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Adquisición Por Sucesión

En El Derecho Romano

Ilustración 1. Extraída de
http://40.media.tumblr.com/a6438dc3f9b80d6aecc429c6da68e8c7/tumblr_n2xgo2
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El contenido de este recurso fue compilado por el profesor Julio César Matos
Santana utilizando la siguiente fuente:
- Petit E. (2006). Tratado Elemental del Derecho Romano. 1ra. Edición. Valetta
Ediciones. Argentina.
Material recopilado para la
Asignatura Derecho Romano I

1. Designación Del Heredero Por Testamento.-

El heredero es designado mediante un acto llamado testamento, que el jurista


Ulpiano define como la manifestación legítima de nuestra voluntad, hecha
solamente para valer después de nuestra muerte. La forma de los testamentos ha
variado en Roma según las épocas. Diversas maneras de testar han sido
sucesivamente admitidas por el derecho civil antiguo, por el derecho pretoriano y
por las constituciones imperiales.

En efecto, en el derecho civil los testamentos podían ser: a Testamento calatis


comittis y testamento in procinctu. Al principio, se pudo testar de dos formas: calatis
comittis en tiempo de paz o in procinctu, durante la guerra.

El testamento calatis comittis se hacía ante los comicios, por curias convocadas al
efecto, calata, y en presencia de los pontífices, pues la entrega de la sucesión no
solamente implica la transmisión del patrimonio, sino también la del culto privado. El
jefe de familia declaraba ante los comicios reunidos su designación de heredero,
dando los comicios su aprobación a esta elección, lo cual hacía del testamento una
verdadera ley.

El testamento in procinctu se hacía delante del ejército equipado y bajo las armas.
El jefe de familia soldado, que quería testar antes de marchar al combate, declaraba
su voluntad delante de sus compañeros de armas, que reemplazaban a la asamblea
del pueblo. Este testamento solo era aplicable en tiempos de guerras y, por otra
parte, los comicios sólo se reunían, para los testamentos en Roma y dos veces por
año.

2. Capacidad Para Testar.-

Para realizar un testamento válido, el testador


debe tener el derecho de testar, o testamenti
factio. Pero un ciudadano, teniendo este
derecho, puede también estar en la
imposibilidad de ejercitarlo por circunstancias
especiales.
Por eso hay que distinguir entre el derecho de
dejar una sucesión testamentaria y el ejercicio
del derecho de testar. Ilustración 2. Extraída de
http://1.bp.blogspot.com/-
La transmisión de una sucesión por testamento AZCX8GnGgtU/VSL6oN-
es de derecho natural, como la propiedad, de la SA6I/AAAAAAAAACE/-
cKtjwAjv30/s1600/ROMA.bmp
cual es un atributo. Pero en Roma, el derecho
de testar no tocaba sólo a los intereses
privados, interesaba también a la sociedad y la

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religión, habiendo sido siempre por eso regulado por el derecho civil y considerado
como de orden público.

No es suficiente tener el commercium para poseer el derecho de testar: es


necesaria una concesión especial de este derecho para aquél que no le tiene o que
ninguna ley se lo ha otorgado.

En un principio, sólo los ciudadanos romanos sui juris tuvieron la testamenti factio,
estando, por el contrario, privadas de ella las siguientes personas: a) Los
peregrinos; b) Los latinos junianos y los dediticios; c) Los esclavos, excepto los servi
public; d) Los hijos de familia; y e) Los que han sido testigo.

Para hacer un testamento válido no es suficiente tener el derecho de testar, pues


hay que poseer también el ejercicio de este derecho en el momento de testar.
Después se puede perder, sin que el testamento sufra ningún perjuicio, aunque
ocurre lo contrario cuando se pierde la testamenti factio.

