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La Infancia Espiritual
NIÑOS ANTE DIOS
La Infancia Espiritual
P. José Kentenich
Traducción:
Prof. Sergio Danilo Acosta
Diseño de tapa:
Lucía Carcur
ISBN: 950-9579-45-9
Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723
En coedición con:
Editorial Schoenstatt S.A.
La Concepción 7626 - La Florida - Santiago - CHILE
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Impresiones BC
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Abril, 2003
Niños
Ante Dios
LalnfanciaEspiritual
P. José Kentenich
EDITORIAL
PATRIS
CONTENIDO
Sexta Conferencia
LA INFANCIA ESPIRITUAL ES EL CAMINO
HACIA EL CIELO__________________________________________ 107
Séptima Conferencia
ESCUCHAR A DIOS EN LA VIDA MISMA____________________ 129
Octava Conferencia
EL RECOGIMIENTO CONTINUO EN DIOS___________________ 157
Novena Conferencia
BASTA REPETIR "SI, PADRE"_______________________________ 183
Décima Conferencia
LA INFANCIA ESPIRITUAL ES ENTREGA
DE SI MISMO______________________________________________ 197
Undécima Conferencia
LA ASCETICA DE LA INFANCIA ESPIRITUAL _______________ 217
Duodécima Conferencia
LA INFANCIA ESPIRITUAL COMO
REMEDIO A LAS CRISIS____________________________________ 241
Decimotercera Conferencia
EL HEROISMO DE LA ENTREGA A DIOS PADRE 265
Decimocuarta Conferencia
CUANDO DIOS NOS PRUEBA______________________________ 273
Decimoquinta Conferencia
EL SI PERSONAL Y PATERNAL DE DIOS ____________________ 303
Decimosexta Conferencia
EL AMOR DEL PADRE ESTA DETRAS DE LA CRUZ __________ 325
Decimoséptima Conferencia
LOS FRUTOS DE LA INFANCIA ESPIRITUAL ________________ 353
Decimoctava Conferencia
LA SABIDURIA SANTA ____________________________________ 365
Decimonovena Conferencia
VINCULOS OBLIGATORIOS Y VINCULOS CON DIOS_________ 395
Vigésima Conferencia
MARIA Y EL ESPIRITU SANTO _____________________________ 417
Vigésimo primera Conferencia
LA TRANSFORMACION EN DIOS___________________________ 437
Vigésimo segunda Conferencia
ESENCIA DE LA INFANCIA ESPIRITUAL____________________ 443
Vigésimo tercera Conferencia
LA PUREZA_______________________________________________ 469
Vigésimo cuarta Conferencia
EL PUDOR Y LA TEMPLANZA______________________________ 493
Vigésimo quinta Conferencia
MARIA Y LA INFANCIA ESPIRITUAL________________________ 515
BIBLIOGRAFIA_____________________________________________ 531
INDICE DE PERSONAS Y LUGARES__________________________ 533
INDICE TEMATICO_________________________________________ 535
INDICE ANALITICO___________ 541
PRESENTACION
7
favor del belicismo, el racismo y la fidelidad al Führer. A
ello se unía la declaración de guerra a todos los enemigos
del único partido reinante. Entre estos enemigos se había
incluido también a las iglesias cristianas.
La pugna contra la Iglesia católica alemana se tradujo
en el paulatino vaciamiento de los artículos del Concorda
to firmado en 1933 y que contemplaban el libre desempeño
de las comunidades religiosas, la garantía de los bienes de
la Iglesia católica alemana, la libertad de enseñanza, el libre
funcionamiento de las escuelas confesionales y las organiza
ciones y asociaciones católicas, así como la libre predicación
de la fe y la moral católicas.
El 14 de marzo de 1937, precisamente en el mismo año
en que el Padre Kentenich dicta el retiro que nos ocupa, Su
Santidad Pío XI da a conocer la Encíclica Mit Brennender
Sorge ("Con viva angustia y estupor"), donde denuncia y
condena el ideario nacionalsocialista y la persecución a que
era sometida la Iglesia. Los ecos de esta encíclica, que pre
sagiaban nuevos enfrentamientos entre Iglesia y Estado en
Alemania, resonaban vivamente en el ánimo de los asisten
tes al retiro de Immensee.
Más allá del enfoque sobre la actualidad de su tiempo,
el Padre Kentenich presiente incluso el futuro desmo
ronamiento de la otra gran ideología que competía con el
Nacionalsocialismo. En efecto, al leer la conferencia decimo
tercera del presente volumen, se nos actualiza el derrumbe
del marxismo y la secuela de cambios políticos, sociales,
económicos que traería aparejado, incluso los conflictos que
hoy observamos entre las diferentes nacionalidades del ex
bloque del Este.
Lejos de amilanarse ante este estado de cosas, el Padre
Kentenich se remonta a las fuentes del Evangelio y estruc
tura las reflexiones del retiro a los Padres Betlemitas basán
dose en aquellas palabras de Jesús: "Yo os aseguro: si no
cambiáis y os hacéis como los niños, no entraréis en el Rei
no de los Cielos" (Mt 18,3). A partir de esta gran idea direc
triz, el Fundador de Schoenstatt va trazando todo un
8
camino de espiritualidad que ofrece una respuesta concreta
a la dureza y angustia de la época que se vivía.
Schoenstatt suele ser conocido más bien por su cultivo
de la devoción mariana y no tanto por la acentuación de la
infancia espiritual; pero precisamente estas páginas nos
abrirán al conocimiento de otra de sus facetas: la pro-
fundización en el misterio de nuestra relación filial con Dios.
La infancia espiritual está perfectamente fundamentada en
la palabra y la vida de Jesús y en las cartas de los apóstoles.
En este libro se ofrece una propuesta de reactualización
creativa de ese mismo mensaje de filialidad, una propues
ta "cortada a la medida del hombre de hoy", si se me
permite recurrir a un giro popular que solía emplear el
Padre Kentenich.
Si bien el tema de la filialidad o infancia espiritual es
tuvo siempre presente en la historia de la espiritualidad
católica, en las primeras décadas de este siglo tuvo un nue
vo auge debido, entre otros factores, a la rauda expansión
de la devoción a Santa Teresita del Niño Jesús. En efecto, la
obra más conocida de la carmelita de Lisieux, Historia de
un alma, se venía editando con un ritmo vertiginoso de
ediciones y era bien conocida entre el auditorio que tenía
frente a sí el Padre Kentenich. En su autobiografía espiritual,
Teresita volvía a subrayar la vigencia del camino de la
infancia espiritual, a quien designaba sencillamente como el
"caminito".
El Fundador de Schoenstatt armonizará las ocasionales
referencias a dicha obra con otras citas de Pestallozzi,
Tagore, Nietzsche, etc., que aluden igualmente al universo
de los niños y de la infancia espiritual. Todas ellas, a su vez,
pueden recapitularse en la cita de San Mateo que es la pie
dra angular y el elemento cohesionante de los ejercicios de
Immensee: "Si no cambiáis y os hacéis como niños no entra
réis en el Reino de los cielos".
En cuanto a los primeros destinatarios del retiro, cuan
do el Padre Kentenich se refiere a la comunidad de los
Misioneros Betlemitas, utiliza el término "Familia", que en
9
el habla kentenijiana es sinónimo de comunidad por exce
lencia. Es importante tener en cuenta que aquel primer au
ditorio estaba conformado por religiosos, para así compren
der mejor la elección de temas, ejemplos, matices expresivos
y vocabulario del autor.
Nuestro autor buscaba continuamente sintonizar la
perspectiva de interés de su auditorio. Esa sintonía lo lleva
ba a adaptar el rumbo previsto para su conferencia a las
necesidades que iba detectando entre sus oyentes. Por ejem
plo, en la conferencia veinte, en medio de una sumaria ex
posición de las características de la sabiduría, se explaya en
un tema aparentemente tangencial en relación con el hilo
central que venía desarrollando: la aridez espiritual y nues
tras posibles reacciones ante ese estado. ¿Por qué ese
excurso? En conversaciones grupales o personales, el Padre
había percibido en esos días que el tema era importante
para las necesidades espirituales de los hombres a quienes
hablaba y no vacila en tocarlo.
En lo tocante al lenguaje, recordemos que todo autor
tiene su registro de palabras favoritas, a las que tiñe de
matices muy personales. En el discurso del Padre Kentenich
hallamos palabras generadoras que estructuran la reflexión.
En torno de ellas, como una constelación, se agrupan regu
larmente una familia de términos sinónimos. Por ejemplo,
en el contexto de la palabra clave "santidad", nos habla de
aspirar, empeñarse, esforzarse, empeño y esfuerzo por la
santidad o por el cultivo de determinadas virtudes, etc... Al
referirse a la comunidad, la familia o el Estado, el Padre
Kentenich despliega una serie de términos que significan
labor o trabajo de construcción: edificar, estructurar, alzar el
edificio, organizar, etc.
El Fundador de Schoenstatt se movía con libertad ab
soluta entre los diversos registros de la lengua. Pasa de la
exposición teórica de una idea a la aplicación práctica de la
misma, amoldando su lenguaje con flexibilidad, tanto al
discurso abstracto cuanto a la narración de ejemplos de la
vida cotidiana, pasando por todos los niveles intermedios
10
de la lengua. En cada registro fue original e innovador, in
troduciendo ora expresiones complejas ora refranes y di
chos populares. Hablaba como lo que fue: un teólogo pro
fundo, pero también un hombre de pueblo. Hemos procu
rado traducir fielmente esta agilidad del habla kentenijiana
y creemos que hemos dado un paso adelante en cuanto a
una mayor fidelidad de traducción, si bien resta aún mucho
por hacer.
Respecto de las notas de pie de página que se van su
cediendo en la presente obra, ellas han sido elaboradas por
nuestro equipo de traducción y apuntan a aclarar pasajes
más complejos o bien completar información sobre otros
autores o determinados aspectos de espiritualidad, historia,
etc. En algunos casos nos apoyamos en los datos suministra
dos por las notas de pie de página de la edición alemana,
pero siempre enriqueciéndolos o resumiéndolos en razón
de la perspectiva de interés de los lectores de la edición cas
tellana. Cabe agregar asimismo que las notas marginales no
son originales del autor sino que fueron introducidas en la
presente traducción como apoyo y guía para el lector.
Finalmente quiero expresar mi más cálida gratitud por
el trabajo intenso de mi estrecho colaborador y corrector, el
P.Horacio Sosa; al P.Benjamín Pereira, a Isabel Mugica y
colaboradores de Editorial Patris de Buenos Aires; al Sr.
Mario Tubert, de Editorial Patris de Santiago de Chile, que
revisó el texto y redactó las notas marginales, y a todo el
círculo de nuestros benefactores. Gracias también a los
PP.Enrique Schaefer y Paúl Vautier; y al P.Alberto Meroni.
Ya fuera del ámbito escrito de nuestro equipo de traducción,
quiero expresar también mi agradecimiento por la compa
ñía y aliento recibidos de los PP. Carmelitas Descalzos y del
Ing. Claudio Magnoni y familia, todos de esta ciudad.
11
Primera Conferencia
Introducción
13
nuestras tierras una victoria tan contundente, ustedes
saben mejor que yo todo lo que está fermentando e in
cubando bajo la superficie. Además saben que en la
actualidad las ideologías trascienden las fronteras
nacionales.
Como misioneros nos informamos con singular
interés sobre el surgimiento del neopaganismo en Eu
ropa porque advertimos la repercusión especial que
tales ideologías tienen en nuestros países de misión. En
Manchuria y en Japón se sigue con suma atención lo
que pasa en Alemania. Todo lo que en este último país
tenga visos de triunfo del paganismo sobre el cristianis
mo, aviva poderosamente los ánimos en nuestras áreas
de misión.
¿Cómo concluirá esta contienda? Es indudable
que se está tratando de talar enérgica y violentamente
el árbol del cristianismo. ¿Caerá? Más allá de la gracia
y de la Divina Providencia, la respuesta depende en
¿Caerá el gran medida de nuestra colaboración personal. Hom
árbol del bres conocedores del tiempo actual, como por ejemplo
cristianismo? Pfliegler3, opinan que nosotros, los sacerdotes, somos
bastante incapaces de asumir la situación actual. Si fue
se así, ¿dónde reside nuestra falencia?, ¿en no saber
captar los problemas que afectan a nuestro tiempo y
por ende en no atinar a resolverlos? Pero no es tan di
fícil hacerlo, pues lo que hoy se pregona con bombos y
platillos ha sido ya refutado incontables veces a lo lar
go de los siglos. No se trata ante todo de solucionar los
problemas en el plano teórico. La diferencia entre ayer
y hoy radica en lo siguiente: Lo que se enseñaba anta
ño en las cátedras ha calado hogaño en la masa y des
embocado en un poderoso movimiento de vida.
Me parece que la dificultad estriba en nuestra in
capacidad de adaptarnos a la manera moderna de ver
14
y sentir la vida y oponer a ese gigantesco movimiento
de vida del adversario un genuino y marcado movi
miento de vida católico. Nos falta por último asumir Adaptamos
más el papel de jefes heroicos de un movimiento vital a la manera
de tales características. Y sin embargo intuimos que en moderna
nuestro tiempo se está decidiendo de manera especial
el destino de Europa.
Al dar una mirada retrospectiva sobre la historia,
casi podríamos decir que "así como en los días de la
Reforma se echaron las suertes de los siglos que siguie
ron, así también hoy nos hallamos en los umbrales del Se decide el
futuro; y tal como en el próximo tiempo se formen los futuro por
frentes, así permanecerán probablemente por los siglos siglos
venideros". ¡Qué enorme, qué gran responsabilidad
tiene que despertarse en nosotros! Ya no deberíamos
llevar una vida burguesa en una época y sociedad bur
guesas, sino enarbolar esa responsabilidad que nos
compromete: "Nuestra acción de hoy y de mañana,
nuestro compromiso heroico con un heroico movi
miento de vida católico ejercerá una influencia impor
tante sobre el destino de este tiempo y de Europa por
los siglos venideros". Lo que hacemos aquí en Europa,
lo hacemos indirectamente por nuestros países de mi
sión. Lo que intentamos aquí por Europa debemos in
tentarlo también por nuestros países de misión.
15
aprendamos a glorificar a Dios, al Eterno, al Infinito, al
tan perseguido en la actualidad. Naturalmente, ustedes
dirán que el objetivo es muy general. Tienen razón,
pero esta tarde queremos darnos por satisfechos con
una meta general.
Mientras pronuncio estas palabras recuerdo dos
preguntas que en su momento le fueron dirigidas a San
Bernardo de Claraval4. Una fue planteada por su her
mano menor cuando Bernardo quería abandonar el
mundo junto a otros tres o cuatro hermanos y un tío:
Bynard0/ ¿a "Bernardo" -insistía el más chico- "¿Adonde vas?" Co
d°nde vas? nocemos la respuesta. Bernardo le dijo que tanto él
como sus acompañantes querían dejarle la parte que les
correspondía de la rica herencia paterna e ingresar al
monasterio para servir por entero a Dios y ganar el cie
lo. El hermano menor advirtió enseguida que aquello
era un mal negocio para él y al cabo declaró que no
estaba de acuerdo con el trato, que no quería los despo
jos de este mundo sino buscar a Dios y servirlo.
Cuando en aquellos años nos decidimos por la co
munidad, también nosotros hicimos una declaración
de este tipo, directa o indirecta, implícita o explícita
mente. ¿Adonde vas...? ¿Adonde fuimos? Queríamos
buscar nuestro propio camino para glorificar a Dios,
para servirlo, para entregarle todas nuestras fuerzas
sirviendo a los hombres.
Unos más, otros menos, todos estamos ya desde
hace años en la comunidad. ¿Acaso no sigue siendo
actual la segunda pregunta que Bernardo solía dirigirse
a sí mismo?: "Bernarde, ¿ad quid venisti?"5. Podemos
16
imaginarnos los ecos que despertaba este interrogante
en el ánimo vivaz pero a veces también fatigado del
santo: Era como una señal luminosa del faro de la eter
nidad, como un son de trompeta que aventaba toda
mediocridad y negligencia del alma. Como hombre
religioso que era, Bernardo experimentó que hay horas
en las que nos sentimos paralizados y experimentamos
el elemento animal que hay en nosotros con mayor
intensidad que en los años de la juventud. En esos tran
ces el santo de Claraval solía decirse: ¿Ad quid venisti? ¿Quieres
¿Por qué has venido? ¿Quieres pasarlo bien? ¿Quieres pasarlo
una vida cómoda? ¿Has venido para rehuir las fatigas bien?
del mundo? ¡Bernarde!, ¿ad quid venisti?
Creo que al comienzo de los ejercicios deberíamos
plantearnos a menudo esta pregunta: ¿Para qué nos hi
¿Para qué
cimos sacerdotes? ¿Para qué entregamos nuestras nos hicimos
fuerzas a la nueva comunidad?6 La respuesta que ob sacerdotes?
tengamos será asimismo la que demos a la pregunta:
¿Para qué vinimos a participar todos juntos en estos
ejercicios? Repito la respuesta recién esbozada. Es muy
general, pero más tarde despejaremos un acceso perso
nal a ella. Hemos venido a estos días de soledad para
aprender a glorificar a Dios, al Eterno, al Infinito, al hoy
tan perseguido por el neopaganismo. Y a hacerlo con
heroísmo y mediante nuestro ser y actuar.
No sé cuál de estos pensamientos destacar en esta
noche. ¿Hace falta decirles nuevamente por qué empe
ñarse hoy en glorificar a Dios con heroísmo? Les plan
teo un sólo pensamiento: Quien conozca el tiempo ac
tual, sabe que en nuestros días toda mediocridad ya no Arrojar la
mediocridad
sirve de nada, es un bagaje inútil que hay que arrojar
por la borda. Quien haya captado cuáles son las
corrientes ideológicas de los países limítrofes, habrá
17
advertido que en ellos se está gestando una lucha
dantesca. Digámoslo sin rodeos: A través de sus esbi
rros, el diablo está realizando ingentes esfuerzos para
alcanzar su meta. Me parece que no está lejos el día en
que el antiguo paganismo se una al nuevo y conformen
un único y gran frente para luchar con bríos titánicos.
En todas partes donde se mire se está exigiendo heroís
mo. De ahí la urgencia de desechar toda medianía...¡A
todo o nada! ¿No creen que esto debería valer espe
cialmente para una comunidad joven, con tantas y
extraordinarias fuerzas juveniles y que todavía debe
demostrar públicamente su derecho a existir?
Esta noche quisiera cincelar con trazos más hon
dos la palabra "Dios" en nuestra alma: Dios el Eterno,
el Infinito, a quien el neopaganismo quiere destronar.
Tratemos de glorificar a través de nuestro ser y actuar
a ese Dios a quien hoy tanto se persigue y blasfema.
Pronunciemos la palabra "Dios" con mayor serenidad,
con una actitud meditativa, íntima y equilibrada. Este
es el Dios a quien debemos nuestro ser, El que mantie
ne continuamente nuestras fuerzas y quien en su con
ducción divina nos sostuvo en todo momento. Sí, esta
noche meditamos cómo Dios ha sido sustento y
cobijamiento de nuestra vida hasta ahora y cómo la
quiere conducir en todo momento hacia las alturas.
De manera espontánea nos viene a la mente aquel
pasaje del Antiguo Testamento:
"Escuchad pueblos, atended islas lejanas, el Dios
¡Mío eres tú! que me llamó desde la juventud me dice: '¡Mío eres tú,
mío debes ser! ¡Quiero glorificarme a través de ti, quie
ro glorificar mi nombre en ti!'" (Is 49,1 y 43,1-7).
Me parece que estas palabras abarcan todo lo que
nuestro espíritu procura captar en esta noche. Creo que
tendría el derecho de interpretarlas de tres maneras. Al
contemplar mi vida en su relación con Dios, se me pre
sentan tres realidades: He sido llamado por Dios,
consagrado a Dios y enviado por Dios.
18
Llamado por Dios
Extraordinaria
19
Jesús. Pero son relativamente pocos los convocados a
seguir a Cristo en su íntima comunidad, a ser sacerdo-
Vocación tes- $e trata Pues de una vocación extraordinaria: Non
extraordinaria vos me elegistis, sed ego elegi vos, "no me habéis ele
gido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a voso
tros" (Jn 15,16).
Ahora bien, lo que nos interesa al repasar nuestra
vida es lograr una comprensión más honda de la pala
bra "Dios". ¡Qué paz experimentamos entonces! ¡Cómo
cala victoriosamente ese nombre en nuestra alma
infundiéndole nuevas energías!
Reconocible
Eficaz
Consagrado a Dios
20
me regalase a El. Y yo le respondí: "Heme aquí, quie
ro ser tuyo en este mundo y en la eternidad".
Valdría la pena desplegar la historia de nuestra
vida a partir del momento en que dijimos "sí" a Dios.
Me entregué a El; quizás ya lo había hecho de manera
privada mucho tiempo antes, siendo aún muy joven.
Reflexionen sobre aquella hora, cuando por primera
vez exclamamos: "Sí, quiero ser tuyo, todo lo demás es
secundario. Aunque en mi familia no haya habido na
die que siguiera esta vocación, yo siento, experimento,
estoy convencido de que Dios me quiere tener en otro
lugar". Pensemos en la consagración privada, en la
donación personal a Dios. Meditemos nuevamente
sobre todo lo que vivenciamos en ocasión de la
tonsura, el diaconado y la ordenación sacerdotal. En
suma, volvamos a recapitular toda nuestra vida desde
el punto de vista del llamado y de la consagración a
Dios.
Cuando repasen de esta forma la historia de su
vida, deténganse un momento y pregúntense todo lo
que hicieron entonces. ¿No fue aquello algo extraordi
nariamente insólito, grande, gratificante y al mismo
tiempo fecundo? Consideren estas cuatro ideas en la
meditación.
Mi paso, mi entrega a Dios, mi consagración a
Dios son algo extraordinariamente insólito. En efecto,
rara vez sucede que un hombre se regale a Dios. Y mu Consagración
cho más raro aún es que permanezca fiel a su consagra insólita
ción. Es asimismo un hecho extraordinariamente
insólito en otro sentido: La íntima convicción y volun
tad personal que acompañó mi consagración fue algo
grande y sublime. Reflexionemos sobre todo lo que la
consagración trajo y trae aparejado consigo. ¿No po
dría decir que extendí la mano, en principio, hacia las
tres coronas: corona martyrum, corona virginum y co-
21
roña doctorum? (Corona de los mártires, corona de las
vírgenes y corona de los doctores).
Corona martyrum
Corona virginum
Corona doctorum
22
fuerte reactualización de las ocho bienaventuranzas,
una fuerte revitalización del misterio de la cruz. ¿No
sería bueno que esta noche repasáramos en la oración
estas cosas? Ellas son habituales para nosotros; pero
cobrarán una nueva luminosidad en la medida en que
vayamos progresando en el arte de contemplarlas a la
luz de la gracia.
Ese "Aquí estoy Señor, haz de mí lo que Tú quie
ras, soy tuyo" es algo extraordinariamente grande.
Grande porque grande es Dios, a quien nos hemos en Haz de mí
tregado. Y grande es quien consagra su vida a grandes lo que Tú
cosas. ¿A quién consagramos nuestra vida? Al más quieras
grande, al Señor del cielo y de la tierra. Recuerden en
este punto todo lo que leyeron en los Padres de la Igle
sia sobre la dignidad del sacerdocio y de la entrega a
Dios.
Pero permítanme decirles, además, que este paso,
decisión y entrega deben ser algo que nos llene de di
cha, precisamente por habernos dedicado con cuerpo y
alma a Dios, al Eterno, al que es infinitamente dichoso
en sí mismo. Así comprenderemos por qué al servicio
a Dios se lo pinta muchas veces en la Biblia como una
inmensa felicidad: "Dichoso tu elegido, tu privado"
(Sal 65,5); "Venturosos los que a El se acogen" (Cf. Sal
2, 12; 33, 12; 34, 9; 40, 5; 84,13; 112,1; 128, 1; Prov 16,
20); "Bienaventurados los que tienen hambre y sed de
justicia" (Mt 5, 6; Le 6,21). Pueden enumerar otras tan
tas citas semejantes que fortalecerán su conciencia de Entregarse
que pertenecer a Dios, entregarse al Dios ignorado por al Dios
el mundo de hoy, entraña una inmensa ventura y una ignorado
gran fecundidad. ¿Recuerdan la pregunta planteada?
¿Para qué fuimos llamados? "Para dar fruto" (Jn 15,
16). Tenemos que ser sacerdotes fecundos, fecundos
para el reino de Dios, para la comunidad a la que per
tenecemos. ¿Acaso el sentido más profundo del celiba
to no es una fecundidad integral y de una hondura
inconmensurable? Que cada uno medite este pensa-
23
miento. No seguiré desarrollándolo; este breve enfoque
basta para disponernos a la siembra de la simiente que
se nos confió.
24
bajar! A esto mismo apuntan las distintas expresiones
y formulaciones que definen el oficio del apóstol:
Luchador de Cristo, "miles Christi" (2 Tim 2, 3); peón
del viñedo del Señor (Cf Mt 20,1-16); pescador de hom
bres (Cf Mt 4,19; Me 1,17). Si fuimos enviados tenemos
que trabajar en serio, trabajar por los hombres aún
cuando muramos en la empresa. No debemos buscar
nos a nosotros mismos.
Les pido, en resumen, que comprendan correcta
mente estos pensamientos introductorios. Esta noche
no formularemos cosas grandes y nuevas; simplemente
queremos zambullirnos en el océano infinito que es En el
Dios. Dios el eterno, el infinito, rodea mi vida, mi vida océano
personal, de esa manera tan profunda. Me llamó infinito de
personalmente, me convocó por mi nombre, me consa Dios
gré a El y El me envió personalmente. Ahora puedo
estudiar en particular cuál es mi misión original en el
ámbito laboral al que me ha destinado la Divina Provi
dencia. Lo importante esta noche es captar más
hondamente a Dios con todo nuestro corazón, a Dios el
Eterno, el Infinito, a quien hoy tanto se persigue. En
estos días queremos glorificar a ese Dios que ha
circundado, rodeado nuestra vida de tanto amor. Sí,
queremos aprender nuevamente a glorificarlo de ma
nera heroica, tanto a través de nuestro ser como de
nuestro actuar.
Permítanme preguntar por último cuál es la res
puesta de nuestra alma a este objetivo general, casi
demasiado general. Quizá estemos ya cautivados por
Dios; si es así, ¡Deo gratias! Pero si estamos abrumados Manos
por la fatiga diaria, si sufrimos excesivamente la ley de anhelantes
gravedad de la vida espiritual, entonces esta noche hacia Dios
deberíamos esforzarnos por lo menos en extender
anhelantes nuestras manos hacia Dios y elevarle nues
tro corazón.
Nos damos por satisfechos con comenzar los san
tos ejercicios al menos como hombres de anhelos. Si ya
25
somos hombres de entusiasmo y con dominio de sí,
tanto mejor. Pero nos conformamos con reunirnos al
menos como hombres de anhelos, varones animados
de un fuerte anhelo de poner todo su ser y vida a los
pies del Dios eterno e infinito. ¡Cuántas son hoy las
ideologías antagónicas que se hostigan y condenan
mutuamente! ¡Cuánta gente corre en pos de ídolos que
forjaron con sus propias manos! ¡Si corriésemos así en
pos de Dios! ¡Si estuviésemos animados por un fuerte
impulso de aniquilar lo mundano, los bienes aparentes,
como si fuesen ídolos, y de arrojarnos con alma y vida,
con todas las fibras del ser, a los brazos del Uno, Eter
no e Infinito!
"A los hambrientos colmó de bienes" (Le 1, 53).
"Bienaventurados los que tienen hambre y sed de jus
ticia porque ellos serán saciados" (Mt 5,6). En la medi
Un anhelo da en que tengamos anhelo de Dios, un anhelo profun
abismal por do, abismal y clamoroso por el Eterno e Infinito, en esa
el Eterno misma medida se cumplirán los deseos y satisfarán las
necesidades particulares que trajimos a estos ejercicios.
Así pues, esta noche queremos unirnos en el sim
ple anhelo de Dios, el Grande y Eterno, a quien servi
mos, a quien pertenece toda nuestra vida; quien nos
Hacer luz en llamó y a quien nos hemos regalado. El nos volverá a
el mundo enviar al final de estos días, cada uno a su puesto, fiján
donos la elevada meta de volver a hacer la luz en las
tinieblas del mundo pagano actual, un mundo donde
se mezclan tantos elementos paganos antiguos y
modernos.
26
Segunda Conferencia
LA PATERNIDAD
ES LA ESENCIA DE DIOS
Recapitulación
27
Pero esta situación es una de las ventajas que nos
ofrece nuestro tiempo ya que nos obliga a reconocer y
ver como realidad esencial que Jesús es también gran
de como líder y como hombre. Sin embargo no es esto
lo que nos impresiona en profundidad y nos motiva a
seguirlo. La gran verdad que nos mueve a vincularnos
a él y a apoyarnos en su persona y doctrina como sobre
cimiento de piedra es que Dios es Deum de Deo,
lumen de lumine, Deum verum de Deo vero, j
Nosotros, los que conocemos con tanta claridad
las contradicciones de los pareceres humanos, nos in
clinamos ante la divinidad de Jesucristo y nos resulta
Glorificar a evidente confesarlo como el camino, la verdad y la vida
Dios según (Jn 14, 6). Sabemos lo que tenemos que hacer para
el ejemplo
glorificar al Padre. Jesús nos dice que él es el camino, la
de Cristo
verdad y la vida; él es el camino para glorificar al Pa
dre. Bernarde, ¿ad quid venisti? Vinimos a glorificar
con nuestro ser y obrar a Dios, el infinito, el tan
perseguido; a hacerlo con heroísmo y según el ejemplo
de Cristo.
Limitación: Seleccionar
El segundo complemento es hacer una necesaria
limitación. El Señor irradia una plenitud infinita de luz
porque él es justamente el Dios hecho hombre. ¿Cuál es
el hombre, grupo o comunidad religiosa que pueda
acoger en sí toda esa luz, encarnarla e irradiarla? Por
un lado tenemos la infinita plenitud de luz y de vida de
Jesús; y por otro, la tremenda estrechez de nuestro en
tendimiento. De ahí la necesidad de destacar tal o cual
punto de la vida de Jesús que podamos y querramos
imitar. Ese punto debe tener ciertas características. Por
28
un lado, ser algo concreto, que casi pueda "palparse"
con las manos. Por otro, ser tan universal y fecundo
como para desplegar a partir de él toda la vida del
Señor. Finalmente, y en virtud de que constituimos una
comunidad con un determinado carisma, ese punto
debe armonizar perfectamente con el carisma y la vida
de la familia que conformamos. Todos ustedes conocen
una nota de la vida de Jesús que reúne notoriamente La infancia
estas tres características; se trata de un aspecto sobre el espiritual
cual ya nos llaman la atención nuestras Constituciones: de Jesús
la infancia espiritual de Jesús frente a su Padre.
Formulación definitiva
29
tan drásticamente dos bandos2. Hay unos que, al igual
que nosotros, están convencidos de que la infancia es
piritual es el culmen de todo lo grande del cielo y de la
tierra y el medio adecuado para superar las crisis de los
tiempos modernos. Pero son relativamente pocos los
que piensan y hablan así. El otro grupo, incomparable
mente mayor, sacude la cabeza y exclama con desdén:
"¿Cómo?, ¿infancia espiritual?, ¡eso es la caricatura
total del cristiano y del cristianismo!".
No hace falta ir muy lejos para confrontarnos con
esta actitud. Basta detenernos en nuestras propias filas
católicas...¡Imagínense entonces lo que será asomarse al
campo adversario! Proclamen la consigna "Infancia es
piritual" en medio del concierto de los paganos de hoy.
No sólo provocarán un sacudimiento de cabezas sino
Eso, ¿qué un rechazo fanático. ¿Ser niño? ¿Qué significa eso?
significa? ¡Cursilería, afeminamiento, puerilidad! Sopesen por
favor estos tres términos y observen el otro bando. Allí
se nos espeta con gesto sumamente agrio: "¡La infancia
espiritual es el enemigo mortal de la verdadera
hombría; sólo la hombría es capaz de dominar la vida".
Nuestra respuesta
30
de nosotros sabe que la infancia espiritual es el alma de
nuestro instituto; que Dios lo destinó desde la eterni
dad para que encarne ese ideal.
Delante de cada uno hay una imagen
de aquello que debe ser
en tanto que no lo sea
no gozará de paz completa.
Lo que vale para cada individuo vale asimismo
para la comunidad, ya que ella tiene un alma comuni
taria. Sí, Dios hizo surgir nuestra comunidad para que
fuese pregonera de la infancia espiritual en el mundo
de hoy. Por lo tanto resulta evidente que estamos Un medio
para superar
comprometidos con toda el alma -o al menos queremos la crisis
estarlo- con la infancia espiritual. Apuntamos a engro actual
sar las filas de aquellos que se afirman sobre la base de
que la infancia espiritual es compendio de todo lo
grande en el cielo y en la tierra; es el gran medio para
superar las crisis del tiempo actual.
31
Dos tipos de infancia espiritual
32
Echen por favor una ojeada en el campo de los je
suítas, ya que hay tantos de ellos en Suiza. Entre ellos
todo está claramente organizado, hay una ratio
studiorum y una ratio educandi4. O bien fíjense en las
filas del nacionalsocialismo; allí saben utilizar las leyes
de la psicología y tienen una capacidad de adaptación
extraordinariamente fina. En cuanto a una participa
ción activa en luchas exteriores, el panorama es relati
vamente calmo. ¿Por qué? Porque primero se quiere
crear un hombre nuevo. Se quiere crear al hombre
nacionalsocialista que sea en el futuro el sostén de un
estado nacionalsocialista. Aplicado a nuestro caso, si
queremos cumplir una misión apostólica tenemos que
formar primero hombres apostólicos.
Volviendo a los jesuítas, podemos decir que en
ellos el principio educativo está constituido por las
cuatro semanas de ejercicios, los ejercicios ignacianos.
Todo ha sido perfilado con claridad: "Así nos educa "Quiero
mos, así es nuestro modelo de hombre jesuíta...". ¿No saber cuál es
les parece que una de las tareas esenciales de una nue tu gran idea"
va comunidad sería preguntarse cuál es su tipo origi
nal, su modelo de hombre? Dicho con las palabras de
Nietzsche: "Quiero saber cuál es tu gran idea"5.
33
presentados como simples esbozos, ya que el tiempo
no alcanza para explicar todo hasta en sus mínimos
detalles.
Algunos de ustedes deberían rever luego estas
ideas y ampliarlas para que la comunidad, en medio de
nuestro mundo actual, se afirme interiormente y enta
ble la lucha a la par del tiempo y en el tiempo de hoy.
Cuatro Pasando enseguida a lo concreto quiero presentar
pilares de la les los cuatro pilares fundamentales que sostienen el
infancia gran edificio de la infancia espiritual. Ellos estruc
espiritual
turarán las cuatro partes de nuestros ejercicios.
Analizaremos el valor de la infancia espiritual, su
raíz, esencia y medios. En la etapa final tendremos por
lo menos una gran visión de conjunto, una gran impre
sión y línea que por supuesto deberíamos ampliar y
profundizar en algunos aspectos mediante el estudio y
la investigación personales.
PRIMER PILAR:
EL VALOR DE LA INFANCIA ESPIRITUAL
34
En cuanto al valor de la infancia espiritual, lo en
focaremos en sus dos aspectos: el supratemporal y el
temporal. Permítanme formularlos de manera rudi
mentaria. Tal vez algunos lo consideren demasiado ru
dimentario, pero ya iremos afinando las definiciones
para captar mejor la realidad. La infancia espiritual
posee tres valores: ella es por excelencia el camino ha
Tres
cia el cielo (valor supratemporal); en segundo lugar, la valores
infancia espiritual es por excelencia el camino para
superar las crisis del tiempo actual; y es, por último, ca
mino para la comprensión de nuestras santas constitu
ciones y el seguimiento "lleno de espíritu" de las
mismas7.
Necesitaríamos mucho tiempo para desmenuzar
cada uno de los puntos aludidos en estas respuestas.
No crean que estoy haciendo concesiones a determina
dos intereses ni que echaré mano de recursos retóricos
con miras a conseguir ciertos efectos; al contrario, les
pido que tomen mis palabras en su sentido literal.
Hemos mencionado tres veces el término "cami
no": camino para ir al cielo, camino para superar las cri
sis del tiempo actual y camino para la comprensión de
nuestras santas constituciones y el seguimiento lleno
de espíritu de las mismas. ¿Qué significa esto? Que no
hay otra senda, que quien elija otra no podrá prescin
dir totalmente de ésta. Si no les parece un dicho muy
trivial, permítanme citarles aquel que dice: "no hay
7. Estos dos últimos valores son los temporales, vale decir, los
referidos al mundo terrenal. El Padre Kentenich no
desarrollará el último punto enumerado, la infancia
espiritual como camino para la comprensión y seguimiento
de las Constituciones de la comunidad, pero hará varias
sugerencias sobre el tema.
35
vuelta de hoja"8: Para ir al cielo, superar las crisis de
No hay nuestro tiempo, comprender nuestras santas Consti-
otra vía tuciones y seguirlas con auténtico compromiso interior,
no hay otra vía sino la tan despreciada de la infancia
espiritual.
Según la Biblia, el sendero de la infancia espiritual
es el tesoro en el campo 9. En la vida de algunos hom
bres la infancia espiritual adquirirá una importancia
singular, en otros habrá de darse al menos como una
complementación. Todo esto vale especialísimamente
Un tesoro para nosotros porque en virtud de nuestras santas
Constituciones todo otro camino debe ser secundario.
Que otras comunidades vivan sus propios carismas, es
su vocación; en nuestro caso, para nosotros la infancia
espiritual es la vía principal.
Permítanme pasar a los aspectos particulares. En
la medida en que el tiempo alcance iremos aclarando
paso a paso las tres afirmaciones hechas más arriba. No
esperen que les exponga la verdad acentuando mucho
la dimensión afectiva. La expondré con austeridad y
sencillez. Si se enciende nuestro corazón al escuchar
esos conceptos, comprenderán entonces con qué inten
sidad el ideal de la infancia espiritual se me presenta
como "el" ideal.
9. Cf Mt 13,44
36
prueba si pudiéramos consultar las fuentes de la reve
lación y ellas nos diesen una respuesta clara e inequí
voca. Si nos basáramos sólo en nuestras propias
cavilaciones y teorías posiblemente plantearíamos una La Sagrada
y otra vez un "si...", un "pero..." y todo género de Escritura
distingos. Pero cuando la Sagrada Escritura toma una es clara
posición clara y unívoca frente a un tema, cesa toda
cavilación. ¿Habla la Biblia en este punto con claridad?
¡Sí! Ella es contundente tanto al hablar de hechos como
de verdades salvíficas.
37
Hechos salvíficos
38
niño. Estas son las realidades mediantes las cuales Dios
nos habla seriamente de la necesidad de una auténtica
infancia espiritual.
La Paternidad Divina
El hecho
39
poco difíciles para la mesa, pero aprenderán algo de
ellas.
40
rias como la justicia y la voluntad creadora de Dios, su
motivo principal es la voluntad divina de comunica
ción, es el amor. Este amor es tan creador que movili
za toda otra motivación secundaria.
La paternidad de Dios no significa blandura de
abuelo. Dios Padre también sabe hacer doler; es el Dios
justo, si bien su justicia está impulsada por la misericor
dia, por el amor paternal. Dios lo hace todo a partir de
la motivación central del amor. ¿Qué significa esto? La
respuesta es muy importante.
12. San Agustín, “Las Confesiones", XIII, 9,10, en: Obras de San
Agustín, texto bilingüe, t. II, Madrid, Biblioteca de Autores
Cristianos, 1979, pág 561: "Pondus meus amor meus, eo feror
41
a su vez: "Así como el cuerpo para el alma, así ha sido
creada el alma para el amor". El gran artista, el gran ar
quitecto del mundo, el Dios infinitamente misericor
dioso, bondadoso y todopoderoso, sabe que el instinto
de amar del hombre se despierta de la manera más
potente cuando éste toma conciencia de que está rodea
do de un amor abundante. Dios, ese gran artista y
pedagogo, quiere ligar a su persona el instinto de amar
del hombre. Todo por amor, mediante el amor y para
el amor.
42
Tómense el tiempo necesario para examinar la Bi
blia desde este punto de vista. Pronto los iluminará,
como el destello de una sonrisa, el mensaje feliz, la
Buena Nueva de Jesús. El Señor no se cansa de inculcar
a los suyos la gran verdad de que Dios, en virtud de su
paternidad, no sólo cuida del mundo en general, o de
un determinado pueblo, sino de cada individuo en
particular. Esta es una nueva concepción frente a aque
lla del Antiguo Testamento. En su Edad de Oro, Israel
Una nueva
creyó también que Yahve custodiaba paternalmente a concepción
los suyos, pero al pueblo visto como totalidad, no al
individuo. Jesús subraya a menudo que Dios Padre se
preocupa paternalmente por cada uno y aún por las
cosas más insignificantes.
Estudien en la Sagrada Escritura per longum et
latum estas verdades fundamentales. La actitud pater
nal de Dios se refleja por ejemplo cuando el Señor ha
bla de los cabellos de nuestra cabeza, afirmando que
están todos contados14. O bien que si Dios cuida de los
lirios del campo y de los pájaros del cielo, ¿cómo no
habrá de cuidar de cada ser humano?15. Jesús utiliza
frecuentemente imágenes cuyo sentido simbólico no
salta a primera vista. Tomemos por ejemplo aquella del Paternidad
hijo pródigo, la dracma perdida o la oveja extraviada 16. de Dios
en las
¿Qué quiere decirnos con ellas? Jesús quiere llenar el parábolas
concepto de padre con todo lo grande y noble que hay
en el cielo y en la tierra. Dios es tan padre que está dis
puesto a abandonar las noventa y nueve ovejas en el
desierto para ir en busca de la perdida; deja de lado el
montón de dracmas para ir en pos de una de ellas que
se ha extraviado. En resumen, ¿frente a qué realidad
estamos? La de la paternidad de Dios. Y en este punto
no se puede torcer ni malinterpretar nada.
43
Consecuencias para la actividad del educador
44
Rabindranaz Tagore (1861-1941)
45
Interpretación
Saturación de valores
Enrique
17. Pestalozzi: pedagogo suizo (1746 -1827). Se debe a
Pestallozzi el haber puesto de relieve el valor humano y
46
Tagore*18. Hago referencia expresa a un cristiano y a un
no cristiano para que vean cómo ambos se unen en la
alabanza de la verdadera filialidad.
Pestalozzi dice: "La mayor desgracia del hombre La mayor
actual es la pérdida del sentir de niño, porque ello im desgracia
posibilita la actividad paternal divina, la actividad pe del hombre
actual
dagógica paternal de Dios".
Quien comprenda la misión de su comunidad se
detendrá en esta idea y se tomará el tiempo necesario
para desmenuzarla y meditarla. Más tarde ampliaré e
interpretaré estas palabras de Pestalozzi.
La segunda frase pertenece aTagore, poeta hindú:
"Dios quiere que reconquistemos, en santa sabiduría,
nuestro ser de niños".
Lleven estas dos frases a la oración, repasen y me
dítenlas, para que la infancia espiritual cale más pro
fundamente en nuestro corazón. No sólo es importan
te que tengamos clara la idea de la infancia espiritual
sino que todo nuestro ser y esencia se colme de ella.
47
Tercera Conferencia
EL HOMBRE NIÑO
ES OMNIPOTENTE ANTE DIOS
49
actitud esencial frente a El es la de ser niño y sentir
como niño, ya que la paternidad es un concepto relati
Paternidad
como vo, vale decir, entraña una relación o vinculación. En la
vinculación medida en que estemos convencidos de la paternidad
de Dios, estaremos asimismo convencidos de que la
infancia espiritual es el camino al cielo por excelencia.
En este punto quedamos esta mañana.
Queremos que estos postulados del dogma cristia
no, sobrios y relativamente claros, calen con mayor
profundidad en nuestro corazón y afectos. De ahí la
necesidad de un tercer paso, que consiste en saturarlos
de valor. A este fin contribuirán algunas frases de dos
grandes personalidades. La primera es de Pestalozzi:
"La mayor desgracia del hombre actual es la pér
dida del sentir de niño, porque ella imposibilita la ac
tividad paternal y educadora de Dios".
Desmenucemos este pensamiento y dejemos que
se decante lentamente en nuestra alma. Para hablar del
modo más transparente posible quisiera marcar el
método a seguir: primero procuraremos explicar la fra
se, luego fundamentarla y por último aplicarla.
Explicación
50
placer. Y comprobemos si es correcto el pensamiento
pestalociano, aquello de que la tragedia más grave que
ha sufrido o puede sufrir el hombre de nuestros días es
la pérdida del sentir de niño. Si esta aseveración es
veraz, o bien si ustedes la aceptan con pleno convenci
miento, entonces ya estaremos vislumbrando la enver
gadura de la misión de nuestra comunidad.
Si esta frase de Pestalozzi es cierta, puede entonces
formularse invirtiendo sus términos: "No hay mayor
felicidad para el hombre de hoy que la recuperación
del sentir de niño frente a Dios y no hay misión más La misión
grande en estos tiempos que la de reconquistar para la más grande
humanidad el perdido sentir de niño".
Este postulado no sólo vale para nuestra labor con
la masa de los no creyentes, sino también para nuestra
propia cultura cristiana, nuestros conciudadanos y
toda la Iglesia. "Héroe es quien consagra su vida a algo
grande" 1 ¡Qué gran tarea tenemos, qué misión tan cla
ra! Me parece que en la Iglesia hay comunidades reli
giosas que se distinguen unas de otras no en razón de
un carisma bien marcado sino por simples tareas
exteriores. Es como si Dios hubiera permitido la exis
tencia de diferentes institutos para que surgiese una
sana competencia entre ellos. Este no es el caso de us
tedes, que poseen una personalidad bien definida y
original, un ethos perfectamente delineado y en conse
cuencia una misión clara. Por eso repito que debemos
tomar literalmente la frase de Pestalozzi.
Fundamentación
51
actividad pedagógica paternal de Dios. Examinemos
con mayor profundidad los contextos filosóficos y psi
cológicos:
52
Igualdad
Desigualdad
3. La metafísica nos dice que todo ente es análogo. Por ser ente
está constituido por acto de ser y existencia. Ese "ser" le es
dado participativamente por otro a quien le corresponde el
ser en plenitud. En algo se asemejan el que da el ser y el que
recibe el ser. Ambos lo poseen, pero en distinto grado.
4. Cf. San Francisco de Sales, Teótimo..., op. cit., 11, cap. 8.
53
ran un poco a esta teoría. Por otra parte, no cualquier
desigualdad es condición para la existencia de un ver
dadero amor. Entre nosotros somos desiguales a pesar
de toda igualdad. Un amor natural no brota de un día
Capacidad
mutua de para el otro. Por eso San Francisco de Sales habla de
comple una desigualdad en el sentido de una mutua capacidad
mentación de complementación y necesidad de complementación.
Detengámonos en este punto, sobre todo aquellos
que más adelante quieran elaborar un sistema ascético
de tales características. Es necesario tener en cuenta la
dimensión psicológica. Imaginen que una vez encuen
tro a un amigo de ustedes. Yo no lo conozco, pero sí los
conozco a ustedes. ¿Me creerán si les digo que de algu
na manera ya sé algo de este amigo suyo? ¿En qué baso
tal conocimiento? En que, como todo otro tipo de amor,
Ya sé algo amistacb el amor verdadero y genuino, presupone
de tu amigo una desigualdad en el sentido de una mutua capacidad
de complementación y necesidad de complementación.
Si yo sé, por ejemplo, que uno de ustedes es colérico,
podré decir a priori que el amigo en cuestión es, proba
blemente, un sanguíneo o un melancólico. Preci
samente porque el amor genuino tiene siempre como
Com- presupuesto una capacidad y necesidad de comple-
plementar mentación. Yo debo complementar mi ser a través de
travé^de °* :ro ser rasgos distintos. Cuando regalo espontánea-
alguien mente nii corazón a alguno de mis cohermanos u otra
distinto persona, con seguridad esta última es una persona de
características distintas de las mías; y si es colérico
como yo, seguramente no lo será de la misma pasta.
Tómense el tiempo necesario para profundizar
estos pensamientos. Piensen por ejemplo en la madre
y el niño o en el padre y el niño. Para que sea posible el
amor de la madre o del padre hacia su hijo debe cum
plirse esta ley. También aquí debe darse no sólo la
igualdad en el plano del ser y de las facultades del es
píritu sino también la desigualdad en el sentido de una
54
mutua rapacidad de complementación y necesidad de
complementación. Es lógico, la pobre criatura en su
cuna es capaz de ser complementada y necesita del ¿Necesitan
complemento de sus padres. Pero planteemos la pre los padres el
gunta inversa: ¿Necesitan los progenitores del comple complemento
mento del niño? ¡Claro que sí! Fíjense cómo el niño del hijo?
mediante su necesidad de ayuda despierta en el padre
y la madre el gusto de dar. Observen la vida, obsérven
se ustedes mismos, observen a sus hermanos y herma
nas. ¡Cuántas veces escuchamos decir: "con fulano o
mengano no se puede contar para nada "!; pero cuando
esa persona se convierte en padre o madre, surge en
ella una nueva fuerza vital. ¿Por qué? Porque la necesi
dad del niño ha despertado la fuerza, el gusto de dar y
el poder plasmador del padre. Supongo que
entendemos lo que esto quiere decir. He aquí el punto
de partida para las reflexiones que siguen.
Un amor verdadero presupone igualdad pero
también desigualdad en el sentido de una mutua capa
cidad de complementación y necesidad dé comple
mentación. Podemos decir que esto es aplicable a Dios,
pero con una pequeña limitación: en Dios hay una
disposición a la complementación que es analó
gicamente similar a nuestra necesidad de complemen
tación.
Para que Dios desarrolle su poder plasmador y
educador, su bondad y riquezas paternales, es necesa
rio que éstas sean despertadas por la capacidad de de
jarse modelar y el desvalimiento del ser humano. Lo Despierta
las riquezas
digo con toda serenidad. Y vuelvo a repetirlo para que paternales
comprendan lo que Pestalozzi quiso decir: Para que de Dios
Dios, el Padre Celestial, pueda desarrollar su infinita
riqueza y poder plasmador y educador, es necesario
que de parte del hombre haya capacidad para dejarse
modelar y recibir.
¿Qué significa esto en la práctica? Que se necesita
una profunda infancia espiritual de parte del hombre;
55
en caso contrario Dios no podrá desarrollar su paterni
dad. Deténganse un poco en esta idea porque es muy
importante aprehenderla con claridad.
Fíjense que Dios está dispuesto a la comple
mentación, es decir, desarrolla su actividad educadora,
regala toda la riqueza de sus dones y gracias a aquellas
criaturas que se le entregan con docilidad, pequeñez y
humildad. Dios quiere la complementación; el hombre
que ante Dios se reconozca pequeño y confiese su mi
seria, será en cierto sentido "omnipotente" ante Dios y
Dios omnipotente será a su vez "impotente" ante él. El
conocimiento y reconocimiento de la miseria humana
ante Dios significa impotencia de Dios y omnipotencia
del ser humano. Por eso aunque yo haya cometido sabe
Obtiene de Dios cuántos pecados, lo peor que me puede pasanes.
Dios lo cerrarme a Dios, endurecerme ante El. Dicho en otras
que quiere palabras: que no sea ante El pequeño y niño. El hombre
niño y humilde obtiene de Dios todo lo que quiere. Así
lo dicen los santos y la Biblia. ”Et exaltavit humiles" (Le
1, 52), eleva a los pequeños. Porque los pequeños son
pequeños y Dios sólo obra a través de niños pequeños;
no necesita de los "grandes". Reflexionen sobre estos
pensamientos con una actitud de apertura, de
"ingenuidad"5.
Les repito, a modo de resumen, la pregunta que ya
planteamos: ¿Por qué la pérdida del sentir de niño es la
desgracia más grande que padece la humanidad de
hoy? Porque la pérdida del sentir del niño no da a Dios
oportunidad de desarrollar su rasgo esencial, la activi
dad paternal. Dios es padre y por eso -hablando huma
namente- debe trabajar sobre la humanidad hasta que
ésta sea de nuevo capaz de dejarse moldear, sea
pequeña y reconquiste el sentir de niño. Una humani
dad, una sociedad y un individuo que no se confiesen
56
pequeños ante Dios, o acaban en la ruina, y quizás para
siempre, o bien Dios procurará, en su bondad, que este
hombrecito tan lleno de sí mismo paulatinamente se
reconozca y se sienta pequeño ante El.
Aplicación al neopaganismo
57
que explican ese neopaganismo que se está gestando y
desarrollando en los países vecinos.
58
dan cuenta de que de esta manera la fe en Dios Padre
y su Divina Providencia se fue debilitando más y más.
Analicen las vivencias de la posguerra 7. Es cierto,
nuestro cristianismo se había aburguesado hasta el col
mo y se mostró incapaz de solucionar los grandes
problemas de la posguerra, tanto en su manera de
obrar cuanto en sus proyectos concretos de reconstruc
ción. ¿No es lógico que un cristianismo aburguesado Una
imagen
haya predicado un Dios aburguesado? De ahí que en de Dios
nuestros días los países que participaron en la Guerra sin sentido
Mundial se enfrenten a una imagen de Dios que ya no
les significa nada. Los cristianos, sin excluir los católi
cos, son en parte culpables de que en el bando contra
rio haya surgido una imagen de Dios que contradice la
imagen bíblica.
Luego sobrevino otra vivencia de posguerra que
hoy experimentamos fuertemente y que ustedes
vivenciarán también en su país: a un intelectualismo
extremo sucedió un vitalismo extremo. Volveré sobre
el tema cuando hablemos de las necesidades del tiem
po actual. En esa oportunidad veremos cómo una épo
ca que quiso dominar todo a través de la "ratio" sufrió
un terrible fracaso precisamente en el campo del
racionalismo y del intelectualismo. Este fenómeno nos
vuelve a demostrar una vez más la vigencia de la ley
del péndulo.
Observamos cómo se desarrolla un vitalismo y un
irracionalismo extremos tanto aquí en nuestra tierra
Irradonalismo
como más allá de sus fronteras. Si a un hombre de los extremo
países vecinos, totalmente afectado por ese vitalismo,
le preguntásemos cuál es la esencia del hombre, creo
que a nuestra afirmación "homo est animal rationale"
59
respondería "quod non...homo est animal irrationale".
Así se considera al hombre en esos países: como animal
irracional.
Si el hombre es un animal irracional, ¿cómo será
entonces el Ser Supremo? Un "ens irrationale" (un ente
o ser irracional). Debemos entender lo que se está
gestando para comprender cabalmente por qué en el
campo opositor cundió con tanta rapidez esta cos-
movisión.
Hybris desenfrenada
60
Neopaganismo
61
Ternura del frente a una ley vigente entre nosotros, frente a una
niño hacia idea de Dios, pero no tenemos esa delicada ternura del
su padre niño hacia su padre. Falta un fuerte sentir de niño; el
niño clama por su padre, no puede existir sin el Dios
Padre personal.
¿Cómo se origina esa carencia en nosotros? No
sólo nos falta sentido para la ternura sino también ge
nerosidad. Así lo formuló tan bellamente Nuestro Se
ñor, que es un ejemplo en todo: "El que me ha enviado
no me deja solo, siempre está junto a mí, porque yo
hago lo que le agrada" (Jn 8, 29). Como ven, el hijo no
Hago lo que
le agrada
mide las cosas minuciosamente, no pregunta qué debe
hacer. San Francisco de Sales marcó el rumbo cuando
dijo que en la nave real de Dios (o bien del amor de
niño) no hay galeotes, sino sólo remeros voluntarios. El
esclavo sólo rema mientras el capataz empuña su láti
go. Elhijo en cambio trabaja porque puede trabajar. El
hijo hace las alegrías de su padre, se porta bien porque
sabe que así lo desea su progenitor. He aquí la actitud
generosa, la de los santos, la del verdadero y genuino
hijo de Dios.
¿Dónde reside la causa de la falta de generosidad?
En la escasez de un hondo sentir de niño._¿Por qué nos
falta eficacia, iniciativa y resistencia cuando nos cercan
las dificultades?...Porque nos falta efectivamente un
sentir de niño que sea genuino, verdadero, sencillo y
profundo.
62
^an Francisco de Sales (1567-1622)
63
so la siguiente parábola ante un pequeño círculo de
oyentes: Había una vez una niña enferma cuyo padre
era médico. Pues bien, el padre le dijo: "Es necesario
operarte". La pequeña respondió entonces: "Si tú lo di
ces, así será". Esta es la manera de ser ingenua del niño;
"Si tú lo no hay protestas ni cavilaciones; la niña se limitó a
dices, decir: "Si tú lo piensas y crees así, entonces será lo
así será" justo". Ya en el quirófano, la pequeña se retuerce y su
fre. Pero, más allá del dolor, una sola es la exclamación
que surge de sus labios: "¡Padre, cuánto me amas!" He
aquí la victoria del sentir de niño.
El padre poda las vides para que den más fruto8.
¿Por qué mencionamos aquí a la vid? La bondad pater
nal de Dios es la que guía la podadera. ¿Por qué esa
El poda actitud de niño es en mí tan poco instintiva y visceral?
las vides La respuesta es que en realidad no se trata tanto de la
pérdida cuanto de la escasez de sentir de niño. Ese sen
tir no es aún un rasgo predominante en nosotros. En
este contexto me viene a la mente una frase que quizás
sentenció San Jerónimo: "Lo grande no es haber estado
en Belén sino haber vivido allí como un betlemita".
Apliquemos esta idea a nuestra comunidad. No es
importante haber estado en Belén 9, sino haber sido
educados allí como betlemitas. Lo esencial es entonces
haber conquistado una genuina y marcada actitud de
niño ante Dios.
Creo que así entenderemos aquellas profundas
palabras de Pestalozzi: "La mayor desgracia del hom
bre actual es la pérdida del sentir de niño, porque ella
imposibilita la actividad paternal y educadora de
Dios". Les pido nuevamente que repasen bajo esta luz
la misión de su comunidad.
Permítanme ahora formular la frase invirtiendo
8. Cf. Jn 15,2
9. Se alude al Seminario Misionero en Suiza.
64
los términos: La mayor felicidad que podemos brindar
le a la humanidad de hoy es la reconquista del sentir de
niño.
Cuando finalicen los ejercicios y retomen la labor
pastoral, tanto en las homilías cuanto en la predicación
de ejercicios espirituales, rompan una lanza por el ver
dadero sentir de niño e insistan en este tema. Cualquie
ra sea el lugar a donde se nos destine, que de uno u Aroma
otro modo se desprenda siempre de nosotros el aroma del sentir
del sentir de niño. He aquí la misión, lo que prestará co del niño
hesión, empuje y calidez a la comunidad. ¿Qué pasaría
si ustedes no estuviesen entusiasmados ni encendidos
por la comunidad; si deambularan sin rumbo, sufrien
do como un lastre la tarea de la comunidad, simple
mente porque la Providencia así lo ha dispuesto y de
ben permanecer en la comunidad aunque sea a contra
pelo? Nunca llegarían a ser algo grande ni a entregar
algo a los demás; ni a los de afuera ni a la grey que
deban guiar. Donde hay seres humanos ¿no pasan aca
so cosas humanas?
A renglón seguido hablaremos sobre la segunda
frase citada. Es la de un no cristiano, Radindranaz
Tagore: "Dios quiere que reconquistemos en santa sa
biduría nuestro ser niño".
Reflexionen sobre estas palabras; no se trata de in
corporar nuevas ideas sino de motivar, hacer vibrar el
corazón de cara a la gran tarea. Dios lo quiere y si él lo
quiere...¡que todo lo demás calle! Más adelante lo verán ¡Dios lo
con mayor claridad. Realmente, ¡Dios lo quiere! quiere!
Conocemos el "Dios lo quiere" de la historia de las
Cruzadas. Que esa consigna nos marque el rumbo de la
nueva cruzada. Se trata de algo más que de palabras o
figuras retóricas; hay que organizar una cruzada para
reconquistar la tierra perdida de la infancia y nosotros ¡Reconquista!
debemos ser los principales portadores de ese movi
miento. Les repito la palabra clave: ¡Reconquista! Y la
reconquista exige fuerzas varoniles.
65
Les subrayo breve pero claramente que quien
quiera ser niño y desee seguir siendo niño, necesita
hacerse de un extraordinario caudal y reservas de ener
gía varonil. No puedo seguir siendo niño -o reconquis
tar la infancia espiritual perdida o llegar a ser niño- sin
desarrollar la fuerza varonil elemental que hay
acumulada en mí.
Para demostrarlo sucintamente haré referencia a
algunos grandes hombres de la historia universal. Qui
zás caiga en sus manos el libro del "Rembrandt-
deutsche" 10. Su autor fue un hombre de pensamientos
originales y nos ofrece valiosos aportes sobre la infan
cia espiritual. El Rembrandtdeutsche nos brinda una
interpretación madura de la infancia espiritual. Dice
por ejemplo que sólo quien sea verdaderamente niño
Nuestra
puede entender el mundo de hoy; y quien no lo sea se
hombría
en la enmarañará en miles de contradicciones de las que no
reconquista podrá liberarse. Por eso es un grave error sacrificar la
predisposición a la infancia espiritual en aras de una
presunta hombría. Al contrario, deberíamos utilizar
nuestra hombría para reconquistar y conservar la in
fancia espiritual.
Lo que dice el Rembrandtdeutsche es lo mismo
que yo quiero poner de relieve: reconquistar la infancia
66
espiritual, movilizar nuestra hombría para desarrollar
la. No crean que es algo fácil; exige una abnegación y
un caudal de gracia tales que más allá de los esfuerzos No es fácil
que cada uno realice, se llegará a la conclusión de que
sólo aquel que sea un varón íntegro logrará ser niño.
Tengo que proteger la infancia espiritual a través de
una verdadera virilidad. El concepto "niño" es un
término que entraña un mensaje para el hombre madu
ro; pero al medianamente maduro no le dice nada.
Hace falta toda la fuerza del varón para preservar la
infancia espiritual. Así deben interpretarse los dichos
de San Pablo: "¡Esto vir!...¡Viriliter age!" n...Ser varoni
les y actuar virilmente. Destaquemos la hombría para
formar al niño en el adulto.
Mediten también aquellas otras palabras de San
Pablo en la Epístola a los Corintios: "Cuando era niño
pensaba y obraba como un niño, cuando fui grande
dejé lo que era propio de un niño" (1 Co 13,11) ¿Cómo
interpretarlas? Al repasar el texto notarán que
evidentemente no se habla de la infancia espiritual sino
del infantilismo. Cuando yo era un niño, cuando era
inmaduro, obraba como un niño; luego abandoné las
cosas propias del niño. Consideren siempre a la infan
cia espiritual como un gran ideal bíblico por excelencia:
Dios quiere que reconquistemos, en santa sabiduría,
nuestro ser niño.
La empresa exige energía; por eso deben ser pru
dentes al presentar la senda de la infancia espiritual
como el "caminito", ya que pueden surgir malinter-
pretaciones. Es un caminito porque no es complicado,
pero eso no equivale a decir que sea un sendero fácil.
Elijamos nuestros vocablos según las ocasiones en que
nos toque hablar. En lo que hace al educador, todo de
pende de que capte la manera de ver y sentir la vida
que tienen sus educandos; debe tener conceptos claros*
ll.Cf. IColó, 13
67
y capacidad de adaptación a las circunstancias. No di
gan que se trata de un caminito en el sentido de una vía
fácil. No; no es fácil. Compruébenlo; es terriblemente
fragoso. Es un camino que requiere la más grande y
total abnegación.
Más adelante citaré ejemplos de la literatura y de
la historia universal y eclesiástica. Ejemplos todos que
Santa Teresita -en quien ustedes con tanto gusto espi
gan- armonizó en su manera de vivir la infancia espi
ritual: "Soy una pelotita con la que Dios juega" 12. Tra
Mi bandera
ten también ustedes de ser un juguete de Dios, y verán
que no es un camino fácil, sino que enciende el heroís
mo más elevado. Y ustedes, que son una comunidad
joven, deben apuntar hacia ese heroísmo. Si no inscri
ben el ideal de la filialidad sobre su bandera, entonces
no sé cómo forjarán un mundo nuevo. Sólo quien sea
un niño sencillo podrá edificar un mundo nuevo. Re
cuerden entonces que la infancia espiritual es un
caminito, pero difícil y "grande". Naturalmente hay
que saber desde qué punto de vista el camino es gran
de y desde cuál otro es pequeño.
68
Se exige una extraordinaria dosis de sabiduría
para vislumbrar en la infancia espiritual algo grande.
Así quizás entendamos por qué la liturgia, refiriéndo
se a santos jóvenes, dice que ellos alcanzaron a tempra
na edad muchas cosas grandes. Eran jóvenes en cuanto
a su edad -alrededor de los veinte años- pero poseían
la sabiduría del anciano porque anhelaron la infancia
espiritual y la lograron. Dios quiere que también noso
tros reconquistemos en santa sabiduría nuestro ser
niño. Resumiendo, si meditamos estos pensamientos,
arribaremos a la conclusión de que la infancia espiri
tual es un bien inmenso.
69
Los educadores quizás se pregunten si las oracio
nes que rezan nuestros jóvenes respiran el espíritu de
la infancia espiritual. No se aspiró conscientemente a
esta meta de modo claro, pero siempre estuvo presen
te. El ideal no fue asumido conscientemente como ta
rea, pero obró continuamente como función; la infancia
espiritual "funcionó", fue factor operante. En el caso de
algunos miembros de la comunidad, estas ideas tuvie
ron que asumirse como una tarea a cumplir y conquis
tar, pero en cuanto a la Familia en su totalidad, ellas
operaron como función.
¿Cómo está nuestra filialidad? ¿La hemos cultiva
do y conservado? Ahora podemos comprender toda
una serie de pruebas sufridas. Dios las envió porque
somos niños, y, por lo tanto, maleables. Dios me pue
de modelar porque soy sencillo; quiere tallar en mí la
imagen de un santo. Si no soy niño, si estoy endureci
do y me endurezco cada vez más y más ante El, no me
enviará pruebas, salvo que me ame tan intensamente
que quiera quebrar mi terquedad varonil obstinada e
inarticulada. Entonces le gritaré: "¡Dios escultor, dame
golpes de mazo y hunde en mí tu escoplo, que soy la
¡Asesta piedra!" Dicho de manera más simple: "¡Padre escul
tus golpes!
tor, asesta tus golpes, que soy tu hijo!". He aquí nues
tra oración cuando sobrevengan las dificultades; y la
rezaremos en comunión con el resto de la comunidad,
como sus legítimos miembros.
Repasemos las dificultades interiores y exteriores.
Cuando tengan oportunidad, y ciertamente la tendrán,
observen a las otras comunidades de la Iglesia. Halla
rán en todas partes muchas cosas humanas ya que el
hombre es hombrel La comunidad, aún la de los santos,
es pecado original concentrado, Pero, en honor de la
verdad, hay que agregar que la comunidad es también
gracia condensada. No sería justo señalar siempre lo
negativo, hay que ver lo positivo. Cuando algo no se
pueda cambiar, repitamos lo dicho: "¡Padre escultor,
empuña tu cincel, soy el mármol, soy tu niño!".
70
Les cito ahora otro pensamiento de Pestalozzi: "El
hombre es por naturaleza un ser vinculado al nido".
¡Cuán bellamente lo expresa Pestalozzi! Captó instin
tivamente toda la naturaleza del hombre. El ser huma
no está vinculado a su nido. Dios, el corazón de Dios,
es el nido original y definitivo del hombre. Adviertan Dios es
que ante nosotros se alza un ideal sublime. Si luego de el nido del
hombre
examinarnos en esta área llegamos a la conclusión de
que la infancia espiritual no se ha desarrollado en no
sotros como debiera... réquiem aeternum dona ei... hay
que doblar las campanas a duelo y esforzarse por reen
cender un afecto serio, sencillo y sin embargo profun
¡Ayúdame
do: "Señor, que sea lo que debo ser, lo que desde un a ser niño!
principio debí ser y no logré a causa de tantas malas
experiencias...¡Ayúdame a ser un niño auténtico!".
71
Cuarta Conferencia
LA INFANCIA ESPIRITUAL
ES UN CLAMOR DE LA
NATURALEZA DEL HOMBRE
73
pone una gran tarea a asumir, pero es también un
patrimonio que nos hace felices. Al reflexionar sobre el
segundo hecho salvífico, la encarnación, deberíamos
profundizar no sólo la conciencia sino también el orgu
llo de estado. Nos referimos a este segundo hecho
salvífico citando una frase clave: El Unigénito se hizo
niño.
Para simplificar permítanme que utilice el mismo
esquema que venimos empleando hasta ahora. Les re
cuerdo los tres pasos: el hecho en sí, su interpretación
y su valoración.
El hecho
Interpretación
74
le emplear con gusto en mariología: el camino por el
cual el Verbum Divinum vino a nosotros es también el El mismo
camino por el cual nosotros vamos hacia el Padre. Este camino
hacerse niño es realización tanto en el plano del ser
cuanto del sentir; es por excelencia el camino hacia el
Padre.
Observen que el Verbum Divinum, a medida que
crecía -crecía en sabiduría, estatura y en gracia ante
Dios y ante los hombres (Le 2,52)- desarrollaba más y
más un heroico sentido filial. Al avanzar en edad, Cris
to desarrolló su infancia espiritual con mayor fuerza
hasta llegar a la entrega perfecta de sí mismo en la cruz. El modelo
de Cristo
¿Qué nos dice esto a nosotros? Seremos tanto más per
fectos y grandes cuanto más tomemos como ejemplo
para nuestra propia vida el ser niño y el sentir de niño
de Cristo. El niño "más grande" entre nosotros debe ser
también el santo "más grande".
Pasemos al tercer paso; tal como lo hiciera hoy por
la mañana, colocaré el acento en este tercer segmento.
