a una CLÁUSULA GENERAL,


que utiliza criterios subjetivos, objetivos y de régimen jurídico, pero que no agota el ámbito de aplicación de la Ley,
que es completado a través de otras cláusulas específicas de inclusión y exclusión:
«los Juzgados y Tribunales del orden contencioso-administrativo conocerán de las pretensiones que se
deduzcan en relación con la actuación de las Administraciones públicas sujetas al Derecho
Administrativo, con las disposiciones generales de rango inferior a la Ley y con los Decretos legislativos
cuando éstos excedan los límites de la delegación».

De este modo, la cláusula general combina el criterio subjetivo, con el objetivo o material, esto es, el recurso
contencioso administrativo podrá interponerse contra las actuaciones y disposiciones generales (criterio objetivo
o material) de las Administraciones públicas (criterio subjetivo) sujetas al Derecho administrativo (criterio
objetivo o material).

A) A estos efectos, se entenderá por Administraciones públicas (criterio subjetivo) (art. 1.2):

a) Las Administraciones territoriales (Administración General del Estado, de las CCAA, Entidades que
integran la Administración local).

b) Las Entidades de Derecho público que sean dependientes o estén vinculadas a cualquiera de las
Administraciones territoriales anteriores (incluye los Entes institucionales -por ejemplo: Organismos
Autónomos, Entidades públicas empresariales, etc.-, como las Corporativas, cuando ejerzan funciones
públicas), quedando excluidas las sociedades mercantiles de propiedad pública y las fundaciones
públicas).

A modo de resumen: La LJ califica como Administraciones públicas a todos los Entes del Sector público,
salvo los que hubieran adoptado formas de personificación estrictamente jurídico-privada (tales
como las sociedades mercantiles, o las fundaciones en mano pública).
1.2. EXTENSIÓN Y LÍMITES DE LA JURISDICCIÓN CONTENCIOSO-
ADMINISTRATIVA (II): CRITERIO OBJETIVO Y DEL RÉGIMEN JURÍDICO

¢ El art. 1.1 de la LJCA se refiere a la “actuación” de las AAPP, en


el que se incluye tanto el control de los actos, como los supuestos
de inactividad o incluso los supuestos de actuación material (vía
de hecho).

¢ E l artículo 1.1 añade, además, el control de dos tipos


distintos de disposiciones:

i. Las disposiciones reglamentarias, de rango inferior a la Ley


ii. Los Decretos Legislativos.

¢ El criterio del régimen jurídico pone de manifiesto que


los Tribunales contencioso administrativos, únicamente, controlan a
la AAPP cuando actúan en régimen de Derecho público, y no
cuando lo hacen en relaciones de Derecho privado.
1.2. Extensión y límites de la Jurisdicción contencioso-administrativa (II):
Criterio subjetivo

Sin perjuicio de ESA CLÁUSULA GENERAL, la LJCA incluye, también, dentro de su ámbito de aplicación otros
supuestos adicionales atendiendo a criterios subjetivos y objetivos:
1º) El artículo 1.3 de la LJCA somete al control de los Tribunales contencioso-administrativos los actos y
disposiciones, en materia administrativa, de determinados sujetos que no son Administraciones públicas, dentro
de los que se incluyen los órganos constitucionales, judiciales y los pertenecientes a la denominada
Administración electoral.
2º) El artículo 2 a) LJCA incluye también el conocimiento de determinados aspectos de los actos políticos o de
gobierno, en concreto las cuestiones que se suscitan en relación con sus elementos reglados, la protección
jurisdiccional de los derechos fundamentales, y la determinación de las indemnizaciones que deban reconocerse
como consecuencia de la adopción de un acto político.

3º) El artículo 2 c) LJCA encomienda, también, a la jurisdicción contencioso-administrativa el conocimiento de


los recursos contra los actos y disposiciones de LAS CORPORACIONES DE DERECHO PÚBLICO adoptados en el
ejercicio de funciones públicas.
Se trata de entidades asociativas (por ejemplo: colegios profesionales) de base privada a las que se atribuye
determinadas funciones públicas de regulación, disciplina o fomento de la actividad de los asociados.

