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Categoría Poema
Categoría D El vagabundo
Amigo
Hay momentos
Insomnio
Viaje irreal
La vida
La ventana de la vida
Camino por el mundo
Calentamiento global
Cuando el alama canta
Amistad
Primavera florida
He mirado a través de la ventana
Suelo con un mundo
Cuando mi hora llegue
Justicia humana
Cantemos a la vida
Me llegó el frío invierno
Categoría E Quiero vestir al mundo con poesía
Sueño azul
Caos
La tierra está enferma
Furia de la naturaleza
Libertad
Infortunio
El caminante
Loco
Hojas secas
Ando perdido
Amanece un nuevo día
Despierta humano
Soy un hombre caminante
Ando por el camino
Voy a tirar al viento
Vivo en un mundo
¿Estás loco?
EL VAGABUNDO
Toma mi mano,
una mano amiga
para ayudarte a levantar,
y llevar conmigo
tu pesada carga,
en estas horas aciagas,
por hermandad.
¡Compárteme tu pena,
no quiero que sientas soledad,
déjame que seque
tus lágrimas
y permite que sea quien llore
para que tú no llores más!
Pero,
recuerda, todo es pasajero,
todo tiene su tiempo:
el amar, el sufrir, el gozar;
después de la tormenta llega la calma,
tu cielo limpio de nubarrones
deja ver en las alturas
la luz resplandeciente de tu sol:
que alumbra el camino a seguir,
con nuevas fuerzas,
nuevas metas, ilusiones,
sueños,
nuevas esperanzas.
Llega la noche,
empieza el suplicio al ir a dormir,
no puedo hacerlo;
¡mis ojos abiertos en la oscuridad
tratan de encontrar algo
entre las sombras,
no veo nada!,
todo es silencio a mi alrededor;
¡pero, en mi cabeza miles de sonidos,
ruidos macabros,
indescifrables,
potentes,
un concierto infernal,
me atormenta!
Llega el día:
empieza la calma,
mi mente atormentada
por fin descansa;
mi cuerpo laxo
empieza su afán,
que ya el desayuno,
el ir al trabajo,
y con la rutina
los fantasmas se van
VIAJE IRREAL
Nuestra niñez:
tierna inocencia,
de juegos y sueños
un mundo irreal;
sin preocupaciones,
descubriendo todo,
un mundo,
que al ir creciendo
duro se pondrá.
Es la adolescencia:
época difícil,
tiempo de cambios
preocupaciones mil,
se piensa en el futuro,
que ya no es lejano,
el corazón se enamora
es más fuerte su latir.
Con la madurez:
los sueños logrados
son la recompensa
para un buen vivir,
se reflexiona en los hijos,
en su futuro,
es más reposada
con menos trajín.
Es la tercera edad:
la de los recuerdos,
de charlas amicales
interminables
con la generación,
que nació con nosotros,
sufrió con nosotros,
gozó con nosotros,
vivió con nosotros,
empieza la edad senil;
es la más larga
la más pesarosa,
el crudo invierno
que nos pone fin.
LA VENTANA DE LA VIDA
Cuantos recuerdos
se graban en la mente:
tristes, placenteros,
de todo tipo;
que afloran a nuestro presente,
cuando y sin pensarlo
nos sentamos un buen día,
frente a la ventana
de nuestra vida.
CAMINO POR EL MUNDO
Amistad,
palabra simple
que encierra grandeza;
es el sentimiento inmaculado
que nace del alma,
está vestida de amor,
ternura
y mucha nobleza;
afecto sublime que nunca desmaya.
La verdadera amistad
es lealtad sin límites,
constancia, sacrificio,
es humildad;
desearle lo mejor a nuestro amigo,
soñar sus sueños,
sufrir sus pesares,
es guiarlo a triunfar.
No es amigo:
aquel que traiciona,
y en sus dificultades
al amigo abandona,
el que no celebra sus triunfos
como si fueran propios,
el que critica un error
y se ríe del fracaso
en vez de ayudarlo.
Se escucha en la lejanía
el dulce trinar de las aves,
que alegran con sus cantares,
que son bellas sinfonías,
que embelesan cada día.
El poeta ve al mundo
con un cristal diferente,
diáfano, cristalino
y no como el resto de la gente;
que cada quien la ve
con el color conveniente,
a sus apetitos banales,
a sus caprichos humanos
llenos de egoísmo,
que causan terribles males,
irreparables daños
que nos llevan al abismo,
No deseo quedarme
en un nicho siniestro
oscuro y tan lleno de soledad,
ni que los gusanos
aprovechen mi cuerpo,
anhelo volar libre
por la inmensidad.