Valoración
75
Tres son las ideas que meditaremos a continuación
y que llamaré "graduales". La primera es "hacerse
niño", nuestro propio "hacernos niños", y la infancia
Ser hombre
espiritual como instinto humano y a la vez divino (qui
es hacerse
niño
zás intuyan por qué quiero destacar esta realidad). La
segunda idea gradual nos advierte que el sentido de ser
hombre es hacerse niño; y la tercera nos dice que el
sentido de hacerse niño es posibilitar que Jesús cobre
forma y figura en nosotros.
De esta manera les he presentado, de un sólo tra
zo, un panorama teológico y filosófico de la infancia
espiritual. Lo que en un primer momento quizás les
suene extraño o abstracto, se irá comprendiendo a lo
largo de las reflexiones que seguirán.
76
sólo de eso, ya que de ser así se podría decir: "¡Por el
amor de Dios! ¿Infancia espiritual? ¡Pero si lo que yo
quiero es ser santo!" A esta objeción respondo dicien ¿Infancia
do que la infancia espiritual es también una apetencia espiritual?
divina, un regalo del Espíritu Santo. No es sólo un bien Lo que yo
de la naturaleza humana, sino también del Espíritu. quiero es
Dicho sea de paso, es una alegría para mí poder dete ser santo
nerme en la presentación de estos temas.
En esta primera serie de reflexiones tenemos aún
una tercera idea que mencionar: la infancia espiritual
no es sólo una apetencia humana sino también espiri
tual y divina. En la infancia espiritual encontramos una
unión, una profundización de la unión de naturaleza y
gracia.
Iré desplegando todos estos puntos para que los
educadores -ante todo los de su comunidad- tengan
pautas orientadoras para comprender mejor la natura
leza del joven.
Dos son las tareas a realizar: fundamentar la tesis
y luego repasar la historia de la infancia espiritual
como instinto natural; no una historia cualquiera sino
la historia de nuestra propia infancia espiritual.
La prueba ha sido ya presentada. Ahora la enfoca
ré desde el punto de vista filosófico y finalmente la pro
fundizaré con las observaciones de la vida cotidiana y
la cita de pensamientos de grandes hombres sobre el
tema.
Demostración filosófica
77
nuestra condición de creaturas. Soy un ens ab alio, un
Soy un ser ser limitado y que no se basta a sí mismo. Si fuese un
limitado ens a me, podría, al igual que Dios, bastarme a mí mis
mo 2.
La realidad de ser creaturas equivale en sus nive
les más hondos a la realidad de la infancia espiritual.
Deseo de Sopesen bien esta aserción. Puedo darle otro contenido
ser acogido a la infancia espiritual. En este contexto, la infancia es
y comple piritual es un deseo clamoroso de ser acogido y com
mentado
plementado. Háganse la siguiente pregunta: ¿Acaso
esta predisposición a la infancia espiritual no es parte
de nuestra condición de creaturas?
78
Quien quiera hacer ejercicios de modo radical y
exhaustivo, debería integrar en esta área todo lo que
sepa sobre la condición de creatura. Mucho es lo que
dice San Ignacio sobre el tema, pero habría que inter
pretarlo según el enfoque ya señalado.
De esta manera queda fundamentada la infancia
espiritual desde el punto de vista filosófico y metafísi-
co.
Permítanme repetir, en el marco de estas ideas que
les son bien conocidas, aquella frase que dice: "Soy, in
ordine essendi, una abalietas personificada y me voy
convirtiendo, in ordine agendi, en una adalietas perso
nificada". La adalietas se fomenta a través de la
abalietas. He aquí el verdadero sentir de niño 4.
Si quieren profundizar un poco más estos pensa
mientos, recurran a la historia universal. De mi parte
Un niño
sólo quiero destacar una frase de Schopenhauer5. Una clama en
vez habló sobre el niño que hay en el hombre; nos dice el hombre
que en el hombre hay un niño, que en el ser humano
clama un niño. Seamos sinceros: ¿No experimentamos
en nosotros mismos esta realidad?, ¿no hay un niño
79
gritando en nosotros? Es algo comprensible desde el
punto de vista metafísico, precisamente porque somos
creaturas. Pero el hecho de que esto sea cierto, más allá
de lo que nos diga la metafísica, queda librado a la
constatación que cada uno pueda hacer en sus propias
observaciones de la vida.
Quiero agregar a la frase de Schopenhauer que no
solamente en el varón se oculta un niño, sino también
en la mujer, en la joven. Si observan con cuidado la
vida, verán que el niño grita mucho más fuerte en el
varón que en la mujer ¡ Fíjense con atención en la mane
ra de ser de la gente sencilla. ¡Qué infancia espiritual
tan honda y original hay en el varón! Podemos con
quistarlo "asiéndolo" de ese niño que se oculta en él.
80
eterna"6, o dicho con otras palabras, lo eterno en la
mujer. Ensayemos otra formulación: "El niño eterno".
Lo eterno en
Es una frase cierta, pues en cada ser humano existe el hombre y
algo atemporal. La dimensión filial en el niño "eterno", en la mujer
la creatura "eterna", lo eterno en el ser humano, lo eter
no tanto en el hombre como en la mujer, ello es la infan
cia espiritual.
81
Reflexionen sobre estas tesis tan contundentes;
ellas revisten gran importancia para su comunidad. Al
meditarlas y asumirlas se convierten en una misión a
cumplir. No entusiasmarse por una tarea de tal enver
gadura significaría que ustedes se han incorporado a
esta comunidad por simple azar.
Un clamor
de la natu Recordemos, a modo de resumen, que la infancia
raleza del espiritual es un claro instinto humano, un clamor de la
hombre naturaleza del hombre.
82
Definición
Causa
83
de proviene su terrible decadencia?, ¿no será acaso de
la ruina de la familia? Si hoy hablamos de una tremen
Ocaso de da decadencia religiosa y moral de la cultura cristiana
la familia y católica, tenemos que hacer referencia forzosa a la
ruina de la familia. El ocaso de la familia es el ocaso de
la paternidad y de la maternidad. La causa de la
inhibición de la infancia espiritual reside en la gran
carencia de una paternidad y maternidad auténticas; y
esto constituye una de las lacras de nuestro tiempo. De
esta manera van comprendiendo mejor la dimensión
socio cultural de su ideal de comunidad.
Consecuencia
84
Friedrich Nietzsche (1844 -1900)
85
aún para aquellos que saben hablar brillantemente
sobre el tema. Esos hombres carecen pues del puente
normal.
Remedio
86
Quienes tengan, como yo, predisposición para la
especulación filosófica, deberán recorrer frecuentemen
te este último camino. En efecto, el que se inclina por el
camino filosófico suele meditar las cosas con
detenimiento y a menudo con extrema minuciosidad
para alimentar, por lo menos un poquito más, ese pro
ceso del amor en su propia alma. Aplicado a nuestro
caso, esto significa esforzarnos por meditar lo que quie
re decir "Dios es Padre y nosotros somos sus hijos". Un
claro conocimiento de esta realidad quizás pueda
despertar un poco el amor en nosotros.
87
Tercera respuesta: Comparar7
7. No desarrollada.
88
la blandura de un abuelo; no se confundan. La paterni
dad no es andar con remilgos. En nuestros días ya no
tenemos claro el concepto de "padre"; deberíamos in Investigar
vestigar lo que significa paternidad y ser padre desde qué significa
el punto de vista metafísico, precisamente porque sin ser padre
un concepto claro de paternidad no tendrán un
concepto claro de lo que es infancia espiritual. La pala
bra "Dios Padre" no expresa sólo el elemento de bon
dad sino además el de fuerza, ya que el padre también
puede "hacer doler".
Nuestro ideal tiene que ser la educación en la fra
gua de las prácticas devocionales, valiéndonos de los
medios que nos suministre la comunidad. Educarse La imagen
para que la imagen de Dios Padre sea en nosotros lo interna de
más perfecta posible. A través de esa forja de nuestra Dios Padre
persona brindaremos a nuestros seguidores la valiosa
oportunidad de una posvivencia de infancia espiritual.
Entiéndanme bien, no se trata de que nuestros subor
dinados nos llamen continuamente "padre" y nosotros
a ellos "hijos". Eso no es lo importante; más aún, suele
ocurrir lo contrario. En efecto, quienes experimentan
con mayor profundidad una sencilla infancia espiritual
en el misterioso fondo de sus corazones son precisa
mente aquellos que a menudo guardan una actitud de
silencio y reserva frente a ustedes. Se trata de un pro
ceso vital delicado que se malogra cuando se lo mani
pula en público con criterios puramente intelectuales.
Si la infancia espiritual es tan importante como lo
indicamos y si es cierto que a muchos les falta la expe
riencia filial, entonces una de las principales tareas de
la educación será la de posibilitar una posvivencia de Hacer
infancia espiritual. Medítenlo. Hoy por la mañana les posible una
dije que todo superior debe ser un reflejo de la paterni posvivencia
dad divina; pero creo que esto debería ser lo específico
de cada uno de los miembros de su comunidad. La
mejor manera de transmitir la infancia espiritual a los
89
demás es que ella sea para nosotros una misión y noso
tros mismos una imagen fiel de la verdadera paterni
dad.
Desde hace veinte o treinta años vengo ocupándo
me de estas cosas porque creo que deberíamos estudiar
mejor nuestra cultura. No todo está en los libros. Si se
observan a ustedes mismos o bien a personas que
revistan cierta importancia en la sociedad, verán que
muchos jamás se sintieron verdaderamente niños fren
te a otros y, sin embargo, son filiales. ¿Cómo lo logra
ron? La vivencia de una paternidad elevada puede
convertirse en posvivencia de la infancia espiritual no
vivida en su momento oportuno. Supongamos que yo
Debo jamás me sentí niño ante otra persona. Ahora que soy
despertar sacerdote tengo la ocasión de despertar todo mi amor
mi amor
paternal paternal. Naturalmente, esto presupone que otros
hombres se sientan niños ante mí. Ya les fundamenté
este último aspecto hoy por la mañana, cuando les de
cía que hay que despertar la paternidad y la ma
ternidad.
Tomemos el ejemplo del acompañamiento espiri
tual o de cualquier otra labor que me ponga en contacto
directo con la gente. Al desempeñar esa función co
menzaré a tener la experiencia de la infancia espiritual
que se suscita en los demás y que a su vez despertará
en nosotros toda la riqueza aletargada de la paterni
dad. Observando este proceso comprobaremos que
una paternidad elevada puede suplir la vivencia de la
infancia espiritual que no se ha tenido. ¿Por qué? Per
mítanme destacar el principio ya mencionado: Con
Vivenciar frontación, en el plano cognoscitivo y vivencial, de las
la infancia cualidades correlativas. Vivenciamos la infancia espi
espiritual en ritual no en nuestra persona sino en nuestro prójimo, y
el prójimo
esa infancia espiritual suscitará la paternidad. Por este
camino conoceremos e integraremos esas cualidades
correlativas y experimentaremos existencialmente
cómo las personas se entregan a nosotros como niños.
90
Este es el camino que debemos transitar nosotros mis
mos para entregarnos con perfección al Padre Dios.
Existen otros medios para alcanzar una
posvivencia de infancia espiritual, tales como el intenso
contacto con niños o personas filiales. No pierdan de Intenso
vista este aspecto, pues es muy importante. Desde un contacto
punto de vista humano es una gracia que algunos de con niños
ustedes puedan trabajar con la juventud. El
Rembrandtdeutsche nos transmite este pensamiento
formulándolo de otra manera. Lamenta que hoy se
denigre y se haga burla de los sentimientos propios del
niño. Si bien reconoce que a nivel teórico se ha roto al
guna lanza por ellos, en la práctica se los desprecia;
opina además que los ancianos de hoy deberían volver
a ser niños.
¿Cómo lograr una posvivencia de infancia espiri
tual? Tratando asiduamente con niños u hombres filia
les, ya que los adultos también pueden ser filiales. ¡Qué
hermoso sería educar a toda su comunidad para que
sean niños auténticos! ¡Cumplirían una misión tan
hermosa! Llevarían a cabo una gran tarea sin recurrir a
muchos sermones; porque "bonum est diffusivum sui" Se irradiará
a todas
(el bien es, por naturaleza, difusivo) y lo que encarnen partes
se irradiará a todas partes, siempre y cuando sea una
infancia espiritual auténtica. Así me imagino la re
novación del mundo. No esperen conversiones en ma
sa; quizás sucedan alguna vez. Pero hoy por hoy, la ta
rea es reconquistar cada posición con muchos esfuerzos.
91
Consideración preliminar
92
mos a los hombres seniles de hoy en contacto con el
divino Infante o con la Sma.Virgen. Donde esté María,
allí se despertará la infancia espiritual; por eso agradez
can a Dios que la piedad mariana haya encontrado un
arraigo tan hondo en su comunidad.
No sé si los árboles les impiden ver el bosque.
¿Qué hemos analizado hasta ahora? Sólo la primera
parte de la premisa "infancia espiritual es un instinto
tanto humano cuanto divino". Ahora nos referiremos
a la segunda parteóla infancia espiritual es también una
apetencia divina.
Fundamentación
93
piritualidad y una pedagogía que nos den más seguri
dad en la labor pastoral. En esta tarea de elaboración
suele olvidarse a veces algunas realidades humanas y
sobrenaturales. Si logran elaborar una espiritualidad y
una pedagogía de metas claras, serán una bendición
para las generaciones futuras. Lo que no haga nuestra
generación difícilmente lo realizarán las venideras. En
efecto, el espíritu de los pioneros debería ser el espíri
tu que nos siga animando en el futuro; pero sin los do
nes del Espíritu Santo no les será posible.
¿Cómo se relacionan internamente estas cosas? El
Espíritu Santo es el que actúa en nosotros como Espí
ritu de filiación. No hemos recibido el espíritu de sier
vos, sino el de hijos 9. La infancia espiritual no es sólo
un bien humano sino también espiritual, es por exce
lencia un regalo del Espíritu Santo.
9. Cf. Rm 8,15
94
ritual se malogra a nivel volitivo y afectivo cuando uno
se deja dominar por una honda actitud de irreverencia.
Preguntémonos ahora cuál es, en este contexto, el
estado en que se halla nuestra propia infancia espiri
tual: ¿se ha malogrado? Plantéense ahora la misma pre
gunta refiriéndola a la infancia espiritual sobrenatural.
Podemos y debemos hablar de una infancia espiritual
trunca o malograda en el plano sobrenatural cuando Reconocer
consideramos el pecado mortal y también, en parte, el su miseria
venial. En este punto nos enfrentamos al gran ante Dios
mysterium iniquitatis, el misterio del pecado. Quien a
la vista de sus faltas reconozca humildemente su mise
ria ante Dios, profundizará su infancia espiritual en el
plano sobrenatural.
95
Santa Teresita del Niño Jesús (1873-1897)
96
escalera para ir adonde estaba la superiora, se aferró de
pronto al pasamanos y exclamó: "¡No iré allí!".10
La infancia espiritual íntegra es la cumbre de la en
trega y de la abnegación. Es una infancia espiritual
acrisolada y depurada en la dura lucha de la vida.. La
infancia espiritual probada y abnegada es por excelen
cia y antonomasia donación de sí mismo. Si aplican
esto a la infancia espiritual puramente sobrenatural,
ella se hace sinónimo de santidad heroica.
Distingamos dos etapas en la historia de nuestra
propia infancia espiritual sobrenatural. Esbozo la pri
mera de ellas con las palabras "yo con la gracia de
Dios". Aquí colocamos en el centro nuestra propia vo
luntad y lucha personal. La segunda etapa podría
caracterizarse con las palabras "gratia Dei mecum", la Dos etapas
gracia de Dios conmigo; ellas expresan el hecho de que
estamos bajo la acción de los dones del Espíritu Santo.
En la primera etapa mi alma se orientará más bien ha
cia el cultivo de las virtudes: "Ego cum gratia Dei" (yo
con la gracia de Dios), vale decir, se acentúa nuestra
propia actividad.
La infancia espiritual se nos presenta como un ins
tinto natural y divino. Pero, insisto, no sólo humano
sino también divino. ¡Gracias a Dios! La infancia espi
ritual, el gran ideal al cual queremos consagrar toda
nuestra vida, se nos aparece como una apetencia divi
na y humana. De esta manera tenemos en nuestro ideal
un fino entrelazamiento de naturaleza y gracia; ellas se
complementan mutuamente.
Debo concluir, ya que nos hemos excedido en el
tiempo. Naturalmente hay mucho que reflexionar aún
sobre el tema. Hasta ahora he tratado de presentarles la
97
realidad de "hacerse niño", llenándola de valores. Con
este fin les ofrecí tres meditaciones: en primer lugar la
infancia espiritual es un instinto tanto natural cuanto
Síntesis divino; en segundo lugar, el sentido de ser hombre es
de las hacerse niño (este es el punto central); y, por último, el
meditaciones
sentido de hacerse niño es que Cristo cobre figura en
nosotros. Todo este horizonte de la infancia espiritual
no es tan difícil como parece; a medida que lo asuma
mos vivencialmente lo iremos comprendiendo mejor.
El segundo hecho salvífico mencionado es que Je
sús se hizo niño. En torno de esta realidad gira un
mundo maravilloso que hay que meditar en todas sus
dimensiones. A partir de mañana la elaboración del
material será más simple. El primer y segundo día son
siempre los más difíciles.
98
Quinta Conferencia
Recapitulación
99
tuación que conlleven. Las hay así cristológicas,
trinitarias, etc. Todas giran, en definitiva, en torno de la
imagen del hombre. Como pastores debemos saberlo y
ayudar al hombre actual a lograr una visión, correcta de
la genuina imagen cristiana y católica del hombre.
Permítanme resumirles rápidamente los linca
mientos de la antropología cristiana. En ella distingui
Antropología mos un aspecto estático y uno dinámico. El estático se
cristiana preocupa por el ser original del hombre y el dinámico
por su devenir y actuar.
Liminal
100
un animal, y por eso hablamos de "animal rationale";
pero también es un ser espiritual, en él mora un ángel,
y por lo tanto lo definimos como "animal rationale".
Finalmente existe en el ser humano una dimensión di
vina, él es un hombre divino -no "endiosado"- que
expresamos por lo común con las palabras "hijo de
Dios".
El hombre es, en cuanto a su esencia, un ser li-
minal, se adentra en tres zonas de frontera.
Pendular
101
delante de ustedes y que descansa sobre sus cuatro
patas. Pero no es así; si el hombre es un ser pendular y
oscilante, su apoyo y seguridad connaturales estará allá
arriba, en la mano de Dios Padre. Sólo en lo alto hay
Sólo en lo .descanso, sólo hacia lo alto debe aspirar el hombre. No
alto hay lo olviden. Más tarde hablaré detalladamente sobre el
descanso punto, cuando tratemos el tema de las crisis modernas
y de la infancia espiritual como única salvación efecti
va frente a la crisis del tiempo actual. Precisamente
porque el reposo adecuado a la naturaleza humana
está arriba, en su nido original, en lo alto, y no aquí
abajo.
Buscador
102
Sublime y contradictorio
103
Aspecto dinámico
Conclusión
104
haya hecho niño. Lo hemos estudiado con miras a fun
damentar la infancia espiritual. ¿Se encienden nuestros
afectos al considerar estas ideas? Si en el transcurso de
este día se ha ido profundizando el respeto y el asom
bro por el gran objetivo, por la grandeza del ideal de
nuestra comunidad, entonces creo que ya hemos logra
do mucho.
Les repito que no les hablo por mera retórica; ad
vertirán que mis palabras nacen de mi convicción más
personal. Por lo demás, las cosas expuestas han sido
cimentadas con claridad, ¡compruébenlo! Es muy im
portante tener como base principios claros, que veamos
con nitidez lo que quiere nuestra comunidad: Crear un
nuevo tipo de hombre que satisfaga el anhelo del cora
zón humano y dé respuestas a las crisis más grandes de
nuestro tiempo.
Mediten ustedes solos el segundo tema; su estruc
tura teológica es simple: el camino por el cual el Verbo
Divino vino a nosotros procedente del Padre es a su
vez la senda por la cual arribaremos al Padre. Esa vía El camino
se llama "hacerse niños" y la hemos integrado en el del Verbo
contexto de otra gran verdad que nos dice que la infan Divino
cia espiritual no sólo es un instinto humano sino
también divino. El sentido de hacerse niño es que Jesús
cobre figura en el cristiano. Así retornamos al pensa
miento inicial. Cristo, el Hijo Unigénito de Dios, debe
cobrar forma y figura en nosotros; tanto en el plano de
nuestro ser cuanto de nuestros sentimientos.
Aquellos de nosotros que se orienten con un acen
to especial hacia lo litúrgico podrán relacionar fácil
mente todas estas ideas con la Misa. ¿Acaso Jesús no Misa
vuelve a adquirir figura en la celebración de cada e infancia
Misa? ¿No debería ser la Misa el gran medio para fo espiritual
mentar en nosotros la infancia espiritual? Más adelan
te, cuando les hable de los senderos de la infancia
espiritual, abordaré en particular al camino litúrgico.
Les aclaro que este último es muy útil. Por mi parte
105
espero tratarlo sistemáticamente en el cuarto segmen
to de estos ejercicios, cuando hablemos de las sendas
que nos llevan hacia la fuente y la raíz de la infancia es
piritual: El camino litúrgico, el eclesial y el mariano.
106
Sexta Conferencia
LA INFANCIA ESPIRITUAL
ES EL CAMINO HACIA EL CIELO
Recapitulación
107
Palabras salvíficas de Jesús
Palabras centrales
1. Cf. Mt 16,21-23; 22 s.
108
tico y de que ellos serían quieren ocuparían los sillones
en los ministerios del "Reich" que suponían ya en cier
nes. De manera similar en nuestros países vecinos asig
naron los cargos del futuro gobierno antes de que esta Ambiciones
llase la revolución. Algo así deben imaginarse que desatadas
acontecía con estos seguidores de Jesús. El Señor habló
una segunda vez de su pasión y muerte, pero los após
toles tampoco lo entendieron; al contrario, retomaron
los conciliábulos sobre cuál sillón correspondería a
cada uno.
Tal proceder surgía ante todo de esa falsa concep
ción de Jesús como mesías político. Pero además se
dieron dos hechos que contribuyeron a profundizar
dicha creencia errónea. Cuando el Señor se transfiguró Falsa
sobre el monte Tabor2, tomó consigo a algunos apósto concepción
les, cuya narración de lo visto dió naturalmente más del mesías
pábulo a las fantasías y creencias de los demás. Y con político
todo, no hacía mucho que Jesús había designado a
Pedro, uno de los doce, para que fuese el jefe del cole
gio apostólico 3, el dirigente del nuevo reino y por lo
tanto su sucesor. Por supuesto, esta acción de Jesús
volvió a suscitar entre los apóstoles la cuestión del des
tino y cargo que cada uno tendría en ese reino. De ahí
las riñas y cavilaciones en torno del reparto de los
"sillones ministeriales".
Finalmente se vuelven al Señor, quien ya sabía de
la ambición que se había encendido entre sus discípu "¿De qué
los. Y les pregunta: "¿De qué habéis hablado en el ca habéis
mino?" (Me 9, 33). Comienza entonces a plantearles, a hablado en
ellos, los futuros dirigentes de la historia universal, un el camino?"
ideal especial.
Por lo común -y ahora me dirijo especialmente a
sus educadores- para lograr un buen fruto pedagógico
2. Cf. Mt 17
3. Cf. Mt 16,13 ss.
109
en la presentación de una personalidad ideal, se toma
a un gran personaje de la historia universal, y se lo se
ñala a los educandos diciéndoles: "¡Tienen que ser
como él!" ¿Qué hizo Jesús en aquel momento? Por allí
No me
servirán andaba un niño; lo trajo junto a sí y les dijo: "Ustedes
están urdiendo planes ambiciosos y pretenden ser los
primeros en un reino 'político' que jamás fundaré; pues
bien, ¿cuál debe ser su ideal? Si no se hacen como este
niño, no me servirán de nada en mi reino, no podrán
ser en él personalidades líderes".
¿Se dan cuenta de la situación que se creó enton
ces? ¡Qué golpe a la ambición de los doce! ¿Qué espe
ra Jesús? Que nos hagamos como niños; debemos ha
cernos niños. Es el mismo Cristo quien predica esta
conversión. Si no nos hacemos niños no entraremos en
su reino ni mucho menos seremos sus pilares.
Creo que no hace falta agregar otros comentarios
a estas palabras. Hacerse niños es simplemente el cami
no hacia el cielo. Está muy claro. Me parece que toda
otra palabra sería superfina y confundiría.
Palabras contextúales
110
muy bien la escena- pidiendo que el gran profeta vea y
bendiga a sus hijos. Algo común de la piedad popular. "Dejad que
Los discípulos intentaron apartarlas, ¡el Maestro tenía los niños
vengan
que descansar un poco! Pero Jesús los reconvino; "De
a mí"
jad que los niños vengan a mí y no se le impidáisy pues
de ellos es el Reino de los Cielos" (Mt 19,14).
Palabras de una profundidad maravillosa...Me-
dítenlas por favor...¿Con quién deben estar los hijos?.
Los hijos
Los hijos deben estar junto al Hijo. ¿Aprecian, el íntimo, deben estar
parentesco existente entre el Hijo Unigénito de Dios y junto al Hijo
nosotros mismos, los otros hijos de Dios? Esta frase del
Señor vale para nosotros en toda su amplitud. El hijo
debe estar con el hijo, los hijos de Dios deben estar con
el Unigénito de Dios.
Al meditar sobre esta solemne promulgación dis
cernimos a su vez una formulación positiva y una ne
gativa.
Formulación negativa
111
peso extraordinario. Se insiste de esta manera en que el
malvado debe sucumbir, ser precipitado a lo hondo. Y
no en un río sino en el mar, en "lo profundo del mar".
Noten por favor cuán cara le era a Jesús la defensa de
la verdadera y auténtica infancia espiritual.
Hasta aquí pues la formulación negativa. Com
prueben si esta tremenda amonestación también nos
cabe a nosotros, si no hemos sido los unos motivos de
escándalos para los otros. Como hijos de Dios no debe
mos dar pie a escándalos.
Formulación positiva
4. Cf. Mt 18,10
112
"Quien reciba a uno de estos pequeños en mi
nombre, me recibe a mí". Pero Jesús no se contenta con
esto, sino que agrega: "El que me recibe a mí, recibe al
que me envió". Palabras que irradian mucha calidez y
alegría. El, el Hijo Unigénito de Dios, se alegraba mu
cho con los niños, vivía en y del mundo de los niños.
En otra ocasión subrayó que Sus ángeles -los ánge
les de esos niños- contemplan continuamente la faz del
Padre5. Pareciera querer expresar, de manera popular,
que los rostros de los niños están calcados de aquél del
Padre y por eso sus ángeles se alegran cuando ellos
honran al Padre.
Este y otros pasajes similares deberían ser objeto
de nuestra meditación diaria y nutrir nuestra piedad,
pensamiento, vida y amor.
Repasemos ahora estas otras palabras del Señor:
Les reveló
¡Yo te bendigo, Padre porque has revelado esto a los a los
pequeños, y se lo has ocultado al que le sobra, al harto, pequeños
al lleno de sí mismo!6. Jesús vuelve así a acentuar con
energía y júbilo la infancia espiritual; el Señor se incli
na nuevamente ante ella.
Examinen otros pasajes similares de la Sagrada Es
critura; por ejemplo, aquel que dice que debemos ser
"sencillos como palomas" (Mt 10,16). ¿Qué significa
esto? Que hay que volver a ser niños. Recuerden las
palabras que a menudo rezamos, especialmente en el Leche no
segundo domingo de Pascua: Sine dolo lac adulterada
concupiscite (Desead la leche pura, no adulterada), te
nemos que mamar la leche no adulterada como lo
hacen los niños recién nacidos7. Hoy estamos aquí re
unidos como hijos, como niños de Dios y debemos ma
mar sin cesar la leche no adulterada.
5. Cf. Mtl8,10
113
Me parece que lo expuesto resiste a toda objeción;
lo que hemos ido meditando y explicando no puede
torcerse ni malinterpretarse. Sólo nos interesa recalcar
el hecho de que la infancia espiritual es por excelencia
el camino hacia el cielo. Si estamos convencidos de es
tas verdades, si ellas nos encienden interiormente,
¿cómo no alegrarse de que Dios haya dado a nuestra
comunidad un ideal tan extraordinariamente hermoso
y magnífico, anclado en la naturaleza, en la gracia?
Permítanme citarles el pensamiento de un poeta
acomodándolo un poco a este momento:
Estamos en esta tierra
para que sin cesar
resplandezca cada vez más
la luz del sol.
Sí, el sol de la infancia espiritual debe resplande
cer con mayor intensidad, y a través de nosotros irra
diar y bañar de luz todo el mundo. Y ahora hago un
pequeño cambio en estos versos:
Estamos en esta tierra
para que día a día
sea más cálida.
A través de nosotros el tiempo actual no sólo debe
Calor de la recibir el resplandor sino también la calidez de la infan
infancia cia espiritual. Fíjense cuánta calidez entrañan aquellas
espiritual palabras: "Amor filial al Padre del Cielo". Pero hay
además una tercera versión del pensamiento citado:
Estamos en esta tierra
para que día a día
sea más divina y celestial.
Según nuestra concepción de las cosas, la infancia
espiritual es algo divino. Más tarde nos detendremos
en este tema con mayor detalle.
114
Les digo, a manera de resumen, que si hemos se
guido con seriedad las reflexiones hechas arribarán a la
conclusión y convicción de que la infancia espiritual es
el camino por excelencia al cielo.
115
Examinemos ese versículo con toda tranquilidad.
Enseguida notarán que Jesús nos está señalando dos
contenidos de la infancia espiritual: uno negativo y
otro positivo. En efecto, la infancia espiritual entraña
para Nuestro Señor el abandono de una manera de ser
Abandonar
una manera
y la asunción de una nueva manera de ser. Habrán
y asumir advertido seguramente que no cité textualmente el
otra versículo que nos ocupa del Evangelio según San
Mateo; pues bien, lo hice a propósito, para destacar
ahora las palabras que faltaron. Jesús dijo exactamente:
"Si no cambiáis -y os convertís- y os hacéis como los
niños..." Aquí tienen la formulación negativa y la po
sitiva. La infancia espiritual comprende por tanto el
abandono de una manera de ser y la asunción de una
nueva manera de ser. Así se nos abre un amplio hori
zonte a explorar.
Nos ocuparemos en primer lugar del contenido
positivo, de la asunción de una nueva manera de ser,
y mañana, si Dios quiere, del abandono de una vieja
manera de ser.
116
Ser niños, de una manera nueva y divina
8. Cf. Jn 3, lss.
117
En las lecturas de la mesa -aunque resulta un poco
difícil introducirse en tales reflexiones durante las co
midas- escuchábamos cómo era esa relación de
filialidad para con Dios.
118
está frente a su comunidad como el maestro delante de
su clase. El advierte a sus alumnos: "Chicos, atiendan,
que ahora viene algo importante y que deben apren
der..." Da un golpe sobre su escritorio y luego dice:
"Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para lla El misterio
de la
marnos hijos de Dios, pues ¡lo somos!" (1 Jn 3,1). Somos filiación
realmente hijos de Dios y tenemos que descubrir en to divina
das sus dimensiones este mundo misterioso y grande
de la filiación divina. Nosotros que vivimos y amamos
basándonos en la infancia espiritual deberíamos sentir
nos en él como en nuestra propia casa.
Así entenderemos también a San Pablo, cuando
nos dice que no hemos recibido un espíritu de esclavos, No es un
sino un espíritu de hijos adoptivos que nos hace excla espíritu de
mar: ¡Abbá, Padre!; y es el espíritu de Dios el que cla esclavos
ma en nosotros testificando que somos hijos de Dios9.
Meditemos otros pasajes bíblicos de este tenor
para comprender en profundidad lo que significa que
si no volvemos a ser niños, de una manera nueva y di Hacerse
vina, vale decir, si no nos hacemos niños en el plano del niños en
ser, no podremos entrar en el cielo. En este sentido, ser la esencia
niño es una realidad insustituible. Los sacramentos se del ser
pueden sustituir; pero el ser niño, no. El sacramento del
bautismo puede ser sustituido por el bautismo de
deseo. Quien no pueda hacer suyo ese ser niño, simple
mente no entrará en el cielo.
Reflexionen un momento sobre la nobleza de ese
ser niño, y...¡nobleza obliga! ¡Qué sentimiento de vida
plenamente divino embeberá mi alma en virtud de ese
nuevo nacimiento, de ese "nacer de Dios" del que habla Un nuevo
San Juan! Quizás nos digamos: "La historia de mi fami nacimiento
lia, la vida de mis padres o abuelos...¡cuántas manchas desde Dios
tiene!...no puedo orgullecerme de ella". Pero tenemos
por delante otro nacimiento, un nuevo nacimiento que
119
se realiza "desde Dios". Si realmente hubiera asumido
profundamente un nuevo ser, éste sería el sentimiento
de vida divino que debería cultivar en mí. Y el mundo
No cansar actual lo necesita. No tenemos que cansar al hombre de
al hombre
con la ética
hoy con meras exigencias éticas; en nuestros días tene
mos que acentuar con mucho más intensidad lo óntico,
el ser; también en nosotros mismos. Yo no soy sólo
fulano de tal sino que he nacido de Dios; soy un hijo de
Dios en el sentido más pleno y auténtico de la palabra,
tal como lo enseñan la Sagrada Escritura y la
dogmática. Si estamos captados con hondura por esta
realidad, ¡qué nobles nos sentiremos! En fin, no quiero
desarrollar todo este tema per longunr et latum.
En este contexto existe un aspecto sobre el cual
quiero hacer especial hincapié. Se trata de las conse
cuencias éticas que se desprenden del ser niño.
120
tiene por naturaleza, de modo transitorio e imperfecto,
entonces no entraremos en el cielo; no entraremos en
absoluto o bien no de la manera adecuada. Paso a ex
plicar cada elemento de esta aserción.
Observemos a un niño; Jesús nos dijo que observá
semos a los niños. Notaremos que en él hay por natu
raleza muchas cosas nobles y muchas cosas buenas.
¡Deo gratias! El que ha observado a los niños nos pue
de contar muchas cosas de una belleza cautivante.
¿Cuál es el fundamento dogmático más profundo de No corrompe
esa realidad? Los niños tienen el pecado original; pero totalmente al
este pecado no corrompe totalmente al hombre; y esa hombre
dimensión de nobleza que alberga el ser humano se
manifiesta en el niño. Agreguemos enseguida que en el
niño hay también muchas cosas innobles. La causa de
ello reside en el pecado original; si bien éste no ha co
rrompido por entero la naturaleza humana, por cierto
la ha afectado seriamente. Por eso lo noble que se halla
en el niño no se manifiesta en su plena pureza y caudal,
sino que se encuentra mezclado con lo malo. Más bien
existe como algo transitorio, ya que lo malo de la natu
raleza humana trata continuamente de sofocar las
buenas inclinaciones y predisposiciones.
Poniéndome ahora en el lugar de ustedes, les digo
que para diseñar una ascesis, una pastoral y una peda
gogía basadas en la filialidad, hay que observar más a
los niños. Les repito que en el niño observamos muchas
cosas delicadas y nobles, pero también muchas
peligrosas. Los niños pueden ser muy celosos y pelear
se como perros y gatos; el niño puede ser intrigante;
aún los bebés son capaces de martirizar y burlarse de
sus papás cuando las madres los consienten en exceso.
Sí, en la naturaleza del niño existen muchas imperfec
ciones.
Comencemos a profundizar en nuestra investiga
ción. ¿Qué es lo noble y lo bueno que subyace en el
niño? Naturalmente me esforzaré por resumir en un
121
denominador común todas nuestras observaciones de
la vida. Permítanme señalarles ya uno de esos
denominadores comunes.
122
Si no se hacen como los niños...¿Comprenden lo
que esto significa? Si no nos volvemos como los niños
-naturalmente de una manera perfecta- y no logran ser
señal original de Dios, reflejo original de Dios y unión
original con Dios, entonces no podrán entrar en el Rei
no de los Cielos.
Al meditar sobre el ideal de ser un reflejo de Dios, Sencillez
surgen ante nuestra mirada dos grandes e importantes del Padre y
verdades: el niño es un reflejo original de la sencillez entrega del
del Padre y un reflejo original de la entrega del Hijo. Hijo
Observen que tenemos así ante nosotros todo un hori
zonte teológico y filosófico a estudiar.
Nos quedamos un poco perplejos...¿Cuáles de es
tos temas acentuaremos y profundizaremos en estos
días? Quizás se conformen con un panorama de estos
tópicos, en el cual también sabremos explayarnos en
determinados puntos.
123
Stolz10 que existen tres cosas que siempre recuerdan al
paraíso: las estrellas, las flores y los ojos de un niño.
Los ojos de un niño señalan expresamente el pa
raíso de la humanidad:
Diamantes son los ojos infantiles
en las arenas de este desierto
resplandecientes espejos
de ignotos mundos de felicidad perdida.
Mediten si el poeta tiene o no razón. Los ojos del
niño son un recuerdo del paraíso, del paraíso de la
Un humanidad. Pero como filósofo y teólogo les planteo
recuerdo enseguida la siguiente pregunta: ¿Qué era aquello que
del paraíso formalmente hacía del paraíso un paraíso? El trato con
Dios. Los ojos del niño señalan directamente a Dios. El
niño es una señal de Dios.
Pasemos ahora a ese segundo recuerdo que susci
tan en nosotros esos ojos; me refiero a la memoria del
paraíso de nuestra propia infancia. En este punto el
simbolismo de los ojos de un niño es el mismo que su
brayábamos anteriormente. Cuando estamos cansados,
cuando hemos sido vapuleados y azotados por la vida
y de pronto nos acercamos a una cuna a contemplar a
un niño y nos rendimos a la magia del niño...¡Cuántas
Convive cosas se despiertan en lo profundo del alma! ¡Cuántos
con lo recuerdos de otros tiempos, cuando aún dormían
divino
nuestros instintos! ¡Cuántas memorias del paraíso de
nuestra propia infancia! ¿Qué es lo que hacía que esa
etapa de la vida fuese un paraíso, al menos en el caso
del niño católico? Ese trato simple y despreocupado
con lo divino, con los ángeles. Eso es algo que subyace
en la esencia de todo niño, que nos impulsa exprésa
124
mente hacia ese Dios que ha estado y obrado así en
nosotros.
125
terpretación de aquellas palabras de Jesús a sus discí
pulos, cuando les dijo que debían observar a los niños.
Consecuencia:
Ser nosotros mismos señales originales de Dios
126
fundada se convirtió en una orden al viejo estilo. San
Vicente de Paúl11 retomó la idea de San Francisco de
Sales y tuvo el valor, y también la destreza necesaria,
para abandonar la modalidad tradicional de las comu
nidades religiosas.
Observen pues cómo el Espíritu de Dios motiva
permanentemente a la Iglesia de Dios a mitigar la vin Profundizar
culación hacia abajo para profundizar la vinculación la vincula
hacia arriba. Lean sobre la idea que San Vicente de Paúl ción hacia
tenía de la comunidad de religiosas que había fundado. arriba
Las Hermanas no profesaban votos según el estilo
tradicional ni tampoco tenían clausura papal. Esto era
una novedad sorprendente en aquellos tiempos. La
santidad y ascendiente del santo contribuyó a que su
proyecto se hiciese realidad. Ustedes saben cuán
conservadora es la Iglesia, que insiste en el principio de
que las vinculaciones sean lo más estrictas posible. Pero
San Vicente siempre les decía a sus religiosas: Si entre
ustedes hay alguien de ideas poco claras que quiere ser Con escasas
monja según el viejo estilo, no la sigan jamás; porque vinculaciones
cuando una comunidad comienza a convertirse en una hacia abajo
orden de corte tradicional, entonces podemos doblar la
campanas a duelo por ella. Si la Iglesia les quiere impo
ner los votos, entonces suplíquenle que no proceda así,
porque la misión de ustedes es marchar al mundo con
una libertad mayor y con escasas vinculaciones hacia
abajo. De ahí que su clausura sea el amor de Dios.
Nosotros pertenecemos a aquellas comunidades
bendecidas que tienen pocas vinculaciones exteriores.
Pero permítanme aclararles enseguida lo siguiente:
127
para cumplir con nuestra misión en la Iglesia, debemos
complementar esas débiles vinculaciones hacia abajo
con una mayor firmeza en las vinculaciones hacia arri
ba. ¿Saben lo que ello significa? Que nuestros "muros
Muros
conventuales" son el caminar permanente y profundo
conventuales en la presencia de Dios. Cuanto más débiles los muros
y muros conventuales exteriores, tanto más fuertes los muros
interiores interiores, tanto más fervorosa la relación de amor con
Dios. Quien quiera educar en la comunidad, no debe
cejar en el empeño de hacer que estos pensamientos
calen hasta los huesos en los integrantes del Instituto.
¿Cómo se relacionan estas ideas con el contexto de
la conferencia de hoy? Citábamos las palabras de Jesús:
"Si no os volvéis como los niños...". Con mi esencia y.
con mi ser debo convertirme en una señal original de
Dios. Debo estar siempre en actitud de respeto ante
Actitud de Dios, tal como lo está el niño. Nuestra comunidad ha
respeto,
como el niño
bla en este sentido de "caminar siempre en Dios y con
Dios". Si cultivamos en grado heroico este caminar, la
existencia de nuestro Instituto estará plenamente ga
rantizada.
Debemos llegar a ser una señal de Dios totalmente
original, tal como lo es el niño. Y esto lo alcanzaremos
a través de un permanente y respetuoso estar en la pre
sencia de Dios, en la permanente relación de amor con
Dios. Creo que este punto es muy importante; por eso
le dedicaré una conferencia completa, en la cual
intentaré exponerles cómo hacer para reforzar, a la luz
de nuestra misión, nuestros muros conventuales. Tra
taré de brindarles un método para ejercitar y cultivar el
caminar con Dios según el espíritu de nuestra comuni
dad, para así hacer realidad aquellas palabras de Jesús:
" Si no os volvéis como los niños, no entraréis en el
Reino de los Cielos".
128
Séptima Conferencia
ESCUCHAR A DIOS
EN LA VIDA MISMA
Recapitulación
129
Sopesen las palabras de este principio. No deben
desechar ni silenciar ninguna de ellas. Las primeras tie
nen un dejo agradable:
130
Libertad, toda la posible
131
bién para los religiosos y todos los que aspiren a la san
tidad; pero, repito, es posible que ustedes capten estos
pensamientos, en sí evidentes, con un fervor mayor,
debido precisamente a la originalidad de la estructura
de su comunidad. Les hago además una advertencia
para el área de la educación de sus vocaciones: en el
caso de ustedes, más que en el de los religiosos, hay
que poner especial énfasis en el cumplimiento de los
postulados que estamos enunciando.
Permítanme diseñarles en unos pocos trazos todo
un panorama de este vivir continuamente en la presen
cia de Dios.
Delimitaremos en primer lugar el fundamento del
vivir en y con Dios para luego trazar lineamientos para
la vida práctica.
Fundamento de la vida en y con Dios
132
nosotros están conmovidos por la verdad de la reali
dad de Dios! Si este fuera el Dios vivo, no saldríamos Dios sólo
de nuestro asombro. Pero Dios no es para nosotros un nos parece
Dios vivo, sino muerto, no real, una ilusión, al menos una idea
así es como la idea de Dios plasma nuestra vida.
Presentemos a Dios como el Dios vivo; ésta es pre
cisamente la tarea de los directores espirituales y teólo
gos. Si hubiésemos considerado más a Dios como la
gran realidad de nuestra vida, hoy estaríamos aquí más La gran
firmes y purificados interiormente. No habríamos realidad de
cometido en nuestra vida tantas tonterías. Ya la misma nuestra vida
pración infantil:
En todo lugar y todo lo que hago
Dios mi Padre me está mirando...
debería ejercer sobre nuestra vida un influjo renovador
y regenerador.
Personal
133
Vivir a sonal- Si no teng° una vivencia de la personalidad de
partir de ^1OS como Padre o amigo, ¿creen ustedes que podría
la entrega mantener la castidad? No lo creo viable. Podré hacer
a un Dios cuantas mortificaciones quiera: todo será luchar contra
personal molinos de viento. Tenemos que percibir y visualizar
las relaciones internas de las cosas. Debo vivir a partir
de la entrega a un Dios personal.
Ineludible
134
lado, está vivo y obi¿a en nosotros sumergiendo miste
riosamente al alma en su propia vida intertrinitaria. Se
trata nuevamente de un modo de la presencia divina.
Nos resulta evidente entonces que Dios ponga su
omnipotencia al servicio de su amor. El amor impulsa
a una presencia continua* 2. La presencia de Dios se
manifiesta también de una tercera manera: Praesentia
sacramentalis.
El fundamento para lograr la meta de la infancia
espiritual es este continuo y respetuoso andar y estar
en presencia de Dios; un caminar que se hace en actitud
de amor y de respeto. Quien quiera incorporar a su
vida religiosa verdades primordiales, tiene que medi- Avanzar
tar una y otra vez esas tres realidades: Dios es real, es hacia lo
persona y es ineludible. En la educación de nuestros central,
estudiantes tenemos que subrayar siempre las verda- hacia D10S
des centrales. No podemos estancarnos en lo periférico.
Quantum potes, tantum aude (Arriesga cuanto pue
das), vale decir, enseñémosles esas verdades centrales
en la plena medida de la apertura que ellos manifiesten
cit, pág. 458: "Ya sabéis que Dios está en todas partes. Pues
claro está que adonde está el rey, allí -dicen- está la corte; en Donde está
fin, que adonde está Dios, es el cielo. Sin duda lo podéis creer _el Rey, está
que adonde está Su Majestad está toda la gloria. Pues mirad la corte
que dice San Agustín que le buscaba en muchas partes y que
le vino a hallar dentro de sí mismo (Confes., lib. X, c. XXVII).
¿Pensáis que importa poco para un alma derramada
entender esta verdad y ver que no ha menester para hablar
con su Padre Eterno ir al cielo ni para regalarse con El, ni ha
menester hablar a voces? Aunque hable muy en voz baja,
está tan cerca que nos oirá; ni ha menester alas para ir a
buscarle, sino ponerse en soledad y mirarle dentro de sí y no
extrañarse de tan buen huésped".
2. Cf. San Juan de la Cruz, Cántico Espiritual, canción XI: "Mira
que la dolencia/ de amor, que no se cura/ sino con la
presencia y la figura". Cf. el amplio comentario juancrucista
a este cantar en: Juan de la Cruz, Obras Completas, BAC, 9.
ed., Madrid, 1975, pág.731.
135
Todo lo hacia las mismas. Hoy todo lo periférico se derrumba;
periférico se nuestra época exige que avancemos hacia lo central,
derrumba hacia Dios, mucho más rápida y fuertemente que anta
ño, en tiempos de nuestra juventud.
136
trato de Dios brota espontáneamente de ese fundamen
to del cual hablábamos más arriba. Meditemos estas
cosas para hacerlas realidad en nuestra vida.
137
dios de la naturaleza, sino del Dios Trino y revelado. La
fe sobrenatural es pues una participación analógica en
la manera sobrenatural de conocer propia de Dios.
Continuemos repasando un poco más de teología.
Les propongo dos reflexiones complementarias: a la fe
podemos concebirla como gratia Dei externa y gratia
Dei interna.
4. Cf. Rm 10,17
138
Gratia Dei interna
139
muchos medios materiales; hay que procurarlos sin
angustiarse6; Dios así lo quiere. Pero no olviden que un
movimiento apostólico tiene que ser también un movi
miento de sacrificios. Tenemos que estar respaldados
por un ejército de personas que ofrezcan sacrificios,
para que así nuestros sacerdotes allá afuera puedan
transmitir a los suyos la gracia divina interna.
Apliquemos ahora estas ideas a nuestro caso. De-
cíamos que tenemos que contemplar a Dios a la luz de
la fe. ¿Cómo y dónde hacerlo? Hay que contemplarlo
¿Cómo y en sí mismo y allí donde El nos salga al encuentro,
dónde ¿Dónde está Dios? En el corazón del hombre en gracia;
contemplar aqj contemplaremos a la luz resplandeciente de la fe.
a Dios? Arrjbamos as¡ a ]a iey ¿ei hacer transparente todo lo
. .., - creado. En virtud de la luz de la fe podemos mirar a
, ■; través del hombre como a través de un cristal, y vis-
\ lumbrar en su corazón al Dios Trino. A la luz de la fe
percibimos a Cristo en el tabernáculo y contemplamos
’ su presencia. Sólo la luz de la fe da calor y claridad;
con el puro pensar mecánico no se alcanza la meta.
Preguntemos a nuestros padres y abuelos, o a
otras personas sencillas que aspiren a la santidad, cómo
realizan esta simple y frecuente contemplación de Dios.
¿Qué nos responderán? Que lo contemplan en sus ac-
Contemplar ciones. He aquí la fe simple en la Divina Providencia
a Dios en que tiene nuestro pueblo. Para el que cree con sencillez
sus acciones en |a Providencia, todo lo que percibe es un regalo de
amor y un pedido de amor del Dios eterno, bondado
so e infinito. Quizás la formulación correcta sea: Todo
acontecimiento en y en torno de nosotros debe ser
visto a la luz de la fe como un regalo y un pedido de
amor por parte del Padre del Cielo. ¿No les parece que
éste pueblo nuestro, esta gente sencilla que nos rodea,
vive de la fe?
6. Mt 6,25-34
140
Meditemos los golpes que nos deparó el destino.
Un saludo
Hallaremos que para la gente sencilla esos momentos de Dios
de crisis son el mejor medio para ejercitar el espíritu de
fe. En las adversidades de la vida los hombres senci
llos perciben un saludo de Dios que invita a la res
puesta. Dios me saluda y pide que yo conteste ese sa
ludo. La fe en la Divina Providencia enseña que nada
es casual, que todo proviene de Dios. La fe en la Divi
na Providencia dice que Dios es Padre, que Dios es
bueno y bueno es todo lo que El hace, aún aquello que
repugne a nuestra naturaleza. La gente de nuestro pue
blo considera y trata a esos golpes de la vida como
"cambios de vías": Un tren rápido corre veloz por los
campos, pero sorpresivamente hay un cambio de vías,
¿quién realizó la maniobra? Dios. En el tren se produ
ce un alboroto, se registran heridos y contusos, pero to Cambios
de vía
dos salvan sus vidas. Así hay que aprender a valorar
los grandes reveses que la vida trae aparejados, tanto
en el ámbito comunitario como familiar. Un hombre
sencillo ve detrás de todo al Padre del Cielo. Dios es Pa
dre, Dios es bueno, bueno es todo lo que El hace.
Valdría la pena que contemplásemos nuestro pa
sado a esta luz. ¿Acaso los períodos de crisis no fueron
también tiempos de bendiciones? Si medito esos mo
mentos y descubro en ellos la mano de Dios, entonces
enfrentaré el futuro con mayor serenidad; pensaré en el La mano
futuro de la familia sin preocupación. Yo sé que detrás paternal
de todo el acontecer mundial está la mano paternal de de Dios
Dios que sostiene todo. Consideren a esta luz la sostiene
situación general de hoy o bien la de aquellos países todo
donde iremos a misionar. Todo parece estar a punto de
derrumbarse y sólo quien sea un niño podrá mantener
su aplomo y serenidad. Dios es Padre, E)ios es bueno,
bueno es todo lo que El hace. La manera más efectiva
de abordar la actualidad es medir todo según el patrón
de Dios y descubrir la mano de padre, bondadosa y a-
morosa, que está detrás de toda crisis, de todo suceso.
141
Contemplemos frecuentemente a Dios a la luz de
la fe. Quizás uno u otro me pregunten: ¿Con cuánta
frecuencia? Les doy primero una respuesta general
que luego iré perfilando con mayor precisión: quantum
potes, tantum aude. Contempla a Dios a la luz de la fe
con la frecuencia que te sugiera la medida de tu fe y de
tu amor. En este punto, los educadores deben evitar el
automatismo en la relación con Dios. No me parece
prudente decir desde un principio: hay que pensar en
Dios cada hora, cada media hora o cada cuarto de hora.
No aconsejo esas recetas que se encuentran en la mayo
ría de los libros de ascética. La experiencia me ha
enseñado que cuando se procede mecánicamente en
este campo, al final se acaba arrojando todo por la bor
da. Si las prácticas de devoción no están comportadas
ni fecundadas por el amor, se convierten en fríos
automatismos que no duran mucho. Lo que no ha
cuajado en nuestro interior, finalmente lo hacemos a un
lado. Quantum potes, tantum aude.
142
nosotros, los varones, en diálogo sencillo con EL Dios
me habla, y por eso yo le respondo con sencillez.
143
Dios, tal como lo hacen nuestros padres y abuelos.
Ellos no sabían tantas teorías, pero el Espíritu de Dios
estaba allí. Hablemos a menudo con Dios; pero no con
la boca -cada uno es libre de hacerlo- sino <x>n el cora
zón.
¿Con qué frecuencia debo hablar con Dios? Aho
ra puedo darles una respuesta que a su vez,
adecuándola al caso concreto, puede aplicarse al tema
del "mirar a Dios" tratado más arriba. Desde el punto
de vista psicológico me parece muy importante hallar
en esta área el correcto punto de enlace. Cuando que
remos hablar con Dios, ¿cómo hacerlo? Les ofrezco dos
respuestas:
Prácticas de devoción: "Escuela de amor"
9. Cf. Ex 34,29-35
144
nuestro ideal es la infancia espiritual sencilla, y por eso
tenemos que llegar lo más rápidamente posible a la
motivación del amor.
Lo más importante es no tomar atajos; aprendan
de los santos. Recién cuando se supieron amados ex
traordinariamente por Dios, comenzaron a transitar las
sendas de la santidad heroica. Por eso yo también en
mi vida religiosa tengo que poner mucho énfasis en la Nadar en
meditación de las misericordias de Dios, "nadar" en las las mise
misericordias de Dios, repasar gota a gota todo ese mar ricordias
de misericordias divinas. Mi ocupación favorita será de Dios
exclamar siempre: "¡Cuánto me amas, Dios mío! ¡Me
amas como a las niñas de tus ojos!" No repitamos me
cánicamente las oraciones que nos presenta la liturgia,
sino hagámoslas nuestras como expresión viva de
nuestra propia experiencia de vida.
Un ejercicio interesante sería que durante la medi
tación posvivenciemos y vivenciemos lo bueno que
Dios nos ha regalado ayer y anteayer. O bien cuando
tengan el libro de la historia de su comunidad y quie
ran sentirse plenamente hijos de ella, repasen esa his
toria y constaten y prueben cómo la mano de Dios es
tuvo paternalmente sobre ella cuando parecía precipi
tarse al abismo y haber llegado a su fin. Nuestro ali
mento debería ser en realidad rastrear los caminos del Rastrear el
amor de Dios en nuestra propia vida y en la vida de la amor de
Dios
comunidad y de la Iglesia. Eso es lo que hace la gente
sencilla. El punto de enlace es pues aprender a dialogar
con Dios en los tiempos de las prácticas de devoción, y
así se irradiará espontáneamente un haz de luz sobre la
vida cotidiana, sin que uno tenga que esforzarse mu
cho para que ocurra así.
Momentos oportunos
145
detecta un impulso más fuerte al trato con Dios. Suele
suceder a menudo que unos prefieran las horas de la
tarde o del anochecer. Algunos novicios quizás les di
Cuando gan: "¡Qué lástima que la hora de acostarse sea tan es
quiero rezar tricta! En esos momentos yo siento un deseo especial de
arrodillarme y rezar". Dejando ahora de lado el caso
del noviciado, les aconsejo que aprovechen esos mo
mentos en los que Dios aparentemente quiere tener
consigo al alma. Esos anhelos son señal de la actividad
de Dios en nosotros. Hay casos en los que la persona se
siente más motivada para el trato con Dios en las horas
de la mañana. Pero es cierto que los que tienen un tra
bajo más intenso suelen sentirse bastante fatigados por
las mañanas. Hay que ser sincero en estos temas y es
tudiar, a la luz de nuestra experiencia concreta, cuáles
son los momentos del día cuando nos sentimos más
impulsados a dialogar con Dios.
La experiencia señala que la persona religiosa sien
te el mayor impulso a refugiarse en Dios cuando so
brevienen la cruz y los padecimientos. Compruébenlo
ustedes mismos. Y esto es importante por dos razones:
En primer lugar para comprender por qué el divi
no viñador nos poda tan reciamente 10. Y en segundo
Dios se lugar, Dios se "hace notar", llama a nuestra puerta a
hace notar través de la cruz y del dolor, precisamente para que no
a través de perdamos de vista los caminos que llevan hacia El.
la cruz
Si tenemos claridad en este tema, ¿cuál será nues
tra primera respuesta cuando sobrevengan la cruz y el
dolor? Pasa mucho tiempo hasta que aprendemos a
decir: "Dios mío, ¿qué nuevos regalos de amor quieres
hacerme?". Por lo común nuestra respuesta es: "Pero,
Señor, ¿yo qué te hice?"; estas no son las palabras de un
niño. Un niño auténtico debería ver siempre el amor
detrás de la cruz y el dolor; aun cuando estos debiesen
146
ser entendidos como un castigo. La primer moción de
nuestros afectos debería ser siempre: "¿Qué nueva mi
sericordia es ésta, Dios mío, qué quieres Tú hacer
conmigo?". Y habría que decirle también: "¡Gracias,
Señor, de todo corazón!". También cuando no sepamos
por qué se nos envía cruz y dolor, nuestro comentario
debería ser: "Yo sé que todo esto sucede por amor".
No aspiremos a volar por sabe Dios cuán sublimes
regiones celestes; y menos nosotros, que luchamos en
medio de la vida cotidiana. Tenemos que ejercitarnos
en un caminar activo en y con Dios, vale decir, escu
char a Dios que nos habla en la vida. ¿Acaso no debe
mos estar bien plantados en la vida? No podemos vivir
en continuo repliegue, agregando aquí una hora más
de adoración del Santísimo y allá otra hora más a la
meditación, etc. No; así no puede ser.
Detectemos los golpes que Dios da a nuestra puer
ta en medio de la vida cotidiana. Dios llama a mi puer
ta en la vida de todos los días. Creo que hay muchas
personas, también entre ustedes, que llegarían a ser
santos mucho más rápidamente en la vida cotidiana Dios llama
que en un monasterio de adoración perpetua. Estar en a mi puerta
permanente adoración puede sumirnos en la laxitud.
Nosotros adoramos la voluntad de Dios en la vida dia
ria y por lo tanto formamos parte de la adoración per
petua. A través de su unión con la vid^, el apóstol re
cibe un fuerte estímulo para desplegar su vuelo hacia
Dios; y eso es parte de su vocación misionera.
Estas son cosas muy simples, pero que entrañan
un hondo significado. En nuestro caminar en y con
Dios hay que mantener "los muros conventuales"; de
lo contrario, al final de nuestra vida sufriremos una
gran desilusión. No piensen que se ingresa a la comu
nidad para pasar una vida cómoda. Su comunidad no
tiene votos al estilo tradicional, pero no tomó esa op
ción para llevar una vida más confortable; de ser así no
147
Recorro durará mucho. Toda comunidad religiosa debe ser por
el camino tadora de los principios de la santidad. Si no ocurre así,
hacia la si no puede alumbrar santos, ¿qué hombre noble
santidad consagrará su vida a una comunidad tal? La consigna
es la generosidad. Soy libre, y porque soy libre, recorre
ré con mayor empeño y constancia el camino hacia la
santidad.
Reparemos en otros momentos donde Dios llama
a nuestra puerta suscitando en nosotros el impulso a
remontarnos hacia El. Suele suceder a las personas de
particular nobleza espiritual, que cuando una alegría
embarga sus corazones se sienten elevadas rau
damente hacia Dios. Según mi manera de ver, nosotros,
hijos de nuestro tiempo, somos terriblemente "proleta
rios" en esta área: nos parece evidente que Dios nos dé
alegrías; ¡es una lástima! Un temperamento noble tiene
siempre un "¡Gracias, Señor!" a flor de labios. Les
propongo esta consigna: "Acabar con las 'evidencias'".
En efecto, no es "obvio" que su comunidad pueda estar
tranquilamente instalada en este país, mientras otras
comunidades en los países vecinos están sometidas a
tantas presiones. No es obvio que tengan aquí una casa
tan hermosa. Pregúntense si han agradecido
personalmente a Dios por tantos regalos. En este
campo de la gratitud solemos ser hombres masa. Hay
que mantener y cumplir el siguiente principio: "Cada
miembro debe considerar a la comunidad como
fundada por él mismo"; por lo tanto toda pequeñez, y
también todo lo noble y bueno que Dios le regale, debe
ser motivo de mi gratitud personal. He aquí un medio
que utiliza la gente sencilla para estar permanentemen
te en unión con Dios. Esa gente no sabe mucho, pero
vive mucho.
El punto clave de nuestra ascética es dejarse im
pulsar hacia Dios por la vida, y no sólo por los libros.
Los libros ya no nos motivan en la misma medida en
que solían hacerlo antaño. Si no probamos primero en
la vida lo que sabemos, los libros no nos ayudarán
148
mucho. Por eso aquel que esté siempre en medio de la
vida y sepa aprovechar sus prácticas de devoción qui
zás logre una más fuerte relación de amor con Dios que No sólo por
un maestro de novicios. No olviden que conocimientos los libros
religiosos no significan ya santidad; santidad es amor
religioso. Y para alcanzar esta meta no hace falta estar
todo el día husmeando en los libros. No quiero decir
nada en contra del hábito de lectura, sino sólo subrayar
lo siguiente: Dios nos da hoy la vida para que constru
yamos nuestros "muros conventuales". Busquemos
una ascética que nos brinde la posibilidad de llegar a
ser santos. La comunidad debe alumbrar santos, de lo
contrario, si somos hombres de nobleza interior no nos
quedaremos en ella.
En la actualidad están surgiendo muchas comuni
dades nuevas. Si tienen oportunidad de ayudar con su
consejo en estas fundaciones, procuren que en ellas se
fijen principios claros de santidad. Si no ocurre así, no
presten su colaboración, porque ¿qué harían las
personas nobles en una comunidad tal? No pueden
ingresar a una comunidad así, no es posible.
Les repito que busquen los puntos de contacto
para cultivar el diálogo sencillo, simple y permanente
con Dios. ¿Cuáles son estos puntos? En primer lugar
las oraciones de todos los días; en segundo lugar, algu
nos momentos especiales de oración que cada uno de
termina. Si no me equivoco, me parece que la mayoría
de nosotros aprovecha mejor este último tipo de tiem
pos que los primeros. La meditación de las cosas que
nos va presentando la vida puede ser a veces más efi
caz para ponernos y permanecer en la presencia de
Dios que los tiempos ordinarios de oración. Aparente Cuanto
mente Dios nos exige una santidad activa. No logra más luchas,
mos nada con quedarnos sentados en un rincón y en mejor
tregarnos a nuestras fantasías. Cuanto más se nos arro
je a la vida, cuanto más luchas nos envíe el Señor, tan
to mejor. De ahí que una vida de apóstol llena de acti
vidades y fatigas pueda convertirse en un gran sursum
149
corda. Teniendo en cuenta los diferentes matices, una
vida así puede contribuir a alcanzar más rápidamente
Dejarse la santidad que aquella otra, sedentaria y tranquila, de
conducir un director espiritual. Pero cuidado con engañarse a
por Dios uno mismo; dejémonos conducir por Dios, cumplamos
las tareas a medida que El vaya enviándolas.
En resumen, todos estamos de acuerdo en una as
piración común: cultivar un íntimo trato de amor con
Dios; trato que a su vez constituye nuestros muros
conventuales.
Decíamos que si queremos tratar frecuentemente
con Dios tenemos que buscar los puntos de contacto
necesarios. Y en este campo se nos plantea una nueva
pregunta: ¿Cómo aprovechar esos puntos de contacto?
Les daré una respuesta lo más sencilla posible: en
primer lugar deberíamos profundizar ese diálogo de
desahogo con Dios; en segundo lugar, simplificarlo y,
por último, multiplicarlo. De esta manera tienen ante sí
toda una labor de profundización e interiorización.
¿Cómo resolverla en la práctica?
Profundizar
150
Simplificar
151
riosamente esto no nos parece hoy correcto. Pensemos
por ejemplo en San Francisco; en la jaculatoria "Oh mi
Dios y mi todo", el Pobrecillo de Asís resumía su punto
de equilibrio, su nido y sentimiento fundamental que
lo nutría espiritualmente. Luego de esos tiempos en
que se había limitado a repetir y decantar interiormen
te esas pocas palabras, el santo no decía que no había
realizado su meditación.
Con nuestro exagerado apego a los formalismos
terminamos ahuyentando el Espíritu de Dios. Al
principio las formas son necesarias como puntos de
apoyo; pero con el tiempo se hacen cuestionables y es
Como niño
tratar necesario replantearlas. Que cada uno elabore su pro
con Dios pia pauta en este campo; pero manteniendo el princi
pio: "Cuanto más auténtico, mejor". Tengo que tratar
con Dios tal como lo hace un niño con su padre, "a su
manera", aun cuando esa manera no figure en los li
bros; quizás los libros estén escritos para otros...
Multiplicar
Recapitulación
152
de ofrecer a Dios sacrificios concretos. Más adelante
nos explayaremos en este tópico; por ahora les brindo
un esbozo rápido para redondear las meditaciones de
este día.
153
Características
154
Dios compensa con muchos golpes de la vida los
sacrificios que no le hemos presentado voluntariamen Sacrificios
te. ¡Cuántos sacrificios nos impone! Si sabemos llevar impuestos
los con amor, todo está bien; pero si nos dejamos
invadir por la amargura caeremos en lo contrario de lo
que Dios espera de nosotros. Si no os hacéis como los
niños no entraréis en el Reino de los Cielos.
Tenemos que ser una señal original de Dios. Sabe
mos que lo podemos y queremos hacer; sólo hay que
esforzarse con ahínco en poner en práctica’las ideas que
hemos ido elaborando e internalizando.
155
Octava Conferencia
EL RECOGIMIENTO
CONTINUO EN DIOS
Recapitulación
157
ninguna manera. Ya que no puedo detenerme mucho
en este tema, les doy al menos un ejemplo.
158
pusiese no contar más chistes, porque él es la alegría de
la casa y debe estar agradecido de serlo.
Los sacrificios son un medio para reencauzar y
perfeccionar nuestra naturaleza. Según nuestra con
cepción de las cosas, el hombre más sobrenatural de Perfeccionar
bería ser precisamente el más natural. Tenemos que nuestra
naturaleza
aprovechar la gracia para elevarnos, para hacernos más
nobles; y para ello hay que esforzarse en la práctica de
la mortificación. Les repito que no debe ser una morti
ficación unilateral; no, hay que empeñarse en la
ejercitación de una mortificación y una abnegación
positivas.
Mortificación negativa y positiva
159
toda la belleza y gloria divinas; y así mi corazón, en
lugar de apegarse a una creatura, se apegará a Dios.
Al repasar la vida de Jesús o de hombres y santos
que se caracterizaron por su energía y su actitud posi
tiva ante el mundo, hallaremos, para ser sinceros, que
ellos utilizaron ambos métodos. Por eso no hay que
valerse unilateralmente de uno de ellos, pero sí prefe-
rir el positivo. ¿Por qué? Porque el hombre de hoy ya
tiene de por sí una visión fuertemente negativa de las
cosas. Por eso, en esta época que nos toca vivir tenemos
que acentuar un poco unilateralmente el método posi
c tivo, que nos llevará a la meta y fue enseñado por él
mismo Jesús. En efecto, recuerden el acento positivo
con el que Jesús se refiere al impulso humano hacia la
bienaventuranza y la felicidad. ¿Por qué ser puro? Por
que por la pureza alcanzamos la felicidad2. La lumino
sidad superior de ese ideal de pureza produce el
eclipsamiento de la tentación. Este es pues el método
de eclipsamiento. Jesús no decía que todo lo terrenal
fuese hierba...
Aplicaciones del método positivo: casos
2. Cf. Mt5,8
160
prenden. Tomemos un ejemplo neutral: la tentación de
la ira. Supongamos que por naturaleza tiendo a la ira.
Los estados de ira acarrean transformaciones a nivel
corporal: palidez, taquicardia, etc; pasemos ahora al
caso clásico de las tentaciones contra la santa pureza.
Me veo asaltado por mociones y sensaciones impuras Tentaciones
que producen en mí transformaciones a nivel corporal. sexuales
Les pido que mediten sobre lo que les ocurre cuando
combaten esas tentaciones acentuando unilateralmente
lo negativo. Llamemos a las cosas por su nombre...¿no
suele suceder que cuanto más negamos el objeto de la
tentación y tratamos de obnubilarlo, tanto más nos ocu
Eclipsar la
pamos de él y tanto más se apegan nuestros afectos -si
tentación
bien no pecaminosamente- a las cosas? Así nuestra
afectividad se irá inclinando a aprovechar la próxima
ocasión propicia para pasar de la predisposición al acto
concreto. Pero si nuestra actitud es la de no ocuparse
obsesivamente de esa efervescencia de los instintos y
eclipsar el objeto de la tentación pensando en Dios,
etc....¿no percibiremos acaso que nuestros instintos se
serenan y aplacan con mayor prontitud? Pero, ¡aten
ción!, no estamos diciendo que esa pacificación sea
instantánea.
Tengamos en cuenta asimimismo que tales tenta
ciones son a menudo algo natural. No olvidemos aquel
viejo principio ascético: "Cuanto mayor la calma con la
cual encaremos estas mociones, tanto mayor la rapidez
con que las superaremos". Hay que tener la valentía de
educar a nuestras vocaciones en esa tranquilidad. Creo
que un carisma de su comunidad debería ser el de cul
tivar una vida y una ascética que contemplen una
sexualidad sana y genuina. En el clero de nuestros días
se observa muchas patologías en el área de la sexuali
dad.
Si el tiempo lo permite, volveré más tarde a ha
blarles en detalle de las características de la pureza de
niño. La pureza de niño es marcadamente instintiva.
