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Introducción………………………………………………………………………………………………………...2
Desarrollo
Conceptos Primordiales…………………………………………………………………………….5
Conclusión…………………………………………………………………………………………………………...11
Bibliografía…………………………………………………………………………………………………………...13
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Introducción
Los romanos se caracterizaban por mantener limpia su honra y parte de ella era saldar
sus deudas con sus respectivos acreedores; por ende, tenían un triple interés para querer
suceder por medio del testamento: a) el interés del difunto, lo último que querría el difunto en
cuestión es que se procediera a una “bonorum venditio” éste término significa que a falta de
herederos de la sucesión (tanto activos como pasivos) los acreedores tenían derecho de
disponer de los bienes del difunto para venderlos en bloque y cobrar sus cuentas; sin embargo
si el “cujus” dejaba algún heredero no tendría que recurrir a semejante deshonra, ya que su
heredero se haría cargo de sus cuentas por saldar. b) El interés de los acreedores, como ya se
mencionó antes, el que muera una persona no lo exime de sus cumplimientos (deudas) por
ende, los acreedores encontrarán en la figura del heredero un nuevo deudor al cual poder
cobrar lo acordado con el cujus. c) El interés religioso, los romanos acostumbraban el culto
privado, el pater familias fungía como sacerdote y dicho título se heredaba con el fin de
mantener la “sacra privata”.
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Ahora bien, la sucesión “ab intestato” o “legítima”, fue sancionada por los decenviros
(magistrados) de forma atípica a lo que es hoy en día, claro estaba regida por las XII Tablas pero
priorizaba con base en la constitución de la familia civil, por ende no contemplaba
principalmente a los lazos sanguíneos o afecciones del difunto. En orden la ley llamaba a 1) Los
herederos suyos, o personas libres colocadas bajo la potestad directa del difunto:
descendientes legítimos, adoptados y póstumos propios, además las mujeres “in manu”
(situación donde se hacía una potestad por parte del pater familias sobre su esposa, formando
parte de la familia agnaticia de su cónyuge a su vez quedando en calidad de hija de su marido y
hermana agnada de sus hijos) en este primer punto se hereda por cabeza, y por estirpe si
llegasen a existir nietos del cujus que sucedieran a su padre difunto (hijo del cujus) 2) el
agnado más próximo, fuera de esta categoría privilegiada: se dice que los agnados privilegiados
son los ya mencionados en el primer punto, por ende los siguientes agnados en la línea serían
los colaterales, por colaterales se refieren a los hermanos, en caso de que existiere un hermano
premuerto y tuviera hijos o sea sobrinos del cujus, dichos no sucederían, nada más los
hermanos supérstite y 3) los gentiles: todos solicitados a la sucesión; sin embargo se retiró en la
época de Gayo para ser sustituido por los “cognados” mismos se refieren a aquellos con un lazo
de parentesco natural.
Por otro lado, Petit menciona a tres parientes que pudieron aspirar a la sucesión puesto
que pudieron haberse considerado como figuras justas, sin embargo eran excluidos de la
sucesión, mismos eran: 1) los hijos emancipados o salidos de la familia civil por una causa
externa. 2) Los nietos producto de una hija del cujus, porque pertenecen a la familia civil de su
padre (esposo de la hija del cujus) retomando que el cónyuge toma a su esposa como “manus”
para que pertenezca a su familia civil, abandonando a la suya. 3) Los hijos no suceden a la
madre, ni viceversa ya que no existe una potestad entre ambos con base en la familia civil; sólo
sería posible si la madre estuviera en calidad de “manus” gracias a su cónyuge y padre de sus
hijos; eso quiere decir que en la familia civil la madre era agnada en segundo grado de sus
propios hijos a título de hermana. Afortunadamente, este sistema cambió con el paso de las
eras, principalmente en el Derecho Pretoriano.
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En el Derecho Romano, la apertura de la sucesión legítima se daba bajo tres supuestos:
1) al no haber sucesión testamentaria, pero de haberla es nula si el testamento es injustum,
ruptum, irritum o inofficiosum; o si el heredero falleció previo al cujus, es incapaz, se rehúsa a la
herencia o está instituido bajo una condición que no se realiza. 2) En el momento en que es
cierto que no hay heredero testamentario. 3) Cuando es necesario colocarse para apreciar la
capacidad, la cualidad y el grado de los herederos “ab intestato”; siendo requisito que se sea
ciudadano romano para percibir la sucesión.
Las formas de adquisición de la sucesión legítima, son las reglas mismas: 1) las figuras
presentes son: los herederos necesarios y los herederos voluntarios. Refiriéndose a los
primeros a los herederos suyos, teniendo el beneficio de abstención de la herencia. Y a los
segundos, los agnados y los gentiles, pudiendo aceptar bajo beneficio de inventario. Por último,
figuran los acreedores de la herencia teniendo la posibilidad de cobrar sus deudas por medio
de la bonorum separatio. 2) A la sucesión legítima se le aplican los efectos de la adquisición, las
reglas del acrecentamiento, las de fideicomisos puesto que se puede dejar por codicilo a pesar
de morir intestado; bajo Justiniano, solamente aplican las de los legados puesto que las asimiló
a los fideicomisos. Y 3) son extraños a la sucesión legítima todos los principios relativos a la
designación del heredero testamentario y a la teoría de las leyes caducarias.
