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La naturaleza en el

Renacimiento y la visione de
Giordano Bruno

Teresa Kwiatkowska*

os filósofos naturalistas del Renacimiento vuelven a


L poner en primer término la cuestión de la naturale-
za, que desde los días de los filósofos jonios no había
provocado debates semejantes. El cuadro aristotélico
-ptoloméico fue estremecido por la revolución coper-
nicana y totalmente destrozado por las ideas ontológico-
cosmológicas de Giordano Bruno. Sus implicaciones para
la humanidad eran bastante claras. L a nueva visión de la
naturaleza, una creación de los trabajos brillantes de los
astrónomos y físicos, de Copérnico a Galileo y también
de neoplatónicos como Bruno, lentamente desplaza la
visión greco-cristiana que había dominado el pensamien-
to europeo hasta el siglo XVII. Pronto, la imagen de la
naturaleza dejaría de ser de una estructuraorgánicacomo
en la filosofía clásica del Renacimiento, y se le empezaría a
representar de acuerdo con la mecánica.
Mientras tanto, las metáforas pertenecientes al cua-
IZTAPALAPA 41 dro orghico de la naturaleza todavía presente cn el
ENERO-IUNlO DE 1991 Renacimiento, a saber, la representación simbólica del
pp 143-154
universo, inspiraban diversas posturas y respuestas emo-

* Profesora Titular del Departamento de Filosofía de la Universidad Au-


tónoma Metropolitana. Unidad Iztapalapa.
144 Teresa Kwiatkowska

cionaies siempre con ia consideración o una Madre que satisface las necesida-
restricción ética de un acto destructivo des de la humanidad en un universo
contra el mundovivo ysensible. “...Quien ordenado: ... esta tierra, divina madre

afirma quela tierracarecede vida expre- que nos ha engendrado y nos alimenta
sa una idea repelada por los hechos. Lo y que más tarde nos volverá a acoger”.3
muerto carente del espíritu vivificador Casi no se necesita agregar que frc-
no produce vida ni crecimiento...”, in- cuentemente se reconocía en el cle-
sistió Basil Valentine’, un alquimista mento femenino todo lo imprevisible,
del siglo XVI. Miles de imágenes de la caótico y salvaje.
Tierra -Madre nutritiva-, llenan los Los tiempos tumultuosos del Rena-
escritos de Bernardino Telesio (1509- cimiento desencadenaron la transfor-
1588), Paracelso (1490-1541), Leonar- mación de la sociedad europea feudal de
do de Vinci (1452-1519). Conforme a señores y siervos en una moderna, mer-
Giordano Bruno (1548-1600)2 cada ser cantil e industrial. La historia d e la época
humano es al mismo tiempo “unciuda- muestra también los primeros rayos de la
dano y esclavo del mundo, un hijo del revolución que cambiará el arte de ver y
Padre Sol y Madre Tierra.” Reiterada- comprender el mundo natural. Justa-
mente, en la cosmovisón renacentista mente, el entusiasmo renacentista su-
la vida fluye en las cosas sin que exista peraráelestudiogriegodelosmovimien-
un método para distinguir lo inanimado tos y la b&queda de las leves abstractas
de lo animado a razón de la semblanza del espacio para centrarse en la investi-
de sus estructuras. gación del mundo físico-químico pro-
El Renacimiento heredó la idea de fundamente ligado a la materia. Es in-
naturaleza representada como unorga- dudable que precisamente en el Rena-
nismo de sus antecedentes filosóficos cimiento, de una creación conjunta de
antiguos; las ideas filosóficas antiguas filosofía y ciencia, brotó una nueva ima-
sirvieron d e transfondo en el siglo XVI. gen del mundo natural que se adueñó
La metáfora orgánica, que estableció el de la imaginación europea e n los siglos
carácter unitario de la naturaleza com- por venir. La epistemología empirista
pleta en sí misma y evolutiva a partir de con su rígida relación de los hechos a
sí misma, los conceptos, sucedió a una interac-
bastante flexible, permitió subsumir ba- ción dinámica entre el ser pensant.e y la
jo su rubro general varias posiciones naturaleza, manifiesta e n Bruno. L a
filosóficas. La idea central d e la teoría metáfora de la tierra madre se desvane-
orgánica era la identificación d e la na- cerá más tarde bajo el impacto de la
turaleza, o más bien d e la Tierra, C o n Revolución Científica; la otra, de la na-
La naiuraleza en el Renacimientoy la nsione de Giordano Bmno 145