161
¿Comprenden lo que significa "pureza instintiva" des
La pureza de el punto de vista psicológico? No es una pureza que
de niño es se conquista y mantiene en base a puros actos de
instintiva voluntad rayanos en la obsesión, sino que surge instin
tiva y espontáneamente. Recordemos estas palabras:
"pureza instintiva"; más adelante volveremos a ocupar
nos de ella3.
En resumen, cuanto más genuina, tanto más sana
será nuestra sexualidad. En este campo de la pureza,
las personas con predisposición a desarrollar patolo
gías, o bien escrúpulos enfermizos, no resistirán el es
tilo de vida de nuestra comunidad. La atmósfera debe
ser muy sana, de manera tal que desaloje todo desarro
llo morboso en el área de la sexualidad y se elimine
toda anomalía que pueda haber entre aquellos de nos
otros o de nuestras vocaciones que sufran procesos
neuróticos fuertes.
162
Tercer caso: Juventud
Seriedad de la mortificación
163
algo grande, integremos en nuestra vida la práctica
sencilla y muy seria de la mortificación, ella debe con
vertirse en el ABC de nuestra vida. Naturalmente no
estará nunca separada del amor. Si separan mortifica
ción de amor, la práctica de la mortificación puede ha
cerse mecánica y forzada.
Mortificación pasiva
Mortificación activa
164
izquierda y quiero que vuelva a estar derecha, habré de
doblarla con mucha energía hacia la derecha. Suponga
mos que yo posea una marcada inclinación a la
sensualidad, o a la prepotencia, o bien esté interior
mente tensionado por afectos de simpatía y antipatía.
En este último caso, no hay que contentarse con propó
sitos tales como: "La próxima vez seré muy amable con
este hermano"; o bien: "Cuando rece 'Santa María,
Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores', recor
daré a fulano y mengano". Tampoco basta con decir:
"Yo no le deseo ningún mal, pero mejor que no se me pjercitar ej
cruce"; "Le brindo mi sonrisa, pero no lo dejo pasar de agere contra
allí". El agere contra debería consistir más bien en ser r
más amable que lo usual. Nuestra naturaleza está muy ' <o
afectada interiormente; por eso, si no ejercitamos el •A"
agere contra no alcanzaremos un sano punto medio.
Por otra parte, seamos prudentes y no incurramos
en actitudes artificiosas que hacen pensar al otro: "Se
guro que este tiene algo en contra de mí, de otra mane- Mortificación
ra no sería tan zalamero". Tampoco hay que proponer- sin amor,
se una jpráctica continua del agere contra, sino en la destruye
medida en que esas prácticas estén comportadas por el
amor; precisamente porque la mortificación sin amor
nos destruye. Y a la inversa: un amor que no se nutra
de mortificación es puerilidad. ¿De qué sirve tener
afectos que no operen una transformación interior?
Incorporen este pensamiento a la serie de reflexio
nes de la última conferencia. Recuerden lo que decía
mos sobre el estar en actitud de respeto ante Dios, vale Aplicación
decir, el cultivo de un continuo trato de amor con Dios. a oíos
Esto significa contemplar con bastante frecuencia á~~7
Dios a la luz de la fe; hablarle a menudo con amor y I '
realizar con seriedad los sacrificios correspondientes. ! ',
Creo que de esta manera les he presentado en pocas !
palabras toda una ascética "de bolsillo". . ¿
Concluyamos ya esta meditación. Si no os hacéis
como los niños...Si no llegamos a ser una manifestación
165
original de Dios, una señal original Dios, no entrare
mos en el Reino de los Cielos, o al menos no lo haremos
de la manera adecuada.
Sencillez
166
gen original, Dios, y su reflejo, el niño, para pasar final
mente a su trasunto, el hombre adulto. Quizás los
amantes de la metafísica se alegren de investigar las
raíces más hondas de la infancia espiritual.
167
distingue por la veracidad, por la falta de
malicia...pero, de nuevo, cum grano salis. El niño des
conoce toda diplomacia. Podemos aplicarle aquella lo
¡Bendita cución tan conocida: ¡O sancta simplicitas! (¡Oh bendita
simplicidad! simplicidad!). Es curioso cómo se comportan los niños.
Imagínense a una mamá y su hijo que están esperando
la visita de la tía. El niño le cuenta a esta última todo lo
que su madre le dijo sobre ella. Cuando la madre reci
be a la visita diciéndole: "¡Ay, me siento tan contenta de
que hayas venido!", el niño la interrumpe y le dice:
"¡No, eso no es cierto!". El niño es en verdad relativa
mente sencillo y simple.
En su manera de actuar, el niño es siempre senci
llo, veraz; naturalmente, cum grano salis.
Para clarificar un poco más esa simplicidad relati
va del niño podemos recurrir a otros conceptos. Armo
nizando y combinando distintos términos lograremos
una mejor comprensión del tema que nos ocupa.
Es común que la simplicidad del niño sea defini
da también como ingenuidad. Esta palabra -al igual
Nadie
que "simplicidad"- suele tener un dejo desagradable
quiere ser para el gusto del adulto. Nadie quiere ser hoy simple o
simple o ingenuo; es lo peor que se puede decir de alguien. Sin
ingenuo embargo, para nosotros la mayor alabanza que se nos
pueda hacer será decir que en nosotros hay algo de la
ingenuidad de un niño.
Vuelvan a meditar sobre la etimología de las pala
bras y el proceso de vida que traducen. "Ingenuo"4 vie
Ingenuo
ne de "nativum", vale decir, lo que es original, lo uni
significa do a la naturaleza. En este punto, al hablar de natura
'original" leza nos referimos a la naturaleza no afectada por_el
pecado original, a la naturaleza noble. Un hombre in
genuo es aquel que ha desarrollado en sí, de manera
genuina, una nobleza genuina y natural. La gente del
campo suele ser muy genuina, no se deja sugestionar
4. En alemán, "naiv”.
168
fácilmente; quizás en una comunidad religiosa resulten
un poco molestos, pero por último son una bendición
para ella. Se dice que la gente de campo es testaruda; y
es precisamente esta cualidad la que los protege de caer
fácilmente en espejismos. Ellos tienen un sentido "ca
sero" y popular para comprender la vida y no se dejan
dar gato por liebre.
Creo que en general hay que alegrarse de que una
comunidad cuente con muchos hombres de estas carac
terísticas. Con ellos sí que se puede poner manos a la
obra. Los otros dan un pasito adelante, se detienen y es
necesario volver a empujarlos; es como si necesitasen
permanentemente de una niñera. La comunidad que
necesita de niñeras es una pobre comunidad. Recuer
den por eso que un Instituto como el de ustedes, que
contempla un amplio margen de libertad; tiene que Cultivo de
poner el acento en el cultivo de personalidades genui- lo genuino
nas, de naturalezas originales. Si tuviésemos más
personalidades genuinas habría más hombres "inge
nuos" en el buen sentido de la palabra y nuestra comu
nidad sería fuente de bendiciones para el mundo de
hoy. En general la educación de nuestra época es poco
amiga de fomentar la originalidad de las personas. De
ahí que haya tantos clisés y tan poca originalidad. Y sin
embargo la vida cotidiana sigue exigiendo hombres
genuinos.
• ^Nosotros somos trasunto del niño
169
Si fuésemos austeros, pero al mismo tiempo since-;
ros, abiertos y rectos, se fomentaría el espíritu comuni- j
tario y la atmósfera de alegría y familiaridad en nues
tro Instituto. En un clima así habrá margen para que
uno, dado el caso, pueda reprender con dureza a
otro...porque, en fin, ya nos conocemos. Lo peorque
puede darse en una comunidad es esa sensación gene
Decir ralizada de que no se dicen las cosas como son, de que
las cosas no se confía en la gente. Descargarse no es malo, suele
como son suceder en las mejores familias; al contrario, a menudo
es muy bueno. Los zuavos dicen -estoy muchas veces
con ellos- que no es malo ni trágico "apretar las clavi
jas" cuando es necesario, y decirle cuatro verdades al
hermano. Creo que me darán la razón. Los problemas
no se solucionan cuando andamos con falsas cortesías,
diplomacias, retorcimientos y jugarretas. Es mejor que
a veces arda Troya -y sanseacabó- que sufrir
interminablemente una atmósfera enrarecida que na
die puede tolerar, especialmente cuando es viento nor
te el que sopla.,
Reflejar la sencillez del Padre
170
serlo como lo es el Padre del Cielo. Un ideal infinita
mente alto...
Ya hablamos de la sencillez y simplicidad del Pa
dre, de cómo El es "sin doblez"; de ahí que ahora ten Simplicidad
gamos todo el derecho de aplicar ese "sin doblez" al sin doblez
concepto "simplicidad".
Nosotros, seres humanos que estamos tan por de
bajo de la majestad divina, ¿de qué manera podemos
Un solo
llegar a ser semejantes al Padre? Para obtener una res espíritu
puesta hay que recordar la eficacia que tiene todo amor con El
auténtico y sano. ¡Ah! ¡Cuánta fecundidad posee el
amor auténtico y sano! El que ama al Señor, se hace un
solo espíritu con El5.
¿Qué es el amor desde el punto de vista filosófico?
Una fuerza unitiva y asemejadora6. Por lo tanto, si amo
al Padre del Cielo, no sólo estaré íntima y espiritual
mente unido a El de una manera misteriosa, sino que
me iré haciendo cada vez más semejante a El, la imagen
original de la sencillez, la inocencia y la simplicidad.
Repasen todo el tesoro de nuestra lengua y verán cuán
tos hermosos términos y giros tenemos para expresar la
idea de "simplicidad" y "sencillez"7. Nuestra tarea es
171
esforzarnos en una lucha seria por lograr esa sencillez
y simplicidad.
¿Qué entraña el concepto "simplicidad" desde el
punto de vista filosófico? Les trazaré un breve esbozo
¿Qué es la del contenido del término. Al hojear los libros de ascé
simplicidad? tica observamos que hay mucho material pero poca
claridad sobre el tema. ¿Qué es la simplicidad? La sim
plicidad comprende dos cosas; una concentración de
todas las fuerzas en Dios y un desasimiento de todo lo
que no sea Dios o esté contra Dios.
Una definición muy sencilla. Medítenla en toda su
envergadura y verán que la simplicidad es un grado
alto de la santidad. Si le adjuntan las palabras "por
amor" tendrán la santidad por excelencia. Desde el
punto de vista formal la simplicidad no comprende en
sí el amor; pero en la práctica no puede darse sin él.
Busquemos otros términos para expresar esta rea
lidad de la simplicidad. Les digo entonces que ella
comprende también una doble armonía espiritual: en
Como primer lugar una armonía de las fuerzas espirituales
lago en la entre sí; y en segundo lugar una armonía entre éstas y
montaña Dios. Por todo lo dicho pueden apreciar la belleza de
un alma sencilla; ella es límpida, tranquila y pura como
un lago de montaña.
172
visiones, ni reservas, sin escatimarle nada. Y eso es sen
cillez. También se habla en este punto de "holocausto",
palabra en la que a su vez vuelve a reaparecer fuerte
mente el elemento del amor.
Quizás hayan leído sobre esa especie de ideal per
sonal que tenía Hettinger8. Lo grabó sobre su sello per
sonal y aparecía en sus cartas. El ideal personal o bien
su programa de vida era: Omnia uni, todo para el Uno.
¿Prefieren traducirlo de una forma más popular? Nues
tros ojos puestos únicamente en el único Dios, nuestro
corazón sólo para el único Padre. Todos estos pensa
mientos son otras tantas manifestaciones de la sencillez
y la simplicidad en el plano de una auténtica y profun
da religiosidad.
Motivaciones
173
nuestras fuerzas espirituales en Dios no experimen
Para ser taremos fervor en nuestra oración vocal, no seremos
fieles en lo
pequeño fieles en lo pequeño (no habrá santificación de la vida
diaria), no viviremos a la luz de la fe ni conformaremos
nuestra vida según los dones del Espíritu Santo.
Fervor
174
alrededor. Otro sacerdote lo ve y le pregunta por qué
elige ese lugar para sus oraciones. Nuestro hombre le
contesta: "No importa que haya más o menos
distracciones, yo ya soy distraído por naturaleza; hom
bre soy, nada humano me es ajeno...". Veamos ahora
un ejemplo positivo tomado de la vida de San Francis
co de Sales. Se cuenta que cuando el santo se acercaba
al altar se olvidaba de todo pensamiento terrenal.
Tenemos pues dos tipos opuestos de personas. La
que se resigna completamente frente a las dificultades
de la vida diaria, en especial frente a las distracciones;
y la que las tiene a raya. ¿Cómo hacía San Francisco de Siempre
Sales para mantener el recogimiento en la oración? recogido
Aunque su biografía no lo consignase, podríamos en Dios
intuirlo. San Francisco vivía a lo largo de toda su jorna
da plenamente recogido en Dios. El mismo nos dice
que "aunque vengan mil personas por día a verme, yo
estoy interiormente a solas con Dios".
Recordemos entonces que sin ese recogimiento re
lativamente continuo no podremos cultivar la oración.
Pero no forcemos nuestra voluntad obligándola a hacer
juegos malabares.
Si no nos esforzamos por estar en un recogimien
to relativamente continuo, nuestras oraciones vocales
se verán sometidas a distracciones. A su vez, estar con
tinuamente distraído significa ser continuamente esté
ril. Y esto es explicable ya desde un punto de vista La oración
estéril
puramente psicológico. La oración que no ancla todas
las fuerzas del alma en Dios es estéril. Desde el punto
de vista psicológico, la fecundidad de la oración de La oración
pende de que la razón, el corazón y la voluntad se unan distraída
a Dios. Pasando ahora al enfoque teológico, Dios no
puede aprobar una oración "distraída" porque no es
una oración correcta.
No olvidemos que sin un recogimiento relativa
mente continuo en Dios, sin ese elemento vital de la
175
sencillez, a la larga se imposibilita la oración recogida.
Que este pensamiento nos ayude a cultivar más un re
cogimiento continuo a lo largo del día y una mayor
simplicidad ante Dios. La simplicidad no consiste sólo
en ser genuino. La cumbre de la simplicidad en nues
tra relación con Dios reside en ese recogimiento de to
das las fuerzas, en esa permanente concentración de
todas las energías en Dios. Nuestros ojos puestos única
mente en el único Dios, nuestro corazón sólo para el
único Padre.
Fidelidad en lo pequeño
176
Angeles Custodios. He aquí precisamente la recolec
ción de todas las fuerzas en Dios.
¿Es posible ser fieles en lo pequeño si descuida
mos concentrar en Dios todas nuestras energías? Si vi
vimos nuestra jornada en permanente dispersión y Permanente
agotamiento, no percibiremos las imperfecciones de dispersión
nuestras acciones, no escucharemos a Dios cuando nos
hable ni mucho menos advertiremos la precariedad de
nuestra motivación. Pero si escuchamos a Dios, ¡con
qué claridad notaremos la pobreza de nuestra motiva
ción!, ¡con qué nitidez el abismo entre ideal y realidad!
Vivir de la fe
177
es indispensable procurar que el espíritu de Dios vuel
Abrirnos va a penetrar en el alma con mayor fuerza. La ascética
al espíritu
de Dios común nos dice que para alcanzar esta meta hay que
cultivar las prácticas de devoción, la meditación, etc.
Hay que realizar la meditación diaria y ejercitar
cuidadosamente el recogimiento para que el espíritu de
fe colme nuestra alma. Existen ascetas10 que recomien
dan multiplicar tales prácticas para hacerle un
contrapeso mayor al espíritu mundano. Pero si analiza
mos detenidamente esta última propuesta, hallamos
que la acumulación de prácticas de devoción no es
suficiente. Aunque hayamos aumentado el número de
prácticas, si no nos esforzamos por una permanente
concentración de las fuerzas en Dios, el espíritu
mundano ingresará en el alma por todas sus puertas y
poros.
De todo lo expuesto resulta evidente que sin un re
Rezar todo cogimiento relativamente continuo de nuestras ener
lo posible gías en Dios no es posible una profunda vida de la fe.
Por eso, ¡a rezar todo lo posible! ¿Qué es rezar? Ofrecer
en silencio mi corazón a Dios, como un regalo.
178
Santidad heroica
179
tiempos la nota religiosa estaba también presente en las
salutaciones usuales en nuestra patria. Por ejemplo,
Vaya Ud. cuando antaño se decía: "¡Vaya Ud.con Dios!" o bien
con Dios "¡Quede Ud. con Dios!" se estaba expresando una cier
ta concepción de vida. Hoy es otra la visión que se tie
ne de la vida y de las cosas y ello trae aparejado un
nuevo estilo de saludar12.
Retomando la idea central, digamos que los tiem
pos de esplendor de la vida cristiana son aquellos en
los que el Espíritu Santo ocupa el lugar central.
Nosotros nos esforzamos en servir a la
Sma.Virgen y cultivar el amor filial hacia Ella para que
Ella nos implore el Espíritu Santo. Somos una comuni
dad joven y necesitamos el Espíritu Santo; tanto más en
los momentos en los que enfrentamos dificultades. Si
no reciben el Espíritu Santo, jamás se remontarán más
allá de un nivel mediocre. Cuando Dios nos envía
muchas dificultades, no lo hace para que perezcamos
en ellas, sino para estimularnos a que nos volvamos al
Espíritu Santo, para que con su auxilio superemos esos
problemas, maduremos en la lucha y crezcamos en su
amor. Así nos lo enseña nuestra fe.
Asunción de limitaciones
180
de estas limitaciones!". Seamos sinceros y admitamos
que existen limitaciones que no podremos superar aun
que pongamos todo el empeño de nuestra parte.
Naturalmente, si nos esforzásemos con mayor seriedad Existen
podríamos vencer tal o cual limitación; siempre dentro limitaciones
del margen de lo que se puede obtener con la ayuda de
la gracia ordinaria. Pero acabar por completo con una
limitación es sólo posible cuando el Espíritu Santo des
ciende hondamente sobre nosotros. Aspiremos por eso
al cultivo de una relación más íntima con el Espíritu
Santo.
¿Qué tiene que ver todo esto con el recogimiento
del cual veníamos hablando? Advertirán enseguida las
conexiones internas de ambos temas. Los teólogos nos
dicen que para disponerse a una acción más profunda
del Espíritu Santo y de sus dones debemos cuidarnos
del pecado voluntario y de las distracciones.
Procuremos un mayor recogimiento; si bien no
uno forzado o artificial. Si estuviésemos más recogidos
en Dios, el Espíritu Santo actuaría mucho más en noso
tros infundiéndonos sus dones; y así todas aquellas
dificultades que nos hacen sufrir, que nos cuestan san Procuremos
más reco
gre y nos desangran, dejarían de ser piedras de tropie gimiento
zo en nuestro camino, peñascos que nos aplastan, e
irían conformando una escalera por la cual ascender
lenta y seguramente hacia la cima más alta, hacia Dios.
Por supuesto, no podremos eliminar todas las dificul
tades. Si no logramos cambiar la situación a pesar de
haber hecho todo lo que estaba de nuestra parte, enton
ces, ¡a mal tiempo buena cara!, y busquemos el lado
bueno de las cosas. Dios quiere que nos hagamos fuer
tes en la adversidad y nos desprendamos de todo lo
que no sea El o esté contra El.
Que todos estos pensamientos nos ofrezcan abun
dante motivación para aspirar seriamente a una autén
tica filialidad.
181
Novena Conferencia
Recapitulación
Cf. ICo 13
l.
183
Desasimiento
Activo
Pasivo
2. Cf. Jn 15,2
184
Existen dos motivaciones, una negativa y otra po
sitiva, que nos pueden ayudar a cultivar esa actitud de
entrega a Dios.
Motivación negativa
Motivación positiva
185
que acarrea cada uno, en todo lo que nos cuesta mucho;
tanto las dificultades que sufran en la comunidad como
en las de índole muy personal e íntima. Pasado mañana
volveremos sobre este tema; me siento obligado a ha
cerlo para que aprendamos a ir educando lentamente
los entresijos de nuestra personalidad. Esta noche ha
remos sólo unos rápidos enfoques sobre el tema.
186
cel, yo soy la piedra. Dios escultor, golpea que soy tu
hijo. Tú lo sabes todo. Tú simplemente has visto, ocul
ta en mí, una figura a esculpir, una secreta obra de arte
que quieres sacar a luz. Y para eso hay que asestar
golpes de escoplo a derecha e izquierda sobre el bloque
de mi piedra. Golpea que soy tu hijo. Si me resisto, si
Totalmente
digo no, comenzaré a empuñar yo mismo las riendas despreo
de mi destino, y eso puede ser peligroso. Tomar en cupado
nuestras manos nuestro propio destino sin o contra la
divina voluntad es lo peor que pueda hacer. Les pro
pongo una consigna que expresa en simples palabras
todo un mundo de fe: mi preocupación más grande
debe ser vivir cada segundo infinitamente despreocu
pado. Esto no es una frivolidad. ¿Por qué? Porque re
afirma la fe de que es el Padre quien empuña el timón
de mi vida.
En el rugido de la tempestades
y el ulular de los céfiros
entre el fuego de los relámpagos
y el fragor de los truenos
yo pienso tranquilo
como el hijo del barquero:
"Mi padre es timonel de la nave:
¡yo nada temo!"
Imagínense la escena: en alta mar y en medio de la
tormenta, hay una nave vapuleada por las olas. El niño
está en cubierta y mira tranquilo las olas encrespadas,
admirado por su violencia. Así son los niños: mientras
sepan que el padre está en el timón y gobierna la nave,
todo estará bien. En esta actitud hay también una do
sis de ignorancia, pero no es éste el punto que nos in
teresa aquí.
Apliquemos este ejemplo a nosotros mismos, a
nuestras dificultades personales; aún cuando ellas nos
hayan amargado terriblemente e inducido a tomar por
otros caminos que no son los de Dios. Nunca he llega
187
do al meollo de las cosas; ¿por qué?, porque me faltó
una fe sencilla y filial en la Divina Providencia, me faltó
pronunciar: "Ita, Pater". Mi única preocupación debe
ser vivir cada segundo infinitamente despreocupado.
Estas palabras son una versión popular de nuestro
ideal de comunidad, especialmente válido en las situa
ciones más difíciles.
Todos los enigmas de la vida se aclaran si los en
lodo frento con esa fe sencilla de niño, si me dejo educar por
se aclara el Padre del cielo teniendo presente que El quiere tallar
en mí una obra de arte. Meditemos si esto es así real
mente en nuestra vida cotidiana.
188
estorba continuamente a la mano divina en su labor de
modelarnos y educarnos. Nuestra voluntad está tan
enferma y contaminada que para depurarla del vene
no hace falta la cirugía divina.
Les pido que con valentía y sencillez de espíritu
apliquen esta reflexión a las cruces y sufrimientos de su
comunidad. Si hemos hecho todo lo que estaba en Dios lo
nuestras manos para detener el sufrimiento y sin em permite
bargo éste sigue su curso, entonces es claro como el
agua que es Dios quien lo permite para el bien, para el
mayor bien de nuestra Familia. Aun cuando no poda
mos decir con seguridad que Dios quiere eso, al menos
sabemos que El siempre quiere lo bueno.
Volveré sobre este punto cuando hable sobre la
obediencia; porque creo que debemos tener un sano
concepto de obediencia. Es bueno cultivar una obe
diencia combinada con franqueza; pero también es Aceptar que
bueno que nuestra obediencia sepa plegarse a la volun El conduzca
tad de Dios cuando El señale claramente que quiere el barco
conducir la "barquilla" de la comunidad por otros ca
minos que los que nosotros actualmente queremos. En
tales momentos, ¡sigamos la senda marcada por Dios
con una fe sencilla en la Divina Providencia!
¿Qué quiere Dios? Quebrar mi voluntarismo en
fermizo para que cada fibra de mi voluntad le perte
nezca enteramente.
189
las faltas ajenas y se las combate, tanto más probable es
nuestra caída en actitudes de soberbia. Reflexionemos
sobre tales y cuales éxitos en nuestra labor; examine
mos, en resumen, todas las oportunidades que tenemos
de alimentar y cebar nuestro orgullo.
Fijémonos por otra parte en los padecimientos que
Dios envía o permite; ellos están unidos a una expe
riencia de humillación. Por ejemplo, las desilusiones
Humillaciones sufridas en relación con nuestro medio, con los supe
riores y los que trabajan a nuestro lado. ¿No suponen
los desengaños una vivencia de humillación? Por ejem
plo, ver cómo se destruye la obra de nuestras manos, lo
que habíamos levantado con tanto esfuerzo; o cómo
aquellos por los cuales yo me había sacrificado son
ahora los que me lapidan...¿Acaso este género de
El orgullo
humillaciones no suelen ser casi una parte de la vida
en el hombre
cotidiana? ¿Por qué? Porque en virtud del pecado ori
ginal el orgullo se ha convertido en una suerte de se
gunda naturaleza del ser humano. Por eso Dios tiene
que asestar sus golpes. En otro orden de cosas, si Dios
no nos enviase ningún sufrimiento, ni humillaciones,
casi habría que temer que nos pasó por alto, que ya no
nos trata como a las niñas de sus ojos. Naturalmente,
Para Dios obra así por amor y no para atormentarnos. Lo
quitarnos el hace para quitarnos el veneno, para que el alma em
veneno prenda el vuelo hacia El con mayor sencillez.
Quiero recordarles que Dios nos aparta gradual
mente de todo apego desordenado. Mediten sobre el
sentido y el fin de la creatura según el designio divino.
Tres son los sentidos o funciones que ella tiene: función
de estímulo, de traspaso y de desengaño.
En primer lugar, la creatura tiene una función de
estímulo. Por ejemplo, una persona despierta en mí,
por su manera de ser, el instinto de amar. Lo mismo
vale para las cosas. En segundo lugar, la función de
traspaso. Toda creatura debe conducirnos, por encima
190
y más allá de sí misma, hacia Dios. Comúnmente esta
función de traspaso no se opera adecuadamente y nos
esclavizamos a las cosas y a las personas; de ahí que las
creaturas tengan un tercer cometido, la función de
desengaño.
Función de desengaño
191
María Ligorio4 fue puesto en la calle. Los hombres no
deberían apegarse tanto a instituciones, a cosas huma
nas. Precisamente porque existe el peligro de esclavi
zarse a ellas, la mano paternal de Dios está siempre en
actividad, podando y podando. Y esta poda se opera a
través de un amplio espectro de desengaños.
Detengámonos un momento en este punto y sope
semos nuestras experiencias y observaciones de la
vida. Las personas de carácter débil no logran superar
El
hombre
los grandes desengaños y son presa de la amargura;
débil ¿acaso no suele ocurrir así?
Es más, les digo que los sacerdotes amargados son
gente peligrosa. A la luz de mi experiencia pastoral
podría agregar que nuestros conventos, institutos y
parroquias están llenos de hombres amargados:...una
verdadera catástrofe. Los desengaños son las pruebas
más difíciles que nosotros, pobres mortales, tenemos
que apurar hasta las heces. Los desengaños nos vienen
de todos lados: de nuestros superiores, de nuestros her
Desilusiona manos y subordinados. Y ya verán que no pasará mu
mos a otros cho tiempo hasta que nosotros mismos hayamos de
silusionado a otros. ¿No lo creen? Simplemente es parte
de la vida real. Sólo el hombre maduro, o si les parece,
el niño sencillo, podrá superar estos problemas.
Mediten el caso de la escuela primaria: todo era
una maravilla, allí yo casi adoraba a mis maes
tras... ¿Creen que la vida es siempre así? Creerlo es ex
ponerse a graves crisis. Cuanto mayor haya sido mi ad
hesión afectiva a los demás en los años de infancia y
juventud, tanto mayores serán las crisis cuando vengan
192
las desilusiones. Por eso, recuerden que la prueba de No
fuego es: no amargarse ante los desengaños. Natural amargarse
mente, sufrimos momentos de amargura; es algo que le
pasa a todo ser humano auténtico, pero no debo "amar
garme". Retomando la imagen que les propuse hoy a la
tarde, les aconsejo utilizar todas esos obstáculos que Escalera de
hallemos en nuestra vida como bloques de piedra que obstáculos
podamos ordenar a manera de escalera. Por esa
escalera ascenderemos tranquilos y seguros hacia el co
razón de Dios.
Sé que todo esto es fácil de decir pero difícil de
poner en práctica. Pues bien, díganme el nombre de
una persona que haya realizado grandes cosas en la
vida sin transitar por ese puente. Cítenme una comuni
dad religiosa cualquiera...y verán que en toda comuni
dad se cuecen habas. Lógicamente el tipo de dificulta
des es distinto de una a otra; pero la grandeza de la
comunidad se mide según su capacidad de formar
hombres capaces de asumir las dificultades y vencerlas.
Si no hubiese dificultades, no sé qué sería de nosotros.
No soy adivino y por supuesto las cosas podrían ser de
otro modo. Pero desde el momento en que son así, mi
tarea como hombre cabal, o si quieren, como niño, es
apretar bien fuerte los dientes. Sabemos cuál es nuestra
meta: ser personalidades firmes, no hacer concesiones Perso
ni ceder a las debilidades; ser sacerdotes santos que nalidades
sepan aprovechar esas duras dificultades para firmes
autosuperarse y crecer por encima de las limitaciones.
¿No les parece que este es el camino correcto?
¿Advierten que obrando así vendrá sobre nosotros el
Espíritu Santo, una fuerza viva que no nos abandona
rá? Cuando se presentan las dificultades, de nada sir
ve refugiarse en un rincón. Con esa actitud no le hare
mos un favor a la comunidad, ni a Dios ni a nosotros
mismos. En las pruebas se demuestra la verdadera
hombría. ¿Cuál es el enemigo? ¿Qué es lo que puedo
hacer todavía a pesar de la situación adversa que me
193
rodea? Tenemos nuestra comunidad, tenemos tierra
firme bajo nuestros pies sobre la cual apoyarnos con se
guridad. Lo que deba hacer, lo haré viril y filialmente;
ya Dios se encargará de bendecirnos.
Repasemos nuevamente las reflexiones que esta
mos realizando. Quizás nos hayamos dispersado un
poco, pero la articulación es clara: Si no os hacéis como
los niños...La cumbre de la simplicidad consiste en la
recolección de todas nuestras fuerzas en Dios, en el
desprendimiento de todo lo que no sea o esté contra
Dios. Si no nos hacemos como los niños...Dios no podrá
utilizarnos como sus instrumentos.
Entrando en la faz final de esta conferencia, les
propongo algunas oraciones para despertar nuestro en
tusiasmo por la sencillez. Hace poco realicé una pere
grinación a Sachseln. En esa oportunidad escuché una
conferencia donde se analizó la oración de San Nico
lás5, que compendia delicadamente lo que nosotros
llamamos "cumbre de la sencillez".
Oh, mi Dios y Señor,
dame todo lo que me lleve a Ti,
¿Tenemos el coraje de decirle a Dios: "Dame todo,
también la cruz y el dolor, si ellos me llevan a Ti?".
Oh, mi Dios y Señor,
quítame todo lo que me separe de Ti.
Quítame todo, también el amor de mis superiores,
el respeto de mis subordinados, si ello me separase de
Ti...¡Cuán grande es esta sencillez! Luego el santo con
tinúa diciendo:
194
San Ignacio de Layóla (1491-1556)
195
Oh, mi Dios y Señor,
despréndeme de mí mismo
y hazme enteramente tuyo.
He aquí la cima de la sencillez. Si nos animásemos
a orar de una manera similar, habría entonces que es
tar dispuestos a asumir lo que venga con mucha serie
dad. Seamos veraces en la oración, aun cuando nuestro
pobre corazón tiemble de miedo.
¿Quieren meditar sobre otras oraciones de este
tipo? Quizás recuerden aquella tan conocida de San
Ignacio6, que es otro nuevo compendio de la sencillez:
"Señor, Tú puedes tomar todo de mí; Tú me lo diste,
tuyo debe ser. Sólo dame tu gracia y tu amor; eso me
basta para ser rico en abundancia".
Repasen asimismo aquella otra jaculatoria: "Señor,
Si me busco, si te busco, bendíceme; si me busco a mí mismo, re
repréndeme préndeme."
196
Décima Conferencia
LA INFANCIA ESPIRITUAL
ES ENTREGA DE SI MISMO
Recapitulación
197
como la comunidad en su conjunto; y serlo también en
nuestra relación con otras comunidades religiosas. Esto
significa en particular transformarse en una señal de
Una señal Dios lo más perfecta posible, vale decir, estar perma-
de Dios nentemente en contemplación respetuosa de Aquel que
es infinito. El que soy saluda con tristeza al que debería
ser...¿Qué debemos ser? Un espejo lo más perfecto
posible de la simplicidad del Padre del cielo.
Lo que hablábamos ayer sobre la simplicidad no
admitía rodeos ni cortapisas y arribamos rápida y di
rectamente a delimitar cuál era la cumbre de la senci
llez. Desde el punto de vista del método hay que tener
en cuenta lo siguiente: si queremos que nuestra
comunidad se abra camino en el mundo de hoy, no hay
que rebajar sus ideales. Pensar que una comunidad
será atractiva en la medida en que sea superficial es un
craso error. No, no; la comunidad despertará al héroe
que está latente en cada hombre si ella misma es heroi
ca. Estudien la historia de las órdenes religiosas.
Cuanto más grande el ideal de una comunidad -habla
mos por supuesto de ideales en armonía con la Sagra
da Escritura y la voluntad de Dios-, tanto mayor la
atracción que ejercerá sobre las posibles vocaciones.
Por eso ayer nos esforzamos en descartar todos los
aspectos secundarios y nos concentramos en la medita
ción de las cumbres de la sencillez.
Las Constituciones de su comunidad están seña
lando el espíritu original que los anima. Cuando fina
licen los ejercicios y echen una mirada retrospectiva
sobre los mismos, verán que en ellos hemos desarrolla
do el ideario de sus Constituciones.
Es verdad que ustedes centran la meditación de la
sencillez en la figura de Jesús y está bien que así sea.
Nosotros ayer nos remontamos hacia las fuentes, y con
templamos la sencillez de Dios: Deus est actus
198
.
*
purissimus, ens simplicissimum Estas dos maneras
de reflexionar sobre la sencillez, ya sea en Jesús o bien
en Dios Padre, no son contrapuestas sino armónicas.
I El que soy saluda con tristeza al que debería
ser.^.Que esta actitud nos acompañe al retomar ahora
nuestra labor de investigar y descubrir el restante con
tenido de la infancia espiritual.
199
\ trega de sí mismo. El cobijamiento es un elemento se-
Cobijamiento, cundariO/ o si prefieren, una consecuencia de esa entre-
^la^ntr ¿a §a’ Volveré a hablar sobre este punto más adelante,
cuando hablemos de la infancia espiritual en el plano
metafísico y delimitemos su esencia.
¿Se dan cuenta de que la infancia espiritual exige
Mucha la hombría más "viril"? Sin esa hombría decididamen-
hombría te viril no alcanzarán jamás la cumbre de la entrega, el
t pináculo de la infancia espiritual.
En cuanto al método a emplear para transmitir los
valores de la infancia espiritual, les aconsejo que ante
todo estudien la receptividad, el sentimiento de vida y
las necesidades de la gente. Para nosotros la infancia
espiritual es siempre algo grande, que es necesario se
llar con esa admirable entrega de nosotros mismos,
según el ejemplo que nos diese Jesús a lo largo de toda
su vida.
Examinemos brevemente el fuerte anhelo de fami
lia que se documenta hoy en las órdenes religiosas y en
r ivt el hombre en general. Advertimos así que en ese cla-
/ • 'o mor se mezcla una considerable dosis de ansia de gra-
Ansia de tificaciones. No estoy diciendo que la búsqueda de
gratificaciones gratificaciones sea algo totalmente ilícito o que ella no
sea deseable en la etapa inicial de un desarrollo; ni tam
poco que como superiores de una pequeña comunidad
debamos eliminar las gratificaciones justificadas. Pero
[no hay que considerar a la mesa de la familia como
"mesa de placeres sino como una de sacrificios.
Meditemos estas ideas, difundámoslas en nuestro me
dio, y seamos sensibles al eco que despierten. 2
La tragedia de nuestro tiempo y la tragedia de la
familia natural es precisamente el afán de gozar. Si
El afán
para nosotros la familia es ante todo una mesa de pla
de gozar
ceres, ya podemos ir liando el petate; no tendremos el
instrumento para llegar a ser algo grande. Yo conozco
un poco el tema y sé que hay comunidades donde la
200
gente joven clama y clama por familia. ¿Saben cómo se
considera a la mesa familiar en esas comunidades?
Como una mesa de bar donde se fuma y bebe cerveza.
No me malinterpreten; no estoy diciendo que la cerve
za o el cigarrillo no sirvan para matizar la vida, para
hacerla más agradable, pero ¡a no poner las cosas patas
arriba, a no tergiversarlas!
Estas ideas son muy importantes y hay que tomar
las a pecho. Aprendamos como hijos de la Familia a Mesa de
considerar la mesa familiar ante todo como mesa de sacrificios
sacrificios.
Repasen las Constituciones1 y verán que ellas
aconsejan educar a sus vocaciones, desde el principio,
en el espíritu de sacrificio. Quizás mi tratamiento del
tema sea más sistemático y explícito que el que hacen
las Constituciones; además mi punto de vista es el de la
infancia espiritual. Sea como fuere, podemos cambiar
una u otra palabra de estas reflexiones, pero no altere
mos jamás las formas de vida, los contenidos profun
dos, serios y austeros de los cuales ellas se ocupan.
(.Las Constituciones nos recuerdan insistentemen
te que nuestras vocaciones no se están educando en un Para una
colegio de enseñanza secundaria cualquiera sino con vida de
miras a una futura vida de sacrificios. No pierdan de sacrificios
vista esta aclaración. No hace falta andar remarcando
siempre el lado áspero del sacrificio; hay que saber
adaptarlo al sentimiento de vida y a la edad del edu
cando. Pero no disfracemos ni banalicemos la realidad
del sacrificio; de otro modo nos estaremos engañando.
Continuemos con nuestra reflexión sobre el sacri
ficio y sus dimensiones; observaremos que la infancia
espiritual requiere una buena cuota de austeridad.
Naturalmente, ella nos ofrece determinadas gratifica
ciones, como por ejemplo la del amor; en efecto, en el
201
niño lo primero es el amor] Si es el amor lo que suscita
T , y nutre en mí la fuerza necesaria para hacer de la mesa
necesaria familiar una mesa de sacrificios, se neutralizaran las as
perezas que todo sacrificio comporta. El amor nos
orientará en cada caso para proceder del modo adecua
do, para dar en la tecla justa.
202
Deténganse en el tema y examinen cómo ha sido la
entrega sin reservas de Cristo a la voluntad del Padre.
Consecuencia de esa entrega es también la entre
ga a los suyos, a los hombres. No me ocuparé ahora de
este último punto. Si quieren leer más sobre él consul
ten la Santificación de la Vida diaria 2; allí se expone
este tópico con una visión actual que a su vez respeta
y aprovecha el legado de la ascética tradicional.
Retornemos a la cuestión de la entrega de Jesús a
la voluntad del Padre.
La tesis que nos servirá de punto de partida para
nuestra reflexión es la siguiente: el Señor aspiró a algo
grande en su vida porque quería y debía ser ejemplo
para todas las generaciones futuras, para todos los
pueblos, para todos los hombres, incluso los hombres
geniales. De ahí que buscase como ideal lo más grande
que hubiese en el cielo y en la tierra.
¿En qué consistía esta grandeza? En estar, en todas
sus acciones, permanentemente cobijado en Dios. En
Jesús no había grandezas humanas, cada acto de su En Jesús
no había
vida fue grande porque estuvo cimentado en el grandezas
cobijamiento en Dios, porque en toda circunstancia dijo humanas
"sí" a lo que el Padre quería de él. La grandeza más
grande de su vida fue haber dicho: ¡Ita Pater! También
nosotros, y especialmente los jóvenes que tenemos que Anhelos de
educar, manifestamos a menudo irrefrenables anhelos grandeza
de grandeza. ¿Hacia dónde orientar un impulso tal? Al
cumplimiento del deseo y de la voluntad del Padre del
Cielo.
San Pablo nos dice que aquellas palabras del
salmista: "Sacrificio y oblación no quisiste; pero me has
formado un cuerpo...He aquí que vengo a hacer tu vo-
203
¡untad"3 pueden escribirse a manera de friso sobre la
vida de Jesús, como su "oración de la mañana". Aquí
tenemos el ideal de vida de Jesús, casi podríamos decir
su Ideal Personal. Más tarde él lo formularía con las
palabras: ¡Sí, Padre! ¡Ita Pater!
Cuál fue la gran idea directriz de Jesús a lo largo
de toda su vida? "Yo hago lo que el Padre me mandó;
Lo que el llevo a cabo las obras que el Padre quiere ver realiza
Padre das 4...Emprendo el camino de mi pasión y muerte para
me mandó que el mundo vea que yo cumplo la voluntad del Pa
dre 5". Esta debería ser la ascesis más propia de su
comunidad...
Observen cómo el Señor expresa en su oración,
con trabajos y sufrimientos, esa entrega filial al deseo y
La entrega la voluntad del Padre. La entrega filial es la gran clave
filial, clave de la vida cristiana. Sabemos que toda vida cristiana se
de la vida trifurca en oración, trabajo y sufrimiento. Nuestro "ora
cristiana et labora" (ora y trabaja)6 ha pasado por alto el sufri
miento. A menudo olvidamos que padecer es una de
las "tareas" esenciales del cristiano.
5. Cf. Jn 14,31
6. Lema de la Orden Benedictina, fundada en 529 por San
Benito de Nursia.
204
sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?" (Le
1, 49). Reflexionemos siempre sobre esta respuesta de
Jesús a sus padres. Si alguna vez escriben algún librito
de meditaciones, que esas palabras sean la idea dire
ctriz.
Más tarde Nuestro Señor pronunció otras palabras
que compendian toda la trayectoria de su vida: Mi ale
gría fue hacer aquello que complacía al Padre. Que esta Aquello que
sea también nuestra actitud. No hacemos sólo lo que el complace a
Padre manda so pena de pecado mortal; si obrásemos mi Padre
sólo en virtud de ese temor, daríamos prueba de un
espíritu de esclavos. A las palabras: "El que me ha
enviado está conmigo: no me ha dejado solo", Jesús
agrega la siguiente fundamentación: "Porque yo hago
siempre lo que le agrada a él" (Jn 8,29). Piensen en las
arduas tareas que tienen que asumir; cuando las en
frentemos, recordemos la actitud del Señor y di
gámonos: "No les tengo miedo, no me angustian, ya No me deja
que quien me ha enviado no me deja solo". O bien solo
cuando abordemos problemas económicos o rela
cionados con las vocaciones..."El que me ha enviado no
me deja solo".
Tengan en cuenta que si Dios Padre está con noso
tros no hay por qué temer. El "partido" más fuerte será
aquel que tenga a Dios por aliado.
¿Cómo conseguir la bendición divina? Jesús decía:
"Porque yo hago siempre lo que le agrada a él". Dios ¿Cómo
nos brindará su bendición en la medida en que siempre conseguir la
nos esforcemos en decir "sí" no sólo a sus mandamien bendición
tos (lo damos por sentado) sino a sus deseos. Por eso divina?
Jesús, profundizando en este punto, continúa diciendo:
"Mi alimento es hacer la voluntad del que me ha
enviado" (Jn 4,34). ¿Qué quiere decirnos el Señor? Que
hacer la voluntad de su Padre era su ocupación
favorita. Basta con dedicarse a aquello que agrade al
Padre. Observen la contundencia de la afirmación. ¿Se
dan cuenta de la plenitud de esta entrega de sí mismo?
205
Aquí no se habla de gozar de la vida sino de entregar
se; el hijo se entrega sin reservas a los deseos de su Pa
dre.
Todo lo remite Jesús al Padre, todo es manifesta
ción de su entrega filial a él: sus acciones, grandes y
pequeñas, su vida entera.
Es hermoso y edificante contemplar cómo Jesús
fue educando a Pedro para que aquel bravo pescador
hiciese la primera profesión de fe en su divinidad. Des
de un punto de vista puramente humano, ¡cuánta
alegría debió haber embargado el corazón del Señor en
aquella hora!
Jesús remite todo al Padre: "Bienaventurado eres
Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto la
carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos"
(Mt 16,17). Jesús gira siempre en torno del Padre.
En un plano ya psicológico, meditemos sobre cuál
es la medida de las cosas que nos propone Jesús. El
Padre es esa medida; el Hijo debe girar permanente
mente en torno de los deseos y la voluntad del Padre.
Perseguimos Se trata de la donación de sí mismo por parte del Hijo
nuestra y no lo contrario. Si bien con nuestros labios rezamos:
voluntad "Hágase tu Voluntad, así en la tierra como en el cielo",
en la vida cotidiana buscamos que se cumpla nuestra
voluntad. No pretendamos acomodar la voluntad del
Padre a nuestro gusto; al contrario, para el hijo la vo
luntad del Padre es la medida de todas las cosas. Ya
conocen aquel axioma clásico: "Dios es la medida de
las cosas, no el hombre". No pretendamos ser para
Dios la medida de las cosas.
En otra oportunidad la gente que rodeaba a Jesús
le dijo entre gritos: "¡Oye!, ahí afuera están tu madre y
tus hermanos que desean hablarte". Jesús les respon
¿Quién es dió: "¿Quién es mi madre y quiénes son mis herma
mi madre? nos?" (Mt 12, 46-50). Estas palabras trasuntan nueva
mente uno de los grandes principios que nutren la vida
206
interior de Jesús: ¿Quién es mi madre, mi hermano o
hermana? Aquel que cumpla la voluntad de mi Padre
que me ha enviado.
Mediten con cuidado y atención estos "pequeños"
dichos del Señor que suelen decirnos más que muchas
colecciones de citas bíblicas y nos revelan el fondo de
oro del corazón de Jesús.
Hay un gran afecto, una gran pasión en la vida de
Cristo. ¿Cuál? El amor hacia su Padre. Observen qué
hermosa coronación de su obra realiza el Señor...¡Si yo
pudiese decir lo mismo cada noche y al final de mi
vida! Jesús clama al Padre diciéndole: "He llevado a La obra
cabo la obra que me encomendaste". Apliquemos estas que me en
palabras a nosotros mismos. ¿Qué obra me confió el comendaste
Padre? ¿Somos profesores...o bien maestros o directo
res espirituales? Todo lo consideraremos como una ta
rea encomendada por el Padre del Cielo, aunque sean
labores que demanden sacrificios. Esa obra es la que
debo llevar a cabo comprometiendo todas mis fuerzas
para así poder decir que no perdí el tiempo en cosas
secundarias, en niñerías.
Que cada uno en su lugar se esfuerce para rendir
lo mejor de sí mismo en su labor, tal como lo hiciese el
Señor Jesús, animado por un espíritu de sencilla
filialidad. De esa manera se convertirán en una bendi
ción para su comunidad, ¿no les parece? Si aquel que
dirige toda la comunidad puede decirse cada noche:
"He llevado a cabo la obra que me encomendaste", esa
obra será grande y luminosa. Por otra parte, sus Cons
tituciones especifican cuáles son los límites y modos de
las tareas a desarrollar, y esa reglamentación está más
allá de todo planteo personal caprichoso y subjetivo.
¡Qué grande es cuando una comunidad cumple
realmente con la obra que Dios le ha encomendado! Se
convierte en una bendición para toda la Iglesia. Por el
contrario, cuando una comunidad no define su estilo
207
propio... quizás pueda hacer muchas cosas, pero al fi
nal no hará nada razonable. Por eso hay que atenerse
a fondo a lo que Dios nos ha fijado en nuestras Cons
tituciones.
La obra a cumplir es como el coronamiento de mi
Entrega vida. ¿Quién realizará ese coronamiento? "Yo te he glo
ilimitada
de Jesús rificado en la tierra, llevando a cabo la obra que me
encomendaste realizar" (Jn 17, 4)...En todo momento
pueden apreciar esa entrega ilimitada de Jesús a la vo
luntad de su Padre.
208
Valdría la pena plantearnos alguna vez la pregun
ta sobre la frecuencia con la que en nuestra oración
personal nos volvemos al Padre. ¿Saben por qué plan
teo esta pregunta? Porque a mi entender la crisis de la
fe en la Divina Providencia, que padecemos en el cato
licismo de hoy, va empañando cada vez más la imagen
del Padre del Cielo.
No sé exactamente cómo son sus oraciones comu
nitarias, pero creo que deberían ser un reflejo especial
de la oración de Jesús. Si quieren una oración de pura
cepa, vuélvanse al Padre; no solamente al Padre, claro Por Cristo,
está, pero sí de manera especial. Que sus oraciones al Padre
privadas sean un reflejo especial de la oración litúrgi
ca, orientada siempre al Padre. El estilo más puro de la
liturgia es, en efecto, Per Christum ad Patrem (Por
Cristo al Padre).
La oración de Jesús, su entrega en la oración, es la
oración de la liturgia. Observen cómo todas las oracio
nes de la Santa Misa, salvando las tres que preceden in
mediatamente a la comunión, se dirigen por Cristo al
Padre.
Sería bueno -pero quizás nos lleve muy lejos- in
vestigar por qué el hombre de hoy lamentablemente
ora tan poco al Padre del Cielo, y cuáles son las causas
y efectos de esta falencia.
209
seremos presa de grandes desilusiones y no saldremos
de nuestro asombro. En realidad de lo que habría que
asombrarse es de que no nos venga ningún sufrimien
to; pero dejo de lado por ahora la fundamentación de
este último pensamiento; sólo basta recordar aquellas
palabras evangélicas: "Mi Padre es el viñador. Todo
Sanar
sarmiento que en mí no da fruto, lo corta, y todo el que
nuestra da fruto, lo limpia, para que dé más fruto" (Jn 15, Iss.).
naturaleza El Padre quiere sanar nuestra naturaleza enferma, y
enferma ello no es posible sin cirugía. Mediten sobre la realidad
de ser miembros de Cristo. Si queremos ser miembros
de Cristo, es evidente que debemos hacernos cargo del
sufrimiento.
La perfecta infancia espiritual se manifiesta preci
samente en el sufrimiento. Hablando ahora desde un
Como un punto de vista psicológico, no debemos sobrellevar el
niño, no dolor como un recluta sino como un niño que sabe gri
como un tar cuando así lo siente. Esto vale tanto para la comu
recluta nidad en general cuanto para cada uno de sus miem
bros en particular. Retornemos al caso del soldado;
pues bien, el recluta permanece en su rincón hasta que
se le da la orden: ¡media vuelta!, ¡izquierda!, ¡derecha!
Esa no es la manera de sufrir del niño, ni tampoco la de
Jesús. Si quieren saber cómo sufre un ser humano au
téntico, observen cómo lo hace una niña. También de
las mujeres podemos aprender a sufrir correctamente.
Asumir una rígida actitud militar en el sufrimiento es
destruir en nuestra naturaleza algo de la infancia espi
ritual, es embrutecerse.
Les ilustraré estos pensamientos tomando la vida
de Jesús. Meditemos especialmente la escena de la ora
Horas de ción en el Huerto de Getsemaní. Ahí tenemos la mejor
Getsemaní escuela para aprender cómo sufrir como un niño.
¡Cuántas "horas de Getsemaní" no habremos pasado
ya! Quizás Dios nos haya preservado de ellas hasta
ahora...pero tarde o temprano vendrán.
¿Qué entendemos por "horas de Getsemaní"? Mo-
210
mentos en los que el alma ya no halla en sí consuelo al
guno que sirva de contrapeso al dolor que la embarga. El alma ya
En esos momentos se ve completamente librada al su no halla
frimiento. Todos tenemos horas en las que somos presa consuelo
de grandes dolores, pero en las que sentimos que en
nuestro interior aún existe un núcleo de fuerzas que se
mantiene firme ante los embates del dolor. Pero hay
otras en los que tenemos la sensación de que ya no hay
nada en el alma que pueda oponer resistencia alguna a
los padecimientos.
Mediten esas horas de Getsemaní en la vida de
Jesús. Dos son las observaciones que podemos hacer en Gritar como
vista de nuestra labor pastoral: dejar libertad para gri un niño
tar como un niño y no tratar de calmar demasiado rá
pidamente al que sufre.
Dejar libertad
211
se desahoga. Jesús hizo suya esa necesidad humana de
desahogo, pero el Padre del Cielo no condescendió en
ello. Nuestro Señor se volvió entonces hacia sus
discípulos...¿cómo lo recibieron estos?..¡estaban dur
miendo!
El niño sabe llorar; sabe ir a su padre con sus que
jas y lamentos. Si alguna vez tuvieron que hacer de
padres ante ciertos niños, saben que cuando uno de
Nos dice- estos viene a quejarse y nos dice: "Me duele", crecemos
¡Me duele! en paternidad; la actitud del niño no tiene por qué
molestarnos. Tengamos una visión más humana de las
cosas, para alcanzar finalmente una visión más divina
de las mismas. ¿Qué hace Jesús? Reparemos en su cla
mor filial: "Padre mío, si es posible, que pase de mí esta
copa" (Mt 26,39). A menudo tenemos una concepción
distorsionada de las cosas. Por lo general pensamos
que Nuestro Señor pronunció esas palabras como al
guien que recita un verso de memoria. Sin embargo la
Profundo Sagrada Escritura nos relata sobre la hondura de su
dolor dolor: Jesús hombre no sólo sudó de angustia -suele
de Jesús pasar- sino que su traspiración fue de sangre; y cayó en
hombre tjerra Nosotros diríamos: ¡Qué pusilánime!, ¡renunció
a toda hombría! Pero yo creo que debemos revisar
nuestro concepto de hombría. Jesús fue siempre un
hombre, un ejemplo a seguir; pero al mismo tiempo
tenemos el derecho de suponer que en ciertas oportu
nidades haya clamado al Padre: "Padre, si es posible,
que pase de mí esta copa". Tuvo que pasar un poco de
tiempo hasta que la naturaleza humana se plegase y
dijese: "Pero no sea como yo quiero, sino como quieras
tú (Ibidem)".
Creo que tales cuadros de la vida de Jesús, que ar
monizan perfectamente con el contexto bíblico y la
Humanos dogmática, son muy importantes para el hombre de
en el dolor hoy. Debemos ser humanos en el dolor, vale decir, filia
les, como niños. Recordemos lo ya dicho: asumamos el
sufrimiento como un niño, no a la manera de un
espartano o de un indio. Detengámonos un poco más
212
en este punto; no es ninguna imperfección de nuestra
parte si a veces le "rezongamos" a Dios, le manifesta
mos nuestro enojo y le decimos lo que nos está pasan
do; incluso creo que Dios se alegra de ello.
213
Ser un reflejo lo más perfecto posible de Jesús
214
vando hasta las mínimas reglamentaciones de la
comunidad.
Hemos visto con frecuencia imágenes de santos
patronos de la juventud; en una mano sostienen el libro
de la Regla que observaron. Que en nuestro caso ocu
rra algo similar. Si alguna vez algún miembro de su co
munidad es canonizado, que ello sea por haber cumpli
do al máximo con los principios de santidad tal como
están vertidos en sus Constituciones. Al canonizarse a
alguno de ustedes, en él se debería canonizar también
sus Constituciones, su Instituto. Quizás esto les sirva
como una cierta motivación. Una comunidad religiosa
tan original dentro de la Iglesia como es la de ustedes,
debe de alguna manera dar razón de sí misma forman
do hombres santos, santos realmente canonizables.
Esto no es ambición enfermiza, sino una meta a la cual
aspirar conscientemente; y los educadores de su
comunidad tienen que apuntar en todo momento a
estos ideales.
En esta área podemos mencionar asimismo al ho
rario del día como una manifestación más de los deseos
de Dios. Cumpliremos el horario no como esclavos sino
como hijos libres que hacen con espíritu de fe lo que les La obedien
dice el Padre. Lo mismo vale para los deseos de los cia a los
superiores. Tampoco en este punto tenemos que actuar superiores
como esclavos. La obediencia que practicaremos será la
obediencia filial, unida no sólo a una generosidad
ilimitada sino también a una franqueza filial. Hay que
tener en cuenta ambos aspectos.
Mediten pues cómo seguir en la vida cotidiana el
ejemplo de entrega de sí mismo que nos diese Jesús.
Las cosas nos hacen interiormente libres cuando las
cumplimos por generosidad, cuando la motivación que
nos impulsa no es ante todo la mera obligación o la
pura actitud de evitar el pecado. Cuanto menor sea el
rol que desempeñe el pecado como amenaza y peligro
en el camino de mi vida, tanto más libre y generoso
seré interiormente.
215
Sé lo que es el niño...Creo que me he detenido un
poco más de lo previsto en el punto precedente; en rea
lidad sólo quería esbozarlo.
216
Undécima Conferencia
LA ASCETICA DE LA
INFANCIA ESPIRITUAL
217
ción tan inmadura! El Señor relacionó la actitud de
Despojarse despojarse de ambiciones con la infancia espiritual. De
de ambi ahí que bien hubiera podido decirles: Cesen ya de
ciones comportarse puerilmente y preocúpense más bien por
llegar a ser niños auténticos, ¡ése es su ideal!
Vuelvo a recordarles que en el niño hay también
mucha inmadurez; y él debe aprender a despojarse
Mucha paulatinamente de ella. Cuando proponemos al niño
inmadurez como ideal, lo hacemos sólo en consideración de lo
bueno y noble que existe en él.
En la afectividad y en la vida del niño en general
se observan rasgos de inmadurez que no provienen del
exterior; ¿cuál es entonces su procedencia? Ellos son
simplemente consecuencias del pecado original.
Quizás estas cosas no nos interesen tanto; pero sí
el otro aspecto, el de la interpretación, a la luz de la
historia salvífica, de la no filialidad, de la puerilidad.
En este marco referencial, la no filialidad recibe el nom
bre de pecado e imperfección. Por lo tanto tenemos que
despojarnos del pecado y emprender la batalla contra
las imperfecciones.
El pecado
218
dades que no nos sean tan conocidas. Meditemos pues
sistemáticamente sobre la inmadurez, el pecado y las
imperfecciones.
Permítanme anticiparles una idea muy importan
te, en especial para una pedagogía y una ascética de la
infancia espiritual. ¿Han reflexionado alguna vez por
qué nuestro sentido y nuestra conciencia de pecado son
tan pobres? Habría muchísimas respuestas a este
Conciencia
interrogante, pero en el horizonte de nuestros ejercicios
de pecado
creo que hay una que es central: nuestro sentido y con muy pobre
ciencia de pecado son tan precarios debido a la escasez
de sentido filial frente a Dios Padre. Estas palabras
parecen muy simples, pero entrañan un rico contenido.
Si mi sentido y conciencia de pecado tienen como
punto de referencia una idea de Dios vaga y arbitraria,
o bien la sujeción a una ley cualquiera, ¿les parece que
el tema "pecado" me comprometerá existencialmente
como persona? Sólo quien tenga una profunda con Una idea
ciencia filial ante un Dios Padre personal será capaz de vaga de
desarrollar una profunda conciencia de pecado. Este Dios poco
pensamiento parece muy evidente, sin embargo es ca me compro
mete
paz de dar respuesta a un cúmulo de preguntas. Si yo
tuviese una relación con el Padre del Cielo más delica
da, filial, tierna e íntima, experimentaría las imper
fecciones que cometo con mayor profundidad, apre
ciando así la inmadurez y pecado que ellas comportan.
Recuerden que la conciencia de pecado presupo
ne una sólida educación de la verdadera conciencia fi
lial. Pasemos ahora al plano de la educación de sus jó
venes: sembrar o suscitar en ellos una infancia espiri
tual honda y cálida es al mismo tiempo profundizar Sembrar la
una sana conciencia de pecado. Recalco el término infancia
espiritual
"sana"; vale decir que descartamos toda conciencia de
pecado patológica o morbosa. Una de las causas y raí
ces de la conciencia enfermiza de pecado es la falta de
una infancia espiritual profunda. En esos casos, lo que
219
se reprime en la persona en una cierta área busca abrir
se cauce en otras.
Echando una mirada retrospectiva sobre el trata
miento de este tema del pecado a lo largo de la historia
del pensamiento católico, podemos decir que existen
dos concepciones de pecado, la de la patrística y aque
lla de la escolástica.
La concepción patrística considera y siente al pe
cado, con extraordinaria intensidad, como una pérdi-
Concepción da, un aniquilamiento del ser querido por Dios. A su
patrística vez, la concepción escolástica ve en el pecado más bien
del pecado la dimensión ética, vale decir, descubre en el pecado el
crimen tremendo de la ingratitud, que sólo puede repa
rarse mediante una correspondiente expiación,
igualmente tremenda e infinita, de parte del Hijo de
Dios.
¿A cuál concepción adheriremos? Creo que debe
mos unirlas, ¡es fácil hacerlo!
En estos días decíamos que la infancia espiritual
comprende en sí el ser filial y el sentido filial. Este es
nuestro claro lineamiento.
El pecado mortal
220
vida divina, nos priva de la participación en la natura
leza divina, nos arrebata la filiación divina y nos con
vierte, en un sentido pleno y verdadero, en hijos de
Satanás.
La gente del pueblo dice que cuando se echa a
Dios del alma, el diablo viene a ocupar el lugar vacan El diablo
te. También escuchamos a veces, especialmente en ocupa
nuestros días, de tales y cuales casos de posesión dia el lugar
vacante
bólica. Vivir en pecado mortal es estar -en otro sentido
pero a la vez en un verdadero sentido- poseído por el
demonio. No hace falta que les explique en qué senti
do lo digo; medítenlo ustedes mismos.
Al ser despojado de la vida divina, del ser niño,
perderé la belleza maravillosa del alma en gracia; me
veré desposeído de la dignidad y los derechos que
habilitan para recibir la bondad, el amor y la misericor
dia de Dios; y por último no gozaré el beneficio de los
méritos adquiridos hasta ese momento.
Habré perdido la hermosura del alma... Hay mís
ticos que nos hablan con fascinante profundidad sobre El alma se
la belleza del alma en gracia.2 Luego de Dios -nos di sume en
cen- no hay cosa más bella que un alma en gracia. Si la fealdad
esto es cierto, podemos decir entonces, haciendo el en
foque inverso, que sin esa vida divina, el alma se sume
en la fealdad.
Es comprensible que la imagen del diablo, la efigie
espantable de Satanás, llene de terror al alma en gracia.
Ahora bien, de manera paralela, el alma que es presa
del diablo, que se ha entregado al Maligno, presentará
una fealdad similar; vale decir, habrá perdido la gracia
divina y su consiguiente y admirable hermosura.
221
¿Qué más pierde? Naturalmente, también sus mé
Perdemos la ritos. Es lo mismo que se puede observar en el mundo:
complacen cuando alguien comete un crimen de lesa majestad, de
cia de Dios nada le sirven sus méritos, todos son anulados. Así
ocurre en relación con Dios: al pecar, perdemos ante
todo la complacencia de Dios.
Sólo quien tenga una profunda conciencia de niño
estará abierto a esa complacencia de Dios. Al asalaria
No le do, al esclavo, al lacayo de Dios, ¿qué le importará que
importa al su Señor lo mire con alegría y complacencia? Profundi
esclavo cen la infancia espiritual, porque de esa manera de
sarrollarán una sana conciencia de pecado y tendrán
una protección contra el mismo.
Mediten sobre el dolor que experimenta el niño
cuando advierte que su padre ya no lo mira con agra
Su padre ya do. Esa experiencia conmueve más su corazón que sabe
no lo mira Dios cuántos castigos y golpes -salvo que estos hayan
con agrado sido enviados especialmente por el Padre del Cielo-.
Los castigos no son en sí mismos pedagógicos sino
cuando son expresión del desagrado del Padre.
Si no os hacéis como los niños. Si no os despojáis
del pecado mortal, no podréis entrar en el Reino de los
Cielos, porque el pecado mortal mata el ser niño.
222
En primer lugar, el pecado mortal es una rebelión,
un desprecio y una ingratitud terribles para con Dios,
y lo es en una medida que sofoca todo sentido filial.
¿De qué rebelión se trata? No sólo de aquella del
súbdito contra su señor sino la del niño contra su pro
pio padre. Este señor es rey y jefe, pero al mismo tiem Es una
po es también el padre del súbdito, del hijo. Este alza rebelión
miento es tanto más infame cuanto más elevada sea la contra su
posición que ocupemos en el Reino de Dios, en el cora padre
zón del Padre. Somos hijos del Padre y "oficiales" del
Reino del Padre. Somos ambas cosas a la vez en el
corazón del Padre del Cielo. Imagínense entonces la
gravedad de nuestro delito cuando cometemos un pe
cado mortal.
Consideremos ahora el plano humano natural.
¿Qué pasa cuando un príncipe heredero se alza contra
el rey, contra su padre? Ese es nuestro caso.
El pecado mortal mata el sentido filial porque in
cita a la rebelión, pero también porque fomenta el des El pecado
precio. Como hijo del Padre conozco las cualidades del mortal
Padre: su omnipresencia, su justicia, santidad y fomenta el
omnisciencia. Mediten ahora el desprecio que supone desprecio
saber de esas cualidades, creer en ellas y sin embargo
no prestarles atención alguna.
El pecado mortal aniquila el sentido filial a causa
de la terrible ingratitud que comporta. ¡Ah! ¡Cuántos
regalos me ha hecho Dios!
Cultivemos la nobleza de nuestros sentimientos,
cultivemos la gratitud repasando día y noche los dones
que Dios nos ha hecho, "nadando" en el mar de sus mi
sericordias. Es muy importante hacerlo, ya que sere Repasar
los dones
mos niños en la medida en que nos sepamos amados. recibidos
En nuestra labor pedagógica con los jóvenes, no olvide
mos transmitir estas verdades gozosas. No lo hagamos
sólo a nivel intelectual, sino existencial y concreto. Esas
verdades gozosas cobran eficacia educativa y pedagó
223
gica cuando el educando ha aprendido a gustar el mar
de misericordias de Dios.
He aquí el motivo por el cual en primer lugar re
pasamos todo lo grande que ha habido y hay en nues
tra vida y recién luego nos volvemos hacia las facetas
oscuras. El dolor por las manchas que haya en mi vida
No recor se tornará tanto más intenso cuanto más haya medita
damos sus
misericordias do sobre las cosas grandes que Dios me ofreció y rega
ló. ¿Por qué solemos ser tan terriblemente desagrade
cidos? Porque nos acordamos muy poco de las miseri
cordias de Dios. Y esto proviene de la grave carencia de
una delicada infancia espiritual, de nuestra falta de
cultivo de la soledad con el Padre, de coloquio cara a
cara con El. Si fuese filial estaría más a solas con El.
Si fuese filial
Pero como soy tan poco filial, mi corazón está en per
manente distracción, derramado en las cosas del mun
do, a la búsqueda de satisfacciones. Si fuésemos más
niños, tendríamos ese delicado sensor para detectar las
misericordias de Dios, buscaríamos la soledad con El y
recibiríamos la fuerza para evitar y acabar con la triste
ingratitud del pecado mortal.
En resumen, si no os hacéis como los niños, si no
os despojáis del pecado mortal, no podréis entrar en el
Reino de los Cielos. Tomemos estas palabras al pie de
la letra.
El pecado venial
224
producto de un hábito inadvertido o bien no debida
mente combatido. Repasemos cada una de estas carac
terísticas y meditemos sobre la experiencia del pecado
venial que hemos tenido en nuestra vida.
¿Por qué luchar contra el pecado venial? Les repi
to lo que dijera en relación con el pecado mortal: lo que Se debilita
vale para el pecado mortal, vale también, salvando las el sentido
debidas distancias, para el pecado venial. Si el pecado filial
mortal mata el sentido filial, el venial lo debilita. El
pecado venial no es una rebelión horrible, pero sí un
tipo de rebelión; no es un desprecio horrible, pero sí
una forma de desprecio; no es una ingratitud horrible, Una forma
pero sin embargo entraña una cierta ingratitud para de desprecio
con Dios. Un corazón de niño, una conciencia filial,
experimenta estas imperfecciones como muy duras y
odiosas.
Consecuencias
225
Retornando al caso de los pecados de juventud,
¿por qué cuando ya han pasado los años vuelvo a su
frir una tremenda excitabilidad ante todo lo que tenga
que ver con la sexualidad? Se trata de una situación de
carencia de libertad que sobreviene como fruto del pe
cado. Otros van por la vida gozando de libertad inte
rior, mientras que yo ¡sabe Dios cuánta excitación
sexual sufro al enfrentar las cosas más triviales! Es que
precisamente he malogrado ese derecho a la paz y la
Se paladea libertad. Si me permiten una comparación algo cruda,
el néctar y pecar es como beber de una botella cuyo contenido es,
se traga el
veneno
arriba, un néctar muy dulce y, abajo, arsénico. Se pala
dea el néctar y no se advierte que a su vez se traga el
veneno. Y éste comienza a actuar pronto. El pecado nos
quita pues el derecho a la paz, la alegría y la libertad de
los hijos de Dios.
Pasando ahora a una fundamentación más bien
dogmática del tema, recordemos que la paz es
tranquillitas ordinis, la tranquilidad fruto de la inser
La alegría ción en el orden querido por Dios. El pecado no puede
estar unido a ninguna paz porque nos arranca de ese
orden querido por Dios. ¿Y qué es alegría? el descanso
de los apetitos en la posesión de un bien adecuado. El
pecado no es justamente un bien y por lo tanto no com
porta ninguna alegría duradera, genuina y auténtica.
La buena muerte
226
será la muerte para mí si me sorprende en pecado mor
tal!
¿Qué es la muerte? El fin de la vida terrena y el co
mienzo de la eternidad. Palabras muy profundas...Si
desean hacerlo, aquí tienen oportunidad de contemplar
la transitoriedad de todo lo terreno y la realidad de la
muerte. Es una reflexión que puede resultarnos muy
fecunda. Les ofrezco con este fin algunos puntos de
meditación:
227
ce la oportunidad de realizar una meditación sobre el
infierno. Este tipo de meditaciones no tiene por qué
Infierno
para un
hacernos temblar de miedo; al contrario, son inmen
niño samente fecundas, fértiles como el mar. Examinen lo
que significa el pensamiento del infierno para un niño:
refugiarse con mayor premura en los brazos del padre
y esforzarse por cumplir todos los deseos del padre.