Desarrollo
Supuestos Comunes de las Sucesiones Testamentarias e Intestadas
1. La muerte del Cujus o séase el autor de la herencia: la muerte del autor de la herencia
funciona como un hecho jurídico puesto que del mismo se desprenden consecuencias
jurídicas al respecto, en este caso sería la apertura de la herencia y genera la
transmisión de la propiedad y posesión de los bienes en cuestión para los herederos y
legatarios; dicho suceso es el supuesto principal del Derecho Hereditario. En el Código
Civil se establece en el art. 1185 que a partir de la muerte del cujus los herederos
adquieren derecho a la masa hereditaria como un patrimonio común y el art. 1188
menciona que no pueden enajenar su parte hasta la muerte del cujus.
2. Presunción de muerte del ausente: el art. 1546 del Código Civil del Estado de Nuevo
León establece que se puede generar la apertura de la sucesión al declarar la
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presunción de muerte del ausente, conforme el art. 705 dicha se declara al transcurrir
tres años desde la declaración de ausencia, sin embargo se puede declarar presunción
de muerte dos años después y sin declaración de ausencia previa cuando el individuo
en cuestión haya sido desaparecido en guerra, encontrándose a bordo de un naufragio,
estado presente en una explosión, incendio, terremoto o siniestro de naturaleza
similar, además si fue víctima de desaparición forzada se declarará presunción de
muerte tres meses después de su reporte ante las autoridades.
Conceptos Primordiales
Se le conoce como “Vocación Legítima o Testamentaria” al llamamiento “virtual” que
se le hace a aquellos que crean por derecho ser acreedores de la herencia al momento que
muera el autor de la herencia o se declare presunción de muerte, se le llama virtual puesto que
no se les ha citado de manera formal, cuando ocurre el llamamiento real se le conoce como
“Delación” y ocurre mediante edictos o notificación judicial.
Según el Código Civil de N.L. la sucesión legítima se abre cuando: a) no hay testamento,
es nulo o perdió validez, b) cuando el testador no dispuso de todos sus bienes, c) cuando no se
cumple con la condición impuesta por el heredero, d) cuando el heredero fallece antes que el
testador, repudie la herencia, es incapaz de heredar, o si no se ha nombrado un sustituto. Y con
base en el art. 1499 tienen derecho a heredar los descendientes, cónyuge, ascendientes,
parientes colaterales dentro del cuarto grado y en ciertos casos la concubina o concubino
según el caso. O en dado caso de faltar todos los anteriores, el fisco del Estado.
Cabe recalcar que para comenzar el juicio de una sucesión legítima el Código de
Procedimientos Civiles de Nuevo León establece en su art. 817 que la denuncia de un intestado
puede ser realizada por cualquier persona sin importar si es o no presunto heredero, además
por el Ministerio Público.
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Para comenzar con las formas de heredar ante una sucesión testamentaria, es
fundamental comprender el parentesco como definición y desde el Código Civil Federal y el
Código Civil del Estado de Nuevo León.
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Ahora bien, el Código Civil Federal sólo reconoce en su art. 292 como parentesco al tipo de
consanguinidad y afinidad; por su parte el Código Civil de Nuevo León considera en su art. 292
a los tres tipos ya mencionados.
Dicho esto, con base en la relación del parentesco, se define por “grados” dentro del
parentesco por consanguinidad y afinidad, a las generaciones de ascendientes y descendientes.
Y por “líneas” a la a) recta, se compone por la serie de grados entre personas cuyas descienden
unas de otras, los grados se cuentan por el número de generaciones, o por el de las personas
excluyendo al progenitor, es ascendente a la que relaciona a una persona con su progenitor o
tronco del que procede y es descendente la que relaciona al progenitor con los que de él
descienden. b) Transversal, se conforma de la serie de grados entre personas que mientras no
descienden unas de otras provienen de un tronco común o del mismo progenitor. En ésta los
grados se cuentan por el número de generaciones, subiendo por una de las líneas y
descendiendo por la otra, o por el número de personas que hay de uno a otro de los extremos
que se consideran, excluyendo, nuevamente al progenitor o tronco común. (Código Civil
Federal art. 293-300 y Código Civil de N.L. art. 293- 300).