Refleja su rostro
el cruel sufrimiento,
de paupérrima vida,
de eterno dolor;
para consolarse
de sus soledades:
le reza ferviente
al nuestro Señor.
Su lánguida figura
despierta en la gente,
lástima profunda
que toca el corazón,
siempre permite
se le tienda la mano
para ayudarla
por su condición.
Cuenta el vecino
que fue niña buena,
amaba a los seres
qué vida le dio,
en su casa humilde
no pasaba hambre,
nunca le faltaba
ternura y amor.
La gente se burla
de la justicia humana,
qué fácil se compra
sin importar el dolor,
que causa a los seres
de condición humilde,
la verdadera justicia:
¡la impone Dios!
CANTEMOS A LA VIDA
¡Cantemos a la vida!
Porque la vida es bella,
cantemos al basto cielo,
al sol, la luna, las estrellas;
cantemos a los prados
llenos de aire limpio y verdor,
cantemos con alegría,
cantemos con amor.
Cantemos fuertemente
celebrando la amistad,
que es lo que debe de unir
a la humanidad;
para vivir felices,
para vivir en paz,
¡uniendo a los pueblos
por la eternidad!
¡Cantemos a la vida,
cantemos al amor,
con máxima alegría,
poniendo el corazón!
¡Con voz limpia y sonora
y muy llena de emoción,
que brote de nuestras almas
como plegaria a Dios!
ME LLEGÓ EL FRÍO INVIERNO
Vi a mi madre recostada
en nuestra vieja puerta marrón,
que miraba sonriente
cuando sus hijos jugaban
corriendo tras un balón;
escuché con nitidez sus consejos de siempre:
“cuidado hijo te caigas”
“no patees fuerte”
¡ay pobres zapatos, con lo que costaron!
Vi su rostro amoroso,
muy contenta;
su dulzura era infinita
todo en ella era bondad,
abrazándome fuerte, muy fuerte,
acurrucándome en su regazo
con ese cariño que solo ella
me dio de niño:
mi mamá.
La lluvia:
cuál castigo divino cae y cae
inundando todo;
la gente reza miles de Padres Nuestros,
Ave Marías, que no encuentran eco,
como si el buen Dios estuviese dormido,
y los ruegos se pierden en oscuras cavernas,
donde están escondidas
las conciencias de algunos hombres
que no hicieron y no hacen nada,
nada por sus pueblos.
Va gritando fuertemente,
su grito desesperado
retumba cual eco sonoro
en sus montañas más altas
y se pierde en el infinito,
pero; nadie la escucha,
¿o es qué su grito ensordece?,
¿ya no lo pueden oír?,
o; simplemente, no lo quieren hacer
los poderosos sin conciencia,
aquellos, que vendieron su alma
a la avaricia sin límites;
seres que no les interesa
el futuro de las especies
y lo contaminan todo.
¡La tierra está enferma!,
se queja,
agoniza,
envía señales
desesperadas de su mal;
casi nadie las ve,
o; no las quieren ver.
Ya se acercan galopando
los cuatro jinetes temidos
con sus caballos de colores,
para ponerle fin a todo;
¡traen el caos, hambre
y muerte!
¿¡Empieza el Apocalipsis!?,
¡hay dolor por todos lados,
éxodo de pueblos hermanos
que buscan libertad y paz!,
huyen presurosos de la tiranía,
del apetito voraz de poder
de algunos gobernantes;
muchos de ellos
solo encuentran incertidumbre,
más dolor,
angustia, desesperación,
¡el final de su vida,
en su peregrinar!
¡Muerte!, ¡destrucción!,
¡desolación y miedo!;
“¡LIBERTAD!”,
palabra sagrada,
que crece cual planta
llena de esperanza,
en la tierra de hombres esclavos,
donde reina la tiranía;
opresión maldita
que rebaja al hombre
su calidad de humano,
hasta convertirlo
en un ser sin consciencia,
como marioneta
sin voluntad,
con palabras encadenadas,
sin pensamientos propios,
sin destino…
Pero,
es tanto el sufrimiento:
insoportable,
que de las entrañas de los hombres
surge un rugido poderoso
que ensordece,
que despierta de su letargo
a las mentes adormecidas,
por la ignominia más pura
del hombre contra el hombre,
el grito:
“Libertad”.
¡Libertad!,
Planta bendita
regada con sangre,
sudor y lágrimas
de pueblos esclavizados,
que buscan descanso
a sus miserables vidas,
que buscan justicia
al trato inhumano;
agresivo,
del vil opresor.