De modo similar deberíamos interpretar positiva
mente las verdades de nuestra fe que nos resulten un
poco más lejanas o bien sombrías. La literatura religio
sa actual ha comenzado ya a hacer una presentación
positiva del tema del infierno, vale decir, apuntando a
hacerlo fecundo para la vida concreta.
Retomando el tópico del pecado venial, les repito
que todas estas consecuencias del pecado mortal valen
asimismo, si bien en menor grado, para el pecado ve
nial. En efecto, el pecado venial nos priva, en un cier
Encuentro
con el juez to sentido y con una intensidad mucho menor, del de
eterno recho a la paz y la libertad; precisamente porque en
todo pecado hay una cuota de falta de libertad, espe
cialmente cuando éste se ha hecho un hábito. El peca
do venial puede intranquilizarnos en nuestra agonía,
ya que no nos hará tan agradable el encuentro con el
Juez Eterno.
Meditemos todos estos pensamientos desde el
punto de vista de una sencilla infancia espiritual.
Las imperfecciones
228
Indiferencia ante las inspiraciones de Dios
229
para esclavizarme. Mi actitud global será la de corres
ponder a ellos como lo haría un niño.
Ya en un nivel estrictamente jurídico, moral y
teológico, hay que detenerse en algunos aspectos espe
ciales. Si bien las Constituciones en general no obligan
per se bajo pecado, sí lo hacen per accidens en algunos
puntos. No queremos ser como esos teólogos que
valiéndose de alambicadas explicaciones logran final
mente calificar de "pecado" a cualquier quebranta
miento de las Constituciones. Creo que es un proceder
desleal y que no se atiene a la verdad. Tres son los ca
sos en los cuales una transgresión de las Constituciones
constituye per accidens un pecado. Sus Constituciones
mencionan dos de ellas:
>i El primer caso es cuando la contravención se pro
duce como consecuencia de un desprecio formal hacia
Desprecio
formal al
las Constituciones. Los especialistas en morál dicen que
reglamento esto supone comisión de pecado mortal. Pero es raro
observar que se actúe por desprecio formal hacia un
reglamento.
‘ El segundo caso atañe a puntos que por razones
de derecho y obligación estipulan una prohibición. Por
ejemplo, me propongo quebrantar los puntos que re
Transgredir
un manda
glamentan el amor fraterno; y lo hago de manera tal
miento que transgredo el octavo mandamiento. Esta infracción
de las Constituciones es pecado por tratarse no de una
infracción de las Constituciones sino, por último, de un
mandamiento divino que le da sustento.
En tercer lugar, una transgresión de las Constitu
ciones es pecado cuando la comisión de dicho
Motivo quebrantamiento obedece a un motivo no razonable o
innoble bien innoble. Tomemos otro ejemplo: un reglamento
dice que debemos observar un tiempo de levantarse y
otro de acostarse. Puedo transgredir esa regla sin que
ello sea pecado. Pero si a la mañana siguiente me que
do en la cama por pereza, me habré hecho culpable
precisamente del pecado de pereza; y esto vale plena
230
mente /para
,
todos, tanto ipara
.
los miembros de la ~ I'.IM.VWic
comunidad como para cualquier otra persona.
No nos apresuremos a tachar de pecado cualquier .
quebrantamiento de las Constituciones. Pero les ad-
vierto que este tipo de transgresiones es por naturale- '. ~.
za algo más que una mera imperfección. ¿Qué quiero
decir? La infracción de las Constituciones es infracción infracción
de una ley penal. Ellas son un compuesto especial: no a una ley
son una mera lista de recomendaciones, sino una ley Penal
penal. Consulten a sus especialistas en moral sobre este
tema. Yo puedo infringir las Constituciones sin come
ter pecado, pero si después los superiores, en virtud del
derecho que los asiste, me imponen un castigo por la
transgresión cometida, estaré entonces obligado por
conciencia, y por lo tanto bajo pecado, a asumir la
penitencia impuesta.
Creo qué de esta manera les he recordado todos
los puntos que integran el tema de la desobediencia de
las Constituciones. Lo más importante sigue siendo
para nosotros la mentalidad noble del hijo de Dios y su Señor' ¿Qué
artihiH rlp dprir«p íipmnrp- 'Spñnr ;mip ps In nnp fp es 1° que te
actitud de decirse siempre: "Señor, ¿qué es lo que te .
alegra? Porque yo abrazo con toda el alma aquello que 8
signifique una alegría para Ti".
231
dos sus enemigos, comenzando por el enemigo mortal.
De este modo les he respondido la primera pregunta,
que giraba en torno a lo que debíamos superar. Pase
mos ahora a la segunda cuestión.
La respuesta a este interrogante es también muy
clara. Me libraré de todas las imperfecciones en la me
Me libraré
de las im dida en que me esfuerce por cultivar un amor filial
perfecciones íntimo y eficaz. Como respuesta "frontal" a la cuestión
que nos ocupa les propongo pues un "ataque frontal"
a esas imperfecciones. Pasemos a estudiar los términos
de esa respuesta.
232
Ella responde a nuestras súplicas enviándonos el Espí Un fuerte
ritu Santo, el Espíritu de Amor. Si el Espíritu Santo, el espíritu de
amor increado, no desciende hasta lo más hondo de filiación
nuestro ser, no tendremos jamás un fuerte espíritu de
filiación.
Que los medios para alcanzar una gran intimidad
en nuestro amor filial sean la meditación de las miseri
cordias divinas y la oración constante, dirigida espe
cialmente a María, para que Ella nos envíe el Espíritu
Santo.
233
voluntario. Precisamente porque el pecado comporta
un aniquilamiento o bien una disminución del ser y el
sentido filiales.
Velar
234
gan porque es un "reglamento" sino porque ese uso es
expresión de una sabiduría de vida razonable y sana.
Cuando se es joven, se cree que uno es un exce
lente director espiritual porque hay muchas mujeres
que solicitan nuestro acompañamiento espiritual. Es
comprensible que suceda así, ya por el mismo hecho de
que uno es hombre; vale decir que en sí no es algo
malo. Pero desistamos de la dirección espiritual de la
mujer a nivel espistolar. No por miedo a caer alguna
vez en pecado sino porque es una pérdida de tiempo.
El acompañamiento espiritual de la mujer se puede
hacer perfectamente en el confesionario. Se puede ha
cer excepciones en los casos de mujeres de aspiraciones
extraordinarias. Pero, cuidado, uno está inclinado a
creer que aquellas que saben escribir con delicadeza
son muy dotadas. Así pues, ¡atención con la inex
periencia! Por otro lado, les repito que el acompaña
miento espiritual epistolar tiene otro sentido en el caso
de personas de dotes extraordinarias porque a través
de ellas estaremos sirviendo a un amplio grupo huma
no, como en el caso de que la persona en cuestión sea
superiora ordinaria o bien superiora general de una co
munidad.
La actitud de velar es un índice más de la eficacia
del amor filial.
Arrepentimiento
235
voluntad del mal cometido, sino que debemos abrazar
con una mayor calidez el bien negado, la verdad que
hayamos lesionado y, de esa manera, a Dios mismo.
En resumen, el amor filial nos urge e impulsa a
profundizar nuestra capacidad de arrepentimos.
Penitencia
236
Segunda actitud: Temor de Dios
237
cuán poco filial ha sido y de lo que ha hecho. Si esa
misma persona hubiese estado llena del don del temor
de Dios jamás hubiese cometido el mínimo pecado
venial, aunque a cambio se le hubiese prometido la
felicidad de todo un mundo; precisamente porque para
ella el pecado es el peor de los males tanto a nivel expe
riencia! cuanto intelectual. Antes que decir la mínima
mentira (aunque fuese para protegerse de algún mal
que la estuviera amenazando) estaría dispuesta a dejar
se arrojar a los infiernos.
Es fácil decir estas cosas... Pero recordemos que
sólo el Espíritu Santo puede concedernos ese don del
temor de Dios. Por lo tanto, si queremos ser niños en
alto grado hay que esforzarse en alto grado por el Es
píritu Santo.
En segundo lugar, el Espíritu Santo es quien se en
carga de que cuando pecamos, no haya cosa que sinta
mos con mayor dolor que ese mismo pecado cometido.
Es cierto que más allá de todos nuestros esfuerzos y de
la acción del Espíritu Santo, seguiremos sujetos a la
debilidad. Sin embargo, ¿cuál será nuestra reacción
ante el pecado cometido? No habrá dolor más grande
que la pena de haber pecado contra el Espíritu Santo.
Para que tengamos una idea más cabal de tal do
lor, los místicos proponen el ejemplo del sufrimiento de
una madre por su hijo. Pero esto no se puede comparar
en absoluto con el dolor que el hombre siente cuando
ha ofendido, aunque sea mínimamente, a Dios. Esa
El dolor compunción por el pecado cometido no puede alcan
de ofender zarse con los medios ordinarios de la gracia, aún cuan
a Dios do pongamos todo nuestro empeño en ello; más bien es
un regalo que sólo puede hacer el Espíritu Santo. El
temor de Dios es también fruto del amor filial, un
efecto del temor ante el Padre, que no es un temor ser
vil.
238
Les repito que si queremos desarrollar un sentido
verdadero, genuino y profundo del pecado, debemos
pedirle a la Sma.Virgen, en la fuerza de la infancia es
piritual, que nos envíe el Espíritu Santo. Sólo el Espíritu Un pedido
Santo puede desplegar en nosotros, y en toda su ampli a la Sma.
tud, la infancia espiritual. Si no os hacéis como los Virgen
niños...vale decir, si no cambiáis vuestra actitud, si no
quitáis el pecado y las imperfecciones mediante el cul
tivo de una infancia espiritual tierna y eficaz, no po
dréis entrar en el Reino de los cielos; no ingresaréis allí
en absoluto o bien no lo haréis de la manera adecuada.
239
Duodécima Conferencia
LA INFANCIA ESPIRITUAL
COMO REMEDIO A LAS CRISIS
Recapitulación
241
monje. El tema que los ocupaba era la causa de los pro
blemas que tiene el mundo y sostenían opiniones dife
rentes. Uno de ellos -me parece que el francés- decía
que la culpa era de las mujeres; el otro -digamos el in
La falta glés- afirmaba que los hombres eran los culpables de
de niñez es todas las catástrofes. Por último, el monje pidió la pa
la causa labra y dijo que la causa de todo era la falta de niños:
hoy ya no hay más niños. Ya desde chicos, los hombres
de hoy se van educando en la inautenticidad. ¿Quién
tenía razón? ¡Piénsenlo por favor! El monje no estaba
del todo equivocado, aunque no sabemos si tenía toda
la razón.
¿Cómo veía el monje a la infancia espiritual?
Como remedio contra uno de los males del tiempo. La
Naturalidad, infancia espiritual implica naturalidad y espontanei
como en los dad, y como tal es indudablemente la principal medi
los niños
cina contra toda inautenticidad.
Arrogancia
242
inimaginable plegarse a un dogma como el de la in
falibilidad. El espíritu liberal negativo es espíritu de
arrogancia y si no se le opone aquél de la infancia espi
ritual, no se podrá esperar ya salvación alguna.
¿Qué vislumbró Scheeben en su época? ¿En qué
consistía la crisis de su tiempo en la cual comprometió Gran
sus esfuerzos? Ese problema era precisamente la arro remedio
gancia. Y el gran remedio para ese mal debía ser la para la
apertura y la docilidad de la infancia espiritual. Obser arrogancia
ven que ambas realidades, infancia espiritual y crisis
del tiempo, no son ajenas entre sí sino que están en una
cierta relación, ¿no les parece?
Senilidad
243
pero, les repito, estoy designando siempre los mismos
contenidos.
Peter Wust2 es uno de nuestros filósofos católicos
de hoy que más se ha ocupado de este problema. Posi-
Peter Wust- blemente porque él mismo lo padeció en carne propia,
inseguridad Pues bien, este pensador utiliza con preferencia el
término inseguridad o "insecuritas humana" (insegu
ridad humana). Se trata siempre de lo mismo, los
términos sólo ponen de relieve otros aspectos de un
único problema.
Quien quiera conocer el tiempo en que vive, haría
bien en fijarse en el campo del adversario. Este a menu
do asume con mayor intensidad los rasgos típicos del
mundo de hoy y tiene la capacidad de detectar las crisis
Jaspers. je nuesf-ros ¿fas con mayor celeridad que nosotros, que
p fuimos educados en una fuerte mentalidad conserva
dora. Así pues, reparemos en las filas adversarias; allí
hallamos al filósofo Jaspers 3, quien nos habla del de
samparo del hombre moderno.
No se rían de formulaciones novedosas como es
tas; ellas traducen un sentimiento de vida bien concre
to. ¡El desamparo del hombre actual! Espontáneamente
No está recordamos aquella otra frase de Pestalozzi sobre el
vinculado hecho de que el hombre es por naturaleza un ser vincu-
a un nido |ajo aj nj¿o Evidentemente el hombre de hoy ya no
está vinculado a un nido, vale decir, siente la necesidad
instintiva de tener un nido, pero ya no lo tiene. Ese
244
instinto primario de tener un nido no ha sido satisfe
cho, de ahí su desamparo, su carencia de cobijamiento.
El pensamiento de Heidegger4 es probablemente
el que más escuela ha hecho en nuestra época. El es
quien traduce, quizás de la manera más clásica, el sen Heidegger:
timiento de vida del hombre de hoy. Heidegger utiliza un madero
términos aún más crudos, y nos habla de la en el mar
"derrelicción" del hombre moderno, de su condición
de estar "arrojado en medio de la vida". ¿Qué quiere
decir con esa expresión? Que el hombre ha sido lanza
do y abandonado en la vida como un trozo de madera
que alguien arrojó al mar y lo dejó librado al capricho
de las olas que lo arrastran de aquí para allá. Debido a De allí la
su derrelicción, el estado fundamental del hombre es la angustia
angustia.
Si mi propósito fuese dar aquí una lección de filo
sofía, tendríamos que profundizar en el tema y compro
bar si Heidegger nos está ofreciendo una filosofía del
ser o bien una simple filosofía de vida. Para nuestros
fines nos basta con detenernos un poco -aunque sea un
tanto superficialmente- en el estudio del hombre de
hoy. A mi parecer, Heidegger ahonda mucho más en
este asunto, pero no es lo que ahora nos interesa.
Les recuerdo que Heidegger se basa en Kier-
kegaard 5. Lo que este último enseña en referencia al
245
plano religioso, Heidegger lo traslada -naturalmente en
su manera original- a la filosofía moderna.
Retornemos al tema de la falta de cobijamiento.
Creo que debería añadir una nueva palabra: una pecu
liar falta de cobijamiento, una falta de cobijamiento que
clama a voz en cuello. Quizás ustedes me digan que no
Una falta de notan en absoluto ese fenómeno. Más tarde les demos
cobijamiento traré que sí,que nos es difícil advertirlo; incluso que no
que clama sotros mismos padecemos esa espantosa inseguridad.
Pero por ahora basta esta tesis general: el problema del
hombre de hoy es su peculiar falta de cobijamiento.
Remedio
246
tencialista. Heidegger analizó la existencia humana, la
vida del hombre tal cual es. Me parece que valdría la
pena volver a examinar los principios fundamentales
de una vida plenamente cristiana. Más tarde les aclara
ré por qué es importante hacer un estudio semejante.
Por ahora me conformo con resaltar las dos cualidades
de la vida humana que subraya Heidegger: "derrelic
ción" y "necesidad de decisión". Cualidades que a su
vez también presenta la vida, la existencia cristiana; si
bien, naturalmente, en un sentido y grado distintos.
¿Qué quiere decir Heidegger con el término
"derrelicción"? Que el hombre ha sido lanzado y aban
donado en medio de la vida. A Heidegger no le intere
sa de dónde viene el hombre, por quién ha sido arroja
do, ni hacia adonde va. Nosotros sabemos por quién
hemos sido arrojados a la vida: por Dios; y sabemos
Incertidumbre
para qué. Sin embargo nuestra vida cristiana está
signada también por un cierto abandono e inseguridad.
¿O creen ustedes que ella está tan asegurada como
solemos representarla? Nuestra vida cristiana es a
menudo una vida muy incierta.
Más tarde, cuando hayamos avanzado un poco
más, les expondré en detalle cuánto, o mejor dicho,
cuán poca seguridad puramente natural tenemos en
torno de las preguntas fundamentales de nuestra vida. Cuando
se acerca
Casi diría que cuanto más se acerca un hombre a Dios,
mucho a
tanto más es zarandeado y lanzado a la vida. Observen Dios
a las personas con dotes místicas: ¡Cuántas veces son
"arrojadas", "lanzadas" fuera de la presencia de Dios!
Y lo son en una medida que no alcanzamos a ima
ginar...Ser arrojado supone también ser zarandeado;
ambas cosas son asimismo características de la vida
cristiana.
Por supuesto, los cristianos sabemos que por últi
mo podemos contar con una cierta seguridad; pero les Seguridad
adelanto que esa seguridad se da en un plano superior. en un plano
superior
247
Recuerden el ejemplo que ya les di, el del péndu
lo. El hombre es un ser pendular, oscilante. ¿Dónde
está el punto de apoyo del péndulo? ¡Arriba! ¿Cuál es
El punto de el fundamento de la seguridad del ser humano? El ries
apoyo del
péndulo
go de la humildad y del amor. La existencia cristiana,
tal como se la concibe y se la vive comúnmente, entraña
una cantidad de inseguridades y desamparos que sólo
pueden superarse remitiéndose a un plano superior:
las manos de Dios, el riesgo de la infancia espiritual. El
abandono, en la existencia cristiana, sólo puede ser
superado por la decisión, por el coraje de una infancia
espiritual heroica. Es cierto que nosotros sufrimos esa
inseguridad y desamparo con mayor intensidad que
otros hombres en otros países, ya que la vida moderna
nos está despojando de toda seguridad infundada y
ficticia.
El cristianismo que vivimos en el siglo pasado te
nía muchos seguros que en realidad no lo eran. Se tra
Muchos
seguros
taba más bien de hartura burguesa, de búsqueda bur
ficticios guesa de seguridades. Nosotros asumimos ese estilo de
vida tal como lo heredamos; nos criamos en él pensan
do que las cosas seguirían siendo así eternamente.
El cardenal Newman6 dijo que el cristiano común
-el ordinario y corriente- considera su religión como un
seguro de vida para la eternidad, pero que se adquie
Seguro de
re pagando la menor cantidad posible de cuotas. El
vida para la
eternidad razonamiento que da sustento a esa mentalidad es el si
guiente: "Aquí vivimos una vida tranquila y burguesa;
quizás sea cierto lo que dice la religión sobre la vida en
248
el más allá; por eso, tomemos aquí todas las medidas
para que lleguemos bien allá arriba". ¿Qué mentalidad
es ésta? Una sociedad burguesa engendra un cristianis Pocas cuotas
mo burgués; y un cristianismo burgués es un cristia de seguro
nismo chato que no sabe del coraje de ser cristiano, y
que sólo procura asegurarse un "buen pasar" futuro
("Hay que asegurarse el futuro").
Pero cuando llegan tiempos como los que están
viviendo los países que nos rodean, toda seguridad
burguesa en la que se vivía hasta entonces es aniquila Derrumbe
de la
da y el hombre vuelve a experimentar y vivenciar, seguridad
hasta las heces, el abandono que signa su existencia.
Esos tiempos exigen imperiosamente un coraje de hé
roes.
¿Qué les he esbozado hasta este momento?: El
riesgo de la infancia espiritual es el remedio contra ese
peculiar desamparo que constituye el gran problema
de este tiempo.
Pasemos ahora a reflexionar sobre dos temas.
Hablaré más pausadamente porque el primero de ellos
aún nos resulta bastante nuevo. Mañana nos entende
remos mejor; al fin y al cabo se trata de cosas que, qui
zás sin darnos cuenta cabal de ello, experimentamos
día a día. Pues bien, los dos temas son: la crisis del
tiempo y el rescate de nuestro tiempo.
Permítanme insistir sobre el hecho de que la falta
de cobijamiento es algo evidente. Toda la humanidad,
incluidos los cristianos, está profundamente sacudida
y conmovida por una serie de inseguridades y de
samparos. Al afirmar que la falta de cobijamiento y la Inseguridad
inseguridad que reinan hoy son extraordinarias, quie en todos los
ro decirles que toda la existencia cristiana y la existen niveles
cia del ser humano en general están plagadas de inse
guridades en todos sus niveles. Más adelante iré colo
cando otros acentos; por ahora les repito que la
inseguridad ordinaria de la existencia cristiana se ha
249
tornado extraordinaria. Los dos grados de intensidad
de la inseguridad que sufrimos y sobre la cual reflexio
naremos son así la inseguridad ordinaria y la extraor
dinaria.
Para comprender la crisis de este tiempo, tenga
La insegu mos en cuenta que la existencia del ser humano, la exis
ridad se ha tencia cristiana, está sumida íntegramente en la insegu
agravado ridad; y esa inseguridad se ha agravado de una manera
espantosa.
Enfoque psicológico
Miedo
250
Angustia
Tipos de miedo:
Miedo disimulado
251
cuando una vez tuvimos que marchar de noche por un
bosque o andar a campo traviesa y sentíamos un vago
terror. En esa situación, el muchacho disimula el páni
co cantando y silbando lo que se le viene a la mente.
Este es el caso del miedo "disfrazado", disimulado.
Observen cuánto miedo de este tipo padecemos en la
vida. Recordemos por ejemplo las vísperas de un exa
men, etc.; en esas horas saltábamos sobre los bancos y
los pupitres. ¿Por qué? porque así disimulábamos el
miedo que nos asediaba. Lo que nos impulsaba a obrar
así no era precisamente la alegría, sino la pulsión a des
ahogar el miedo.
Miedo simulador
Miedo desembozado
252
El cuerpo
253
El miedo se manifiesta, a nivel psíquico, en esta
Afectos
dos de inestabilidad de los afectos, excitación de los
inestables sentimientos y de los pensamientos. Fenómenos que
hablan igualmente de una situación de angustia.
Todos sabemos o intuimos muy bien el vasto aba
nico de posibilidades en que puede manifestarse el
miedo en nuestra propia vida.
El medio ambiente
254
potencia. De modo paralelo, cuando todo un pueblo
está afectado de una psicosis de miedo, ¡a ver si
encuentran en él uno solo que piense con sangre fría!
Hay gente que tiene miedo de ciertos animales: ra
tones, ratas y otras alimañas. Quizás nos haga gracia,
pero no es raro encontrar tales casos.
Los bienes pueden ser también desencadenantes
de fuertes estados de ansiedad. Aún en medio de una Temor a
gran estabilidad económica en el país, hay quienes pa perder los
decen un temor enfermizo de perder sus bienes, o de bienes
que la moneda se deprecie, etc.
Otros experimentan temor frente a ciertos tiem
pos, como los días Ubres, las horas del mediodía o de la
noche, etc...hay todo un abanico de posibilidades. Si
nos dejamos asaltar por el cúmulo de miedos que exis
te, ¡guay de nosotros!
Recordemos que suele haber asimismo miedo a la Miedo a
vida y al mundo. Hay gente que siente pánico al en enfrentar
frentar la vida y el mundo; es como si sintiesen el peso la vida
de todo el mundo sobre sus espaldas. A lo mejor uno
sonríe frente a estas cosas; sin embargo no es tan fácil
librarse de los miedos.
Más tarde hablaremos en detalle sobre la terapia
del temor; verán que sin el riesgo de la infancia espiri La curación
tual los remedios que se apliquen no surtirán su efecto.
Esos antídotos quizás alivien y suavicen un poco el
temor; pero si la curación es posible, ésta sólo se logrará
apelando a la audacia de una sencilla infancia espiri
tual.
Tomemos plena conciencia de este último pensa
miento, para tener así una visión más concreta del tema
del miedo. Más adelante lo demostraré con todo deta
lle, aunque debamos tomarnos más tiempo que el pre
visto. Uno de los frutos más bellos de esta meditación
es la posibilidad de contemplar su ideal a la luz y en el
255
marco de la crisis del mundo actual. Que ello les dé
renovadas fuerzas para encarnar su ideal y luchar por
él todos juntos como comunidad. No olviden que su
ideal es un gran regalo para el hombre de hoy.
Procuren rastrear otros estados de temor provoca
dos por circunstancias u objetos del medio ambiente.
256
Les repito que se puede atemperar estos temores
apelando a medios naturales. Pero en caso de ser cura Curación
bles, tal curación sólo será posible asumiendo el riesgo por la
de la infancia espiritual. ¡Hay que arriesgarse! No basta infancia
la infancia espiritual corriente, hay que asumir la espiritual
heroica
infancia espiritual heroica. ¿Se dan cuenta de que Dios
les ha regalado un ideal grande y hermoso?
El más allá
257
mera pregunta, la de la fenomenología del miedo. Pa
semos ahora a aquella del origen del miedo.
Esta pregunta ya está en parte contestada en la res
puesta que dimos al primer interrogante.
La angustia y la sensación de opresión se condicio
nan mutuamente. La causa puede residir en el cuerpo;
por ejemplo, la contracción de los vasos sanguíneos
suele estar unida a estados de ansiedad concomitantes.
Habría que agregar que si una persona afectada por el
temor sabe crear los contrapesos necesarios, su estado
interior no se evidenciará mucho a nivel corporal. Y
puedo lograr algo similar en otros casos de dolencias
físicas, como por ejemplo afecciones del aparato respi
ratorio, etc. Volviendo al tema inicial, recalquemos
pues que la enfermedad física y los estados de opresión
predisponen a la angustia.
Sin embargo la raíz más fina y peligrosa del mie
do es la misma psiquis humana. Tomemos por ejemplo
Grandes la estrechez de miras a nivel racional: soy muy limita
contextos de
mis miedos
do en mi manera de pensar, no logro percibir los gran
des contextos, me estanco en la percepción de lo
inmediato. Naturalmente, en un caso así seré presa de
todo un cúmulo de miedos.
El temor puede tener sus raíces en la estrechez de
la voluntad. En este sentido se habla de "estrechez per
Compulsión sonal", vale decir, cuando una persona da rienda suelta
del valer a un enfermizo afán de valer. Les advierto que la
mayoría de los estados de nerviosismo están unidos a
una compulsión de valer. Uno y otro punto aparecerán
en la lectura de la cena de esta noche. Es importante
que los que guían a otras personas, tales como directo
Ausencia de res espirituales, maestros y profesores, dominen bien el
una sana tema. Yo personalmente estoy convencido de que una
humildad gran parte de nuestros problemas nerviosos -si no to
dos- pueden atribuirse a un enfermizo afán de valer y
a una falta de sana humildad. Naturalmente, estoy ha
blando de problemas nerviosos a nivel funcional, y no
258
orgánico, ya que estos últimos se derivan de enferme
dades físicas.
Ese afán de valer patológico es lo que se llama en
psiquiatría estrechez personal. El individuo tiene en
esos casos una personalidad marcada por la estrechez; Dios en el
sufre un terrible miedo de ser subestimado. Procuren centro de
que esas personas rompan el cerco de ese afán de valer la mira
compulsivo, que coloquen más en el centro de su mira
a Dios, su Reino y su valor. Verán entonces con qué
rapidez se alivian los estados de angustia.
La audacia de la infancia espiritual es un remedio
directo para propiciar esa curación. El hijo gira en tor Se alivia
no del padre, y no alrededor de sí mismo. El padre es la angustia
la medida de las cosas, no el hijo. Captar esta verdad es
quebrar la estrechez personal, recobrar la salud o al
menos aumentar nuestra fortaleza y la resistencia. No
es necesario estar completamente sanos de los nervios
-el hombre de hoy "tiene derecho" a estar nervioso, lo
es por naturaleza y yo también vivo esa realidad- pero
sí podemos fortalecer nuestros nervios, hacerlos más
resistentes. Los nervios bien pueden estar un poco ata
cados, es lo normal. Pero les repito que debemos
esforzarnos para hacerlos más resistentes.
Una conciencia moral signada por una grave es
trechez de miras puede ser también causa de estados Miedo y
de angustia; suele ocurrir a menudo. Por eso hay que estrechez de
velar por una sana formación de nuestra conciencia. O mira
bien puede tratarse de la educación que se ha recibido
y que estuvo signada por la estrechez. Observen la re
lación entre las palabras "miedo - angustia" y "angos
tura, estrechamiento": ahí está la pista para nuestra
reflexión.
Existe también una estrechez religiosa que da pá
bulo a un sinfín de estados de angustia y temor. Creo Estrechez
que ya les hablé suficientemente sobre el tema y tienen religiosa
material en abundancia.
259
Estamos analizando la realidad de nuestra condi
ción humana y decíamos que ser humano significa es
tar cercado por una cierta angustia e inseguridad. Has
ta aquí hemos estudiado ese estado desde el punto de
vista psicológico.
Enfoque filosófico
* Perícopa: fragmento
260
Lo sabemos a la luz de muchas experiencias que
nosotros mismos hemos hecho. Otras personas de
nuestra edad viven sin seguridades económicas, mien Hay
desamparo
tras que nosotros gozamos de bienestar en esa área. La y amparo
constante del desamparo puede darse en todos los pla
nos de la vida: el económico, el espiritual, el social, etc.
Mediten la parábola del hijo pródigo y allí verán cómo
se da el desamparo y el amparo: el hijo que partió cul
minó en el desamparo, mientras que el que se quedó en
casa disfrutaba de bienestar económico.
Observen al hijo pródigo, el que vivió tanto tiem
po en el extranjero. Al principio nos resultaba antipá
tico, pero al final de la historia se nos hace muy simpá Amparo
tico. Fíjense en que este muchacho pasa de una situa en un plano
ción de falta de cobijamiento a una plenitud de seguri superior
dad y protección. Esta trayectoria de su vida nos da el
fundamento de la segunda ley, que más adelante
estudiaremos: el sentido del desamparo de la existen
cia humana es el amparo en un plano superior.
Meditemos ahora sobre el hijo que quedó junto a
su padre. Al principio nos caía en gracia y al final nos
resulta muy antipático. La parábola no nos dice cómo
es en detalle su situación definitiva. Sabemos que se
Cuando
quedó en casa y se sentía muy cobijado. Pero al retor retorna su
nar el hijo perdido y ser recibido gozosamente por su hermano
padre, al salir aquel hijo de su situación de desamparo
y conquistar un cobijamiento más elevado, se nos pre
senta como un hombre totalmente desamparado; está
confundido, no se siente ya en su propio hogar y quiere
reñir con su padre.
Me parece que estas ideas se les antojan un poco
extrañas y lo comprendo. Por eso dedicaré otra confe
rencia completa al tratamiento del tema, para que apli
quemos el caso a nosotros mismos y nos fortalezcamos
un poco en este campo de las tres constantes citadas. La
mira de nuestras reflexiones está puesta en alcanzar
una visión correcta del riesgo de la infancia espiritual
261
que quede grabada indeleblemente en nuestra mente y
nuestro corazón.
262
te inestabilidad en su destino; en otros esa inestabilidad
es menor.
Mediten el dicho: "Ayer caballero, hoy va
quero"...Observen además la situación en los países ve
cinos: ayer gobernaba el Partido del Centro, quien tenía
sus hombres y sin el cual no se hacía nada en el estado
ni en la sociedad...¿Y hoy? Los que adhieren al Partido
del Centro deben contentarse con que se les respete la
vida. ¡Inestabilidad en nuestra propia vida e inestabi
lidad en la política!
Existe también una inestabilidad económica; segu
ramente conocen gente que en un tiempo fue muy rica
y luego cayeron en la pobreza. Y por último hay tam
bién inestabilidad en la vida religiosa.
Recuerden entonces que la nota de toda vida hu
mana es la disparidad y la inestabiliad, que a su vez
manifiestan práctica y concretamente nuestra condi
ción de seres pendulares.
Ahora tenemos la hermosa tarea de estudiar estos
dos rasgos de la condición humana en las distintas
áreas de la vida. En el hombre distinguimos los planos
instintivo, intelectivo y espiritual. Mañana examinare
mos cómo se expresa el desamparo y la inseguridad del
cristiano en cada uno de esos estratos del ser o niveles
de la vida humana. Pero ya les adelanto cuáles son esas
manifestaciones: en el plano instintivo, la crisis de
"fortuna" (una formulación que tomo de Nicolás
Maquiavelo7); en el intelectivo, la crisis de conoci-
263
miento; y en el espiritual, la inseguridad en torno de la
propia salvación.
Me parece que tendríamos la obligación de medi
tar sobre cómo se dan esas distintas crisis en nuestra
propia vida y comprobar así que también nosotros su
Cobijarse
en Dios frimos mucho el desamparo en cada uno de los tres
niveles mencionados. De esa manera nos prepararemos
mejor para avizorar el lucero resplandeciente de la in
fancia espiritual y comprenderemos que el sentido del
desamparo humano es el cobijamiento en Dios Padre.
La asunción del riesgo de la infancia espiritual es
por último lo que nos permitirá superar las crisis. Por
eso debemos estar agradecidos de experimentar dicho
Una filiali sufrimiento en carne propia, ya que así descubriremos
dad sencilla personalmente el sentido que él entraña: animarse a
y heroica
una filialidad sencilla y heroica.
264
Decimotercera Conferencia
EL HEROISMO DE
LA ENTREGA A DIOS PADRE
Recapitulación
265
Crisis de fortuna y desamparo
El hecho
Causas
266
paro de la vida humana. En el final de la conferencia
anterior hablábamos de la crisis de fortuna. Decíamos
que el término provenía de Maquiavelo, un hombre Anticipo de
que de alguna manera se había anticipado a su tiempo. Maquiavelo
Fue un pensador frío y dado al cálculo, pero a la vez un
buen conocedor del hombre. A la luz de sus observa
ciones y experiencias de vida constató que son dos los
poderes entre 'los cuales el hombre se debate: uno
racional y otro vital. Al primero lo llamó "virtü" y al
otro "fortuna". Fortuna es la fuerza alógica e irracional
del destino. ¿Qué quiso decirnos con estos conceptos?
¿Qué vivió y qué enseñó Maquiavelo? Los hombres Dominar
deben esforzarse por acceder al poder valiéndose de la la vida
razón y así dominar la vida. Por la razón y el cálculo se accediendo
puede dominar muchos de los ámbitos donde se des al poder
pliega la vida humana. En nuestra época vemos y escu
chamos lo mismo entre los políticos de los países
vecinos. Quien hoy detenta el poder...¡cómo se ha
adueñado de la vida!
Maquiavelo fue lo suficientemente sagaz como
para advertir que con la mera razón no se puede domi
nar por completo la vida y que sobre el fondo oscuro La fuerza
de la existencia humana hay cosas que no se someten irracional
al imperio de la razón. A esa entelequia oculta la llamó del destino
fuerza alógica e irracional del destino y puede ser estu
diada al tratar los temas de la legitimidad ontológica de
las cosas, las catástrofes naturales y la existencia de una
oscura omnipotencia universal.
Quien comprenda cabalmente nuestra consigna
favorita "ordo essendi est ordo agendi" entenderá lo
que nos quiere decir Maquiavelo. Vuelvan a observar
la situación en los países vecinos...Cuando las revolu
ciones despojan al ser humano de su libertad personal,
se convierten en revoluciones "ontológicas" porque
lesionan la legitimidad ontológica de las cosas y por
eso están condenadas a fracasar un día.
Por otro lado no olvidemos que los dictadores y
267
aquellos que tienen un manejo de la psicología de ma
sas, poseen una habilidad especial para crear entre sus
subordinados la ilusión de libertad. Mientras logren
mantener ese espejismo de libertad, la revolución que
propician seguirá en pie. Pero tan pronto como los en
gañados adviertan que se los ha despojado de lo más
personal, de su libertad, se acaba la revolución o bien
se produce una carnicería espantosa.
Recordemos que lo mismo sucederá si en el trato
con la mujer cometo algo en contra de su manera de
Situaciones ser. Obrar en contra del ser engendra situaciones que a
insostenibles la larga son insostenibles. Por eso todo dictador, caudi
llo o dominador de la vida depende por último de la
estructura ontológica de las cosas.
En este campo lo importante es discernir y mante
No exigir ner una orientación y actitud adecuadas, vale decir, no
nada contra exigir jamás algo que vaya contra el ser mismo de las
el ser de cosas. Esa conducta me protegerá de la fuerza alógica
las cosas e irracional del destino.
La fuerza del destino se manifiesta también en lo
que comúnmente llamamos catástrofes naturales. Ya lo
Catástrofes saben por experiencia: súbitamente se cubre el cielo de
naturales nubes de tormenta y se desencadena la tempestad con
terrible fragor de rayos y truenos. ¿Cómo resguardar
se de un suceso tan repentino? Quizás se pueda tomar
tal o cual medida de precaución, pero no hay nada que
garantice una seguridad absoluta.
Una última forma de manifestación de la fuerza
alógica del destino es la oscura omnipotencia que pa
rece regir la suerte de todo el mundo y de cada hombre
Una fuerza con la despreocupación y los caprichos de un niño.
alógica
Reparen en la fina observación de la vida que subyace
en estos postulados de Maquiavelo. Así sucede real
mente. Al acontecer mundial no podemos darle una
explicación exclusivamente racional o reducirlo a la
causalidad de factores concretos; siempre queda un
268
margen enorme de ambigüedad, como si se tratase de 1
un caprichoso juego de niños.
El filósofo Heráclito1 fue un gran observador de la
vida. Pues bien, al meditar sobre la realidad concluyó
con estupor: "¡Caramba!, detrás de todo acontecer pa Heráclito:
rece que hay un "logos alógico"! Palabras curiosas y un logos
bellas...¿Qué quiso decir? En el devenir del mundo alógico
existe mucho de razón, pero también de sinrazón.
Meditemos estas cosas y hechos tan descarnados para
salir un poco de nuestra seguridad burguesa. Heráclito
va más allá y se dice: "Pareciera que detrás del aconte
cer del universo hubiese alguien que jugase con el
mundo como un niño dedicado a su juego". En efecto,
los peones son puestos y quitados del tablero como si
obedeciesen a la voluntad antojadiza de un chico, a la
que llamamos oscura omnipotencia universal.
Solución
269
mos cultivado una fe "ingenua", ya tendremos solucio
nado prácticamente estos enigmas del mundo y de la
vida. Pero aún no hay respuesta para las otras personas
Me entrego
que me rodean ni tampoco para mi propia razón. Esos
a Dios Padre
enigmas han sido dilucidados sólo por nuestra infancia
espiritual. La salida definitiva de esta maraña y terrible
tiniebla sólo puede brindarla el riesgo de la entrega:
"Yo me entrego a ese Dios Padre", o bien: "Cierro mis
ojos y me abandono ciega y sencillamente a Dios"...¡El
riesgo de la infancia espiritual!
A esa fortuna, vista ahora en su forma más cruda
como desamparo ante una oscura omnipotencia uni
versal, suele llamársela también "crisis de Job". Tenien
do en cuenta nuestra manera de vivir, quizás no la
hayamos experimentado nunca. ¿Por qué? En parte
porque no meditamos consecuentemente nuestra pro
La crisis pia vida y en parte porque somos muy creyentes. Si
de Job este último es nuestro caso... bueno, no hay mayor pro
blema; pero si es el primero, creo que deberíamos refle
xionar sobre la crisis de Job en todo su espanto, negru
ra, tiniebla e incertidumbre. Por favor, vuelvan a
considerar la situación en los países vecinos, donde la
crisis se puede palpar con las manos. Que cada religio
so tome conciencia de que hoy, en cualquier momento,
puede verse asaltado por la crisis de Job. Por eso sería
bueno que meditasen de antemano el tema, para saber
dónde está la solución.
En esas horas decisivas hay un pensamiento muy
bello que nos puede ayudar: Somos seres pendulares,
y por eso nuestra seguridad es aquella del péndulo. Lo
Seguridad que nos dará seguridad definitiva en un plano superior
en un plano es el riesgo de una entrega sencilla y simple al Padre.
superior
Afírmense con tiempo sobre este fundamento, de lo
contrario, ¡cuánta confusión y desilusión cuando los
alcance la crisis de Job! Nos acosará como un león vo
raz. Para cobrar ánimos y arriesgarse realmente al he
roísmo de la infancia espiritual, es necesario redoblar
270
los esfuerzos en el cumplimiento de la meditación y en
la observancia de sus Constituciones y todos los me
dios que su comunidad les pone a disposición para el
cultivo del espíritu.
Contemplen la situación de nuestra sociedad a
escala mundial. ¿Cómo le responde el hombre a esa
oscura omnipotencia universal? Con la rebeldía. Esta
actitud es comprensible ya desde un punto de vista
puramente psicológico: entrega o rebelión; entrega que Entrega o
desafía y supera toda tiniebla o, de lo contrario, una rebelión
terrible rebelión. Mañana les brindaré otros enfoques
sobre este tema y les expondré cómo en los países ve
cinos la actitud fundamental es: "Rebelión contra el
destino, cueste lo que cueste. En alas del espíritu de
aventura, arrojarse al agua y nadar a brazo partido...
¿que adonde voy? No lo sé...".
Meditemos cuál de estas actitudes es la nuestra.
Permítanme dar la respuesta en nombre de la mayoría:
nuestra actitud no es en verdad la rebeldía de que ha
cen gala nuestros adversarios; pero tampoco es la en
trega totalmente heroica, simple y filial. En muchos de
nosotros subyace una buena dosis de rebeldía frente a
las dificultades que nos plantea la vida, tales como Amargura
aquellas con los superiores y en todas las otras áreas a como forma
de rebelión
las cuales ya hice referencia. Si me dejo arrastrar a la
amargura por esas dificultades (ya les dije que nuestros
conventos y parroquias están llenos de hombres amar
gados), ¿no es esa misma amargura una especie de
rebelión?
Adviertan que si al abordar esas dificultades no
nos esforzamos por ser heroicos, nos derrumbaremos.
La rebeldía en la que podemos incurrir no es necesaria El quietismo
mente una orientada sin más ni más contra Dios, sino es otra
esa especie de acedía que suele invadirnos y que, repi forma de
to, es una forma de rebeldía contra la Providencia. Lo rebeldía
que puede salvarnos de todos estos tipos de crisis (de
fortuna, de Job, etc.) no es otra cosa que la asunción del
271
gran riesgo de la infancia espiritual. Suficiente por hoy;
mañana concluiremos la meditación de estos pensa
mientos.
272
Decimocuarta Conferencia
Recapitulación
273
gran riesgo de la infancia espiritual. Suficiente por hoy;
mañana concluiremos la meditación de estos pensa
mientos.
272
Decimocuarta Conferencia
Recapitulación
273
camino es el del heroísmo en la entrega a Aquel que
está detrás de la oscuridad. Dios es padre, Dios es bue
no, bueno es todo lo que El hace...
Para tales situaciones de crisis de Job o crisis de
fortuna, la Sagrada Escritura nos ofrece un hermoso
Obligar pensamiento: "Buscad primero su Reino y su justicia, y
a la
Providencia
todas esas cosas se os darán por añadidura" (Mt 6,33).
Creo que deberíamos tomar estas palabras al pie de la
letra. Cuando nos asalte la crisis económica, no sólo el
ecónomo de la comunidad sino todos nosotros de
bemos hacernos cargo de la misma. ¿Qué hacer para
cumplir de la mejor manera nuestra responsabilidad en
esta área? Aspirar a la santidad que exige nuestro esta
do, aspirar al heroísmo de la infancia espiritual. Creo
que de esa manera "obligaremos" a la sabia Providen
cia divina a suministrarnos los medios necesarios para
Dios nos nuestra subsistencia. Más adelante, cuando tratemos el
abraza tema de la pobreza, volveremos sobre este punto. En
con mayor este contexto me parece que nunca será suficiente el
calidez énfasis que pongamos en que lo fundamental y lo más
importante es aspirar a la infancia espiritual. Si esas
crisis nos impulsan a arrojarnos más decididamente en
los brazos de Dios, pueden estar seguros de que Dios
volverá a abrazarnos con mayor calidez.
Creo que lo mismo vale para nuestras vocaciones.
Hablando con toda franqueza, debo reconocer que
aquí, en Suiza, hay una gran competencia en cuanto a
la captación de vocaciones. Hasta es posible que a ve
ces se caiga en actitudes poco generosas como, por
ejemplo, que varias comunidades religiosas se disputen
entre sí un mismo candidato...¡Imagínense los humos
que tendrá después ese muchacho y lo que pensará de
sí mismo!
Permítanme comentarles lo que pienso sobre este
último punto. Si somos una comunidad que se esfuer
za realmente por mantener en alto el espíritu de la in
fancia espiritual, entonces si yo fuera Dios -permítan-
274
me esta comparación y lenguaje tan humanos- enviaría
a mis hijos más queridos allí donde recibirán la mejor
educación. Vale decir, si cultivamos el verdadero espí
ritu, ese espíritu atraerá a otros. Naturalmente hay que
hacer también la propaganda adecuada; pero les
advierto que si nos aferramos en exceso a esos medios
materiales, a la larga alcanzaremos lo contrario de lo
esperado. Es evidente que no podemos abordar a esas Contrario de
posibles vocaciones sólo con el mero planteo de exigen lo esperado
cias. Si nos empeñamos efectivamente en cultivar el es
píritu de la comunidad, vale decir, el espíritu de la in
fancia espiritual, de la entrega sencilla y heroica a Dios,
¿no les parece que Dios velará entonces por nuestra
subsistencia económica y por buenas vocaciones? Por
supuesto, no hay que dejar de lado una cuota de pre
ocupación de nuestra parte; sí, hay que preocuparse,
pero sin caer en la ansiedad \
Traten de aplicar con realismo estos pensamientos
a su realidad concreta.
De manera similar, procuremos comprender y
aplicar objetivamente lo que hemos escuchado sobre las
otras crisis anejas a la existencia humana.
1. Cf. Mt 6,25-34
275
monstruoso de inseguridad se abrirá bajo nuestros
Perdemos
pies. Perderemos la seguridad de que la trascendencia
seguridad en sea una realidad tan absolutamente segura como lo
la trascen enseñamos a los demás; que no es tan "matemática
dencia mente" cierta como pensábamos.
Incertidumbre filosófica
276
sideraría a esos principios como no verdaderos. Su te
sis era que había que enfrentar a nuestra propia capa
cidad de raciocinio con una actitud de radical descon
fianza. Hablaba así de un "genius malignus, summe La duda de
potens et summe callidus" (genio maligno, poderoso y Descartes
astuto en grado sumo). En efecto, podemos engañarnos
con bastante frecuencia. Descartes comienza a hacer de
la Metafísica un criticismo; y luego le hicieron coro
muchísimos otros filósofos. ¡Cuántas angustias se aba
tieron desde entonces sobre tantos pensadores! Traten
de imaginar las penas de Tántalo3 que sufre el hombre
de hoy cuando aventura su pensamiento en este
terreno, que se le presenta absolutamente inseguro o al
menos incierto.
Ese criticismo del que hacíamos mención tiene
enormes desventajas, pero para nosotros tiene también
la gran ventaja de advertirnos que no hay que presen
tar las cosas en un santiamén como si todo fuese ya
absoluta y matemáticamente seguro.
En este punto les recuerdo una frase de Pascal4
que aún no les he citado. Personalmente me ha resulta-
277
do de mucho provecho en esos momentos cuando me
planteo la pregunta de por qué Dios ha cercado de
tanta oscuridad nuestra razón. Pascal nos dice -y me
¿Por qué gustaría repetirles su respuesta para que cale bien hon
hay tanta do en nuestro corazón- que Dios puso sus miras ante
oscuridad? todo en la voluntad del hombre; nosotros diríamos: "en
el amor del hombre". Dios quiere el amor, vale decir, la
voluntad del hombre. Pascal añade que si Dios hubie
se dado a la razón humana una luz y una seguridad
absolutas, se correría el peligro de que la voluntad del
hombre quedase sin cultivo alguno.
Les pido a todos aquellos que hayan experimenta
do problemas similares que reflexionen sobre si éste no
A menor es acaso el sentido de la incertidumbre intelectual. No
seguridad pregunto por la causa, sino por el sentido. A pesar de
intelectual, toda esta incertidumbre que cargamos sobre nosotros,
mayor unión
Dios nos ayuda a hallar y recorrer el camino de este
con Dios
mundo, tan oscuro a veces como boca de lobo. "La ma
yor de todas ellas es la caridad" (1 Co 13,13). Cuanto
menos seguridad se tenga a nivel intelectual, tanto
mayor debe ser la fervorosa unión a Dios de nuestro
amor y voluntad.
Más adelante, cuando arribemos al punto culmi
nante de nuestras reflexiones, les explicaré con mayor
detenimiento en qué consiste la cumbre de este riesgo.
Máximo Pero permítanme adelantárselo un poco: ella consiste
amor con en arriesgar un máximo de amor basándose en un mí
seguridad
mínima nimo de conocimiento puramente natural. Les hablo de
"un mínimo" con toda intención. Parto del supuesto de
que todos nosotros somos buscadores a nivel intelec
tual y deseamos tener seguridad definitiva sobre los
interrogantes que nos inquietan. Desde este punto de
vista les hablo pues de "un mínimo".
Pero desde otro ángulo hago referencia también a
una luz abundante. Tenemos mucha claridad y luz;
pero al abordar la vida concreta y lo que debemos ha
cer, descubrimos que esa luz es sólo un mínimo de se-
278
guridad puramente humana. En resumen, sobre la base 1
de ese mínimo de seguridad y certidumbre puramen- ’
te naturales debemos asumir el riesgo de un amor y de
una entrega de la voluntad lo más grande posible.
Goethe nos dio en cierta oportunidad un consejo
similar: "Mientras estés sereno habrá una solución". La
expresión "estar sereno" podemos interpretarla con Soledad y
todo derecho en el sentido de no andar de prisa, no compañía
correr detrás de las cosas, ni vivir la vida simplemente de Dios
arrojándonos a ella, sino más bien cultivar la soledad y
la compañía de Dios. Si obramos así, habrá aún solucio
nes para lo que enfrentemos. Aquellos de nosotros que
tenemos más años de vida y hemos asumido muchas
luchas en el plano del espíritu, deberíamos hallar a la
luz de la infancia espiritual una solución brillante para
todos los problemas.
Sería bueno que nosotros, que en el futuro aborda
remos la tarea de proclamar la infancia espiritual al
mundo de hoy, vivenciemos personalmente algo de esa
inseguridad espiritual de nuestro tiempo, para que así,
al predicar el mensaje de la infancia espiritual, nuestro
testimonio esté saturado de valor y los hombres que
nos escuchen se sientan íntimamente comprendidos.
En otra oportunidad, Pascal dijo que el corazón tie
ne su propia lógica y la razón, la suya. Así es, si ama
mos a Dios, para la razón será fácil decir "sí" a todo lo Afecto
que El quiera. Se trata de verdades que ya nos enseña- piadoso de
ba la escolástica, cuando hablaba del pius credulitatis credulidad
affectus (afecto piadoso de credulidad). He aquí la ló
gica de la voluntad. Es el corazón quien tiene que que
rerlo; así fue siempre. No piensen que la palma en este
campo se la lleva lo racional o intelectual.
De todas maneras, ustedes perciben que entre la
intelectualidad de hoy reina una cierta crisis de cono
cimiento en torno de los principios primordiales. No se
los digo como invitación a plegarse a esa crisis que pue
de afectar nuestra salud espiritual. No; creo que hoy
279
podemos afirmarnos con confianza en el terreno de la
escolástica. No obstante les repito, para que lo ten
Incerti-
dumbre gamos claro: una cuota de cierta incertidumbre es parte
intelectual de la naturaleza humana; la certidumbre no es tan
absoluta como solemos representarla comúnmente, lle
vados por nuestro afán humano de tener en esta área
una certidumbre matemática y no sólo una certidum
bre metafísica, ni mucho menos una física o moral.
280
herramientas de la razón-, de entender su necesidad
ontológica -no causa sui, sino ratio sui ipsius (no apun
tando tanto a las causas de su existencia cuanto a la
razón de ser de sí mismo)-; o dicho con otras palabras,
frente al interrogante de la necesidad y la perfección
ontológicas de Dios, Kant soha preguntarse por qué esa
necesidad y perfección ontológicas son atributos de El
y no del hombre.
Quizás este planteo kantiano nos haga son
reír...Pero tengamos en cuenta que para un intelecto
humano afirmado exclusivamente en el terreno de la
razón, esas preguntas constituyen problemas muy se
rios. Todo nos habla nuevamente de un espacio de
inseguridad en el que se mueve el hombre. Hay una
crisis de conocimiento...¡Deo gratias! No percibir esa
crisis de conocimiento a causa de nuestra apatía perso Crisis de
nal no significa ninguna virtud de nuestra parte, pero conocimiento
sí cuando ello se deba a que ya hemos hallado la segu
ridad en un plano superior. Permítanme retornar al
ideario de Pascal y preguntarles de nuevo dónde ha
puesto Dios miras. Dios apunta a un perfeccionamiento
de nuestra voluntad. Si la razón no permaneciese en
una cierta penumbra, la voluntad se deslizaría hacia la
abulia. Todos tenemos algunas experiencias en este
sentido, hechas en la vida práctica. En efecto, conoce
mos muchas personas muy dotadas intelectualmente y
con muchas energías, pero en cuanto a su volun
tad...terminan por ser verdaderos canallas, porque su
voluntad no quiere vincularse a Dios.
281
Inseguridad general
Causas
282
con Dios, su diálogo de amor con el Altísimo. Estoy
convencido de que Dios procede así con el hombre en
razón de un amor y una sabiduría inmensos y plenos
de ternura.
Nosotros, hombres religiosos, ¿no estamos acaso
expuestos al peligro de sucumbir en cualquier momen Seguridad
to a un refinado egoísmo? Permítanme una formu en el
lación bastante atrevida: quizás no haya personas tan convento
egoístas como las religiosas. ¿Por qué abandonamos la
inseguridad del mundo? Para hallar la seguridad en el
convento.
Recuerdo una conocida frase de San Francisco de
Sales: busquemos al Dios de las consolaciones y no las
consolaciones de Dios. Posiblemente estas palabras les
aclaren un poco el punto que estamos tratando.
Ya que como religiosos corremos seriamente el pe
ligro de abandonar el mundo sólo para buscar las
consolaciones de Dios en una comunidad, Dios, por A veces
amor a nosotros, nos apartará de sí muchísimas veces Dios nos
sumiendo nuestra razón, voluntad y corazón en la aparta
oscuridad y las tinieblas. El obra así para educarnos
adecuadamente como hijos suyos que gozan de los
mismos derechos de su propio Unigénito. Debemos
aprender a girar como niños en torno del Padre; no
esperemos que El sea quien gire en torno de nosotros;
por eso el Padre nos educa en la abnegación. Dios nos
aparta una y otra vez de sí para hacernos verdaderos
hijos suyos.
Mediten sobre la vida de los místicos. Verán que
en los estadios más elevados de su camino de perfec La noche
ción sufrieron como ninguno esas dos características de oscura de
la vida: divergencia e inestabilidad. Reflexionen sobre los místicos
el tremendo abandono que sufrieron de parte de Dios;
piensen en la noche oscura del alma, de los sentidos,
del espíritu. Las almas con dotes místicas extraordina
rias padecen pruebas extraordinarias. Es una ley
universal: Dios Padre educa a su hijo para que llegue a
283
ser realmente su hijo; por eso, cuanto más lo atrae ha
cia sí y lo quiere asemejar a sí, tanto más procura des
ligarlo de su egoísmo enfermizo.
Reflexionen sobre la vida religiosa y cómo en ella
se documenta la diversidad de destinos y la inestabili
dad de las cosas.
Diversidad
284
profunda abnegación que entraña esta actitud: hoy en
la palma de su mano, mañana quizás en el lodo, u ol
vidada en el sótano y finalmente tomada y tratada con Solución
todo cariño. Mediten este tipo de entrega a Dios...¿Se a los
problemas
dan cuenta entonces de lo que significa ser un hijo del más graves
Padre? En la filialidad está la solución de los problemas
más graves de la vida; no en los discursos brillantes,
sino sólo en decir "sí" con sencillez, ya sea que se nos
trate como pelota vasca o como pelota de fútbol...no sé
cual de ellas reciba el trato más duro.
En Santa Teresa de Avila hallamos una idea simi
lar, pero formulada con otra imagen. El mundo, la re
ligión y cada persona están como ante el tablero, jugan
do al ajedrez con Dios7. Santa Teresa medita sobre Con la reina,
cómo hacer jaque mate al Rey, a Aquel que rige el mun Jaque mate
do, al Padre del Cielo, y concluye que ello es posible a Dios
valiéndose de la reina. Si la reina se destaca por un
amor y una humildad heroicas, pondrá al Rey
enseguida en jaque y le hará mate8. Observen cómo
285
aquí se vierte plásticamente -quizás con una imagen
El se deja más atractiva aún- lo que expresábamos con la sencilla
ganar formulación: "Riesgo de la infancia espiritual": el Padre
se deja ganar por la simplicidad y la infancia espiritual,
y no por otra cosa.
Inestabilidad
286
Santa Teresa de Jesús (1515-1582)
287
Ahí comienza la lucha ciclópea. Este es el estado
en el que se despierta "el mundo" en el alma del hom
bre religioso; en el que hacen eclosión todos los instin
tos; en el que el alma se ve atormentada por las tenta
ciones con una violencia mayor a aquella padecida en
años juveniles. Se reencienden todas las pasiones, in
cluso las que hasta ese momento habían estado ador
Todas las
pasiones se
mecidas. La persona se experimenta toda ella como un
encienden gran tumulto, un escenario de luchas, un campo de ba
talla. Quizás he cargado un poco las tintas en esta des
cripción, pero cada uno de nosotros ha hecho, a su ma
nera, la experiencia de este estado interior. Y quizás pa
ra algunos esta descripción sea aún demasiado agua
da...
288
ñas de ejercicios espirituales. Si llegasen a notar que se
encuentran realmente en una situación así, aprovechen
estas cuatro semanas para luchar con Dios. El místico
Juan Tauler9 dijo que "la serenidad en el abandono es
la suprema perfección". Recuerden estas palabras. Esa
actitud sería auténtica hombría, o, si prefieren, la cima
de la infancia espiritual. Cuando pongo en mis labios la
expresión "infancia espiritual", lo hago siempre
considerándola lo más grande que hay en el cielo y en
la tierra.
A la luz de lo meditado pueden comprender me
jor a Santa Teresita, cuando dice que ella es como una
pelotita de Dios. Ya no lo tomaremos como mera fan
tasía; ya no hablamos de "sentimientos dulzones", no;
ahora el hijo, en el calabozo del abandono, debe excla
mar sin cesar, con sencillez y plegando totalmente su
voluntad a aquella del Padre: "¡Sí, Padre! ¡Ita, Pater! ¡Lo
acepto sin resistirme!"
Al contemplar nuestra vida pasada observamos
que a menudo hemos aprovechado mal esas situacio
nes tan difíciles. Muchas veces nos sumieron en la
amargura, en el resentimiento contra Dios y la comuni
dad y sus superiores. No obremos así; suframos, diga
mos que tal o cual cosa no es justa (volveré sobre el
punto más tarde, cuando hablemos de la obediencia)
pero no nos amarguemos; antes bien, descubramos
detrás de todo la mano de Dios que lo permite.
289
En esas horas se manifiesta la verdadera santidad.
La santidad no consiste en experimentar cálidos senti
mientos. Naturalmente, si Dios los da, démosle gracias,
pero no pensemos que son lo fundamental. La verda
dera santidad reside en el abandono filial, en la entre
Verdadera ga filial de sí mismo. ¿Cuándo abandonarse a Dios si
santidad no en esos momentos en los cuales callan todas las
campanas y respiramos sólo el aire de la cárcel? Esas
son las situaciones donde crecemos como hijos de Dios.
Les recuerdo aquel paso del Cantar de los Cantares10,
¿Cuándo cuando el novio atisba por sobre los muros...El deja a
abandonarse su hijo en la prisión. Pero sólo es una metáfora. En ta
a Dios? les situaciones el Padre del Cielo está más interesado
que nunca en nosotros. En esos momentos se decide si
El puede tratarnos como sus hijos, o no sé cómo. Si nos
ponemos dócilmente a su disposición, a pesar de no
saber lo que pueda hacer con nosotros, sí sabemos
empero que lo que haga será para nuestro bien, para su
glorificación.
Nuestra comunidad es joven y se está empeñando
por formar santos entre sus filas. Nuestra Familia se ha
lla aún en su etapa inicial y por eso tanto ustedes como
Suprema
yo esperamos que Dios nos atraiga fuertemente hacia
perfección
sí; de ahí la importancia de aprovechar esos momentos
de abandono. Vendrán con toda seguridad; de no ser
así, ello significaría que hay algo que no está en orden.
Naturalmente no hace falta que vengan con tal o cual
matiz, pero vendrán inexorablemente. Serenidad en el
abandono es suprema perfección.
Inseguridad en particular
290
la relación con Dios, de la revelación divina o bien de
mi salvación personal en sentido estrictísimo.
Creo que estamos de acuerdo en lo esencial; cono
cemos el significado de todas estas crisis para nuestro
desarrollo y somos concientes de que ellas pertenecen
al núcleo de la existencia humana. Les será de mucho
provecho abordar estas realidades con naturalidad. Si
las consideran como cosas extraordinarias no estarán
ya asumiendo la actitud correcta ante ellas.
Diversidad
291
claridad. ¡Qué pena Dios mío! ¿o acaso habría que de
Como el cir: ¡Gracias Dios mío!? Depende... Hay hombres a
cazador a quienes Dios persigue como el cazador a su presa, que
su presa no descansa hasta que ésta se le rinda. Y hay otros
hombres a los cuales Dios parece volverles continua
mente la espalda.
Detengámonos un poco y meditemos a cuál de
estas dos clases pertenece cada uno de nosotros. Esta
¿Me mos en ejercicios espirituales y no queremos dorarnos
persigue la píldora. ¿Me persigue Dios? ¿Me llama El de alguna
Dios? manera, como lo llamaba por entonces a San Agustín
diciéndole por boca de un niño: ¡Tolle, lege! (tómalo y
léelo)11 hasta que yo abra el libro de sus misericordias?
¿Cómo me ha tratado Dios hasta ahora?
Digamos, en resumen, que las no coincidencias en
mi relación de amor con Dios tienen como causa prime
ra a Dios mismo; pero nosotros somos la segunda.
Frente a ese Dios que nos habla y actúa en nues
tras vidas podemos asumir tres actitudes. La primera
es la indiferencia: le volvemos la espalda. La segunda
Indiferencia, es la rebeldía. No tolero que El perturbe mi tranquili
rebelión y dad. La tercera es la entrega sin reservas. ¿Cuál de ellas
entrega
es la varonil? En mi relación de amor con Dios mucho
depende de la manera en que me doy a El y en cómo El
se me brinda.
San Agustín decía: "Timeo Dominum prae-
tereuntem"...Temo al Señor que pasa y golpea la puerta
de mi corazón...y que al no abrirle siguió su camino.
Quizás el Padre del Cielo se canse de golpear cuando
Temo que
se canse
no se hace caso de sus llamadas. Meditemos si muchas
veces no ha sido ésa nuestra actitud. Dicho con otras
palabras, en los momentos difíciles de mi vida, de mi
vida interior y aquella de la comunidad, ¿he luchado
con energía? La medida de esa lucha les dará la medi-
11. San Agustín, "Las Confesiones", VIII, 12, en: Obras de San
Agustín, op. cit, pág 339.
292
da de su propio crecimiento o bien de su disminución. 1
¿Se trata de ser hombres adultos o bien niños peque- ¿Cómo me
ños? Cuánto más pequeños nos hagamos como hijos comporté?
más hombres seremos. ¿Me comporté en esas dificulta
des como un hombre o lo hice con sencillez y filia
lidad?
Dios es quien nos envía esas pruebas y nos enviará
más en el futuro. Quizás no nos envíe otras de otro tipo
porque quizás no las superaríamos.
Inestabilidad
293
¿Existe realmente una revelación sobrenatural?
¿Revelación ¿Nos fue concedida solamente a nosotros? ¿Ha sido co
sobrenatural? rrectamente interpretada? Se trata de preguntas muy
serias. Cuando vayan a trabajar en los países de misión
y vean que allí se ha desarrollado también una sana
cultura, quizás se planteen estos interrogantes sobre
¿Podemos nuestra propia fe. Y tanto más urgente se nos harán
compro estas preguntas al contemplar los países vecinos, don
barla? de se está gestando otro tipo de sociedad: ¿Cómo es la
revelación? ¿Podemos realmente comprobarla? Sabe
mos que los praeambula fidei (preámbulos de la fe)
sólo nos brindan una seguridad moral. Aun cuando
demostrase todo desde el punto de vista científico,
nunca obtendré una seguridad matemática.
La meditación sobre Cristo me lleva al campo de
la revelación en sentido amplio. Contemplen a Jesús y
hallarán que más allá de toda divinidad existe en su
Tensión
persona una tremenda dosis de humanidad. A veces
entre lo
divino y lo no se sabe cuál de sus dos facetas quiere mostramos, si
humano la divina o más bien la humana. Además hay momen
tos en que lo divino pasa totalmente a un segundo pla
no. Sea como fuere, en la vida de Cristo observamos
una continua tensión entre el elemento divino y aquel
humano.
Les repito que hay horas en las que lo humano res
plandece con tal intensidad en Cristo que eclipsa casi
totalmente a lo divino. Piensen en el instante de la
muerte del Señor: "¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me
has abandonado?" (Mt 27,46) ¿Queda aquí algo de di
vino? Es curioso, pero, ¿por qué Dios no ha revelado las
cosas con mayor claridad? ¿Por que Jesús en su muerte
ha dejado que brille tanto el elemento de su hu
manidad?
Se trata de la misma pregunta que nos hacemos al
abordar el tema de la Iglesia. Tal como le ocurrió al
Señor, así le ocurre a la Iglesia. De manera similar a
Jesús, pero con mayor intensidad, Ella tiene un rostro
294
divino y uno humano. Cuando los que están en la mi
sión observan a su alredor una floreciente cultura fun
Como una
dada sobre una religión no cristiana, se dicen mil veces: pequeña
"Nos sentimos como una pequeña secta incrustada en secta
la gran masa de los que no piensan como nosotros."
Comprendo muy bien eso que les pasa; comprendo
que entonces en nuestro espíritu se produzca un cierto
ensombrecimiento, que éste se vea como velado por la
preocupación. Al reparar hoy en la Iglesia de los países
vecinos, casi podríamos decir que la Iglesia ha sido
realmente despojada de lo divino. Imagínense lo difí
cil que será creer en una Iglesia tal. A pesar de todo de
bemos asumir esas pruebas de la fe.
Lo importante en este sentido es presentar la cri
sis del cristiano con objetividad y no hacernos muchas
¿Por qué
ilusiones. ¿Por qué ocurre todo esto? ¿Por qué es tan es
tan escasa
casa la seguridad? ¿Por qué no al menos la cuota sufi seguridad?
ciente de seguridad como para aquietar nuestra razón?
La respuesta es siempre la misma: ¿Qué quiere Dios? El
riesgo de la infancia espiritual. Darán siempre con la ¿Qué
misma respuesta; no hay otra. Así irán percibiendo quiere
cuánto hay que luchar hasta conquistar nuestro ideal Dios?
de familia, para luego poder brindarlo a los demás.
¿Acaso no se puede decir lo mismo de la insegu
ridad en cuanto a la propia salvación en su sentido
estrictísimo? La gran pregunta de esta modalidad de la
crisis es si iré o no al cielo, si formo parte o no del nú
mero de los escogidos, si en la hora de la muerte esta
ré o no en estado de gracia santificante. Es un serio
interrogante. Pero hay otro: ¿Soy un hijo de Dios hic et ¿Iré al cielo?
nunc (aquí y ahora)? Aquellos de nosotros que tengan
una mayor inclinación a la cavilación quizás hayan
pasado a menudo por noches oscuras de este tipo. A su ¿Estaré
en gracia?
vez, los de temperamento obsesivo y propensos a la
ansiedad habrán sufrido estados similares. Pero si so
mos sinceros con nosotros mismos, podemos decir que
todos -aunque estemos libres de obsesiones- sufrimos
295
en algún momento esa inseguridad. San Pablo decía de
sí mismo que no sabía si era digno de ser amado u
odiado12. ¿Quién sabe si al final de su vida estará o no
en gracia? ¿Acaso no cayeron los cedros del Líbano?
Prueben y gusten en este punto dónde se encuen
tra nuestro cobijamiento. Dios permite nuestro desam
paro, más aún, él quiere que nosotros experimentemos
Dios lo muchas veces un total desamparo para que hallemos
permite cobijamiento en un plano superior: el amparo filial en
El. Ño seamos soberbios en cuanto a la seguridad de
nuestra salvación, no lo seamos de ninguna manera,
pero tampoco nos obsesionemos con ella. En la actitud
de confianza y fe filiales hallaremos una certeza de
salvación. El riesgo de una infancia espiritual simple y
sencilla es, por último, el remedio fundamental para
curar la crisis existencial y cotidiana que acosa al hom
bre común, al cristiano. Les repito que cuanto más ob
serven y contemplen la vida, tanto más vibrará esta
Seguridad verdad en su corazón. Permítanme que vuelva a recor
del péndulo
darles el ejemplo del péndulo. No pretendamos tener
la seguridad de una mesa sino aquella del péndulo.
Aquí en la tierra no hay seguridad alguna que pueda
serenarnos. Sólo hay un péndulo que oscila en el aire.
La solución de todos los problemas reside en la vincu
lación íntima, sencilla y filial al Padre. Si no os hacéis
como los niños, no podréis entrar en el reino de los
cielos...¡Qué acentos han cobrado ahora estas palabras!
La más Quiero ser un niño con toda el alma. Cuanto mayor y
pequeña en más maduro sea, tanto más sencillo quisiera ser; por
la tierra que el niño más sencillo es el más grande en el Reino de
los Cielos. He aquí el pensamiento favorito de Weiss,
quien en su Apología nos dice que la más grande en el
Reino de los Cielos fue la más pequeña aquí en la tierra:
María.
