Está en la página 1de 1

ANALISIS DE CASO:

Tom es un joven de 21 años. El problema inmediato de este joven sereno era serio, aunque no
monumental. La familia y los defensores esperaban que se le descubriera algún trastorno mental, y así
poder librarlo de la cárcel por robo.

Las evidencias de conducta desadaptada se observaron desde su niñez. Parecía un chico fiable y
valiente, pero nunca se podía contar con él para realizar alguna tarea o para dar una explicación clara de
alguna situación.

Aunque tenía de todo, le robaba ocasionalmente a su padre pollos para venderlos en los almacenes del
centro de la ciudad. También había robado piezas de plata de la cubertería de la familia.

En ocasiones, se pudieron recuperar las piezas por medio de quienes se las había comprado por una
miseria, o las había intercambiado por objetos que no parecían interesarle particularmente ni tenían
ningún valor para él.

Tom andaba por ahí más o menos a la aventura, dando patadas a las gallinas en los corrales vecinos,
prendiendo fuego a una propiedad privada o haciendo pequeños robos en la tienda de cigarrillos.

Frecuentemente en las tiendas cargaba cosas a la cuenta de su padre, robaba caramelos, puros, entre
otras más.… Mentía tan a menudo y con tanta serenidad, presentando tan ingeniosamente sus
coartadas o rechazando simplemente toda responsabilidad con una apariencia de inocencia tan
convincente, que su carrera real se desestimó durante muchos años.

A pesar que con frecuencia se juntaba con pequeños grupos o bandas, nunca se identificó con los demás
en una causa común durante mucho tiempo.

A los catorce o quince años, cuando había aprendido a conducir, empezó a robar autos con bastante
regularidad. Después de haber intentado vender un auto robado, su padre consultó a algunos expertos y
en base a la teoría de que podía tener una pasión por los automóviles, le compró uno como medida
terapéutica.

En una ocasión, mientras conducía por las afueras, aparcó su coche intencionalmente y dejándolo
abandonado, robó otro de inferior calidad y lo dejó levemente dañado en las afueras de un pueblo,
algunos kilómetros alejado de la ciudad.

Mientras tanto, Tom continuaba utilizando el nombre de su padre para extender cheques de pequeñas
sumas y seguía robando dinero, carteras, libros u otros objetos. En ocasiones vendía un perro o un
ternero que pertenecía a otra persona de la comunidad, bajo el pretexto que era suyo.

Se le envió a una institución federal de un Estado alejado, donde ejecutaban un programa de


rehabilitación y asesoramiento. Pronto impresionó al personal de la institución con su actitud, y en la
forma en que trataba los errores que había cometido y los planes para un futuro diferente.

Encontró un trabajo en los muelles de un pueblo cercano. Al principio los demás empleados lo
encontraron enérgico, brillante y aparentemente entusiasta de su trabajo. Pero pronto surgieron
evidencias de una irresponsabilidad inexplicable que aumentaba día a día.

El informe penal indica que había sido arrestado y encarcelado en cinco o seis ocasiones. Se estima que
se le hubiera encarcelado o arrestado en distintas comisarías durante cortos o largos períodos de
detención en otras 150 ocasiones aproximadamente, si su familia no hubiera subsanado los pequeños
robos que había cometido, los daños, el pagado de multas, etc.

En ocasiones había sido arrestado por fomentar discusiones en puntos de reunión, provocar peleas o
por sus conductas perturbadoras altamente organizadas, hasta el punto de convertirse

También podría gustarte