turaleza desordenada, violenta e im- con el mundo natural. E n primer lugar,


previsible, invocará los mecanismos del resurge la idea presente en los escritos
control y dohinación. de Cícero,de que el ser humano puede
Lentamente, en la concepción rena- recrear el mundo de “la segunda natu-
centista de la naturaleza, el mundo per- raleza’’ a partir de la primera! Francis
derá los atributos de un ser vivo; se con- Bacon (1561-1627) formularáestacon-
vertirá definitivamente en un complejo cepción de una manera más clara. Ba-
de cuerpos que se mueven mecánica- con y Bruno se percataron del carácter
mente, carentes de la inteligencia y la unitario y sucesivo del desarrollo de la
vida en el tiempo y el espacio. La natu- ciencia y de la técnica. E l mismo Bruno
raleza empieza a aparecer como un ob- calificó a su época de “aurora” que des-
jeto con leyes propias, y el sujeto -e1 puntaba tras una larga noche, la verda-
hombre- se encontró cara a cara con dera luz del conocimiento humano.
un mundo privado de “alma”, de Dios y “...El Renacimiento,” escribió John
de fuerza que no podía contener en sí Ruskin, ‘‘perdió la idea de la medida, y
ni valores ni jerarquía axioiógica? consideró la ciencia como el bien solo y
L a nueva confianza en el poder del único, sin inquietarse de saber si ella
intelecto para explicar el universo y po- vivifica ai hombre o lo paraliza,( ...).>I7
ner a la naturaleza al servicio del hom- Paralelamente, l a separación del
bre a través de la búsqueda sistemática e proceso cognitivo de la ética y de la
ininterrumpidadel conocimiento,prepa- lógica sobre la base de una percepción
raron el escenario para las ideas prow- de la naturaleza infinita comportándo-
cativas y revolucionarias de Copérnico, se de acuerdo con sus propias leyes,
Kepler y Galiieo, quienes iniciarán una formulada principalmente por Nicolás
investigación del mundo sin preceden- de Cusa, situó al sujeto frente al mundo
tes por razón del previo descubrimien- natural como un objeto del estudio? La
to del compás, y más tarde del telesco- dominación de la naturaleza había co-
pio y el microscopio. menzado mucho antes de los siglos XVI-
XVII, sin embargo, varias ideas renacen-
I1 tistas empezaron a profundizar la nueva
perspectiva en la que el cosmos adoptó
Dentro del nuevo cuadro de la natura- la figura de un adversario.
leza que emergía de las ideas renacen- A partir del Renacimiento, la ima-
tistas, el problema real se refiere a la gen viva del universo natural, paulati-
manera como el pensamiento de la namente, deja de ser un espacio para la
época interpreta la relación del hombre admiración espiritual, que fue la actitud
~

I46 Teresa Kwiulkowsku

característica hacia la obra amorosa d e interconectada e interactiva, las conje-