12. Cf. Rm 7
296
Aumento del desamparo en la época actual
297
procurar estar bien pertrechados porque en menos de
Segurida que canta un gallo todas las seguridades se pueden ve
des que nir abajo. En las misiones se experimentan mil veces
se vienen esos avatares; y también se lo observa en la realidad de
abajo
la Alemania de hoy.
Lo mismo vale para nuestra propia vida. Por años
todo en mi interior se ha mantenido inmutable; pero de
pronto caen rayos y centellas, todo se convulsiona, hace
erupción, y las tentaciones se suceden una tras otra. Así
acontece también en la sociedad. Montesquieu13 decía
que los tiempos más felices de la historia son los más
aburridos. Claro, todo depende de lo que él entienda
por felicidad. Si felicidad equivale a hartura burguesa,
quizás tenga razón. Sin embargo me parece que si no
sotros contemplamos los grandes contextos de la histo
Epocas
ria tendríamos que decir lo contrario de Montesquieu:
felices,
épocas las épocas más felices de la historia son las más
movidas movidas y motivadoras. ¿Saben por qué? Porque en
ellas somos apartados de la hartura burguesa, nos des
prendemos de las cosas y no buscamos la seguridad allí
donde no debemos buscarla.
Creo que pueden aplicar esta reflexión a la histo
ria de su propia comunidad. Los tiempos más felices de
una comunidad son aquellos que han sido los más re
volucionados. ¿Por qué? Si los ponemos bajo la lupa
descubriremos que en ellos hemos experimentado con
la mayor intensidad el impulso a refugiarnos en nues
tro "nido original". De otra manera nos expondríamos
298
al peligro de hacernos demasiado "sedentarios". No
por esto quiero decir que tengamos que provocar revo
luciones para que la comunidad viva tiempos felices,
pero en caso de que vengan tiempos revolucionados y
revolucionarios hay que ver las cosas con esa visión
constructiva y entresacar con todo cuidado el mayor
bien posible del mal que suframos. Las constantes del
desamparo existen en todos los tiempos, sólo que no se
manifiestan a veces con la suficiente contundencia y
nitidez. La intensidad con que se revelan varía de una
época a otra. Hoy vivimos en un tiempo en que las
constantes del amparo y del desamparo se pueden
"palpar" con la mano; y creo que debemos darle gra
cias a Dios por ello, porque de esa manera comprende
mos con mayor profundidad el sentido del amparo y
del desamparo. En esos tiempos el Espíritu Santo des Todo
pliega una gran actividad y todo impulsa -tanto en el impulsa
plano natural como en el sobrenatural- al cultivo de hacia allí
una gran infancia espiritual. Recuerden por lo tanto
que su comunidad tiene una gran misión, que todo lo
que está escrito en las Constituciones es providencia de
Dios. Ustedes saben que ellas están bien funda
mentadas...¡desarrollen entonces una fuerte conciencia
de misión!
Si estudiamos la vigencia de esas constantes en la
historia, ¿qué observamos entonces? Detengámonos
un poco en la Antigüedad. Me gusta repasar esa era de
la humanidad para comprender mejor el fenómeno
actual del neopaganismo. Constatamos que la Antigüe
dad sentía un hondo respeto por esa oscura
omnipotencia universal. Recuerden lo que les decía
ayer sobre la angustia y la crisis que sufre el hombre al
experimentar que, más allá de toda bonanza, en cual
quier momento puede sucumbir. Les repito que la
Antigüedad asumía una actitud de respeto ante la
imprevisibilidad del acontecer mundial. Frente a las
ruinas de Cartago, muchos hombres de armas dijeron:
299
"Hoy te tocó a ti; mañana me tocará a mí...¡Oh, fuga
cidad de las cosas terrenales!". Ellos reconocieron las
Una fuerza constantes del amparo y del desamparo y se inclinaron
oscura con respeto y temor reverencial ante esa fuerza oscura.
300
menudo hablar del "siglo del niño"14. Creo que hoy de
beríamos retomar esa expresión, pero dándole un nue
vo significado: o este siglo se hace de nuevo un siglo
del niño, y se salva, o no se hace ya niño... y se pierde.
301
Decimoquinta Conferencia
EL SI PERSONAL
Y PATERNAL DE DIOS ,
Recapitulación
303
un solo libro religioso. Ustedes se imaginan lo que
quiere decir con estas palabras; ellas son una traduc
ción del dicho tradicional: Timeo lectorem unius libri.
*
Una idea De manera similar, ¿no se podría decir que el demonio
única siente respeto por el hombre que encarna vitalmente
una única idea? ¿No vale ello de manera especial en el
caso de nuestro ideal de comunidad? A lo largo de
nuestras reflexiones hemos comprobado que la infan
cia espiritual es nuestro ideal de comunidad por
excelencia. "Quiero saber cuál es tu gran idea...". Noso
tros la conocemos. No lograr que esa idea cobre vida en
Cobra vida
nosotros y en nuestra comunidad será indicio de que el
diablo ha consumado una de sus obras maestras:
alejarnos de lo esencial, impedir que vivamos y viven-
ciemos lo que según los planes de Dios debemos vivir
y vivenciar en la comunidad. Si sólo pensamos esa idea
grandiosa y magnífica pero no la vivimos ni amamos,
cuando llegue el final de nuestra vida, el final de los
tiempos, y echemos una mirada retrospectiva sobre la
historia de la comunidad, ¿quién osará poner en sus
labios aquellas palabras del Señor: He llevado a cabo la
obra que me encomendaste realizar1? ...¿He encarnado
realmente, en la comunidad y a través de ella, la idea
que debía encarnar?
En resumen, esforcémonos en grabar en nuestro
corazón y voluntad ese riesgo de la infancia espiritual.
No lo hagamos sólo ahora, en esta conferencia y en la
siguiente; o bien durante los ejercicios, sino hasta el fi
nal de nuestra vida.
304
nos planteamos la pregunta sobre la posibilidad de
encontrar otras formulaciones para expresar ese "ries
go de la infancia espiritual". La búsqueda de for
mulaciones equivalentes es un recurso que suelo em
plear con gusto para explicitar mejor los temas.
Quizás hayan oído hablar de un pequeño francés,
Guido Fontgalland, cuya biografía corre hoy de mano
en mano. Estaba íntimamente compenetrado con el
Espíritu Santo y meditaba sobre cuál es la palabra que
más alegra a Dios. Contemplando la escena de la
Anunciación, se dijo que esa palabra sería sin duda
aquella que María respondió al Padre del Cielo que le La palabra
hablaba por boca del ángel. Al leer que la Sma.Virgen mas amada
pronunció su "fíat", Guido comprendió enseguida con
claridad que la palabra "sí" es la que más ama el
Padre...¡el riesgo de la infancia espiritual!
Ustedes ya se dan cuenta de lo que quiero decir: el
riesgo es decir sí. También Jesús pronunció ese sí en
una situación difícil de su vida: Ita Pater, ¡sí Padre! Pero El riesgo
María es quien se le anticipó: su "Ecce...fiat". He de decir sí
aquí...hágase en mí, es la versión femenina del decir sí.
Dios ama ese sí, y con él persigue un cierto objetivo en
el acontecer mundial.
¿Desean otras formulaciones? Volvámonos hacia
nuestra gente sencilla. ¿Con qué otras palabras expre
san ese "riesgo"? La gente habla de una fe viva en la
Divina Providencia. Reparen en el término "viva".
¿Cómo vivificar la fe en la Divina Providencia? A tra
vés del cultivo de la esperanza y del amor. Acentúen
mucho este punto. En nuestros oídos de teólogos resue
na la sentencia: Fides caritate formata...la fe que actúa
por la caridad 2.
Apliquemos estas palabras, en su sentido más
amplio, a nuestra fe en la Divina Providencia: ella debe
ser viva, no quedar en la pura razón ni sólo en una pe-
305
queña dosis en la voluntad; no, ella tiene que modelar,
formar y transformar a todo el hombre.
Ya que su comunidad venera especialmente a San
ta Teresita, contemplen el testimonio que la santa de
Lisieux nos da en este punto. ¿Qué diría ella sobre el
Víctima riesgo de la infancia espiritual, del decir sí, de la fe viva
de la mise
en la Divina Providencia? Tengo la impresión de que
ricordia
conocía ya todos estos términos. Además de ellos,
Santa Teresita utiliza otro que entraña toda una ascesis,
pero que no se entiende tan fácilmente. En efecto, ella
nos hablaría de ser víctima de la misericordia3.
Permítanme hacer una breve exégesis de estas úl
timas palabras. Quizás hemos oído hablar frecuente
mente de "víctima de la justicia", y nos formamos la
imagen de un Padre del Cielo más o menos cruel y san
guinario, un Dios sediento de venganza que exige
víctimas; ha sido agraviado en su justicia y quiere víc
timas expiatorias: "Se enfurece el mar y clama por una
víctima"4. Así se enfurecería el Padre del Cielo -según
la imaginación de algunos- y por eso los hombres se
vuelven a El diciéndole: "Sí, Padre, es cierto, te hemos
ofendido gravemente, Tú debes tener tu víctima
expiatoria; pero deja ir a los demás, yo haré expiación
por ellos".
Víctima de la justicia...Una víctima tal tiene su ple
na razón de ser, pero Santa Teresita nos habla en reali
Confianza dad de víctima de la misericordia. ¿Qué significa esto?
en la mise Que la persona sacrifica a la misericordia divina todos
ricordia sus derechos. La víctima de la misericordia sabe que
de Dios
nuestras buenas obras, realizadas en estado de gracia,
nos dan derecho a una recompensa. Sin embargo no
echa mano de ellas, no se aferra a ellas. Cuando la
306
víctima de la misericordia pone su confianza en el
amor de Dios, cifra todo derecho en la misericordia de
Dios.
Adviertan la acentuación nueva que se introduce
en la expresión "víctima de la misericordia" relia tam
bién se esfuerza en la realización de buenas obras, pero
no repara tanto en dichas obras cuanto en la misericor
dia de Dios, a la que se confía sin reservas, a la que con
sidera como el derecho que la asiste y sobre el cual se
afirma.
¿Me permiten ofrecerles una versión más popular
de lo que estamos diciendo? Si se perdiese el Libro de
la Vida, vale decir, aquel en el cual se dice metafórica
mente que están inscriptas todas nuestras buenas
obras, la víctima de la justicia se vería sumida en la Garantía de
pobreza. ¿Cómo hará entonces para llegar al cielo? Ya la miseri
no existe lo que le daba derecho a la bienaventuranza, cordia
precisamente porque el registro de las buenas obras se
ha esfumado. Sin embargo, en ese mismo caso, la víc
tima de la misericordia marcharía al cielo como dos y
dos son cuatro. ¿Por qué? Porque aunque haya desapa
recido ese libro, no se habrá extinguido el derecho en el
cual ha puesto su confianza: ella confía, con todo lo que
es y tiene, en la misericordia divina.
Les repito que la víctima de la misericordia sólo
tiene un recurso en el cual confía: la misericordia de
Dios. Pero no; tiene además otro recurso al cual apelar:
su miseria personal. ¿Se dan cuenta de la infancia espi
ritual extraordinariamente heroica que entraña la
entrega de la víctima de la misericordia? Ella ofrenda
todos sus derechos y deposita con plena conciencia su Entrega
confianza en la misericordia divina; actitud que equi todos sus
vale a reconocer la propia miseria. Ya fundamentamos derechos
este tema desde el punto de vista psicológico, cuando
decíamos que la bondad paternal de Dios no podía
oponer resistencia a la debilidad reconocida y acepta
da de sus hijos. De esta manera tienen una "piedra de
307
toque" psicológica en aquella frase del Evangelio: "De
rribó a los potentados de sus tronos y exaltó a los
humildes" (Le 1, 52).
Naturalmente podríamos hallar otras formu
laciones del mismo tema y no nos vendría mal detener
nos sobre estos puntos en la meditación personal.
Conozco una cantidad de personas que en los momen
Misericordia tos de dificultad acostumbran repetir la jaculatoria:
de Dios Mater habebit curam5. Es lo mismo, sólo que expresa
do "desde arriba": la Sma.Virgen cuidará, Ella es una
manifestación de la misericordia de Dios. Tienen asi
mismo otras expresiones como Deus providebit (Gn
22, 8), Dios proveerá. He aquí una aplicación concreta
de la fe viva en la Divina Providencia. También podría
recordarles aquellos versos que ya escuchamos:
En el rugido de la tempestades
y el ulular de los céfiros
entre el fuego de los relámpagos
y el fragor de los truenos
yo pienso tranquilo
como el hijo del barquero:
"Mi padre es timonel de la nave:
¡yo nada temo!".
Traten de crear ustedes mismos una consigna de
este estilo, destinada tanto para el uso personal cuan
to comunitario. Tiene que ser una jaculatoria que haga
vibrar, que reavive el espíritu. En tiempos de la guerra
Crear una
jaculatoria
tuve oportunidad de ser dirigente de una comunidad
propia en la que se rezaba continuamente Mater habebit
curam. La jaculatoria era repetida sin cesar aún en
medio del caos más tremendo y de las batallas más san
grientas que trajo consigo la contienda. Esa breve
oración era una manera sencilla de tomar conciencia
del riesgo de la infancia espiritual.
308
No puedo detenerme más en estos pensamientos
introductorios; además ustedes ya intuyen el propósi
to que persigo: desmenuzar estas ideas y hacer que se
vayan grabando así paulatinamente en nuestro cora
zón.
Para alcanzar con mayor profundidad este objeti
vo, plantearé y daré respuesta a dos cuestiones. La
primera trata de las propiedades de la infancia espiri
tual. A partir de ahora utilizaré la expresión "decir sí" Decir sí
para designar a la infancia espiritual; esta nueva
formulación suena mucho más "ingenua" y a la vez
concreta. Indagaremos entonces la propiedades y los
frutos de la actitud de decir sí. Les repito que no se trata
en este segmento de avanzar en la presentación de nue
vas ideas sino más bien en profundizar a nivel afectivo
las que ya hemos estudiado.
Propiedades del sí
Lúcido
Corrientes antagónicas
309
Nuestro sí es lúcido. Con esta aclaración nos de
claramos en oposición al sí del ciego decisionismo
irracional y demarcamos la frontera con un ciego
decisionismo quietista. Con estos dos términos,
decisionismo irracional y decisionismo quietista, resu
mo todas las corrientes de pensamiento que se oponen
a la nuestra.
A nivel filosófico
310
también claroscuro, porque sería equivocado desdecir
me ahora de todo lo que les he presentado en las
últimas conferencias. Siempre queda un margen de Un margen
mucha sombra, aún en la fe. En la Santificación de la de mucha
vida diaria6 se presenta a la fe como un claroscuro. Así sombra
también lo escuchamos en las lecturas de las comidas,
aunque al comer uno apenas presta atención a pensa
mientos más elaborados. Lo mismo ocurre con el mis
terio que nos sale al encuentro en los dogmas; él es
también un claroscuro o una penumbra.
En resumen, la posición irracionalista cultiva un sí
ciego, y nosotros uno luminoso o bien con sus cla
roscuros; el decisionismo irracional propone un sí te El sí
merario y nosotros uno valiente. De todo lo que re temerario
flexionamos hoy por la mañana se desprende que es
así, que efectivamente hace falta valentía.
Repasen el ideario de los precursores de la filoso
fía moderna, por ejemplo Kierkegaard, quien hablaba
en cierta oportunidad de los estadios de la vida.
Kierkegaard había observado cuidadosamente la vida
y llegado a la convicción de que ella conformaba un
todo orgánico; y nos habló de la ley del crecimiento
orgánico. Estaba asimismo persuadido de que ese cre
cimiento orgánico no es lineal sino que contempla es
tadios y segmentos.
Observen la vida de los grandes hombres y tam
bién la suya propia. ¿Acaso no arribamos periódica
mente a una cierta frontera, no damos con una determi
nada barrera? ¿Qué hacer? Sea como fuere, sentimos el
"corte" que ese momento significa en nuestra vida. El riesgo
Notamos que saltar por encima de esa valla supone un de saltar las
cierto riesgo, advertimos que nuestra vida deja ya de barreras
ser tan tranquila, plácida y cómoda; percibimos que
nuestro camino se proyecta hacia un plano superior.
311
Antes tomábamos conciencia de las limitaciones, aho
ra se trata de trascenderlas.
Todos nosotros, ya sea como misioneros o bien
como hombres que están en contacto directo con la
En la vida moderna, deberíamos "nadar" en estas reflexio
oscuridad nes. ¿Qué quiere Dios? El hombre común necesita co
de la fe raje para desarrollarse en el plano puramente natural;
imagínense cuánto coraje necesitará entonces para
adentrarse en la oscuridad de la fe.
A nivel teológico
312
¡Cuántos hombres hay, aún en nuestras filas, que
no toman ninguna decisión! Siempren encuentran una
excusa para abstenerse de decisiones. Esperan y Profundo
esperan...quizás nos lleve una ola, pero tal vez no... sentido de
Esta es la actitud que asumen ante la vida los filósofos nuestro sí
del quietismo ciego. Ustedes ya perciben que la cues
tión de decir sí es el punto de intersección de todas las
corrientes de vida de hoy. El sí tiene un sentido
extraordinariamente profundo.
A este quietismo puede sumarse el sí del
fatalismo. ¿Qué es el fatalismo? La cosmovisión de Quietismo y
aquel que dice: "¡Bueno, la cosas son así y punto! fatalismo
¡Dolce far rúente!". Y de ese modo dejan que todo pase.
Al analizar estas corrientes de hoy, harían bien en
constatar si ellas no han incidido en ustedes mismos.
Homo sum, et nihil humanum a me alienum7... Siem
pre es muy aconsejable observarse agudamente y cono
cerse a sí mismo. Así comprenderemos más fácilmente
el tiempo que nos toca vivir y no hará falta andar
inquiriendo por todas partes, removiendo cielo y tierra.
Particularidades
313
yo pronunciar el mío. ¿Cómo es ese ¡Ita fili! ¡Ita, filia!
(Sí, hijo; sí, hija). Es ante todo un sí paternalmente bon
El sí de Dios dadoso; en segundo lugar, es paternalmente personal
y, por último, paternalmente heroico. Permítanme
expresar estas cosas con un tono ingenuo y sencillo, si
bien quizás demasiado antropomórfico para el gusto
de ustedes.
Un sí paternalmente bondadoso
314
Yo conozco una religiosa, una persona sencilla, del
pueblo, que vive enteramente de la fe en la Divina Pro
videncia. Actualmente está en las misiones; ustedes
saben que en ellas uno se encuentra con todo tipo de
realidades. Una persona joven en una comunidad jo
ven quizás tenga que sufrir más en la misiones que un
hombre ya hecho y derecho. Pues bien, el pensamien
to favorito de esta religiosa es: "Pase lo que pase, el Pa
dre del Cielo ya ha trazado el plan de mi vida, ya lo ha
escrito. La Sma.Virgen guarda ese plan en un Santua
rio de Alemania; Ella pliega sus manos en oración por
mí. Sólo tengo que decir sí". Esta actitud revela sabidu
ría de vida, conocimiento del arte de vivir, dominio de
la vida. Quien logre modelar la vida con tan pocos y
profundos pensamientos, creo que es más que cual
quier otro que tenga vaya Dios a saber cuánta ciencia
almacenada en su cabeza.
¿Cuál es entonces su tarea? Decir sencillamente sí.
Lo peor que podemos hacer es justamente decir no. Si
decimos que sí, entonces todo está bien.
Quizás ustedes me digan que diciendo sí han he
cho algunas tonterías. Pues bien, las tonterías están
también contempladas en el plan de mi vida; no para
que las cometa, sino porque las cometo. Les recuerdo
en este punto un pensamiento de San Francisco de Sa
les: "¡Ah! el padre conoce a su hijo; El sabe que es pe
queño, que sólo puede dar pasos cortos y a menudo
tropieza y cae". Si digo un sí valiente, entonces todo
está bien; entonces podré reemprender el camino.
Recordemos aquellas otras palabras: "¡Dios escul
tor, dame golpes de mazo y hunde en mí tu escoplo,
que soy la piedra!", o mejor en la otra versión: "¡Dios
escultor, golpea, que soy tu hijo!". Esto no es más otra
cosa que otra formulación de lo que nos dice el Evange
lio: "Mi Padre es el viñador; todo sarmiento que en mí
no da fruto lo corta" (Jn 15, ls.). Piensen en sus dificul
tades personales y en aquellas de la comunidad y de la
315
Iglesia. El Padre tiene ciertamente propósitos muy es
peciales, de otra manera no podaría así su viña. Pase
Mi padre es
viñador lo que pase, "mi padre es timonel de la nave: ¡yo nada
temo!". Hablar así no es superficialidad, al contrario:
yo sufro con la Iglesia y quisiera que las cosas fueran de
Es el otro modo, pero sigo tranquilamente mi camino y pro
timonel nuncio mi Ita, Pater. Ese sí debe ser lúcido y también
lleno de amor; precisamente porque lo recibo de la
mano bondadosa del Padre del Cielo.
Un sí paternalmente personal
316
Frente a esta actitud les digo con toda claridad y deter
minación que nuestro sí es un sí teísta.
Nuestro sí tampoco debe ser panteísta. En los paí
ses vecinos constatamos un panteísmo radical que na
turalmente desemboca pronto en un abierto materialis
mo. En oposición a este movimiento, nosotros procla
mamos con sencillez, autenticidad y fidelidad, que
nuestro sí es personal.
317
pensamiento con toda seriedad. Ahora que les he tra
zado un amplio horizonte complementario, vuelvo al
tema de la fe en la Divina Providencia. Pues bien, una
sana teología católica contempla tres proyecciones de
esta fe: hay una Divina Providencia general, otra espe
cial y por último una especialísima.
318
(Mt 6,26ss.). El Padre cuida de ellos, ¡cuánto más no lo
hará por vosotros, hombres de poca fe! El Padre se pre Nuevo
ocupa hasta de nuestras más pequeñas necesidades. En Testamento:
la edad de oro de Israel había una Providencia especial el Padre
para el pueblo; Dios amaba más bien al pueblo en ge ama a cada
hombre
neral, y no tanto al individuo en particular. El Nuevo
Testamento no se cansa de repetir que el Padre ama a
cada hombre y se preocupa de sus más pequeñas nece
sidades. Deberíamos recibir estas cosas como un "nue
vo Evangelio"...
Providencia especialísima
319
plano de lo que se supone, de lo relativo. El misterio no
deja que descorramos su velo. Quien sea sencillamente
filial sabrá saltar por sobre el abismo. Por otra parte,
¿por qué dudar de que los teólogos tengan razón? Si
nuestras santas Constituciones nos exhortan a cultivar
una profunda devoción mariana, ¡demos gracias a
Dios!: Haciendo lo que nos exige la comunidad habre
mos cumplido con todo.
De todas estas reflexiones, les sugiero que profun
dicen en el siguiente pensamiento: Mi "Ita, Pater" debe
estar iluminado por un triple "Ita, fili". El Padre
pronuncia para mí no sólo un sí paternalmente bonda
doso y personal, sino también un sí heroico. La frase
suena un poco extraña: "Un sí paternalmente heroico".
Medida del Naturalmente, Dios no experimenta fatiga alguna en su
amor del actividad; pero examinen por un momento la idea des-
Padre ¿e un pUnto de vista antropomórfico. Así comprende
rán lo que quiero decir al citarles aquellas palabras del
Nuevo Testamento: tanto amó Dios al mundo que hizo
que su Hijo unigénito se hiciera carne y muriese cruen
tamente en la cruz11. ¿Qué conclusión extraemos de su
pasión y muerte? Ellas son la prueba de la medida del
amor del Padre hacia mí. También a mí me amó tanto
que entregó a su propio Hijo por mi salvación.
En realidad debería detenerme nuevamente en
este punto y ahondar en su meditación. Hay citas muy
conocidas de la Sagrada Escritura que pueden brindar
me un mejor acceso a estas realidades. Esforcémonos
Un alto Por Penetrar en ellas. Hemos sidos comprados a gran
precio precio. Estudiemos la medida de nuestro valor. Si que
remos ser como los niños tenemos que tomar concien
cia del alto valor de nuestra persona. No se dejen ma-
sificar. Esa ha sido la causa de por qué hemos tomado
320
el rábano por las hojas. Sí, hemos hecho las cosas al
revés, hablamos siempre de la bondad de Dios y de vez
en cuando de la miseria del hombre. Sin embargo el Reconoce
hombre de hoy necesita decirse con mayor decisiómy tu dignidad
claridad: Agnosce, homo, dignitatem tuam (Reconoce,
oh hombre, tu dignidad)12. El niño debe experimentar
que está rodeado de amor, debe sentir la fe en la
medida de lo posible.
Estas reflexiones les dan también un panorama de
las razones de la profunda y radical reorientación de
nuestro pensamiento. En Dios y a causa de Dios, el
hombre actual debe vivenciar por todos los medios una
elevación de su valor como persona. De ahí que en
nuestro tiempo -y más allá de las razones que nos asis No subrayar
tan- no hay que machacar tanto en la insignificancia del tanto la
ser humano: "¡Oh hombre, ¿qué eres tú en compara pequeñez
ción con todo el universo?" sino ver su realidad desde humana
otro ángulo: "¡Cuán pequeño es todo este universo en
comparación con un hombre en gracia de Dios!". ¿Es
verdadera esta exclamación? Sin duda alguna...¡Qué es
la belleza de las montañas, etc., frente a un hombre en
gracia!
Hoy necesitamos la conciencia de un elevado va
lor personal. Verán cómo esa conciencia despertará en
ustedes el respeto por ustedes mismos y a la vez un pro Un elevado
fundo amor filial. "Habéis sido bien comprados" valor
(I Co 6, 20). Contemplo la vida de Jesús no sólo para personal
decir que soy un hombre pobre y pecador sino también
para reconocer mi valor, para que esa meditación de su
vida me modele con miras a la vivencia del amor del
Padre: Tanto me amó el Padre que entregó a su propio
hijo hasta el punto de dejar que lo crucificasen. No hace
falta internalizar muchas verdades, puedo vivir de esta
sola verdad.
321
¡Cuán poco captamos tales realidades, cuán poco
comprendemos aquellas palabras de San Pablo:
"Dilexit me"!
Si conocen la psicología del amor -ya hablamos
del tema- estarán de acuerdo en que el amor, y no el te
mor, es el instinto fundamental en la naturaleza. El
Amor temor es también un instinto fundamental; y ello se
y temor puede apreciar en los países vecinos; pero quien domi
ne a los hombres por el temor, ejercerá su autoridad
sobre ellos sólo mientras empuñe el látigo.
En la educación todo depende de la captación de
ese instinto de amar que hay en el ser humano; y la
Pedagogía manera más rápida de captarlo es cuando la persona se
de Don sabe amada. He ahí la maravillosa pedagogía de Don
Bosco Bosco: "Dios me ama". El hombre debe experimentarse
amado por Dios para que se despierte su instinto de
amar. Ahora sabemos pues lo que tenemos que hacer
para abordar la tarea educativa.
Les recuerdo que ser padre no es ser un abuelo bo
Paternidad nachón; no, paternidad es energía, pero en ella debe
es energía haber también la correspondiente cuota de amor y bon
dad.
Debemos preguntarnos si vivimos de ese mundo,
si estamos persuadidos de que el Padre ha pronuncia
do y pronuncia continuamente su triple ¡Ita, fili!
Un cuento de las misiones dice que una vez un co
merciante llegó a cierta tribu cuyo cacique estaba a
punto de ejecutar a un delincuente de un flechazo. El
mercader sintió compasión de él y pidió que se lo en
tregasen. Pero el cacique quería derramar sangre y
disparó la flecha. El hombre blanco extendió rápida
mente su mano sobre el pecho del reo. La saeta la per
foró y de la herida comenzó a manar sangre. "Tú que
rías sangre, pues bien, ¡aquí la tienes!" le dijo al caci
que, quien, impresionado, le concedió la vida al que ha
bía sido condenado a muerte.
322
San Juan Basco ( 1815-1888)
323
Ustedes ya comprenden lo que quiero decirles:
¿Qué es todo lo que hizo ese comerciante en compara
ción con lo hecho por Jesús? Nademos en el mar de las
misericordias de Dios, comprobemos cómo nos ama
Dios; nunca será suficiente lo que hagamos en este
sentido.
Ocho días tenemos de ejercicios; pero precisaría
mos más de ocho días para modificar nuestras actitu
des, para reorientar toda nuestra vida. En este lapso po
demos escuchar lo que nos ofrecen las conferencias,
pero es muy breve para elaborar todo el material en la
meditación y la oración. Piensen por ejemplo en los fru
tos que cosecharían si fundasen su educación sobre los
principios de la infancia espiritual. No son principios
endebles, al contrario, les puedo decir que son el cami
no para cultivar el heroísmo en ustedes mismos y en la
juventud que tengan que formar. Tal o cual otro edu
La infancia cador quizás obtenga frutos similares recurriendo a
espiritual otros medios, pero a la larga fracasará. No nos engañe
parece fácil mos, estas cosas de la infancia espiritual sabe Dios cuán
fáciles parecen de poner en práctica; pero una vez que
comiencen a vivirlas notarán que en ellas subyace una
fuerza tremenda que nos asombrará, y al mismo tiem
po nos hará felices, precisamente porque la infancia
espiritual es la proyección, en la vida cotidiana, de una
delicada ley del ser.
Heroico
324
Decimosexta Conferencia
325
moral. Frente a la exigencia de todo lo que tenemos que
construir sobre ese fundamento, me parece -y ustedes
coincidirán conmigo-, que el conocimiento natural es
exiguo, mínimo. Haríamos bien en asumir genero
samente esta realidad de la escasez de nuestro conoci
miento natural. No estamos diciendo que ya no haya
misterios en el cielo ni en la tierra; ni tampoco que todo
se pueda calcular y demostrar al pie de la letra. Sería
una actitud completamente estéril en nuestro tiempo,
y además inútilmente provocativa para nuestro adver
sario, sin olvidar que además pecaríamos de insinceros.
Les recuerdo asimimismo que incluso nuestro co
nocimiento de fe es siempre una cognición que se con
suma en la penumbra. Repasemos lo que ya dijimos
sobre la fe en la Divina Providencia: ¡Cuántos hechos
En la incomprensibles existen en el acontecer mundial, en la
penumbra marcha de este mundo! ¿Acaso lo que vemos a nuestro
alrededor es perfectamente claro? Por cierto que no.
Para que este mínimo de conocimiento natural y
escaso grado de conocimiento claroscuro de fe fructifi
que en un máximo de amor y de humildad, hay que
respetar dos condiciones: una considerable cuota de
Captar la gracia y una visión de los planes de Dios para con el
voluntad mundo; planes estos que apuntan más a captar la vo
del hombre luntad del hombre y no tanto a iluminar su razón. No
estoy diciendo nada nuevo, sino que continuamos gra
vitando en torno de una misma serie de pensamientos.
Desde estos dos puntos de vista -la gracia divina y los
planes de Dios- me parece que toda la problemática del
pensamiento actual se torna más o menos clara y
comprensible. Sin el auxilio de la gracia en nuestra
¡Cuánta cognición e investigación, ¿cómo pretender el logro de
oscuridad! un máximo de amor y humildad? Les repito que si
Dios no tuviese la intención de apuntar sobre todo a
nuestra voluntad, no podríamos entender el porqué de
tanta oscuridad en el acontecer mundial.
326
Un máximo de amor...Creo que por lo común el
mundo en general no es capaz de arriesgar ese máximo
de amor. Por eso la historia nos dice que tanto Jesús
como su Padre del Cielo se volvieron con preferencia a
los "pequeños": "Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo Máximo
y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios amor con
e inteligentes y se las has revelado a pequeños" (Mt 11, escaso
25; Le 10, 21). En efecto, sólo los pequeños logran un conocimiento
máximo de amor a partir de un mínimo o escaso grado
de conocimiento natural y sobrenatural. Es lamentable
comprobar en la vida de la Iglesia, de las órdenes, y
quizás en nuestra propia vida, que a pesar de todo el
cultivo de las virtudes se descuide tanto la vida del
amor.
Permítanme ofrecerles una observación directa de
la vida que puede ser avalada por la psicología. Imagi
nen el siguiente caso: conocemos una cantidad de
hermanos de comunidad. Los conocemos de antes y los
hemos admirado. Luego la vida nos acercó y nos cupo
en suerte trabajar junto a ellos. Entonces notamos que
no todo en ellos era tan noble ni perfecto como se veía
desde lejos. Y ahora son ya gente mayor. Plantéense la
siguiente pregunta: ¿Conocemos muchos hermanos de
esa edad a los que miremos con un grande y profundo
respeto? Me refiero a un respeto humano profundo.
Quizás nuestro respeto no sea espontáneo sino fruto de
un esfuerzo consciente. Repito la pregunta: ¿Conocen
muchos hombres mayores, hermanos de comunidad,
que despierten espontáneamente su respeto? ¿Saben Ancianos
por qué en la ancianidad suele ocurrir que desilu que desilu
sionemos terriblemente a los demás? Porque descuida sionan
mos mucho el amor, que es lo más importante de
nuestras vidas, la fuerza que nos puede transformar
interiormente.
No hay virtud como el amor que modele tan pro
fundamente nuestra alma. Está bien que aspiremos a
toda una cantidad de virtudes tales como la humildad,
la obediencia, la pureza, etc.; pero ninguna de ellas
327
transforma tanto al hombre como el amor. Si asumen
con claridad este pensamiento tendrán un acceso mu
cho más rápido hacia un cultivo directo del amor de
Dios tanto en ustedes mismos como en su labor peda
gógica.
El amor es por excelencia una fuerza unitiva y
Fuerza asemejadora. Las otras virtudes tienen su pequeña cuo
asemejadora ta de fuerza asemejadora, pero en definitiva la fuerza
unitiva e igualadora por antonomasia es el amor. Por
eso creo que desde el principio del proceso educativo
hay que volver a acentuar con mayor intensidad el
amor, de otro modo cuando lleguemos a la senectud
nos desilusionaremos terriblemente de nosotros mis
mos y de los demás. Es preferible tolerar algunas im
Tolerar im perfecciones -que todos cometemos- o bien algún de
perfecciones
fecto, pero no fallar en el cultivo del amor; no sólo
entregarse al trabajo a rajatabla, sino trabajar de tal
manera que la labor sea para mí una oportunidad de
crecer en el amor. Si no obramos así, ¿se imaginan
cómo será en el futuro la vida de comunidad? Hoy por
hoy las cosas marchan todavía; si hay alguien que no
me gusta, ¡que se arregle! Pero cuando avancemos en
edad y no nos hayamos formado ni divinizado interior
mente, ¡no quiero pensar cómo será entonces la vida
Los comunitaria! ¿Cómo mostrará el catolicismo su fuerza
hombres plasmadora si no logra manifestarla en sus hombres de
de élite élite? Nosotros, los sacerdotes y religiosos, deberíamos
ser testimonio de lo que el catolicismo es capaz de
realizar en la educación. Ya lo hemos dicho en otra
oportunidad. Quizás ahora no adviertan la envergadu
ra de estas breves ideas que hemos planteado. Pero
observen la vida que los rodea...
Recordemos que hay que asumir el riesgo del
amor, cueste lo que cueste. Cuanto más cruz y sufri
miento padezcamos, cuanto mayor el desamparo, tanto
más sabremos qué es lo que Dios quiere: ligar a él toda
la fuerza de nuestro amor. No me canso de recalcar en
este punto que la ley de los estadios que nos propone
328
Kierkegaard no sólo vale para el orden natural o bien
para cuando pasamos del orden natural al sobrenatu
ral, sino que ella rige también en el orden sobrenatural.
También en el campo de nuestra ascesis y aspiraciones
religiosas existen barreras frente a las cuales percibi ¿Me
mos que se inicia una nueva etapa. Y a ese nuevo esta arriesgaré
dio sólo podremos conquistarlo al precio de asumir el a saltar la
tremendo riesgo de la humildad y del amor. Y sabemos valla?
que eso es lo importante a la hora de decidirse. Puede
ser que uno u otro de nosotros esté luchando en estos
días por una decisión de ese tipo. ¿Me arriesgaré a
saltar la valla? Debo intentarlo. Pero por favor, no la
audacia del intelecto, porque ya hemos pensado sabe No
Dios cuánto. No superaremos la barrera con el pensar hacerlo con
el pensar
sino con el amar. Por eso todos debemos ser héroes del
amor, unos más, otros menos, según las condiciones de
cada uno. Eso es lo que Dios quiere, en ello consiste el
riesgo, la audacia del sí.
El sí audaz es fruto del máximo de amor y humil
dad que podemos lograr con la ayuda de la gracia.
Observen que simultáneamente estoy hablando de hu
mildad. En efecto, renunciar a nuestro entendimiento,
que nos impulsa a obtener la mayor claridad con
ceptual, sólo es posible si en nosotros hay un máximo
de humildad. Quizás más adelante vuelva sobre el tó Entendimiento
pico de la humildad. No se imaginan la cantidad de y humildad
concepciones erróneas de humildad que existen al pre
sente en las filas católicas; no se imaginan la cantidad
de hombres enfermos que educamos en el campo
católico...todo con el pretexto de la humildad. Por eso
es importante tener el valor de aclarar bien los térmi
nos. No teman incurrir en superficialidad al abordar el
tratamiento del tema de la humildad. La verdad es
siempre lo mejor, ella nos hace libres1, también en esta
área de la humildad.
1. Cf. Jn 8, 32
329
Dejemos por ahora el tema. Creo que ya les he da
do una respuesta general: decir sí con audacia es luchar
y aspirar, con la ayuda de la gracia, a un máximo de
amor y sana humildad a partir de un mínimo de cono
cimiento natural y de un exiguo grado claroscuro de
conocimiento de fe.
330
vida más seguro, a mi camino de vida más feliz y a mi
camino de vida más fecundo. No crean que estos enun
ciados son un juego retórico; comprueben su exactitud
a nivel dogmático, ya que sólo podremos aventurar
estas cosas tan serias si los cimientos han sido coloca
dos con firmeza.
Fundamentación
331
Consecuencia
332
todo es cierto; ¿consiste en esto el heroísmo? ¿Se trata
aquí de heroísmo? ¡Ciertamente! ¡Cuánto sacrificio se le
exige a nuestra razón y nuestra voluntad!
Meditemos la proclama de los pastores en los
campos de Belén: "¡Gloria in excelsis Deo, et in térra
pax hominibus bonae voluntatis". Gloria a Dios en las
alturas y en la tierra paz a los hombres de buena volun
tad". ¿Qué palabras nos interesan? Bonae volun- Será lo mejor
tatis...paz a los hombres de buena voluntad; no a los para mí
peritos y doctores. La docilidad y la infancia espiritual
son las que hallarán la paz...¡Qué gozosa realidad! No
sé lo que me sucederá en el próximo instante; no, no lo
sé, pero sí sé que ello será lo mejor para mí. Aunque yo
fuese el que pudiese elegir, creo que no podría hacer
lo tan bien como Dios.
Dejar que Dios elija por nosotros nos infunde una
actitud genuinamente católica casi de "despreo
cupación", si me permiten el término. Esa des
preocupación genuinamente católica debería reflejarse
en nuestro cuerpo y alma. Por lo común estamos in
tranquilos y ansiosos a causa de las interferencias que Preocuparme
hay en nuestro espíritu. En efecto, suelen atormentar de vivir des
nos preocupaciones relacionadas con nuestro pasado. preocupado
Pero lo pasado...¡pisado! Sólo debo preocuparme de
vivir despreocupado; no por soberbia -ello significaría
que no me entendieron bien- sino porque el Padre es el
que empuña el timón de la barca de mi vida. Natural
mente El permite que ese timón sea guiado por hom
bres mortales, pecadores y falibles; pero precisamente Es más fácil
en esto radica el heroísmo. Si fuese el mismo Dios mortificar el
quien lo hiciese, todo estaría en orden; pero tampoco cuerpo
en ese caso estaríamos satisfechos y nos seguiríamos
preguntando si es Dios el que está detrás de lo que nos
sucede. Creo que habría que poner el acento en este
tipo de heroísmo y no tanto -permítanme hablar con
toda franqueza- en sabe Dios qué clase de morti
ficaciones corporales. Estoy convencido de que es más
333
fácil triturar el cuerpo que asumir el heroísmo espiri
tual. Por eso dejen siempre que lo central sea lo central
y lo secundario, lo secundario. Las otras cosas quizás
contribuyan moderadamente a alcanzar la meta, pero
lo fundamental es el amor y, con él, la confianza filial.
Newman, cuyo pensamiento anticipó tanto al
tiempo actual y de quien podemos aprender mucho,
nos dice que hay que ocupar en cada instante el lugar
Quedarse donde el Padre del Cielo nos quiere tener y quedarse
donde allí hasta que El vuelva a trasladarnos hacia otro lugar.
El diga Quizás se puedan malinterpretar estas palabras, pero
es bueno expresarlas con cierta contundencia, para
andar por la vida con paso firme.
Mi sí es un sí filial y alegre a mi camino de vida
más seguro. Recuerden que ese sí supone igualmente
heroísmo y audacia. En estos días estamos implorando
esa audacia en la oración. Escuchamos que sólo quien
Amor de de alguna manera posea un máximo de amor filial será
Dios y amor capaz de tal audacia. De ahí que lo fundamental y más
fraterno profundo sea aspirar a amar más. Si en el futuro tienen
el tiempo necesario o se les presenta la oportunidad,
harían bien en repasar y elaborar personalmente la ter
cera parte de La santificación de la vida diaria. Es muy
importante para nuestra vida comunitaria contemplar
la santidad también desde el punto de vista del amor
fraterno y no sólo del amor de Dios. La tercera parte de
la obra mencionada, titulada "La vinculación a los
hombres", parte del amor de Dios y lo aplica al amor
fraterno.
334
Prueba
Confirmación
335
Consecuencia
336
Sería erróneo que el superior se dijese: "Me encar-
garé de que la mesa de la Familia sea efectivamente
una mesa de sacrificios". No; el superior velará para Dos facetas
que en ella haya comida y esparcimiento. Como ven,
las cosas tienen siempre dos facetas. Si yo como supe
rior soy el permanente e inmanente asceta...¡que Dios
se apiade de la comunidad! Entonces no sólo debería
mos ser todos santos canonizables sino canonizados, si
es que logramos soportar a un superior de ese tipo.
¿Qué exigían los antiguos de sus superiores? Ellos de
cían que no tenía que ser demasiado sano, ni demasia
do santo, ni demasiado sabio. Hay mucha sabiduría de
vida en este axioma.
Tengan como principio que quien sea superior no
deberá cuidar de la ascética ya que cada uno de noso
tros tiene que preocuparse de ella. Naturalmente, si
ahora estuviese hablando sólo a superiores, diría las Todo ei?,un
cosas de otra forma. Como superior velare para que eqU¡iibrado
todo se mantenga en un promedio equilibrado; jamás
plantearé exigencias que sobrepasen ese promedio; pro
curaré que haya una mesa bien servida como en un
hogar de clase media y que las exigencias en lo atinente
a la salud sean normales. En cambio, como subordi
nado contemplaré estas cosas desde otro punto de vis
ta.
Si hemos sido buenos subordinados, quizás sea
mos algún día auténticos superiores.
El sí a mi camino de vida es un sí a mi camino de
vida más feliz.
337
¿Cómo es mi Ita Pater? Es un sí filial y alegre a mi
camino de vida más seguro, a mi camino de vida más
feliz y más fecundo.
338
Les pido por favor que se detengan un momento
en este punto y mediten sobre su cruz particular. Qui
zás ella sea una gran tentación, o una obsesión, o algo
anormal y enfermizo que tengamos en el alma. No ol
viden que eso es nuestra cruz. Al contemplarlo pode
mos decir, según el caso, "Deo Gratias", "Fiat" o "Si
tio"4; pero no olviden que se trata de nuestra cruz per
sonal. Quizás sea el sufrimiento de no ser reconocido
por los cohermanos o superiores; o bien la sensación de
ser continuamente perseguido, olvidado, tenido en
poco y negado...Cuando esa cruz me pese, exclamaré
¡Deo Gratias!
339
para mí. Recuerdo ahora esas verdades simples y senci
llas de las que se nutre nuestro pueblo y que repite sin
aspavientos: "Dios no nos manda más cosas de las que
podamos soportar". Repasemos en este tema de la cruz
El envía las enseñanzas de nuestros padres y abuelos. Su
la gracia sabiduría era auténticamente cristiana, acrisolada y
necesaria justificada en la vida concreta, cosa que no puede decir
se de la mera palabrería sabihonda. Hay que tener la
sencilla convicción de que Dios nos enviará la gracia
necesaria; si El nos carga la cruz, su peso no excederá
nuestras fuerzas.
Quizás recuerden la leyenda o parábola de la cruz.
Había una vez un hombre que se quejaba a Dios de que
su cruz era demasiado pesada. Dios lo escuchó, se la
quitó, y enseñándole un jardín sembrado de cruces, le
dijo: "-Ahora elije una cruz de entre todas estas". Ima
gínense la alegría de nuestro hombre cuando ya no
Esta es la sintió sobre sus hombros la cruz, y cómo corrió alivia
cruz que me
sienta
do. Pero era una buena persona y quería cargar con
una cruz. Así pues comenzó a probarse una de aque
llas; una le resultó demasiado liviana; otra, demasiado
pesada. En un rincón encontró por último la que pare
cía cuadrarle a la perfección. La tomó y se la llevó al
Padre del Cielo diciéndole: "-Esta es la cruz que me
sienta..." y Dios le replicó: "-Pues bien, esa es justamen
te la que has venido llevando hasta ahora".
La moraleja del cuento es una verdad simple y sen
cilla: Dios no envía una cruz más pesada de lo que
nuestras fuerzas puedan soportar. Por eso mi camino
de cruz es un camino relativamente fácil.
340
nidad de actuar creativamente. Por todo eso, ¡Deo
gratias!
341
gracias a Dios, aún en el caso de que no puedan reali
zar el Terciado5; las mismas dificultades les servirán de
"sustituto" del Terciado, de instancia educativa, siem
pre y cuando las asuman como niños.
Vivan su ideal, y jamás tendrán que temer que la
mitad de la comunidad sufra derrumbe moral alguno,
a pesar de que es la primera vez que escucho semejante
Vivan su estadística; y a quienes la avalan les diría en buen ro
ideal mance que se equivocan. A una comunidad como la
que pintan habría que disolverla, porque uno de cada
dos miembros se estaría diciendo: "¡Mejor dejar este
asunto del sacerdocio y las misiones!" Además el caso
no coincide con mis propias experiencias personales
sobre el tema.
Cuando les hablo de que "el héroe crece con el cre
cimiento de las dificultades" les estoy marcando al mis
Deben traer mo tiempo la necesidad de realizar una buena selección
el germen de las vocaciones. Si están convencidos de tener una
del heroísmo valiosa misión que cumplir, sólo deberán aceptar en la
comunidad a quienes ya lleven en sí un germen de
heroísmo; naturalmente, aquellos que sean "moral
mente discapacitados" se derrumbarán ante la empresa
que les propone la comunidad. Recuerden que el pos
tulante debe tener predisposición al heroísmo, la au
dacia y virtudes semejantes.
342
Razón
343
men, por deseo y voluntad de su fundador, el cristia
nismo es una religión heroica.
Clases
344
des exigencias, que ellas vayan unidas a una exhorta
ción a la generosidad. Como educadores y superiores
recuerden que si hacen recaer todo el peso de las exi
gencias en el "tú debes" a nivel moral y teológico, las Acentuar el
personas nobles se derrumbarán. Me parece que esto "si quieres”
vale especialmente para el pueblo suizo, que es tan de
mocrático por naturaleza; tengan en cuenta esa su pre
disposición a la democracia. Por lo tanto, si planteamos
las más altas exigencias, coloquemos el acento no en el
"tú debes hacerlo" sino en el "Si quieres". Así obró
también Jesús.
San Ignacio supo presentar el tema de manera clá
sica. Repasen la meditación de las dos banderas6. Por
un lado, Lucifer rodeado de humo y azufre, comandan
do la masa con bramidos de toro, ordenándole a cada
uno que vaya a la derecha o a la izquierda según él lo Si quieres ser
determine. Así se pinta al demonio ¿Y Jesús? No está perfecto...
sentado en el trono, sino de pie en medio de los suyos.
Es una imagen muy hermosa. Sus palabras "Si quieres
ser perfecto..." (Mt 19,21) constituyen una exhortación
a la buena voluntad.
Gobernar una comunidad es un arte; por un lado,
exigir inexorablemente lo que es debido y, por otro, des Despertar
pertar el heroísmo apelando al "Si quieres". Quien el heroísmo
halle en esta área el punto medio, será un maestro de la
educación. El cristianismo exige heroísmo; pero se trata
por lo común de un heroísmo presentado como una
gran exigencia planteada al "Si tú quieres" y no al "Tú Situaciones
debes". Naturalmente, hay situaciones en las cuales no límite
existe otra salida, tiempos en los cuales cada cristiano
o es un héroe o no puede seguir siendo más cristiano.
Y a una situación tal nos estamos acercando paulatina
mente.
345
En circunstancias normales, el héroe es el santo de
la vida diaria, el que en medio de la simple coti
dianidad modela su vida a partir de un gran espíritu de
amor; pero cuando esas circunstancias cambian, Jesús,
o sencillamente el cristianismo, exigen heroísmo en
nuestro testimonio y sacrificios. Una religión heroica
nos pide actos de heroísmo.
Edúquense continuamente en el heroísmo prácti
co, porque la misión que tienen así lo exige. Saben
Como mejor que yo que si no van a las misiones como héroes,
héroe o irán como esclavos; no hay medias tintas en este cam
como po. El heroísmo les dará libertad. Si no apuntan de co
esclavo razón a lo esencial, la vida en la misión los sumirá en la
mediocridad; y al cabo de algunos años sufrirán el
desgaste moral de aquel 50% de que hablaba la estadís
tica.
El hombre, el héroe, crece al calor de ideales eleva
dos. Por eso, cuando hablemos a los jóvenes sobre las
misiones, no les pintemos las cosas color de rosa; digá
moslas tal como son. Hay muchos hombres que edu
car con miras a muchos objetivos. Si exagero en mis
descripciones, es preferible hacerlo cargando las tintas
sobre el lado negativo y explicarles: "En las misiones
Mostrar
la verdad les espera esto y aquello otro". Naturalmente, siempre
esforzándonos por decir la verdad. Cuídense de pintar
las cosas color de rosa, porque así educarán per
sonas...¿cómo decirlo?, que no lograrán ser fieles a sus
metas y se derrumbarán cuando aparezcan las dificul
tades. Si creen que allá en las misiones pasarán una
vida cómoda y por eso quieren ir hacia allí, entonces
mejor quédense en casa. En resumen, me parece que
hay que despertar el heroísmo en el hombre, en todos
los aspectos de su vida. El ser humano -al menos el de
índole noble- está predispuesto por naturaleza al
heroísmo. Nosotros mismos queremos ser élite...Por
eso hay que pronunciar un sí audaz. Y lo que pronun
ciemos interiormente debe convertirse en hechos con
cretos.
346
Propiedades del sí audaz
Fiel
347
jesuítas no obran así; en general constituyen una
comunidad que cultiva la reserva. Nadie sabe lo que
ocurre detrás de las bambalinas. Naturalmente pasan
cosas; si conocen al ser humano sabrán que es eviden
te que pasen cosas, en todas partes se cuecen habas.
No sé si están de acuerdo con todo esto. Yo sim
plemente les expongo mis convicciones. En la comuni
dad hay siempre cosas en ebullición; pues bien, se las
confiaré a mi superior. Frente a ellos sabré a veces ma
nifestar incluso mi enojo, ya que una sana obediencia
Obediencia
y franqueza deja margen a la franqueza. Si dentro de la comunidad
no tengo oportunidad de "desembuchar" todo lo que
me aflige, sería inhumano exigir que uno no se
desahogue frente a un extraño. Mucho depende enton
ces de la manera en que armonicemos ambos extremos.
Como superiores de una comunidad deberíamos
asumir como el más grande gesto de confianza hacia
nosotros que, dado el caso, se nos diga: "Usted ha obra
do mal, merecería ser destituido del cargo". Debería
Aflojar las mos educarnos en este sentido. Con un gesto tal de
tensiones confianza como el que acabamos de citar, se descom
prime toda situación de tensión. Pero si insisto en: "Ro
déame de murallas/dice la piadosa madre en su can
ción..."7, vale decir, en ser tratado con guantes de seda,
claro, seré muy bien tratado, aunque sólo exte-
riormente, mientras que las aguas turbias buscarán tar
de o temprano abrirse cauce por otro lado. Por eso tam
bién habría que tener una adecuada dosis de concien
cia de estado.
No es necesario que digan sí a lo que les estoy ex
poniendo; se trata de mis opiniones personales. En ge
neral se oponen a casi todas las experiencias que he te
nido con comunidades religiosas, incluidas las femeni-
348
ñas, si bien en estas últimas hay factores que hacen más
comprensible el caso, a pesar de que no lo justifica.
Compréndanme bien, por favor, una cosa es ha
blar sobre esos temas de la comunidad para hacer una
consulta o buscar consejo, y otra es vaciar ante cual Reserva ante
quier extraño el costal de todas las miserias humanas extraños
que uno esté sufriendo.
Menciónenme una comunidad en la que no suce
dan cosas humanas...Si pueden citarme una, les diré
entonces que los miembros de esa comunidad han sido
concebidos sin pecado. Pero esto sería una herejía; na
die ha sido concebido sin pecado, y mucho menos toda ¿Qué puedo
una comunidad. Seamos mucho más sobrios en este cambiar?
punto y contemos con las debilidades humanas. Ellas
son una tarea para mí. Al enfrentarlas me diré: ¿Qué
puedo cambiar? ¿Tiene sentido hablar mucho? Si lo tie
ne, lo haré, y si no lo tiene, pues bien, apretaré los
dientes.
Reformaré la comunidad en la medida en que me
reforme a mí mismo, en la medida en que reforme el
pequeño grupo en el que esté como profesor, rector,
etc. Allí crearé el estado ideal según mis posibilidades. Diferentes
Cuando comience a construir ese estado ideal advertiré ópticas
que tampoco puedo lograrlo. Si alguna vez llegan a
superiores verán las cosas con otro cristal. Aquellos
que como subordinados quizás daban la impresión de
tener todo en orden, cuando ocupan cargos de superio
res suelen ser los más insoportables e hipersensibles.
Examinémonos a nosotros mismos y contemple
mos las debilidades humanas descubriendo en ellas
una tarea. Esto es lo que yo llamo heroísmo fiel. El ob Me
jeto de mi audacia debe ser la fidelidad; pero, por otra contemplo
parte, si soy superior debo agradecer cuando alguien en la
me critique cara a cara. Dicho familiarmente, yo no to debilidad
ajena
lero que se me ataque por la espalda. Que esas cosas
sucedan depende en gran parte del superior. Suponga
349
mos que mi superior es un inútil; no por ello me diré:
"Si él es un inútil, yo también". Al contrario, trataré de
ser potencialmente algo más.
Meditemos con plena sobriedad sobre este tema.
Quizás más tarde tengan oportunidad de hacer mu
No fuimos chas experiencias en el contacto con otras comuni
concebidos
dades. Entonces se darán cuenta de que no todo lo que
sin pecado
reluce es oro; y que tampoco reluce en muchas partes.
Mirando las cosas de cerca, notarán mucha oscuridad,
precisamente porque no hemos sido concebidos sin
pecado.
350
Estar listos para la lucha significa que por amor a
la comunidad realicen en todas partes un trabajo de
alta calidad. En este punto tenemos que mantener una
ética, un honor de estado.
Hasta aquí pues algunas constantes generales.
Repitámonos unos a otros: "¡Despertad y despertaos!". Despertad
Si nuestro sí es iluminado y audaz, podemos hacernos y despertaos
a la mar -cada uno y la comunidad en su conjunto- y
contar con que la bendición de Dios acompañará nues
tros emprendimientos.
351
Decimoséptima Conferencia
LOS FRUTOS DE LA
INFANCIA ESPIRITUAL
Frutos del sí
354
y esto vale tanto para la vida de cada uno -medítenlo
y aplíquenlo en su propio caso- cuanto para la vida de
todo el pueblo.
Detengámonos un poco en esta idea y sigamos de
sarrollando el lincamiento; ¿no les parece que el senti
do último del tiempo actual es preparar una nueva
época signada por una fe ardiente?; ¿no les parece que Se prepara
ello sería posible y aún evidente y acorde con la manera una nueva
época
en que Dios rige el mundo? Observen que esto nos
lleva a encarar los enigmas del universo. Si el sentido
del desamparo personal es conquistar un amparo más
elevado en Dios, creo que también podría decirse que
el sentido del desamparo de los pueblos es que el
género humano alcance un cobijamiento más elevado
y profundo en Dios.
Para analizar en detalle este pensamiento, piensen
en primer lugar en el tema de la crisis de fortuna o cri
sis de Job, luego en la crisis de conocimiento y final
mente en la inseguridad en cuanto a la propia salva
ción; y por último apliquen a estas tres crisis el princi
pio que enunciamos más arriba: el sentido del desam
paro es lograr un amparo más elevado en Dios.
Crisis de fortuna
355
menos desde el punto de vista teórico. En segundo lu
gar, la actitud de un profundo amparo en la riqueza de
Entender Dios. No tengo ninguna riqueza terrenal, y ello tiene la
mejor las gran ventaja de que me permitirá entender mejor las
riquezas riquezas de Dios. Sea como fuere, quien pronuncie el sí
de Dios filial será siempre rico en Dios, aunque sea pobre como
un mendigo. Incluso se sentirá tanto más rico cuanto
más pobre sea exteriormente en bienes económicos.
Finalmente, la pobreza desarrolla en nosotros una
actitud de desprendimiento de todo lo terreno. Estaré
desprendido, desligado de todo lo terrenal, al menos de
todo apego desordenado a las cosas terrenales.
Si Dios pone a mi disposición los bienes económi
cos necesarios o quizá incluso los utilitarios, si gozamos
en general de una buena posición económica y sin
embargo somos niños y pronunciamos nuestro sí, ¿qué
actitud se deberá desarrollar en nosotros? La de un
¿Si no soy continuo y sencillo: "¡Gracias, Dios mío!", la gratitud
pobre? hacia Dios, porque nos ha ayudado y concedido
paternalmente esos bienes materiales. Además una sen
cilla humildad, porque reconoceremos que tales bienes
son de Dios; y los emplearemos con la conciencia de
que daremos cuenta del uso que hayamos hecho de
ellos. Y por último, la disposición permanente a renun
ciar en cada momento a tales bienes, si así lo determi
nase el plan y deseo de Dios.
Creo que de esta manera les he esbozado clara
mente cómo conducirnos tanto en la crisis como en la
seguridad económicas. Hay que ser pues como niños,
así como lo haría un miembro de su comunidad a la luz
de su ideal, en todas las dificultades y seguridades
económicas.
Apliquen estos principios, si les parece, especial
mente a aquellos que se ocupan de los asuntos econó
micos de la comunidad.
356
Crisis de conocimiento
357
fuerte anhelo de tener un nido. ¿Qué fin persigue Dios
cuando permite que nos caigamos de muchos nidos
"secundarios"? Introducirnos en el nido primordial, en
el nido original de su santísimo corazón.
Si echamos una mirada retrospectiva sobre lo que
venimos diciendo, estarán de acuerdo en que la segu
ridad es un fruto profundo, valioso y delicioso de la
infancia espiritual. Pero, por favor, no la seguridad en
el plano inferior -allí reina inseguridad permanente-
sino la seguridad en el plano superior, en Dios.
Fuerza
Causas físicas
358
hay una insuficiencia orgánica, entonces está bien, es
lícito consultar al médico para obtener un diagnóstico.
Por lo demás, esforcémonos en cultivar un sentido de
vida sano en todas las áreas.
359
sivamente pendientes de lo corporal. Cultivemos un
sentimiento de vida sano; naturalmente, cuando
Educarnos avancemos en edad habrá que ir al médico, ya que en
en la esa etapa de la vida no podemos esperar que el cuerpo
austeridad genere los anticuerpos o defensas necesarias con la
misma eficiencia con que lo hacía en los años de juven
tud. En general creo que especialmente nosotros, como
sacerdotes y misioneros, tenemos que educarnos en la
austeridad.
Permítanme otra observación. En Alemania hay
un dicho popular que dice: "Más vale gastar el dinero
"Gastar en en la panadería que en la farmacia". Se dan cuenta de
la panadería lo que quiero decirles. Es evidente que debemos procu
y no en la
farmacia"
rar que nuestra alimentación sea la suficiente y adecua
da. Una alimentación a la altura de una buena mesa
burguesa se ha hecho ya uso generalizado en todas las
comunidades religiosas. Es cierto que es preferible
ahorrar en cualquier otra cosa menos en la comida.
Una buena alimentación juega también su papel en la
prevención y tratamiento de estados de angustia y
ansiedad, ya que contribuye a mantenernos físicamen
te en buen estado y con buenas defensas.
San Francisco de Sales aconseja que en los años de
juventud hay que ser parcos en lo que hace a quitarle
horas al sueño2. Aún los ascetas más ancianos y auste
ros opinan que mejor es azotarse que no retacear el sue
360
ño. En la juventud quizá seamos resistentes, pero más No reta
adelante padeceremos las consecuencias, si Dios no nos el sueñi
da de nuevo gracias especiales.
Causas psíquicas
361
difícil rezar la misa en cierto altar. Mientras sean jóve
nes, no cedan ante tales obstáculos.
Tengamos en cuenta que con la simple aplicación
"Procurar del agere contra no conseguiremos nuestro objetivo,
alegría al sino que hay que agregarle las motivaciones espiritua
Padre" les que correspondan. Y la más simple y efectiva de
ellas es "procurarle alegría al Padre del Cielo". Si a El
lo alegra que yo en cierta oportunidad haga un pape
lón mayúsculo, entonces yo también me alegraré de
ello y así pues iré a ese altar y celebraré la misa.
Observen cómo la infancia espiritual nos da fuer
za para detener ciertas cosas, sobrellevarlas o bien, en
ciertos casos, superarlas completamente.
No sé si los médicos avalarán todo lo que les digo
a propósito de estos temas. Creo que un sano médico
católico tratará siempre de armonizar ciencia y religión,
Armonizar y lo hará ciertamente por razones medicinales. Incluso
ciencia
y religión
hay médicos no creyentes que saben emplear magis
tralmente estas motivaciones religiosas en el trata
miento de sus pacientes católicos o cristianos; ellos tie
nen un "olfato" para percibir que detrás de lo religio
so hay una fuerza efectiva.
Lo experimentamos en nosotros mismos. No estu
diemos demasiado, más bien experimentemos más. Si
Experimen lo vivenciamos en nosotros tendremos un conocimien
temos más to seguro; si lo percibimos en los otros, tendremos un
conocimiento experiencial fundamentado en las viven
cias ajenas. No descartemos el conocimiento que nos
brindan las experiencias, llevados por el gusto de cal
cular y conceptualizar.
362
do punto. No sólo nos interesa hablar de la infancia es
piritual como camino de salida de las crisis del tiempo
sino también como camino para la comprensión y ob
servación consciente de nuestras santas Constituciones.
En realidad me había propuesto hacer un "corte
transversal" de sus Constituciones. Entre tanto, hemos
hecho abundantes referencias a ellas; además nos
queda mucho material por desarrollar y quizás algunos
de ustedes asuman con gusto la tarea de dedicarse al
tema de las Constituciones. Por lo tanto me dispensa
ré de abordarlo.
Mañana comenzaremos con el segundo pilar, la
raíz de la infancia espiritual. Hasta ahora nos hemos
movido en torno de una sola idea central. Quizás nos
hayamos fatigado un poco y sintamos la necesidad de
explorar nuevos horizontes. No olvidemos repasar
todo en la oración, porque el mero conocimiento no es
suficiente si no recibe su fecundidad del Espíritu San
to y de la gracia.
363
Decimoctava Conferencia
LA SABIDURIA SANTA
SEGUNDO PILAR:
RAIZ Y FUENTE DE LA INFANCIA ESPIRITUAL
365
decir, a la luz de la fe, pero al mismo tiempo inspirados
en una sana filosofía y psicología.
Confrontación
Sapientia coelestis
366
esto lo llamamos en su momento "Simplicidad"2. Vale Aparo®
todo 10|
decir entonces que la sabiduría es la fuente de la sim
que no’
plicidad. Simplicidad es carencia de dobleces: todo
para Dios, omnia uni. La sabiduría nos da esa simpli un bien
supremo
cidad, nos permite reconocer y amar a Dios como el
bien supremo y hacer a un lado todo lo demás.
Jesús nos enseña la sapientia coelestis cuando nos
exhorta a buscarla como si fuese un gran tesoro escon
dido en el campo3. San Pablo a su vez nos instruye en
esa sapientia coelestis cuando describe su propio pen
sar y querer: "Lo que era para mí ganancia, lo he juzga
do una pérdida a causa de Cristo...y lo tengo como
basura para ganar a Cristo"(Flp 3,7ss.). He aquí el sen
tido amplio y profundo de la simplicidad de la cual
mana la fuente de la sabiduría. La entrega total de sí a
Dios y a Cristo es una donación total de la persona.
Entrego todo. Observen el planteo de San Pablo, cómo
él considera a todo lo terrenal como basura; y todo lo
que es basura es evidentemente un no valor destinado
a ser arrojado. ¿Para qué? Para ganar a Cris
to...sapientia coelestis.
Meditemos el caso de San Francisco: despreció las
riquezas terrenales para ganar al Padre del Cielo y a
Cristo.
Sapientia mundana
2. Cf. conferencias 9 y 10
3. Cf. Mt 13,44
367
Visión bíblica del mundo
368
Sapientia terrena
Sapientia animalis
Sapientia diabólica
369
Huir del espíritu mundano
370
glos: incorporarse a una comunidad para estar más
asegurados contra el espíritu mundano. Doy por sen
tado que ustedes aceptan desde un principio este pun
to de vista auténtico y claro.
Les pido que examinen si están convencidos de
que parte del sentido de su comunidad surge del hecho
de que ustedes se quieran inmunizar contra el espíritu
mundano en el seno de una comunidad santa y des
prenderse interiormente de la sapientia mundana en
una comunidad en la que anide la sapientia coelestis.
Fundamentación
371
En segundo lugar les recuerdo la ley de oposición:
no puedo considerar a Dios como el sumo bien y al
Considerar mismo tiempo adorar a la criatura como tal. Si al hacer
a Dios como nos niños exigimos de nosotros una entrega total de
el sumo bien
nuestro ser a Dios, de ese modo queda excluido todo lo
que llamamos sabiduría no santa.
En este punto les vuelvo a recordar que existen
muchísimos sacerdotes del clero diocesano y del clero
regular -y quizás también nosotros nos contamos entre
ellos- que intentan el malabarismo diabólico de amal
Un mala- gamar ambas sabidurías, la celestial y la terrenal. Quie
barismo ren estar a sus anchas en el mundo y disfrutar los
diabólico placeres del mundo, y a la vez estar con Dios y gozar
de Dios. Esas personas son las que se condenan a la
mediocridad, no sólo a sí mismas sino también a todos
los que las rodean.
Creo que en otra oportunidad les decía que la tra
gedia de la Iglesia de hoy no reside tanto en que los
malos sean malos sino en que los buenos no se esfuer
zan por ser plenamente buenos. Aplicado ahora a la
vida de las comunidades religiosas y de los sacerdotes
en general: la tragedia consiste en que nosotros debe
ríamos ser hombres de élite en virtud de nuestra voca
Demasiadas ción y sin embargo no tenemos el coraje de ser total
concesiones
al mundo mente buenos, sino que hacemos demasiadas concesio
nes a la mediocridad o, dicho más concretamente,
hacemos demasiadas concesiones al mundo. Así pues
queremos estar sentados en dos sillas, lo que jamás nos
resultará cómodo. Sería mucho más simple sentarse en
una sola silla, aún cuando ésta fuese "el mundo".
Comprueben cuán peligroso es vivir hoy; ¿por
qué? Porque el mundo intenta atraparnos con miles y
millones de tentáculos. Nuestro mundo ha creado un
mercado de consumo; pensemos por ejemplo en la ra
dio, el auto, etc...cosas que naturalmente pueden ser
"bautizadas" y servir a Dios y al espíritu de oración.
Pero fíjense cómo en nuestros días en todas partes se
372
nos procura seducir con propaganda en favor del con
sumo y del consumir. En la actualidad es muy difícil
permanecer en el mundo y no ser víctima del espíritu
mundano. Mediten y profundicen esta última reflexión
en los días que nos restan aquí. Para seguir en el
mundo y no resignar ante ese espíritu mundano hace
falta echar raíces muy hondas en la sabiduría santa. Y
para ello hay que aprovechar lúcida y efectivamente los El mundo
tiempos de que disponemos para el cultivo del espíri es como
tu, especialmente los tiempos de oración. ¿Hemos teni una telaraña
do presente este objetivo como una idea clara y
orientadora? Los santos solían comparar el mundo y el
espíritu mundano con una telaraña: quien cae en ella
queda atrapado y no sale más, tal como le sucede a la
mosca. La hazaña consiste en estar rodeado conti
nuamente por esa telaraña y sin embargo no enredar
se en ella. Asuman esa difícil tarea; recuerden que no es
posible servir a Dios y a las riquezas7, ni considerar al
Espíritu de Dios y a la vez al espíritu mundano como
valor supremo. Debemos ser íntegros: al pan, pan y al
vino, vino. Esto no vale sólo para nosotros como
comunidad, sino para todo aquel que quiera llegar a la
santidad.
¿Quieren además una tercera y cuarta razón por la
cual arrancar las raíces de la sabiduría no santa? Somos
Hacer míos
hijos del Padre y por eso tenemos que hacer nuestros los valores
los valores del Padre. ¿Qué dice San Pablo sobre el Pa del Padre
dre del Cielo? La sabiduría de este mundo es necedad
a los ojos de Dios8. Si soy pues hijo del Padre, deberé
hacer míos los valores del Padre.