4º) El art. 2,d) de la LJCA atribuye a la Jurisdicción Contencioso-administrativa el conocimiento de los recursos
contra los actos dictados por LOS CONCESIONARIOS DE SERVICIOS PÚBLICOS, en el ejercicio de potestades
administrativas conferidos a los mismos (por ejemplo, el art. 130 del Reglamento de Servicio de las Corporaciones
Locales permite que se atribuya a los concesionarios de estos servicios la potestad de ejercitar la vía de apremio
para el cobro de tarifas).

Se trata de actos dictados por sujetos privados, ejercitados por delegación de la Administración, para asegurar
la buena marcha del servicio y para protegerlo de las conductas inadecuadas de los usuarios.
1.2. Extensión y límites de la Jurisdicción contencioso-administrativa (V):
Delimitación objetiva o material.

Finalmente, la LJ incluye ciertas materias (supuestos de naturaleza objetiva) en su ámbito de


aplicación, excluyendo otras que, a pesar de ser desempeñadas por la Administración pública,
corresponde recurrirlas ante otros órdenes jurisdiccionales distintos. Así, corresponden a la
Jurisdicción contencioso-administrativa:

a) Los contratos administrativos.

b) La responsabilidad patrimonial de las Administraciones públicas.

c) El otorgamiento de las autorizaciones «de entrada en domicilios y restantes lugares cuyo


acceso requiera el consentimiento de su titular, cuando sea necesario para llevar a cabo
la ejecución forzosa de un acto administrativo». Se trata de una función justificada por la
inviolabilidad del domicilio consagrada en el artículo 18.3 de la Constitución, que impide a
la Administración entrar en un domicilio para embargar un bien, o precintar una instalación
y que antes de la LJCA de 1998 venía atribuida a los Juzgados de Instrucción. Se rige por la
previsión contenida en el art. 545 y ss. De la Ley de Enjuiciamiento Criminal.
1.2. Extensión y límites de la jurisdicción contencioso-administrativa (V):
Materias excluidas.

La delimitación y extensión del Orden contencioso-administrativo se cierra con


una referencia a las materias excluidas, que se recogen en el artículo 3 de la
Ley, en el que se señala que no corresponden al orden jurisdiccional
contencioso-administrativo:

a) Las cuestiones expresamente atribuidas a los órdenes jurisdiccionales civil,


penal y social, aunque estén relacionadas con la actividad de la
Administración pública.

b) El recurso contencioso-disciplinario militar que es propio de la Jurisdicción


militar.

c) Tampoco corresponde a esta jurisdicción la resolución de los conflictos de


jurisdicción entre los juzgados y tribunales y la Administración (de los que
conoce un Tribunal de Conflictos de composición mixta entre Magistrados y
Consejeros de Estado, de conformidad con lo establecido en la LOPJ y en la Ley
Orgánica 2/1987, de 18 de mayo, de Conflictos Jurisdiccionales), ni la de los
conflictos de atribuciones entre órganos de una misma Administración, cuya
resolución interna corresponde a la misma.
2. LA PLANTA DE LA JURISDICCIÓN CONTENCIOSO-ADMINISTRATIVA:
ÓRGANOS Y COMPETENCIAS (ART. 6 Y SS).
q Se denomina PLANTA DE LA JURISDICCIÓN, al conjunto de órganos que componen el orden jurisdiccional
contencioso administrativo. La regulación legal de la planta judicial viene recogida en la LOPJ y en a LJCA.

q Es un sistema de organización relativamente piramidal, en el que no existe propiamente relación de jerarquía.