Dios; se desvanece la simpatía por las turas holísticas de las ontologías del
cosas naturales, la convicción de que Renacimiento clásico.
tuviesen a h a ; las cosas se convierten en
u n a objetos fríos, carente d e vida, que 111
se pueden usar a voluntaddel hombre.
A pesar d e que detrás d e la imagen La iilosofía natural del Renacimiento
científica e instrumental d e la domina.. que ataca el concepto ortodoxo d e la
ción, control y explotación d e toda la interpretación medieval aristotélica de
naturaleza, flota siempre cierta admira- la naturaleza ( d e un cosmos jerárquico.
ción hacia la belleza natural, sublime e con la tierra ocupando el lugar central,
impresionante, que se resiste el reduc- organizado en una gran cadena del ser,
cionismo galileano, la síntesis newto- desde los cuatro elementos inanimados
niana y el espíritu destructivo del pro- que dieron vida a los minerales, anima-
greso industrial, el marco orgánico d e la Ics y plantas, hasta las jerarquías d e
tierra Madre con su inherente moral, ángeles) se puede expresar en una fór-
ha sido literalmente abrumado por la mula simplificada de que la verdadera
nueva actitud intelectual y comercial. csencia d e la naturaleza no se encuen-
Este cambio d e la perspectiva religiosa tra en lo creado (nururu nuturaiu) sino
hacia una económica, avecin6 elestado cn el proceso d e la creación misma (nu-
de ánimo que justificará el creciente tura nufuruns). La naturaleza va más
poderío del hombre sobre el mundo ;iIIá d e la simple creación, participa en
natural con el fin d e suministrar lo la esencia divina original que la impreg-
esencial para una vida cómoda. na toda. Los naturalistas Bernardino
La mayoría d e los historiadores con- Tclesio (1509-1588), Tommaso Cam-
sidera a la revolución científica d e los panella (1568-1639)y Giordano Bruno
siglos xvi y xvii como un período d e la (1548-1600), unieron el alma y el espí-
iluminacih intelectual, en el quc lii ritu del mundo en una entidad única,
nueva ciencia d e la mecánica y la para- viva y dinámica.
lela visi6n del mundo, desde la perspcc- Aquel pensamiento orgánico hunde
tiva mecanicista, fundament6 cl pro- sus raíces en el concepto griego de un
greso tecnológico, científico y social cosmos inteligente, la idea que con va-
modernos. Sin embargo. la ciencia mo- rias modificaciones, fue asimilada por
derna junto con los relos d c la visiún la conciencia del los siglos x V y XVI.
mccanicista del universo, revive, en las Tres tradiciones son responsables d e la
premisas ecológicas d e una naturaleza Iorma sincrética tardía del organicismo:
La naturaleza en el Renacimiento y la visione de GiordanoBruno 147

platónica, aristotélica y estoica. Cada ducidas en el objeto por los es@


una de estas trayectorias, diferente en tus, eran Originarias del Anima mun-
varios aspectos, pero sintetizada con el di imbuida en los cuerpos celestes y por
pensamiento de Hermes, con la gnosis, consiguiente, procedentes de la mente
con el neoplatonismo o con la cristian- divina. El Anima Mundi, inmanente en
dad, produjeron el espectro de las filo- la naturaleza,era el principio de suvida
sofías orgánicas del Renacimiento. Las y s u actividad. La materia fue conside-
unía la premisa de un cosmos “vivo” rada meramente pasiva y desprovista de
interconectado e interrelacionado en cualquier facultad de movimiento.
donde el cambio de una parte se refle- Esta diferenciación entre la mate-
jaba en los demás. “Con el sufrimiento ria, el espíritu y el alma descansa en la
de una parte sufre el resto de la entidad raíz de la jerarquía neoplatónica. El
cósmica” escribió Giambattista della concepto de la jerarquía se traducía en
Porta (1535-1615) “... puesto que el la cadena causal uniendo los objetos
mundo es la criatura viviente, en todas elementales y los celestes, posibilitando
las partes lo masculino y lo femenino.... de tal manera la influencia y alteración de
se acoplan...p or la razón del amor mu- las cosas terrestres por las superiores. El
tuo”.’ Según Bernardino Telesio, to- neoplatoniirno mágico -(Mardio Fici-
das las partes del mundo, hasta los me- no (1433-1499),Giovanni Pico della Mi-
tales, encerraban la vida alimentada randola (1463-1494), Henry Cornelius
poria tierra y ei sol.’’ Asimismo, Cam- Agrippa (1486-1535)- asumió la in-
panella reiteraba la vitalidad de los ele- fluencia celestial en los cambios terres-
mentos, la vida y el sentimiento pene- tres junto a la paiibilidad de las transfor-
trante en todo el universo.“ maciones “artificiales” de los objetos
D e acuerdo con los postulados de la naturales en las que residen aquellas in-
filosofía neoplatónica (reaparecida en fluencias. Esta idea (presente, por ejem-
la Academia Florentina a finales del plo, en los trabajai de Della Porta) de
siglo XV) en el universo jerárquico ex- alterar y cambiar la naturaleza, todavía
tendido desde la materia terrestre hacia desde la perspectiva de un siervo humiide
el intelecto divino, el SpUifusMundi, de las procesa orgánicos con el 6n de
une el Anima Mundi, la fuente última perfeccionarlos, asimilada en las prácticas
de la actividad con los objetos terres- utilitanas de Francis Bacon, se convertirá
tres; las propiedades ocultas, la causa en las modernas prácticas de control
de los cambios; las cualidades básicas E n el pensamiento de Ficino, Leo-
eran las propiedades de la materia, las nardo, Paracelsus o Agricola sale a la
ocultas, derivadas de las estrellas e in- luz una actitud conciente de confianza
148 Teresa Kwiaíkowska