Pero hay una razón más: si soy hermano y miem
bro de Jesús, sus valores tendrán que ser también los
míos. ¿Cómo actuó el Señor frente a ese espíritu mun
dano? Su vida fue una rotunda, una enorme protesta
7. Cf. Mt 6,24
8. Cf.l Co 3,19
373
contra todo lo que significa el término "mundo" en su
acepción negativa.
Consecuencias
374
para arribar de la manera más rápida posible al cora
zón de Dios. Si toda nuestras fuerzas de amor pertene
cen a Dios, ellas revertirán sobre las criaturas. Pertenez
co en Dios a la criatura y amo en Dios a la creatura10. Lo
que hay que superar son los apegos desordenados, no
los ordenados.
Esto vale no sólo para la vinculación a los hom
bres, sino también para la vinculación a las cosas. Les
recuerdo en este sentido el tema del descanso. No es
correcto decir: "No me tomaré un descanso porque
quiero eliminar todo lo que sea espíritu mundano". No
caigamos en extremos, cuando descansemos, disfrute
mos de las cosas creadas. Existen naturalmente sacer
dotes que continuamente necesitan descanso; pero
"descanso" entre comillas. Quizás necesite por un cier
to tiempo alguna cuota extra de descanso, pero no No caer
en extremos
puede ser que éste se transforme en estado permanen
te. Por otro lado, cuídense de darle un margen excesi
vamente exiguo al descanso. Quien no descansa lo su
ficiente, quien disfruta muy poco de las criaturas, ten
ga en cuenta que en el futuro quizás se enfrente con
problemas físicos y psíquicos. No seamos mezquinos
con el descanso, pero siempre manteniendo la mesura
en la duración y la manera en cómo descansamos.
Sería muy prudente que una comunidad joven
como la suya fuese creando una cierta tradición en esta
área. Observen cuán rápido aumenta la afición al des
Crear
canso. Tomen por ejemplo a los sacerdotes diocesanos. tradiciones
En Alemania era normal en otros tiempos que duran
te las vacaciones uno haya estado en tales o cuales ba
ños termales. ¿Eran estos momentos de auténtico des
canso? Personalmente creo que no. Les repito que es
importante que la comunidad desarrolle una cierta tra
dición en este sentido, ya que no existen reglamentacio-
375
nes al respecto. Una tradición, un uso, pueden adquirir
con el tiempo carácter de ley. En una etapa inicial como
esta en la que se encuentran, hay que prestarle más
atención a estas cosas. Las generaciones futuras se
apoyarán en lo que ustedes hayan creado hoy. Sean
cual fueren los usos que se vayan cristalizando, hay
No huimos
del mundo que tener siempre presente el principio de santidad.
para pasarlo Precisamente porque no queremos ser un rebaño
bien cualquiera que huyó del mundo para pasarlo bien. Si
así fuere, bueno, ya podemos ir liando los petates.
Queremos que nuestra comunidad sea una madre fe
cunda de santos; y desde este punto de vista hay que
considerar y valorar el descanso y todos los otros temas
que nos preocupen.
Procuremos seriamente eliminar todos los apegos
Renunciar desordenados a las criaturas que haya en nosotros. ¿Qué
por amor significa esto en concreto? Renunciar por amor a las
criaturas, ya sea de manera perpetua o bien temporal.
Renuncia perpetua
376
dentemente la renuncia perpetua nos preserva de la
esclavización.
Si no podemos decidirnos a renunciar para siem
pre a tal o cual cosa, será sabiduría cristiana renunciar
a ellas de modo temporal. No hay ascética que omita Eliminar la
tales renuncias temporales, realizadas asimismo por sabiduría
no santa con
amor. Ya conocen aquel axioma: "El cristiano renuncia
renuncias
siempre a las cosas pecaminosas y a veces temporal
mente a las permitidas". Me parece que sin renuncias,
practicadas regularmente, no podremos eliminar en
nosotros la sabiduría no santa.
377
nidad, acentuemos por todos los medios el espíritu de
los votos.
Ya saben que dicho espíritu se expresa en la Igle
sia como espíritu de pobreza, obediencia y pureza. Lo
que les digo tiene validez general, tanto para el sacer
dote diocesano cuanto para la empleada doméstica que
quiera ser santa.
Espíritu de pobreza
Fundamentos
378
píen la Iglesia de hoy; en ella hallarán comunidades
florecientes. Notarán que ellas sujetan con firmeza las
riendas en lo que atañe a los principios de pobreza.
Hay incluso comunidades cuyos rectores deben jurar Pobreza
que durante su priorato no tolerarán que se mitigue en excesiva y
riqueza
lo más mínimo el principio de pobreza. Se dan cuenta
excesiva
entonces de la importancia fundamental que tiene el
espíritu de pobreza para alcanzar una santidad autén
tica, y para toda comunidad que quiera ser madre de
santos.
Ya han hecho varias veces los ejercicios igna-
cianos. ¿Han descubierto toda la psicología que sub
yace en la meditación de las dos banderas?n¿Qué sig
nifican esas enseñas? Los principios fundamentales: el
pabellón de Jesús es símbolo de todos los principios del
Señor; aquél del demonio es a su vez resumen de todos El estandarte
los principios del mal. ¿Cómo pinta el santo de Loyola de Cristo y
esos dos estandartes? El de Cristo se llama "Amor a la el estandarte
de Satanás
pobreza y desprecio". Es una formulación muy logra
da a nivel psicológico y teológico. ¿Y la de Satanás? En
un primer momento nos parece bastante indiferente:
Amor a las cosas materiales, a la honra y al prestigio.
Para comprender mejor el contexto, estudien en algún
libro sobre el tema todas las delicadas realidades que
nos presentan los pensamientos de San Ignacio en el
plano psicológico.
De toda esta reflexión podemos concluir que como
individuo y miembro de una comunidad religiosa no
podré ser santo si en dicha comunidad el principio de
pobreza no está sólidamente garantizado.
Aplicación práctica
379
les responderé este interrogante enfocando primero la
realidad del individuo. En lo que hace a la comunidad,
me detendré en ese punto cuando hablemos más tarde
sobre cómo garantizar el espíritu de pobreza. Pues
bien, sólo basta volverse a los antiguos ascetas y pre
guntarles qué tengo que hacer para cultivar el espíritu
de pobreza. Haré un resumen de las respuestas que nos
propone la ascética tradicional porque ya nos son bas
tante conocidas. En primer lugar debemos aprender a
Profunda renunciar, por amor, a las cosas materiales superfinas,
actitud
en segundo lugar por amor renunciar a lo necesario y
interior de
mendigo por último cultivar ante Dios una profunda actitud
interior de mendigo. Por lo demás ya estamos leyendo
en las comidas el capítulo de La santificación de la
vida diaria que trata sobre la vinculación heroica a las
cosas12. Como además se une a ello la lectura de las
encíclicas, el asunto se hará largo de enumerar. Quien
aspire a la santidad debe saber una serie de cosas sobre
el cultivo de la pobreza; para ello paso a trazarles ahora
un breve panorama del tema.
Renuncia a lo superfino
380
tedes. Les confieso que mi preocupación más grande es
garantizar en ellas la pobreza. Cuanto más avanzo en
edad, tanto mejor percibo los extremos en que suelen
caer las órdenes religiosas en esta área, que buscan re
glamentar hasta los mínimos detalles. Así suele decir Evitar
se por ejemplo: "En la habitación sólo se permite tener los excesos
uno o dos cuadros". Quien dirija una comunidad y sea
responsable de la ascética y la aspiración a la santidad
de sus miembros, sabe de casos semejantes.
Eviten el exceso de minuciosidad en las reglamen
taciones. Reglamentar las cosas hasta en sus mínimos
detalles va contra el espíritu de su comunidad; lo que
no quiere decir que no veamos con realismo el proble
ma del cultivo de la pobreza, con todas las dificultades
que trae aparejado. No esperemos ni exijamos que se
reglamente autoritariamente todo, hasta en sus míni
mos detalles. Por otro lado, somos la generación prime
ra, la generación fundadora; y llevados por esta
responsabilidad debemos preguntarnos por la manera Crear
y modos en que podemos crear tradiciones comunita tradiciones
rias que a la vez respeten la libertad del individuo. Es comunitarias
una labor muy ardua para ustedes. En efecto, el con
cepto "superfino" es relativo, también desde el punto
de vista teórico. Cuando hablamos de cosas superfinas
lo hacemos con referencia a nuestro estado de vida.
Para saber qué es superfino y qué no, habría que plan ¿Cómo
definir lo
tearse qué es lo adecuado a nuestro estado de vida, y superfluo?
qué cosas no lo son.
Renuncia a lo necesario
381
Para cooperar en la fundación de una comunidad
firme, hay que animarse a abordar el problema de la
pobreza y poner manos a la obra. En general no sufro
El tema de mayores crisis en lo que hace al cumplimiento de mis
la pobreza responsabilidades de director de una comunidad reli
genera giosa, pero cuando enfrento el tema de la pobreza, ahí
dificultades me veo realmente en dificultades. En el caso de la mu
jer las cosas se tornan más agudas que en el caso del
varón; porque ella, esgrimiendo el argumento del espí
ritu de familia, exige continuamente cosas.
Les digo con toda sinceridad que la posesión tem
poral o transitoria de ciertas cosas es razonable. Les
doy un ejemplo concreto que quizás nos puede concer
Poseer tran nir a todos, para que vean que debemos y podemos
sitoriamente ventilar este problema. Pues bien, quizás sea mejor po
ciertas cosas seer por un tiempo una habitación confortable y bien
amoblada que padecer por otro lado sabe Dios cuántas
dificultades a nivel sexual. Seamos sinceros al abordar
la realidad: es posible que un ambiente familiar cálido
y delicado nos proteja contra toda una serie de com
plicaciones en el área sexual. No hay una panacea con
tra estas dificultades...Son un problema objetivo para
todo hombre; y en el plano subjetivo es más difícil aún
para la mujer. Naturalmente, podría detenerme en el
tema e intentar una respuesta para cada una de las fa
cetas de esta cuestión. Así se ha hecho en La santifica
ción de la vida diaria, cuando se habla de que "no
pocos temen que la pobreza en el mobiliario y en el
vestido estropee el gusto y haga tosca a la gente"13. A
la luz de esas reflexiones podemos concluir que si la
pobreza se practica por amor, si se han abierto para
nosotros las riquezas del amor, ese peligro estará con
jurado y aún una pared blanca podrá satisfacer nuestra
necesidad de belleza.
382
Les propongo libremente estas ideas, a manera de
motivación, sin pretender una solución definitiva al
problema. No me siento con derecho a hacerlo.
Pregúntense qué es "superfluo". Ustedes no tie
nen a nadie que ande detrás diciéndoles: "¡No hagan
esto!, ¡ni tampoco aquello! Plantéense pues con mayor Definir lo
razón si lo que hacen le causa alegría a Dios o no. To que es
men estas cosas en serio, tanto a nivel personal cuanto superfluo
comunitario. Si se consideran cofundadores de la
comunidad, no sólo contemplen cada acción personal
en sí misma sino en su proyección sobre las generacio
nes futuras. Amar la comunidad significa también que
una de las cuestiones más importantes para nosotros
sea cómo garantizar el principio de pobreza.
Nos hallamos estudiando el segundo grado de la
pobreza; tenemos que renunciar a lo necesario, incluso
a lo que nos corresponde en virtud de nuestro estado
de vida. En las misiones tendremos abundantes opor
tunidades de practicar renuncias de este género, pero
que sea siempre por amor...
Espíritu de obediencia
383
caso de ustedes ella cobra una importancia muy espe-
Unico cial como en poquísimas otras comunidades. ¿Por qué?
vínculo Porque la obediencia es para ustedes el único vínculo
válido para que garantiza la cohesión de la comunidad a nivel
la cohesión organizativo. Más adelante volveré sobre este punto,
cuando me detenga un poco más sobre el aspecto
organizativo de su comunidad.
Denle al cultivo de la obediencia el lugar que le co
rresponde. De otra manera su comunidad no estará
asegurada a nivel organizativo, aún cuando en ella ten
gan una promesa solemne que obligue bajo juramento.
La comunidad que yo dirijo acentúa radicalmente el
espíritu de obediencia14. Quien conozca la comunidad
estará de acuerdo en que la educación para la obedien
cia es un factor vital para el Instituto como tal. A su vez
la educación para la pobreza es un factor vital para la
santidad de la comunidad. Por otra parte, la co
munidad no subsistirá a la larga como organización si
no se garantiza el elemento cohesionante que es la obe
diencia. Volveré enseguida sobre el tema; por ahora me
interesa más el enfoque ascético del mismo.
384
Desde el punto de vista de la ascesis se puede dis
tinguir tres tipos de obediencia que deben brotar de
una misma motivación: el amor.
En primer lugar, la obediencia de la ejecución. Está
claro que la obediencia católica ve la autoridad de Dios
detrás de todo aquel que manda en virtud de derecho. Obediencia
Este es naturalmente el fundamento de la obediencia de la
católica. En último término no me inclino ante la auto ejecución
ridad de un hombre, sino ante Dios. Por eso la obedien
cia debe estar unida al amor. ¿Cómo será la ejecución
de lo mandado? Puntual y exacta. Si queremos ser
santos tenemos que tomar las cosas en serio. En segun
do lugar existe la obediencia de la voluntad. Hay Obediencia
obediencia de la voluntad cuando uno también quiere de la
lo que quiere el superior. Este tipo de obediencia no voluntad
trae aparejado mayores dificultades. Por último tene
mos la obediencia de la razón. Les repito que estoy pre
sentando estos principios a hombres que realmente
quieren ser santos. Claro, si uno vive en la comunidad
sin un compromiso interior con ella y de manera
mediocre, quizás se diga: "Me basta con la obediencia
de la ejecución y con un poco de obediencia de la vo
luntad; no me preocupa la obediencia de la razón". Obediencia
Esta actitud es indigna, y la persona que piense así está de la razón
realmente por debajo de la línea de la mediocridad. Yo
doy por supuesto entonces que todos nosotros quere
mos hacer a fondo lo que debemos hacer; de lo contra
rio estaremos jugando con Dios, con la gracia y con el
instituto.
Ahora viene una pregunta objetivamente difícil:
¿Cómo practicar la obediencia de la razón? Paso a dar
les ejemplos muy concretos de la vida diaria. Para de
limitar claramente los principios, supongamos el caso
de que nuestros superiores cometan una tontería tras
otra. Pues bien, si quiero ser santo tengo que practicar
la obediencia de la razón, a la que frecuentemente se
denomina "obediencia ciega", y que por otra parte vale
igualmente para los sacerdotes diocesanos. La objeción
385
que se puede hacer enseguida es la siguiente: "¡Por el
¿Anular mi amor ¿e oíos¡ ¿Acaso habré de aniquilar mi capacidad
raciocinio. raciocinio?" pqo; pOr cierfo que no, no queremos ni
debemos hacerlo.
Obediencia ciega
Principios
386
bemos- manifiesta la actitud opuesta: "Correcto es todo
lo que yo digo; lo que dice el superior es puro dispara
te de cabo a cabo". Pero el día en que esa persona deja
de ser mi superior, entonces sí, volverá a tener razón...
Intuyo la objeción que me harán: "Pero, ¿y si veo
que el superior está cometiendo realmente una tonte
ría?". Seamos sinceros, y admitamos que, por cierto,
mis superiores pueden equivocarse. No hay carisma
Mis
que sea totalmente infalible en todo; hoy soy subor superiores
dinado y mañana puedo ser superior. Hasta el Santo pueden
Padre puede cometer tonterías. El no tiene el carisma equivocarse
de la infalibilidad en todas las cosas. Cometer tonterías
es un derecho humano fundamental al que no pode
mos renunciar. Seamos siempre razonables y tomemos
las cosas tal como son, de lo contrario nos fabularemos
una ascética que más tarde se hará trizas. Nosotros con
tamos pues con la comisión de tonterías.
Prosigamos devanando el caso. Supongamos que
yo tenga la intención de poner en inmediata ejecución
lo que diga el superior, pero...¡lo que me manda no es
correcto! Ya he comprobado mil veces que ese superior
no tiene buena mano para gobernar. Sí, concedo que Aún así
sea así; pero también en tales casos debemos practicar practicar la
obediencia
la obediencia ciega. Naturalmente doy por sentado que
ciega
no se trata de mandatos que nos obliguen a pecar; ór
denes de ese tipo no deben ser acatadas. Agreguemos
asimismo que lo que el superior me manda es poco
prudente, no tan bueno e inclusive puede acarrearle
perjuicios económicos a la comunidad, o bien dañar su
prestigio, etc. ¿Qué hacer entonces? A mi parecer, en
tales casos una sana obediencia católica me garantiza el
derecho, más aún, me impone mesuradamente la obli
gación de presentar con respeto mi objeción.
Hacer objeciones con respeto es parte de la obe
diencia ciega. El superior tiene libertad para seguir
manteniendo su opinión. Si yo fuera superior, quizás Con respeto
387
haría lo mismo. Que el subordinado piense de otra
manera no perturba su relación con el superior. La
prudencia me aconsejará sobre cuándo y cuán frecuen
temente haga objeciones, sobre el grado de franqueza
con que las realice y la forma concreta de expresarlas.
Soy consciente de que estos principios pueden ser uti
No abusar lizados mal. Hay personas que tienen un 99,9% de fran
queza y sólo un décimo de espíritu de subordinación.
Se puede abusar enseguida de las cosas cuando no se
las contempla en su totalidad.
Continuemos con el mismo ejemplo. Pues bien, he
ejercitado la franqueza, pero el superior insiste en que
las cosas se hagan según su parecer; ¿qué me resta por
hacer? Cegar la razón puramente natural para que res
Cuando el plandezca con mayor claridad la luz sobrenatural de la
superior fe. Esto suena en un primer momento como una bro
insiste ma, pero es algo muy serio. ¿Qué estoy diciendo? Que
Dios también me puede conducir, a mí y a la comuni
dad, a través de las faltas y tonterías de los superiores.
A la luz de la fe yo sé que Dios es capaz de hacer que
aún lo erróneo e inclusive lo pecaminoso pueda redun
dar en el bien de los suyos. Mi actitud será pues la de
hacer sin amargura lo que el superior quiera. Ese es el
Todo con la momento de la verdadera virtud. Porque bien podría
impronta de decirme: "¡Y bueno!, ya no me queda nada más que
la santidad hacer a regañadientes lo que me manda mi superior".
Y entonces vendrán situaciones en las que quizás sea
pisoteado, empujado, golpeado y qué sé yo cuántas
otras calamidades. Naturalmente, si fuese el superior
sería muy dueño de obrar de otra manera. Recordemos
que es muy importante que todo lo que hagamos lleve
al menos la impronta de la santidad. Que tal o cual cosa
fracase en virtud de mi debilidad personal, es algo
humano y hay que asumirlo como tal; pero los princi
pios deben mantenerse inconmoviblemente.
Permítanme leerles lo que dice al respecto La
santificación de la vida diaria: "El santo de la vida dia
ria conoce el arte de santificar todas sus relaciones y de
388
transformarlas todas en servicio de Dios. La luz de la fe
le enseña que, si es súbdito, Dios le habla por medio de
sus superiores, y le dirige y santifica por ellos. En todas
las cosas aspira a la mayor perfección. No se contenta
con la ejecución exacta, pronta y perfecta de todo lo que
se le ha prescrito o aconsejado, ni le basta conformar su
voluntad con la del superior; sino que procura
conseguir el supremo grado de obediencia, que es la
obediencia de entendimiento, la obediencia ciega. Por
eso si se afirma desde un principio en la convicción de Sinceridad,
que todo lo que manda el superior es menos útil, lo iniciativa y
respetuosa
hace ver así con sinceridad y humildad. Y si ve que no
obediencia
ha surtido efecto, cierra los ojos de su entendimiento
con obediencia ciega, y deja brillar en el alma con todo
replandor la luz de la fe, que le enseña claramente
cómo Dios, con los planes de su Providencia, sabe en
derezar al mayor bien todas las cosas, incluso los desa
ciertos de los superiores, con tal de que los hombres se
esfuercen en amarle. Y sigue adelante su camino, sin
que se turben ni se amarguen las relaciones mutuas.
Lo cual no impide que, más tarde, cuando pueda
decidir por sí mismo en aquel asunto, procure darle la
solución que le pareciere buena en el acatamiento de
Dios. De esta forma sabe armonizar la sinceridad, la
propia iniciativa y la respetuosa obediencia"15.
Espíritu de pureza
389
¿Qué puntos destacar de este tema con miras a la
práctica? Procuremos cultivar una cierta y sana descon
fianza, una cierta precaución y finalmente un adecua
do respeto. Por ahora dejaremos de lado el aspecto
metafísico y nos abocaremos a la dimensión práctica.
Precaución
390
cer absolutamente intacto. La santificación de la vida
diaria17 emplea en este sentido el término "Permanecer
intacto como corresponde a nuestro estado de vida".
Respeto
391
que respetar las reglas de comportamiento y cortesía,
pero no toquemos a la otra persona por ternura, no to
carla más allá de lo que las reglas de comportamiento
lo exijan, ni tampoco hacerlo por ternura en los casos
en que esas mismas reglas estipulen un contacto físico.
Eso es mantenerse absolutamente intacto. No entraré
en detalle en este tema; quizás más tarde se ofrezca la
oportunidad de hacerlo.
Su comunidad tiene mucha libertad, y cada uno
puede relacionarse libremente fuera de ella. Por eso me
El área de parece que aparte de una plena libertad interior, en el
los contactos área de los contactos corporales ustedes deberían ob
corporales servar algo más que la regula tactus18. Esto se lo digo
también a los sacerdotes diocesanos. Si obran así,
entonces su actividad apostólica será ampliamente
bendecida.
En caso de cometer una falta en este campo, -no
hace falta que necesariamente sea pecado- deberían
tomar como norma confesarla cuando acudan al sacra
Aunque no mento de la reconciliación; no porque sea pecado, sino
sea pecado
para obligarse a sí mismos a ajustarse a los principios.
Por lo común nos mantenemos firmes en esta área de
los contactos, pero no olvidemos que en ella enfrenta
mos siempre grandes responsabilidades y trabajos a
cumplir.
El respeto de los principios nos preservará de sor
presas. En el futuro se presentarán casos -en las misio
No nes o bien aquí mismo- en los que no sabremos qué
sabremos hacer. Casos en los que, por ejemplo, nos diremos que
qué hacer permitiéndonos tal o cual caricia salvaremos a alguien.
¡No consientan en ello! Ustedes ya advierten que yo no
soy ningún aprendiz; he tenido infinidad de oportuni
dades de observar la vida. Desde el punto de vista de
la psicología de la mujer, les digo que lo que la mujer
392
recibe de ustedes con prescindencia de contacto físico,
ya no lo recibirá cuando recurran a una caricia para
despertar en ella tal o cual sentimiento noble. Lo noble
que fue alentado con prescindencia de todo contacto
físico, se destruirá cuando se introduzca la caricia. No No hacer
insistamos en "abrir" el corazón de la mujer; luchemos concesiones
más bien por una conducta íntegra. Precisamente la
actitud de su comunidad es fundamentar las cosas
desde arriba, no desde abajo. Enfrentaremos casos muy
concretos y cotidianos en los que quizás no haya nada
de malo; pero que al observarlos a la luz del ideal ad
vertiremos que no debemos hacer frente a ellos ningu
na concesión. Mediten lo que podrían hacer en este
sentido.
En resumen, ¿de qué les he hablado hasta ahora?
Sobre la importancia de eliminar en nosotros la raíz de
la sabiduría no santa mediante una seria aspiración y
cultivo del espíritu de los votos.
393
más importantes para la comunidad en su conjunto.
Baste recordar aquel pensamiento ya citado: la comu
nidad es pecado original concentrado y a la vez gracia
concentrada. Hay que tomar conciencia de ello para
tener ideas claras.
¿Cómo definir esas vinculaciones? Desde el pun
to de vista de la comunidad, una vinculación puede ser
considerada como principio ascético, organizativo y
pedagógico. Les pido que estudien en qué medida se
ha previsto en su comunidad vinculaciones que abar
quen estos tres aspectos.
Hoy por la tarde, si gustan, volveremos sobre este
punto y concluiremos el tema de la sabiduría.
394
Decimonovena Conferencia
VINCULOS OBLIGATORIOS
Y VINCULOS CON DIOS
Recapitulación
395
Preocupados por el bienestar de nuestra Familia,
nos preguntamos ahora sobre cómo asegurar el espíri
tu de los votos. Por lo común, a esos seguros se los lla
ma "vínculos" y pueden ser concebidos como un prin
cipio ascético, organizativo y pedagógico1.
396
Les recuerdo que los votos son también un vínculo
de amor. Si pasan por alto esta realidad perderán de
vista todo el contexto orgánico. El voto es una vincula
ción que surge del amor a Dios.
397
al Instituto no sólo en tiempos prósperos sino también
en épocas en que no florezca el espíritu del amor.
Repasemos nuestras Constituciones y pregunté
monos si existe un principio organizativo que esté pre
Sólo los sente en todas y cada una de las reglamentaciones que
necesarios ella estipula. La respuesta es ¡sí! Y ese principio es:
"Vínculos obligatorios sólo los necesarios, libertad toda
la posible, y por encima de todo cultivo del espíritu".
398
mos a diferenciar los enfoques, porque de otra manera
no nos entenderemos y seremos injustos con las órde
nes religiosas tradicionales. Les repito que en cuanto a
su organización, la originalidad de su comunidad
radica en estipular sólo los vínculos obligatorios que
son realmente necesarios.
Nos hallamos así frente a la gran cuestión de si
este principio ha sido correctamente meditado y puesto
en práctica. Reflexionemos nuevamente sobre el tema.
El primer aspecto era el que nos recordaba que hay que
tener vínculos obligatorios también en la medida en
que sean necesarios. Creo que no hace falta detenerse
en este aspecto. En general, ustedes piensan que ya tie
nen demasiados vínculos obligatorios, y más de lo
necesario. Examinaremos por eso el otro aspecto: Vín
Vínculo
culos sólo los necesarios. de derecho
¿Qué nos está diciendo este principio en particu natural y
lar? Quizás dos cosas: en primer lugar, cuando basta de derecho
positivo
un vínculo no necesitamos otro complementario; y en
segundo lugar, cuando basta un vínculo de derecho
natural no necesitamos otro de derecho positivo.
399
esta realidad y la tienen en cuenta en su labor educati
va dentro de la comunidad, advertirán cuán importan
te es infundir a la Familia el espíritu de obediencia, ya
que en el cumplimiento de la misma se decide la
supervivencia o la ruina de su Instituto.
Les recuerdo asimismo que en su comunidad la
pobreza está garantizada por la obediencia. ¿Y qué
Pobreza y pasa con la castidad? En este punto damos por senta
castidad, do el cultivo del celibato. Pero, más allá de ello, ustedes
garantizadas no tienen, como otras comunidades, un vínculo obliga
por la torio extra para la observancia de la castidad; ustedes
obediencia
sólo tienen el vínculo que obliga a cualquier sacerdote.
A lo sumo se podría decir que la castidad está de algu
na manera garantizada por la obediencia, ya que el
superior puede mandar sobre ciertos aspectos que ha
cen a la castidad.
400
Vínculos obligatorios de derecho natural
401
misión; o bien la cosa no contaría con las garantías su
ficientes. El bienestar de una comunidad exige necesa
Como en riamente que lo que constituye en realidad la familia, la
la familia
fidelidad y la perseverancia, sean obligatorias bajo pe
cado grave. Mediten el tema, a ver si están de acuerdo
con este enfoque. La familia natural se constituye a
partir de un contrato y también la nuestra.
En virtud del contrato matrimonial no sólo se con
forma el matrimonio sino también la raíz de la familia
toda. Naturalmente, la familia otorga a los padres, en
ciertas circunstancias, el derecho de mandar a sus hijos
bajo pena leve o grave. Aplicado a nuestro caso, el
contrato da origen a la familia, y el carácter familiar de
El derecho nuestra comunidad es fundamento y fuente para el
a mandar derecho de los superiores de mandar en virtud de la
autoridad domina tiva (via potestatis domina tivae). El
contrato crea la familia y ello otorga a los superiores el
derecho de mandar. He aquí la sucesión y consecuen
cia lógicas. Desde este punto de vista, nuestro Institu
to se funda sobre bases de derecho natural, por lo cual
los superiores tendrían también el derecho de mandar
bajo pena grave. Algo similar ocurre en el caso de la
comunidad de Hermanas que dirijo.
A todo esto se añade un nuevo derecho y obliga
ción exigido por Roma. Es algo similar a lo que sucede
con el contrato matrimonial que Jesús elevó a la catego
ría de sacramento. Se trata del juramento. El juramen
Dimensión to está en correspondencia con el grado de obligatorie
religiosa
dad del contrato sellado. El juramento introduce una
de lo
obligatorio nueva dimensión de la obligatoriedad: la religiosa. En
resumen, sus superiores tienen frente a ustedes dos
derechos: mandar en virtud de la religión y de la auto
ridad dominativa.
Sus Constituciones reconocen ambos derechos y a
la vez se afirman en el principio: Vínculos obligatorios
sólo los necesarios. Yo reservo a los superiores mayo
402
res el derecho de obligar en virtud de la religión. Los
superiores menores sólo pueden obligar en virtud de la
autoridad domina tiva.
Mediten estos pensamientos y advertirán por qué
su comunidad debe cultivar un carácter marcadamente Con el
familiar. Precisamente porque está estructurada y con modelo de
formada según el tipo de la familia natural. Seamos la familia
fieles a este principio, y con mucho amor. Asumamos natural
el juramento. Quizás se pueda probar que es mejor así;
el tiempo lo dirá.
Nosotros nos alegramos de esos vínculos emana
dos del derecho natural, y ellos son el fundamento del
carácter familiar de nuestra comunidad; ahora la infan
cia espiritual, la paternidad e inclusive el derecho que
tienen los rectores cobran un sentido especial. Como ya Obediencia
les dije, las Constituciones postulan que los rectores familiar,
militarmente
poseen un derecho paternal derivado, lo cual es algo
firme
muy bien meditado. Las Constituciones se nos
aparecen ahora en toda su transparencia. La obedien
cia que tenemos que practicar y observar asume una
impronta propia: ella debe ser familiar, no militar. Por
cierto, no piensen que obediencia familiar es lo mismo
que camaradería. Ño; la obediencia familiar debe ser
tan firme como la militar, pero animada de amor. Obe
decer familiarmente es obedecer por amor al Padre del
Cielo, por amor al superior que es semejanza suya; y
por amor a la comunidad. Esa observancia de la obe
diencia es lo que le dará a su Instituto una impronta de
transparencia.
Valdría la pena meditar toda la vida de su Institu
to a la luz de estas ideas. Verán cómo estimulará su
amor hacia él. Por más órdenes y voces de mando que
den, si no aman la comunidad, difícilmente podrán
mantenerla a flote. Pero cuando haya amor hacia la
comunidad, podrán exigir mucho, como por ejemplo,
que no se ventile fuera de la Familia lo que pueda ser
perjudicial para ella, ya que uno es parte de la Familia
403
y la Familia es parte de uno. Esto es lo que yo llamo un
sano amor propio de la Familia.
Quien esté entusiasmado por la Familia, hará sa
crificios por ella. Salvo aquellos casos en que alguien se
haya hecho sacerdote para dedicarse a la pastoral y la
comunidad lo destine a otro tipo de trabajos, por ejem
Sacrificios
plo, a labores de secretaría. Finalmente el individuo en
por la
Familia cuestión exclamará: "¡No aguanto más! ¡Quiero ir a
trabajar en la pastoral!". Está claro que dentro de toda
comunidad hay puestos ingratos que exigen muchos
sacrificios. Pero si yo sé que la Familia es una parte de
mí, si amo a la Familia, lograré renunciar a la
satisfacción de deseos personales legítimos. Si no ocu
rre así, nos pasará como al estado multipartidario, don
de cada partido corta su porción del todo. No tener
conciencia de familia es preguntarse qué me puede dar
la comunidad y no qué puedo darle yo a la comunidad.
Si la segunda es nuestra opción, nuestra vida comuni
taria presentará otros rasgos. La Familia no es en pri
mer lugar una mesa de placeres, sino de sacrificios.
Desde el punto de vista organizativo, el principio
que nos orienta es -con sus matices-: Vínculos obligato
rios sólo los necesarios.
Mediten si hubiesen seguido otro principio en el
caso de que les hubiese tocado fundar un Instituto si
milar; y no sólo para mantenerlo a flote, sino para que
se desarrolle como una totalidad. Naturalmente no lo
Mirar habría fundado como un botecito para mí solo, para
más allá que me mantenga diez años sobre las aguas. Para cala
fatear un bote semejante no necesitaré mucha brea,
pero sí hace falta mucha para el arca que estamos cons
truyendo, porque quién sabe cuántas marejadas tendrá
que sortear. No piensen sólo en su propia persona, sino
más allá, en la comunidad; tengan siempre grandes
ideales en su horizonte.
De esta manera hemos meditado las dos partes de
la primera sección del principio: "Vínculos obligatorios
404
sólo los necesarios, libertad toda la posible, y por enci
ma de todo cultivo del espíritu". Esos dos aspectos
eran: "Vínculos obligatorios sólo los necesarios" y
"Vínculos obligatorios también los que sean necesa Preocuparse
rios". En la educación de nuestros novicios o hermanos por el
yo recalcaría que los vínculos obligatorios son necesa contexto
rios. En una comunidad de su tipo no debería ocurrir
como en ciertas órdenes, que toman las cosas tal como
están prescritas, sin preocuparse en absoluto por el
contexto. Nosotros en cambio debemos saber por qué
las cosas son así. Tenemos que discernirlas para defen
der nuestra originalidad: "estos vínculos y no más" o
bien "nos arreglamos con tales y cuales vínculos".
405
esencial en la labor de formar una comunidad es la de
finición de medios para cultivar el espíritu. También en
este punto existe una gran transparencia en sus Cons
Acentuar tituciones, tanto en líneas generales cuanto en los míni
los vínculos mos detalles. Cuando las hojeé por primera vez me
hacia arriba llamó la atención la frase recurrente: "dar importancia
al cumplimiento de las prácticas de devoción". Supon
gamos que fundaran una comunidad semejante a ésta,
con pocos vínculos hacia abajo. En ese caso habría que
acentuar los vínculos hacia arriba y asegurarlos desde
el punto de vista organizativo. De ahí que el rector de
Asegu
rarlos en lo
una casa filial de la comunidad no debería dispensar
organizativo fácilmente del cumplimiento de tales prácticas argu
yendo: "dos por dos son cuatro...y como excepción
puede ser también cinco; así que lo dispenso a usted...".
Naturalmente, el rector puede hacerlo; pero si
constituyen una comunidad consecuente acentuarán
en muchos casos el cumplimiento de las prácticas de
devoción más fuertemente que como lo hacen los
religiosos.
Les hablo tal como pienso. Quizás se asombren si
alguna vez examinan el Instituto que yo mismo dirijo.
El principio ha sido aplicado en él con mayor severidad
En las aún; inclusive en lo que atañe al cultivo del espíritu. Me
Hermanas gustaría comentarles todo lo que se ha previsto en re
de María lación con el cultivo del espíritu. En primer lugar, dos
años de noviciado; luego un mes de ejercicios espiri
tuales; a continuación, un contrato, primero por un
año, luego por dos; sigue medio año de formación lla
mado "terciado"; finalizado éste, se hace un contrato
por tres años y luego uno perpetuo, después de haber
realizado otro medio año de formación (segundo "ter
ciado"). De esta manera se aplica radicalmente el prin
cipio visto, y con total transparencia.
En sus Constituciones se establece que cada diez
años todo miembro de la comunidad tiene derecho a
realizar cuatro semanas de ejercicios espirituales. Si yo
hubiese sido el organizador de una comunidad como la
406
suya hubiera prescrito que cada diez años cada miem
bro debe pasar cuatro semanas de retiro. Si contempla
se sólo mi caso personal hablaría de "puedo", pero
como organizador hay que tener otra manera de pen
sar y hablar que no necesariamente coincide con la del
enfoque puramente ascético. Siempre es difícil conciliar
los diferentes puntos de vista.
Espero que estén de acuerdo conmigo en la conse
cuencia con que hay que aplicar los principios. Esta
convicción nos resultará muy valiosa. Hoy en día sur
gen muchas comunidades nuevas -es el Espíritu Santo
quien debe estar obrando en esto- que tratan de mitigar
las vinculaciones hacia abajo. Pero la mayoría de estas Si se
fundaciones fracasan, ¿saben por qué? A la luz de mis suprime
experiencias les digo sin rodeos que esos Institutos fra algo
casan en su intento porque dejan de lado algo que
tienen las órdenes religiosas, y no ponen nada nuevo
en el lugar que ha quedado vacío. ¿Se dan cuenta de lo
que ocurre entonces? Si nos limitamos a decir: "no
quiero ni esto ni aquello" y así sucesivamente, a la lar
ga se desembocará en un cierto "libertinaje", si me
permiten exagerar un poco los términos. Si se suprime
algo, hay que poner otra cosa en su lugar. Ustedes de
ben representar al nuevo tipo de hombre; si no quieren
hacerlo, su Instituto perderá fuerza de empuje y no
suscitará al héroe que duerme en ustedes.
La misión exige cultivo del espíritu
407
Pongámonos en el lugar del organizador. Por
ejemplo, tengo una comunidad que dirigir y me alegro
Tendencia
de todos los vínculos obligatorios; basta un silbido para
a exigir que toda la comunidad se ponga firme...¡bienvenidos
muchos entonces todos los votos que fueren: cinco, diez...!
votos Naturalmente, los religiosos protestarán si digo que los
votos sólo tienen carácter organizativo. Los votos tie
nen también carácter ascético en la medida en que son
vinculaciones basadas en el amor; en este sentido, ellos
son algo más que meros lazos jurídicos.
Retomemos el ejemplo del superior. Supongamos
que fuese superior general de su comunidad (me sen
tiría muy bien con ustedes) y en mi labor de gobierno
no quiero escoger la vía más cómoda y mediocre. Su
pongamos entonces que al abordar la organización de
la comunidad -y luego de una exhaustiva meditación-
adhiero al principio de tener sólo los vínculos obligato
rios que sean necesarios para mantener a flote la
Se necesita comunidad, para mantener los límites que ella se ha
extra
trazado. ¿Qué haré entonces como superior? Necesitaré
ordinaria
magnani para el Instituto hombres que sean capaces de respon
midad der a ese esquema de escasos vínculos obligatorios, ya
que evidentemente no todos tienen una estructura per
sonal apropiada para desempeñarse en una comuni
dad con escasos vínculos obligatorios. Dicho en otras
palabras, como organizador tengo que suponer que
estoy frente a un grupo de hombres que cultivan una
extraordinaria magnanimidad. ¿Puedo suponerlo en
ustedes? ¿No tendríamos que ser por antonomasia
hombres magnánimos?
Si hablase para religiosos, ellos seguramente me
preguntarían: ¿y nosotros? Pues bien, les repito que es
toy hablando como organizador de una comunidad.
Naturalmente, los religiosos pueden ser quizás más
magnánimos que nosotros. La comunidad debe estar
construida sobre el fundamento de la magnanimidad y
la educación que se imparta en ella deberá despertar el
espíritu de la generosidad. De lo contrario el superior
408
se verá impotente para gobernarla. Si como rector de
un Instituto nos viésemos constreñidos a obligar a al Sólo
guien a obedecer bajo pecado grave, en esos casos yo obedece
francamente aconsejaría apartar de la Familia a la per bajo
sona en cuestión. De otro modo, ¿a dónde iremos a amenaza
de pecado
parar si tenemos que acudir una y otra vez a las medi grave
das más severas? Naturalmente hay que reservar un
derecho o recurso jurídico para cada caso, pero desde
el punto de vista organizativo, su Instituto apunta en
general al logro de un tipo de hombre original. ¿Cuá
les son las características de este hombre? Es una per
sonalidad orientada a la magnanimidad con todo su
ser y de manera especialísima4.
Proseguiré desarrollando el tema haciéndome car
go del peligro de ser malinterpretado totalmente. En la
medida en que ustedes encarnen ese tipo de hombre
original, el Espíritu Santo les dará una tarea, la de ir al
mundo a trabajar con el pueblo y con los sacerdotes
409
diocesanos y, en segundo lugar, -quizás no les cause
mucha gracia- ir a trabajar con las órdenes religiosas.
Si encarnan con claridad y realismo el tipo huma
no al que aspiran, ¿tendrán realmente una misión que
Los cumplir para con los religiosos? Pasemos a esbozar
religiosos más de cerca este tema. Si nuestro Instituto demuestra
que desde el punto de vista organizativo es capaz de
vivir con pocos vínculos obligatorios y desarrollar a la
vez un hondo cultivo del espíritu y formar hombres
santos, ello revertirá sobre las órdenes religiosas, quie
nes a la luz del ejemplo de ustedes, quizás no sigan
acentuando tanto sus vínculos obligatorios como prin
cipios organizativos y se esfuercen mucho más en in
fundir vida a todos los vínculos que ya tengan.
¿Les quedó clara la idea? Sea como fuere, valdría
la pena meditar este punto. En la medida en que digan
"sí" al Instituto en lo profundo del alma, le cobrarán un
Imperfec gran cariño, a despecho de todas las imperfecciones
ciones que pueda tener. La novia de Cristo tiene también sus
inevitables "arrugas"; y eso no es algo grave. Un hombre maduro
puede pasar por alto las arrugas si la novia, la comuni
dad, le agrada en su esencia. Y nuestra novia nos gus
ta. Si amamos cálidamente a la Familia, no nos deten
dremos en esas pequeñeces ni en otras quizás peores.
Vuelvo a pedirles que reflexionen cada uno de es
tos pensamientos. Me gustaría que no los tomasen
como dogmas, porque se trata de ideas nuevas. Y natu
ralmente no tengo nada en contra si alguien que sus
Nuevo tipo tente otro punto de vista no está de acuerdo con mis
de hombre planteos. Mi convicción es que para que una comuni
dad como la suya alcance su plenitud deberá contar
con ideas claras y mantener en su mira la formación de
un nuevo tipo de hombre.
Decíamos que en razón de su originalidad, uste
des tienen una gran misión que cumplir entre el pueblo
410
y los sacerdotes diocesanos; y eso está claro como el
agua.
En resumen, el principio organizativo es: "víncu
los obligatorios sólo los necesarios, libertad toda la po
sible, y por encima de todo cultivo del espíritu".
De todo lo dicho quizás se podría hacer derivar un
segundo principio. Posiblemente su formulación les re
sulte nueva y no tan agradable. Me imagino muy bien Entre el
que ustedes se dicen con absoluta seguridad: "Somos clero seglar
sacerdotes seculares". Y así es, por cierto. Sin embargo y el clero
viven en comunidad y tienen vínculos obligatorios regular
similares a los de una orden religiosa; de ahí que sean
algo más que sacerdotes diocesanos. Por eso no sé si se
pondrán de acuerdo en que ustedes son una realidad
intermedia entre sacerdotes del clero seglar y aquellos
del clero regular. Nuestra originalidad y misión
participan de ambas vocaciones.
Desde este mismo punto de vista constatamos que
en nuestro Instituto existen dos fuentes de derecho:
una es la esencia de la comunidad, vale decir, si vivi
mos en una comunidad, es necesario que haya determi
nados vínculos obligatorios. La segunda fuente es otro Dos fuentes
de sus vínculos obligatorios: la promissio iurata, la de derecho
promesa jurada, que hace que su Instituto sea semejan
te a las órdenes religiosas. Aparte de estos vínculos,
¿tenemos otros que estén inspirados en la vida de las
órdenes? En estas últimas se constatan ambas fuentes:
la comunidad y los votos. Si se pusiesen más de acuer
do en estos puntos, se comprometerían con mayor
calidez con su Instituto y se dirían: "si bien somos sa
cerdotes seculares, en razón de ser una comunidad que
se entiende como Familia, podríamos agregar tal o cual
cosa para fomentar el cultivo de lo familiar". Dicho en
pocas palabras, en esta área se enfrentan con nuevos
desafíos que asumir, especialmente con miras a la
formación de sus vocaciones. No sería bueno que estas
cuestiones fuesen objeto de discusión recurrente entre
411
las generaciones que vendrán. Tener hoy claridad al
respecto es poder educar a la próxima generación con
principios claros.
Principio de selección
412
cualquiera que se postule, con el tiempo la comunidad
se aguará o bien tendrán que darle una nueva estructu
ra. No orienten el Instituto según los hombres que Seleccionar
pidan ser admitidos a él, sino seleccionen los candida
tos según la misión del Instituto. De otro modo no
tendrán vocaciones sanas. Si piensan con claridad y
consecuencia y plantean las exigencias que corres Enseñar con
pondan, quizás no sufran nunca escasez de vocaciones. nuestro
Todo hombre noble se siente motivado por las exigen testimonio
cias. Pero no olvidemos que nosotros mismos tenemos
que tratar de asumir esas exigencias. Si sólo plantea
mos exigencias "de palabra", pero enseñamos todo lo
contrario con nuestra conducta, nuestro testimonio
personal será falaz y la comunidad no será atractiva
para ningún hombre noble.
Repasen estas ideas y coméntenlas entre ustedes
con toda franqueza. Los que dentro de una comunidad
estén abocados a la labor de educar, deberán tener una
gran claridad y unidad de criterios, de tal manera que
no eduque uno de una forma y otro de una muy distin
ta.
413
Por todo esto, cuando hablemos de la sabiduría
santa y aspiremos a ella, nos estaremos refiriendo en
primer lugar a la virtud de la sabiduría y en segundo
lugar al don de la sabiduría. En la medida en que logre
mos hacer nuestros la virtud y el don de la sabiduría
podremos proyectar una infancia espiritual auténtica y
cabal en nuestra propia vida y en aquella de la Familia.
La virtud de la sabiduría
Lo que la sabiduría no es
414
distas, cada uno a su manera. La sabiduría sabe hallar
el medio justo. La sabiduría tiene respeto por la luz de
la verdad y por la oscuridad de la verdad.
Lo que la sabiduría es
415
Vigésima Conferencia
41?
La expresión "Ens et unum convertuntur" nos está
diciendo que el ser es una individualidad, una totali
dad completa en sí misma. ¿Y qué entendemos por
"verum"? Se trata de una de esas ideas recurrentes que
Un pensa ya hemos meditado muchas veces: toda cosa creada es
miento de un pensamiento encamado de Dios. Conocer un obje
Dios to implica un acto de intelección y al mismo tiempo un
perfeccionamiento de nuestro entendimiento precisa
mente porque al conocer una cosa inteligimos un
pensamiento que Dios ha pensado. Se trata pues de un
conocimiento unido a una intelección.
Asimismo tenemos presente aquella otra
formulación que decía que toda cosa creada es un de
seo encarnado de Dios. Para ella rige también el axio
Un deseo
encarnado ma citado: Ens et unum (bonum, verum...) convertun
de Dios tur. Toda cosa creada implica un deseo de Dios. Habrá
amor en el conocimiento si nos entregamos a esa bon
dad que se nos aparece plasmada en la cosa creada.
Para ilustrar esta reflexión tomemos una verdad
abstracta, por ejemplo, 2x2=4. Esta operación matemá
tica es un verum, pero también un bonum, ¿por qué?
Porque en la medida en que sepa que 2x2=4, cuando
tenga que pagarle una cuenta al panadero, etc., no seré
engañado, por lo tanto esa verdad es evidentemente un
bonum. Por otra parte, si 2x2=4 es una manifestación
de un pensamiento divino, ello trae aparejado una
depuración y purificación de mi voluntad. ¿Por qué?
Porque me habré inclinado ante un pensamiento de
Dios que no sólo implica una verdad sino también
bondad. De tal modo que la sabiduría no es sólo
intelección sino también amor, respetuoso asombro
ante la luz de la verdad y la calidez de la bondad que
se transparentan en esa verdad.
Hay que reparar enseguida en la otra cara y recor
dar que la sabiduría conlleva también respeto y asom
bro ante la oscuridad de la verdad. Hoy por la maña
na hablamos de dogmáticos y pirronistas. Toda verdad
418
contiene por último un destello divino. ¿Podré alguna
vez agotar completamente una verdad? En realidad, se
puede ahondar sin fin en ella. Ya dijimos que los dog
mas nos presentan un claroscuro o bien una penumbra.
Digamos que nos ofrecen un claroscuro; entonces todo Un destello
divino
conocimiento natural es como una penumbra. Si bien
podemos profundizar un conocimiento, no podemos
decir tan rápidamente que hemos agotado las
posibilidades de conocimiento que nos ofrece una cosa.
En resumen, la sabiduría supone siempre un
respetuoso asombro ante la oscuridad de la verdad.
Les repito que toda verdad presenta dos faces: una
de luz y otra de sombra. Si así sucede con las verdades
naturales, ¡cuánto más con las sobrenaturales! Mi cien Aceptar la
cia se habrá trocado en sabiduría cuando sea capaz de oscuridad
inclinarme ante la oscuridad que haya en la verdad. de la verdad
419
tas nos dicen hoy con claridad que la prueba principal
y más contundente de que un niño ha alcanzado una
plena conciencia de sí mismo reside en su actitud de
asombro respetuoso. Dicha actitud aparece plasmada
Lleno de
asombro,
en el fresco de la creación de Adán, de Miguel Angel.
Adán abre Ustedes conocen la obra. En ella contemplamos la figu
sus ojos ra poderosa de Dios Padre que toca con la punta de su
dedo al dormido Adán, quien entonces abre sus ojos
lleno de asombro. ¡Qué ardiente admiración, qué cáli
do amor! Adán reacciona enseguida al contacto de la
bondad de Dios.
La actitud de asombro en el niño indica que éste
ha comenzado a desplegar la conciencia plena de sí
mismo. El primer acto consciente del niño es pues un
asombro respetuoso ante todo lo que percibe.
Fuerza creadora...Comprueben si en la ciencia se
puede lograr algo creativo sin respeto ni sabiduría o
bien en la educación sin una actitud de respeto y asom
bro. Valdría la pena que los educadores meditasen más
La otra faz
del amor este tema: el verdadero amor incluye el respeto. Si el
respetuoso amor es el principio creativo de la educación, no deben
pasar jamás por alto que la otra faz del amor es el
respeto. El amor -también el conyugal, el paternal y el
amical- tiene un camino de ida hacia el otro y otro de
vuelta. Al primero lo llamamos "amor" en sentido
estricto y al segundo, "asombro respetuoso".
Saber cualitativo
420
siempre a lo último, a Dios, al principio de los princi
pios. De ahí que la sabiduría sea un conocimiento cua
litativo y no meramente cuantitativo.
Saber inagotable
La aridez espiritual
421
Abordaremos ahora un pensamiento que reviste
una extraordinaria importancia para nuestra ascética.
La sabiduría entraña amor; de ahí que los tiempos más
difíciles, significativos y decisivos de nuestra vida reli
giosa sean aquellos cuando el amor de Dios se retira de
nosotros, cuando la aridez hace presa de nuestra alma.
Si no logramos una adecuada conducta en esos
períodos, no creceremos en el amor y por lo tanto no
crecerá nuestra sabiduría. Para que nuestro conoci
miento sea inagotable, y se torne así sabiduría, esforcé
monos por comprender y amar adecuadamente a Dios
en los períodos de sequedad espiritual.
¿Qué hacer en las horas de aridez? En primer lu
gar, cuidarnos de compensaciones inadecuadas. Com
prueben cómo en tales situaciones se acentúa el afán de
¿Qué hacer recurrir a compensaciones, que no necesariamente son
en las horas peligrosas. Por ejemplo, ¿cuándo comemos con mayor
de aridez? voracidad? Cuando no hallamos alegría en la oración.
Tomo a propósito casos muy cotidianos; ustedes sa
brán aplicarlos según convenga. Cuando no sentimos
el amor de Dios comenzamos a transgredir límites en
las comidas, o bien en el uso de nuestros sentidos; o
bien andamos de la Ceca a la Meca, de visita en visita.
Estas cosas no son a priori pecado...pero ¿se dan cuenta
dónde está el peligro? Con esta situación de aridez
Dios nos quiere hacer tocar fondo; y con ello persigue
un propósito especial. Si nosotros echamos mano de las
Propósito compensaciones aludidas,obstaculizamos a Dios en su
de Dios:
propósito. ¿Cuál es ese propósito divino? La concentra
concentrar
nuestras ción de mis fuerzas espirituales. Tenemos que soportar
fuerzas esa concentración. Dios espera de nosotros que en esa
situación le elevemos nuestros anhelos y afectos; y
debemos hacerlo con mucho amor. Además no hay que
dejar de hacer lo que nos habíamos fijado ya antes. Por
ejemplo, si nos propusimos cumplir cuidadosamente
con la meditación diaria que prescriben las Consti
tuciones, la realizaremos al pie de la letra. En este
sentido, San Ignacio de Loyola aconsejaría aplicar el
422
"agere contra", y prolongar por un minuto más la
meditación. ¿Por qué? Para dar a Dios la respuesta co
rrecta a la solicitud y exigencia que nos plantea.
Si profundizan en la reflexión de este tema verán
que en esos períodos de sequedad se corre mucho pe
ligro de entregarse a compensaciones. Junto a las com
pensaciones peligrosas existen naturalmente otras que
no lo son. Por ejemplo, en tales situaciones cultivare
Compensa
mos conscientemente una actitud de jovialidad y ale ciones no
gría; o bien nos permitiremos disfrutar de algo natural, peligrosas
siempre en el marco de las obligaciones cotidianas; o
bien mitigaremos un poco el ritmo del estudio. Por
supuesto, el arte está en saber hallar el equilibrio en
todo.
Hay que saber actuar con inteligencia cuando nos
sentimos psíquicamente cansados. Pero en cuanto co
mencemos a buscar compensasiones en goces sensibles
tales como comer con avidez, etc., se acentuará con
mayor facilidad una tendencia al goce a nivel sexual.
¿Cuándo se presentan más intensamente las tentacio
nes contra la santa pureza? Cuando no hallamos paz en
Dios. Comprueben si esto ocurre así o no. De ahí que la Mayor
verdadera sabiduría nos indique que en tales situacio recogimiento
nes hay que procurar un mayor recogimiento; en lugar
de dispersar y derramar las fuerzas, hay que concen
trarlas en profundos anhelos de Dios.
Recuerden que no podemos vivir sin alegrías. Si
no nos esforzamos por tener nuestras alegrías en Dios,
correremos detrás de aquellas del mundo. No olvide
mos este principio en nuestra labor educativa. Es Clausurar
indispensable educar la alegría; no sólo a nuestros chi un instituto
cos, sino también a los adultos. Ya conocen la frase de sin alegría
Monseñor Keppler en su opúsculo Más alegría: "Un
instituto donde no haya alegría está listo para ser
clausurado enseguida". Y tiene razón; ¿por qué?, ¿cuál
es la causa más profunda? Si en un instituto ya no se
423
respira aire de alegría, con el tiempo se respirará segu-
rísimamente aire viciado. Para nuestra meditación de
hoy habría que tomar este pensamiento al pie de la le
tra. Cultivemos por tanto la alegría en todos los am
bientes y momentos de nuestra vida. Cuando Dios nos
quite la alegría que tenemos en El, cuando nos haga
tocar fondo -y recordemos que suele hacerlo con fre
cuencia para que seamos más abnegados y generosos-
tengamos cuidado de no entregarnos indebidamente a
algún impulso de nuestra vida instintiva. Por supues
to, podemos procurarnos algunas compensaciones per
mitidas, pero ser a la vez estrictos con la observación de
todo lo que prescriben las Constituciones, y así cumplir
especialmente con el silencio religioso, etc.
Me parece que en esta área deberíamos desarrollar
una habilidad especial. Procuremos ser maestros de la
vida, y no sólo quedarnos a nivel de los aprendices. A
menudo tomamos la vida religiosa con gran superfi
cialidad y no ahondamos en lo profundo. Trabajamos
y trabajamos, lanzamos y volvemos a arrojar las redes,
y sin embargo no pescamos nada. ¿Por qué? Porque no
tenemos la lucidez necesaria.
Creo que de esta manera les he dicho lo esencial
sobre la virtud de la sabiduría. No les doy más ejem
plos del tema porque en nuestra vida cotidiana la vir
La virtud no tud de la sabiduría coincide por lo común con el don de
es suficiente la sabiduría. Nosotros aspiramos a un grado superior
de la infancia espiritual, de ahí que la sola virtud de la
sabiduría no nos sea suficiente. Ya pronto se darán
cuenta por qué. Aspiremos entonces por todos los me
dios a conquistar el don de la sabiduría.
Sabiduría como don del Espíritu Santo
425
En tercer lugar el Espíritu Santo es promotor de la
Promueve verdadera santidad, ante todo por el camino de las vir
la santidad tudes. Al hablar aquí de virtudes nos referimos a las so
brenaturales y las cardinales; para desarrollarlas nece
sitamos la colaboración del Espíritu Santo.
En cuarto lugar, a través de sus siete dones, el Es
píritu Santo es el promotor de la santidad.
De esta manera hemos establecido el enlace nece
sario para comprender la segunda acentuación que
adelantáramos: la sabiduría es un don del Espíritu San
to. Ahora surge en nosotros espontáneamente la
La sabiduría pregunta sobre qué entendemos por dones del Espíri
tu Santo. El Espíritu Santo obra en nosotros a través de
sus dones y mediante ellos nos va conduciendo por el
camino de la santidad. Por dones del Espíritu Santo
entendemos las capacidades infundidas sobrena
turalmente que habilitan e inclinan a la persona a se
guir las inspiraciones del Espíritu Santo de manera rá
pida, segura, alegre y heroica. Creo que debería expli
car un poco cada una de estas palabras.
Dones - Virtudes
Ustedes advierten que los dones del Espíritu Santo
y las virtudes divinas infundidas sobrenaturalmente
coinciden en muchos puntos pero también presentan
una línea divisoria que separa y distingue unos de
otras.
¿En qué coinciden los dones y las virtudes? Am
bos son capacidades y facultades infundidas sobre
naturalmente. ¿Qué quiere decir esto? Aunque una
Capacidades persona se desarrolle brillantemente por sus propias
infundidas fuerzas, jamás llegará a un estado o edad en la que
sobrenatu
pueda decir que esas virtudes y dones infundidos
ralmente
sobrenaturalmente se desplegarán por sí mismos, de
modo inmanente. Esos dones nos llegan desde afuera.
La gracia es, según su más íntima esencia, algo sobre
natural (supernaturale quo ad substantiam); y así son
también los dones del Espíritu Santo.
426
Repasen lo que nos dice la dogmática sobre ese
supernaturale quo ad substantiam, para volver así a
cultivar un respeto profundo hacia lo divino y los do
nes infusos. Jamás alcanzaremos esta plenitud de do
nes por nuestras propias fuerzas, por más empeño que Solos, no
pongamos. Los teólogos nos dicen que supernaturale podemos
quo ad substantiam dicitur id quod excedit omnes alcanzar los
exigentias et vires naturae tum creatae tum creabilis dones
(Sobrenatural según su más íntima esencia...es lo que
excede a todas las exigencias y fuerzas de la naturale
za tanto creada como creable). ¿Qué nos está diciendo
esta definición? Que no hay naturaleza creada ni
creable que sea congenial a esa realidad sobrenatural
que designamos 'supernaturale quo ad substantiam'.
De esta manera se revela con claridad la grandeza
infinita del regalo que es para la creatura dotada de
espíritu, para el hombre, esa gracia divina y los dones
y virtudes que trae aparejado. En resumen, los dones
son infusos, nos son otorgados desde afuera.
¿Cuál es la diferencia entre los dones y las virtu
des? Los teólogos nos dicen que en general ambos -tan Gracia
to las virtudes infusas cuanto los dones del Espíritu santificante
Santo- son concedidos en el momento de recibir la
gracia; vale decir que con la gracia santificante recibi
mos a la vez todos los dones que ella comporta.
Por ejemplo, en el bautismo se nos brinda la gra
cia santificante y con ella no sólo las virtudes sobrena
turales, sino también los dones sobrenaturales. Los
entendidos agregan que los dones se desarrollarán re
cién más tarde. Hay otros que opinan que entre tanto
los dones actúan virtualmente en los estados inferiores
de la vida religiosa, pero explícita y formalmente co
mienzan a obrar recién cuando el hombre haya alcan
zado una cierta altura moral. De ahí que en la última
parte de la definición decíamos: "capacidades infundi
das sobrenaturalmente que habilitan e inclinan a la
persona..."
427
Me interesa recalcar que al otorgamiento de la gra
cia va ligado simultáneamente la concesión de las capa
cidades y dones de los que venimos hablando. ¿Cuán
do comienzan a actuar explícita y formalmente esos
dones? Cuando la persona se ha esforzado durante un
cierto tiempo, con la ayuda de la gracia actual, por
cultivar las virtudes teologales y cardinales.
En este punto comienza a hacerse más clara la di
ferencia entre el cultivo de las virtudes y aquel de los
dones. Cuando están obrando en mí las virtudes -ya
sean las teologales o bien las cardinales, o ambas a la
vez- el papel fundamental lo desempeña mi propia
actividad que aspira y se empeña en la vivencia de esas
virtudes.
En el transcurso de estos ejercicios hemos hecho
alusión varias veces al pensamiento: "ego cum gratia et
gratia mecum" (yo con la gracia y la gracia conmigo).
Desde un punto de vista psicológico y pedagógico les
La propia
actividad digo que hay períodos en la vida cuando tenemos que
en el centro trabajar como si fuésemos molinistas -¡no estoy dicien
do que debamos ser molinistas!-; momentos en los que
tenemos que colocar nuestra propia actividad más
decididamente en el centro, si bien se tratará de una
actividad alentada por la gracia actual. Esta nos ayuda
rá a juzgar y obrar a la luz de la razón.
Por otra parte, cuando comienzan a actuar los do
nes del Espíritu Santo, no será entonces la actividad
La actividad propia la que ocupe el centro, sino la actividad de Dios.
de Dios De ahí que -hablando siempre más bien como psicólo
en el centro go y pedagogo- todos los cristianos esforzados llegarán
a una etapa en la que vivan como si fueran tomistas2.
Aquí dejamos de lado la discusión teórica sobre cuál
actitud sea la correcta, la molinista o la tomista; en esta
428
oportunidad a nosotros nos interesa enfocar el desarro
llo de la persona.
429
Recogimiento
Caminar en Dios
430
vista -tomista y molinista- no resuelven por entero el
problema de la educación. Uno ofrece sus claves, el
otro, las suyas; se trata de diferentes puntos de partida. ¿Qué
Lo importante en la educación es atender a las distin virtudes
tas etapas y evolución de la persona. Aplicado a nues cardinales
tro caso: ¿qué virtudes cardinales debo acentuar en mi acentuar?
aspiración a la santidad? ¿Quizás la modestia? ¿O bien
el amor fraterno? No esperemos hasta que el Espíritu
Santo tome la iniciativa; hay que crear la disposición en
nosotros para su venida.
Anhelos
431
una canoa; pero se cierne una tormenta. Por lo tanto,
para alcanzar la otra orilla habrá que remar con denue
do. En esta situación nuestra propia actividad ocupa el
Una canoa punto central. Remaremos pues con todas nuestras
energías. Este es el caso de la persona que está practi
cando las virtudes, tanto las teologales cuanto las car
dinales. ¿Qué ocurre cuando esa misma persona está
bajo la acción del Espíritu Santo y sus dones? Hay que
modificar el ejemplo dado. Ya no se trata de una canoa,
Un velero sino de un velero: el velamen son los dones del Espíri
tu Santo entendidos como capacidades. Cuando el
Espíritu haga soplar un viento favorable en las velas, la
nave avanzará con rapidez y seguridad. He aquí pues
al hombre bajo la acción del Espíritu Santo y sus dones.
Existen otras metáforas de este tipo, tales como
aquella del niño que da sus primeros pasos. Su madre
lo asiste, y apela a diversos tipos de ayuda, colocándo
se frente al niño y estimulando con sus gestos las capa
cidades para andar que tiene su hijo. O bien se pone
Primeros
pasos del detrás del chico y lo deja caminar solo, siguiéndolo de
niño cerca para amortiguar cualquier caída, o sostenerlo si
es necesario. Sea como fuere, en este último caso es la
propia actividad del niño la que ocupa el lugar central.
El ejemplo ilustra la situación de la persona que se es
fuerza en la práctica de las virtudes.
Podemos imaginar por otra parte la escena de la
madre que estrecha fuertemente al niño en sus brazos,
de tal manera que es ella quien despliega la actividad
La madre principal. Esta es otra imagen para describir el caso del
que abraza hombre colocado bajo la acción de los dones del Espí
al niño ritu Santo. Les recuerdo que todas las imágenes tienen
sus puntos flacos.
Hay quienes prefieren la metáfora del instrumen
to musical. Cuando soy yo quien tañe las cuerdas del
¿Quién instrumento, es mi propia actividad la que está en el
toca? centro. Pero si es el Espíritu Santo quien las toca, pode
432
mos hablar de la acción de los dones del Espíritu San
to sobre el hombre. El primer caso lo podemos definir
como "ego cum gratia" (yo con la gracia de Dios), y el
segundo, "gratia Dei mecum" (la gracia de Dios conmi
go). Por eso definimos a los dones del Espíritu Santo La gracia
de Dios
como capacidades infundidas sobrenaturalmente que conmigo
habilitan e inclinan a la persona a seguir las inspiracio
nes del Espíritu Santo. Vale decir que el alma sigue
ante todo los impulsos del Espíritu Santo y no aquellos
de la propia razón.
433
relación con el Espíritu Santo. Ustedes la veneran bajo
la advocación Regina Apostolorum (Reina de los Após
toles) y Mater boni consilii (Madre del Buen Consejo);
advocaciones estas que aluden a la escena del
Cenáculo, a la Madre de Jesús que está entre nosotros
y reina en nosotros. Y tal como Ella escuchó las súpli
cas de la joven comunidad cristiana e intercedió para
ella el Espíritu Santo, así también intercederá para que
nuestra Familia reciba ese mismo Espíritu. ¡Necesi
Incesante tamos el Espíritu Santo! Cuando pienso en todas las
fluir de cosas que aún deben estudiar y meditar para compren
intuiciones
der mejor las metas de su comunidad...Reflexionen
sobre este punto. Sólo con el minucioso estudio perso
nal -si bien siempre con el auxilio de la gracia-, no llega
rán a la meta como corresponde. Pero si la Sma.Virgen
les implora el Espíritu Santo, advertirán la diferencia:
con la asistencia del Espíritu Santo se obra con mayor
seguridad, se llena el alma de lumbre, se estimula un
incesante fluir de intuiciones en nuestra alma que
brotan como si ya no necesitásemos esforzarnos por
ellas. Porque será el Espíritu Santo quien nos esté
llevando, y él nos regala luz y energía.
Una comunidad en la que no aliente el Espíritu
Santo no podrá ser llevada por el camino de la santi
dad. Les repito por lo tanto que debemos permanecer
siempre fieles a la Sma.Virgen, y no sólo por razones
María entre psicológicas, que por otra parte tienen su razón de ser.
nosotros En efecto, nosotros, que conformamos una comunidad
de hombres, tenemos a María entre nosotros como a la
mujer pura. Pero no debe ser la motivación última. La
causa fundamental de que Ella esté en medio de noso
tros es su relación con la gracia, su vinculación a Dios,
especialmente su relación con el Espíritu Santo. En
nosotros tiene que reeditarse la escena del Cenáculo.
Como pedagogos, en nuestra labor de conducir a
los jóvenes hacia la Sma.Virgen no debemos perder de
vista la relación de María con el Espíritu Santo. No hace
falta hablarle explícitamente a la juventud sobre el Es
434
píritu Santo, pero sí debemos ofrecer a todos nuestros
chicos a la Sma.Virgen, para que interceda para ellos el
Espíritu Santo.
Necesito el Espíritu Santo para tener claridad. Una Para tener
comunidad joven necesita diez veces más el Espíritu claridad
Santo; necesita fuerzas para llevar a cabo lo que haya
reconocido como justo. Por todo esto recordemos siem
pre que la sabiduría es un don del Espíritu Santo y por
eso hay que esforzarse por alcanzarlo.
Como corolario de esta conferencia quiero agregar
que la sabiduría es un determinado don del Espíritu
Santo. Nos queda por estudiar aún cuál es en detalle la
función de la sabiduría según la opinión de los teólogos
y místicos. Pero lo dejamos para esta noche, aunque no
sea mucho lo que resta por decir.
Que todos estos pensamientos nos brinden sereni
dad y nos motiven a la meditación; que reenciendan en No es
nosotros el anhelo del Espíritu Santo; que nos den la posible
claridad necesaria para reconocer que sin el Espíritu infancia
Santo jamás alcanzaremos el espíritu de familia, el es espiritual
sin el
píritu de la infancia espiritual. De esta manera nos
Espíritu
motivaremos a esforzarnos con mayor profundidad y Santo
seriedad para recibir el Espíritu Santo. Y esa labor se
canalizará a través de anhelos más fuertes, del empeño
serio por comprender e inteligir los pensamientos de
Dios y el continuo caminar en El.
435
Vigésimo primera Conferencia
LA TRANSFORMACION EN DIOS
Claridad
437
la naturaleza, los bosques, árboles y plantas! Ahora
bien, imaginemos que recupera milagrosa y repentina
mente la visión y recibe el don de la luz... ¿Qué será
todo lo que se había imaginado frente a la realidad de
la naturaleza contemplada tal cual es? Los místicos di
cen que algo así sucede cuando comienzan a actuar los
dones del Espíritu Santo en una persona que hasta ese
momento ha visto y vivenciado a Dios y lo divino sólo
a nivel de la virtud de la sabiduría.
Cuando los dones del Espíritu Santo, el don de la
sabiduría, colma el alma, nos sentimos como ciegos que
Ciegos recobran la luz ¿No debería motivarnos esto a pedir y
que suplicar sobre todo a la Sma.Virgen para que por su
recobran intercesión se nos envíe el Espíritu Santo? ¡Con qué
la luz
profundidad contemplará entonces el hijo a su padre
en toda circunstancia, en todos los golpes del destino!