Además, de esta estructura piramidal existe una distribución territorial de los órganos jurisdiccionales, a distintos
niveles: Provincia, Comunidad Autónoma y centrales del Estado.

q La Planta de los tribunales contencioso-administrativos se compone de los siguientes órganos (art. 6 LJCA) :

¢ Juzgados de lo Contencioso-
Administrativo; Los órganos que sean
¢ Tribunales Superiores de Justicia (Salas de lo contencioso-administrativo); competentes para conocer
de un asunto, también lo
¢ J u zgados Centrales de lo Contencioso-
Administrativo; serán para conocer de
¢ A u d i encia Nacional (Sala de lo contencioso- todas sus incidencias y
administrativo); para hacer ejecutar las
¢ Tribunal Supremo (Sala de lo Contencioso-Administrativo). sentencias que dicten.

q Los juzgados (provinciales y centrales) son unipersonales = Su titular es un solo magistrado.


q Los restantes órganos resuelven siempre de manera colegiada, con al menos tres magistrados. Es frecuente que los
órganos colegiados se organicen en Secciones de 3 magistrado cada una, cuando tengan un elevado volumen de
litigiosidad (Por ejemplo: La Sala 3ª del TS cuenta con 10 Secciones de 3 Magistrados cada una).

Para la delimitación de la competencia entre dichos órganos, la Ley combina criterios orgánico subjetivos, funcionales,
materiales, cuantitativos y territoriales, utilizando, también, cláusulas residuales; criterios todos ellos no siempre de
fácil interpretación.
2.1 CRITERIOS DE ATRIBUCIÓN DE COMPETENCIAS.
a)Criterio orgánico o subjetivo: La competencia del órgano judicial se fijará en función de cuál haya sido el órgano
administrativo que hubiera dictado el acto o disposición que se recurre (ejemplo: La Sala de lo Contencioso
Administrativo de los TSJ es la competente para conocer de los recursos contra actos y disposiciones dictados por el
Consejo de Gobierno de la correspondiente Comunidad Autónoma).
b)Criterio funcional: Es el criterio que se usa para determinar qué tribunal es el competente para conocer de los
recursos interpuestos contra las resoluciones de otros tribunales.
Conforme a este criterio, se establece si los tribunales conocen de un asunto en única, o primera instancia, o en
segunda instancia (la instancia es cada uno de los grados jurisdiccionales que la ley establece para ventilar y
sentenciar un asunto):
-Se dice que un juzgado o tribunal contencioso-administrativo conoce de un asunto en primera instancia
cuando su sentencia es susceptible de recurso de apelación ante otro tribunal distinto (por ejemplo: los
Juzgados provinciales dictan en primera instancia sentencias que pueden recurrirse en apelación ante los TSJ).
-Se dice que un tribunal contencioso-administrativo conoce de un Asunto en segunda instancia cuando resuelve
en apelación un recurso interpuesto contra una sentencia de otro tribunal del orden contencioso-
administrativo. (En el ejemplo anterior, los TSJ conocen en segunda instancia del recurso interpuesto contra el
Juzgado provincial).
-Se dice que un tribunal conoce de un asunto en única instancia, cuando no existiendo una instancia anterior en
el mismo asunto, la sentencia que recaiga no sea susceptible de un posterior recurso de apelación (por
ejemplo: por no cumplir los requisitos de cuantía).
c)Criterio material: Atribuye las competencias por razón de la materia (Por ejemplo: El Juzgado provincial
contencioso-administrativo es el competente para autorizar la entrada domiciliaria cuando sea necesario para
ejecutar un acto administrativo. Dentro de este tipo de atribución, puede reconocerse competencias por razón de la
cuantía.
d)Criterio territorial: Se utiliza como criterio de distribución el lugar donde se produce. Así, existen tribunales con
jurisdicción en todo el territorio del Estado (TS, Audiencia Nacional, y Juzgados Centrales de os Contencioso-
administrativo); y otros con jurisdicción en partes concretas del territorio (TSJ y Juzgados Provinciales de los
contencioso-administrativo). Como regla general se establece que será competente para conocer de un asunto el
tribunal en cuya circunscripción tenga su sede el órgano administrativo que dictó el acto o disposición impugnado.
3. LAS PARTES EN EL PROCESO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO: CAPACIDAD, LEGITIMACIÓN, POSTULACIÓN. (ART. 18 Y SS).

¢ Demandante (recurrente): Es la persona o personas que ejercitan la pretensión frente a una determinada actuación
administrativa. Es una parte necesaria, cuya posición corresponde normalmente a un sujeto distinto de la Administración, a
excepción de los procesos en los que una Administración impugna la actuación de otra; o del proceso de lesividad en el que
la Administración impugna los actos dictados por ella misma.

