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¿Quién, yo? (Pedro caminando por la calle, con las manos en el bolsillo
mirando en todas las direcciones)
Narrador: Con una gran tristeza en su rostro, y muy pensativo, Pedro observó con
detenimiento a tres jóvenes sentados en una de las aceras de la calle, quienes no
paraban de fumar exageradamente.
Raúl: ¡Oye tú!
Raúl: Sí, tu. ¿No quieres un poco?, mira que te quitará ese pesar que tienes en
tus ojos.
Pedro: ¡Estoy muy triste!, porque el día de ayer falleció mi madre, y era la única
persona que tenía en el mundo.
Raúl: ¡Que mal amigo!, pero ven fuma un poco nada te pasará, al contrario te
aliviará la pena.
(Los amigos de Raúl hacen señas a Pedro a modo de invitación)
Narrador: Al pasar los días, meses y años, Pedro todo un joven ya quinceañero,
se situaba sumergido en una adicción que a lo lejos parecía irreversible.
Acto II
(Pedro sentado con dos amigos en la acera, mientras por la calle pasaba un niño
desorientado como él hace unos años)
Pedro: ¡Hey amigo!, ven y comparte con nosotros, para que te relajes un poco.
Pedro: ¿Qué, me vas a decir que no quieres reírte un poco?, se nota a leguas que
has pasado una pena.
(Esteban sigue caminando sin mirar atrás, mientras Pedro se queda pensativo)
Karen: Hijo mío, prométeme que nunca dejarás de luchar por tus sueños.
Recuerda que aunque yo no este físicamente en este mundo ¡jamás te
abandonaré!, siempre morare allí en tu hermoso corazón. No mires atrás, más si
adelante, recorriendo cada día el camino correcto hacia la meta.
Pedro: ¡Madre!, como fue que olvidé tus últimas palabras y tu mayor deseo.
¡Perdóname!
Narrador: Aquel llanto de Pedro fue tan sincero, que al pasar por ahí un hombre
sabio de edad ya avanzada, se detuvo a reconfortarlo.
Narrador: Al oír esas palabras, un gran gozo recorrió el cuerpo de aquel joven,
que un día siendo niño, tomo la decisión equivocada.
Pedro: En mi inocencia, hace años caí en un gran vicio, pero hoy decido
levantarme con mucho fervor, y animar aquellos niños como yo o como Raúl, para
que nunca permitan que la situación los lleve a caer en una irreparable adicción.
FIN.