hacia los inventos tecnológicos con el mática del universo se convertirá, e n el


fin de transformar el mundo alrededor siglo mii,en el proyecto d e una ciencia
como parte vital del cosmos. Marsilio universal capaz de expresarse e n ideas
Ficino anuncia entusiasmado la eficacia claras y de formularse en el lenguaje
de los poderes humanos evidente en las matemático.
prácticas d e magia. Según Frances Ya-
tes el concepto renacentista del Mago 1v
marcó un paso crucial y necesario e n l a
formación del pensamiento moderno.” Mientras que el neoplatonismo tendió
La figura del Mago refleja la “reorien- a operar dentro de la estructura que
tación psicológica” de la voluntad hacia conserva el orden cósmico en el inte-
la acción, asegurando así la dignidad de rior de las formas orgánicas, el natura-
las capacidades instrumentales del hom- lismo, recalcó más el proceso del cambio
bre. trastornando la estructura jerárquica de
El siguiente proceso d e la mecaniza- la naturaleza y de la sociedad. El natu-
ción del mundo arrebató la considera- ralismo renacentista se alejó del tradi-
ción ética inherente en la visión orgá- cional aristotélico, donde la actividad
nica de la naturaleza viva, sensible y actualizaba lo potencial por medio de la
responsiva de las acciones humanas. El forma. Ahora, los contrarios eran prin-
mecanicismo se apropió del concepto cipios activos y las causas de las trans-
de la manipulación d e la materia, carac- formaciones de la materia.
terístico de la tradición neoplatónica En la filosofía natural d e Telesio
mágica, despojándola, además, de la vi- (DeRerum Natura, 1565) los principa-
da y la acción vital. La pasividad de la les contrarios, Io frío y lo caliente, en-
materia, la externaiidad del movimien- gendraban la operación de los demás
io y la eliminación posterior del alma, opuestos: densidad y dispersión, lo os-
han cambiado el carácter de la cosmo- curo y lo blanco, movilidad e inmovili-
logía y sus límites normativos. dad, llevando las naturalezas activas a
Por fin, el neoplatonismo, que con- un conflicto perpetuo. Los dos principios
tenía una fuerte dosis pitagórica, con- fundamentales aparecieron manifesta-
cebía el universo como una armonía dos en la tierra (fría, inmóvil, 0scura)y en
mística de números, o como una dispo- el sol (caliente, blanco, luz, movimien-
sición geométrica de unidades espacia- to). En todas las cosas engendradas a
les expresas en las relaciones matemá- partir de la tierra y el sol los contrarios
ticas. La propuesta de Juan Pico Della penetran y causan el cambio. Cada or-
Mirandola d e una interpretación matc- ganismo natural se desarrolla de acuer-
La naturaleza en el Renacimiento y la visione de Giordano Bruno 149