¡Libertad!,
para buscar un mejor futuro
a las generaciones venideras
y no sufran el maltrato:
¡humillante!,
¡degradante!;
“para que vivan en paz con sus hermanos,
vivan en paz con la naturaleza,
vivan en paz con Dios”.
¡Libertad!
¡sinónimo de sacrificio,
inmolación!
INFORTUNIO
Un viejo menesteroso,
cansado de vagar
por desgastados senderos,
huyendo de sus fantasmas
que lo atormentan,
le quitan el sueño,
volviendo sus noches
de insomnio perpetuo…
¡truenos y granizos!,
acompañaron a mi madre
en mi nacimiento.
Mi madrecita enferma,
tapaba mi hambre
con cuanta migaja
que su mano mendigó,
me llenaba de ternura,
amor incomparable,
hasta que… a los siete años,
también me dejó.
¡Vagabundo solitario!,
¡Caminante viejo!,
Buscas, no sé dónde la paz tan ansiada,
de un lado a otro,
del cielo al infierno,
el día que la encuentres
podrás en la tierra descansar tus huesos.
CÓMO HAN CAMBIADO LOS TIEMPOS
¡Avanza el libertinaje,
de niños y adolescentes!,
asisten a discotecas
sin tener ningún control,
consumen “¡drogas malditas,
cigarrillos, marihuana,
y terminan en el suelo
por consumir licor!”
¡Loco!,
Loco, me llama la gente
y me miran con espanto
cuando se cruzan conmigo,
pero, ellos no saben ni sienten
el dolor que me acongoja,
que es fuerte y perenne.
¡Loco!,
loco me llama la gente
y me miran con espanto,
cuando se cruzan conmigo,
como si fuese hacerles daño.
No reniego de mi suerte,
¿de qué valdría?,
¿renegando cambiaría mi vida?,
¡no, no!, se haría más pesada,
tengo ya sobre mis hombros
con la que tengo que andar,
una horrible carga
que hace lento mi caminar.
Mi único pecado,
si eso es pecado,
es haber nacido
en cuna humilde;
no conocer a mi padre
y desde muy niño vivir
en orfandad,
ya que mi hermosa madre
subió a los cielos
para poder descansar,
de la penosa vida
que aquí llevaba
enferma y sola, sin mi papá.
¡Loco!,
¡no soy un loco!,
¡soy alguien que sufre,
que llora por dentro!,
y todos los días
en su camino,
avanza un poco,
que sigue la flecha
de su cruel destino.
HOJAS SECAS
Ando perdido,
no encuentro mi camino,
porque está rodeado de bruma,
espesa, formada
con figuras etéreas,
fantasmagóricas,
que me llaman,
me reclaman
y pretenden que tropiece.
Trato a zarpazos
abrirme paso entre ellas,
despejar mi senda,
para ver y tener la luz del sol,
su calor en mi cara;
por las noches,
caminar con paso seguro
por mi vía,
alumbrada por los faroles
del cielo;
¡sentirme vivo, sentirme vivo!,
sentirme vivo.
Es agonizante mi momento,
ya no tengo enlagunados los ojos,
con claros rocíos,
se han secado
de tanto sufrir;
pero,
¡no me daré por vencido!,
lucharé contra esa bruma,
despejando de mi mente
los mil y un recuerdos
nefastos, ya insufribles;
que me atacan
como cuervos,
tratando de sacarme los ojos
para no ver el bello mundo,
que se encuentra
detrás de la cortina
de lúgubres pesadillas,
que por hoy tratan de abatirme.
¡Seguiré adelante!,
batallando contra mis fantasmas,
cada vez más fuete,
cada vez con los ánimos al tope,
cada vez con más bríos,
para poder vencer;
entonces,
mis pasos hoy perdidos
serán firmes sobre la tierra;
empezaré con ahínco
a buscar mi esencia,
en el valle infinito
de mis recuerdos.
AMANECE UN NUEVO DÍA
Olvidemos la tristeza;
olvidemos un momento
el dolor que nos aflige,
ven a cantar conmigo
esta dulce melodía;
que nuestra voz se escuche
más allá de nuestro cielo
y llegue hasta el infinito
donde mora el Eterno.
Renovemos la fe perdida
de un futuro diferente;
luchemos juntos como hermanos,
codo a codo, venceremos
la desgracia que hoy nos aflige
y cuando haya terminado:
¡el futuro será nuestro!
¡DESPIERTA HUMANO!
¡Despierta humano,
de tu letargo!,
y con las manos unidas
sostengamos al mundo,
que dé a pocos se hunde
en un pozo profundo
del que no habrá retorno;
por nuestra indiferencia,
por cerrar los ojos,
por taparnos los oídos
y el silencio cómplice
que nos envuelve.