¢ Demandado/a (o parte recurrida): Esta posición corresponde a la Administración autora del acto o actuación recurrida. La
demandada es la Administración en su conjunto, que es la que goza de personalidad jurídica, y no el órgano concreto que
dictó el acto, y menos aún el titular del órgano.

¢ E n los recursos indirectos contra reglamentos en los que se impugna un acto, porque se considera que es ilegal
esa disposición general en aplicación de la cual se dictó el acto, se considera que cuando el reglamento hubiese sido dictado
por otra AAPP distinta a la que dictó el acto, la condición de demandada corresponderá a ambas Administraciones (art.
21.3 LJCA).

¢ L a Ley habla también de parte demandada (aunque suele hablarse en este caso de parte codemandada) para referirse a
«las personas o entidades cuyos derechos o intereses legítimos pueden quedar afectados por la estimación de las
pretensiones del demandante». Es una parte, que es potestativa, su personación no es obligatoria. La Administración
demandada es la que tiene la responsabilidad de emplazarlos, debiendo hacer constar, al remitir el expediente, las
notificaciones practicadas a todos los que aparezcan como interesados en el procedimiento (art. 49.1 LJCA).

¢ Debe tenerse en cuenta que la posición de codemandada solo sirve para oponerse a las pretensiones del demandante a
favor de la parte demandada, ya que de sumarse a las pretensiones de la parte demandante, la parte codemandada
incurriría en un supuesto de desviación procesal.

La ley atribuye también la condición de codemandada a «las aseguradoras de las Administraciones públicas, que siempre
serán parte codemandada junto con la Administración a la que aseguren» .
3.1 CAPACIDAD PROCESAL.

La capacidad procesal es la aptitud que una persona tiene para ser demandante o
demandado en un proceso.

Según el art. 18 LJCA: Tienen capacidad procesal ante el orden jurisdiccional


contencioso-administrativo, además de las personas que la ostenten con arreglo a la LEC,
(esto, es, conforme al artículo 2 de la LEC, «los que estén en pleno ejercicio de sus
derechos civiles»).

1. Los menores de edad para la defensa de sus derechos e intereses legítimos cuya
actuación les esté permitida por el Ordenamiento sin necesidad de la asistencia
de la persona que ejerza la patria potestad, tutela o curatela (Como puede
comprobarse, la capacidad procesal contencioso-administrativo se corresponde
con la capacidad para ser parte en los procedimientos administrativos);

2. Y los grupos de afectados (por ejemplo, plataformas de ciudadanos), uniones sin


personalidad o patrimonios independientes o autónomos, aptos para ser titulares
de derechos y obligaciones, cuando la ley así lo declare expresamente.
3.2 LEGITIMACIÓN (I):

¢ No basta con tener capacidad procesal para intervenir en el proceso. Es


necesario, también la legitimación, es decir, que exista un cierto grado de
conexión entre la esfera jurídica de dicha persona y el objeto del proceso que
habilita su participación.

¢ Cabe distinguir:

 Legitimación activa: para aludir a la aptitud para iniciar el proceso (parte


demandante).

 Legitimación pasiva: Se refiere a las partes a las que han de demandarse y


han de tener, consiguientemente, la posibilidad de intervenir en el
proceso (parte demanda y codemandada).
3.2 LEGITIMACIÓN (II):
Conforme al artículo 19.1.a) de la LJCA tienen legitimación activa, con carácter general:

«Las personas físicas o jurídicas que ostenten un derecho o interés legítimo», que ha de ser un interés actual y no
hipotético o futuro.

¢ H ay legitimación cuando la acción u omisión administrativa repercute de una manera clara y suficiente en la
esfera jurídica del administrado, aunque éste no haya participado en el procedimiento administrativo del que trae
causa esa actividad o inactividad de la Administración.

¢ No basta el mero interés en DEFENDER la legalidad, sino que la parte demandante ha de poder obtener un
beneficio/perjuicio o ventaja/desventaja CONCRETA del proceso, (por eso la jurisprudencia niega la legitimación al mero
denunciante, salvo en los supuestos de acción popular).