do con su propia naturaleza, mientras puede tenerlas todas por la acción del
que el movimiento beneficia y mantie- carpintero, asíla materia( ...) por símis-
ne la armonía del todo. ma y en su naturaleza no tiene forma
Giordano Bruno compendiando los natural alguna, pero las puede tener
argumentos neoplatónicos y estoicos, todas por la acción del agente activo,
extendió la dinámica oposición básica principio de la nat~raleza”.’~
de lo frío y de lo caliente a la teoría E n el nivel más alto, la materia y el
general de un proceso dialéctico. En su espíritu alcanzan la unidad absoluta co-
“Spaccw de la Bestia Tnonfante”(París, mo la sustancia universal singular. E l
1584) progresa desde la fase temprana cambio es la unificación y la oposición
neoplatónica hasta la comprensión de de los contrarios. Un eficiente principio
que las dos sustancias universales - formativo dentro de la sustancia espiri-
una corpórea y material, otra espiri- tual universal, actúa para unir los con-
tual- explican el cambio. Fusiona, así, trarios y arreglar armónicamentela dis-
el alma y el espíritu de los neoplatijni- cordia, para después, por la necesidad
cos en la única sustancia activa, el alma de la disolución, abandonar el edificio
del mundo o un principio interno activo a la ruina. Aquel tránsito entre los esta-
del movimiento, mientras que la mate- dos define la realidad del cambio. Lo
ria forma su opuesto pasivo y corporal. placentero adquiere el significado en la
La materia, por su parte, no era creada vista de lo aburrido, la saciedad en la
ex nihiio, ni pudo volver a la nada; era perspectiva del hambre. L a concordia
inengendrable e incorruptible, la ma- cósmica se mantiene a través de la uni-
dre divina de todas las cosas. No hay, en dad y la disolución de los contrarios. E l
el pensamiento de Bruno, la separación origen de la actividad en la naturaleza
entre el universo y Dios, así que la forma se halla en el espíritu universal, en fin,
del universo y su materia no pueden pe- en la actividad inmanente de Dios en el
recer nitenerñqeluniverso transciende mundo.
las limitaciones espacio-temporales y la Aquí, la dialéctica de Bruno subraya
desintegración de cualquier parte fini- la unidad más que la pugna de los con-
ta, el cosmos es ilimitado y eterno. La trarios, anticipando la dialéctica idealis-
sustancia activa o el espíritu universal, ta más que la materialista. Resalta la
sin mezclarse con la materia, goza el armonía de la totalidad, indicando que
poder de mantenerla intacta, unidas las la entidad orgánica no se reduce a la
partes e invariable la composición. ‘I... suma de sus elementos. La naturaleza
Y así como la madera no tiene por sí perfecta del universo como un todo
misma ninguna forma artificial, pero transciendelaimperfeccióndelas partes.
150 7eresa Kwiatkowska

V Bruno se encuentran en su existcncia


racional y su funcionamiento de acuer-
Giordano Bruno (1548-1600) une la do con un fin. Lo que distingue los ani-
fascinación por el pensamiento antiguo males de las máquinas no es su armonía
(en sus textos encontramos los reflejos ni su funeionalidad, sino la fisiología y
de las ideas platónicas, estoicas, de los c1 desarrollo en las relaciones íntimas
jonios, pitagóricos, de las escuelas at& con el ambiente. Bruno frecuentemen-
mica y alejandrina) con la admiración le compara la Naturaleza (Cosmos, Tie-
de la razón y de la ciencia moderna rra) o con ia máquina o con un animal,
copernicana. El misticismo oriental, el indicando la semejanza de sus existen-
naturalismo helénico, la sacralización cias. La similitud fisiológica de losciclos
egipcia del mundo orgánico, la alqui- de la materia que encontramos e n la
mia y la magia dejaron una huella pro- naturaleza y en el hombre, el cambio
Cunda e n su visión de l a naturaleza, que incesante de la superficie terrestre, esta
pese a la variedad d e sus fuentes, cs estabilidad fisiológica forma la esencia
homogénea, original y global. Su hilo- de la vida misma, de su cambio y perma-
~ o l l s m o ’ indica
~ una influencia hele- nencia. Las similitudes entre el orga-
nística preponderante. Para Bruno, la nismo terrestre y humano no implican
naturalem es un organismo vivo y ra- la identidad. “...Si, pues, la tierra y otros
cional, enorme y eterno, que e n un ciclo mundos son animales en un sentido de-
sin fin o u1 moto continuo, del nacimien- lerente del de los que comúnmente sc
to. muerte y renacimiento crea forma? consideran tales, son, en todo caso, ani-
de la vida siempre nuevas. El término males con mayor y más excelente ra-
z(jn.””
ViCi.FShddO es U n a de las metáforas que
refleja los ciclos eternos de la materia, La simbólica Tierra Madre constitu-
análogos a las metamorfosis ovidianas ye untrasunto de la diosa de la fertilidad
dc cada cuerpo natural. Si “la rueda” de las religiones orientales cobijadas cn
iuera la única metáfora que Utiliza Bru- el mundo mediterráneo. La tierra en un
no, su mundo sería nada más un gran flujo incesante de la energía, sostiene las
mecanismo, a la manera de los raciona- vidas de animales y plantas; el Sol man-
listas posteriores. De hecho, el térmi- tiene viva a la Tierra. Solamente en la
nomuchinu mundi está presente e n sus unidad de los dos elementos la vida
textos, sin embargo, la naturaleza de encuentra su sustento.
Bruno es mucho más que una máquina, En la fase final de s u filosofía, Bru-
es un organismo al mismo tiempo. L a no centró su atención en la sustancia
similitudes entre las dos metáforas dc activa individual o la unidad mínima en
La naturaleza en el Renacimientoy la visione de Giordano Bruno 151