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Sucesión de los Descendientes
El primer punto es si existieran sólo hijos a la hora de la sucesión se dividirá la herencia
en partes iguales; si quedara un cónyuge supérstite y éste no tiene bienes, heredará la porción
completa de un hijo, si tuviera bienes pero no equiparan a la cuantía de la parte de los hijos,
recibirá una porción complementaria para que aquellos se igualen. Si quedaran hijas e hijos, a
la vez que nietas y nietos, los primeros heredarán por cabeza y los segundos por estirpe. En
caso de coincidir la existencia de hijas e hijos, con ascendientes del autor de la herencia, los
últimos tienen derecho a pensión alimenticia que no exceda la cuantía del valor de una porción
de un hijo. En dado caso que sólo quedaran vivos descendientes de ulterior grado, se repartirá
equitativamente la herencia por estirpes. Tanto en el C.C. Federal como el de Nuevo León
hacen alusión a la forma de heredar mixta al mencionar que si el testador no dispuso de todos
los bienes, aquellos no contemplados se heredarán de manera legítima. Por ende, los
supuestos en los que los descendientes acceden a la herencia son:
1. Sólo hijos
2. Los hijos con cónyuge o concubina sobreviviente
3. Los hijos con descendientes de ulterior grado
4. Los descendientes de ulterior grado
5. Los hijos con ascendientes
6. Sólo el adoptado en forma plena y simple
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Por otro lado, el C.C. Federal difiere en lo siguiente con el de Nuevo León; art. 1621 si
concurre el cónyuge del adoptado (autor de la herencia) con sus adoptantes (padres), dos
terceras partes le competen al cónyuge del cujus y una tercera parte a los adoptantes. En
cambio en N.L. el art. 1518 establece que en la misma premisa que quedase el cónyuge
supérstite con los adoptantes, la herencia se dividirá a la mitad, correspondiendo la mitad al
cónyuge y la otra mitad a los padres (adoptantes). Otra cuestión es, los “ascendientes
ilegítimos” pueden heredar a sus descendientes reconocidos (de manera natural aunque no se
haya hecho de manera legal). Sin embargo, si el reconocimiento se hace evidentemente recién
el descendiente haya percibido una herencia ostentosa, ni el que reconoció ni su linaje tiene
derecho a acceder a dicha herencia, pero si el reconocimiento del ascendiente se tramitó
mientras el menor no reconocido previamente tiene derecho de alimentos, el ascendiente
ahora legítimo, tendrá en un futuro derecho a alimentos solamente. Los supuestos donde los
ascendientes entran en la herencia son:
1. El padre y la madre
2. Sólo el padre o sólo la madre
3. Sólo ascendientes de ulterior grado por una línea
4. Ascendientes por ambas líneas
5. Adoptantes con ascendientes del adoptado en forma simple
6. El cónyuge del adoptado con los adoptantes
7. Los ascendientes con descendientes reconocidos
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corresponden las porciones antes mencionadas en caso de concurrir con ascendientes o
colaterales.
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Si al morir el autor de la herencia, le sobreviven varias concubinas o concubinarios en las
condiciones mencionadas al comienzo de este artículo, ninguno de ellos heredará”. Este último
punto coincide con el Código Civil de Nuevo León.
La primera diferencia es que en Nuevo León se pide como requisito el haber vivido
nada más dos años previos al deceso del autor de la herencia como cónyuges. Ahora bien los
requisitos en Nuevo León son:
1. Si coinciden concubino con sus hijos en común con el autor de la herencia, se aplican
las reglas previas en los apartados de los descendientes.
2. Si coinciden hijos que no fuesen propios, la concubina o concubinario tiene derecho al
50% de la parte que oficialmente corresponde a un hijo o hija.
3. En el caso de concurrir con hijos propios del autor de la herencia y con hijos solamente
del autor de la herencia, la concubina o el concubinario tendrá derecho a dos terceras
partes que le corresponden a un hijo.
4. En el caso de concurrir con los ascendientes del autor de la herencia, la concubina o
concubinario sólo tendrá derecho a la cuarta parte de la sucesión
5. Si el autor de la herencia no tuviese descendientes, ascendientes, cónyuge o colaterales
dentro del cuarto grado, la mitad de la sucesión le pertenece al concubino y el resto al
fisco del Estado
Sucesión de la Hacienda Pública en un caso extremo donde no existiera ninguno de los sujetos
previamente mencionados a lo largo del proyecto, sucederá completamente el fisco del Estado.
Conclusión
A lo largo de la historia del Derecho Civil, la figura de la Sucesión Legítima ha cambiado
drásticamente, en Roma se tomaba en cuenta a lo que ellos llamaban familia civil para dar pie a
la sucesión, sin embargo desde la introducción se comenta que dicha forma de heredar era un
poco injusta en sus reglas puesto que dejaba fuera de la posibilidad de heredar a sujetos que
de cierta manera en nuestro Derecho Civil se les contemplaría.
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“cujus” para considerar la sucesión previendo posibles escenarios que pudieran no ser muy
éticos o acertados para respetar correctamente la sucesión del autor de la herencia, por
ejemplo en la “Sucesión de los Ascendientes” se contempla el oportunismo que puede surgir de
los sujetos para reconocer de manera legítima a un heredero con tal de acceder a una parte de
una sucesión.
Tanto el Código Civil Federal como el Código Civil del Estado de Nuevo León dejan en
evidencia que hoy en día se toma en cuenta los vínculos afectivos y no la “familia civil” que
proponía en alguna era previa a Gayo en el Derecho Romano. Sin embargo, con la sucesión
legítima no se asegura la justicia con razón a la meritocracia que tiene cada individuo con
relación al verdadero vínculo con el autor de la herencia.
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Bibliografía
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