¡Con qué hondura comprenderá el hijo al Padre en la
plenitud de su luz!
Calidez
Conocimiento cualitativo
438
medida, para el don de la sabiduría. Repasemos el pen
samiento de San Juan. El santo ha logrado resumir bri
llantemente en una sola frase la esencia de Dios: Deus
caritas est (Dios es amor, Jn 4, 8.16); sus palabras nos
ofrecen una visión de conjunto. Esta clara visión de Visión
conjunto -aparentemente un extraordinario conoci profunda de
miento cualitativo- sólo puede ser fruto del don del las esencias
Espíritu Santo, del don de la sabiduría. O bien si nos fi
jamos en San Pablo, cómo él abarca todo el panorama
del mundo desde el punto de vista de que Cristo está
en nosotros y nosotros en Cristo; pues bien, esta visión
profunda, esta recapitulación de todos los conocimien
tos, que se llevan así a un denominador común, es un
efecto del don del Espíritu Santo.
¿No deberíamos esforzarnos más por lograr esa
visión de conjunto? Para entender correctamente nues
tras Constituciones, necesitamos el Espíritu Santo; con
su ayuda comprenderemos todo desde un punto de
vista coherente y homogéneo. Recemos entonces para
que el Espíritu Santo ilumine a cada uno de nosotros,
especialmente a los superiores.
Conocimiento experiencial
439
en la presencia de Dios, no lo lograremos sin el auxilio
de la gracia correspondiente.
Caminar siempre en la presencia de Dios, amar a
Dios en todo, y con un amor realmente vivo, es sólo
imaginable si el Espíritu Santo ha colmado nuestra
alma con el don de la sabiduría.
¿Qué hacer para superar las falencias en el campo
Orar más del contacto y la unión continuas a Dios? Por un lado,
a la Sma. retomar con seriedad nuestros esfuerzos en este senti
Virgen do y, por otro, orar más a la Sma.Virgen para que nos
envíe el Espíritu Santo. Así gastaremos la dulzura del
amor de Dios y lo tendremos en nosotros y con noso
tros.
Carismático
Inagotable
440
que sentimos que todas nuestras fuerzas se recogen en
El. Bajo la acción divina, las energías puramente
naturales se ordenan y sujetan tan estrictamente que Utiliza
Dios puede tañerlas como a cuerdas de un instru nuestro
mento. Dios se hace entonces presente en el alma con entendimien
to, voluntad
gran intensidad; gobierna y utiliza con gran soberanía y corazón
el entendimiento, la voluntad y el corazón; lo puramen
te natural de la persona -especialmente las partes más
débiles de su naturaleza- se aquietan sensiblemente;
más aún, se constata un cierto grado de mitigación de
la actividad propia de tal modo que Dios pasa a ser
para el alma todo en todo y uno en todo.
Por favor, mediten si esto no es precisamente ser
niño...Cuando la persona alcanza la transformación en El Espíritu
Dios, Cristo comienza a reinar en ella, Jesús cobra figu Santo nos
ra en el Hijo de Dios. Así comprenderemos y transforma
vivenciaremos cabalmente lo que significa que el Espí en niños
ritu Santo, el Espíritu de la filiación, es quien nos hace auténticos
hablar con suspiros inefables1 y nos transforma en ni
ños auténticos que se dirigen al Padre diciéndole: "Pa
dre Nuestro" (Mt 6, 9); y finalmente entenderemos en
toda su magnitud aquellas palabras: "Si no os hacéis
como los niños...". La filiación divina será nuestro bien
más grande; estaremos en el Señor y en El marchare
mos a pasos agigantados hacia el Padre.
De esta manera hemos resumido lo más esencial
sobre la sabiduría, la fuente de la infancia espiritual.
Quien tenga anhelos de alcanzar la infancia espiritual
puede ciertamente apelar a todos los medios naturales
para subsanar las falencias que tenga en esta área, y
emplear todos los otros medios mencionados más arri
ba. Pero no pasemos por alto que debemos rezar más,
unirnos a la Sma.Virgen y junto a Ella implorar el Es
píritu Santo, para que regale a nuestra pequeña fami
lia el Espíritu de la filiación divina.
l.Cf. Rm8,15. 26
441
Procuren entonces, cuando atiendan a sus herma
nos o hermanas, que de alguna manera ellos también
Orar sumen sus oraciones y sacrificios para que la Familia
y ofrecer reciba el Espíritu Santo, el Espíritu de la infancia espi
sacrificios ritual y de la filiación divina. Es un regalo tan extraor
dinario que vale la pena poner todos los medios para
obtenerlo. Nosotros mismos tenemos que orar y ofrecer
sacrificios. Nuestros sacrificios moverán más a la
Sma.Virgen a interceder para nuestra Familia el Espí
ritu Santo... Así comprenderemos lo que significan
"Recibisteis aquellas palabras de San Pablo: "No recibisteis un es
un espíritu
de hijos"
píritu de esclavos para recaer en el temor; antes bien,
recibisteis un espíritu de hijos." (Rm 8,15). Es el Espí
ritu Santo con sus dones, especialmente el de la sabidu
ría. Y en este contexto exclamaremos: "¡Abbá, Padre!
(ibidem.). Fíjense en los ecos que despierta ahora esta
frase en nosotros. Hasta hoy era algo de contornos di
fusos, pero a partir de esta jornada pasa a ser una voz
que commueve toda el alma.
442
Vigésimo segunda Conferencia
443
ayer y experimentado alguna vez lo que decíamos
sobre los dones del Espíritu Santo, creo que podría afir
mar lo siguiente: "Estar bajo el influjo de los dones del
Espíritu Santo es desarrollar una especial genialidad en
el plano religioso". Cuando el cristiano camina plena
mente en la fuerza del Espíritu Santo se transforma en
un "genio" en el campo religioso y moral.
Por todo esto deberíamos comprender ya que la
infancia espiritual es efectivamente genialidad o, si pre
Genialidad
es santidad
fieren, santidad heroica, lo que en nuestro lenguaje
heroica vendría a significar lo mismo. ¿No han estado vibran
do estas ideas a lo largo de las conferencias?
Recordemos aquel otro pensamiento de New
man1, que decía que la infancia espiritual es la perfec
Newman ción del cristiano. Se trata siempre de lo mismo. Cuan
to más pensamientos citen sobre el tema, tanto mayor
la claridad y brillo que revestirá su ideal de Familia y
mayor el entusiasmo con que lo asumirán.
Pasemos ahora a Przywara, quien en estas cosas
sigue a Newman. Pues bien, Przywara nos dice que la
infancia espiritual es personalidad por excelencia. ¿Tie
ne razón? ¿En qué sentido la tiene? Sea como fuere, si
la infancia espiritual es nuestro ideal de Familia, tienen
que hacer todo lo posible para que se convierta en un
complejo de ideas y valores predominante. Si bien ver
tido en una formulación más moderna, esto es precisa
mente lo que escribía en una circular su Superior Gene
444
ral a propósito de la observancia de las Constituciones.
Les repito que nuestra formulación es más actualizada
y moderna. Sería bueno que repasaran la conferencia
donde nos explayamos en este punto de la correspon
dencia entre ideales y valores.
Hagamos asimismo una revisión de las definicio
nes más sistemáticas y sobrias de infancia espiritual. En
primer lugar les recuerdo lo expuesto sobre el hecho de
que la infancia espiritual no es autocomplacencia sino
obsequio y entrega de sí mismo. Me imagino muy bien
que algunos luchan con la siguiente cuestión: "Sí, Infancia
queremos ser niños, pero también queremos disfrutar espiritual
un poco, queremos poseer cosas". Ya les advertí en como
entrega de
varias oportunidades que en nuestros sacerdotes sí mismo
jóvenes -no sólo en su Instituto sino en general, en las
demás comunidades y entre el clero secular- existe hoy
una necesidad instintiva y muy fuerte de vivir en fami
lia. Esto es algo bien sano, pero hoy en día se pone un
acento de excesiva unilateralidad sobre tal necesidad,
en vez de dar más lugar a la experiencia concreta de
familia. Por eso sería bueno que desde el principio es
tablezcamos con claridad que la infancia espiritual no
es ante todo disfrutar sino entregarse.
Creo que no hace falta demostrar la exactitud de
esta última afirmación. Piensen por ejemplo en todo lo
que debe asumir el hijo cuando entrega su propio en
tendimiento. La infancia espiritual consiste en arriesgar
un máximo de amor basándose en un mínimo de cono
cimiento puramente natural. Mediten si esto es real
mente entrega...¡seguro que sí! Observen que si la
infancia espiritual es genialidad, está claro entonces
que no puede ser lo mismo que autocomplacencia,
porque autocomplacencia no es genialidad, ya que de
otro modo la gente del mundo sería más genial que los
mismísimos santos. No; en este campo hay que tener
ideas claras. Por supuesto, desde el punto de vista del
método una cosa es exponer una a una las ideas y otra
es aplicarlas a la vida concreta. En lo que toca a noso-
445
tros, debemos tener presente, con claridad meridiana,
que la infancia espiritual es entrega de sí mismo y no
ante todo autocomplacencia.
Quizás deba recordarles de nuevo todas las serias
reflexiones que hicimos en este sentido. ¿Es la infancia
espiritual cobijamiento? Aquí debemos aclarar -no nos
Cobijamiento cansemos de recalcarlo- que infancia espiritual es
en un plano cobijamiento en un plano superior. Ella no es, al menos
superior
en su más plena expresión, primeramente cobijamiento
económico o político, tal como a veces nos la imagina
mos. Ya saben cuántas cosas comprende la infancia
espiritual en un plano superior, en Dios...¡Qué grande
es la entrega que implica! La infancia espiritual es pues
sobre todo entrega y recién luego cobijamiento. ¡Cuán
to hay que entregar!
Quizás en este contexto sea oportuno recordar
otras frases clásicas tales como aquella: "Dejaré que el
Padre del Cielo me trate como a un juguete: una pelo
ta, una pelotita...". Por cierto, estas palabras suenan
muy delicadas y beatíficas en las horas de sosiego. Pero
cuando Dios nos tome para jugar a su placer con noso
tros según todas las reglas, entonces no deberemos
Reconocer pasar por alto que somos hombres de carne y hueso. Es
a Dios en muy hermoso, hablando humanamente -al menos a mí
medio del me impresiona mucho-, cuando en tales situaciones
dolor somos capaces de sufrir mucho y reconocer a Dios en
medio del dolor. Siempre fui enemigo de la concepción
"india" del dolor. Si en las horas de sufrimiento no so
mos capaces de percibir que es Dios quien está "jugan
do" con nosotros según todas las reglas, ya no seremos
niños, sino soldados o quizás indios.
¿Qué es infancia espiritual? Mediten lo que diji
mos sobre el niño como manifestación original de Dios;
no creo que haga falta repetir las cosas en detalle: el
niño es una señal original de Dios, un reflejo original de
Dios y una unión original a Dios. En resumen, hemos
presentado clara y concretamente a la infancia espiri
446
tual según distintos enfoques, de tal manera que esta
mos suficientemente pertrechados para asumir la vida
cotidiana.
En esta jornada contemplamos la dimensión psi
cológica de la educación, de allí que nos interese tam
bién "martillar" sobre las ideas centrales para que calen
en lo profundo de nuestro corazón. Para ello tenemos
que volver a enfocar el tema de la infancia espiritual
pero desde otro ángulo: el de su esencia.
TERCER PILAR:
Piedad de niño
447
Interpretación de la piedad
448
y lo divino en la naturaleza y la cultura. Luego de es
tas reflexiones podemos avanzar con mayor facilidad
hacia el análisis de lo que es una genuina y correcta pie
dad.
Pasemos a enfocar el tema de Dios. ¿Qué es la pie
dad en relación con Dios? Si sabemos lo que es piedad
en relación con Dios sabremos también lo que es pie Sentirse
dad para con los hombres, para con todo lo que tiene enardecido
ser, las creaturas en general. Si examinamos el pensa y horro
miento de San Agustín y cotejamos la vida concreta, rizado
hallaremos que la piedad entraña dos componentes
que conforman una unidad de tensión. La piedad es
sentirse enardecido y horrorizado a la vez.
Apliquemos esto en primer lugar a Dios, porque
así lo entenderemos mejor. Piedad es sentir amor ar Amor
diente. ¿Por qué? Porque Dios es amor. Piedad es te ardiente
mor reverencial, porque Dios es también la fuerza, el y temor
poder, la omnipotencia. "Et inardesco et inhorresco" reverencial
(me siento enardecido y horrorizado), dice San
Agustín3.
Meditemos por un momento si nuestra relación
personal con el Padre del Cielo está caracterizada por
estos sentimientos de que nos habla San Agustín. Qui
zás tengan aún muy presente todo lo que les he dicho
sobre la falsa imagen de padre. Paternidad no es blan
dura de abuelo o bisabuelo. Si no tenemos un concep
to correcto de padre, no alentarán en nosotros esos dos
elementos del respeto: el amor ardiente y el temor
reverencial. Deben considerarse dichosos aquellos de ¿Qué falta
nosotros que en su profundo crecimiento en Dios, y a en nuestra
la luz del amor y de la gloria divinos, experimentan relación
toda su miseria. Preguntémonos que es lo que más nos con Dios?
falta en nuestra relación con Dios: ¿el temor reverencial
o el amor ardiente?, ¿o quizás ambos?
449
Luego de este examen de conciencia podremos in
terpretar el respeto debido a cada ser, a cada creatura.
Respeto Por ejemplo, tomemos el caso de que seamos directores
por Dios espirituales o profesores. Si tenemos respeto por Dios
y por toda y lo divino, sentiremos respeto por cada uno de los
creatura chicos que tengamos que educar, y, salvando las
distancias, por toda creatura, aún por la mosca que está
en la pared.
Sigamos reflexionando sobre las consecuencias de
este respeto en su proyección sobre la vida concreta. Si
hay que tener respeto por toda creatura, por todo ser
humano, con mayor razón deberemos respetar a nues
Piedad es tros hermanos de comunidad y a nuestros superiores
"devoción" ¿Tengo esta piedad?, ¿cultivo el temor reverencial y el
amor ardiente?, ¿es la piedad una línea que va y retor
na? Si consideramos a la piedad en este sentido amplio
como respeto por Dios y lo divino, estarán de acuerdo
en que piedad significa análogamente "devoción"; pie
dad será así igual a devoción.
¿Saben por qué les llamo tanto la atención sobre
este último aspecto? Porque hoy día están apareciendo
algunos libros que pretenden presentar de manera ori
ginal a la devoción masculina diciendo que ésta consis
te en estar piadosamente en presencia de Dios, que es
respeto por Dios. Les contesto diciendo que sí, es cierto;
pero ello no constituye una originalidad exclusiva de la
devoción masculina sino de todo tipo de devoción. Al
La devoción meditar sobre el respeto háganlo teniendo en cuenta
es amor
cuál es la otra cara de la moneda: el amor. Verán enton
respetuoso
ces que el corazón de la devoción es el amor respetuo
so; o bien advertirán la necesidad de acentuar
periódicamente el respeto porque el hombre de hoy ha
perdido terriblemente el sentido del respeto. El amor
respetuoso, como totalidad orgánica, es la esencia de
una genuina y sana devoción cristiana.
450
Consecuencias de la piedad de niño
Fe de niño
4. Cf. conferencias 6 y 8
451
ginarse entonces qué terrible conmoción será para la
afectividad del niño si más tarde se desilusiona de su
padre; será como si todo a su alrededor, cielo y tierra,
comenzase a tambalearse.
Dicho sea de paso, ¡cuán grande y pesada es la res
ponsabilidad que asumimos cuando hay hombres que
nos aman como un niño a su padre! Quizás recuerdan
las palabras que en su momento dirigiese un hombre
del pueblo a San Francisco de Asís: "Francisco, tú sabes
No
desilusionar
cuántos son los que te aman y siguen. Procura no
a los que desilusionar a ninguno de ellos". Al percibir el amor
te aman que me tienen mis chicos, u otras personas subordina
das a mí, que resuene en mis oídos la siguiente adver
tencia: "¡Procura que más tarde ellos no se desilusionen
de ti!". Debo preocuparme de ello. En la práctica esa
gente se desilusionará de mí; es natural, porque yo no
soy Dios, sino sólo un pequeño reflejo suyo. Quien me
conozca con mayor exactitud se desilusionará conti
nuamente de mí.Parte de la razón de ser de las criatu
ras es desilusionarnos. Esta es la clave para interpretar
aquel versículo del Evangelio: "Es necesario que él
Mi realidad crezca y que yo disminuya" (Jn 3, 30). Como hombre
y su imagen maduro me haré cargo de todas las debilidades que ex
perimente en mí. Con humildad y gratitud aceptaré
que las personas que hasta ayer casi me adoraron, hoy
me vuelvan más y más la espalda al irme conociendo
mejor. Procuraré en lo posible que no se desilusionen
de mí, trataré de ser tal como ellos me conocieron en un
principio, aún cuando esa imagen que se hayan hecho
de mí no sea totalmente correcta.
¿Por qué el ¿Por qué el niño cree en su padre? Por piedad, por
niño cree en un profundo respeto, un respeto por el ser y las palabras
su padre? del padre que brotan desde lo hondo de su alma.
452
Vayan recordando en este tema toda esa serie de sim
ples y encantadoras observaciones de la vida. La litera
tura nos da muchos ejemplos de cómo un niño pregun
ta por Dios. Los adultos no sabemos darle una
respuesta. ¡Cuánto hambre de conocimiento religioso
teórico y práctico tiene el niño! Si el niño ve, por ejem
plo, que el padre y la madre comulgan, o se arrodillan Temor
respetuosamente delante del Santísimo, tratará de imi reverencial
tarlos con su peculiar inocencia, llevado por ese afán del niño
imitativo propio de los chicos. Así es, el niño experi
menta un temor reverencial ante lo divino y un gran
hambre de lo divino. Cuánto más ingenuo, espontáneo
y auténtico sea el niño, tanto más cautivante su hambre
de saber de Dios.
Permítanme plantearles una pregunta personal:
¿Tenemos hambre de Dios? No sé cómo será aquí, pero
en los lugares donde suelo ejercer la mayor parte de mi
tarea pastoral observo que nosotros los sacerdotes de
mostramos una terrible hartura y autosuficiencia en Terrible
este sentido. Ya casi no nos interesa seguir formándo hartura
nos religiosamente. Pero pasemos a una pregunta más
concreta: ¿cuándo hemos leído y elaborado por última
vez un libro religioso? Quizás espigamos uno al azar
porque necesitábamos algún material para la predi
cación o la catcquesis. Creo que deberíamos aprender
del hambre de saber religioso que tiene el niño. Debe
ríamos tener como propósito leer un libro a fondo cada
año. Tenemos el tiempo y los medios necesarios para
hacerlo y redundará en nuestro propio crecimiento
personal. Elaboraremos ese libro a despecho de si tene
mos o no ganas de hacerlo. Queremos ser como niños,
cultivar una fe de niño, y por eso queremos tener ham
bre de formación religiosa.
Prosigan meditando estas ideas en detalle; para elfo
recuerden el axioma citado: "Ser de la manera más per
fecta posible lo que el niño es de manera imperfecta."
453
Características
Firme
454
fe es un acto del entendimiento, es dar algo por cierto,
con actitud firme e inconmovible.
¿Por qué mi fe tiene que ser firme e inconmovible?
En primer lugar en razón del aspecto formal de la fe del
niño: el niño cree porque es papá quien lo ha dicho. De
manera similar, nosotros creemos con firmeza porque
es el Padre quien lo ha dicho; porque es el Dios
trinitario quien ha hablado y lo que El dice es siempre
verdadero, aún cuando yo no pueda entenderlo. Por
todo ello nosotros creemos firme e inconmoviblemente
en el Padre Dios.
Observen por favor cómo Jesús encarece en varias
oportunidades el don de la fe. De su propia boca escu
chamos que es un regalo absolutamente necesario6.
Asimismo es un regalo precioso y valioso, ¿por qué?
Cuando Jesús obraba milagros y resucitaba muertos
Un don
realizaba esos prodigios sin aspavientos; pero cuando precioso
vio a un hombre que tenía fe de niño se maravilló y ex
clamó con todo respeto: "Os aseguro que en Israel no he
encontrado en nadie una fe tan grande" (Mt 8,10); "Di
chosos los que no han visto y han creído" (Jn 20,29). A
juicio de Jesús, la fe sencilla en Dios Padre es un don
precioso.
En segundo lugar, la fe debe ser también firme e
inconmovible en razón de su función en la vida religio
sa. El Concilio de Trento nos dice que "fides est radix,
initium et fundamentum omnis iustificationis"7. Si la fe
es el fundamento del edificio, para que éste sea firme
455
deberá tener colocado sus cimientos con igual firmeza.
Funda Sobre los pilares de la sencilla fe de niño se levanta toda
mento del nuestra vida religiosa, nuestro amor, nuestras aspira
edificio ciones y esperanzas; es lógico entonces que mi fe deba
ser firme e inconmovible.
Viva
Victoriosa
456
Confianza de niño
457
y la fidelidad del Padre. Estas son las tres cualidades
del Padre en la que cree tan firmemente el niño con
Omnipotente, confianza natural y sobrenatural. Para fortalecer mi
bondadoso confianza de niño habré de vivir permanentemente en
yfiel la omnipotencia, la bondad y la fidelidad del Padre;
tomaré conciencia en todo momento de que el Padre
del cielo es omnipotente, bondadoso y fiel.
458
al eje fundamental de nuestra confianza: Dios. "En ti,
Yahveh, me cobijo, ¡Oh, no sea confundido jamás!" (Sal
31, 2; 71,1). ¡Cuánto tiempo necesitamos para desper
tar con sencillez en nosotros la confianza de niño!
La lengua sánscrita tiene una palabra que designa
a la vez al padre y a la madre. Esa palabra es "pitáru"10.
Dios sería pues pitáru, vale decir, padre y madre a la
vez. El niño encuentra en Dios Padre todo lo que de
algún modo busca y considera como grande y digno de
confianza.
En el Magníficat la Sma.Virgen hace referencia a la
bondad y finalmente a la fidelidad de Dios. Repasen el
texto para renovarse en la confianza ilimitada en la
bondad de Dios. En este punto pueden hacer confluir
todas las expresiones, unas más teóricas y otras más
plásticas, que hemos utilizado en estos días, por ejem
plo aquellos versos que dicen:
En el rugido de las tempestades
y el ulular de los céfiros
entre el fuego de los relámpagos
y el fragor de los truenos
yo pienso tranquilo
como el hijo del barquero:
"Mi padre es timonel de la nave:
¡yo nada temo!"
Otra formulación clave que vale la pena reme
morar es la que nos advierte que "nuestra preocupa
ción más grande debe ser vivir cada segundo infinita Confianza
mente despreocupados". Esta despreocupación no bro inconmovible
ta de una actitud de negligencia, sino de confianza en
Dios. No estamos despreocupados porque nos desinte
459
resamos de lo que ocurre en la tierra; no, nos preocupa
remos mesuradamente de lo terrenal, pero detrás de
nuestro obrar estará siempre la confianza inconmo
vible que se expresa en las palabras: "Mater habebit
curam".
Amor de niño
460
cuando se despierta el niño dentro de nosotros. He
pensado muchas veces si en la hora de mi paso de este
mundo mantendré un diálogo tan filial con Dios. En la hora
¿Cómo es el contacto del hombre de hoy con su Dios? de la muerte
Sabemos pensar muchas cosas, pero...¿cómo será ese
trato ingenuo y filial con Dios en la hora de nuestro
tránsito?
Mediten la relación que cultiva la pequeña Nelli
con Dios, ¡cuántas cosas son para ella "naturales"! Ella
podía intercambiar todas sus cosas con Dios. Si El le
hubiese dado una pelota, Nelli a su vez le hubiese po
dido ofrecer, por ejemplo, sus zapatos...¡una candidez
como difícilmente pueda encontrarse otra! Pero, ¿qué
es lo que no puede hacer un niño? ¡Ah! Si pudiésemos
obrar así de nuevo...Les digo estas cosas aplicándolas
también a mi propio caso. Si volviésemos a cultivar un Un trato
trato sencillo con Dios estaríamos nuevamente funda sencillo
dos sobre el cimiento de la sabiduría. Todos nuestros con Dios
estudios deberían ser como una escalera que uno usa
para ascender y después deja de lado. Queremos dia
logar con Dios con sencillez, simplicidad y candidez;
queremos aprender a conversar con El. Tanto en mo
mentos de alegría como dolor, estaré siempre junto a
El. Así lo pueden ver en la historia de la pequeña Nelli.
Leer libros de este género podría ser uno de los
propósitos a tomar. Los mayores los leerán más rápida
mente. Sería bueno que tuviesen tales lecturas, y por
dos, tres o cinco años sólo leyesen libros que tratasen
de este tema; pero, naturalmente, siempre y cuando
estén de acuerdo con todo lo que les he venido dicien
do. De lo contrario picarán un poco de aquí y otro de a-
llá; y una lectura anulará la otra y derrocharán fuerzas.
Hagamos todo lo posible para formar un frente
bien compacto, para crear el tipo de hombre que Dios
quiere de nosotros. Por eso valdría la pena estimular
se mutuamente en este tipo de lecturas que armonizan
461
con nuestro carisma, que ofrecen una fundamentación
de nuestro ideal y profundizan tal o cual aspecto de
nuestra misión. Asimismo nuestros directores espiri
tuales no sólo deberían hablar sino encomendar la lec
tura y elaboración de libros. De ese modo verán cómo
hay otros autores que con respeto nos aportan otros
enfoques sobre la infancia espiritual.
Reflexionemos de qué manera podemos aprender
del niño en nuestro trato de amor original, simple y
ferviente con Dios. Lean en este sentido las vidas de los
santos Juan Berchmans y Estanislao Kotska; reparen
también en la sencilla relación que cultivaba este últi
mo con la Sma.Virgen. El pequeño Estanislao le había
pedido a María Santísima la gracia de morir en el día
Ser de la Asunción. No recuerdo ahora si firmó con su san
escuchado
gre esta súplica o de qué otro modo lo hizo, lo cierto es
es natural
para un que para él había de suceder así. Para un niño es "na
niño tural" que su ruego sea escuchado. No es necesario co
piar al pie de la letra esas cosas, ya que no son indis
pensables para la vivencia de la infancia espiritual.
Creo que deberíamos volver a hablar entre noso
tros con mayor benevolencia y autenticidad sobre tales
gestos y ejemplos vivos de infancia espiritual. Por lo
general solemos subestimarlos con escepticismo senil;
sin embargo, cuando encontremos hombres que han
conservado esa autencidad de niño, no debemos des
preciarlos jamás. Cuando veamos o leamos sobre la
infancia espiritual que otros han cultivado, se desper
tará ese niño tan sano que duerme en nosotros y culti
varemos según nuestro propio carisma lo que otros
han cultivado según el suyo.
Si alguien alguna vez escribe un libro sobre la in
fancia espiritual haría bien en reunir muchos ejemplos,
tiernos y delicados, de la conducta de los niños
.
* Hay
* Véase, en ese sentido, el libro "María Jesús... un milagro de
amor", Ana María Figueroa, Editorial Patris S.A., 1992,
Santiago, Chile
462
que ver todo el mundo que nos rodea desde el punto
de vista de nuestro ideal. Recordemos nuevamente la
idea directriz: Ser como los niños, ¿cómo lograrlo? Es Intimo trato
forzándonos por un íntimo trato de amor con Dios... de amor con
pero, ¿cómo? No daré respuesta a este interrogante. Dios
San Francisco de Sales diría que simplemente hay que
decidirse por empezar a amar. Así como a caminar se
aprende caminando, a amar se aprende amando. Cono
cimientos no nos faltan.
Características
463
de nuestro amor. Cuando experimente esta limitación,
lo más importante será volverse hacia el Espíritu San
Ampliar to; sólo él es quien puede ampliar nuestra capacidad de
el amor
amar. Cuanto mayor sea nuestro crecimiento en la sen
cillez, tanto más fuerte será nuestro anhelo del Espíri
tu Santo. El amor insatisfecho se esfuerza por un mayor
conocimiento, por ampliar el amor.
En tercer lugar mi amor debe ser crucificado. Ya
saben por qué: porque el amor es una fuerza ase
mejadora y unitiva y porque la alegría más grande que
Amor Jesús le dio al Padre del Cielo fue cuando se entregó a
crucificado sí mismo en una actitud de infinita infancia espiritual
en el Huerto de los Olivos y en la cruz. Por eso el amor
de niño hacia el Padre experimenta a menudo el ansia
de ser también un amor crucificado. Estas cosas suenan
muy simples en el lenguaje de la infancia espiritual,
pero entrañan un tremendo heroísmo.
En cuarto lugar, el amor de niño es victorioso.
Dios, que me ha concedido un pedacito de su amor,
Amor hará que ese amor irradie a través de todo mi ser. Lle
victorioso gará el día en que su amor y el amor hacia El triunfen
plenamente. "Pero la mayor de todas ellas es la cari
dad" (ICo 13,13).
Así vuelvo a una idea que he acentuado ya mu
chas veces. Tómenla como el consejo más práctico que
se lleven de estos ejercicios: "Aprendamos a amar a
Dios con amor de niño".
Repasen la Sagrada Escritura y también La
Santificación de la vida diaria, en cuyas páginas se
canta un himno al amor y se nos muestra cómo cada
acto de nuestra vida puede ser una clara irradiación del
amor.
No olviden que el amor es la esencia de la santi
dad. Tampoco pasen por alto que hoy asistimos a una
gigantesca división de los espíritus. En el bando contra
rio se fanatiza a la gente con el odio, por eso debemos
464
Jesucristo y Juan
465
volver a tomar conciencia de la fuerza primordial del
Cuando
cristianismo: el amor de Dios. Cuanto mayor el odio
nos odian con que se nos persiga, tanto más se debe avivar el
amor filial al Padre y, en razón de ese mismo amor fi
lial, reencender el amor a los hijos del Padre.
Decimos pues que el amor es la esencia de la san
tidad; profundicemos este pensamiente repasando
aquellas palabras de Jesús: "Amarás al Señor, tu Dios,
con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu
mente. Este es el mayor y el primer mandamiento. El
segundo es semejante a éste" (Mt 22, 37). Para inter
pretar este pasaje del Evangelio nos puede ser útil la
meditación del texto de San Pablo donde el apóstol de
los gentiles nos habla del amor como compendio de
todo lo que Dios espera de sus hijos.12
El amor es una fuerza unitiva y asemejadora. He
aquí el pensamiento central que no debemos olvidar
tan rápidamente. Si queremos llegar a ser hombres
Hasta el maduros, llenos de Dios y de elevada moral, debemos
último comenzar lo más pronto posible a amar y esforzarnos
suspiro por amar hasta el último suspiro. San Pablo nos dice:
"Yo olvido lo que dejé atrás y me lanzo a lo que está
por delante" (Flp 3, 13). También nosotros queremos
lanzarnos hacia el amor de Dios porque esa es la fuer
za unitiva y transformadora. Las virtudes morales
transforman al hombre hasta un cierto punto; es recién
el amor quien logra transformarlo en profundidad.
Podemos decir por último que el amor es el alma,
la madre, la reina de todas las virtudes. Así lo dijo San
Pablo en su Himno al amor13 donde enumera una serie
de virtudes...: el amor es paciente, manso, humilde, etc.
466
Como Instituto queremos vivir plenamente los
ideales y ser hombres íntegros. Por eso todos nosotros,
jóvenes y viejos, debemos reconocer que lo supremo es
el amor, en especial el amor filial. Aspiramos entonces
a ser niños que amen con amor sencillo al Padre, para El siglo
que surja así un nuevo sol. El siglo XX debe ser el siglo del niño
del niño. Si no os hacéis como los niños, no entraréis en
el Reino de los Cielos...
467
Vigésimo tercera Conferencia
LA PUREZA
Pureza de nino
469
Pureza instintiva
470
similar al donum integritatis, que perdimos como
consecuencia del pecado original. En el orden actual en
que vivimos, el donum gratiae, recobrado en virtud de
la pasión y muerte del Señor, apunta a la reconquista Reconquistar
del donum integritatis. Pero recién en la visión beatífica la integridad
alcanzaremos la cumbre definitiva. En efecto, recién en
la eternidad, cuando contemplemos y amemos a Dios
bienaventurados y felices, gozaremos de una pureza
instintiva en su sentido más acabado. Por eso al hablar
de la pureza instintiva a la cual podemos aspirar en la
tierra, y que es análoga a aquella del niño, sabemos que
es relativa.
Contemplemos al niño
471
cadas o bien peligrosas, hace gala de un fino instinto.
Por ejemplo, cuando una niña es llevada por sus pa
dres a una reunión y se la induce a una conducta un
tanto ambigua o no clara, comprobarán que la criatura
manifiesta una gran resistencia y sólo a costa de gran
des esfuerzos accederá al deseo de sus padres. Pre
cisamente porque el niño advierte que ése no es su lu
gar. Mediten lo que se cuenta de San Estanislao Kostka.
Su pureza instintiva era tan grande -sopesen ahora
cada palabra- que el pequeño llegaba literalmente a
desmayarse al enfrentar la mundanidad que se estila
ba en la casa paterna.
472
grave contra la pureza. La moral nos dice que toda falta
de castidad voluntaria es pecado grave. Volun
tario... Cuando se suscitan en nosotros sensaciones que
van contra la castidad y consentimos voluntariamente
en ello, cometemos pecado grave.
Se dice a menudo que no hay parvitas materiae
quoad sextum (en el sexto mandamiento no hay con
respecto a esta área que se estudia nada insignificante
o irrelevante). Los teólogos fundamentan el postulado
haciendo una comparación con el instinto de conserva
ción. En los casos en que entra a operar el instinto de
conservación se trata normalmente de una parvitas
materiae: por ejemplo, cometo algún exceso o algo por
el estilo. Pero, ¿por qué en relación con el sexto manda
miento no habría parvitas materiae? Los teólogos que
enfocan el asunto desde un punto de vista más psico
lógico nos dicen que admitir esta última tesis sería
aumentar el riesgo del autoengaño.
A la luz de mis experiencias pastorales les aclaro
que no hay parvitas materiae, pero eso no quiere decir
que nuestras posibles faltas contra la santa pureza sean
por lo común de naturaleza grave. Por otra parte, la
pastoral nos señala que si cultivamos nuestra religiosi
dad y en general hacemos lo que exigen de nosotros la
comunidad y las Constituciones, el sexto mandamiento
se convertirá en el mandamiento contra el cual se po
drá cometer la mayor cantidad de pecados veniales o
bien no se cometerá ningún pecado. Creo que me en
tienden. Estoy dando por supuesto que somos perso
nas que se esfuerzan continuamente por crecer en el
plano religioso.
A pesar de esa seria ley que proponen los teólo
gos, es posible que para nosotros sólo haya pecados ve
niales o bien ningún pecado; no por carencia de
materia, sino por falta de conocimiento o de pleno con
sentimiento. En la mayoría de los casos constataremos
en este sentido una cierta carencia. Hay que tener el va-
473
lor de aplicar al sexto mandamiento la ley general de la
Sin con teología moral: non nocet sensus dummodo absit
sentimiento consensos (sin consentimiento voluntario no es pecado
voluntario lo que ocurra en el área de los sentidos). Si somos real
no es mente hombres esforzados, en este campo no debemos
pecado
dejarnos asaltar por temores. Obremos resueltamente
y mantengamos la serenidad. En lugar de cavilaciones,
cultivemos el amor y dejemos a Dios todo lo demás.
Pasemos a aplicar esta ley a los casos concretos.
Toda falta de castidad libremente consentida es peca
do grave en el sentido expuesto más arriba. La ley pue
de aplicarse de tres maneras:
En primer lugar, toda descarga de energías sexua
les consentida libremente es pecado grave, salvo, natu
ralmente, en el marco del matrimonio y en la medida
de lo que está permitido en él (lo mismo vale para los
puntos siguientes). En segundo lugar, todo placer
sexual consentido libremente es pecado grave. Por úl
timo, es pecado grave todo lo que haga con el claro
propósito de despertar en mí o en otro placer sexual o
bien preparar la descarga de dicha energía.
En relación al placer sexual, les presento breve
mente una definición inspirada en San Agustín. No
Considera debemos equiparar el placer sexual a esa sensación
ciones de agradable que recorre nuestro cuerpo cuando estira
San Agustín mos los miembros o bien aquel otro agradable-desa-
gradable que puede experimentarse cuando elimina
mos una comezón. San Agustín nos dice que el placer
sexual es una sensación en los órganos genitales o,
como suele llamarlos, las partes pudendas. Cuando se
estimula fuertemente a esos órganos, surge el placer
sexual. La experiencia nos dice que la naturaleza pro
cura periódicamente desahogarse y relajarse en el área
sexual. Por eso los teólogos nos dicen que si repenti
namente nos sentimos estimulados y experimenta
474
mos que todo nuestro cuerpo se revoluciona, no esta
mos obligados a reprimir sensaciones y pulsiones.
Es importante, especialmente en la juventud, no
sobreacentuar la teoría de la represión, porque la expe No sobre
riencia nos demuestra que ella fácilmente deriva en ob acentuar la
sesiones. No estamos obligados a reprimir, más bien represión
habría que trabajar más a nivel intelectual y espiritual
y permanecer tranquilos. Permítanme repetirles un
concepto que ya he utilizado y aclarado: el método de
eclipsamiento. Frente a estimulaciones de este tipo, lo
mejor que podemos hacer es cultivar seriamente el
amor de Dios, regalarle a Dios con gran sencillez las
fuerzas de nuestro amor cada mañana al despertar.
Me estoy expresando sumariamente porque lo
que nos interesa es recobrar la claridad de nuestras
pautas para la vida cotidiana. Todas las faltas de pudor
que podemos cometer voluntaria o inadvertidamente
son por lo común pecados veniales y, de haber una
causa, no constituyen pecado, salvo cuando uno permi
te o busca algo con la intención de despertar el placer
sexual.
475
Una sana ascética nos ofrece tres tipos de medios
para custodiar esas torres: medios preventivos, de pro
tección y de fortalecimiento. No olviden que todos es
tos medios deben ser expresión de amor, porque el
amor es el gran medio para guardar en nosotros la
pureza de la manera más delicada y profunda. Si le
entregamos nuestro amor a Dios de modo indiviso,
entonces no buscará tan rápidamente remontarse por
otros cauces. En este punto vale lo que dijera San
Agustín: Ama a Dios y haz lo que quieras2. Si bien aho
ra presentaremos una serie de medios específicos, no
pasen por alto que ellos deben estar siempre inspirados
por el principio fundamental del amor. Y en este
sentido, un profundo y sano amor a Dios es un factor
muy importante para la conservación de la pureza.
Medios de prevención
476
también sugerirme una cierta reserva o bien una cier
ta fuga.
Hay tres tipos de fugas que podemos practicar por
amor y como medio preventivo: fuga del espíritu mun
dano, fuga cautelosa ante el sexo opuesto y fuga de lec
turas no convenientes.
477
Libertad interior ante el otro sexo
478
En primer lugar, aquello que escriba -pienso natu
ralmente en cartas a mujeres- debe estar redactado de
tal manera que pueda ser publicado enseguida en la Dos normas
útiles
prensa enemiga. En segundo lugar, lo que haga debe
ser hecho de tal manera que yo pueda ser fotografiado
al hacerlo.
Creo que si observan estas dos reglas prácticas, se
protegerán a ustedes mismos y protegerán a su comu
nidad de muchos males. Ya me conocen y saben que no
soy de aquellos que en todo ven enseguida el pecado;
pero me parece que el tipo de hombre que deben
conformar tiene que regirse por la siguiente consigna:
Por abajo, evitar en lo posible el pecado, y por arriba, Menos
aspirar al maximalismo más elevado. Aplicado ahora miedo al
al tema de la pureza: aspiramos a lo más delicado por pecado y
amor y no por miedo. Uno de los dichos favoritos de amar más
San Francisco de Sales era: "No tener tanto miedo al a la virtud
pecado sino amar más a la virtud", lo que refleja la ac
titud positiva de su ascética.
Hasta aquí pues dos reglas prácticas que pueden
ser importantes en este campo. Asimismo pueden in
cluir en ellas lo que les expuse en relación con la direc
ción espiritual epistolar.
Permítanme enfocar un nuevo aspecto psicológi
co que reviste mucha importancia para nuestro com
portamiento. Se trata de una frase que se atribuye a San
Agustín: "Amor spiritualis generat amorem affec-
tuosum" (de una inclinación espiritual surge una
afectiva). Examinemos el caso de nuestra relación con
el sexo opuesto. Al tratar con la mujer en el confesiona
rio o donde fuere, al desplegar una cierta paternidad en Una cierta
virtud de mi sacerdocio, es perfectamente natural que paternidad
se despierte en nosotros un amor spiritualis. Cuando
falta ese amor espiritual no se tiene la fuerza creadora
para educar sólidamente a otra persona. Igualmente
natural es que el amor espiritual genera amor
afectuoso. Somos creaturas con cuerpo y alma; y el
479
amor espiritual produce enseguida -especialmente en
nuestra relación con la mujer- una resonancia en nues
tros propios afectos. Pero como ya lo dijimos antes, esto
es perfectamente natural.
Los más jóvenes a menudo caen en gran inquietud
interior y piensan que el diablo anda suelto cuando se
experimenta una sentimiento de atracción hacia la
mujer. Hay que recordar entonces que evidentemente
nuestra actitud psicológica y afectiva frente al otro sexo
es distinta a aquella que se tiene frente al mismo sexo.
Al principio lo sentimos como una sensación descono
cida, especialmente si hemos sido educados en
internados. Díganse en tales casos con total claridad:
"¡Es algo natural! “ y prosigan su camino; todo estará
en orden. Si no fuese así, posiblemente habría algunas
falencias.
San Agustín nos sigue diciendo que "Amor
affectuosus generat amorem oboedientialem (de una
inclinación afectiva surge una relación de depen
dencia). La mujer tiene necesidad de apoyo y cobi
jamiento, y en su desvalimiento está dispuesta con
mucho gusto a entregar toda su voluntad, y muy a
menudo a hacer tal o cual voto. Desde el punto de vista
de la psicología femenina, esto es algo natural. Por eso
como confesores no crean que es algo especial que una
mujer quiera prestarles obediencia o depender total
mente de ustedes. Según tengo entendido, a los jesuítas
se les prohíbe aceptar votos de obediencia de parte de
Votos de mujeres. Hay mucha sabiduría en ello. Si en razón de
obediencia mi tarea no tengo un trato frecuente con mujeres, yo
de la mujer sería muy cauteloso en la aceptación de tales votos.
Ustedes advierten por qué. El voto de obediencia supo
ne una cantidad dé vínculos, contacto epistolar y deter
minadas relaciones, por eso no debemos consentir
enseguida en dichos votos. Nosotros tenemos tareas
más grandes que cumplir; por otra parte, no piensen
que detrás de esos votos hay siempre un anhelo de
480
santidad. En el caso de la mujer es algo
natural...Veamos las cosas con mayor serenidad. Aín
cuando ese afecto de la mujer hacia nosotros se con
vierta en entusiasmo, habría que verlo como algo nor
mal. No piensen que por eso se viene el mundo abajo
o que ustedes son malos directores espirituales o con
fesores. Precisamente si no se produjesen esos entusias
mos, habría que pensar en inutilidad o anormalidad de
su parte.
Suelo repetir a nuestros sacerdotes diocesanos que
estas cosas son naturales, pero que comienzan a dejar El fuego
de ser buenas cuando nosotros mismos empezamos a pronto se
entusiasmarnos. Recuerden que los demás pueden en extinguirá
tusiasmarse, pero que nosotros no debemos hacerlo.
Mientras el fuego sea sólo una modesta hoguera que
arde en la otra persona, pronto se extinguirá, pero si le
echamos más leña, si sumamos nuestro fuego al otro, la
cosa comienza a tomar otro cariz.
San Agustín prosigue diciendo que amor
oboedientialis generat amorem familiarem, et amor
familiaris amorem camalem (de una relación de depen
dencia surge una de familiaridad, y de ésta puede
resultar amor carnal). Podría darse una familiaridad
condicionada por motivos de nuestra labor sacerdotal.
Supongamos, por ejemplo, que fuesen directores de
una comunidad de religiosas, lo que no suele ocurrir
con frecuencia. En ese caso pues hay que ser cautelosos.
Cuando notemos que se va gestando lentamente una
familiaridad, meditemos el asunto y consultémoslo con
toda franqueza con nuestro confesor, porque este es el
campo en que el ser humano es más propenso a come
ter errores. ¿Por qué? Porque su naturaleza se siente
halagada, porque Dios ha formado un campo magné
tico entre ambos sexos. No tengamos miedo, pero sea
mos siempre sensatos, andemos con cuidado y exami
nemos nuestra conducta guiados por un confesor sano
y sensato.
481
Creo que con estas reflexiones les he trazado un
lincamiento claro. Les repito que sean cuidadosos. Se-
Ser muy gún las ocasiones que se presenten, seamos también
cuidadosos prudentes ante personas de nuestro mismo sexo. En
cuanto a este último punto, en este país se es un poco
más sensato; en cambio en los países vecinos a veces
hay que ser más cuidadoso frente a los hombres que a
las mujeres. Hoy se interpreta todo "como si...". Cuan
do nos toque vivir en una atmósfera de esas caracterís
ticas, hay que obrar con mayor cautela, pero no por
miedo.
Lecturas no convenientes
482
consigna: "Dar testimonio del derecho a existir que tie
ne el tipo de hombre que propone nuestro Instituto". Y
lo haría también aunque ya tuviésemos reconocimiento
jurídico, porque dicho reconocimiento no implica au
tomáticamente que seamos reconocidos por la gente.
Estoy convencido de que si ustedes viven con pu
reza los ideales de su comunidad recibirán una gran
cantidad de vocaciones. Las metas que se han fijado
están en plena consonancia con el gusto por la demo
cracia y la libertad característico del pueblo suizo. Lo
correcto es pues aspirar a lo más elevado con libertad
y no por presiones. Recuerden por eso: vínculos obliga
torios sólo los necesarios, pero también en la medida en
que sean necesarios. Repitan esta consigna a los más
jóvenes. Bien me puedo imaginar que los que tienen
entre quince y veinte años se pregunten sorprendidos:
"¿Por qué no tenemos votos?; ¿acaso no se habla de
votos en los libros de ascética?". Estén preparados para
responder con convicción que nosotros queremos lo
grar las mismas metas que las órdenes religiosas, que
queremos para la Iglesia lo mismo que ellas quieren.
De esa manera equilibraremos las cosas. Dirijan su Ins
tituto y sus vocaciones más a través de los ideales que
por la mera organización. Naturalmente, ambos
aspectos son necesarios y deben estar presentes.
Hasta aquí hablamos pues de los medios de pre
vención. En su aplicación no olviden nunca que la
motivación es el amor. Hay que prevenir por amor. Si Prevenir
separan los medios preventivos, del amor, los resulta por amor
dos serán la fatiga y la propensión a la obsesión.
Medios de protección
483
Laboriosidad
484
aseguro que aunque desfilen todas las mujeres y joven-
citas del mundo a su lado, no sentirán mayores
inquietudes; pero si van paseando y mirando todo a su
alrededor, la naturaleza reaccionará rápidamente.
Meditemos también sobre el caso de quien es des
tinado al puesto de secretario y no gusta de ese traba
jo. Les aseguro que muy pronto tendrá que soportar Compen-
tentaciones, precisamente porque la naturaleza buscará saciones en
compensaciones en un plano inferior. ¿Qué significa un plano
inferior
esto para mí en el caso de que sea superior de una
comunidad? Ciertamente, puedo exigir de mis subor
dinados que acaten mi autoridad y asuman el puesto
asignado. Pero en mi "trastienda" reflexionaré conti
nuamente si he hallado para esa persona concreta la
tarea que le cuadra y en la cual pueda desarrollarse
creativamente.
Les hago enseguida una observación al respecto.
Quizás nos digamos: "Por fin hallé la causa de las difi
cultades y tentaciones que sufro. Pero ahora no entien
do por qué mi superior presta tan poca atención a mis
deseos y necesidades". Sobre este punto les ofrezco dos
respuestas:
La primera es que disciernan siempre ambos gru
pos, el de los superiores y el de los subordinados.
Como subordinado debo educarme de tal manera que
pueda ir adelante en la vida aunque me adjudiquen
una ocupación que no me motive internamente. Creo
que tendría que hacerlo en razón de mi vinculación con
el tiempo en que vivo. En efecto, millones de hombres
deben vivir hoy así, y yo me solidarizo con ellos.
Pasemos a la segunda respuesta, que es mucho
más importante. Desde un punto de vista psicológico
hablamos de planos. Cuando mi naturaleza no pueda
dar cauce a su creatividad en el plano correspondiente,
deberá buscarlo en uno superior. Tenemos que dar
cauce a nuestra creatividad. En el caso de que atiendan
en el confesionario a desempleados o personas descon-
485
tentas con su trabajo, traten de estimular sus fuerzas
creativas. También en la predicación apelen con fre
cuencia a dichas fuerzas. Elevemos las energías creado
Energías ras hacia un plano superior. Por ejemplo, mi renuncia
creadoras a una actividad que me satisfaga será un aporte, una
hacia el ayuda que brinde a Jesús para redimir creativamente al
plano mundo. Desde el punto de vista psicológico esta
superior
actitud es extraordinariamente delicada y clara. No
crean que se trata de un mero "truco" psicológico. Si
observan la vida hallarán que hay muchísimos hom
bres que recorren este camino. Naturalmente sería una
lástima que frente al problema de un puesto de traba
jo que no me satisface me dijese simplemente: "Soy
miembro de una comunidad, por eso exijo del superior
que tenga todo en cuenta, que no se olvide de nada".
El bien de la comunidad exige que por amor a ella
no pocos renuncien temporaria o permanentemente a
una ocupación satisfactoria. Si tienen un cálido amor
por su comunidad, verán que la renuncia es una mane
ra de colaborar creativamente con la comunidad. Hay
que hacerlo tanto por amor a ella cuanto por amor a
Jesús. Relean el capítulo mencionado de La santifi
cación de la vida diaria. Allí se resume todo lo que se
puede decir sobre el tema; si bien está dirigido a los
laicos, vale también para sacerdotes.
Pues bien, ya comprenden mejor el papel del su
perior. La "tienda" le dice que él es quien manda; pero
en su "trastienda" piensa de otra manera, porque allí
reflexiona si está obrando certeramente o no. Ocasio
nalmente se deslizan cosas de la trastienda a la tienda,
pero no siempre ocurre así.
Con todo esto comprendemos mejor la íntima re
lación que existe entre pureza y laboriosidad, pero tam
bién entre pureza, laboriosidad y bienestar general de
la comunidad.
486
Me parece que esta reflexión debería ser muy
motivadora para personas que se interesan por lo so
cial. El mundo de hoy clama, padece y se fractura con
tinuamente a causa de trabajos que no satisfacen o bien
debido a la falta de trabajo. Nosotros, que vivimos en
comunidad, tenemos que dar ejemplo de cómo asumir Encauzar
airosamente tales situaciones. Ustedes se dan cuenta las fuerzas
también de que no podremos ayudar al hombre de hoy espirituales
a salir de la crisis sexual si no logramos brindarle y psíquicas
actividades más creativas en las cuales encauzar sus
fuerzas espirituales y psíquicas. Comprobarán que el
hombre será capaz, basándose en un gran anhelo de
santidad, de renunciar por toda su vida a un trabajo
que lo satisfaga.
Para iluminar un poco más la íntima relación en
tre laboriosidad y pureza les propongo un punto com
plementario de reflexión: si tenemos un trabajo en el
cual encauzar nuestra creatividad, él nos deparará tan
ta alegría -visto desde un punto de vista psicológico y
humano- que las otras alegrías que se nos puedan ofre
cer en un plano inferior no serán tan atractivas o al
menos su atracción no será tan continua como en el
caso de que tuviésemos un trabajo que nos digusta.
¿Qué consecuencias se desprenden de esta re
flexión? Cultivemos la alegría del trabajo, también por
razones de pedagogía de la sexualidad. Cultivar cons Cultivar
cientemente la alegría por todo crecimiento ético, por la alegría
más pequeño que fuere. No precipitarse y decir en del trabajo
seguida: "¡mortifiqúense!". Sí, también hay que decir
lo, pero no olviden cultivar la alegría por cada peque
ña victoria que se obtenga. Quien no sienta alegría de
ser noble y bueno, echará mano de alegrías que son
malas.
Si nuestra actividad es creativa -y con esto les mar
co un nuevo aspecto- no tendremos entonces fuerzas
para esas otras cosas.
487
Meditemos cómo debe ser nuestro trabajo, en par
ticular para alcanzar esa meta. Vuelvo a llamarles la
Modelo:
atención sobre los niños. ¿Qué les parece? ¿Es el juego
El juego trabajo para el niño? Es importante con vistas a las
de los niños misiones pero también para todo tipo de educación,
observar que el niño trabaja real, seria y tranquilamen
te. En el juego de los niños pueden "leer" las caracterís
ticas que debe tener nuestro trabajo.
¿Por qué el juego es trabajo para el niño? Porque
es despliegue de su instinto de hacer cosas. Por eso,
ayudemos al niño a aprender a jugar, porque el juego
es auténtico trabajo. También nosotros procuramos tra
bajar con autenticidad. Naturalmente no en el juego,
porque sólo para el niño el juego es trabajo serio. El
niño ama a su padre y a su madre; y cuando juega, ellos
deben jugar con él o bien apartarse y no molestarlo.
Pero no es mi tarea ahora detenerme en la descripción
de estas tiernas notas del juego infantil.
¿Cuándo trabajamos nosotros con tanta seriedad?
Mientras estuvimos en el Seminario no había otra alter
nativa. Pero...¿y más tarde?
En esto de trabajar con seriedad hay momentos en
los que tenemos que ganar en astucia a nuestra propia
naturaleza. Pregúntense en primer lugar cómo aprove
chan su tiempo libre. Una comunidad como la suya
depende más que otra de la personalidad libre de cada
uno de sus miembros. A veces admiro en este sentido
a los jesuítas, por ejemplo al anciano director espiritual
que tienen aquí, ¡cómo sigue estudiando a pesar de su
edad! Tenemos que trabajar; para eso elegimos este
camino. No vinimos aquí para estudiar lo más necesa
rio y luego decirnos: "Muy bien, haré lo que sea mi
obligación y deber insoslayables, pero sólo para que no
se me expulse de la comunidad...como era en un prin
cipio, ahora y siempre...". Nuestro trabajo debe ser real
mente serio y profesional; también en razón de la san
ta pureza. Pero el principio más fundamental es que mi
488
trabajo alegra a Dios. El Padre del Cielo está siempre en
actividad, también hoy. Por eso aboquémonos al
trabajo que nos corresponda. La bienaventuranza del
cielo no consiste en un mero estado de reposo.
Como comunidad joven deberían proponerse con
cierto orgullo la meta de forjar algo creativo, aún cuan
do trabajen, por ejemplo, como profesores. A las clases
no hay simplemente que "darlas", sino tratar de que Forjar algo
sean fecundas y sanas. Procuremos enriquecer la cien creativo
cia y fecundar la sociedad, ¡intentémoslo! Naturalmen
te, en la medida de nuestras propias capacidades, ya
que no todos son capaces de hacerlo. Pero de alguna
manera todos debemos cultivar una laboriosidad de
primera categoría. Que nuestro planteo no sea: "hay
que ser como los niños; pues bien, si para los niños el
juego es trabajo, ergo...". Eso sería pueril de nuestra
parte. Para nosotros el juego no es trabajo, pero bien
puede ser recreación. Más allá de toda recreación, hay
que trabajar con seriedad.
La vida es breve y nuestros adversarios trabajan
intensamente...¿Y el diablo? ¿Se imaginan cómo trabaja
el diablo? Se cuenta que Don Bosco solía repetir: "El
diablo trabaja por cien, ¡por cuántos más debemos tra
bajar entonces nosotros!". Que esta consigna cale has "El diablo
ta la médula de nuestra comunidad. Por otra parte, este trabaja
tema de la laboriosidad no es algo que se pueda contro por cien"
lar. Uno, como superior, tiene que contar siempre con
la medianía de los miembros de la comunidad; pero en
cuanto a nosotros mismos, debemos exigirnos el
máximo posible, aspirar a lo más elevado.
Esto vale también para los estudios ulteriores, ya
sea en la especialidad de la filosofía (no cualquiera
puede estudiar filosofía), la dogmática, etc. San Fran
cisco de Sales acostumbraba decir que para el sacerdo
te la ciencia es su octavo sacramento. Si en el futuro se
interesan por la espiritualidad salesiana y la siguen,
sigan a "todo" el santo, y no tomen sólo aquello que les
489
resulte cómodo. San Francisco de Sales es un santo de
Tener dos pura raza. En otra ocasión dijo que un sacerdote debe
ojos: de la tener dos ojos: el de la piedad y el de la ciencia. Apli
piedad y de quen este pensamiento a ustedes mismos. Quizás algu
la ciencia no deba decirse que ya no tiene ojos o bien que a lo
mejor necesitaría usar anteojos.
Muchas comunidades han incorporado en sus
Constituciones la norma de que los miembros estén
siempre ocupados en las tareas que correspondan a su
ministerio. Creo que también nosotros deberíamos to
mar este principio. Piensen lo que pueden hacer en este
sentido. Naturalmente, es cierto que hay muchos hom
bres que necesitan primero ser motivados para el
trabajo. Por eso en la educación de sus vocaciones pro
curen que haya motivación para el trabajo intenso.
Por otra parte, no me parece inteligente insistir en
que nadie puede tener "hobbies". Reflexionen sobre lo
Actitud que ocurre cuando nos ponemos viejos. En esa edad
ante los nos ocupamos fielmente de nuestro hobby. Por supues
"hobbies" to, esa ocupación no debe cultivarse en extremo. Hace
falta un fino tacto pedagógico para integrar un hobby
en el marco de la totalidad de nuestras obligaciones.
Que dicha ocupación no se haga pasión que absorba a
toda la persona. Tomemos por ejemplo el hobby de
coleccionar escarabajos. Está claro que podemos
coleccionarlos si eso nos causa alegría y si de esa
manera hacemos una contribución a las ciencias natu
rales. Pero nuestra actividad de coleccionista debe te
ner sus límites, ya que no es nuestra ocupación princi
pal. Como ven, las cosas cambian según el enfoque que
le demos.
Piensen además en sus largas vacaciones. ¿Qué
hacen en ese tiempo? Naturalmente, queremos descan
sar. Por ejemplo, si todos los años se toman dos meses
seguidos de vacaciones en los que no hacen nada -si no
os hacéis como los niños...pero "niños" escrito con
comillas- serán muchas las fuerzas que se pierdan.
490
Estoy convencido de que no se descansa no haciendo No se
nada. Así también lo afirman los médicos de hoy. descansa
Nuestras vacaciones no deben consistir en no hacer no haciendo
nada
nada, sino en un sano cambio de actividades.
El hombre busca una ocupación creativa. Si obser
vamos el trabajo del niño, su juego, comprobaremos
una tercera característica: la tranquilidad. En el juego,
el niño trabaja con tranquilidad. Se entrega a un juego
concreto como si fuese el único que existiese.
Lo que tengamos que hacer, hagámoslo también con
tranquilidad y constancia. Aquel de nosotros que sea
aún joven, trate de formarse en todos los campos posi
bles. Supongamos que trabajan en una escuela, por cin
co, diez o más años, y de pronto deben volver a la labor
de predicar, ¿podrán hacerlo? Reflexionen con sensatez
sobre este punto: hay que formarse para los años de la
madurez y de la vejez. ¿Qué puedo hacer cuando sea
una persona entrada en años?¿Qué?... quizás no pueda
predicar, quizás tampoco me haya formado como
confesor porque nunca me tocó desempeñar esa labor...
Si somos superiores, veamos el futuro de nuestros
subordinados un poco desde este punto de vista. No
todos pueden dedicarse plenamente al trabajo, pero
hay que conservar en todos la capacidad y la voluntad
de trabajar. Donde esté y donde pueda, tengo que apli
carme al trabajo. Hay que tener la calificación suficiente Trabajar
como para ser siempre capaz de trabajar por el Reino siempre por
de Dios. Mientras pueda hacerlo, sacaré el máximo el Reino de
rendimiento de mis fuerzas. No hay que reglamentar Dios
todo, pero precisamente por eso hay que dejar un mar
gen mayor a la iniciativa personal.
Examinemos otro caso. Por ejemplo, tengo una
hermosa relación con los hermanos. ¿Cómo hacer para
despertar el espíritu de iniciativa en ellos? ¡Cuántas
fuerzas están latentes en mis hermanos, esperando que
alguien las despierte! A veces pienso que si los sacer-
491
dotes diocesanos tuviesen a alguien que despertase sus
iniciativas en tal o cual dirección, ¡cuántas cosas buenas
podrían hacer! En este punto la comunidad tiene sus
ventajas. Hay comunidades que poseen el carisma de
despertar fuerzas entre sus propias filas. Por ejemplo,
si tengo un hermano que manifiesta ciertas dotes en tal
o cual área -por ejemplo la retórica- lo alentaré, seré
feliz de que tenga ese talento. Quizás al principio sin
tamos como un complejo de inferioridad ante él, pero
ese sentimiento debe desaparecer. Busquemos las
oportunidades en las cuales desarrollar nuestras capa
cidades, y desplegarlas con valentía. No digan: "Fula
no ha cometido una tontería y ahora volverá a cometer
otra". Todos nosotros crecemos a través de esas "ton
terías". Especialmente cuando una comunidad no tie
ne muchas tradiciones, cada uno de sus miembros debe
abrirse camino a sí mismo. Y nos lo abriremos si
tenemos buena voluntad. Si queremos lo mejor para
nosotros mismos, para Dios y nuestra comunidad, en
Abrir tonces todo estará bien. Todos queremos estar en la
una brecha vanguardia de la comunidad; pero agradezcamos al
hacia lo alto mismo tiempo a todos aquellos que nos precedieron o
preceden en el camino. En todas partes hay que abrir
una brecha hacia lo alto....
Queremos proteger nuestra pureza, y para ello
hay que poner el acento en una laboriosidad radical,
íntegra y real.
Bueno, el tiempo ha pasado, ya es hora de comer;
me he detenido largamente en el tema "trabajo".
492
Vigésimo cuarta Conferencia
EL PUDOR
Y LA TEMPLANZA
Recapitulación
493
práctica, y cómo el ideal motiva la conducta en el caso
particular. Pasemos ahora al segundo medio, el pudor.
Pudor
494
sexual puede hacerse tan fuerte que el sujeto puede
perder el control. Por eso suele llamar a los genitales
partes pudendas, debido a que la excitación de los
mismos despierta inmediatamente en el hombre un
sentimiento de pudor.
Podríamos entonces pensar que el pudor es una
lamentable consecuencia del pecado original. Sin em
bargo en este punto tenemos un ejemplo clásico de Ventajas
del pudor
cómo Dios sabe conducir todo hacia el bien: el pudor es
una consecuencia del pecado original que debemos
agradecer. Dios puede conducir todo hacia el bien, aún
el pecado, ¡cuánto más no hará con las consecuencias
del pecado! ¿Cuáles son las ventajas del pudor?
Desde un punto de vista teológico, la experiencia
del pudor nos recuerda siempre nuestro estado ante
rior, enciende en nosotros el anhelo del Paraíso y pro
fundiza nuestra humildad. Desde un punto de vista
psicológico constatamos, por experiencia u observa Recuerda
ción, que el instinto sexual puede tornarse muy fuerte. un estado
Dios, en su sabiduría, ha creado en esta área un anterior
"contrapeso". Si al deseo sexual quiero ponerle un mu
ro de contención apoyándome sólo en la voluntad, ha
brá ocasiones en las que fracasaré. Dios creó un contra
peso para el sentimiento de la sexualidad: el sentimien
to de pudor. Vale decir, equilibró un sentimiento con
otro.
El pudor es un contrapeso natural ubicado en la
misma área de la sexualidad y sirve como protección
natural contra las descargas del instinto sexual. La con
clusión que podemos sacar es la siguiente: cuanto más
delicado sea el pudor, tanto más asegurada estará
nuestra vida sexual. Otra consecuencia que se despren
de de esto es que si queremos ser magnánimos y repre
sentar con pureza el tipo de hombre que desea
encarnar nuestra comunidad, tenemos que poner más
cuidado en el cultivo de la pureza, aún cuando estemos
a solas, y hacerlo de manera similar a como otros se es-
495
fuerzan por evitar un pecado grave. Lo que hagamos
en este sentido por cultivar nuestro pudor será un
modo de asegurar más fuertemente nuestra sexuali
dad.
Un sano pudor es una sólida protección. Pero exis
Pudor te también un pudor no sano. Aquí vuelvo a recordar
no sano les mi idea favorita, que quizás ustedes ya hayan hecho
suya: para formar una comunidad sana, para encarnar
el nuevo tipo de hombre que dé respuesta a la crisis de
nuestro tiempo, hay que procurar que nuestra
sexualidad sea bien sana, en la medida en que ello sea
posible a nuestra naturaleza afectada por el pecado
original. Por eso es importante educar también a sus
jóvenes para que conserven un sano pudor.
¿Cuándo deja de ser sano el pudor? En primer lu
gar, y es evidente, cuando la persona no sabe ejercitarlo
debidamente. En segundo lugar, cuando se pierde la
libertad interior; falta de libertad interior es también
falta de un sano pudor.
Examinen la causa de por qué muchos sacerdotes
sufren y se desangran tanto debido a la escasez de li
bertad interior y por qué sufrimos inhibiciones frente a
la sexualidad. Les doy dos respuestas, una que es cono
cida y para nosotros otra que no lo es tanto.
Una libertad interior precaria puede deberse a la
escasez de pureza. Les advierto que las personas que
están contaminadas en su interior con lo sexual, escu
chan y ven todo ambiguamente. Quien está enfermo a
nivel sexual no puede tener libertad interior.
Una libertad interior precaria suele estar en corres
pondencia con una visión sobrenatural precaria de la
Visión sexualidad. Es obvio que si no conozco la gran ley de
precaria
de la hacer transparente el instinto sexual, veré todo a través
sexualidad del cristal de la sexualidad y no seré interiormente li
bre. Habrá que lograr entonces una nueva visión a la
luz de la fe que me permita contemplar el fluir de la
496
vida divina en el fondo del alma de las personas, tan
to hombres como mujeres, como si lo mirase a través de
un cristal. De ese modo tendremos una nueva visión de
la vida que serenará muchísimo nuestro instinto
sexual.
Mi experiencia me enseña que hay hombres que
sufren falta de libertad interior aun cuando sean capa
ces de enmarcar la sexualidad dentro de las coordena
das del mundo sobrenatural. Esto se explica por la
existencia de una visión de la sexualidad creyente e in
telectual y otra creyente y vivencial. Repasemos algu
nos ejemplos que ilustren el problema.
Si desde niño me he criado con una sexualidad ex
cesivamente marcada por falta de libertad interior; o
dicho de otro modo, si mi primera información sobre lo Primera
sexual proviene de la calle y está acompañada sabe información
Dios por qué imágenes, más tarde será tremendamen
te difícil mantener la libertad interior frente a la sexua
lidad. Contemplen en este tema a todo el hombre des
de un punto de vista psicológico. La razón puede incor Visión
porar con relativa facilidad una visión transfigurada de transfigurada
la sexualidad, pero no así el sentimiento. En efecto, si
nuestra afectividad ha desarrollado una actitud mar
cadamente negativa ante la sexualidad, verán cuán di
fícil nos será, como sacerdotes maduros, lograr un
abordaje y una vivencia transfigurada de los afectos
unidos a lo sexual.
¿Qué hacer en el campo de la psicología y de la
teología para liberar, para darle más libertad interior a
nuesta afectividad? Les ofrezco varias respuestas a este
interrogante, si bien sólo en forma de bosquejos.
Desde un punto de vista psicológico, es bueno que
la persona que sufra falta de libertad interior frente a la
sexualidad busque un sacerdote noble, interiormente Un medio
libre y sencillo, con quien conversar sobre las dificulta psicológico
des afectivas. Repito que estoy hablando desde un
ángulo puramente psicológico. La sugerencia hecha
497
quizás parezca tomada del psicoanálisis, pero no es así,
se trata, más bien de una sana observación de la vida.
Cuando alguien se sienta falto de libertad interior en
cuanto a sus afectos y se encuentra con otra persona
que irradia serenidad y libertad interior, el beneficio
que recibirá será muy grande: la persona intranquila
asumirá paulatinamente la actitud serena de su
interlocutor.
Un medio Disponemos también de un medio sobrenatural:
sobrenatural invocar más y más el Espíritu Santo.
No pretendo brindarles un curso de pedagogía
sexual, pero para una comunidad que quiere realizar
grandes cosas es muy importante que sus educadores
formen a las vocaciones, desde el principio, en una
sana sexualidad. Naturalmente, con sus matices. No es
aconsejable conservar miembros que estén muy afecta
dos en su sexualidad. Puede haber quienes tengan una
muy buena conducta, pero si padecen continua ansie
Obsesión
sexual dad y permanente obsesión sexual, no me parece que
deban seguir integrados a la comunidad. Apliquemos
nuestro principio de selección, para lo cual hace falta
una buena dosis de franqueza y autenticidad, que po
demos ir desarrollando orgánicamente. No decimos
que sea a priori malo que una persona sufra tal o cual
cosa: homo sum, et nihil humanum a me alienum (Soy
un ser humano, y nada de lo humano me es ajeno).
Pero deberá tener la fuerza interior de sobrellevar y so
portar ese padecimiento, que por otra parte no tiene
que manifestarse fuertemente hacia afuera. Esto es im
portante, porque la experiencia nos advierte que en su
edad madura los sacerdotes pueden caer en libertinaje
y verse acosados por obsesiones sexuales. Cuando la
obsesión se hace muy fuerte y dura mucho tiempo,
surge el peligro de resignar y decirse: "¡Basta!, ¡me doy
por vencido!". Esforcémonos pues por volver a cultivar
un delicado pudor.