la naturaleza. Estos átomos activados “superior” o “inferior”, ni puede ha-


por el alma o mónadas de diferenies ber un centro o circunferencia metafí-
grados estaban presentes no sólo en los sica. L a infinitud del universo concluye
cuerpos materiales sino en los sistemas en que ningún segmento finito, como
planetarios, en el Alma del mundo, en tierra, sol o luna puede ocupar una
Dios, en todo el universo. Las mónadas posición más “privilegiada” que otro
de un grado podían incluir las del otro segmento.
y todas eran partes de la misma sustan- Lo que Bruno llama “mundo” (mon-
cia primordial.” do) significa asimismo un mundo vivo;
todos los cuerpos celestes son vivos
VI (siendo la vida un principio cósmico)
comportándose como unosanimales gi-
L a idea de la infinidad del mundo deri- gantes (gli grundi animali) diferentes,
vada de la teoría copernicana desembo- por cierto de los animales “terrestres”.
có en el pensamiento de Bruno en la Desde esta perspectiva cosmológica, la
concepción d e la pluralidad, la cual de problema astronómico pasa a ser un
transformó substancialmente la posi- problema de índole biológica, abrien-
ción que el hombre medieval ocupaba do, quizás, un campo nuevo, el de la
en la estructura universal. Bruno pole- biocosmología o la cosmología de los
miza con las teorías anteriores sobre el cuerpos celestes vivos.
orden de los elementos, pero no les Si bien la visión de los astrónomos
objeta el desarrollo de una teoría ato- (Copernico), físicos (Kepler) y filóso-
mística. Reconcilia la idea tradicional fos (G. Bruno) aparentemente debilitó
del orden según grado de la perfección el antropocentrismo medieval, la inge-
con la nueva concepción según la cual nua vanidad del hombre forma el fondo
cada creatura gozade una fuente inter- del espíritu renacentista. El cambio en
na de poder, de modo que todos los la percepción del universo no implica
seres son autónomos y libres de las re- necesariamente que se haya expulsado
laciones de dominación. al hombre de su alto pedestal en la
Igualmente, si la Tierra es sólo uno estructura cósmica, pero ciertamente
de los planetas y el Sol una de las estre- da motivos para dudar de la solidez de
llas, no existe una causa lógica para semejante creencia. “Sólo alguien ca-
asegurar que nuestro mundo es el único rente de razón podría creer”, escribió
y verdadero en el cosmos. Si lo infinito Bruno,“que esosespaciosinfinitos,habi-
no tiene límites ni está restringido, nin- tados por cuerpos vastos y magníficos,
gún aspecto particular puede definirse fueron diseñados para darnos luz”.‘*
152 Teresa Kwiatkowska

Abandonando el trono del “amo de sobre la esencia de la naturaleza: ”Sa-


la creación”, superior a todo el mundo lido de la prisión estrecha y negra don-
de la naturaleza, el hombre al mismo de me ató el error por tantos años ...,
tiempo, deja de ser sólo un siervo hu- extendí mis alas confiado por el espa-
miide e insignificante d e Dios. Desde la cio; No sentí barreras de cristal ni vi-
perspectiva ofrecida por Bruno perdió drio; hendí los cielos y me remonté
el sentido la arrogancia al igual que la hacia el infiinit~”.’~
sumisión humana. Copérnico, según Posteriormente, en la toma de auto-
Bruno, liberó la humanidad ampliando conciencia a través de la contemplación
al infinito el ego del hombre y su capa- del mundo natural, el hombre identifi-
cidad mgnoscitiva. El universo natural cará la libertad con el dominio del mun-
le ha dado una inmensa e incomparable do exterior de la naturaleza objetiva.
libertad derivada del conocimiento con L a doctrina renacentista de ia creativi-
el que el hombre podría controlar sus dad del hombre y de su libertad entrañó
acciones y sus pasiones conforme a las una idea audaz y agresiva de la transfor-
acciones y pasiones de la naturaleza. mación del mundo natural, gracias a los
Así,en vez d e degradar al hombre, Bru- sorprendentes avances de la ciencia y
no lo exaltó epistemológicamente co- de la técnica. “Desde entonces -acer-
mo un ser capaz de extender su vista tó Villoro- el hombre es visto como un
más allá de la experiencia fenoménica; sujeto autónomo, abierto al mundo, pa-
lo quiso liberar de falsos ídolos y asentar ra transformarlo según sus proyectos y
científicamente los fundamentos de su sus trabajo”.m
grandeza. Según la sugerencia de Baumer, fue
Bruno, anota Cassirer, fue el prime- precisamente la divinización de la natu-
r o en interpretar el sistema copernica- raleza que explicó la exaltación de la
no en términos de “autoliberación”. libertad humana a la vista del universo
En vez de caer en el agnosticismo y el infinito y las posibilidadesinfinitas d e la
escepticismo filosófico sustentado por razón humana. Cuando Bruno reinte-
la nueva teoría heliocéntrica, a la ma- gra al Dios teológico transcendente a
nera de Montaigne o Pascal, Bruno sus- la naturaleza como su fuerza inmanen-
tituye la fórmula Solo De0 Gloria por te, el principio de su organización y del
la de Solo Homini Gloria. Sin sacrificar cambio, suprime, de tal forma, la con-
ningún valor, interpreta lo infinito des- frontación temerosa entre el hombre y
de la perspectiva d e la grandeza del el espacio físico. “... Al poner a Dios en
hombre que descansa en la búsqueda y el espacio, ai representar el espacio co-
el encuentro con la suprema verdad mo una sustancia extendida pero no
La naturaleza en el Renacimiento y la visione de Giordano Bmno 153