¢ También se exige LA LEGITIMACIÓN a las Administraciones públicas cuando recurren, debiendo concretarse en tal caso la
concurrencia de un interés público afectado, la afección a su ámbito de autonomía o a los fines públicos que persiguen.

¢ Además de esa legitimación individual, la Ley regula también la corporativa, al entender que también están legitimadas las
«corporaciones, asociaciones, sindicatos, o entidades afectados o legalmente habilitados, que resulten afectados o estén
legalmente habilitados para la defensa de los derechos o intereses legítimos colectivos», lo que ha sido objeto de
interpretación jurisprudencial amplia.

¢ El Ministerio Fiscal para intervenir en los procesos que determine la Ley.

¢ E xisten, por último, dos supuestos especiales de legitimación: la acción popular (o acción pública) que se confiere a
cualquier ciudadano, aunque no ostente derecho o interés legítimo, en supuestos específicos (limitada tradicionalmente
al ámbito urbanístico, pero que se ha extendido, también, al patrimonio histórico, las costas y la de protección ambiental);
y la acción vecinal regulada en el artículo 68 de la LBRL como un supuesto de sustitución procesal para el ejercicio de las
acciones de defensa de bienes y derechos de las Entidades locales, que pueden ejercitar los vecinos en defecto de la
actuación de éstas.
3.3 POSTULACIÓN: REPRESENTACIÓN Y DEFENSA DE LAS PARTES.

¢ D e conformidad con el art. 23 LJCA, las partes deben comparecer ante los
tribunales representadas por un Procurador y defendidas o asistidas por un
Abogado. La representación se da en virtud de un poder notarial.

¢ Sin embargo, esta regla contiene excepciones:

 La representación mediante Procurador es potestativa ante los Juzgados


unipersonales. pudiendo realizar la función de representación el propio
abogado.

 Los funcionarios públicos pueden comparecer por sí mismos para defender sus
derechos estatutarios, cuando se refieran a cuestiones de personal que no
impliquen la separación de un funcionario de carrera.

 La representación y defensa de las Administraciones públicas corresponderá a


los Letrados integrados en sus respectivos servicios jurídicos (art. 447 de la LOPJ).
4. EL OBJETO DEL RECURSO CONTENCIOSO-ADMINISTRATIVO.

En la actualidad el objeto del recurso SON LAS PRETENSIONES DE LAS


PARTES, es decir, aquello que las partes piden en relación con la
actuación de las Administraciones públicas (por ejemplo: la anulación de
un acto, el reconocimiento de una indemnización, etc.).

Para comprender mejor su alcance es conveniente aludir por separado:

¢ A la actividad administrativa impugnable (art. 25.1 LJ).

¢ A las pretensiones de las partes en cada proceso singular.


4.1 LA ACTIVIDAD ADMINISTRATIVA IMPUGNABLE (I)

La LJ acota el objeto del proceso y sólo permite ejercer tales pretensiones sobre una serie concreta
de actuaciones u omisiones, que es lo que se denomina actividad administrativa impugnable.

Según el art. 25 de la LJCA, la actividad administrativa que se puede impugnar es la siguiente:

1. LAS DISPOSICIONES ADMINISTRATIVAS DE CARÁCTER GENERAL (= los reglamentos). Se


trata del recurso directo contra los reglamentos (que persigue su declaración de ilegalidad);
así como, también, la impugnación DE LOS ACTOS QUE SE PRODUZCAN EN APLICACIÓN DE
ESTOS REGLAMENTOS (recurso indirecto), que se funde en que tales Disposiciones generales
no son conformes a Derecho. La LJCA de 1998 introduce también la llamada cuestión de
ilegalidad, para que el órgano judicial que hubiera anulado el acto, plantee la cuestión de
ilegalidad ante el Tribunal competente para conocer del recurso directo contra el Reglamento, a fin
de que éste declare la nulidad erga omnes de dicha disposición (artículos 27, en relación con los
art. 123 a 126 LJCA).

2. LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS EXPRESOS O PRESUNTOS, que pongan fin a la vía administrativa,
ya sean actos definitivos, o actos de trámite cualificados.