498
Les ofreceré ahora algunas indicaciones concretas
sobre el tema, formuladas a manera de pregunta: cuan
do voy a la cama y estoy acostado en ella, ¿no debería
hacerlo con la actitud con la cual voy hacia el altar y me
comporto allí? Naturalmente, salvando la diferencia de Ser nobles
materia de cada caso. Elijo a propósito una formulación en todo
contundente para estos planteos, a fin de que se nos
grabe bien que debemos ser nobles en todo nuestro ser
y en todos los aspectos de nuestra vida.
Lo mismo vale para el caso de los ejercicios de
gimnasia, terapias medicinales o bien cuando por razo
nes médicas se nos exija despojarnos de nuestra ropa.
Será correcto cuando sean medios para alcanzar un fin
específico. Si en este punto soy muy liberal, ¿no perde
ré con el tiempo algo de la fragancia de la pureza? Por
razones de salud psicológica y espiritual yo preferiría
en esta área renunciar a una u otra cosa.
Preguntémonos si no podemos renovar nuestra
mentalidad y afectividad en este tema del pudor. El ca
tolicismo de hoy ha asumido frente a él una actitud
demasiado teológico moral. Se dice por ejemplo: "no es Con libertad
pecado, por lo tanto...¡adelante!". Que no sea este nues interior, no
tro enfoque. Más bien preguntémonos si el asunto en con miedo
cuestión se adecúa más a las delicadas leyes del ser de
nuestra naturaleza. Planteémonos las exigencias con
libertad interior y no por miedo. Si cumplo las exigen
cias por miedo, acabaré enfermándome. Si soy dema
siado temeroso, habré de emplear el agere contra para
recobrar un cierto equilibrio.
Templanza
499
tan como una lesión del estilo de vida noble, un
abajamiento del yo mejor. Si nos esforzamos en regular
el instinto de comer, en la medida en que es también un
instinto de disfrutar, habremos levantado indirec
tamente muros protectores de la pureza. Es una reali
dad obvia.
¿Cómo practicar la templanza en la comida y la
bebida? Los maestros de espiritualidad nos dicen que
por lo común hay que fijarse una medida concreta. Por
ejemplo, de tal alimento o bebida tomaré tal o cual por
ción. Esa regulación, y no el ayuno, es la que nos
permitirá dominar el instinto. No cedamos a la arbitra
riedad en nuestro consumo.
Algo similar se puede decir de la cuota de sueño.
Si estoy solo, no será tan importante el momento exacto
Regulación en el cual me levante, pero no debe haber arbitrariedad
del sueño en ello. Si durante las vacaciones puedo dormir más me
diré: "muy bien, lo haré, pero determinaré la hora de
levantada esta noche, y no mañana por la mañana". Si
lo hago al otro día, ya sabemos cuáles suelen ser los
resultados...
La persona noble y de alto nivel ético trabaja con
Arbitrarie tra la arbitrariedad de los instintos. Esto es lo esencial,
dad de los y no tanto reparar en detalles ínfimos, en el "poquito
instintos más " o en el "poquito menos".
Medios de fortalecimiento
500
y la mortificación. Mediten sobre la íntima relación que
existe entre ellos y la pureza. Les recuerdo que no en
foquen un medio aisladamente, sino siempre en co
E1 sentido
nexión con el amor. El amor es la motivación última y de la pureza
la protección perfecta de nuestra pureza. El sentido de virginal
nuestra pureza virginal es el amor indiviso; nosotros
queremos regalar a Dios toda la fuerza de nuestro
amor, pero de manera indivisa; vale decir, cuanto más
indiviso sea el amor que le ofrende a Dios, tanto más
"natural" será la pureza.
501
to la atención: hay que cultivar la magnanimidad por
muchos motivos, entre los cuales está el de la pureza.
El cultivo de la magnanimidad asegura la pureza en
nosotros.
No hablen mucho de pureza en la educación de
los jovenes. Yo también me dedicaba antes a la labor
docente. Era en tiempos de la Primera Guerra Mundial.
Palabrería Nunca hablaba de pureza, salvo cuando los muchachos
sobre la debían partir al frente de batalla. Siempre me bastó con
pureza proponerles metas positivas. Las metas positivas ase
guran la pureza; la palabrería sobre la pureza no tiene
mucho sentido. A nivel privado quizás sea necesario
algunas veces detenerse más en el tema, pero si logran
una atmósfera de generosidad en la comunidad, las
dificultades en esta área no serán tan grandes. Cuanto
más me esfuerce por regalar a Dios las fuerzas de mi
amor, tanto más elevado será mi nivel en el campo de
la pedagogía de la sexualidad.
La pureza de niño es también extraordinariamente
fecunda. ¿Por qué? En primer lugar, en razón de su
Contamina misma riqueza. Es muy importante cuidar la educación
ción de la de la fantasía de nuestros jóvenes. Si nuestro compro
fantasía miso fuese mayor en este punto, especialmente en
nuestros internados, tendríamos más asegurada la pu
reza. Una vez que la fantasía se contamina, verán cómo
se agota la fecundidad y la riqueza de ser puro.
¿En qué consiste la fecundidad de mi pureza? Po
dríamos citar muchos enfoques de este asunto.
La pureza exige un profundo conocimiento de
Dios: "Bienaventurados los limpios de corazón, porque
ellos verán a Dios" (Mt 5,8). Es posible fundamentar la
íntima razón de ser de esta realidad. La pureza fomenta
extraordinariamente el amor de Dios. La pureza es fe
cunda, en especial la virginal, porque demuestra a los
matrimonios cómo con la ayuda de la gracia se puede
dominar heroicamente el instinto. Esto puede y debe
motivar a los cónyuges a observar también su castidad
502
y pureza matrimonial con la ayuda de la gracia. Pure
za -he aquí el sentido positivo- es estar entregado a la
causa de Dios. Hay mujeres solteras que cuando llegan
a la vejez regalan la fuerza de su amor a perros y gatos;
creo que hubieran hecho mejor en casarse.
Retornando al tema de la laboriosidad, les repito
que debemos trabajar por el Reino de Dios. Este es el
sentido de la entrega virginal. Tenemos que ser fecun Luchar
dos; si no lo somos estaremos rehuyendo la vida real. como los
Los hombres casados luchan más que nosotros. ¡Cuán hombres
casados
to se preocupan y trabajan por su mujer e hijos! Noso
tros en cambio hacemos algo y enseguida lo abandona
mos y nos vamos a otra parte.
Es importante comprender mejor las relaciones in
ternas de las cosas, así como la psicología natural y so
brenatural del ser humano, y prestarles mucho más
importancia en nuestras prédicas y conferencias. En
estos días me vino varias veces a la mente la siguiente
idea: si hubiese sido otra persona y no yo quien les dijo
a ustedes estas cosas, quizás habrían experimentado
una cierta resistencia; pero si contemplan los temas en
su contexto global, les parecerán evidentes. ¿Por qué?
Porque nos está hablando la verdad objetiva, el contex
to objetivo, aquella ley que amo tanto: ordo essendi est
ordo agendi. Si señalamos esta ley, experimentaremos
una mayor claridad interior y tendremos más fuerza de
empuje para la acción.
503
contrar un hombre verdaderamente puro, cuyo ser
expande el aroma del estar intacto? Es muy hermoso
Un hombre observar la naturaleza, contemplar el bosque, asom
verdadera brarse ante el cielo estrellado, admirar la majestad del
mente puro mar...pero si somos educadores auténticos no habrá
nada más bello para nosotros que un hombre entrega
do a Dios. El verdadero educador debería tener como
una especial alegría en ello. Acostumbrémonos a apre
El que ciar la belleza de la persona que pertenece plenamen
pertenece te a Dios. Aunque no sea exteriormente bella, aunque
a Dios sea incluso fea, eso no nos perturbará, porque la her
mosura que admiramos es la que irradia el alma. Com
pruébenlo, observen a un hombre realmente puro y
noble. El niño es un fuerte ¡Sursum corda! ¡Vé conquis
tando lo que eres realmente!
Fíjense también cómo la libertad interior del niño
es serena y tranquiliza especialmente a personas que
están atravesando alguna crisis de pureza. Creo que
tampoco hace falta explayarme en este punto; les pido
que observen ustedes mismos estas realidades. Si he
Irradia
serenidad
mos hecho nuestra la pureza cultivada por amor,
irradiaremos tranquilidad; pero no lo olviden: pureza
por amor. Si mi subconsciente está captado por un
amor real a Dios, ¡cuánta serenidad emanará de mí! ¡y
cuántos hombres necesitan hoy esa tranquilidad depu
rada! No hace falta mucha palabrería, sólo basta dar el
ejemplo de una vida vivida en la gracia, de una pure
za sencilla e interiormente libre.
No teman que una educación en esa sencillez dis
minuya su capacidad de asumir la vida concreta. Les
hago esta aclaración a la luz de numerosas experien
Sencillez no cias. Las personas que están genuinamente arraigadas
vulnerable en Dios pueden más tarde caminar con plena libertad
interior por en medio de la más terrible suciedad. No es
cierto que uno primero se deba acostumbrar a la
suciedad. No; no es así. A lo que me debo acostumbrar
es al sol; yo mismo debo ponerme al sol, de ese modo
los rayos que me traspasen traspasarán más tarde la
504
suciedad por la que quizás me toque andar, sin que yo
sea contaminado por ella. Si esta es la orientación de
nuestra educación, obraremos lo correcto tanto aquí
como en nuestra labor en las misiones y no caeremos "Si tu ojo
en gazmoñerías, sino que procederemos con decisión está sano,
cuando sea necesario o bien lo exijan las costumbres de todo tu
los países de misión en donde trabajemos. Este cuerpo
estará
lineamiento nos ayudará además a mantener siempre luminoso"
la serenidad; así lo dice el Evangelio: "Si tu ojo está sa
no, todo tu cuerpo estará luminoso" (Mt 6,22; Le 11,34).
A esta cita podemos interpretarla, dentro de nuestro
contexto, de la siguiente manera: "Si nuestro corazón
está entregado a Dios por amor, la pureza estará
protegida de la mejor manera".
La tragedia de nuestra educación es que medimos
todo excesivamente según el grado de obligatoriedad
de las cosas y demasiado poco según la magna
nimidad. Olvidamos que el hombre es un organismo y
que en este punto de la pureza hay que respetar las
más delicadas fibras y trabazones. Todo educador debe
ser un psicólogo con carisma, aunque no hace falta que
haya estudiado psicología. No perdamos nunca de vis
ta la totalidad orgánica del ser humano.
Al considerar ahora la cantidad de personas que
sufren las más terribles tentaciones contra la pureza e
indagar las causas de ello, compruebo que las tentacio
nes están relacionadas con el hecho de que tales perso
nas han perdido tacto y pudor en su trato con cosas
muy delicadas. Hay que tomar conciencia de ello. Na
turalmente no es pecado haber faltado al tacto en cosas No me
pequeñas; pero nosotros no buscamos sólo evitar el permito
pecado, sino ver los contextos más delicados en los que todo lo
que no es
están insertas las cosas. No puedo decir sin más ni más: pecado
"Iré hasta el borde del abismo y ahí me detendré". No,
no podemos hacerlo; porque si vamos hasta el borde
del precipicio, caeremos repentinamente en él. Tampo
co digamos: "Me permitiré todo lo que no sea pecado".
505
Aspirar a lo más elevado es la mejor manera de asegu
rarse de no caer en el abismo.
Sencillez de niño
506
tradición. Se trata de antiguas verdades, que hoy día
cobran nuevas resonancias, adecuándose a la vida del
hombre de hoy.
En esa adaptación de viejas verdades a necesida
des nuevas estriba igualmente el sentido de la pedago
gía. El pedagogo tiene que presentar las verdades tra
dicionales adecuándolas al hombre de hoy, que es tan
terriblemente mecanicista en su manera de pensar. No separar
Cuando el pedagogo actual presenta la humildad sepa humildad
de amor
rándola del amor, contribuye a enfermar al hombre. No
hay otra virtud moral que dependa tanto del amor para
existir como la humildad. Separarla del amor es
generar una enfermedad psíquica. A raíz de su vida y
aspiraciones religiosas, muchos han enfermado en lu
gar de haber conquistado la humildad. Tengamos
mucho cuidado; ya hay por todos lados bastante gen
te afectada psíquicamente. ¡Cuántos complejos de infe
rioridad arrastramos con nosotros! No debe ser así;
procuremos superarlos.
Humildad sana
507
taba sino que gritaba. Pero se libró por completo de ese
problema ¿Cómo? Al sentir que perdía el control de sus
nervios se esforzaba por alegrarse basándose en la
consigna: "En realidad merezco mucho más castigo de
parte de Dios por todo el mal que he hecho; me alegro
pues de tener ahora oportunidad de sufrir con El".
¡Cuánto había luchado ya esta religiosa por curarse!
Las cosas no resultan siempre como uno quiere. Sea
como fuere, si queremos conformar una comunidad
sana, tenemos que darle mucha importancia al cultivo
de un gran amor y de una sana humildad. Vale decir,
no hagamos concesiones en esta área.
Espero tener más adelante oportunidad de seguir
desplegando este tema. Verán que lo que les digo coin
cide exactamente con lo que proponen los maestros de
espiritualidad, entre otros, los de la Edad Media; sólo
es necesario enmarcarlo en el contexto histórico corres
pondiente. El hombre medieval podía ver las cosas una
separada de la otra, en cambio el hombre actual debe
contemplarlas en una visión de conjunto.
Nuestro director espiritual -quien me ha tirado de
la oreja por haber hablado de él sin pedirle permiso-
remarca también que nuestra ascética tiene que tomar
Entrelaza más en cuenta la psicología y me parece que su opinión
miento de es muy correcta. Nuestra ascética es demasiado "lógi
las virtudes ca". Para expresarlo de una manera más gráfica: traza
líneas de arriba hacia abajo pero no traza transversales.
Por ejemplo, un muchacho entra al noviciado y se le
dice allí que hay que ser humilde. Lee los once o doce
grados de la humildad propuestos por San Bernardo1
CUARTO PILAR:
CAMINOS DE INFANCIA ESPIRITUAL
509
tunidad sobre la infancia espiritual como un instinto
natural y divino. Aquí está la clave de la respuesta a la
Buscar pregunta sobre los caminos. Para conocer esas sendas,
caminos de fortalezcamos en nosotros el instinto divino y des
sabiduría pertemos el don de la sabiduría. Seamos pues maestros
de humildad, de confianza, oración y mortificación.
Estos son los medios que nos ayudarán a activar en
nosotros el don de la sabiduría, a encender la ver
dadera infancia espiritual surgida de la sabiduría, y a
acrecentar el instinto natural de la infancia espiritual.
¿Qué hacer entonces? Las respuestas están ya da
das: tratar de completar y posgustar aquello de lo que
¿Cómo se ha carecido en esta área; o bien buscar un "tú", una
lograrlo? persona frente a la cual yo pueda experimentarme niño
o volver a serlo, si ya lo he sido una vez; o por último,
tratar con niños y hombres que vivan la infancia espi
ritual.
Camino eclesial
510
logo de fuste y un fino psicólogo. En cuanto a la infa
libilidad, con breves razonamientos puso de relieve
que no se trataba de algo totalmente abstracto sino de
la infalibilidad de un hombre vivo; no de la infalibi
lidad del Papado, sino de la del Papa.
Lo que yo llamo camino eclesial es designado "es
píritu eclesial" por la ascética tradicional -por ejemplo, Filialidad
San Agustín-. Trasladen este pensamiento al campo de ante el Santo
la filialidad. Debo practicar la filialidad frente al Santo Padre
Padre; esto es lo que evidentemente nos está pidiendo
el Espíritu Santo a través del dogma de la infalibilidad
del Papa. En este punto preciso el hombre debe ser
niño ante otro hombre.
Mediten si este no es un camino de infancia espi
ritual. Más arriba hablábamos de experimentar la
filialidad ante otra persona, que puede darse por pri
mera vez o bien ser una manera de renovarla, si se la
tiene ya conquistada. Si proseguimos devanando este
mismo pensamiento, arribamos a la siguiente conclu
sión: contemplemos a la autoridad eclesiástica también
como una instancia frente a la cual desarrollar nuestra
infancia espiritual. No piensen que esto va en desme
dro de lo dicho sobre la obediencia. Podemos ejercitar
la franqueza frente a la autoridad, ello no significa ca
rencia de infancia espiritual.
Camino litúrgico
511
cilio trabajaré armónicamente con el Movimiento
Litúrgico.
Dos son las corrientes en el Movimiento Litúrgico.
Una tiene una visión más intelectual de liturgia. Si cen
tramos el enfoque excesivamente en la realidad de ser
miembros de Cristo descuidando la dimensión del Ad
Patrem, la misa no logrará nunca transformarnos inte
riormente. Cuando encuentren personas cuya manera
de darse y conducirse es excesivamente litúrgica,
comprobarán que su religiosidad esconde no raras ve
ces un intelectualismo unilateral. La realidad de ser
miembros de Cristo suele ser para esas personas una
mera idea. Sólo quien sea un niño sencillo conseguirá
a la larga comprender correctamente la eucaristía. Sea
mos como los niños para ser litúrgicos y viceversa.
Fíjense como opera el Ad Patrem en la misa y en
la liturgia en su totalidad. La norma de estilo, estruc
Adoración a
turación y orientación de la Liturgia es: Per Christum
través de la in Spiritu Sancto ad Patrem (hacia el Padre, por Cristo
Eucaristía y en el Espíritu Santo). ¿Qué es la misa? Podemos con
siderarla como un medio de adoración. En la misa
Jesús adora filialmente al Padre; de manera similar,
también nosotros debemos adorar filialmente al Padre
a través de la eucaristía. Y lo hacemos en Jesús.
Quizás estas breves pinceladas basten para mos
La liturgia, trarles que la liturgia es una incomparable escuela de la
escuela de infancia espiritual. Ahora hay que avanzar hacia la
infancia esencia, y no confundir la liturgia con la forma litúr
espiritual gica. ¿Cuál es la esencia de la liturgia? Per Christum in
Spiritu Sancto ad Patrem.
Sería bueno examinar los elementos de espiri
tualidad benedictina que su instituto ha integrado en
sí. Su comunidad tiene además aportes de la espiri
tualidad jesuíta y franciscana. Todo esto brinda un
interesante material para una tesis doctoral. Una nue
va orientación como la suya, que propone un tipo hu
mano de nuevas características, espiga en lo ya existen
512
te y propone una nueva y especial interrelación de esos
elementos. Esta aspiración justifica ya la razón de ser
de su comunidad, más allá de las motivaciones sobre
naturales. Todo gran movimiento nuevo se forma de
manera semejante. Por supuesto, hay movimientos que
dan respuesta a una situación o realidad extrema. Pero
esas corrientes radicales dan paso a su vez a una nue
va radicalización. Lo sano para una corriente espiritual
es aquello que quieren encarnar. La espiritualidad de
su comunidad contiene muchos elementos ya presen
tes en la tradición de la Iglesia, pero ustedes dan un
paso más en el desarrollo y ampliación de los mismos.
En este sentido se puede decir que son una comunidad
nueva, y ello se puede comprobar. Desde el punto de
vista de la filosofíá de la cultura, esa comprobación les
dará fuerza de empuje. Sólo basta con tener claras las
ideas. Pero dejemos este punto...Estábamos hablando
del camino litúrgico. Es un camino hacia una auténti
ca infancia espiritual.
El tercer camino es el mariano. Pero esta noche no
seguiré adelante con esta reflexión, para no ver todo de
una vez; a las cosas buenas hay que saborearlas lenta
mente.
513
Vigésimo quinta Conferencia
MARIA
Y LA INFANCIA ESPIRITUAL
El camino mariano
515
oportunamente. A esta luz comprendemos mejor por
Filialidad
qué el actual Pontífice
* en su encíclica sobre el
con Dios sacerdocio no sólo desea que nosotros los sacerdotes
y con la cultivemos una sencilla relación filial con el Padre Ce
Sma.Virgen lestial, sino también con la Sma. Virgen. Reparemos en
estos lincamientos trazados en el Reino de Dios y ten
gámoslos más en cuenta.
Repasemos todo el mundo de la infancia espiritual
que hemos presentado.Varias veces citamos al
Rembrandtdeutsche, quien nos advertía que la mejor
manera de aprender la infancia espiritual era deján
dose instruir por María.
Todas estas reflexiones, como también nuestras
propias experiencias, nos demuestran que el camino
mariano es un camino muy útil para alcanzar una ge
nuina infancia espiritual.
Ciertamente, cuando éramos más jóvenes no sa
bíamos hablar con nivel académico sobre estas cosas,
pero fuimos creciendo, con sencillez, en la infancia es
Buscar algo
piritual ante nuestra Madre y Reina. Transmitamos a
más que nuestros muchachos esa experiencia personal de devo
cobijamiento ción mañana para que puedan saciar en ella su necesi
dad de cobijamiento. Así será, sin duda. Pero una au
téntica infancia espiritual no debe apuntar sólo a
calmar la necesidad de cobijamiento, sino desembocar
en una actitud caballeresca y generar temple de caba
lleros. De ahí esa serie de etapas que en este sentido
comprende la educación de los niños: primero, satis
facer en la Sma. Virgen la necesidad de contacto, apo
yo y cobijamiento; luego aprender de Ella a luchar por
el Reino de Dios y entregarse generosamente por la
causa de Jesús y del Dios Trino.
Expresiones simples como "Madre de Dios",
"Nuestra Madre" y "Reina" resumen todo lo que les he
dicho en estos días.
516
Me parece que luego de finalizados estos ejercicios
no hay que ir enseguida a transmitir todos los conteni
dos vistos a nuestros jóvenes. Más bien habrá llegado
la hora del pedagogo que sabe discernir y escoger, que
repite muchísimas veces tal o cual pensamiento o idea.
Porque hay que tener en cuenta que una cosa es lo que
yo debo saber y otra lo que debo transmitir.
Vuelvo a recordarles que las reflexiones hechas
crean enseguida una atmósfera mariana, nos conven
cen desde el principio de que el camino mariano no
sólo es un camino a secas sino un camino privilegiado
para cultivar la infancia espiritual ante el Padre del
Cielo.
Permítanme exponerles sistemáticamente algunos
pensamientos que en realidad podrían ofrecernos ma
terial para otra tanda de ejerccios. Pues bien, les digo
que la Sma.Virgen exige de nosotros la infancia espiri
tual para con Dios Padre y fomenta en nosotros esa
infancia.
517
no de Dios. María se convirtió en nuestra madre por
Pasa a ser libre decisión y por un "sí" pronunciado con plena con
nuestra ciencia. La Sma.Virgen pasó a ser nuestra madre en el
madre preciso momento en que se constituyó madre del Se
ñor. En el calvario volvió a ser confirmada solemne
mente en este su peculiar papel: "Mujer, ahí tienes a tu
hijo"..."Ahí tienes a tu madre" (Jn 19, 26).
Les recuerdo lo que hablamos sobre el ser padre y
el sentido paternal. Ya saben que los términos "padre"
y "paternidad" son conceptos relativos y correlativos;
que el ser padre y el sentido paternal exigen como
complementación el ser niño y el sentir de niño. ¿Aca
so no se puede aplicar esto perfectamente, si bien en
otro plano, a la Sma.Virgen? Ella asumió la maternidad
y los deberes y derechos de madre; y es por eso que, en
lo que hace a su ser, depende esencialmente de noso
tros, sus hijos, y de nuestro ser y sentir de niño.
Rememoremos lo que nos decía Pestalozzi y apli-
quémoslo a la Sma.Virgen -naturalmente, adaptando
su sentido original-: "La mayor desgracia del hombre
actual es la pérdida del sentir de niño...". Acomodan
do un poco este pensamiento a nuestra reflexión
mañana podríamos reformularlo así: el debilitamiento
y quizás pérdida del sentir de niño en nuestra relación
La pérdida con la Sma.Virgen es una gran desgracia para los cris
del sentir tianos de hoy. Les digo esto con un cierto énfasis que
de niño y la quizás no corresponde a la realidad de su devoción
Sma. Virgen mariana. Pero el fundamento de ese énfasis se funda
menta en el hecho de que en nuestros días existe en el
ámbito católico, y especialmente entre los sacerdotes jó
venes, un peculiar rechazo de la maternidad de María.
Se contempla a la Sma.Virgen como la imagen ideal del
alma unida a Dios, pero ya no se busca inculcar en la
conciencia de la gente la imagen de María como Madre
del pueblo. Por supuesto, no se reprueba esta gran
verdad en el plano teórico, ya que no es posible
hacerlo, pero sí en el plano de la vida concreta. ¿Qué les
518
JohannH. Pestalozzi (1746-1827)
519
parece? ¿Acaso no es una gran pérdida para los cristia
nos de hoy?
¿Por qué es una desgracia? El motivo nos lo dice
un poco más adelante el mismo Pestalozzi, cuando
habla del ser padre y del sentir paternal de Dios. ¿Por
qué la pérdida de la actitud filial ante Dios es la desgra
Dejarnos
modelar cia más grande? Porque de esa manera Dios no puede
filialmente desarrollar su actividad paternal y pedagógica. ¿Aca
por Ella so no vale esto mismo para la Sma.Virgen? Su fuerza
educativa depende, de modo similar al caso del Padre
Celestial, de que nos dejemos modelar filialmente.
No sé si estarán de acuerdo en que prosiga deva
nando este pensamiento y agregue que la Sma.Virgen,
como madre, tiene una fuerte inclinación a la actividad
educativa. En efecto, educar es algo que hace a la esen
cia de la maternidad. Ahora bien, era bastante poca la
labor educativa que Ella podía desplegar en relación
con Jesús, su hijo. De ahí se infiere que para desarrollar
plenamente todo su potencial educador, María necesi
tase de más hijos dispuestos a dejarse educar. Tenien
do presente toda la línea de reflexión de estos ejercicios,
comprenderemos con cuánta razón podemos decir que
la Sma. Virgen exige de nosotros la infancia espiritual
no sólo a través de su palabra, sino también a través de
su ser maternal.
Con la misma razón puedo afirmar que Ella exige
asimismo nuestro sentir de niño a través de su activi
dad y de su obrar. Supongo que María ha desarrollado
su actividad maternal suficiente o abundantemente en
cada uno de nosotros y en toda la comunidad. No sé en
qué medida están convencidos de que Ella ha reinado
en su comunidad, intercediendo por ella y protegién
dola. Sea como fuere, sería prudente inculcar el cultivo
de una profunda devoción mariana a las vocaciones
que vendrán y cultivarla nosotros mismos en nuestros
corazones.
520
No sé si cometo una indiscreción comentándoles
que si Dios ha bendecido mi actividad entre ustedes,
ello debe ser visto por lo menos como un regalo de la Todo mi
Sma. Virgen. Si bien en estos días apenas he hecho re quehacer
ferencia a estas cosas más personales, no me avergüen como obra e
zo de confesar que yo considero a todo mi quehacer instrumento
de María
sacerdotal como obra e instrumento en las manos de
María. En el caso de que en estos días les haya podido
servir de algo, todas las gracias deben ser dadas a la
Sma. Virgen, porque yo mismo le atribuyo todo a Ella.
Esta es también la razón de por qué realizo siempre mi
tarea con total serenidad: porque me siento en depen
dencia de María Santísima, como obra e intrumento
suyo. Quizás ustedes tengan otras pruebas más sustan
ciosas, valiosas y sólidas de que es la Sma.Virgen quien
ha estado detrás de la obra. Todo lo bueno que Ella
obra en la Familia exige a su vez de nosotros una acti
tud filial y una infancia espiritual.
Es curioso cómo su instituto ha permanecido fiel
a su esencia. Valdría la pena que alguien estudiase y
expusiese cronológicamente cuáles fueron las fuerzas
que actuaron en la comunidad para que mantuviese
tan puro el carisma a despecho de las luchas que tuvo
que encarar. ¿Ha surgido nuestra comunidad en de
pendencia de María? No puedo dar ninguna respues
ta a este interrogante. Simplemente lo planteo para que
lo mediten y reflexionen. De todos modos creo que po
dría decir a priori que hemos experimentado sufi
cientemente la actividad maternal de la Sma. Virgen y
que en ello podemos ver una invitación urgente a cul
tivar una sencilla infancia espiritual.
En resumen, María exige nuestra infancia espiri
tual. Llevemos a nuestros jóvenes hacia Ella; que nues Llevar los
tra comunidad recorra también el camino hacia María. jóvenes
hacia Ella
Cuanto más acoja Ella a esa juventud y a toda nuestra
comunidad, tanto más insistente será su exigencia de
infancia espiritual.
521
Según tengo entendido, ustedes veneran a la
Sma.Virgen como su patrona bajo dos advocaciones1.
¿Qué significa que María es patrona? ¿Lo fue siempre?
¿La tuvieron como patrona desde los inicios? Ello sería
una prueba de que la Sma.Virgen ha unido sus manos
en oración intercesora por nosotros. Ella es patrona,
por lo tanto tiene evidentemente derechos de patronato
sobre ustedes y toda su comunidad.
522
Desde el punto de vista pedagógico, es muy valio
so que transmitan a las generaciones venideras una
imagen de María trazada según las coordenadas que
hemos delineado. Nuestro pueblo y juventud católicos
siguen amando a la Sma.Virgen. Todo católico lleva ese
amor en la sangre. ¡Fíjense qué importantísima Aliada
tenemos! Meditemos sobre el mes de María, cuando la
Madre de Jesús se nos presenta en todo su esplendor...
¿Qué es lo que Ella irradia? La infancia espiritual, en
carnada en toda su persona. Durante ese mes podre
mos seguramente hablar sobre la infancia espiritual
con mayor sencillez.
La Sma.Virgen ilustra lo que es la infancia espiri
tual, Ella forma y modela en nosotros esa infancia. Ya
saben cómo lo hace. En primer lugar a través de su in
tercesión; lo cual es evidente al considerar que Ella mis
ma ama la infancia espiritual. En otra oportunidad ci La más
tamos aquella frase del P. Weiss: "La más grande en el pequeña,
aquí en la
Reino de los Cielos fue la más pequeña aquí en la tie tierra
rra"; y vimos cómo trata de demostrarlo. Si María ha
amado tanto la infancia espiritual, ¿no es evidente en
tonces que Ella una sus manos en oración para interce
demos ante Dios esa gracia de la infancia espiritual?
¿No es también obvio que María interceda por noso
tros, especialmente por nuestra comunidad, ante el Es
Ella
píritu Santo? Porque sin el Espíritu Santo nunca llega implorará
remos a ser auténticos niños; sin el Espíritu Santo nues el espíritu
tra comunidad jamás recibirá el espíritu de la infancia de filiación
espiritual en toda su hondura, ni mucho menos será para
capaz de asumirlo como una tradición y herencia de la nosotros
espiritualidad cristiana. Entreguémonos pues a María,
cada uno de nosotros en particular y toda la Familia en
general, y Ella implorará para nuestra comunidad el
Espíritu Santo, a fin de que recibamos el espíritu de la
filiación2 y ya no volvamos a perderlo.
2. Cf. Rm 8,15
523
Contemplemos ahora este proceso de vida con un
enfoque psicológico. Si nos esforzamos en regalar a
María nuestra alma y la de aquellos que nos fueron
Poner los confiados, si nos empeñamos en vincularnos a Ella,
cimientos ¿qué sucederá?, ¿acaso no hemos escuchado que el
amor posee una fuerza asemejadora y unitiva? No po
demos amar a María sin hacernos semejantes a Ella. He
aquí la psicología del amor, en este caso, del amor a
María: amar a la Sma.Virgen significa asemejarse a Ella.
En virtud de su intercesión y también del crecimiento
del amor filial en nosotros, la Madre de Jesús pone en
nosotros los cimientos de una profunda infancia espiri
tual.
524
importante: que experimente real y profundamente en
mí el alma de la Familia.
Señor, vincúlame a Ti y habrás hecho misericordia
conmigo; Señor, átame a la Familia que has vuelto a
fundar y colocado manifiestamente en este mundo con Vincúlame
nuevas tareas para los nuevos tiempos. Señor, vincúla a la Familia
me a la Familia. Que se encienda en mí el amor por la y a Ella
Familia, un amor cálidamente filial, encantador y sa con amor
crificial. Sé misericordioso conmigo regalándome ese filial
amor para que yo pase por alto las sombras y difi
cultades...o mejor dicho, para que pueda verlas en
contextos más amplios. Señor, lígame, sí, vincúlame a
la Bendita entre las Mujeres, a María.
Permítanme hacerles una pequeña confidencia.
Cuando asumo alguna responsabilidad mayor en mi
labor pastoral, me infunde una gran alegría y satisfac
ción interior saber que aquellos que Dios ha acercado
a mi vida se entregan a la Sma.Virgen. Así me sucedía
en otros tiempos, cuando era un joven sacerdote dedi
cado a la docencia. Desde que he comprendido un poco
más los grandes contextos de la economía de salvación,
mi alegría más grande es llevar a mis jóvenes a la Sma. Ella seguirá
Virgen. Precisamente porque soy consciente de que yo amparando
no puedo estar siempre junto a ellos. Por otra parte, a nuestros
aunque pudiésemos seguir juntos, con el paso del tiem jóvenes
po cesa en la mayoría de los casos esa profunda rela
ción paternal sacerdotal entre educador y educando.
Pero si confiamos a nuestros jóvenes a la Sma.Virgen,
sabemos que Ella los amparará, porque María es la
omnipotencia suplicante, la Virgen fiel. No sé pues si
quieren unirse a esta súplica, o si debo pronunciarla en
nombre de todos ustedes: ¡Señor, vincúlanos a la Sma.
Virgen y así habrás hecho misericordia con nosotros!
Ciertamente tienen en sus Constituciones grandes
lincamientos que suponen grandes tareas. Por eso qui
zás se digan: "¿Y ahora qué? ¡Ahora comienzan real-
525
mente los ejercicios!". Sí, tienen razón. Por eso creo que
deberíamos orar todos: Señor, vincúlame a la Sma.
Señor, ten Virgen; ten misericordia y regálame y regala a toda la
misericordia
Familia un amor a María profundo y ferviente. Y ese
vínculo del amor a María nos llevará adelante en nues
tro camino y nos mantendrá unidos; y en virtud de él
la Sma.Virgen cuidará de que nuestra Familia sea lo
que el Padre ha previsto para ella desde toda la eterni
dad.
Los tiempos que corren se tornan cada vez más
sombríos. La Iglesia tiene que salir a la arena y en los
años venideros deberá seguir haciéndolo para enfren
tarse con corrientes espirituales fuertemente influ
enciadas por el demonio. En medio de este panorama
se nos presenta la Mujer Apocalíptica, la Sma.Virgen
del Protoevangelio. "Cunetas haereses tu sola
interemisti in universo mundo"...Así ora la Iglesia: Tú
sola has vencido en todo el mundo a todas las herejías.
O bien podemos decir, si les parece, que esas herejías
no han podido ser vencidas sin la colaboración de Ma
ría.
Crezcamos más y más en la conciencia de nuestro
estado de vida, de tal modo que tengamos la fe senci
lla de que Dios nos ha traído a su Iglesia como un nue
vo regimiento... ¿cómo decirlo?, como un regimiento
Un de élite. Cuando la batalla llegaba a su punto culmi
regimiento nante y parecía que la derrota era inminente, los anti
de élite
guos romanos exclamaban: "Res ad triarios venit" 3.
¿Acaso no podríamos suponer que hemos sido pensa
dos como un regimiento de esas características para la
Iglesia que hoy se halla empeñada en una gran
526
confrontación? Yo así lo creo, justamente porque estoy
convencido de que el tipo de hombre que ustedes quie
ren encarnar reviste una importancia decisiva para la
lucha que en nuestro tiempo están librando las distin
tas corrientes espirituales e ideologías. Incluso se lo po
dría demostrar. Ustedes advierten que yo mismo me
nutro de estas ideas, que se trata de pensamientos que
no hago aparecer como por arte de magia sino que son
reales e inspiran toda mi actividad.
Si quieren conformar un regimiento de "genios",
un regimiento de elite de las características expuestas,
creo que harían bien en estrechar filas junto a la ense
ña de María, pero con mayor decisión que la puesta en
práctica hasta ahora. La Sma.Virgen debe ser su Capi Estrechar
tana personal y la Capitana de toda la comunidad. Y filas junto
así no harán otra cosa sino cumplir lo que dicen sus a su enseña
Constituciones; sólo basta con desplegar todo lo que se
halla germinalmente en este punto.
¿Cómo se nos presenta la Sma. Virgen? Pulchra ut
luna, electa ut sol, terribilis ut castrorum acies
ordinata4. Si cumplen lo que les he dicho, su comuni
dad se hará cada vez más digna de merecer esos adje
tivos; en efecto, su Familia será, como María: pulchra ut
lima, electa ut sol, terribilis ut castrorum acies ordinata.
No sé en absoluto qué han hecho hasta ahora para
profundizar la devoción mañana, ni me he preocupa
do de informarme al respecto. Por mi parte los exhor
to a estrechar filas junto a la enseña de la Sma.Virgen Ella es
con mayor entusiasmo. Ella es nuestra patrona, por lo nuestra
tanto, reconozcámosla como tal. Ella es nuestra reina, patrona
nuestra Capitana, nuestra Maríscala. Sí, así es. Por todo
esto podemos confiar en que María sabrá mejor que
nadie velar por nuestra Familia. Tomen por ejemplo
527
una persona genial y colóquenla a la cabeza de su
comunidad...sin embargo...¡qué será ese genio en com
paración con el poder de María Santísima!
Hay una frase de Vicente Pallotti que es muy
motivadora para mi vida y la de todos aquellos con los
cuales trabajo y vivo. Se trata de una frase que nos legó
Vicente Pallotti: Mater habebit curam5. Cuando las
Mater Hermanas de María viajan hacia las misiones, graban
habebit sobre cada objeto de su equipaje unas siglas claves:
curam m.h.c - Mater habebit curam. Hace poco un grupo de
ellas tuvo que sufrir una fuerte tempestad en alta mar,
que hizo temer a la tripulación un posible naufragio.
Finalmente no pasó nada, pero en esas horas de angus
tia aquellas tres letras m.h.c. les infundieron la sereni
dad necesaria. Mater habebit curam...Algo así deberían
grabarse ustedes también.
Otra frase inspiradora es: "La Sma.Virgen es la
gran misionera. Ella obrará milagros". No me detendré
Ella en demostrarles dogmáticamente la veracidad de esta
obrará aserción. Es una frase que yo pronuncio con piedad de
milagros niño y cuento con que ustedes la escuchen con actitud
de niño. Mediten si no podrían elegir a la Bendita en
tre las Mujeres como Formadora, Modeladora y
Educadora del nuevo tipo humano que se proponen
encarnar, para que Ella se convierta así en apoyo y se
guro de su obra.
Mañana realizarán la consagración. Está bien que
así sea. Quizás alguna vez vuelvan a consagrarse a la
Sma.Virgen todos juntos como Familia. Háganlo con la
conciencia de que Ella debe llegar a ser nuestra Educa
dora y Madre, precisamente porque las nuestras son
metas muy novedosas y tenemos escasa experiencia
preliminar. Otra cosa sería si ustedes se conformasen
con ser una comunidad como cualquier otra; si su ac
titud fuese simplemente la de emular lo que hacen los
5. La Madre cuidará.
528
demás. Pero les repito que lo que ustedes quieren es
algo muy novedoso y para conseguirlo necesitan de
una "Omnipotencia suplicante". En efecto, les hace fal
ta alguien que posea fuerzas mayores que las humanas, Necesitan
que posea una pedagogía y sabiduría superiores a las fuerzas
de los hombres. Sería valioso para su instituto que al mayores
que las
guna vez se plantease la necesidad de renovar la consa humanas
gración a María y volver a ofrecerle a Ella todos sus bie
nes, su ser, su capacidad, su pasado, presente y futuro.
De ese modo María manifestará sus glorias en ustedes
y se harán realidad aquellas palabras: "Mater habuit,
habet et habebit curam6" y "Ella es y seguirá siendo la
gran misionera que obrará milagros en toda la
Familia".
529
BIBLIOGRAFIA
533
Pablo: 24,67s., 93s., 104, 119, 296, 317,319,367ss„ 373,386,466s.
Pestalozzi, Johann Heinrich: 47,51s., 55,71,185,244,518s.
Pedro: 109s, 206
Pío X:137
Przywara, Eric: 444
Rembrandtdeutsche: Véase Langbehn, J.
Roma: 341,400,402
Scheeben, Matthias Josef: 242,510
Schopenhauer, Arthur: 79,443s.
Stolz, Alban: 124
Tagore: 47,65,68,365
Tauler, Juan: 289
Teresa de Avila: 285
Teresita de Lisieux: 68s., 97,284,289,306s., 317
Tomás de Aquino: 139,448
Vaughan, Heribert: 376
Vicente de Paúl: 127
Weiss, Albert María: 296,523
Wust, Peter: 244s.
534
INDICE TEMATICO
Adaptación: 14,33,68
Adoración: 147s., 227,372,452
Afectividad, afectos: 36,71,90,151,165,204,289
Agere contra: 164s., 361s., 423,477,499
Ajedrez: 285
Analogia entis: 53s., 166
Angustia: 205,245,250ss., 299,358,479
-de Jesús: 212
Apegos: 188s., 192,356,368s., 374s.
Apóstol, apostolado: 18,24,33,108ss., 110s., 125,140,147ss., 217s„ 337
Aroma: 477s., 493,499,504
Atmósfera: 162,482,502,517
Austeridad: 22,95,170,201,360
Autoridad: 384,511
Benedictinos: 73,512
Bondad: 322,417,419
-de Dios: 40ss., 134,140,221,321,418,456,459
Cobijamiento: 78,245s„ 257,260,299,336s.
-en Dios: 263s., 296,355s.
Complejo de inferioridad: 492,507
Complementación:
-necesidad de: 52ss., 57,78,159
Confesión/confesor: 216,234ss., 235,236,359,392,479,481s., 485,491
Conversión: 92,216s., 238,457
Creatura: 42,122,140,153,188ss„ 338,372, 374ss., 377,419,449s. 478
Crisis: 243,246,270, 274s„ 282s., 299,335,381 s., 526
Cristo: Véase Jesús
535
Dependencia:
- de Dios: 78s.
-de María: 520s.
-del confesor: 481s.
Convento: 271,370
-muros conventuales: 128ss., 147,149
Cruz:
-camino: 18,41, 62s., 75,146s„ 164,177,185,196s., 320,328, 338,
339,464
Desasimiento: 152s., 171,173,181,194,284
Desahogo: 210 s.
Desarraigo: 244
Descanso:
-en Dios: 102,153s., 257
-personal: 291s., 490s.
Desvalimiento: 55,92,390,480
Diablo: 18,103,221s., 257,304s„ 379,480s., 489
Espíritu Santo: 39,93s., 179ss., 193,233,237ss., 299,363,395,406,424,
442,464,498,511,523
Familia: 29, 69, 83, 92, 200s„ 266,336ss., 433,441,444,482
Fantasía: 234,253,482,502
Fe: 137-142,368ss., 321,325s., 355,429,454ss.
-de niño: 173,177ss., 216,269,276,295s., 317,331,451-456,522
Felicidad: 124,160,298,335ss., 470,492,503
Filiación: 118 s.
Getsemaní: 210 ss., 464
Gracia: 14, 97s., 138ss„ 181,226,229,340, 361,363, 385,426,433s., 439,
422,502
-actuales: 422,426ss., 469
-santificante: 221s., 295s„ 307,426s., 470,495
Hermano/a: 127,153,206,374,507
Humildad: 248,259,285,327ss., 430,452,495, 506s„ 510,522
Ingenuidad: 168,361,460
536
Inhabitación divina: 134s.
Irracionalismo: 311-313
Jesús (Cristo)
-Hijo de Dios: 27,39, 74s., 92,104-111,105,117-119,123,166,
199ss., 283,320s., 339,501
-Señor: 27s., 211s.
-Esposo: 29
-Mesías: 27,108,367,439ss.
-Profeta y Maestro: 110,117
-Camino, verdad y vida: 517
Límites/limitaciones: 100,162,180s., 312,328,457,463
Liturgia: 69, 74,108,145,209,317,403s.
Madre: 83s., 87,92s., 111,121,168,238,432s., 515
Magníficat: 458s.
Mandamientos: 229,472s.
María:
-amor filial a: 91s„ 319,434s„ 478s., 516s., 521-526
-Capitana: 527
-corona misteriosa: 478
-Gran Misionera: 528s.
-Madre del Buen Consejo: 232,434,522
-Mater habebit curam: 324,460,528ss.
-Mujer apocalíptica: 526
-Pulchra ut luna: 527
-Regina Apostolorum: 433,522
-Speculum justitiae: 167
-Vencedora de herejías: 525
-y el Espíritu Santo: 433s., 438s., 441,523s.
-y la infancia espiritual: 92,517-524
Meditación: 21,113,135,144,150s., 205,227,270,318
Mentira: 235ss.
Misericordia: 284„ 306s., 324,450,524
537
Misiones: 14s.z 295, 298,315,342,346,350,371,383,392,401,476,488,
505, 613s.
Mortificación: 133,157,159-163,164,184-196,333,418,440,487,500,510
Mujer: 37, 80s., 210, 234,242,268,382s., 392,393,478-482,503
-comunidades femeninas: 127s., 348
-psicología de la: 97,480,497,499,528
Nobleza: 119,148,159,231,499
Noche oscura: 282,296
Noviciado: 115,284,289,405,406,508
Oración: 61,120,140,150s„ 173-178,204,208s., 233,363,415,422,441,
500,501,510,512
-de Jesús: 204,208
-de San Francisco de Asís: 151
-de San Ignacio de Loyola: 196
-de San Nicolás de Flue: 194
Perserverancia: 226,319,401
Pobreza: 355,378-383,468
Poder:
-de María: 527
-oscuro: 251s., 300
-paternal y maternal: 457s.
Posgustar: 232,510
Posvivenciar: 88-91
Pudor: 494ss., 498s.
Pureza: 160,226s., 328,391,400,423,431,433
-de niño: 161,235,447,469-506,522
-espíritu de: 377,389-393
-virginal: 501ss.
Quietismo: 273,310,312
Religiosidad: 113,178,450,490
-del hombre: 61s., 81s., 142,316s., 450
-del niño: 451-467
Sacrificio: 137,139s., 153,166,306ss., 346,430,441
538
Santidad: 149s., 163,171,176,193,223, 274,290,378,388,433,444,487
-cumbre: 179,186,196
-definición: 97,154,290,335,466s.
-raíz: 378
Selección (principio de): 69,342,350,408,412,498,517
Sencillez/simplicidad: 171
-de Dios Padre: 123,166,169,171,183,198s.
-del niño: 167ss., 447,469,506,522
Soledad: 17,158s., 175,224,279
Sufrimiento:
-de Jesús: 204,209s.
-y entrega filial: 212,290,447
Tarea/misión: 24s., 51,128,204
-de los Betlemitas: 30,51,64,73,82,89s., 127ss., 141,197s.,
205ss., 273,279,299,343,346, 380,406-413,
478,525s.
Trabajo:
-definición: 484
-de Jesús: 25,205-208
-desempleo: 485
-laboriosidad: 484-494,502
-pastoral: 25
-por Dios: 127,491-502
-serio: 25,165,487ss.
Varón/hombre: 26,41s., 142,316,328,382,431
-esencia: 80,88
-maduro/auténtico: 66s., 79s., 154,191-194,196,293
Vida:
-actual, moderna, real: 192,296,309,311,447,502
-de la fe: 131,140s., 177s.
-dominar la: 104,146s., 267s., 315,504
-filosofía de: 245s., 260s.
-humana: 247,249ss., 264s., 273s., 291
539
-proceso vital: 76,89,118,136,154,168,250,367,524
-religiosa: 135,143s., 263,284, 288s., 422,424s., 427,455s.
-sabiduría de: 234,315,337,374
Vinculación:
-a Dios: 524s.
-a la comunidad: 525
-a María: 522-529
Vinculaciones/seguros: 371,377ss., 381ss., 393-413,496
-como principio ascético: 393-398
-como principio organizativo: 130,393-405
-como principio pedagógico: 393s., 410s.
Virginidad: 22s., 133,391s., 400,411s., 501ss.
Vocación/vocaciones:19s., 69,162,205,273ss.
540
INDICE ANALITICO
PRESENTACION _________________________________________ 7
Primera Conferencia
EXTENDER ANHELANTES NUESTRAS MANOS
HACIA DIOS
Introducción_____________________________________________ 13
Meta de los ejercicios_____________________________________ 15
Llamado por Dios _______________________________________ 19
Extraordinaria ___________________________________________19
Reconocible______________________________________________ 20
Eficaz___________________________________________________ 20
Consagrado a Dios ______________________________________ 20
Corona martyrum_______________________________________ 22
Corona virginum________________________________________ 22
Corona doctorum________________________________________ 22
Enviado por Dios________________________________________ 24
Segunda Conferencia
LA PATERNIDAD ES LA ESENCIA DE DIOS _________________ 27
Recapitulación__________________________________________ 27
Ampliación: El ejemplo de Cristo__________________________27
Limitación: Seleccionar___________________________________ 28
Formulación definitiva___________________________________ 29
Respuesta del hombre de hoy_____________________________ 29
Nuestra respuesta _______________________________________ 30
Las dificultades nos obligan a discernir____________________ 31
Dos tipos de infancia espiritual____________________________ 32
Lincamientos basados en la infancia espiritual para
vivir y aspirar a la santidad ______________________________ 33
PRIMER PILAR:
EL VALOR DE LA INFANCIA ESPIRITUAL___________________________ 34
A. La infancia espiritual es el camino
por excelencia para ir al cielo___________________________ 36
Prueba de la Sagrada Escritura____________________________ 37
Hechos salvíficos________________________________________ 38
La paternidad divina_____________________________________ 39
541
El hecho_________________________________________________ 39
El amor, ley fundamental universal_______________________ 40
Todo por amor__________________________________________ 40
Todo mediante amor_____________________________________ 41
Todo para el amor______________________________________ 42
Consecuencias para la actividad del educador______________ 44
Interpretación___________________________________________ 46
Saturación de valores ____________________________________ 46
Tercera Conferencia
EL HOMBRE NIÑO ES OMNIPOTENTE ANTE DIOS __________ 49
Explicación______________________________________________50
Fundamentación ________________________________________ 51
La filosofía y la psicología del amor_______________________ 52
Igualdad ________________________________________ 53
Desigualdad________________________________________ ___ 53
Base del tronco y tronco__________________________________ 57
Aplicación al neopaganismo______________________________ 57
Escasa acentuación de la inmanencia y acentuación
unilateral de la trascendencia de Dios_____________________ 58
Vivencias de la guerra y de la posguerra___________________ 58
Hybris desenfrenada_____________________________________ 60
Neopaganismo__________________________________________ 61
Ejemplos de infancia espiritual____________________________ 62
La sabiduría del anciano__________________________________ 68
Nuestra propia infancia espiritual _________________________ 69
Cuarta Conferencia
LA INFANCIA ESPIRITUAL ES UN CLAMOR
DE LA NATURALEZA DEL HOMBRE_______________________ 73
El hecho_________________________________________________ 74
Interpretación____________________________________________74
Valoración__________________________________________ ___ 75
La infancia espiritual es un instinto no sólo humano
sino también divino______________________________________ 76
La predisposición a ser niño es un instinto humano________ 76
Demostración filosófica __________________________________ 77
Fundamentación por el testimoniode grandes hombres _____ 78
Desde el punto de vista de la esencia del hombre__________ 80
542
La falsa religiosidad "masculina"__________________________81
Infancia espiritual no desarrollada_________________________82
Definición______ ________________________________________ 83
Causa____________ ______________________________________ 83
Consecuencia____________________________________________84
Remedio________________________________________________ 86
Primera respuesta: Meditar_______________________________ 86
Segunda respuesta: Unir__________________________________ 87
Tercera respuesta: Comparar______________________________ 88
Cuarta respuesta: Posvivenciar____________________________ 88
La infancia espiritual es un instinto espiritual y divino ______91
Consideración preliminar_________________________________ 92
Fundamentación ________________________________________ 93
Nuestra propia infancia espiritual sobrenatural_____________ 94
Infancia espiritual malograda_____________________________ 94
Infancia espiritual íntegra_________________________________ 95
Quinta Conferencia
EL SENTIDO DE SER HOMBRE ES HACERSE NIÑO___________ 99
Recapitulación__________________________________________ 99
El sentido de ser hombre es hacerse niño __________________ 99
Imagen cristiana del hombre
Aspecto estático________________________________________ 100
Liminal ________________________________________________ 100
Pendular_______________________________________________ 101
Buscador_______________________________________________ 102
Sublime y contradictorio________________________________ 103
Aspecto dinámico ______________________________________ 104
Conclusión__________________________________ __ _______ 104
Sexta Conferencia
LA INFANCIA ESPIRITUAL ES EL CAMINO
HACIA EL CIELO________________________________________ 107
Recapitulación_________________________________________ 107
Palabras salvíficas de Jesús ______________________________ 108
Palabras centrales ______________________________________ 108
Palabras contextúales___________________________________ 110
Ley del Reino de los niños_______________________________ 110
Formulación negativa___________________________________ 111
543
Formulación positiva ___________________________________ 112
Contenido de la infancia espiritual________________________115
Asumir una nueva manera de ser_________________________ 116
Ser niños, de una manera nueva y divina________________ 117
Tres tipos de filiación y paternidad ______________________ 118
Una nueva actitud filial noble y divina___________________ 120
Manifestación divina original ____________________________ 122
Señal original de Dios___________________________________ 123
Señala directamente a Dios ______________________________ 123
Señala indirectamente a Dios__________________ 125
Consecuencia: Ser nosotros mismos señales
originales de Dios ______________________________________ 126
Séptima Conferencia
ESCUCHAR A DIOS EN LA VIDA MISMA________ _ _________ 129
Recapitulación_________________________________________ 129
Vivir en la cercanía de Dios______________________________ 129
Vínculos obligatorios sólo los necesarios__________________ 130
Libertad, toda la posible_________________________________ 131
Por encima de todo cultivo del espíritu___________________ 131
Sentido de las prácticas de devoción _____________________ 131
Fundamento de la vida en y con Dios ____________________ 132
Dios es una realidad____________________________________ 132
Personal________________________________________________ 133
Ineludible______________________________________________ 134
Omnipresencia divina___________________________________ 134
Praesentia supernaturalis________________________________ 134
Lineamientos basados en este fundamento:
Trato continuo y amoroso con Dios_______________________136
Mirar con frecuencia a Dios______________________________ 137
Gratia Dei externa______________________________________ 138
Gratia Dei interna ______________________________________ 139
Hablar frecuentemente con Dios__________________________ 142
¿Cómo debe ser el diálogo con Dios?_____________________ 143
Prácticas de devoción:
"Escuela de amor" _____________________________________ 144
Momentos oportunos___________________________________ 145
Profundizar_____________________________________________ 150
Simplificar______________________________________________ 151
Multiplicar _____________________________________________ 152
544
Recapitulación__________________________________________152
Ofrecer sacrificios a Dios
Fundamentación _______________________________________ 153
Características __________________________________________154
Octava Conferencia
EL RECOGIMIENTO CONTINUO EN DIOS__________________ 157
Recapitulación__________________________________________157
Mortificación lúcida, orgánica____________________________ 157
El caso del melancólico__________________________________ 158
El caso del sanguíneo ___________________________________ 158
Mortificación negativa y positiva_________________________ 159
Aplicaciones del método positivo: casos__________________ 160
Primer caso: Tentaciones de índole sexual ________________ 160
Segundo caso: Madurez_________________________________ 162
Tercer caso: Juventud___________________________________ 163
Seriedad de la mortificación______________________________ 163
Mortificación pasiva____________________________________ 164
Mortificación activa_____________________________________ 164
Reflejo original de Dios__________________________________ 166
Sencillez_______________________________________________ 166
La imagen original: El Padre del Cielo____________________ 167
Nosotros somos trasunto del niño ________________________169
Reflejar la sencillez del Padre ____________________________ 170
Concentración de todas las fuerzas en Dios _______________ 172
Motivaciones ___________________________________________ 173
Fervor ________________________________________________ 174
Fidelidad en lo pequeño_________________________________ 176
Vivir de la fe____________________________________________ 177
Los dones del Espíritu Santo_____________________________ 178
Santidad heroica _______________________________________ 179
Asunción de limitaciones________________________________ 180
Novena Conferencia
BASTA REPETIR "SI, PADRE"______________________________ 183
Recapitulación_________________________________________ 183
Desasimiento _____ ____________________________________ 184
Activo _____________ 184
Pasivo _________________________________________________ 184
Motivación negativa____________________________________ 185
545
Motivación positiva_____________________________________ 185
Los enigmas se solucionan_______________________________ 186
El Padre me educa como a las niñas de sus ojos___________ 188
Superar el voluntarismo enfermizo _______________________188
Superar el ansia enfermiza de valer_______________________ 189
Función de desengaño __________________________________ 191
Décima Conferencia
LA INFANCIA ESPIRITUAL ES ENTREGA DE SI MISMO ___ _ 197
Recapitulación_________________________________________ 197
Ser un reflejo lo más perfecto posible
de la entrega de Jesús___________________________________ 199
La entrega de sí mismo es la cumbre
de la infancia espiritual__________________________________ 199
La entrega de Jesús a la voluntad del Padre______________ 202
Entrega filial y trabajo___________________________________ 204
Entrega filial y oración__________________________________ 208
Entrega filial y sufrimiento ______________________________ 209
Dejar libertad__________________________________________ 211
No tratar de calmar demasiado rápidamente al que sufre__ 213
Ser un reflejo lo más perfecto posible de Jesús____________ 214
Una unión original a Dios______________________________ 216
Undécima Conferencia
LA ASCETICA DE LA INFANCIA ESPIRITUAL ______________ 217
Adquirir un nuevo ser __________________________________ 217
¿Qué debemos abandonar? ______________________________ 217
El pecado_______________________________________________ 218
El pecado mortal _______________________________________ 220
Aniquila el ser filial_____________________________________ 220
Aniquila el sentido filial_________________________________ 222
El pecado venial________________________________________ 224
Consecuencias _________________________________________ 225
Paz y libertad de los hijos de Dios ________________________225
La buena muerte _______________________________________ 226
Las cuatro exhortaciones de la muerte__________________ 227
Las imperfecciones _____________________________________ 228
Indiferencia ante las inspiraciones de Dios______________ _ 229
546
Cumplir las Constituciones por generosidad______________ 229
Evitar las imperfecciones________________________________ 231
Amor filial íntimo ______________________________________ 232
Amor filial eficaz_______________________________________ 233
Primera actitud: Compromiso serio______________________ 233
Velar___________________________________________________ 234
Arrepentimiento _______________________________________ 235
Penitencia___________________________________________ 236
Segunda actitud: Temor de Dios__________________________ 237
Duodécima Conferencia
LA INFANCIA ESPIRITUAL COMO REMEDIO A LAS CRISIS _ 241
Recapitulación_________________________________________ 241
B. La infancia espiritual es el camino
para vencer las crisis de nuestro tiempo___________________ 241
Males del tiempo
Inautenticidad _________________________________________ 241
Arrogancia _____________________________________________ 242
Senilidad__ ____________________________________________ 243
Remedio ___ ___________________________________________246
La falta de cobijamiento general y ordinaria_______________ 250
Enfoque psicológico ____________________________________ 250
Miedo______ ___________________________________________ 250
Angustia_______________________________________________ 251
Tipos de miedo:
Miedo disimulado______________________________________ 251
Miedo simulador_______________________________________ 252
Miedo desembozado____________________________________ 252
Sujeto del miedo _______________________________________ 252
El cuerpo_______________________________________________ 253
Objeto del miedo_______________________________________ 254
El medio ambiente______________________________________ 254
En la relación con uno mismo y con los demás_____________ 256
El más allá______________________________________________ 257
Efectos del miedo_______________________________________ 257
Enfoque filosófico ______________________________________ 260
Constantes del desamparo_______________________________ 260
Causa del desamparo___________________________________ 262
547
Decimotercera Conferencia
EL HEROISMO DE LA ENTREGA A DIOS PADRE_____________265
Recapitulación_________________________________________ 265
Crisis de fortuna y desamparo ___________________________ 266
El hecho________________________________________________ 266
Causas_________________________________________________ 266
Solución________________________________________________ 269
Decimocuarta Conferencia
CUANDO DIOS NOS PRUEBA_____________________________ 273
Recapitulación_________________________________________ 273
Desamparo a nivel intelectual____________________________ 275
Incertidumbre filosófica_________________________________ 276
La filosofía y la cuestión de Dios__________________________ 280
Desamparo provocado por la inseguridad en cuanto
a la propia salvación____________________________________ 281
Inseguridad general ____________________________________ 282
Causas_____________ ___________________________________282
Diversidad _____________________________________________ 284
Inestabilidad____________________________________________286
Nuestra actitud en tales momentos ______________________ 288
Inseguridad en particular________________________________ 290
La relación con Dios ____________________________________ 291
Diversidad _____________________________________________ 291
Inestabilidad___________________________ ________________293
Crisis a nivel de la revelación ____________________________ 293
Aumento del desamparo en la época actual_______________ 297
Vigencia de las constantes del desamparo en la historia____ 297
Decimoquinta Conferencia
EL SI PERSONAL Y PATERNAL DE DIOS ___________________ 303
Recapitulación____________________________ 303
Asumir el riesgo de la infancia espiritual _________________ 303
Otras formulaciones para "infancia espiritual" ____________ 304
Propiedades del sí______________________________________ 309
Lúcido_________________________________________________ 309
Corrientes antagónicas__________________________________ 309
Decisionismo irracional ciego____________________________ 310
548
A nivel filosófico _______________________________________ 310
A nivel teológico _______________________________________ 312
Decisionismo quietista ciego_____________________________ 312
Particularidades________________________________________ 313
Tres sí del Padre del Cielo_______________________________ 313
Un sí paternalmente bondadoso __________________________314
Un sí paternalmente personal____________________________ 316
Punto de vista subjetivo_________________________________ 316
Punto de vista objetivo__________________________________ 317
Providencia en sentido general___________________________ 318
Providencia en sentido estricto___________________________ 318
Providencia especialísima _______________________________ 319
Heroico ________________________________________________ 324
Decimosexta Conferencia
EL AMOR DEL PADRE ESTA DETRAS DE LA CRUZ _________ 325
Audacia como actitud___________________________________ 325
Mi reacción al sí del Padre del Cielo______________________ 330
Sí filial y alegre a mi camino de vida_____________________ 330
Sí a mi camino de vida más seguro_______________________ 331
Fundamentación _______________________________________ 331
Consecuencia__________________________________________ 332
Sí a mi camino de vida más feliz__________________________334
Prueba_________________________________________________ 335
Confirmación__________________________________________ 335
Consecuencia _ ________________________________________ 336
Sí a mi camino de vida más fecundo _____________________ 337
Sí filial, audaz y enérgico a mi camino de cruz_____________ 338
Camino de cruz difícil___________________________________ 338
Camino de cruz fácil____________________________________ 339
Sí a un camino de cruz fecundo___________________________ 340
Sí filial y confiado a mi camino hacia el cielo______________ 341
Audacia en los hechos___________________________________ 342
Razón__________________________________________________ 343
Clases_______ _________________________________________ 344
Propiedades del sí audaz________________________________ 347
Fiel____________________________________________________ 347
Preparado para la lucha_________________________________ 350
549
Decimoséptima Conferencia
LOS FRUTOS DE LA INFANCIA ESPIRITUAL _______________ 353
Frutos del sí ___________________________________________ 353
Seguridad __________________________________________ 354
Crisis de fortuna _______________________________________ 355
Crisis de conocimiento__________________________________ 357
Crisis de inseguridad en cuanto a la propia salvación_______ 357
Fuerza __________________________________________ _____ 358
Causas físicas__________________________________________ 358
Consejos para cultivar un sano sentimiento de vida________ 359
Causas psíquicas_______________________________________ 361
C. La infancia espiritual es camino para la comprensión
de las Constituciones (no desarrollado)____________________ 362
Decimoctava Conferencia
LA SABIDURIA SANTA __________________________________ 365
SEGUNDO PILAR:
RAIZ Y FUENTE DE LA INFANCIA ESPIRITUAL__________________ 365
Santa sabiduría - Sapientia coelestis______________________ 366
Confrontación____________________________________________366
Sapientia coelestis______________________________________ 366
Sapientia mundana_____________________________________ 367
Visión bíblica del mundo________________________________ 368
Sapientia terrena _______________________________________ 369
Sapientia animalis______________________________________ 369
Sapientia diabólica______________________________________ 369
Huir del espíritu mundano ______________________________ 370
Seguro contra el espíritu mundano________________________370
Nuestra tarea: eliminar la raíz de la sabiduría no santa _____371
Fundamentación _______________________________________ 371
Consecuencias _________________________________________ 374
Renuncia perpetua______________________________________ 376
Cultivo del espíritu de los votos__________________________ 377
¿Qué entendemos por espíritu de los votos?_______________ 377
Espíritu de pobreza
Fundamentos__________________________________________ 378
Aplicación práctica _____________________________________ 379
Renuncia a lo superfluo _________________________________ 380
Renuncia a lo necesario__________________________________ 381
550
Actitud de mendigo ante Dios____________________________ 383
Espíritu de obediencia __________________________________ 383
Obediencia ciega
Principios ______________________________________________ 386
Actitud objetiva fundamental____________________________ 386
Actitud subjetiva fundamental___________________________ 386
Espíritu de pureza______________________________________ 389
Una sana desconfianza__________________________________ 390
Precaución______________________________________________ 390
Respeto _______________________________________________ 391
Las vinculaciones, garantía del espíritu de los votos________ 393
Decimonovena Conferencia
VINCULOS OBLIGATORIOS Y VINCULOS CON DIOS_________ 395
Recapitulación_________________________________________ 395
La vinculación como principio ascético___________________ 396
El vínculo como principio organizativo___________________ 397
Vínculos obligatorios
sólo los necesarios______________________________________ 398
Si un vínculo es suficiente, no necesitamos un segundo____ 399
Cuando basta un vínculo de derecho natural
no necesitamos otro de derecho positivo_________________ 400
Vínculos obligatorios de derecho natural ________________ 401
Por encima de todo, libertad y cultivo del espíritu ________ 405
La organización de la comunidad exige
cultivo del espíritu______________________________________ 405
La misión exige cultivo del espíritu______________________ 407
El vínculo como principio pedagógico____________________ 412
Principios para la formación _____________________________ 412
Principio de selección___________________________________ 412
Hacer nuestra la raíz de la sabiduría santa_______________ 413
La virtud de la sabiduría
Lo que la sabiduría no es _______________________________ 414
Lo que la sabiduría es__________________________________ 415
Vigésima Conferencia
MARIA Y EL ESPIRITU SANTO ___________________________ 417
Saber lleno de asombro respetuoso ______________________ 417
Saber cualitativo_____________________ _ ______________ __ 420
551
Saber personal y experiencial ____________________________ 421
Saber carismático_______________________________________ 421
Saber inagotable________________________________________ 421
La aridez espiritual_____________________________________ 421
Sabiduría como don del Espíritu Santo___________________ 424
Tarea del Espíritu Santo_________________________________ 425
Dones - Virtudes _______________________________________ 426
Disposición a los dones__________________________________ 429
Recogimiento__________________________________________ 430
Caminar en Dios _______________________________________ 430
Anhelos________________________________________________ 431
El Espíritu Santo actúa a través de sus dones______________ 431
Imágenes_______________________________________________ 431
Necesidad de los dones del Espíritu Santo________________ 433
María mediadora de los dones del Espíritu Santo__________ 433
552
Confianza de niño______________________________________ 457
Confianza de la Sma. Virgen_____________________________ 458
Amor de niño___________________________________________460
Características _________________________________________ 463
553
Vigésimo quinta Conferencia
MARIA Y LA INFANCIA ESPIRITUAL_____________________ 515
El camino mariano______________________________________ 515
María exige la infancia espiritual ________________________ 517
La Sma.Virgen fomenta la infancia espiritual_____________ 522
Petición final de los ejercicios ___________________________ 524
554
El P. José Kentenich desarrolla el tema
de la infancia espiritual a lo largo de los
veinticinco capítulos de este libro, que
corresponden a otras tantas conferencias
de un retiro a una comunidad de |
sacerdotes en Suiza.
El autor analiza la infancia espiritual y
sus implicaciones con gran rigor
teológico pero, pese a ello, su manera de
tratar el tema abunda en elocuentes
percepciones muy vitales que despiertan
ecos profundos en el lector. El resultado
es un texto sin grandes dificultades, de
interés creciente, que genera importantes
interrogantes personales a todo aquel
que acepta sumergirse en ese modo
distinto de considerar la vida, tal como
nos pedía el Salvador: Si no os hacéis
como los niños...
El P. Kentenich, citando a Pestalozzi,
expresa que la mayor desgracia del
hombre actual es la pérdida del sentir de
niño, porque ello imposibilita la
actividad paternal de Dios. Vale decir,
para que Dios pueda desarrollar su
bondad y riquezas paternales, es
indispensable que éstas sean despertadas
por el desvalimiento del ser humano. El
hombre niño y humilde obtiene de Dios
todo lo que quiere.
Reconquistar ese sentir de niño es
entonces la mayor felicidad que
podríamos brindar a la humanidad de
hoy y, cualquiera sea el ámbito donde
nos toque actuar, siempre debiera
desprenderse de nosotros elj
inconfundible perfume del sentir de
niño.
Pero organizar una cruzada para
reconquistar la tierra perdida de la
infancia exige movilizar fuerzas
varoniles. No es un sendero fácil: Se
necesita mucha hombría para poder
formar al niño en el adulto, por más
paradojal que eso pudiera parecer. Unai
situación absolutamente análoga sel
plantea en la vida de la mujer.
La infancia espiritual es sin duda un bien
inmenso. El largo retiro del P. José
Kentenich, que Editorial Patris ofrece
hoy en su cuidada primera versión en
castellano, contribuirá sin duda a una
mejor comprensión de este aspecto
realmente esencial del cristianismo.