corpórea, uniendo así a Dios y a la na- bella variedad del mundo natural.
turaleza, el hombre se pudo tranquili- Al igual que los organismos terres-
zarysentirseconfortado”?l La grandeza tres forman uno más grande, los “anima-
del hombre depende, así, de la investiga- les’’ cósmicos pueden configurar una
ción racional de las cosas y procesos na- criatura mayor que todas, un Cosmos
turales, del análisis no d e su esencia, vivo o gran animal que desembaraza y
atributo o forma, sino de las condicio- mantiene la vida unida pero multifor-
nes y la dirección de sus cambios. Esta me. Y ésta es sagrada. La Tierra de Bru-
nueva conjetura entre la razón y lo eso- no, similar a las diosas del oriente anti-
térico, alejada de la estructura cosmo- guo, reviste un aspecto divino. El
lógica tradicional, origina la concordan- anima del mondo se equipara con un
cia entre las leyes divinas y la esencia de Dios más estoico que aristotélico, más
la razón humana en el acto d e la con- deísta que cristiano. “He aquí, pues, có-
templación de la naturaleza. mo todas las cosas están en el universo,
Bruno también rompe la visión dua- y el universo está en todas las cosas,
lista cristiana del hombre desgarrado nosotros e n él, él e n nosotros, y todo
entre los cielos y la tierra, haciéndolo converge en una perfecta unidad.”*’
una parte orgánica d e la naturaleza. El
cosmos, el ambiente natural del hom- NOTAS
bre, es un todo eterno y homogéneo. La
materia celeste no difiere de la terrena, ICitado en, Carolyn Merchant, The Death of
la inmutabilidad d e su existencia se re- Nature, Women, Ecology and ihe Scienrifir
vela e n la infinita pluralidad de las co- Revolution, San Francisco, Harper & Row,
sas. La dinámica de su desarrollo y cam- Publishers, 1980, p.27.
bio no sigue las leyes de la mecánica, es 2 Entre susobras más imprIantesestánDeiia
causas principio e uno, 1584; De l’infiiro
espontánea, viva, espiritualizada y so-
universo e mondi, 1583; y, Spaccio de la Bes-
bre todo goza la libertad d e la vida. tia Trionfante, 1584.
Cada partícula es distinta, pero igual- 3 Giordano Bruno, Sobre el infinito universo,
mente forma parte de un todo y por p. 90.
tanto refleja su perfección. La materia 4 La imagen de la naturaleza caótica y desorde-
no es un elemento pasivo a la merced nada ha desempefiado un papel importante
d e las fuerzas espirituales, es activa y en el período moierno temprano. Asociada
con la otra perspectiva de lo femenino : las
creativa a la vez. El dinamismo de la plagas, bambrunas, fen6menas naturales in-
realidad contiene las contradicciones controlables e inexpkada y, pw supuesto,
de los cambios fluidos, constantes y ar- con la brujería el símbolo de la violencia de la
mónicos que configuran la asombros.a y naturaleza que demandaba el control. Ni-
lo Machiavelli (1469-1527)compara a la socie-
I54 Teresa Kwiatkowska