¢ Son actos de trámite cualificado (los que deciden directa o indirectamente el fondo del
asunto, determinan la imposibilidad de continuar el procedimiento, producen
indefensión, o perjuicios irreparables a derechos o intereses legítimos) (art. 25LJCA).
4.1 LA ACTIVIDAD ADMINISTRATIVA IMPUGNABLE (II)

3. También es admisible el recurso contra la inactividad de la Administración, en dos supuestos


concretos (artículo 29 LJCA):

 En los casos en que la Administración -en virtud de una disposición general que no precise de
actos de aplicación o en virtud de un acto, contrato o convenio administrativo-, esté obligada
a realizar una prestación concreta en favor de una o varias personas determinadas. Así,
quienes tuvieran derecho a ella podrán reclamar el cumplimiento de tal obligación
(inactividad administrativa prestacional).

 De otra, cuando la Administración no ejecute sus actos firmes (inactividad ejecutiva).

4. También es admisible el recurso contra sus actuaciones materiales que constituyan “vía de
hecho” (art. 30 LJCA), es decir, las actuaciones llevadas a cabo por la Administración sin un
procedimiento administrativo previo que les de cobertura jurídica (por ejemplo: ocupar un trozo
de terreno no expropiado para construir una carretera). La LJ da la posibilidad al particular, antes
de interponer el recurso contencioso-administrativo, de requerir a la Administración para que
cese en dicha actuación (ese requerimiento es potestativo).
4.2 LAS PRETENSIONES DE LAS PARTES.
¢ E n cuanto a las pretensiones de las partes (= petitum). Así, ya hemos visto que el recurso se interpone contra la actividad o inactividad de la
Administración, pero su objeto viene representado por las concretas pretensiones que las partes hagan en relación con dicha actividad o
inactividad.

¢ Las pretensiones de las parte pueden ser :

a) Cuando se impugnan ACTOS ADMINISTRATIVOS O DISPOSICIONES REGLAMENTARIAS, pueden ser de dos tipos (art. 31 LJCA):

1º) La declaración de no ser conformes a Derecho y, en su caso, la anulación de un acto o disposición administrativa.

2º) Que se reconozca una situación jurídica individualizada (por ejemplo: el derecho del recurrente a la apertura de un establecimiento), y
la adopción de las medidas adecuadas para el pleno restablecimiento de la misma (por ejemplo: La restitución de una finca expropiada),
entre ellas la indemnización de los daños y perjuicios,

No obstante, esta segunda pretensión tiene la limitación a la que se refiere el artículo 71.2 de la LJCA.

Por lo que respecta a la indemnización, se puede solicitar en vía judicial sin necesidad de tener que plantear previamente una acción de
responsabilidad patrimonial en vía administrativa.

¢ Cuando el recurso se dirija CONTRA LA INACTIVIDAD DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA (art. 32 LJ), conforme a lo dispuesto en el art. 29, el
demandante podrá pretender que se condene a la Administración a que cumpla sus obligaciones en los términos que estén establecidas,
bien realizando la prestación, o bien llevando a cabo las actuaciones de ejecución necesarias.

¢ Si el recurso tiene por objeto UNA ACTUACIÓN MATERIAL o VÍA DE HECHO, el demandante puede pretender que se declare contraria a
Derecho, que se ordene el cese de esa actuación y que se adopten, en su caso, medidas de restablecimiento de la situación original y la
indemnización por los daños y perjuicios generados.

Por último, en relación con las pretensiones de las partes, debe tenerse en cuenta que en el orden contencioso-administrativo impera:

q El principio de congruencia: El órgano jurisdiccional juzgará dentro de los límites de las pretensiones formuladas por las partes.

q A demás, también relacionado con el principio de congruencia, y el principio de inalterabilidad de las pretensiones, las partes sólo podrán
plantear en vía judicial las pretensiones (o PETITUM) que hubieran hecho valer ante la Administración, en vía administrativa. Esta
limitación solo se refiere a la pretensión (o PETITUM), pero no a los motivos en que fundamenten esa pretensión: Por tanto, en vía
contenciosa pueden alegar nuevos motivos o fundamentos que no se hubieran alegado en la vía administrativa previa.

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