Las personas que no tienen el ejercicio del derecho de testar:

1) Los impúberos sui juris, porque carecen del juicio necesario para un acto tan
importante. Pero sólo es el ejercicio del derecho el que les falta, de manera que
pueden dejar una sucesión testamentaria, si el jefe de familia testó por ellos cuando
estaban bajo su autoridad.
2) Los locos. Estos sólo pueden testar válidamente en un intervalo lúcido.
3) Los pródigos interdictos, porque ya no tienen el commercium, aunque queda
válido el testamento que hayan hecho antes de la interdicción.
4) Los sordos, y los mudos, es decir, aquellos que no entienden ni hablan de una
forma absoluta, pero si su enfermedad es accidental y han hecho el testamento
antes de estar atacados, éste produce todos sus efectos. Justiniano también
permitió a los que hubiesen quedados sordos o mudos por accidente, testar según
ciertas formas.

3. La Desheredación.-
En una época difícil de
precisar, la costumbre impuso
al testador, teniendo hijos bajo
su autoridad, una nueva
formalidad necesaria a la
validez del testamento: era la
desheredación.

Ilustración 3. Extraída de
https://www.notariofranciscorosales.com/wp-
content/uploads/2014/01/Recorte-desheredaci%C3%B3n-
630x200.png
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Según la Ley De Las XII Tablas, la voluntad del jefe de familia, regularmente
expresada en su testamento, hacia ley investido de una autoridad paterna que le
daba derecho de vida y de muerte sobre sus hijos, podía con más razón privarles de
su sucesión.

Sin embargo, del mismo rigor de este poder los jurisconsultos sacaron una reforma
favorable para los hijos. Los que tenían el jefe de familia bajo su autoridad directa se
los consideraba como investidos de una especie de copropiedad latente sobre los
bienes paternos, que casi siempre habían contribuido a acrecentar por sus
adquisiciones.

A su muerte, debían recoger este patrimonio que era suyo, según la expresión
sancionada, teniendo derecho a la sucesión como heredes sui. Se terminó por
declarar que el jefe de familia debía confirmar esta cualidad instituyéndolos, o
quitársela expresamente desheredándolos; de otra manera, el testamento era nulo.
Además, lo ordena en la plenitud todavía de su poder, y no tiene que dar
explicaciones de los motivos de la desheredación.

La única garantía que concede al hijo esta nueva formalidad, es que el jefe de la
familia dudará acaso formular en sus costumbres, se llegó a impedir que el padre
despojase a sus hijos sin causa justificada.

Las reglas de la desheredación, definitivamente aceptadas en la época de


Cicerón fueron modificadas por el Derecho pretoriano, y más tarde por
Justiniano.

La Desheredación Según El Derecho Civil.-

En principio, el padre de familia estaba obligado a instituir o desheredar a los


herederos suyos.

Los herederos suyos a quienes debe instituir o desheredar, son los herederos suyos
presuntivos, esto es, los hijos y descendientes colocados directamente bajo su
potestad, y que a su muerte se harán sui juris.

Es menester distinguir entre dos categorías de herederos suyos: por una parte, los
hijos, y por otra, las hijas y demás descendientes más lejanos, de cualquier sexo
que fueren.

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Omisión De Un Hijo.-

Esta lleva consigo la nulidad del


testamento. Según los Sabinianos,
el testamento era nulo ab initio, y por
ningún suceso posterior podía volver
a ser válido, quedando también nulo
aunque el hijo omitido hubiese Ilustración 4. Extraída de
http://4.bp.blogspot.com/-GTUrb-
muerto antes que el testador. La 8nOco/VIAHLhXeD9I/AAAAAAAAM-E/zd3w-
nulidad del testamento llevaba mlzT-k/w1200-h630-p-k-no-nu/Legado-
derecho.jpg
consigo la caída de todas las
disposiciones que contiene, incluso
de las desheredaciones. Todos los herederos suyos recogen la sucesión, que se
abre ab intestato. En la omisión de una hija o de un descendiente más lejano, sin
distinción de sexo, el sistema era más racional, ya que el testamento no era nulo,
pero como había una omisión, se reparaba contando al hijo omitido entre los
herederos instituidos, de los cuales venía a aumentar el número.

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