dad y a la Iorluna a n una naturaleza salvaje, «culta en todas cosas. 1.a idea de Bruno dc
violenta e impre%sible que debe ser sojuzga- los mundos como animales y del universo
da. W. Shakespearc (Ihe Tempest) uintrastn cvint> primum animal er parens universonrn
las iucrws salvajes de la naturaleza uin la tran- se remite a la concepción de los filósofos
quilidad de la vida creada por el ingenio hu- ]mios.
mano. La verdadera civilización requería cI I S <iiordanoBruno,Subree/uifuiitouniversoy/r~.~
pleno ejercicio del poder, el ciintrol físico y mundos, Buenix Aires, Aguiiar, 1Y72,p.8%
iiiental.
10 Aldii L.eopold, en su Land Efhic (1949), ha-
5 I I C I I C ~ .p. 390. hla sobre el fluyo de la energía por el circuito
6 Mara Tulio <:iccrón , Sobre lo Nan<rrileza de de la pirámide bidtica desde el suelo, las plan-
/os Dioses,Buenos Aires, Aguilar, 1982,p. 202. tas, inseclos, pájaros y rodantes, hacia los
l o h n Kuskin, "¡.as Piedras de Venecia y
carnívoros.
7
i)tros ensayos sobre arte", Obrav Mae.stras, 17 E n el afio dc 1869, Durhing Sostuvo, entrc
Ihrcelona, Iberia, 1961. p. 175 otras cosas, que todv el sistema de Imbnjz
esla íntimamente ligado al lihro de Bruno L>e
8 Ver, Philip Wiener, Aaron Nolan, RofAv qf
.Scienh/c 7?tou& Nueva York, Basic Ilmks, Mntimo et Minimo, además que cI término
monada que Bruno Inmó prestado dc Nicw
I%?.
las de Cusa, procede de su »e Monode. Sin
9 <;iwanni Haitista della Porta, Mngrae Nnrrr- embargo, según varios indicios, es más pr«-
rolii, Naples, 1558, traducción inglesa, Nn- hahie que el término "mónada" de Lcihniz ,
f u r d Mngic, Derek I. Price, (de); Nueva por su poca familiaridad con la obra de Bru-
Y'tirk, Hasic Books, 1957, p.13. 110, fuese tomado de Ann Conway. (Véase,
10 Hcrnardino 'l'elesio, D e Kerum Nutura luun <:arolyn Merchand, The DeathofNuture, San
t'rupiri Principia,Naplcs, 1587, citado en C.: l:rancisco, Harper & Row Publishers, 1980,
Merchand, The Death of Nature. op.cil., p.264).
p.104. 1H Citado en Franklin 1. Raumer,EIPensnmien-
I l '¡ommas« Campanella, / l e .Sensu Rerum i'< io Europeo Moderno, MCXw, F c l , 1985, p. 62.
Magia, Frankfurt, Ih20, citado en <:. M w it) Ciiordano Bruno, Suhre e1 uniwrso infinitoy
chant, uycir.,p.104. l o s rnundos. op.cii.. p.77.
I;! I:rance:s Yates, <;ior<iunol3mno nndrhc lier~ 21) 1.un VIlli~rq"tiiosofra para un Sin de época",
mutic 'li-adition,I .ondrcs, lioutledgc and KC^ N u n ,Mayo 1991,p. 44.
#in 1964, p. 1%
I'iiuI,
21 &dUmir, Up.Cil., p.82.
13 Giordano Uruno, Spuccio de in Ife?tio irion~
22 <iiordanoIiruno, i'i.sma fi/uzoficzne (Obras
/unte, l~aris,1584. cita de Pa iraduccion inglc
i:iivsdficas) trad. W. a&xik, Warszawa,
sa, The FLrpulsiun Of ihe li-iumphant Uea.sr,
19S6, pp.235-236.
Nueva Ijrunswick, N.J., Kutgers University
I>rLtss,:1964, pp.90-91
I 4 1.3 e1 hilosofismo atribuido a la escuela joma,
in» existe la distinción entre la vida y la marc-
ria ni la separación entre el rcino animad<)e
inanimado. Tales, por ejemplo, otorga cl al-
ina ii tvdo universo al creer que hay una vida

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