¡Despierta humano
de tu letargo!,
sacude el adormecimiento
que cubre tu mente,
para que te des cuenta
de la pobreza,
de la humillante vida
de muchos hermanos,
sin agua, sin pan,
para calmar sus hambres;
tan solo se alimentan
de sentidas oraciones
al buen Dios de los cielos,
y las manos generosas
de algunos cuantos
buenos corazones.
¡Despierten humanos,
unamos las manos!,
unamos las voces,
que, hasta hoy calladas,
resuenen como fieras
y solo se escuche un rugir;
pidiendo justicia, amor,
igualdad en el mundo,
porque todos somos
hijos de la creación.
¡Despierten humanos!,
ya no permitamos
que la ambición de algunos
les siga robando
pan, salud y educación
al que menos tiene,
al pobre, al humilde;
que el menesteroso tenga
pan que llevarse a la boca
un alivio para su mal
que sepa escribir su nombre
progrese y viva en paz.
¡Despierten humanos!,
solos, no somos nada,
pero, todos unidos
podremos lograr,
la meta trazada
de un mundo radiante,
donde siempre reine:
¡el amor, la libertad y la paz!
SOY UN HOMBRE CAMINANTE
Me considero amigo,
me considero hermano
de todos mis semejantes;
sin distinción de credo,
raza o color:
¡ya que todos somos humanos!
Me llaman loco,
no me importa,
sí en mi mundo
soy muy feliz,
no le hago daño a nadie,
con mi forma de vivir.
Le canto a la vida,
le canto al amor,
le canto a la madre,
al paisaje, a la flor,
a la noche estrellada,
la de ningún fulgor,
a los días soleados,
a la lluvia que da verdor
y con infinito respeto:
también le canto a Dios.
Veo primaveras
donde otros ven otoños,
veo veranos
donde los demás ven inviernos,
hablo con los pájaros
y con las flores,
miro con los ojos impolutos
del mi alma;
despierto mis sueños dormidos
forjados en mi infancia
y me vuelvo niño.
Pensamientos positivos
a partir de este momento,
buscando cada instante,
en cada rincón del orbe,
aquella felicidad escondida,
la tomaré hasta que llegue
en un tiempo cualquiera:
¡la culminación de mi vida!
VIVO EN UN MUNDO
Vivo en un mundo
edificado con palabras,
mundo fantástico
que no tiene fronteras,
irreal y complejo,
de grandes claridades,
oscuros siniestros;
belleza extrema,
paisajes de espanto.
Vivo en un mundo
Edificado, con sonidos
suaves y delicados,
de notas etéreas
que transmiten paz,
que adormecen los sentidos;
pero,
también hay de las otras,
que ensordecen
y dan miedo.
A veces me encuentro
perdido en la jungla de mis pensamientos,
tratando de atrapar con mi pluma
palabras hermosas,
llenas de armonía,
que conjuguen
amorosas
con las notas de mi lira;
para construir versos,
y con ellos
describir la belleza,
magnífica,
celestial,
sublime
de la naturaleza.
Pero,
no las encuentro siempre;
al contrario,
encuentro aquellas
que describen
¡miseria y abuso,
la crueldad sin límites
que en el mundo impera!;
la desigualdad evidente,
egoísmo alarmante,
demasiado cinismo;
y lo peor de todo,
tropiezo,
con aquellas palabras
de muchos humanos
acomplejados y egoístas:
que practican el racismo.
Palabras,
que son colocadas
en ese cielo
por gente malvada,
de mentes retrógradas,
que no evolucionan;
que se quedaron
estancadas en el tiempo;
añorando por siempre viejas alcurnias
de épocas añejas,
que es mejor olvidar,
para ver la igualdad.
Existen,
diferentes culturas
diseminadas en el orbe,
desde tiempos atrás,
cada una con sus costumbres
y religiones,
pero,
hay algo que nos hermana
desde que se pobló la tierra,
es que existe una sola raza pensante:
“LA HUMANA”.
- ¿Estás loco?,
ella no existe,
hablas con el viento,
te está fallando el coco.
-Ella no existe,
Tú, la creaste,
solo en sueños la viste.
¡Eso es mentira!,
¡no es fantasía!,
está tan viva
como tú, o, yo;
vive conmigo
en nuestra casita,
que la mantiene limpia
y llena de flores,
todas muy bellas
de mil colores;
bellas cortinas
de terciopelo,
pinturas de hermosos campos,
un espejo cuerpo entero
que refleja
de su rostro la hermosura,
y también, por cierto,
su esbelta figura.
- ¿Cómo se llama
tu bien amada?